ÉTI C A DE M IS TI E MP O S
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Ética de mis tiempos Dr. Francisco Javier García y Paredes Mayo 2021 Derechos Reservados Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida sin permiso previo de autor. Producido por Talachero Studio Hecho en México 3
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DEDICADO A GUADALUPE PAREDES FLORES LUCÍA FLORES RAMÍREZ JUAN GARCÍA MARTÍNEZ LIC. ALBERTO ZENTENO REYES RICARDO CASTILLO OLIVIA SALAZAR ADRIANA GARCÍA
EN MEMORIA DE CARLOS GARCÍA PAREDES ING. JORGE GUTIÉRREZ GARCÍA JESUS GUTIERREZ GARCÍA PEPE CASTILLO AIDA CARRASCO
UN RECUERDO EN EL TIEMPO PARA TODOS LOS HABITANTES DE LAS VECINDADES QUE EXISTIERON EN AQUELLA ÉPOCA DE LOS AÑOS SESENTAS Y SETENTAS DEL SIGLO XX EN LA CIUDAD DE PUEBLA SOBRE LAS CALLES 13 Y 15 PONIENTE
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DEDICADO A MIS HIJOS COMO PARTE DE MIS ACTIVIDADES LITERARIAS, EN LAS QUE LA IMAGINACIÓN SE MEZCLA CON LA REALIDAD PARA FUNDAR UN MUNDO ÚNICO QUE EMERGE DE LAS NEURONAS CREATIVAS
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PRÓLOGO
La ética es un código de valores que guía nuestras decisiones y acciones y determina el propósito y rumbo de nuestras vidas Ayn Rand
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l Dr Francisco Javier García y Paredes nos presenta su libro demostrando que es un escritor prolífero. Él nació en enero de 1951 en la ciudad de Puebla. Estudió en la escuela primaria Gabino Barreda. Secundaria y preparatoria en el Centro Escolar Niños Héroes de Chapultepec. Realizó sus estudios universitarios en la Facultad de Medicina UAP de 1968 a 1972. Sexto año en hospital IMSS Puebla. En su examen profesional obtuvo mención honorífica. Residencia médica realizada en Hospital Especialidades IMSS Puebla de 1976 a 1979. Médico pediatra por 28 años en el Hospital General de Zona número 23 IMSS, en la ciudad de Parral, Chihuahua en donde alcanzó la jubilación. Radica en Ciudad Jiménez, Chihuahua, en donde ha laborado como médico pediatra, por 32 años, en el Hospital Regional ICHISAL de la ciudad. Ha sido presidente del Colegio de Médicos Ciudad Jiménez. Fue miembro del Colegio de Pediatría de Parral, Chihuahua. Certificado por el Consejo Mexicano de Pediatría hasta el año 2012. Fanático del deporte, ha practicado futbol soccer por 50 años, afición aprendida en el oratorio Salesiano de Puebla, San Juan Bosco. Miembro de la Fundación del Empresariado Chihuahuense, sede Ciudad Jiménez por tres años. Director del coro del santuario de Schoenstatt por 16 años. Lo anterior nos da una idea de la clase de persona que es el Dr Francisco Javier García y Paredes, amén del reconocimiento y respeto que se le tiene por ser uno de los mejores pediatras del sur del estado. En asociación con los Caballeros de Colón y un grupo de entusiastas deportistas jimenenses, han organizado durante los últimos siete años la carrera de relevos de 80 kilómetros denominada la Rosa de Plata que unifica las ciudades de Parral y 7
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ciudad Jiménez. Ha sido el médico responsable de la atención gratuita de niños de la casa hogar San Vicente de Paul los últimos 15 años. Como ustedes se darán cuenta, es una persona digna de respeto y elogio. Hoy nos presenta este libro en el que narra vivencias y la ética de su tiempo. Nos hace una detallada descripción de los aconteceres que vivió desde niño y de sus compañeritos. Nos va desglosando con una prosa muy amena que recuerda las travesuras de Huckleberry Finn. Al leerlas nos va llevando de la mano a través del tiempo, en donde los personajes van transitando por la vida, con las ilusiones de adolescentes, pleitos, amores, desamores, destacando personajes como Pantera y Cristina que se amaron mucho pero terminaron dolorosamente separados. También el escritor nos muestra varios personajes que se entrecruzan en estas vivencias, como el Johnny, Guajolote y Cocol que se dejan guiar por su maestro de aventuras, el tío Chuchín. A medida que se van deslizando las páginas, nos adentramos en la vida de estos personajes, pasado, presente y futuro. Como el reencuentro del Dr. David, antes Pantera, con su amada Cristina, que emigró a los Estados Unidos y regresa para mostrarle al hijo que engendraron antes de su separación. Esto nos conduce por la senda del romanticismo y nos hace suspirar, nos da una pincelada de conocimientos de fisiología humana en el amor y en el sufrimiento. El tiempo sigue su marcha y va dejando huella en la memoria, en el ir y venir de los avatares de la vida, tratando de acariciar los días que se fueron, intentando atrapar las décadas de los años sesentas y setentas del siglo XX. Asimismo, la época sigue su ritmo cadencioso. Los monitores son el día y la noche en el universo de Dios, una fracción de segundo nos ha tocado vivir en este territorio de miles de millones de años. Cada quien lo elabora con diversos ingredientes cotidianos. 8
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Como dice Pantera, Todo lo que se hace con amor, pasión, orden y esfuerzo tiene éxito. La recompensa es inmediata y a futuro. Las obras maestras dejan huella en las personas a través del tiempo. La única manera de hacerse experto en el noviazgo y el matrimonio es a través de la convivencia con la amada, darle identificación, protección, seguridad, caricias verbales y físicas. Una relación grata evoca recuerdos que dulcifican el alma. El amor es como todas las emociones, tiene cambios en el valor significativo y cada quien decide cuánto y a quién amar. Este libro nos atrapa con su magia, al albergar en la memoria del autor vivencias ordinarias y extraordinarias que se vuelven indelebles y nos hacen remontar a su tiempo. Lo ordinario nos sensibiliza con el encanto de la sencillez y colorido. Se dibuja el asombro, el candor, la sonrisa y nos invita a disfrutar bodas, fiestas, excursiones y hasta funerales. Historias de jóvenes estudiantes y de recién graduados, así como las peripecias de sus prácticas profesionales. Las historias no tienen ni principio ni fin, quedan atrapadas en el umbral de estas páginas. Gracias al autor que nos hace un recorrido de tiempo pasados, llenos de historia y aventuras de una hermosa época que, como luego se dice, todo tiempo pasado fue mejor. Enhorabuena al Dr. García y Paredes por deleitarnos con una obra literaria más. Mi más sincera admiración y reconocimiento por este don que Dios le dio. ALEJANDRA HERNÁNDEZ FIGUEROA 9
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e fueron los cuatro primos de excursión y por poco no regresan vivos. Decidieron ir a visitar a la tía María del Palo,que vivía allá por la hacienda de San Baltazar de los años sesenta. Era un medio francamente rural. Se fueron por la rivera del río San Francisco, que aún no estaba entubado. Llevaba poca agua por lo que iban confiados. En el camino se armaron con ramas de árbol para golpear a los perros en caso de que se les atravesaran en el camino. No tenían miedo, les gustaba la aventura. A los lados del río, había tierra, piedras y pequeñas lomas que había que ascender para llegar al camino de terracería que estaba custodiado por árboles de eucalipto, álamos y sauces. Encontraron varias ratas en la ruta y los roedores no se salvaron de ser apedreados. Afortunadamente para ellas ningún proyectil llegó a alcanzarlas. No encontraron otro tipo de animales. En algunos trayectos se detenían a limpiarse los zapatos del lodo que se pegaba en la suela. No le tenían miedo a nada en el día, pero de noche sí se les arrugaba el cutis. El Cocol y el Panteras tenían 11 años de edad e iban en sexto año de primaria con el maestro Cabrioni. Guajolote y Johnny iban en quinto año con la princesa Rosita, la maestra más bella de la escuela. El Johnny no se llamaba así. Su papá le decía Juanito, pero su nombre original era Jesús. Cada pareja platicaba diversos tópicos escolares, las andanzas del barrio, travesuras infantiles o de las chavas bonitas de la primaria. El objetivo era ir a visitar a la tía María, cuñada de la abuela paterna Chuchis,que era hermana del tío Guillermo, el esposo de María. No tenían hijos pero sí muchos animales, perros, conejos, gallinas, chivos, borregos, hasta un asno. Después de una hora de camino llegaron al destino y los reci11
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bió María con mucho júbilo. −¡Qué bueno que vinieron Cocolito! Era el sobrino consentido. Su papá les ayudaba económicamente a los viejos. La tía les ofreció agua fresca de una garrafa de barro y se la tomaron con avidez. Después los llevó a la granjita para que visitaran y jugaran con los animales del campo. Allí estuvieron haciendo desorden, queriendo atrapar gallinas, montando a los borregos y chivos, fracasando en los intentos y sufriendo caídas aparatosas. Se levantaban como niños de goma para volver intentarlo. Sólo con el burro no se metían porque una patada del animal si les ocasionaría daño. No eran tontos los chavalitos. Disfrutaron la pequeña granja y observaron cómo María les daba de comer maíz, alfalfa, sobras de comida y hierbas. Notaron la paciencia y los mimos que ofrecía a sus animales consentidos. Los bebederos estaban bien diseñados para que de una pila corriera el agua hasta los depósitos de los animales. Estuvieron allí hasta las dos de la tarde en que decidieron emprender el regreso. Entonces llegó Pascual a comer. Era sobrino de María, no de Guillermo. Vivía con ellos, tenía unos quince años y ya trabajaba. Era buen compita y decidió acompañarlos unos cien metros para después retornar al hogar. Se fueron los chavales por el camino de terracería, no por la rivera del rio. En el trayecto se hallaron un perro pequeño que le gusto al Johnny. Dijo que era de raza fina y al no haber cerca quien lo reclamara, se lo llevó en brazos. Continuaron la marcha con algarabía. Unos cinco minutos después, apareció tras ellos un grupo de personas que los perseguían. Iban comandados por viejas gritonas y tipos rudos con machete. Todos proferían maldiciones. Los cuatro niños salieron como alma en pena. Iban corriendo en automático y con el motor a máxima velocidad. Le bajaron al nivel de rapidez cuando llegaron a la avenida 25 poniente, y 12
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allí se resguardaron tras unas lomas de tierra. Como los colonos ya no alcanzaron a distinguir a los jóvenes, un individuo se soltó tirando balas de salva a lo loco, dirigiendo los proyectiles hacia los montículos o trincheras protectoras. Los asustados se dieron por enterados, aumentando la angustia. Allí estuvieron un rato más, hasta que dejaron de escuchar los gritos. Entonces salieron y acabaron de emprender la huida. El Johnny salió de su escondite y les empezó a gritar, ¡Me la pelan, pinches…! En las calles de Puebla ya iban más confiados pues eran sus terrenos conocidos. Aun así, precavido, el Johnny llevaba escondido al perro, envuelto en un chaleco que llevaba. Así continuaron la marcha hasta sus hogares. Todos vivían sobre la 13 poniente, con diferencia de una calle. Conforme avanzaban iban disminuyendo los miembros de la pandilla, hasta que sólo quedó Cocol. Al Johnny no le admitieron el perro en su casa y se lo tuvo que llevar a Cocol, que vivía en una residencia de tres pisos con jardín y patio grande. Allí dejó al perro de raza desconocida, de crianza no selectiva, mestizo, aguacatero, zahuate o de raza aleatoria. Así se les llama a los perros callejeros. Al que rescataron ni sobrenombre le habían puesto. Cuando llegó el papá de Cocol a la casa, sereno le preguntó a su hijo. −¿Dónde tienes al perro que se robaron en la mañana? Cocol contestó preocupado que estaba en el patio y fueron por el mestizo. El pobre niño ni acabó de comer. Se subió a la camioneta con don Chuchín y se fueron a entregarlo a sus dueños. Cuando pasaron por la casa de Panteras, le pidió se detuviera para pedirle que los acompañara. Así lo hizo el molesto papá. Cuando se treparon los dos incipientes pubertos, el papá tomó la palabra. −A ver, jóvenes. Ya que están ustedes dos, díganme. ¿Quién se 13
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robó el perro?Se quedaron callados. −¿Fuiste tú, Pantera? −No, tío. −¿Entonces quién fue? −No somos rajones, pero fue el Johnny −contestaron al unísono. −¿Cuántas veces tengo que decirles que no se junten con ese chavo? −respondió el padre molesto−. Es muy travieso, desordenado y siempre los mete en problemas. Pero no entienden. contesta cocol−Oye, papá. Es tu sobrino consentido y siempre lo estás alabando porque es muy inteligente. Ahora resulta que nos prohibes jugar con él. Es nuestro primo −dijo Cocol. −Está bien, hijos. Bájense que aquí es la casa de los dueños. Tocaron a la puerta de la humilde vivienda construida en los márgenes del río, sobre el camino rural. Salió un tipo mal encarado y lo saludó Chuchín. −Buenas tardes, compita. −Compadre que gusto verte −contestó el viejo con agrado y se dieron un abrazo. −Pásenle a lo barrido. −Gracias, compita. Venimos a traerte al perrito que estos traviesos se llevaron. −Discúlpenos, señor. No sabíamos que tenía dueño −dijeron 14
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apenados los muchachos. Del interior de la casa salió un jovencito en silla de ruedas. Tenía los ojos hinchados de tanto llorar. Llegó hasta el grupo y Pantera le entregó a su perro. El niño les extendió la mano para darles las gracias. −Discúlpanos, amigo. Como está tan bonito el perrito, se nos hizo fácil llevárnoslo. No sabíamos que tú eras el propietario. Desde que nos fuimos no ha estado más que llorando. Presentimos que extrañaba a alguien. Nuevamente, una disculpa −expresó Cocol. −Me llamo Luis y el perro se llama Yupi. Pueden venir a jugar con él cuando quieran. −Lo bueno de todo es que te conocimos, Luis. Ahora somos amigos −manifestó Pantera. Los tres juntaron las manos en señal de amistad. Entonces Genaro, el papá de Luis, exclamó asombrado. −¡Carajo! Si así encontráramos solución a los problemas los adultos, sería fantástico. Un mundo pacífico compadre. Los jóvenes nos dieron una lección de lógica. −No la friegue, compita. De ética. −Pues de eso, compa. Se despidieron con un sonoro abrazo. −Me dio gusto haberte saludado, hermano. Durante el regreso, el papá y tío los felicitó por su cordialidad con el joven Luis. −Me dieron una lección de solución de problemas. Qué bueno, muchachos. Oigan, respecto a lo de su primo Johnny, no me 15
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hagan caso. Fue un momento de coraje. ¿Ya comiste, Panterita? −Todavía no, tío. −Pues vamos a la casa a disfrutar la sabrosa comida de mi viejita. La pandilla de los primos, conocida como Los Cuatreros, cursaba la famosa pubertad. Dicen los adultos que es la edad de la punzada, aunque el término se defina como un dolor agudo y repentino de duración breve que se siente en el cuerpo y que se repite cada cierto tiempo. La pubertad puede durar de los 10 a los 15 años en los hombres y en las mujeres antes de los 9 a los 15 años. Si es por las intrépidas puntadas que fabrican los adolescentes, si es un malestar agudo y crónico para los padres en esta época. Aunque déjenme aclarar que en este contexto de principio de los años sesentas, los chavos tienen límites estrictos en cualquier parte. En la familia, en la escuela o la calle, en cualquier lugar un adulto te pone en cintura y te marca el alto. La moral tiene que ser respetada, abuelita de Batman, porque en el momento que se pierden los límites llega el desmadre, el caos y la violencia. Se pierde el control y para recuperarlo está cañón. Los grupos piden libertad a través de la transformación de canonjías en derechos. Cuando se pierde el control surge el libertinaje que no es ético sino puro desorden. Para identificar la pubertad, existen criterios físicos detectados por observación o por palpación. En los varones, el crecimiento de los testículos. Aparece el vello púbico, acompañado de crecimiento de largueza del pene, posteriormente en anchura, hasta que alcanza los famosos 18 centímetros de longitud, más o menos. Todo depende de la genética y del estado de nutrición, no 16
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del ejercicio manual como creen muchos. Cuando Pantera ingresó a la escuela secundaria, como requisito de prevención, todos los alumnos varones, en total unos treinta pasaron a revisión médica. No hubo privacidad, y un médico muy enérgico tipo militar los formó en formación geométrica cuadrada. Primero vestidos, les revisó la cabeza, los ojos, nariz y garganta. Siguió con la exploración del cuello, mientras le dictaba lo relevante a la enfermera que llevaba el expediente de cada alumno. Enseguida les dio una orden con voz enérgica. −Tienen cinco minutos para desnudarse completamente. Dejen su ropa en las bancas que están atrás de ustedes. Se quedaron mirando unos a otros. Cuando los primeros se desvistieron, le siguieron los demás hasta que las cuatro líneas de estudiantes estaban sin ropa. Algunos se tapaban con la mano el área genital y los otros menos pudorosos estaban en posición firmes. A cada uno le revisó el corazón y los pulmones. Realizó una exploración de los genitales, ingles, con un guante por línea. En total usó cuatro guantes. De acuerdo a los hallazgos, la enfermera iba anotando en el expediente lo normal y hallazgos anormales. Allí se dio cuenta Panterita que estaba dotado de virilidad. De algo sirvió la comparación. Los más gorditos, que eran muy pocos, daban pena. Su virilidad estaba escondida en el tejido adiposo. Otros, de plano, aún no alcanzaban la pubertad completa. Fue una experiencia juvenil única e irrepetible. El médico tuvo un comportamiento ético. No manifestó comentario alguno que ofendiera o molestara a los puberales. Los Cuatreros estaban identificados por la familiaridad. La línea paterna y materna les daba identificación. Sin embargo, algo los gravitaba para ser amigos. Cada uno, tenía un carácter y costumbres diferentes. Cocol vivía en el seno de una familia ricachona, con un padre empresario exitoso. El Johnny era hijo de un médico internista. El papá del Guajo era mecánico tor17
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nero. El papá de Pantera trabajaba en un autoservicio y lavado de carros. Era el más modesto en la escala socioeconómica. Los cuatro eran hijos de cuatro hermanos de apellido Garrido. Pantera vivía en una vecindad popular y multitudinaria. El edificio ostentaba un estilo arquitectónico simple, la fachada estaba adornada en la periferia de puertas y ventanas, con bajorrelieves poco perceptibles de piedra gris. El portón principal era de madera de pino. El terreno vecinal era un rectángulo aproximado de cuarenta de largo por quince de ancho, integrado por dos patios cuadrangulares al principio y al final, en medio un callejón que daba cabida a dos viviendas. Vivían 11 familias en el interior. 77 personajes daban vida al contexto habitacional. Habían desde recién nacidos hasta personajes seniles. Hombres y mujeres en igual proporción. Flacos, medianos, gordos, altos y chaparros. La mayoría eran morenos y mestizos, el porcentaje mayor eran adultos. Había muchos trabajadores de fábrica textil, tanto hombres como mujeres. Había un herrero, panadero, carpintero, vendedor ambulante de gelatinas, empresario artesanal, una secretaria de institución gubernamental y empleados de despacho. Todos profesaban la religión católica, festejaban a los santos y sus fiestas religiosas. El total eran patriotas y hacían festividad en las fiestas cívicas. Disfrutaban con fe y algarabía las posadas. Por lo general se convertían las once familias en un clan divino. Después de todo, no le iba mal a Panterita. En este barrio de vecindades multitudinarias se desenvolvían los jóvenes, que eran conocidos por primos. La vestimenta era sencilla, limpia y ordenada. Los preescolares vestían con pantalón corto con tirantes. En la escalada puberal, se sentían merecedores del pantalón largo con cinturón. Había que ganarse a pulso la categoría obedeciendo y acatando órdenes. El hijo o hija mayor debía ser un buen ejemplo para sus hermanos o herma18
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nas menores. Esto era lo ético. Los primos eran de actitudes serenas. Les gustaba llevar la vida pacífica. Cuando surgía la discordia o la envidia sacaban la casta aguerrida. Aunque no siempre les iba bien en la pelea, siempre dejaban muestra de valentía para ganarse el respeto entre los rufianes. A Los Cuatreros les gustaba mucho practicar béisbol desde la escuela primaria. Cocol tenía todo el equipo necesario, pelotas de béisbol infantil, vestimenta protectora para el cátcher, guantes y bates. Nadie los entrenaba. Ellos se fueron forjando a través de experiencias que aprendían en los campos de béisbol amateur, escuchando la estación XEHR, estación deportiva del rey de los deportes o acudiendo a los partidos de los consentidos Pericos de Puebla. Les gustaba practicar en el llano, en un lugar conocido como el mirador, que estaba en la periferia de la ciudad. Algunos días por la tarde, iban a este lugar en donde tenían unos amigos que vivían por el rumbo. Se concertaba un entrenamiento o partido informal. En total eran ocho jugadores. Se realizaba un cuatro contra cuatro. El juego era divertido y entretenido. Cuando empezaba a oscurecer, aquí se rompió una taza y cada quien para su casa. En una ocasión, pretextaron sentirse mal el Guajo y Johnny. Dijeron que les dolía la cabeza y se desaparecieron como fantasmas. Cuando más entretenido estaba el partido, sorpresivamente salieron los dos corriendo por la lateral del improvisado campo. Iba correteándolos un señor con un palo en mano, gritándoles maldiciones. Los que quedaron en el campo recogieron los enseres beisboleros y salieron corriendo por diferentes rumbos. Pantera y Cocol se fueron tras ellos hasta llegar a las calles de la ciudad. Cuando los alcanzaron estaban tirados en el piso, sofocados del esfuerzo y el miedo. 19
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−¿Pues qué hicieron, barbones? −les preguntó enérgico Cocol. Ninguno contestó. Les repitió la pregunta y siguieron sin responder. Se levantaron y empezaron a caminar juntos en silencio. Seguramente nada bueno habían hecho, lo más probable fuera de la ética. Llegaron a las calles del rumbo y se fueron quedando uno a uno hasta que se fue Cocol preocupado. Durante la cena, Cocol le platicó a su papá del acontecimiento seguramente nada saludable y quedaron de ir al otro día con el vecino. Pasaron por Panterita y llegaron a la casa de don Remigio. Al verlos llegar en son de paz, permitió la comunicación. −Don Remigio, venimos por la contingencia del día de ayer en la tarde. Los muchachos que hicieron alguna fechoría son mis sobrinos. Vengo a enterarme de la situación porque ayer no quisieron hablar del suceso. −Mire, Chuchín. Le agradezco que dé la cara por ese par de pillos. Mi chamaca nos dijo la verdad. Ella los provocó, es más que la verdad. Durante el juego, cuando los muchachos estaban en el turno de batear, uno de esos jóvenes vino a orinar aquí atrás de la casa. Ella lo vio y se levantó el vestido para enseñarle su ropa interior, luego se quitó la pantaleta y lo llevó allá atrás de la milpa. Ambos se estuvieron tocando sus genitales pero no pasó a más. El otro al ver que no llegaba su amigo, fue a buscarlo y los encontró desnudos. Cuando le empezamos a gritar a mi hija, se asustaron y se fueron corriendo. La encontré desnuda y pensé lo peor. Por eso los perseguí con un palo gritando groserías. Ya hablé con mi hija y nos dijo la verdad. Hoy en la mañana la llevamos con una doctora. Dice que no hubo violación ni nada. Está virgen todavía. Fue un buen susto, pero gracias a Dios nada que lamentar. −Me apena, Don Remigio. Llevamos buena amistad y espero que esto no nos quite el deseo de seguir siendo buenos amigos. 20
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Como un acto al desagravio, déjeme reembolsar lo de la consulta, el mal rato que pasaron. Le ofrezco estos 500 pesos que no reparan el daño, pero dejan más tranquila mi conciencia −expresó Chuchín afligido. −Mire Chuchín, le voy a aceptar el dinero porque no la estamos pasando bien económicamente. Respecto a lo otro, como dijo la doctora, son jóvenes con apetitos abiertos. Le dejan el arca abierta y hasta el más santo se convierte en pecador. Así lo entiendo, Chuchín. Gracias −contestó Remigio y luego se dirigió a Pantera y a Cocol−. Ustedes, muchachos, sigan viniendo. Ya preparamos a mi hija para que no repita esas conductas que provocan a los hombres. Esto es sentido común saludable, parte de la ética. Hasta el otro día aparecieron el Guajo y el Johnny. Cuando llegaron, venían serios y callados y se los cotorreó Cocol. −A ver, par de cabriones. ¿Quién de los dos se va a casar con la chavalita del mirador? Los dos se rieron y Cocol insistió con vehemencia. −En serio. Ya vino el papá Remigio con mi tío Chuchín. Dice que tienen que reparar el daño a su hija. ¿Quién fue barbones? El Johnny se zafó inmediatamente. −¡Fue el Guajo! Insistió Cocol. −¿Es cierto, Guajo? −Pues sí, pero no le hice nada −contestó apenado. −No, nada. Nada más la besó, le agarró las chichis y el cuchi cuchi −arremetió el Johnny−. Cuando íbamos huyendo, ya 21
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mero me agarra un garrotazo el pinche viejo. Tu futuro suegro, Guajo. Todos se soltaron riendo. −No se crean, jóvenes calenturientos. Ya fuimos a hablar con don Remigio. La muchacha explicó cómo fueron las cosas. Ya no hay problema, no hay fijón. Lo que sí nos recomienda mi papá es que debemos controlar los impulsos sexuales para no meternos en problemas. Hay que educarnos, si no nos van a educar otras gentes. A garrotazos, como en este caso, o peor. Agarren la onda, mis cuatreros −dijo Cocol. Chuchín era muy buen padre y un día los acompañó a una excursión que hacían a Cholula. Se iban caminando por la carretera libre, la única que existía, con un asfalto irregular y repleto de baches. Lo bello era que estaba limitada en ambos lados por árboles de hoja perenne. Había casas aisladas en las laterales de la carretera, sembradíos de maíz y alfalfa. En el trayecto de ida, se sentaron a comer a la sombra de un frondoso árbol. Cada quien trajo su piedra para sentarse y los que no se sentaron sobre la tierra. Disfrutaron las exquisitas tortas de jamón con queso, frijoles con huevo y queso de puerco con aguacate. Durante la comida, Chuchín les platicó de cuando jugó futbol en el campo mirador que estaba por el paseo Nicolás Bravo. Fue en un partido preliminar antes del juego estelar del Puebla contra el equipo Atlante. Le sorprendió ver en el interior del estadio a sus cuñados Arturo y Mauro vendiendo refrescos. Así era como se ganaban la vida, Arturo era un joven y Mauro aún niño. Los esperó a que recogieran las cubetas, entregaron la mercancía no vendida y les pagaron sus ganancias. Después, se los llevó en su camioneta a comer a un restaurante de buena categoría. Los jóvenes estaban sorprendidos e incómodos. No sabían qué pedir para comer. Les daba pena pues sus ganancias no eran suficientes para pagar un platillo, 22
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−No se preocupen, yo voy a pagar. Pidan lo que quieran. Les sugirió una sopa con verduras, filete de carne con su guarnición, y como postre una gelatina o pedazo de pastel.. −Gracias cuñado, Dios te lo pague −dijo el mayor cuando salimos. −No, muchachos. Ustedes algún día les pagarán a dos jóvenes como ustedes una comida igual. Es como una cadena, Dios les dará la oportunidad en algún momento de su vida, pero tienen que cumplir la promesa. Unos años después comentaron que ese hecho cambió su vida. Sus pensamientos y sentimientos tomaron un rumbo diferente. De ese parteaguas emanaron acciones gratificantes que los condujeron a la sublimación. Eso es ética. Continuaron trajinando por la carretera, contentos y festivos. Cuando hay personas adultas que te escuchan, dan respuestas que te convencen, conmueven y seducen, el bienestar se siente en el corazón. −A ver, jóvenes. Es una pregunta para todos. Primero contesta el más joven y al último el más vivido. ¿Como qué personaje quisieran ser en estos momentos de la vida? −Yo quiero ser como mi papá. Es buen hombre, me trata con amor y disciplina, me escucha cuando tiene tiempo, y como soy el único me consiente. Aunque yo no quiero ser mecánico tornero. Quiero ser gerente o administrador de empresas −empezó el Guajo, que era el más chavo. −Me gustaría ser como papá, aunque no médico. Es buen hombre y nos quiere por igual a mi hermana y a mí. Quisiera ser empresario, pero en un ramo diferente. Me gustaría fabricar y distribuir muebles por todo el país y por el mundo −continuó el Johnny. 23
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−Quiero y no quiero ser como mi padre. Hay momentos en que no me gusta cómo trata a mamá. Es muy rudo, violento, humillante y tiene un comportamiento voluble. En el otro extremo, es un hombre alegre, locuaz y cariñoso. Me gustaría ser menos complicado que papá. Yo quiero ser filósofo. Sé que es amor a la sabiduría, pero no entiendo que sea eso. Sin embargo, algo dentro de mi entendimiento, grita que siga a la filosofía −dijo Panterita en su turno. −Yo quiero ser como tú. Eres un papá a todo dar, sé que tu trabajo es muy demandante, y por eso compartes pocas horas conmigo. No es reclamo, no te vayas a enojar. Yo no quiero ser empresario. Mi sueño es ser ingeniero químico, mezclar, alear, unir y enlazar elementos químicos para crear la fórmula de la eterna juventud −dijo Cocol. Escuchar a los jóvenes, aunque piensen diferente a nosotros, es formativo. Respetar sus ideales es ético. Te identificas a través de tus genes. Interactúas con el medio ambiente en que te tocó vivir. Las tradiciones y costumbres te dan una señal emblemática para que donde quiera que la encuentres, sepas que hay gente igual como tú. Personas que comparten pensamientos, sentimientos y actitudes. Eso te da confianza, te mueves con seguridad, como pez en el agua. Se fueron de vacaciones a Acapulco en plena cuaresma. Tenían entre 14 y 15 años. Iban en la camioneta de Chuchin su esposa, hijos y sobrinos. Todo cabe en un armario sabiéndolo acomodar. Se fueron por la tradicional carretera, que surca curvas casi continuas entre Iguala y Chilpancingo. Llegaron a Acapulco después de ocho horas y arribaron a la casa de la familia de Chuchín. No había problema, hamaca y catres sobraban. Cada quien se acomodó como pudo, no había nada que cuestio24
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nar. Todo en orden. El día de jueves santo por la tarde noche, mientras se hacían las celebraciones santas, se largaron los Cuatreros al sitio del comercio de la sexualidad, en donde el trueque consiste en pagar con moneda a cambio de obtener placer carnal. Meter el músculo erecto en vafeni, o vagina femenina no identificada. −No se impulsen, barbones. Midan las consecuencias −les había comentado Cocol. Los más jóvenes, Guajo y el Johnny, no llevaban control remoto ni freno que los parara. Ellos querían meter para sacar placer, querían experimentar lo que tanto platicaban sus amigos, venirse dentro de un receptáculo humano femenino. Del orgasmo que tanto se afanaban muchos. No les importaba el amor, no se iban a casar con la fémina en cuestión. Por eso iban a pagar. Ellos estaban decididos a montarse en una potranca para cabalgar hacia el cielo. −Déjenme buscarles una chava que no los vaya a enfermar − les dijo Cocol, ante tanto frenesí. Mientras seleccionaba a una juvenil de buena apariencia física y sana sobre todo, ya estaban hirviendo los conductos seminíferos de los deseosos. Al final, Cocol consiguió dos muchachas guapas y alegres. Les explicó que era la primera vez de los jóvenes y que los ayudaran a disfrutar esta experiencia. A lo mejor inolvidable. −Aunque nos cobren más caro −les dijo. Se pusieron de modo los clientes y las marchantas y pasaron al templo del ejercicio sexual. Después de media hora salieron más que satisfechos, con ganas de repetir el viaje. En eso estaban cuando unas jovencitas muy guapas se acercaron a ellos. Eran tres y los abordaron por la proa. Tenían ostentosa popa y Cocol 25
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se animó al encuentro sexual. Resultando el maestro, un ejemplo a seguir, se metieron los tres a cumplir la misión. Panterita no se animó. No hubo represión, simple y sencillamente, él estaba educado en el seno de la religión católica. Le pidió a Dios que no fuera a castigar a los atrevidos. El estímulo era demasiado atractivo, pero pudo más la creencia religiosa. No estaba triste, simplemente no era el momento. Les tenía temor infundado a las enfermedades venéreas. Un maestro, en tono de broma, les había comentado que se les podía pudrir el pito. Así es de que, ni buscarle a la caída de genitales. Él tenía la intención de tener su primer encuentro sexual con su novia o esposa. Con alguien formal, esto es ético. Lo que los primos hicieron no era ético, pero sí placentero. Salieron como una hora después y Cocol repitió dosis. Guajo y el Johnny se conformaron con dos salidas al montículo de los disparos y ya no les quedaron ganas. Guardaron su lana para el siguiente día. El Cocol le platicó a su papá lo sucedido. No se podía guardar la experiencia, no alcanzaba a comprender si lo que hicieron era bueno o malo. Por la tarde, aprovechó Chuchín que los cuatro estaban reunidos para hablar con ellos. Les explicó en forma sencilla que la sexualidad consiste en ejercer el sexo y cada persona posee este recurso. Lo sano es hacerlo con una pareja cuando estás enamorado. En la fecundación, los habían hecho sus padres con sus madres, amándose, complementando amor con sexualidad. Cuando es pura sexualidad se llama genitalidad al encuentro de genitales masculino y femenino. Eso es lo que hicieron ustedes. Eso los acerca al instinto animal. Tú propones y la otra persona se pone como receptor, dispuesta a recibir. −Desde mi punto de vista, le falta la chispa, emoción, el sentimiento de aceptación y posesión para que se complete el acto sexual amoroso. 26
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−No, tío. Las chavas se pusieron cachondas con nosotros, estaban encendidas como diablas −interrumpió el Johnny. −Recuerda, Johnny, es un servicio sexual. Las trabajadoras actúan, tiene que hacer una buena representación para que el cliente salga satisfecho, sintiéndose macho −respondió Chuchín sereno. Lo que deben hacer ustedes es tomar medidas preventivas. Siempre se debe proteger al pene con un condón para evitar enfermedades de transmisión sexual como la gonorrea o la sífilis. No se les va a caer el pene ni a pudrir, pero si se les complica la enfermedad su vida puede correr peligro. Es importante que también piensen que si practican el acto sexual sin protección pueden ocasionar un embarazo. A eso se le llama fecundación y ustedes no están preparados para formar una familia. En este caso, las jóvenes hetairas se protegen del embarazo con anticonceptivos. Aun así tienen el riesgo de la fecundación. Para que no se compliquen la vida, cuando tengan relaciones con sus novias y no tengan protección, absténganse. Ahora que ya les expliqué la acción, ustedes califiquen si su conducta fue saludable o no. −Oiga tío, yo pienso diferente de mis primos. Yo no tuve relaciones sexuales porque es pecado mortal. Además quiero tener mi primera relación con alguien a quien yo ame −comentó Pantera −. ¿Voy bien o me estoy quedando rezagado? −Muy bien pensado, Panterita. Es respetable tu manera de pensar. Eso es ético y saludable. Quedas bien con Dios y contigo mismo. −Tienes razón, papá. El placer es satisfacción y los riesgos son la advertencia. La acción mecánica es instinto, ¡pero el amor es otra dimensión! Entiendo tu mensaje y trataré de ser responsable −expresó Cocol. −Oye, tío. ¿Nosotros cómo le hacemos para comprar condones? Ya nada más esta vez y le paramos. 27
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−Está bien, Guajo y Johnny. Qué bueno que son sinceros. Déjenme acompañarlos porque a ustedes no se los van a vender. Cuando iban entrando a la farmacia, Cocol empezó a hablar. −Pues a mí también cómprame uno. Al fin que ya es la última vez. −¿Tú, Panterita? −Yo paso, tío. La escuela de la familia es la que sienta las bases de una ética saludable. Los padres son los primeros maestros de la vida y ellos aprendieron de su familia. Debemos aprender lo que favorece al bienestar físico, intelectual, social, emocional, y espiritual. Eso nos dará confianza para comportarnos ante los demás con seguridad y que no nos engañen, que no nos confundan. Lo saludable es lo que le hace bien al cuerpo y al alma. El Día de las madres, los muchachos tenían organizado su grupo musical para llevar mañanitas. Los llevaba Chuchín. Cocol tocaba la guitarra, era el requinto. El bajo lo tocaba Guajo, Johnny las maracas y Panterita era el solista del grupo. Salían de la casa de Cocol a las doce de la noche y regresaban como a las dos de la mañana. Les favorecía llevar un guía adulto, pues no tenían problemas en la calle por ser menores de edad. Llevaban buen repertorio musical y se la pasaban ensayando desde finales de abril hasta el nueve de mayo. El catálogo era variado, con las mañanitas obligatorias. Después todo dependía de los gustos de cada mamá. Llevaban años practicando el dominio de los instrumentos musicales. El instructor era un maestro de música contratado por Chuchín. Ya identificadas las notas, ellos fabricaban las melodías y los tonos. El tener habilidades los hacía más seguros, dignos de la admiración de las jovencitas de la escuela o vecindades. A la una y 28
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media de la mañana, se incorporaban al coro multitudinario de la vecindad donde vivía Panterita. Eran como 20 jóvenes, sólo dos tocaban la guitarra, sin ser expertos. Por eso esperaban a los Cuatreros. El Cocol dirigía la sinfónica vecinal. Los músicos se convertían en galanes de las chicas, consentidos de las mamás. Panterita tenía una voz clara y melodiosa que había heredado de su madre. Codificaban los mensajes con un sentimiento profundo. Chuchín también participaba en el coro, pero las estrellas eran los Cuatreros, que cada vez tenían más variedad musical. Eso es ético, ser solidario donde te necesiten. −Para ti, tío, ¿quién de las cuatro mamás es la mejor de todas? −preguntó Johnny a Chuchín. −Para cada uno de ustedes su mamá es la mejor. Así pienso yo, mi mami no tiene comparación −expresó Chuchín después de pensar su respuesta−. Ahora bien, vamos a hacer una escala de evaluación. Existen malas madres, buenas madres, muy buenas madres y excelentes madres. ¿Cómo evaluó el comportamiento de una madre? Si la madre deseó el embarazo, cuidó a su hijo durante el embarazo, soportó el dolor en el momento del nacimiento o amamantó a su hijo durante uno o dos años. Entre más tiempo, mejor puntuación. Lo presenta ante la sociedad, considerando que su hijo es un regalo de Dios, un tesoro valioso, continúa la cosecha de puntos. En sociedad con el padre le proporciona casa, vestido y sustento. Es una madre comprometida y aumenta el porcentaje. Una madre que les da a sus hijos cuidados y afectos favorece que crezcan sanos y dignos de sentirse amados. Son ángeles de la vida, al alza el puntaje. Las mamás son enfermeras que curan las enfermedades de los hijos con remedios caseros o los llevan al médico cuando los remedios fallan. Eso es loable. Existen madres motivadoras que ayudan a sus hijos a lograr sus objetivos en las diferentes etapas de la vida infantil. Son descubridoras de habilidades y talentos que aportan a la sociedad artesanos, obreros, profesionistas, empre29
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sarios, deportistas, músicos, pintores y artistas. Una madre debe pensar en los límites de su función reproductiva para formar una familia sustentable y darles a los hijos lo necesario para su crecimiento y desarrollo. Cada madre, de acuerdo a sus circunstancias, va construyendo un mundo de oportunidades para sus hijos para que encuentren el sendero de la educación académica, la educación cívica. Sobre todo, educarlos para que sean personas que sepan convivir saludablemente en sociedad. Mamá no quiere hijos insolentes, irresponsables ni violentos. Para eso tienen que trabajar toda la vida. Por eso, mis queridos sobrinos, en este día se reconoce a las madres. Cada una desde su hogar está realizando su trabajo, construyendo familias y edificando una sociedad saludable. Cada persona, en su realidad familiar, desde su particular perspectiva, le otorga reconocimiento o repudio a su madre. Aquí en la vecindad de Panterita, hay mujeres que son dignas madres, que trabajan en las fábricas textiles. O que tras jornadas extenuantes de trabajo, llegan al hogar para continuar con las labores domésticas. Llegan con la sonrisa a flor de labio para supervisar a sus hijos, que son el motivo de su vida. Se convierten en madres aportadoras de recursos y satisfactor de necesidades. Honorables personajes que en este tiempo dirigen las actividades familiares. Designan actividades a hijos, supervisan las tareas escolares, son maestras y elaboradoras de comida. Enseñan a sus hijos puberales para que auxilien en esta labor. Los forjan técnicos en lavado y planchado, aseadores de calzado, les enseñan a mantener limpia y ordenada la casa. Son las capitanas del barco familiar, las que mayor parte del tiempo están en casa, así mismo conviven más con los hijos. Las madres generalas saben imponer límites a sus hijos. Aunque son autoritarias, se acatan sus órdenes. Por ejemplo, sus mamás. Cocol, aquí te quiero a las ocho de la noche sin excusa ni pretexto. Pantera, no te quiero ver en la calle con esos muchachos buenos para nada. Ya fuman y toman alcohol. Eso no los va a llevar a nada saludable. Ponte a estudiar para que seas un hombre productivo en la vida. Para ser ético, hay que respetar las normas, obedecer a quien te educa 30
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y ayudar al bienestar familiar. Eso te hace un joven comprometido. En estas circunstancias, más te vale obedecer, porque si no cumples las tareas encomendadas, triste tu calavera. Aunque ya están grandotes no se escapan de unas buenas nalgadas o unos buenos chanclazos. Más vale llevarla bien con ellas. Así es de que, con este panorama, cada quien evalúe a su mamá por los esfuerzos que hace. Todas las mamás son diferentes, eso las hace significativas para cada quien. La calificación es personal. Estoy seguro porque conozco a sus mamás. Todas son sobresalientes. −Tío, tengo una compañera que no le va nada bien con su disque mamá. Para mí es una vieja desgraciada. −Cálmate, Guajo. Sé más específico. −Va con nosotros en sexto año. El otro día la vi sentada cerca de una columna del patio. Me acerqué a ella y la vi llorosa. Le pregunté si alguien le había pegado o hecho algo. Se limpió los ojos y sonriendo me dijo que no pasaba nada. Le insistí y le dije, Clarita, soy tu amigo. Acuérdate que somos cuates. Me dijo que tenía razón pero que le daba pena. Que su mamá es muy mala, que la levanta a las seis de la mañana a hacer el desayuno para su papá y cuatro hermanos. Antes de ir a la escuela tiene que bañar a sus hermanitos. Cuando llegan a la escuela le gusta estudiar mucho porque no quiero ser como su mamá. Llegando de la escuela, hace la comida para todos, sopa de arroz con verduras, frijoles o lentejas y tortilla. De allí se va a trabajar al mercado La Victoria a acomodar la mercancía de un puesto de frutas y verduras. Dice que la señora Eugenia es muy buena mujer, le da buenos consejos porque hay unos muchachos que se la pasan molestándola. Uno de ellos es el Rogelio, ese grandote del salón que tiene una pandilla en el mercado y quiere que sea su novia. El otro día la quiso agarrar a la fuerza, pero no se dejó. Aun así la sigue molestando. Para terminar el trabajo, tiene que dejar arreglado y barrido el local. Después se regresa a casa a darle de cenar al borracho de su papá y a sus hermanos. Sólo 31
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toman café y pan de dulce. Me contó que soportaría todo eso si su mamá no la ofendiera. Se la pasa regañándola, diciéndole inútil, torpe, estúpida o buena para nada. Ella no trabaja, se la pasa arreglándose todo el día. Cree que anda con un viejo que es herrero pues los ha sorprendido varias veces besándose y su pobre papá no sabe. Chuchin era un buen tío. Estaba enterado que vivían en un barrio con ciertas desventajas y que la presencia de pandilleros o braveros no faltaba. Por ese motivo, había que estar preparados para la defensa personal. Les consiguió a los muchachos un instructor de boxeo, el maestro Gustavo Sosa. Se trataba de un personaje popular, buen hombre, campeón peso mosca amateur y profesional. Los preparó con disciplina. Primero la condición física. Enseguida la resistencia, flexibilidad, equilibrio, técnica del boxeo, estilo de defensa y pundonor en el ataque. Fueron dos años de entrenamiento, en que se entretuvieron, aprendieron y escucharon las anécdotas y consejos del maestro de boxeo. Por las noches iban a un instituto de judo, donde aprendieron el arte de la defensa personal. Eran actividades físicas intensas, pero las disfrutaban como al jugo de caña que venden en la avenida Reforma. Durante los cinco años de entrenamiento, los profesores aclaraban que el judo es el arte de defensa personal, no de ataque, no de promoción a la violencia. Después de la narración de los hechos por el Guajo, los Cuatreros se fueron por la tarde a buscar al tal Rogelio y su pandilla. Eran siete vagos de la misma edad que ellos. El Johnny, que era el más entrón, se la cantó al grandote Rogelio. Inició el combate y el Roger no tardó ni cinco minutos en caer. −¿Quien va? −preguntó el Guajo. Le brincó otro grandote. Al Guajo le costó más trabajo, pero al final cayó el gigante. Saltó Panterita y le salió un valiente. Ya le andaba a Panterita, una llave de judo fue su estrategia y dejó 32
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revolcándose al chaval sobre el pavimento. Cuando salió Cocol al ruedo ya nadie quiso y Rogelio quedó atrapado. −Si te atreves a molestar a Clarita, te la voy a volver a partir donde te encuentre. ¿Oíste, bribón? −le dijo el Guaje delante de todos. −¿Qué es tu novia? −preguntó el maltrecho. −Sí, es mi novia −contestó firme el Johnny. −Eso hubieras dicho. No había necesidad de estas peleas. Al día siguiente, Clarita le dio las gracias a su defensor, premiándolo con un beso. Los héroes se ganan la popularidad por su osadía, valentía y coraje acompañados de buenas razones. Chuchín acudió con las autoridades del plantel educativo para que se hiciera una investigación sobre la dinámica familiar de Clarita. Como no hicieron nada, contrató un detective privado. Con las pruebas en la mano se descubrió la infidelidad y malos tratos maternos y el caso fue llevado a la justicia. La mala madre a la cárcel y el viejo borracho a AA. Los cuatro niños pasaron de par en par al cuidado de unos tíos, con mejores condiciones económicas y sociales. Les dieron oportunidad a los padres para que se rehabilitaran y recuperaran a sus hijos. Estos son hechos éticos. Las palabras sirven para advertir. Cuando no hay entendimiento, se tiene que hacer justicia. Es muy satisfactorio, tener un tío de estas alturas que interviene saludablemente en el crecimiento y desarrollo de sus sobrinos. Un tío que te identifica, escucha, educa, asesora y protege, es un tío integral, de grano entero, tiene los ingredientes necesarios para aprovechar sus conocimientos y seguir su ejemplo de compromiso, valentía, lealtad, capacidad crítica y justicia. Ese es un tío valioso y valeroso.
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Se montaban en las bicicletas alquiladas con Juan Tlacuilo, destacado ciclista amateur y profesional poblano, cuyo taller estaba ubicado en la 15 Poniente y 2 Sur. Allí se las prestaban a cambio de una módica cuota por dos o tres horas. Pasado un tiempo, cada uno tenía su bicicleta deportiva con todos los enseres de seguridad necesarios. Para parecer ciclistas patrocinados por el padrino Chuchín. Durante la escuela secundaria y preparatoria se fueron de excursión a los diferentes parajes poblanos todos los domingos y festivos. Los cinco viajaban por pavimento hasta los Fuertes de Loreto y Guadalupe, los campos de aviación, Agua Azul, por los linderos de la carretera que va a Tehuacán y por la carretera que llega hasta la presa de Valsequillo. Llegaban cansados a los diferentes destinos, pero ya recuperados jugaban un partido de futbol soccer o un tochito de americano. Extenuados, se sentaban a escuchar las anécdotas o historias de su maestro. Cada quien llevaba su cantimplora con suficiente agua para hidratarse durante la charla. Recuerdo que mi padre era demasiado trabajador. Me dedicaba muy poco tiempo para diversión o recreación. La vida la ocupaba trabajando, empezando con un pequeño negocio especializado en máquinas de coser. Papá se la pasaba diseñando estrategias para que el negocio prosperara. Consiguió la concesión para vender máquinas alemanas. De acuerdo al proyecto en marcha surgieron necesidades como tener un taller para armar las máquinas, un cuarto grande para refacciones con clasificación de cada una de ellas para facilitar su reconocimiento y uso, mano de obra con sus respectivas prestaciones. Un contador confiable para llevar a cabo acciones administrativas del negocio, oficinas para la administración, una sala grande para exposición de las máquinas de coser. Una planeación integral para tener éxito. Mi papá se afanó en ser exitoso y lo logró a base de dedicación, esfuerzo y sacrificio. Dentro del plan maestro estaba incluido yo. Empecé a trabajar 34
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saliendo de la secundaria. Inicié con los obreros, que ignoraban que era el hijo del patrón. La estrategia era escucharlos, observar los tiempos de trabajo. En lo personal, aprender de memoria todas las piezas para ordenar el rompecabezas. Después de dos años de trabajo, subí de categoría. Era el chalán de los trabajadores que repartían la mercancía. En el camino, aprendí a manejar camioneta, jeep y hasta un camión. Cuando cumplí la mayoría de edad, papá me dio el puesto de auxiliar de contador. Trabajaba con la contadora, doña Paz. Ella me enseñó con mucha paciencia los secretos de la contabilidad y al cabo de dos años yo me encargaba del teje y maneje de la empresa. Me sobraba inteligencia, gracias a Dios. Así fue como llegué a ser imprescindible para el negocio. Papá me entrenó para conocer todos los secretos del negocio familiar y con el tiempo llegué a ser el gerente de la empresa sin tener título universitario. Estudié la prepa nocturna y asistí a múltiples cursos de administración de empresas. Papá estaba orgulloso de mí y yo también me sentía satisfecho. Sin embargo, algo interior me incomodaba. Había un vacío que faltaba llenar. Perdí las experiencias de adolescencia al lado de mis amigos y amigas. Compartí mi tiempo de bachiller con compañeros de trabajo mayores de edad. Por este motivo, estoy aquí con ustedes, recuperando aquellos momentos que faltaron de llenar. Todos se levantaron, tiraron al pasto al tío, lo rodaron hasta que se cansara de dar vueltas, como pelota que no se detiene hasta que encuentra un límite. En lugar de comer en la casa los llevaba a comer antojitos poblanos, chalupas, envueltos de mole, tlacoyos, gorditas, quesadillas, tacos de barbacoa, chicharrón con carnitas, semitas de pata, tortas de milanesa, tacos árabes, chanclas o chile atole. Todos disfrutaban el momento gozoso. En cierta ocasión el Johnny le dijo al tío cuando estaban co35
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miendo unas chanclas adobadas. −Tío, ¿puedo pedir una cerveza? No −le contestó el tío amablemente−. Te voy a explicar el motivo. Cuando estaba en la secundaria, tenía un compañero que le decían El Chivo. Quien sabe por qué le pusieron así. Muy buen muchacho, bien vestido, educado, inteligente. Navegaba solitario hasta que encontró unos pares o cuates muy desmadrosos. Chivito era tímido, no se atrevía a fumar, tomar alcohol, entrarle a la mota, andar en motocicleta a toda velocidad o conquistar chicas. Le faltaba valor. Hasta que un día se le ocurrió empezar a fumar cigarrillos, tomar cerveza, cuba, whisky, vodka, martinis, coñac y así por el estilo. Luego se inició en la mota. Empezó a ligar con chavas bonitas, era guapo Chivito. Transcurrió el tiempo y todos los compañeros transitaron la prepa y llegaron a la universidad. Chivito se quedó estancado en el vino. Se volvió alcohólico y nadie lo detenía. Ni sus padres, ni su hermano. Por más que lo cuidaban no hacía caso. Se convirtió en un viacrucis para toda la familia. Se transformó en un joven descuidado, desvelado, deprimido y ya no quiso estudiar. Lo llevaron a alcohólicos anónimos, pero el programa dio pobres resultados. En cierta ocasión iba circulando en una moto con el conductor atascado de mota. Sobre el caballo de acero, llevaba a una compañera de adicciones. Iban en un mundo virtual y tuvieron un accidente. Chocaron contra un camión con redilas. Él quedó muy grave y la muchacha falleció. Lo metieron a la cárcel por homicidio imprudencial. Estuvo siete años y lo dejaron salir por buena conducta. En el centro de rehabilitación social, en lugar de reformarse, salió maestro de la maldad. En ese concepto lo tenía la gente. Se le tachaba de poco amigable, aunque no era violento. Un día cuando salía del trabajo, me lo topé de frente y me hice que no lo conocía, pero él sí me reconoció −¿Qué pasó, mi buen? ¿Ya no te acuerdas de mí? 36
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−No me digas que eres Gervasio −le contesté amablemente y no supo qué contestar. Me acerqué a ese cuerpo envejecido, descuidado, mal oliente, con ropa mugrosa y roída, le di un abrazo. −¿Qué cuentas, mi Gervasio? No contestó, estaba confundido. −Oye, mi buen. ¿Qué te parece si nos comemos unos tacos árabes? Yo voy para el restaurante. −¿No te da vergüenza, Chuchin? ¿Andar con un vago? −preguntó sorprendido. −Lo abracé y nos fuimos al restaurante, que estaba como a cien metros. Procuré sentarme lejos de la gente para que el aspecto y el olor no causaran desagrado en los demás clientes. Fue al sanitario a lavarse la cara, las manos y darse una peinadita. Entonces le pregunté si se acordaba de la secundaria. Le dije que, aunque descuidado, no había perdido la galanura. Me preguntó si lo decía en serio y le dije que no era un mentiroso. Nos sirvieron unos tacos deliciosos y agua de tepache para deleitar los labios. Estuvimos recordando viejos tiempos y luego me agradeció que confiara en él. Que nadie le había echado la mano y todo mundo le sacaba la vuelta. Me preguntó si sabía que era un asesino y le contesté que había sido un accidente. Me contestó que por Dios, no se acordaba de nada porque en el momento del accidente iba atascado de hierba. Lo dejé desahogarse unos minutos. Continuó la catarsis y cuando terminó la purificación le comenté, ya ves carnal. Tú no eres un asesino, el azar o mala suerte te acompañó en ese momento. Esa circunstancia no tiene que ser para toda la vida. Reconoces que estabas bajo influencia de esa droga tóxica que nubló tu mente. Entonces se levantó y me dio un abrazo. Me agradeció la comprensión y me dijo que tenía un recuerdo que no podía sacarse de la cabeza. Maldijo a los que lo ayudaron a involucrarse con el cigarro, con la primera 37
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cerveza, con la primera maldad. No recordaba quienes fueron, pero los mandó a … a su madre. Empezó a llorar como un niño arrepentido. Lo estuve consolando, la gente que estaba en las mesas cercanas se conmovió y aparecieron lágrimas de empatía. Allí estuvimos hasta que se recuperó del trance. Cuando salimos lo noté sereno y tranquilo. Su andar era más seguro y nos despedimos con un abrazo. Finalmente le dije, Gervasio, cuenta con un amigo en la vida, ánimo mi caifán. Ya sabes dónde trabajo, en el negocio con mi papá, para lo que se te ofrezca. Pasaron dos semanas, estaba con la contadora en el despacho, cuando me fue avisar la secretaria que me buscaba un amigo. No lo reconocí a primera vista, pero cuando me acerqué hacia él lo identifiqué. Era Gervasio. Ahora con un aspecto juvenil, presentación personal impecable, corte de cabello formal, vestimenta limpia, zapatos lustrosos, y lo más importante, una sonrisa agradable. Le dije juguetonamente que estaba sorprendido con su galanura. Y me contestó que así era él, que lo había transformado y estaba ahí para pedirme una oportunidad. Me acerqué a papá y le platiqué brevemente de quién y de qué se trataba. Papá lo hizo pasar a su despacho, ya enterado del caso le dio grata bienvenida. Luego de platicar un rato, le dijo que le daría su turno al bat como en el béisbol con unas condiciones. No faltar al trabajo, de lunes a viernes de las 8 a las 13 horas y de 16 a 19 horas. Los sábados de las ocho de la mañana hasta las cuatro de la tarde. Ser asiduo, puntual y bien presentado.Se le proporcionaría uniforme y por ningún motivo podía presentarse borracho. Estaba prohibido fumar dentro de la empresa. El sueldo era de 400 pesos semanales y si trabajaba bien, en dos meses le inscribiría al seguro social con todas sus prestaciones. Gervasio aceptó alegre y prometió no defraudarlo. Así son los negocios, asciendes en la empresa o te vuelves empresario por tu cuenta. Después de poner las cartas sobre la mesa, Gervasio se portó como un caballero en la empresa. Por un milagro, se retiró del vicio completamente. Dios lo iluminó y hasta le dio su bendición, porque se casó con mi prima Patricia. Ese es el tío Gervasio, el famoso 38
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Chivito. Entiendes, mi Johnny, por qué no les autorizo la cerveza. No nada más a ti, sino a ninguno de ustedes. No sea que me vayan a salir chiviricos. −¿Entonces, tio, tu aconsejas no tomar alcohol? −Te voy a dar un consejo saludable. Me puedes alegar como un amigo empresario, que como pretexto mencionaba que Cristo tomaba vino. Que incluso llenó las tinajas en las bodas de Canaán. Manifestó en forma mordaz que el Hijo de Dios es el principal promotor de la ingesta de vino. Pero ahora te doy mi punto de vista. En épocas remotas, las agrupaciones humanas eran nómadas que andaban por el mundo en viviendas improvisadas y vivían de la caza de animales. Cuando el hombre se hizo agricultor, la actividad le permitió obtener alimentos de la tierra y dejó de andar vagando. Dentro de esos cultivos nació la vitivinicultura, que son los métodos o procedimientos que se utilizan para cultivar la vid. De esta planta nace la uva y a partir de este fruto se obtiene el vino. Como se imaginan, muchachos, de acuerdo al terreno y al clima se obtienen diversidad de frutos y de vinos. Las primeras regiones en Europa fueron trabajadas por monjes benedictinos. En Francia sucedió en regiones como Burdeos, Champagne, Borgoña y Alsacia. En Alemania ocurrió en Franconia y en las riberas del río Rhin. En ese tiempo era más confiable tomar vino porque el agua producía enfermedades, llamadas hídricas, que mataban mucha gente. De allí que las personas almacenaran el vino para sus necesidades familiares. Algunos pueblos como los griegos, tenían a su dios del vino, o Dionisio, a quien también relacionaban con el teatro, la danza, el éxtasis y los excesos. Este último factor advierte que el vino se convierte en peligro para la salud física y mental. Lo recomendable es la moderación, utilizarlo en la mesa diaria como aperitivo. Para abrir el apetito, una copa de Vermut o Cinzano son exitosas. Lo mismo se puede utilizar como digestivo, al final de las comidas una copa de Kahlúa o amaretto son fisiológicas. 39
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Moderar es la clave, la llave del éxito para disfrutar del vino. Puedes disfrutarlo mientras socializas. Si lo utilizas para afrontar problemas, para sentirte más extrovertido o hasta para ser aprobado dentro de un grupo, es riesgoso porque estás bajo presión emocional. Si aprendes a limitar la ingesta estás moderando. Así no te emborrachas, no te embriagas, no haces el ridículo y no fabricas enemigos gratis. Hay que educarse para ingerir vinos o licores y disfrutar, paladear y tener sensaciones agradables que te permitan socializar saludablemente. Mi papá antes de sentarse a comer toma una copa de anís como aperitivo, por ejemplo. −¿Tío, cuál es la mejor bebida? −Ya me la están poniendo difícil. Miren, jovencitos. Hay personas en todas partes del mundo que se llaman sommelier o catadores de vino, como se dice en español. Estos personajes trabajan en restaurantes, hoteles y centros de festejos. Ellos recomiendan a las personas el tipo de vino apropiado que se debe ingerir junto con los alimentos. La función primordial incluye disfrutar la comida, la bebida y favorecer la digestión. En Europa los sommelier ganan mucho dinero. En México son actividades poco valoradas. Pero claro que existen lugares con este tipo de cultura, entre la gente que ha crecido con este tipo de educación. Desgraciadamente, la mayoría de la gente no está educada ni entrenada para disfrutar el vino o los licores. Para la gran mayoría, el objetivo es la embriaguez, que desequilibra el sistema de las emociones y los impulsos. Para ser sommelier, se necesitan varios años de entrenamiento en centros especializados profesionales. Es una licenciatura, hay que educar los sentidos para saber qué características tiene el vino. Desde la copa en que se va a tomar la bebida hasta las características del líquido. Son tres años de carrera. No es fácil, sólo es que te guste y te apasiones. −¿Tío, qué tipo de bebidas existen? −Los dioses tenían reservado los mejores vinos para las perso40
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nas privilegiadas de los pueblos. Por lo general, las que tenían más recursos económicos y posición social. La idea principal era vivificar, inspirar y pacificar. Mantener orden, no generar caos o desorden. Eran personas educadas las que tenían acceso a estas bebidas espirituosas para actuar como mensajeros de Dios. Así era la ética de esos tiempos. Con el paso de los siglos, la tecnología ha evolucionado en cuanto a métodos de cultivo de la vid. Hay muchos lugares en el mundo en donde se procesa el vino. Laboratorios que siguen protocolos de fermentación, de química para la creación de diversos tipos de vino, de almacenamiento en alambiques de roble, comercialización del vino, o con el diseño de presentación que debe ser atractivo y en botellas de vidrio con tapón de corcho. Así han surgido infinidad de marcas de vino, caros y baratos, vinos blancos, ligeros, secos, jóvenes, ácidos, sin cuerpo, añejados en barricas, tintos, rosados, espumosos, afrutados, dulces y especiales. Así es la empresa de los vinos. Fina, refinada, para personas educadas, que lo acostumbran en su mesa diaria o en ocasiones especiales. Recuerden, con moderación. Eso es lo ético. −Tío, aquí la gente toma poco vino. Más bien otras cosas −Sí, Guajo. Lo que ingiere la mayoría de las personas son bebidas alcohólicas que contienen etanol o alcohol etílico. Por eso se llaman alcohólicas. Están prohibidas para los menores de edad, como ustedes, para las mujeres embarazadas y los conductores de vehículos. Estas bebidas embotelladas se encuentran en los supermercados de muchos lugares del mundo. Aquí en Puebla hay bebidas fermentadas como la cerveza, sidra y pulque, cuyo contenido de alcohol no supera el 15%. Existen otras más fuertes que tienen mayor concentración, como los licores, que tienen entre 30 y 59%. Entre ellos están los aguardientes, el brandy, el whisky, el tequila, el ron, el vodka y la ginebra. Los licores son pegadores. Si no saben moderar la cantidad, caen en la embriaguez. Que de esta plática quede un corolario, para ingerir vino 41
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o bebidas alcohólicas hay que tener moderación porque eso es ético o saludable. Hay que evitar el exceso porque nos lleva a la embriaguez. El abuso nos conduce a perder el equilibrio emocional. Al ridículo, al caos. La demasía nos convierte en seres instintivos, con riesgos que pueden dejar secuelas o poner en peligro la vida. Lo que llaman la penosa cruda moral y física. Servidos, jóvenes. Ya me exprimieron las neuronas. Los famosos Cuatreros ya están cursando la escuela secundaria, la pubertad y la adolescencia. El tío Chuchín empezó a entrenarlos con excursiones a pie hasta el cerro de Loreto, que subían y bajaban dos veces seguidas. Eran aproximadamente 2,200 metros por cada ascenso. El ejercicio se realizaba de las seis a las nueve de la mañana y no sabían el motivo. Después regresaban caminando a la ciudad y se sentaban en el zócalo a contemplar la catedral y los portales. Llevaban siempre una mochila con agua y comida. Este tipo de entrenamiento lo realizaban dos o tres veces por semana. En esta época de vacaciones no representaban más de tres horas de recreación, tiempo que el tío empleaba fuera de su horario de trabajo. Su lema rezaba, el tiempo es vida, hay que aprovecharlo. Los domingos, después del trajín deportivo iban a los baños públicos del Paseo Bravo a disfrutar el vapor y a nadar en la alberca que estaba en el interior. Un mes después del entrenamiento exhaustivo, un domingo, se presentaron con su ropa deportiva, mochila con bebida y comida y se fueron rumbo a la carretera de Cuernavaca. En el trayecto se desviaron hacia un lugar llamado Tepoztlán. Allí había una montaña de 600 metros de altura con camino empedrado, abrupto y tortuoso. Para los jóvenes, todo eso era como pan con leche calientita. Caminaron dos kilómetros hasta llegar al cerro y subieron con facilidad el empedrado camino hasta llegar a la 42
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cima. En la cúspide había un templo formado por dos habitaciones para llegar al lugar de los dioses. Había que subir trece escalones que representan los trece cielos del universo mesoamericano, los trece días de la semana del calendario ritual. En el contexto prehispánico, aquí sólo subían los sacerdotes.Lo hacían con el cuerpo inclinado en señal de respeto al dios, y descendían de reversa para no dar la espalda a lo divino. Los jóvenes lograron el objetivo, ascender en menos de 30 minutos. Comprendieron que era un centro ceremonial de los antepasados. Lo que no olvidaban de la historia prehispánica, era que los tamemes entre los mexicas eran los encargados de acarrear las piedras edificadoras desde lugares cercanos. Estuvieron platicando en la cima, tomando fotografías y comiendo parte de la comida y bebida. Una obligación era intercambiar los alimentos. Así se integraba el grupo de primos y hermanos con su tío y maestro. −Les voy a hacer una pregunta. Si no hubiéramos entrenado previamente, ¿este ascenso hubiera sido más difícil? −Yo creo que sí, tío. Subimos rápido, sin dificultad para respirar y las piernas no me duelen. Todo aparentemente bien, el entrenamiento fue bueno −contestó el impetuoso Johnny. −¿Tú qué opinas, Guajo? −Igual que Johnny, tío. Me siento bien, como para subirlo y bajarlo tres veces. −¿Tú qué opinas, Cocol? −Igual, papá. Que hay que prepararse para las competencias para hacer un buen papel. −Panterita, ¿cuál sería el siguiente paso? 43
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−Déjame pensar, tío. Siempre nos preguntas qué dice el sentido común. Pues ascender una montaña más alta. −Muy bien contestado por todos. Los estoy preparando para subir al Popocatépetl. ¿Qué les parece? Todos gritaron bravo. −Oye, tío −preguntó el Guajo−. ¿Por qué no primero a La Malinche? −Mira, hijo. Por ese rumbo la gente no es muy confiable. Es muy agreste y no quiero exponerlos. −Está bien, tío. Pues a seguirnos preparando para el Popocatépetl. Esa es la ética preventiva. Bajaron a comer a un restaurante típico morelense como premio al esfuerzo. Allí disfrutaron los exquisitos itacates triangulares rellenos de tinga, flor de calabaza o carne, pedidos por Guajo. Más tradicional, Panterita disfrutó de unos tlacoyos acompañados de nopalitos, salsa y queso. El Johnny disfrutó un platillo de cecina de Yecapixtla acompañada de queso y salsa picosa. Cocol disfrutó un suculento mole rojo de guajolote. El tío Chuchín se comió un mole verde de pepita de calabaza o pipián con pollo. Tomaron deliciosas aguas frescas de jamaica, limón y horchata. De allí salieron a disfrutar las deliciosas nieves tepoztecas ofrecidas a los dioses, las tradicionales de agua, envinadas, picantes, del huerto o de dieta. Los cinco pidieron de arándano, zapote, capuchino, tejocote, maracuyá. Luego volvieron a repetir platillo y pidieron de piña, coco, pepino con chile, aguacate y apio. Al terminar, el Johnny tomó la palabra. −Caray, tío. Si este es el premio por esta pequeña montaña, qué será cuando vayamos al Popocatépetl. Esta sí es ética gas44
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tronómica. La preparación se intensificó para ascender a la cima del Popo o de la mujer dormida. Tres veces a la semana tocaba caminata, trote, carrera, ascenso y descenso de los fuertes de Loreto y Guadalupe. Luego descanso y relajamiento. La duración del entrenamiento fue de 30 días, antes del ingreso a clases. Todos estaban contentos con el proyecto y la planeación estratégica previa al ascenso. La ropa apropiada adquirida por el patrocinador, medias de lana, zapato flexible para ascenso, ropa abrigadora, gorro, lentes o googles, bufanda, mochila con compartimento para bebida y alimentos. No llevaban piolet, ni cuerdas, ni equipo especial. El ascenso sería simple. Había que caminar por las rutas seguras hasta donde se pudiera, no escalar ni acampar. El grupo estaba eufórico. La cita fue a las cuatro de la mañana. Salieron de Puebla rumbo a la Ciudad de México. Se desviaron hacia Cuautla, de allí hasta Chinameca, de este lugar a Tlamacas y allí dejaron la camioneta estacionada. De este lugar se fueron caminando ocho kilómetros hasta el Paso de Cortés. −Se llama así porque en 1519, Hernán Cortés utilizó este camino rumbo a Tenochtitlan. Estaban a 3,600 metros de altura, les faltaban 2,000 para llegar al glaciar −explicó Chuchín. Cuando Chuchín llegó a esta altura, empezó con un dolor de cabeza intenso y vómitos. Por más que intentó adaptarse no pudo y todo el grupo estaba preocupado. Cocol consiguió un taxi para que los llevara a Tlamacas. Ya en este lugar se recuperó el maestro, quien terminó muy apenado. −Son contingencias que no están programadas. Les agradezco su comprensión. En cuanto me recupere nos vamos de regreso. Los muchachos organizaron un tochito mientras el tío descansaba. Después de dos horas de sueño ya estaba repuesto y hasta se atrevió a jugar cinco minutos de futbol americano. 45
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Regresaron alegres cuando vieron al guía recuperarse. Venían comentando que la salud se antepone ante cualquier circunstancia, cuando el Guajo tomó la palabra. −No importa, tío. Se cumplió el objetivo y nos quedamos en la etapa dos de tres.Lo importante es que estás bien. Ya habrá oportunidad para un nuevo ascenso. Todos aplaudieron al Guajo. Eso es ética solidaria. En cuanto llegaron a Puebla, lo acompañaron a un sanatorio particular, donde lo revisó un cardiólogo. Le realizó un chequeo clínico, un electrocardiograma y una prueba de esfuerzo. Todo indicaba normalidad. −Chuchín, lo que tuviste fue un mal de montaña, nada serio. Fue transitorio, y estás más sano que yo, haz tu vida normal − dijo el médico al final. Ya no volvimos a intentar escalar al Guerrero valiente o la Mujer dormida, nos conformamos con que estuvimos a 3,600 metros de altura. Continuamos con las caminatas, trotes carrera, bicicleteada, tochito y beisbol los domingos y los días que se podía. Lo importante era que el guía y maestro recuperara su adolescencia extraviada. El paso del tiempo va cambiando las alianzas. Cambia el contexto. Cocol se fue a estudiar la secundaria a la escuela Venustiano Carranza y Panterita ingresó al Centro Escolar. Las escuelas tenían métodos de estudio y disciplina diferentes, compañeros con talentos diversos, claramente una nueva etapa en la vida de los Cuatreros En la secundaria del Centro Escolar la disciplina era estricta para el estudio, educación física y educación cívica con límites propios de un régimen militarizado. No había contemplaciones para los géneros masculino o femenino. La entrada era a las siete 46
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de la mañana. Cada quien se dirigía a la pista olímpica a practicar la rama de atletismo para la que fue seleccionado. Panterita fue seleccionado para salto de altura. Aunque no era muy alto con sus 1.65 metros, tenía aptitudes para saltar obstáculos. El maestro enseñaba y pulía la técnica de los alumnos. Los de segundo y tercer años eran más expertos. Sin embargo, Pantera era muy ágil, con habilidades felinas, y pronto fue de los favoritos del maestro. Después de los 45 minutos de entrenamiento, pasaban a los vestidores para un baño de regadera rápido y cambio de ropa. A las ocho de la mañana, estaban puntuales en el patio de la escuela secundaria. El lugar de la bienvenida matutina tenía forma de un cuadrado limitado geométricamente por arbustos. En el centro del área se colocaba el prefecto o director escolar, dirigiendo unas breves palabras por el nuevo día o algún mensaje motivante. De allí directo al aula de clases. Cada grupo debía estar bien alineado, sin hacer batahola. Al llegar al aula cada quien sabía cuál era su mesabanco, se iba a sentar y a colocar los utensilios de trabajo. Los hombres, con el pelo a la brush, las orejas limpias, los dientes cepillados, la corbata negra ceñida al cuello sobre una camisa blanca de manga corta, pantalón caqui, que es color amarillo ocráceo o amarillo verdoso (el color de los primeros uniformes militares ingleses), los zapatos de color negro con protectores en talón y puntas, calcetines negros y suéter de color rojo. Las mujeres vestían con balerina blanca en la cabeza, blusa blanca, falda color caqui, calcetas blancas, zapatos negros con protectores y suéter rojo. Las maestras y jefes de grupo portaban el uniforme reglamentario impecable. Los maestros con traje de vestir y corbata. Todos elegantes. La impartición de clase estaba programada, por la mañana de 47
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las ocho a las trece horas, por la tarde de las tres a las seis de la tarde, con descanso recreativo diez minutos cada hora. En el receso, se escuchaba música de Ray Conniff o Frank Pourcel para educar el oído a la música instrumental. En caso de contingencia por la falta de algún maestro, la mentora jefa de grupo daba una clase de civismo o de historia de México. A la una de la tarde, salían marchando hasta la puerta de salida de la escuela. Como era una escuela monumental con diferentes edificios de preescolar, primaria, secundaria, preparatoria y capacitación técnica, se tenía que respetar el área de las diferentes escuelas en las horas de clases. Solamente en caso de contingencias especiales, se abandonaba el área para ir de visita al jardín de niños, primaria o preparatoria. La disciplina era obligatoria en cualquier circunstancia. Cuando asistían a los laboratorios de biología, física y química, se debía conservar el orden. Los talleres estaban en la parte posterior de la secundaria. Las clases eran tres veces a la semana por dos horas. Cada quien elegía un taller entre carpintería, mecánica general, herrería, mecánica automotriz, electricidad, dibujo, encuadernación, dibujo y pintura o mecanografía. La mayoría de las compañeras estaban en los últimos tres talleres, además de cocina y costura. Panterita acudía a la escuela en una bicicleta Hércules que le había regalado su tío Chuchín. Entraba por la puerta principal y dejaba la bicicleta en el estacionamiento. Le daban una ficha metálica que tenía que entregar a la salida. Sólo así podían abandonar la escuela alumno y vehículo. Una gran mayoría usaban como medio de transporte el camión urbano. Otros llegaban caminando. Nadie llevaba automóvil. La mayoría de los compañeros del grupo de Pantera eran aficionados al futbol soccer. Él estaba entrenado para estos menesteres en el barrio. Era buen jugador y le gustaba jugar de porte48
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ro. Disfrutaban los encuentros en la pista olímpica empastada, después de la una de la tarde hasta las dos. La entrada vespertina era a las tres. En algunas ocasiones cascareaban a las seis de la tarde. En cierta ocasión, Panterita perdió la contraseña metálica en el campo de juego y todos los compañeros lo auxiliaron en la búsqueda. Hasta las dos y media encontraron la dichosa placa. Esto es ética amistosa. Durante el primer año de secundaria, Panterita acostumbraba salir de su casa a las dos y media. No siempre llevaba bicicleta y se iba caminando a esa hora. Pasaba por su compañera de grupo, Cristina, y se iban platicando hasta la escuela. Ella era hija de un connotado abogado poblano y tenía dos hermanos que estudiaban en la escuela de leyes, conocidos en el barrio por violentos. Cristi tenía miedo que le fueran hacer algo a Pantera porque la acompañaba. Eran muy celosos, pero con el paso del tiempo nunca aparecieron los sujetos. Estaban enterados quienes eran los Cuatreros. Durante las siete calles de trayecto, platicaban de las actividades escolares y se reían de cualquier simplonada. Se llevaban bien. La ley de atracción gravitacional, disfrutaba la cercanía de sus cuerpos sin romance presente, mantenían buena amistad. Las dos espigas poblanas entraban por el puente posterior de la escuela. En ocasiones, Pantera se iba a la escuela con su amigo Hugo, que también vivía cerca de la casa de Pantera. Eran buenos amigos, tanto que algunos les decían los hermanos tigres. Eran aficionados de los Tigres de México, capitanes del equipo estudiantil. Los rivales eran los Diablos Rojos, y eran comandados por Camacho y el Picapiedra. Estas cascaritas beisboleras se llevaban a cabo en la cancha de hockey que improvisaban como campo de batalla de los deportes. La recreación deportiva estaba asegurada. Cada grupo de compañeras porristas tenía su equipo favorito y alegraban la fiesta. Todos los integrantes del grupo escolar participaban y siempre había polémica pero todo 49
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terminaba en cordialidad. Hugo era de Irapuato y su papá era capitán del ejército. La entrada por el puente era sobre la seis sur y la entrada principal por la diez sur. Cuando entraban por el puente admiraban los viveros de la escuela, ocupados por numerosos árboles frutales de durazno. Estaba estrictamente prohibido cortar el fruto. Al que se atreviera le pasaba lo que Adán y Eva, un castigo ejemplar. Hacia el lado oeste estaba la pista olímpica de atletismo en sus ocho carriles laterales. En el centro de la pista estaba el campo reglamentario, empastado para jugar futbol soccer o americano. Un área de ensueño para revolcarse, girar el cuerpo sobre el pasto o acostarse a ver el cielo. En la lateral de la pista, sobre el lado norte, estaba el graderío. Peldaños sostenidos por hierro y tablones de madera.Cincuenta escalones, y a cada fila le cabían cincuenta alumnos. Allí se elaboraban los famosos mosaicos espectaculares que llevaban mensajes significativos para la juventud. Denotaban amor a la patria, a los niños héroes de Chapultepec o al Colegio Militar. En el lado sur estaban en el primer piso los vestidores y los baños de regadera. En la parte alta, las gradas de cemento que permitían observar hacia la pista olímpica. Por el lado sur, permitían admirar la piscina olímpica con sus ocho carriles y sus plataformas para clavados. Una de las actividades iniciales, que infundía mucho temor a los estudiantes que ingresaban al colegio, era la prueba de plataforma de diez metros. Tenían que afrontar la prueba, pues era un requisito obligatorio lanzarse de esta altura. El cien por ciento de los estudiantes lo hacía parado hacia el frente. Para los que no sabían nadar, los maestros los esperaban para rescatarlos oportunamente con unas garrochas. Nunca aconteció acciden50
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te alguno. Era más el miedo que bloqueaba que la experiencia inolvidable. De esa actividad salieron algunos compañeros clavadistas. A los que les gustaba la natación, allí completaban su entrenamiento estudiantil. En una lateral de la alberca estaba el gimnasio olímpico, que se usaba para practicar gimnasia, básquetbol, boxeo y lucha olímpica. La duela era magnífica y sólo se podía ingresar con zapatos tenis. Las gradas laterales se vestían de lujo cuando eran ocupadas por los o las porristas en los encuentros deportivos estudiantiles. Aquí era el centro de entrenamiento de Panterita, quien practicaba gimnasia olímpica sobre las paralelas, los anillos, el caballo con arzones y ejercicio a manos libres. Era un estudiante resistente, equilibrado, flexible, fuerte y disciplinado. Era de los mejores de la secundaria. Por la entrada principal de la escuela estaba el estacionamiento de bicicletas. A la derecha una vía corta de descenso, luego una avenida adornada en las laterales por jardines geométricos. Después de un trayecto de 50 metros, a la derecha aparecía la calle que conducía a la escuela primaria y hasta el fondo se ubicaba el jardín de niños. Sobre la avenida, después de unos 100 metros, estaba el edificio de tres pisos de la secundaria. Las calles interiores lucían impecables en limpieza, los contenedores de basura ordenados, los jardines hermosos, adornados, con pasto, arbustos, árboles ornamentales y frutales. Regresando a la entrada principal, siguiendo hacia el frente estaba la entrada principal al hall o sala de recepción. En la lateral izquierda del pasillo había cómodos sillones, intercalados con macetones ornamentales. Los muros eran de color pastel y en la lateral derecha se encontraba un módulo moderno y elegante de madera, ocupado por una recepcionista u orientadora. En el muro estaba el retrato del director general de la escuela y 51
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enseguida un mural de los Niños Héroes de Chapultepec, pues la escuela estaba dedicada a su memoria. Hacia el interior del lado izquierdo estaba un amplio salón que incluía la peluquería de precio económico en la que sólo se practicaban dos estilos, a la brush o a la americana. En la parte interna, la cafetería y restaurante para los alumnos que vivían lejos de la escuela y preferían quedarse a comer rica comida. Hacia adentro, había mesas con sillas para cuatro personas. Al fondo había múltiples mesas para jugar ajedrez o dominó y mesas para jugar ping pong. Todo estaba diseñado para la recreación estudiantil. Hacia el lado derecho del hall de entrada, enseguida de los murales de los Niños Héroes, existía una escalera que conducía a un segundo piso en donde estaba la biblioteca escolar. La sala de recepción al templo del estudio, la meditación y el silencio. Este lugar era atendido por una señora de tez muy blanca con atención empática y carácter jovial que se llamaba Blanca Alicia. Ella se encargaba de sacar de los estantes el libro requerido y de expedir un recibo que era la contraseña para entregarlo a la salida. Una multitud de mesas de madera fina con sillas de estilo moderno estaban distribuidas estratégicamente en un salón hermoso con muros pintados de color pastel que contrastaban con el color de la sillería y mesas de color caoba. Era un templo cuidado, ordenado y silente. Cuando los estudiantes hacían trabajo en equipo, la biblioteca estaba vacía y se podía levantar la voz un poco. Aquí se elaboraban los trabajos del grupo, de historia universal, historia de México, matemáticas y español con los compañeros del salón, algunos hijos de militares. Fausto, hijo de un general. José Luis, hijo de otro general. Luis Alonso, hijo de un capitán, Hugo, hijo de un capitán. Ernesto, hijo de un mayor. Guillermina y Josué, 52
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hijos de otro mayor. También existían hijos de abogados, médicos, profesores, contadores y profesionistas. Hijos de padres empresarios, de origen mexicanos, americanos, alemanes, rumanos, judíos y árabes. La mitad del grupo eran hijos de obreros, empleados y campesinos. Allí estaba Panterita poniendo en alto a los Cuatreros. Eso es ética de superación personal. Las faltas de respeto, abuso de confianza y ofensas a profesores se sancionaban severamente. Un joven varón, intencionadamente, le levantó la falda a una compañera y lo vio la maestra. Le costó posición firme en el patio de honor, en pleno rayo del sol por dos horas, diez horas de biblioteca y pedir disculpa a la compañera delante de todo el grupo. Los que hurtaban el fruto prohibido, daban diez vueltas a la pista de atletismo de nada más cuatro kilómetros. Faltar el respeto al profesor equivalía a dos horas en posición firme en el patio de la secundaria, donde todas las miradas se concentraban. Enseguida abordar las 50 gradas de la pista de atletismo, subir y bajarlas seis veces. Más valía portarse bien, porque los castigos físicos dejaban huellas. No había pretexto para no cumplir. Estaba de por medio el honor y la integridad. En el aspecto académico, si alguien reprobaba un mes de alguna materia, salía la tarjeta amarilla. Si reprobaba el siguiente mes, la tarjeta roja, y adiós, joven. No les temblaba la mano para despedir al que no aprovechaba la oportunidad. La mayoría eran estudiosos. Pantera siempre se mantuvo en los cinco primeros lugares y la competencia era limpia y justa. Los que se encontraban peleando los primeros lugares eran Miguel Ángel, Romualdo, Belisario, Antonino, Antonio, Cesar, Rubén, Adalberto, Cristina, María Elena, Blanca Lilia, Carmen, Irma, Maritere. Los que se mantenían a media tabla eran Abel, Vicentillo, Gil, Antonio, Ramón, Joaquín, Hugo, Robertina, José Luis, Ismael, Fausto, Picapiedra, el Potrillo, Armando, Anita y Rosa. Abajo estaban los que luchaban por la permanencia. 53
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La escuela era una pequeña colonia rectangular que abarcaba siete calles de diámetro mayor y tres calles de diámetro menor. Más o menos 600 por 200 metros cuadrados. Hermosa por fuera, rodeada de árboles, y por dentro limpia y ordenada. El personal de la escuela, con buena presentación, atento y de actitudes saludables. Enérgico para aplicar medidas disciplinarias, presto al reconocimiento académico y educación física. Pasaron tres años de crecimiento y desarrollo en actividades teóricas y prácticas. Los que aprovecharon la oportunidad seguirían a la preparatoria institucional, los que quisieron liberarse del yugo emigrarían a la preparatoria Benito Juárez o a otras escuelas particulares, donde la disciplina no era tan estricta. Cada quien seguiría un camino, por decisión personal o por la voluntad de sus padres, que son los que sustentan la carrera estudiantil. Había mucha amistad y pocos romances entre los estudiantes de secundaria, pues no había tiempo con tanta actividad académica y física. Habia dos parejas de novios, un árabe con una mexicana y un judío con una mexicana. No eran de los avanzados en el estudio ni en educación física. Desde luego, existía atractivo físico entre los estudiantes. El erotismo estaba presente, pero preferían la amistad en esta etapa de la vida. Todos eran amigos y así disfrutaban mejor, sin compromisos ni complicaciones. El éxito del aprovechamiento escolar en gran parte se debía a la maestra Gloria, una señorita guapa, bonita, glamorosa, inteligente y estricta que tenía el archivo de las emociones bien equilibrado. Consecuente en momentos de satisfacción, exigente cuando se intentaba relajar la disciplina. Severa con los estudiantes en el aseo personal, asistencia, puntualidad, aprovechamiento escolar, pensamiento crítico, esfuerzo y coraje durante la actividad física. Justificaba su actitud diciendo que quería que aprendieran a defender los colores negro, blanco y amarillo de 54
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los venados del CENHCH. Frecuentemente repetía que le gustaban las personas con un carácter fuerte, enérgico, que supieran defender y defenderse, dialogar sin discutir, protectores y defensores de la justicia, con seguridad al realizar actividades, generosos y amorosos. En ese grupo no quería blandengues que se sintieran víctimas de los demás. No admitía personas débiles sino hombres y mujeres guapos, arrogantes, atractivos y encantadores. Dignos estudiantes del CENHCH. Así sería entonces y para toda la vida. En una fiesta del Día del estudiante en el balneario de Agua Azul, ya cursaban el tercer año de la escuela. Asistieron todos con su ropa galana de puberales encantadores. La festividad pretendía hacer un reconocimiento a sus tres años de esfuerzos físicos y académicos, otorgarles comida, refrescos y diversión con música en vivo con dos grupos de la época. Uno tocaba rock and roll, el otro cumbias. Se formaron las parejas. Conforme atractivos y ley de la gravedad, cargas diferentes se atraen y cargas iguales se rechazan. Es de resaltar que en este grupo de estudiantes no había personas obesas, sólo algunos pocos con sobrepeso leve. No se conoció ningún alumno con preferencia sexual diferente. Se formaron duetos que bailaban intensamente con música alegre y bullanguera en un ambiente de semioscuridad. Acercaban sus cuerpos rítmicamente con la cadencia de melodías románticas. Allí estaba Cristi, esperando a Pantera que llegó tarde. Estuvieron bailando desde las seis de la tarde hasta las diez de la noche que terminó la festividad. Durante la música romántica, Cristina y Pantera, sellaron su romance escondido con besos repetidos sutiles y apasionados. −Al fin que los labios no se gastan, la saliva no se agota y el deseo lleva a la repetición del ritual hasta que el romance aguante −comentó Cristi.
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Se fueron caminando como a las nueve y media de la noche. Durante el trayecto no dejaban de ejercitar los músculos orbiculares de los ojos y de los labios, ambos instrumentos del placer que se abrían y cerraban en paroxismos apasionados. Cuando faltaba una calle para llegar a la casa de Cristi, se confesó con Pantera. −Te voy a confesar una cosa, joven dueño de mi vida y de mi amor. Mis padres me tienen prohibido andar contigo. Tendrán sus razones pero no sé el motivo. Por lo tanto, seguimos como amigos y cuando se pueda como novios. No quiero que tengas problemas, nos dolería mucho. Una cosa te confieso, llevo mucho tiempo enamorada de ti. ¿Crees que se pueda seguir así? −Encantado, mi amor. Yo también te amo desde que te conocí. Si así lo deseas, nos evitamos complicaciones. Adelante, my love −contestó Pantera contento. Se besaron apasionadamente antes de despedirse. −Hasta mañana, mi amor. Sueñas conmigo. Estas circunstancias son éticas, aunque no muy románticas. A veces así son las reglas del juego. Lo importante es vivirlo. Más vale hablar con la verdad que andar urdiendo una trama de mentiras. Así continuaron el romance el último mes de la secundaria. Se acompañaban la mayor parte de las actividades escolares. Se les encontraba caminando por el campo de atletismo, sentados en las gradas, en las bancas de los laboratorios y tomando soda en la cafetería. Parecían novios, pero ante todos se comportaban como amigos. En los momentos propicios, se prodigaban afectos y caricias con disimulo. Cuando no había fisgones en los alrededores aparecía la pasión. Ese mes de romance de secundaria se convirtió en momentos inolvidables para los protagonistas. Pantera le platicó al tío Chuchín de su romance y el asesor 56
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estuvo de acuerdo con la estrategia. −Recuerda que en el amor hay momentos que parecen difíciles. Pero si las acciones son saludables, disfrútalas. Las personas adultas a veces ponemos límites a nuestros hijos que son incoherentes. De los jóvenes depende elaborar estrategias para no convertirse en víctimas. Si así lo decidiste con Cristina, fue lo mejor para la pareja. Cuando terminen la secundaria, tomarán una nueva decisión. Cuando culminaron sus estudios, Cristi habló con Pantera y ella tomó la decisión sin darle tiempo de nada. −Mi amor, yo me voy para la prepa Benito Juárez. No soporto un día más en esta escuela. Yo sé que tú sí te quedas a seguir disfrutando esta casa de estudios. En verdad te quiero con toda el alma. Aunque se me rompa el corazón por un tiempo, quedamos libres para que cada quien tome su camino en la vida. Así lo he decidido, nada más te comunico. Pantera escuchó con atención a su amada, que no dejaba de hablar y moverse. −Te doy las gracias por estos momentos que no se borrarán nunca de mi mente hasta el día que me muera −expresó Pantera acongojado. Estaban en las gradas del lado norte de la cancha de la pista olímpica. Se besaron apasionadamente. La decisión estaba tomada. Al salir de la escuela, la acompañó en esta ocasión hasta la puerta de la casa, donde se dieron un beso sutil de despedida. Cocol, que estudiaba en la escuela Venustiano Carranza, ya había tenido como diez novias. No dejaba muchachas ni para comadres. No era romántico, más bien se definía como un faja57
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dor. Le gustaba fajar a las chicas, besarlas, acariciarlas y meterles mano. Cuando el peligro de una relación sexual era inminente, se despedía con una excusa cualquiera. También había elegido ir a la prepa Benito Juárez. Probablemente sería compañero de Cristi. Así se las gastaba el primo mayor, un dandi enamorado de las muchachas de la secundaria. En cierta ocasión, le platico a Pantera que andaba asustado porque había tenido relaciones sexuales con una chica llamada Silvia. Le decía la Diabla, pero nunca explicó el motivo. Andaba nervioso porque no había usado protección y lo que más temía era un embarazo no planeado. −Donde se dé cuenta mi tío, te va a cajetear. Cuántas veces nos repitió que usáramos condón, que nos protegiéramos. No entiendes, barbón −le dije. El examen institucional del centro escolar para ingresar a la prepa tuvo alto grado de dificultad. Muchos fueron los aspirantes y pocos los escogidos. Con estudio y dedicación, Pantera aprobó el examen. A partir de entonces era nuevo alumno de la escuela preparatoria. La disciplina era la misma y la presentación personal no sufrió transformación alguna. El pelo corto, aseo personal, pulcritud en el vestir, formalidad en el trato con maestros y compañeros. El uniforme escolar incluía camisa blanca, corbata negra, pantalón color gris perla, suéter de color negro, zapatos negros con protectores de talón y punta. Las mujeres con su balerina blanca, blusa blanca, falda gris perla, suéter negro, zapatos con protectores de talón y punta. En cuanto a las normas académicas, las clases eran por la mañana y por la tarde con el mismo horario de la secundaria. Además, tenían que entregar una hoja con veinte sellos al mes que confirmaban 20 horas de asistencia a la biblioteca o la hemeroteca. Las disciplinas deportivas tenían el mismo ritmo. Ahora Pantera habitaba en el nuevo edificio de 58
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los de mayor rango. Había que demostrar que tenía el talento suficiente para salir airoso de la prueba. Desde el primer día ingresó a la banda de guerra. No le gustaba tocar el tambor y eligió corneta, clarín y fanfarria. La disciplina en este grupo era más exigente. El profesor era un tirano. La bienvenida al grupo era belicosa, pues se formaba una valla de los alumnos con antigüedad, de segundo año de la prepa y los de la secundaria, sumando aproximadamente 40 integrantes. Los novatos tenían que pasar caminando marcialmente entre las dos filas, pero en el camino los aguerridos les propinaban baquetazos o manotazos en la espalda o nalgas. Estaba prohibido golpear cabeza, cara, abdomen y genitales. Los principiantes no debían correr, voltear, gritar. El que no respetaba el ritual tenía que regresar al inicio de la prueba. Enseguida, el padrino que era el alumno de mayor jerarquía, le colocaba la boquilla al novato en los labios y golpeaba el instrumento para lastimar la boca del novato. Casi siempre salía sangre por el golpe, pero así era la bienvenida a la banda de guerra. Tradición no ética. La disciplina en las ceremonias cívicas o desfiles era de tipo militar. En posición firmes o descanso con los músculos tensos, sin distracciones. Siempre la mirada fija al frente. El comandante de la banda de guerra era el profesor Ramiro, quien era su amigo en la actividad física de gimnasia. Sin embargo, en la banda guerra el castigo era severo para los indisciplinados y no hacía distinciones. Así lo había decidido Pantera y tenía que cumplir con honor la misión. A base de entrenamiento se consigue el objetivo. Que las marchas militares se escuchen con entusiasmo, hasta que los instrumentos muevan el corazón de la gente al patriotismo. Esto es ética cívica. 59
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Durante los tres años de la secundaria, Pantera llegó a ser el tercer mejor en salto de altura. Ahora que ya medía el 1.75 de estatura, el profesor lo requería para competencias nacionales. Sin embargo, donde manda comandante no gobierna profesor. Lo seleccionaron para la prueba de salto de longitud, en donde tenía mejor marca. Así estuvo practicando por las mañanas. No se equivocó el instructor, Pantera volaba durante los saltos y llegó a ser el más destacado del conjunto. La gimnasia era su deporte predilecto. Por las tardes se ejercitaba con el profesor Ramiro. Pantera sobresalía en el salto de caballo con arzones, en ejercicios manos libres, pero tenía menor habilidad en las barras paralelas y los anillos olímpicos. Era un muchacho dedicado obteniendo resultados sobresalientes. En las actividades académicas mantenía la competencia en los primeros cinco lugares. No le quedaba tiempo para buscar un nuevo romance. Aunque si le gustaba una chica, la bonita de la escuela, la rica, la mejor deportista, o la talentosa en la academia, sus gustos estaban bien ubicados. La competencia para llegar a ella era enorme, pues tenía un novio universitario que iba por ella en carros deportivos, BMW, un dinalpín, un Jaguar o un Audi. El muchacho estaba pobre y la misión para conquistarla no era difícil, sino para algunos imposible. Faltando cuatro meses para terminar el primer año de bachillerato, se encontró con Victoria en la biblioteca. Ella se sentó en el polo opuesto de la mesa y estaban completamente solos. Victoria le empezó a preguntar sobre un trabajo y levantaron la voz para comunicarse. La señorita Blanca Alicia, jefa de la biblioteca, se dio cuenta y les llamó la atención. Se acercó amablemente y en voz baja les dijo la tan simple solución. −Ven, David. Acércate aquí, a un lado de tu compañera. Victoria se sonrojó como una tarde de arreboles. 60
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Empezaron a conversar de la forma más cercana que habían tenido durante los ocho meses de actividad académica. Continuaron platicando y admirándose. Tenían mucho en común. Los dos eran jóvenes, guapos, estudiosos y deportistas. Iniciaron una amistad escolar de bachilleres. Victoria tenía su grupo de amigos de siempre, Adalberto, Laura, Gerardo, Ricardo, Carlos, Diana y Patricia. Eran jóvenes elitistas porque sus padres tenían dinero, abolengo, y jerarquía social. Los hijos eran dedicados y talentosos. No permitían la incursión de cualquier personaje en el grupo. Pantera era amigo de los de clase media. Era popular entre la tropa, con amigos ordenados y desordenados. Gil y Nacho eran como sus hermanos y jalaban parejo. Humberto, Geudiel, Álvaro, Constanza, Lupita, Felipe y Armando, cada quien sus pares. Todos estaban en la competencia justa y democrática, no había maestros corruptos. El grupo de profesores era de gran categoría, biólogas, físico matemáticos, químicas, historiadores, cronistas de la ciudad de Puebla, filósofos, médicos, historiadores del arte, maestros de griego y latín, sociólogos. La materia más importante era lógica y ética. Era impartida por la licenciada Eustolia, que dejó huella en los alumnos porque les enseñó la importancia de razonar en la vida a base de premisas y argumentos. Lógica y ética, disciplina con la que comulgaban todos los maestros. El uniforme de gala era insoportable porque estaba elaborado de paño, la tela que cubre la superficie de las mesas de billar. El tejido picaba la piel y producía mucho calor, sobre todo en los meses de mayo y septiembre en los desfiles escolares. Sin embargo, merecía respeto ya que la uniformidad del contingente les daba identificación nacional e internacional en los actos cívicos. Era una chamarra de manga larga y de color amarillo con vivos negros. En el pecho, una banda diagonal cruzaba el frente, conteniendo seis estrellas que representaban a los cadetes del 61
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heroico Colegio Militar. El pantalón negro del mismo material, calcetines negros, zapatos negros con protectores metálicos en punta y talón, guantes de color blanco. Los de la banda de guerra, llevaban un adorno en la parte lateral de los brazos, que consistía en un racimo de motas de algodón, denominados golpes, que eran de color amarillo. El uniforme de gala solamente se utilizaba en ocasiones cívicas relevantes. Victoria y Pantera compartían momentos en la biblioteca. Allí conversaban a rienda suelta, intercambiaban experiencias o anécdotas familiares, escolares o deportivas y mantenían la sonrisa o risa disimulada la mayor parte del tiempo. Se veían contentos y en ocasiones compartían mesa con otros compañeros del salón o de grupos diferentes, pero procuraban estar cerca uno del otro. Se fueron haciendo amigos de mucha confianza. Tanto que hasta parecían novios. Lo curioso era que todos los encuentros eran en la biblioteca. En el salón de clases, ella le apartaba un lugar cercano y comentaban los compañeros que si no lo eran, parecían novios. Se complementaban en el estudio, en las incógnitas intelectuales, en la polémica cultural y deportiva. Se les empezó a ver entrenando juntos en la pista olímpica, en las canchas de basquetbol jugando al famoso veintiuno, en los entrenamientos del equipo de ella, la capitana furia del equipo de voleibol. Tenían buen acople y esto despertaba la envidia de otros admiradores de la escuela. Se organizó un encuentro deportivo amistoso entre primero y segundo de prepa. Los más antiguos contaban con jugadores experimentados en soccer y futbol americano. Todo transcurrió dentro de la cordialidad deportiva. Pantera era el portero del equipo. Casi al final del encuentro, los de primero iban ganando uno por cero. En una jugada atrevida, el delantero Othón golpeó intencionadamente a Pantera, dándole una patada en el rostro. Pantera se levantó para lanzar el balón fuera del campo, momento que aprovechó el abusón de Othón para propinarle 62
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un golpe en la cara. Pantera cayó al suelo angustiado porque le golpeó el ojo y no podía ver bien. Todo el equipo de primer año protestó por la entrada violenta, pero sólo encontraron la respuesta agresiva por parte de los dinosaurios, que querían golpear a quien se les pusiera enfrente. Afortunadamente los novatos corrieron hacia las gradas y gracias a la aparición del maestro Ramiro no pasó a mayores. Sin embargo, por la calentura del partido el Chava fue a amenazar a Pantera. Le dijo que si tenía problemas con el rey Othón, también los tenía con él. El maestro Ramiro los mandó a traer hielo para ponerle en la parte externa del ojo, sobre los párpados. Allí lo tuvieron 20 minutos, hasta que alcanzó a distinguir a sus compañeros. Ya en mejores condiciones, Gil lo llevó a su casa. Más tarde fue a ver a su tío Chuchín, quien estaba indignado. Lo llevó con un oftalmólogo y afortunadamente sólo le quedó un moretón en los párpados sin lesión interna. Al siguiente día, se presentó Chuchín en la escuela. No por las lesiones que son accidentales, sino por las intencionales, esas que llevan como finalidad lastimar a otro ser humano. Lo recibió la directora, quien ya estaba enterada del suceso. Se presentó la maestra Elba Esther, profesora de la escuela secundaria y mamá del rey Othón. Elba expresó, que eran cosas del juego, que su hijo era muy fuerte y muy bueno para los golpes y que no era su culpa medir 1.88 y pesar 96 kilos. Desgraciadamente chocó con su sobrino, que se ve muy débil, y en la colisión salió lastimado. Así me lo hizo saber mi hijo, y no creo que haya responsabilidad alguna. Chuchín abordó a la directora. −Maestra, ¿vas a castigar a ese alumno abusón? −Fui a interrogar a los de segundo año y dijeron que fue un accidente. Los de primero estaban asustados y sólo Gil dijo que fue intencional. Por ese motivo la comisión de ética exoneró al rey Othón −contestó la directora 63
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El rey Othón vivía en la lateral de la casa del Johnny. Habían pasado tres días del partido, y la venganza caminaba lenta pero segura. Cuando salió de la casa, el rey iba muy contento, gallardo y airoso. Como a 30 metros iba a perder la galanura, pues allí lo estaba esperando Guajo, estudiante de segundo año de secundaria. Se le paró enfrente y no lo dejó pasar. El primo medía 1.80 y pesaba 70 kilos. El prepotente rey le dijo que se hiciera a un lado o le iba a pesar. Guajo dejó que lo aventara hacia atrás. Entonces salió Juanito, un vecino, a conciliar el pleito. Sin embargo, no logró calmar las cosas. El rey se quitó el suéter, dejó sus útiles escolares en la acera y se puso en posición de pelea. El Guajo se puso en movimiento, y cuando menos esperaba el rey, le aplicaron un osoto gari y fue a parar derechito al suelo. Se le fue encima el experto y lo golpeó en la cara repetidamente. Luego se apalancó sobre su hombro hasta luxarlo. Allí quedó tendido el rey, ante la mirada sorprendida de la gente. −¿Cuántos te golpearon hijo? −dijo la maestra gritando en cuanto vio lo que había pasado. −Es que su hijo, maestra, provocó a este muchacho que iba pasando, lo empujó y se hizo el pleito −contestó Juanito. −¿Tú solito lo golpeaste? −dijo dirigiéndose al Guajo. −Señora, discúlpeme. Pero ofendió a mi madre y luego me aventó. Lo único que hice fue defenderme, tengo de testigos aquí a la gente. Todos los presentes asintieron, levantaron al maltrecho rey y se lo llevaron al palacio ante la tristeza de la reina. Acto no apegado a la ética, justicia ojo por ojo. La maestra fue a representar una ópera trágica a la escuela, su mente culpaba a Pantera como responsable de la venganza. Llamaron al bachiller, quien negó ser culpable, intelectual o material, del accidente urbano en el trayecto de la casa al centro de 64
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estudios. Como dicen, maestra, una contingencia accidental. No le quedó a la maestra más que apechugar. Dicen que las peleas ni ganadas son buenas, hasta que haya un acuerdo pacífico. La salida ese día fue a las seis de la tarde. Pantera iba acompañado de Victoria, y cuando recogió su bicicleta se la detuvieron con un pie. Era el Chava. −Sacaste boleto, barbón. Más te vale que no salgas porque te voy a partir en dos, hijo de tu … Pantera sacó la bicicleta y le contestó. −No te tengo miedo. No se te vaya a regresar el bumerang. Tú dices dónde te gustaría caer. De antemano, todos sabían el lugar de los pleitos escolares, hacia allá se dirigieron. El Chava iba enojado, brioso como un toro, golpeando el puño contra la palma de la mano y maldiciendo. Le inquietaba que Pantera iba tranquilo. Victoria iba a su lado y los de segundo gritaban como cavernarios. Los de primero guardaban silencio salvo Gil, quien ante la incertidumbre gritaba eufórico. Llegaron al sitio de la contienda, un terreno baldío. Había mucha concurrencia y estaban ocupadas todas las plazas del improvisado coliseo. Todos esperaban ver al demoledor hacer añicos a Pantera. Así lo pensaba Chava, y estaba desesperado. Quería deshacer al muñeco de enfrente. Antes de empezar la contienda, Victoria le regaló la mejor de sus sonrisas a Pantera y le habló al oído. −¿Estás seguro, mi amor? Él asintió con la cabeza. Empezaron a moverse con cautela. El impulsivo lo quería destrozar y lo acometía con fiereza, pero a pesar de los intentos no lograba dar con el objetivo. Brincaba desesperado, pero en un 65
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pequeño descuido le aplicaron la osoto gari y cayeron pesadamente al suelo 100 kilos del gigante de 1.92 de estatura. Se quiso levantar rápido. No pudo con la sorpresa,pero Pantera le dio tiempo de levantarse. Cuando decidió atacar, lo sorprendieron con una uchi mata. Se le fueron encima los 70 kilos de peso de su contrincante, acompañados de una ráfaga de golpes a la cara que lo atontaron. Cuando se volvió a levantar, una patada directa a los genitales lo dejó fuera de combate. Nadie lo podía creer, había caído el gigante, el rey del futbol americano, el más temido, el amo de la violencia. Se quedó Pantera parado contemplando al caído. De pronto saltó otro mastodonte, el oso maldadoso, y se pusieron en guardia. No hubo necesidad de usar el judo. Una patada barriera y un golpe a la quijada bastaron para ponerlo fuera de acción. Brincó Gil y todos los varones de primero. −¿Alguien más quiere pasar a la lista? Se empezaron a retirar los presentes poco a poco. Llegó el maestro Ramiro y no pudo evitar una risa socarrona. −Ándale, barbón. No que muy salsa de molcajete −pensó. Ayudaron a los dos noqueados a incorporarse y ya recuperados clamaban por otra oportunidad. −Si ya los revolcaron no le busquen al huracán −les dijo el maestro jugando. Al otro día, llamaron a Pantera a la dirección por bravucón, peleonero y abusón. Allí estaban los padres de los mastodontes exigiendo justicia porque Chava había sido muy lastimado en la zona genital y el otro tenía la cara muy lastimada. Cuando llegó el vándalo ante los papás, se llevaron la sorpresa de que un joven con cara de niño era el responsable. Como le había 66
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aconsejado el tío Chuchín, saludó amablemente a todos, pidió disculpas por la conducta violenta ejercida y aceptó el castigo correspondiente. Los padres retiraron la protesta y se fueron a sus casas pensando en la historia de David y Goliat. Les habían maltratado a sus gigantes. Una semana después, los tres afectados estuvieron cazando a Pantera. Cuando estaba corriendo con Victoria en la pista de atletismo, se le enfrentaron. Pero Victoria se puso al frente y los sentenció −Uno por uno, aunque cueste más trabajo y tiempo. Volvió Chava a las andadas, pero después de dos minutos volvió a caer con la tai otoschi. Esta vez Pantera se fue directo al cuello del oponente y le aplicó una llave de estrangulamiento sin llegar al máximo. Cuando ya se estaba ahogando lo soltó. Con la desesperación, Chava manoteaba como pájaro herido. Ya recuperado, Pantera le ofreció la mano para levantarlo y luego lo abrazó. −¿Qué les pasa, amigos? No les he hecho nada. Los tres son mis ídolos venaderos. Ustedes han visto que soy de la porra de la escuela. Yo no tengo problemas con ninguno de los tres. Soy tranquilo, vamos a llevar la fiesta en paz −les dijo. Los tres se acercaron en son de paz. Efectivamente, no sabían el porqué de la rivalidad repentina. Se abrazaron amigablemente y chocaron los puños en señal de alianza. −No problema, carnal. Tienes razón. −Oye, carnal. Sí hay un motivo por el que me caes gordo −se regresó Chava. −¿Cuál es? −Que acaparas mucho a Victoria. Ella es nuestra novia plató67
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nica. ¿Oíste, Vic? Eres la reina del club de corazones rotos. Les dijo Vic que regresaran. Hicieron una rueda, se puso en medio de ellos y les dijo seriamente. −Aquí entre nos, lo que parece es. Todos piensan que Pantera es mi novio. En verdad sí lo es. Con nadie disfruto tanto los momentos de cercanía. Es mi tipo, mi galán y lo amo. Que quede este secreto aquí. Se levantó lentamente, le dio un beso en la mejilla a cada uno, y el premio mayor, beso en la boca, al ganador de su corazón. Los problemas no se terminan hasta que llega el acuerdo de reconciliación. Antes de terminar el primer año de bachillerato, en señal solidaria, Pantera pasaba a casa de Johnny y cuando iba pasando el rey Othón se iba con él caminando hasta la escuela. Se hicieron buenos amigos. Chava lo invitó a ser portero de un equipo amateur que jugaba los domingos y se incorporó por una temporada corta porque no podía abandonar el ciclismo. El oso maldadoso, el otro mastodonte, era un buen hombre y prometió ayudarlo cuando fuera entrar a Medicina. Eso es ética de búsqueda. Los amorosos no buscan, encuentran. Esos últimos meses fueron de romance escondido con la Vic. Una bendición para los jóvenes, se les veía caminar juntos por los viveros, la pista de atletismo, las gradas y las bancas de los laboratorios, jugando dominó, ping pong, y menos frecuentemente por la biblioteca. Estaban enamorados, no comprometidos. Aprovechaban los momentos de soledad para acariciarse y besarse con la pasión de dos jóvenes encantados por el hada de la sana convivencia. Así terminó el primer año de bachiller. Los exámenes finales académicos fueron superados y la calificación de aprobación fue el premio a la dedicación y esfuerzos. Un día antes de salir de vacaciones fueron a entrenar a la pista 68
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olímpica. Estaban tirados en el pasto exhaustos por el esfuerzo. Sus cuerpos estaban cercanos y tomados de las manos, le decía Vic que lo iba a extrañar. Se iba de vacaciones al rancho a Teziutlán y que no lo podía llamar. Pantera le dijo que en el amor podía suceder cualquier cosa y no perdía la esperanza. No se dieron cuenta que unas personas los estaban escuchando. Una voz femenina interrumpió violentamente el diálogo y se dirigió a Victoria. −Vengo a partirte tu madre. Tú has de ser la Vic. Te la voy a romper por andar de ofrecida con mi novio. Se levantaron los dos rápidamente. Era Cristina, la exnovia de Pantera. Estaba enfurecida, nada que ver con la novia de la secundaria. Ahora vestía como una rebelde sin causa. Pantera se puso al frente para proteger a Vic. Cristina le dio varios golpes en la cara y el cuerpo con las manos y los pies. No se dobló el valiente, hasta que logró detenerle las manos y le habló tranquilamente. −No sé qué pretendas, Cristina. Hace un año que dejamos de ser amigos porque tú así lo quisiste. Sé que tienes novio desde entonces. No veo el motivo por el que quieras lastimar a una persona que no conoces. Ella es mi amiga Victoria. Su novio estudia arquitectura y se llama Frank. −¿Entonces tú eres la novia bonita del Frank? −contestó Cristi atónita. −Sí, es mi novio −dijo Vic. −Discúlpame, amiga −expresó Cristina, ya calmada, para luego dirigirse a Pantera−. Ése sí es un hombre. No como esta imitación de tercera categoría que es mugre y podredumbre. Le extendió la mano a Vic en señal de paz y se marchó airosa 69
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y gallarda. A Vic le lastimaron el más íntimo sentimiento de su amor. Alcanzó a Cristina y le pidió regresar ante Pantera. −Discúlpame amiga, creo que estas equivocada. Sí tengo a mi novio. Frank es mi compañero por imposición de mis padres, pero la elección del amor de mi vida es este joven que ves aquí. A pesar de vivir en una situación de pobreza económica es todo un caballero andante. Lo quiero con toda el alma y me ha conquistado con sus acciones. Lo admiro por guapo, fuerte y decidido. Es mi galán y no pienso dejarlo a pesar de tus ofensas. Deberías pedirle una disculpa porque estoy segura de que si algo hubo entre ustedes, fue parecido a lo que estoy viviendo con él. Créelo,es muy hermoso. Se fue Cristina,con la cola entre las patas. Allá entre los arbustos la estaban esperando tres grandulones. Entre ellos el novio actual. Iban carcajeándose. Vic lo abrazó y besó apasionadamente. No le importa la presencia de nadie. En eso estaban cuando llegó Belem corriendo ante ellos. Era la hermana de Vic y se veía angustiada. −¡Sepárense, ahí viene Frank! Trata de evitar problemas, Vic. Belem abrazó a Pantera amorosamente. Cuando el galán llegó a la escena que le habían platicado, vio que era diferente. Belem estaba colgada del cuello de Pantera. Vic tomó su chamarra y salió de la cancha apresuradamente. El novio caminó atrás de ella y comentó asombrado. −Es que me dijeron que venían a golpearte unos personajes de la prepa. Por eso vine a rescatarte, que bueno que fue un falso rumor. −No te preocupes, Frank. Estoy bien −comentó serena Vic. Él trató de abrazarla, pero ella lo rechazó y le dijo con una 70
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sonrisa que olía muy fuerte. −No te acerques demasiado. Me da pena, Frank. −Sí, mi princesa. Discúlpame, estaba muy preocupado. En la ruta interior de Victoria estaba inconforme. Quería decirle a Frank que se fuera y no quería que la tocara. Había interrumpido uno de los momentos más dichosos de su vida, después de defender con coraje y valentía al personaje que había cautivado su corazón. Quería gritar a los cuatro vientos que lo amaba, que todo mundo se enterara que era la primera vez que amaba a alguien por su propia voluntad. −Que llegue mi voz hasta Dios. Él es el que sabe por qué pasan estas cosas −pensó. Belem trató de consolar el corazón de su amigo, cuñado por voluntad de su hermana. Le prometió a Pantera que los iba a ayudar. −-Recuerda que en el amor puede pasar cualquier cosa. Esperemos que sea de dicha para ustedes. Ese día por la noche, los padres de Victoria la invitaron a platicar en su recámara. Tenía un cuadro sobre su buró con la foto de Pantera como un desafío a la voluntad de sus padres. −Estamos enterados del escándalo de la mañana en la pista de la escuela. En verdad lamentamos que seas desobediente. Te has vuelto retadora y opositora a las órdenes de tus padres. Queremos que sepas que nosotros no nos oponemos a que tomes decisiones por tu propia voluntad. Pero antes escucha con atención. El patrón del padre de Pantera es mi amigo. Le he pedido de favor que le incremente el sueldo con la condición de que alquile un mejor departamento para que tu amigo, junto con sus padres y tres hermanas, vivan en unos departamentos menos hacina71
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dos y más confortables. Se les va a dar una ayuda especial para utensilios escolares bimestralmente y una despensa mensual de alimentos. Ya los inscribieron al Seguro Social y tienen derecho a comprar en un futuro casa de Infonavit. Nos hemos puesto la mano en el corazón para ayudar a tu mejor amigo. En verdad deseamos que le vaya bien. Es lo que podemos hacer para que David y su familia estén mejor. ¿Estás de acuerdo? −Papá, por favor ayúdenlo. −¿Quieres que sigamos apoyando a su familia? –Sí, papá. Si lo que quieres escuchar es que ya no lo vea, lo voy a cumplir. Tampoco me voy a comunicar con él, me lo voy a arrancar del corazón. Lo voy a arrojar a la ionosfera o al fondo del mar. Ya no tendrá prioridad en mis pensamientos y sentimientos. Voy a borrar sus recuerdos pero por favor ayuden a su familia. Seguiré como ustedes me han propuesto, un camino al lado de mi amado Frank. −Gracias, hija, por tu comprensión. Recuerda que somos amigos −le dijo su mamá emocionada. Belem estaba escondida en el clóset de la habitación y escuchó toda la conversación. Cuando se fueron sus padres, salió presurosa y abrazó a su hermana. La benjamina de la familia inesperadamente empezó con una crisis de risa que asustó a Vic. −Mis padres sí son buenos para la manipulación. Juegan con tus sentimientos para que hagas su maldadosa voluntad. Están reprimiendo tus verdaderos afectos, te obligan a que los desplaces hacia un ser que es amigo, no amor verdadero. Pienso que el interés es quedar bien con los padres de Frank, que están podridos en capital. La sociedad mercantil los hace socios −expresó juguetonamente Belem−. Mis padres doblan el cuello utilizando el recurso humano familiar para tenerlos contentos, para que no se rompa la alianza. Entre más tiempo perduren, mejor para los 72
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intereses de la estirpe. Los padres de Frank le hacen el juego a nuestra tribu. Mis padres le hacen el juego al clan de Pantera. Eso es represión y manipulación, un juego de ética sentimental y capitalista. Nuestros padres no son tus amigos. Un amigo ve por el bien de los demás, y lo que ellos quieren es que hagas lo que les conviene. Soy más chica, pero te voy a dar un consejo. Si esto es un juego, no sufras. Mueve tus estrategias, disfruta la diversión y no dejes a Pantera. Es un buen tipo, y ahora que lo tuve cerca, por instantes se me estremeció el cuerpo. De verdad, Vic, no te vayas a enojar, pero es una fruta muy deliciosa y apetitosa. Huele bien y ha de saber mejor. Sólo tú puedes saberlo −Te voy a dar tus nalgadas, chica malcriada −expresó Vic sorprendida. −Qué quieres que te diga, hermana. Otras dicen que si tú eres un mango exquisito, él es un toro brioso sobrado de recursos. Así es de que, hermanita, si no vas a beber de ese vino concha y toro, déjalo para las vacas sedientas. −Apenas lo puedo creer. ¡Mi propia hermana me quiere bajar al galán! −No es eso, Vic. No seas tonta, No dejes a Pantera.Cuando puedas, búscalo. Disfruten esos momentos que en la vida no retoñan. Obsérvalo fijamente para que guardes esa imagen por siempre. Escucha su voz grave, melodiosa, de mirlo enamorado. Huele sus esencias naturales de hombre erótico. Háblale al oído como canto del río Atoyac. Róbale en forma traviesa y coqueta muchos besos. Recorre su piel clara intermedia, como cuando cabalgas por los montes y laderas. Si te acuerdas de este poema juvenil, en ese momento le das un pellizco en las nalgas, de mi parte. En pocas palabras, apasiónate y apasiónalo. Es la única manera que sientas que estás viva en esta época de adolescencia. −Óyeme, Belem. ¿Dónde aprendes tanto del amor? 73
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−Tengo la suerte de que mi hermana mayor sea hermosa. Todos se fijan en ella y yo soy el patito feo. No atraigo a los varones. Tú sabes, Vic, que siempre me ha gustado la lectura. Sobre todo la romántica. Por eso hablo del amor como los poetas y escritores idílicos. Soy una Julieta sin su Romeo, una Elena sin su París, Roxana sin su Cyrano, Ana Karenina sin el conde Vronsky, una Dulcinea sin su Quijote. Soy una enamorada sin su caballero andante. −Efectivamente Belem, eres el patito feo que está en proceso de transformación en cisne. Vas a ser más atractiva que yo. Te van a perseguir el rey Arturo y los intrépidos caballeros de la mesa redonda, el mío Cid, Julio César, Gilgamesh, todos los héroes, amantes y protectores de las damas hermosas. Te va a llegar tu tiempo, hermana encantadora. Gracias por tus observaciones, me haces sentir la menor pues eres muy inteligente −contestó Vic sorprendida. −Se terminó el primer año de bachiller y llegaron las vacaciones. Cada quien con sus cuates. Era el regreso de los Cuatreros a las andadas. Las excursiones de todos los días en el potrillo de acero por la hermosa ciudad poblana, las cascaritas de tochito, los partidos beisboleros, las caminatas a los fuertes o hasta Cholula. Ahora surgió una nueva aventura, Cocol ayudaba a su padre en vacaciones. Tenía que ir a cobrar en Jeep a los ranchos y comunidades en el medio rural. Al inicio iban los cuatro, pero Guajo y el Johnny tenían otros planes. Eran novios de unas gemelas, a trajinar con ellas día y tarde. Estaban enamorados los futuros bachilleres. Cocol y Pantera se iban desde muy temprano, y a veces regresaban hasta las siete de la noche. Llegaban muy contundidos de los glúteos y sus cercanías porque andar en Jeep por caminos irregulares malluga la piel, músculos y articulaciones sacras. Desayunaban y botaneaban de la comida que les ponía la tía en una lonchera de varios compartimentos. La alegría y el cotorreo eran el ingrediente del trabajo. Molidos pero 74
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contentos, decía Cocol. El domingo, un día antes de navidad, los del grupo se fueron en bicicleta hasta Zacatelco, Tlaxcala, sobre una carretera cuyo asfalto no conocía la planicie. Sólo bordos y baches, conducían en zigzag hasta que llegaron a un parque recreativo. Allí unos se sentaron sobre el césped, Cocol y Chuchín de plano se acostaron. Ya repuestos, fueron a comprar unas suculentas carnitas, chicharrones, salsa roja y verde, sus respectivas tortillas calientitas y unos chescos fríos. En la etapa postprandial, para favorecer la parasimpática digestión, se volvieron a colocar sobre el césped. Tomó la palabra Pantera para contarles lo sucedido entre Cristi y la valiente Victoria, quien a partir de ese momento fue admirada por el grupo. −Eso es demostración de nobleza. Es una buena persona, no cabe duda. Si te dijera que la conozco a ella y a su familia, que somos buenos amigos desde hace mucho tiempo. Son de Teziutlán, gente rica de varias generaciones. Familia colateral de los Ávila Camacho, recordarán a los tres hermanos, Manuel fue presidente de la República, Maximino y Rafael gobernadores de Puebla −les dijo Chuchín−. Hay cosas que no me agradan de algunas familias. No me agradan sus tradiciones, como comprometer a su hija con un joven junior adinerado. No es materia la que se está combinando, este pantalón inglés con este suéter escocés. Los hijos son seres humanos que tienen derecho a tomar decisiones propias en la vida. Los padres tenemos la obligación de amar a nuestros hijos y enseñarles a tomar decisiones coherentes. Los adolescentes deben respetar reglas que favorezcan su desarrollo. No deben acatar las normas incongruentes. Lo que me tiene fascinado es que esta muchachita guapísima esté enamorada de ti. Porque de buena fuente sé que hay muchos pretendientes bachilleres y universitarios que quisieran con ella. Te felicito, hijo. En lo que se ofrezca y pueda ayudarte, cuenta conmigo. 75
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−Gracias, tío. −La verdad, primo. Deja lo bonita, lo buenota que está −comentó Cocol dirigiéndose a Pantera. Se revolcaron jugando sobre el césped el ocurrente y el ofendido. Continúa la vivencia de los futuros bachilleres y el Johnny comenzó el relato. −Fíjate, tío, que fuimos a una fiesta de una compañera de Guajo. La intención era admirar chicas, ya que no sabemos bailar. Con la mirada buscamos muchachas atractivas y a mí me gustó una chaparrita, de piel blanca y cara bonita. Parecía una musa de la mitología griega. Le empecé a sacar platica y me dijo que tenía novio. Ya me conoces como soy yo, le dije en tono chusco que no era celoso y se sonrió coquetamente. Seguimos platicando un buen rato hasta que llegó un tipo fornido, como de unos 25 años, vestido como chopper, de esos rebeldes sin causa que andan en motocicleta. Se acercó muy fanfarrón, jaloneó fuertemente a la chaparrita y luego le dio una bofetada. No te he dicho, barbona, que no te quiero ver platicando con ningún ojete. Menos con este pedazo de mierda, le dijo. Cálmate rudo, rudimentario, hombre de las cavernas, mojón prehistórico. ¿Quién dijo eso? Entonces Guajo se adelantó y le contestó que si quería que se lo repitiera. Se tambaleó el rudo a pesar de que iba drogado. Se puso en guardia de pelea, se colocó unas manoplas con tubos metálicos y empezó a gruñir como fiera. Cuando se le vino encima al Guajo, una kata Guruma y una kuchiki yaoshi lo pusieron fuera de combate. Cuando estaba tirado en el piso, el guajo le dijo, para que aprendas a tratar a las mujeres, no tienes derecho a abusar de nadie. Luego se dirigió a las muchachas, no se dejen apantallar por este tipo de rufianes. Se quiso levantar el rebelde pero ya no pudo. Nos salimos de la fiesta y nos fuimos a la casa. Al día siguiente tocaron a la casa. Me dijo mi mamá, que me buscaban unas muchachas y al traspasar la puerta quedé sorprendido, tío. Eran dos muchachas físicamente iguales, 76
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gemelas. Me sonrieron coquetamente y las pasé al jardín de la casa. Ambas me gustaron y no sabía por cuál decidirme. Fueron a disculparse por lo sucedido la noche anterior. Me platicaron que el malo del cuento era novio de una de ellas, dominada bajo amenaza. Con lo sucedido, cuando el rufián se levantó, nadie le tuvo miedo. Una muchacha lo golpeó con bofetadas por las que le había hecho y los muchachos lo echaron a patadas de la fiesta. El valiente vive hasta que los clientes despiertan y lo enfrentan. Dicen que se fue para su Tierra Blanca, Veracruz, a ver allá a quien asusta. Estaban sentadas en la fuente del jardín y les pregunté su nombre. Una dijo llamarse Flor y que la otra se llamaba Jazmín y era la futura novia del Guajo. No sabía que conocían a mi primo, pero me explicaron que todos lo notaron en la fiesta. Los que lo invitaron dijeron que calladito se tenía el Guajo su mecanismo de defensa. También dijeron que el Johnny tiene lo suyo. Así es de que venimos a hacer apartado postal, antes de que nos ganen a los valientes, dijeron. Flor tenía un lunar en la mejilla izquierda. Se me acercó y me plantó un beso apasionado en la boca. Charros, charros, vamos a la calle para ir por mi primo. La tía entonces gritó desde el fondo que volviera pronto para lavar la cisterna. Entonces le presenté al Guajo a su novia Jazmín. No se lo creyó al principio pero Jazmín lo besó en la boca con pasión y luego le dijo que él era su héroe y la había salvado de las garras de ese rufián horrible. Así quedó concertado el noviazgo, tío. −Son muchachas serias, estudian secundaria en la escuela Leyes de Reforma, igual que nosotros, van en tercer año −continuó Guajo−. Son hijas del profesor Goyito, que vive en la nueve poniente y cinco sur. Están preciosas y son a todo dar. Tenemos diversiones sanas con límites en la sexualidad. Hay veces que quisiéramos ir más allá de los linderos del área grande, pero nos ponen semáforo rojo, tarjeta roja, expulsados hasta el otro día por no respetar el reglamento. Yo estoy muy enamorado de Jazmín, saber que voy a verla en la noche me endulza el día. Es una 77
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esperanza sentirla cerca de mí, y por las noches sueño con ella. Soy decente, tío, para que no vaya a ver accidentes seminales. Todos rieron de la parodia guajira. −Me cambió la vida, tío. Soy más feliz y voy a disfrutar estas vacaciones con ella. Luego que cada quien se vaya a la prepa que quiera. No me gustaría estar con ella en la misma escuela, para no empalagarnos −dijo el Johnny. −Mira, Johnny. En esta etapa de la vida debes pensar en no centrar tu vida en la novia. Ese es un error muy frecuente. Debes equilibrar actividades, tienes obligaciones con Dios, en la escuela, en la familia y actividades recreativas con tus amigos. Puedes estar con ella en la misma escuela, pero no te centres nada más en Flor. Dale espacio y tiempo. Esta regla nunca falla. Si va ser para ti se quedará, si no le convienes se marchará. Recuerda el compromiso con los Cuatreros. Ustedes me están ayudando a recuperar la adolescencia −dijo el tío. Por lo general, Cocol se manifestaba al último. Suponían porque era el mayor de edad o porque era el hijo de Chuchín. −A mí me gusta más andar con los cuates, echar relajo, el cotorreo, ir a fiestas los fines de semana, en ocasiones ir al bar El Compás a la hora del amigo. Allí tomamos cervezas, botanas, a veces nos sacamos el pollo en la rifa. Me la paso chévere con los amigos de la prepa. He tenido muchas novias, nada en serio. Sólo para pasar el rato, para el cachondeo. No nos hacemos daño, no hay compromiso y así me la llevo tranquilo. Tiene tres meses que ando saliendo con una compañera de la escuela. Se llama Sofía, es seria, estudiosa, le gusta y practica el baile folclórico y ya hasta me estoy animando a entrarle a esa actividad. Sofía es de mediana estatura, morena clara, cabello castaño y muy simpática. Nunca me había llamado la atención ninguna chica para llevar una relación romántica. Se siente bonito, cos78
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quillas en el estómago cuando voy a verla. Yo creo que me estoy enamorando de ella. Durante los encuentros adolescentes, expresaban los sabores, sinsabores, dolores, tristezas, encantos, triunfos, derrotas. El maestro trataba de guiarlos por la senda de una vida saludable. El día de Navidad, fue Cristina a buscar a Pantera a la vecindad y le dijo el Pipiolo que ya no vivía allí. −Fíjate que se nos volvió más pomadoso. Ahora vive en el 316, un edificio de apartamentos. Toca el timbre en el departamento número 3. Salió la mamá de Pantera a recibir a la juvenil. Le dijo que su hijo andaba trabajando con su primo Cocol, que regresaba como a las siete de la noche y seguro a esa hora lo encontraba. Le dio las gracias y le expresó que regresaría más tarde. −¿Quién le digo que vino a buscarlo? −Cristina, señora. Gracias. Después de la de la faena, al llegar a su casa lo estaba esperando Cristina en la entrada del edificio. −Hola, Cristi. Qué gusto verte. Se notaba apenada, cabizbaja. −Quiero hablar contigo. ¿Tienes tiempo? −Permíteme un minuto. Déjame decirle a mi mamá que ya llegué. Entró a la casa, saludó a su madre, a sus hermanas, se lavó las manos y la cara, se echó loción para no oler mal. La mamá Andreita, le paso el recado de la juvenil. 79
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−Precisamente, mamá. Voy con ella. Salió perfumado y en cuanto llegó, ella lo tomó del brazo y empezaron a caminar rumbo al jardín de Santa Inés. No le interesaba que la vieran sus padres y hermanos, contaba con la anuencia de ellos. Pretendía rescatar a su primer y único amor. El otro tipo con el que andaba era otro rollo, un mastodonte burlón, violento, descarado. Cristi se contaminó con ese comportamiento, así eran Perico y Josué sus hermanos. A Cristina le gustaba disfrutar el poder y la protección de masto. De romance no tenía nada, sólo amistad maquiavélica, compañeros de fechorías. En afectos sólo abrazos, no besos ni caricias. Los estudiantes bachilleres se sentaron en la banca más externa, a la vista de todos. Cristina se recargó en su hombro y en su hombro y le pidió disculpas. −Estaba fuera de mí. Cambié mucho, me transformé en conducta antisocial y hasta reprobé dos materias. Las tuve que pagar a título de suficiencia, física y matemáticas. Ya las aprobé. Estoy en etapa de restauración, estoy renovando la fachada, de barroca a art nouveau. El generador de energía lo tengo que ordenar para socializar conveniente. El distribuidor lo quiero destinar a actividades salutíferas, acuáticas y atléticas, como nadar, tirar clavados, caminar, trotar, correr, estudiar, recuperar el romance. La bomba de la gasolina hacerla efectiva para que con su impulso llegue amor desde mis vasos sanguíneos a todas las células del organismo. El resto de los sistemas está intacto como tú lo dejaste. Tengo la esperanza, de que regreses a mí cuando tú quieras. Sé que tienes un compromiso, con la que verdaderamente te merece. Ella te ama y te dio su protección cuando parecía que te ibas a derrumbar. La admiro, quisiera ser como ella. Se le salieron las lágrimas a Cristina. −Te acuerdas cuando nos íbamos caminando a la escuela, pla80
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ticando y riendo la mayor parte del tiempo, las escapadas a los sitios solitarios para darnos un beso sutil o apasionado, cuando bailamos en Agua Azul. Expresa pantera sereno−Tú tomaste la decisión de abandonarme. No me diste chance de nada, fuiste categórica y te alejaste de mí sin saber que yo estuve sufriendo en silencio. Siempre te he amado, ¿lo sabías? –No, David. −Vic me devolvió la confianza para volver a amar. Somos muy buenos amigos, así como nosotros amor en secreto porque ella tiene su novio oficial familiar. Por cierto, ahora que recuerdo, déjame castigarte y darte unas buenas nalgadas por andar diciendo que yo era podredumbre comparado con Frank. Me dolió hasta la uña de los dedos, que tú dijeras eso. Me abatí como tú observaste. Me conoces bien, sabes dónde soy vulnerable. Me recuperé con la reacción de Vic que fue valiente y muy precisa. Cristina, yo no te he olvidado. Sigues dentro de mí, pero ahora tengo que cumplir con Victoria. Tenemos que poner las cosas en claro, yo no quiero vivir un romance secreto. Quiero salir con mi novia libremente a la calle y no andar escondiéndome de nadie. No soy un ladrón ni un mentiroso. Quiero amar y que me amen pero tengo que poner las cosas en claro. Eso es ética de la verdad, vivir en el marco de la realidad con libertad. Se levantó Cristina de la banca y puso las nalgas enfrente de Pantera. −Dame todas las nalgadas que quieras. Luego se sentó, lo abrazó y besó apasionadamente. −Panterita, yo te amo. Tengo más antigüedad que ella, decídete por mí. Te esperaré hasta que tú quieras. Te amo. 81
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Esa fue la Navidad de los enamorados estudiantes. Corolario de la entrevista con la güerita hermosa. Déjame solucionar esta situación, que no tiene vuelta de hoja. Cada uno de los tres tenemos que definir la posición que más nos convenga, para la siguiente temporada. Eso es ética responsable en el amor. −¿Podemos salir a caminar? −comentó Cristina dudosa. −A las siete de la noche, estos últimos siete días de vacaciones −respondió Pantera−. No creo que haya problema, siempre hemos sido amigos. Brinca Cristina coqueta. −No se te olvide, Panterita, que fuiste mi primer novio de esta vida. Ese día a las once de la noche, le habló Victoria para desearle feliz Navidad. Estaba en Puebla con la familia del novio Frank. −Te amo, mi panteril amor. Dos días después, le platicó Pantera a Cocol el dilema que ahora tenía enfrente. −Me gusta que tengas los tanates bien puestos. Tienes razón, qué es eso de que tú y Vic se anden escondiendo. Le permites que tenga novio oficial, eso es jugar al pendejo. Ese personaje lo representas muy bien. Por otro lado, Cristina sí anduvo con ese güey, que yo creo es joto. Jamás lo vi que se fajara a Cristina. Eran dos estúpidos que se la pasaban tramando maldades. Cristi se me hace buena chica. Si dice que ya está libre de Masto, tú sabes lo que te conviene. Ahora, si hablas de democracia pásame a Victoria, te quedas con Cristina y así resolvemos el problema. Ya no la pienses barbón, no le hagas al víctimo −comentó el primo mayor. Así era el cocol, más claro que un manantial. A partir del pri82
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mer día de clases, Victoria se alejó de Pantera. Estaba bajo manipulación o amenaza. En los momentos de descanso se estaba con sus amigos. Mañana y tarde era lo mismo. Su novio Frank llegaba por ella en la mañana y en la tarde, Vic se notaba feliz. Por más intentos que hizo Pantera por acercarse, ella lo rechazó. Pasaron 60 días sin respuesta alguna. Pantera habló con Belem, y ya estaba entrenada la hermana menor para dar una respuesta. −Me da pena, Pantera. Victoria ya no puede andar contigo. Está comprometida con Frank y me pidió que te dijera que dejes de buscarla, que no insistas porque es amor imposible. −Gracias, Belem. Intentaré hacer mi vida sin ella −comentó David. Cristina todos los días pasaba a buscarlo y salían a caminar en las noches como dos almas amistosas que generan simpatía y alegría. Esa noche cuando estaban sentados en el jardín de las letras, Pantera le habló. −¿Sabes preciosa? Ya resolví la situación conflictiva. Vengo con el corazón limpio y sin cargas románticas. ¿Quieres ser mi novia? Cristina brincó de gusto. −¡Ya sabes que sí! Te amo, Pantera. Vas a ver qué felices vamos a ser. Un día en la preparatoria, Masto discutió con Cristina. Quería volver con ella pero ella se rehusaba. −Si nunca hemos sido nada más que compañeros de desorden. Deja de molestarme. La quiso forzar a darle un beso, pero le fueron a decir a Cocol quien se salió de clase para defenderla. Retó al gigantón y, aun83
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que estaba en desventaja, cuando el Masto se le echó encima fue derribado con una Morote Gari. Se levantó aturdido y en la segunda acometida cayó con una Ashi Waza. Estaba tratando de levantarse cuando una patada le rompió el hocico y una patada al área genital lo dejó privado y tendido. Los amigos de Masto dejaron de reírse. Cuando llegaron el Rabanito, el Superman, el Tiburón, el Tilín, Roberto y Algarroba, Cocol les dijo que quien molesta a la novia de su primo se las vería con él. Se lo llevaron arrastrando hasta un vehículo y después emprendieron la huida. Al otro día el Masto fue a buscar a Cocol. −¿Qué traes, Masto? ¿Vienes por más? −No, carnal. Discúlpame, no sabía que era novia de tu primo. Por mi parte ahí muere la bronca y seguimos siendo compas. −De acuerdo, Masto. El respeto al derecho ajeno nos da hermandad. Golpearon los puños en el aire y juntaron los pechos. Un remedio poco ético pero justo. Como Cristina salía más temprano de clases se venía caminando desde la prepa Benito Juárez. Llegaba por Pantera al centro escolar y continuaban el trayecto hasta la casa de ella. Eran sólo seis calles, el equivalente a medio kilómetro. Caminaban tomados de la mano, abrazados, cantando y jugando carreras. Él la cargaba en brazos, siempre riendo. Algunas veces al mediodía, compraban en el trayecto un tarro con agua de tepache, una paleta de guanábana para Cristi y una de limón para Pantera. Se paraban a jugar futbolito de mesa en una tienda de abarrotes. Los días de menstruación para Cristi eran días no gratos por los intensos cólicos. Pantera se iba en la bicicleta hasta la prepa por ella, la sentaba en el portabultos o en los diablos, donde la princesa eligiera. Esos días, Pantera estaba dulcificado con ella. Por ningún motivo faltaban a las citas nocturnas. Aunque hubiera exámenes, los resultados académi84
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cos eran excelentes para ambos. La amistad tejida de pequeños detalles estaba fuertemente unida. El romance juvenil era digno de la época de finales de los años sesenta. Pantera era un excelente estudiante, joven con buen aprovechamiento escolar, digno representante de la banda de guerra, deportista disciplinado tanto en gimnasia como en salto de longitud. Compañero simpático y divertido, guapo y atractivo. Ya se le habían lanzado Constanza, Diana, Lupita, María Elena, Blanca Estela y Delfina con intentos frustrados. Era fiel a su dulcinea consentida del barrio de Santa Inés. Nunca más intentó comunicarse con Vic. Se le notó los primeros tres meses escolares contenta, pero después perdió el encanto, se atenuó la chispa. Se notaba cansada, con la atención dispersa, poca socialización y bajas notas escolares. Faltando cuatro meses para terminar el bachillerato, Pantera se encontró a Belem dentro del plantel escolar. Se le paró enfrente y lo detuvo. −Hola, galán. Ya no saludas, estás muy esquivo, como si te hubiera herido o lastimado. −¿Cómo has estado Belém? −sonrió antes de contestar. −Yo bien, mi hermana no tan bien. −¿Le pasa algo? −Todavía lo preguntas, vale. Que le has partido el corazón de un hachazo, eres un gilipollas. −Vamos a ver, Belém. Ella, a través de ti, me pidió que la ignorara, que hiciera como que no existiera y así lo he hecho. He respetado el tratado. −¿Lo de la novia qué? −comentó airada Belem−. Eso es una baladronada, una bofetada al rostro de la amada, es una raíz 85
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cuadrada. −Mira, Belém. La cosa es sencilla. Yo la amaba, era mi fuerza vital, mis sueños, el alimento de cada día. Sin embargo, yo no era importante para ella. Era el amigo incondicional, el novio furtivo, el amor secreto, el romance a escondidas, mientras ella reluciente brillaba ante todos al lado de Frank. Yo creo que no era justo, no soy hombre de segunda mano, soy tan humano como tú y sé lo que es el rechazo social. Por más que sus intenciones fueran saludables, llevaban parte de humillación. Poco a poco lo fui descubriendo hasta que desistí de ese papel protagónico del tonto de la comedia. Disculpa, Belém, es lo que siento. No soy ingrato ni traicionero. Los bellos momentos junto a ella no se olvidarán nunca. Son para siempre y fueron muy instructivos para mi vida. Con la emoción, le brotaron las lágrimas a panterita. −Oye, vale, no era mi intención joderte. Hice una gilipollada. Discúlpame, amigo, por incomodarte. Mejor me voy. Adiós, Pantera. La estratégica Belém había grabado la conversación de Pantera en una grabadora con cassette para llevársela a Vic, quien no alcanzaba a comprender el motivo del cambio tan radical en su relación romántica. Después de ocho meses le dolía el alma, el corazón y los lóbulos parietales. Tenía familia, comodidades, novio, pretendientes, talento, inteligencia, pero le faltaba el ser que amaba con tanta pasión pero con poca voluntad. Quién iba a pensar que esta chica hermosa, quien aparentaba tener todo, carecía del amor que había elegido y que llenaba su existencia. Cristina fue a un viaje de cuatro días a la ciudad de Yucatán con los compañeros de prepa a una excursión de despedida a la ciudad blanca, la ciudad de los mayas. La separación de dos seres que se aman genera tristeza y representa una prueba de re86
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sistencia al apego cotidiano. Se fue con la bendición de su amado, Pantera la fue a llevar a la prepa y allí estuvo hasta que se fueron. El primo Cocol le dijo que no se preocupara porque la iba a atender personalmente. −Así es de quédate confiado, primo. Todo queda en familia. Se fueron un martes por la mañana y regresarían el sábado por la tarde. −Diviértete, niña bonita. Dios te bendiga, aquí te estaré esperando con ansiedad. Cualquier cosa llama a la casa a las nueve o diez de la noche o a la hora que se ofrezca. Ese día no tuvieron clase de cinco de la tarde y se fue a la biblioteca a leer y a coleccionar sellos obligatorios. Jamás se volvió a sentar en la mesa del enamoramiento de la Vic, se iba a otra distante del recuerdo. Estaba entretenido leyendo sobre la vida de los nibelungos cuando llegó sorpresivamente la Vic y se sentó a su lado. −Hola, black panther. No lo podía creer. Allí estaba de la que tanto se alejaba. −Hola, compañera −contestó sereno. −¿Cómo estás, amor perdido? −Pues aquí perdido en tierra germana. −¿Si sabes que las polillas de ricino sólo viven siete días? −preguntó Vic. −Son como mariposas. −Efectivamente, jovenazo. Tienen muy poco tiempo para disfrutar la vida. El proceso de madurez es largo y pasan por varias etapas hasta que llegan a transformarse en mariposas bellas de 87
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alas multicolores y poseen antenas que les sirven para orientarse. Ahora te voy a hacer una pregunta capciosa. ¿Tú sabes cómo se reproducen en estos siete días de vida? −No sé, bonita. Tú contéstame. −Fíjate bien, guapo. Tienen en su equipo para la vida unas antenas especiales que captan los sonidos o aromas que despiden las hembras. Las encuentran, se aparean y se cumplió la misión reproductora. Recuerda bien, sólo siete días. Nosotros tenemos una eternidad de tiempo comparado con ellas. Desgraciadamente, los humanos tenemos un sistema emocional que nos hace actuar como estúpidos. No te niego que mis problemas familiares y las diferencias con mi novio se han acabado. Vivo en paz, sin presiones, sin manipulaciones, pero no encuentro ni encanto ni atractivo. Vivo físicamente cansada, intelectualmente confundida, socialmente aletargada, espiritualmente apática, emocionalmente desastrada. Me siento vacía de Dios y de todo. ¿Sabes por qué? Por estúpida que le falta valor para tomar decisiones propias. Soy una marioneta, un títere sin voluntad, así soy, mi amor, una imbécil. Desde que desapareciste de mi vida, no sé quién soy, ni a dónde voy. Tú eres mi brújula, la proteína vital que a través de la membrana mueve los núcleos al son de jazz. Eres una pieza importante para mí. No me abandones, te necesito. Tengo cuatro días para recuperarte. Parecía sincera. Lo que decía era cierto, no era la misma del año pasado. Tenía aspecto de cansada y aburrida. Le pidió a David le diera la mano por debajo de la mesa y ella la puso sobre sus piernas. Él pensó que era para que no los vieran. Sin embargo, estaba trémula y con la piel caliente. Le pidió que salieran a caminar, perdieron el sello, la hora de biblioteca y se fueron a los laboratorios. Entre cada uno de ellos había un área empastada con arbustos alrededor de la zona. Allí se sentaron sobre el pasto y continuaron platicando. En un momento de impulsos eróticos, empezaron a besarse y acariciarse con frenesí, como dos huraca88
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nes que se andan buscando. La salida era a las seis de la tarde y se separaron porque empezaron a transitar estudiantes hacia la pista de atletismo. Cuando se despidieron se dijeron al unísono, te amo.Después cada quien para su casa. Así estuvieron conviviendo durante los últimos cuatro meses de la carrera de bachiller. Ambos llevando una doble vida, una doble moral. Estaban encantados, la energía del amor y la sexualidad placentera los mantenía atrapados en un círculo que recorrían a cada instante sin encontrar una vía de salida. Ellos no deseaban escapar de esta trampa seductora que los mantenía dichosos en la realidad estudiantil. Los estímulos intencionales y voluntarios de persona a persona, a través de palabras de aliento o reconocimiento, gestos amables, besos sutiles, palmadas gentiles, masajes, cosquillas o abrazos, ocasionan sensación de bienestar a la persona que los recibe. Tienen más significado cuando los estímulos tienen aferencia y eferencia, cuando van y vienen, cuando prodigas y recibes. Esas son las caricias positivas, físicas, condicionales. Las supercaricias son las que recibes de un ser que admiras, el ser deseado, el ser amado. Llegaron Pantera y Vic hasta las caricias plus, las deseadas del ser amado, que se interiorizan en la mente, el cuerpo y las áreas del placer. No se podían contener, cada día la tolerancia a la dosis del placer necesitaba una cantidad mayor. La última semana de actividades escolares no entraron a la clase de cinco. Se fueron directo a la pista de hockey que estaba atrás de las gradas y allí entre las estructuras tubulares desiertas iniciaron el concierto de besos y caricias. Todos estaban en clase, no había nadie en el área. Pasó un señor de intendencia se llamaba Pascual y Pantera le cerró el ojo en señal de chitón, guarda silencio, ponte trucha, hazme la valona, no digas nada, alértame, échame aguas si alguien viene. Todo eso le quiso decir a su amigo que era sobrino de su tía política María del Palo. Se fueron internando hasta el área de frontones, donde había 89
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un callejón sin salida de unos tres metros. Allí se introdujeron y continuaron parados ejerciendo movimientos que estimulan la función sexual. De pronto ella se tiró al pasto, se abrió la blusa y sacó sus pechos. David empezó a acariciar suavemente las hermosas glándulas y luego las besó sutilmente. Se encendieron los impulsos y se frenaron las inhibiciones. Ella tocó el área de los genitales masculinos del amado, que pronto salieron erectos a ejercitar su fisiología. La falda se internó al abdomen, las hojas del telón descendieron como la bandera en pausas hasta llegar al suelo. Las caricias se intensificaron, los cuerpos estaban en el punto cercano a la ebullición, las mucosas del organismo tenían la lubricación necesaria para completar el coito. Así se hizo, lento y pausado a ritmo de vals para terminar a ritmo de jazz como a ella le gustaba. Era la primera vez para ambos y la tarea se hizo con buena técnica. Con la satisfacción plena en ambos rostros, permanecieron abrazados hasta que dieron las seis, misión cumplida. Se sentaron cinco minutos en la cancha de hockey. Estaban abrazados con los labios fundidos y al final comentó la Vic. −Soy la mujer más hipócrita que puede haber en el mundo, pero no cambio este momento por nada ni nadie. Me moría de ganas de estar contigo, objetivo cumplido. Ahora bien, jovencito, necesito que estemos de acuerdo los dos. Ni ofensores ni ofendidos. Vamos a tener que ser actores de primera línea, representar un papel que nos enmascare porque podemos lastimar a otras personas. ¿Quieres seguir con esta farsa? −Como tú dices, Vic. Vamos a tener que ser comediantes. Mañana no te quiero ver triste, te amo, hasta mañana a las tres en la biblioteca −contestó festivo Pantera. Llegaron puntuales y regresaron a la mesa de antes. Estaban felices.
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−Vic, estoy un poco preocupado porque no utilizamos protección. −No te preocupes, faltan tres días para que inicie la menstruación que dura siete días −contestó ella confiada−. Ni lo pienses, Panther. Santa Rita, protégeme con tu agua bendita. Nos vemos hoy a las cinco nuevamente, la maestra de inglés es mi amiga y durante la clase nos va a mandar a hacer un trabajo de investigación. Ella es mi psicóloga y me dio el consejo para la cura de mi melancolía. Efectivamente a las cinco de la tarde, los mandaron a hacer un trabajo de investigación a la biblioteca. Nuevamente pasaron donde estaba Pascualito y Pantera le guiño el ojo en señal de complicidad. Se fueron directo al callejón de los deseos y allí estuvieron la hora completa experimentando la sexualidad juvenil. Eran exactos el tornillo y la tuerca, la chapa y la llave, el receptor y el antígeno, la Vic y el Panther. El viernes los mandaron a un nuevo proceso de traducción de un artículo de historia. El sábado fueron por su cuenta a la escuela de las diez a las doce del día. Corrieron cinco vueltas a la pista olímpica y de allí se fueron al callejón del amor, en donde continuó el maratón de la sexualidad hasta los 15 minutos antes de las doce. Estaban en éxtasis cuando sonó el silbido de alarma de Pascual. Se vistió Victoria rápidamente, iba sudorosa y alcanzó al papá antes de llegar a la pista de hockey. No se imaginó el papá la realidad, simple y sencillamente se fueron abrazados hasta el carro. Panther fue a visitar a Pascual. −Hola, primo. Gracias por el aviso, eres genial. −De nada, primo. Para eso estoy para hacerte la valona. No te imaginas, estoy admirado por tu osadía. No te imaginas los comentarios sobre la Vic, es una chica muy deseada, he escuchado a profesores académicos, maestros de educación física, 91
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personal de mantenimiento, intendencia y bachilleres. Les gusta a todos. En verdad que es hermosa, se me figura a Rachel Welch o Sophia Loren. Es muy linda y todo mundo sabe que el novio es rico, guapo, el adorno glamoroso, el galán de la pantalla. Tú eres el macho efectivo, afectivo y eficaz. Consérvala, hazla feliz. −Primo Pascualito. Nada más te pido un favor. Nadie sabe, nadie supo, nadie en el campo los vio. La vida seguía su curso y cada quien, con su familia, trabajo, estudios, novios, romances, hipocresías, actuaciones, hasta el último día de clases que se despidieron entre sollozos. −Ya me voy, amor. Me voy a Canadá, pero espero volver a verte algún día. Te deseo que seas feliz. −En el amor puede pasar cualquier cosa. A lo mejor nos volvemos a encontrar y si estamos libres lo podemos intentar. Todo puede pasar hasta en las mejores familias. Se dieron un beso largo casi de diez minutos para que no se olvidara nunca, dijeron. Se graduaron los bachilleres, y ahora cada quien seguiría su camino en la vida. Nuevos derroteros y aventuras les esperaban. La vida romántica continuaba con Cristina. Cara de ángel con fleco al frente, piel de porcelana salpicada de pecas, cuerpo delgado bien formado, simpática, agradable, estudiosa. Era una deportista acuática, y Pantera le decía que había sido pez en otra vida. Seguramente un pez mandarín o payaso, ángel, emperador, dorado, guppy, cebra, o más bien, una hermosa caballita de mar. Pantera ingresó a la escuela de Medicina y ella comenzó estudiar Psicología. Las escuelas estaban cercanas y se entrevistaban todos los días. Se acompañaban en el estudio, en los jardines de la ciudad o en los pasillos del Hospital General. En sus tiempos libres iban a nadar al club Alfa 2. Se inscribieron para ir todos los días que tuvieran tiempo libre. La inscripción era onerosa, 92
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Pantera trabajaba los sábados y algunos domingos con su primo Cocol, de ahí salía para la cuota de ingreso. Las mensualidades por ser estudiantes tenían descuento, así facilitaban el acceso a este par de pilluelos traviesos y enamorados. Los primos fueron a visitar a Pantera. −¿Qué pasa, barbón? Te estás olvidando del grupo. Tienes obligaciones, ya deja descansar esas nalgas cristalinas o ingrésala al grupo. Pero no faltes, mi papá te extraña. Cocol lo sabía. Todos trabajaban juntos los sábados y parte de algunos domingos. −Discúlpame, primo. Tienes razón. Este fin de semana nos incorporamos. Cristina agradeció la buena voluntad de su novio, pero sólo acudió en dos ocasiones. Tomó la decisión de dejar el grupo porque se extraviaba la confianza y la libre expresión. Hay que dejar tiempos y espacios para no abrumar al que nos ama. La diversión acuática, natación, clavados de plataforma de tres metros pertenecía a los novios y era la sal de todos los días. Lo más sobresaliente de Cristina eran los 800 metros combinados. La fórmula de permanencia en el romance era el estudio, deporte, recreación, diversión, excursión, investigación, romance y sexualidad limitada. Esas eran las ocho pruebas que mantenían el noviazgo firme y seguro. Cristina estaba bien entrenada en el aprendizaje del idioma inglés y lo hablaba casi a la perfección. Su padre tenía la intención de que su hija radicara en Estados Unidos, y desde niña estaba en constante aprendizaje teórico y práctico. En su casa se comunicaban en ambos idiomas. Con Pantera no fue la excepción, se empezaron a comunicar diariamente en ambos idiomas, hasta hacerse expertos. 93
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Cumplieron dos años de noviazgo de tránsito saludable. Un domingo fueron al Cinema La Paz. La película resultó demasiado erótica, protagonizada por Lando Buzzanca, el mirlo macho y el vikingo que vino del sur. Se encendieron los ánimos sexuales y las caricias en el interior y exterior de la sala. Rebasaron límites sin llegar a la relación sexual. Ya eran como las nueve de la noche. Cristina tenía que reportarse a su casa y se quedaron con las ganas atrapadas. Antes de despedirse en la puerta de la casa, Cris le dijo a Pantera que buscara un lugar donde poder tener la primera relación sexual. No quería que fuera en la calle oliendo a adrenalina y sin disfrute pleno. Se le cerraron las puertas a Pantera y no encontró sitio alguno. Recordó que existía un amigo oratoriano que tenía un hotel céntrico. Con todo y pena le platicó la odisea por la que estaba pasando. Mario le contestó con calma. −No te preocupes, Panterita. Para que no pasen vergüenza, mañana tú llegas a las seis de la tarde al hotel junto con tu novia con estos libros de contabilidad, como si fueran auditores. Yo los recibiré amablemente y les diré que tengo una oficina para el balance mensual. Ustedes suben y abordan la habitación. Te voy a cobrar 50 pesos de las seis a las diez de la noche. ¿Estás de acuerdo? −Gracias, Mario. −No te preocupes. Hoy por ti, mañana por mí. Cada vez que quieras venir pasas por los libros. Yo estoy aquí todas las tardes. En la mañana del lunes se entrevistaron los estudiantes en los pasillos del hospital y Pantera le platico el plan estratégico. Ella estuvo de acuerdo. El hotel estaba ubicado en una zona céntrica a una calle de la catedral. Llegaron por la tarde, presentables. Él con traje y los libros en la mano, ella con ropa de vestir elegante. Nadie sospecharía de la farsa. Una vez adentro de la habitación, cerraron con doble y triple pasador, favor de no molestar, em94
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pleados trabajando en la fabricación de arte sexual, hoy es un día especial, por inauguración de una sala contemplada para elaborar obras de arte de la mejor calidad. Ya en el interior, se diseñó el proyecto. Lo más importante eran los prolegómenos, descubrir el cuerpo de los seres amados. En la extensa piel, descubrir los receptores nerviosos del placer, calor, temperatura, presión y dolor, acariciar y besar con cuidado las áreas más sensibles del cuerpo humano para que las etapas del acto sexual se fueran disfrutando con sensaciones cada vez más agradables. Apreciar las áreas íntimas hasta entonces escondidas, los hermosos pechos juveniles erectos, el área abdominal bien modelada, con su superficie lisa y brillante, el área de los genitales donde la distribución del vello es bella, los genitales externos luminosos y húmedos, con una sinfonía sonrosada rodeada de resplandor oscuro, los hermosos muslos que con los movimientos cubren y descubren el centro del placer. Mirar detenidamente las piernas, los pies, los brazos, manos y observar como todo el cuerpo se mueve y estremece con las sensaciones, contemplar el sudor perlado cuando empieza a cubrir la piel que se siente caliente y húmeda. Percibir cómo todos los órganos del cuerpo humano están excitados, sentir cuando se alcanza el pico del placer. Se abre la puerta del deleite para que penetre el alborozo. Hay que ser cautelosos para no cortar la fuente de satisfacción. Basta una lubricación natural de los pasillos interiores para facilitar el juego de entradas y salidas intermitentes que, en rítmico o eufórico vaivén, llegan a los centros superiores del placer para lograr el objetivo hasta que aparezca el ansiado orgasmo, que debe ser mutuo para que la satisfacción sea doble. No se puede contener el grito de contento por la experiencia vivida, no se pueden detener las palabras sinceras de amor y placer, no se pueden parar las caricias posteriores al coito, para culminar el acto con el relajamiento y letargo. Se quedaron dormidos unos minutos y cuando despertaron, 95
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ella le expresó la satisfacción obtenida. −Gracias, mi amor, por dejarme tocar el polvo cósmico, por llevarme a navegar por las galaxias. Qué hermosa sensación mi amor. Si así va a ser siempre, nunca te voy a dejar ir, mi Panterita. Así estuvieron melosos hasta las nueve de la noche, y para entonces se habían triplicado las intervenciones sexuales y amorosas. En todo momento hubo protección para evitar infección o transmisión sexual, embarazo y otros inconvenientes. −¿También es tu primera vez, Panterita? −Sí, mi amor −comentó el enamorado.− Qué sensaciones tan maravillosas. Espero que no sea la última vez. Estoy tan dichoso como tú, hermosa. Eres lo más bonito que existe. Te amo, mi güerita pecosa. Salieron más contentos que apenados, pero afortunadamente no había nadie salvo Mario. Le dieron las gracias y salieron a refrescar sus cuerpos. Procuraron continuar equilibrando actividades para que todo marchara bien. Ese evento de sexualidad se realizaba cada semana, en ocasiones dos veces por semana, sin que fuera lo primordial del noviazgo. A veces no se presentaba la oportunidad en un mes, sin que eso representara problema. Se tenían los detalles, el deporte, el estudio, los carriles de las ocho pruebas comprometedoras. Duraron cinco años de novios. Ella terminó la carrera de Psicóloga, él apenas iba en quinto año de Medicina. Ella quería casarse, pero él no tenía para sustentar una familia. Cris le dijo entonces que había tomado la decisión de ir a Estados Unidos a perfeccionar su inglés y a cursar una maestría en Psicología, Se iba por un año, pero que estaría comunicándose con él a las diez de la noche para que estuviera pendiente. 96
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−¿Te lo digo en inglés o español? Te amo, Pantera. No me vayas a traicionar o a olvidar. Una semana antes de su partida a Chicago, fueron al hotel a diario hasta un día antes de partir. El lunes no la pudo despedir porque estaba de guardia, y ella se iba por la mañana. La despedida fue en el hotel, entre risas y llantos, recordando que en el amor todo puede suceder. No recibió noticia de ella durante cinco años. Era una incógnita no despejada, y por más que intentó sacar información con la familia, nadie le daba respuestas. Se quedó atrapado su recuerdo en el lóbulo temporal en el área de un pasado no descifrado. Allí la enterró hasta el momento en que resucitaría. He prometido que te olvidaré. Cuanto has querido yo te supe dar, solo y herido así me dejás, sabiendo que mañana irás con otro al altar. Llorarás, llorarás por tu capricho, si yo sé que es a mí a quien querés, no podrás ser feliz con ningún otro, pues conmigo conociste el amor. Después de un año, se había normalizado su vida en la religión, estudio, deporte, actividades familiares, diversión y recreación. La herida romántica quedó escondida en el tejido neuronal. Tenía relaciones románticas intrascendentes y no ponía el extra para formalizar una amistad o conexión a pesar de que tenía infinidad de solicitudes de inscripción para el amor. Un día estaba sentado en una banca del jardín de Santa Inés, donde solía entrevistarse con su amada, donde retomaron el noviazgo y elaboraron planes futuros. Eran como las nueve de la noche cuando se acercó sigilosamente Emilio Pericoli, el hermano de Cristina. Se sentó junto a él para abordarlo. −Mi Panther, vengo en misión salvadora. Me da pena decírtelo, pero mi hermana se fue a Chicago para casarse con un gringo en un matrimonio de conveniencia, no de amor. Toda la familia presionamos para que se casara con un gabacho. Es amigo mío, 97
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joven empresario, exitoso en el negocio de la madera, muy rico. Analizamos la situación y le hicimos ver el futuro contigo, un estudiante pobre. Cuántos años ibas a tardar para casarte con ella, para darle una posición económica como ella soñaba. A lo mejor nunca. La decisión no fue fácil, sufrió mucho. Lloró una semana todas las noches, la boda con mi amigo ya estaba concertada cinco días después de la partida. Te comunico esto, para que ya no tengas esperanza. Ella es ciudadana americana, vive bien y tranquila. Ya hasta tiene un hijo de cinco años. Nadie te quería decir nada por miedo a que respondieras de una manera poco saludable, pero ya pasó el tiempo. Lava esa herida. Sánate, brother. Pantera volteó a verlo con tristeza. −Gracias, hermano. Me quitaste un peso de encima. Pensé que había muerto, gracias a Dios que está viva y feliz. La sigo queriendo mucho, cuando amas a alguien no puedes desearle malestar. Por el recuerdo de aquellos momentos de dicha, bien vale la pena bendecir. Salúdala cuando hables con ella o la veas. Dile que estoy bien, que esta semana me graduó de médico internista. Este es mi regalo de amor. Cuando menos yo cumplí. Se levantó tambaleante, abrazó a Pericoli y musitó, que viva el amor. Pericoli lo llevó a la casa del tío Chuchín. Lo recibió Cocol y lo vieron como nunca. Desaseado, desastrado, barbón y mal vestido. Lo sentaron en la sala, le prepararon un café, lo subieron al cuarto de Cocol y allí lo tuvieron vomitando la causa de su malestar. −Perdónenme, no pude más. Les falle, jamás pensé verme así. Aunque en el amor todo puede suceder, cero y van dos derrotas. Primero la Victoria, segunda vez Cristina, no me siento menos ni más que nadie, pero me da tristeza. Me cortaron por pobre, así me lo dijo Emilio Pericoli. Tío, yo las quise como un caballero, con todas las de la ley, pero ellas no me valoraron. La Vic se 98
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fue a Canadá con mi corazón en la mano. Me llevó a conocer el Olimpo y sus dioses, Zeus, Hermes, Apolo, Afrodita, Atenea y Artemisa. Me dejó hablando solo en el oráculo. Cristina se fue a casar a Estados Unidos con un sujeto que apenas conocía, siendo que conmigo vivía la gloria y el éxtasis. La diferencia es que tiene dinero y es americano. Los sentimientos no son valor, lo que cuenta es la casa de moneda. Ya se me está pasando la borrachera con el café −se enderezó y levantó la cabeza−. Tío, la próxima semana me gradúo de médico internista. Es un logro en el que ustedes han cooperado de forma fundamental. Ya estoy inscrito para la carrera de dermatólogo, por dos años más en este hospital de especialidades, vamos cabalgando Cuatreros. Tío, hoy fui al jardín de Santa Inés a la banca del amor. Allí estuve tomándome una botella de vino para festejar el haber alcanzado los objetivos profesionales. Con Cristina hice un compromiso para casarnos cuando lo lograra. Yo cumplí, tío. Ella se fue, la creí muerta pero está viva. Resucitó, vive feliz y tiene un hijo. Yo también soy feliz. Ya me siento bien tío. Ya me voy. −Espérate, Pantera. Ya hablé con tu papá y te vas a quedar con Cocol. Temprano platico contigo. Pasaron dos años, Pantera andaba de guardia nocturna de dermatología. El trabajo no era mucho, estaba estudiando en el cuarto de residentes cuando sonó el teléfono. Llamaron de urgencias para que se presentará para una interconsulta. Bajó sin prisa, pero cuando llegó le dijeron que le hablaban en la sala de urgencias. Salió y no reconoció a nadie. Ella se levantó de entre la gente y caminó hacia él. A su lado iba un niño de cinco años. Entonces la reconoció inmediatamente. Era Cristina. Quiso abrazarla intensamente pero no podía. La miró fijamente para reconocerla pero ya no estaba igual. No era la misma alegre, locuaz y atrevida. Ahora era serena y templada, pero con la sonrisa de siempre. −Hola, doctor David. Te venimos a saludar. Él es mi hijo Da99
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vid. Todos extendieron las manos y se apretaron fuertemente. −¿Oye, por qué te llamas igual que yo? −preguntó el niño. −I don›t know –expresó sonriente Pantera−. ¿Lo dije bien o estoy reprobado, niño David? −Lo dijiste bien en inglés. Una señora de mayor edad llamó al niño David para que se fuera con ella y la pareja salió fuera del recinto hospitalario. −Estás igual que siempre, no cambias. Guapo, atractivo, gallardo, papacito. Se incomodó David Pantera. −Te van a jalar las orejas por coqueta, recuerda que estás casada. −Nunca te he dejado de querer, aquí vives dentro de mí. Siempre serás el amor de mi vida. −No seas mentirosa que te va a crecer la nariz como a Pinocha. Yo sí te sigo amando igual que siempre, aunque tú no cumplas lo que prometes. −Son malas decisiones que tienen su castigo. Vivo bien, lo único malo es que mis necesidades afectivas están bloqueadas porque la llave que abre las compuertas del amor está lejos de mí −comentó Cristina−. Querido David, tenía ganas de verte. Vine expectante para observar qué me deparaba la rueda de la fortuna. Encuentro un hombre encantador como siempre, un galán que pudo ser mi compañero de vida pero que abandoné en la cumbre del amor. Eso fue traición con alevosía y ventaja. Lo reconozco, soy una delincuente del amor. Perdóname, amor 100
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mío. De antemano sé que eres buen hombre y veo que no asoman rencores en tu rostro. David, ¿tienes novia? Si no tarda en aparecer, vamos a cenar. −Mi amada Cristina de las tempestades, ¿cuánto tiempo vas a estar en Puebla? −Mañana me voy en la mañana. Sólo estamos de paso. Viajamos al Distrito Federal y de allí el avión de retorno hasta Chicago −contestó con mirada melancólica. −Qué bueno, Cristina. Me dan ganas de comerte viva por esos cinco años de ausencia. Recuerda que a pesar de todo te sigo queriendo. El amor verdadero existe y estos años me bastaron para comprobarlo. Te sigo amando igual que el primer día −comentó David. −Eres bien correspondido, Panterita. Eres lo más valioso de mi vida y jamás me voy a olvidar de ti. Este juramento es hasta la muerte −respondió Cristina con la mirada enamorada. En eso llegó Brisa. −Oye galán, te estoy esperando −dijo sin haber reparado en que estaba charlando con Cristina. Se acercó, abrazó y besó a David. −Disculpe, señora bonita. No la vi, terminen la conversación. −Ahí le mando al galán, doctora. Ya me estaba despidiendo −comentó alegre Cristina. Se quedaron callados unos segundos hasta que ella, vacilante, le habló. −Acércate, amor de mi vida. Dices que me amas, pero yo te amo más. Te he sentido dentro de mí en este vientre. Estuviste 101
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nueve meses, allí te prodigué los cuidados que no podía darte en persona. Eso es más que amor. Esto que te voy a decir es un secreto que sólo Dios sabe. Recuerda, es exclusivo. ¿Ves ese niño encantador que nos está mirando? Esa guapura es hereditaria. Es tu hijo, y si las cuentas no me fallan me embarazaste la última semana que nos vimos. Sólo le pido a Dios me perdone. Volvió a llamar al niño David, güero, cabello castaño, pecoso, cuerpo con los músculos bien marcados y las facciones y movimientos de Pantera. Era un avatar de su etapa escolar. Regresó el niño con la mamá de Cristina y se despidieron alegres. Finalmente, Cristina retomó la palabra. −David, estás dentro y fuera de mí. Mi Pantera en el corazón, nuestro hijo fuera recordándote en cada momento e instante de la vida. Sé feliz, mi amor. Atiende a esa güerita hermosa que se desvive por ti. David se quedó atónito, pasmado y anonadado. Recordó la última semana antes de su partida, cuando ella le dijo que quería sentirlo piel con piel, mucosa con mucosa, que el líquido fecundador penetrara sus entrañas para que esos momentos no se olvidaran nunca. Le pidió que no usara protección que al cabo ya mero venía su menstruación. Comentó en aquella ocasión Cristina que unos días antes de la menstruación el endometrio no estaba preparado para la fecundación, las hormonas estaban en declive y que no creía que pudiera haber embarazo. Dos semanas antes de esa ocasión no se vieron dos días porque el dolor menstrual era muy fuerte. Cristina lo engañó, cuando tuvieron relaciones estaba en plena ovulación. Ahora que la mamá de Cristina había conocido a David, le comentó lo siguiente. −Hija, qué guapo hombre. Yo me hubiera esperado todo el tiempo necesario para casarme con él −luego se quedó mirando 102
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al niño detenidamente, lo comparó con Pantera y luego le interrogó directamente a los ojos−. Cristina, mírame a los ojos. ¿No me digas que este niño es Panterita? Ella sonrió satisfecha y esa fue su respuesta. −Sí, abuelita. Soy Pancho Pantera −respondió el niño. Brisa no estaba convencida con esa visita. ¿En verdad es tu prima, David? Él estaba perdido. −David, contéstame. ¿En verdad es tu prima? −Sí, mi prima. −Parece que estás en la luna, Pantera. A ver si así me haces caso −dijo antes de besarlo repetidamente en la boca. −Sí, es hermana del Johnny, ya ves que hasta nombre gringo tiene. ¿Por qué estás tan detective Matahari? −Porque el niño se parece mucho a ti. Tiene tus mismas facciones y movimientos −comentó Brisa sorprendida. −Es mi sobrino. Son cosas de familia. Venga para acá mi güerita detective. Por cierto, amor. ¿Cómo van los preparativos para la boda? Vas a ser la novia pediátrica más hermosa. Te amo, arándano travieso. Pasaron 12 años de haber terminado el bachillerato y David el Pantera ya estaba casado. Estaba en el consultorio descansando después de un día de intenso trabajo. Eran las nueve de la noche y la secretaria ya se estaba marchando con su esposo. Cuando iban descendiendo por el elevador, iba subiendo por el otro una mujer encantadora, atractiva, elegante, de sonrisa fresca y movimientos de diosa. Llegó al quinto piso y no le costó trabajo dar 103
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con el consultorio de David. Estaba la puerta entre abierta y penetró sin pedir permiso. Él estaba sentado en su cómodo sillón giratorio con los ojos cerrados, cansado. Ella se acercó sigilosamente y empezó a acariciarle el pelo y la cara. Luego depositó un beso sutil en su boca. La delató el perfume no era el de su esposa. Se levantó asustado y la sorpresa fue mayúscula. Pensó que era un sueño, una fantasía onírica, un cuento romántico. Frente a él estaba Victoria. No lo podía creer, conservaba la galanura de siempre, altiva y airosa. David estaba tranquilo, su esposa Brisa estaba en octavo mes de gestación y previamente le habló de casa de sus padres. David le dijo que en un rato la recogía. La fantasía erótica dominaba la escena. Tomó asiento, se colocó en una pose de musa que inspira sexualidad. −¿Cómo está mi galán de ayer, hoy y siempre? −Bien, Vic. Estaba tranquilo antes de que aparecieras,.Al contemplar tu galanura empezó la inquietud −contestó tranquilo. −¿Tienes tiempo para escucharme? −Sí, adelante. −Mira, mi Panther. Te voy a contar la historia de un lagarto o lagartija que no mide más que un jeme. Veinte centímetros, tiene el dorso anfractuoso con rugosidades, prominencias, escamas y una lengua que le sirve para lubricar el ojo. Vive libre en la selva de Australia y no hace daño. Vive de comer insectos, pero tiene una característica especial. Se mimetiza en el medio ambiente que se encuentra. A mí me pasa lo mismo. Cada vez que te veo me erotizo. Con sólo olerte las glándulas se vuelven locas y los deseos se transforman en apetito. Eres la llave que abre los receptores de la sexualidad, no lo puedo evitar. Hazme un favor, Panther. Cierra la puerta con pasador, llévame al lugar de exploración integral, desde los cabellos hasta las uñas de los pies. No hubo más palabras. Pasaron al departamento de revisión, 104
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ahora convertido en tálamo de la sexualidad. David encendió el aparato de sonido con música sensual, apagó las luces intensas y se quedó a media luz. La fue despojando de las ropa lentamente para poder apreciar la piel nívea del cuerpo. Sintió la tersura de la piel, de la cara y el cuello. Luego admiró los hermosos senos aún firmes. Los acarició y besó con vehemencia. El vestido rojo con blanco fue descendiendo hasta descubrir el bien definido abdomen y los protuberantes glúteos, un poema erótico de Amado Nervo. Descubrió el templo de Éfeso, la puerta de oro, pasillos con bajo relieves sinuosos, muros que se contraían cada vez que él avanzaba, hasta llegar al lugar de eros y orgasmo. Dioses del placer y la satisfacción, una vorágine de placer y sensaciones embriagantes. Se quedaron sus cuerpos desnudos, gozando la calma, susurrando palabras al oído de la amada. Te amo, eres mi diosa. Me has llevado a un paseo por la cueva de Batú. Se estuvieron acariciando y besando en forma continua, deseando que no terminara nunca ese episodio. El sonido del teléfono los regresó a la realidad. Era Brisa estaba preocupada. −¿Estás bien, David? −Sí, mi amor. Ya voy para allá. Me falta poco para terminar. Cuando colgó el auricular, Victoria le habló. −Somos los más hipócritas, farsantes, actores de comedia, llámennos como quieran. Hoy casi me volví loca buscándote. Me dio la dirección el tío Chuchín. Sólo voy a estar tres días, mi amor. Consiénteme, mímame, atiéndeme. Mañana te voy a traer a mi hijo a consulta, tiene 12 años, nada más no te vayas a impresionar cuando lo veas. Cerraron el consultorio sin miedos ni temores. −Bajemos juntos para que no haya sospechas. Te amo, mi Panther. No hagas planes mañana. Se subió a su Alfa Romeo y emprendió el camino a su casa, una colonia residencial. Él se subió 105
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a su Mustang del año para llegar con la familia a un exclusivo fraccionamiento. Allí lo estaba esperando Brisa, quien como sabueso detectó el perfume femenino. −Hueles a perfume finísimo, Blazer Anne Klein 1977. −Acabo de saludar a la señora Hartman. −Esa señora usa perfumes muy caros. Cenaron en santa paz. Se dio un baño general antes de acostarse. Revisó su ropa interior y la limpió con alcohol para no despertar sospechas. Durante el preludio del sueño platicó con Brisa hasta que ella se quedó dormida. A la mañana siguiente, antes de irse a trabajar, puso ropa interior de repuesto en la cajuela, entre la alfombra y la llanta. Era cerebral, evitaba las emociones en exceso para no despertar sospechas ante situaciones inesperadas. Jamás había engañado a Brisa, no se lo merecía. La amaba con mucha dedicación y celo. Tampoco Frank merecía ese castigo. Era leal, sincero y amoroso. Su único defecto era aferrarse a un receptor inespecífico que no encajaba en su llave maestra. Panther no entendía el porqué de esta atracción tan fuerte e inevitable. Estaba temblando de la ansiedad que le provocaba este segundo encuentro. Aún le faltaban muchas horas. Las famosas leyes de Newton de la inercia, de la fuerza y de acción-reacción. Lo fundamental es la fuerza que atrae dos cuerpos simplemente por ser masa. Efectivamente la fuerza era la gravedad que los atraía a sus centros de gravitación, en el área del deseo y la genitalidad. Al imprimir la fuerza se provoca movimientos y aceleración. Por eso estoy en este momento acelerado en espera del otro cuerpo que me atrae. No puedo poner resistencia. La acción-reacción, cuando un cuerpo A imprime una fuerza sobre un cuerpo B, éste genera una fuerza opuesta y se produce la reacción. Cuando toco esos deliciosos labios la respuesta es el beso, 106
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cuando estimulo las áreas del placer la respuesta es el desenfreno de la sexualidad. Ahora entiendo por qué no la puedo evitar. Es la parte que perdí en el momento de nacer, mi complemento femenino. Nos encontramos a pesar de las circunstancias no favorables. Iones con cargas opuestas se atraen. Ella es mujer y yo soy varón, ella es blanca como el nácar y yo soy claro intermedio. Tiene el pelo negro azabache y yo castaño. Tiene el color claro en sus ojos y yo los tengo oscuros, tiene labios delgados, yo los tengo medianos. Tiene la nariz respingada y yo recta, sus orejas son pequeñas, las mías son medianas, tiene cuello de cisne y el mío es fuerte. Su cuerpo en conjunto es armonía, vaivén sensual, despierta curiosidad. Es atractivo, un imán para los hombres. Mi cuerpo es atlético sin exageración muscular, con movimientos masculinos enérgicos, eso atrae a las mujeres. Ella es chapa de oro y yo soy la llave maestra. Ella es Victoria y yo soy David. Todo el día fue de nerviosismo pensando en el encuentro gravitatorio. Las ocho horas de faena en el IMSS caminaron lentas a pesar del fecundo trabajo. Estuvo cariñoso con Brisa durante la comida, como lo era cotidianamente hacia el ser que entregaba su voluntad incondicionalmente. Brisa estaba contenta porque sus compañeras de trabajo le iban a realizar una fiesta para festejar el futuro nacimiento. La celebración era de las ocho a las once de la noche en un salón exclusivo. Le pidió a David que la recogiera a las 11:30 y se despidieron contentos. Él a la faena del consultorio, ella a prepararse para el evento. La iba a acompañar María de la Paz, hermana de David. Llegaron puntuales Victoria, su hijo y su sobrino. La secretaria les comunicó que se había retrasado la consulta y que en cinco minutos saldría la paciente. −Disculpe, señora. Me habían comentado que era usted una mujer muy atractiva, pero rebasa los límites de la belleza −dijo 107
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la secretaria sorprendida−. Me lo dijo mi mamá, se llama Constanza, y fue compañera de usted en la preparatoria. −Sí la recuerdo. ¿Qué ha sido de tu mami? −Ella es arquitecta y se casó con Gil. También usted lo conoce. Estudió música en el conservatorio y trabaja en la Sinfónica de la Ciudad de México. −¡Vaya, vaya! Qué sorpresas tan agradables nos da la vida. Te pareces mucho a mi amiga, dile que les mando muchos saludos. En eso se abrió la puerta y salió una elegante señora con la sonrisa plena. Al llegar con la secretaria, comentó abiertamente. ¡Qué bárbara, niña! Te quedaste corta, es un médico maravilloso, atento, guapo, desempeña su trabajo a la perfección. Lo voy a recomendar a todo Puebla. Volteó a ver a Victoria y a la comitiva, saludó con cortesía y después de pagar la consulta se fue en silencio. Pasaron los tres a la consulta. Se saludaron de mano porque empezaba la actuación. En cuanto se sintieron la piel se acentuó la fuerza atractiva. −Aquí te traigo a este muchacho para que lo revises. Se llama Frank. Este es mi sobrino Iván el terrible, tiene 22 años. Mi joven hijo tiene 12 años, el mismo tiempo que nos graduamos de la preparatoria. ¿Te acuerdas? Lo traigo porque tiene unas lesiones blanquecinas en la espalda desde hace tres meses. Le dieron medicamentos en Toronto pero no se le han quitado. David realizó el interrogatorio y luego la exploración física completa. Mediana estatura, piel clara intermedia, pelo castaño, orejas medianas, ojos café oscuros, labios medianos, cuello fuerte, cuerpo musculoso sin exageración, una mancha café con leche en el interior del muslo similar a la que él tenía en el mismo sitio. Las lesiones blancas, pequeñas lenticulares debajo de 108
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los omoplatos, le habían aparecido en el mismo lugar durante la juventud, se le quitaron solas. Tenía muchas condiciones físicas para ser su hijo, se quedó con la incertidumbre. Hizo un acercamiento de las lesiones con diferentes lámparas de luz de color. Al final concluyó que eran lesiones de pitiriasis alba que se habían acentuado por las cremas tópicas que le habían prescrito. Indicó suspender los medicamentos y le ordenó una crema con emolientes no pigmentarios. Cuando terminó la evaluación, el chico le empezó a hablar. −Dice mi mamá que cuando joven eras luchador. Yo soy cinta negra de jiu jitsu. ¿Quieres una demostración? −Me parece buena idea, compañero. −Síganme, por favor. Salieron del consultorio y se dirigieron a otro departamento grande que funcionaba como gimnasio. Allí había una lona para entrenarse con los ejercicios a manos libres y judo. Existían dispositivos para ejercicios en anillos, barras paralelas, caballo con arzones. El chiquillo estaba contento y se volvió loco. Hizo una demostración a Pantera sobre las barras, siguió en el caballo sobre los arzones y terminó con ejercicios manos libres. Asomaron las lágrimas a los ojos de Victoria. No utilizaba maquillaje, su belleza era natural. Después de la demostración, el niño le dijo a David, quien estaba emocionado observando su pasado juvenil. −Te reto a una lucha sobre la lona. Se quitó los zapatos, la bata, la corbata, se saludaron y empezaron el duelo de cintas negras. Se tomaron de las ropas y en un descuido fue derribado Frank con una O Soto Gari. Se levantó tranquilo sin frustración, pero ahora estaba más cauteloso. Se tomaron de las ropas y empezó la actuación de Frank adolescente. En un descuido le aplicó al maestro una Harai Goshi y cayó a la lona. Se prepararon para el tercer episodio de desempate y después de unos minutos ven109
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ció el doctor David con una Uchi Mata. Completaron el ritual, salieron del área de lucha, abrazó David el mayor a Frank, quien se dejó arropar. Brincaron y chocaron los puños en el aire. −Ya váyanse a cenar, que ahora me van a consultar a mí. Vienen a las once de la noche muchachos. −Sí, tía. −Los espero. Frank, no hagas vagancias. Al salir del gimnasio se dirigió con la secretaria y esposo. Discúlpenme, muchachos. Ya pueden irse. Esperaron cinco minutos y ya tenían la adrenalina y el cortisol hasta la punta de los pelos y las uñas de los pies. Cerraron con pasador, las luces se atenuaron, la música sensual empezó a inundar el ambiente y empezó la escalada de caricias verbales. El tacto, los labios, las ropas se fueron saliendo del área de protección para la siguiente etapa. Los cuerpos desnudos bailaron, los labios se deslizaron por piel y mucosas en un carnaval de lujuria, el nivel de arte sexual más sofisticado con posiciones diversas, la introducción más retardada para que las paredes musculares del introito se contrajeran desesperadas esperando al huésped honorario, al ser amado y deseado voluntariamente. Durante la faena sexual que duró 40 minutos, los movimientos musculares se volvieron enérgicos, cada vez más intensos, hasta lograr atrapar con movimientos convulsivos de los músculos vaginales el contenido expulsado como ráfaga que lleva vida, esperanza y amor. Allí estuvieron uno dentro del otro una hora más, platicando de la vida. −Mi amor. Tú sabes que no soy presuntuosa. No podría fingir contigo, he viajado por la mayor parte del territorio de Canadá, Alaska, Estados Unidos, Sudamérica, Europa, Asia, China, 110
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India, África y Australia. Conozco gran parte del mundo, he recibido infinidad de halagos y sugerencias de hombres guapos, pero ninguno comparado contigo. Tú eres el ideal llevado a la realidad. Donde quiera que he estado estas tú. Siempre viajas conmigo, no hay lugar que yo vaya que no estés tú. Frank, tu hijo va conmigo a todas partes. Él es mi tesoro. Dios me castigó poniéndome lejos de ti, sin embargo es tan bondadoso que me dio ese hijo tuyo. De antemano, sé que eres demasiado inteligente, noté cómo revisabas a Frank escrupulosamente, descubriendo parte de tus genes en las facciones de cara. Esa mancha del muslo los delata, luego en el gimnasio sus movimientos de exhibición, los de ataque y los de lucha son idénticos. Vine preparada, les tomé video sin que se dieran cuenta. Este material sólo me pertenece a mí y lo utilizaré en momentos críticos de la vida porque eres un regalo de Dios. El amor que yo siento por ti es diferente al que tu sientes por mí. Vivimos en diferentes contextos. Yo he viajado por el mundo y tú viajas en tu mundo médico. Estos momentos representan para mí un episodio en las puertas de la patria celestial. Para ti lo irresistible, lo inevitable, un momento de placer con el ser que tienes en el fondo del corazón, que cuando aparece te ilumina el mundo. Así pienso yo, mi Panther, mi amado Panther. −Bien dicen que en el amor todo puede suceder. ¿Te embarazaste sin imaginarlo? −preguntó David. −No sabías usar el condón, pantera inexperta −se rió Victoria−. Al fin adolescente, la segunda y tercera vez lo recogí del pasto. El del sábado, ese inolvidable día lo recogió Pascual. El día que llegó mi papá y me fui con él, me iba escurriendo líquido seminal por la pantalonera y tuve que ir al baño de la cafetería. Anduve trabajando con mi papá y cuando llegué a la casa tres horas después el papel estaba empapado. Me bañé y me fui corriendo al centro escolar. Me abrió la puerta Pascual, que estaba de guardia. Le dije que había tirado mi cartera y me 111
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contestó que si iba por el condón no me preocupara, porque ya lo había tirado a la basura. Le agradecí por salvarme la vida pero no el embarazo. Estaba en plena ovulación y con cuatro días seguidos sin protección, la gestación era segura. Cinco días después salí con Frank para Toronto. Faltaban dos días para la menstruación, tuve relaciones con él sin protección y a los dos días tuvo que regresar a Puebla. Al mes le comuniqué que estaba embarazada y las familias se volvieron locas de felicidad. Nadie sospechó nada fuera de lo normal, y allí estuve refinando el inglés y estudiando ciencias económicas. Llegué al doctorado con tu hijo siempre a mi lado, nunca más me volví a deprimir. Fue un regalo de Dios gracias a la inexperiencia de dos adolescentes enamorados. Déjame continuar, mi amor −interrumpió David−. Tienes razón en que los contextos son diferentes. Hace dos años, cuando terminé mi primera especialidad, en febrero para ser más precisos, me sentí de repente triste, devastado y deprimido. Entonces me compré una botella de vino, me senté en la banca de un parque como a las siete de la noche y me puse a llorar sin saber por qué. Empezaron a aparecer imágenes tuyas, de los últimos días de la preparatoria. Surgió en mi mente la interrogante, cómo lo hubiera diseñado Gabriela Mistral en su poema ¿Qué quieres imaginero?, dame imágenes, construiré lo que me pidas, le dije a Dios - constrúyeme la imagen más bella de mi vida -me preguntó- ¿dime cuál fue?- contesté sereno- la tarde que estábamos en la biblioteca de la escuela, Victoria y yo, cada uno en un extremo de la mesa. Llegó la señorita bibliotecaria, nos llamó la atención y dijo que para que no griten, lo fácil es que tú estés aquí cerca de ella. Me llevó a la silla anexa y luego comentó, para que se escuchen más íntimamente. Tú te pusiste roja como una manzana, nunca te había visto así. En ese momento supe que la fuerza que trataba de unir nuestros cuerpos estaba reprimida. Yo con mi timidez y tú con tus temores infundados. Proyectó la escena el señor como un video con repeticiones, le di las gracias y me 112
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puse a recordar lo poco y lo mucho de nuestra relación. Le dije a Dios, ya cumplí con el objetivo para merecerla. ¿Dónde está ella? Dame una señal para encontrarla. En eso me abordó otra persona y tuve que contar mentiras del motivo inusual de ingerir bebidas alcohólicas. Durante la narración, Pantera no se dio cuenta que Victoria estaba llorando. No fue hasta que ella empezó a hablar. −Ese día me puse grave, me dio un dolor en la vesícula, de las siete a las nueve de la noche, hora de aquí. Me operaron de urgencia, con anestesia general. En mi sueño quirúrgico te buscaba con ansiedad y estabas sentado en el jardín Santa Inés, solo, nadie a tu lado, triste, apagado, llorando por mí. Yo te estaba llamando. Estuve a tu lado, sentada en un lado, acariciando y besando tus labios y cara. −No cabe duda, Victoria. Estamos unidos de una forma muy especial, podía yo decir divina. Se levantaron, cada uno le puso la ropa al otro, ella respiró profundo para llevarse guardados los aromas de la sexualidad. Él besó sus labios repetidamente para mezclar los procesos enzimáticos, ingredientes del placer, y ambos se juraron amor por siempre. En las decisiones de la vida, los amores fabricados por Dios, a Dios regresan. Siguen siendo espontáneos, sin los trucos de la hipocresía y la actuación teatral. Llegaron por ella a las once de la noche el hijo y el sobrino. −A ver cuándo me vuelves a invitar a luchar maestro −le dijo Frank. −Cuando quieras, hijo. Este es tu consultorio y tu gimnasio. Es cuestión de que tú quieras, amigo. −Gracias, Pantera. Así te llamaban en la escuela, me dijo mi tía 113
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Belem. Aunque no eres negro, sí tienes instintos felinos. ¿Verdad, mamá? −Sí, hijo. Tiene un rugido fenomenal. Se estaban yendo cuando se abrió el elevador y apareció Brisa. Se había sentido mal durante el festejo e iba llorando. Se acercó David con ternura. −¿Qué pasó, mi amor? −Me duele mucho la cabeza. No se despidieron y entraron todos al consultorio. La acostó en un cheslón y la tranquilizó. −Mira, Brisa. Ella es mi amiga Victoria, compañera de la preparatoria. Su sobrino el terrible, este galán es Frank su hijo. Cuando vio al niño, a Brisa le volvió la sangre al cuerpo y se puso colorada. David le estaba tomando la presión arterial y la tenía un poco baja. Cerró los ojos unos minutos y cuando los abrió vio a la mujer guapa y glamorosa que se acababa de restaurar. No hay mejor antídoto para una mujer celosa. −¿Ya te sientes mejor? −le preguntó Victoria amistosamente. −Sí, señora. ¿Disculpe, es usted modelo o artista? −Ninguna de las dos cosas. Soy amiga de Panther. −Está usted muy bonita y además elegante. ¿Dónde vive usted? El niño Frank se adelantó a contestar. −En Toronto, Canadá. Aunque le voy a decir que vivimos y viajamos por todo el mundo. −Ha de estar preocupado mi esposo. Ya nos vamos, Brisa, re114
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cupérate pronto para que tu bebé esté bien. Y ya sabes, en Toronto tienes tu casa −comentó la Vic. Se levantó animada y los acompañó al elevador. Para que la actuación fuera completa se despidieron de mano y ellas se despidieron de beso. Frank y David saltaron y chocaron los puños en el aire. Lo mismo hizo el terrible. Se despidieron los enamorados de la vida. Mañana era último día. −Oye, David. Qué mujer tan espectacular. Es muy bella y se ve buena persona. Lo que me llamó la atención es que el niño Frank se parece mucho a ti. Hasta camina como tú. −El papá es compañero de la universidad y tiene parecido conmigo. Se llama Frank como el jovencito, es una bonita familia −contestó David calmado. David se metió al baño del consultorio y allí se estuvo lavando las manos y revisando el área genital. Se estaba tardando, cuando se abrió el elevador con Frank el esposo de Victoria. En verdad era un hombre muy guapo y se dirigió amablemente a Brisa. −Disculpe, ando buscando a mi esposa Victoria. Trajo a mi hijo a consulta. −Sí, señor. Se acaban de ir. Soy la esposa del doctor y me puse mal. Aquí estuvieron conmigo auxiliándome. −Muchas gracias, señora. Pasen una buena noche −dijo Frank antes de despedirse. Cuando salió David del sanitario su esposa estaba sorprendida. −Oye, mi amor. Vino Frank padre, qué hombre tan elegante y apuesto, todo un caballero. Vino por Victoria y le dije que ya se habían ido. No preguntó por ti. −Es que se están preparando para viajar mañana. 115
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−La verdad, mi amor, tú y él son hombres diferentes físicamente pero sí tienen cierto parecido. Al otro día llegaron a las nueve de la noche Victoria y Belém. Entró la interesada, se acercó cautelosamente y lo besó en la boca. Luego murmuró a su oído que tenía un plan peligroso. −¿De qué se trata? Puedes hablar fuerte, no hay nadie −dijo, y se soltaron riendo. −Mi esposo se adelantó a México con Frank y mañana nos vamos a Toronto. Me hice la chipil y le dije que me dejara un día más en mi tierra porque me iba a ir con mis amigas a desvelar y tomar unas copas. Se quedó sorprendido porque no tomo licor, pero me dijo que estaba bien. Mañana me va a llevar Belém al aeropuerto. Ojalá pudieras escaparte con nosotras a pasar una noche en un hotel. David se frotó las manos. Todo parecía hecho a la medida. La desobediente de Brisa se había ido a México a ver a su abuelita enferma. −Quedé con unos amigos de asistir a un torneo de dominó, pero no hay comparación. Me voy con la dueña de mi voluntad. Entonces le hablaron a Belém. −Asunto arreglado, hermana. ¿Cómo la ves? Soy maga y adivina. Los dos cuartos alquilados y pagados en un hotel céntrico enfrente del edificio Carolino, uno para dos personas y otro a nombre de mi novio, que ni se las huele que es huésped nocturno. Llegaron las dos hermanas y ascendieron al primer piso, seguidas de David con un nombre falso. Se instalaron los tres en un cuarto. Belém y David tomaron coñac, Victoria sólo se tomó una y le dieron ganas de vomitar porque no estaba acostumbrada. 116
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Desde que entraron los enamorados empezaron a acariciarse sin que les importara Belém. La jovencita estaba asustada de ver a su hermana tan bien portada en el ojo del huracán. Se sentó en los poderosos muslos de Panther con las piernas abiertas. Belém dijo, Jesús, María y José. Salió por piernas a su departamento. Era precavida y llevaba cena, bebida de fruta, grabadora y lectura. Tenían que salir a las seis de la mañana. En el cuarto de al lado la temperatura ambiental había ascendido varios grados. Dejaron sólo una lámpara encendida. Volvieron a reconocer sus cuerpos desnudos, se acariciaron con sutileza para que las emociones encendieran el termostato y se liberaran los torrentes mágicos de endorfinas que precedían al coito. Bocanadas de placer salían presurosos al medio ambiente en señal de bienestar sexual. Era el último día de la entrevista. Ignoraban qué les deparaba el futuro y saciaron el apetito libidinoso hasta quedar exhaustos. La botella de coñac quedó casi completa, no había necesidad de estimulantes. Permanecieron encadenados uno dentro del otro y platicaron de las experiencias de la vida. −Cuando estaba en la India, estuve en las faldas del Himalaya. Me explicaron que era una de las montañas más jóvenes de nuestro planeta, pues sólo tenía 40 millones de años. Las placas tectónicas se apretaban todos los días y esto ocasionaba frecuentes temblores en la zona. El resultado anual de este fenómeno era que los picos de las montañas crecieran centímetros o metros. Me acordé de ti, porque nuestro hijo preguntó si para crecer se necesitaba que hubiera dolor. Se imaginó que al acercarse las placas en el subsuelo, les ocasionaría dolor. Me quedé pensando y le contesté que cuando era un niño más pequeño, entre tres y cinco años de edad, le daban dolores en las piernas porque al crecer los cartílagos de tus huesos se estiraban y causaban dolores nocturnos y tenía que sobarlo hasta que se le quitaban. Al otro día estaba más grande y cada año crecía de 117
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cinco a diez centímetros. Así nosotros, David, mi Panther querido. Es doloroso estar a la distancia sin la fuerza suficiente para llegar a donde estamos cada uno. La gravitación no nos acerca, y eso nos hace crecer, David. Ahora estoy segura que no es capricho, sexualidad, química o pasión. Es el destino que por alguna u otra causa nos separa. Cada año que pasa crecemos de alguna u otra forma a través de nuestras familias que nos permiten ser felices, hasta que llegue el día en que el mismo destino nos vuelva a unir. Tengo fe en que eso sucederá. No sé cuándo, pero llegará el momento. −Mi amada Victoria, tienes tanta fe que me asustas. Me siento débil ante tanta fuerza. Me siento impotente ante tanta voluntad. Una cosa sí te digo. Tú siempre has llevado el control de nuestra relación, he acatado las órdenes de la capitana. He sido obediente y condescendiente porque siempre tienes la razón. Es como el cuento de las sirenas que aquietan la voluntad de los marinos que las oyen cantar. Te lo digo, esta relación para mí es divina, eres una diosa encantadora. Dios te mandó como regalo de la vida, el más hermoso de todos los tesoros del universo. Te amo y te amaré por siempre. El día que me necesites allí estaré a tu lado para consentirte, mimarte y amarte, como me lo pediste esa vez −expresó Pantera emocionado. Se quedaron dormidos hasta las seis de la mañana. Llegó Belém a despertar los cuerpos desnudos todavía encadenados. −Jesús, María y José, qué espectáculo. Apúrate, Vic, que tenemos que estar en el airport a las diez de la mañana. Se desencadenaron y la Vic se bañó y alistó para el viaje. Se despidieron tiernamente con los labios partidos y lágrimas de dolor. −Hasta siempre, amor de la vida. Después se fueron sin voltear la cara. Le dejó debajo de la almohada un sobre sellado con una carta en el interior y se regre118
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só a decirle que no la abriera hasta que ella se lo ordenara. La capitana... Cuando Davidd llegó a la casa sonó el teléfono. Era su suegro para avisarle que ya había nacido su hijo, que se había desencadenado el trabajo de parto antes de tiempo, luego de cuatro horas de malestar. El muchacho pesó 2,700 kg, estaba en el hospital La Raza del IMSS en la Gineco 1. −Nos dijo Brisa que andabas de parranda. −Sí, suegro, pero en cuanto me bañe voy para allá. Estaba buscando quien lo llevara. Estaba muy desvelado y se quedó dormitando cuando sonó el teléfono. Era el tío Chuchín. −¿Qué pasó tío? ¿Cómo estás? −Bien, hijo. Aquí dándote lata. Voy a ir a México a visitar a un amigo al centro médico La Raza. Quiero ver si me prestas tu Mustang para apantallar a las chavas. −Claro que sí, tío ¿Vas tú sólo? −Sí, hijo. No hay quién me acompañe. −Voy contigo pero tú manejas. −De acuerdo. Recógeme lo más pronto que puedas para que no se nos haga tarde. Pasó por el tío a su casa. Salió el galán juvenil con ropa deportiva, cada quien se colocó en su lugar y emprendieron la carrera. −Me gusta mucho tu carro. Siempre quise tener un auto deportivo. −Pues es tuyo, tío. Oye, hijo, a propósito. ¿A dónde vas?
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−A conocer a mi hijo. Nació en la Gineco 1, al mismo lugar donde tú vas. El tío se detuvo un minuto. −Muchas felicidades, campeón. Tu primer hijo, esto hay que festejarlo con los cuatreros. Antes de que se me olvide, me visitó la Vic. Qué mujer tan preciosa, me pidió la dirección de tu consultorio y se la tuve que dar. Por cierto, su hijo me dijo tío y tiene un parecido extraordinario contigo. No conozco al esposo, sino juraría que es tu hijo. −Bueno, si le dijo tío es por algo. −No me digas, barbón, que es tu hijo. −Esto es un secreto entre tú y yo. Has sido mi guía y maestro, y no te lo puedo ocultar. Me nacieron dos hijos en una semana. −Esto quiere decir que ese hijo tuyo es de cuando salieron de la preparatoria. Algo me dijo Pascual un día pero no le hice caso. Se me hacía imposible. Pero me da gusto, hijo. Has hecho cosas que me hubiera gustado hacer de joven. Tener estas novias tan hermosas y espectaculares. Las dos me gustaban para tus esposas, pero así es la vida. −Le voy a decir otro secreto, tío, ya que estamos en confianza. También Cristina tiene un hijo mío que vive en Chicago. Se llama David. −Me sorprendes, Pantera. Me dejas atónito, dime qué más tienes escondido. −Nada, tío. −También me hubiera gustado ser médico y tener la sangre fría que tienes. Ser un hijo como tú que ama a sus padres sin condiciones y que ayuda a sus hermanas, tener un auto depor120
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tivo y tener la fe que tienes en Dios. Por eso te va bien sobrino. Antes de llegar al hospital, contéstame esta interrogante. ¿Estuviste en la cama con Victoria en esta visita? −Sí, tío. Los tres días. −Bueno, esperemos que no haya otra sorpresa, Pantera. Llegaron al objetivo. Brisa estaba dichosa amamantando a su panterita. El primer hijo con ella, la mujer más tierna que existía. Le abrió uno de los brazos para abrazar a sus dos tesoros. David estaba embelesado con su primogénito y la familia feliz contemplando la escena de alegría. El tío Chuchín repartía felicitaciones, abrazos y puros como símbolo del nacimiento de un varón. Te voy a tener que castigar, niña desobediente. Te expusiste, chaparrita. Te mereces unas buenas nalgadas, pero gracias a Dios todo salió bien. ¿Ya le avisaste a tus papás? −Vinieron conmigo a ver a la abuela. −¿No me digas que también vinieron tus abuelos? ¿Quién vino manejando? No me digas, ya me lo imagino. Rodrigo los trajo en el Galaxie. −Efectivamente, pareja. Pero él no manejó, nos trajeron Daniel y María de la Paz. −Válgame, Dios. Para desorden, ustedes. Han de haber parecido la familia Burrón. ¿Dónde están todos? −Allá abajo, cuando ustedes subieron ellos bajaron. Que familia tan traviesa y aventurera tenemos. −¿Cómo está tu abuelita? −preguntó David. −Sólo fue una crisis hipertensiva que simuló un evento vascular 121
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cerebral. Ya la dieron de alta. −La anciana de alta y la nieta internada con un chilpayate prematuro. Ahora tienes dos viejos que atender, chaparrita. Pero también dos viejos que te van a querer con todo el corazón. Estaba sentado en el dintel de la puerta que daba a la calle del apartamento de don Juanito y Gregoria en el número 310 de la 13 poniente, en la vecindad multitudinaria de 77 habitantes, en los años sesentas. Estudiaba en la preparatoria Benito Juárez, un personaje típico de un barrio poblano. Se llamaba José, en la familia le decían Pepe, los cuates y todo el barrio el Pipiolo. El apodo lo sacaron de una radionovela de la época llamada Corona de Lágrimas, que tenía audiencia de todas las edades. La palomilla de jóvenes adoptó los sobrenombres como signo de identificación. El Pepe, que era el jefe maloso, se autonombró el Pipiolo. A Pantera le pusieron el Dandy por galán y al Beto el Abogado, el hijo malo. Había otros apodos, pero los personajes más importantes eran estos tres. Ya estaba en segundo año de preparatoria. Era inteligente, con pensamientos y lenguaje original. No le gustaba copiar a nadie, elaboraba un personaje único. Ahora estaba con Juanito, un personaje senil, buen escucha que hablaba poco. A veces no entendía el argumento, y como respuesta sonreía agradecido de que alguien le prestará atención. −Mire, mi apóstol de Jesús, el más joven −comentó el Pipiolo. Puebla está localizada en la porción central y oriental del país. Estamos más cerca de donde sale el sol, formamos parte de la región sureste del altiplano mexicano. Esto quiere decir que vivimos en una meseta que se encuentra entre dos sierras montañosas, la oriental y la occidental. En estas regiones existe gran cantidad de agua, por eso se asentaron en esta región 122
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tantos pueblos. Para que mejor comprenda, discípulo amado, nacimos en una mesa plana con mucha agua. Por eso hay tanta gente en la ciudad. Muy poca gente lo sabe, pero nosotros ya vamos aprendiendo. Mire, ahí viene el Beto. −A ver, mi sacalepunta y futuro abogado. ¿Qué es el altiplano? −Ya vas a empezar con tus jaladas −respondió el Beto molesto. −No es jalada, bachiller. No sabes ni dónde vives, carnal. −Buenos días, Juanito. No le haga caso a este chamán −le dijo Beto al apóstol respetuosamente−. Mejor me voy a comprar pan. −Ya ve, mi cuatache. No saben, pero no quieren aprender − comentó el Pipiolo−. Fíjese bien, pescador de hombres. Nuestro estado está rodeado de vecinos, al norte está Veracruz. ¿Nunca ha ido usted por allá? −No, mi Pipiolo. Nací aquí en la ciudad y soy epiléptico. Me dan ataques, tomo medicamento y aun así, a veces me convulsiono. En ocasiones se me extravían los recuerdos transitoriamente. −No sabía, mi John. Así se dice su nombre en inglés. Hacia el sur están Oaxaca y sus centros turísticos, Guerrero y el paradisiaco Acapulco. Queda lejos de aquí. Aunque en el mapa está a un centímetro, por carretera quedan como a trescientos kilómetros cada uno. Nunca he ido a Acapulco ni a Monte Albán. Al oeste colindamos con Hidalgo, Estado de México, Tlaxcala y Morelos. Para allá sí conozco la Ciudad de México. Allí tuve una novia en la colonia Roma, que se llama Julieta. En Cuernavaca también tuve a mi novia Carmen. En Tlaxcala tengo a mi novia en Zacatelco. Se llama Yolanda. Ya estamos conociendo Puebla y sus alrededores. A ver si organizo una excursión en un camión y nos vamos a pasear, mi anunciador del Evangelio.
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−No me imaginaba que estamos rodeados de montañas, mi buen amigo. Sólo conozco el Popo, la mujer dormida, la Malinche y el Pico de Orizaba. Hay muchas más cadenas de montañas en la sierra norte, Quimixclan, la Negra, Zongolica, Axuxco, Sierra Nevada y la Mixteca baja. De los ríos ni se imagina. Sólo conozco el río San Francisco aquí en la ciudad. Pronto lo van a entubar. También conozco el río Atoyac. Sin embargo hay muchos que en mi vida los había escuchado, Pantepec este seguramente en honor al Pantera, Vinazgo este en honor al Cochome es puro vino. San Marcos en honor al Beto. Ya ve que cuando lo ponen de portero todos los balones pegan en los marcos. Existen muchos ríos, el Necaxa, Quetzalapa, Xolo, Atoyac, Zahuapan, Tlapelmala, río Valiente, éste seguramente en honor a mí, Capulines en honor al cómico Capulina, aguas minerales de Tehuacán. Estas son benditas, allí tengo a mi novia Felisa. Mi estimado apóstol, como soy su mentor o maestro, enseguida de cada exposición voy a calificar al aprovechamiento escolar, mi estimado Ewan, como se conoce su nombre en Inglaterra. El maestro procedió a realizar la evaluación oral y le hizo varias preguntas. Para sorpresa del improvisado profesor, Juanito contestó todas correctamente. −Tiene una memoria auditiva privilegiada −comentó Pipiolo. El mentor tocó la cabeza del discípulo unos segundos y luego tocó la suya. Se persignó y dijo, que se me pase algo de esta mente brillante. Como corolario le dijo a Johnny, equivalente a Juan en la Gran Bretaña. −Fíjese nada más en cuánta ignorancia vivimos. Si fui a la escuela fue dioquis, lo que entró por una oreja salió por la otra. Así nos enseñaron a pasar los exámenes, nos califican excelentes por los nueves y dieces que no significan aprovechamiento significativo, sólo entusiasmo transitorio que nunca se lleva a la práctica. Por eso estamos como estamos, por eso nunca progresamos. 124
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Abrió doña Gregoria para ver cómo estaba Juanito y saludó al Pipiolo. Cuando vio que estaba bien, volvió a cerrar. Pipiolo estaba de vacaciones y se sentaba a estudiar en la antesala de la puerta de la casa de Juanito. Era de madera de pino y contaba con dintel, alféizar, faldón, umbral, quicio y jamba que forman parte de la entrada a la casa. Ahora que cuando te sacan de quicio ya es otra cosa. Se refiere a situaciones desagradables como mentiras, impuntualidad, gente mal educada, voces altas o ruidos. Procuraban los asistentes al sitio de reunión tradicional guardar silencio, respeto y recato para no sacar de quicio a doña Goyita, quien ocasionalmente salía a pedirles silencio porque estaba dormido su viejito. Cuando eso pasaba, se trasladaban al quicio del zaguán. Las banquetas tradicionalmente se llaman aceras o andenes, conforman el límite entre el terreno privado y la vialidad. Otro significado es el de banco individual sin brazos ni respaldo, estos pequeños levantamientos encementadas del terreno que preceden a las puertas de las casas suelen representar un banco sin respaldo ni brazos, que las personas usan para reuniones y charlas. Pueden caber dos, tres o cuatro personas; allí era sitio de reunión de los jóvenes del 310. Eran las siete de la noche cuando estaba el Pipiolo sentado con el abogado del diablo. −Te voy a instruir, mi pequeño colibrí. - responde incómodo el beto −Ya vas a empezar con tus mamadas −respondió incómodo el Beto. −No hay más resistencia al aprendizaje que la de un ignorante. De cualquier forma, déjame comentarte que los restos arqueológicos más antiguos de Puebla fueron encontrados en Valsequillo 125
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y datan de hace 22,000 años. En Tehuacán, que es la tierra de mi adorada Rosario, hay restos de hace 10,000 años antes de Cristo. La agricultura se empezó a desarrollar hace 6,000 años y tenemos antecedentes de 500 abuelos o más ancestros. Aquí han vivido olmecas, teotihuacanos, totonacos, pipiles, popolacas, mixtecos, olmecas xicalancas, toltecas chichimecas, cholultecas. A partir del siglo XV los meros jefes fueron los mexicas, quienes establecieron un dominio a través de guerras, algunas de dominación y otras llamadas floridas. En estas últimas, dos territorios formaban dos ejércitos y luchaban hasta que hubiera ganadores y vencidos. Estos últimos eran ofrecidos en sacrificio a los dioses. Las guerras eran la manera de dominar todo el territorio poblano. Nuestros antepasados indígenas se la partieron y repartieron durante 2,500 años. Aunque su convivencia no era pacífica, disfrutaron el territorio. Hasta que llegaron los españoles y conquistaron nuestras tierras. Desgraciados güeros barbudos que con sus armas y proyectiles derrotaron a unos asustados indios que los creyeron dioses. Ahora entiendes, mi chapulín colorado, porque odio a los españoles. Asesinos de mis treinta o cuarenta abuelos. Para que mejor me entiendas, vamos haciendo cuentas. Cada 100 años se forjan cinco generaciones, lo que se traduce a 35 a 40 generaciones en los últimos 800 años, tomando en cuenta guerras y epidemias. Te estoy enseñando, imberbe fragmento de abogado, tus orígenes. Con la llegada de los iberos a nuestras tierras se hizo una mezcolanza que para qué te cuento. Por lo general, en las guerras, los que dominan el territorio se quedan con las mujeres de los vencidos. Imagínate aquí cuantas tribus ganaron y perdieron, diez grupos que se mezclaron a través del tiempo. Para acabarla de fregar, los de la península ibérica estuvieron dominados por los moros 300 años. Súmale las mezclas anteriores que incluyeron a los romanos, babilónicos y bárbaros. Se hizo una mezcla de genes africanos, europeos, asiáticos y amerindios. Somos lo que parecemos, mestizos multifactoriales, producto de una sexualidad desordenada. Agarraste la onda o te 126
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la repito con un eructo. Eso es cultura barbona, no tus revistas de Memín Pingüín. −Tengo que reconocer que sacaste la lucidora, la lavaste, enjuagaste y puliste. Eso es ciencia, mi Pipiolo genético −comentó el Beto. −Presiento que de todos los ascendientes que mencioné, tengo más influencia pipil porque me gusto el nombre de la tribu. El que menos me gustó fue el popolaco, aunque influencia mexica tenemos, abuelita de Batman. Por qué crees, mi estimado abogado, que consumo producto femenino de ingeniería mexicana, manufactura tradicional, la belleza en todo su esplendor. Morenas, espigaditas, cabello negro, ojos oscuros, movimientos de colibrí, sonrisa de zapote, sensualidad de rocio nocturnal. ¿Qué te parece este poema, amigo? −Ya sé que eres poeta y en el viento las compones. Manuela es tu compañera en distintas ocasiones. Sueña, compañero, dale vueltas o jalones −parodiaba el Beto a Pipiolo. −¡Qué pasó mi beto! No seas prosaico, uno te está hablando con retórica para que salgas con tus albures poéticos. −Mira quién viene alegre. El caballero jaguar, el dandi del barrio, ¿Qué jais con la maraña,mi David? Desde que se cambió a los departamentos 316 de la circunferencia ya ni nos vicentea. −¿Por qué departamentos circunferencia? −Recuerda, Panterita, la razón de la división entre el perímetro y el diámetro de la circunferencia es el factor pi. Por eso lo relacione, mi dandi. −No, pues así si hay relación. Respondiendo a tu pregunta, ya sabes, mi Pipiolo.Cambié de casa, no de amigos. Seguimos en la jugada para lo que se ofrezca, bailes, serenatas, deporte, vagan127
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cias. Tú avisas y nos vamos de parranda, ja ja. −Te pegan agruras, te trae marcando el paso la Vic, tu novia de la prepa. Dicen que está muy guapa. Que es de manufactura española, muy blanca, ojos claros, cuerpo de modelo escultural. No creo que te atrevas. A propósito, estoy platicando aquí con el abogado que como nuestros genes son amerindios, hay que consumir lo autóctono. Hágale caso a las de la vecindad, andan queriendo que les aprietes los huesitos. Si no te gustan, hazlo por caridad. Ahora si no quieres, dame carta de recomendación y un poder para ejercer en tu nombre. Eso sería lo mejor, ¿verdad, primo? −Pues que sean dos poderes −comentó el Beto. −A Sol no le hagas caso, es blanca y de ojos verdes. Producto importado, cada rato te manda saludos y me manda decir que está puesta para la acción. Que le ejerzas tu poder y autoridad. Ahora que como es pecado la discriminación, yo en tu nombre podría hacer una excepción. Con salvoconducto explorar carnes importadas.El pipiolo colocó su dedo en la boca como señal para bajarle al volumen a la batahola, no sea que vaya a salir a regañarlos la doña. No imaginaban que Juanito estaba detrás de la puerta escuchando por dentro. Estaba contento y riendo de las conversaciones adolescentes. -Bueno chavos ya me voy que tengo mucha tarea. Ahí los vicenteo mañana. −Oiga, mi caballero jaguar. Tengo una inquietud, me dicen que usted sí ha probado carne autóctona. −No sé quién te dijo −respondió Pantera. −El otro día estaba platicando con las chavas del barrio del 128
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Carmen, ya ven que soy muy introvertido. −Sobre todo muy callado, barbón exclamaron Beto y David. −Allí estuvieron las buenas chicas platicando quien era el más galán del barrio y saltaron varios nombres porque en gustos se rompen géneros. Yo gané el primer lugar, luego tú, caballero pantera transformado en jaguar. No te creas, es broma. Tú ganaste, campeón. Les pregunté si alguien había probado saliva de Pantera y levantaron la mano dos. Carmen, la sensual, dijo que en secundaria en una noche en los árboles batearon hasta tercera base porque no quisiste llegar al home. Luego Diana, la bonita, dijo que también en secundaria, una noche en la quince poniente y cinco sur fajaron intensamente. Que llegaste arriba de la red pero no quisiste clavar la esférica o cilíndrica. Ahora sácanos de la duda, ¿falso o verdadero? −Si ellas lo dijeron la respuesta es verdadera.. −−Ese es mi cuaralais. Consuma lo nacional, lo del estado, lo de la ciudad, lo del barrio. Estoy orgulloso de ti, mi felino amigo −comentó Pepe Pipiolo. Al otro día, como a las nueve de la mañana, ya estaban sentados en el dintel del departamento Juanito y Pipiolo. Cada quien con un jarrito lleno de café calientito y fumándose un taviro de la marca Alas. Parecían placenteros porque en cada sorbo y bocanada cerraban los ojos en señal de inspiración. −Ahora le voy a platicar, mi estimado Jack, como se dice su nombre en Londres, de nuestros abuelos mexicas −empezó la perorata el bachiller de segundo año.− Nos quedamos por los años 1518, cuando eran los amos y señores. Tenían dominado todo el territorio poblano aunque la capital estaba en la gran Tenochtitlan. Ayer saqué las cuentas con el abogado. Si por cada 100 años hay cinco generaciones, concluimos que en los últimos 500 años debieron existir anterior a nosotros veinticinco abue129
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los. Pues imagínese usted que era el consentido de Jesús ¿Cuántos abuelos serían en 2500 años? −Entre 150 y 200 abuelos −contestó Juanito con rapidez. Nuestros abuelos mexicas o aztecas, como ustedes le quieran decir, eran igual que la sociedad actual, corruptos y libidinosos. −¿Cómo está eso, Pipiolo? preguntó −Juanito. −Desde el nacimiento ya estaba usted marcado. Si nacía de padres pobres estaba destinado a estudiar al tepuchcalli, la casa del dios Tezcatlipoca. Si era hijo de la nobleza, directo a estudiar al calmecac, en donde moraba el dios Quetzalcóatl. En la escuela de gobierno, la de los pobres, los preparaban para la guerra. Los que eran atléticos, fuertes, ágiles y sobresalientes, continuaban la carrera de las armas. A los 15 años entraban a la escuela y a los 18 años acompañaban a los guerreros en las batallas. Su trabajo consistía en rematar a los moribundos, amarrar a los prisioneros. Otros se desempeñaban como honderos, flechadores o lanza dardos lejos de la batalla. Los no aptos para la guerra iban directo a la agricultura, artesanías, platería, carpintería, comerciantes, pescadores o expertos en manejo de canoas. Si eran mujeres, a las labores domésticas, barrerla y tenerla limpia. Era la primera actividad que hacían al amanecer para eliminar los malos espíritus de la casa. También debían aprender a elaborar guisos riquísimos como unos chilaquilitos verdes. ¿No se le antojan, mi buen? Para eso utilizaban los granos de maíz, que ya molidos servían para hacer masa. De la masa sacaban las tortillas. La masa mezclada y hervida con agua creaba un atolito. La masa envuelta en hojas y cocida daba unos exquisitos tamales de rajas, frijoles con chile, carne de pelícano. Recuerde que no había vacas para uno de queso. Las mujeres también se dedicaban al arte de tejer textiles. Con esto podían intercambiar tejidos por alimentos, adornos o allegarse recursos de otro tipo a través del famoso trueque. Lo bonito de la clase baja en la escala 130
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social es que podían elegir a su pareja durante los días dedicados a los dioses. Aprovechaban las danzas para coquetear mujeres con hombres. Cuando ellos tenían 19 o 20 años y la muchacha entre 16 y 18 años, se lo comunicaban a sus padres. Estos a la vez visitaban a los padres de la elegida y expresaban la solicitud del hijo. El profesor del calpulli tenía que dar el visto bueno del alumno. Cuando llegaba el profesor a la casa del ritual de la solicitud, se clavaba un hacha en un lugar estratégico y se colocaba una porción de tabaco. Se ofrecía una apetitosa comida, y cuando la digestión estaba en proceso a las dos o tres horas, se levantaba el alumno. Si era capaz de retirar el hacha de su lugar, el joven estaba preparado para el manejo de las armas, podía tener esposa y formar una familia. Si no lo lograba o el profesor consideraba que no estaba apto para el manejo de armas, se llevaba el tabaco y el joven se quedaba con las ganas hasta que se convirtiera en un experto en el manejo de las insignias. En el caso de la mujer, la decisión la tomaban los padres. En la primera visita la joven no era cedida. A la siguiente petición que podía ser un día después, siempre y cuando la chava demostraba que era buena para la escoba, hacer las enchiladas y para tejer, la cedían en matrimonio. Había amor, mi discípulo consentido. Estaba bien ser pobre y se casaban por amor. Había elección democrática y se fabricaba el cariño. Ahora vas a ver, mi Beto, la memoria privilegiada de mi amigo Sean. Así se dice su nombre en irlandés. Le hizo siete preguntas, todas contestadas con prontitud y eficacia. Se quedó admirado el Beto y comentó que a ese cerebrito se lo iban a llevar en cuanto entraran a la escuela. Sean estaba dichoso con los jóvenes. −¿Qué pasó, Beto, todavía no vas por el pan? −Ya deja de estar de holgazán con este vago del Pipiolo, ve por el mandado. 131
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−Qué pasó, tía no ofenda. Estamos en la clase de historia de México con el honorable don Juanito. −Perdón, Juanito. Buenos días, este sobrino me saca de quicio, disculpen −dijo la doña y se retiró a continuar con sus labores domésticas. −Vamos a continuar con la clase en palabras originales pipioleras. Si leemos el libro, viene muy sofisticado con infinidad de nombres prehispánicos. La boda era una ceremonia sencilla. La mujer tenía que acudir a la casa del novio, bella, galana, adornada con flores, joyas y el huipil como símbolo de pureza. En el trayecto era conducida por cuatro ancianas que llevaban una antorcha encendida y atrás la comitiva familiar. Llegaban a la casa del novio, y en la sala principal estaba una especie de alfombra llamada estera, hecha de fibras vegetales. En el centro, en una copa con resina del árbol de copal encendida. El novio salía con el sahumerio, un recipiente sagrado en donde se colocaban granos de maíz que se encendían y con el humo lo dirigían hacia los novios. Ya en el interior de la casa, la novia se colocaba a la izquierda de la estera y el novio del lado derecho, una sacerdotisa enlazaba el huipil con el ayate del varón en señal de unión eterna. Enseguida se organizaba una gran comida donde compartían las familias. ¿Qué dijo, mi Juanito? Aquí se termina la ceremonia. No mi buen, seguían cuatro días continuos de oración por parte de los novios, y al quinto día la casa estaba lista y adornada para recibir a los integrantes de una nueva familia. Rituales espirituales dedicados a los dioses mexicas. −Le voy a hacer una pregunta, mi estimado Johan. Así se dice su nombre en Dublín. ¿Usted se casó por la vía civil y religiosa? −Sí, mi Pipiolo. Aquí en Puebla en la iglesia del Carmen. Fue una boda sencilla porque no había muchos recursos económicos pero sí mucho amor. Tuve la oportunidad de elegir a mi bella novia. Compartimos el buen amor, y la boda legal fue en el 132
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Registro civil, con testigos y todos los requisitos. Todo derecho, como debe ser. −¿Y en qué trabajaba usted antes? −Soy persona jubilada de Ferrocarriles de México. Trabajé durante 30 años como maquinista y fogonero. Recuerdo que hace poco me preguntaste si había viajado fuera de Puebla, pero no te quería aburrir con mis relatos de viejo. En realidad, he viajado mucho. La ruta del sur hasta Yucatán y hacia el norte de la república hasta Ciudad Juárez. Fueron tiempos hermosos de juventud y adultez. Un día te voy a platicar mis aventuras ferroviarias. No te podías dar el lujo de equivocarte ni tantito porque podría ocurrir un desastre. Fui maquinista de tren de pasajeros por poco tiempo. Más bien me dedicaba al transporte en tren de carga. Pero volviendo al tema, quiero que me platiques por qué dices que la sociedad mexica era corrupta. Me dejaste picado −dijo el alumno. −El imperio mexica estaba centrado en la expansión militar y el predominio político sobre otros pueblos. Eran guerreros, y su objetivo principal era dominar al mayor número de pueblos para exigirles tributos. La formación militar básica empezaba a edad temprana para bien del imperio. Existía la posibilidad de ascender en la pirámide social y el requisito era ser hombre audaz y osado. Lo valeroso se calificaba de acuerdo al número de cautivos que lograban durante la guerra. Los hombres eran utilizados como esclavos o para el sacrificio en ceremonias religiosas. Entre más prisioneros capturaban ascendían en la escala social. Tenían fama de disciplinados, tanto en la familia como en el nivel educativo. Los niños y jóvenes eran obedientes, respetuosos y trabajadores. El que no acataba estas reglas era castigado muy severamente. Sí, mi Juanito. Los mexicas eran un pueblo diseñado para la guerra. Los pobres o plebeyos recibían instrucción en el calpulli, plantel en honor del dios Tezcatlipoca. Les otorgaban instrucción básica militar y un oficio. Los nobles eran educa133
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dos para formar parte de una sociedad de guerreros. Ingresaban desde los seis o siete años y la educación estaba a cargo de los sacerdotes, que eran muy severos en sus enseñanzas. Las horas de actividad eran extensas. Desde temprano tenían que barrer el templo y hasta altas horas de la noche eran llevados al lago de Texcoco a su baño nocturno de purificación. Las instrucciones se acompañaban de largos ayunos, técnicas de autosacrificio como perforarse con una punta de un maguey orejas, labios, nariz y piel de genitales. Contaban con una preparación estratégica, táctica en el manejo de armas especiales para la lucha, espadas de obsidiana, escudos, lanzas, navajas de pedernal, macanas, arcos, flechas, hondas, piedras, cascos de madera y hueso. Algunos de estos instrumentos estaban adornados con plumas, algodón y piedras preciosas. Les enseñaban astronomía, interpretación del calendario, poesía, religión, retórica, oratoria, técnicas de meditación, interpretación de códices y administración. La ciencia era fundamental, tenían una preparación académica para triunfar los Quetzalcóatl, contra una formación básica para sobrevivir de los Tezcatlipoca. Por eso los nobles acaparaban el mayor número de cautivos, ya que era el grupo que marchaba en la retaguardia. En el frente iban los sacerdotes con estandartes de los dioses, enseguida cargadores, sargentos, plebeyos, los guerreros que habían capturado un prisionero, los que habían capturado dos, tres, y en la parte de atrás el grupo especial con técnicas, tácticas y armas poderosas. Eran los héroes de la batalla. Como lo ve, mi estimado apóstol joven, todo estaba organizado para la guerra. Hasta la distinción de acuerdo al rango, pues cada grupo llevaba trajes especiales que los diferenciaban desde los tamemes, o cargadores, hasta los señoriales caballeros águila y jaguar que eran los superhéroes. Se distinguían estos caballeros por su valentía, además de una disciplina férrea. Podían durar meditando de rodillas hasta una semana con lo mínimo suficiente de comida. Estaban entrenados desde niños para ser sobresalientes. Otro rasgo de distinción eran las pinturas para la cara y el cuerpo o el tipo de plumas de adorno deberían estar uniformes en 134
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cada grupo para distinguirse. Imagínese, mi Juanito, la hazaña de un pobre plebeyo, lo superdotado que debía ser, para llegar a la nobleza atrapando prisioneros. Hubo casos de gente que se sublimó para llegar hasta la cúspide social. Ya estando en la nobleza, apóstol de la lealtad, los privilegios eran revestidos de placer. Les otorgaban el privilegio de tener esposa únicamente de la clase privilegiada, el número de concubinas que pudiera mantener económicamente, escogidas de mujeres de la clase baja o esclavas. Todas tenían que tener casa chica, por lo tanto, tenían derecho a la multipropiedad del patrón. Definitivamente, existía sometimiento femenino o esclavitud. La alimentación de los nobles era con manjares, como aves o animales de carne exquisita, como pelícanos o siervos. Lo señalado en esta época, mi estimado apóstol, es que ganaban los privilegios por ser violentos, cazadores de hombres que serían convertidos en esclavos o carne de sacrificio. Pura corrupción, mi apóstol de la pobreza. En esos momentos llegó a incorporarse al grupo el abogado del tlazoltéotl, o lo que es lo mismo, del demonio. Manifestó el inconforme lo siguiente. −Juanito, qué tanta locura le platica mi primo. −Permíteme, carnalito −comentó emocionado Pipiolo−. Le voy a pedir a mi alumno destacado que te repita la historia previa. −Adelante, caminante. Como si fuera una cinta de casete, el discípulo repitió la historia con una retórica que hizo fácil la comprensión del tema. Ya empapado en el asunto preguntó el pipiolo a Juanito que en caso de haber vivido en la época mexica, qué personaje elegiría para hacerlo suyo. −Mira, Pipiolo. Si me hubiera tocado vivir en esa época, me agradaría ser agricultor o carpintero. Serían experiencias nove135
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dosas y gratas. Ahora que si tuviera que ser guerrero, discúlpame pero me agradaría ser noble, de preferencia tlatoani, los gobernadores que no mencionaste y que tenían varias esposas de otras tribus para forjar alianzas. Así tendría derecho a todos los privilegios que mencionaste, como poder, riquezas y placeres. ¿Qué les parece, muchachos? −Bien pensado, discípulo de la comodidad y la riqueza −comentó Pipiolo−. En sueños se vale de todo, siempre y cuando no se entere la doña porque la da su sanjuaneada. −Pues sí, mi Pipiolo. Pero palo dado, ni Dios lo quita. −Fíjense que a mí sí me hubiera gustado ser guerrero. Me gustan la lucha y las artes marciales. No importa que fuera tameme, estoy seguro que llegaría a ser caballero águila. Todo está bien en la cultura mexica. Lo único que no me cuadra son los sacrificios humanos, todo lo demás está pasadero con ese inconveniente −dijo el abogado alzando la voz. −Habrá que comentarle esto a la Lilia para que esté prevenida del novio potencialmente guerrero −expresó irónicamente Pipiolo−. Pues fíjense que a mí me gustaría ser general de los ejércitos, el que diseña estrategias y tácticas, el que manda a todos los guerreros, organiza, dirige, anima y lucha sólo en caso necesario. Él disfruta de esposa, concubinas, casas y manjares deliciosos. Eso sería vida, dirigir sin arriesgar mucho. Esa es mi idea . En la imaginación, nadie me impide ser el general Pipiolopoxtli de las tropas aztecas. Ya se estaban preparando para entrar a la universidad. Cursaban el segundo año de la preparatoria y el abogado y Pipiolo irían a la Facultad de Derecho, y el Dandi o Pantera a estudiar Medicina. El Pipiolo fue a ver a Pantera a su casa un sábado por la tarde y venía llegando de las actividades acuáticas con su 136
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novia Cristina. −¿Qué milanesas que no bisteces, mi caballero jaguar? Buenas tardes, Cristi. Les traigo una invitación del clan de los Castillotzin. Disculpen pero ando muy mexica. Mañana el conjunto tropical tiene una presentación en el sindicato de teléfonos, una fiesta quincexochitl, y vengo de parte de mis hermanos para ver si nos haces el favor de conducir el festejo en su parte inicial. Que cantes la rúbrica, hagas la presentación de la princesa azteca y del resto del festejo nos encargamos nosotros. −Llegaste tarde, Pipiolo. Mañana nos vamos a ir a una fiesta en Atlixco −expresó Cristina. Pantera se quedó sorprendido y el Pipiolo se preocupó. David contaba con un plan B. La frustración era evidente y aumentaba hasta que Cristi rompió el silencio. −Jajaja, es una broma, caballero águila. Si mi David no tiene otros planes, allá estaremos. La Pilarazteca es mi prima. −Vas ver, Cristi. Ahora sí me mexicanaste, pero lo que me gustó es que llamaste caballero águila −comentó Pipiolo. −Ya ves cómo las mujeres resuelven los problemas con silbatos y ocarinas −respondió Pantera−. No te preocupes, Pipiolo. Si Dios nos da vida ahí te caemos. Nada más dime la hora y qué color de traje. −Ya sabe, mi caballero jaguar. Media hora antes de las nueve de la noche. Y del traje, pues el veintiúnico, el azul. La música tropical estaba de moda en los años sesentas y setentas. Se tocaba en todos los círculos sociales, y el grupo de Los Castillo o los Brujos del Ritmo eran especialistas en ese ramo musical. Juanito, el Beto y el Pipiolo cabían perfectamente en el quicio. 137
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Eran como las diez de la mañana, y el sol, o la cobija de los pobres, calentaba el ambiente y proporcionaba calor. −Oiga, Pipiolo. ¿Cómo iniciaron con el grupo musical de los brujos? −preguntó Juanito. −Mi estimado maquinista del ferrocarril, le voy a contar la breve historia −respondió Pepe Pipiolo−. Mi hermano Tomás aprendió a tocar guitarra con un maestro de música y a través de la práctica se hizo experto. Le enseño a mi hermano Ray, y los demás nos contagiamos con la escuela. Yo aprendí a tocar el güiro, las claves y el shacker. Pedro a tocar el bongo y la conga. Ricardo a tocar la batería, y después se incorporó el presentador oficial, el Cochome. El que aúlla, maúlla y canta es su trovador, el vocalista Pipiolo. Aunque tuve que tomar clases de canto. Se me da poco, no mucho, como al caballero jaguar. Él es entonado y sabe manejar los cambios de voz sin esfuerzo porque le enseñaron en el oratorio. Así fue como empezamos con los Brujos. −Ahora el entrevistador voy a ser yo, mi buen −comentó Johannes, como se dice su nombre en Reikiavik−. A ver, ente de la maldad de la novela de Coronas Lágrimas. El Beto no paraba de reír con la retórica de Johannes. −¿De dónde les viene la afición por la música cumbiera? −Me la pone muy dura Juanito. −Que te la ponga dura tu novia, Felisa −respondió el maquinista. −¿Qué pasó, mi apóstol evangelizador? Me está cotorreando bien y bonito. Que yo sepa, Juanito, este tipo de música se supone llegó a las costas de América a través de los esclavos negros que traían los españoles para utilizarlos como esclavos o sirvientes. Llegaron a Cuba, Panamá, Colombia, Venezuela, Brasil, las 138
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islas que forman el Caribe y circunvecinos, y en México principalmente a las costas de Yucatán y Veracruz. −Mis primos son tocadores de cumbia −manifestó Beto−. La palabra cumbia fue modificada en América y viene de Kuma, Kume o Kumi. Le cambiaron la K por ce y formaron la palabra cumbia que significa gritar, alborozar, escandalizar. Eso es lo que realmente pasa con la cumbia, es un ritmo movido y alegre. Mis primos no son negros, sino se llamarían Pepe Dakaray o Pipioloray, que significa alegría, Tomás o Jelany que significa poderoso, Ricardo o Marathi que significa sabio, y en el caso de mi nombre Alberto o Kiros, que significa rey. Mis primos no son negros, Juanito. Sólo les gusta estar contentos con la música y alegrar a la concurrencia. −Me dejas con el ojo cuadrado, abogado de los pobres− comentó Johannes. −¿Qué pasó, mi Juanito? Ya me está cabuleando −expresó el renegado que todo lo imaginaba en albur. −¿Ves, Pipiolo? Ahora que tú eres el alumno, ya brincaron los profes. Me da gusto que ustedes los jóvenes se diviertan sanamente a través de la música. Lo que me disgusta es que muchas veces esta profesión sirve de vehículo al alcohol y las drogas. En estos casos ya valió un cacahuate la misión vivificadora −refirió Johannes y hubo un momento de silencio−. Una pregunta más, mi Pipiolo. ¿Sus interpretaciones son originales o son copia de otros autores? −Ya sin cotorreo, mi Jóhannes. Tocamos música de Mike Laure, con temas que tratan del tiburón, de la rajita de canela, de Mazatlán, la banda borracha, cero 39, la cosecha de mujeres, Veracruz, la secretaria, amor en Chapala y quiero amanecer. También tocamos música de Rigo Tovar como La sirenita, Matamoros querido, El sirenito, Noches eternas, Cuando tu cariño 139
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y Amor sincero. También interpretamos a Chico Che con melodías como Quién pompó, Uy que miedo, Los nenes con los nenes; y le entramos a melodías de los Sonors y de muchos grupos musicales, pero los jefes actualmente son La Sonora Santanera. De ellos hay mucho repertorio alegre. No tocamos música triste ni de borrachos. La boa, A gozar, El mudo, El ladrón, Musita, El orangután, Bómboro quiña, Dónde estás Yolanda, La pollera colora, y también tocamos música de la Sonora Matancera y de la Sonora Dinamita. Sólo música alegre. −Es bonita tu profesión, mi Pipiolo. Los admiro porque son un sano ejemplo para la juventud. −Gracias, Jóhannes −comentó Pepe satisfecho. −A ver si eres tan bueno, mi Pipiolo. Tócame La boa, te la pasas por la Rajita de canela, te quedas mudo y musitas con el Bómboro quiña, quiña −dijo el Beto levantándose. −Mire nada más, apóstol consentido. Nos vamos de la retórica hasta este barbón prosaico que nada más piensa en rimar para fregar en doble sentido −comentó Pepe sorprendido. Se fueron muy abrazados Pantera y Cristina a la fiesta en el salón de telefonistas. Cuando llegaron, ya estaba reunida gran parte de la familia e invitados y Los Brujos ya estaban afinando y sintonizando instrumentos y micrófonos. Ella iba con un vestido azul que dibujaba su delgado y bien formado cuerpo. Cuando subieron a la plataforma los recibió el Pipiolo. Subieron a saludar a los integrantes del grupo y le dijeron al Pipiolo que si iba a cantar la rúbrica. Clarines y trompetas, en la jerga del barrio −contestó festivo y todos rieron. −Mi Panterita, no suba con tentaciones femeninas de este tipo al escenario. No dejan espacio para la concentración −comentó 140
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Tomás, el jefe de grupo. El Pipiolo llamó a Cristina que ya se iba a bajar del escenario y se la presentó al curioso. −Tommy, ella es mi novia y se llama Cristina. Saludó la hermosa cordialmente y cuando se bajó del escenario, Pantera le comentó a Tomás lo siguiente. −Es un ser humano de carne y hueso. Igual que todos, encantador y amoroso. Es igual que todas las muchachas de su edad, con el atributo de que es bonita, graciosa y se esmera en su arreglo personal. Me ha tocado por suerte compartir con ella un noviazgo saludable. Es nuestra vecina, estudiamos en la universidad, compartimos sentimientos y aficiones, es el amor personificado. Tú eres el dirigente del grupo, el maestro, muchacho guapo, líder del grupo, tienes tablas para conseguirte una compañera o alumna mejor para tus percepciones de la vida. −No te quise ofender, mi Pantera −comentó apenado Tomás. −No estoy ofendido, simplemente te estoy dando tu categoría. Tú también eres una persona valiosa, ánimo mi Tomi −respondió David. Cristina tenía curiosidad por ver el comportamiento de su novio. Lo sabía cantador, alegre y animoso. De esa realidad ocasional al verlo arriba del escenario, tenía temor que no se desempeñará bien. Le hicieron una señal a David para iniciar el festejo y Cristina le había pasado el nombre de la festejada, padres, padrinos, hermanos e invitados. Inició el festejo. Pantera empezó a cantar. Cristina y sus primas lo miraban admiradas. Poco a poco fue bajando la intensidad de la música para quedar en un acompañamiento a la presentación de la festejada, el maestro de ceremonias llevaba las palabras 141
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siguiendo el ritmo y haciéndola de emoción. −Damas y caballeros, buenas noches. Sean bienvenidos a la presentación en sociedad de la hermosa Pilar. Ella es nacida en Puebla, orgullosamente del barrio de nuestra patrona la Virgen del Carmen. Sus trabajadores y orgullosos padres han edificado una gran familia con dedicación, pasión y esfuerzo. Traen ante todos nosotros a su hija adolescente para que seamos testigos que cuando los hijos son educados con amor y límites se forjan frutos hermosos. No sólo físicamente, se adornan de amor, inteligencia, gracia, donaire y respeto. Esa es educación fabricada en la familia, pulida en la escuela por sus maestros, refinada por los obstáculos que representa la tarea de engarzar amigos. Hoy estamos todos los invitados presentes para brindar nuestro apoyo a la encantadora Pilar y a esta grandiosa familia. Desearle no sólo con palabras bienestar, sino procurar en el camino que viene, ser una red de apoyo para los momentos difíciles, que pueden ser críticos, donde se necesita la mano amiga. Un aplauso a los padres de la quinceañera, don Eulogio y doña Eugenia, un reconocimiento a los abuelos don Melquiades, don Melchor, doña Jesusita y doña Clotilde. También honores merecen los tíos, tías, primos, primas como Cristina que son fuente de amistad y amor. Hagan favor de pasar los padrinos al centro de la pista, para que sean testigos del primer vals de la princesa del barrio del Carmen, que bailara con su señor padre don Eulogio. Así continuó el ritual dirigido con actividad emocional, que hacía brotar lágrimas en los presentes. Terminó la ceremonia con unas palabras dirigidas a los padrinos. −Ustedes tienen un compromiso primordial con Pilar. Fueron elegidos por el alto nivel de confianza de la familia. Las expectativas son grandes en ustedes y estamos seguros que cumplirán el compromiso. A partir de hoy serán los responsables de cooperar en la dirección de la formación intelectual, social, emocional y espiritual de Pilar. Son padres secundarios incondicionales. Un 142
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fuerte aplauso para los padrinos y compadres de la familia. Los miembros de la familia estaban emocionados. Se abrazaban y besaban. Si hubo rencillas o corajes los aventaban al olvido. Se bajó Pantera, inició la música excitadora que incita a los músculos al movimiento y los hace festivos, alegres y locuaces para desenmascararnos como individuos con emociones diversas. Cada quien elige su estilo, su mímica y resalta sus habilidades y destrezas para el baile. Cada quien elige su pareja, la que más le gusta por su atractivo, la que le conviene, la obligatoria, la que sólo acepta por pasar el rato. −¡Qué bárbaro, Pantera! Cantas hermoso, mi amor −decía sin dejar de admirarlo y besarlo. −Tú eres mi inspiración, Cristinita, sin ti no sería más que un merolico −expresó sonriente David−. Eres el limón de la limonada y yo soy el agua, el dulce de nuestro amor. Estuvieron bailando al ritmo de cumbia y más tarde al ritmo del danzón. Cristina lo llevó a presentar a toda la familia, que estaba encantada con su actuación. Tomás no dejaba de admirar cómo había removido los corazones de personas de distintas edades, un chaval de solo 20 años. La novia no lo quería, lo adoraba. Ella tan bonita y distinguida, estaba prendada de un muchacho que creció en la vecindad, pero que tenía la facilidad del estudio, la didáctica y la empatía. Siempre será bienvenido al grupo musical. Lo invitaban por ser un joven educado, decente, inteligente, buen amigo de su primo y su hermano menor, el Abogado y el Pipiolo. Cuando ya se estaban retirando Cristi y David, los regresaron de la puerta. Lo llamó el Pipiolo por el sonido con todo y novia, y llegaron tomados de la mano mientras la gente aplaudía. La quinceañera estaba solicitando la melodía El tema del cuento, tocada por la Sonora Santanera. La festejada pidió la interpre143
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tación como vocalista y el joven accedió y subió al escenario tomado de la mano de su novia. Se puso de acuerdo con el grupo para el tono seleccionado y empezó a cantar después de una larga introducción musical. David interpretaba con vehemencia esa melodía pues le gustaba mucho. Quiero que oigas un cuento que aprendí, cuando yo anduve por ahí. Eran tres niñas hermosas cual pétalo rosa, cual capullos de alhelí. Una tenía cabello de oro, otra los labios de coral y la más chica era bella cual era la estrella de Jerusalén... Así hasta terminar la melodía encantadora. Al final Pilar lo abrazó y le dio un beso casi en la boca. Cristina se enfureció pero supo controlarse porque era su prima. Para disimular la contrariedad Cristina la abrazó y todo quedó en una falta de tino. En realidad, Pilar deseaba besarlo en la boca. Le encantó el cantante apasionado para regalo de quince años. Se fueron entre aplausos y agradecimientos, tomados de la mano en señal de alianza difícil de romper. Ya iban a dar las diez de la noche, pero Cristi quería que fueran a cenar unos molotes de tinga y rajas con queso. Ya no dio tiempo, y llegaron exactos a la puerta de la amada. Antes de despedirse le dijo a David que iba por los molotes y regresaba. Que cuando oyera el chiflido fiu, fiu, fiu, fiu, fui, se asomara y le daba su cena con un refresco. Así lo hizo. Regresó, silbó, salió la hermosa en pijama, le extendió la comida, un refresco barrilito de piña para la niña y aprovechó para darle un beso apasionado. −Te amo, bonita. Hasta mañana. Estaban de vacaciones, y ya iban camino a la universidad dos abogados y un médico que apenas se estaban cocinando. Lo trascendental era que convivieron en esta vecindad en donde las neuronas espejo invitan a trabajar saliendo de la secundaria o preparatoria. Otros lo intentan pero fracasan por algún motivo y algunos no lo intentan por falta de recursos. Fueron por Pantera a las nueve de la mañana para el cotorreo. 144
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Ya todos estaban desayunados. A los padres de David no les gustaba ver a su hijo sentado con Pipiolo y Beto. Aunque eran buenos chavos daban la impresión de vagos y holgazanes, sin saber que en la escuela de la vida se aprende con seres comunes y corrientes que escuchan, conviven con los jóvenes. Allí estaba Juanito con sus amigos mañaneros. La gente mayor salió muy temprano a sus lugares de trabajo. El papá de Pipiolo se fue a su oficina empresarial, la mamá a la fábrica textil; el papá de Beto al taller de herrería con sus hermanos o a trabajar en ranchos, la mamá a la fábrica de costura, los hermanos de Pipiolo, Tomas a la peluquería, Raymundo era obrero textil y luchador profesional; el papá de Pantera al autoservicio, la mamá en las labores domésticas; don Ubaldo a la escuela Granjas a cuidar jóvenes rebeldes y mal portados; don Rodrigo a la fábrica textil, Guillermo el mayor de sus hijos a la panadería, Miguel Ángel el zurdo a la fábrica textil; Don Tomás y su hijo Tomasín eran empleados de en unas oficinas de abogados, Carmen trabajaba como secretaria en oficinas de gobierno, Rodolfo era paramédico de la Cruz Roja, Miguel en una fábrica textil; don Lázaro era vendedor de artesanías, Chabela secretaria de los juzgados. La mayoría de los jóvenes estudiaban primaria, secundaria y preparatoria, aún ninguno en la universidad. Las hermanas o hermanos mayores eran responsables del cuidado de sus hermanos. Las madres dejaban la comida preparada. En el quicio de la puerta, Juanito y Pipiolo sentados, el Abogado y Pantera parados.Comenzó la clase el maestro Pepe Pipiolo. −Oye, mi caballero jaguar. En lengua guaraní, jaguar significa el que caza de un salto. Habita en los bosques y selvas de México hasta Argentina. Prefiere las selvas bajas tropicales y bosques subtropicales a menos de mil metros de altura. Es el felino más grande de América, puede medir un metro y medio y llegar a pesar hasta 150 kilos. ¿Sabías que a la llegada de los españoles a México había más de 100,000 jaguares? En la actualidad es145
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tán en peligro de extinción porque el hombre ha invadido su hábitat. Se reportan cuatro mil amigos felinos en la península de Yucatán, y se alimentan de pecaríes, armadillos, tejones, conejos, aves, peces, perros, coatíes, venados, cocodrilos, caimanes, lagartijas, víboras, tortugas o incluso carroña. Después de esta reseña cultural, te quiero hacer un comentario extra, posterior a la presentación musical de ayer. Se nos multiplicó el trabajo, te la rifaste bien y bonito, mi buen. Mis carnales quieren que te proponga ingresar al conjunto tropical como animador y vocalista. Piénsala, mi felino cazador y saltador, nos conviene a todos. Una alianza musical de pelos. Anímese, mi caballero amarillo con manchas negras. Es una proposición, tú sabes lo que te conviene. No es presión, es invitación de compañeros carmelitanos. −Te voy a ser sincero, afamado Pipiolo. Mi papá trabaja mucho, tiene dos oficios para sacar adelante a la familia −comentó David apenado−. Desde que sabe que voy entrar a la universidad se la pasa amagándome con la cantaleta, una sola materia que repruebes y te me vas directo a trabajar. Dice que estoy advertido, informado y consiente que no quiere vagos, que no lo voy a hacer tonto. Tampoco le gusta que me junte con ustedes. Me trae finto, me tiene coraje porque estudio. Ni modo, mi Pipiolo, a veces así son los padres de severos e injustos. Para ingresar al club alfa y convivir con Cristina, trabajo con mi primo Cocol para pagar la mensualidad. Él no sabe que practicó gimnasia o salto de altura o longitud, futbol y béisbol. Tampoco sabe que mi tío Chuchín me pagó los cuatro años que estuvimos aprendiendo judo hasta llegar a cinta negra. Menos le interesa si tengo novia. Me da vergüenza que vaya Cristi a la casa, no sea que vaya a ser grosero con ella. Afortunadamente siempre abre mi mamá y hasta platica con ella. Con ustedes no hay problema, los conoce desde niños. Pero aun así los juzga mal. No es grosero, pero en su interior no le agradan. Yo sé que lo único que quiere es verme trabajando en una fábrica, en un autoservicio o en una gasolinera. En lo que sea menos estudiando. Por eso no 146
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le doy motivos, mi Pipiolo. Sí me gustaría, sería un honor, pero si ingreso al grupo seguro me pone a trabajar o me corre de la casa. ¿Me comprendes, valedor? −le preguntó a Pipiolo con lágrimas en los ojos. El grupo se quedó silencioso y el Pipiolo le dio un abrazo de consolación. −No te preocupes, mi ñeris. Te esperamos hasta que puedas. En eso estaban cuando vio venir a lo lejos a la preciosa Cristina, quien llegó directo a Pantera a besarlo. −¿Qué pasa, jóvenes? Respeten mis canas, no cuenten dinero delante de los pobres −protestó Juanito. −Ahí disculpen las fachas −dijo Cristina al grupo. −No te disculpes, que en fachas o como estés no pierdes la galanura −expresó el Pipiolo.. Cristi abrazó y besó a David con más intensidad y se despidieron del grupo. Cuando pasaron por la tortillería les saludó su amiga Lolis y el dúo respondió al saludo. Iban rumbo a la esquina de la cinco sur. En el camino, Cristi le platicó al novio que su mamá estaba enferma y que tenía que ayudarle en las labores de la casa y por eso no iban a ir al alfa. −No te preocupes, amor −dijo David−. Si quieres te veo en la noche si no me aguanto. Otra cosa, chiquita. Si algo se te ofrece, cualquier cosa de mandado para arriba aquí está tu sirviente, cargador, tameme. Se quedaron un rato besándose en la esquina. Después emprendieron el regreso y cuando pasaron frente al grupo los detuvo Pipiolo. −¿Cómo se te hizo la fiesta de ayer con tu prima? 147
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−En verdad, muy bonita. Tocan muy bien, alegre, divertido y movido. Qué te puedo decir, son excelentes. Mi galán me tiene sorprendida porque no es su tipo de música favorita. Claro que la llevamos en las venas porque se oye por todas partes. Además ustedes la interpretan muy bien −luego se dirigió a Juanito−. ¿Sí los ha escuchado, Juanito, a los brujos del ritmo? −Sí, mi niña. Todos los días. Son mi grupo favorito de aquí de Puebla −respondió el maestro. −Ya ves, Pipiolo −comentó Cristi−. Los seguidores son cada día más. Me habló Pilar para decirme que todo estuvo de lujo. En lo personal lo que no me agradó fue que se la pasó preguntándome vida y obras de mi Pantera. Se me hace que me lo quiere bajar a la china. Por eso vine a supervisar mi territorio. Quiero recalcar que tienen un grupo musical muy unido y con buen repertorio. Los recomendaré para otras ocasiones, nada más que con mi viejito no cuenten. Si esto paso con mi prima, ¿ustedes creen que lo voy a dejar ir a otros lados? Nel pastel. −Nosotros te lo cuidamos −respondió Beto. Es bien portadito, el muchacho. Hazlo por bien del grupo, no seas díscola. −Nel pastel −expresó categóricamente la novia−. Además les voy a decir la verdad. La música preferida de nosotros es la música en inglés de los Beatles. Somos los seguidores número uno del cuarteto de Liverpool. Paul, Ringo, John y George. Nos sabemos muchas de sus canciones en inglés y algunas en español. Con esas melodías inspiramos nuestro romance de 1962 a la fecha. Pantera se me declaró con All my loving y cerró con Todo mi amor, cierra los ojos y te besaré, mañana te echaré de menos, recuerda que siempre te seré fiel, y cuando esté lejos te escribiré cada día, te enviaré todo mi amor. Recuerdan All I›ve got to do, todo lo que tengo que hacer, cuando quiera tu compañía, sí, todo lo que tengo que hacer es llamarte por teléfono, y vendrás corriendo a casa. Sí, es lo único que tengo que hacer, And I love her, y la amo, yo le entrego todo mi amor, es todo lo que hago, y si tú has visto mi amor, la 148
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amarías también, yo la amo; Because, porque el viento fuerte se me lleva la razón, porque el viento es fuerte ah, el amor es viejo el amor es nuevo, el amor es todo, el amor eres tú; I need you!, no te das cuenta cuanto te necesito, te amo todo el tiempo y nunca te dejaré, por favor vuelve a mí, estoy tan solitario, te necesito. Esto es sólo una muestra de cinco melodías que nos identifican, pero hay muchas más. Hey Jude, Something, A day in the life, Yellow submarine, Come together, Here comes the sun, Blackbird, Don›t let me Down,Twist and shout, Eleanor Rigby, Ob-La Di, Ob-La-Da y All you need is love. Esta es una muestra de nuestro repertorio favorito. ¿Verdad, mi amor? −Sí, hermosa −contestó David. −Bueno, ya me voy, Juanito −se despidió Cristina−. Un placer saludarlo. Lo mismo digo, Abogado y Pipiolo. Pasen un buen dia, ya me llevo a mi amor. Se fueron caminando hasta la casa de ella y ahí se despidieron como siempre, con un beso entusiasta. −¿Sí sabía, mi estimado Giovanni, como se dice su nombre en Roma, que Miguel su hijo, anda formando un equipo de béisbol en este barrio? −comentó Pipiolo−. Nos vamos a llamar los Pingüinos de la trece, por votación. Nos vamos a unir con los del 309 y también va jugar con nosotros el Cocol, primo del caballero jaguar. Es un jonronero y además el tío Chuchín va a patrocinar al equipo. Estamos entrenando por las tardes por los llanos que hay por el centro escolar. El cátcher es el joven más valiente, don Pipiolo Sandoval, en honor al Rudy Sandoval, cátcher de los Pericos de Puebla. Los pitches Miguel el zurdo Sotelo, ya sabe que los apellidos son por las aves de color verde, pitcher derecho Gustavo Jiqui moreno, primera base Guillermo Ronie Camacho, segunda base el Beto Moisés Camacho, paradas cortas Víctor Jorge Fitch, tercera base Adolfin Zacatillo Guerrero; los jardineros en el lado izquierdo Julián Pegaduro Rodríguez; en el centro Pantera Chanquilon Diaz; en el jardín derecho 149
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Luis Cañitas Moreno; entrenador Miguel Molinero Montes de Oca, coach Jorge Cocol Gutiérrez, patrocinador Jesús Chuchín Garrido; suplentes Jaime Canena Rodríguez, Alejandro Cañas Zenteno, Gerardo Pollito García, Carlos Siete Pisos García, Pichicuas Medina, Anselmo Detective Rodríguez, Ricardo y Gerardo Castillo, y muchos más que se van a incorporar. En el cuadro titular están los que han ido a entrenar y todavía falta ver a los otros integrantes. Queremos que vaya con nosotros mi Giovanni. Lo vamos a llevar como instructor de señales de picheo. Así es de que vaya preparándose y no deje de tomarse los medicamentos, bájele un poquito a los taviros o de plano compre de mejor marca. −No me podías perdonar, Pipiolo. Está bien, seré su instructor −comentó Giovanni. Antes de 1970, los campos de béisbol se encontraban en los llanos de Puebla por todos lados. Eran contados los campos de futbol, pero con el Mundial de soccer en México se invirtió la proporción y se empezó a jugar más futbol. Para jugar béisbol en la categoría de menores de 18 años, la competencia revestía grado de dificultad porque competían equipos de escuelas como la prepa Benito Juárez, El Centro Escolar, la Normal, el equipo de una radiodifusora XEHR, equipos de barrio como los Cherokees del barrio de la luz, los Tigres del barrio de Parral, los Diablos del barrio de Santiago, los Camoteros del barrio de los Volcanes y otros más. En total, 16 equipos divididos en dos grupos. Los partidos se jugaban en los campos de aviación, únicamente los días domingos durante todo el día. El primer partido fue contra los Cherokees y ganaron tres carreras contra dos con gran relevo del Pipiolo que sacó la casta pingüina en las últimas dos entradas. Este equipo era el rival número uno, el equipo favorito para ganar el campeonato. Los resultados de los partidos eran importantes, porque entre mayor número de triunfos los equipos se volvían competitivos, los que sufren de150
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rrotas consecutivas les pasa lo que al síndrome de la ventana rota todos quieren destruirlos, en este caso los triunfos recurrentes hicieron al equipo fuerte. No era casualidad el éxito. Allí estaba la mano de Miguel que era un integrador de grupos natural, un líder que ejercía la disciplina en forma rígida. Jugaban los que iban a entrenar y los que llegaban sanos al partido. Los desvelados, crudos y rebeldes tenían asegurada la banca, pero nadie se quedaba sin jugar. Aunque sólo fueran una o dos entradas de actividad, los hacía sentir parte del equipo y los emergentes se comprometían cuando les daban la oportunidad. En el caso del Pichicuas, que era un joven rebelde e indisciplinado, la estrategia lo convirtió en coach de tercera o de primera base. Hasta se compró su uniforme beisbolero porque Miguel era el único que llevaba el uniforme completo de un manager. Juanito daba las instrucciones o señales a los pitchers desde la banca y todos lo respetaban. Había estudiado mucho para conocer a los bateadores, desde la forma de pararse frente al plato, la forma de tomar el bate, con seguridad o miedo, con firmeza o vacilantes, altos o chaparros, flacos o musculosos.Tenía todo estudiado para lanzar rectas, curvas, bola de nudillos, submarinas, rápidas y lentas. Era un equipo organizado, integrado y dirigido con una planeación estratégica. Todos llevaban camiseta beisbolera blanca con rayas verticales azules, con un pingüino bordado en el pecho y el nombre personal bordado en la espalda. Todos estaban contentos con el equipo. Nada de esto era obra de la casualidad. En el entrenamiento se realizaban pruebas para ver las cualidades de cada uno de ellos, quienes eran los bates poderosos, los oportunos, los hiteros, los que se iban a robar la base, los que iban a anotar con un hit oportuno. Todo se tenía contemplado. Juanito era el entrenador de los pitchers y cambiaba las señales en cada encuentro, por lo general con los cinco dedos y con el puño. Estaba entrenando al Pipiolo para que se encargara de las señales desde la receptoría. Pichicuas tenía señales diferentes en cada juego, silbidos, brincos, aullidos, 151
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infinidad de actitudes que traducían un código a obedecer. El joven era un espectáculo con sus ocurrencias y esto hacía divertido el juego. En la media temporada, Pingüinos ocupaba el tercer lugar. Faltando un juego para terminar la temporada, llegaron al segundo lugar y esto les daba derecho a participar en el juego por el campeonato. La final se llevó a cabo en los campos de la colonia Aviación. El campo llanero estaba con lleno total en las laterales de primera y tercera base. Los dos equipos llevaban porristas y se volvió un duelo de barrios, la luz contra el Carmen. Allí estaban las guapas de Olivia, Aida, Malena, Lilia, Silvia, Brisa, Ofelia, Hilda, Sol, Chela y María. Como medida preventiva para evitar un conato de violencia, Chuchín avisó a la presidencia para que fueran policías a resguardar el orden. Cuando había palabras ofensivas por algún integrante, las porras calmaban al agresor o de plano le decían te comportas o te largas. Ante la presión de la mayoría, no les quedaba más que acatar las reglas. El partido estaba tres a tres en la novena entrada, parte baja Cherokees tenía casa llena sin out. Por Pingüinos ya habían desfilado la mayoría de lanzadores. Trajeron a Pantera como esperanza. El juego estaba perdido, pero Pantera tenía velocidad y bola rápida. Ante la admiración de todos, ponchó a los tres enemigos en turno. Cuando terminó la entrada, lo abrazaron todos. A su lado estaba Cristina consintiéndolo. No dejaba de sobarle el brazo que había resentido la falta de calentamiento. Una nueva oportunidad para Pingüinos que se levantó de la lona. En la décima, jonrones de Cocol y Guillermo pusieron adelante a las aves marinas no voladoras. Ahora tocaba el turno a los indios del oeste americano. Venían a batear Toro sentado, Caballo loco y Gerónimo. En caso de contingencia Nube roja, Cochise y Trueno que retumba. Continuó lanzando Pantera. Ya no había otro lanzador Aunque Siete pisos también era velocista, a la primera bola bateó jonrón Toro sentado. Enseguida 152
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apareció la sangre fría de Pantera y ponchó a Caballo loco y a Jerónimo. Ya no se sintió con fuerza en el brazo y le pidió a Juanito que pusiera a Siete pisos a concluir el juego. Entró el relevo con mucha enjundia y dominó con roletazo a las paradas cortas a Cochise, terminando el juego. Al terminar el encuentro, Miguel y Chuchín, junto con las porristas, formaron una rueda. Lanzaron porras a los Cherokes en señal de respeto y admiración, dignos rivales en el campo de juego. Estrecharon las manos y algunos se abrazaron en señal de competencia limpia y honorable. Chuchín juntó a todos los miembros del equipo e hizo un reconocimiento a todos los integrantes. −Este campeonato no se hubiera logrado si no es por la dedicación y entusiasmo de los dirigentes. Pasearon a Miguel en hombros, enseguida a Juanito y al Pichicuas, que era el espectáculo del equipo. Tras la apoteosis, Pipiolo agradeció a Chuchín el patrocinio y el haber creído en ellos. Al final, Chuchín anunció una comida a las cuatro de la tarde en su casa, advirtiéndoles que no iba a haber licor de ningún tipo. Disfrutaron de una sabrosa barbacoa de borrego. Todo el grupo estaba contento. Los enamorados no se separaron un solo instante. Cristi no compartía. Allí estuvieron presentes en los jardines del tío de Pantera y papá de Cocol, los campeones juveniles Pingüinos de la 13. Los Brujos del ritmo participaron en un programa radiofónico a las doce del día por la XEHR. Siempre iban dos grupos, los cuales eran evaluados por su vestimenta, postura corporal, número de instrumentos, interpretación musical, notas, digitaciones, ritmo, intensidad, velocidad, fraseo, entradas, interpretación grupal y respeto de los tiempos señalados. El que mejor se desempeñaba y recibía más llamadas telefónicas en la caseta, pasaba a la siguiente etapa. Cochome no cantaba, sólo era maestro de ceremonias. Necesitaban a Pantera para cantar la rúbrica, 153
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pero el papá le negó el permiso. Afortunadamente, pudo más la comprensión de mamá Andrea. −Ve, hijo. Ayuda a los muchachos, que te vamos a oír por la radio. Salieron como a las once de la mañana para la radiodifusora y se conglomeraron los vecinos para desearles suerte. Todos recibieron el número telefónico para el apoyo. Cristina iba de colada con el grupo pues se sentía parte de la agrupación. Así lo interpretaron los jueces que sumaron puntos. Era la cereza del pastel, estando presente disfrutaría el espectáculo en vivo. Los Melódicos eran el grupo antagonista. Llevaban una mujer como vocalista. La competencia iba a estar reñida. La noche anterior los Brujos midieron los tiempos de participación, que se tenían que respetar a rajatabla o que es lo mismo, sin apartarse de lo mínimo establecido. Así lo hicieron los Brujos mientras que los Melódicos se hicieron bolas. Creyeron que estaban en una fiesta y no respetaron, por lo que quedaron eliminados. La votación telefónica fue favorable a los Brujos y pasaron a la siguiente ronda. Los vecinos los recibieron jubilosos. Con la anuencia de Cristina, David recibió múltiples abrazos y besos. Se lo dejaron todo ensalivado, pero a final de cuentas ella era la triunfadora. Lo tenía para ella sola, siendo correspondida como ninguna. Pantera se desvivía por ella en atenciones y cortesías. Estuvieron en la radio ocho programas hasta que perdieron en la semifinal porque se le salieron dos a tres gallitos al Pipiolo durante una interpretación. Cayeron del sueño melódico, pero los vecinos comprensivos los recibieron como héroes musicales. Todos estaban enterados que se entregaron al trabajo y les sobró voluntad, coraje, valor y llegaron hasta el sacrificio. Reconocieron que, en los imponderables de la vida, no es posible ganar siempre. Tomás, el director, estaba feliz. Nunca se imaginó que llegarían tan lejos. El ingenio y la creatividad los llevó a componer una nueva rúbrica de los Brujos del ritmo. La compusieron 154
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Pipiolo y Pantera con ritmo tropical, Nos llaman los Brujos, somos meros brujos transformamos las penas en amor. Convertimos esfuerzo en triunfo. Nuestras princesas las chicas de la 13, como ellas no hay par. Somos brujos, amantes del ritmo. Elaboramos sortilegios de amistad. Nos llaman los Brujos, somos meros brujos de la hermandad. Ganaron el concurso como la mejor rúbrica y Cristina les dijo que eran como un nuevo dúo Lennon-McCartney. El tiempo pasa porque el día y la noche intercalan luz y oscuridad. El tiempo de frío y de calor nos indican invierno y verano, las nevadas y los huracanes contrastan en cada estación, el crecimiento y desarrollo de los niños y jóvenes son marcadores que miden los cambios que suceden con el tiempo. En este momento es presente, hace unos segundos ya es pasado y los minutos que vienen son futuro. Así es la vida de los seres humanos. Los muchachos ya estaban en el segundo año de la carrera. Pipiolo y Beto en la carrera de Derecho, Pantera en segundo de Medicina, Cristi, amiga del barrio, en Psicología. Estaban en periodo vacacional para pasar al tercer año de la carrera, todos alumnos regulares. Estaba sentado con Juanito el Abogado y Pipiolo, Pantera venía llegando. Era la sazón de la comida, la pimienta de la plática. −Mi estimado ferrocarrilero jubilado, ¿usted cree en nosotros? −Claro que sí, mi Pipiolo. Desde que estoy jubilado lo único que hago es observar a los chiquillos de la vecindad crecer y desarrollarse. Tú por ejemplo, Pepe. Has sido bueno para las canicas, los volados, el yoyo, el trompo, la cantada y la guitarra. Además dicharachero, gritón y festivo. Yo pensé, este va a ser abogado o merolico. Mi Beto ha sido más tranquilo, sereno, buen escucha, campeón de los trompones y mago del valero. Interviene en la conversación cuando es necesario, es muy enamorado y se le van los ojitos con las niñas de la vecindad y las que pasan por la calle. Dije, este va ser boxeador como el papá, o contador. Pantera ha sido un muchacho educado, con presencia, 155
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atractivo, gallardo, guapo, alegre, estudioso, campeón de judo, vocalista y buen amigo de todos los del barrio. Siempre pensé que iba a ser médico como el primo Toño. Todos tienen fortalezas y debilidades, pero juntos son dinamita. Como a las diez de la mañana se dibujó a lo lejos la silueta de Cristina. Iba con ropa deportiva para ir a su tarea acuática y Pantera fue en su búsqueda. Se abrazaron y besaron desde el taller de cubreasientos hasta llegar al grupo. Gianni la invitó a sentarse unos minutos a compartir con los pobres. −Antes que nada, buenos días a todos −saludó Cristina y les extendió la mano−. Yo también soy pobre. Me tocó ser hija de abogado. Tenemos lo necesario para vivir en nuestra propia casa, tener autos, propiedades campestres, pero esto no indica que sea mejor que ninguno de ustedes. Tengo mejores recursos, pero ya quisiera tener algunas cualidades de Pipiolo, del Abogado o de usted, Juanito. Nadie está conforme con lo que tiene, pero es mucho lo que Dios nos ha regalado. Pobres son los que desean más de lo que tienen, ricos son los que disfrutan lo que tienen. En ese tenor soy rica. Y ya que me invitó a la charla matutina, ¿qué nos va a contar, Gianni? Ya me senté en lugar del Pipiolo. −Les voy a platicar de unas leyendas de aquí de la vecindad. Algún tiempo vivía un taxista en el departamento número tres. Ustedes conocieron al señor Cajicá. Ese hombre de unos 50 años se jactaba de no creer en Dios. Se burlaba en silencio de los ritos de las posadas, del santo rosario y de las fiestas religiosas. Un miércoles por la noche, después de terminar sus actividades como chofer, entró silbando alegremente como a las 11 de la noche y faltando cinco metros para llegar a su casa se quedó paralizado. Ya no pudo caminar, se le fue el habla, dejó de escuchar y de ver. Me platicó que estaba inmóvil, trataba de gritar, quería que alguien pasara y lo auxiliara pero nadie apareció. Así estuvo 15 minutos. Pensó que se iba a morir y empezó a pedirle a 156
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Dios que lo ayudara. Al llegar a su casa con su esposa y sus hijos, empezó a tranquilizarse poco a poco hasta que recobró todas las facultades. Se soltó llorando como un niño y la esposa Lupita, que era enfermera, lo llevó al sanatorio Guadalupe para que lo atendieran. Todo estaba normal. Regresó a su casa y le quitó el crucifijo de la cama a sus hijos. Durmió con él entre sus manos y al otro día fue a pedir perdón al Señor por su soberbia. Le cambió la vida a la familia y a todos los vecinos, pues se convirtió en una persona sociable y caritativa. Para que se den cuenta que Dios no castiga. Cuando te admite ya no te suelta. −No cuente esas cosas, Juanito. No sea que en la noche me pase lo mismo. Yo habito a un lado de esa vivienda −dijo el Beto. −Hay que tener fe en Dios, mi Abogado −contestó Gianni, y continuó con los relatos−. En otra ocasión, un señor al que le decían el Cuaralais, llegó tarde de su trabajo. Vivía en el departamento siete donde hoy vive Lalita. Venía pensando y exultando maldiciones porque las cosas no iban bien en el trabajo. Renegó contra Dios y sus santos, pero cuando llegó a la esquina donde vende el periódico Chuchito, se le apareció un charro todo vestido de negro. El Cuara se asustó, quiso correr y no pudo. El charro se vino platicando con él hasta la miscelánea, donde se transformó en perro. Al llegar con la maestra Estrella ya iba con un tlacuache. Cuando llegó al zaguán de la casa venía oliendo a podrido, se había cagado y orinado en los pantalones. −Ahora sí, mi apóstol. Todos caímos como chinos −dijo el Pipiolo. −¿Cuántos años lleva viviendo en la vecindad, Juanito? −preguntó Cristi−. –Uy, mija, más de 40 años. Al principio éramos pocos habitantes, pero con esto de que las familias extensas son designio de Dios, se han multiplicado los inquilinos. Yo nada más tengo 157
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tres hijos y me ha ido muy bien con ellos. Los he atendido como debe ser, con amor y dedicación. No les faltó casa, vestido ni sustento. Hasta les di oportunidad de estudiar en la universidad. No aprovecharon, allá ellos y sus debilidades. Ustedes vienen de familias numerosas con más de tres hijos. Es un compromiso con más dificultades. Una gran mayoría de los padres quisieran que todos sus hijos fueran a prepararse a escuelas superiores pero no le pueden dar gusto a todos. La selección natural hace que estudien los que puedan, no los que quieran. Entre más educación tengamos, tendremos gente productiva y creativa. Esto no quiere decir mejores ciudadanos. Hay gente pobre, pero con una cultura de convivencia saludable. Hay profesionistas que se comportan como unos mequetrefes, personas de instintos no de razones. Ustedes tienen que estudiar para alcanzar un objetivo de servicio y beneficio para la sociedad, para crecimiento de ustedes mismos. −Por las vacaciones no estoy yendo a la universidad, pero ya me dio usted una cátedra de filosofía −dijo Cristina con una sencillez adorable−.En verdad, muchas gracias, Gianni. Es usted una persona valiosa para nosotros. Como le dice Pipiolo, no deje de tomar sus medicamentos y fume tabacos de mejor calidad. David me tiene actualizada con las pláticas. Vámonos, mi amor, que vamos lejos. Fue un placer saludarlos. Cuando se fueron, comentó Gianni. −Ustedes dirán, qué bonita pareja. Fíjense bien, los dos son atractivos, con una cultura parecida en intelecto, deportiva, artística, religiosa, agradable convivencia. Viven para atenderse, entenderse y cuidarse. Ustedes busquen una muchacha con las características pipioleras y betunas que los conmueva, convenza y deleite. Así como ellos se facilitan la vida, se acarician y se atienden con ternura. Fíjense bien, mis abogados en ciernes. Los seres humanos tenemos deficiente educación emocional en la toma de decisiones y en las relaciones humanas. Hay que partir 158
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de la amistad con todas las personas. Me voy encaminado a la relación de pareja. El erotismo te acerca a quien te gusta y es una atracción que no puedes evitar. Es la ley gravitatoria que te va a impulsar al siguiente peldaño de la pirámide. Para eso hay que entrevistar e investigar a la muchacha que nos atrae, conocerla y reconocerla. Hay que identificarla, este es el segundo escalón. Se inicia con una entrevista amistosa y superficial, en la que hay que poner las verdades sobre la mesa. No mientas, no inventes, si no con el tiempo te llamarán mentiroso y gente de poca confianza. Si te conviene la amistad subes al siguiente escalón que es la comunicación. Compórtate como un ser valioso, digno de dar y recibir amor. Con el paso del tiempo se profundiza la amistad. Por favor, jóvenes. Sean sinceros y originales. Como dijo Cristina, los ricos están satisfechos con lo que tienen. El siguiente paso es el vínculo amoroso. Es lo que están aprendiendo todos los días David y Cristina. Se contemplan, se atienden, se entienden, se cuidan y se miman. Eso es un vínculo. Una relación, en este caso amorosa, entre dos personas que se comprometen como pareja con la intención de estar bien. Me encanta esa pareja de enamorados, no es casualidad. La causalidad es que ambos trabajan todos los días en su proceso amoroso. Recuerden estas palabras, en neuronas ocupadas por un ser amado no existe la traición. Sólo existe la satisfacción. Hay estímulos para los sentidos que se vuelven encantos, una cara bonita, simpática, risueña, palabras musicales que seducen, sonidos que enamoran, aromas de juventud, sabores dulces de labios puberales, caricias verbales y físicas. Esto es la sexualidad saludable. El amor es la punta de la pirámide. Cuando no buscas el cuerpo de la persona, atrapas el alma de tu pareja. Deseas bienestar para los dos y eso es el amor, lo que profesan a la perfección Pantera y Cristina. No necesitamos preguntarles si se aman, ellos lo manifiestan a cada instante y tienen los tres ingredientes, amistad, sexualidad y amor. ¿Qué pasa con los jóvenes y viejos actualmente? En esta época que se están liberando las mujeres, nos vamos con la primera que nos da jalón, no nos dan 159
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tiempo de seleccionar. Nos escogen, puede más una cara bonita, unas caderas anchas y atractivas o unas piernas bien torneadas, una mujer alegre o coqueta. Ese es el ligue de la sexualidad. Muchachos, ustedes deben adquirir seguridad para tratar a las mujeres. No todas son sanas, santas, acopladas, coquetas o incitadoras. Tienen derecho a ser diversas, por eso hay que conocerlas y reconocerlas para mantener una buena relación. No se apantallen, no se centren, no se ilusionen. Aprendan a conocer a las chicas a través de la comunicación. Seleccionen amigas que sean verdaderas y sinceras, escojan una novia, la que les guste, la que tenga conversación amena que les agrade. Les de valor y dignidad para ser amados. Este tipo de relaciones se pueden establecer en diferentes contextos, en actividades en familia, en la escuela, en la vecindad, en eventos deportivos, en el teatro. El requisito es que te acepten con tus verdades, realidades, fortalezas y debilidades, con la intención de atenderse, entenderse y cuidarse. Lo importante de un binomio es la correspondencia. Lo que te dan regrésalo multiplicado para que el amor nunca se pierda. No sufran, muchachos. Aprendan a sentirse seguros para tomar decisiones de bienestar. Pantera no es mejor que ustedes, tiene inteligencia emocional. Cristina ha aprendido de Pantera a tener seguridad, antes no la tenía. Tiene usted, mi estimado Ivano, como se dice su nombre en Florencia, una filosofía con sano sentido común. −Es muy cierto, mi estimado abuelo de 400 talentos, no tenemos seguridad en nosotros mismos. En lo personal, primo, me siento menos que mucha gente, como que me empequeñezco ante gente extranjera de linaje europeo, enfrente de gente bien vestida y glamorosa o muchachas blancas y bonitas. Será herencia mexica que los creían dioses, algo tiene que estar arraigado en el fondo de las emociones. −Estimado Ivano, hombre sabio de tez blanca, complexión mediana, cabellera cana bien peinada, barba gris, me hace usted 160
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comprender que me falta seguridad en el comportamiento social y de pareja. Me gusta seducir a mujeres débiles, que ponen su confianza en mí, jovencitas que por falta de oportunidad tienen una cultura pobre. Sólo las utilizo para acariciar sus cuerpos, erotismo puro, y cuando considero no tenemos para otra etapa por falta de comunicación, el Pipiolo huye en busca de otros brazos. Así ha sido por mucho tiempo, abuso de las sirvientes o esclavas como lo hacían los aztecas. Soy un ser malévolo que sólo piensa en la satisfacción personal sin importarle la de las chicas, quienes confiadas, son engañadas una vez más por tipos como yo. Desgraciadamente, caballero Ivano, de ojos café claro, nariz recta y labios gruesos, soy un ser abusón con los más débiles. Me transformó en un ser inconsistente e inconsciente, cuando me encuentro con personas atractivas como la hermosa Sol, la güerita ojiverde, que en verdad me atrae. Me gusta, me gustaría para novia o para esposa. Sin embargo no hilvano frases ni oraciones para mantener una conversación. Se me nubla el entendimiento, no formo amistad, mucho menos noviazgo. Se invierten los papeles y paso de tlatoani a tameme. −Tiene razón, caballero de figura bondadosa. Tenemos mucho que aprender, no sé qué opines tú, Abogado. - se frota las manos el Beto- −La mera neta, maestro de la vida, en lo personal soy inseguro −dijo el Beto mientras se frotaba las manos−. El miedo, la vergüenza, la timidez y el temor a ser rechazado no se apartan de mi vida. Me siento menos que muchos. Como dijo mi compadre Pantera el otro día, su papá se porta amable con nosotros pero no somos de su agrado. Algo tenemos, que sentimos el rechazo social. Me gustaría ser gravitado, atraído, ser imán para sentirme con más confianza. Yo también he tenido muchas novias transitorias, de pisa y corre, depósito de caricias fugaces lujuriosas que no van acompañadas de sentimiento amoroso ni en busca de un proceso formal. La verdad no creo que sea herencia de la familia. Aunque realmente en la 161
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crianza me ha tocado ser actor de una familia extensa con recursos económicos limitados, cuidados y afectos pobres. Eso nos ha hecho crecer hasta cierto punto indiferentes, insolentes, imprudentes, deficientes emocionales. Aunque no quiero echarles la culpa a mis padres, la presencia de un padre alcohólico es un factor estresante. Como dice mi compita David, cómo me voy a presentar ante una mujer que tenga una familia bien integrada y con educación superior con ese antecedente y presente. Eso limita, te quedas con lo que está cerca de tus condiciones sociales y económicas. No debería ser así, pero así acontece en la realidad. Gran caballero con figura de titán, le confieso que admiro a mi compadre David. Él ha estado en las mismas condiciones que nosotros. Un padre impositivo y limitante del crecimiento intelectual, pero tiene a sus primos con mejores condiciones sociales y económicas. El tío Chuchín ha sido un factor determinante en la seguridad que tiene. Ahora bien, abuelo de la vida, sé que esto no será para siempre. Estoy seguro que con el tiempo superaremos estas condiciones que en estos momentos son adversas. Hay que darnos tiempo para alcanzar esa estabilidad emocional que nos falta. Y cuando llegue el momento, buscar a la mujer con la cual vivir para siempre. −Van a ser unos admirables abogados. Llegarán a jueces o magistrados, de eso estoy seguro. Sólo algún día recuerden estas conversaciones con su amigo Juanito el caballero andante de la 13 poniente 310. La vida sigue su curso, el Beto tiene razón tiempo al tiempo. En este periodo de vacaciones, por motivos familiares, Cristina tuvo que ir a la Ciudad de México. Se fue siguiendo la ruta Cuernavaca, Acapulco, Valle de Bravo, Ixtapa Zihuatanejo, Puerto Vallarta y Nayarit, un tour tropical de dos semanas al que desde luego no fue invitado David. Pantera fue con su tío Chuchín y primos a Acapulco por una semana, tiempo de recreación con los primos. 162
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Al regreso a la ciudad de Puebla, fue a visitar a sus cuates a llevarles unos llaveros como recuerdo del puerto. −El principal obsequio es nuestra amistad fraterna. Estimado maestro Juanito, un placer saludarlo. Pipiolo, te ves muy saludable. Compadre del alma, te ves más fornido, barbón. −Antes de que se me olvide, carnal. Te ha venido a buscar Sol −comentó Pipiolo−. Creo que tiene una tía enferma y quería que la ayudaras en curaciones o algo así. - Gracias, Pipiolo. La busco más tarde −contestó Pantera y en seguida empezó a hablar Pepe. −Fíjense, mis amados discípulos… −Ya cálmate, nazareno −le interrumpió Beto−. Ya vas a empezar con tus evangelios. −No, ya fuera de relajo. Estaba leyendo, mi estimado apóstol y maquinista del ferrocarril, que cuando los españoles tomaron la gran Tenochtitlan ya habían conquistado el territorio poblano y se la partieron a los cholultecas y huejotzingas. Dominados los mexicas, empezó el reparto de tierras para los invasores, las llamaron encomiendas, palabra que quiere decir hay te encargo de algo o de alguien. Posteriormente en 1531 se construyó una ciudad a la que se le dio el nombre de los Ángeles que sirvió de puente entre México y Veracruz. En este mismo territorio, en 1540, se inició el cultivo de caña y de vides. De acuerdo al mapa de Puebla de los Ángeles, estaba representado por una franja que abarcaba de la costa Veracruz hasta la Costa Chica de Guerrero, a lo mejor por eso le llaman al Puebla el equipo de la franja ya desde esas fechas. Pongan ojo de chícharo y oído de lechuga. La conquista espiritual inició en 1524, cuando se establecieron en Cholula, Huejotzingo y Puebla los monjes franciscanos; agustinos en la sierra norte de Puebla en Huachinango; y los dominicos en Tepeji e Izúcar. Todos construyeron 163
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los primeros conventos y los jesuitas construyeron el colegio del Espíritu Santo en Puebla en 1574. A principios del siglo XVII, 35 fábricas textiles estaban alrededor de Puebla. La primera imprenta llegó a Puebla en 1640 y en 1642 llegó el obispo Juan de Palafox y Mendoza, quien ese mismo año fue nombrado virrey de la Nueva España. Terminó de construir la catedral poblana en 1649. ¿Cómo les quedó el ojo? Fíjense en los antecedentes de la ciudad, de la gente que ha vivido en otras épocas aquí en este territorio, a lo mejor algunos de ellos estuvieron platicando en este mismo lugar. No sabemos, pero imaginemos de acuerdo a las construcciones, al año que se edificaron según la historia. cuando menos en esta época, 1500 y 1600, convivieron indios, españoles, soldados y monjes. Caramba, tan bonito que hubiera sido el encuentro de dos culturas, pero la realidad fue una invasión ibérica apoyada por los indios humillados contra los dominantes aztecas. Según la historia, resaltó en esta época una joven que por azares del destino hablaba popolaco y náhuatl, originaria de Veracruz y se la llevaron de sirviente a Tenochtitlan, donde aprendió náhuatl. Regresó a Veracruz, donde se dieron cuenta de su condición bilingüe y les sirvió de intérprete a los conquistadores en su camino a la capital azteca, ayudándoles en la conquista del territorio. También fue partícipe del encuentro sexual entre dos razas diferentes. No sabemos si hubo amor entre Hernán Cortés y la Malintzi, pero de esa unión nació el mestizaje con el nacimiento de Martín Cortés. ¿Cómo la ven compitas, con el nacimiento de la raza cósmica de Vasconcelos? Así es la historia, mi Juanito. −Es una buena lección −comentó Pantera−. Desconocemos parte de la historia poblana. Nacimos, en esta tierra, aquí están nuestras raíces, nuestros abuelos, conocidos y desconocidos, que reposan en estos parajes cuidando a sus descendientes, pueden ser blancos, indios, asiáticos o negros. No lo sabemos, pocos se preocupan por conocer sus antecedentes. Yo podría decir que soy descendiente de Nezahualcóyotl, que significa coyote que 164
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ayuna, hijo de Ixtlilxóchitl, quien fue asesinado por Tezozomoc en presencia de su hijo durante una batalla. Coyote que ayuna fue un guerrero, estratega inteligente, perseguido y asediado después de perder el reino de su padre por traiciones y recuperándolo a base de alianzas y batallas que lo llevaron a recuperar su trono, convirtiéndose en monarca de Texcoco. Además, recuperó también los reinos de Tlatelolco y Tenochtitlan, que habían sucumbido junto con el suyo. Fue erudito, arquitecto y poeta. Aquí una muestra de su poesía, amo el canto del cenzontle, pájaro de las cuatrocientas voces, amo el color del jade y el enervante perfume de las flores, pero lo que más amo es a mi hermano el hombre. Aunque no fue poblano, sí fue vecino de nuestras tierras y aliado de los mexicas. Lo admiro por lo que se cuenta de sus hazañas. Fue amigo de nuestros abuelos, hizo alianza con Motecuhzoma que era gobernante de este territorio. Desgraciadamente, la historia de estas épocas no es tan precisa. Narra, pasiones y traiciones, abusos de poder, injusticias. Con este poema le reafirmé mi amor a Cristina. Hay mucho que aprender de nuestros ancestros. −Por el lado español, los conquistadores estaban bajo el mando del capitán Hernán Cortés −comentó Juanito−. La empresa hacia el Nuevo Mundo era una empresa privada que estaba integrada por 530 soldados, 40 marineros y 5 navegantes experimentados. Estos últimos eran los que recibían paga. Los soldados se dividían el botín, los puestos de gobierno y los privilegios. Valía la pena el riesgo. También los acompañaban frailes, médicos, carpinteros, escribanos, maestros artilleros y cientos de esclavos negros. Venían algunas mujeres, y entre todos formaban una gran comitiva. Los soldados provenían de familias campesinas pobres, nobles de segunda clase arruinados. En la batalla, los soldados de a pie eran los campesinos pobres; los de caballería, nobles hidalgos; y los artilleros eran expertos en el uso de pólvora. Recuerden que en nuestro territorio no había caballos. El animal más grande era el ciervo. De los capitanes y soldados de Cortés unidos a las indígenas nacería el mestizaje. Los Alvara165
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do, Olid, Ávila, Hernández, Ordás, Montejo, Morla, Saucedo, Escalante, De León, Sandoval, Alaminos, Córdoba, Grijalva, los García, apellido de origen vasco, los Castillo, apellido originario de Santander, los Zenteno, originarios de Santiago de Calatrava, los Paredes, apellido de origen judío extendido en España. Así se formó nuestro mestizaje de gente indígena. Así es la historia, mis cuates juveniles. −Me deja usted pasmado y anonadado, mi enciclopédico amigo −comentó Pipiolo emocionado−. Oye, compadre, no se te vaya a olvidar ir a ver a Sol, que se le notaba preocupada por lo de su tía. Si quieres te acompaño para estar cerca de la divina. −Está bien, vamos los tres. A usted no lo llevamos, Juanito, porque no lo dejan −comentó el Abogado. −Pues para que vean que sí me dejan, vamos −dijo desafiante el maestro. Estaba en la puerta de la vecindad el buen amigo Cuco y le pidieron de favor si iba a hablarle a Sol. Fue, le avisó y regresó al cotorreo. ¿Qué anda haciendo con estos canijos Juanito? Me lo van a pervertir. Cuando salió la encantadora se quedó atónita. Volteó a ver a Pantera, invitándolo a seguirla y se fueron caminando lentamente hacia la esquina de la siete sur. Ella lo tomó del brazo. En la entrada de la vecindad el relajo continuaba en pleno hasta que le preguntaron a Cuco qué enfermedad tenía la tía de Sol. – comentó sarcástico- −Más enfermo estoy yo que ella −comentó sarcástico. La vi en la casa haciendo comida y estaba hasta cantando. Esta barbona lo que está haciendo es pantomima. Siempre le ha traído ganas al Pantera, y esto seguro es alguna treta para hacerlo resbalar. Después de diez minutos regresó la pareja y se introdujo la 166
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hermosa, despidiéndose alegremente del grupo. Los muchachos se despidieron palmeando las manos. Se regresaron caminando lentamente al paso de don Juan. Piden pan y no les dan, piden queso tampoco les dan, les dan un hueso, que se les atora en el meritito pescuezo. Durante el trayecto preguntó el abogado. −¿Qué pasó, compita, que vienes tan misterioso? –Nada, mi Beto. Me citó Sol en la tarde en la Arena Puebla para platicarme el problema. Se empezó a reír el Pipiolo. −Seguramente le irás a sacar o a meter la solución. −No sé, la vi preocupada −dijo Pantera. Si algo tenía el Pipiolo es que era un detective silencioso. Se puso de acuerdo con el Beto para seguirlos. La cita era a las siete de la tarde. Empezaba a oscurecer cuando llegaron juntos, Pantera con ropa deportiva y ella con un vestido amplio, de esos que vuelan con el viento. Empezaron a caminar hacia el centro escolar, siguiendo el cauce del río de San Francisco. Ella le recargó la cabeza en el hombro y Pantera la abrazó firmemente de los hombros. Quién sabe qué platicaban, pero se les notaba contentos. Cuando llegaron al puente del centro escolar salió el empleado de guardia. Era Pascual el primo, sobrino de María del Palo y lo saludó con un abrazo. Pantera le expresó que iban a estar platicando en los escalones del puente y el primo le comentó que no había problema. La charla era amena y se acercaron los cuerpos invitando a la intimidad. Iniciaron con un concierto de besos, que de delicados se hicieron vehementes. Se facilitaban las caricias íntimas internas a través del amplio vestido que llevaba Sol y se encendió la pasión. Así estuvieron un buen rato hasta que ya no pudieron más. Cuando ya la noche estaba en pleno y la oscuridad vigen167
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te, se bajaron a la parte inferior del puente y allí ella se quitó la prenda interior. La guardó en la bolsa del vestido y él se abrió el cierre del pantalón. Colocó el dispositivo en el vector horizontal y empezaron a acoplar la biela en el pistón con movimientos cadenciosos para que la melodía se interpretara de menos a más. Sus mentes estaban en otro mundo y no les importó lo que sucedía alrededor. Así estuvieron juntos 30 minutos y después todo retornó a la realidad. Un encuentro amoroso y concertado en el que la voluntad de ambos se volcó en un encuentro sexual. Se volvieron a colocar en los escalones y allí se estuvieron besando y acariciando hasta que dieron las nueve y media. A las diez de la noche tenían que reportarse a sus casas. Se regresaron abrazados, riendo y charlando animadamente. Ella le pidió que la dejará en la tres sur y quince poniente. Se despidieron con un beso apasionado. Ella siguió de frente y él dobló a la tres sur y después subió la trece poniente. Allí estaban sentados en el quicio del 310 los compadres de la vida. En cuanto llegó lo abordó Pipiolo. −¿Qué pasó, mi Panterita? ¿Dónde andaba? Te vino a buscar Cristina. Ya van dos veces que viene. −¿A poco ya llegó? –preguntó David temeroso. −No se crea, mi campeón. Hasta el color se te fue. Algo malo has de andar haciendo. −No, cómo creen. Ya me voy, canijos. Sé que me están cabuleando −comentó más seguro. −Tiene razón, caballero sabio y experto. Ni sanas ni santas. Jamás pensé que esa diosa fuera capaz de entregar su virginidad con una persona comprometida con otra mujer. Será tanta su necesidad o el deseo es tan apasionado. Si yo tuviera oportunidad con ella la hacía mi novia o me casaba con ella. Es mi amor platónico. Lo peor del asunto es que yo concerté esta cita para mi desgracia −dijo Pipiolo enojado. 168
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−No te calientes, granizo. Juanito te dijo que tienes que controlar las emociones, primo. Él no la sedujo, ella lo anda buscando desde siempre. Gravitación, atracción, imán, lo que decíamos el otro día. Desde que ella lo sintió cerca estaba emocionada. Se recargó en su hombro y tomó la iniciativa. Pantera la sostuvo firmemente, la hizo sentir segura y platicaron hasta que ella empezó a besarlo. Decidieron bajarse y ella se quitó primero la ropa interior. Él siguió el protocolo. En ningún momento la vi preocupada o sufriendo. Estaba disfrutando la pasión, gozosa, dichosa y encantada. Regresaron abrazados y ella se despidió con un beso apasionado. ¿Cómo crees que esté ahorita? Feliz, recordando el evento. Te aseguro que va a tener un sueño de lujo hecho realidad. Pantera ha de estar con la conciencia intranquila porque es la hora que le habla Cristina. Es un traidor e hipócrita que controla sus emociones a la perfección. Otra que se te va, Pipiolo, por azares de la vida −expresó el Abogado serenamente. Al otro día Juanito le explicó al Pipiolo que los seres humanos elaboramos proteínas a través de los genes y esas sustancias nos hacen sentir diferente. −No podemos dirigir lo que sienten las personas y tampoco podemos adivinar los pensamientos de nadie. En cuanto a las mujeres, tienen sentimientos tan diversos que son reprimidos por la sociedad que las quiere sanas y santas. Eso no es posible porque conduce a la neurosis. No son libres de expresar lo que piensan y menos lo que sienten. Las juzgan locas o libertinas, recibiendo un calificativo humillante. Por eso la gente no se atreve no se arriesga a dar el paso a la libertad. Si Sol y David se atrevieron a sexualizar, que no estamos seguros todavía, es porque se gustan. La gravitación los une y la sexualidad es el medio que los enlaza. El amor de juventud es impredecible. Puede quedar en platónico o imaginario o dar el paso a solucionar el deseo reprimido. No los juzgues, Pipiolo. Entiéndelos. Cuando se habla de juventud, es inevitable mencionar la salud 169
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física, intelectual, social, espiritual, emocional y hormonal. En los receptores de los sentidos nacen los deseos que se generan de los estímulos atractivos. Las hormonas se disparan de las glándulas a la sangre y pasan al sistema nervioso en donde se liberan los neurotransmisores. Así se forman las emociones. Existen los frenos y los impulsos, hasta aquí es la etapa fisiológica de la sexualidad. Tiene dos caminos y cada pareja decide qué rumbo tomar. Repetimos la historia. No puedes evitar ser atrapado por el atractivo de una persona. Las neuronas te llevan a investigar a la persona directa o indirectamente porque ya te interesó. De la respuesta a los estímulos surge la amistad, que es la mágica etapa uno. Si dominas esta etapa puedes ser feliz. Antes de dar paso a la etapa dos, que es la de amistad íntima o noviazgo, si la convivencia no es grata o emocionante se detiene el proceso. Si los estímulos o la convivencia son amenos, gratos o placenteros, surge espontáneamente el acercamiento de los cuerpos, las caricias de la piel y mucosas externas. No juzgues severamente a tus amigos. Compréndelos, que ya te tocará a ti algún día obtener lo que deseas. Tú mismo lo dijiste ayer. Los españoles no frenaron, abusaron o sedujeron a las indígenas. Y de esas emociones nació la raza cósmica. Al siguiente día comentó Ivo, como se dice su nombre en Milán, qué clase tienes preparada, mi Pipiolo. Inició con la teoría Pepe. −Escuche, mi estimado defensor de los jóvenes. Entre 1533 y 1549, existían ya tres ciudades en el territorio, Huejotzingo, Cholula y Tepeaca. En 1786, los nuevos reyes de España denominaron el territorio Intendencia de Puebla, esto significaba división en delegaciones o distritos del territorio. El intendente era la persona que atendía o dirigía estas zonas. El pueblo estaba inconforme con las leyes que regían a los indígenas que vivian bajo un régimen de esclavitud y se levantaron en armas. Durante esta rebelión, existieron multitud de personajes destacados. 170
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Nacieron los próceres de la Guerra de Independencia, que se consumó hasta 1821 por el emperador Agustín de Iturbide. A este personaje lo hicieron creer aristócrata y se le subió el vino al cretino. Así como los españoles dominaron a los aztecas, fueron tomando territorios. Ahora de manera inversa se levantaron los valientes, tomaron los territorios y expulsaron a los invasores hasta que se declaró la independencia. Así de fácil y sin tantos nombres, aún viven presentes en cada día la calle 16 de septiembre, colonia José María Morelos, ejido Miguel Hidalgo, calle José Francisco Osorno, vialidades Vicente Guerrero, Manuel Mier y Terán, Mariano Matamoros, Ignacio López Rayón, el paseo Nicolás Bravo y su padre Leonardo Bravo. El primer periódico La Abeja Poblana circuló en 1820. El primer gobernador constitucional poblano fue José María Tomas Calderón, quien gobernó de 1825 a 1828. Los siguientes años, Puebla pasó a ser departamento. Durante la época de invasión y caídas de la ciudad en manos extrañas, grupos liberales, guerrilleros, conservadores, soberanos, eclesiásticos. Hasta los escoceses figuraron en esta época. Planes, congresos, reformas y leyes no fueron suficientes para poner orden. Por eso, en 1847, los invasores americanos derrotaron un ejército nacional débil y dividido. A mediados de 1858 con ayuda del clero, los conservadores invadieron Puebla y los liberales el norte del estado. En 1862, siendo presidente don Benito Juárez, el ejército invasor francés comandado por el conde de Lorencez, quiso invadir la capital del estado y fue derrotado por el Ejército de Oriente, comandado por el general Ignacio Zaragoza. −Qué tristeza me da, profesor, corroborar lo que usted me está haciendo comprender. Mentes estúpidas con pensamientos y sentimientos diferentes hicieron del territorio un lugar de inconformidades, guerra, violencia, delincuencia, pérdida de la razón y de vidas humanas. Una avalancha de emociones iracundas desterró la cordura. Maestro, tengo que confesarle una maldad 171
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que hice. Soy un traidor, un Antonio López de Santa Anna. Me dio tanto coraje lo sucedido ayer entre Pantera y Sol, que hice un escrito confesando la infidelidad de Pantera y lo fui a depositar a la ventana de Cristina. Lo aventé por la rendija de un vidrio roto. Me arrepiento, estoy seguro que David jamás lo hubiera hecho. Aunque fuera un canalla, estoy seguro que hablaría conmigo primero. Maestro soy un farsante que defiende la justicia con palabras y actúa como un imbécil. −Pues no podemos hacer nada porque el escrito allí está −manifestó el profesor−. Sólo vamos a esperar la respuesta el próximo lunes que ella llegue. Me he dado cuenta que te molestan los éxitos de Pantera. Le va bien porque actúa bien. Ya me había platicado que le gustaba la chiquilla de los ojos verdes, que ella lo invitaba a salir y se le acercaba provocativamente cuando él pasaba. No lo bajaba de guapo y galán, y él lo tomaba como un juego. No quería fallarle a Cristina, sabemos que su novia lo es todo para él. Trataba de mantener la distancia para no complicarse la vida. Sin embargo, tú, Pipiolo, lo llevaste a la tentación y ahora lo crucificas. López de Santa Anna se queda corto. Eres un Judas, hijo. Pantera y Sol ya estaban flechados. Estaban comprometidos por tres días para amarse. Hablaron sinceramente. Los dos se gustaban, se deseaban, se amaban en secreto, y ahora que tenían oportunidad decidieron gratificarse poniendo límites a la relación. Tres días de miel que quedarían para siempre en la historia personal como un acontecimiento secreto y misterioso. Ese día le habló Pantera a Sol por teléfono. Tenían el código establecido. Tres tonos y cuelgo. Vuelvo a llamar y contestas. En cuanto Sol supo que era David, las piernas le empezaron a temblar, el estómago fabricó mariposas sensitivas, estimulantes y placenteras, y le explicó el nuevo plan porque notó que alguien los había visto. Ella estuvo de acuerdo. Pantera habló con su primo Pascual y le explicó la situación 172
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sentimental y la necesidad de una posible estrategia de privacidad juvenil, que fue planificada por el mismo intendente, quien al mismo tiempo fungía como inspector, vigilante de las instalaciones del centro escolar y alcachofa de las fechorías del primo. Ella llegaría por la diez sur y él entraría por el puente de la seis sur. Ya en el interior esperarían para que él los reuniera en un área especial en uno de los talleres de secundaria. Allí estaba el amplio espacio, en el centro un colchón con sábanas limpias que servía para los momentos de descanso de los trabajadores nocturnos. La luz estaría apagada y les dejó una lámpara para alumbrarse en caso necesario. Los dejó con las ansias a punto de desbordarse y aprovecharon la presencia de la luz para mirarse a los ojos, contemplar sus rostros y despojarse de los trajes deportivos para admirar los cuerpos desnudos. Con la boca arriba, con la boca hacia abajo, de costado derecho e izquierdo, empezaron recorrer con las manos y con los labios la piel del ser deseado. Enseguida se prodigaron caricias verbales, sensitivas de piel y mucosas. Cuando las sensaciones estaban en el pico del placer, con la piel caliente, ejercitaron el arte de la sexualidad con lo aprendido y lo inesperado. La recepción del órgano fecundador fue la apoteosis y los movimientos musculares enérgicos fueron los instrumentos que llevaron a los jóvenes a conocer la fuente orgásmica. Contaron con la protección debida para evitar sobresaltos emocionales y repitieron el protocolo en tres ocasiones. Estuvieron de las seis hasta las ocho treinta horas, momento en que les tocó a la puerta el primo, señal de que tenían que marcharse porque el guardián salía a las nueve de la noche. Se fueron abrazados sobre la diez sur y se dirigieron a la veinticinco poniente. Ascendieron hasta la cuatro sur y ella llegó al sindicato del Seguro Social por su amiga Marcela, secretaria de la institución, que justificaría su ausencia por dos horas. Se fueron contentas y pasaron a comprar unos sabrosos molotes de papas. Pasaron por la trece poniente y estaban en el quicio de la puerta Juanito, el Abogado y Pipiolo. Pantera se fue a la casa 173
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de su primo Cocol y allí se estuvo hasta las diez de la noche. Después regresó a casa tranquilo y risueño. Lo vieron llegar los detectives, que estuvieron escondidos cerca del puente, sin lograr observar la salida de Pantera. Les dijo Juanito, ya déjenlos vivir en paz, no sean metiches ni envidiosos. El viernes, la estrategia de llegada fue la misma. Estuvieron platicando de las circunstancias de su encuentro, de la atracción natural de ellos, de los deseos satisfechos, de la amistad como alianza de la pareja, de no hacerse daño por ningún motivo, de respetar las relaciones sentimentales de ambos, de probables futuros encuentros y por qué no, de un futuro noviazgo. El ejercicio de la sexualidad se desarrolló con más pasión que los dos primeros días. Estaban enterados que era la última entrevista y que esta experiencia los haría más amigos y amantes. −Gracias, mi Pantera. Te amo desde que tenía diez años. Me haces feliz, me acercaste a Dios. −Hermosa chiquilla traviesa, el amor es maravilloso. Voy a guardar este recuerdo como algo especial. Recuerda cada vez que pasé cerca de ti y sonreía. Es muestra de que te sigo amando. Esa vez la salida fue diferente. Sol saltó por el puente, se dirigió hacia el sindicato del Seguro Social y Pantera salió por la diez sur. Allí lo estaban aguardando el Abogado y Pipiolo. −¿A poco viniste solo? −¿Pues con quién querían que viniera? −Con Sol. −Se confunden, amigos. Ella es buena muchachita y no se junta con gañanes como yo. Vámonos para la casa. El sábado por la mañana Sol fue a buscar a Pipiolo. Estaba terminando de desayunar, pero al escuchar su voz salió Juanito. 174
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−Buen día, amigo de los jóvenes. ¿Cómo le va? −Muy bien, niña bonita de ojos claros. En eso llegó Pepe Pipiolo y le dijo la ojiverde. −¿Qué ,mi buen? Disculpa si te interrumpo, vengo de visita con ambos. No sé qué me pasa, me siento intranquila. Pipiolo y Juanito, les voy a contar un secreto que va ser tripartita. Les hablo como mujer enamorada de 18 años. Escúchenme y después júzguenme. Desde los diez años quedé prendada, no preñada, de Pantera. Siempre me ha gustado, es algo que no puedo evitar. Desde que iba en la secundaria se lo dije varias veces y él sonriente me tocaba la cabeza y lo tomaba a broma. Nunca hubo mala intención por parte de David. Pudo aprovecharse pero no lo hizo. Amigo Pipiolo, te vengo a agradecer el acercamiento que sin querer nos has dado. Él ha preferido mantenerse alejado de mí. Dice que no quiere ofender a mi familia y que tiene compromiso con su novia. Andar conmigo sería una canallada porque sabe que lo quiero y no me puede corresponder. −Me lo dijo Pantera, Sol, hace mucho tiempo. Prefería eludirte para no lastimarte −interrumpió Juanito. Les voy a contar lo sucedido estos tres últimos días. No te imaginas, Pipiolo, lo que significaron para mí estos momentos maravillosos, una sensualidad expresada con sutileza. Era mi primera vez, todo fue progresando lentamente hasta llegar al coito que fue rítmico, con música instrumental acompasada con violines, violas, flautas y fagots, de lo tierno a lo enérgico. Ambos estuvimos pendientes de la necesidad del otro hasta que en sinergia llegamos al fin del universo. Pantera me cuidó, me fue conduciendo y me hizo sentir toda suya. Fue una sensación deliciosa y además me protegió de embarazo e infección. Me hizo sentir apreciada y lo sentí mío. Así lo había soñado, hasta que el momento llegó a la realidad. Estuvimos los tres días, Juanito, abducidos por el placer. Amigos, para mí significa una experiencia inolvidable. 175
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No me siento culpable, no me siento devaluada. No soy loca ni mujer fácil, soy una mujer enamorada que defenderé a mi Pantera de quien quiera hacerle daño. Estoy consciente que tiene un compromiso con Cristina. No me engañó y eso lo hace hombre valiente. Discúlpeme, Juanito. Estos tres días me di cuenta que estos muchachos andaban jugando al detective. Ya sacié su curiosidad para que no inventen. Me siento contenta, a pesar de que quisiera que no se terminara nunca. Pusimos un límite y hay que cumplirlo. Este es amor condicional, un compromiso entre dos seres que se desean. Yo sí lo amo con fervor. Él ama a Cristina. No es una situación convencional, pero para mí sí lo es. Esto es el amor, Pipiolo. Enamórate de verdad, no nada más andes jugando a ser macho. Ponle sentimiento y me vas a entender. Una cosa te voy a comentar, en esta vecindad está la mujer de tu vida. Búscala, encuéntrala y sé feliz. Discúlpenme si los hice perder su tiempo. Sólo vine a aclarar una situación que es secreta para nosotros tres. El Pipiolo, con la cola entre las patas, le pidió una disculpa por andarlos espiando. −Ya que estamos siendo sinceros, voy a ser sincero contigo. Me dio coraje saber que tenías relaciones con Pantera. Me sentí víctima. Me has gustado desde los diez años, Eres mi amor platónico y fue una manera estúpida de defenderte para vengarme del triunfador Pantera. No sé qué tiene que todas lo siguen. −Eso, Pepe. Es valiente, simpático y sereno. Todo esto lo hace encantador. Tú también tienes muchas cosas parecidas, pero tienes dos defectos grandes. Eres impulsivo e inseguro. Además, entiéndelo. Tus clientas o fanáticas te adoran. Ellas no combinan con Pantera. Con sinceridad te confieso que no eres mi tipo. No me atraes, pero esa verdad no te devalúa. No eres monedita de oro para caerle bien a todas. Busca en la cercanía, ahí está tu tesoro escondido. Pobre mi Pantera que anda trabajando con su primo. La que le espera el lunes con Cristina,.No está solo, nos 176
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tiene a nosotros que le vamos a ayudar. ¿Estamos de acuerdo? −Sí −respondieron los tres. El lunes por la mañana, última semana de vacaciones, estaban sentados en el quicio Juanito, Pipiolo y el Abogado en clase de historia. Pipiolo era el profesor. −No lo van a creer, pero la época del imperio de Maximiliano de Habsburgo dispuso la desaparición del estado de Puebla. La sierra norte pasó a pertenecer a Tulancingo, la porción central pasó al departamento de Tlaxcala y la porción sur al departamento de Puebla. En mi opinión personal lo fusilaron junto con Miramón y Mejía por antipoblano. Algunas personas los consideran héroes y otros traidores a la patria. Con eso de que cada quien tiene su perspectiva. El que escribe narra los hechos pero le pone sus ingredientes emocionales. Nuevamente, jóvenes alumnos, la ciudad era un desorden con buenas o malas intenciones. La tomaban y la perdían liberales y conservadores. Al mismo tiempo había rebeldes, sublevados e inconformes. En 1866, Porfirio Diaz recuperó la ciudad de manos de los franceses. En 1873 se puso en servicio la línea ferroviaria entre Puebla y Veracruz. ¿Cómo la ve, mi Juanito? Hace 100 años ya estaban trabajando los precursores de su actividad profesional. En 1880 empezaron a llegar los primeros inmigrantes italianos que se asentaron en los alrededores de Puebla fundando Chipilo. En 1881 se presentó la primera traducción al náhuatl de la constitución de 1857. Se inició el cultivo de café en la sierra, se industrializó la producción del azúcar y en la zona Puebla-Tlaxcala se establecieron numerosas fábricas. Ese año se inauguró la presa Necaxa. En 1909 se fundó el Club Antirreeleccionista Luz y Progreso encabezado por Aquiles Serdán y su familia en apoyo de la campaña de don Francisco I. Madero. El 18 de noviembre de 1910 es asesinada la familia Serdán por el ejército en Puebla. Murieron Máximo y Aquiles, Carmen fue herida y Natalia escapó días antes con los hijos de ella y Aquiles. En febrero de 1911 177
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renunció el gobernador Muncio P. Martínez, quien gobernaba el estado desde 1892. Con actos violentos continuó la vida en este territorio ahora entre maderistas y porfiristas, luego por zapatistas, carrancistas, obregonistas y delahuertistas. Participaron estas tropas en nuestro territorio con la finalidad de establecer la paz por medio de la violencia hasta que se elaboró la constitución de 1917, que contemplaba tierras para los campesinos, mejores condiciones laborales para los obreros y educación laica y gratuita para los niños. Cuántos acontecimientos violentos en el territorio de todo el estado. Aquí en esta zona centro, quién sabe si nuestros familiares estuvieron combatiendo en cualquier contexto pasado. −Quisiera opinar al respecto −tomó la palabra Juanito−. Miren, jóvenes. Las enfermedades emocionales ocasionan malestares individuales y sociales. Tenemos dos mil años a partir de Cristo y la crucifixión es un ejemplo de cómo un ser humano bueno, bondadoso, mensajero del amor, fue sacrificado por sus pensamientos y acciones que no hacían daño al pueblo. Por el contrario, enseñaba las guías de la sana convivencia. Desde esos tiempos los seres humanos han utilizado la fuerza, la violencia, la injusticia y el abuso de poder como medio para someter a los pueblos. Pocos grupos sociales en algunas partes del mundo han compartido pacíficamente la tarea de vivir en una sociedad saludable, compartiendo sinergia y siendo solidarios. A las 10:30 se incorporó Pantera al grupo. –¿Qué pasa, caifanes? ¿Cómo la están pasando? –Aquí con el café y disfrutando un tren –contestó Pipiolo. –¿Cómo está, Juanito? –Aquí nada más. Hablando de la revolución mexicana. –Discúlpeme, profesor –a lo lejos vio venir a Cristina y se diri178
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gió presurosamente hacia ella, que venía radiante de felicidad. Se encontraron en la miscelánea, donde la besó y cargó. Luego, regresaron abrazados hacia el grupo. –¿Cómo están, muchachos? –dijo eufórica la recién llegada y les extendió la mano cordialmente al Abogado y Pipiolo. Le pidió a Juanito se levantara para darle un abrazo–. Ya saben, jóvenes, que Juanito es el consentido. Les traigo un recuerdo muy sencillo de algunos lugares que visité. Un llavero para todos, si quieren pueden intercambiarlo. Me divertí mucho y me la pasé a gusto con la familia. Los extrañé a todos, pero más a mi Panterita. Ya tenía ganas de que me comieras, felino aguerrido. No dejaba de abrazarlo y besarlo, y el Pipiolo estaba callado y sosegado. –¿Qué te pasa, mi Pipiolo? Te noto apagado. –No, Cristina. Estoy bien. –Cuando venía al encuentro con ustedes, me encontré a su amiga Sol. Estaba muy apenada, dice que esta semana, Pantera fue grosero con ella, que le pidió fuera a consultar a su tía y él se negó categóricamente. –Aún no tengo la preparación para dar consultas –dijo Pantera. –Pues producto de ese coraje dice que fue a aventar un papel con maldades escritas a mi recámara por un vidrio roto. Me regresé a la casa para revisar la recámara y no encontré nada. Fui a la recámara de mis padres y sobre la mesa estaba un papel con una letra de parvulito que decía, en tu ausencia, Pantera anduvo disfrutando Sol toda la semana. Me pidió disculpas por si alguna vez me había faltado al respeto pero le dije que no se preocupara. Me ofreció su mano amiga en señal de amistad. Por 179
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eso me tardé, mi amor. –No te preocupes, Cris. Vámonos para disfrutar más tiempo contigo –dijo Pantera. Se fueron contentos a tomar el camión Chulavista que los dejaba en el Alfa dos. Entonces tomó la palabra el abogado. –Se pueden evitar los conflictos cuando se llega a un acuerdo pacífico. En este caso, la inteligencia emocional fue de Sol, quien evitó el conflicto. Cristi no le dio importancia al mensaje nefasto y afortunadamente no se diseminó la energía negativa. Todos felices y contentos. Ahora que estamos en la carrera teórica, las leyes son para respetarse. La ética es lo que nos motiva a obedecerlas para vivir en armonía. En el regreso a clases, las obligaciones escolares empiezan por la mañana. Los encuentros amistosos de los amigos con el maestro se hacen por lo general nocturnos, como a eso de las ocho. En otras ocasiones, los días festivos o los fines de semana. Hoy es día festivo pues se festeja la Constitución. Se juntaron los cuatro caballeros a las diez de la mañana, y Pipiolo es la sal del guisado. Siempre inicia con el tema del día. –¿Se acuerda, mi estimado maquinista de la 501, cuando estábamos más chavalones? Los juegos tradicionales, el juego de las canicas claras y opacas, eran más valiosas las opacas de color que fuera, aún más las grandotas denominados mundos. Se colocaban las canicas dentro del rombo y los tiradores se preparaban para sacar las canicas del polígono impulsando la canica proyectil de los dedos del competidor. El que sacaba más canicas era el supuesto ganador. Sin embargo tenía que golpear las canicas de los rivales para eliminarlos del juego. A veces ganaba el que no había sacado ni una canica. Yo vi ganar a Pantera en estas situaciones. Ya desde entonces era muy estratégico. –¿Qué me dices del yoyo?–interrumpió Juanito. 180
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–-Campeón, Ricardo. Para el trompo, el campeón Alejandro Cañas. Para el valero, campeón mi Beto. Tengo muy presente las competencias de carreras pedestres que se organizaban espontáneamente. Consistían en dar vuelta a la manzana descalzos. ¡Siempre ganabas tú, Pipiolo! Eras un gamo. No se me olvida que Pantera era el último lugar, no sabía correr descalzo y se lastimaba los pies. Pipiolo, eras muy bueno para el juego que llamaban tamalao, en donde se colocaban varios elementos inclinados uno tras otro, hasta que formas una plataforma sobre la que saltaban los del equipo adversario. Si tumbaban la plataforma ganaban, si caía algún invasor del soporte, el equipo pasaba a ser castigado. Recuerdo que Pantera sólo los miraba triste, pues su papá le tenía prohibido jugar brusco. Tampoco lo dejaba jugar en la calle cascarita futbolera o beisbolera. Te has de acordar, Pantera, que un día te pusiste a jugar béisbol y por poco te atropella un taxi. ¿Te acuerdas? –Sí, Juanito, ¡ya merito! Me quedó la defensa muy cerca de la pierna. –Qué bonitos recuerdos, muchachos. –A mí me gustaba jugar al burro castigado, saltar al burro e ir diciendo la letanía, vamos a recordarla, cada uno vaya diciendo el contenido –tomó la palabra el Abogado–. Yo nada más el número; uno perruno, dos patada y coz, tres, caballito de san Andrés… Sin que se dieran cuenta llegó Cristi a incorporarse al grupo y se dirigió a abrazar y besar a su amado. –¿Qué tanto dicen? –Es un juego, Cristi. Vamos a terminarlo. Cuatro, jamón te saco; cinco, desde aquí te brinco; seis, otra vez; siete, te pongo tu lindo bonete; ocho te lo quito y te lo remocho; nueve, copita de nieve, toma tu bacín y bebe; diez, te pica el ciempiés; once, 181
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caballito de bronce, una dos y tres; doce, la vieja cose con su carreta del número doce, pega parche, pisa pedal, ensarta la aguja y brinca; trece, el rabo te crece cuando lo veas está en la boca de ese; catorce, la vieja tose cajum, cajum; quince, el diablo te enciende con su reverendo trinche; dieciséis ,muchachos a correr; diecisiete, búscate una mula que se flete porque esta está muy ojete. Todos salían corriendo y al primero que pepenaban pasaba a ser el burro castigado. –Recuerdo que cuando llegó Pantera a la vecindad, tenía como seis años y nadie lo quería. Le hacían la vida difícil, siendo que no era bravucón ni dejado. Cuando se acercaba a jugar, los muchachos lo corrían, tanto grandes como chicos. Recuerdo que lo invitaba Silvia a jugar futbol y eso no les gustaba. Lo incorporaban a los juegos porque Gustavo decía que era su novia y se ponía celoso. Así te fuiste metiendo al grupo de los muchachos en donde el líder siempre ha sido el Pipiolo. Al paso del tiempo ya eras uno más de ellos. El que siempre ganaba a los volados era el Abogado, ya que en el juego de los larines con el azar se ganaban o perdían estampas que vendían en unos sobres sellados. Algunos los coleccionaban y otros compraban para jugar. Recuerdo a Beto con unos fajos gruesos de estampas. No sé dónde las guardabas porque salía tu hermano menor el Cañas, los perdía en unos minutos y después te veía salir muy enojado a recuperar lo perdido. El Pipiolo también parecía merenguero y ganaba muy seguido. Pantera no era bueno para esos menesteres, era perdedor frecuente –comentó Juanito–. Oigan, muchachos, les voy a hacer una pregunta. ¿Si Pantera era perdedor en el juego, ha sido afortunado en el amor? –Ha sido un don Juan, un galán Delon. No deja ni para comadres –dijo Pipiolo. –En la secundaria lo llevábamos como cebo al gateo bravo y nos iba rete bien con las muchachas, aunque su principal club de admiradoras está en la vecindad del 309 –continuó Beto. 182
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–No te creas, Cristi. David es serio, buen muchacho, no es gandalla y te quiere mucho –interrumpió Juanito. Era 21 de marzo y los jóvenes ya estaban en el cuarto año de la carrera. Se conmemoraba el natalicio de Benito Juárez, héroe para unos, enemigo de la iglesia para otros. A las diez de la mañana estaban juntos los cuatro amigos. Pipiolo llevaba la delantera como siempre. –Vamos a transitar por la historia de Puebla. Juanito, un recordatorio. El 16 de abril de 1531 se fundó la ciudad de Puebla de los Ángeles y el primer gobernador fue Don Sebastián Ramírez de Fuenleal, que fue arzobispo de Santo Domingo. Entre los fundadores no se menciona ningún indígena, solo españoles. Mención especial la de Fray Toribio de Benavente, originario de Zamora, España y de apellido Paredes. En 1576 se estableció en Puebla el Santo Oficio de la Inquisición, que de santo no tenía nada. En 1581 el tlacoyo, la memela y el molote, alimentos indígenas, se fusionaron con el queso de vaca y cabra. En 1600 se construyeron conventos para hombres y mujeres de las diferentes órdenes religiosas en territorio poblano. Fíjense bien, chavalones melones, en 1700, Puebla tenía 68,000 habitantes. En 1760 se inauguró el teatro principal con el nombre corral de comedias y las calles se iluminaron con faroles. En 1805, España estaba en bancarrota financiera y en 1810 empezó la Guerra de Independencia. En 1827, el gobernador de la ciudad dio libertad a todos los esclavos. En 1833, el cólera o enfermedad de los 800 mató al diez por ciento de los 40,000 habitantes. En 1835 se fundó la primera fábrica textil mecanizada a orillas del Río Atoyac, llamada la constancia mexicana. En 1847, durante la invasión americana, los poblanos se defendieron estoicamente, sin embargo la ciudad fue ocupada por los gringos. En 1857, el estado de Puebla tenía 674,000 habitantes. En 1862, el general Ignacio Zaragoza, con su Ejército de Oriente derrotó a las tropas francesas. En 1863, los franceses, al mando de Fre183
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derick Forey tomaron Puebla. En 1867, se realizó la toma de Puebla por el general Porfirio Diaz y sus tropas republicanas. En 1868, los estudios de preparatoria en Puebla se realizaban en el Colegio del Estado. En 1879, empieza a funcionar la Normal para profesores y profesoras. En 1883, la ciudad abarcaba 186 manzanas y algunos huertos. Se sembraron árboles en el zócalo de la ciudad, se construyeron jardineras, se instalaron bancas y faroles y se construyó el quiosco por Eduardo Tamariz. En 1895, el estado de Puebla contaba con 992,000 habitantes. Hasta aquí, mi Juanito. Es un repaso de lo que no nos tocó vivir. Ya de 1900 a la fecha, a usted le tocó presenciar partes del contexto que ya después abordaremos. ¿Qué les pareció, caballeros, el contexto poblano? –Muy interesante, los siglos XVII y XVIII fueron de construcción, los principales edificios fueron erigidos en esa época. En el siglo XIX, de plano las diferentes guerras e invasiones provocaron un retraso en la evolución. Los gobernantes no supieron dirigir el progreso del país. Duele decirlo, pero los mestizos eran los jefes –manifestó el abogado. En 1971, los estudiantes poblanos estaban avanzados en las carreras de derecho, medicina y psicología. En este periodo empezaron los conflictos emocionales de Pipiolo. Los éxitos del grupo musical le indigestaron el ego, empezó a tener muchas seguidoras que ligaba en las fiestas. No enlazaba amistad, quería sexualidad furtiva transitoria, con duración de unas horas, días o semanas. Con todas quería y con ninguna quedaba bien. Algunas se tornaron enemigas porque les prometía casamiento con tal de lograr objetivo sexual. Además, abusaba del alcohol los fines de semana. Estaba cayendo en un pozo, hasta que tocó fondo. Una familia de Tepeaca lo tenía amenazado y demandado pues había abusado de una jovencita de 15 años de edad. De antemano sabía que eso era delito, las evidencias estaban en su contra, por el simple hecho de que la jovencita lo acusaba de 184
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abuso sexual, un delito grave en contra de una menor. Estaba asesorado legalmente por uno de sus maestros de la escuela, que estaba investigando la manera de evitar el escándalo y la cárcel. Beto estaba estudiando para ayudarlo. Durante la crisis emocional, platicó con Pantera y Juanito el problema detalladamente paso por paso y Juanito habló con él. –No sé si esto sea de ayuda. Dices que no te acuerdas si tuviste o no relaciones sexuales. –No recuerdo, mi apóstol del amor –comentó preocupado Pipiolo–. Estaba demasiado borracho. –A lo mejor ni siquiera tuviste la supuesta relación y te quieren sobornar –expresó Juanito. interviene pantera- –En mi corta experiencia, la única manera que podemos saber es que le hagan un estudio ginecológico a la jovencita para determinar si hubo daño anatómico. Si hay evidencia la situación se torna crítica, si no hay lesión sólo queda la palabra de ustedes. Mi pregunta es la siguiente, ¿cómo podríamos disuadirla para que se deje revisar? Le platicó Pantera a Cristi la situación que estaba viviendo Pipiolo. Estaba desesperado y hasta se quería ir de Puebla, perder la tierra porque sus emociones lo habían derrotado. Los buenos amigos idean estrategias inteligentes para solucionar problemas. Cristina era una detective consumada, una investigadora inteligente, y se puso de acuerdo con varias compañeras de la escuela. Fueron a solicitar permiso a la dirección de la escuela para llevar una brigada de estudiantes a Tepeaca con el fin de ayudar a las personas sin recursos económicos con problemas psicológicos. La estudiante estaba elaborando su tesis sobre abuso sexual en mujeres durante la infancia y juventud y las repercusiones psicológicas. Se fueron a Tepeaca en la camioneta del tío Chuchín. Pantera era el conductor. Llegaron a la presidencia municipal y llevaron 185
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el oficio de la escuela, previamente ya acordado con el presidente municipal, para desarrollar la labor altruista de los jóvenes. Les prestaron unos cuartos donde sesionaba el ayuntamiento, donde ya estaban algunos clientes. La estrategia contemplaba llegar a casa de la ofendida. Salieron con su bata blanca a ofrecer sus servicios a las casas cercanas. Cristina y David fueron a la casa de la lesionada. Cuando llegaron, se portaron amables y cálidos. Pregonando el lema prevención de delitos sexuales en los jóvenes. De acuerdo a la solicitud es la respuesta. Los padres de la jovencita respondieron con cortesía y salió la jovencita con aspecto desastrado, en calidad de víctima, la mirada baja, aseo personal deficiente, vestimenta sucia y en cuanto vio a Pantera se le fueron los ojitos al cielo. Empezó a sonreír, se le iluminó la cara e inmediatamente diagnosticó Cristina un hechizo panteril. Le ofrecieron asesoría psicológica gratuita, que se estaba otorgando en los salones de la presidencia, todo con consentimiento de los padres. Ninfa preguntó que en caso de que asistiera, quién le iba a dar la consulta. Cristina le contestó que sería ella, pues se estaba especializando en casos de abuso sexual, o el doctor que era un experto. –¿A quién prefieres? –Al doctor, me da confianza. –Entonces te esperamos en la presidencia. Cuando iban en la camioneta, Cristina pellizcó a Pantera. –Vengo enbarbonada. Me da coraje que me tenga que presentar con esta farsa Pantera detuvo el vehículo, la acercó hacia él y la besó tierna y apasionadamente. –Eres mi niña adorada y traviesa. Tú eres la directora de la 186
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comedia, yo solo soy actor y respeto el argumento. –Pues representa bien tu papel y no te vayas a propasar de galante. –Me gustas enojada, celosa, empanterada. Tus proteínas son mi alimento. Sin ti me pasa lo que Superman con la criptonita, pierdo la energía y la vitalidad. Te amo, mi güerita pecosa y hermosa. Ahora dime, ¿por qué estás tan enojada? –Antes de salir a la calle, cuando regresé por mi bolsa, escuché decir a mis compañeras que estabas bien buenote para una encamada nocturna. –Yo sólo respondo a tus cristiendorfinas. Respeto a tus compañeras, no me atraen. Vamos a diseñar el viaje de regreso, demuéstrales quién es la jefa de este Pantera erótico. –Tienes razón mi amor. Llegó la joven afectada más guapa y glamorosa que la señorita Tepeaca, alta, delgada, morenita, cara bonita, simpática, estudiante de bachillerato. Le explicó Cristina que la asesoría la iban a dar los dos psicólogos. La confidencia es secreta, todo de lo que se diga queda en el contexto y no se puede divulgar. Empezó la entrevista llevada por la experta en un ambiente cordial. Antecedentes familiares, historia escolar hasta el bachillerato, dinámica familiar, antecedentes ginecológicos, vida sentimental y romántica. Durante la entrevista no mencionó síntomas o signos de caricias o abuso sexual. En ese momento, Cristina pidió permiso para ir al sanitario. Se quedaron solos Ninfa y Pantera y la princesa de los ríos empezó a coquetear descaradamente con el felino. Cambió el tono de voz a sensual. Cruzó las piernas hasta dejar ver la ropa interior. La entrevistada se transformó en entrevistadora y le preguntó a Pantera si era soltero, si tenía novia, qué año de la carrera cur187
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saba y hasta si le gustaba. A todo eso, David le contestó con el hemisferio derecho. –Estás muy bonita y llamas mucho la atención. Es difícil que no tengas novio. –No he tenido, ni tengo novio. –Pues sí que los muchachos de Tepeaca han de estar dormidos. Estás muy guapa, a mí me impresionas. Subieron las emociones de Ninfa y empezó a liberar hormonas de atracción. –¿De veras? ¿Te gusto? –Me gustas, niña. No tengo por qué mentirte –insistió Pantera–. ¿Pero en verdad no existe ningún novio, pretendiente o galán que te haya cortejado? –Solamente un borracho de un grupo musical tropical que le dicen el Pipiolo –dijo Ninfa molesta. –¿Él te hizo algo? –No, ni siquiera me tocó. Estaba muy borracho. –¿Seguramente ebrio de amor? Se desencadenaron las emociones de la impaciente. –No me hizo nada, ni lo conozco bien. Te digo que estaba muy borracho. –Todo esto te lo pregunto porque me interesas para amiga o novia. En conclusión, Ninfa, ¿no tienes compromiso con ese Pipiolo? Así me siento seguro para venir a visitarte los domingos que tengo libres, porque no quiero tener problemas.
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–Puedes venir a visitarme cuando quieras. Me gustas para novio. El próximo domingo te voy a estar esperando, no me vayas a fallar. En eso entró Cristina con una sonrisa de satisfacción. Estuvo oyendo la conversación escondida en un lugar estratégico. Continuaron la entrevista que duró 60 minutos y durante 20, Cristina le dio información sobre sexualidad saludable, comprometida y responsable. Los padres estaban afuera esperando a la jovencita. Mientras la puberal coqueteaba abiertamente con el psicólogo, hasta le solicitó un beso de compromiso. Pantera le comentó que era una falta de ética y que si lo descubrían lo castigaban en la escuela. Cristi les informó a los padres que Ninfa era una jovencita, sana, saludable, física, intelectual, social, espiritual y emocionalmente. No había problema alguno. –Oiga, doctora. ¿Le platicó sobre una agresión sexual que sufrió? –Ninfa mencionó que un joven de un grupo musical lo intentó pero no la tocó porque estaba completamente ebrio. Los padres llamaron a la enamorada a declarar delante de los psicólogos. Ninfa manifestó que no había sufrido agresión física alguna de parte de nadie y que el joven Pipiolo estaba embrutecido por el alcohol. –¿Entonces por qué nos engañaste? –Para escarmentar al estúpido Pipiolo. Se burló de mi prima Epifania, la engañó, le dio prueba de amor, prometió que se iba a casar con ella y no le cumplió. –En este expediente tenemos la historia clínica de Ninfa. Aquí llevamos los datos de la entrevista para lo que se les pueda ofre189
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cer. Nos da gusto que Ninfa esté saludable. Allá estamos en la Escuela de Psicología para servirles. Gusto en saludarlos. Un placer servirlos paisanos, concluyó Cristina. Terminaron las consultas, que fueron más de las esperadas. El presidente y comitiva obsequiaron comida y refrescos. Les agradecieron la ayuda, esperando que no fuera la última ocasión de su visita. Regresaron contentos, lanzando porras a la universidad y a la escuela de Psicología. Cristina les demostró a sus compañeras quién era la jefa de Pantera y casi se le sentó en las piernas durante el retorno a la ciudad. Ese día no fue Pantera a la escuela, se fueron a festejar sexualidad a la ciudad de Cholula a un paraje solitario fuera de la vista de la gente, propiedad de su tío. Regresaron al 310 e invitaron a los del grupo a la sesión nocturna y tomó la palabra la hermosura juvenil. –Misión cumplida, mi Pipiolo. Pantera te salvó la vida, puedes dormir tranquilo. Cristina narró paso a paso la odisea hasta la negación de los hechos por la afectada, que sólo quería venganza por una tal Epifania que había sido atropellada en el amor por un ventajoso Pipiolo. –¿Se acuerda, Juanito? Que un día le dije que le había jugado una canallada a Pantera. Fue por soberbio y envidioso. También le dije que él jamás me hubiera hecho lo mismo, que hubiera hablado primero conmigo. Así fue en esta ocasión. El estudiante de derecho empezó a sollozar y se dirigió a la psicóloga. –Amiga Cristinita, te debo la vida. Me estaba volviendo loco, estaba desesperado, desconsolado y tenía ganas de quitarme la vida –luego se dirigió a Pantera, dándole un fuerte apretujón 190
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torácico–. Mi buen amigo David. Gracias por este favor tan grande. –Yo también me estaba volviendo loco investigando sobre abuso sexual –interrumpió el Abogado–. Primo, espero que esto te sirva para que calmes tus poderes sexuales. Sabemos que existe el amor de tu vida. Emparenta con Juanito, cántasela a su sobrina y deja el desorden. Que pase el tiempo de Juanita, Lupita, Margarita, Chole, Diana, Blanca, Rosario, María, Silvia, Hilda, Lilia, Juliana, Cruz, Clara, Luisa, María Elena, Yolanda y hasta Epifania. También deja a Baco, dios del vino, que lo único a lo que vino fue a desgraciarte la vida. Ánimo, primo, todos te queremos y estamos contigo en las buenas y en las malas. Somos familia, discípulos de Cristo y sobrinos adoptivos de Juanito. Terminaron el cuarto año de la carrera. Un sábado por la mañana estaban los del 310 en animada charla. Estaban Juanito, Beto y Pipiolo. Pantera estaba trabajando con el primo Cocol. En eso estaban cuando llegó Cristina con los ojos llorosos y saludó a todos de mano. Se levantaron el Abogado y Pipiolo. Tomó asiento y empezó a llorar desconsoladamente, apoyando la cabeza en el hombro de Juanito. La dejaron desahogarse. Nadie pensó que fuera por problemas con Pantera. Ella tenía otro tipo de dificultades. –¿En qué te podemos ayudar, Cristi? –preguntó Juanito. –Gracias, Juanito. Mi familia es muy estricta y manipuladora, quieren que haga lo que se les da la gana. Si los obedezco están contentos y felices, pero cuando los desafío o me opongo, son crueles. Cuando empecé a andar con Pantera me regañaban mis padres. Me manifestaban que no era del mismo nivel social, un vago de vecindad. Mis hermanos decían que lo iban a golpear, pero nunca lo intentaron. Cuando se enteraron que Pantera noqueó a Chava, el gorilón del centro escolar, bajaron la guardia y dejaron de molestarme. Mis padres ignoran que David es mi 191
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novio, no les intereso en lo más mínimo. Nunca me preguntan con quién salgo, piensan que mis hermanos me vigilan y mis hermanos me comentan que David es buen muchacho. Me saben segura, porque existe quien me protege. Saben que estoy enamorada de David, mejor para ellos. Todo marchaba perfecto hasta hace unos días en que unos familiares de Estados Unidos vinieron de visita. Los acompañaba un joven gringo simpático y agradable. Mis padres y hermanos me manipulan. Tengo que negar que tengo novio delante de la familia y esa es la condición para dejarme salir libremente con David. Estuve platicando con Henry, en inglés y español. Este muchacho ya me conocía por fotografías que le enviaban mis hermanos, y cuando llegó me dijo que era más bonita que en las fotos. Fue amable y cortés. Estuvieron tres días y todo marchó bien. Pero el último día de su estancia, antes de partir me propuso matrimonio. Antepuso que estaba enamorado de mí, amor a primera vista. Como los gringos están rete locos, le dije que me faltaba un año para terminar la carrera de Psicología y me dijo que me iba a esperar, que al fin yo no tenía novio y que lo pensara. Me propuso que si aceptaba, al siguiente día de mi llegada nos casábamos por las vías legales en Chicago, Illinois. Que le avisara con tiempo para hacer los trámites ante la ley. Me quedé estupefacta de una sola pieza. Al darse por enterada la familia, en la casa hubo fiesta y banquete. Mis padres, entusiasmados y contentos, mis hermanos felices. Desde ese día no han dejado de molestarme, remarcando esa gran oportunidad para mí. Me preguntan qué más quieres, vas a vivir en una mansión. Él es dueño de una empresa maderera, su familia tiene una empacadora de carne. Además te atiendes de esa enfermedad que te tiene tan devastada, aprovecha para curarte. Efectivamente, padezco una enfermedad que se llama endometriosis, quiere decir que el endometrio que es un tejido que está dentro del útero a veces está en otros sitios donde no debe de estar. Eso hace que los días de la menstruación sean para mí un verdadero calvario por los dolores pélvicos tan intensos que me ocasiona. Me postran en cama y me debilitan mucho. Ya me han 192
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hecho muchos estudios, incluso una laparoscopia. Tengo el tejido aberrante en las trompas de Falopio y existe la probabilidad de no tener hijos porque es causa de esterilidad. Además hay tejido en intestino, vejiga. Los medicamentos que me dan son hormonales que poco me han ayudado. Tomo medicamentos para el dolor y la inflamación que me calman la molestia pero no me la quitan. El remedio que nunca me falla es panteromicina. Llevo una hielera a la escuela y allí me estoy poniendo compresas o bolsas frías que me coloco en el abdomen. Esos días David me atiende como a su reina que soy. Mis padres me están presionando para que me vaya a Estados Unidos con este muchacho. Mis hermanos me obligan a que le hable por teléfono, que le diga que lo extraño desde que se fue. Es difícil para mí porque no tengo a donde ir, toda la familia está en la creencia que es la mejor decisión para mi vida. Existe mucha presión familiar y por eso estoy desconsolada y abatida. Nada más de pensar en dejar a David se me parte el corazón. –Hay ocasiones que pensamos que no podemos llegar al objetivo porque nos faltan fuerzas. Parece imposible cumplir la misión, pero espero que esta anécdota te sirva de algo –habló el Beto–. Siempre he sido un atleta con buen nivel de competencia. Practico futbol. béisbol, básquetbol, voleibol, me defiendo en el deporte. Esta es una historia que a lo mejor te ayuda. En una ocasión cuando estudiaba en el centro escolar, ¿te acuerdas que convocaron a todos los alumnos a una carrera voluntaria estudiantil? La prueba eran 10 kilómetros alrededor del centro escolar más una vueltas a la pista olímpica. No sé si te acuerdes de Armando el pocholo. –Sí me acuerdo, era un chavo callado, reservado, sencillo. –Ese día nos tocó salir cercanos. Cada quien tenía su estrategia. Mi mente pensó, dicen que en un partido de futbol, durante los noventa minutos, corre uno 10 kilómetros. Deduje que la carrera iba a ser fácil y salí como gamo asustado entre los primeros 193
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veinte lugares. Resistí bien hasta la bajada de la calle 25 poniente, si acaso tres kilómetros. Después me empecé a retrasar. Trotaba, ya no corría, y llegó un momento en que quería abandonar la competencia. Llegó Armando y empezó a platicar conmigo. Me dijo que la cosa era calmada y que dosificara el esfuerzo. Recordé que en los partidos realizas carreras cortas rápidas, te relajas y vuelves a la velocidad. Así lo hice hasta la entrada de la escuela. Faltaba la vuelta olímpica y ya iba sin fuerza muscular. El bofe y el corazón demasiado forzados. Cavilé positivamente, la oportunidad de completar la hazaña. Cuando faltaban 200 metros para terminar la prueba, pasó el hijo de un profesor de la escuela, retándome a que le ganara y le metí el extra. Me ganó por un trozo de nariz. Llegué exhausto, a punto del síncope. En la meta me estaba esperando Armando con una botella de agua para rehidratarme. Me tiré en el pasto, el Pocholo me hizo movimientos de las piernas sobre el abdomen hasta que me recuperé y después me rehidraté. Siempre hay alguien que te aliviana en la carrera. Dios mismo se hace presente, aunque no te des cuenta. Así tú, Cristi. Sé que Pantera no te abandonara nunca, tomes la decisión que te convenga. También cuenta con nosotros que estamos para auxiliarte cuando nos necesites. –En cierta ocasión estaba en los fuertes de Loreto y Guadalupe con mi novia Felisa, que vino de Tehuacán a visitarme –continuó Pipiolo–. Estábamos sentados en el pasto acariciándonos románticamente, cuando llegaron cinco sujetos a molestarnos. Eran más o menos de la misma edad. Seguramente querían manosear a mi novia. Nos rodearon y le dije a ella que se fuera. Con el dedo le señalé la carretera, desembocada en una cuesta muy inclinada de tres o cuatro kilómetros. Se quitó los zapatos de tacón alto y empezó a correr hacia abajo. Yo empecé a brincar sobre los pies en actitud de lucha, realicé movimientos de los brazos retándolos para que se acercaran a contender y no se atrevían. En la parte lateral estaba un sujeto con una bicicleta y lo aventé. Cayó con todo y vehículo al suelo. Al que estaba 194
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enfrente de mí le di un patadón en los testículos y cayó al suelo. Después contendí boxeando, patín y guante, con los otros tres. Cuando desvié la mirada hacia el camino de descenso, Felisa luchaba con un policía que la quería atrapar. Con un zapato le asestó un taconazo en la cara. Lo desconcertó y siguió descendiendo. Yo, desesperado, luchaba con los tres sujetos. De un aventón caí al suelo. En la contienda le di un rodillazo en la cabeza a uno de los sujetos y cayó inconsciente. Los otros se asustaron y aproveché para correr hacia el camino donde iba mi novia. Estaba angustiado, pero lo cansado se transformó en coraje, pensando que el policía la fuera a alcanzar. Seguí descendiendo con determinación, enfurecido contra este tipo de sujetos abusadores, y cuando me di cuenta faltaban 100 metros para llegar a la zona urbana. Cuando me vio el policía, se fue para una calle lateral. En lugar de ir con Felisa me fui persiguiendo al sujeto hasta que lo alcancé. Le quite la macana y lo empecé a golpear con el mismo instrumento. Felisa acudió y me dijo que ya no lo golpeara. Salieron los vecinos asustados y les narró las circunstancias abusadoras de los sujetos. En eso aparecieron en la ruta los cómplices del policía. Los vecinos corretearon a los cómplices hasta alcanzarlos, y lo mismo que yo los tundieron a golpes. Los bajaron hasta donde estaba el policía. Allí decidimos dejarlos tirados sobre la tierra para no meternos en problemas. Los vecinos le hablaron a la Cruz Roja para que los recogiera. La justicia ya estaba aplicada. Con esta historia, Cristi, la moraleja es la siguiente. Hay que luchar por lo que amamos, nada es fácil en la vida. Tienes dos caminos, ceder a las presiones o morir en la batalla. Es tu decisión. Ahora que tengo a mi novia Abril sé lo que es el amor. De antemano sabía que estaba enamorada de mí, la condición que hace varios años me puso fue que le fuera fiel. Cuando te sientas capaz me buscas, me dijo. Hoy estoy comprometido a cumplir la promesa. Cristi, tienes la oportunidad de luchar por tu Panterita para alcanzar la felicidad o vivir una vida sin su compañía. 195
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–En una ocasión, Cristina, regresaba de trabajar de maquinista del tren –continuó Juan–. Había estado fuera tres días. Venía cansado y desvelado. Me vine por toda la once sur, eran las cinco de la mañana. Llegando al Paseo Bravo me empecé a sentir mal. Me estaba avisando el organismo una inminente crisis convulsiva. Me metí en un área empastada y allí me tiré para no caerme y golpearme. Pensaba en mi familia, mi esposa y mis hijos. Parecía estar controlada la enfermedad con los medicamentos. Me quedé dormido dos horas sobre el pasto y desperté a las siete de la mañana. Llegué a la casa, le platiqué a mi esposa y nos fuimos al Seguro Social. Le expliqué al doctor la responsabilidad que tenía de conducir un tren con una locomotora que transportaba pasajeros, material humano valioso, y que en otras ocasiones conducía el tren con dos locomotoras con material distinto. Desde materias primas sin procesar, minerales, materiales de construcción, productos, coches y otros vehículos. Me pasó el doctor al especialista para tomar un electroencefalograma, que resultó anormal. Me cambiaron los medicamentos y me colocaron en otra área de trabajo. Ya no sería más maquinista y ahora trabajaría dentro de las oficinas. Dejé lo que me apasionaba por el bienestar de los demás. No sea que fuera a provocar accidentes en donde se afectan inocentes. Esto lo digo para que pienses en tu enfermedad, sólo tú sabes lo que necesitas. No hagas daño a inocentes, tú eres la única que puede decidir al respecto. Te queremos,Cristi. Cuenta con todos los del grupo. –Gracias, muchachos. Sabía que me devolverían la tranquilidad. Sólo un favor les pido. Nada de esto a mi Pantera. No le quiten la tranquilidad, que es lo que más amo en el mundo. El análisis de los problemas en forma grupal ayuda para encontrar diferentes alternativas de solución o lenitivos que alivian el dolor. Pipiolo retomó las clases de Historia. 196
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–Ahora que están todos los integrantes, les recuerdo que doce de octubre. Escuchen la voz del mensajero mexica Pipiolopoxtli. En 1900 se fundó en Puebla el Banco Oriental de México, el lugar donde trabaja actualmente como gerente el Guajo. En 1903 se inauguró la avenida De la Paz o Vencedor, después llamada avenida Juárez. Cuántas novias hemos paseado por la glamorosa avenida La Paz. Existen actualmente unos modernos cines, un buen número de restaurantes de lujo con cocina mexicana, española, libanesa e italiana, a los cuales nunca hemos ido. En 1905 llegó a Puebla el empresario americano William O. Jenkins y su esposa Mary Street Jenkins, quienes van a ser empresarios importantes en la vida de Puebla. En 1906 se inauguró el palacio municipal de Puebla. Cuántas veces hemos pasado por allí sin darnos cuenta que tiene arquitectura isabelina. Aunque existen muchas isabeles, en este caso se trata de la reina católica. En 1909, Francisco I. Madero fundó en Puebla el partido antireelecionista con Aquiles Serdán a la cabeza. En 1910, William O. Jenkins controlaba el mercado de calcetería económica en todo el país. El 20 de noviembre inició la Revolución Mexicana, con los hermanos Serdán como próceres. En este año terminó la construcción del Hospital Psiquiátrico de nuestra señora de Guadalupe al pie de la pirámide de Cholula. recuerdan cuántas veces hemos ido a Cholula. Desde la parte superior donde se encuentra la Iglesia de los Remedios, miramos hacia abajo a los enfermos psiquiátricos con sus comportamientos de movimientos extraños. No es como en las películas que los ponen vestidos de personajes históricos. Aquí solo caminan sin cesar. Se sientan y se hacen como mecedoras, otros gritan fuerte quién sabe con qué intención. Para nosotros era el manicomio y allí habitaban los locos. En 1913 se fundó la colonia Humboldt, actualmente presente en la 14 oriente. El médico cirujano y poeta Rafael Cabrera, de estirpe poblana, publicó su libro de poesías Presagios. Esto le valió el título de uno de los mejores poetas jóvenes de su tiempo. Para que Cristi se dé un quemón, escucha este poema. Es mentira, no has muerto. No eres tú la que vi por la ventana, dormida 197
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entre cirios y entre flores, y con las manos atadas sobre el pecho. ¿Verdad que no eras tú?, ¿Cómo podría vivir si me faltaras? No eras tú, no eras tú. Yo estaba loco. Ahí te va otro estribillo de otra poesía. Soy un inmenso y apacible lago que retrata el paisaje de la vida, y mis linfas que al aura se estremecen, y que la aurora tiñe de escarlata, en las tardes azules palidecen, y en las noches de luna son de plata. Se levantó Cristina, con voz al cuello de médico, poeta y ,todos tenemos un poco. –Yo soy poetisa, me encanta hacer poemas. Tengo elaborados algunos escritos, son cotidianos de la vida común y corriente. De blanco y colorado se visten los pubertos, caminan de la mano sonrientes y contentos. David el trovador le canta a la Cristina cantares y sonetos. Otro más de la lista, la amistad, fiel testigo que la intención resuena, qué par de enamorados, se quieren a la buena. Desde primero de secundaria estaba enamorada de David y me traía de un ala. –Yo seré médico y tengo un acróstico para mi amada. Cristina, Robas mi Inquietud, Sabes que de Tanto Imaginarte No dejaré de Amarte. Te amo princesa, puberal, poblana de la 11 poniente –dijo Pantera al ponerse de pie. Se levantaron los enamorados, se abrazaron y besaron con pasión. Luego se levantó Pepe Pipiolo. –Yo soy el loco que se aloca con las niñas que pasan. Si las hormonas me rebasan, me entra la loquera. Por eso no hay quien me quiera, porque en la locura me dan agruras. Solamente el cura me las quita con tinturas, porque seré tan alocado, a lo mejor estoy deschavetado o será que nací descerebrado. Soy el loco de la trece poniente, me gusta el aguardiente, el pulque, las bebidas calientes. Me encanta estar chiflado, cantar cuando me enfado, silbar cuando me baño y alegrar a mis hermanos. –Yo de poeta no tengo más que la chaqueta, de médico la camisa blanca y de loco se me desabrocho la bragueta –dijo Jua198
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nito bromista. –Continuemos con la cronología poblana. En 1917 se promulgó en febrero la Constitución de la República y en septiembre la Constitución de Puebla. Quedó integrado el estado por 222 municipios. La nueva constitución impedía la educación religiosa y limitaba las actividades religiosas, los bienes eclesiásticos pasaron a poder del gobierno federal. Se la partieron a los curas que se quedaron sin chamba. Empezaron los primeros taxis de motor y se retiraron poco a poco los carros de mulas. En 1918 se establecieron los camiones urbanos en la ciudad. Ascendieron a 3000 las defunciones por la gripe española y terminó la Primera Guerra Mundial. ¿Cómo la ve, mi Juanito, con lo de los autobuses urbanos? –Desde luego son un medio útil de transporte. Como en todo, al inicio cubrían pocas rutas, pero después ha crecido la ciudad y se han abierto nuevas concesiones para cubrir la demanda del territorio. Actualmente, hay infinidad de líneas de camiones. Vamos a ver qué tal conocemos el transporte urbano. Que cada uno diga tres líneas camioneras, empecemos por Cristi. –Verde pistache de La Paz, verde limón ruta San Antonio, camiones amarillos Chula Vista. –Blanco amarillo garita panteón, plata y azul Aviación Panteón, rojos de la ruta Santa María –continuó el Abogado. –Los amarillos de la ruta Circuito Central Fuertes, azul oscuro de la ruta san Matías, blancos ruta La Libertad –dijo Pipiolo–. A ver, Panterita. Te la puse difícil. –Camiones crema de la ruta Xonaca, camiones beige con azul de Los Remedios, camiones azul con plata ruta Colonia América. Ahora que sí me la pusieron dura, milagro, milagro. Los camiones verde claro son de la ruta San Manuel, los camiones verde limón con blanco ruta Zaragoza, los camiones rojo y pla199
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ta por el rumbo del barrio del Tamborcito. Fíjense nada más cuántas nuevas rutas que facilitan transportarse dentro del área urbana. Qué bueno que las completamos, estimados universitarios y amigos del alma. Entonces Cristina retomó el tema de la gripe española. –Pues yo sí les puedo comentar que mis abuelos nacieron en 1900 y tienen 70 años, tanto los paternos como los maternos. La libraron, saltaron la tablita, tenían 18 años cuando la pandemia. –Me sucedió algo imprevisto cuando cursaba segundo año de medicina –intervino Pantera–. Se me hizo tarde, la entrada era a las siete de la mañana. Salí corriendo hasta la once sur y en aquel entonces el maestro nos daba diez minutos de tolerancia. Decidí abordar el camión café Mayorazgo. Me subí confiado, cuál no fue mi sorpresa, era un camión alquilado a un contingente femenino de una preparatoria. En cuanto subí, el chofer cerró la puerta y ya no pude regresar. Empezaron a gritar como locas, las que estaban cerca me empezaron a acariciar la cara y el cuello. Estaba sorprendido y asustado. Las caricias en la cara me asediaban. Me abrieron paso para que caminara hasta el fondo del camión, pero las caricias y los gritos no cesaban. Me empecé a relajar, nada ganaba si estaba ansioso. Inicié con sonrisas y risas, con las manos dirigidas a los rostros de las muchachas. Una de las alumnas de la parte posterior del camión empezó a moverse con ritmo y yo le seguí la corriente. Algunas aprovecharon para agarrarme las nalgas y otras más atrevidas, la parte delantera. Fueron ocho calles con un tránsito lento, porque el chofer al ver que el ambiente se ponía caliente, bajó la velocidad. Tardé una eternidad en llegar y la que bailaba conmigo estaba excitada. Cuando bajé llevaba la camisa desabotonada, el pantalón desabrochado y sin cinturón, con el sable de fuera, pintarrajeado con besos dibujados en la cara. Si no me aliviano estoy seguro que me hubiera puesto a llorar de tanta presión. Pero se les transformó el alumno que resultó maestro. Al descender me estaba 200
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esperando el grupo de amigos pues la clase se había suspendido. Me estaban esperando para ir a tomar un cafecito caliente con unas sabrosas memelas. –¿Por qué nunca me habías platicado esto David? –dijo Cristina levantándose como un resorte. –No se había presentado la oportunidad hasta ahora, mi amor. –Pues para que vuelvas a recordarlo –dijo, y se pintó los labios con colorete para besarle la cara en diferentes sitios, dejándolo como apache antes del combate. Como si fuera un trofeo, David se dejó las huellas de la amada impregnadas. Juanito se levantó para contar una anécdota. –Un día después de haber viajado dos días a la ciudad de Veracruz, venía molido y muy cansado del trajín maquinal. Siempre me venía caminando, pero en esta ocasión no tenía fuerza suficiente para caminar las 12 calles hasta la casa. Decidí tomar el camión Circuito Central los Fuertes. Venía con la ropa sucia porque la hice de fogonero en algunos trayectos para mantener buena condición física. Me senté en la parte media del camión. Iba sin acompañante, pero cuando llegamos a la clínica del Seguro Social en la 13 poniente y once sur se detuvo el camión. Una señora empezó a gritar como loca que le habían robado su bolsa con dinero y documentos. Me quedé tranquilo y sentado. Se acercó hacia mí, y en el asiento lateral llevaba la mochila del trabajo. Gritó enfurecida que yo era el ratero, que vieran qué fachas traía. Se acercaron los pasajeros hacia mí gritándome viejo mugroso. Les comenté sereno que yo no la tenía y que venía cansado de mi trabajo. Me levanté para que revisaran la mochila y esculcaran las ropas, y así lo hicieron sin encontrar nada. Sin mediar palabra, una pasajera se me abalanzó y me empezó a dar de cachetadas. Al sentirme confundido, intenté bajarme pacíficamente pero los pasajeros bloquearon la salida 201
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hasta que no devolviera la bolsa de la señora. Les manifesté que no la había robado. Señores, les dije, ya me revisaron. De dónde quieren que la saque, no soy mago. Como respuesta un señor grandulón empezó a golpearme. Les dije, ya cálmense por favor, soy inocente, ya me revisaron y no encontraron nada. Por favor déjenme ir a mi casa, soy persona trabajadora, soy un hombre decente. En eso llegó la patrulla y los policías me subieron al vehículo de manera brusca. Les dije que no había hecho nada pero no sirvieron mis súplicas. Los policías me continuaban ofendiendo, viejo méndigo, mugroso. No sabes la que te espera cuando lleguemos a la delegación. Cuando me iban a meter a la celda, ¡me desperté! Ya estaba en la cinco sur y diecisiete poniente. ¡Me los cabulié! –dijo entre carcajadas. –Ahora sí que nos durmió con todo y pesadilla. Estaba muy enojado con ganas de ir a golpear a esos estúpidos –dijo Pipiolo. –Iguanas ranas –expresó sentimentalmente Cristi–. Eso quiere decir que lo queremos mucho porque el coraje lo teníamos todos. El tiempo siguió su ritmo cadencioso. Los monitores son el día y la noche, las estaciones, los años, lustros, decenios, siglos y milenios son las medidas. Dicen que en el tiempo de Dios, un segundo son mil años. Una fracción de segundo nos toca vivir en este territorio que tiene de antigüedad miles de millones de años. Lo valioso, aunque efímero de nuestra vida, es regalo de Dios. Es el pedazo de Cielo que nos prometió. Cada quien lo elabora con ingredientes cotidianos. Hay para quienes es un infierno, todo de acuerdo a las circunstancias que nos toca vivir. Dice mi amiga Alma que no le gustaría nacer siendo hija de unos padres irresponsables. Manifiesta que si es así, mejor no nacer. Le comenté que no es castigo de Dios, es decisión de unos padres que repiten conductas antisociales encadenadas a la fechoría. Lo peor es que no admiten ayuda para cambiar el rumbo de sus vidas. 202
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–En 1920, William Jenkins fue acusado de autoplagio –dijo el Pipiolo–. El gobierno mexicano pagó el secuestro y el dinero lo utilizó para sus empresas. Le quitaron el cargo de cónsul. Un fuerte sismo sacudió la ciudad de Puebla y murió asesinado Venustiano Carranza en Tlaxcalantongo. Dejó como legado una obra maestra, la Constitución Mexicana. No sé si se acuerdan que en la prepa decíamos cuando algo se perdía que se lo carrancearon. Esto es porque las tropas de Venustiano Carranza despojaban de sus pertenencias a los habitantes de los pueblos a los que llegaban, acción deplorable para la condición humana. Yo no sé ustedes, pero en mi familia no hay antecedentes de gente corrupta, asesinos, rateros, estafadores, violadores, traficantes, secuestradores ni extorsionadores. No sé si algún día los habrá, pero hasta el momento vamos bien. Como expresaba en su libro el veracruzano Roberto Blanco Moheno, jodidos pero contentos. Estamos en una situación económica de medianía pero con actitud social aristócrata, que se traduce en honestidad al 90%, aunque no estamos libres de corrupción en este contexto en que el que no tranza no avanza. La mayoría de las instituciones gubernamentales desgraciadamente están corrompidas. No sé si siempre ha sido así. El otro día iba en el carro y no hice el alto total sobre la tres sur porque no venía ningún auto. Frené y continué avanzando, pero para mi desgracia allí estaba escondido un agente de tránsito motorizado. Me alcanzó y me hizo la señal de alto. En ese lugar estaban Vicente, el Chino, los Vilchis, los Villaseñor. Todos estaban jugando una cascarita de futbol. Me paré molesto y le pregunté que por qué me indicaba la parada. Me comentó irónico que no había hecho el alto total. Le dije que había visto que no venía ningún auto sobre la vía alterna. ¿Provoqué algún accidente? ¿Observaste algún vehículo transitando? ¿Iba a exceso de velocidad? ¿Te falté al respeto? Me contestó molesto que no, pero me iba a levantar una infracción por omitir el alto obligatorio o cincuenta pesos de multa. Era una buena cantidad de dinero. Con 100 pesos llenas el tanque de gasolina. Le dije que no le iba a dar mordida, que me hiciera la boleta de 203
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infracción. Era un viejo conocido, compañero de la secundaria y le comenté que qué lástima de apellido porque venía de una familia reconocida en la sociedad que ocupa puestos de gobierno. ¿Es así como honras el trabajo de tu padre? Pues se envalentonó, se dirigió a todos los que estábamos presentes, unos 12 vecinos, y nos dijo pinche bola de muertos de hambre, deberían estudiar para ser como yo, hombres profesionales. Bola de malvivientes, buenos para nada. Empezó a arremolinarse la gente de las vecindades. Como vieron su actitud prepotente, lo empezaron a insultar. Pinche perro mordelón, el hambriento eres tú. Vives de la caridad pública, tragas gracias a nosotros, pendejo. Cuando menos se dio cuenta, estaba rodeado de gente. Lo agarraron, lo inmovilizaron, lo pusieron boca abajo, le quitaron el arma, cortaron cartucho y se la pusieron en la cabeza. Cuando estaba a punto de llorar lo soltaron. Se dieron cuenta que el radio estaba encendido y todos corrieron a sus casas. Se llevaron la pistola y llegaron rápidamente otros agentes de tránsito y la policía. Ya no había nadie. Cuando se levantó estaba orinado del miedo. Sus compañeros habían escuchado por la radio las palabras estúpidas del prepotente. Lo levantaron y se lo llevaron. Allí estuve parado todo el tiempo, no me dieron infracción ni la hicieron de tos. Simplemente se fueron con la cola entre las patas y un riquillo prepotente muerto de miedo y orinado. Tuve suerte, me ayudó no impulsarme verbal ni físicamente a pesar de estar enfurecido. Él cometió el error de ser un servidor público corrupto y prepotente. No hubo necesidad de utilizar el código penal porque ellos lo sobreprotegieron. –Yo sí he sido corrupta –manifestó Cristina–. Cuando estaba terminando primer año de preparatoria, me calentaron la cabeza unas dizque amigas de la prepa y me removieron el noviazgo de la secundaria con Pantera. Comentaron que formábamos una bonita pareja, que estábamos diseñados uno para el otro, qué lástima que actualmente andaba con una chica que le apodaban la Vic. Era una chava muy potente, le daba batería a su apolíneo 204
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novio muy rico y guapo. Además a tu exnovio el Pantera, que es un atleta destacado y apuesto. Lo que no sabes, es que la Vic comentó en una fiesta de estudiantes que tú fuiste ave de paso. Que no había comparación entre un cuervo y un colibrí, una bonita y una fea, una Victoria talentosa con una Cristina desastrosa. Dijo que no eras competencia en el romance, nada por qué preocuparse. En ese tiempo me juntaba con gente rebelde y desafiante. Se me alborotaron las neuronas y las hormonas, lastimaron mi autoestima y me saltaron los instintos neardentales. Me politraumatizaron el alma, una burla así no la soportaba. Yo amaba a David. Quedamos en ir a partirle su máuser al centro escolar. Llevamos guanteletas y bóxer para destrozarle la carita de ángel. Nos metimos por el puente de la escuela, llegamos a la preparatoria, pero nos detuvo una maestra llamada Fanny, un encanto de mujer bonita y educada. Le dije que nos otorgaron permiso para visitar las instalaciones en horario de clases. No encontramos a la víctima en el descanso de los diez minutos y nos informaron que no iban a tener clase en ese horario. Nos fuimos directo a la biblioteca y allí estaban sentados los dos estudiantes cruzando miradas, sonriendo, robándose besos cuando no los observaban, con las manos debajo de la mesa enlazadas. Eran una pintura de acuarela representando el amor. Una de mis amigas llamó a David para que le explicará el texto de un libro y se lo llevó a otra mesa a espaldas de ella. En eso llegué y le solicité a la Vic una entrevista que nos encargaron de tarea en la universidad. Ella me conocía, pues era amiga de su novio Frank. Le comenté que si podía realizarse fuera de la biblioteca para no interrumpir y salimos sigilosamente. Tenía una sonrisa de encanto, y ya en el pasillo nos sentamos en un sillón. Se me había pasado el coraje. Le mostré el puño con los fierros integrados en la guanteleta y le dije que era la novia de David, que era reina de las celosas, muy violenta, dejándole la advertencia, o lo dejas o te atienes a las consecuencias, soy una guerrera temible. Sonrió empáticamente y me contestó, mira amiga, no le tengo miedo a nada ni nadie. Respecto a David no creo sinceramente 205
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que lo quieras más que yo. Pantera es enemigo de esas actitudes que ostentas y no creo que él te quiera. De antemano lo sabes. Como pareja somos algo más que dos imanes, transformamos la vida con acciones de amor. No pierdas tu tiempo, amiga. Si quieres pelear, busca a otra persona de tu condición. Vive feliz y déjanos vivir, te agradezco la entrevista. Se fue sin despedirse y se subió a la biblioteca. Ascendí para observarlos y allí estaban nuevamente fascinados. Me hizo comprender que en verdad lo amaba. No negó su relación, aun sabiendo que podía ir a contárselo a Frank, su novio. A partir de ese momento sentí que estaba equivocando el camino. Yo estaba enamorada de David y tenía que recuperarlo. Reconozco que fui corrupta y traté de ser violenta, pero el amor que ellos elaboraban frenó mis impulsos. Con el tiempo logré recuperar a mi felino novio, pero me ha costado mucho esfuerzo ser la novia de David. Por eso lo amo tanto. Este episodio no lo sabías, mi amor. La segunda ocasión fue en la cancha de atletismo. –En 1921, la colonia francesa regaló un reloj de estilo art nouveau coronado, con un gallo de bronce en la punta. Le apodarían el gallito, y este sitio queda como testimonio de que muchas parejas se citaban para sus encuentros románticos en este sitio. Desmiéntame, Juanito. –Efectivamente, Pipiolo. Allí citaba a mi esposa cuando andábamos noviando. Ella vivía por la colonia Volcanes y yo aquí en la trece poniente. Siempre la acompañaba su hermana Delfina, y de allí bajábamos al zócalo o acudíamos a misa al templo de Guadalupe o al cine México para ver las películas del momento. Ya de regreso las llevaba a su casa. Con el tiempo conseguí un amigo para que me hiciera el quite. Se llama Antonioy pegaron su chicle. Actualmente son esposos. –En 1922 William O Jenkins compró todas las plantaciones de caña de azúcar en Atencingo y todas las acciones del club Alfa Uno –continuó la clase pipiolera–. Este compita se estaba 206
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adueñando del comercio poblano. Se fundó la fábrica textil La Poblana, que ha dado trabajo a tanta gente de este barrio. En 1925 la ciudad abarcaba 263 manzanas. En 1926, se inauguró la carretera federal México-Puebla. Se suspendieron actividades eclesiásticas y se expulsó a los sacerdotes católicos extranjeros. Entró en vigor la Ley Calles que prohibía cultos religiosos y la educación quedó a cargo del Colegio del Estado. En 1929, el nuevo gobernador del estado, Leónides Andreu, intensificó el reparto agrario, que ascendió a 210,000 hectáreas. También culminó el conflicto entre la iglesia y el gobierno. –En 1927 y 1929 nacieron mi papá y mamá. Marcan una etapa en la vida familiar. Mis abuelos nacieron en 1900 y yo en 1951, igual que ustedes. Nos tocaron abuelos revolucionarios que sobrevivieron a la influenza y padres que nacieron en un ámbito anticlerical –dijo Pantera levantando la mano. –En 1930 se reabrió el Teatro Guerrero junto al palacio municipal. El estado de Puebla contaba con un 1,150,425 habitantes y la ciudad con 124,000. La liga de futbol poblana estaba integrada por equipos como el Club Reforma, Club Universal, Club Franco-Inglés, Club México, Club Excélsior de Puebla, Asturias Poblano y España de Puebla. Todavía no estaba inscrito el club Don Bosco, a pesar de que existía el oratorio. En 1933, se abrió la academia comercial Motolinia a cargo de los hermanos de La Salle. Estaba aquí a la vuelta en la cinco sur entre la once y trece poniente. ¿Usted sí se acuerda de esta academia, Juanito? –Claro que sí, son escuelas con formación académica y espiritual, comunidades escolares fundadas hace 300 años por mi tocayo san Juan Bautista de la Salle, sacerdote, teólogo y pedagogo francés. Consagró su vida a formar maestros destinados a la educación de niños pobres. El colegio estuvo aquí a la vuelta y luego se trasladó a la calle 5 de mayo, ya con el nombre de Colegio Benavente. 207
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–En 1935, el balneario Agua Azul abrió sus puertas al público… –Un minuto, por favor–interrumpió Cristina–. Allí iniciamos nuestro noviazgo estudiantil David y yo. –En 1936, salió a la luz la primera edición del libro Las Calles de Puebla, del doctor Hugo Leicht –continuó Pipiolo. Se abrió el Museo de Guerra en el Fuerte de Loreto. Se fundó la cantina Limón con limón, bebida típica poblana. Juanito, qué nos puede decir de esta bebida tradicional? –Mira, Pipiolo. Sé que esta cantina está ubicada en la dieciseis poniente y nueve sur. Mi abuelito acostumbraba tomar como aperitivo esta bebida. Estaba elaborada con sal, limón y tequila. No recuerdo que en casa de mis abuelos hubiera otra botella que no fuera de tequila. Era un aperitivo tradicional para abrir el bon apetit. –Ya se echó una dominguera, tío y apóstol de los jóvenes. En 1937, Maximino Ávila Camacho fue designado nuevo gobernador del estado y en mayo de ese año el Colegio del Estado cambió de nombre a Universidad de Puebla por iniciativa del gobernador. Se fundó el Instituto Iberia, que está a tres calles de la casa sobre la diecisiete poniente. –Sí quisiera hacer un comentario de Maximino Ávila Camacho –se levantó Juanito–. Era el mayor de tres hermanos que siguieron la carrera militar, todos nacidos en Teziutlán, Puebla. Maximino el mayor, luego Manuel y Rafael. Tenían un temperamento muy diferente. El más impulsivo, violento y envidioso fue Maximino, quien durante la Guerra Cristera quemó pueblos y fusiló prisioneros. Además de jugador, fue parrandero y mujeriego. Aquí en Puebla gobernó con mano dura como un dictador. Mantuvo a Puebla fuera de las transformaciones sociales. Se dice que uno de sus allegados y alumno fue Gustavo Diaz Or208
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daz, quien después fue presidente de la República. En 1940, su hermano fue nombrado presidente de la República. Esto purgó a Maximino, quien se consideraba con más derecho al puesto. Se burlaba de su hermano, a quien apodaba Mantecas desde niño. Por lo mismo, don Manuel no le daba puestos de relevancia. Más que hermano parecía su enemigo. Cuando terminó su mandato de gobernador en 1941, el hermano lo nombró secretario de comunicaciones y obras públicas. Trabajaba para ser el siguiente presidente y decidió cerrarle el paso al secretario de gobernación, Miguel Alemán Valdez. En una comida lo llamó facineroso y le anunció que lo mataría.No llegó a consumar su venganza y murió de una forma extraña, probablemente envenenado por substancia proporcionada por un brujo de Catemaco. Es lo que estamos recalcando, los impulsivos se complican la vida social, emocional y espiritual. Faltaba una semana para el examen profesional de Cristina. Había adelantado su pasantía social y pasando la prueba emigraría a Estados Unidos a realizar estudios de posgrado. Estaban sentados los cinco en el escalón que precedía al quicio cuando llegó Sol y saludó a cada uno de mano. Los fue a invitar a su boda en una semana. Una vez completado el mensaje verbal, le pidió a Pipiolo que si la acompañaba. –Encantado, princesa, de atender a tu invitación. Se fueron platicando hasta llegar a la esquina de la cinco sur. Regresó Pepe contento. –Ya tenemos tocada para el próximo domingo. Me pidió la ojiverde que si podía amenizar David, pero le dije que era misión imposible porque el domingo se marcha su prenda amada para Gringolandia para regresar en un año hablando puro english leader. Se me hace que ya no vas a venir a saludar a los pobres vecinderos.
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Cristina se conmocionó con la prosa pipiolera y empezó a llorar, abrazando intensamente a David, suplicando. –No me dejes ir, mi amor. No me dejes ir, me voy a morir sin ti. A Pantera le ganó la emoción y asomaron lágrimas en sus juveniles ojos mientras Cristina sollozaba. –Qué les pasa, muchachos –dijo Juanito oportunamente–. Todavía falta una semana para la partida. Mientras tanto, a gozar la vida. Hay que reír. Ustedes como pareja prodíguense besos, caricias y todo lo que tengan que hacer. Hagan de estos momentos recuerdos inolvidables. –Tiene razón, Juanito. Hay que vivir estos minutos con alegría –dijo Cristina, más compuesta. La semana siguiente Cristina se levantaba muy de mañana, estudiaba todo el día y por las tardes salía con David a perderse en las sábanas del hotel Victoria. La protección sexual de otros tiempos quedó en el olvido y disfrutaron el ahora con ejercicio sexual para guardar esos momentos como un tesoro de la juventud. El examen profesional de la psicóloga fue un viernes a las cinco de la tarde. Estuvieron los cuatro compartiendo lugar con los compañeros de la escuela. En otra área estaban los padres y la familia. El tiempo del reconocimiento fue de 90 minutos, la duración de un partido de futbol. Los árbitros atentos a la jugada, el equipo neurosis no representó problema y la sustentante hizo gala de sus habilidades y anotó tres goles contra cero. El equipo de la esquizofrenia estuvo más reñido porque el grupo presentó más resistencia. El director técnico estaba muy actualizado en el tema y se hizo reñido el debate. Al final, con un remate de cabeza se impuso la estudiante ganando dos por uno. El tercer partido fue el más fácil, un equipo que atacaba con el tema de abuso sexual en niños y adolescentes. La tesis fue su mejor en210
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trenamiento. Se desplazó como diestro jugador y terminó apabullando tres a cero al equipo contrario. Fue llamada por sus colegas, para informarle que era una estudiante brillante, nueva colega psicóloga, aprobada por unanimidad y con derecho a mención honorífica. Le auguraban un futuro profesional prometedor, siempre y cuando continuara por el camino del estudio. En cuanto terminó el examen se fue directo con sus padres y su familia. Allí entre la intimidad estaba un joven que vino desde Estados Unidos a supervisar a la sustentante y a su intelecto. Pocos se dieron cuenta de su presencia. Después de recibir felicitaciones de la familia, se dirigió con sus compañeros y amigos, Juanito, Pipiolo, el Abogado y Pantera. No fue muy efusiva con su amado por miedo a su familia, ya se lo habían advertido desde un día antes. La fiesta continuó en casa de la sustentante donde ellos no acudieron. Le quedaban dos días para partir. En la noche se fueron a sentar al escalón o sala de audiencias. Estaban contentos con el éxito de Cristina aunque no estuviera con ellos. Pipiolo platicaba animoso cerca de Abril, quien se integraba al grupo. –¿Se acuerda de los volados, Juanito? –dijo Pipiolo, pero lo interrumpió el Abogado. –Ya dile tío. –Ya somos parientes, pero deje que legalicemos para ser ya oficiales. ¿Recuerda, apóstol consentido, cuando éramos pequeños y existió el tiempo de los volados? Tentábamos al azar, invitábamos a la suerte. Las pérdidas no eran valiosas, pues se jugaban cinco o diez o veinte centavos. No era trascendente, pero cuando ya era un tostón o un peso calaba. La pérdida tenía más valor. ¿Se acuerda, tío, de aquellos personajes que deambulaban por el barrio con un cajón lleno de merengues y duquesas? Eran famosos por ser jóvenes o señores que les gustaba jugar a los 211
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volados. Era tradicional jugar en busca de la casualidad y podía caer sol o águila. Dejaba de ser eventualidad cuando traían consigo monedas con más peso de una de las caras Nos dijo en clase el licenciado Ventura que en la vida existe la casualidad que el azar es sol o águila, cada momento de la vida nos la estamos jugando cuando no planeamos las cosas. Cuando las decisiones son meditadas con estrategia ya es causalidad. Lo digo porque antes me sentía azaroso y hoy soy afortunado. Tengo motivos suficientes porque estoy enamorado de Abril. Eso cambia la vida y las decisiones. En eso estaba cuando vio venir a lo lejos a Cristina. Se le notaba contenta, y cuando llegó les dio un abrazo a todos en señal de felicidad. Después se fueron los enamorados a divertir. Tomaron rumbo a la cinco sur, como golondrinas enamoradas. Se acercaba el momento de la despedida. Los vieron perderse a lo lejos, entonces reinició el discurso el Pipiolo y empezó a vomitar malestares. –¿Por qué, tío, siento tanto coraje contra Pantera? No me ha hecho nada. Simplemente no soporto verlo feliz. La Cristina se vuelve loca con él. Sol casi me suplica para que lo lleve a la fiesta No entiende la tonta que tiene un compromiso muy grande. Mi prima Carla, que está bien bonita, suspira por este barbón. La tía Georgina dice que es su admiradora número uno. Mejor ahí le paro. Me irrita que lo prefieran las mujeres. ¿Qué tiene de especial que no tengamos nosotros? - se levanta Abril- –Mira, Pepe Pipiolo –alzó la voz Abril–. Para mí no hay hombre más guapo y apuesto que tú. Tienes un diseño Rey Pipiolo de lujo. Es un estilo moderno acompañado de pelo largo, bigote de Dalí y piocha de chichimeca con acabados musculares en cedro. Eres fuerte, resistente, de cerebro inteligente y funcional. Esas características son imán para muchas mujeres. Conste que no soy celosa. ¿Hasta aquí vamos bien? 212
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–Sí, mi amor –contestó Pipiolo–. Cuando los del grupo van a tocar a una fiesta, por ejemplo a Chachapa, si hacemos una encuesta entre las damas sobre sus preferencias físicas y dinámicas de cada personaje del grupo, los resultados van a ser diferentes. Tomás, Raymundo, Ricardo, Gerardo, Cochome, Joel. –Existirán cerebros femeninos en los que tú serás el rey, puesto que eres un personaje principal. Si van a Tepeaca, Amozoc, Atlixco o Cholula, hay la probabilidad de que en uno de estos contextos los cerebros femeninos tengan conceptos diferentes. En unos serás el Rey Pipiolo y en otros te darán calidad de tameme. En gustos se rompen géneros. Ahora voy directo al grano. Tú traes entre ceja y oreja a Pantera porque en secreto estás enamorado de Cristina y de Sol, no me lo vas a negar. Ya lo de tu prima y tía sale sobrando. Son celos infundados. Él no tiene la culpa de tus frustraciones. Puedes darnos mil explicaciones, al final de cuentas esa es mi sospecha. Tú sabes la respuesta, no creas que me enojo. Si te he esperado tanto tiempo es porque eres importante para mí. Más vale hablar derecho aunque duela el pecho. –Tienes razón, Abril. Esa es la mera verdad. No te voy a engañar, me dio coraje verlos felices. Reconozco que soy un imbécil. Te tengo cerca de mí y no te valoro. Discúlpame, tengo que cambiar para ser feliz. Me estoy dando cuenta que me conoces muy bien. –¿Y qué con lo de los volados? –preguntó Juanito. –Discúlpeme, tío. Esto que acaba de suceder son emociones no planeadas, impulsos sin frenos. Son casualidad que se vuelve volados de águila o sol. Reconozco que los pensamientos y acciones meditadas van a ser causalidad. La felicidad no es casualidad sino causalidad. Mi carnal Pantera vive en el mundo de la causalidad. Yo tengo que dejar de ser casualidad. Vienen momentos difíciles para David. Ella así lo ha decidido y debemos estar unidos para ayudarle. 213
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La misa se celebró en el templo del Carmen. Se casó la ojiverde de 22 años con un joven profesor. Suntuoso el templo, adornado estratégicamente con flores de diversos colores y formas, aromas de incienso, la Virgen vestida de café, limpia, sonriente, esperando a sus hijos para unirlos en matrimonio. Se llenaron las bancas de feligreses y entre ellos se encontraban Juanito, Pipiolo, Beto, David y Cristina. Allí estuvieron toda la ceremonia hasta el momento de la felicitación. Cumplieron su compromiso cabalmente, con la que una vez fue sincera con ellos, cuando estuvo enamorada de su príncipe azul. Por la noche la fiesta sería en el salón de los telefonistas amenizada por los Brujos del Ritmo y su vocalista Pipiolo. –En 1938, el presidente Lázaro Cárdenas, junto con el gobernador Maximino Ávila Camacho, colocaron la primera piedra de la presa Valsequillo. Fue inaugurada la primera emisora de radio la XEHR-AM con la frecuencia 1230 KHz por el presidente municipal Rafael Ávila Camacho. En 1940, Francisco Esqueda fundó el Colegio Salesiano Trinidad Sánchez Santos. Este personaje nació en Huamantla, Tlaxcala, en 1859. Estudió en el seminario Palafoxiano en Puebla, fue periodista perseguido y encarcelado por sus críticas a Porfirio Diaz y Francisco I Madero. Ya de regreso nuevamente al país, William O Jenkins forma la cadena de oro, compuesta por los cines Reforma, Guerrero y Colonial, en tanto que los cines Coliseo, Variedades y Constantino eran administrados por los hermanos Espinoza Yglesias. ¿Tío, conoce usted todos estos cines? –Mira, Pepe. Tú sabes que por mi enfermedad, recibir estímulos luminosos constantes es una contraindicación. Me apareció en plena adultez después de un traumatismo craneal. Pero de joven nunca me perdí las películas de Cantinflas, Tin Tan, Pedro Infante, Manuel Medel, Joaquín Pardavé, Elsa Aguirre y María Félix. Mi novia platónica era Miroslava. Esas eran películas, Pipiolo. Tuve la oportunidad de estar en cada una de estas salas, 214
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siempre acompañado de mi novia y ahora mi esposa. Es una diversión sana y familiar. Además me gustaba el diseño interior del cine colonial. –En 1941, el presidente Manuel Ávila Camacho, facilitó que escuelas católicas abrieran sus puertas a la educación. Fue el primer presidente católico. Se fundó el primer estadio de béisbol con tablones y postes de madera, con capacidad para 5,000 aficionados en la 37 poniente y 11 sur. Era del equipo verde Puebla. El primero de septiembre se fundó el Colegio Americano con la contribución de Anne Jenkins. Tenía el propósito de educar a hijos de americanos en Puebla. En 1943, se inauguró la carretera Puebla-Oaxaca por el gobernador Gonzalo Bautista Castillo. Se instaló el hotel Royalty en el portal Hidalgo de la ciudad. En 1944, la colección artística formada por Mariano Bello y Acedo fue admirada en el museo José Luis Bello y González. El 5 de mayo, José García Valseca, poblano, fundó el periódico El Sol de Puebla. El 7 de mayo, se formó el Puebla Futbol Club y el viejo velódromo se convirtió en el parque del mirador que fue la sede del equipo. William O Jenkins, junto con los hermanos Espinoza Yglesias, fundaron la compañía operadora de teatros que llegó a controlar el 80% de los cines del país, así como la producción cinematográfica nacional a la que financiaban casi en su totalidad. –¿No se les hace que en la cronología de Puebla se mencionan mucho a los extranjeros como a este Jenkins? Que creó un emporio en esta ciudad y en el país. Su centro de operaciones era aquí en la ciudad. William fue un hombre muy controvertido por su moral en los negocios. Nació en Tennessee, Estados Unidos en 1878. Vino de vacaciones a Aguascalientes y allí trabajó en Ferrocarriles Nacionales. Reunió en cuatro años un capital de 13,000 pesos. Llegó a Puebla en 1915 y empezó a trabajar en la fabricación de medias y calcetines. Para 1920, ya tenía controlada la industria en todo el país. Para 1938 era dueño de las tierras y el ingenio azucarero de Atencingo, Puebla, que incluía 215
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diez haciendas. La producción de caña en el ingenio se utilizaba para la producción de alcohol y era considerada fantástica. Fíjense bien, el presidente Lázaro Cárdenas lo tenía en su lista de expropiaciones para la nación. Él voluntariamente cedió las tierras al gobierno. Le hizo al actor dramático porque siguió financiando la cosecha de los ingenios quedándose con el producto de la molienda. En 1939 inició con la compra de un cine y para 1953 era dueño de la compañía operadora de teatros en el país. Como persona, William fue un hombre trabajador, metódico y austero. Su vestimenta era sencilla y en pocas ocasiones se le veía con saco y corbata, pues se rehusaba a los actos sociales. Como deportista, fue campeón de tenis durante muchos años en el Club Alfa Uno, del cual era el dueño. Le gustaba jugar ajedrez en la sociedad mutualista. Su casa o vivienda era de modesta condición, en donde pasaba la mayor parte del tiempo. Estaba ubicada arriba de las Fábricas de Francia en la dos oriente y dos sur. Allí estaban también sus oficinas. Tenía una casa campestre en Acapulco construida a petición de sus hijas. Y ustedes se preguntarán, ¿este Pipiolo por qué enaltece a un personaje que fue polémico y controvertido como empresario? Da la causalidad, que toda la fortuna acumulada por este personaje norteamericano, la dejó a cargo de la fundación Mary Street Jenkins en honor a su difunta esposa. Este capital fue destinado para obras de beneficencia en México, un país que no era el suyo, desheredando a todos sus hijos. Como muestra de sus beneficios a la comunidad, está la construcción del Colegio Americano en Puebla, dotación de agua a 36 comunidades poblanas, la construcción de la mayor parte del Instituto Nacional de Cardiología, infraestructura de la Universidad de las Américas en Puebla, la construcción del centro escolar Niños Héroes de Chapultepec. Las donaciones ascendían en el año de 1989 a 380,000 millones de pesos. William dejó estipulado a su patronato la manera como deberían comportarse para administrar los millones de dólares. ¿Cómo les quedó el ojo? Una vida dedicada al trabajo con estrategias financieras capitalistas, que al final son utilizadas para be216
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neficios de la comunidad poblana que lo adoptó como huésped honorario. Controvertido, polémico, pero al final de cuentas un buen hombre. Ojalá así pensaran los políticos mexicanos en invertir lo bien o mal habido para beneficio de los habitantes y sus territorios. ¿Se acuerda, Juanito, de las actividades sociales en la vecindad, la sana convivencia y la fraternidad familiar? El Día de la Independencia, se hacía la noche mexicana. Cada quien elaboraba su platillo favorito y compartíamos el pan en la mesa. Primero las niñas y los niños, luego los jóvenes y al final la gente adulta. No había ingesta de bebidas alcohólicas, sólo aguas frescas o refrescos. La música la aportaban los incipientes Brujos del Ritmo o la Orquesta Negra, que era equivalente a un tocadiscos. Se desarrollaba un baile festivo, alegre y bullanguero con sus tiempos de calma bailando danzón o melodías románticas para tomar o retomar el amor de pareja o música bullanguera para mover el esqueleto. Esas actividades unían a esta extensa familia. –Esa es la tradición, Pipiolo. Que se transmita y recaiga la organización en las nuevas generaciones para que sigan tejiendo lazos de amistad –dijo emocionado Juanito–. – La mera neta, jóvenes, las posadas de la vecindad estaban bien organizadas. Cada vecino seleccionaba su posada y se hacía la procesión alrededor de los dos patios con la aclamación de las letanías. Al final se solicitaba posada y los remilgosos, después de entonar mil y un pretextos, dejaban pasar a los peregrinos, Jesús, María y José. Continuaban los cánticos festivos, echen confites y canelones para los niños que son muy tragones. Ándale, Abril, sal del rincón si no te come la cola el ratón. Ándale, Beto, sal del rincón con la canasta de la colación. Las bolsas con dulces eran el regalo de la posada. Para finalizar con la piñata tiene caca, tiene caca, cacahuates de a montón. Estas tradiciones celebran las dificultades que pasaron los padres de Jesús, el Niño Dios, antes de su nacimiento. Momentos inolvidables que desgraciadamente se están debilitando porque faltan líderes promotores. Antes las organizaba Andreita, la mamá de Pantera. Actualmente se ha extraviado la festividad en esta vecindad y en 217
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el edificio de departamentos en donde vive actualmente. –Recuerdo en una ocasión en que le quemé el pelo con el fuego de la velita a Silvia y mi mamá me dio buenos coscorrones –recordó Beto–. En otra ocasión iba gritando a la hora de la entrada a la casa de Rosita, entren santos perros gringos, en lugar de santos peregrinos, y mi abuelito Eulogio me dio jalón de patillas severo. En esa posada me le declaré a Silvia y me mandó a jugar canicas. –Yo recuerdo en cierta ocasión durante la procesión, jalarle la falda a Hilda. Después me hice el inocente y le sonaron una cachetada a mi compita Beto. Te quedaste sorprendido, pues no sabías la causa, motivo o razón –dijo el Pantera entre risas–. Y yo, privado de la risa. En una ocasión, la oscuridad sirvió de escenario para mi maldad. Cuando terminó la posada me escondí detrás de los lavaderos del primer patio y cuando iba pasando el Canena fingí la voz haciéndola femenina y le dije, papacito, te estoy esperando. No vio a nadie y salió corriendo y llorando. Me salí del escondite, que era un bulto de ropa y me dirigí al zaguán a sentarme en este quicio. Desde aquí escuché a los hermanos y a los padres del chiquillo que le decían que ahí no había nadie y no eran más que figuraciones suyas. Te has de acordar, compadre, que el Canena nunca pasaba solo por el primer patio y menos por el callejón. ¿Quién no recuerda el día que Abril le tocó quebrar la piñata y nos tundió a palos a todos porque andaba más desorientada que la brújula de Cristóbal Colón? A su amado Pipiolo le dio en la cabeza. –¡Sí es cierto, jaja! – dijo Abril, abrazó a su Pepe Pipiolo y le besó la cabeza repetidamente–. En una ocasión, las niñas nos pusimos a contar cuentos de terror y me tocó contar el cuento de un zorrillo que se aparecía en el primer patio en las noches lluviosas o con truenos. Le gustaba comerse a los niños que estaban afuera de su casa. Se los conté con mucho misterio y cuando terminé de contarlo, Lupita del departamento tres se había ori218
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nado. En tiempo posterior, un día empezó a llover y a oscurecer mientras las niñas jugaban en el patio y María salió despavorida hacia su casa. Le gritaron las demás que había olvidado su muñeca y ella les contestó sin dejar de correr que se las regalaba con todo y zorrillo. Todas salieron precipitadamente hacia sus casas en cuanto se acordaron del cuento. Luego de esa historia, Juanito les platicó un relato conmovedor. –Una noche se vinieron a sentar dos niñas de la vecindad. Iban a la primaria y eran muy pequeñas y ustedes ya universitarios. Estaban platicando de sus muñecas y de sus hazañas y aventuras. Pues resultó que las dos eran novias del Pipiolo, del guapo cantante. Se tomaron de las greñas, así dijeron ellas, y las vi tomadas de las trenzas. No se soltaban y así estuvieron unos minutos hasta que encontraron la solución. Una sería la novia del abogado y la más resistente continuó aferrada al Pipiolo. Hicieron el pacto y se acabó la contienda. Cuando ya se estaban yendo hacia sus casas, llegó a sentarse la pequeña Teresita. Llevaba su muñeca rubia y me dijo que la muñeca era su favorita. Se llamaba Cristina porque ella iba a ser así de grande. Las otras dos se rieron. Te falta un muñeco para que sea novio de tu muñeca, les dijo tiernamente. Pantera no necesita muñeca, su novia soy yo, y cuando sea grande me voy a casar con él. Las niñas más grandes se empezaron a burlar de ella, y la más cruel le dijo que no podía ser su novio porque a él le gustaban las muchachas bonitas y ella estaba muy fea. Teresita se metió llorando y abrazando a su muñeca. El mensaje traduce que la crueldad de los niños se vuelve un dardo que puede ser letal para el autoestima de otros compañeros de la vida. A partir de esa fecha, David y Cristina le tomaron aprecio a la niña, que era hija única de doña Cirina, costurera de oficio. Subsistían con lo que ganaba de su trabajo, que no era mucho porque su máquina de coser se descomponía a cada rato. La pareja en forma amistosa, le regalaba frecuentemente dulces. 219
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Pantera simbólicamente le decía que después de Cristina, también ella era su novia. Antes de que partiera Cristina fuera de México, le regaló una muñeca grande que hablaba y caminaba. Dos días antes de la partida de Cristina, estuvieron juntos, aprovecharon el tiempo a lo máximo. No dejaron de tomarse la mano, de besarse, de prodigarse caricias externas e internas. Se iban al hotel desde la media mañana hasta las ocho de la noche. Iban preparados con sándwiches y sodas que llevaban en una hielera. Dominaba la sexualidad fecunda sin protección porque ella así lo decidió en la semana preludio de la despedida. El tiempo no perdona y llegaron las ocho de la noche. La llevó hasta la puerta de su casa y la despedida fue apasionada. Quedaron que en cuanto llegara a Chicago se comunicaría con él por teléfono para avisarle que todo había salido bien. Después le llamaría cuando pudiera para informarle de su evolución en la universidad. –Adiós, amor de mi vida. Espero que regreses pronto –dijo Pantera entristecido. La salida a México era a las cinco de la mañana. No se quiso levantar Cristina, y se puso desafiante. Les gritó que su felicidad estaba en Puebla, que ellos la estaban obligando a partir a un lugar desconocido con gente que apenas si conocía, que poco les importaba su vida y bienestar. No había preparado maletas y la mamá le dijo que se tomara una pastilla para los nervios y que si no se quería ir nadie la iba a obligar. Se la tomó con confianza, pero un ser humano no resiste una benzodiacepina de 10 mg en vigilia. La somnolencia o estupor pueden llegar a la inconsciencia si la persona es susceptible. La subieron al carro en esas condiciones, le pusieron cosas indispensables en una maleta y llegaron a tiempo al aeropuerto de la Ciudad de México. El hermano hizo los trámites necesarios para el viaje y abordó el avión pesadamente ayudada por Emilio Pericoli. Ella creyó que estaba soñando y el hermano respiró profundo cuando ya 220
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estaban sentados en el avión. El viaje tardó seis horas cuarenta y cinco minutos. Llegaron de noche y ya los estaban esperando el novio y la familia. Henry dijo que era amor a primera vista. Emilio les explicó que venía un poco aturdida por el viaje y que tuvieron que darle medicamento para el mareo. La llevaron a su nueva casa, en una hacienda con extensos campos de agricultura y ganadería. Además existía una empacadora de carne. La casa tenía un porche con jardín al frente y en los laterales. La llevaron directo a su recámara, que sería su cuarto de futura esposa. La boda civil se realizó en la ciudad en el registro civil hasta el miércoles, la fecha más cercana que lograron conseguir los abogados de Henry. Ya tenían listo los documentos que les había proporcionado el papá de Cristina, originales legales traducidos al inglés para que pudieran obtener la licencia de matrimonio. Todo en orden por la chucha cuerera del abogado poblano. Ya estaba Cristina en la ciudad de los vientos, en el estado de Illinois. Allí estaba dormida la ingenua, la incauta, la que no tuvo valor de defender su amor, la que dejaba que el destino la dominara porque le faltaba valor para tomar decisiones propias. Allí estaba con la voluntad aletargada, en un mundo por conocer, que le ofrecía estudio, matrimonio, vida social y económica favorable. Una nueva familia, con cultura y emociones diferentes. Por la mañana despertó en un mundo nuevo con la esperanza de un futuro mejor. Los Brujos estuvieron tocando en la fiesta de Sol. La novia estuvo contenta. Así lo había soñado, así se diseñó. Ya para finalizar, Pipiolo estaba sentado en una mesa entre los brazos de Abril. Estaba lloroso y triste, llegó la novia hasta ellos a preguntar qué le pasaba al Pipiolo. Abril le contestó que sí con un gesto y también se veía decaída. –¿Algún problema con el que pueda ayudarles? –No, amiga, gracias. No somos nosotros, es por Pantera. 221
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Se le fueron los borborigmos intestinales al corazón al escuchar eso. –¿Le pasa algo? –No, Solecito. En eso llegó el novio y se la llevó para la toma de fotografías. Se quedó con la incertidumbre que se llevó a la luna de miel. Pantera no se durmió hasta las cinco de la mañana esperando la llamada que nunca llegó. Inició el sexto año de la carrera el lunes primero de enero. Iba desvelado, pero se incorporó al trabajo con mucho entusiasmo y con el corazón desesperado por la falta de noticias de la novia- Se olvidó de los malos pensamientos y trabajó con fervor las actividades médicas correspondientes. Le tocó su primer día de guardia y avisó a mamá y a su hermana mayor María de la Paz que estuvieran pendientes de una llamada de Estados Unidos porque era Cristina. Pidió que le avisaran que estaba de guardia. Así es la vida, la novia de preparatoria y la universidad contrajo matrimonio, se hizo ciudadana americana como oveja dócil y obediente se incorporó a su nueva vida doméstica, familiar y universitaria. No le costó mucho trabajo. Desde la primaria, el padre le dio instrucción en inglés. Parecía una gringa más en Illinois. Estaban sentados en el escalón por la noche, un mes después de la partida de Cristina, tres caballeros entristecidos, Juanito, Pipiolo y el Abogado. Abril los acompañaba y Pantera seguía en sus tareas médicas, por lo que no se había presentado. –Bueno, fueras caras tristes, que aquí no ha pasado nada –sentenció Pipiolo. La historia continúa. Ahora soy yo el que tengo a mi niña consentida cerca de mí. Se besaron y acariciaron como les enseñaron Pantera y Cristina. En 1945, el presidente Manuel Ávila Camacho modificó el artículo tercero de la Constitución cambiando la educación socialista a laica. Se fundó la sociedad 222
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corporativa Estrella Roja que atiende viajes entre Puebla y México. En 1948, se celebró la primera gran vuelta ciclista por etapas, promovida por el empresario poblano José García Valseca. Se fundó el colegio Benavente en las afueras de la ciudad, en la colonia del Carmen. Fue la primera escuela particular. Oyeron bien compañeros, en estas fechas éramos la periferia de la ciudad. Desapareció el equipo de beisbol Puebla a iniciativa de la afición, por no ganar ningún campeonato. Fíjense bien, la afición dejó de ir al parque porque el equipo no funcionaba. En 1950, el estado de Puebla contaba con 1,625,830 habitantes. A instancias del grupo literario Bohemia Poblana, el cuatro de agosto el Congreso del Estado decretó designar a Puebla como Heroica Puebla de Zaragoza. Ojo, chavos. Hasta aquí es historia contada y no vivida por nosotros. Ahora empieza lo vivido por nosotros. En 1951, el gobernador fue Rafael Ávila Camacho. El instituto Oriente abrió su escuela preparatoria particular, la primera en Puebla en la nueve oriente. El empresario poblano Enrique Benítez Reyes impulsó la creación del jardín público Federico Escobedo Tinoco en la colonia del Carmen, con la participación de don Leopoldo Sánchez y el Dr. Domingo Couoh Vázquez. Don Federico Escobedo Tinoco nació en Guanajuato en 1874 y murió en Puebla en 1949. Estudió en Puebla en el seminario Palafoxiano y en Burgos, España. Se ordenó sacerdote en 1899. De 1900 a 1914 impartió clases en el seminario Palafoxiano. En 1921 fue párroco de Teziutlán y llegó a pertenecer al grupo Bohemia Poblana. Escribió más de 50 títulos de libros, folletos y composiciones sueltas, falleció en la ciudad de Puebla. En 1952, el gobernador Rafael Ávila Camacho promulgó la ley de monumentos para proteger las edificaciones antiguas. Aunque el gobierno se reserva la decisión de lo que es valioso y lo que no. Por este motivo se pierden muchos edificios históricos, signo de corrupción. El cinco de mayo se inauguró el estadio Ignacio Zaragoza como sede del equipo de béisbol Puebla, sin ser parte de la liga mexicana de béisbol. Inició operaciones el Centro Escolar Miguel Alemán en Cholula, con 400 alumnos. 223
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En eso estaban cuando apareció Sol. –Buenas noches a todos –dijo y saludó de mano amablemente. –Te ves encantadora, te asentó el matrimonio –le dijo el Abogado. –Gracias, macho –contestó coqueta–. El motivo de mi visita es darle las gracias a los Brujos del Ritmo por su participación en mi boda. Fue una velada fantástica. El segundo motivo es saber qué le pasa al amor de mi vida. Todos se quedaron sorprendidos, se suponía que el amor de su vida era su esposo. –Por favor, Juanito, Pipiolo, Abogado y Abril. Les voy a repetir y a refrescar la memoria. El amor de mi vida es David. Aunque me haya casado mil veces. Quiero a mi esposo, lo respeto, puesto que voy a tener un hijo. Sé que formó parte de una familia, pero no puedo evitar lo que siento. Quiero saber si está bien David. –Todo el grupo la estamos pasando mal –contestó Abril–. Cristina se fue para Estados Unidos y dejó a David. No se ha comunicado ni creo que se vaya a comunicar con él. Le partió el corazón a la mitad, tiene un mes que Pantera no viene. Seguramente está desconsolado o abatido. Qué se yo. Como quien dice, estamos deprimidos, le hace falta al grupo. –Hija de su… En donde la encuentre le voy a partir su madre. No se vale hacerle daño a una persona que es pura ley. Déjenme ver qué puedo hacer para saber la verdad. Si algo le pasa a Pantera, me la van a pagar estos hijos de su… contesta Juanito con serenidad- –No te enojes, Sol. Por el bien de tu embarazo. Todos sabemos un secreto que tienes que prometer y lo vas a compartir con nosotros a calzón fajado. Lo que no quiero es que te vaya a pasar algo a ti o a tu hijo. Sabemos de 224
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tus sentimientos que son inevitables, como tú los has expresado. ¿Prometes guardar el secreto aunque te duela hasta el alma? –Sí, Juanito. Lo prometo ante Dios Padre Todopoderoso. –Cristina se fue a casar con un gringo a Estados Unidos. Para conveniencia de ella y de su familia. Yo le llamo a eso traición por la espalda, con premeditación, alevosía y ventaja. Es una canallada, pero así es. Lo que te voy a pedir es que por favor no hagas ningún comentario. Pantera no lo sabe, él confía que en cualquier momento se comunicará y todo quede en un problema intrascendente. –Qué poquísima madre de esta traidora. Si lo hubiera dicho hace un mes, les juro que no me caso. Así mi sueño se hubiera hecho realidad. Dios no se equivoca y el hubiera no existe. Si de alguna manera puedo ayudarles para la recuperación de David, no duden en avisarme. Gracias, Juanito, por pensar en mi chaval. Él me necesita tranquila, tengo una familia que atender. Se fue llorosa y dolorosa. Le habían quitado la oportunidad de la boca y sólo se quedó en los bigotes el deseo. Pasaron cuatro meses cuando se presentó el Pantera con la sonrisa fresca y el alma politraumatizada. Se la atropellaron sin avisarle. Simplemente lo arrollaron, pero llegó aparentando alegría. –¿Qué jais con la maraña mis ñeros? ¿Qué milanesas que no bisteces? ¿Qué os acontece que aún no anochece? ¿Qué novedades me tienen, amigos? –Aquí mi Juanito, que se nos quiere lanzar para diputado y el Abogado que pronto se nos casa por falta de protección civil – contestó el Pipiolo. –¿En serio, compadre? –Se me fue la pata, carnal. Ahora hay que pagar como el de225
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monio, con matrimonio. Antes de que me regañes, ya presenté el examen profesional. Me fallaste, Pantera. –Venga un abrazo, compadrazo. Sabes que cuentas conmigo para el parto de Lilia y la atención del niño. Felicidades hermano –contestó David emocionado–. Tú, mi Pipiolo, ¿Ya presentaste el examen profesional? –Clarines, mi Pantera –se adelantó Abril–. Ya tenemos abogado. También, antes de que le llames la atención, ya se inscribió para una maestría. El doctorado se lo voy a dar yo. Nos vamos a casar dentro de tres meses. Ya sabes que estás anotado para ser padrino de boda. Abraza a los dos con intensidad. –Bendito Dios, que siempre está con nosotros. Ya sabes que tu primo el Johnny se casó y se fue para Celaya. Tu primo el Guajo se casó y se fue para Veracruz, tu primo Cocol se casó y vive en Cuautla. –Me da gusto, carnales, que a todos les esté yendo bien –contestó melancólico. En este tiempo casi no salgo de la casa, mi papá ha cambiado y se porta de lujo, mi mamá y mis hermanas también. Colocó su cabeza en el hombro de Pipiolo y empezó a sollozar. –No puedo superar esta pérdida tan grande. Por eso no quería venir. Me daba pena rajarme delante de ustedes que son mi familia juvenil. Ha sido difícil no saber de ella, como si se hubiera muerto. Por eso es una pérdida grave, por el silencio que acompaña a la pena. Ya no valen los lamentos ni las explicaciones. Voy a darle un giro a mi vida. Tengo que hacerlo, maestro Juanito. Entre todos lo sentaron. Tenía la cara llena de lágrimas y la ocultaba en el pecho de Juanito. Así permaneció al lado del 226
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maestro unos minutos. De pronto, sintió unas manos pequeñas que acariciaban su cabeza con ternura. Volteó la cabeza y descubrió a Teresita. –¿Qué pasó, mi Pantera? ¿Cuándo me va a cumplir? Ahora yo soy la mera mera. Despegó la cabeza del pecho del maestro y la abrazó intensamente. –Discúlpame, mija. Es que estoy ensayando para una obra de teatro. Le voy a dar muerte a la mala del cuento, aunque para eso tenga que hacer magia. Tú vas a ser mi princesa. Compañeros, son las últimas lágrimas de recuerdos tristes y aciagos. Ya vendrán tiempos mejores. Por el momento sólo Teresita tiene lugar en mi corazón. –Gracias, mi Pantera. Sé que no me fallarás –contestó emocionada. La semana siguiente se incorporó David al grupo con más serenidad. Regresó la galanura al joven seguro de sí mismo, que le daba un toque a su personalidad atractiva. Pipiolo comenzó la lección con los cinco integrantes presentes. –En 1953 se publicó en el diario oficial de la Federación la ley del presidente Adolfo Ruiz Cortines, que permitió el derecho al voto a todas las mujeres en edad de hacerlo. En 1954, se inauguró el Centro Escolar Venustiano Carranza en la ciudad de Tehuacán. Se inauguró en el paseo de San Francisco un busto en bronce y mármol de Tecali del poeta Rafael Cabrera, quien allí solía escribir sus poemas. Abrió su escuela la orden de Franciscanos Centro Escolar Aparicio. En 1955, se formó el frente universitario anticomunista (FUA). En 1956, se abrieron al público los servicios de la fundación Gabriel Pastor para los ancianos de Puebla, en los terrenos aledaños a la colonia Chulavista. Quien cedió los terrenos fue un inmigrante español llamado Gabriel 227
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Pastor Gomilla. Se hizo el proyecto de construcción para el templo de la Medalla Milagrosa, que se inauguró en 1959 y tiene una estatua de San Juan Bautista la Salle. –En esa iglesia fue la ceremonia de graduación de la escuela de medicina –interrumpió Pantera–. Me tocó estar cerca de dos amigos anticlericales y uno de ellos me comentó que un Cristo tenía parálisis facial y el otro una pierna más corta que la otra. Efectivamente, existía lo observado por ellos, que no paraban de reír y al final me contagiaron y el momento se hizo inolvidable por esa gracejada. –Se fundó el Colegio Central en la colonia aledaña al Mirador sobre la 25 oriente. –Allí se la pasaba mi compadre Nacho, persiguiendo a las jovencitas de secundaria cuando íbamos en la prepa –volvió a interrumpir David. –El 22 de noviembre de ese año se aprobó la autonomía de la Universidad de Puebla, liderada por estudiantes del FUA. Se incendió el estadio del Mirador, sede del Puebla FC, por lo que se retiró de la primera división profesional. –Lo mejor que me ha pasado fue formar parte del Centro Escolar –dijo Pantera–. Gustoso regresaría a esa época de gratos recuerdos. No sé si te acuerdes, compadre Beto. En un desfile del 20 de noviembre, iba en la banda de guerra cargando corneta y clarín. Cuando íbamos por la avenida Reforma, exactamente previo al edificio Carolino, un grupo de universitarios aventaron a los jóvenes del centro escolar que iban en las laterales, tirándolos al suelo y gritando obscenidades contra ellos. Después se fueron contra el maestro Ramón que era nuestro director. Le gritaban y lo querían golpear, yo creo que iban marihuanos. Me adelanté y empecé una batalla campal. Recuerdo haber golpeado a dos o tres de ellos con los instrumentos y a patadas. El resto 228
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de mis compañeros se volvieron guerreros y empezó la lucha. La gente empezó a atacar a los universitarios y tuvieron que huir porque la gente los agredió. Continuó el desfile hasta que llegamos a la escuela y cuando íbamos llegando por la diez sur, reapareció el grupo de rufianes. Nos fueron amenazando verbalmente hasta que llegamos a la escuela. Allí nos tuvieron una hora hasta que la policía dispersó a los agresores y los padres de familia que se enteraron de la batalla fueron a recoger a sus hijos. La Vic y yo nos brincamos el puente y nos fuimos abrazados hasta la casa de su tía que estaba en la 19 oriente. En la esquina nos estuvimos besando unos 15 minutos y después ella se fue corriendo a la casa de la tía. En cuanto inicié la marcha, mi primo Cocol me estaba gritando desde su carro, vámonos para la casa. Esperé que la Vic llegara a casa de su tía y luego salí corriendo hacia el carro. Antes de subirme, llegó el novio de la Vic en un Audi último modelo. Cuando subí al carro, iban mis tres primos y dijo cocol, venimos por ti por lo de la bronca del desfile. A ti te vale madre, más pueden unas nalgas que el miedo a que te golpeen. Esa fue una anécdota estudiantil del Centro Escolar. En 1959, el triunfo de la Revolución Cubana llamó la atención internacional y consiguió adeptos al socialismo. Varios maestros de la UAP manifestaron su apoyo a Fidel Castro. El seminario Palafoxiano organizó la primera feria Guadalupana. En 1960, el presidente municipal era Eduardo Cue Merlo. El equipo de los Pericos de Puebla fue nombrado así por su uniforme blanco con verde y porque el estadio Ignacio Zaragoza, sede del equipo, estaba pintado de los mismos colores. Así ha sido, muchachos. Fíjense que esta época ya nos ha tocado vivirla. Qué le puedo decir a mi tío que es más vivillo que nosotros. En Chicago las cosas marchaban bien. Cristina llevaba cinco meses de embarazo, lo mismo que tenía de haberse ido. Henry era una persona seria, amistosa, simpática, pero poco afectiva. Estaba feliz del embarazo de Cristina. Cuando la conoció le anticipó que como secuela de una parotiditis, sus niveles de esper229
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matozoides variaban con frecuencia y tendían a estar bajos y que las opiniones médicas en cuanto reproducción eran controvertidas pero había posibilidades. Ella le platicó de su problema de endometriosis y de las dificultades que representaba para ella concebir familia. A ella se le notaba contenta sin menstruación, sin malestares dolorosos y en un ambiente tranquilo con los satisfactores necesarios, con actividades domésticas en donde nada más dirigía la orquesta. Estaba refinando su carrera profesional de psicóloga. De Puebla y los poblanos ni se acordaba. Su sistema nervioso estaba entrenado para reprimir, suprimir y eliminar, los recuerdos del pasado. Tenía que cuidar su embarazo con la técnica de amnesia retrógrada. En septiembre se casaron don pepe Pipiolo con doña Abril y don Alberto con doña Lidia. Fue un viernes el seleccionado para la ceremonia en las oficinas del registro civil. Cumplieron con todos los requisitos prenupciales. Nadie les solicitó un proyecto de vida en común. Sólo llevaban cargando ilusiones, que es lo mismo que emociones anhelantes de bienestar. No tenían una preparación académica ni práctica para el matrimonio. Así ha sido siempre en la sociedad mexicana. Las emociones efervescentes de los cónyuges, la aceptación de la familia, ylas solemnes ceremonias. Aunque realmente lo importante es el bodorrio, la fiesta, el chupe, los abrazos, las felicitaciones y los buenos deseos. Los adultos comentaban, que Dios los ayude y proteja, porque nosotros ya llevamos carga pesada. Nos faltó implementar una planeación estratégica adecuada. Seguimos permitiendo que nuestros hijos formen familia sin un asesoramiento adecuado con el pretexto de que ya están grandes y son libres de tomar sus decisiones. En el camino se presenta la descomposición familiar y se transforma en social cuando son muchas las parejas que fracasan. Se crea un caos para la crianza de los hijos, que cada vez es más deficiente por la irresponsabilidad de los padres. –Es un comentario social, mi Juanito, no es mala leche –dijo 230
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el Pantera–. Me ha tocado vivir circunstancias familiares que, aunque dicen que los hijos no debemos juzgar a nuestros padres, realmente a los que yo tengo les faltó un proyecto de vida estratégico. Tuvieron deficiente sustentabilidad económica, reprobados en salud psicológica y emocional, estrategias poco saludables en el factor reproductivo y deficiente educación para mejorar el estado social y cultural. Se alcanzó mejorar la jerarquía social por esfuerzos y dedicación personal del grupo, no por estrategia planeada. En general, la crianza tuvo sus deficiencias, pero en la evaluación general, las evidencias marcan calificación aprobatoria. Tienen hijos que siguen el camino del estudio y la superación. No se necesita siempre ciencia para el éxito. El sentido común es una herramienta útil y necesaria, sólo hay que seguir un camino saludable. Se casaron los vecinderos del 310, los primos y los abogados, con sus respectivas princesas. Ambas terminaron la preparatoria y eran secretarias de despacho. No importaba el rango, todos eran personas educadas para el estudio, el trabajo y la convivencia saludable. Sólo hay que planear la vida en común, con objetivos compatibles en la casa, en el trabajo, en la vida social, espiritual, deportiva, recreativa. La buena comunicación y el establecimiento de límites razonables son suficientes para empezar. Lecturas por parte del juez, arenga para la integración familiar, la obediencia, el respeto y la ayuda mutua como objetivo del binomio. Después de unos minutos de discurso, el sello de labios de los contrayentes, que significa el compromiso de que esta fusión será para siempre, que las miradas enamoradas se extravíen ocasionalmente, pero vuelvan cuando más se necesiten, que la unión de manos entrelazados sea el mecanismo conciliatorio en los momentos de tristeza, que los acompañantes presentes, seamos mano amiga en los momentos de necesidad de la pareja. Los contrayentes firmaron una carta de compromiso, para esta231
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blecer una alianza entre dos familias, como lo hacían los nobles del calmecac, alianzas para crecer y desarrollar la familia, para mantener las costumbres y tradiciones saludables. Las felicitaciones fueron el punto final del ritual matrimonial. Que los abrazos sean símbolo de amistad incondicional. Los testigos Juanito y Pantera, fieles en los momentos festivos y dolorosos. La comida sencilla se llevó a cabo en la vivienda de Abril, que ahora compartirá con Pipiolo. Se veían fuertes y amorosos. El pronóstico es bueno para esta pareja. El Abogado tenía más o menos seis meses de haber conocido a Lilia, pero les ganaron las hormonas o les falló la protección. Eran buenas personas y eso es ganancia. Fueron anunciados como padrinos de bautizo de las primicias Pantera y Juanito. Durante el banquete, comieron primero los niños, enseguida los jóvenes y al final los adultos. Se sentó Teresita junto a Pantera, su ahijada de la vida. Estaba cursando la primaria, no estaba fea de la cara, lo que tenía era caída de uno de los párpados y malformación de una oreja. Esto le daba aspecto peculiar, por eso la llamaban fea. Allí estuvieron hasta las diez de la noche, conviviendo amistosamente con los vecinos de toda la vida, parientes por adopción y elección. En septiembre David les comentó que durante tres noches estuvo muy intranquilo, con insomnio. Y durante las pocas horas de sueño tuvo pesadillas. Al cuarto día llegó la paz y la calma. Soñó a Cristina bonita, sonriendo. Quién sabe cuál sería la causa. A miles de kilómetros, Cristina no la estaba pasando muy bien. Nació su hijo por cesárea y durante el procedimiento se encontraron varios tumores y dilataciones varicosas en el útero que dificultaron la extracción del niño. Tuvo sangrado muy abundante, motivo por el cual le tuvieron que transfundir sangre. Hablaron con el esposo ante la imperiosa necesidad de practicar una histerectomía o extirpación del útero. Se efectuó el procedimiento sin complicaciones, pero desgraciadamente ya no podría 232
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tener hijos. Estuvo grave 48 horas en terapia intensiva y hasta entonces conoció a su recién nacido, un varón que pesó 3.500 kg, de piel blanca, pelo rubio, ojos claros amielados, movimientos enérgicos y un lunar color café con leche en la cara interna del muslo. Había gestos panteriles, pero la familia del papá le hallaba parecido a Cristina con facciones y movimientos de Henry. Estaban dichosos. Sólo Cristina sabía la verdad secreta y la guardaba muy profundo en el lóbulo de la ínsula. Cuando tuvo al bebé en brazos, llegó el momento de evocar los recuerdos y el amor perdido. Si como dicen que vives dichoso sin mí, tal vez otros labios te den la ternura que yo no te di. Por el contrario, junto contigo le doy un aplauso a la fe y al amor. Hubo un momento de llanto, no por la pérdida de los genitales internos, sino por el amor que se quedó en su tierra natal. Se entrenó para disimular su pena interna. Esto le permitía convivir sanamente con su pareja y familia adoptiva. Ya no estaba sola. Tenía lo que más deseaba, un hijo de su amado. Los encuentros con los amigos eran frecuentes. El Beto vivía en la misma calle en unos departamentos y Pipiolo en la misma vecindad. Por lo general, las reuniones eran nocturnas. –Ahí les voy, carnales. En 1961, teníamos diez años de edad. Poco recuerdo la lucha entre estudiantes socialistas de la UAP y los de la FUA. Hubo hasta toque de queda y marchas por la ciudad, una lucha entre católicos y comunistas. Se comenzó a construir la fuente de San Miguel en el quiosco del zócalo. En 1962, en la inauguración de la autopista México-Puebla, se conmemoraron 100 años de la gloriosa Batalla de Puebla y se realizó un mega desfile cívico-militar. En el cerro de Guadalupe se creó una unidad que comprende un auditorio, un museo de historia, plaza de banderas, un monumento a la victoria y un museo de los fuertes. Se incorporaron al municipio de Puebla San Felipe Hueyotlipan, San Jerónimo Caleras, Miguel Canoa, La Resurrección y San Francisco Teotimehuacan. Se inauguró 233
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el Club Alfa 2. Se creó la Fundación Tamariz Oropeza, institución de beneficencia privada para atender la salud de quienes menos tienen. En 1963, la ciudad de Puebla contaba con 297,553 habitantes. Se inició el proyecto de construir la Ciudad Universitaria. Murió William O Jenkins, pero antes donó los terrenos que ocupan los fuertes de Loreto y Guadalupe. Fíjense nada más. Ese patrimonio de la nación, en manos de un particular. Resulta increíble. Reapareció el equipo de futbol Puebla Futbol Club. Se iniciaron las obras de entubamiento del río de San Francisco, que atraviesa la ciudad de norte a sur para resolver los problemas de salubridad. Se construyó un boulevard encima del río San Francisco, ahora Boulevard Héroes del Cinco de Mayo. Se notificó que la edificación de Ciudad Universitaria sería en el ejido de San Baltazar Campeche. En 1965, concluyó la instalación de la planta de Volkswagen. El empresario poblano Gabriel Alarcón fundó el periódico el Heraldo de México en México y Puebla. Se empezaron a edificar 102 hectáreas de campus Ciudad Universitaria. Se fundó la fonda de Santa Clara para disfrutar gastronomía poblana en la 3 poniente 307. En 1967, la Fundación Jenkins inició la construcción de la Universidad de las Américas en la Exhacienda Santa Catarina Mártir con 54 hectáreas. En la Exhacienda del Batán, se inauguró el Hospital Psiquiátrico. La fundación entregó un donativo para la dignificación de monumentos como la catedral, la iglesia de Guadalupe, el templo de la Compañía, el templo de San Francisco, la restauración de la Capilla del Rosario y se inauguró el Boulevard Hermanos Serdán. Qué interesantes compadritos. Nos tocó la suerte de la transformación de la ciudad. Es un honor haber vivido estos momentos tan progresistas. –Tiene razón Pipiolo. Vemos los cambios lentos en esta primera mitad del siglo y en los segundos 50 años el crecimiento de Puebla se dispara en forma increíble. Bendito Dios que nos 234
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tocaron estos cambios tan maravillosos –dijo Juanito. Las reuniones de los vecinderos se siguieron realizándose cuando menos una vez a la semana en el quicio o en la casa de Pipiolo y Abril. La polémica era la sazón de las reuniones. Los recuerdos placenteros hacen de la vida instantes no extraviados, resurrecciones divinas que fortalecen el corazón y los deseos de continuar con bienestar. –Este día vamos a continuar con la cronología de 1968 a 1972, los años de formación universitaria. Vamos a ver qué pasó en Puebla mientras devorábamos libros y hacíamos prácticas. En 1968 se fundó el club de empresarios de Puebla. En septiembre ocurrió la masacre de San Miguel Canoa, en donde asesinaron a varios trabajadores de la Universidad de Puebla que habían ido de excursión a La Malinche. El 6 de octubre es inaugurado el estadio Cuauhtémoc por el gobernador Aarón Merino Fernández. El 15 de diciembre se concluyó la Ciudad Universitaria, construcción deportiva y estudiantil que daría vida a este paraje antes rural. En enero de 1969, inauguraron las instalaciones. En ese año empezó el primer noticiero matutino radiofónico en Puebla y en el país, a cargo de Enrique Montero Ponce. En 1970, el estado contaba con dos millones y medio de habitantes y la ciudad o municipio poblano con medio millón de habitantes. Se inauguró la Universidad de las Américas. El Instituto Oriente celebró 100 años de su fundación. El secuestro de autobuses por los estudiantes de la Universidad de Puebla se hizo común. Empezó la época dorada del equipo de futbol Puebla, que ascendió a primera división. En 1971, la XHJE-FM inició transmisiones como filial de Radio Mil, bajo el nombre La Chica Musical. El 12 de abril, el capitán y empresario Carlos Camacho Espíritu, inauguró el zoológico African Safari. Se inauguró en abril el museo José Luis Bello y Zetina. Se creó el equipo de béisbol Ángeles de Puebla, con sede en el estadio olímpico Ignacio Zaragoza. Se inauguró el club Alfa 3 en la colonia Humboldt. Se inauguró el 235
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Instituto Tecnológico de Puebla en la colonia Maravillas. Continuaron los actos violentos entre estudiantes de la unión FUA con estudiantes universitarios y estos acontecimientos violentos ensuciaron la función educativa de las instituciones de educación superior. –Afortunadamente, no me tocó participar en ninguno de los dos lados contendientes. Iba a la escuela a estudiar, a pasármela bien con los compañeros y a disfrutar las actividades escolares –interrumpió Pantera. Terminado el internado de pregrado, aún quedaba mucho camino en la especialidad. Durante la fiesta de año nuevo, Pantera expresó lo siguiente. –Carnalitos, aprovecho el momento para decirles que ya culminé el sexto año de la carrera con aprobación excelente. Ahora sigue el servicio social, me tocó realizarlo en Río Verde, San Luis Potosí, en una clínica hospital del Seguro Social. Así es de que allá los espero. Va a estar difícil venir seguido, porque no cuento con recursos económicos que me lo permitan y con el sueldo apenas me alcanzará para imprimir la tesis y para el examen profesional. De cualquier manera, estamos en comunicación. Recuerden, van dentro de mi corazón, acompañándome en cada actividad médica. Maestro Juanito, estamos en contacto. Se le quiere, se le estima. No se olvide de Pantera. –Cómo crees, mijo. Si eres de mis nietos consentidos. –Mi Pipiolo y Abril, los quiero. Compadre Beto y Lilia, va a nacer niña y voy a ser su padrino. –Vete con cuidado, compadre. No te vayas a casar con una potosina –dijo el Beto. Afuera estaban esperando doña Ciri y Teresita.
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–Hola, guapa. Se te va tu Pantera por un año, pero no se olvidará de ti –dijo, y se acercó a darle un beso en la mejilla, sacó un billete de cien pesos y lo puso entre sus manos–. No te me vayas a casar, Teresita. Estamos comprometidos. –Gracias, Pantera. Dios te lo pague –comentó doña Ciri. –Estoy seguro que sí, doña. Se fue a despedir del tío Chuchín, el único hijo soltero que le quedaba. Los otros estaban casados y fuera de Puebla. Lo quería mucho por el apego incondicional que los unía. El maestro de la vida le dio mil pesos para el viaje y su bendición, deseándole lo mejor para su vida profesional. Mamá Andrea, sus hermanas María de la paz, María Isabel y María del Pilar se pusieron tristes, pues se les iba el consentido de la casa, el alegre, guasón, dicharachero y enamorado. Don Rodrigo le proporcionó dinero necesario para el viaje y alimentos. David llevaba en su maleta ropa de vestir, uniforme blanco, un estetoscopio, un estuche de diagnóstico, un baumanómetro e instrumentos que le había proporcionado su abuelo paterno, Román. El viaje sería de ocho horas, siguiendo la ruta Puebla-México-Querétaro-San Luis Potosí- Río verde. Iba a la aventura. Llevaba consigo el deseo de estudiar, practicar, aprender, servir y trabajar. Se tenía que presentar en el Hospital General de Zona a las ocho de la mañana. Llegó a la terminal a las cinco de la mañana y allí se estuvo. Calculó la distancia a pie al centro de trabajo y en cuanto llegó se presentó en las oficinas de enseñanza. Eran cuatro pasantes, dos mujeres y dos hombres. Dos de San Luis Potosí, una de Tamaulipas y él de Puebla. Se presentaron con el jefe de enseñanza, a quien entregaron la carta que los acreditaba como pasantes en servicio social. El maestro puso las cartas sobre el escritorio, les señaló el modo correcto 237
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de vestir en el hospital y les dio un vale para que pasaran a recoger dos juegos de uniformes médicos con zapatos. El horario de actividades sería de las ocho a las tres de la tarde, de lunes a viernes y estarían asignados a medicina preventiva. Les señaló los programas que ejercerían en el año. En cuanto se fueron los demás compañeros, se acercó David al jefe de enseñanza, el doctor Alejandro. Le preguntó sobre la posibilidad de que hubiera un área para hospedaje de pasantes y le contestó que no, que sólo había cuarto para médicos internos y residentes. El doctor llevó a David a las habitaciones para médicos becarios. Todas estaban ocupadas, pero afortunadamente había una oficina para jefe de becarios que estaba desocupada y tenía lo necesario para una habitación funcional. Era una sala de mediana amplitud que tenía una cama, mesa con dos sillas, refrigerador, closet pequeño, un librero ocupado con libros y revistas, baño completo con sanitario y regadera. Estaba anexo al cuarto de internos y residentes y allí podría quedarse. Le entregaron las llaves al jefe de enseñanza y le autorizó la estancia en esa área exclusiva. –Doctor, antes de darle las gracias, ofrezco mis servicios médicos. Si hay necesidad de que le pueda auxiliar en cualquier turno, estoy dispuesto a la hora que sea –dijo David. –Te lo agradezco, David. Ustedes no vienen al área de hospital, sólo a Medicina Preventiva. No te preocupes, tienes mi autorización para estar aquí hospedado. Los otros dos pasantes son de aquí de San Luis y la otra doctora es hija de un médico tamaulipeco y tiene recursos económicos de sobra. ¿Tú no tienes para hospedaje? –La verdad, no, doctor. Si no hay oportunidad de trabajo como médico, voy a conseguir trabajo extra para sostenerme económicamente. –Esos son los hombres. Vente, barbón. Deja tus cosas y cierra con llave. 238
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Fueron a la sala de enseñanza y el jefe habló por teléfono con su hermano para recomendar a David como mesero para un restaurante. David nunca lo había hecho antes, sería una nueva aventura. Salieron del hospital y le señaló la ruta. –Te vas derecho y a cinco calles sobre esta acera está un restaurante que se llama Don Ricardo. Venden tacos y tortas. Ahí vas a trabajar de mesero. Entras a las ocho de la noche y sales a la una o dos de la mañana. No me vayas a quedar mal. –Muchas gracias, doctor. ¿Su hermano se llama Ricardo? –Buena deducción, muchacho –expresó irónico Alejandro. Entró a su nueva casa y compró utensilios para limpieza. Empezó el aseo y lo vio una compañera de intendencia que entró a limpiar el departamento y a proporcionarle ropa de cama. –Me llamo Rocío –comentó amistosamente–. Voy a reportar el cuarto para que lo vengan a asear en las mañanas. Por la llave no se apure. Ahora le voy a hacer una recomendación para que se ponga abusado. Aquí vivía un pasante igual que usted y cometió el error de prestarle la llave a internos y residentes para meter mujeres. Se lo clausuraron inmediatamente, así es de que póngase listo. –Gracias, Rocío. Se lo agradezco. –¿Cómo se llama, doctor? –David Garrido, para servirle. El descanso fue de lujo. Se levantó temprano y llegó puntual a sus actividades al servicio de medicina preventiva, sinónimo de prevención, promoción y fomento a la salud. Le tocó en el área de prevención oportuna de cáncer, donde tenía que tomar muestras de papanicolau a las mujeres que acudieran por primera vez o a control del mismo. También era obligación impartir 239
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pláticas sobre la prevención de enfermedades transmisibles por vía sexual y métodos de planificación familiar. Compartía trabajo con la enfermera de turno, Lupita, que era una persona mayor. También estaba su compañera Cristal, tampiqueña muy guapa y elaborada a la medida panteril, blanca, delgada, bonita y simpática. Las actividades médicas eran exhaustivas. Días de mucho trabajo, porque estos programas eran prioritarios en la época, sobre todo planificación familiar. David tomaba las muestras, daba pláticas a los derechohabientes, atendía consultas y ayudaba a Lupita a realizar los reportes del día. Vino a ser de gran ayuda para la simpática enfermera que era un amor en persona. Para Lupita era costumbre salir tarde del servicio. No tenía la agudeza visual para realizar los reportes con prontitud, pero ahora salía oportunamente. La pasante médica se la pasaba bostezando y durmiendo. Se preguntaba Pantera si no estaba enferma o drogada. Así pasaron tres meses y apenas si se dirigían la palabra. Lupita la protegía mucho, como a una hija enferma. Cristal se iba a comer con unas amigas residentes y David iba solo al comedor. Durante los últimos dos meses, lo abordaba una exuberante doctora morena, residente de anestesia, que lo invitaba a salir. Él contestaba con masculinidad. –Me apena decirle que no a un monumento de mujer. Le detalló sus actividades y lo invitó a su casa. –Vente un fin de semana desde temprano. No te vas a arrepentir, voy a complacer tus deseos. David contestó que en cuanto tuviera oportunidad acudiría. Realmente no era su tipo, a él le gustaba Cristal. Cumplidos los tres meses del pasantado, fueron a visitarlo las compañeras residentes, amigas de Cristal. Con ellas vivía, y se llamaban Rosalba y Estela. Le detallaron a David que Cristal estaba pasando por una crisis depresiva, que había cortado con el novio universitario, que la engañó con otra compañera del mismo salón de 240
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clases y su estado era muy delicado. Le pidieron que le ayudara a recuperarse, él que estaba todos los días con ella. David les dijo que haría todo lo posible. Las actividades en el restaurante eran agotadoras. Jornadas hasta las dos o tres de la mañana, tenía a su cargo un sector extenso de mesas. Era servicial, no servil, trataba de ser empático, no ridículo, atento, amable, presto en el servicio, un compañero simpático y solidario con cocineras, meseros y trabajadores de la empresa. Don Ricardo estaba contento con David, era un excelente muchacho, educado y de nobles actitudes. Además era guapo y atraía la atención de mujeres en el restaurante. Esa noche, llegaron las amigas tamaulipecas al restaurante. A él no le tocaba atender esa mesa y se cambiaron de área para que fuera él quien las atendiera. Las coquetas amigas de Cristal se mostraban insinuantes. Les tomó la solicitud de servicio y anotó todo cuidadosamente en una pequeña agenda. Se fue a llevar la orden con las cocineras y regresó a su puesto sonriente. –¿Aquí trabajas? –le llamó Cristal. –Sí, compañera. –¿Y no te da vergüenza? –comentó enfadada. David cambió su estilo en la comunicación. –No, doctora. –En lo personal, sería lo último que haría. Ser mesero o sirviente es lo mismo. ¿No crees? –Seguro. Si usted piensa así, está bien. Yo me siento a gusto. –Qué lástima, tan bien que me caías. Ya puedes irte, retírate. Las agresiones verbales le desequilibran el ánimo, y con el sinsabor a cuestas les llevó el servicio a las compañeras de Cristal. A 241
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ella se lo llevó otro mesero y se puso frenética. Se dirigió a David con prepotencia. –¿Por qué no me traes tú mismo el servicio? –Discúlpeme, doctora. Llévatelo y me lo traes tú mismo. Aquí te quiero presto y rápido. El joven colocó el plato y las bebidas en una charola, las llevó a la cocina, las volvió a cargar y llevar con una sonrisa. Los comensales se dieron cuenta de la infame acción, pero él llevó el servicio con una sonrisa bien dibujada de gente noble y bien educada. –Aquí tiene, doctora. Disculpe la tardanza, estoy para servirle. Ella se sacudió la nariz y le dio la servilleta sucia para que se la llevara. El joven la tomó entre sus manos con gentileza y la llevó al cesto de la basura. Entonces se retiró al sanitario a vomitar la saña con la que había sido tratado. No tardó ni dos minutos y salió con las manos limpias, jugueteando con las cocineras y sonriendo a la gente. Llegó un grupo de gente de Estados Unidos. Entre los meseros, pocos hablaban inglés fluido. El compañero mesero que los atendía sudaba por la falta de comprensión, entonces se acercó David. Intercambió palabras en un inglés perfecto mientras le dictaba a su compañero los pedidos y conversaba amenamente con los turistas. Le agradecieron por sus atenciones. Se fue a colocar a su sitio con la sonrisa dibujada. Una de las compañeras de Cristal comentó, refiriéndose a David, éste no se me escapa de las garras. Es guapo, apuesto, inteligente. Es un macho, un toro, me lo voy a conseguir a huevito. Pusieron a David a atender a los americanos y su compañero se encargó de atender a la doctora y compañía. Cuando ya se iban, le dijo Cristal al mesero que mandara llamar al otro mesero. 242
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–¿A quién doctora? –Al que está atendiendo a los gringos. Se acercó a recibir la estocada final, servicial. Cristal le aventó unas monedas a la mesa que cayeron al piso y él respetuosamente les agradeció la visita y dejó las monedas, antes de irse sonriendo a atender a los americanos. Este acontecimiento fue notorio en el establecimiento por la prepotencia y soberbia con que puede ser tratado un ser humano, y aun así contestar con una respuesta educada y generosa. Los estudiantes de una mesa empezaron a aplaudir al joven y se generalizó la ovación. Se fue Cristal con la cola entre las patas. Don Ricardo lo tenía adoptado como un hijo. Lo estimaba por su nobleza, inteligencia y ahora resultó que hasta hablaba inglés. Durante esos meses no había cobrado ni un cinco, pues le pidió al patrón que le guardara el dinero, porque lo iba a utilizar para imprimir la tesis que ya tenía elaborada y para pagar su examen profesional. Tenía ahorrado en el banco las propinas y sólo gastaba lo necesario. Le platicó Ricardo al doctor Alejandro la bajeza de la doctora Cristal en el restaurante al humillar a su compañero delante de toda la concurrencia. Al siguiente día por la mañana, se presentó la doctora Cristal alerta, con la vigilia presente. Llegó altanera, insolente, enojada con la gente y el mundo, sin saludar a los compañeros. –Oye, hijita –le llamó Lupita. ¿No te enseñaron en tu familia a saludar a la gente o a ser amable con los pacientes? Ellos no tienen la culpa de tus problemas o de tu infelicidad. Necesitas entrenar la educación, porque no la venden doctora. La gente aristócrata, la de buena cuna, adquiere estas nobles acciones dentro del seno familiar. Tú pareces que naciste en los arrabales en donde viven los miserables. Así es de que o te comportas en el servicio o te reportó a enseñanza o a la dirección o donde sea necesario. Aquí vienes con actitud amable o te largas. La docto243
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ra se soltó sollozando y se sentó en una silla con las manos apretando la cabeza, después se fue hacia el hospital desesperada a la sala de enseñanza. Allí estaba el doctor Alejandro cuando empezó la plática en donde expulsó los monstruos y fantasmas que arrasaban sus pensamientos para desequilibrar su mente. Los medicamentos que tomaba agravaron el desequilibrio, entró en un mundo virtual. La causa aparente fue un desamor de pareja. Fue atropellada, conmocionada, traumatizada y desastrada por no saber manejar los afectos. Allí estuvo una hora con el jefe de enseñanza. El maestro de adolescentes y jóvenes la derivó para su atención psicológica, ya no psiquiátrica, pues los medicamentos la pusieron caótica. Llegó el papá, médico intensivista de Tampico. Era su hija única y estaba preocupado por ella. Le llamaron las amigas residentes por el comportamiento nocturno. Ambos aceptaron el tratamiento psicológico, retirar a Cristal de sus actividades médicas tentativamente tres días o más tiempo o de plano comentó el papá que suspenderá el servicio social. David continuó su labor médica con Lupita. No necesitaban más gente, ellos dos eran suficientes para atender con cortesía, empatía y amabilidad a la gente que acudía para su atención. Eran un binomio genial. Ella era tía del doctor Alejandro, quien estaba enterado de las actividades de David. Regresó a trabajar una semana después, un lunes. Cristal llegó blanca, bonita, delgada y simpática. Ahora sí era la pasante en servicio social que necesitaba el departamento. Primero saludó amablemente a su llegada y fue bien recibida. Después pidió disculpas a Lupita, mas no a David. Fueron llegando los pacientes. David le propuso tomar un estudio cada uno y ella sonriente le dijo que no sabía tomar las muestras ni se sentía bien para dar pláticas. Le enseñó cómo atender a las pacientes con pudor, respeto, seguridad y cómo colocar a la paciente en posición ginecológica, hacer la toma de la muestra en forma correcta y 244
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con la higiene adecuada, cómo colocar el fluido sobre la laminilla, rotularla con los datos de la paciente, edad, fecha de última menstruación y diagnóstico. Luego hacer las anotaciones en los reportes de Lupita. –Esto si quieres no lo hagas tú, lo hago yo. Pantera estaba acostumbrado a no sufrir. Él decía que no era víctima de nadie y que lo podían ofender las veces que quisieran y él no se iba a doblegar ante la sinrazón o la injusticia. Ese día le pidió a Cristal comer juntos. Fueron al comedor y ella quería pedir una disculpa pero él consideró que no era conveniente. Antes de que ella hablara, él inició el discurso. Le platicó de sus fracasos sentimentales, que cuando estaba en el acmé del placer y el amor de bachiller la Vic emigró a Canadá. Le narró lo ocurrido con Cristina, su novia de secundaria, el segundo año de preparatoria, la carrera universitaria, la decisión de irse a Chicago y apagar la comunicación de la película romántica, sin tener noticia de ella. Una interrogante, un enigma sin descifrar hasta la fecha. –Dios sabe el destino y yo estoy conforme. Me permite conocer otras personas interesantes como tú. No la dejó hablar y regresaron con Lupita. Terminaron los informes y al final le dijo la enfermera a la renovada pasante. –Yo puedo ser tu abuela, nada más déjate querer mi niña. Se le salieron las lágrimas a Cristal y se fue insatisfecha. Quería pedir una disculpa pero no la dejaron. David se subió a su cuarto a prepararse para las actividades vespertinas. A las cinco de la tarde atravesó el boulevard y llegó al parque recreativo. Estaba entrenando a un grupo numeroso de niños que querían ser gimnastas y en un costado del área estaban las madres observando a sus hijos. Otras aprovechaban para hacer 245
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calentamientos. Así estuvieron una hora, entrenando con disciplina, y al finalizar la clase de enseñanza, David se convirtió en una pantera. Se mecía artísticamente sobre las barras paralelas durante 15 minutos y descansaba 5. Procedía a ejercitarse con ejercicios a manos libres sobre el pasto. Era un artista, un acróbata, una marioneta, un rehilete, un maestro de los saltos mortales, doble mortales, un espectáculo para las madres y los niños. Al terminar la clase lo abrazaban y felicitaban efusivamente, y como despedida les recomendaba que al día siguiente habría más entrenamiento, que ensayaran en sus casas y pasaran buena tarde. Cuando estaba guardando sus utensilios deportivos, sorpresivamente se acercó Cristal. –¿Me permites tocar tus hombros y brazos? –Estoy muy sudado, pero si no te importa y no te da asco puedes hacerlo. Cristal se sentó sobre el pasto en un costado de las paralelas. Llevaba ropa deportiva, Lupita le dijo dónde encontrarlo por la tarde, y se sentó enfrente de ella. Entonces David empezó el discurso. –Estoy acostumbrado a la adversidad. Nunca me he rendido, Dios me manda ángeles buenos para protegerme. Mi padre no quería que estudiara pero mi voluntad pudo más que su terquedad. Nací en una vecindad en donde los niños terminando la secundaria se van a trabajar a las fábricas textiles. Pero triunfaron mis sueños sobre los malos augurios. He compartido la vida con mujeres valiosas, mi madre y mis tres hermanas, que han sido manantial de caricias; mis tres novias pasadas han tenido el requisito de ser blancas, delgadas, bonitas y simpáticas. Me han abandonado sin explicación alguna, no me victimizaron y me he repuesto al atropellamiento en el amor. Es parte de la aventura 246
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y el romanticismo. ¿Te imaginas, que chiste que todo siempre saliera bien? Se perdería el interés por la vida y lo importante es encontrarle sentido a la vida. Cuando no van bien las cosas, le pregunto al Señor, ¿qué sigue ahora, Padre mío? y él me contesta alegre, algo mejor, hijo mío. Por eso, nunca seré víctima de nadie. –Oye, mesero. Me estás dando una lección de psicoterapia y tienes razón. No somos víctimas de nadie, no vale la pena sufrir, habiendo gente como tú, tan apuesto y guapo. Eres compañero inteligente, solidario, respetuoso del dolor y el sufrimiento. Te comportas como un caballero ante las ofensas, porque me partiste mi madre ante todos los comensales, haciendo el ridículo más grande de mi vida. No se vale pedir disculpas a la persona que vas a amar. Además no te ofendí a ti, sino al estúpido novio universitario que me partió el alma. No voy a permitir que me la siga partiendo, ni hoy ni nunca. Tienes razón, no soy víctima de nadie y me voy a recuperar. Necesito que me sigas ayudando. Para empezar, permíteme ser tu asesora de gimnasia. –Mañana te entrego tu nombramiento delante de los niños y madres. –Estoy arrepentida por la acción vil, pero gracias a eso descubrí lo noble que eres. Cuando le pregunté al Señor él por qué, me contestó, será un regalo excepcional en tu vida. Gracias, David, por regresarme a una realidad hermosa. Otra cosa más, amigo, ¿te puedo llamar así? –Enterado y de acuerdo, bonita. –Te sugiero que estudiemos juntos para el examen profesional y el de la residencia. –Petición aceptada. Un honor tu compañía, un placer compartir contigo. Me encantas, niña tamaulipeca. 247
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–Otra cosa, David. Nada de hacerle caso a esa residente anestesióloga. No creas que no me doy cuenta. Ese mismo día en la noche, llegaron las cuatro amigas a las tortas y tacos a cenar. Don Ricardo las quería echar, pero David le dijo que no darían problema y que ya habían hablado con él. Se sentaron en una mesa para ser atendidas por el joven mesero. Él se portó galante con ellas y anotó la solicitud del servicio. Fue presto con las cocineras y les pidió de favor no hacer travesuras en sus alimentos, ya que la muchacha estaba drogada por unos medicamentos prescritos por el psiquiatra. Llevó con rapidez las bebidas y alimentos y cuando terminó el servicio, Rosalba, una de las residentes, llamó a David. –Chiquito, estás muy guapo. Lástima que ya estás apartado postal. En esos momentos se levantó Cristal de su asiento y tomó la palabra dirigiéndose a los presentes. Expresó con voz alta para que todos escucharan el mensaje. –Pido una disculpa pública al mesero David, a quien ofendí en este establecimiento la semana pasada. Estaba bajo el efecto de unos fármacos que me mandó el psiquiatra y me provocaron un caos cerebral. Lo siento en verdad, reconozco que es una persona valiosa. Para los que no lo saben, es médico pasante en servicio social, trabaja en un hospital del IMSS y es trabajador de este restaurante para costear su tesis y examen profesional. Le pido una disculpa a mi amigo y compañero David. Lo abrazó y temerariamente lo besó en la boca. Toda la concurrencia aplaudió. Cuando se sentó, le dijo a Rosalba y Estela, ya saben David tiene dueño, ni se les vaya a ocurrir. El joven sonrió nerviosamente y habló fuerte. –Gracias, doctora. Acepto la disculpa, no había necesidad. Pero ese beso tiene compromiso. 248
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Al día siguiente, delante de madre y niños, nombró a su asistente en las clases gimnásticas. En ese mismo discurso, él le dijo hincado a Cristal delante de todos. –Sé que las heridas de amor recientes cicatrizan lentamente. La solución para sanar esas lesiones es que llegue un afecto que sea más poderoso, sincero y leal. Por eso te pido, doctora de Cristal, que te vuelvas de Acero y aceptes mi petición para ser novios. Si no me contestas hoy, a más tardar mañana. Todos los presentes, y sobre todo los niños, hicieron bulla. Iniciaron las actividades, y ahora el entrenamiento consistía en echar maromas. A los más pequeños los asistía Cristal y los más grandes eran asistidos por David en las barras paralelas. Terminaron exhaustos. Cuando estaban recogiendo sus utensilios deportivos, se levantó como de rayo Cristal. –No se me vayan sin escuchar este mensaje. Dijo Dios, no dejes para mañana lo que tienes que hacer hoy –dijo delante de todos–. Antes de que te arrepientas, mi amor, te doy la respuesta anhelada. Sí te acepto como novio en este día maravilloso. David llegó como de rayo a su lado y con un beso apasionado selló el compromiso. –Hasta mañana, gente. Pasen buena tarde. David era muy efusivo y alegre. Saludaba de beso y abrazo a Lupita y a veces hasta bailaba con ella un vals o danzón. Él iba tarareando la melodía y la senecta mujer se dejaba conducir. Ahora esperó a Cristal en la entrada y la recibió con los brazos abiertos. La besó, la tomó de las manos y le dio de vueltas. Ella se dejó conducir. Era la muchacha original, no la inhibida ni reprimida. Era una chica enamorada. Continuaron con sus actividades alegres y la gente recibía una atención cálida y con calidad. Por las tardes continuaban la gimnasia gratuita y estudiaban para los exámenes. David se iba a trabajar y al otro 249
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día volvía la felicidad. Una persona los observaba escondida a través de los vidrios de la farmacia que estaba en la entrada del hospital. Allí estaba don Eduardo espiando los movimientos de su hija enamorada. Nunca la había visto así y se asomaban las lágrimas a sus ojos de la emoción. Estuvo presente en una banca cercana en el momento de la declaración del novio. Estaba feliz y contento. Ya se podía ir tranquilo, la dejaba en buenas manos. El Día del niño se disfrazaron de payasitos y acudieron a la clase festivos. Realizaron ejercicios rutinarios, luego Cristal los sentó en círculo y les contó historias fantásticas sobre super héroes y heroínas. Les narró un cuento enternecedor sobre los protagonistas de la fecundación, resaltando que todos ellos eran producto del amor. Luego bailaron música alegre, rompieron una piñata, y recibieron como regalo una bolsa con dulces. Fue un día inolvidable para todos. Se tomaron fotografías como recuerdo perdurable a través del tiempo. David la consentía demasiado y ella buscaba la manera de que la complaciera. Se atendían mutuamente como lo hacen los enamorados. No necesitaban preguntarles si se amaban, las muestras de cortesía que se prodigaban los delataban como excelentes amantes. Le platicó Cristal que su familia practicaba la religión cristiana y que las muestras de afecto en la relación de pareja eran más discretas y menos efusivas. Que las caricias que recibía de David eran atrevidas y le desencadenaban sensaciones eróticas placenteras que jamás había experimentado. Tenían que ser analizadas por ambos, disminuir la expresión o dejarlas que siguieran su curso. –Yo solamente expreso lo que siento. Soy deportista y traigo los niveles de testosterona altos –contestó David–. El responsable es el sistema retículo endoplásmico de cada célula, responsable de sintetizar tantas hormonas esteroideas. Con el ejercicio las 250
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feromonas se mantienen a la alza y las neuronas son traviesas. No se diga la hormona lúteo estimulante, hay que regañar a la hipófisis. Fisiológicamente mi organismo responde al atractivo. Cuando estás cerca de mí, siento tu cuerpo que es incentivo. Estoy hechizado por ti desde el primer día que llegué. Desde entonces te he sido fiel, me apasiona besarte y sentirte. Si tengo que disminuir o reprimir la intensidad de los afectos ten por seguro que lo haré. Lo que decidas, mi niña, es orden para mí. –Bueno, si es fisiología yo traigo los estrógenos y la foliculoestimulante hasta la coronilla. Dios nos hizo jóvenes, sólo respondemos al aliciente. He meditado seriamente hasta quedar convencida de que estoy enamorada desde que empezamos el pasantado. Me resistí desde el primer día pero ya no puedo más. Te amo, David de mi vida. Una mujer bonita convence, conmueve y vence obstáculos con una sonrisa. Cristal le solicitó al Dr. Alejandro permiso en las tardes para acompañar a David en su cuarto. Ambos estaban terminando la tesis y se estaban ayudando. Argumentó que en su casa eran tres los huéspedes y no los dejaban concentrarse porque interrumpían a cada rato. Además sus compañeras llevaban a sus novios y se volvía una feria. –Le prometo que dejamos la puerta abierta para que no haya malos entendidos. –Está ,doctora, con la puerta abierta. Porque si la cierras, como te veo de enamorada creo que te puede ir muy bien en el amor. Además no le puedo negar nada a la novia de mi sobrino. ¡Sí, Cristal, no te sorprendas! Rodrigo es mi primo y es el papá de David. Un hombre impositivo, tirano y dictador. Con esas condiciones militares ha hecho un hombre responsable a mi sobrino. Por eso a Pantera así le dicen desde niño. Tiene que trabajar, el papá es sumamente rígido y hasta abusivo con el muchacho. David no sabe nada del parentesco, no se te vaya a ocurrir de251
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cirle por favor. Pasando a otro tema, los felicito. Me gusta la manera como se tratan. Son una pareja de novios encantadora. Así es que adelante con el proyecto. Nada más no cierres la puerta, Cristal, porque puedes perder la galanura. –Gracias por el consejo, tío. Voy tomar en cuenta su consejo. Las compañeras residentes, amigas de Cristal, estaban sorprendidas por su comportamiento. En Tampico era una mojigata. En los ritos religiosos y en todos los lugares andaba con el novio tomado de la mano. Sólo se permitían un beso sutil. Cuando el exnovio se separó de Cristal, se fue al otro extremo. Se hizo novio de Pirulina, una compañera que era pólvora. Lo cornamentó las veces que se le dio la gana. Humberto no la dejaba porque conoció el néctar sexual y se hizo adicto. Hasta que, por causa de ella, unos maleantes le pusieron una madrina espectacular que lo dejó una semana en el hospital y aprendió que juntarse con personas maldadosas no es bueno. –Cristal ahora tiene un comportamiento diferente –comentó Rosalba–. Está enamorada de un galán varonil, que con su comportamiento afectivo le está enseñando el camino de la sexualidad con libertad saludable, alegre, divertida y respetuosa. Está en el cielo del placer. Yo también lo estaría si David estuviera enamorada de mí. Pero ya vez, no le hizo caso a la anestesióloga exuberante que se quedó frustrada. Qué esperamos nosotras. Las actividades se modificaron por la tesis de Cristal. Se reunían en el cuarto del hospital para completar el argumento, traían libros de la biblioteca sobre las enfermedades genéticas en pediatría pues era el tema que abordaba la pasante. David terminó la tesis, que abordaba la presentación de tres casos de una enfermedad dermatológica llamada miasis furunculosa en pacientes del estado de Chiapas. La realizó durante el internado de pregrado y estaba supervisada por el asesor maestro dermatólogo de Puebla. Su hermana María de la Paz la llevó al médico 252
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supervisor del argumento, quien había autorizado la impresión. El único cambio relevante durante el pasantado era la dedicación amorosa a Cristal. Así estuvieron los siguientes tres meses hasta que terminaron la tesis. Ella dejó de ir a Tampico varias semanas, motivo por el cual sus padres la sorprendieron un fin de semana. También llegaron Pipiolo y el Abogado con sus esposas a la mitad del servicio social. Dos días antes le avisaron los amigos de su llegada y en cuanto se enteró se fue a alquilar dos cabañas cercanas al hospital. Allí se iba a quedar David cuando llegó a Río Verde. Sacó del banco parte de los ahorros y pagó el monto correspondiente para los dos días de estancia de la pareja. De nada sirve el dinero si no se comparte con la gente que se ama. Era sábado por la mañana, cuando Cristal fue a avisarle al enamorado que sus papás habían llegado y que no se iban a ver dos días. Se despidieron con un beso apasionado a las puertas del hospital. Cuando Cristal se iba llegaron los amigos poblanos y alcanzó el tiempo para hacer las presentaciones correspondientes. Cuando se fue Cris, los amigos se dieron un abrazo efusivo de oso grizzly. Lilia y Abril correspondieron gustosas de verlo después de seis meses de ausencia. –Oye, Pantera. Las mandas a elaborar con el mismo molde –dijo Abril. Tu novia se parece mucho a Cristina. Aunque con todo respeto, Cristal es más bonita y simpática. –Compadrito, yo también pensé lo mismo –dijo a su vez el Abogado–. ¿Ella es doctora verdad? –Sí, también es pasante en servicio social tamaulipeca. –Me da gusto verte contento, carnalito –dijo Pipiolo–. Qué bueno que estás en franca recuperación. –Bueno, jóvenes. Antes de que Lilia se incomode por el emba253
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razo, déjenme llevarlos a sus suites donde van a pernoctar. Los llevó a las cabañas y les pareció un detalle de lujo. Imaginaron una luna de miel y dejaron el equipaje en las cabañas. –Ahora vamos a desayunar, la casa invita. Estoy contento de tenerlos conmigo. Me hacen dichoso porque en este lugar tengo amigos pero no familia. En el camino, David les explicó por qué se fue Cristal. –¿Cómo estuvo el viaje Lilia? –Un poco pesado, compadre. No estoy acostumbrada a viajar, sin embargo, me siento liberada y muy contenta. –Qué bueno que llegaron bien –contestó David–. Estos dos días los voy a llevar a desayunar enchiladas rioverdenses, que son gorditas de maíz rellenas de papa con chorizo, acompañadas de cecina y chiles en vinagre. Aunque ustedes escojan el menú, enchiladas potosinas, caldo huasteco, quesadillas rojas, frijoles con cola de cerdo, queso de tuna, panecitos de pulque, gelatina de tuna, capirotada, atole de aguamiel, pulque o colonche, que es la bebida tradicional elaborada con tunas maceradas en alcohol con azúcar y canela. Eso para comer en el día, y por la noche vamos a comer tortas o tacos de carne. Van a ver qué sabrosos están con el señor Ricardo. Los llevó a conocer la parroquia de Santa Catarina, el templo de la Divina Pastora, el Museo Regional y el Museo Interactivo Colibrí. Los llevó a la laguna de Media Luna, una joya recreativa y fascinante, con sus piscinas de aguas termales y terrenos boscosos. Allí estuvieron la mayor parte del día y luego visitaron las grutas de la Catedral y del Ángel. Por la tarde se sentaron en el parque a platicar de las novedades en la familia. David les manifestó que hablaba con su familia por la noche, antes de irse al trabajo. 254
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–Todos bien, gracias a Dios. El tío Chuchín, excelente. Abril le comentó que en la vecindad había pocas novedades. Los chavales creciendo, ya no había ingresos a la universidad, pues los muchachos iban directo a trabajar a los textiles. Ya se habían casado Aida, Olivia, María Elena, Elvia, Ricardo y Pedro. –De nuestra edad ya nada más tu compadre quedas vivito y coleando. Teresita ya está en la secundaria y se le está formando un cuerpo muy bonito. Te manda saludos. –Le regresan los saludos a Teresita y a Cirinita. Si Dios me presta vida en dos meses voy al examen profesional. Ya los voy a alcanzar profesionalmente, pillines. Noto a mi compadre Pipiolo muy callado. –He tenido mucho trabajo en el despecho, carnal –respondió el aludido–. De esos casos que te desgastan, porque hay que estudiar y pensar estrategias para ayudar a las personas. Lo relevante es que me siento agusto con Abril. Tenemos buena conexión, nos atendemos mutuamente y nos consentimos. Nos enseñaste el camino carnal. Lilia y Abril van a ingresar a la facultad de derecho. –Respecto a nosotros, Lilia lleva cinco meses de embarazo – dijo Beto–. Gracias a Dios, todo bien. Allí está tu ahijado, esperando el momento del nacimiento para que lo apadrines. A las siete de la noche, Pantera les dijo que tenía que ir a trabajar. Antes de despedirse les comentó que los esperaba a las diez de la noche para la cena en el restaurante y que pidieran lo que quisieran, que él invitaba. Cuando iban rumbo a las cabañas lo alcanzó Pipiolo. –Oye, carnal. Disculpa las molestias. Este viaje estaba bien pla255
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neado, pero lo que pasa es que me iban a pagar una feria el día de ayer y me quedaron mal. Necesito 500 pesos que nos faltan para el viaje de regreso. Cuando vayas a Puebla te los pago. –No hay fijón, hermano. Cuenta con ellos. Dios proveerá, eso te lo garantizo. David estaba enterado que no sobraba el dinero, pero en esas circunstancias no podía desamparar a sus hermanos. Además de generoso, estaba seguro que Dios abastecería las arcas mercantiles. Empezó la faena con intensidad y le dijo a don Ricardo que iban a ir dos matrimonios a cenar y que eran sus invitados. Que lo consumido lo cobrara de su salario. El patrón expresó que no había problema. La noche sabatina por lo general era muy concurrida. Estaba apurado atendiendo a los clientes cuando para su sorpresa, llegaron a las mesas a su cuidado Cristal y sus padres. Iba hermosa y llamaba la atención su elegancia. Llevaba un vestido azul cielo, una balerina blanca adornando el cabello. David se presentó cortés y amable. Estaba atento a la solicitud de servicio y ella estaba muy nerviosa. –Buenas noches, doctora –le cerró el ojo como código de no te pongas ansiosa, yo entiendo cualquier circunstancia. Anotó con cuidados las órdenes indicadas y se dirigió a la cocina con alegría para los preparativos. Le encargó a las cocineras esmero y rapidez para sus suegros. La mamá comentó a Cristal en voz baja, perdóname, Señor, qué hombre tan guapo y apuesto. Así hasta dan ganas de venir a cenar. ¿No estará en el menú? –Te va a castigar Dios, mamá pecaminosa. –Es sólo un comentario travieso, mi niña. –Me acordé de un chiste –dijo el padre entre risas. La noche transcurrió tranquila. David estaba ansioso y se dio 256
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cuenta que aún no llegaban sus invitados. En eso estaban cuando en forma intempestiva, bajó de un auto un individuo elegantemente vestido. Era alto, fornido y se acercó furioso ofendiendo a don Ricardo. Lo quería golpear y le gritaba que lo iba a matar si seguía cortejando a su mamá. En un descuido del mesero de la puerta que conducía a la caja de cobro, penetró el individuo al interior y empezó a golpear al dueño. David brincó como un felino hacia el interior, enfrentó al individuo y lo sometió en unos minutos. Allí lo tenía sometido en el suelo mientras él le gritaba, suéltame, barbón. La bronca no es contigo. Suéltame, por favor, me falta el aire. –Amigo, prométeme que vas a arreglar tu problema tranquilo y sin violencia. –No te prometo nada –dijo el sometido. David intensificó el castigo con una llave de jiujitsu hasta que el agresor pidió clemencia. –Te juro que no voy a agredir a nadie –y se levantó adolorido. Don Ricardo no lo podía creer. Era su hijo,hasta ahora desconocido, el que lo quería golpear. Lo hizo pasar al despacho y allí estuvieron hablando largo tiempo. Le encargó la caja a David en cuanto pasó el percance y pidió a la gente serenidad. –Tranquilos, señoras y señores. Sólo fue un malentendido. Encendió un casete de música instrumental y la gente comió más lento para que la digestión se procesara mejor. Escuchando el sonido de la música suave, la gente disfrutó la comida y la velada romántica. Cristal se levantó y fue a verlo. –¿Estás bien, mi amor? Sí, estoy bien. ¿Tú estás contenta? –Feliz, David. Sacaste lo felino. 257
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Cuando regresó a su mesa la mamá le preguntó si lo conocía. –Cómo no lo voy a conocer si es mi novio. La mamá se estremeció y el papá empezó a toser. –¿Qué dijiste? –Lo que oíste, mamá. Es médico pasante igual que yo. Es mi novio y se llama David. La mamá se tranquilizó y ahora la sorprendida era Cristal. –¿Él es David? El responsable de tu curación, el antídoto de tu tristeza, el motivo de tu ansiedad durante la lucha. –¿Tú cómo sabes? ¿Cómo lo conoces? Quién te dijo? –Me lo comentó don Eduardo, tu padre el consentidor. –¿Y a usted quién se lo dijo, papá? –Nadie, mi niña. Fui testigo de la declaración en el parque, de las clases de gimnasia, de los besos, los bailes, los rehiletes, el día de los payasitos, y soy afortunado de contemplar a mi hermosa princesa contenta y enamorada. Hasta que encontraste tu personalidad original. Eres autentica, dejaste fluir el amor reprimido que estaba escondido. Esa es mi hija, la niña feliz que yo quería ver. David es igual que yo, apuesto, simpático, tesonero, atrevido, un luchador de la vida. Cuando le platiqué a tu mamá se puso contenta y aquí estamos dispuestos para conocerlo. –No te agüites, viejo –manifestó la juguetona mamá–. Ambos son luchadores, pero él no es tan guapo y apuesto como tú, mi viejito hermoso. Se recuperó la calma en el vestidor y salió don Ricardo abrazado del sujeto juvenil. Se pararon en el frente del negocio y les pidió atención a su estimada clientela. 258
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–Tengo el honor de comunicarles que hoy he recibido la visita de un ser añorado toda la vida, mi hijo Florentino. Por circunstancias del destino fue a parar con su madre a España y hoy regresó. Su presencia es mi dicha. Por este regalo de Dios, las cuentas de comida se pagarán a la mitad y las bebidas serán gratis. ¡Doble sueldo hoy a los trabajadores! Las sorpresas continúan. El día de hoy, saco del anonimato a mi sobrino David. Sí, tú, David. Ven acá, eres mi sobrino. Tu padre, el renegado Rodrigo, es mi primo. Lo supe desde que llegaste al negocio. Gracias, estimada clientela, por esta dicha y regalo de Dios. La función continuó. Todo mundo a sus puestos. Se acercó David para el servicio y le pidieron que se sentara a la mesa con ellos. –No puedo, señora, pero les agradezco. Luego me llaman la atención. –¿Quién? –le preguntó don Eduardo–. Ese Ricardo me hace los mandados. Es mi amigo. –Sobrino, siéntate a conocer a tus suegros –le gritó el patrón desde la caja. Lo abordó doña Natalia. –A ver, guapo. Cuéntame sobre su noviazgo. –Qué le puedo decir señora. Así como a mi tío le mandó Dios un regalo el día de hoy, a mí también me envió a este lugar para conocer a la persona más maravillosa que existe. La amo, señora. Tengo muchas palabras, sólo deme la oportunidad de mostrarle con hechos de lo que somos capaces de hacer juntos. –¿Tú que dices Cristal? –dijo dirigiéndose a su hija–. –Lo amo farmacocineticamente, como un fármaco que se prende de un receptor diseñado en forma específica. Yo soy la 259
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chapa y él es la llave que ha abierto el camino al amor. Jamás pensé que hubiera sensaciones tan maravillosas. No creo que haya otro fármaco tan similar y si los hay están en el lugar equivocado. –Vamos a dejar correr la vida y que este par de enamorados sea dichoso ante los ojos de Dios. Se levantó don Eduardo y abrazó efusivamente a sus hijos consentidos. –Cuídamela mucho –le dijo doña Natalia a David–. Espero que como están de enamorados se casen pronto. Me urge tener nietos, ¿oíste bien? Los suegros se despidieron de don Ricardo agradeciendo sus atenciones. Antes de irse al hotel, don Eduardo se acercó a hablar con David. –Te voy a decir hijo porque nunca he tenido ninguno. Me hace dichoso saber que atiendes a mi hija con mucho amor. A propósito, se me estaba olvidando. Por el Pipiolo y compañía, no te apures, hijo. Son excelentes personas y los mandamos cenar a otro restaurante. Incluso les di dinero para el viaje de regreso. Así que no te preocupes, hijo. –Gracias, don Eduardo –comentó David y se despidió de su amada tiernamente–. Te amo, chiquilla traviesa. Te lo dije, los que tienen confianza en Dios nunca son defraudados. Como a las 12 de la noche llegaron los hermanos del alma y se sentaron a tomar bebidas. Ya habían cenado pescado y mariscos e iban satisfechos. –Tienes unos suegros de lujo. Son a todo dar y se me hace que pronto te nos casas –dijo el Abogado admirado. Estuvieron un 260
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rato disfrutando de la música y las bebidas y se fueron felices, quedando de verse por la mañana. Cuando terminó la faena don Ricardo llamó a su oficina a David. –Gracias, hijo. Ya me había dicho Chuchín que eras cinta negra y me siento orgulloso de ti. Gracias por la defensa, si no mi propio hijo me hubiera despedazado. –Caray, ahora que sé que es mi tío me da pena con usted. Antes como patrón me gustaba la relación, pero ahora siento menos confianza y tengo que superarlo. Deseo seguir en la actividad que me ha dado grata satisfacción. Don Ricardo, necesito 1,500 pesos para mandar a imprimir mi tesis. –Desde luego, hijo. Tienes 5,000 pesos ahorrados menos 1,500 quedan 3,500. Cuentas claras, amistades largas, sobrino. –Gracias, tío. Hasta mañana. El Abogado se llevó la tesis y los 1,500 pesos del costo para entregárselos al primo Ernesto, quien elaboraría en offset cien copias del argumento. Posteriormente las recogió María de la Paz, hermana mayor de Pantera. Continuaron con los preparativos para el examen. Terminaron de elaborar la tesis de Cristal en la suite de la pasantía una tarde de julio. Después de mucho tiempo que estuvo abierta, a nadie le llamó la atención que estuviera cerrada la puerta. Se lo advirtió el doctor Alejandro, si la cierras puede que te vaya bien. Y así fue, las caricias externas se volvieron internas, se volvió irrefrenable el deseo de la sexualidad y se subieron las hormonas. No hubo obstáculos, los amantes iniciaron en cascada el protocolo de la sexualidad. Caricias estimulantes, reconocimiento de piel con piel, mucosa con mucosa, estremecimientos y suspiros en sinfonía. Se consumó la cubrición con protección. Una expe261
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riencia nueva y divina para Cristal, inolvidable para David. Este episodio era para Pantera una experiencia diferente, tierna, sutil, delicada con un afecto especial, indiscutiblemente mejor que las veces anteriores. Se fue entregando poco a poco con el ser que deseaba y no se quedó sin explorar ningún rincón del cuerpo de la amada. Ella correspondió de la misma forma. Existía una fuerza tan fuerte e irresistible que acercaba los cuerpos, que era imposible separarlos. Así se fue integrando el carnaval de amor y sexualidad. Se fue elaborando como los postres de frutas, con variedad, madurez, nuevas sensaciones, olores, sabores, sensaciones de exquisitez y satisfacción. Llegaron hasta la cúpula blanca del Taj Mahal en un acto de esplendor que iluminó el alma de los amantes. Cuando la novedad en el circuito del amor es agradable sigue un rumbo recurrente, se vuelve un círculo donde se empieza y termina un ciclo que puede repetirse indefinidamente. El ejercicio sexual entre los estudiantes prosiguió disfrazando las apariencias. En ocasiones dejaban la puerta abierta y cuando consideraban conveniente la cerraban. En otras ocasiones hacían simulacro de salida para que los otros estudiantes pensaran que ya se habían ido. Así estuvieron los 31 días de julio y en agosto continuaron las citas sexualizadas. Pararon porque el 15 era el examen de David en la ciudad de Puebla. Ninguno de los dos había salido de vacaciones. Primero David solicitó el permiso por tres días a la jefatura de enseñanza. Era licencia obligatoria para el examen profesional del aspirante y le fue concedido en forma reglamentaria. David habló con los padres de Cristal y los invitó a su examen profesional. Comentaron que no era posible porque en septiembre se jubilada el doctor Eduardo y ella tenía trabajo en su despacho de abogada. –Entonces quiero ver si dejan ir a Cristal conmigo a Puebla 262
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para que me acompañe. Se quedaría en casa de mis tíos y ella está puesta con las maletas en la puerta. La decisión final es de ustedes. –Déjame hablar con mi esposo y nos comunicamos con ella –dijo doña Natalia. En la noche hablaron telefónicamente con Cristal y le preguntaron sobre su estado de salud. Cris les dijo que se sentía muy bien física, psicológicamente, social, emocional y espiritualmente. Que el noviazgo estaba en las puertas del cielo y les confesó que tenía vida sexual activa con David con protección y era una experiencia divina, sin olvidar que Dios estaba presente. –Nos amamos, mamá. No es capricho, es una fuerza irresistible. –¿Con quién vas a llegar? –Con la familia de David. Me voy a quedar con la familia de su tío Chuchín, primo del doctor Alejandro. –¿Estás segura que quieres ir? –Es un deseo muy grande viajar al lado de mi amado. Estar con él en esta empresa que elaboramos juntos. –Está bien. Si tu papá está de acuerdo, ve, hija, y sé feliz. Te amamos. Hicieron ocho horas de viaje y tuvieron que trasbordar en México en la central camionera. Se le hacía increíble viajar sola con David. Se sentía plenamente identificada y segura con él. Ahora estaban juntos, cerca los corazones de ambos y platicaron todo lo que podían. Cristal se notaba cansada, dormía mucho. Cuando llegaron a la central camionera de Puebla los estaba esperando sorpresivamente su papá, Rodrigo. 263
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–¿Qué pasó, hijo? –dijo y le dio un fuerte apretujón torácico, luego le extendió la mano a la doctora y le proporcionó un abrazo–. Bienvenida a su casa doctora. –Dígame Cris o Cristal, como usted quiera. Don Rodrigo estaba contento. Pocas veces se presentaba el milagro. Los llevó hasta su Galaxie de modelo atrasado y le fue explicando a Cristal durante el camino los puntos importantes de Puebla. Llegaron a la casa en los departamentos del 316. Ella se imaginaba un barrio pobre, pero esta era una colonia urbana, con la mayoría de las casas de estilo colonial. La gente se apreciaba con vestimenta normal. Los padres de David eran personas de clase media. Sus hermanas eran muy guapas y la casa muy limpia y ordenada. Todas le dieron un abrazo de bienvenida y colocó sus maletas en la recámara de David. La mamá tuvo la precaución de guardar los retratos de la Vic y Cristina en lo más alto del closet. El clima era agradable y todo estaba en orden. El baño era muy funcional y ella estaba sorprendida pues lo creía demasiado pobre. La comida ya estaba preparada. El examen era a las cinco de la tarde así que comieron tranquilamente los platillos caseros preferidos por David, espagueti y milanesa con papas y de postre un flan. A las dos de la tarde se bañaron y se esmeraron en su arreglo personal. A las cuatro de la tarde, don Rodrigo los llevó al examen profesional. Llegaron como invitados toda la vecindad del 310, la familia materna y paterna, los amigos de la vida y compañeros de la escuela. Era una multitud y ella se acomodó con Lilia y Abril. Cuando inició el examen profesional los sinodales lo felicitaron por el quórum. Los temas a desarrollar fueron síndrome nefrítico, una exposición clara y precisa desde la anatomía de la nefrona, fisiología, abordaje de la fisiopatología de la enfermedad, hasta llegar al tratamiento. El segundo tema fue cáncer cervicouterino, excelente exposición teórica y práctica basadas en el programa de detección oportuna de cáncer, que era el trabajo 264
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de todos los días. El último tema fue el más difícil, retinopatía diabética. El sinodal era retinólogo y además ególatra. Se quería lucir, pero David explicó excelentemente la anatomía y fisiología del ojo y la retina, las alteraciones en los vasos sanguíneos y las etapas de la retinopatía. Todo estuvo excelente, nada más que el retinologo le echó crema a sus tacos. Cada uno de los catedráticos le dirigió unas palabras y al final el cremosito lo felicitó por su brillante tesis y examen profesional, otorgándole aprobación por unanimidad y derecho a mención honorífica. Se levantó una exclamación general de los asistentes, quienes pasaron a felicitarlo. La que llegó primero fue Cristal, quien se le colgó al cuello y lo besó apasionadamente. Después de lograr su cometido, les dijo, ahora sí es todo suyo. Todos pasaron a felicitarlo y al final llegó Teresita a entregarle una cajita con un presente. Se le acercó al oído y le dijo que se lo había enviado Cristina para esa fecha y que se lo había dado antes de irse. Don Rodrigo puso el dinero para la fiesta, que se realizó en el 310, su antigua casa. Allí estuvieron festejando hasta las dos de la mañana con una sencilla pero suculenta cena, los Brujos del Ritmo amenizaron la fiesta y Pantera fue el maestro de ceremonias. Canto la rúbrica y la melodía del cuento. El Pipiolo era el vocalista, animador y el imán de la fiesta. Estuvieron los miembros de la familia, incluyendo a su maestro y tío Chuchín. Durante el evento, David no se separó de Cristal, bailó con ella, la atendió y cuidó como a una reina. La dueña de su amor demostró una energía explosiva, con un estilo de ritmo elegante. Parecía tener pilas integradas. A la una de la mañana fueron a dejarla a la casa del tío Chuchín. Se fueron caminando, pues estaba a dos calles la casa. Lo acompañó el Abogado. Al otro día, el tío Chuchín le prestó a David la camioneta cerrada. Había comprado dos nuevas para la empresa. Desayunaron con los padres y hermanas de David, después se fueron 265
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en la camioneta a recorrer Puebla. La mamá y las hermanas se ofrecieron a acompañarlos y recorrieron los lugares turísticos más importantes y emblemáticos. Las hermanas y la mamá eran unas guías turísticas bien documentadas con anécdotas y leyendas. Parecía que todo lo sabían. Cristal estaba fascinada, no por los lugares sino por el acompañante. David la mimaba mucho, la consentía, la protegía y cortejaba como un caballero con armadura medieval. Estuvieron mucho tiempo en el centro de la ciudad, las llevo a comer a la fonda de Santa Clara, que es tradicional pero cara. Las propinas adquiridas en su trabajo servían para festejar a sus consentidas, los amores de la vida. Don Rodrigo estuvo feliz los dos días. No se le veía así hacía mucho tiempo, pero ahora con este hijo profesionista, estaba satisfecho de la participación de la familia. La más orgullosa era Andreita, la mamá de Pantera, quien siempre creyó en su hijo. Lo elaboró con la dignidad de sentirse amado y respetado. Los encuentros con la familia de Juanito, Pipiolo y Beto estuvieron sellados de hermandad. Estuvieron tres días maravillosos y ella se ganó la simpatía de todos, incluso la de Teresita, que era la mera buena. Como muestra de humildad, Cristal le obsequió 200 pesos. Se acabó el tiempo y tocaba a la ciudad rioverdense. Antes de irse, fue a visitar a la empresa al tío Chuchín para pagarle el dinero en préstamo que le había facilitado al inicio del año. No lo quiso recibir y le dijo que estaba orgulloso de su hijo y sobrino, que siguiera por el mismo camino, y que si algún día los necesitara se los pediría. –Ya tus primos están enterados. Te mandan un abrazo Cocol, Guajo y Johnny. Ánimo, mijo. Eres un campeón y a tu lado tienes a la mejor mujer del mundo, regalo de Dios. El domingo por la noche, llegaron cansados después de ocho horas de viaje. Cristal venía eufórica y no paró de hablar, acariciar y besar a su novio durante el viaje. La llevó a la casa de asis266
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tencia donde vivía y Cristal lloró en la despedida pues no quería que se fuera al hospital. Al abrir la puerta del departamento, descubrió a sus padres don Eduardo y doña Natalia, charlando animadamente con las residentes. Se dirigió a todo el grupo eufórica, los abrazó y besó repetidamente, sobre todo a su papá. Antes que hablara, su mamá le preguntó por David. –Va rumbo al hospital. –Pues alcánzalo y dile que venga. Regresaron abrazados y contentos y en cuanto entró, saludó a todos caballerosamente y le dio un abrazo a don Eduardo. Se levantaron los padres de Cristal, don Eduardo tomó las maletas y les dio las gracias a las muchachas. Salió la comitiva hacia el exterior. Los jóvenes enamorados quedaron atónitos. –Sígannos, por favor. David se hizo cargo de todas las maletas. Caminaron rumbo al hospital y se detuvieron en un condominio de departamentos amueblados a unos pasos del hospital. Subieron al segundo y entraron a un departamento amueblado con todo lo necesario para habitarlo. –Siéntense, par de polluelos enamorados habló con autoridad, doña Nati –. David, antes que nada déjanos felicitarte por el excelente examen profesional. Ya nos dijo Cristal que te dieron mención honorífica y que tu familia la trató como huésped honorario. Gracias, David. Ahora, pasando a otro tema, queremos comentarte que nuestra familia es tradicional y debemos hacer las cosas como Dios manda. Somos cristianos y no vamos a permitir que nuestra hija única viva en amasiato. Sabiendo que ustedes se aman verdaderamente, Eduardo y yo pensamos que es mejor que vivan juntos. No como novios, sino como esposos. Nosotros les daremos nuestra bendición nupcial, que al final de cuentas es la que vale y estoy segura que tus padres no se opon267
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drán. Queremos que haya entre ustedes obediencia a los mandamientos de Dios, que son la fuente del amor. En pocas palabras, que lleven una vida saludable, que se atiendan, entiendan, consientan, se ayuden y se consuelen. Deseamos que lleven una vida sinyugal, sin yugo, sin presiones, sin que nadie los manipule o los obligue a hacer lo que no desean. Vamos a proceder al rito religioso. Hínquense ambos, inclinen sus cabezas hacia adelante. ¿Quieren vivir juntos, obedeciendo los mandamientos de la ley de Dios? Conteste uno primero, después el otro. Ambos dijeron que sí, primero Cristal y luego David. –¿Están dispuestos a atenderse mutuamente, en salud y la enfermedad? ¿Están dispuestos a formar una familia cristiana? ¿Están dispuestos a santificar esta unión? ¿Están dispuestos a respetarse mutuamente como Dios lo manda? Todas las respuestas fueron afirmativas. –Si alguno de ustedes piensa que lo estamos obligando, presionando o manipulando que se levante en señal de desacuerdo. Los dos se tomaron fuertemente de las manos en señal de apoyo mutuo y de que estaban de acuerdo en vivir juntos. –Vuelvo a repetir. ¿Prometen guardarse respeto uno al otro, atenderse, entenderse, comprenderse, amarse, defenderse como uno solo en la adversidad? Los dos confirmaron el acuerdo. –¿Se comprometen a guardar fidelidad y cuidar los hijos que Dios les mande? ¿Están conscientes de que nada es por casualidad, que Dios es la causalidad y que fue el momento indicado para que apareciera en sus vidas, en el lugar destinado y con los personajes escogidos? Dense la mano en señal de amistad, un beso como sello de que nadie los va a separar y un abrazo fuerte que una ambos corazones como 268
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símbolo de que siempre estarán juntos. Don Eduardo puso un anillo en el dedo anular de Cristal, y doña Natalia en el dedo anular de David. Hicieron una rueda los cuatro y se abrazaron. Doña Natalia entonó un canto cristiano y bailaron al ritmo de la líder durante unos 30 minutos. Terminado el solemne ritual, don Eduardo sugirió ir a cenar. Sin embargo, donde manda capitán no gobierna el soldado raso. Amablemente, doña Nati le pidió a David si hacía el favor de ir a traer tacos y tortas para cenar en familia y que no se le olvidaran los refrescos, sentenciando antes. –Eduardo, te me estás saliendo de la dieta. Esta será la última cena de este tipo. Las próximas dos semanas serán de dieta vegetariana. Cuando salió David a la calle, sintió una brisa suave sobre el rostro y caminó sereno hasta el restaurante con su tío Ricardo. Llegó directamente con las cocineras y les dijo que había aprobado el examen profesional. Estuvo platicando con su tío, le platicó del examen y que ya se había casado con Cristal, que ahora menos que nunca faltaría al trabajo. Estaba contento, era un regalo de Dios. El tío Ricardo, las cocineras y meseros lo felicitaron, le surtieron el pedido, pagó la cuenta aunque el tío no le quería cobrar y le dijo que era su regalo de bodas. Le dio las gracias y saldó la cuenta. –No me gusta ser aprovechado con la gente buena. Gracias tío, ahora tengo que ser más hombre –dijo y se fue gallardo, airoso, satisfecho con la vida. Cuando regresó, lo estaba esperando la familia. –Los que tienen más carne son para mi suegro, los de dieta de usted, doña Nati. –No seas ingrato, David. No ves que este hombre trae el coles269
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terol por los cielos. –Es la última carne que comeré hasta mi jubilación. –Oye, David –dijo doña Nati –. Antes de que me olvide, nada de condones. Quedan prohibidos pues es un pecado para ustedes como matrimonio. El otro asunto es que en septiembre es el examen profesional de Cris. Si no lo sabes, te lo informo. Además es la jubilación de este joven de 55 años que cumple 30 de trabajo en el IMSS. La ceremonia será tres días después del examen de Cris, no vayan a faltar y a ver cómo le haces para convencer a tu tío Alejandro. –No hay problema, no hemos tomado periodo vacacional durante el año. Allí se estuvieron hasta las doce de la noche, momento en que los padres se fueron al hotel. –Mañana nos vamos a despedir al hospital. Otra cosa muchachos, la casa de asistencia ya está pagada hasta enero, lo mismo la muchacha que va a venir a hacer el aseo todos los días. Les dejamos el refrigerador con suficiente comida y los despenseros están bien surtidos. Hasta mañana, tortolitos. Pórtense bien. Estaban en el cielo, en éxtasis, sorprendidos por la bondad de Dios. Les llegó el regalo más apreciado sin solicitarlo, la oportunidad de vivir juntos, compartir sus vidas, conocerse con anuencia de Dios y sus padres. Reconocerse a través de los hábitos y costumbres de cada quien, de buscar el acople en actividades, en tiempo, lugar, espacio. Se sentaron en el borde de la cama, tomaron y besaron sus manos, le dieron gracias a Dios por permitirles compartir los sentimientos limpios de dos seres que sólo desean el bienestar de su pareja. Prometieron que las acciones cotidianas irían dirigidas a hacer sentir bien al otro y que cada uno de ellos sería complemento en el plan de la vida familiar, laboral, deportivo, recreativo y espiritual. Dios 270
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es la energía vital en la vida de pareja. Le ofrecieron que todas las acciones serían revestidas de esencias saludables gratas a Sus ojos. Ahora tenían libertad para ejercer una sexualidad en el tálamo, en el lecho nupcial que pertenecía sólo a ellos. Sus cuerpos seguirían siendo el aliciente poderoso que ejerce la fuerza liberadora de moléculas, que a su vez estimulan los órganos sensitivos del placer. Regresaron a sus actividades médicas, pero ahora llegaban juntos tomados de la mano, dejando que las miradas hicieran aferencia en ellos, porque los seres amorosos sin proponerlo, son atractivos de la vida. Ahora estaban en el servicio de inmunizaciones, control del niño sano, promoción de la lactancia materna. Estaban contentos con Martita, señora amable y simpática que los trataba como hijos. Por las tardes complementaron la tesis de Cristal hasta que quedó terminada. Llevaba la dedicatoria especial para su esposo. Por las noches, David continuaba con su trabajo. Cuando regresaba la encontraba estudiando contenta, con mucha energía para hacer el amor y repetirlo si era posible en varias ocasiones hasta las seis de la mañana. Era una máquina de energía que mantenía el ritmo durante la faena laboral. David se quedaba dormido a ratos, no podía con esa fuerza del huracán vertiginoso. Una vez terminada la tesis, Cristal envió el escrito con sus compañeras residentes. La madre abogada la recibió y la llevó a su autorización a la escuela y la mandó a impresión. Programaron el examen para el 10 de septiembre a las cuatro de la tarde en el salón para eventos profesionales y la jubilación el 13 a las tres de la tarde en el auditorio del hospital. No tuvieron problemas con el jefe de enseñanza y el permiso fue otorgado por cinco días hábiles. Se fueron a Tampico en autobús, siguiendo la ruta Río Verde, 271
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Ciudad Valles y Tampico. Recorrieron casi 400 kilómetros en cuatro horas, y el huracán no dejó de hablar y remolinearse. Llegaron el día del examen a la casa de los padres de Cristal y se hospedaron en la recámara de la doctora. Estaban decoradas las paredes con diplomas, reconocimientos y en una vitrina habían trofeos y medallas. Arriba de la cama, debajo de Cristo crucificado, había una fotografía de los recién casados. Comieron apresuradamente y Cristal le regaló a su esposo una camisa, pantalón y zapatos que a ella le gustaron. Él le regaló un traje deportivo que le fascinó. Ya estaba lista la pareja cuando llegó don Eduardo con un traje para David. –Gracias, papacito, pero esta ropa se la regalé para este día –dijo Cristal. –Me lo pongo más tarde, don Eduardo –dijo David con voz apagada. –Ya te escuché, Panterita. No me traiciones, amor. –Está bien, guapa. Hágase tu voluntad –dijo David y ella se regresó a besarlo con intensidad. Llegaron al salón y estaba reunida la familia paterna y materna. Era poca audiencia, pero habían venido de Estados Unidos, de Bloomington. Estaban también los compañeros de la carrera. El examen fue oral con tres sinodales. Le dieron la bienvenida a la guapa y elegante doctora. El primer tema a desarrollar fue inmunizaciones en pediatría. Le dieron cuerda al fonógrafo actualizado. El segundo maestro preguntó sobre el control del niño sano. Cuando estaba avanzada en el tema, la interrumpió para preguntarle sobre enfermedades genéticas en el niño. Dio una exposición excelente, pues era el tema de la tesis. El último sinodal, un anciano gentil, le preguntó por la enfermedad maníaco depresiva. La exposición fue sobresaliente, con cambios 272
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anatómicos, fisiológicos y bioquímicos a nivel neuronal, métodos diagnósticos, tratamiento actualizado. Todo un compendio de psiquiatría. Continuó el protocolo con palabras de agradecimiento a los asistentes, felicitaciones por el decano, reconocimiento por las exposiciones didácticas y explícitas sobre los temas. Al final le otorgaron aprobación del examen profesional por unanimidad y con mención honorífica, dándole la bienvenida al gremio médico. Solicitó el decano una ovación de todos los presentes a la nueva doctora. Se quedó parada esperando las felicitaciones. Así se lo había pedido David. Inesperadamente, Pantera empezó a realizar ejercicios a manos libres, dirigiéndose hacia ella con un salto mortal, doble mortal, con el el triple mortal término enfrente de ella. Allí la abrazó y la besó apasionadamente y dijo a todos los presentes, ahora si es toda suya. Todo mundo aplaudió el detalle acrobático del esposo. Los padres de la sustentante estaban felices. Así lo habían soñado sin las acrobacias del esposo, que fue el remate perfecto. Fueron a cenar a un salón de festejos, restaurante de productos del mar. David se dio vuelo, ya que en su casa los productos del mar no estaban en la lista cotidiana. Así es de que solicitó jaibas rellenas, robalo en escabeche, agua de huapilla y agua de tepache, que era su favorita. Le alcanzó para tomar de postre una pepitoria, para comer de la tradición. Estuvo cerca de don Eduardo su padre político con quien tuvo amena charla. Cristal y doña Nati, conversaban animadamente con el resto de la familia, que también asistirían a la ceremonia de jubilación. Para bajar la cena, empezó a tocar un grupo musical tropical que los transportó del ritmo lento, al rápido, hasta el frenético, allí estaba el huracán enérgico moviéndose como molinillo, los dos tenían buena condición física. Enseguida ella se puso a bailar con su padre y doña Nati aprovechó para bailar con su apuesto yerno, quien sintió la distribución muscular arquitectó273
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nica y resistente que favorecía los lances acrobáticos. Platicaron de las sorpresas para la fiesta de su esposo y le confesó que estaba feliz de la vida por la unión matrimonial de ellos. Le expresó que antes del 15 de septiembre celebrarían una ceremonia familiar en donde los casaría el pastor con los ritos cristianos tradicionales. Todo estuvo estupendo. La ceremonia de jubilación en el auditorio fue muy concurrida. Era un médico querido por la comunidad del hospital. Estuvieron en la mesa principal don Eduardo, doña Natalia y Cristal. David estuvo entre la concurrencia. Una de las primas de Cris se acercó a coquetear con Pantera y Cristal se dio cuenta. Estuvo incómoda un rato porque la prima se le acercaba provocativamente. David decidió cambiarse de lugar y se fue a parar cerca de un guardia de seguridad. Entonces le volvió la calma a Cris. Transcurrió la ceremonia con un reconocimiento a don Eduardo por los años de labor médica en el área de terapia intensiva, seguido por un mensaje transmitido por el director del hospital. Se pasó una semblanza del insigne maestro por medio de diapositivas. Hubo unas palabras breves por parte del representante de los compañeros médicos, del representante sindical, y un breve discurso de la doctora Cristal, quien recibió la calurosa ovación de su esposo. Enseguida continuó el agradecimiento de una paciente atendida por don Eduardo que estuvo en estado crítico y se recuperó satisfactoriamente sin secuelas. Posteriormente hubo una entrega de regalos por parte de los compañeros, que fueron colocando en la mesa del festejo. Al final, el jubiloso dedicó unas palabras a todas las personas que lo acompañaron. –Gracias a Dios por permitirme llegar a este grato momento. Reconozco su grandeza y majestad. Pido perdón por los errores cometidos. Mi sentir humano agradece la satisfacción de haber servido con estas pequeñas manos en empresas que sólo han pretendido auxiliar a los pacientes presentes en esta área crítica. Es una zona que requiere médicos con preparación ac274
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tualizada porque cada día la ciencia y tecnología avanzan. No he pretendido trascender en la historia de la medicina, no soy médico académico, sólo me gusta el estudio, los procedimientos bien hechos, los reconocimientos no salvan pacientes. La empatía, la dedicación, el esfuerzo, el ímpetu de guerrero, combatir con honor, el respeto al paciente, el acatar la norma o el protocolo, nos hacen eficientes con los enfermos. Sólo el médico que conoce plenamente el funcionamiento del cuerpo humano es héroe y rescata lo insospechado. Esta es mi historia. Soy un médico humilde, satisfecho con lo que hice y me voy contento. Doy gracias a todos ustedes que me han auxiliado durante las actividades de la vida hospitalaria. Espero que mi hija Cristal y mi yerno David mejoren mi actuación. Muchas gracias. La gente aplaudió de pie al maestro de la medicina crítica. En cuanto terminó la ovación, entraron los mariachis interpretando melodías tamaulipecas. Al final la canción que le dedicaba su esposa Natalia, si nos dejan nos vamos a querer toda la vida, si nos dejan nos vamos a vivir a un mundo nuevo. La fiesta fue en un salón de festejos-restaurante, donde continuaron las felicitaciones para don Eduardo, quien se fue a sentar cerca de David. Con el yerno tenía una charla grata, amena, garantizada una feria de carcajadas. Tenían química, estaban diseñados como suegro y yerno gratos. Así estuvieron hasta las cinco de la mañana con el torbellino cristalino que no paraba de bailar. Cuando estaban bailando lento y romántico, le dijo Cristal al oído. –No sabes la que te espera por andar de coqueto. –Ya sé por qué lo dices y sonrió. –Ese coraje que me hiciste pasar, me lo vas devolver con creces. Vete preparando, Pantera erótico. Mi amor, nunca imaginé que 275
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estos momento iban a ser tan maravillosos. Gracias por darme estas sensaciones de bienestar tan sublimes. –Lo mismo te contesto, nunca he amado a nadie con este fervor tan sagrado. Me has llevado hasta la icónica catedral de San Basilio. Te amo, niña bonita. Todo mundo hacía comentarios de la armónica pareja, que en la efervescencia del baile se acoplaban a la perfección. No habían ensayado juntos nunca. David le dijo a Cristal que sólo se dejara conducir y así lo hicieron bailando charlestón, chachachá, mambo, cumbia y rock and roll con movimientos acrobáticos de Pantera que siempre terminaba enfrente de su amada. Al final recibieron la ovación general. En cada ciudad que llegaban, Cristal tenía la manía de comprar un billete de lotería. Le decía a David. –Mi amor, sólo el que no juega no gana. Siempre que puedas compra los boletos que terminen en siete. Ese es mi número de la suerte. –¡También el mío! Cuando llegaban a cotejar con las listas, frecuentemente sacaban reintegro y en una ocasión sacaron 2,000 pesos. Con eso fueron a comer pizzas a su lugar favorito. El día del matrimonio cristiano, la novia llevaba el vestido que había usado la madre en su boda con don Eduardo. David llevaba el traje con el que se había casado con doña Natalia. Simbólicamente, se volvieron a ataviar los ropajes con personajes diferentes. Estaban presentes los familiares maternos y paternos que venían de Estados Unidos. La solemne ceremonia fue impartida por el pastor Roberto, quien dirigió palabras emotivas para la unión de dos almas, que como soplo de energía espiritual se buscan para formar una alianza con el Creador de la vida. 276
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Esta unión es única e inquebrantable, debe ser respetada, amada y bendecida por todos los que estamos presentes. Es una alianza que pretende agradar a Dios Altísimo, Creador del mundo, Luz del universo. Que lo que Dios ha unido, nadie lo separe. Bendijo a los contrayentes, se colocaron los anillos de un compromiso para toda la vida. Las felicitaciones personales llevaban la bendición a la pareja con deseos fervientes de amor. Ya estaban triplemente casados, por los padres, el pastor y la familia. Todo había salido a la perfección, los cinco días fueron disfrutados con aprobación de Dios por la suficiente doctora, el júbilo del jubilado, por el grito de la independencia, que llegó hasta la morada del Señor. Los muchachos regresaron a las labores médicas después de una semana de fiestas y los padres se quedaron satisfechos. La campanada se dio después de los múltiples encuentros sexuales y la fecundidad consecuente se hizo presente. Ya tenía seis semanas de embarazo cuando la prueba resultó positiva. La dicha estaba presente en la familia. Vinieron los padres a cerciorarse de las condiciones de la consentida y se estuvieron dos días. Antes de regresar a su vida tampiqueña, les hicieron miles de recomendaciones para cuidar a ese valioso bebé. Así lo hizo David, pero la desobediente era Cristal, quien insistía en continuar como asistente de las clases de gimnasia. Utilizando estrategias mágicas, David la convenció de participar sólo como espectadora. En los primeros 15 días de diciembre ya tenía 10 semanas de gestación y aún era un torbellino nocturno y diurno, no se cansaba y seguía enérgica. Las últimas dos semanas antes de año nuevo, empezó a perder fuerza el huracán. Sobre todo la última semana se le notaba cansada. Batallaba para levantarse temprano, se empezó a dormir en horas de trabajo y David le decía a Martita que era por el embarazo. Ella le dijo que así le pasaba a ella en las gestaciones. 277
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–Si quieres dile que se vaya a la casa y tú te quedas. Ella se negó a abandonar el barco. No tenía programado el cerebro para dejar solo a su amado. Ya sólo quedaban dos días para terminar el pasantado y recobraba fuerzas a la hora de la comida, pero por la tarde volvía a aletargarse. Preocupado, David la llevó a consulta con un ginecólogo particular. El doctor Alejandro le había solicitado exámenes de sangre para descartar enfermedad del tiroides o anemia y todo marchaba bien. El ginecólogo confirmó la normalidad del embarazo y se recuperó el último día de actividades médicas. Recibieron su reconocimiento y carta de pasante. El año nuevo estuvieron en casa y David no fue a trabajar. Se comunicaron por teléfono público con las familias de ambos para felicitarlas. Bailaron, cantaron y culminaron con la intimidad sexual. Se mantuvieron abrazados toda la noche para mitigar el frío invernal, eran amantes de tiempo completo. Los primeros 15 días de enero estuvieron estudiando intensamente para el examen de la residencia, que era sería el 31. Cristal lo presentaría en Ciudad Victoria y David en Puebla. Todo marchaba bien, ella seguía aletargada pero la mayor parte del tiempo era funcional. Por las tardes continuaban con la gimnasia y en la noche David se iba a trabajar. Cuando volvía lo estaba esperando, leyendo o estudiando. Estaba menos eufórica que en semanas pasadas, pero se dormían abrazados aspirando aliento con aliento. Se amaban intensamente. El 20 de enero le fueron a avisar las residentes a Cristal que sus padres le hablaban de urgencia. Fue a la casa de ellas a hacer la llamada. Les dio las gracias y les pidió disculpas por el arrebato que tuvo cuando abandonó la casa. El motivo fue que ellas empezaron a hacer bromas sobre la sexualidad que le esperaba al lado de David, lo hermosearon y no lo bajaron de semental. Cristal se molestó y les contestó que ella lo amaba y la sexualidad era humana y no animal, como son ellas. Ese día abandonó 278
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la casa y ni las gracias les dio. Ahora se despidió agradecida. Llegó llorosa con David –¿Qué pasa, mi amor? –Mi abuelita está muy grave y quiere verme. Tengo que ir amor a Estados Unidos. –¿Y el examen? –Regreso días antes para presentarlo, mi amor. Sólo voy unos días. Necesito ir a Ciudad Juárez. Voy a ver a mis padres y de allí tomamos el avión en El Paso hasta Chicago. Necesito que me patrocines el viaje a Juárez. –No sólo eso, mi amor. Te voy a llevar hasta allá. Se puso muy contenta y se le colgó del cuello. Le pidió que la cargara y la besara, pues eso no se lo podía negar a su esposa. Se fueron al viaje de 16 horas y durante el trayecto, Cristal se acurrucó sobre el pecho de David. Los estaban esperando don Eduardo y doña Natalia. Estaban preocupados y se despidieron de David. Don Eduardo le extendió un sobre para que lo leyera en el camino y se fueron directo al aeropuerto. –David, te dejé el teléfono en el buró para que puedas comunicarte conmigo –le dijo Cristal preocupada. –Sí, mi amor. Cuídense y cuídenme a mis tesoros de la vida. Los amo. Al llegar a la casa abrió el sobre que le dio su suegro. Eran 3,000 pesos para que pagara un mes más de renta y lo de los pasajes. Por más que buscó en los cuartos no encontró el dichoso número telefónico. Seguramente lo llevaba Cristal en la bolsa del pantalón. Fue a ver a las muchachas a ver si no recordaban el número telefónico del que habían llamado, siendo la respuesta 279
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negativa. La más coqueta de ellas, Rosalba, le dijo que los días que no estuviera Cristal le llamara si se le ofrecía algo. Otras dos, Estela y Hortensia le dijeron que mejor les llamara a ellas. –Gracias, amigas. Les agradezco si se comunica con ustedes me avisen. Que desesperante es no tener un medio para comunicarte con la persona que amas. Apenas si pudo dormir en la noche y al otro día fue al hospital con las señoritas del conmutador por si le hablaba su esposa de Estados Unidos. Al tío Ricardo también le hizo el encargo. Les habló a sus padres y al tío Chuchín por si hablaba Cristal. La esperó hasta el día 30 sin obtener respuesta. Ese día abordó el camión hasta Puebla para presentar el examen para la especialidad. La prueba tenía alto grado de dificultad. Llegó a casa de sus padres y en el trayecto compró boletos de lotería terminados en siete. El día del examen se encomendó a Dios, pidiéndole concentración para que el rendimiento fuera óptimo. Cinco horas de examen matutino y tres vespertino. Salió confundido, aturdido pero satisfecho. Saludó a la familia y regresó inmediatamente a Río Verde, argumentando que tenía pendientes unas prácticas en el hospital. Continúo trabajando en las noches y en el día consiguió trabajo de peón en una obra en construcción. Ante una crisis existencial, lo mejor es trabajar. Llegaba muy cansado, descansaba un rato y se iba a trabajar al restaurante. Una noche, antes de irse al restaurante, se estaba cambiando de ropa cuando tocaron a la puerta y se le alegró el corazón. Para su desencanto, era Hortensia, la residente que llegó en lugar de Cristal. Era la mejor amiga y le llevó el teléfono de la casa de los padres. –Las muy barbonas no te lo querían dar. Están muy enojadas con ella porque las llamó animales. Yo soy neutral, amigo. De 280
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corazón te ofrezco mi amistad. Dame un teléfono para cualquier contingencia, soy R1 de anestesiología David le anotó el teléfono de sus padres y de su tío Chuchín. –Gracias, Hortensia. Te agradezco tu gentileza. Llamó más de 100 veces a la casa de Tampico, siendo la respuesta negativa. No había nadie. Se disponía ir a Tampico cuando llegó Hortensia y le dijo que iba para su tierra. Le dio la dirección y el teléfono de los padres de Cristal. El padre era jubilado del IMSS y la madre era abogada y tenía un bufete jurídico. Hortensia fue a buscarlo el lunes a su casa pero no lo encontró. Se enteró que Lupita la enfermera era su tía y fue a preguntar por el paradero de David. Entonces se le salieron las lágrimas a Lupita. –Hortensia, estoy muy triste por mi niño. Ahora trabaja como peón en una obra en construcción. Está a cinco calles. Sales del hospital a la derecha, como si fueras a la Comercial Mexicana. Es la única obra que existe. Salen a las cuatro de la tarde. –Gracias, Lupita. Voy a buscarlo más tarde. Efectivamente, lo encontró bajando bultos de cemento de un camión cuando ya era la hora de salida. En cuanto la vio se dirigió hacia ella con el rostro y la espalda quemada, la piel brillante y sudorosa con el tronco descubierto. Era un hombre musculoso y llegó jadeando por el esfuerzo. Una vez que se repuso, tomó la palabra. –Discúlpame, amiga. ¿Qué noticias me tienes? –Malas noticias, David. No hay nadie en la casa de la familia y por teléfono no contestan. Fui a visitar al dizque novio de la escuela que sólo era parapeto y me dijo que iba a investigar la dirección y teléfono de Estados Unidos. Se ve buen muchacho. 281
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Se perdió la paloma, tiempo eterno, 30 y nada. Todos los albañiles observaban a la hermosa doctora, espectacular, atractiva, de piel morena intermedia, cara bonita y cuerpo de afrodita, monumental. –Ahora, por favor, mi niño. Siéntate en un lugar firme. Caminaron y se sentó arriba de un tinaco. –Ahí te va la buena noticia, mi amor. Pasaste el examen de la residencia. Ya eres interno de posgrado y futuro residente de medicina interna. Me lo acaba de notificar mi suegra, o sea tu mamá. Sacaste el lugar número 12 de toda la República, lugar de adscripción en Puebla. Cerebrito el muchacho. Se le acercó Hortensia y lo besó apasionadamente. Él le correspondió y se hizo la bulla entre los muchachos que estaban reunidos en el área de salida. –Jóvenes, pongan atención –dijo Hortensia. Este joven que ven aquí es médico. Le traje la noticia de que aprobó el examen para ser especialista. Creo que lo que menos que pueden hacer es felicitarlo. Se acercaron ingenieros, arquitectos y albañiles a felicitarlo. Le volvió la sonrisa. Se fueron caminando hacia el hospital para dejar a Hortensia. –Te agradezco la correspondencia al beso. Sé que no lo sientes, pero me evitaste el ridículo. Gracias, mi amor. Sólo quería alegrarte un poco. –Gracias, amiga, por darle la mano al que sufre. Eres un ángel caído del cielo. Le habló a la familia contenta para reafirmar la noticia. –¡Qué bueno, mijo! Dicen que pasaron muy pocos y tú eres 282
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elegido. Dios hizo caso a mis súplicas, el Sagrado Corazón hizo lo suyo con las veladoras. Le perdió el miedo a su papá y expresó con confianza. –Rodrigo, ya terminé mis obligaciones. Me tienes por allá el día 27. Me tengo que reportar el primero de marzo al hospital. Saludos y gracias, familia. El 27, después de darle las gracias a toda la gente buena del hospital, les notificó que había pasado en el lugar 12 de toda la República. Se despidió de sus tíos, de la tía Lupita, la gentil Martita, de sus alumnos y sus madres. Llevaba la ropa con la que llegó, la que adquirió durante su estancia y la que le había regalado Cristal. Llenó la maleta de lo necesario y quedaba una maleta con la ropa de Cristal. Se la fue a encargar a su tío Ricardo y el tío le dijo que era su esposa y debía de conservarla. La agregó a su equipaje. Lo llevó Hortensia a la terminal de autobuses y antes de abordar le expresó sinceramente. –Estoy segura que si no la hubieses conocido primero a ella, serías mi novio. Estoy enamorada de ti desde que te conocí, aunque ha sido en silencio. Que Dios te bendiga, amor platónico. –La vas a encontrar, te lo aseguro. Soy bruja de las buenas –le dijo cuando ya estaba por irse. A su llegada a Puebla, sólo tuvo un día libre y el lunes se presentó a iniciar labores como médico interno de posgrado. El trabajo era la bendición. El trajín cotidiano y las desveladas lo mantenían ocupado. Visitaba poco a sus amigos y durante todo el año no solicitó vacaciones. En la primera oportunidad lo invitó su primo Cocol a Cuautla, Morelos. Lo llevó a su casa de campo, pero sólo duró tres días y se incorporó al trabajo. No podía estar tranquilo, pensaba en su esposa y que para el junio nacería su hijo. No sabía dónde ni cómo. En la soledad se hacía muchas preguntas que lo intranquilizaban. En el área de trabajo 283
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hospitalario se relajaba, pocas veces se tocaba el tema en la familia. Llegó el fin de año y no hubo cambios. Seguía trabajando y comprando billetes de lotería que terminaran en siete. A veces de sacaba reintegro y en una ocasión 5,000 pesos, recuperando lo invertido. Terminó el año transitorio y fue admitido para realizar la especialidad de medicina interna. No se apartaba del estudio y aprendió a hacer los procedimientos de la práctica en hospital bien hechos. Era obediente, servicial, responsable, empático con los pacientes, simpático con las enfermeras y médicos. Desde el primer dia de la especialidad, el maestro Smith, nacido en México pero hijo de padre inglés y madre mexicana, era el jefe del servicio. Le encargó clases en la facultad de medicina de cinco a siete de la tarde, anatomía y farmacología. Primero como adjunto y después le dejó la cátedra para él solo. El maestro sabía de su adicción al trabajo. Era un tipo responsable y además apuesto, gallardo, con autoridad. El alumno acudió a cursos en su periodo vacacional sobre didáctica, método científico, estadística, conocimiento y desarrollo del ser humano que le sirvieron de mucho. La anatomía sin simuladores no progresa, así que elaboró un proyecto, solicitando a la escuela simuladores, además del apoyo de la clase sobre cadáveres. En farmacología solicitó también simuladores específicos para conocer los procesos de ingestión, absorción, distribución, metabolismo y eliminación de los fármacos. Todo marchaba sobre ruedas y no tenía tiempo para pensar en el pasado, ni en el desamor que lo tenía marcado como vulnerable, al abandono en los momentos más intensos de la pasión. Como secuelas quedaban cicatrices profundas difíciles de restaurar, sobre todo en las neuronas sensoriales, aunque también estaban afectadas las células de la memoria, la concentración, la interpretación. Se transformaban en crucigramas y enigmas con alto grado de resolución. Ya se lo había dicho a Cristal, el trabajo es el mejor antídoto para las 284
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heridas provocadas por el desamor. Con la familia las relaciones mejoraban día a día con su padre. Ya lo dominaba durante sus crisis iracundas contra sus hermanas y su madre. Las relaciones eran esporádicas con el Abogado y Pipiolo. No se tenían abandonados, se buscaban en los momentos de crisis y se auxiliaban unos a otros. En septiembre llegó a Puebla a la diecisiete poniente 310, en el interior tres, con la familia Garrido, un elegante señor. Era alto, güero de ojos azules, tipo gringo, y llegó buscando a don Rodrigo y Andrea. –Somos nosotros. Pase, señor, tome asiento en la sala. –Disculpen, queridos consuegros. El motivo de la visita es muy triste. Yo soy el papá de Cristal. ¿La conocen? María de Paz, le pidió que pasará a la recamara de David. –¿Es ella la que dice usted? Debajo del crucifijo había un cuadro ampliado gigante colocado en el centro sobre la cama, con los rostros pintados de payasos risueños de David y Cristal. Empezó a llorar el gigante con sollozos y todos guardaron silencio hasta que el señor se recuperó de la emoción. Le ofrecieron agua o una taza con café, pero cortésmente dijo que no. –Miren, como les digo, la situación es triste. Por si no lo saben, David y mi Cristal eran esposos y tienen un hijo que nació en Estados Unidos –nuevamente se le hizo un nudo en la garganta y volvió a sollozar. Don Rodrigo, doña Andrea y las tres hermanas estaban con lágrimas en los ojos. –Pues bien, en el momento del nacimiento de David, así se 285
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llama nuestro nieto, mi hija tuvo complicaciones en el parto y falleció. Ahora, nuestro hijo, porque así lo sentimos, está con nosotros. Antes de morir, Cristal quiso que parte de su herencia pasara a manos de ustedes. Es poca la cantidad, pero vengo a entregárselas. Ella me encargó se destinara para el enganche de una casa propia. Me van a disculpar, pero desde Chicago hice las gestiones al Banco de Oriente, quiero que don Rodrigo me acompañé para que arreglemos este asunto, si ustedes no se oponen. –Es una pena lo sucedido, don Eduardo. Sentimos la pérdida tan grande. En verdad, creo que no hay necesidad de contribución para la familia. Mejor aprovéchelo en la educación del niño. –¿Van ustedes a contravenir la última voluntad de una difunta? –No, pues si era su voluntad, vamos donde usted dice. Rodrigo se ofreció a llevarlo en su Galaxie, al que David le decía su garraxie. En el banco le dieron la dirección de la casa en venta y ya los estaban esperando los empleados encargados. Estaba ubicada en cuarenta y cinco poniente y diecinueve sur. Era un fraccionamiento nuevo, y allí estaban los orientadores de bienes raíces. Le enseñaron la casa con acabados, sala, comedor, cuatro recamaras, baño, patio, jardín y con opción a comprar el terreno adjunto. –Mire Rodrigo –dijo don Eduardo– la casa vale 500,000 pesos. Yo les voy a dar un enganche de doscientos cincuenta mil pesos y el resto lo pagan ustedes con mensualidades cómodas en el banco. ¿Cómo la ve, consuegro? –Yo creo que sí le entramos al toro –dijo Rodrigo sin pensarlo. Fueron al banco y completaron el trámite a pagarlo en 10 años. 2,500 pesos por mes más una cláusula que decía que en caso de 286
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pagarse el resto al contado se perderían los intereses y en caso de no realizar los pagos en seis meses se invalidaría el contrato y la casa pasaría a mano del banco. Cerraron el trato con la institución y les entregaron las llaves para que en el momento que quisieran pudieran ocupar su casa nueva. Regresaron a la casa y doña Andrea había elaborado un riquísimo mole poblano con carne de pollo, arroz rojo con chícharos, frijolitos de la olla y tortillas de maíz. Todos para chuparse los dedos. Durante la comida, don Eduardo les pidió mucha discreción con David. –No le vayan a dar la noticia. Cristal pidió como parte de su voluntad que el niño conociera a su papá un día antes de terminar la especialidad. De tal forma que hasta ese día conocerá la realidad. Yo creo que es una petición sensata, ¿ustedes que opinan? –Creo que tiene usted razón, don Eduardo –dijo don Rodrigo–. No es conveniente que sepa la verdad hasta que encuentre la realidad con la presencia de su hijo. Hasta la fecha no le conocemos novia alguna. Cuando tiene algún evento importante, se encierra en su cuarto y platica con la imagen del cuadro. Luego se va. Que quede claro para todos, lo que platicamos en este dia queda sellado en la memoria. Nadie se atreva a ir contra la voluntad de la esposa de David, la querida Cristal. –Antes de que se marche, buen hombre, ¿cómo fue que se casaron? –preguntó doña Andrea. –En el servicio social, nos confesaron los muchachos que estaban teniendo relaciones sexuales con protección. Ellos lo expresaron sin malicia, pero comprendan que era nuestra única hija. No queríamos que anduviera en boca de la gente. Les rentamos un departamento amueblado para que funcionaran como pareja santa y cristiana. Nosotros, mi Nati y yo ,les dimos la bendición 287
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nupcial. Luego, un pastor de la iglesia cristiana. La unión de ellos es sagrada, teniendo de testigo a Dios. Sin su consentimiento es pecado. Ya lo saben, niñas. Dios nos vigila. Se fue el padrino de la casa para los Estados Unidos. Estaba comprando el silencio de la familia para no perder la custodia del niño. Cuando llegó David, le platicó don Rodrigo que en su trabajo le habían ofrecido un crédito para una casa propia y que se tenían que pagar 2,500 pesos mensuales durante diez años. –Oye, papá. Está rete bien. ¿En dónde queda la casa? –Cuando termines de comer los llevo a que la conozcan. Cuando la conocieron quedaron fascinados. Les explicó que el terreno era de 400 metros cuadrados, con 300 de construcción y contaba con todos los servicios, hasta instalación de teléfono. David le propuso no ocupar la casa hasta que la tuvieran bien equipada y mientras seguirían en el 310. Al siguiente día le dio 10,000 pesos de sus ahorros a su padre para que fuera viendo lo de la instalación del teléfono, luz, predial y hasta una cocineta integral. Así fueron amueblando la casa poco a poco. El sueldo de la universidad era destinado para pagar la casa y que el papá no se preocupara, pues le daba neurosis de ansiedad con las deudas. Todo marchó bien, y para diciembre inauguraron la casa amueblada. Regalaron los seminuevos a miembros de la familia. Llevó a sus carnales de la vecindad a la inauguración. Ya había nacido la hija del Abogado y les comentó que las ocupaciones exhaustivas no le dejaban tiempo para visitar a los cuates. Le preguntaron por Cristal y los miembros de la familia se quedaron callados. Él les contestó que estaba estudiando en Estados Unidos. Los llevó a su recámara y les presumió el cuadro donde estaban los dos con su cara risueña, pintados como payasos. La comida estuvo deliciosa y un sacerdote bendijo el nuevo hogar. 288
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Manifestó Pantera a sus compadres de la vida que iba a equilibrar funciones para poder reunirse nuevamente. Faltó Juanito, pues estaba enfermo de bronquitis y con tratamiento en casa. El Abogado preguntó para cuándo tendría tiempo para el bautizo de la niña y les dijo que escogieran la fecha y que le avisaran, que él se acoplaría para la festividad. El único detalle era que María de la Paz sería la madrina ante la ausencia de Cristal. Después de tres años de no tener noticias de Cristal, Pantera estuvo saliendo con una joven interna de Quetzalan con los típicos requisitos de blanca, delgada, bonita y simpática. Duró tres meses la relación hasta que Queta se fue al servicio social. Durante el segundo año, todo transcurría en santa paz. Pantera no tenía relaciones de pareja, sólo trabajo, estudio, clases y compra semanal de billetes de lotería. Un día de octubre estaba atendiendo un paciente grave cuando le dijeron que cuando terminara de atenderlo se reportara a urgencias porque lo buscaba una persona. Cada vez que le decían eso se estremecía, pensando que era Cristal y se le iba el alma al cielo. Después de completar la instalación de un catéter endovenoso yugular, elaboró las indicaciones médicas y bajó a urgencias. Iba con el sistema simpático encendido y cuando salió a la sala de urgencias se levantó el monumento de mujer. Se dirigió hacia él, lo abrazó intensamente y lo besó en la boca. Era Hortensia. –¿No me reconoces, amor? –Discúlpame, Hortensia. Me descontrole, disculpa la confusión. Estás muy bonita, cada vez más atractiva. Pareces artista residente. A ver, espectacular, ¿qué andas haciendo por estos lares? –Te traigo información valiosa, siempre y cuando me invites a salir. –Hoy me toca guardia, pero mañana soy materia dispuesta 289
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después de las cinco de la tarde. –Tú cada día estás más guapo, elegante y deseable. Está bien, cariño. Vengo por ti mañana a la hora indicada. Estoy en un curso de anestesiología aquí en el auditorio y estoy hospedada en el Hotel Colonial. Como buen anfitrión la acompañó a su destino. Tomaron un taxi y la llevó hasta la puerta de su cuarto. Hortensia lo invitó a pasar al interior y se sintió caliente el ambiente. Sin embargo, Pantera tenía prisa y cuando ya se iba le preguntó si creía que podría superar la prueba de mañana. –Tal vez –le contestó sonriente. Al otro día, Hortensia llegó puntual a la entrada del hospital. Llevaba su uniforme médico y un beso en la boca fue la bienvenida. Se fueron caminando tomados de la mano. Las personas que los veían desfilar contentos y alegres no podían evitar observar lo atractivo de la pareja de galanos. Llegaron al portal Morelos del zócalo poblano y se sentaron a tomar vino. Ella, provocativa, cruzaba las piernas dejando entrever las formas de la sensualidad. Solicitaron un postre y la plática fue amena, divertida, chusca. Hortensia le comentó que las notificaciones serían en privado. –Para que no preguntes ahorita, fortachón. Como a las siete de la tarde se levantaron del lugar. Iban hacia el hotel cuando apareció de repente el tío Chuchín. –¿Qué pasó mijo, dónde te has metido? –dijo mientras saludaba de mano a la doctora–. Soy tío de este muchacho que no me ha visitado en los últimos dos meses. ¿Son novios? –Sí, tío. Es mi novia y se llama Hortensia. –Mucho gusto, doctora. Tiene su casa aquí en Puebla. Se nota 290
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que usted no es de aquí. –Tío, tiene su casa en Ciudad Victoria. –Gracias, tío. Lo paso a visitar pronto. En el camino se encontraron al Abogado y al Pipiolo. –¿Cómo estás, suertudo galán? –¿Cómo crees, Pipiolo? La suertudota soy yo con este toro de lidia –dijo tapándole la boca. Apenados, se despidieron con cortesía. Llegaron al hotel sin más encuentros fortuitos y en cuanto llegaron, Pantera se quitó el saco y se acostó en la cama. Ella se quitó el saco, las medias oscuras y los zapatos. Hortensia sacó una botella de vino Canto de Luna y se pusieron a brindar por la vida. Iniciaron las caricias sobre la cama y luego se despojaron de la ropa poco a poco hasta quedar desnudos. Allí pudieron contemplar sus cuerpos de afrodita y apolo, dos bellas estampas del erotismo. Disfrutaron de la sexualidad en persona, tiempo y espacio, fueron de lo sutil a lo enérgico. Se notaba que Hortensia no tenía experiencia, pero se dejó conducir por el macho alfa, quien le dio un trato especial para que no olvidara nunca el recuerdo. Estuvieron ejercitando los músculos durante mucho tiempo. Desconocía Pantera que era la primera vez de Hortensia y cuando se logró completar el concúbito, apareció la máxima sensación de placer en ambos. Quedaron satisfechos y agotados, pero continuaron las caricias verbales en la etapa de relajación. Tras la apoteosis pasaron unos minutos y hasta entonces le refirió Hortensia. –Amor mío, de la investigación efectuada por la detective Hortensia Holmes, el resumen es que tienes un hijo de nombre David. De tu esposa no se sabe nada. Nadie la ha vuelto a ver, aun291
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que hay quien dice que es residente de pediatría en un hospital de Chicago. No sé cuál, mi amor. Pero lo que dicen es que está casada y que lleva el apellido Adams. Eso es lo investigado hasta la fecha. Recuerda esto es presuncional, falta la certeza. ¿Quieres que siga con la investigación aunque duela? Recuerda que no es certeza. Se quedó atónito, pasmado, casi privado. Se acercó a la botella de vino y tomó un trago amargo. Se quedó pensativo, ya eran las diez de la noche, y en su casa estarían preocupados. Descolgó el teléfono, marcó a su casa y le dijo a su mamá que estaba de guardia nuevamente. Su mamá le dijo que se cuidara y que ya no trabajara tanto. Salieron a cenar. Ella aprovechaba los instantes para acariciarlo y besarlo en público, para que vieran que era su hombre del que estaba enamorada. La llevó a comer tacos árabes y allí se estuvieron besando románticamente. De regreso al hotel se encontró sobre la avenida reforma a tres alumnas que lo saludaron tímidamente. –Con este ángel de mujer con razón ni voltea a vernos. Oiga, profesor. Para informarle que estos tres días no va a ver clases. Hay problemas en la universidad. Ya es oficial, profe. Pero infórmese bien en la prefectura. Adiós, señorita belleza de calendario. El profe es su pareja a la medida. Hacen una pareja muy hermosa. Así estuvieron los siguientes tres días, en un carnaval donde la sexualidad era el azúcar, la sal, la pimienta y el condimento esencial. Hortensia se fue el sábado muy complacida. Había logrado lo que tanto deseaba. David había roto el paradigma y quedaron que ella le iba a hacer al detective y él seguiría recibiendo información. No quedaron en nada formal, se seguirían hablando y comunicando para nuevos encuentros amistosos. Antes de irse, 292
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Hortensia le dijo que habia logrado satisfacer un sueño erótico. –Desde el momento que te conocí atrapaste las neuronas del deseo, que se encantan con un hombre atractivo. Después me fui enamorando de ti por las confesiones secretas de Cristal, mi mejor amiga de la escuela. Me cautivaron tus músculos con su fuerza y acrobacia, los aromas que despides de hombre viril, la energía que te mueve, la personalidad de hombre recio. Por momentos formal, en los momentos de amor y sexualidad un fauno tierno y delicado que satisface las expectativas del placer. Me encantas, viejote de mi vida. Por eso le dije a tu amigo que la suertuda era yo. Sé que no soy competencia para Cristal. Ustedes nacieron para el amor, son uña y carne, caricia y ternura, sentimientos y pasión. Las circunstancias nos dieron una oportunidad de la que me doy por satisfecha. Creo que logré abrir la barrera de resistencia al deseo. Te amo, mi adorado felino erótico. –Gracias, hermosa. Estoy seguro que si no existiera Cristal, lograríamos una historia de amor. Te amo, Hortensia. No perdamos la esperanza, en esta semana ya tienes un significado en mi vida. No es erotismo, es un sentimiento que nace del corazón. –Antes de que se me olvide, toma tu billete de lotería. Es para el martes el sorteo. Te amo, mi rey. Se subió al camión que la llevaría a Río Verde. La vida de cada persona tiene un destino y las decisiones contribuyen a edificarlo. También existen las casualidades, el azar que son eslabones de la cadena del destino. Le tocó guardia el lunes y salió el martes a las cinco de la tarde. Se fue directo a la casa a descansar. El miércoles tomó el autobús que lo dejó a las puertas del hospital de especialidades. Estaba pasando visita, cuando llegó un vendedor de lotería a preguntarle por su novia morena monumental, la que le había comprado 293
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un billete entero en los portales del zócalo. Le comentó David que ya se había ido para su tierra, que era panameña. –Se me fueron las albricias –dijo el señor frustrado–. El número que compró se sacó la lotería, el premio mayor de tres millones. Sin mostrar emoción alguna, el médico residente contestó. –Déjame avisarle en cuanto pueda para que esté enterada. Lo más seguro es que ya está en Panamá, pero le voy a comunicar de la suerte para que te mande tu justa recompensa. ¿De cuánto estás hablando amigo? –Cuando menos 20,000 pesos o lo que ella quiera. –Está bien, amigo. Yo le aviso. –Ahí disculpe, doctor. Me doy por bien servido con haber conocido a esa doctora espectacular. Parecía modelo y la verdad hacían una bonita pareja. Lástima que se haya ido. Pantera le pidió al jefe tres días para resolver un problema familiar. –Ya te vi con ese pedazote de mujer, barbón. Deja algo para los pobres. Está buenisísisima. Con razón te ves tan jodido. Cuenta con el permiso, Pantera. Y cambiando de tema, ¿cómo vas en la universidad? –Todo bien, profesor. La semana pasada y ésta no va a haber clases. Yo estoy al pendiente, doctor. –Ve pues a resolver tus problemas y me saludas a la morena de fuego –comentó Smith satisfecho. De antemano estaba enterado que no era su novia. Se fue en taxi a la casa de sus padres y se cambió por una ropa sencilla. Comprobó que el billete tuviera los 20 cachitos y se fue294
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ron en camión hasta las oficinas de la Lotería Nacional. Pantera mandó investigar a María de la Paz a las oficinas de Puebla la manera de cobrar diez cachitos de la lotería. Le respondió la secretaria que los premios mayores de 10,000 pesos tenían que cobrarse directamente en México en el edificio de la Lotería Nacional. Le dio una hoja impresa orientadora, con la ubicación del edificio y los documentos necesarios para cobrar el premio. Las horas de oficina funcionaban de nueve a una de la tarde. Dio las gracias y se retiró con discreción. Se fueron a la casa del Pipiolo. Saludó a la familia y le pidió de favor que investigara en en hospitales de Chicago el nombre de una doctora pediatra, Cristal Adams. –Sé que tienes familiares en Chicago y me acordé que tienes familia vive en Bloomington, Illinois. Investiga, hermano. Me interesa conocer si esa persona existe –dijo y le dejó 500 pesos para las llamadas telefónicas. Llegando a la casa habló con Guajo, que era gerente del Banco de Oriente en Veracruz. Le explicó que tenía su cuenta de ahorros en el banco con saldo de 7,000 pesos. –Hermano ,me saqué el premio mayor de la lotería. ¿Cómo puedo hacerle para que la institución me transfiera ese dinero a mi cuenta? –¿De cuánto estamos hablando? –Tres melones, hermano. –¡No manches, felicidades carnalito! Muy bien, Panterita tricolor. Voy a ser didáctico. Mañana te vas muy temprano a México, de la CAPU te vas a las CAPO y ahí tomas un taxi que te lleve al edificio de la Lotería Nacional. Empiezan a trabajar a las nueve de la mañana, pero procura llegar temprano para que agarres buen lugar. Pasas a una de las ventanilla y llevas tu billete con 295
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una identificación, comprobante de domicilio. –Ya tengo los requisitos. –Muy bien. Presentas toda la documentación que la van a revisar con detalle y no te muevas de la ventanilla hasta que te den un cheque. Pídelo a tu nombre, que no te lo den al portador. La cantidad que vas a cobrar son 2,550,000 pesos, que es lo que te corresponde ya retenidos los impuestos. Insisto, solicítalo a tu nombre y guárdalo seguro en la bolsa del saco. Ya que lo tengas en tu mano, afuera te va a estar esperando el gerente de la casa matriz Banco de Oriente. Va a llevar un rótulo con el nombre de Fantomas. En cuanto lo veas, lo abrazas efusivamente y le preguntas dónde están los muchachos. Él te va a contestar que están en el carro. Te subes al carro y te va a llevar a la casa matriz. Te va a dar trato especial, haces tú depósito, sales con tu tarjeta de plástico especial y una libreta de cuentas donde tiene que estar certificado el depósito con la fecha, hora, cantidad exacta. Revisa bien la cantidad con el número de ceros y que vaya también con letra. Si no es así, exígeselos. Gracias a Dios todo se hizo como lo indicó Guajo. Abrazó a su hermana con afecto fraterno y comieron en la TAPO. Eran millonarios, llevando como prenda una tarjeta de plástico y una libreta de cuentas. Llegaron a Puebla temprano y guardaron el secreto por que así se lo había pedido Pantera. María de la Paz perdió un día de clases y con este serían dos. Habló muy temprano con Guajo como asesor financiero y le dio las siguientes instrucciones. –Mira, carnal, tienes que utilizar tu dinero en inversiones hipotecarias. Esas no pierden valor. Tú no te vas a meter de empresario en estos momentos, te falta experiencia. Entonces compra bienes raíces. ¿Cuál es tu prioridad? –Pagar la casa donde vivimos. 296
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–¿A nombre de quién está? –De tu tío Rodrigo. –¿Cuánto te falta de pagar? –200 mil pesos. –De sobra conozco a mi tío y cómo es de ansioso. Paga la cuenta para que viva tranquilo. Llévalo a él para que firme documentos y cuando te entreguen la factura te vas con notario para que se hagan las escrituras a nombre de mi tío. Te voy a recomendar a un amigo notario. Le voy a hablar por teléfono para que cuando llegues te atiendan pronto. Como a las doce del día te vas con mi amigo Sergio a la dos oriente número 221. Era una oficina de bienes raíces. Somos socios y trabajamos a mitades. Estuve pensando anoche en qué se podría invertir el dinero. Mira, enfrente de Plaza Dorada hay un edificio que parece de cristal. Tiene acabados de lujo. Somos trabajadores de la inmobiliaria y vendemos despachos comerciales. La mayoría la han comprado doctores afamados de Puebla. Allí compró Smith, por ejemplo. Te recomiendo el quinto piso, puedes comprar dos inmuebles. Uno lo ocupas y el otro lo rentas. No hay pierde, cada despacho vale medio millón. Yo te aseguro que para el año que entra, esos consultorios van a valer 700 mil pesos. Cómpralos, es un buen consejo. Le vas a invertir un buen billete que de nada te sirve en el banco. Está planeado que en dos meses quede completamente terminado el edificio y puedas tomar posesión. Otro consejo, allí cerca de la casa de mi tío Rodrigo, dos calles abajo sobre la 45 poniente, venden una casa preciosa, el requisito es que el precio es de contado. Muchos la quieren, pero no tienen. Esa casa la iba a comprar yo, por suerte me vine a Veracruz y ahí compré mi casa. Te conviene. Sergio te va a llevar para que la veas. Está de lujo, con todos los servicios. Yo me encargo que te la entreguen dentro de una semana, funcional al cien por ciento. Tiene seiscientos metros cuadrados de terreno, es moderna con 297
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acabados de lujo, cuatro recámaras, dos baños, amplia sala, comedor, jardín, área con un tejabán para comer en el jardín. Te vas enamorar de la casa. Pantera pensaba que era la casa soñada por Cristal, así como la habían ideado para los dos. –Oye, otra cosa. Te conseguí el terreno que está al lado de la casa de mi tio. Quieren 20 mil pesos por él, pero ya hice el trato. Primo, no mames. Qué suertudo eres, felicidades. Sé que sigues soltero, me dijo mi tío Chuchín que traes muy buenas viejas. Lo tienes apantallado. Hazme caso, yo me dedico a esto. Es para bien de la familia. Te envío un abrazo de parte de Olga y mis hijos César y Araceli. Que Dios los bendiga. Se hicieron las cosas como las indicó el Guajo y pasaron a ser nuevos ricos con dos casas, dos consultorios y un terreno anexo. Poco a poco irían gastando el premio mayor. Aún quedaban 750 mil pesos por gastar y toda la familia estaba feliz. El viejo Rodrigo estaba libre de deudas y de preocupaciones. Todo volvió a la normalidad. El trabajo fecundo, las clases en la universidad y la unión familiar. El ser responsable le había dado muchos beneficios en la vida. Era la fuente principal de la existencia. Exclamaba en silencio, hincado ante el crucifijo y el retrato de los payasitos, te extraño, amor de mi vida. Aun a pesar de estos idilios transitorios, nunca dejaré de amarte. Eres la dueña de mi mente y corazón. Dame una señal, Cristal. Estoy desastrado sentimentalmente. No encuentro encanto ni atractivo. Gracias, Dios mío, por tus bendiciones para toda la familia. Cuando entregaron la casa nueva, la inmobiliaria les regaló una cocina integral moderna. Lo primero que compró fueron dos recámaras modernas con camas matrimoniales. En la recámara que iba a habitar colocó arriba de la cabecera, debajo del crucifijo y en marco especial la foto de Cristal y David 298
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maquillados como payasos, con la sonrisa de amor en el rostro. Estuvo un rato triste y lloroso. Luego llevó a Rodrigo de paseo en el Garraxiey lo llevó a comprarse ropa nueva. Le gustaba la ropa deportiva y le compro tres conjuntos, pantalones y zapatos a su gusto, tres suéteres de colores vistosos, chamarras, un traje negro, tenis Converse, sus favoritos y dos overoles nuevos para el trabajo.Se ajuareó el viejo. Llevó a mamá y a sus tres hermanas a que compraran ropa nueva para uso diario para la escuela y ocasiones especiales. Mejoraron su guardarropa y la ropa que ya no ocuparon se la regalaron a Teresita, que era como una hija para David. Fue con María de la Paz a visitar a Teresita y doña Cirina y estuvieron comieron frijoles con queso y sopa de fideo. David mandó a comprar refrescos como en los días de fiesta y charlaron animadamente. Le preguntó Pantera qué máquina de coser le hacía falta y le dijo, aquí sólo caben dos máquinas. Sería bueno una para coser porque la mía ya está muy vieja. También sueño con tener una nueva pero están muy caras, David. Algún día Dios proveerá. No pierdo la fe, mijo. Disculpa, ya te dije hijo. Es que yo nunca tuve uno. Perdóname, David. –Al contrario, doña Ciro. Para mí, usted ha sido una madre con su ejemplo. Posterior a la convivencia se despidieron. –Ya nos vamos, muchachas. Continuamos las visitas con mi ángel guardián, María de la Paz y todavía voy a pasar a ver a Pipiolo. Saludaron a Pipiolo y a Brisa, quienes resaltaron a María de la Paz lo bonita y guapa que estaba. –¿Qué estudias? –Este año termino de arquitecta. 299
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Andaba la chiquilla traviesa jugueteando en el piso y David la tomó en sus brazos. Ella empezó a besarlo y a reírse con él. –¿Cómo se llama la niña? –Cristal, compadre. –¿Ya la bautizaste? –Te estamos esperando, compa. Nadie más que tú puede bautizarla. Compita, te tengo malas noticias. La única doctora Cristal Adams, de Chicago, está reportada fallecida. Pantera se tuvo que sentar. El fuerte, audaz e intrépido, ahora estaba hincado en el suelo con las manos en la cabeza. Pero enseguida reaccionó. –No, ella no se apellida Adams –se levantó exclamando–. Ella no puede estar muerta. Sé que vive porque la sigo amando con todas las fuerzas del corazón. Hubiera querido manifestarle María de la Paz que efectivamente estaba muerta, pero no tenía caso. Estaba muy contento disfrutando el premio mayor. Se fueron a ver a su tío Chuchín y le contó lo de la rueda de la fortuna. –Me da gusto, hijo –dijo el tío emocionado–. Dios no se equivoca y quiere a sus alumnos consentidos. Le comentó a María de la Paz lo hermosa que estaba y luego le explicaron que ya mero era arquitecta y le dio un fuerte abrazo. Enseguida David le explicó al tío la situación de Doña Ciri, quien necesitaba una máquina de calidad con varias funciones para que sacara adelante a su familia. –Ésta es la mejor, hijo. –¿Cuánto cuesta, tio? 300
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–Siete mil pesos. Entonces sacó el dinero de la cartera y fue a pagar humildemente a la caja. –¿Se lo puedes enviar el lunes al 310? Le pidió una tarjeta a la secretaria y le escribió una dedicatoria. La metió en el sobre y le pidió que fuera una sorpresa. Le dio un fuerte abrazo de felicidad. Continuaba el recorrido al lado de su guapa hermana. Tenían ambos parecido físico extraordinario. Se fueron a visitar a Antonio Chácharas, compañero de la universidad y actualmente médico que cursaba el último año de cirugía plástica en México. Se saludaron con un fuerte abrazo. –¿Cuándo te vienes a trabajar, Antonio? –A partir de marzo ya tengo trabajo en el hospital. –Pues a ver qué me cirujeas para que empieces a practicar. A mí o a mi hermanita. –No, ella está muy guapa –expresó cortésmente. Mis respetos, señorita. –¿Qué pasó con lo del carro, Antonio? –Te estoy esperando, ya lo revisaste. Es un Datsun modelo 1976, motor cuatro cilindros. Casi no gasta gasolina. Ya lo llevaste al mecánico y lo calaste. Nada más es que te lo lleves. Está lavadito y el último servicio se lo hice hace ocho días. Ya revisaste aceite y niveles. Del precio quedamos en 50 mil pesos. –Efectivamente, 50 de a mil o 100 de quinientos. Ambos pasaron al interior de la casa de Antonio y ahí le entregó un sobre con los billetes. Lo llevaba en la bolsa del saco. Cuentas claras, amistades largas. Todo salió perfecto, Toni le 301
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entregó las llaves y se fueron a la casa. Llenaron el tanque en una gasolinera. En cuanto llegaron, le hablaron a Rodrigo y salió contento. –Te dejaron este regalo del día del padre, que te lo habías ganado a pulso muchacho, rebelión –dijo David emocionado. –¿Es en serio o es broma? –Te lo cambiaron por tu Garraxie. –Si es así, encantado con el cambio –comentó el joven sesentón. Como no cabían todos en el auto, David se quedó y los demás se fueron a estrenarlo. Al día siguiente por la mañana, David se llevó el Galaxie al taller mecánico con los Villaseñor para revisarle niveles, afinación o reparación del motor. Lo que necesitara para hacerlo completamente funcional. De allí pasaría al taller de enderezado y pintura azul metálico con unos resaltes en blanco. El trabajo lo haría Toño el Cinco copas y terminaría la compostura con Genaro el de los cubreasientos. La idea era dejarlo como nuevo. Todos eran amigos del barrio y no lo iban a transar porque eran cuates. David estaba en su antigua recámara. Isabel conservaba el retrato ampliado de los payasos encantadores. Estuvo lloroso un rato. Cuando llegaron los integrantes de la familia, se fue a su casa triste y cabizbajo. Avisó que al rato volvería para comer. Cuando llegó el Galaxie reparado le taparon los ojos a Rodrigo antes de que lo viera y se quedó maravillado de la transformación. Lo hicieron pasar por debajo de la víbora de la mar y lo atraparon todos. Se había ganado el Galaxie. Era su compañero que adquirió en su trabajo con esfuerzo y dedicación. Lo tenía recuperado como en sus mejores tiempos. Ahora sí se dieron tiempo para ir todos a pasear. 302
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Para septiembre tenía seis meses de residente de tercer año y le entraba la nostalgia con el recuerdo del examen profesional de Cristal, la jubilación y la boda. Se ponía melancólico, extrañaba al amor de la vida con la que todo era natural y fácil. La de los periodos de energía que contrastaba con los de melancolía. Estaba enterado que tenía un hijo y le interesaba la que era su inspiración, la que dirigía sus anhelos, la capitana del barco, el cristal de acero que le daba la fuerza vital. Antes del fin de año, la casa estaba totalmente amueblada. En una parte del jardín tenía una barra horizontal, paralelas y caballo con arzones fijos que protegía con un impermeable en tiempo de lluvias. Dejó un gran espacio para ejercicios a manos libres sobre el pasto y en la parte de atrás un tejabán que protegía un terreno encementado con un asador para los días de festividad con los amigos. No tenía novia y se la pasaba haciendo gimnasia. Entrenaba por las noches a tres jóvenes adolescentes que querían dejar los estudios. Eran hijos de un vecino compañero de la prepa que quedó discapacitado por un accidente automovilístico. Perdió facultades motrices pero quedó con un gran sentido del humor y platicaban mucho de aquellos tiempos. Bajaba en su silla de ruedas y se incorporaba al grupo. David integraba a sus tres hermanas e hizo una mixtura de gimnasia y defensa personal. El consultorio lo atendía los sábados todo el día con ayuda de María de la Paz. Se anunciaba como médico general y tenía mucho trabajo. El otro consultorio lo habilitó como gimnasio, donde estaba todo lo necesario para practicar su deporte favorito. Cuando estaba muy cansado se quedaba a dormir en la lona o tatami durante toda la noche. A sus hermanas mayores se les dificultaba trasladarse hasta Ciudad Universitaria, nueva sede de algunas facultades. Se diseñó una estrategia familiar en la que trasladaban al trabajo a Pantera y se llevaban el Datsun a la escuela para que mamá no es303
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tuviera preocupada. Todos participaban con esfuerzo y trabajo. Don Rodrigo se jubiló y sus amigos le hicieron una sencilla fiesta de despedida en el autoservicio. Salió satisfecho por el reconocimiento a su labor artística en el mantenimiento de los automóviles, en la limpieza esmerada de sus interiores y exteriores, dejando a los patas de hule relucientes para salir a la calle guapos y ser admirados en las calles por la gente. La casa se vistió de lujo y llegaron las familias materna y paterna a la comida en su honor, para reconocer a quien trabajó 30 años, manos útiles y trabajadoras que hacen un trabajo digno pero poco reconocido. –Me siento orgulloso y satisfecho por el trabajo realizado –dijo don Rodrigo–. Siempre fui amable, servicial, honesto y trabajador. Dejo como legado a mis hijos la ética laboral de persona honrada y doy gracias a Dios porque con dinero bien ganado me alcanzó para mantener dignamente a mi familia. Los regalos y prebendas fueron cosas del azar. Se contrató personal de albañilería para bardear el terreno anexo y colocar un límite a lo que te pertenece. En el frente, los diez metros fueron aprovechados para construir dos grandes locales. Uno para una refaccionaria y el otro para un despacho de arquitectos. En el fondo del terreno había una mesa larga de seis metros elaborada de cemento con bancos del mismo material a su alrededor. En el fondo, una estructura para colocar una estufa y una parrilla grande para cocinar comida o asar carne. Una pila en donde depositar suficiente hielo para las bebidas, un tejabán sostenido por polines de acero y en el techo, láminas de plástico resistentes y transparentes. Había una hamaca de cada lado para los relajados. En la parte central del terreno, un área encementada con un poste al frente, sostenía una canasta. Fue el premio mayor para Rodrigo, un área donde practicar su deporte favorito. En las laterales dos postes servían para colocar la red cuando se organizaban los partidos de voleibol familiar. El resto del piso estaba tapizado de pasto. Los ladrillos de una barda 304
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lateral fueron encementados y pintados de blanco. En el centro, María de la Paz pintó un mural con el rostro de Cristal y David. Posaban como payasos sonriendo a la vida. Quedó de ensueño para el día que fuera el hijo de David. En octubre le habló Hortensia a David por teléfono al hospital. Eran como las doce del día cuando le dijo que iba de visita y que llevaba noticias frescas. Pidió que mandara a su familia a recibirla a la CAPU a las cinco de la tarde para no despertar sospechas. Que la llevaran al Hotel Colonial y allí se hospedaría. Iría con un pantalón azul, blusa amarilla, zapatillas color negro y un sombrero blanco. David le comentó que su hermana iría con un vestido de color lila y zapatillas blancas. Le notificó que no se hospedaría en el Hotel Colonial que la iban a llevar a un sitio más exclusivo que no despertaría sospechas. Mari Paz se dirigió hacia ella con mucho entusiasmo y la abrazó contenta. Toda la familia continuó el protocolo de bienvenida y a los lejos el novio la estaba despidiendo. Ya estaba programado para salir a México inmediatamente y les dijo que era su hermano. Si algo tenía la doctora similar a David, era la sangre fría. Era una maestra para utilizar la hipocresía con elegancia cuando era necesario. Eran buenas alumnas de Pantera, Hortensia y María de la Paz. –Déjenme identificarlos, dijo la glamorosa–. Don Rodrigo, doña Andrea, María de la Paz, María Isabel, María del Pilar. Soy Hortensia, la novia enamorada de David, y me da mucho gusto conocerlos. David se parece mucho a usted, Don Rodrigo. También Isabel y María de la Paz. Sólo tú, Pilarcita, eres igual a tu mamá. No le paró la boca hasta que llegaron al edificio elegante y se bajó con distinción. Se despidió de beso de cada uno de ellos y 305
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María de la Paz la acompañó al quinto piso. La estaba esperando David, entusiasmado. La besó, la abrazó, le hizo rehilete y la doctora perdió la galanura. Se fue la hermana con la familia a la casa y los amantes se quedaron para admirarse mutuamente. –Qué bella estás, mi amor. Mejor que nunca –dijo Pantera. Hortensia se sentó en sus piernas y empezó a besarlo y acariciarlo. Él respondió con ímpetu y le habló al oído, agradeciéndole por estar ahí. Entonces ella le pidió parar. –Primero felicítame porque ya tengo base en Ciudad Victoria. Segundo, te traigo noticias frescas de tu familia. Tercero, tengo novio y me caso en 30 días. Cuarto, soy una fracasada. Estaba segura que eras prueba superada pero me equivoqué. Nada más te vi y sentí que llegaba a la mezquita azul en Estambul. Te sigo amando con todo el corazón. Yo creo que suspenderé la boda hasta estar segura. –Te voy a dar un consejo práctico –comentó David–. Si no te sientes segura, madura. Si sientes temor, aférrate al amor. Si te falta confianza, busca alguien que te rasque la panza. Empezó a rascarle la panza con ternura. Besos y caricias fueron bajando el telón hasta quedar los cuerpos exhibiendo la piel ardiente. Completaron el protocolo sexual hasta quedar sin fuerzas y se quedaron tendidos en el tatami hasta recuperarse. Ella se metía en el cuerpo atlético buscando protección y seguridad, mientras él le susurraba te amo, chiquilla bonita. –Gracias por llegar a mi vida, le cambiaste dirección y me despertaste de un sueño prolongado, te volviste aliciente. Hortensia no pensaba escuchar eso. Estaba segura que sólo ella lo amaba, pero ahora que el sentimiento era recíproco, sucum306
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bió al amor. –Panterita, en verdad me cautivas, me embobas, me transformas. ¿Dónde estamos? –Es el gimnasio de mi tío. Me lo prestó. Él está en México y regresa hasta el lunes. En un lado tengo mi consultorio, me lo renta por una mínima cantidad. –¿Sabes qué, mi amor? –dijo Hortensia–. Venía segura de terminar nuestra relación. Sentía que no me querías, pero con esta demostración de afecto me estás cambiando la ruta. Yo te he amado desde que eras novio de Cristal. Te entregué mi virginidad y aunque me vez locuaz y extrovertida, siempre he puesto límites en mis relaciones con los novios que he tenido. De antemano sé que me buscan por la sexualidad. Desde niña pensaba que la primera vez que entregara mi cuerpo sería a un hombre atractivo y macho que me tratara con la delicadeza que tú me trataste. Me fui complacida, pero mal correspondida en el amor. Lo que más deseaba es que me dijeras lo que me expresaste hoy. Por lo tanto me vale lo que pueda pasar. Llévame a bailar a Cholula, a donde tú quieras. Hoy va a ser mi despedida de soltera, no me importa quién me vea. David le habló a María de la Paz para que le llevara el Datsun y que la acompañara papá Rodrigo en el Galaxie para que se regresara con él. Iban a utilizar el auto. Se fueron a trasnochar a las discotecas a Cholula y regresaron a cenar a Puebla unas ricas chanclas adobadas. Continuaron toda la noche el festival sexual y despertaron a las diez de la mañana. El camión salía a la una de la tarde y ya tenía comprado el boleto. Fueron a desayunar tlacoyos, gorditas y molotes. A las doce se fueron a la central camionera. Estaban sentados tomados de la mano esperando que partiera el camión. En los minutos finales del romance llegó la tristeza. 307
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–Si no estás segura, madura –dijo Hortensia a 15 minutos de partir–. Me voy a casar, David, esta sería nuestra última entrevista. Si sientes temor, aférrate al amor. Eres lo que más quiero, y me voy partida en fragmentos. Ahora yo te la voy a partir a ti, mi amor. Cristal está muerta. Falleció cuando nació tu hijo. No sé cómo ni cuándo, pero me lo dijo tu suegro Eduardo. Te queda tu hijo David y tu familia en Puebla lo sabe. Amor mío, perdóname. Me tengo que ir, sabes que mi corazón es tuyo. En eso llamaron a los pasajeros para abordar el camión y antes de la partida, David tomó la palabra. –Las despedidas no deben ser tristes para las personas que se aman. Finge una sonrisa para que me quede el recuerdo. La besó apasionadamente, le hizo rehilete y la llevó cargando con todo y maletas al camión. Cuando subió al autobús, David fingió la mejor sonrisa y Hortensia lloraba desconsolada. Lo alcanzó a observar a través de la ventanilla, pero Pantera no volteo. Se fue levantando la mano en señal de despedida. Afortunadamente era sábado y no hubo consulta. Estuvo llorando un buen rato ante el retrato de los payasos risueños. Se le murieron dos personajes que amaba, su esposa ausente y la presente, su apoyo emocional. Se volvió a esfumar el amor, se fue para quien sabe qué parte del universo. Llegó a la casa cabizbajo. Estaban todos comiendo y esperó a que terminaran. No dejó que nadie se levantará. –Ahora quiero que me expliquen porque no me han dicho que Cristal falleció en el momento del nacimiento de David. Todos guardaron silencio hasta que María de la Paz se atrevió a hablar. –David, hace dos años vino don Eduardo a notificarnos que 308
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Cristal estaba muerta y que su última voluntad fue dar su herencia a nuestra familia. Nos trajo 250 mil pesos y mi papá los rechazó. Le dijo que mejor lo utilizaran para la educación de tu hijo, pero se fue con papá a hacer el trámite para la casa. Ya la tenía contemplada antes de que la conociéramos. David estaba llorando. Doña Andrea tomó la cabeza de su amado hijo entre sus manos y su padre lo tomó por los hombros. Sus hermanas se acercaron a él y entre sollozos David por fin empezó a hablar. –¿No dijo más de Cristal? –Sí, dijo que era tu esposa y que se habían casado en Río Verde y en Tampico. Nos contó cómo se habían conocido y lloró cuando vio el poster de ustedes dos pintados de payasos. Pobre viejo, estaba triste y conmovido. Nos pidió guardáramos silencio, que Cristal en sus últimos momentos pidió que cuando terminaras tu residencia, el último día, te trajeran a conocer a tu hijo. Así lo prometió y no se ha vuelto a comunicar con nosotros. David estuvo llorando toda la tarde. Miraba el mural que había hecho su hermana. Le correspondía a Cristal la mitad de la casa. Allí estaba, no se había ido. Le preguntó María del Pilar si Hortensia era su novia. Les comunicó que fue novia transitoria. –Es una buena amiga, doctora de Río Verde. Es muy simpática, agradable, juguetona y buena persona. Era mi informante, ha trabajado como detective en el caso de Cristal y su familia. Se va a casar en 30 días. Le tocaba guardia el domingo y se fue a trabajar con entusiasmo. Antes de irse le dijo a toda la familia. –Nadie es víctima mientras no se victimice. No le puedo reclamar al jefe que está en el cielo porque me amonesta. No me puedo enojar con Cristal por haberse ido sin despedir. No puedo 309
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estar triste porque a Cristal no le gustaba, la que tanto me mimaba seguro que me haría reír. Por algo pasan las cosas, Señor. Ahora voy a vivir con la esperanza de conocer a mi hijo. Tengo que transformar mi vida. Antes vivía con la esperanza de recuperarla, pero ahora tengo que pensar en mí, que ya no soy tan joven. Familia, les agradezco su comprensión. A ti, don Rodrigo, porque te has convertido en un amigo. A ti, doña Andrea, que eres lo sagrado de mi vida. Eres incondicional a pesar de todo. A ustedes, hermanas, no cambien y sigan siendo alegres. Me confortan la vida. Ya me voy al trabajo. Me urge terminar la especialidad para conocer al hijo de las entrañas de mi amada esposa. Le dio un giro a su vida. En las noches visitaba el 310 y se sentaba en el quicio con Juanito el apóstol y amigo. Recordaban los tiempos de estudio y hermandad. A veces se le unía Teresita, que lo adoraba. Lo tomaba del brazo y metía su cabeza en su pecho como en los tiempos de Cristina. Juanito lo tenía actualizado sobre la vida del vecindario. Pipiolo había vuelto a las andadas de coscolino, el Abogado se mantenía en permanente discusión con su pareja y Teresita ya iba a terminar la secundaria. Era muy buena hija, excelente estudiante y destacada alumna en la disciplina de gimnasia. Ella y Doña Cirina se habían mudado a los departamentos de enfrente. Tenían mucho trabajo y la hija se estaba forjando como artista en la elaboración de modelos femeninos de costura. Esto mantenía a Pantera alerta por sus amigos y compadres y contento por su hija adoptiva, Teresita. En una reunión les confesó que Cristal había muerto y que tenía un hijo al que no conocía. Esperaba ansioso el momento para tenerlo en sus brazos y admirarlo. Quería descubrir los genes maternos para volver a ver a su amada a través de su vástago. –Eso es parte del amor, amigos. Quiéranse hoy porque mañana quien sabe si estemos vivos –tomó en brazos a la niña Cristal–. Miren qué hermosura. El cabello, Pipiolo, los ojos de Abril, la 310
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mirada de Chavelita, su abuela paterna, la nariz de Tomás tu hermano, la boca de Carlita, abuela materna, el cuerpo esbelto de Abril cuando era niña. Es la mixtura de los dos y los necesita juntos, amándose como cuando eran novios. Compita Pipiolo, recuerdo los días cuando estabas con Abril y tomabas su cara. Te deleitabas mirándola y la besabas con ternura. Tu princesa, así le decías. Abril, tú le correspondías como lo que eres, una diosa enamorada de tu Pipiolo. Tú también, compadrito y Lilia, ámense. Dejen las contiendas a un lado, vivan en paz y tranquilos. Mira nada más qué hermosa está Cristina, la hija de ustedes. Aprovechen lo que yo no tengo. A mí la vida me ha dado en el amor premios mayores como en la lotería. No me quejo, han sido experiencias magníficas que me han subido hasta la galaxia Andrómeda. Para luego darme una revolcada en el fondo del cañón del Pegüis. No en una sino en varias ocasiones. Eso duele, lastima. La única estrategia para superarla ha sido trabajar hasta el cansancio, hasta ya no poder. Échenle ganas a la vida y pongan fecha para los bautizos. Tengo muchas ganas de ser padrino de estas bellezas. El cambio es el paso a la evolución. El que mejor se adapta sobrevive. Así son las células del organismo, la señalización de la célula te conduce a elegir deseos que pueden volverse realidad. Alegre surge la diferenciación celular que transforma la vida. Fue por su padrino Chuchín para que lo acompañara a una agencia de autos, pues su consejo siempre era de hombre sabio. Eran muy amigos e iban abrazados. Al llegar a la agencia reconocieron al empresario. Les hicieron una demostración de los carros en exhibición, los que estaban en el catálogo que no estaban en existencia. David ya le habia echado el ojo a un Mustang negro, un caballo de acero, moderno, deportivo, modelo Fox Bodi. Se enamoró con sólo verlo, como de Hortensia, su hermosa morena de fuego. Le solicitó a su tío la opinión sobre el auto. 311
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–Está hermoso, curvilíneo, atractivo y potente como tu novia la tampiqueña. –Así me pareció a mí también. Revisaron el citoesqueleto, o sostén de la célula. El citoplasma con su citosol, organelos, las mitocondrias con su ciclo energético poderoso, los lisosomas o sistema de limpieza impecable, el núcleo o motor con sus ciclos en orden. Todo listo para el buen postor. Tras una revisión minuciosa, David se decidió a llevárselo. –Ahora la tarea es tuya, tío. El mago de los negocios. Se concertó un económico precio, con seguro total y cobertura amplia por un año. Las primeras dos revisiones en la agencia gratuitas. Sacó la chequera el también empresario Pantera e hizo un cheque por la cantidad estipulada. Se lo entregaban al otro día con el servicio completo. Llevó a su tío a la agencia y se despidieron con un fuerte abrazo. Tenía razón el Abogado, la seguridad panteril estaba forjada en la amistad solidaria con los exitosos primos y el mago de la confianza, el tío Chuchín. En cuanto estuvo en la casa se acostó y en silencio platicó con Cristal. –Me quedo con 550 mil pesos en el banco. Vamos a dejar este fondo fijo como la cantidad más baja a mantener. No la moveremos más que en caso de urgencias. Vamos a vivir con los sueldos del seguro y la universidad. Gracias, Padre mío, en realidad tenemos mucho comparado con otros. Antes de acostarse a dormir por las noches, rezaba esta oración. –Bendito mi Dios padre todopoderoso, agradecido porque cuidas a mi familia. Eres generoso, Señor, en mi trabajo. Perdona 312
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mis ofensas si las he cometido. Te pido por todos los enfermos del mundo, por las personas que están llegando ante ti. Purifica sus almas y perdona sus pecados para que puedan gozar de tu gloria. En especial, te pido por mi esposa Cristal. Bendícela, protégela, mímala como si fuera yo mismo. Cómo quisiera estar con ella, pero no puedo, Señor. Tengo que atender a mi hijo. Tú lo mandaste, Señor. Dame paciencia para conocerlo. Gracias, Señor Padre creador. Te agradezco, Hijo Redentor. Te reconozco, Espíritu Santo, dador de vida. Estoy tan lejos de ti, y a pesar de la enorme distancia, te siento juntito a mí, corazón, corazón, alma con alma, y siento en mi ser tus besos, no importa que estés tan lejos. El día de la entrega del auto, se hizo acompañar de su padre Rodrigo, el tío Chuchín y el maestro Smith, su gran amigo. Rodrigo abrazó a su hermano Chuchín en señal de fraternidad. Saludó al maestro médico y recogieron al caballo de acero para llevarlo a conocer las calles de Puebla. Nadie lo quiso manejar, dejaron al vaquero que lo domara. Todos coincidieron en el camino en que a esa morena sólo la podía domar un valiente. Les platicó la historia de Hortensia, otra más que se fue porque así es el destino. Vienen cosas mejores, palo dado ni Dios lo quita. Todo fue risas en el trayecto, y después de un rato fueron a comer. David estaba de guardia y todo estaba bajo control. A sólo dos meses de terminar la residencia, era tiempo decembrino, nostálgico para algunos, de alegría y festividad para otros. Le habló Pipiolo y le comentó que Abril iba a tener su parto y que la primera vez no fue bien en el Seguro Social. Estaban inconformes pues no recibió el trato humano que debería. Por eso solicitaba su ayuda. Le dejó la guardia encargada al residente de segundo año y se fue a la casa con ellos. Entrevistó a su comadre sobre antecedentes y evolución del embarazo y todo marcaba normal. Checó los signos vitales y revisó el foco fetal, todo bien. Luego 313
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hizo exploración vaginal e indicaba cinco centímetros de dilatación. Se subieron al Mustang del año y se le rompió la fuente a Abril en el camino. Llegaron rápido en el intrépido caballo y pasaron al área de ingreso. Estaban sólo médicos internos y cuando lo vieron llegar lo saludaron pues lo conocían muy bien. Algunos fueron sus alumnos. –¿Quién está de residente de tercer año? –preguntó David. –El doctor Garduño, maestro. –Háblenle, por favor. Llegó el tigre al encuentro con Pantera. –¿Qué milagro, barbón? –Vengo con mi prima Abril, ya trae cinco de dilatación. –Tú que vas a saber de esto, lo tuyo es medicina espacial –dijo mientras la revisaba–. Ya casi está completa. Pásenla a sala de expulsión. –Por favor, atiéndela tú, tigre. –No me digas que vas a entrar. Te voy hacer el honor de entrar a las minas de sal. Después de tres años no había regresado a una sala de expulsión. Estuvo platicando con el tigre. –Ya mero salimos, barbón. No se te ven ganas de casarte y ahora menos que te compraste el Mustang. O mantienes a la vieja o al carro. Entraron vestidos con uniforme quirúrgico a sala de expulsión y allí estaba Abril agitada antes del período expulsivo. David la tomó de las manos y le limpiaba el sudor de la frente, animándola durante las contracciones uterinas. No había reparado en la 314
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identidad de la enfermera. –Siquiera salúdame, ingrato. Ya que no me hiciste el favor, aunque sea por el recuerdo de que fui aspirante fiel. Panterita, no te haces nada ingrato. Sigues en forma, chiquito. La reconoció cuando se bajó el cubrebocas. Era Yolanda, una enfermera amiga de Tlaxcala. –Ya ves, Pantera. No es por falta de oportunidades que sigues solterito –dijo el tigre. Le ofreció un abrazo y un beso a Yolis. Entonces entró la pediatra y todos guardaron silencio. En ese instante, con un fuerte pujido, nació la segunda hija del Pipiolo. Allí estuvo el compadre sosteniendo la mano de Abril con seguridad, para que sintiera que no estaba sola. Le limpió el sudor de la frente y le mojó los labios con agua. –Así es de que usted es la ganona de Pantera –dijo Yoli. –No, señorita. Es mi primo –contestó la exhausta. –¿Aún sigues invicto pantera? –Por el momento sí. Ando tras los huesitos de una monjita chaparrita pero no soy santo de su devoción. –Ya oyó, doctora Brisa, la indirecta es para usted –dijo el tigre emocionado y la doctora guardó silencio. –Gracias, David, muchas gracias –dijo Abril. –No, Brisa. Perdón, Abril. Para que este momento sea inolvidable, la atención obstétrica fue brindada por el tigre Antonio Garduño. Nunca se te va a olvidar. La enfermera Yoli Montes de Tlaxcala. La pediatra es la monjita más hermosa y se llama Brisa. Espero que pronto me acepte como novio. 315
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Salió el tigre y Yoli, y se quedaron los tres en la sala. –¿Ya se porta mejor mi compadre? –preguntó David. –Sí, David. Gracias –dijo, y le pidió a Pantera que acercara su oído–. Siempre te he amado en silencio. –Yo también, amiga –contestó David en voz alta para despistarla–. Siempre he soñado tener una niña. Nada me haría más feliz. Depositó un beso sutil en la boca de la puérpera en señal de amistad y se quedó en silencio la sala por un momento. Luego se dirigió a ver a la recién nacida y acercó su rostro al de la doctora hasta sentir la piel de las mejillas, calientes y sonrosadas. Luego pidió permiso a la doctora y tomó a la niña entre sus manos. –Envuélvela en el campo –le dijo la doctora Brisa. La llevó hasta Abril y se la puso en el regazo. –Comadre, dale de mamar. Voy a quitarle la chamba a mi novia. Lo que se trata, Abril, es de que con este acto de amor, alcances satisfacción. Es un ciclo de satisfacción mutua para el bebe y para ti. Regresó con la pediatra sin bebé, le bajó el cubrebocas con delicadeza, acarició su cara y luego besó sutilmente sus labios. Ella cerró los ojos. –Eso quiere decir que sí, monjita. ¿Aceptas ser mi novia? Lo abrazó y dijo que sí. Entraron el tigre y Yoli, y aplaudieron la escena romántica. Tenía los requisitos de Pantera, muy blanca, delgada, cara hermosa, simpática y ahora chaparrita para que se perdiera el hechizo. –Compañeros y comadre, les presento a mi novia Brisa. 316
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Todo estaba programado previamente. David le habló a Brisa para que fuera a recibir a la niña y ella aceptó la misión, solicitando permiso especial a la pediatra de turno. Cuando ya estaba en el cuarto la puérpera, llegó Pipiolo a ver a la esposa. –Acércate, compadre. Observa a este par de bellezas que lo dieron todo por ti. Brisa les tomó una foto con su cámara Polaroid instantánea para que la mandaran ampliar y la pusieran arriba de la cama. –No se les olvide que son familia. Compadre, ya nos vamos. Déjame presentarte a mi novia la doctora Brisa. David ya tenía tiempo cortejando a la pediatra. La conoció en el elevador del hospital después de ir al comedor y se acercó a su gafete para observar su nombre. –Se llama usted Brisa, doctora. Es difícil no recordar una cara bonita como la suya. La veo seguido con esta vestimenta antigua. Pensé que era monjita de alguna institución que visita a los niños. –No sea grosero, David. Yo no le he faltado al respeto. Cuando le diga pantera erótica, entonces me puede decir monjita. –Me salió respondona, sor brisa. Pocas veces tengo el honor de decirle piropos a una compañera. Les digo cumplidos o bromeo, pero piropos a nadie porque comprometen –dijo David sorprendido –. –Esta ofensa de felino y erótico sólo se paga con una cita. –Pues vete a un monasterio a buscar una monja. Adiós, felino –dijo antes de bajarse del elevador e irse directo al área de pediatría. Era muy linda pero muy anticuada. Usaba pelo largo, blusas con medallón en el cuello, faldas debajo de la rodilla y escondía la belleza en las profundidades. Superficialmente era discipli317
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nada, seria, estricta, inteligente, conocida porque realizaba los procedimientos pediátricos con precisión matemática. Había realizado la especialidad en el centro médico nacional. Sor Brisa era un hueso difícil de roer y convencer. Empezó a buscarla a la hora de la comida para ir al comedor y ella acepto acompañarse mutuamente. David le platicó que le llamaban felino porque era gimnasta acrobático. Lo de erótico sería porque a todas las personas cuando llaman la atención por algún atributo se vuelven atractivos. El erotismo es imán de la sexualidad. –Yo no sé para quién resulte encantador. De lo que estoy convencido, por el tiempo que llevo de conocerte, es que tú sí me atraes. Me gustas, chaparrita. Llenas mis expectativas para el amor. Brisa, en las lides del amor he sido atropellado varias veces, suficientes para meditar bien el iniciar un romance. He tenido tres amores, el primero en la prepa me dejó enamorado y se fue a Canadá con previo aviso. El segundo fue en la universidad. Cinco años enamorados, pero se fue para Chicago y nunca volví a saber de ella. La tercera en el servicio social, el amor más grande que he tenido. Se fue para Estados Unidos y hace dos meses me informaron que había muerto. De esa relación nació un hijo que espero conocer el último día de la residencia. Hasta entonces lo van a traer para que lo conozca. Tuve un cuarto amor fugaz que me rescató de la melancolía, desterró paradigmas que no me permitían relacionarme amorosamente con las mujeres. Esa es mi historia romántica. Tengo una familia nuclear extensa y hermosa. Somos de clase media, tradicionales, católicos. Mi padre es jubilado y mi madre jubilosa. Mis hermanas, una estudia arquitectura, otra contaduría y la más chica es bachiller. Esas son mis cartas de presentación doctora y monja de los niños. Brisa contestó con lo propio. –Nací en el Distrito Federal e hice los estudios elementales en la Ciudad de México, en la UNAM. Soy hija única, educada en una familia tradicional y rígida. Somos católicos, le llama318
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remos ortodoxos apegados a Dios. Eso me hace seria, retraída, indiferente. Sólo he tenido dos novios formales y la caricia más intensa han sido besos sutiles o abrazos. He sido demasiado rígida e introvertida. Leo mucho, me gustan los autores clásicos. Me encanta el romanticismo. Hubiera nacido en esa época. Actualmente busco un galán que me valore, proteja y que me haga sentir mujer porque nunca lo he sido realmente. Tengo miedo a que me engañen, me seduzcan con mentiras, engaños o embustes. Por eso soy resistente con muchas barreras y obstáculos. Esas son mis cartas, David. Me gustas. Por favor, si piensas tener un romance, invítame a salir. Vamos a conocernos, quiero que conozcas a mi familia. Pero por favor no me engañes. –Te lo prometo, monjita. Déjame conocerte. Me encantas, sor ye ye, novicia voladora, madre Teresa. Una última pregunta, ¿no tienes pensado vivir en Estados Unidos, Canadá o Europa? –No, David. Soy hecha en México y estoy al servicio de mi patria. Brisa lo llevó a conocer a sus padres. Era una casa antigua muy grande en la colonia Humboldt. Era una esquina que abarcaba la intersección de dos calles oriente y sur, limitada al frente por un portón principal metálico. La entrada a la casa estaba protegida por una puerta de madera elaborada de cedro, con dintel, alféizar, jamba, quicio, umbral, panel y picaporte. A los lados de la entrada principal había dos jardines rectangulares, limitados con enrejado metálico sencillo, asentadas en un basamento, con barrotes verticales y postes de apoyo. En una de las laterales estaba mimetizada una puerta que era entrada para los autos. Después de la puerta principal, estaba un pequeño recibidor con una mecedora y bancos antiguos. Enseguida, una lúgubre sala con poca iluminación. Elegantes cortinas gruesas tapaban la luz, que quedaba atrapada en los patios de acceso. En la parte lateral, la cocina de estilo antiguo. Por esa habita319
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ción se salía a un patio de forma cuadrangular, con nueve habitaciones alrededor. En el centro había una fuente con una gárgola monstruosa que no contenía agua. Hacia la parte posterior, había un callejón que llevaba a un enorme traspatio. Pantera pensó que esa es la casa de los monster, vine a caer con la bonita Marilyn, a ver a qué hora aparecen Herman, Lily, Eddie y el abuelo. No se cumplió lo imaginado y se quedó sorprendido al ver a la familia encantadora, todos guapos, con vestimenta moderna. El padre Antonino, la mamá María del Carmen, el abuelo Leopoldo y la abuela María Dolores. Una familia simpática y bromista, con límites restringidos en el lenguaje, para no tropezar en la vulgaridad. Brindaron por el encuentro con vino de la Rioja por la amistad de Brisa y David. Fueron directo al meollo del asunto y le señalaron el protocolo del noviazgo. Dos semanas para conocerse, mínimo un año de novios y al final la boda. Se estaban programando para el futuro. El papá era ingeniero mecánico, la mamá maestra de literatura y los abuelos refugiados españoles, uno poeta, ella escritora. Le cayeron bien los miembros de la familia porque no se andaban por las ramas y fueron directo a diseñar una planeación romántica para que no hubiera confusiones. Le otorgaban la amistad de su hija y la aceptaba con compromiso o la dejaba en la mesa. Aceptó la misión, una nueva experiencia en su vida. Al otro día por la mañana lo llamó el jefe a su oficina. Brisa estaba sentada en el área de los estudiantes y David se desconcertó pensando que podría tratarse de algún problema. Saludó al maestro con cortesía. –Siéntate, David. Aquí esta muchacha vino a reportarte porque la besaste sin su consentimiento. –¿Cómo cree, profesor? Yo no beso monjas quisquillosas.
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Brisa se levantó y besó a su amado. –El doctor es mi tío y vine a contarle que somos novios. Te aprobó de puro panzazo y dice que tienes que quererme mucho y consentirme para que puedas aprobar la especialidad. ¿Cómo la ves mi amor? –Bueno, si es así ya aprobé. Te voy a dar lo mejor de mi vida. –Sobrina, estás en las manos de un hombre confiable. Es muy solicitado por las mujeres, pero me doy cuenta que es muy selectivo –dijo el maestro–. No anda con cualquiera y no tengo quejas al respecto. –Gracias, tío, por la aprobación. –Su mamá de Brisa es mi prima y por eso nos liga el parentesco. A propósito, David, me comentaron que continúas la especialidad en Dermatología con los maestros del hospital. –Según la casa matriz ya me autorizaron la beca para este hospital, ya sólo hay que esperar la decisión oficial –respondió dudoso. Me da gusto, sobrinos. Me gustan para novios y espero lleguen a . –Eso esperamos, tío –contestó Brisa emocionada. David la llevó a su casa a presentar con sus padres y la recibieron gustosos. Don Rodrigo la llevó a conocer la cancha de basquetbol y la invitó a que hiciera unos tiros a la canasta. Brisa observó el mural central con curiosidad. –Qué bonito mural con esos payasos. ¡Está fantástico! –expresó. Le dieron la bienvenida con cordialidad. Era bonita, simpática, sencilla y modosita. Se le notaba a leguas que estaba enamorada de David. Las muchachas la invitaron a salir una tarde en que 321
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Pantera estuviera de guardia. Pusieron fecha y hora. David la llevó a la casa de su propiedad y allí estaban en la calle los tres hijos del tibio. Les presentó a su novia y después entró a casa de su amigo sin pedir permiso. Encontró al joven carcajeándose viendo una serie televisiva y pensó que solo era David. –¡Pásale, carnal! Ya conozco tus pasos. –Voltea a saludar a mi novia. Apagó el televisor y se presentó con cortesía y amabilidad. –Sólo te pasamos a saludar, carnalito. Sigue viendo tu programa. –Oye, David. Los muchachos ya se inscribieron en la universidad. Gracias por tu ayuda, amigo. Entraron a la elegante casa de David. La llevó de tour por toda la casa y cuando llegó a su recámara volvió a ver la foto de los payasos. –¿Quiénes son? Se me hacen conocidos. –Es un regalo de la benefactora de las casas, patrocinadora oficial. –¿No te aburres solo en este caserón? –Tengo mucho que hacer en mis días de descanso. Todo el mantenimiento corre por mi cuenta y además doy clases nocturnas. Le habló a los muchachos para que pasaran. –Calienten, demuéstrenle a mi novia lo que han aprendido. –Deja cambiarnos de ropa y regresamos pronto. Llegaron los 322
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tres más las tres hermanas de David y calentaron un rato guiados por María de la Paz, antes de empezar el entrenamiento. David se puso a calentar mientras Brisa estaba sentada sobre el pasto, mirando lo disciplinado de los seis integrantes. Estaban entregados a los ejercicios secuenciales con ritmo y velocidad y después de un rato pasaron a los combates de defensa personal. Después de 40 minutos se sentaron a descansar. Inició el espectáculo de Pantera sobre las barras paralelas y luego sobre la barra horizontal, caballo con arzones y al final lo mejor, ejercicios a manos libres sobre el pasto. Era un espectáculo digno de ver por la perfección de los giros, saltos mortales, doble mortal y al final el triple mortal. Brisa se quedó con la boca abierta, asombrada de tanta acrobacia. No le conocía esa faceta y el uniforme médico ocultaba su musculatura corporal bien marcada y resaltada. Aunque estaba sudado, lo abrazó para sentir esos poderosos que atraían a todas las mujeres. –Ahora entiendo por qué las compañeras de trabajo le dicen Pantera erótico. Lo voy a tener que cuidar mucho porque si no me lo vuelan. Llamó a María de la Paz para que la cita de chicas fuera el día siguiente, durante la guardia de David. Se fueron todos y se quedó sola la pareja. Finalmente se empezaron a besar sentados sobre el pasto. Cuando las caricias subieron de intensidad, ella puso un límite. Lo llevó al interior de la casa, donde se paseaba nerviosamente con la mano sujetando su pelo hasta que después de un rato recuperó la cordura. –David, te amo. Este es mi pensamiento original, no sé qué te parezca. Yo, Brisa, quiero llegar virgen al matrimonio. Desde niña he soñado con ofrecer mi cuerpo al que ha de ser mi esposo en la noche de bodas. Sé que en este tiempo es una misión difícil mas no imposible. Amor, en el momento que tú quieras me vas a 323
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poseer. Me gustas y me excitas. Eres más atractivo de lo que pensé y si tú quieres vas a lograr seducirme. Pero si quieres ayudarme lo podemos lograr, para hacer de la curiosidad una emoción y un momento fantástico. Así cumplo con Dios y tú también. David se paseaba impaciente. –Ven, chaparrita. Yo también te amo y las cosas se harán como tú dices. Sólo que hay una cosa que no te voy a ocultar pues sería una traición. Sígueme. Esa imagen que ves alli corresponde a unos payasitos hombre y mujer. Somos David y Cristal, la que fue mi esposa. Tenemos un hijo como fruto de ese amor y es el recuerdo de ella en vida. Es lo único que me quedó de la relación, en realidad. Mi hijo vive en Estados Unidos, no te quiero engañar mi amor. –No lo quites, no me molesta. Es sólo un recuerdo del pasado. –Brisa, todo se hará como tú digas. Eres la patrona. –Esa voz me gusta, tengo que imponer mi autoridad. No porque me veas chiquita soy débil, y de ahora en adelante seré leona o tigresa para defender tu amor, Pantera erótico dijo la chaparrita anticuada. María de la Paz e Isabel recogieron a Brisa y se fueron de compras en busca de un cambio en la apariencia de la monjita. David les prestó el Mustang y les dijo que si se lo quería llevar su novia, se lo dejaran, y que se lo llevara en la mañana al trabajo. Así lo hicieron. La llevaron a comprar ropa moderna y le dijeron que a David le gustaba la mujer con vestido elegante. Compraron todo al gusto de la doctora, ropa deportiva para salir a hacer ejercicio con él, uniformes quirúrgicos de vanguardia, zapatos de tacón y calzado bajo. La llevaron a la estética, se hizo un manicure, un nuevo peinado con el pelo corto y le dejaron a flor la elegancia 324
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y belleza escondidas. Se levantó muy temprano y se bañó. El arreglo para las mujeres bonitas es sencillo. Únicamente se pintó los labios. Habló por teléfono al conmutador del hospital. Martita, la señora que atendía el aparato de recepción era su amiga, y le encargó avisarle a David que en 15 minutos se reportara al estacionamiento. David estaba desayunando cuando le avisaron y pensó que podría ser Hortensia. Terminó pronto y se dirigió a la entrada, donde vio pasar su carro con Brisa al volante. Llevaba los vidrios arriba y por lo polarizado no la distinguió. Cuando se estacionó le abrió la puerta y descendió la glamorosa con lentes oscuros. –Válgame la Virgen del Carmen. Ángel encantador, dichosos los ojos que te admiran. Esto sí es belleza natural con arte femenino. Brisa empezó a caminar como modelo y posó en diferentes posiciones. –Qué hermosa mi chaparrita. Eres una musa de Pierre August. –Hay que estar al tono, mi amor. Para una pantera erótica, una tigresa sensual. Dejaron el carro estacionado y caminaron hacia el checador que en ese momento estaba en efervescencia con los que entran y los que salen. Llevaba la bata en las manos para lucir el elegante y atractivo vestido, los distinguidos pendientes y los zapatos de tacón. Sin embargo, lo primordial era lucir a su galán tan cotizado entre las mujeres. La llevaba de la mano y al entrar al hospital le pidió que la abrazara y que la besara tres veces seguidas en la boca. Todos los presentes se quedaron apantallados de ver a la hermosa pareja. No lo podían creer, si estaban adormilados despertaron, y se dejaron escuchar los comentarios, la que le llaman la antigua ya se nos modernizó, qué hermosa mujer, comentaban los hombres. Las mujeres se morían de envidia porque iba en brazos 325
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del galán codiciado. La acompañó al quinto piso y la dejó en la entrada del departamento de lactantes, donde era jefa de un cubículo. Al despedirse le pintó los labios de rojo a David para marcar territorio. Luego le dibujó los labios en la solapa del saco. –No te lo vayas a quitar, David. –Está bien, chiquita. Me dejaste tatuado por todos lados. Cuando llegó al servicio pediátrico nadie lo podía creer. Todas las enfermeras se acercaron a ver a la hermosa. –¡Qué bonita transformación doctora! Parece artista española. –Gracias a todas. El hecho de recibirme como diva me halaga. Los niños de ambos sexos, preescolares y escolares, la seguían. Era muy tierna y ahora le hacían caravana. Los residentes estaban admirados, era una tigresa con ellos. Comentaron en voz baja, a ver si Pantera le baja lo terrible. Sus compañeras estaban sorprendidas, en verdad tenía la belleza escondida. Los compañeros pediatras estaban sorprendidos con el cambio de hiel a miel y se convirtió en la reina de pediatría. Como a las diez de la mañana llegó David con el doctor Smith. Aunque estaba restringido el paso a personal de otros servicios, le valió al jefe. Se detuvo en el cubículo en donde hacían la nota los residentes y llegó la atractiva a ver a su tío. El maestro quedó admirado de la transformación de oruga a bella mariposa. En las relaciones de pareja, lo mejor es que se vayan estabilizando poco a poco. Del erotismo saltaron a la identificación, el compromiso, la comunicación, están en la elaboración de un vínculo afectivo. Es más saludable que se repartan las emociones cotidianamente, sin sobredosis para que sean duraderas. Más vale pasito lento pero seguro. 326
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Los amantes felinos se procuraban a todas horas. Aunque los dos desayunaban en casa, en ocasiones se regalaban una tableta de chocolate Carlos V y regresaban a su lugar de trabajo. A la hora del comedor platicaban animadamente solos o en compañía. Él era muy atento con ella. Después de las comidas le acariciaba la cara con delicadeza y remataba con un beso de postre de mediana intensidad. En el camino a cualquier lugar la llevaba abrazada o ella afianzada de su brazo. Brisa necesitaba sentirse la predilecta de todo el gremio hospitalario. Fue tomando confianza hasta que la inseguridad fue desapareciendo. En una ocasión, las doctoras internas en el servicio comentaron abiertamente, ese doctor David se ve super cálido para una noche invernal. Por el comentario, disimularon delante de ella. Doctora, fue nuestro maestro preferido. Por más que le hicimos la lucha nunca se nos hizo. Dicen que su novia es una ruca pediatra. Les contestó riendo, así me dicen ahora, la ruca. Casi se mueren de un infarto las muchachillas insolentes cuando vieron el gafete de la doctora Brisa. Se pusieron de coloradas a pálidas. Una de ellas, la más atrevida, le dijo, disculpe la babosada. Lo que no sabíamos es que la novia estuviera tan bonita. Hacen una excelente pareja, guapo para guapo. La que es bella es bella. Es en serio, no es broma. Qué bonita está usted, se parece a una artista que sale en la película Ana de los mil días. –Desde el día de hoy las considero mis amigas –les dijo Brisa, pues a quién no le gusta oír cosas agradables que estimulen el ego y con ello el amor a la vida. Los primeros meses, David, tomó la iniciativa en caricias y ella se dejaba complacer. Después la monjita se quitó el hábito y tomó la iniciativa. Se volvió cariñosa a todas horas y en cualquier lugar. Se dejaba llevar por el fortachón que la hacía girar como rehilete. El amor los identificaba. Llegó el 28 de febrero, día de la culminación de la especialidad de médico internista. Desde la llegada al hospital estuvieron David y Brisa esperando la llegada del vástago de cuatro años de 327
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edad. Pasaron las primeras horas y no sucedió nada. Empezó la ceremonia a las once de la mañana en el auditorio del hospital, todo dentro de la formalidad médica por las autoridades. David fue nombrado el mejor residente de medicina interna y se lo había ganado a pulso. Sus compañeros lo admiraban por ser un hombre asiduo, casi no tuvo faltas al servicio, regaló al hospital periodos de vacaciones con trabajo. Siempre ordenado, disciplinado y estratégico para los diagnósticos difíciles. Buen compañero, solidario y con habilidad para los procedimientos invasivos en el paciente. Todos sus compañeros se pusieron de pie. –A ver, barbones. Quédese sentado el que no le deba un favor a Pantera. Todos aplaudieron de pie. No hay mejor reconocimiento que el de los compañeros, los médicos adscritos, el personal que labora cotidianamente en las áreas médicas. Se lo tenía bien ganado y le hubiera gustado que estuvieran sus padres, pero la fiesta sólo era para los residentes. Fue el único alumno de todas las especialidades que fue ampliamente ovacionado. Allí estaba Brisa con la Polaroid tomando instantáneas a su amado. Le brotaron las lágrimas durante la aclamación de los becarios. Cuando terminó la ceremonia ella fue la primera en felicitarlo, luego la multitud de residentes unos contra otros. En la parte más alta del auditorio estaba el gigante don Eduardo con su nieto, abriendo los brazos a su consentido yerno. También el hijo estaba emocionado y en cuanto llegó se le subió a los brazos. Repetía en inglés, father, you are my father, Matt no, you are my father. El jefe de los servicios médicos de México vino de visita y estaba en el presidium. Le pidió al encargado de los micrófonos que llamara a la doctora Brisa. La guapa se encaminó al lugar de los maestros, donde estaba su jefe de la residencia médica. –Qué sorpresas da la vida, mi niña. Qué guapa estás, transformada completamente en glamorosa. Ya me di cuenta que el 328
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amor todo lo puede. Te felicito, sólo quería saludarte. –Gracias, doctor. Me han tratado muy bien en Puebla. Aquí tiene su casa en la colonia Humboldt. Me dio gusto saludarlo. Salieron al patio y reconoció David a su hijo en plena luz. Lo tomó en brazos y lo besó muchas veces. Parecía su doble, y con la emoción se había olvidado que tenía que darle el pésame a don Eduardo. Lo abrazó con una gran intensidad, de hijo a padre, pues siempre fueron buenos amigos. En eso estaban cuando llegó Brisa. –Mire, don Eduardo. Ella es mi novia y futura esposa. Don Eduardo le dio la mano con ternura y la abrazó cariñosamente. –Disculpa, doctora, pero me recuerdas a mi hija. –No se preocupe. –Brisa, este es mi hijo David –dijo Pantera y volteó a ver al don –. Disculpe, ¿así se llama? –My name is David, my father is David and my mother is Cristal, my grandfather is Eduardo. I am from Bloomington, Illinois. Se bajó de los brazos de David y se subió a la brazos de la doctora Brisa. Ella tenía magia con los niños. –My name is Brisa! El maestro Smith le había concedido a David el día libre. Entre la gran multitud de los residentes, en un área despejada, David inició sus ejercicios gimnásticos a manos libres, terminando la actuación con un salto doble mortal, cayendo exactamente delante de su hijo. Dejó sorprendido a todo el personal del hospital que le brindó un caluroso aplauso. 329
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Le preguntó David al don cuál era el plan. –Nuestro camión sale a México a las nueve de la noche. Tenemos nueve horas para disfrutar y me gustaría que nos acompañe Brisa. –Eso no estaba en los planes. –Espérame mi amor –comentó la doctora y subió a pediatría para hablar con el jefe. Solicitó un pase de salida, y se lo otorgaron con gusto. Al regresar, el niño ya la estaba esperando y se lanzó a sus brazos. En la casa estaban los preparativos a toda marcha para la comida a los festejados. No los dejaron entrar y se fueron a desayunar a la casa de David. Les llevaron alimentos de un desayuno tradicional poblano, tlacoyos bandera, champurrado, café de olla, variedad de tamales, pan de dulce, gelatinas de sabores y rebanadas de fruta al gusto. Don Eduardo disfrutó platicar con Brisa. Toda la mañana la conversación fue placentera, mientras David disfrutó a su hijo. Brisa compró tres rollos fotográficos para su cámara instantánea y María de la Paz tenía dos más. Brisa le mostró al don las fotografías de la graduación y se le inundaban los ojos de lágrimas. Tomaron muchas fotos del niño con el padre y el abuelo, con todos los miembros de la familia, en pareja y en grupo. Después David se transformó en Pantera y empezó el espectáculo de acrobacias que cada día era mejor. El abuelo no dejaba de llorar y así estuvieron unas horas hasta que aprovecharon un momento en que Brisa fue a cambiar de ropa. Lo pasó a la casa y le dijo que el inmueble se lo había patrocinado la Lotería Nacional, gracias a Cristal. Los dos rieron a carcajadas. Ahora la encargada de la lotería es mi hermana María de la Paz. Lo llevó a su recámara, donde estaba el cuadro de los payasitos risueños en el parque. Don Eduardo se tiró sobre la cama a sollozar con los recuerdos. Estaba feliz y no tenían 330
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que preguntárselo. Se sentía halagado con tantas atenciones y le daba gusto el progreso de David, En cuanto regresó Brisa, el niño no la dejó descansar. La doctora también hablaba inglés y platicaron largo rato con David a su lado. En el momento que la escuchó, don Eduardo se levantó de la cama y se fue a seguir platicando con la consentida. Lucía magnífica con un vestido rojo y zapatillas blancas. –Eres muy guapa, naturaleza divina, no te quedan los afeites ni los maquillajes. Dios te dio la hermosura como un regalo innato. Insisto, te pareces mucho a mi Cristal. A las cuatro de la tarde fueron llamados a la comida fundamental. Entraron por una puerta estrecha en la lateral de los despachos de la fachada principal. Primero pasaron don Eduardo y David, enseguida Brisa y David. Estaban desiertas las mesas y cuando se sentaron en la mesa principal salieron los mariachis entonando Las mañanitas, seguidos de una gran comitiva lanzando porras a don Eduardo y David el niño. El don no podía contener las lágrimas. Agradeció las muestras de cariño y enseguida entonaron Si nos dejan, que tanto le gustaba. Durante la interpretación se fue develando la pantalla blanca que tapaba el mural de los payasos risueños y nuevamente llegó a los sollozos. Brisa lo consolaba sosteniendo la cabeza en su pecho. –¿Sí sabes que es mi hija y David? –Sí lo sé, como que es la patrocinadora de la casa. Pero hoy es día de diversión, la fiesta es en honor de usted, su nieto y también de mi David. Ustedes son los principales este día. Se levantó don Eduardo para que todos los invitados lo abrazaran. Los niños del Johnny, Guajo y Cocol, jugaban con su primo David. La hija del Pipiolo y del Abogado se unieron al grupo. Juanito pasó a la mesa de honor, llegaron doña Ciri y Teresita. El tío Chuchín estaba platicando con su hermano Rodrigo. Tam331
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bién llegaron el tío Carlos y Juanito, papas del Johnny y Guajo. Se juntaron los cuatro ases. Llegó el que iba a ser el alma de la fiesta, el Tibio y sus tres hijos. Los mariachis recibían peticiones múltiples y el Pipiolo cantó El rey. Cuando sonaron las cinco campanadas en el reloj, mamá Andrea le comentó que le hablaba Cocol por teléfono. Era Hortensia y su celoso esposo, que no estaba convencido de aquella tarde noche que estuvo en Puebla. Le habló David a María de la Paz e Isabel para que la fueran a recoger a la CAPU. –Ya saben, el recibimiento de grandes amigas, luego va al baño una de ustedes y la otra se queda con el esposo platicando de puntos turísticos de Puebla. En el baño arman el plan que trae Hortensia. –Está bien, hermano. Así se diseñó y Dios puso los medios para que la farsa saliera perfecta. Cuando llegó Hortensia era conocida y reconocida. –Ya llegó el alma de la fiesta con su viejote a un lado –dijo Hortensia en cuanto entró. Don Rodrigo y Andrea fueron efusivamente a darle la bienvenida. Saludó a los de la mesa y todos la trataban con familiaridad. Lo mejor del asunto es que estaba presente su paisano don Eduardo. –¡Qué bueno que vino, don Edwards! Se disiparon las dudas, el esposo de Hortensia descubrió a su estimado maestro. La mayoría conocía a la doctora directamente y por referencias, pero ahora venía con el apoderado legal. Los que no la conocían confirmaron la belleza escultural. Así estuvieron hasta las dos de la mañana, con la batahola 332
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presente. Brisa tomó muchas fotos y le compró un carrito de bombero al pequeño David que le gustó mucho. En un compartimento secreto ocultó varias fotos de la graduación y la fiesta sin que el don se diera cuenta. En la entrevista que tuvo con el niño, reportaba en forma recurrente a su mamá en presente, no en pasado. Hortensia y Ramiro se quedaron a continuar la fiesta y a dormir en la casa de David. Brisa y David se fueron a las ocho de la noche a llevar a los camiones a don Eduardo, quien ya tenía los boletos a México. Iba satisfecho, lo mismo que el niño. Le dejó a David el teléfono donde podía comunicarse con la familia y se despidió triste el viejo. –Mi hija tiene que estar satisfecha con lo que realizaste, hijo. Mi niña Brisa, hermosa, te deseo lo mejor. No me dejes de invitar a la boda, ya te dejé la dirección y teléfono. –Te amo, Brisa. Eres lo que esperaba de ti, la mujer que amo y mi futura esposa. –Lo que no me deja convencido es lo de esa Hortensia –comentó la chaparrita misteriosa–. Escuche que Johnny dijo que fue tu movida. ¿Explícame eso, erótico? Sonrió inseguro, pero antes de responder ella lo abrazó y lo besó. –No te preocupes, ya me lo explicó María de la Paz. Somos buenas amigas. El Tibio se llevó la noche contando chistes, anécdotas y leyendas. Tenía repertorio para eso y más, mientras se distraían los invitados. Como a las once de la noche, David llevó a la casa a Pipiolo y al Abogado con sus familias en el Galaxie. Programaron el bautizo para junio y pidieron de madrina a Hortensia para cotorrearlo. 333
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–Ya mero se te arma un buen sainete, compadre. –Para eso tengo unas inteligentes hermanas. –Tu novia es un amor, más bonita y simpática que ese monumento coqueto –expresó Abril molesta. –Amigos, Hortensia es pasado. Brisa es el presente y futuro. Si Dios me da vida, voy a casarme con ella y ustedes van a ser los padrinos –respondió David. Al otro día de la fiesta se fueron los invitados. David durmió en el gimnasio del consultorio y se levantó tarde. Le dieron dos días de permiso y hasta el lunes tenía que reportarse al servicio de dermatología. David le comentó a la familia que todo había salido perfecto gracias a la organización de todos. –Estuvo súper divertido con los enredos en que nos metes, hermanito –expresó Isabel con ironía. –Por cierto, María de la Paz, ¿qué le dijiste a Brisa de Hortensia? –preguntó David. –Que era tu enamorada y que vino a una fiesta con unas amigas, entre las que yo era una de las invitadas. Le expliqué que quería contigo pero tú no. Le dije que eras muy selectivo y que no te gustaban las morenas. –Excelente, hermanita. Me saliste buena para las novelas. Oye, ¿ya compraste el billete de la lotería? –Hasta el momento sólo hemos sacado reintegros, un premio de 3,000 pesos como máximo. Los tengo guardados en el banco. –Está bien, síguele. Yo tengo 450 mil pesos en el banco, pero son fondos fijos y no se mueven. Se levantó Rodrigo. Oye, mijo, con la fiesta me quedé sin un 334
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centavo. No tengo ni para echar gasolina. –No seas mentiroso, Rodriguito –le comentó María del Pilar. –¡Si me gaste 10 mil pesos! –Cómo eres exagerado, papito –le dijo Isabel jugando. –No te preocupes, papá –le dijo David–. Aquí tengo un cheque por 10 mil pesos. Los iba a depositar en la cuenta que es de todos, pero tómalo y cámbialo o deposítalo en tu cuenta para cuando salgas a dar la vuelta en el Mustang. ¡Te alcanza para invitar a las chamaconas que te encuentres en el camino! Se presentó en el auditorio en la reunión de nuevos residentes en el hospital de especialidades. Saludó a su tío y maestro Smith y a su nuevo jefe, don Salvador, quien era su guía. Con él llevaba una buena alianza. Durante la residencia publicaron tres trabajos dermatológicos, Don Chava el autor y David coautor. En ese aspecto existía una red de confianza saludable. Cuando nombraron a los residentes de dermatología, David pensó que era el único. Era la primera generación del hospital, pero para su sorpresa brincaron tres doctoras físicamente no muy agraciadas. Dos solteras del DF y una de Veracruz. Esta última, casada con un médico familiar. Se presentaron con el maestro y la plantilla estaba conformada por cuatro dermatólogos, dos en el turno matutino y dos en el vespertino. Ellos serían los maestros, todos estrictos y exigentes. El jefe de servicio le pidió a David que las llevara a conocer el hospital y se reunirían en una hora en su consultorio. Las tres estudiantes eran internistas, pues era requisito para ingresar a la especialidad. Las del DF pecaban de desmadrosas y la de Veracruz hablaba poco. Las llevó por todas las áreas del hospital y al último a medicina interna. Cuando descendieron del elevador estaba en la puerta de pediatría Brisa, dando informes a unos padres. David detuvo a la comitiva y en cuanto terminó su infor335
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me, se dirigió hacia la novia y la besó tiernamente. Ella devolvió el gesto apasionadamente, una demostración didáctica de que para domar una Pantera se necesita una leona. –Jóvenes residente de dermatología, les presento a mi novia y futura esposa, Brisa. Las defeñas se quedaron sorprendidas y comentaron en broma, Jesús, Brisa y José. ¿Qué te pasó, doctora? Si así nos va a pasar a nosotras nos va a ir bien. Tenemos esperanzas. Eran sus compañeras de la universidad Natalia y Josefina. –Cómo estás bonita, Brisa. ¿Qué te hizo el doctor? –Me sedujo mágicamente. Lo volvió a abrazar y besar, para después abrazarlas a ellas y a la doctora de Veracruz, de nombre Marina. –Sean bienvenidas, compañeras. Aquí está el área de pediatría. Muy seguido solicitamos interconsultas para los niños. Prepárense porque aquí existen muchos EINIS. –¿Qué es eso Brisa? –Estados inflamatorios no identificados. Estén alertas porque aquí hay mucho trabajo. –Vamos a ser indiscretas, David. Tienes transformada a tu novia. En la escuela le decíamos la Virgen María porque era muy seria, hablaba poco y vestía muy religiosa. Nos callaba la boca con las calificaciones y las presentaciones académicas. Es una niña muy inteligente, no reprobó ninguna materia, pero novio no le conocimos. Como residente se volvió muy estricta y barbona con los de menor rango. La verdad, David, es una persona muy dedicada. De las mejores residentes que ha dado el Centro Médico. Te sacaste la lotería, es muy buena muchacha. 336
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Así empezó un año del estudio de la piel y sus anexos. Se integraron como un equipo proactivo, solidario y estudioso. Las habilidades prácticas como toma de biopsias o exéresis de lesiones, se realizaban con esmero hasta perfeccionarlas. Algunos jueves se reunían en el consultorio de David para escuchar música, tomar unas copas de vino o para hacer desmadre, que era el ingrediente de las doctoras defeñas. Todo se realizaba con respeto sin que la broma o sátira lastimara sentimientos personales. –¿Quién modernizó tu presentación, Brisa? –Mi cuñada María de la Paz. Tiene una perspectiva especial de la figura femenina. Es arquitecta. –Preséntala para dar el cambiazo y que nos caigan los viejos. En junio los acompañaron al bautizo de sus ahijadas Cristal y Cristina, hijas de Pipiolo y del Abogado. Los padrinos fueron David y Brisa. Para estas fechas, las dermatólogas tenían ligue con la transformación. La fiesta fue en la vecindad del 310. El padrino se puso dadivoso con 10 mil pesos para la fiesta. Todo estuvo muy guapachoso con los Brujos del ritmo, Natalia y Josefina estaban en su ambiente y sacaron sus mejores pasos de baile. Galanes no les faltaron mientras los compadres de la vida departían comida y bebida. La conversación estuvo matizada de chistes, anécdotas y bromas en un ambiente multitudinario. Brisa estaba al lado de David metiendo la cabeza en su pecho. Estos ambientes le provocaban ansiedad. Estaba el ambiente en su punto cuando llegaron a sacar a bailar a Pantera. Era Teresita, la bachiller. En ese momento le pidió David a Brisa que se levantara y se dirigieron al zaguán. Allí con calma le explicó David a Brisa quién era Teresita. La consideraba su hija adoptiva por las emociones de la vida y por lo tanto, ella también era hada madrina de la jovencita. Brisa la abrazó con sinceridad. 337
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–Si así lo deseas también te adopto como mi ahijada. Se quedaron platicando un rato para alejarse del ruido de alta intensidad, molesto para la consentida. Se sentaron un rato en el quicio y Teresita le explicó a Brisa que era el sitio de reunión cotidiano de los compadres. Lo frecuentaban desde la infancia y era un lugar para narrar y alegrar los problemas de la vida. Le comentó que un día, estaba abatido con la cabeza en el pecho de Juanito. –Me estaba muriendo, mi amor. Me sentía solo y desastrado. De pronto sentí unas manos suaves y delicadas que acariciaban mi cabeza. Eran las de Teresita, y aún recuerdo sus tiernas palabras. Pantera no estás solo. Voy a ser la mera mera, nunca te voy a dejar. Te lo prometo por Dios. Desde entonces la adopté como alguien especial en mi vida. En julio estaban trabajando en el consultorio y cuando salió el último paciente, en forma sorpresiva David la tomó de las manos y le hizo rehilete, dándole vueltas en rededor. La cargó en brazos, la sentó en el escritorio, se hincó y sacó de la bata una caja con elegante envoltura que le cabía en la mano. –Señorita hermosa, preciosa, divina, encantadora y celestial. Me honraría contestando a mi humilde petición. ¿Brisa, deseas ser mi esposa?. Abrió la caja revelando un anillo de compromiso. Brincó del escritorio a los brazos de su amado y empezó a dar vueltas por todo el consultorio con los brazos arriba. –Sí quiero, mi amor. Soñaba con este momento, que fuera en la intimidad, como ahora. Solos, tú y yo. En verdad no quería espectadores. Adivinas mis pensamientos, mi amor. Se desencadenaron las caricias sutiles que en forma progresiva penetraron a lo íntimo. Ella quería seguir la sexualidad, pero 338
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David le puso límites. –Nada, señorita. Usted tiene un compromiso y lo tiene que acatar. –Mi amor, Panterita. Por favor no me hagas esto. –Pues llegas y te das un baño de agua fría. La sentó sobre el escritorio y le acarició la cara con delicadeza. –Lo siento, amor mío. Tú así me lo pediste y vamos a cumplir. Al otro día presumía ante todos sus compañeros el anillo de compromiso. Andaba más altiva que un pavo real. No durmió en toda la noche. El sábado iban a asistir los padres de David a solicitar en matrimonio a la princesa del cuento. David le había encargado a sus hermanas que leyeran libros a sus papás para tener algo de qué hablar con los abuelos escritores y poetas. Las dos familias estaban festivas y los abuelos celebraban que sus genes españoles se asentaron en México. Los padres deseaban que ella encontrara un hombre guapo que la cuidara y protegiera como David. Hizo bien en esperar tanto tiempo. Lo más sencillo es lo más natural. En el encuentro de las familias, les pareció muy acertado que Rodrigo les platicara de basquetbol, sus experiencias juveniles amateurs dentro del baloncesto poblano, y doña Andrea sacó a relucir anécdotas de su madre poblana, tradiciones y cocina mexicana. Resultaron catedráticos consumados. Como meta de la reunión, quedó asentado en el acta que la boda religiosa y civil se realizarían en diciembre en el templo de San Francisco, que era el que le correspondía a Brisa por vivir en la colonia Humboldt. David y Brisa ya habían hablado con Guajo, el juez amigo, quien confirmó la boda civil el 20 de diciembre a las cinco de la tarde. La boda religiosa franciscana quedó pendiente de confirmar, pero se realizaría ese mismo día a las siete de la noche. A partir de ese 339
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día empezó la planeación y organización del evento. El trabajo en la residencia médica durante el día era intenso. Las guardias nocturnas eran tranquilas y se dormía la mayor parte del tiempo con sus excepciones. Se la llevaban bonito los cuatro residentes del grupo. Bromeaban fuerte las defeñas, pero todos aguantaban vara. Era un grupo integrado y cuando había que organizar congresos que estructuraban los profesores, planeaban todas las actividades con orden para que hubiera éxito. Los académicos estaban contentos con sus becarios. En los momentos de relax, en el cuarto de la residencia se acostaban los cuatro en la cama. El rey en el centro y las concubinas se acomodaban como podían a su alrededor. Cotorreaban, chismeaban, parodiaban y bromeaban. Un día entró Brisa sin avisar y los observó, pero nadie se movió. Se aventó Brisa para quedar encima de David, y todos permanecieron en su lugar. Entró la de intendencia e interpretó las cosas en su perspectiva muy particular. Se corrió el rumor que Pantera le daba con furor a las tres doctoras y les pusieron de apodo Pantera y su conjunto. Ingresó como cirujano plástico al hospital Antonio Chácharas. Se encontraron en el pasillo y le pidió a David ayuda para conseguir trabajo de cirujano plástico. –¿Para cuándo operas una jovencita con malformación de la oreja y ptosis palpebral? –preguntó el dermatólogo. –Si me la tienes lista para el lunes, la operamos. Aunque déjame checar en quirófano. Habló por teléfono y tenía sala libre. –¿Cómo se llama la niña? –Teresita Monroy, 17 años. Sana. –Está bien, el lunes a las ocho de la mañana, carnal. Que se 340
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interne el domingo en la tarde para que no haya problemas. Hazle toda la papelería. Ese viernes se fueron a la casa a ver a Teresita y le explicaron a ella y a la mamá que había llegado un cirujano plástico al hospital, amigo de David, que corregía las orejas malformadas y la caída de párpados. Si aceptaban, operaba a Teresita. La bachiller dijo que sí pero que no tenían dinero. –Ese no es problema, Teresita –dijo David con autoridad–. Mañana se presentan en el Seguro Social. Me toca guardia. Me buscan a las ocho de la mañana y llevan la tarjeta del Seguro. Recuerde, Ciri, apenas se hizo el pago. –Sí, David, me acuerdo. –Me dejas el carro y yo las recojo a las siete de la mañana. Al fin que soy tu madrina, ¿verdad, doña Ciri? –dijo Brisa. –Gracias, doctora. Le tomaron los exámenes preoperatorios y le realizaron la valoración pre anestésica. David estaba de guardia y para las diez de la mañana ya había pasado la visita a los pacientes dermatológicos. No había interconsultas ni pacientes en urgencias. Se fueron a desayunar tlacoyos, gorditas de maíz rellenas y un Delaware Punch. Estuvieron platicando del trabajo de corte y confección. Teresita elaboró un catálogo original de diseño de vestidos, tenía mente creadora. Pantera les había comprado una máquina de coser con varias funciones y ya estaban muy acreditadas. Les recomendó comprar Lotería Nacional. Aunque sea dos cachitos por semana, se habían sacado reintegros y mil pesos. –Mañana, Doña Ciri, pasamos a las cuatro de la tarde por ustedes. Tiene que estar aquí a las cinco, la cirugía va a ser sencilla en manos de un experto. Voy a estar contigo durante el procedimiento, no tengas miedo. El domingo se tiene usted que quedar 341
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en la noche con Teresita porque el lunes temprano la pasan a quirófano. No se les vaya a olvidar la tarjeta o carnet. Se fue muy temprano David el lunes a pasar la visita a los pacientes, y cuando llegó el maestro Salvador la visita estaba realizada. Revisaron cada uno de los pacientes, los expedientes con la nota correspondiente, la evolución marchaba favorable. No hubo cambios en el tratamiento. Le explicó al maestro que iba ir a la cirugía de una sobrina con el cirujano plástico. –Va a suplirme Josefina un rato, don Chava. –Oye, barbón, no pudiste conseguir mejor material humano. –Es lo que había en existencia jefe. Sáqueles provecho, son muy simpáticas y jaladoras. –¿No me engañas? –Desengánchese, saque el galán que tiene dormido. –¿Me estás albureando, barbón? –¿Cómo cree, maestro? –Ándale, vete antes de que te agarre a patadas. La cirugía fue un éxito. –La dejé como artista. Con ese cuerpito que tiene la chavita, ahora sí va a ser forrazo. Quedó muy bonita. Cuando despertó Teresita, vio a Pantera tomándole las manos. –¿Cómo te sientes, bonita? –Bien, David. Me siento contenta cuando estás conmigo. Estoy enamorada de ti, has sido muy bueno con nosotras. –No te confundas, niña. Soy tu padre adoptivo y sólo eso pue342
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do ser. Acéptame de esa manera, que sólo así te puedo querer. Que quede bien entendido. Me voy a seguir trabajando, niña bonita. Probablemente te den de alta por la tarde –dijo David y luego se dirigió a la enfermera de turno–. Le encargo a mi hija, doña Agustina. –Sí, doctor. No se preocupe –respondió Agustina y luego se dirigió a la joven–. Acepta al doctor como padre. Aquí hay muchas compañeras de todas las categorías que han querido con él y nunca se les hizo. Lo aconchavó la doctora Brisa. Es una doctora muy bonita y distinguida, y hacen una pareja perfecta. Le regaló David a Antonio Chácharas una botella de vino francés Dom Perignon, un vino de calidad excepcional. Desde la escuela soñaba Chácharas con una botella de esta calidad y abrazó intensamente al Pantera. –¿Gracias, carnal? Esto es un regalo de oro. –Te lo mereces. Dejaste a mi niña como artista y estamos muy agradecidos. Después de unas semanas de cirugía, los jóvenes del barrio, hombres y mujeres, la miraban con asombro. La reparación había sido un éxito, el cambio incrementó la autoestima de la bachiller, y ahora se desenvolvía más seguridad, digna de ser amada. Doña Cirina estaba agradecida con Dios y con las personas que ayudaron a su hija. –Continúa por el sendero saludable, obediente, respetuosa y trabajadora. Que el estudio sea tu guía en la vida. Continúa tus acrobacias en la gimnasia, sé empática, es decir, ponte en los zapatos de los demás. Sé sincera con quien lo merezca y no platiques confidencias a quien te puede hacer daño. Elige un compañero que te guste, te atraiga, te identifique, te proteja, te mime y te cuide como yo cuido a Brisa. Tienes un buen ejemplo en tu madre. A mí me has visto sufrir en el amor, has observado 343
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que he dado cuidados y afectos hasta el final. Ya me llegó la recompensa por esos ingratos momentos. Así es el amor, Teresita. Tienes que buscar a quien te admire y se entregue a ti con fervor. Sobre la marcha iremos platicando sobre sexualidad. Cualquier duda que tengas, consúltala con tu mamá. Si no encuentran solución estamos nosotros tus padrinos. Los dos somos protectores y amigos. Un dia me dijiste que era muy malo porque no le hacía caso a todas las muchachas. Yo considero que soy bueno. No me gusta lastimar a las personas, prefiero tener muchas amigas que corazones lastimados o humillados. Así soy, Teresita. Tengo muchas solicitudes para la sexualidad, pero yo no soy un macho que abusa de las mujeres. Yo sólo he querido a una mujer y me he entregado sin condiciones. Ellas me han amado con la misma intensidad. No quedamos ni humillados ni ofendidos, simplemente nos ha tocado vivir destinos diferentes. Recuerda, no hagas a nadie lo que no quieras para ti, ama a tu prójimo como a ti misma. Es lo que doy como mensaje, lleva una vida saludable. –Mi niña, en la vida hay dos tipos de personas, las que usan el hemisferio derecho son chuecas, mentirosas, abusonas y viven de instintos. Las que usan el hemisferio izquierdo son derechas, rectas, justas, científicas, lógicas, razonadoras y usan la sensatez antes de actuar –explicó Brisa–. Lo que te está explicando tu padrino es que seas derecha, realista, verdadera y justa. No debes ser mentirosa ni traidora. Tienes que entrenarte para actuar como tu padrino. Él usa el hemisferio izquierdo, por eso le ha ido bien en la vida. Es un ser humano que brilla y por eso lo sigue la gente. Yo lo admiro, lo respeto y lo amo. Es mi vida. –Gracias, padrinos. Como dijo la enfermera, muchas doctoras han querido con él y se han quedado con las ganas. Lo aconchavó la doctora Brisa. Ella es muy bonita y distinguida. En el consultorio privado les iba muy bien. Brisa lo atendía de cinco a siete de la tarde y David de siete a nueve, después de cla344
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ses. Económicamente tenían buenos ingresos. No pagaban renta, sólo secretaria, servicio de limpieza y servicios. Tenían ganancias casi absolutas. En cuanto a lo deportivo, las clases seguían a las nueve de la noche. María de la Paz daba el calentamiento y las etapas iniciales del entrenamiento. Brisa se sentaba en el pasto a contemplarlos o se metía a la cocina a preparar la cena para los dos. En otras ocasiones se iba a comprar tacos árabes, paninos, mozzarellas, tortas, hot dogs o hamburguesas con refrescos para todo el grupo. Siempre se iba con ella la desobediente de María del Pilar pues disfrutaba mucho la compañía de su cuñada. En los entrenamientos no se presentaba el tibio, pero cuando había cena percibía el olor y se hacía el aparecido. En cuanto llegaba empezaba a relajar la disciplina del grupo con sus chistes picantes. Lo asombroso de estas reuniones fue que un día Brisa inició el calentamiento y enseguida el entrenamiento. Para sorpresa de todos, lo hizo excepcional. En el combate le ganó al hijo más joven del tibio. Todos se quedaron con la boca abierta. Lo que no sabían es que ella recibía entrenamiento especial. El tibio era entrenado en la silla de ruedas por sus hijos para que se moviera el dicharachero. Todos los días disputaba partidos de baloncesto con don Rodrigo y se hicieron grandes cuates. Hortensia le habló durante la tarde al hospital, le tenía checadas las guardias. No perdía las caricias verbales durante la comunicación, –¿Eres tú, amor? Él se quedaba en silencio a propósito. –Te van a descubrir, Hortensia. Y Ramiro te va a dar unas buenas nalgadas. –Eso sólo tú, chiquito. –¿Qué pasa, flor japonesa multicolor? 345
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–Sólo te hablé para decirte que no te puedo olvidar, Pantera. –Me vas a meter en problemas. Ya estoy pedido, dado y concedido para el próximo 20 de diciembre en el templo de San Francisco. Me caso con Brisa, el amor de mi vida. Se dio cuenta que lo estaban oyendo sus compañeras dermatólogas y Hortensia agarró la onda. –Te amo, felino. Cuídate, ya anoté la fecha y la hora. Natalia y Josefina lo amenazaron. Que ni se le vaya a ocurrir andar de barbón. –Serenas, morenas. Es mi amiga Hortensia, que como ustedes me cotorrea cuando se le pega la gana. ––Por eso las quiero, amigas. Son a todas margaritas. –¿Ya te enteraste que ésta ya anda papaloteando con un R3 de pediatría? Quedó viudo hace un año, lo agarró beodo y se hizo el ligue. Se van a ver más tarde. –Suerte, Natali. Que todo salga súper. Ánimo, Josefina. Ya llegará tu turno al bate. Llegó preocupada la chaparrita pediátrica al hospital a ver a David. Estaba en la residencia y cuando David la vio llegar la notó cansada y preocupada. –Estos refugiados españoles tan rígidos en sus pensamientos. Por eso los echaron de Europa. Quieren que la fiesta de la boda sea en mi casa, que también es tuya amor. –¿En tu casa la del barón Von Humboldt? –dijo David. –Esa casa se está cayendo. ¿En qué cabeza se gestan esas ocurrencias? 346
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–Oye, amor. No es mala idea. Ya hablaste con mi hermana María de la Paz, también es muy ocurrente e ingeniosa. Nada pierdes y le das gusto a los viejos desterrados hijos de Eva. –No se me había ocurrido. El sábado vamos los cuatro a planear si se puede hacer algo. –¿Por qué los cuatro? –Porque también va a ir Daniel. –¿Quién es Daniel? –¿Quieres que te lo diga o hasta que lo conozcas? Está bien, es el novio de María de la Paz. También es arquitecto y ya lo conocerás. –Tenemos que llevar a Rodrigo, quiere que lo visite mi papá Antonino. Se entienden bien entre ellos. Ese día se fueron en el Galaxie a la mansión de los Monster y tuvo la oportunidad de conocer a Daniel. Tenía un parecido extraordinario con David, hasta en su manera de hablar y actuar. Muy simpático el galán. Cuando llegaron, estaban ansiosos los anfitriones, quedaron en manos de los recién egresados arquitectos. Los profesionales hicieron preguntas sobre la edificación, de tiempos de antes de Cristo. Pidieron los planos de la casa y los observaron detalladamente. Revisaron cada una de las habitaciones, patios y jardines. La primera visita fue con los anfitriones y el segundo recorrido lo hicieron solos. Daniel no dejaba de acercarse a María de la Paz, quien se sentía cohibida por la presencia de su hermano. Ya lo conocían don Rodrigo y toda la familia. El único que lo ignoraba era David. Después de varios recorridos por toda la casa hicieron un diagnóstico y dieron alternativas de solución y tratamiento. Explicaron en forma sencilla las reparaciones y renovaciones, tanto 347
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externas como internas, y hasta sugirieron decoración de interiores. Les gusto la información a los abuelos Leopoldo y María Dolores. Antonino y María del Carmen estaban fascinados e hicieron un presupuesto de más o menos 120 mil pesos. David y Brisa se quedaron viendo. Los novios hicieron un recorrido abrazados y besándose frecuentemente. –Mi amor, esta casa está escriturada a mi nombre. Por lo tanto es tuya. Para no desfalcarme totalmente te sugiero me ayudes con la mitad de los gastos. Le hizo rehilete y la cargó en brazos hasta donde estaban padres y abuelos. Se dirigió al grupo con alegría. –Familia, si ustedes están de acuerdo, la casa se repara, se renueva y se moderniza. Todos aplaudieron el proyecto. –Necesitamos conseguir una cuadrilla de trabajo confiable. Si la tenemos para esta semana iniciamos –dijo Daniel volteando a ver a la socia María de la Paz. –Enterada y de acuerdo, mi amor. Ahora cárgame como David a Brisa. David habló con Guajo sobre la necesidad de una cuadrilla de trabajo confiable para una renovación de la casa que era de su novia. El primo quedó de hablarle en dos horas y cumplido el plazo le devolvió la llamada. –Ya te conseguí una cuadrilla de lujo. Tú me dices cuando quieres que se presenten a trabajar. –El próximo lunes, carnal. –Dame la dirección y el lunes estarán presentes desde las siete de la mañana. 348
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David les informó a los arquitectos que el lunes llegaba la cuadrilla de trabajo para que se fueran programando y se fueron los cuatro a la casa de Rodrigo. Abrieron uno de los despachos, donde nunca había entrado María de la Paz. Los veo ansiosos, como que quieren decirnos algo –dijo David. –Tenemos dos años de novios. Daniel es igual que nosotros –dijo María de la Paz. –Fuera bueno tener lo que ustedes tienen –dijo el novio–. Yo soy pobre y mi padre es cerrajero. Es un anciano discapacitado y somos tres hermanos. Yo soy el más chico. Los otros dos son ingenieros. Se casaron y se fueron para México. Yo trabajo con mi padre y soy el sostén de la casa. Mari Paz me ayudó a pagar la tesis y el examen profesional. –Con el dinero de la lotería, los 3,000 pesos –aclaró la hermana antes de que Daniel continuara. –Yo quiero a Mari Paz a la buena y con toda la ley. No soy desordenado ni rebelde. Ella quiere casarse, pero yo no puedo en estos momentos. Quiero trabajar para sostener a mis padres y cuando pueda a nuestra familia. Estoy preocupado porque Paz me está poniendo un ultimátum, o la tomas o la dejas. Hace dos años quedamos que al terminar la carrera nos casaríamos. En verdad no quiero perderla, me moriría de tristeza. Se los juro que me moriría –se dirigió a su enamorada–. David intervino preguntándole a María de la Paz si le urgía casarse. –No, hermano. –¿Estás embarazada? –No. 349
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–¿Crees que casándote serás feliz? –Sí. –Hermana, estoy viendo a Daniel y me recuerda mi servicio social. Te observo y veo a mi padre impulsivo, caprichoso y manipulador. Nunca he querido ser como Rodrigo, fue duro y cruel con nosotros en la infancia. No repitas historias, transforma esos sentimientos en bondad, humildad y comprensión. ¿Le quieres decir algo a Daniel? –Discúlpame, mi amor. Tiene razón David, estoy equivocada. Te voy a decir la verdad, tengo miedo de perderte. Te quiero mucho. –¿Cómo crees que voy a dejar de quererte? Si eres mi vida – dijo Daniel con cariño. –Les voy a contar algo que es de nuestra vida personal –dijo Brisa–. Confundimos amor con sexualidad. Los primeros días de novios, cuando empecé a sentir la cercanía de David, me derretía por estar físicamente con él. Lo deseaba con toda el alma, pero durante el frenesí detuve los impulsos y le confesé el deseo de llegar virgen al matrimonio, un objetivo de la vida. Desde entonces varias veces he sido yo la que le he pedido que estemos juntos, a lo que me contesta, date un baño de agua fría, siéntate en hielo, a ver cómo le haces pero llegas virgen a la boda. Así ustedes, tienen que tener un objetivo personal y de pareja. Pártanse el lomo para alcanzar el objetivo. Le doy gracias a Dios por tener a David de compañero, valió la pena esperar tanto tiempo. Fueron muchos años hasta que lo encontré y me enamoré como colegiala de bachillerato. Tuve que esperar para ser congruente pero valió la pena. Aquí estamos sentados con ustedes porque seguramente llegaremos a ser familia. Los necesitamos juntos para que concluyan el proyecto. Será su primer trabajo al alimón. Te vamos a pagar 500 pesos diarios, Daniel. Para que mantengas a 350
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tu familia. Consigue quien ayude a tu padre en el taller sólo por dos meses. –Se me hace mucho dinero, pero acepto el reto –respondió Daniel. –Gracias, mi amor. Nos va a ir bien –dijo Mari Paz. –Estos dos locales están construidos para ustedes, hermana. Aquí tienen todo para empezar. Pónganle una etiqueta al despacho de arquitectos. Si este proyecto sale bien, mi primo Guajo tiene una inmobiliaria y les va a dar mucho trabajo –dijo Pantera. –Nos parecemos mucho físicamente. Espero que sepas comprender a mi hermana. Todas las mujeres son muy posesivas, sólo hay que hacerlas sentir amadas, protegidas y seguras. No es difícil cuando amas a una persona. Todo lo que se hace con amor, pasión, orden y esfuerzo, tiene éxito. No se puede únicamente con ganas. Hay que estudiar, planear, elaborar proyectos para construir con ciencia y arte. La recompensa económica es inmediata y a futuro, pero las obras maestras dejan huella en las personas a través del tiempo. La casa de los Monster se convirtió en una residencia, tanto en el interior como en el exterior. Las reparaciones e innovaciones hicieron una casa atractiva a la vista de la gente. Algunas personas fueron a tomar fotos como modelo a seguir para restaurar sus casas y otras tantas preguntaron el nombre de los arquitectos. De la vista nace el amor. David y Brisa les mandaron hacer tarjetas de presentación y las repartían Isabel y María del Pilar con los contratistas, en los negocios, en las ferreterías, donde venden materiales de construcción. Hay que promover, promocionar, para que te den la oportunidad de actuar. En diciembre, todo estaba listo para la boda. Mandaron invitaciones a Estados Unidos, hasta Bloomington, para don Eduardo 351
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y su familia, y a la República Mexicana a las familias de Brisa y David. El vestido de novia ya estaba comprado y arreglado, el smoking del caballero a la medida. El templo esperando los arreglos florales y a los protagonistas. El mobiliario para la fiesta ya contratado, la comida a cargo de la tía Celedonia, que era especialista en organizar bodas y banquetes en forma tradicional. La música contratada con los Brujos del Ritmo. El proyecto caminaba firme hacia el objetivo, el 20 de diciembre. Los novios solicitaron sus vacaciones para estas fechas. David no tuvo problemas, pero Brisa, como era pediatra recién ingresada, sólo alcanzó tres días de licencia con sueldo y siete sin sueldo. Todo estaba listo para la boda y sólo quedaban los últimos preparativos. Un día antes de la boda, llegó don Eduardo por la tarde y se presentó sonriente y alegre, con el nieto travieso que se quedaría en la casa con los abuelos paternos. Aprovechó el tiempo María de la Paz para modificar el mural. Dos horas bastaron para renovar la pintura. Don Eduardo citó a los novios a las cuatro de la tarde pidiéndoles puntualidad pues quería hablar con ellos antes de la boda. Cuando se reunieron, les pidió de favor que lo llevaran al paseo de San Francisco. Iba contento, sin extraviar la sonrisa ni un solo instante. Llegaron al lugar indicado y descendieron del carro intrigados. Se dirigieron al interior del parque, hasta la plaza donde una sorpresa los aguardaba. Iban tomados de las manos cuando llegaron al monumento del poeta poblano Rafael Cabrera. Lograron ver a una pareja de novios en una de las bancas de atrás de la estatua. Ella tenía colocada la cabeza en el pecho del héroe, pero no alcanzaron a distinguir a las personas. Don Eduardo les comentaba que el prócer poblano vivió en el siglo XX y que era un bardo. Que los poetas elaboran poemas, que la vida es una poesía, que las rimas se fabrican en el cerebro emocional para resolver los dilemas del cerebro razonable. 352
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–Ahora por favor vayan volteando poco a poco su cuerpo hasta quedar enfrente del asombro. Cuando completaron la vuelta estaban de frente con Matt y Cristal, quienes estaban enterados de la misión. Brisa sonrió ante la situación y David se quedó paralizado. No lo podía creer. Abrió y cerró los ojos varias veces, la sorpresa fue mayúscula. Cristal se fue directo sobre David y le tocó la cara, los labios, los músculos del cuerpo y empezó a sollozar. –No es justo, Dios mío. ¿Por qué? Contéstame señor ¿Dime qué hicimos mal? El Pantera se transformó en gato sin maullido, parado anonadado, sin saber que hacer o decir. Fue hacia ella instintivamente y tocó su cabello, acarició sus ojos y mejillas, levantó su barbilla para reconocer el lunar que tenía en el piso de la boca. Reconoció el vestido con el que la vio la última vez. Estaba igual de hermosa y atractiva que siempre. David continuó mudo y volteó hacia el cielo pidiendo ayuda, clemencia para poder hablar con la razón en este momento caótico, en que los sentimientos son tan inestables, cuando sólo Dios puede guiar a los enamorados. –Como se habrán dado cuenta los cuatro, es una situación inesperada –habló don Eduardo–. David está vivo con su bella y futura esposa, Cristal reaparece respirando al lado de su apuesto esposo. Esto no fue casualidad, hubo causalidad. Alguien fabricó calumnias para lograr un objetivo sentimental. Esa persona no está presente entre nosotros, está muy arrepentida de la vileza. Yo también cooperé en esta farsa traicionera porque me quedé callado. Me faltó valor para evitar esta canallada. Todo esto no se hubiera salido de cauce, si no es por una buena persona que le regaló un camión de bomberos a mi nieto con unas fotos del evento de hace unos meses durante la graduación de David. Accidentalmente, hace cinco días las sacó el niño y se las llevó a su mamá. Así se enteró que el padre de su hijo estaba vivo y ahora 353
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viene con la intención de que la situación se aclare para que la conciencia de ambos quede limpia. Recuerda David, mañana te casas con esta mujercita que es un encanto. Cristal, tú tienes familia, un excelente padre y esposo, neurocirujano y pastor de la iglesia. Los vamos a dejar solos por espacio de cuatro horas. Son las cuatro de la tarde, aquí nos vemos a las ocho de la noche. Vayan donde quieran. Cristal iba sollozando. Lo tomó del brazo como si fuera ayer en el tiempo. David caminaba gallardo, dejándose conducir por ella. Todo el movimiento en el parque era natural, no había actuación, como si los protagonistas fueran parte de este pedacito de vida impreso por el mismo Dios. Se subieron al auto y solo una calle manejó David. Volteó hacia ella, quien con una sonrisa le dio la orden. Se subió Cristal y empezó a conducir con rapidez respetando las reglas. Se veía hermosa con ese tocado en la cabeza, una rosa blanca elegante. Siguieron por las vías rápidas de la ciudad hasta que David le pidió retornar, pues eran pocas horas de exclusividad. Llegaron al edificio donde estaba su consultorio y vio en el tablero la lista de médicos. Destacaba el de David y Brisa. Llegaron al quinto piso, no había citas y la secretaria se había tomado el día libre. Cristal se sentó en el escritorio provocativa y él se acercó entre sus piernas besando sus labios, deleitándose con aquellas franjas rosadas. Reconocieron la filantez de la saliva, el aliento, el sabor de los besos, todo se volvió a impregnar en sus sentidos. No había necesidad de ensayo, todo estaba diseñado para las proteínas que fabrican e identifican los genes. Era un romance natural, sin artificios. Gozaban la cercanía, la atracción del imán y del metal. La llevó al gimnasio y se recostaron sobre la lona o tatami. Sin decir nada se desnudaron y observaron sus cuerpos como la primera vez. Se tocaron y mantuvieron sus cuerpos cercanos sintiendo piel con piel. No se separaron los labios ni el aliento. Aspiraron, disfrutaron del momento, no había necesi354
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dad de palabras querían estar cercanos. –¿Te sacaste la lotería? –Sí, amor. Me hiciste rico. –Así de que yo soy la responsable de tu felicidad, que estúpida realidad. –No soy feliz por tener dinero. Vivo mejor, no por eso dejo de tener preocupaciones. Tú, Cristal, eres y serás el amor de mi vida. Lo sabes, chiquilla maníaca. Se subió en David contenta. –Te diste cuenta de mi enfermedad. Me da gusto, porque así me entenderás mejor. –No necesito entenderte, te amo. En los momentos de dolor intenso nunca dejé de amarte. Siempre supe que no me traicionarías y así fue. Cristal lo besó repetidamente mientras le suplicaba que no la dejara. –Por favor no me dejes ir. Secuéstrame, róbame, haz lo que quieras pero no nos dejes ir a tus consentidos. Te amo, Panterita. Mantenían los labios y el aliento cercano para que no se fuera a esparcir por el medio ambiente y se quedaran impregnados en el fondo de las mucosas de la boca y en las neuronas que interpretan el amor. –Cuando me fui, me puse mal allá en Chicago y entré en fase depresiva mayor –explicó Cristal–. Sólo me levantaba para comer y dormir, esa era mi tarea para que sobreviviera nuestro hijo. No me proporcionaron medicamentos durante el embarazo. Le dije a mi mamá que me regresara a México y que contigo 355
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a mi lado seguro que me curaría. Mi amor, ¿te acuerdas en el servicio social, que los primeros meses estaba deprimida? Te conocí y no volví a pasar por ataques depresivos. –¿Qué pasó al fin con tu abuelita? –Se murió, David. La quería mucho y se me fue la depresión hasta el fondo. Se hizo subterránea. Doña Victoria me dejó como heredera universal de sus bienes, una mansión, una cabaña de descanso y una casa en la playa. –Más bien esa es la razón, ricachona gringa –dijo David bromeando–. Me dejaste por money. –David, pórtate serio o te hago cosquillas ya sabes dónde. –Está bien. Continúa, ave parlanchina. –En el momento del parto, desperté a una nueva vida. Me llegó la euforia cuando tuve a David en mis brazos. No me importaba ser dueña de nada y al tercer día preparé mis cosas para regresar a México. En mi mente sólo estaba tu imagen, quería que nos tomaras en tus brazos a los dos. Encontrarte no era problema pues te buscaría por mar y tierra. Me dirigí a comprar los boletos para el avión y llegó mi madre con un periódico impreso del sol de Puebla. No sé cómo le hizo, pero había una esquela en la cual tus padres anunciaban que habías muerto en un accidente automovilístico. –¿Viste la fecha? –No, en las esquelas nunca se pone la causa de la muerte más que en los epitafios. Aquí está el periódico, mi amor. –Efectivamente no hay fecha, pero si te fijas bien, inocente palomita, estas letras son del mismo estilo pero están más tenues que el resto. Es una nota falsificada, esencial, mi amada Cristal. Fuiste engañada como una china. 356
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–Mi madre es una bruja, la mala del cuento –dijo Cristal desconsolada–. Con tal de quedarse con el dinero me mintió. Fue la causa por la que la dejó mi papá. Al saber que ya no estabas vivo, me dio otra fase depresiva ya no tan grave que me permitió amamantar a mi hijo hasta los dos años. Retomé los estudios desde el primer año de vida de tu hijo y al cumplir dos años, me empezó a cortejar Matt, pastor joven de la iglesia cristiana. Me resistí a involucrarme sentimentalmente, pero me prometió un matrimonio de amor y respeto. Acepté, pues así tendría una familia nuestro hijo. Es amistad lo que nos une esencialmente. El amor se mantiene en el nivel alto porque está presente Dios. La sexualidad es formal sin la emoción excitante. Ingresé a la residencia de pediatría y terminé los estudios requeridos. Que casualidad ahora vas a tener dos esposas pediatras, estoy en cirugía pediátrica. ¿Qué nos das a las pediatras que nos volvemos locas por ti? –A ti no te di nada. Te amé desde que te vi y según la gravitación universal, no puedes contener energías cuando son atraídas en forma irresistible. Es algo que nos reúne y se mantiene humanamente con dedicación y esfuerzo. Aunque necesito impulsos voluntarios, en forma automática llegan los átomos a los brazos de mi amada Cristal. Así es el universo, nuestras moléculas son compatibles. Ya lo veras al paso de los años, seguiremos en el mismo tenor, pues estamos predestinados a ser pareja por naturaleza divina. Amo a Brisa, es frágil y delicada. Cuando la conocí no estaba familiarizada en el amor. Era más bien resistente, prefería la soledad, tenía miedo al engaño. Cuando me acerqué a ella le decía la monjita. Siendo pediatra se vestía como novicia, es joven y bonita. Poco a poco fue confiando en mí. Tiene una familia protocolaria, demasiado formal, pero con el tiempo ha ido cambiando ella y el clan. He pasado por varias etapas con ella, amistad, noviazgo, compromiso y ahora la boda. Nos hemos acoplado como pareja con un programa en la mano, no espontáneo como contigo. Sin embargo, la amo con una prome357
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sa firme hasta el día de mañana. Ella llegará virgen a la boda y yo llegaré sin mantener relaciones sexuales desde el momento de la promesa. Se levantó Cristal con una sonrisa irónica. –¿o sea que sí has andado de libertino, Panterita? ¿Me has engañado? –Extraviarte me dejó en la ruina física, moral, emocional y psicológica. Solamente el trabajo fue el antídoto para superar el evento. Yo no supe de ti por ningún medio, la única y fiel amiga tuya que me proporcionó datos a cuentagotas fue Hortensia. –¿Nadie te informo nada? –preguntó Cristal. –Nadie, chiquilla. –Yo mandé unas postales a tu casa para darles el pésame. –Jamás llegaron o a lo mejor no me las dieron. No sé, durante todos estos años estuve esperando que llegaras. En cada tocada a la puerta o llamada telefónica, cuando iba caminando en la calle pensaba encontrarte en el marco de lo fortuito o cuando abordaba un autobús. Cuando iba a ver al Pipiolo, al Abogado, a Juanito, esperaba que me dieran noticias de ti. Nunca apareciste, te esfumaste y me dejaste desconsolado, con el alma herida, la mente dispersa y confusa. Me volví resistente al amor, porque te tenía a ti en la imaginación. Platicaba figuradamente contigo, por las noches te expresaba los acontecimientos del día o los planes para el siguiente. Cuando me dijeron que habías muerto se derrumbó mi vida. Todas las noches hablaba con Dios pidiéndole te consintiera y mimara como lo hacía yo. Le comentaba que eras buena mujer, mi amada esposa, la parte femenina de mi ser. Las lágrimas corrieron como torrentes por el rostro de los enamorados de la vida mientras acercaban sus rostros para compar358
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tir el dolor y sufrimiento pretérito. –Tenía infinidad de solicitudes amistosas, sugerencias sexuales, con el encanto de un mago las posponía o rechazaba. Una mujer enamorada me llegó a preguntar si era homosexual y solo sonreí. Esa fue la respuesta –continuó David–. Me pidió una disculpa y enfurecido le pregunté que si no se me notaba que estaba politraumatizado en el amor. Me lastimaron el cerebro, el hígado, los riñones, los pulmones, el corazón, órganos vitales para el amor. No puedo amar a nadie, sólo amo a una persona y no la encuentro. Para mí no ha sido fácil, fue una tragedia de Sófocles o de Eurípides, como la angustia que se siente cuando llamas por teléfono insistentemente a Dios y suena ocupado o cuando hablas con la mujer amada y no responde la llamada. No ha sido fácil, si un tiempo esperé te seguiré esperando por siempre. El cambio llegó el día que me dijo Hortensia que habías muerto. Fueron dos meses de luto y al final del duelo fui a la iglesia y le pedí una solución a Dios. Me contestó que renovara mi vida, abriera mi corazón al amor y allí empezó la historia con Brisa. Se levantó Cristal de la lona, llorando y gritando. –No es justo, Señor. No es ecuánime, Padre mío. ¿Me vas a cobrar con la vida esta infamia? Yo no fui la intelectual ni la material de esta vileza. Si dejo a David el bumerang del dolor me va a llegar a mí. Perdóname si lo ofendí, aunque sé que nunca lo haría en forma voluntaria. Pero Señor, no se haga mi voluntad sino la tuya. Tú diriges mi vida, no quiero hacerle daño a nadie y menos a David, que es el amor de mi vida. La chica se acostó y se abrazaron intensamente, sellando sus labios como símbolo de amor, compartieron aliento para que pudieran seguir navegando tranquilos el resto de la vida. Mezclaron las lágrimas como símbolo de la pureza de un dolor que cala, que duele, pero tiene como cauce el río de la justicia amorosa y divina. Así estuvieron una hora compartiendo la historia 359
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de los últimos cinco años. Se levantaron de la lona y estaban noqueados. Ahora debían enfrentar la realidad. Se colocaron la ropa uno al otro con lágrimas cristalinas y ella se sentó en el escritorio. Él se metió entre sus piernas y se besaron con ternura. –Nos quedan tres horas de felicidad. Este momento fue la catarsis y se expulsaron los sentimientos de inconformidad. Ahora chiquitito, hazme feliz estos 180 minutos que van a ser inolvidables. Se subieron al caballo de acero y fueron directamente a la casa de los padres de David. En el trayecto, David le dijo a su amada lo siguiente. –Viéndolo bien, voy a mandar anular tu matrimonio. Estás casada conmigo. –Sí es cierto, mi amor. Soy una bígama. Lo anulamos y nos casamos. Rieron hasta que llegaron a la casa de Rodrigo y Andrea. La recepción fue cálida, María de la Paz, Isabel y María del Pilar la abrazaron festivas. Era la cuñada deseada, lástima de las trampas del destino. Le ofrecieron un postre y ella solicitó comida. No había comido en todo el día y disfrutó de la sopa con verduras, las albóndigas en guisado de chipotle, y como postre la gelatina de naranja que tanto le gustaba. Todo estuvo riquísimo y no se separó ni un segundo de David. En una ida al sanitario, aprovechó Pantera para avisar a Pipiolo que iban para allá en una hora. –Cristal está viva, vino a mi boda. Vio a David junior entretenido con los hijos de Guajo, Carlos y Fernando. Ni siquiera se dio cuenta de que su mamá había 360
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llegado. Se fueron a la casa de David y llegaron los alumnos a preguntarle si iba a haber entrenamiento. Les comenta que ese día se suspendían las clases hasta nuevo aviso. Penetraron a la casa los enamorados y se quedó admirada, mientras afirmaba que así era como deseaba su casa. –Lo sabía, la compré pensando en nosotros. –Entonces fue premio mayor. –Adivinaste, princesa, todo gracias a ti y al número siete. La pasó a su recámara de soltero y le tapó los ojos. Al ver el cuadro multicolor irrumpió en llanto. –No es justo, Dios mío. No puede ser, David. Por favor no me abandones, me vas a arrancar el alma. Es mi vida en rosa, la época más feliz de mi vida. Durante 20 minutos practicaron gimnasia y terminaron las acrobacias como en el examen profesional, salto mortal, doble y triple mortal. La besó y le hizo un rehilete, la cargó en brazos hasta la sala, fue el momento mágico. Regresaron a la casa y les tenían una sorpresa, acto de magia por María de la Paz. Ahora son tres telones los que cubren el mural, primero uno rojo, luego el azul, al final el blanco. Allí estaban tres figuras disfrazadas de payaso, Cristal, David y el junior. El niño se subió a los brazos de Cristal. Mamá, mamá, allí estamos los tres. Antes nada más eran dos, tú y mi papá. No pudo evitar el llanto delante de toda la familia y se despidió transitoriamente, se quedó el niño feliz de la vida y alcanzó a sus padres. –Oye, mamá. ¿Por qué no nos quedamos aquí con mi abuelito toda la vida? –¿Para qué te quieres quedar? –preguntó la madre. 361
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–Para jugar con mis primos. Aquí todos nos quieren. Se subieron al auto con campeona al volante. Iba disfrutando Cristal cada calle que pasaban. Ahora él iba cercano a ella, guiándola por el tráfico vehicular hasta que llegaron al 310. Entraron a la casa de Pipiolo que allí los estaba esperando con Juanito, Abril, Beto, Lilia y las tres niñas. La saludan efusivamente y la primera en hablar fue Abril. –Qué bueno que regresaste, Cristal. Le devolviste la vida a Pantera. Ahora ya se podrá casar tranquilo. Discúlpame, compadre, pero no es más que la verdad. Hoy te regresaron las facciones del muchacho alegre y feliz que conocemos de siempre. –Compadres de la vida, es un honor compartir con mi mujer estos gratos momentos. Buena observación, comadre. Regresé a la vida. Andaba perdido en otra dimensión pero hoy que toqué el rostro de Cristal se rompió el hechizo. Es la energía que me impulsa, no lo puedo evitar. No estoy ofendiendo a mi futura esposa que merece respeto. Además es comadre de ustedes. Simple y sencillamente, a veces el destino tiene otros caminos para las personas que nacen para amarse. Abril le pidió a los amantes que salieran a la puerta de la vivienda. Allí están los Brujos del Ritmo tocando la introducción de la melodía El Cuento de la Sonora Santanera. David tomó el micrófono y empezó a cantar. Luego, se dirigió a su amada, la abrazó y besó con ternura. Tomó el micrófono Pipiolo. –Ahora con ustedes, la artista exclusiva de los Brujos del Ritmo, la niña Cristal Castillo. Cuando terminó de cantar la niña, se cercioró la incrédula. –¿Preciosa, cómo te llamas? –Cristal Castillo, tengo tres años. 362
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Tantos recuerdos en tan poco tiempo, cuántas amistades sinceras. Si había trascendido en Puebla, era gracias al amor que le tenía David. Grande, maravilloso, no la abandonó nunca y ahora lo llevaría escondido en la parte más profunda de los recuerdos. En las neuronas de la memoria grata, la que brota en cualquier momento para sentir placer. Dieron las gracias a los compadres cuando faltaban 15 minutos para las ocho. El tiempo se había terminado, pero fue una buena oportunidad para el reencuentro de dos corazones enlazados para siempre. No eran almas gemelas, eran seres humanos con proteínas atractivas. Los acercaban uno al otro por un mecanismo automático, las partículas eran tan encantadoras que algún día volverían a estar juntas desde el punto de vista físico y químico. Según la ley de Dios, habría la oportunidad de un reencuentro en el que no se lastimara a nadie. Se fueron los amantes en el carro deportivo. Cristal tenía buen sentido de orientación y manejaba como campeona. El auto obedecía a los cambios de velocidad de la patrona. Era la jefa, la consentida y antes de llegar, habló la comandante. –Conclusiones, mi querido Pantera. Una por una. Tú empiezas, David. –Número uno, queda demostrado que nuestro amor va a ser eterno. Durará mientras estemos vivos. No terminamos enfadados ni ofendidos, al contrario nos separamos cuando más nos necesitamos y aún hay esperanza. Punto número dos, te toca Cristal. –No hacer daño. Una persona malévola nos trató de separar con mentiras y cambió nuestras vidas. Las decisiones que se tomaron son correctas, nada en este mundo puede ser cambiado, ni el momento, ni el lugar, ni las personas. Dios así lo quiso y se respeta la voluntad de nuestro Padre. Hemos adquirido com363
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promisos que no podemos eludir. Sé feliz, David. Aunque se me parta el corazón, se vale sufrir. –Punto número tres, si una vez te perdí, quiero que no perdamos comunicación. El que estemos en lugares distintos, ahora implica que debemos estar más unidos que nunca. La amistad se mantiene con comunicación. Tenemos la libertad para y no te quiero volver a perder. Yo voy a estar pendiente de ustedes y si me necesitas, llámame. Soy incondicional contigo. Punto número cuatro para la campeona del volante. –No somos pasado y seguiremos siendo presente. Se quedó atrás aquella época. Vamos a ser los mejores amigos para que podamos ser en cualquier momento los mejores amantes. Punto número cinco, felino brinca. –Primero somos nosotros. Hemos logrado lo que los amantes a través del amor. Se fundieron nuestros genes, tenemos un hijo. Estando bien sus padres él estará bien. Procuremos la manera de compartir tiempo con nuestro hijo. Esto se dará naturalmente, no le busquemos artificios. –Punto seis. Gracias, mi amor, por tenerme presente. Fue una sorpresa saber que soy muy valiosa en este lugar gracias a ti. Sin tu amor incondicional no sería nadie. Siempre seré tu primera esposa. Valió la pena el viaje y me voy contenta. Siempre te amaré. Le dio un beso tierno en la boca y luego colocó un dedo en sus labios. –Por ser la capitana del equipo, voy a decir el punto número siete en el momento que enfrentemos a nuestras parejas y a mi papá. –Entendido, mi capitana. Se hará como tú quieras.
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Bajaron tomados de la mano y llegaron frente al grupo. Cristal le dio un beso tierno en la boca a David y se fue al lado de su amado Matt a darle un beso apasionado. David fue con Brisa, la cargó en brazos y la besó apasionadamente. Tomó la palabra la capitana del barco, serena. –Conclusión del tour del reencuentro, fue un viaje a través del tiempo. Llegaron los recuerdos, las avenencias, los imprevistos, las contingencias, las trampas de la vida. Nadie es responsable, es la voluntad de Dios. Hemos pasado una tarde agradable como amigos que somos. Compartimos un hijo, y esa es la tarea que tenemos de hoy en adelante. Espero que ustedes, Matt y Brisa, sean benévolos y pacientes con David hijo. Brisa, discúlpame por esta visita inesperada que seguramente te quito la tranquilidad. No soy tu rival ni enemiga. Puedes contarme en tu lista de amistades. La intención fue venir a Puebla a aclarar el motivo de la separación de nosotros cuando fuimos pareja. Ya quedó esclarecido y ahora con el corazón te digo, no voy a interferir para nada en tu boda. Te lo prometo. Somos invitados junto con mi padre y vamos a ser discretos. No te apures. Se acercó Cristal a darle un abrazo sincero y comprobó la fragilidad de Brisa, que empezó a sollozar. David la abrazó con ternura. –Discúlpenme, sobre todo tú, Cristal. Con solo oír tu nombre temblaba sabiéndote muerta. Ya te has de imaginar lo que sentí cuando te vi en persona. Pensé que me ibas a arrebatar a David. Me sentí derrotada seis a cero en un partido de tenis. Sé cómo te ha querido estos años. Ahora me doy cuenta que Matt, que habla maravillas de ti, ocupa tus pensamientos. Qué bueno que vinieron, no son cualquier invitado sino invitados de honor por venir de tan lejos. Gracias, Cristal, me devolviste la confianza. Nunca me ha dado motivos esta Pantera erótica que vive rodeada de pretendientes. Me ha dado protección, seguridad y mucho amor. Una cosa te digo de corazón, lo último que desearía en la 365
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vida es estar en tu lugar. Se dirige al decano, gracias don Eduardo. ¿En dónde se van a quedar? –En la casa de David. Ya tenemos contratadas todas las suites. –¿Qué les dije? –dijo el maestro de la vida–. Yo sabía que esto iba a terminar bien. Conozco a los cuatro y son personas de bien que viven para agradar a Dios. –Yo pensé, si Cristal me abandona, me caso con Brisa. Para todo hay solución –dijo Matt, quien no hablaba muy bien español. –No sería mala idea –pensó Cristal. Esa noche, la última noche de soltera, Brisa pidió permiso a la familia para quedarse con David en el consultorio. La casa estaba ocupada y la suite nupcial elegante de la casona modificada. No debía visitarse hasta la noche soñada, les sentenció antes de irse y recibir la bendición de abuelos y padres. –Les prometí que llegaría virgen a mi boda y así será. –Sí, hija. Lo sabemos de antemano –contestaron los padres–. Cuídense y que Dios los bendiga. En el camino le dijo que olía a Cristal. –¿Te acostaste con ella? –No, chaparrita. No te preocupes, voy a llegar casi casto al matrimonio. –Nunca sentí tanta angustia en mi vida. Estas cuatro horas han sido las más estresantes de mi vida y no se las deseo a nadie. Sentí que te iba a perder, pero Dios me hizo el milagro. Me vas a proteger y cuidar como lo hiciste hoy. Sé que en tus sentimientos no mando, nadie es sensor o adivino para saber lo que realmen366
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te piensan las personas. Lo que sí te digo es que nos vamos a cuidar como dos cisnes que cuando se comprometen, imitan los movimientos del otro en señal de aprobación. Te voy a dar lo que necesites de mí, cariño, ternura, amor, confianza y entendimiento. Tú sólo ámame como hasta ahora, cumples la misión a la perfección, Pantera. Una cosa te digo, mientras Cristal esté aquí en Puebla, no me voy a separar de ti ni un instante. Es una rival en el amor con bastante ventaja sobre mí. No puedo competir con ella. Eso me da la estrategia de marcaje personal sobre su objetivo. Me cae bien porque en el fondo quisiera estar en mi lugar. No la culpo, yo también haría lo mismo por ti. Después de todo hoy aprendí una lección, la peor rival de una pediatra en el amor, es una cirujana pediatra. Allí estuvieron durmiendo sobre la lona. Ella pegada a David como lapa, como molusco aferrado a la roca, insistente y pegajoso. Se levantaron muy temprano y hablaron a la casa familiar. Contestó Andreita. –Mamá, vamos a comprar unos tlacoyos bandera, unos tamales y gelatinas, ¿Qué más quieres que llevemos? –Ya estoy preparando unos riquísimos chilaquiles verdes con huevo, frijoles refritos con huevo, una olla de atole con chocolate, pan de dulce y fruta picada de la que escojan. –Está bien madre, en un rato llegamos. Desayunaron en el patio debajo del tejabán en una larga mesa que agregaron a la de piedra existente. Estuvieron disfrutando alegremente mientras los niños jugaban sobre el pasto y la cancha de basquetbol. Rodrigo y Andreita estaban muy contentos. En la casa de Pantera había una base en donde se instalaba un parasol. Durante las horas de más intensidad del sol, se sentaron a platicar Brisa y Cristal por casi dos horas. Nadie las interrumpió y estuvieron charlando animadamente. Hubo momentos 367
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de tristeza, lágrimas, risas y carcajadas. Terminaron abrazadas fuertemente como dos nuevas amigas que acaban de conocerse, reconocerse y sincerarse entenderse, para permitir una amistad sin barreras que les permitiera compartir los momentos de la vida. David, Guajo, Cocol, Johnny, María de la Paz y Daniel estuvieron revisando todos los detalles de la boda y la fiesta. Brisa estaba muy nerviosa. No había probado bocado, sólo líquidos. La única que la pudo convencer para comer fue Cristal, quien también le ayudó a vestirse para la boda. Dicen que cuando compartes la felicidad de otras personas es como si fueras protagonista. Ama a tus enemigos, pide por los que te acosan o persiguen. Ese es un mandamiento de Dios. Las alianzas entre los mexicas eran para unir fuerzas con otros pueblos o tribus y para eso son las bodas, para afianzar la amistad entre las familias. En las bodas de Canaán les faltó vino, aquí el Señor multiplicó unión y bendiciones. Se llevó a cabo la boda en el despacho de un juez civil, siendo los testigos Pipiolo, Abril, Beto y Lilia. Por parte de Brisa, Matt y Cristal, Josefina y Natalia. Durante la boda religiosa en el templo de san Francisco, la iglesia tuvo cupo lleno y los vecinos del 310 y 309 fueron mayoría. La familia extensa paterna, la familia de Brisa que vino de México. Fue una ceremonia que reúne y congrega al pueblo de Dios para acompañar a los contrayentes en esta misión vivificadora, en la que el amor es el mandamiento que unifica a dos personas que han sido entrenadas para formar una familia. Antonino entregó a la novia, Andrea y Rodrigo al novio, todo en santa comunión. La elegancia fue el sello de la boda, todos los personajes se pusieron las mejores galas para darle relevancia a la fiesta del amor. En una banca de atrás del templo estaban dos elegantes personajes, don Eduardo y su hija Cristal,.Matt prefirió quedarse en el parque anexo. Ella, a través de los lentes oscuros, no podía contener el llanto. Las lágrimas rebotaban en 368
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el piso como cuentas de abalorio y no lo podía evitar. El dolor quemaba todo su ser. Logró evitar estar en la banca de la familia principal, pero lo que no pudo evitar fue la pena de contemplar el enlace matrimonial de su amado. Sentía que se le escapaba la vida. La fiesta fue en la casona, elegantemente renovada para recibir a los novios y sus invitados. Fue un ambiente alegre y jubiloso con música, batahola, comida y bebida. Brisa estaba encantada. David, acostumbrado a la actuación magistral, desempeñaba su papel protagónico a la perfección. Se fueron de luna de miel a Veracruz. Fue una luna de miel inolvidable para Brisa, identificada como la señora Garrido. No le faltaban los brazos fuertes de su esposo, las manos que le brindaban caricias excitantes, las palabras de aliento y amor cotidianos, los músculos poderosos que la llevaron al placer de la sexualidad al ritmo del deleite que llevaban mensaje fecundador. La convivencia cotidiana de la pareja era fácil. Los dos tenían un carácter festivo. Aún en sus peores días se confortaban uno al otro. Se fueron conociendo y las estrategias para mantener la relación estaban planeadas y diseñadas para una sana convivencia. Cuando se notificó que la fecundación daba frutos, David se puso eufórico. La trataba con cariño y dulzura para que no fuera a salir con cara de enojado. Se convirtió en la luz de su vida, el motivo de cada momento. Ahora sí le pertenecía realmente su amada, fabricada en México, para consumo de un mexicano enamorado. Se cumplió su sueño de vivir para cuidar a su amada a todas horas y a cada momento, respetando los designios de Dios. El amor, como todas las emociones, tiene cambios en el valor subjetivo significativo para cada persona. El parámetro es individual, cada quién decide y sabe cuánto ama y a quién ama. La convivencia cotidiana te acerca o te aleja de esos rangos. Se 369
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necesita estar bien entrenado para controlar las emociones durante las contingencias de la vida. No es sólo la convivencia, es el crecimiento personal, de pareja y familiar el que hay que equilibrar. La única manera de hacerte experto es conviviendo con la amada. Los recuerdos te dulcifican el alma cuando son gratos. Allí estaban sentados los cuatro, los vecinderos del 310, analizando la vida amorosa de David el Pantera. Solo él sabía quién era el amor de su vida, la incógnita estaba sin despejar, la solución al acertijo pendiente de resolver. Al respecto, expresó lo siguiente. –He sido afortunado en el amor aunque durante el viaje he sido atropellado muchas veces. Cuando te enamoras el apego es miel y la pérdida se transforma en dolor. El inicio fue con la Vic, me enteré que solo fui una selección natural. Ella me investigó mejor que todas. Fui elegido porque era guapo, fuerte, fenotípicamente parecido a su novio y compatible con el grupo sanguíneo de su esposo. Lo que Vic no esperaba era enamorarse en el camino. Le ganaron las hormonas, le fascinó la sexualidad y se quedó atrapada conmigo. Se embarazó con alevosía y ventaja y el bebé se lo atribuyó al esposo en cuya ascendencia genética hay enfermedades que ocasionan retraso en el desarrollo físico e intelectual. Ella lo amaba en sus perspectivas físicas, económicas y sociales, había amor con interés. Yo sólo me enamoré sexualmente de ese monumento de mujer, elaborada físicamente con mano de artista, tanto interna como en el exterior. Se portó excelente conmigo y me partió el alma cuando se fue, aun sabiendo que tenía a Cristina. Regresó cuando mi hijo tenía doce años porque quería otro hijo. Estaba segura de su periodo de ovulación, me lo hizo saber con ese descaro de una enamorada interesada. Era una leona vigorosa en celo y así fue como fecundamos un segundo hijo. Yo sabía lo que estaba haciendo. Actualmente ella tiene su familia y vive feliz en Toronto. Que Dios la bendiga a ella y a mis hijos biológicos. 370
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Cristina fue mi amor universitario y duró seis años, segundo año de preparatoria y cinco años de la carrera. Compartimos estudio, deportes, sobre todo el acuático y diversión sana. Se dieron cuenta que rara vez discutimos, nunca nos enojamos y nos articulábamos bien. Fueron años de ensueño estudiantil. Su familia ignoró nuestra relación y los hermanos se hacían locos pues sabían que conmigo estaba protegida. Ella padecía una enfermedad llamada endometriosis,que le causaba dolores intensos en su menstruación. Con ella aprendí inglés en un porcentaje avanzado. Todo iba bien hacia el matrimonio, quedamos que nos casaríamos durante la especialidad. Con temor me habló de una especialidad en Estados Unidos y le di el banderazo de salida. Todos estamos enterados que se fue, lo que no saben es que a última hora se arrepintió. De antemano sabía que iba a un matrimonio arreglado por los padres con un gringo que estuvo en su examen profesional. Se la llevaron sedada, bajo efecto de medicamento inyectado y así llegó hasta Chicago en avión. Cuando ya estuvo allá le dio miedo regresar, pues sus padres la echarían de la casa. Tres días después se casó con un joven que tenía pocas posibilidades de tener familia por una enfermedad. Lo que ya saben, es que una semana antes de que se fuera, tuvimos relaciones sexuales durante siete dias sin protección por petición de ella. Cuando llegó estaba fecundada y en el momento del nacimiento, el hijo, tenía muchas facciones de ella. El papá se puso feliz, tuvo un hijo cuando las posibilidades eran mínimas, pero ella desde el momento que lo vio supo que era mi hijo. Actualmente vive en una zona agrícola y ganadera. Les va bien y el niño es muy inteligente, bueno para la gimnasia y la natación. Cuando vino a Puebla me platicó que estuvo y convivió con ustedes. Al niño lo traté poco tiempo. En el terreno del amor, considero que fue la peor traición que he sufrido, el dolor más grande de mi vida. Afortunadamente el antídoto para la recuperación fue el trabajo. En la gaveta de los recuerdos está almacenado este episodio con sus momentos más gratos, que fueron muchos. Eso ha borrado la fechoría, es lo que me ha sa371
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cado la daga del cuello. Juanito toma la palabra, –Ese niño, como dices, es una perfecta mixtura. El físico está mezclado pero los movimientos son gatunos. La sonrisa eres tú, la forma de responder es idéntica. Parece que te estaba viendo en tu infancia –dijo Juanito. –El tercer episodio es la apoteosis del amor… interrumpe pipiolo, –Oye carnal, me queda una duda. Confieso que siempre estuve enamorado de Sol, pero ella me dijo que fue la mejor decisión de su vida estar contigo. ¿Si tuvieron sexo? –Me lo pones difícil, carnal. No me gustaría tratar este tema porque no es de hombres hablar de las personas cuando han confiado en ti. –Aquí entre nos, me pidió que te preguntara qué había significado para ti Te lo juro por ella, luego por Dios. –Me dijo que estaba enamorada de mí y que me invitaba a salir. Entonces no estaba Cristina y nos fuimos allá por el centro escolar. Platicamos en las escaleras del puente, donde empezaron las caricias inocentes, pero se fue subiendo el termostato hasta llegar a la relación sexual, parados debajo del puente. Un conserje observó el episodio, mi primo Pascual. Eran vacaciones en el centro escolar y le solicité un sitio para una cita con mi novia. Nos consiguió el taller de pintura y dibujo yun colchón con una sábana limpia. Allí estuvimos varias horas hasta que nos dieron las ocho de la noche y ella salió por la diez sur mientras que yo salí por el puente. Por eso no nos encontraron ustedes, los detectives. Al día siguiente fue una tarde esplendorosa. Siempre use protección para no meterme en problemas, un consejo sabio de mi tío Chuchín. Fue un episodio fabuloso, me gustaba la ojiverde por bonita y por tener un cuerpo bien proporcionado. Lo enamorada la hacía amorosa. 372
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El tercer episodio fue la apoteosis. Aún tenía duelo por Cristina cuando la adorada Cristal cambió el destino. Cuando la vi por primera vez me enamoré de ella. Siempre trató de disimular para no ser arrollada y estuvimos nueve meses juntos. En ese tiempo se gestó el amor, el magnetismo nos atraía metal-imán. Teníamos pensamientos que nos acoplaban a la perfección en la vida diaria. No había necesidad de esforzarme para agradarle pues todo era natural. Los padres descubrieron que teníamos relaciones sexuales y nos casaron por las leyes de la iglesia cristiana. Fueron cuatro meses de vivir en la academia del placer cuando salió fecundada. La cuidaba con esmero y ella se dejaba Desgraciadamente tuvo que ir a Estados Unidos, donde el destino nos metió zancadilla por medio de una bruja ambiciosa. Nos separaron y el dolor fue prolongado. Se me fue el apetito para fabricar relaciones sentimentales. Extrañaba su naturalidad para convivir y su risa cantarina. Fue una simbiosis en la que los dos nos manteníamos trabajando uno para el otro. Ella era la inmunidad que me defendía ante la adversidad y yo era el alimento que la fortificaba. Cuando me dijeron que murió, se fue la esperanza de un reencuentro, Créanme que si no me hubieran dicho que estaba muerta yo seguiría esperándola hasta siempre. Ahora que la volví a ver casi me morí. Su aparición fue intempestiva y tuve el deseo de cargarla y llevármela hasta el fin del mundo. Ella adivinó mi intención, empezó a sollozar y a decir que no era justo, reclamándole a Dios y al mismo tiempo pedirle perdón. Durante las tres horas de reconocimiento me pidió que reconsiderara y nos fuéramos juntos con nuestro hijo. Después de los impulsos del alma, regresamos a la realidad y coincidimos que las circunstancias eran diferentes y que los compromisos se cumplen como personas íntegras. No nos despedimos, el pretexto de mi hijo es la puerta para que nuestros corazones sigan en sintonía. Somos amigos en la fachada, pero internamente nos seguiremos amando toda la vida. El magnetismo es irrefrenable y nos seguirá uniendo por siempre. 373
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–Oye, compadre, queéhay de la morena espectacular con la que anduviste –interrumpió Pipiolo. –Hortensia fue una etapa transitoria, el antídoto para regresar a la vida sentimental. No sabía que era la mejor amiga de Cristal. Ella tampoco sabía su paradero. Su mejor amiga le platicó los secretos de nuestra vida amorosa y eso le atrajo. Cuando se fue Cristal se me insinuó en varias ocasiones, hasta que después de mucha insistencia me cambió la vida y fui capaz de enamorarme de ella. Actuaba como si fuera Cristal. Eso me atrajo hacia ella. Nuestros encuentros eran hedónicos, impulsados al frenesí por la sexualidad. Tuvimos pocos encuentros y la última vez me dijo que estaba comprometida para casarse con un compañero médico. Me pidió evitar un encuentro sexual, pero fuimos al consultorio y se despertó la pasión. Salimos a bailar, tomamos vino y regresamos al tálamo de las vanidades a ejercitarnos hasta terminar agotados. Fue la despedida de un nuevo amor. Brisa es lo mejor que me ha pasado en el mundo sentimental. Ella es hecha en México por una empresa artesanal. La rescaté de la resistencia al amor y transformé a la monja en una mujer extrovertida. Ustedes se habrán dado cuenta de que es muy bonita, blanca, delgada, simpática, chaparrita, inteligente, trabajadora, creativa, deportista y divertida. Lo más importante es que es amorosa y me ha dado lo que tanto deseaba, dos hijos. Dentro de ellos, mi primera hija que es puro amor. La cuidé en el embarazo, estuve con ella en el parto, en la lactancia, en la enfermedad, en las avenencias y en las desavenencias. Por fin tengo con quien compartir la vida sin miedo a que se me vaya a ir con los gringos. Hemos formado una familia como siempre había deseado. Llegó para quedarse aquí con nosotros, en esta familia extensa de la cual formamos parte. Emergimos de esta vecindad del número 310 gracias al esfuerzo de nuestros padres que trabajaron para hacernos mejores y para no batallar como ellos lo han hecho en la vida. Nos dieron la oportunidad de es374
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tudiar para hacernos clase media, gozar de mejores prestaciones y privilegios en el momento de formar una familia. Somos personas honestas y dedicadas al trabajo particular y social, nos esforzamos por actualizarnos en la actividad profesional, participamos en organizaciones sociales civiles, formamos parte de equipos deportivos, somos parte de ministerios en la asociación religiosa y colaboramos en la comunidad, como buenos vecinos trabajamos para el bien común y procuramos una convivencia social eficiente para mantener un mundo pacifico. Emergimos de la vecindad de la 13 poniente 310, en la ciudad de Puebla de los Ángeles.
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El objetivo de este libro es que el lector se adentre en la época de los años 1960-1970 en la ciudad de Puebla, dentro del barrio de nuestra señora del Carmen. Los protagonistas son tres jóvenes que crecen y se desarrollan desde la infancia, adolescencia y juventud en la vecindad de la calle 13 poniente 310. Se va mostrando la composición social y la convivencia de estas familias extensas que se hacen redes de apoyo en la vida cotidiana y se van describiendo las costumbres y las tradiciones de la época dentro de la pequeña comunidad. La influencia de personajes adultos, profesores de la escuela y adultos íntegros que son guías de la infancia y en la vida de los jóvenes para formarlos creativos, seguros e independientes. Los protagonistas emergen de esta vecindad en la que las oportunidades de estudio son limitadas, pero ellos logran superar lo que parece inalcanzable, terminar una carrera universitaria. En el camino de la carrera se van presentando circunstancias que influyen en el estudio, como trabajo, deporte, diversión, noviazgo y sexualidad responsable, que favorecen o detienen el desarrollo personal. La historia romántica de Pantera, el joven galán enamorado, atropellado en varias ocasiones en el proceso del amor, requiere consejos de Juanito, un viejo jubilado de ferrocarriles que es asesor y guía de los tres jóvenes. Es un viaje de retorno en que el historiador Pipiolo va narrando acontecimientos que considera importantes de la historia de Puebla, desde la época prehispánica hasta 1970.
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