LA LEALTAD DE VEL SAN JUAN BOSCO - Dr. Francisco Javier García y Paredes

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La Lealtad de Vel San Juan Bosco Dr. Francisco Javier García y Paredes Septiembre 2021 Derechos Reservados Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida sin permiso previo de autor.

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Dr. Francisco Javier García y Paredes

DEDICADO A TODOS LOS DISCÍPULOS DEL MAESTRO DE TURÍN: SAN JUAN BOSCO

EN ESPECIAL A MIS AMIGOS DE INFANCIA Y JUVENTUD POBLANA ORATORIANA 1955- 1979 VATOS, TITOS, MELAS, BIUR, TIRSO, FLACO LEMUS, CUÑADO, MARACAS, MORUSO, COYOTE, BAIGON, MILLOS, GENARO, ABUELO, MASCOTA, SIETE PISOS, BATMAN, ROBIN, SUPERMAN, NAUFRAGIO, CHARRO, BABALÚ Y MUCHOS MÁS QUE FORMAMOS PARTE DE LA PALOMILLA ORATORIANA.

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EN ESTOS ESCRITOS SE PLASMA LA HISTORIA DE UN PERSONAJE CUYA LEALTAD SE FORJA DESDE NIÑO. APRENDEMOS DE LO QUE VIVIMOS EN FAMILIA Y DE LAS OBSERVACIONES REPETIDAS DEL GRUPO PRIMARIO DE LA VIDA. CARLOS PAREDES OLIVOS LUCÍA FLORES RAMÍREZ GUADALUPE PAREDES FLORES ANA MARÍA PAREDES FLORES JUAN PAREDES DOMINGUEZ JESÚS MANCERA CARLOS GARCÍA PAREDES MAURO GARCÍA MARTÍNEZ JUAN GARCÍA MARTÍNEZ BRAULIO GARCÍA MARTÍNEZ AURORA GARCÍA MARTÍNEZ

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COMO UN HOMENAJE A LA LABOR DE UN SACERDOTE SALESIANO DE LA IGLESIA CATÓLICA QUE, CON SUS ENSEÑANZAS DE UNA VIDA EJEMPLAR, DESDE SU ORATORIO FESTIVO SALESIANO DE SAN JUAN BOSCO, EN LA CIUDAD DE PUEBLA. INFLUYÓ EN LA VIDA DE MUCHOS NIÑOS Y JÓVENES QUE RECIBIERON UNA DOSIS DE HUMILDAD Y HUMANIDAD AMOROSA QUE CONTRIBUYÓ A SU CRECIMIENTO Y DESARROLLO FÍSICO, INTELECTUAL, SOCIAL, EMOCIONAL Y ESPIRITUAL. YO SOY UNO DE ESOS MUCHACHOS, DISCÍPULO DEL PADRE ÁNGEL BELTRAMÍN, EL MAESTRO DE TURÍN, DISCÍPULO DE SAN JUAN BOSCO.

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GRACIAS A TODOS LOS PERSONAJES QUE HAN CONTRIBUIDO A QUE LAS IDEAS SE TRANSFORMEN EN ESCRITO. A TODOS AQUELLOS QUE ME HAN OTORGADO UN TIEMPO LIBRE PARA ESTA ACTIVIDAD. GRACIAS POR DEJARME SER, MI AMADA ALMA ROSA.

A USTEDES QUE ME ALIENTAN CADA DÍA CON SU EMPATÍA Y RECONOCIMIENTO. MUCHAS GRACIAS A TODOS MIS HIJOS, QUE HAN ENTENDIDO LA HISTORIA SINGULAR DE MI VIDA, CON DECISIONES SALUDABLES O NO. A MIS HERMANOS, SOBRINOS, NIETOS Y BISNIETOS. A LOS QUE HAN SIDO HERMANOS EN EL CAMINO, UN AGRADECIMIENTO DIVINO. PARA MI LECTORA ASIDUA, ANA LUCIA GARCÍA MEDINA.

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PRÓLOGO Amar es empapar el pensamiento con la fragancia del edén perdido Amar es llevar herido con dardo celeste el corazón.

Estimados lectores.

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s para mí un verdadero honor presentar este libro, uno de los muchos escritos por el Dr. Francisco Javier García y Paredes. Él, igual que Vel, el personaje de esta historia, ha pasado por pruebas que ha superado siempre con éxito y al igual que Vel se ha ganado el cariño y reconocimiento por su conducta siempre respetuosa y apegada a los valores obtenidos en su casa cuyo eje es y será el amor.

El hecho de concluir una exitosa carrera en la medicina para los niños, no ha impedido que desarrolle su interés por la lectura y escritura. En esta ocasión nos presenta de manera muy elocuente la cotidianidad de una época que para él se quedó en la memoria y en su corazón y que la transmite con alegría y que nos permite al leerla encontrar el medio para expresar secretos y temores que callamos en un mundo en el que la falta de tiempo, el exceso de tecnología, espejismos y simulaciones saturan nuestra memoria. En esta lectura encontraremos pensamientos 9

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de amor, incertidumbre, melancolía, historia que muchos de nosotros no logramos expresar.

Reflexiones bien concebidas que permiten que las nuevas generaciones conozcan la historia del oratorio salesiano Don Bosco y sientan que los jóvenes son los mismos ayer, hoy y siempre, y tomen de ejemplo a Vel en el dominio de sus emociones y despierte en ellos el interés por la lectura. En esta historia surgen sentimientos tan profundos que dan sentido a las sensaciones destinadas a quedarse en nuestra memoria con un mensaje de valor del apuesto Vel, que tiene que hacer en cada situación lo mejor con un toque de poesía.

Vel tiene la oportunidad de seguir el impulso de sus emociones, pero siempre tiene su paráclito que le aconseja seguir el camino correcto, aunque sea más largo y penoso. La familia siempre lo apoya y los amigos lo animan, pero su fe lo sostiene. Felicidades, buena historia narrada con pasión y entusiasmo.

Deseo que disfruten de este bocado literario.

MARÍA DEL ROSARIO GARCÍA PAREDES

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esde la alborada de mi vida te sentí. Sin que tú me hablaras yo sabía que estabas ahí.

Palabras que son de capital importancia para Vel. Dice que nació entre cantos de oratorianos matinales, a las cinco de la mañana. Para las ocho ya estaban entonando cantos a María Auxiliadora, San Juan Bosco y Santo Domingo Savio junto con los estudiantes de la escuela Tamariz Oropeza, perteneciente al Oratorio Festivo Salesiano de San Juan Bosco, en la ciudad de Puebla.

La mamá de Vel vivió en una de las tantas vecindades sobre la 15 poniente entre la 3 y la 5 sur de la ciudad. Todos los que convivían en el mismo edificio eran vecinos. En ese tramo largo de la calle de ochenta metros de longitud, estaban ubicadas múltiples vecindades con aisladas casas particulares. Muchas familias habitaban la zona.

En la parte adyacente estaba el oratorio festivo salesiano, abarcando casi en su totalidad la calle 17 ponientes, entre la 3 y la 5 sur, porque también sobre la 3 sur había casas habitacionales. El oratorio se dividía en tres secciones, sobre la 5 sur estaba el edificio que albergaba el teatro, en la parte anexa estaba la casa de los cuidadores o porteros, que en los años sesenta eran ocupadas por la familia del maestro Arnulfo Saldaña y después por la familia de don Álvaro. Se trataba de personas gentiles y humanas que desempeñaban su función educadora, poniendo los límites correspondientes para que no se relajara la disciplina de los estudiantes. En el segundo piso, arriba del teatro, estaba la capilla de María Auxiliadora de los cristianos. En la parte central estaba 11

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el edén de los niños, el campo de futbol alfombrado con tierra gris, que contiene arena con piedras diminutas, fuente de inspiración para el que juega descalzo, manualidades para el que le gusta jugar con las manos o fabricar castillos en los tiempos de lluvia. Las murallas que protegían la institución eran de piedra gris oscura. La fachada que colindaba con las vecindades o casas particulares de 15 poniente medía 5 metros de altura. Por la 17 poniente el muro estaba elaborado de adobe y medía dos metros y medio de altura.

Cerca de la 3 sur estaba la escuela primaria Tamariz Oropeza, que contaba con seis aulas, un patio central y una oficina para la dirección de la escuela. Los muros estaban elaborados de adobe, los techos de tierra y los pisos con cemento.

Así estaba diseñado el oratorio, el ora o el orato, como solían llamarlo los niños del barrio. Los protegidos por la madre de Dios en diferentes advocaciones, acudían tanto los estudiantes como niños de otras partes de la ciudad a la diversión futbolera.

Todos los días el oratorio se vestía de fiesta con la presencia de los chiquitines que acudían gustosos a recibir su baño de tierra desde muchos barrios y colonias. En ese lugar socializaban, se hacían compañeros, amigos y se entrenaban en el arte de jugar al futbol soccer. Los maestros salesianos impartían el conocimiento de la vida de San Juan Bosco, el cura italiano que fundó el primer oratorio en Turín, siendo el objetivo inicial el cuidado de los niños desamparados.

Don Paquito Figueroa, uno de los maestros catequistas, platicó que el oratorio se fundó en el año 1912 y en este mismo lugar ha estado siempre. El terreno fue donado por la familia Tamariz Oropeza, patrocinadores también de la obra salesiana por muchos años, y fundadores de la escuela primaria que llevaba sus apellidos.

Por eso Vel mencionaba que desde la alborada ya sentía la pre12

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sencia de Dios, aunque no le hablara directamente, sino a través de los cantos a todas horas de los estudiantes salesianos que llegaban a la casa de la abuela Lucía. Seguramente en el coro estaban las voces de don Pedrito Ramírez, don Luis Figueroa, sus hermanos Pablo y Juan con su primo Paquito, los pibes Uribe, Carlos Bala con sus hermanos Jorge y Javier, Enrique Villa, Alberto Salamanca “el tapón”, don Florencio Lozano, Juanito López “el cura”, don Carlos Sánchez “la mascota” con sus hijos Arturo, Carlos y Jorge, José Luis Bermúdez, Luis Hernández “la paloma”, Librado Hernández, Juanito Castorena y sus hermanos Joaquín Estévez, Armando Guerra y su hermano Lalo, Luis Zafra, don José Serrano, los hermanos Garcilaso, Cosme y Fili Madrid. Muchos más que con sus voces alababan al Señor y se ponían en sus manos, transmitían paz a las casas circunvecinas.

Los primeros oratorianos de 1912 fueron jóvenes mayores de 16 años y adultos obreros. El primer director del oratorio fue el padre Pietro Mayerhoffer, quien llegaba al oratorio en caballo percherón. Los juegos en cada época eran diferentes, predominando el soccer, aunque también había un juego con una pesada pelota de cuero para ver quien la lanzaba más alto con las manos. De los años cincuenta a los setenta había columpios, sube y baja, volantines y barras paralelas. Existían competencias como carreras con zancos, carrera de velocidad en la pista de tierra, carrera de saltos con costales, carrera de carretillas en las que un personaje era tomado de ambos pies mientras el que la hacía de carretilla se impulsaba con las mano. Otra competencia era con un balón de futbol, y se trataba de impulsar con el pie un chutazo, ganando quien lo lanzaba más lejos o más alto.

A don Bosco le preocupaba que los jóvenes tomaran sendas sin la presencia de Dios, por lo que inició la construcción de los oratorios, empezando por Turín, en Italia. De los años 1934 a 1942, años de persecución religiosa, el oratorio fue cerrado por el gobierno. Al clausurarlo, la sede fue el templo de la Concordia enfrente del jardín de Santa Inés o el templo de los Gozos 13

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ubicado sobre la 13 poniente entre las calles 3 sur y 16 de septiembre. Este sector tenía como distinción la presencia de vecindades multitudinarias como la del 107 y 109. De esta labor extramuros, se encargó el director salesiano, padre Juan Ignacio Sandoval, el renombrado tío Juan, (1931-1947) quien con su entusiasmo participaba con los jóvenes en su labor de cristiandad.

Dentro de los mártires cristeros poblanos, en estas vecindades colindantes vivió un honorable cristiano llamado don Carlos Paredes Olivos, quien ofrendó su vida por Cristo Rey en 1929. De profesión tenedor de libros, equivalente a contador público de nuestra época, hombre honorable perteneciente a la Asociación Católica de la Juventud Mexicana. Tenía una imprenta portátil que, con la ayuda de plantillas impregnadas con tinta, elaboraba mensajes a los feligreses, para que acudieran a los servicios religiosos secretos. Fue delatado por un judas traidor, lo detuvieron al salir del trabajo y llevado a la cárcel. Su gran sorpresa al llegar a la penitenciaría fue la presencia de los miembros de su familia, la esposa Lucía con sus tres hijos, Guadalupe, Manuel y Ana María. Afortunadamente ellos habían sido advertidos y sacaron oportunamente de la vivienda la máquina con los papeles que los comprometían. Aun así los anticlericales del gobierno catearon la vivienda con lujo de violencia, destrozando lo poco valioso que tenían sin encontrar evidencia alguna. Carlitos quedó en prisión, valió más la palabra del traidor. Estuvo varios meses en la celda, en donde contrajo una enfermedad pulmonar complicada con problemas del corazón. Una neumonía e insuficiencia cardíaca fueron las causas de la gravedad del paciente. Cuando vieron que ya no había remedio, le dieron salida para fallecer en su domicilio. En sus últimos momentos de vida alcanzó a murmurar ¡Viva Cristo Rey¡ Don Carlitos vivió en la calle 15 poniente número tres 303 y fue forjador de la familia Paredes Flores.

Han sido muchos los directores del oratorio, Padre Luis Lavarroire, quien después de su misión oratoriana fue obispo misio14

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nero en la India, el padre Adrián Marconcini, quien estuvo de 1917 a 1920, padre José M. Lozano, padre Alberto M. López, padre Carlos Menéndez, padre Andrés Velazco, padre Joaquín Hidalgo, padre Kissielvus, padre Roberto Guzmán, padre Daniel Zurita, padre Ángel Beltramin y muchos más, llegando hasta 36 directores hasta la época actual.

En 1956, en el Oratorio Festivo Salesiano, la escuela Tamariz Oropeza, el joven director don Ángel Beltramin, oriundo de Turín y más o menos de 30 años, de tez blanca, cabello negro, delgado, no muy alto, sonrisa tierna, simpático, agradable, con su vestimenta impecable, su traje negro, aunque no nuevo sí limpio, zapatos bien lustrados, chaleco negro, con el alzacuello blanco reluciente, una boina negra completaba su presentación.

Tenía facilidad en la comunicación, era un caballero humilde, sencillo y carismático. A los jóvenes les daba confianza y a cambio exigía obediencia, respeto y trabajo comprometido. No le temblaba la mano para corregir a los jóvenes malcriados con coscorrón, jalón de orejas o de patillas. Esos eran sus métodos correctivos favoritos. A pesar de los castigos físicos, los jóvenes lo estimaban pues era un pan de dulce cuando todo iba bien, pero cuando se rompían los límites del buen portar se convertía en un censor severo. Un padre a todo dar. En el barrio todo el mundo lo quería. En esa época la gran mayoría era católica.

Las familias enviaban con confianza a sus hijos al oratorio para que se formaran hombres de bien con la ayuda de Dios. Era un hombre honorable al igual que sus colaboradores.

El maestro de Turín paseaba por el barrio con su vestimenta sacerdotal orgulloso, sonriente y confiado, en sus trajines a pie o en su sencilla bicicleta. Los jóvenes lo seguían contentos porque era un maestro amigo de los niños y jóvenes. El objetivo de su misión religiosa, tanto en las instalaciones del oratorio como fuera de ellas, era que niños y jóvenes tuvieran una recreación saludable acompañada del amor a Dios. Así se formaban seres pacíficos, creativos, sociables y amorosos en la sociedad.

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La escuela Tamariz Oropeza, entre 1956 y 1962, funcionaba con educación científica, social y religiosa. Los docentes eran en su mayoría personas ancianas que ponían su mejor esfuerzo académico aunque sus conocimientos no eran muy vastos, la experiencia los hacía gente con sabiduría.

Don Ernesto Conde era maestro del primer año. Su misión educadora no era tan pacífica. Las letras con sangre entran era su lema. Era amable en su sano juicio pero cuando se enojaba nos daba de cintarazos sobre la ropa en las nalgas para que no se nos olvidara que era el jefe y nos portáramos bien. Se convertía en el maestro condenado. Aun así era buen mentor, con él aprendimos las nociones elementales del conocimiento, lectura, escritura, matemáticas y sobre todo disciplina.

Don Víctor García, maestro de segundo año, era un amante del campo, le fascinaba el medio rural y se deleitaba hablando de la vida campirana. Era sencillo, amable y casi siempre sonriente. Reforzó el aprendizaje de las matemáticas con la llamada ludoterapia, el juego como el medio ideal para aprender a interpretar las operaciones aritméticas. Nos impartió clases de historia de México a través de sus vivencias en la Revolución Mexicana o en la Guerra Cristera y todas las andanzas de sus viajes por la república. Nos formó cantores con sus poemas a la fresca lluvia cristalina, el frijol que yo he sembrado, en mi rústica casita que se mira tan bonita en el valle tan floreado, que frescos lucen los prados, en el valle tan soleado y vuelan las golondrinas sobre las verdes colinas, en donde muge el ganado, chiflando me voy para mi maizal que he sembrado en la ladera, y al atardecer me pongo a cantar debajo de una encinera, y como quiero al frijol y al maizal, para cosecha primera; era un poeta del campo mexicano. Resultó ser una melodía inolvidable, un canto al béisbol que empezaba, play bol, play bol, play bol, ora mi pitcher, catcher, base y shortstop, ora mi cachercito, ora mi cachercito, ora mi cachercito, ahí te va una curva más no te le abras y hacemos out, play bol, los de la batería son gente muy astuta y si no te lo pensáis nos van a dar paliza, los de la batería son gente astuta y si no te lo piensas, nos dan paliza.

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Don Eduardo Luna, maestro de tercer año, era un mentor aristócrata, caballero en el vestir, en el decir y en educar. Nos enseñó cuento y color, le encantaba la literatura, nos declamaba poemas y en el estudio de la geometría hacía rimas para que comprendiéramos triángulos, cuadrados y rectángulos. Los jueves eran días dedicados a la pintura, con los lápices de colores dibujábamos e iluminábamos lo que la imaginación nos permitiera visualizar. Dos veces al año realizó concursos de catecismo para cimentar las enseñanzas bíblicas y de la doctrina católica. En las dos ocasiones el Vel salió triunfador.

Arnulfo Saldaña, joven maestro de cuarto año, recién salido de la normal del estado, era un maestro con una preparación académica sólida. Nos hacía estudiar exhaustivamente y no había pretextos para no cumplir con la tarea. Nos enseñó que no es bueno memorizar porque la memoria es traicionera. El toque magistral fue que nos enseñó a razonar para comprender lo aprendido. Practicaba con don de autoridad, comentaba que para mandar hay que saber hacer bien las cosas. Las tareas prácticas tenían que ser casi perfectas, no había medias tintas, así era el profesor, amante de la disciplina. Fuera del salón de clases era un buen amigo, consejero, hábil futbolista y, sobre todo, carismático. En el salón de clases había compañeros muy pobres y a algunos de ellos les regaló zapatos o ropa de vestir nueva.

Compañeros oratorianos escolares de esta época, todos están en el recuerdo, sus nombres o apodos presentes al pase de lista en cuarto año de primaria: Manuel Aburto, Efrén Casillas, Raúl Reyes, Mario Merino, Manuel Varela, Mario Cantú, Francisco García y Paredes “el Pancho Pantera”, Fabián Rosas “Jícamas”, Carlitos Ferrer “Charly”, José López Herrera “el Perro”, Rubén Ramírez “el Maraca” José Luis Hernández “el Baigon”, y Gerardo Garcilaso. Los de sexto año eran Juan López Herrera “el Cura”, Carlitos Sánchez “la Mascota”, José Luis Hernández “la Paloma”, los hermanos Castorena, los hermanos Garcilaso, los hermanos Guerra, los hermanos Reyes Hernández y los herma17

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nos Rodríguez Rojas.

De todo había en la viña del Señor, escolapios que fueron habilidosos jugadores de futbol que jugaban descalzos por falta de zapatos. Eran los que corrían más rápido y también los que pateaban la pelota más fuerte, el “Maraca”, “el Baigon” y Fabián “Jícamas”. El Pancho Pantera y el Perro sí tenían zapatos y eran buenísimos para los punterazos, hacían retumbar las bardas laterales del campo.

En la banda de música, que dirigía el maestro Genaro Gumaro, tocaban Fabián Rosas la tambora, Raúl Reyes la trompeta, Manuel Varela las tarolas. La gente oratoriana se emocionaba cuando tocaban la Marcha de Zacatecas o Cielito Lindo.

Los más desordenados en conducta, el Maraca y el Baigon eran deficientes en la atención, líderes del desorden. Se levantaban de sus asientos para jalar orejas, dar coscorrones, pellizcar, aventar papeles, volar avioncitos de papel, decir majaderías o liarse a golpes con cualquier pretexto. Eran buenos para el box y la lucha. En fin, escenarios de una época, personajes, ámbitos, años cincuenta, costumbres y tradiciones. Qué más da, ya pasó.

Qué bonito es recordar. Sacar del olvido a aquellos que fueron niños o jóvenes en aquellos años.

Todos resultaron cantores. El canto era cotidiano por las mañanas y las tardes a María Auxiliadora y a San Juan Bosco. A base de repetir, los desentonados se corregían y la armonía de las voces se escuchaba hasta el cielo. Ya estaban clasificadas primeras y segundas voces, y solamente había un solista, Luis Reyes “Pajarillo” Don Bosco: Te aclaman cual padre y pastor legiones inmensas con himnos de amor.

Desde los principios del oratorio, la parte religiosa fue muy bien atendida. El catecismo era impartido por el padre Ángel o los maestros salesianos como el señor Enrique Merino, el profe18

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sor Rafael Feria, el padre Daniel Zurita, el padre Alberto Durán, el padre Emilio Rusich y muchos más.

Era toda una odisea recibir la santa comunión después de la confesión, un día antes por la tarde, con los pecadillos de la época. No obedezco a mis padres, digo mentiras, digo majaderías, me peleo con mis hermanos. Enseguida el ayuno, que debía empezar a las ocho de la noche del día anterior hasta las nueve o diez de la mañana del otro día, cuando terminaba la misa dominical o del día festivo. No se podían ingerir líquidos y mucho menos sólidos. Eso sí era ayuno. Posterior a las interminables horas, se recogían los desayunos elaborados por las madres de los niños que aguardaban en el salón de clases. En ese momento se sentaban a disfrutar en el patio los manjares, sándwich de jamón y queso, acompañado de un refresco Barrilito okey o un Jarrito de tutifruti. A Vel, su mamá le preparaba un sándwich de jamón con frijoles o jamón con huevo, más una botella de refresco llena de chocomilk. A otros les llevaban quesadillas o tamales con atole de masa, y otros más se deleitaban con tacos de frijoles, de huevo, de chorizo. Casi todos llevaban su desayuno y sólo algunos como el Baigon, el Maraca y el Fabián no llevaban nada. En ese momento se conocían los cuates, que compartían sus alimentos con los más necesitados.

Los niños cantores del oratorio festivo salesiano o escuela Tamariz Oropeza acudieron a una presentación coral al teatro principal, encuentro de escuelas religiosas de la ciudad poblana.

En el momento de su presentación cantaron El Pajarero, cómpreme usted este ramito que no vale más que un real, cómpreme usted este ramito pa’ lucirlo en el ojal. En esta ocasión el Maraca se orinó en los pantalones. Como había tanta gente en el teatro le dio pena pedir permiso y fue más fácil orinarse en los pantalones. Nadie se dio cuenta y con la caminata hasta el oratorio se le secaron las prendas mojadas.

Qué hermosas las presentaciones del coro dominical, a capela 19

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y sin instrumentos musicales. El encargado de dirigir la mixtura de voces infantiles y juveniles era el maestro Alberto Salamanca, el peculiar Taponini, amigo de todos los niños, jóvenes, adolescentes y adultos. No necesitaba presentación, él se encargaba del protocolo. Era alegre, vivaracho, entusiasta, divertido y amigable, un personaje que hacía vibrar la capilla oratoriana con su convocatoria festiva que, con sus brazos en movimiento rítmico, invitaba en la lateral del altar a cantar a todos los presentes a los ritos dominicales. De acuerdo a la altitud de los brazos era la intensidad de las alabanzas al Señor de los cielos. Los cantos se oían a muchos metros a la redonda, y la voz grave de los señores contrastaba con las voces infantiles y juveniles masculinas, más las voces de las mujeres que empezaron a acudir al oratorio a partir de 1960.

El teatro se utilizaba para los festivales escolares o para la presentación de obras de teatro a cargo de maestros oratorianos.

Recordando el monólogo del señor don Carlitos Perea con la obra Bandera negra, que se presentó en varias ocasiones. Frecuentemente presentaban comedias los jóvenes oratorianos, pero los actores resultaron ser los no esperados, los más vagos, rebeldes, desordenados y los jugadores de las reservas especiales de futbol, dirigidos por Pedrito Ramírez. Presentaron una comedia del abuelo Pantasileo, en donde Arturo Titos, demostró ser un gran actor cómico, en compañía de sus amigos y compañeros de escuela, del barrio, hermanos de la vida, Pancho Pantera, Vatos, Melas, Flaco Lemus, Cuñado, Bogar, Pajarito, Biur, Millos y mascota.

También hacía presentaciones la banda de música de la escuela, dirigida por el maestro Germán Gumaro quien tocaba en la banda municipal. En una ocasión se presentó un grupo musical tropical del barrio del Carmen que interpretó melodías de La Sonora Santanera, eran maestros de la cumbia. Un festival alegre, movido y divertido. Los integrantes eran jóvenes oratorianos del barrio del Carmen, Cañas, Pillo, Rojas, dos hermanos 20

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cantantes que se distinguían por su altura, Los Chiquilines.

Momentos inolvidables resultaron los de la premiación final de cursos escolares. Qué satisfacción pasar a recoger la medalla, la banda de tela o diploma de papel que significaba el premio durante el año, al honor, aprovechamiento escolar, creatividad, catecismo, canto, deporte y disciplina. La mayoría de los alumnos recibían un aliciente, recordando que en la diversidad todas las personas tenemos virtudes diferentes. Al fin, talentos. Dibujando una sonrisa de satisfacción estaba el padre don Ángel y los señores miembros del patronato entregando los galardones. Los padres de familia complacidos viendo a sus hijos triunfadores de la vida escolar y espiritual.

Los domingos o días festivos eran momentos de cine vespertino en proyección blanco y negro. El teatro del oratorio se engalanaba, contemplando sentados a los niños y jóvenes disfrutando las aventuras de El Gordo y el Flaco, pareja de actores cómicos que con su aspecto de tontos la pasaban bien. Lo trascendente eran las risas infantiles y juveniles que despertaban con sus simplonadas. Los recuerdo vestidos con su traje de gala y sombrero de bombín. Funcionaban como una pareja bien acoplada, uno gringo y el otro británico, uno Hardy el otro Laurel. Disfrutaban haciendo el ridículo, uno con su aspecto gordo y ágil, el otro con su cara de chiste. No paraban los niños y jóvenes de ejercitar los músculos de la cara, carcajada tras otra, un concierto de risa desencadenado con sólo movimiento y mímica. Algunas películas pertenecían al cine mudo. Otras, ya con sonido aumentaban la gracia y locuacidad de los actores, recordando algunos títulos de sus películas, De bote en bote, Dos pares de mellizos, Haciendo de las suyas, Compañeros de juerga y Hermanos del desierto. La diversión infantil y juvenil estaba garantizada y los oratorianos adultos vigilaban el comportamiento de los más chicos. Fueron momentos inolvidables en ese teatro adornado por una carita de risa y otra de tristeza.

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El oratorio salesiano Don Bosco, al igual que los oratorios de San Miguel Rúa o el de la Virgen del Refugio, ha tenido como misión recibir en sus instalaciones a niños, jóvenes y adultos para su formación física, familiar, social y espiritual. Hasta 1960 tuvo las puertas abiertas para varones, y a partir de ese año empezaron a llegar niñas, jovencitas y señoras.

Doña Anita Paredes Flores fue catequista del oratorio desde 1970 hasta 1985 y formadora de cientos de niños para la primera comunión. La doña pensaba que es elemental en la vida y sobre todo en la familia, que los hijos sean obedientes, respetuosos y que participen en las actividades del hogar. Con eso tienen ganados puntos para llegar al cielo y queda garantizada una vida digna familiar. Cuando era soltera, doña Anita vivía en la 15 poniente, en las vecindades aledañas al oratorio. Nunca tuvo la oportunidad de asistir al oratorio pues las puertas estaban cerradas para las mujeres. Sólo escuchaba los cantos de los niños y jóvenes hasta su casa. No se casó con un oratoriano, ni tampoco vivió siempre en la 15 poniente, pero sus hijos nacieron ahí, en la casa familiar. Fue atendida por una partera empírica llamada Pina. Dios no se la llevó del barrio, y por siempre vivió a una o dos calles del oratorio, cerca de la virgen María, su madre protectora. Para ella trabajó toda una vida. Desempeñó trabajo peregrino para la virgen del Rosario, la sede de la patrona estaba en el templo de Santo Domingo y el encargado de la misión era el padre José Serrano. Esta virgen peregrina visitaba muchos hogares del barrio del Carmen.

Anita estudió hasta cuarto año de primaria. La miopía y la falta de unos lentes no la dejaron progresar en la escuela. En casa no había dinero para una consulta o unos lentes. Sin embargo, dicen que la fuerza de voluntad es sinónimo de llegar al objetivo, con más trabajo, pero satisfactoriamente. Anita fue muy entregada a la oración, al aprendizaje de los principios divinos, que su madre Lucía había cimentado en la infancia. Al verla el 22

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Señor con tanto entusiasmo, le entregó el don de la enseñanza de la doctrina católica. Se preparó afanosamente y empezó a dar clases en su casa para preparar niños para la primera comunión. Los padres oratorianos le aprobaban en la iglesia a sus estudiantes y Anita fue alcanzando confianza. Así fue como llevó su labor fecunda al oratorio festivo salesiano. En el oratorio, los sacerdotes actualizaron sus conocimientos y la voluntad nunca se quebrantó a pesar de los imponderables de la vida. Eso le permitió construir una labor de instrucción catequista durante 15 años. No se fue, se la llevó su familia a vivir a otro fraccionamiento, el Valle del Sol, por la colonia Margarita. A pesar de ello, continuó en el templo de Cristo Rey con su labor voluntaria. Siempre fue asidua, puntual, humilde, servicial, empática y simpática,con Dios y la santa patrona María. Nunca hubo queja por parte de los feligreses, sólo reconocimiento a su labor de servicio y humanidad. Le alcanzaron las fuerzas hasta el momento de su muerte, al cumplir 83 años. Un trabajo incansable de más de 50 años, medalla de oro y muchos puntos ganados ante el Señor de los cielos por su obediencia, respeto y participación en las labores.

Don Bosco, te aclaman cual padre y pastor legiones inmensas con himnos de amor.

Hablar de don Bosco en la ciudad de Puebla es sinónimo de religión y futbol, los equipos verde y blanco de la ciudad poblana han sido ejemplo de caballerosidad y competitividad deportiva en todas las ligas de la ciudad, la Puebla, la Angelopolitana y la Juventud.

Torneo intramuros infantil de 1956. Al frente de un salón con portales estaba José Luis Hernández “la Paloma” repartiendo camisetas y los shorts para los encuentros infantiles. Allí estaba Vel paradito con la timidez a cuestas. Lo llevó su abuelita Lucy para que participara en el torneo en la categoría hormiga. Tenía cinco años de edad y se hacía el remolón. Quería, pero no se 23

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atrevía hasta que se acercó un joven llamado Carlos Sánchez “la Mascota” y lo invitó a formar parte de su equipo. El preescolar no lo pensó dos veces y se colocó el uniforme deportivo del Red Star, o estrella roja. −No se preocupe, señora. Regrese por él en una hora −le dijo Carlitos a la señora.

En el campo de tierra y arena Vel dio sus primeros chutazos.

Estaba fascinado, contento y festivo como el oratorio. Fue el inicio de la misión de compartir y servir a San Juan Bosco. Desde ese momento y hasta los 28 años, completó la encomienda.

Cuando se hizo profesionista, el trabajo lo llevó por senderos lejanos pero nunca separado de su corazón.

Vel dedicó esta parte de la vida infantil a compartir con Dios a través de la oración, el servicio, el juego, la diversión, el estudio y el trabajo. A los cinco años se inició en los chutazos. Empezó en la categoría infantil y fue a través del entrenamiento frecuente, disciplina, voluntad y esfuerzo, que el grupo obtuvo el campeonato de balompié estatal poblano. Este mismo grupo de niños, que transitó una pubertad y adolescencia saludables, obtuvo el campeonato estatal juvenil. Posteriormente jugó en reservas especiales y enseguida a los 16 años se fue directo a jugar en la liga Angelopolitana en primera división amateur en donde quedaron campeones. A los 17, Dios le concedió el sueño dorado de un futbolista amateur poblano, jugar en la primera división en la liga Puebla, en donde fueron campeones estatales tres años consecutivos. Se le concedió el privilegio de jugar con jóvenes expertos, en su mayoría profesionistas, que formaban un grupo competitivo, creativo, respetuoso y disciplinado. Todo el grupo jugaba bajo la batuta de Carlos “el Gordo “ Bala, y fue una fortuna para Vel jugar al lado de futbolistas que admiraba a lo largo de su carrera dentro del club, jugadores como Ramón Zenteno, Carlos Melgarejo, Roberto Sánchez “el Patas”, Pedro Abed, Pancho Parra, Hugo Parra, Raymundo 24

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Brito, Palin, el “Botas”, y Carlos “Calucas“ Ríos, quien después jugó en primera división profesional con el Puebla FC. Estos personajes son modelos de conducta y deportivismo del futbol amateur poblano, pertenecientes al club Don Bosco. Vel fue seguidor semanal de los equipos de primera división de la institución, desde que los equipos jugaban en el campo Aquiles Serdán, en la 27 poniente, entre la 13 y 15 sur, a un costado del actual Hospital Universitario.

El director técnico, Carlitos “el Gordo” Bala, era múltiple ganador de campeonatos de liga y copa en primera división amateur. Para él no había concesiones con los indisciplinados. Hasta el más habilidoso se quedaba en la banca. Algunos personajes habilidosos y arrogantes, pensaban que el equipo iba a perder, que su presencia era primordial para el triunfo, pero Carlitos les demostraba que con ellos o sin ellos ganaba el Don Bosco, demostrádoles que nadie es indispensable. Manifestaba el Gordo” somos un equipo de jugadores aguerridos, no vedettes.

Era un tipo rudo, enérgico, silencioso y, por momentos, explosivo. En otros era un estratega del balompié y tenía bien puesta la camiseta oratoriana.

Al son de las canciones de la época de los sesenta seguimos recordando a los personajes ejemplares oratorianos. ¿Quién de esa época no recuerda Cuando me enamoro, de Angélica María, yo me enamoré de la bella Mari de la 15 Poniente, Dile que la quiero con César Costa, tú te enamoraste de Rosario la del 317, Tú significas todo para mí con Alberto Vázquez, él se enamoró de Clarita la del 306, Confidente de secundaria con Enrique Guzmán, nosotros nos enamoramos de Blanca la de la 3 sur 1515, Melodía de amor con Johnny Laboriel, ustedes se enamoraron de Mimí la del 509 de la 13 poniente, Hey Jude, con los Beatles, y ellos se enamoraron de Griselda la del 107 de la 13 poniente.

No se debe olvidar que la música alegra el corazón y que todos 25

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los jóvenes disfrutan escuchando sonidos asociados a la imaginación, pues así se conforma un sentimiento. A veces una melodía nos evoca recuerdos inolvidables. Quién no recuerda a Julissa, los Teen Tops, Locos del Ritmo, Javier Solís, José Alfredo Jiménez, Lola Beltrán o música de tríos como Los Panchos, Los Diamantes, Los Dandys o Los Tres Caballeros que estaban en pleno éxito. Los jóvenes bailaban danzón, cha cha cha, cumbias y mambo.

Por su parte, los jugadores futboleros oratorianos habilidosos son recordados por su talento. Tal es el caso de Jorge Bala, Carlos “Calucas” Ríos, Tito Rojas y José Trujillo, extremos veloces y habilidosos. Los centros delanteros siempre certeros, Roberto Uribe “el Pibe”, Pancho Parra, Hugo Parra, Manuel Rodríguez “Melas”, Arturo Reyes “el Abuelo”, Carlitos Mena, Nicolás Ramírez y Tirso Flores “el Bogar”. Todos destacaban por alguna habilidad como en el caso de Librado Hernández, Armando Guerra o Carlos “Mascota” Sánchez, jugadores de chute explosivo. Algunos jugadores se distinguían por su toque magistral, pases mágicos estratégicos a la ofensiva, que acercaban al gol.

Jugadores cerebrales que aportan juego de conjunto y tejen jugadas increíbles. Hubo muchos oratorianos destacados, como la “Paloma“ Hernández, Filiberto Madrid “el Fili”, Armando Díaz “la Reina”, Raymundo Brito “el Rey”, Roberto Rodríguez “el Vatos”, José Rosete, Manuel Lemus “el Flaco”, Roberto “Palin”, Manuel “el Botas”, José Ventura “el Pepin”, Tristán“el Soldado”, “el Manolo” y “el Nico”, todos ellos discípulos de la Burrita Araoz y Marianito Fernández, miembros oratorianos y posteriormente jugadores profesionales del Puebla Futbol Club.

Destacados defensas se forjaron en el oratorio Don Bosco, siendo el principal Antonio “el Burro” Figueroa, ganador del campeonato de copa con el equipo Puebla de nivel profesional, Carlitos “la mascota Sánchez” jugador profesional del Puebla. Los que destacaron a nivel amateur en esa posición fueron muchos, 26

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como Roberto Sánchez “el Patas”, Pedro Abed, un caballero de las canchas, Ramón Zenteno, Carlitos Melgarejo, Eduardo Guerra, Jaime “el Coyote” Rosas, José Luis Díaz “el Huevo”, Genaro Meza “el Cable”, Jorge Sánchez “Mascota”, Emilio Cueto “Millos”, Carlos García Paredes “Siete Pisos”, Francisco García y Paredes “El Majewski”, y Juan Gómez “el Biur”.

Los porteros heroicos existieron desde siempre en el club Don Bosco. Recordando a algunos de ellos, vienen a la mente los nombres de Gabriel el Sandunga, Julio Cantú, Humberto Morales “la Bailarina”, Jorge Martínez “el Moruso”, José Nevil, David Morales “el Superman” y David Rodríguez Coronel.

En el oratorio se daba una grata socialización, con eslabones de diferente intensidad se forjaban amigos de mucha, regular y poca confianza. Al fin, compañeros de la vida. A la institución llegaban jóvenes de diferentes barrios de la ciudad. Por ejemplo, del barrio del Parral, cercano al paseo Nicolás Bravo, llegaron buenos camaradas: el Babalu, el Charro, Nieves, el Cayuco, el Bogar, Velas, el Jorobado y el Pico Chulo. Del barrio del Carmen de la 13 poniente, entre la 3 y 5 sur, llegaron el Doy, el Trei, Cañas, el Canena, el Zurdo, el Coco, el Adolfín, el Pichicuas, el Torero, el Cochome, Cara de Piedra, el Rayo, Mora, el Julián y Fantomas. De la misma calle, pero entre la 5 y la 7, sur llegaron el Huitzi, Cuco Toriz, Manuel, el médico de las locas, y las toninas, que eran seis hermanos. Llegaron también de otros barrios y son interminables los nombres o apodos de jóvenes que acudían, el Cocol, el Chucho, el Tintín, el Cuñado, el Tobón, el Flaco, la Bailarina, la Reina, el Soldado, el Pollo, el Panzón, el Aquaman, el Flash, el Linterna Verde, el Baigon, el Chorejas, el Cajetas, el Batman, el Vilchis, el Superman, el Sandunga, la Gringa, el Solomillo, el Peraloca y el Robín. Así de variados eran los personajes de la época, desconocidos por su nombre propio pero reconocidos por el apodo y por su personalidad extra familiar otorgada por la palomilla.

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Los adultos salesianos procuraban otorgar respeto y disciplina a los estudiantes o deportistas, siempre procurando llamarlos por su nombre bautismal y no por el otorgado por la palomilla.

Famosos grupo de hermanos se adentraron en la institución, los Pibes Uribe, los hermanos Figueroa, los mascotas Sánchez, los hermanos Estévez, los hermanos Garcilaso, los hermanos Madrid, los hermanos García Paredes, los Arrieta, los Villaseñor, los pingüinos Paredes, los Rodríguez Rojas, los Castillo Reyes, los Zenteno Reyes, los Rodríguez García, los López Herrera, los Bermúdez, los Castorena, los Zafra, los Guerra, los Villaseñor, los Rivera, los Calucas Ríos, los Cantú, los Brito, los Díaz, los Trujillo, los Melgarejo, los Marrufo y muchas familias más fueron parte de la convivencia Salesiana.

De todos los gustos, olores y sabores, como en las mejores cocinas, se fabricaron los leales amigos de la infancia y se elaboraron en esta institución, Raúl Reyes Hernández, compañero durante el estudio, la oración y el juego. Había mucha confianza que afianzó la amistad. Luis Rivera y Tirso Flores eran compañeros del juego, la fiesta y la parranda. Puros gratos recuerdos de esa época juvenil. El Beto Zenteno Reyes, hermano de la vida y compañero incondicional desde la infancia, era alegre en los momentos festivos y amigo en los momentos difíciles cuando necesitas una palabra de aliento.

Ahora, una anécdota de Vel que refiere la presencia de un gran comediante de la infancia oratoriana, un joven llamado la Tonina. Seguramente estudiaba la secundaria cuando nosotros estábamos en la primaria. Una tarde en que no abrían la puerta del oratorio sobre la 5 sur, estábamos sentados recargados en la pared de la fábrica de chocolate La Corona, que estaba enfrente de la entrada al oratorio. A José Luis lo conocía de vista. Éramos como siete niños reposados en la fila y después de un rato todos estábamos sentados alrededor del joven. Nos empezó a contar charras y chistes. No parábamos de reír 28

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con sus gracejadas. Era muy chistoso y no decía malas palabras ni albures. Después nos comentó que tenía muchos amigos y que era reconocido en la ciudad. Nosotros, incrédulos, nos reímos. ¿Quieren ver que sí es cierto?, nos preguntó, y desde su lugar a cada coche que pasaba le gritaba, al mismo tiempo que levantaba la mano en señal de familiaridad. Para sorpresa de nosotros todos los conductores le respondían el saludo con la mano. Enseguida continuó el reconocimiento. Pasaban las personas por la acera próxima de la concurrencia o la de enfrente y les decía buenas tardes, hermano o hermana. Para nuestra sorpresa todos le respondían agradablemente. Ante cada evento no parábamos de reír. Vaya tipo tan locuaz. Después se levantó, y pudimos conocer su regordeta figura. Era muy simpático, el mayor de todos los hermanos toninas. Cuando ya había pasado una hora tenía mucho público, como unos 25 niños. Ahora, como número estrella, empezó a saludar de mano gentilmente a todas las personas que pasaban. Todo mundo le aceptaba el saludo y se lo devolvía con una sonrisa. Nosotros estábamos muertos de risa y él sonriente y satisfecho como un mago de la socialización.

Fue un maestro que nos enseñó que con buenas actitudes se obtienen respuestas saludables en una tarde de alegría infantil.

Cuando abrieron el oratorio ya no queríamos entrar. Deseábamos que el momento continuara, pero la Tonina se dirigió a la institución y se apoderó junto con tres de sus hermanos de los volantines. Algunos se fueron a jugar futbol y el Charly y yo jugamos a pegarle a la pera a ver quién la enredaba primero.

Dice Vel que, en una ocasión estaba lloviznando y llegaron al oratorio él y su hermano Carlos. Tocaron a la puerta y salió don Álvaro, amable y gentil como siempre. Le pidieron permiso para entrar a jugar y don Álvaro les dio la oportunidad porque eran buenos muchachos. Estaban entrenando exhaustivamente Carlos “Mascota” Sánchez y un joven de apellido Zafra y los invitaron a entrenar con ellos. A veces con sólo ver se aprende, y ya con la interacción y las enseñanzas directas aprendes mejor.

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Les enseñaron a golpear la pelota de diferente manera. Con el empeine salían los balones como obuses, con las partes laterales se le da chanfle a la pelota, cuando se le pega al balón en la parte inferior la pelota se eleva, cuando se patea en la parte superior el esférico tiende a rodar. Les indicaron el arte de conducir el balón con la cabeza levantada, el estilo para saltar y dirigir el balón con la cabeza, cómo amortiguar el balón con el pecho, como ejecutar un saque de banda, el toque fino del balón para un buen pase y más. Estuvieron como una hora y enseguida ellos continuaron su entrenamiento mientras los niños elaboraban castillos de arena con la tierra mojada.

En la institución de San Juan Bosco, el objetivo principal eran los niños pobres, los más desamparados de la sociedad. En esta época se mezclaron niños de la clase media y alguno que otro rico. Esa mixtura de castas favorece de algún modo a todos, porque de esos niños con deficiencias económicas se forjaron muchos profesionistas poblanos, médicos, contadores, arquitectos, abogados, sacerdotes y más. Todos llevan un blasón en el pecho.

Son oratorianos, discípulos del cura de Turín, San Juan Bosco.

Cuando empezaron a llegar las niñas y luego las jovencitas, generalmente eran las hijas de los salesianos o las hermanas de los oratorianos. Empezó la época del romance juvenil, los noviazgos saludables con su protocolo correspondiente. Los pasos evolutivos eran erotismo, identificación, comunicación, sexualidad, cuidados y afectos, siguiendo los tiempos necesarios. En este tiempo, el noviazgo tenía sello de formalidad, aunque existían jóvenes que ejercían más la sexualidad que el amor del alma.

El protocolo empezaba con la química atractiva, seguida de la plática para identificarse, la comunicación, la declaración y la presentación a la familia. La práctica de la sexualidad iniciaba con tomar de la mano a la novia, seguido de abrazos hasta llegar al beso sutil. Enseguida una cadena de besos hasta los sellos de labios apasionados que duraban hasta 5 minutos.

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Así evolucionaban los noviazgos, con las visitas correspondientes, cotidianas, intermitentes o semanales. Se estaba logrando a través del tiempo un vínculo amoroso. Después de mucho tiempo, cuando el novio, la novia o ambos tenían un trabajo seguro que aportara los recursos económicos para rentar un departamento y tener los enseres necesarios para amueblar una casa, se formalizaba el compromiso si persistía en ellos la idea romántica de vivir unidos a través del amor y formar una familia. Posteriormente se programaba con cooperación de las familias el matrimonio eclesiástico y civil. Para lograr estos objetivos pasaban años.

En los años setenta, los jóvenes que tenían entre 17 y 20 años, se atrevían a tener a su noviecita santa, el prototipo de un romance medieval. Los novios respetaban el protocolo de la sexualidad y llegaban hasta el beso apasionado. Si se excedían a las caricias íntimas o a una relación sexual, el hecho de embarazar a una mujer se pagaba con el matrimonio. Por eso la pensaban muchas veces antes de dar el paso. En esta época empezó la libertad sexual con los métodos para evitar el embarazo y de planificación familiar. Ya para los años 80 se desbocaron los jóvenes y también la sexualidad. Se perdió el romance y el encanto de la fidelidad.

El Vel nos relató cómo conoció a su primera novia a los 17 años de edad. Se llamaba Patricia y todos la conocían como Paty. Un día de tantos sucedió la entrevista como a eso de las seis de la tarde. Ella pasó por la casa del Vel. Era alta, delgada, de piel apiñonada, cara bonita, ojos café oscuros y mirada coqueta. Llevaba abrazando los libros escolares y caminaba con un movimiento rítmico y cadencioso. Su pelo era negro, corto y con fleco en la frente. Él estaba parado en el zaguán de la vecindad, contemplando absorto el panorama. Cuando apareció en su campo visual la belleza femenina, estaba enterado que era estudiante de enfermería. Cuando pasó enfrente de él, le sonrió coquetamente.

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−¿Qué, no me vas a ayudar con los libros? Él se turbó y volteó para todos lados buscando a cualquier otra persona. No había nadie. Al recuperar la realidad respondió afirmativamente. −¿Vel, no me vas a acompañar? −dijo la joven.

Como impulsado por un resorte, se colocó a su lado. Estaba tan pasmado que ella le dio los libros para que los cargara. Reiniciaron la caminata con paso lento y ella continuó con la plática. −A lo mejor no me conoces. Yo paso todos los días por este lugar a la misma hora. Nunca te encuentro pero siempre te busco.

Hasta hoy se me hizo, para mi buena suerte. Te conozco desde la primaria y me has caído bien desde entonces. La secundaria y la preparatoria no la cursamos juntos, mas no te perdí la pista porque todos los días paso por aquí y me conformo con verte entre tus amigos. Es más, todos los días nos vemos, porque mi escuela de enfermería está cerca de la tuya. Siempre voy con mis amigas y tú con los tuyos, con la diferencia de que yo te volteo a ver y tú ni un lazo me tiras.

El estudiante escuchaba con atención los comentarios de la doncella y le respondió tímidamente. −Discúlpame, pero sí te conozco. Cada vez que te veo me da taquicardia. ¿Sabes en dónde te conocí? En el oratorio, siempre me has parecido la más bonita de todas las que van a misa. −¿Y por qué nunca me lo habías dicho? Me hubiera ahorrado tanta caminata −contestó sorprendida la doncella. −Eres la más hermosa del coro y trinas como las canarias de mi mamá −continuó Vel. −¿Que están muy desafinadas? −contestó sonriendo con ternura.

Iban cargando con la ansiedad a cuestas, cuando más conten32

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tos estaban llegaron a las puertas de la casa de ella y se detuvieron en el zaguán. ella comenta muy sugestivamente −Yo nunca he tenido novio. ¿Qué te parece si nos vemos mañana? Al fin que no hay clases.

Pasas por mí a las tres de la tarde para ir al cine, pero no el del oratorio. Allí pasan sólo del Gordo y el Flaco o del investigador submarino y ya me las sé de memoria −dijo Paty entre risas−.

Vel, ya te voy a dejar ir. Pero antes contéstame, ¿cuántos años tienes? −17 años. −Gracias, Vel. Siempre he soñado que mi primer novio tendría 17 años, hasta mañana −dijo y dio un salto inesperado en el aire.

Sólo una calle duró el diálogo porque la joven vivía a cien metros de distancia. El muchacho caminó de regreso a casa, contento y exultando satisfacción. Nunca pensó que ese día fuera tan sorpresivo, tan encantador y tan, tan, tan amoroso. −Soy feliz como una lombriz, aunque las lombrices sólo viven 20 días. Este día será inolvidable en mi vida. Ahora tengo que pensar cómo declararme mañana para que sea mi novia. Hay que pensar en el discurso. También le voy a pedir a mi tío Juanito un préstamo para llevarla al cine. Ya veré después cómo se lo pago.

Don Bosco, te aclaman cual padre y pastor legiones inmensas con himnos de amor.

Esa tarde había un cielo azul sin nubes y sin indicios de cielo gris contaminado. Es un ambiente relativamente tranquilo, solamente interrumpido por los camiones urbanos de blanco y verde pistache que recorren la ruta Centro - La Paz, la colonia más próspera y glamorosa de Puebla que contrastaba con la vecindad multitudinaria donde vive Vel, donde habita gente pobre y clase media. En la entrada de la morada estaba el reloj que 33

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certificaba el paso de los camiones en una hora determinada. El dueño de la vecindad era concesionario de la línea de autobuses.

Cuando se iba el autobús, el paso de carros particulares o de alquiler no alborotaba el barrio, ubicado en el primer cuadro de la ciudad y hasta permitía una cáscara de futbolito o de béisbol en la calle. El centro de la ciudad estaba más o menos a siete calles, donde se imponen majestuosos la catedral de 80 metros y el Zócalo o plaza principal. La mayoría de la gente transita a pie o monta una bicicleta.

El azul del cielo es claro y las nubes grises anuncian las lluvias seguras cuando les toca su participación estacional. Los volcanes tranquilos, apacibles, el guerrero valiente al pie de su mujer dormida y coqueteando con la Malinche y un medio ambiente limpio con un mínimo de contaminación. Todo apto para una vida saludable.

El poeta en ciernes estaba inquieto. El amor lo puso creativo y toda la noche, durante el sueño, pensaba en la manera en cómo le iba a cantar derecha la flecha a su amada. No contaba con el apoyo de alguien de confianza que le aconsejara. Buscó en un libro de poesía palabras de amor, un soneto cuando menos. Le platicó al Beto, su mejor amigo, pero de nada sirvió porque ni novia había tenido el inocente. Cómo lo iba a asesorar con lo que no había experimentado. Al no encontrar la solución más satisfactoria, recurrió a Dios y a los santos, San Juan Bosco. Aunque le pareció que la imagen del santo era de una persona senil.

Por eso recurrió a uno más joven como Santo Domingo Savio.

Le pidió su ayuda para que en el momento preciso las palabras frente a su amada fluyeran como néctar de seducción y que llegaran a su corazón enamorado.

Canijas mariposas estomacales, cómo dan lata. Toda la mañana han estado revoloteando en mi ser. Estoy inquieto, tembloroso y sudoroso. Ni hambre tengo y eso que ya conseguí el dinero.

Se lo pedí prestado a mi tía Lupita. Le dije que era para el fut34

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bol, una mentira por un amor incipiente. Seguramente algún día lo entenderá. Como siempre, me lo facilitó. Siento que soy su nieto consentido, no quise sablear a mi abuelita Lucy, aunque seguro que también me lo hubiera prestado. Ya mamá me ha preguntado hasta tres veces qué me pasa. Por qué no desayuné bien, por qué tanto esmero, por qué me he bañado dos veces y alisté mi ropa de gala. Le voy a robar su loción favorita a mi papá. Cuánto nervio, caray. Tan tranquilo que estaba ayer.

Salí a las 2:45 de la casa en busca del amor de mi amada.

Cuánto nervio, Señor. San Juan Bosco, dame sosiego. Santo Domingo, te quiero cerca de mí. Ni se te vaya a ocurrir escabullirte en los momentos claves. Los amigos se acompañan en los momentos secretos. Que nadie se vaya a enterar si hago un oso.

Ayuda, que todo el cuerpo me suda.

A las tres de la tarde, el galán llegó a la puerta del zaguán de la joven con su camisa azul y un pantalón negro. La chiquilla encantadora caminó graciosa y sonriente con un vestido azul cielo de mangas cortas, entallado en la cintura y abajo despegado del cuerpo, parecía una angelita. Con sus zapatillas se movía graciosa y donosa, acompañada por un coro de niños que iban entonando el estribillo se van a hacer novios, se van a hacer novios, vivan los novios. Daba la impresión que ya tenía entrenados a los chamacos.

Cuando llegó ante el galán, éste le extendió la mano sin dejar de sonreír. Entrelazaron sus dedos y empezaron el camino. Ninguno se atrevía a hablar. Iban airosos, galanos y orondos. Al llegar a media calle, en la entrada a una casa de fachada colonial, la belleza juvenil detuvo su andar. −A ver, Vel. En mi sueño, en este preciso lugar, tú me querías decir unas palabras. A ver, ¿qué me vas a declarar?

El muchacho tímido se dio valor y con seguridad comenzó a 35

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hablar pausadamente. −Paty, te quiero decir que desde hace mucho tiempo me gustas.

Me encanta tu forma de ser, tu sonrisa, tu mirada y tu, tu, tu risa…… ¿Quieres ser mi novia?

Ella lo abrazó fuertemente y le contestó con energía para que todo mundo la escuchara. −Sí quiero ser tu novia. Me encanta ser tu novia. A todas mis amigas les dije que eras mi novio y ahora se cumplió el sueño.

Vel se quedó sorprendido y pensó para su adentros, valió la pena tanto sufrimiento. Ahora sí, Santo Domingo, gracias por tu compañía. Pero lo que sigue nada más es de nosotros. Muchas gracias, amigo. Ya estuviste en la parte de la ceremonia más importante. Mientras seguía pensativo, ella le reclamó. −¿Y qué, te vas a quedar así nada más? Dame mi primer beso de amor y no te preocupes si no nos sale bien la primera vez. Ya ensayaremos hasta perfeccionarlo.

Los dos rieron nerviosamente y se dieron el primer beso de novios. Allá a lo lejos, una señora se conmovió. Su hija estaba feliz de presenciar el encuentro con el que tanto había soñado Paty.

Ya lo habían platicado porque había mucha confianza. La chica era forjada de oro y plata.

Se fueron alegres, caminando sobre la avenida 13 poniente.

Ella quería pasar por la casa de su galán para presumirlo y él aceptó la conducción dócil y obediente. Antes de llegar a la vecindad de Vel, ella le dijo lo siguiente. −He sabido de dos o tres chiquillas que quieren andar contigo pero no se les ha hecho. Les voy a quitar las ganas y les voy a enseñar quién es la dueña de tu corazón.

Al pasar por la tortillería Doña Lolita, una señora gordita y 36

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muy simpática, amiga del joven, sin pena ni vergüenza le gritó desde el otro lado de la acera, ¿qué pasó mi Vel? Ya me está haciendo de chivo los tamales. La pareja continuó la marcha riéndose de la puntada de la señora. −Oye, qué buena puntada de la Lolis −comentó Paty.

Más adelante los observó la hermana menor de Vel, que había ido a hacer un mandado a la tienda. Llegó presurosa con su mamá a contarle que Vel iba tomado de la mano de una muchacha. −¿Crees que es su novia? −Muy natural, mi niña, muy natural. Ahora entiendo tanto nerviosismo −contestó la madre serena.

Pasaron por un puesto de periódicos y revistas, donde estaba el buen Chucho, quien sorprendido saludó a la pareja enamorada. −Hacen muy bonita pareja, los felicito jóvenes.

Sonrieron y dieron las gracias mientras continuaban el trajín.

Encontraron abierto el templo de los Gocitos y ella se cubre la cabeza con un manto pequeño que llevaba en su bolso de mano.

En el interior del templo tomó la mano del compañero mientras admiraban los antiguos retablos. Como es un templo pequeño, no tardaron en llegar al altar mayor. Allí, se detuvieron frente a la figura de Cristo y la Virgen María. −Mira, Vel, a lo mejor sí lo sabes. No es el templo de los Gocitos, es el Templo de los Siete Gozos de la Virgen María − comenzó a explicar Paty−. Están contemplados de la siguiente forma, Anunciación de la Virgen María, Anunciación de Jesús, Adoración de los Reyes Magos, Resurrección de Jesús, Subida al cielo de Jesús, Pentecostés o descenso del Espíritu Santo sobre los apóstoles y la Virgen María. Por último, la Coronación de 37

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la Virgen en el cielo. Lo aprendí en el catecismo en el oratorio.

Qué bueno que vinimos al templo, vengo a darle gracias a la Virgen por este sueño hecho realidad. Así quería estar contigo en la iglesia. No me conformaba verte a los lejos. Vamos a sellar el compromiso. Nos vamos a persignar, yo a ti y tú a mí en señal de dedicación en el noviazgo. Sólo amor, la verdad como unión y no mentiras. Te amo, Vel. Continuaron caminando, con Vel ensimismado. Qué bueno, Señor, que me pusiste en el camino a esta niña hermosa. También estoy cumpliendo un sueño. Así la diseñaste para mí, así la quiero. Caminaban festivos e iban dejando estelas de optimismo a su paso. Por cada 50 pasos el mismo número de risas. Pasaron por las vecindades numeradas con el 107 y el 109. La segunda tenía un diseño colonial clásico, muy limpia y ordenada, con sus paredes muy bien pintadas, el piso de laja gris oscuro y muy parejo. Allí se realizaban frecuentes fiestas danzoniles. La vivienda del 107 era más popular y multitudinaria, con dos grandes patios en planta baja y habitaciones en el segundo piso. En este vecindario vivía Genaro Meza con su familia. Los miembros del clan ostentaban como blasón una buena educación y actitudes cordiales. Era una familia extensa, de varias hermanas jóvenes que organizaba fiestas cada ocho días. Según él, en tono de broma, para ver si le brincaban los cuñados.

La casa del primo hermano Jorge “el Cocol”, más hermano que primo, era una residencia. Estaba en el número 110. Los novios admiraron la grande y hermosa fachada y se asomaron a través de los barrotes de la reja para admirar la fuente del jardín con peces multicolores. Siguieron hasta la calle 16 de septiembre y se fueron con rumbo al Zócalo. Caminaron cinco calles y se sentaron a la sombra en las bancas centrales, alrededor de la fuente en honor a San Miguel Arcángel. No les interesaba el panorama, pues lo más importante eran los ojos del otro.

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No dejaban de admirarse, para guardar la imagen amada en el lóbulo de la memoria, en el área de los recuerdos favoritos o predilectos, para que no se borrara nunca. Empezaron a reconocerse y a ejercitarse en el juego labial. Un beso tras otro, con los ojos abiertos y cerrados, con gente o sin gente, con árboles o sin ellos, con lluvia o sin ella. Tenían como misión realizar un acople perfecto hasta que los labios quedaran sellados. No para siempre, pero sí en los momentos eufóricos, en los que los niveles de hormonas y neurotransmisores se liberan como aspersores de un jardín edénico.

Pensaba Vel, este es el cielo, el verdadero cielo. Aquí debe estar Dios con nosotros. Es el padre del amor, de la verdad y de las buenas intenciones, el creador de los besos. Él nos diseñó de esta forma, su obra es perfecta. Antes de partir hacia el cine, Vel quiso presumir su cultura de bachiller. −Mira, Paty, ese es el Palacio de Gobierno, la sede del ayuntamiento. Este concepto se refiere a un grupo de personas que gobiernan un municipio. Su construcción inició desde 1536 con estilo isabelino, una arquitectura renacentista en honor a la reina Isabel I de Inglaterra. Este edificio se levantó de 1887 a 1906.

No soy presumido, pero el maestro Pepino nos lo enseñó en la preparatoria.

Paty lo abrazó con entusiasmo y continuó con otro breviario cultural −Mire, mi señor turista. Este edificio que ve usted enfrente es la catedral basílica poblana. Lo que no sabe usted es que lleva el nombre de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción. Es la sede de la Arquidiócesis de Puebla, y fue consagrada en 1649. Es patrimonio cultural de la humanidad. Tiene dos torres que miden 80 metros de altura y diez campanas. La cúpula es de media naranja, estilo barroco herreriano y está elaborada de cantera. ¿Qué le parece, mi turista? ¿Quedó satisfecho o quiere más?

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−Oye, ¿qué tal si nos convertimos en guías de turistas? Sería un buen negocio.

De regreso se fueron hacia la 7 poniente y 16 de septiembre, y en el camino se encontraron a la tía Lupita, la segunda mamá de Vel. La novia se adelantó y le lanzó los brazos al cuello para hablarle con ternura. −Ya somos novios, mi Lupis. −¿Qué ustedes se conocen? −dijo Vel sorprendido y las dos rieron, como cómplices de una travesura. −Es mi cupido, la flechadora que me informó de ti. No se equivocó −contestó la traviesa de Paty.

Llegaron al cine Puebla, de estilo moderno con pantalla panorámica, sonido agradable y butacas cómodas en un sólo piso.

Es uno de los más céntricos. Ahí, Paty inició la clase de historia fílmica de la diversión. −Mire, niño guapo. El más antiguo cine poblano es el Variedades construido en 1908. Llegó a ser el más grande de México en su época, y tenía capacidad para 2500 personas. En 1938 se inauguró a un costado el cine Coliseo, con capacidad para 2500 personas. Fue llamado así porque tiene arquitectura colonial californiana. El cine Reforma fue inaugurado en 1935, una obra maestra del art deco. Ignoro cuándo se inauguró el cine Puebla, pero aquí estamos presentes y enamorados.

Vel seleccionó películas que parecían temas apropiados para jóvenes enamorados, como la película Romeo y Julieta y el segundo film El moralista. Con la primera se enternecieron hasta llegar a las lágrimas. La segunda película parecía saludable por el título. Lo era, pero también era erótica, con imágenes de personas con poca ropa y escenas de sexualidad íntimas sin llegar a la pornografía. No obstante, ante la incomodidad de Paty, 40

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decidieron abandonar la sala de cine. El dinero apenas alcanzó para las entradas, no para palomitas o ni siquiera malvaviscos.

Entonces Paty sacó el as de la manga. O mejor dicho, el dinero de la bolsa. Se fueron a comer unas ricas tortas en los portales del Zócalo, las famosas tortas Meche. Ella pidió una torta de milanesa y Vel una de queso de puerco. Lo combinaron con un refresco y la panza quedó contenta.

Después, decidieron ir a sentarse a la periferia del Zócalo, en una de las bancas a espaldas de Catedral. Platicaron de todo lo que se les ocurría, sin dejar de reír un instante. Ella recargaba intermitemente su cabeza en el hombro del amado y dejaba escapar su cara en el pecho del joven varón, queriendo absorber la fragancia del cuerpo humano y del medio ambiente. Así estuvieron hasta que vieron el reloj de la catedral que marcaba las ocho y media. La doncella tenía que estar en la puerta de su casa a las nueve, sin excusa ni pretexto. En el regreso, él la iba rodeando con su brazo cuando ella le hizo una pregunta. −Oye, Vel, ¿has tenido un día más feliz que éste? −He sido mimado y bien amado por las mujeres de mi familia, pero esta es la primera vez que estoy con una princesa encantadora que me hace feliz con sus detalles tan seductores. Te puedo decir que me siento en el cielo. Muy cerquita de Dios, porque eres divina −respondió el enamorado después de meditar su respuesta.

Ella lo abrazó y lo besó con una pasión infinita que sólo saben expresar los enamorados. El amor nos hace poetas, nos hace declamar poemas y escribir palabras maravillosas. Aparece la bondad y hace acto de presencia la sinceridad. La verdad es el pilar del romance, pues de ahí vienen la lealtad y la fidelidad. Si no existen estos ingredientes no hay amor del alma.

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En el arca de los recuerdos aparecen algunos amigos del barrio, los galanes de la zona de placer, los que engañan para seducir, los que inventan personalidades diversas para lograr su objetivo, los dominantes, los agresivos, los que abusan de la confianza de seres ingenuos, fantoches que presumen lo que no son o tienen.

Los que solamente viven para batear, fajar, cachondear y humillar. De esos yo no quiero ser. En ellos la sexualidad se confunde con el amor.

Los enamorados llegaron al destino final del tour, de la gira celestial. Hubieran querido no despedirse nunca, que los momentos fueran perennes e interminables, pero había que descansar y soñar para que el cerebro se limpie, purifique y desintoxique para que al día siguiente despierte pleno de amor para todos los seres humanos que aparezcan en la vida. −Hasta mañana, Paty, amor de mis amores −se despidió Vel, solemne. −Gracias, mi amor, por el regalo más grande de la vida. Te amo, no se te olvide. Mañana vienes por mí a las seis de la tarde y a ver qué inventamos. Recuerda, chico, tenemos una cita para festejar nuestro segundo día de novios. Hasta mañana, mi amor −le respondió al oído.

La vida continúa y el tiempo es la medida. Nuestro reloj biológico controla las necesidades de cada una de las células del organismo. Si llevamos una vida saludable nos va bien, y si no, nos atenemos a las consecuencias. Así es la vida de fácil, salud física, mental, psicológica, social, espiritual, y sobre todo emocional. Todo depende de los cuidados o afectos que recibimos a través de la vida. Si eres bien atendido desde la infancia serás bueno, valioso y digno de ser amado. No serás dependiente de los demás, sino de ti mismo.

Los enamorados gozan de buena salud porque están bien asistidos por sus parejas. Una persona bien aten42

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dida, entendida, cuidada y con límites saludables, facilitará una grata convivencia.

Uno de los amigos del Vel, obsesionado por los celos hacia su pareja, era muy infeliz. Le pusimos el Sherlock, apodo conocido entre nosotros, porque era un detective, o mejor dicho, un sabueso con su pareja. La seguía a todas partes, la acosaba, le inventaba historias y no la dejaba tranquila. Esta enfermedad lo llevó a agredirla físicamente. Como consecuencia, los hermanos de ella le pusieron una tunda que hasta el hospital fue a parar.

Qué necesidad hay de eso. Si tu pareja es dispareja, mándala a chiflar al monte, donde no haga daño a nadie.

Los enamorados cumplieron con su cita diariamente.Tenían actividades afines, como que nacieron para estar juntos, y así todo era más fácil. Se citaban en la casa de Paty, en la escuela o en cualquier sitio que favoreciera el acceso a los dos. Les fascinaba la historia del arte, visitar parques de la ciudad y escribir su nombre en un corazón dibujado en los árboles. Les gustaba visitar templos para orar o admirar las construcciones y retablos.

Les fascinaba contar chistes, anécdotas y bromas, convivir con otras parejas e ir al centro de la ciudad, sobre todo ir a la misa del oratorio, donde Paty formaba parte del coro. Ella lo acompañaba a los partidos de futbol y Vel a sus partidos de voleibol.

Todo es más fácil cuando se tiene una cultura semejante.

Visitaron el templo de la Mansión en la 16 de septiembre, entre la 13 y la 15 poniente. Se trataba de una construcción sencilla con una fachada de tipo barroco con dos campanas laterales.

El templo estaba dedicado a la advocación de San Juan Nepomuceno, modelo ideal de sacerdote. Cuenta con un lambrin de azulejos que lo hace diferente a muchos templos de Puebla, −¿Te acuerdas, Paty, que aquí veníamos a ofrecer flores cuando éramos niños? Desde entonces me gustabas, niña hermosa.

Aquí enfrente, mi tío Arturo tenía su taller, la zapatería Helios, reparación y fabricación de calzado.

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−Qué bonitos tiempos −contestó la enamorada.

Visitaron el templo de La Concordia, que significa acuerdo y relación pacífica. Esta iglesia está ubicada sobre la 3 sur, entre la 9 y la 11 poniente, frente al jardín de Santa Inés. Este templo tiene advocación a la Santa Cruz y a San Felipe Neri. En un costado anexo al templo está nuestra gloriosa escuela primaria Gabino Barreda, donde se imprimió por primera vez el plan de Iguala, que se distribuyó por todo el país. −Vel, ¿te acuerdas de cuando estábamos en quinto año, que había un grupo de hombres y un grupo de mujeres? No había grupos mixtos. Una vez me peleé por ti porque la Blanca decía que eras su novio. Me enojé y nos aventamos una a la otra pero yo la aventé más fuerte. Se cayó y se puso a llorar, por lo que me castigaron por peleonera. Ya después le pedí perdón. Mira, Vel, en el otro anexo al templo sobre la 9 poniente está el patio de los azulejos. Está precioso, toda esta construcción fue posible gracias a la sinergia de los sacerdotes de la orden de San Felipe Neri en 1676.

El joven contemplaba embelesado a su novia. Le platicó que en ese templo su mamá Anita hizo su primera comunión y la preparación fue por un sacerdote de nombre Chuchito, que tenía fama de hombre carismático, en el año 1943.

Visitaron el templo y el convento de las madres capuchinas con su iglesia al frente. Fue fundado en 1704 por doña Francisca Zúñiga y tiene como advocación a Santa Ana y San Joaquín, padres de la Virgen María. También se venera al Santo Niño Cieguito que sirve como intercesor ante Dios para los enfermos de la vista. Tiene una arquitectura barroca y varios retablos donde se plasman algunas etapas de la vida de Jesús. −¿Te acuerdas, Vel? Este templo era parte del recorrido de la visita de las siete casas el Jueves Santo. Aquí también me traían en la fiesta de las velas el día de San Blas, a colocarnos dos velas 44

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en la garganta para no enfermarnos.

Visitaron el templo de la santa patrona, la Virgen del Carmen, ubicado en las calles 16 de septiembre y 17 oriente. Es un templo conventual, cuya advocación es la Virgen del Carmen, construido en 1586 y de arquitectura barroca. Tiene un atrio en donde las palomas son inquilinas permanentes, deambulan y vuelan sin cesar, sobre todo cuando hay visitantes que llevan semillas para alimentarlas. −Vel, quiero que vengamos juntos el 16 de julio para pasar juntos debajo del manto de la Virgen aunque nos tardemos mucho. Después nos vamos a los juegos mecánicos, nos subimos al carrusel, a los aviones locos, al avión del amor, al látigo y a la rueda de la fortuna. Si nos queda dinero jugamos a las canicas, a meter los aros en el tablero de monedas, a tirar los muñequitos con un rifle y a romper globos con un dardo. Quiero que me regales un osito de peluche para tenerlo cerca de mí, como si fueras tú. Luego me compras un champurrado con unos churros o con pan de fiesta, un algodón de dulce y rematamos con unas chalupas. ¿Qué te parece, mi amor? −Bueno, mi Patita, voy a tener que ponerme a trabajar para poder complacerte, a ti no te puedo negar nada −dijo el joven asombrado con tanta petición.

Levantó a la amada en sus brazos, mientras ella se aferraba a su cuello. Así bailaron y rieron hasta que el cansancio los venció.

Este es el cielo, el paraíso, es el amor de Dios. Estos momentos son la recompensa de una vida saludable y amorosa. El infierno son nuestros miedos, temores, odios, frustraciones, egoísmo y todos nuestros pecados. Cuando no trabajamos para los demás, estamos perdidos en la vida, sin un Dios que nos acompañe.

Con el tiempo vas buscando palabras que enaltezcan, que mimen a la persona amada. La pareja visitó innumerables parques 45

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de la ciudad, el del Carmen como visita más frecuente, el de Santa Inés, el parque de Analco, que en náhuatl quiere decir del otro lado del río. Se cuenta que en los tiempos de la conquista fue la división entre españoles e indios. La mejor parte de la ciudad para los güeros, la peor para los indígenas. Así es la vida, así son las guerras. El que gana hace la mezcla, como en este caso, los españoles con las indias. De allí nace el mestizaje. Analco era el límite porque allí pasaba el Río San Francisco. En este lugar, en 1560, se edificó la iglesia del Santo Custodio y con el tiempo una plazuela tapizada con piedra, que le da su sello característico al lugar.

Visitaban el Jardín de las Letras, la plaza Enrique Rebsamen, el parque de Santiago, el de san Pablito, el de Santa Rosa, el jardín del Hospital General, el Zócalo o plaza principal y su favorito, el extenso paseo Nicolás Bravo. En esta época el recinto contaba con un pequeño zoológico, un cubículo subterráneo en donde habitaban víboras, camaleones y tarántulas. Había también una jaula para changos y otra en donde estaba el famoso león César y un cubículo donde habitaban aves exóticas. Todo esto sobre la 13 sur, entre la 11 y la 7 poniente.

En el mismo tramo, pero hacia la 11 sur, había un pequeño estanque para pasear en lancha, juegos mecánicos como columpios, sube y baja, pasamanos y volantines, todo tapizado por arena y tierra que era el elemento principal para jugar de los chiquitines. Caminando hacia el oriente existía un área plana con suelo de cemento, alineado a los lados con bancas de cemento en donde se sentaba la gente a contemplar a los transeúntes o a los niños patinadores. De esta área central salían hacia la periferia diferentes pasillos o corredores limitados por truenos. En medio de las áreas triangulares o rectangulares, se levantaban álamos, fresnos, pinos y eucaliptos gigantes que presentaban un pulmón para la ciudad. El paseo Bravo es una enorme área rectangular que abarca unos 500 metros de las calles 11 poniente hasta la avenida Reforma y de la 11 a la 13 sur, más o menos 60 metros.

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Los enamorados se sentaban en las bancas que circundaban el recinto recreativo. A platicar de la vida diaria, de sus familias, secretos, confidencias, proyectos, ideas y sentimientos. Aquí fue donde el amor alcanzó su lado extremoso, la pasión. −Yo creo que mi Patita es un personaje de ciencia ficción. Nunca se queja, no se enferma y tampoco maldice. No es envidiosa ni soberbia. Más bien es humilde, amorosa, amable, no pierde la alegría, es cariñosa, comprensible, me atiende, me entiende y me cuida. Ya estoy pensando que es extraterrestre. Ni una sola pelea hemos tenido estos ocho meses que llevamos de novios.

La amo con todo mi corazón. De veras, Señor Dios, así la soñé desde niño. Así me ha tocado vivir este tiempo, que es cielo azul con nubes de algodón.

Una noche les dio por visitar el zoológico. Por motivos desconocidos la luz que nunca se apagaba dejó de funcionar. Se metieron entre los pasillos de las jaulas, recargados sobre los barandales. Ahí se besaron, se abrazaron apasionadamente y se desbordó la sexualidad. Empezaron las caricias íntimas, que se internaron a las áreas del placer. Cada día que pasaba, el freno de mano o el mecánico no ponían límites, y llegó el momento de decidir si habría o no relación sexual.

Somos seres humanos con equipo diseñado para la sexualidad. Las hormonas y neurotransmisores se mueven en armonía, pero cuando reciben estímulos sensoriales llega la excitación. Cuando a las neuronas les gana la gana, viene lo más natural, el coito, la relación sexual con el riesgo de fecundación. Fue una semana intensa de sexualidad externa desenfrenada. Ambos sabían que de una relación podía resultar un embarazo. Ella por ningún motivo permitiría usar un método anticonceptivo, su cultura moral y religiosa se lo impedían.

Además, estos métodos preventivos estaban en ciernes, eran casi pecaminosos, motivo por el cual tenían que parar o seguir. −Canija luz, ¿cuándo y cómo te fugaste? ¿Por qué en este pre47

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ciso momento? Esta es una prueba para los dos. O la pasamos o reprobamos. Tenemos que tomar una decisión sana que nos beneficie a los dos. Yo no sé qué hacer, realmente mis hormonas pueden más que mis neuronas. Ya no aguanto en las noches los dolores intensos en los testículos por la congestión de los vasos sanguíneos genitales y pélvicos. Ella quién sabe qué malestares tendrá. Sería lo peor que nos pudiera pasar a dos estudiantes, ella en segundo año de enfermería y yo primer año de medicina, los dos dependientes de una familia y sin un recurso económico que nos haga sustentables. Ya pensaremos la manera de controlarnos.

Al día siguiente, como nunca antes, Paty salió seria y ni siquiera besó al galán o lo tomó de la mano. Inició la caminata con los brazos cruzados y se dirigió hacia el paseo de don Nicolás Bravo.

En lugar de sentarse en el lugar habitual, cruzó sobre la 3 poniente y se dirigió hasta el santuario de la Virgen de Guadalupe sobre la avenida Reforma. Se hincó ante el altar mayor y lloró inconsolable. Vel la contemplaba a un lado. En eso se acercó una señora ya entrada en años y le habló al joven. −Muchacho, como la estés molestando le hablo a la policía.

Anda, déjala, ¡salte del templo!

El muchacho obediente se salió de la iglesia y la esperó afuera.

Como nunca antes sentía una gran impotencia para resolver la contingencia, pero como en todos los momentos difíciles de su corta vida, recurrió a su jefe San Juan Bosco para que fuera en su auxilio, porque Santo Domingo Savio estaba muy chavalón.

Seguro que Juanito con su experiencia le daría el mejor consejo que un padre puede dar a un hijo.

Regresaron en silencio a la banca donde habitualmente se sentaban y ella tomó la iniciativa. −Vel me quiero casar contigo. Ya no puedo más, mis deseos son más grandes que la sensatez. Cásate conmigo, total deja48

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mos de estudiar y nos ponemos a trabajar. Aunque sería la peor traición que una hija le hace a sus padres. Yo quiero terminar mi carrera y ser enfermera quirúrgica. Tú has sido un sueño de amor hecho realidad y tampoco quiero ser un obstáculo en tu carrera. Sé que la deseas con todo el corazón y quiero que seas un médico como lo has soñado. Mi amado Vel, mi querido Vel, cásate conmigo o dejémonos un tiempo, porque si seguimos saliendo te juro que hoy o cualquier día voy a ceder. Me conozco, lo presiento. Así es de que o nos casamos o nos dejamos. Así de fácil, así de cruel, así de radical. Cortar por lo sano, que sea lo mejor para los dos.

Vel, más sereno, la abrazó y se empapó la cara con las lágrimas de su amada. Entonces le habló al oído. −Eres y serás siempre el amor de mi vida. Estoy seguro que nadie será igual que tú −le dijo y luego se apartó un poco para verla a los ojos−. Querida Patita, yo te amo y también te deseo como mujer. Quiero para ti lo mejor de la vida, aunque para eso tenga que morirme. Claro, no me voy a morir, porque deseo verte feliz y que logres tus sueños por venir. Yo sólo he sido uno de ellos. Para empezar no me encuentro en condiciones de formar una familia, no soy sustentable soy sustentado, no tengo las armas necesarias para formar un hogar. Estoy tan seguro como tú que si volvemos a estar juntos no voy a poder contenerme y vamos a empezar a tener problemas. Nosotros, que somos la mejor pareja de la vida y del amor, los mejores amigos, los mejores amantes. No llores, mi amor. Si la mejor decisión es separarnos temporalmente, lo hacemos. Si es para siempre el recuerdo de tu amor será eterno.

Los amantes decidieron después de un buen rato, a través de una comunicación amistosa, aclarar el entendimiento para superar la situación crítica. La conclusión dolorosa fue finalizar con el corazón lastimado, pues decidieron una separación definitiva en el mejor momento de la relación, antes de que se 49

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complicaran sus vidas. −Mi Vel, la despedida tiene que ser la mejor. ¿Qué te parece un beso desde aquí hasta la puerta de mi casa? Solamente nos separamos al cruzar la calle.

Así lo hicieron, entre risas y lágrimas. No se separaron durante las tres calles de distancia. La gente, ya acostumbrada a verlos, exclamaba, qué buena puntada de estos jóvenes enamorados. Al llegar al destino, empezó el dolor. Ella se dirigió a su vivienda entre sollozos y él regresó a su casa con el viento a su favor y lágrimas en raudales rebotando en el piso, regando el camino del amor.

Mucha gente pensará, qué cursi o qué ridículo. Sin embargo, así fue la realidad de esta pareja en un contexto en que se vive la fisiología de todos los seres humanos desde su creación. Los neanderthal vivían de instintos que regula el cerebro medio o diencéfalo, la parte más vieja y arcaica del sistema nervioso que nos acerca al comportamiento animal. A través de millones de años se formó la corteza cerebral que tiene seis capas de neuronas, unas estimuladoras y otras inhibidoras. Unas son instintivas y otras se guían por la razón. Ante los imprevistos de la vida, el diencéfalo, por ser tan antiguo es el primero que responde, el que nos impulsa. Ya después es la razón la que se presenta. La única manera de responder de una manera saludable es entrenando nuestro cerebro para facilitar respuestas sanas de amor, amistad, calidez, simpatía y más. Si no entrenamos, triste nuestra calavera que recaerá sobre nuestros hijos, su familia, la sociedad y el mundo entero.

Don Bosco, te aclaman cual padre y pastor legiones inmensas con himnos de amor, mi maestro consentido.

Los dolores son malestares porque te hacen sentir mal, los agudos son intensos que a veces no se soportan. Hay que mitigarlos con pócimas, bebidas, tisanas, medicamentos o hasta con ciru50

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gía. Hay que buscar la causa y solucionar el problema. Porque si se hacen prolongados o crónicos, el sufrimiento es intermitente, devasta el cuerpo, el alma o cualquier parte del organismo.

Recordando a un maestro sabio de la preparatoria, don Julio nos decía en su clase de seminario de biología, en el aula no quiero tontos ni estúpidos que repitan lo que yo vengo a decirles. Quiero seres pensantes, críticos y creativos que mediten antes de responder, que piensen antes de actuar y que no sean impulsivos, porque el que arremete se complica la vida. Recuerden que el cerebro es el jefe, si trabajan sus lóbulos cerebrales adecuadamente van a dar órdenes coherentes y congruentes. Si usan la parte que controla los instintos pensarán de un modo, dirán otra cosa o harán lo que menos pensaron. Esa es la incoherencia. Recuerden jóvenes, el cerebro manda las cosas voluntarias para hacer las cosas congruentes. Se necesita inteligencia para lograr éxito y sobre todo seguridad en la vida.

Por la noche, Vel se sentía más tranquilo. Nada de lloriqueos, fuera el sufrimiento. Tiene que haber una solución, no es tan difícil el problema que tiene diversos ángulos, moral porque pasaría a ser pecado, matemático porque no contamos con ingresos y sí con egresos. Geométrico porque si el embarazo puede pasar a ser redondo, cuadrado o hasta poligonal.

Si el problema es el erotismo, pues tranquilicemos la sexualidad. Buscaremos sitios más iluminados y más concurridos, visitaremos museos, templos y cines para limitar los encuentros cercanos de los órganos involucrados en este frenesí. −Yo no voy a perder a Paty por estas circunstancias. Ella es mi vida y me impulsa cada día. Es el prototipo ideal forjado en mi lóbulo parietal, el que codifica y asocia números, letras y estereotipos. Princesa alta, delgada, de piel apiñonada, cara de niña traviesa, cabello corto y negro, mirada de enamorada y labios de amaranto con miel. Cómo va a ser mi día sin ella, sin 51

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su sonrisa coqueta, sin su gracia juvenil, su optimismo, sus palabras tiernas, sus caricias de todas horas, sus manos, sus labios, los roces de nariz, toques de ojos, toqueteos de cabezas, frases de amor al oído y acercamiento de cuerpos. ¿A quién voy a cargar en los momentos de euforia? ¿Con quién voy a pasear y a disfrutar la vida? ¿Quién va a ser la compañera que me adivine el pensamiento y comparta aficiones con acuerdos en casi todo, complaciéndonos el uno con el otro, sin discutir sin pelear, siempre en concordia? Amo su imperfección.

Al otro día, muy de mañana, Vel fue a buscar a Paty y le pidió de favor a una amiga de la vecindad que la buscara para hablar con ella. La respuesta fue que a las once se verían en el templo de Santiago. Cuando se encontraron se abrazaron y se besaron intensamente antes de hablar. Se pusieron de acuerdo y marcaron los límites correspondientes para mantener una convivencia saludable. No más excesos en la sexualidad. Era parte del amor, pero no el ingrediente principal. Lo que le daba la sal era la amistad incondicional, el buen humor, las charlas amenas, la picardía, la alegría de coincidir, de vivir la vida con sencillez y amor, no solamente recibiendo sino dando lo mejor de uno mismo.

Volvieron a las andadas, siempre juntos en sus ratos libres, en la escuela, en la iglesia, en el barrio y en todas partes. Tenían en común ser líderes, él en su equipo de futbol, ella en su equipo de voleibol. Los dos eran enérgicos, competitivos, hábiles y en constante movimiento. No les gustaba perder y luchaban hasta el último momento de la contienda. Si ganaba, la cargaba como trofeo de la vida. Si perdía tenía que dejarla caminar diez minutos y después ella llegaba para recibir la consolación. Si él ganaba, el premio era un abrazo con un beso. Si perdía, Vel reunía al equipo, les hablaba de las fallas durante el partido y de cómo corregirlas en el entrenamiento. Luego, con ella en medio del grupo gritaban, don Bosco, don Bosco, don Bosco.

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El tiempo siguió su curso y la pareja siguió contenta con sus giras urbanas al Teatro Principal, antes conocido como corral de comedias y posteriormente Antiguo Coliseo. En dos ocasiones fueron espectadores de comedias. No les tocó espectáculo de danza, ópera, conciertos, festivales o espectáculos infantiles.

Alguna vez, Vel cantó en este teatro con el coro de la escuela Tamariz Oropeza. Paty le dijo que sabía la historia de aquello, pues él había sido el actor.

Fueron a la inauguración del estadio Cuauhtémoc de Puebla el 6 de octubre de 1968, cuando el partido de preparación de México en contra de Checoslovaquia. El estadio fue escenario mundialista en México 70, por lo que la pareja pudo disfrutar del espectáculo. Fueron muchas veces a ver jugar al equipo de sus amores, el cuadro de la franja. Cuando Vel era bachiller, junto con su grupo de amigos se la pintaba de la escuela para ir a supervisar las obras del estadio en construcción. Fueron días de andancia y vagancia.

Como integrante del club Don Bosco de primera división amateur, el campeonísimo, jugó en un preliminar del equipo Puebla Futbol Club contra el América. Paty lo fue a ver y le apoyó con gritos a todo pulmón. Además, Vel jugó en un partido de preparación contra la selección de Uruguay en el campo de la Antequera. Los uruguayos quedaron en tercer lugar en el campeonato mundial 1970. Al Don Bosco no le fue muy bien. Como era de esperarse, perdieron 9 goles a 1, pero el orgullo de alternar con ese tipo de atletas se queda en la memoria.

Paty jugaba voleibol y era seleccionada en el equipo de la escuela secundaria y como estudiante de enfermería. Era muy destacada como deportista y acudió a competencias regionales, estatales, prenacionales y nacionales, siempre con su fan número uno a su lado, animándola en los momentos críticos. Cuando un grito de aliento es impulso al éxito.

Visitaron todos los templos de Puebla. Paty tenía un fervor y 53

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cultura religiosa muy elevada. Sabía la historia de templos, santos, vírgenes y fiestas religiosas, a las que nunca faltaban como pareja. Le gustaba la teoría y la practicaba. Se entendían, mimaban, complacían, divertían y complementaban. No había lucha o disputa, sólo sinergia y solidaridad.

Para Paty, su virgen favorita era María Auxiliadora y el santo favorito de Vel era San Juan Bosco. El templo favorito de Paty, la capilla del oratorio, para Vel la Catedral. A Paty le gustaban los chiles rellenos y a Vel la milanesa con papas. El canto favorito de Paty era Cuando me enamoro de Angélica María y el de Vel era Tu cabeza en mi hombro de Enrique Guzmán. El sabor favorito de Paty era la vainilla y el de Vel era la fresa. La calle más significativa para ambos era la 13 poniente, porque allí se desarrolló su amor.

El color favorito de Pati era el blanco y el de Vel era el azul. De allí surgió el lema, si no es pa’ ti para nadie, si no es pa’ Vel, pa’ nadie.

Los cuerpos con carga diferente se atraían por magnetismo.

El tiempo pasa y el destino tiene cambios inesperados, pero los protagonistas esperan confiados el futuro. Un fin de semana, después de tres años de noviazgo, él ya iba en cuarto año de medicina y ella ya había terminado su carrera. La escuela de enfermería requería en su formación tres años de carrera, un año de servicio social, examen profesional y un año posgrado o especialidad. Paty estaba por terminar la especialidad de enfermera quirúrgica y Vel terminando el kilométrico cuarto año, que marcaba catorce asignaturas. Sólo faltaba un examen y se había prometido con sus amigos realizar un viaje en el carro de Sixto hasta Mérida, Yucatán. Ella ya sabía, y aunque quería ir, sólo era diversión para varones. Se quedó a esperar al amado contenta. Total, sólo serían diez días sin él, hasta una pausa es necesaria en el proceso amoroso.

Un día antes del viaje, Paty le comentó que viajaría con su familia a Tehuacán a ver a unos compadres de su papá con los que mantenían estrecha amistad. Fueron los mejores amigos de 54

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la infancia, compañeros de primaria y muy buenas personas. La llevaban porque le tenían una sorpresa. Paty expresó la mejor de sus sonrisas. −Quiero que sepas que allá tengo un prometido desde la infancia, pero seguramente ya ni se acuerda de mí. Fue una promesa que hicieron los cuatro, mis padres con sus compadres. Cuando estuviera en edad de casarme, me desposaría con su hijo. Él es mucho mayor que yo, como unos ocho años. Seguramente ya se casó y hasta abuelo ha de ser. En ese entonces, yo tendría unos 9 y el muchacho la edad que teníamos cuando nos conocimos tú y yo, unos 17 −le dijo coquetamente.

Paty lo abrazó fuertemente y le acarició la cara. Lo besó con mucha ternura, lo persignó y se despidió entristecida por la separación temporal. −Adiós, amor de mi vida. Cuídate, voy a pedir mucho por ti, y acuérdate de mí cuando tengas tiempo. Cuando no, diviértete, gózala y disfrútala que a eso vas. Aprovecha los momentos de diversión para quererme más.

Las costumbres, las tradiciones, los dogmas, los paradigmas o las extrañas maneras de regular la conducta humana. Cada quien escoge su estilo, cada quien decide la mejor manera de vivir y de disfrutar la vida.

El tiempo es universal, pero cada quien lo vive en contextos y sucesos diferentes. En este mismo instante, las actividades de todas las personas del mundo son múltiples, los pensamientos son diferentes, los objetivos distintos, las acciones diversas y las palabras vertidas son circunstanciales. La coincidencia es algo que incide en el mismo punto. Es fantástico y maravilloso tener un ser amado ecuánime o equilibrado que comparta su amor contigo.

A su corta edad, Paty era una experta en las Sagradas Escrituras, sabía de la Biblia más que de enfermería y describía magis55

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tralmente la historia religiosa, vida, obra y milagros de la Iglesia Católica. Tenía una fijación por conocer el mundo y poseía un globo terráqueo para localizar cualquier país del orbe. En cuanto Vel mencionaba un país, le pregonaba capital, latitud, altitud sobre el nivel del mar, tipo de etnia, ríos, edificios importantes, monumentos y tipo de comidas tradicionales. Era una paticiclopedia, como le decía Vel. Aficionada a comprar revistas de box y lucha o de béisbol como Súper Hit. Las historietas eran su delirio, como la Familia Burrón.

Era una muchacha íntegra. Por sobre todas las cosas, su amor incondicional a Dios. Cuando algo se salía de los mandamientos o sacramentos se auto regañaba severamente. Como aquella ocasión en que apareció la sexualidad exagerada de pareja que estaba viviendo. Se sentía miserable, pero no lo quería abandonar. Era más poderosa la atracción que su voluntad. Por eso se quería casar para no pecar. El amor y obediencia a sus padres era absoluta, cuando tenía una obligación familiar dejaba todo, acomodaba tiempos para su noviazgo. Si las circunstancias le impedían su relación sentimental cancelaba la cita y se encargaba con su simpatía de que Vel no se molestara.

El tiempo es la medida de la vida del ser humano. No se detiene ni regresa, solamente avanza. Ambos jóvenes cumplieron con la misión. Él que vacacionó con sus amigos y ella que viajó con su familia. Cuando llegó el día del reencuentro del mes decembrino, él siempre la buscaba y ella esperaba pacientemente. Se saludaron con un abrazo intenso y prolongado, seguido de besos y mimos. La levantó en brazos, la hizo girar como un rehilete y por poco se van al suelo. Se tomaron de la mano y caminaron hacia el parque de Santiago. Se sentaron en una vieja banca y cada uno dio rienda suelta a sus experiencias.

Nadie era ganador ni perdedor, cada uno era cómplice del otro para que nadie fuera más feliz que el otro. No había ganador.

Vel le obsequió una escultura de una gallina que compró en Mérida. Después de un rato de algarabía, que parecía nunca iba a 56

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terminar, ella tomó la palabra en tono solemne. −Quiero que me escuches con atención, caballero andante. En este tiempo que fui a Tehuacán, las cosas no fueron tan satisfactorias. Tú ibas siempre a mi lado, dentro de mi corazón.

Andabas en las vagancias, pero yo te tenía atrapado.

Pues bien, ¿te acuerdas que te hablé de un prometido de la infancia? Era broma para mí, pero para su familia y mis padres no. Conocí al señor, mi prometido, y para sorpresa, resultó ser mi instructor quirúrgico en el hospital donde hice la especialidad. Durante el curso fue muy amable, nada fuera de lo normal, aunque mis compañeras decían que parecía estar enamorado de mí. Un día fui muy grosera con ellas y les dije que estaba muy viejo y muy feo. Cuando me dijeron que el doctor había escuchado, le pedí una disculpa y le comenté que el calificativo era para otra persona y no para él, porque mi novio era muy guapo.

Así quedó el asunto.

Vel se empezó a sentir un poco incómodo. No era celoso, pero en esta ocasión sí sintió desconfianza. Paty lo notó y acercó su cuerpo y su cara al amado para musitarle palabras de amor. Lo besó sutilmente antes de proseguir con la narrativa. −Pues bien, me sentaron en un sillón junto a Oswaldo, así se llama. Tiene 33 años y es cirujano general. Trabaja en el Hospital de Especialidades del IMSS de la ciudad. Es una persona demasiado introvertida, habla poco, es tímido y en el aspecto sentimental no se atreve a expresar nada. Me parece una buena persona. El papá es su patrocinador y su intermediario. Él habló primero con mis padres y les dijo, queridos hermanos, hace un tiempo hicimos un compromiso, un juramento ante Dios nuestro Señor. ¿Se acuerdan cuando mi ahijada tenía 9 años y mi hijo Oswaldo era mayor? Eso no importa. Ante esta imagen del Sagrado Corazón de Jesús prometimos que cuando mi ahijada estuviera en edad casadera, el primer candidato a desposarla sería mi único hijo. Por este hijo su mamá y yo, nos hemos partido el lomo todos los días de la vida, esperando que llegara el momento. Cuando la 57

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ahijada cumplió sus 15 años, se le preguntó si el juramento estaba vigente y ella contestó que sí. Volteó a ver a todos los presentes y les preguntó, ¿es cierto o miento? Mi papá le contestó afirmativamente y continúo hablando el señor. Nosotros hemos estado en comunicación permanentemente con ustedes y nos comentaron que Paty no tiene novio, que es doncella y que ya terminó su carrera sobresaliente. ¿Estoy en lo correcto? Los presentes asintieron con la cabeza. Aquí viene lo bonito, dirigiéndose hacia mí. Este muchacho desde el primer día que usted lo eligió como prometido, se ha esforzado por ser digno. Él sólo, sin la ayuda de nadie, terminó la carrera de médico y se formó como cirujano especialista. Para nosotros el mejor en su ramo, no hay nadie mejor que mi Oswaldo. Muy bien, amados compadres, la gente de bien cuando se mezcla con gente honorable tiene que ser espléndida. Mi muchacho, en señal de agradecimiento, ha querido para bien de todos darle un presente a su prometida.

Es muy sencillo, pero invirtió todos sus ahorros de la vida para lograrlo.

Así es hija, si puedo llamarte hija, porque pronto vamos a ser familia. Dale un fuerte abrazo a tu padrino y a tu prometido. Yo no sabía qué hacer, Vel. Estaba desconcertada, no comprendía qué estaba pasando. ¿Era un sueño macabro o una fantasía onírica? Abracé a los dos en señal de cordialidad. Después, mi padrino se endulzó la boca con el suculento regalo. Ahijada, mi Oswaldo le ha comprado una casa a sus padres en la colonia Mayorazgo de Puebla. Está chiquita, tiene tres recámaras, para que abandonen esa vecindad en donde viven. No es malo vivir en comunidad, pero qué mejor que vivir en casa propia. Usted y Oswaldo, cuándo se casen, van a vivir en una residencia de la colonia Gabriel Pastor, propiedad de la familia. Además, hija mía, Baldo le compró este sencillo carrito, para que usted pueda ir a su trabajo sin contratiempos. También le va a conseguir trabajo en el hospital donde se conocieron. ¿Qué les parece, nueva familia? Ya saben que los ranchitos que son de nosotros pasarán a propiedad comunitaria de la familia.

Vel se sentía más pequeño que el enano Santanon en su mejor momento. Paty parecía estar hablando en serio. Sin embargo, Vel le contestó de la siguiente manera. −Muy buena broma, mi amor. Hasta parece sorteo de la Lo58

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tería Nacional.

Ella se acercó mimosa. Toques de nariz, de ojos y de cabezas que culminaron con un beso de larga duración. Luego, continuó Paty. −Relájate, Vel. Te estoy diciendo la verdad, mi amor. No es chiste, no es cuento. −Bueno, continúa. Se está poniendo interesante el relato −dijo Vel frotándose las manos. −Pero no te rías por favor, porque van de por medio mis padres. −Está bien Vargas Dulche −contestó Vel sonriendo. −Se levantaron mis padres de sus asientos, sorprendidos. No esperaban este ofrecimiento. Entonces habló mi papá, queridos compadres, no saben la sorpresa por esta distinción y al mismo tiempo un compromiso sagrado e ineludible porque es ante nuestro Señor y Dios. Sin embargo, yo espero que entiendan, que aquí la que tiene que dar la última palabra es Patricia. La dejaremos que lo piense con calma y ténganlo por seguro que muy pronto sabrán la respuesta. Continuaron la reunión y las anécdotas. Oswaldo se tomó unas copas y empezó a hablar de sus logros académicos, de sus procedimientos quirúrgicos, de su vida en la ciudad, de que nunca había tenido novia y de sus aventuras estudiantiles que resultaron simplonadas. No preguntó nada sobre mí y sólo él habló. Nos regresamos de Tehuacán, y como nos fuimos en camión, Oswaldo se ofreció a traernos hasta Puebla. No les pareció correcto a mis padres y abordamos el autobús. Hasta el momento no me han dicho nada, y únicamente me pidieron que ya no me busques en la casa y que nos veamos aquí en el parque. Ignoro la causa. −Pues sí que está interesante el caso, mi Sherlock Holmes. Elemental, mi querido doctor Watson. Es evidente que a los premios mayores nadie los rechaza. Aunque sean sin amor −dijo 59

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Vel con el orgullo lastimado.

Esto último fue un golpe directo a la mandíbula de Paty, quien empieza a sollozar. Al darse cuenta de su estupidez, el detective recobró la elegancia y se estiró elegantemente sobre los pies. −Lo elemental no es evidencia en la ley del amor. Sólo existen los amantes, los que siempre vencen en la fortuna y en la adversidad. Mi querida galleta María, ¿quieres bailar con tu galleta de animalito? −dijo encantadoramente.

Ella se levantó sonriente, gentil y enamorada. Lo abraza y le pidió que la cargará. −Vel, nunca me sueltes. Aprisióname, junta nuestros corazones para que nunca se separen. Si Paty no es para Vel, no es pa’ nadie.

Ni cuenta se dieron que ya iban a dar las diez de la noche.

Emprendieron la carrera, pero la hermanita de Paty, Dulce, ya la está esperando en la antesala del parque. −¿Qué haces aquí? −Los estoy espiando desde hace rato. Me mandaron por ti desde las 9:20 y me divertí mucho viéndolos. Ojalá consiga un novio como tú cuando crezca, Vel −dijo la niña pícara. −Será un placer, madame Dulcinea −dijo el galán haciendo la voz aguda. −Hasta mañana, mi amor. Nos vemos mañana aquí a las siete de la noche. Te amo más que a la retina de mis ojos. −Yo te amo más que a mi ventrículo izquierdo. Sin ti no tengo carga para latir −contestó el enamorado.

Vel se sentía triste. No había sentido esa incomodidad y el encuentro de ese día había sido muy desgastante para él. Caminaba con la vista dirigida al piso. Su tía Lupita le dijo alguna vez 60

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que en los momentos de tristeza uno debe voltear al cielo, hacia las estrellas. Había que levantar la cabeza hacia Dios y pedirle optimismo. A veces las cosas no son como parecen pero les ponemos un toque de pesimismo y nos fregamos los músculos del cuello y del alma. Así es que demos una lubricadita de optimismo a los rectos y oblicuos de la nuca, a los interespinosos, transversoespinosos, intertransversos y al elevador de la escápula.

En el camino se encontró a Carmen, una jovencita muy guapa y del mismo estereotipo de Paty. Se parecían mucho y eran de la misma edad. La amiga le chifló para llamarle. −¿A dónde tan solito? Si quieres te acompaño, no te vayan a robar. −Sólo que fueras tú, porque no se ve gente en la calle −contestó Vel con confianza. −Qué más quisiera. Pero no te dejas porque te pega tu Patita −rieron los dos y ya con más confianza, continuó Carmen−. De verdad, mi Vel, cuando dejes a Patita yo soy la que sigue. Anótame en la lista. −Le voy a decir al Luigi para que te dé tus nalgadas. −Mejor dámelas tú. Mira, aquí te espero.

Vel se rió y continuó el camino hacia su casa. Pasó por el colegio Francisco Madero. Seguramente los alumnos internos de primaria, secundaria y preparatoria ya estaban durmiendo y descansando. La mayoría eran de diferentes partes del país, y algunos a veces van al oratorio.

Pasó por la capilla de Maria Auxiliadora y se persignó solemnemente. Hasta mañana, Señor y Padre mío, Madre santa María Auxiliadora protégeme, cura de Turín con sus discípulos, acompáñenme. Llegó a su casa,un edificio de departamentos de la calle 17 poniente, enfrente del oratorio. Nada más atravesaba la calle y llegaba al santo recinto.

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Cuando llegó a su casa la mayor parte de la familia ya estaba descansando. Sólo el papá lo espera en la sala. −¿Qué pasó, hijo? ¿Cómo estás? −Muy bien, padre. ¡Feliz! −No, pues qué bueno que estás bien −dijo el padre sorprendido. −Andaba con Patricia en el parque de Santiago. Ya la conoces, papá. Es mi novia −Qué bueno, mijo. Tu mamá te dejó la cena en la mesa. Ya descansa que ya es noche −dijo todavía más sorprendido. −Sí, padre.

Esa noche, Vel recordó momentos en compañía de la Pata traviesa, de la niña de sus ojos. Porque a través de ella o con ella, disfrutaba la juventud divina. Cerca de Dios y lejos del mal. −Qué bonita mi novia, como dice el chacharero en su letanía de piropos. Hermosa, preciosa, encantadora, celestial, soñada, beautiful, wonderful, te quiero, te amo. Así las piropeaba el amigo salmantino y así me siento por ella. Así se diseñó mi concepto en el área sensitiva del lóbulo parietal y así codificaron las sensaciones esas neuronas. Las sustancias químicas en el laboratorio cerebral crearon esta fantasía traída de la realidad. Digo ilusión porque en este momento que no estoy con ella tengo su imagen enfrente de mis ojos. Si los cierro, en ese mundo mágico aparece ella. Con su silueta, su sonrisa, sus movimientos, su gracia y su elegancia.

Estamos llegando a los 21 años de edad y tenemos casi cuatro de novios. Reconocemos a las personas todos los días a través de la conciencia, el color, la hidratación, la interacción, los movimientos, la sonrisa y los dolores. Con sólo vernos a lo lejos o de cerca, ya sabemos las condiciones del día. No ha sido en vano la relación sentimental, el apego, el trato en corto. Como joven admiro a mi pareja y le tengo un afecto y un reconocimiento 62

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especial porque me ha hecho la vida sabor caramelo. Espero no me convierta en diabético por el exceso de azúcar con una deficiencia pancreática. Una parte destacada de la relación entre nosotros es que hay una armonía pacífica entre los dos. Si polemizamos en aspectos de la vida terminamos aceptando la razón de uno o del otro y así evitamos la pelea. Siempre procuramos el empate y el tiempo extra es a base de besos, abrazos y caricias. Yo creo que las sustancias químicas de nuestros cerebros son afines. Mi Paty querida, vamos a enfrentar un momento difícil, pero estoy seguro que vamos a salir airosos, ganadores hasta el último aliento. Los afectos serán parte importante, la mejor estrategia. Tan bella que te ves con tus lindos vestidos rectos, con tirantes o abarcando tres cuartos de brazo, no tan amplios ni tan pegados, no tan cortos ni tan largos, sencillos no lujosos, lisos no estampados, que se mueven rítmicamente con tu andar. Me gusta el de color azul que portabas cuando te conocí, el verde claro de los días festivos, el blanco de las noches de luna, el color crema de las tardeadas, el negro de tu graduación. Ese fue el mejor, porque lograste otro sueño de tu vida.

Me fascinas con el uniforme de la escuela. Como que te hacía ver más niña. Ahora con el blanco te me figuras más formal y madura, como las peras de agua. Recuerdo que sólo en dos ocasiones te pusiste pantalones acampanados con blusa. Eso te hacía ver hippie. Eres la más bella del equipo con tu uniforme deportivo, el pants blanco, azul, rojo y negro. Todos me gustan porque resaltan tus atributos femeninos. Pero no serían nada sin la camiseta de San Juan Bosco que te regalé, tu favorita. Hasta duermes con ella los días que son especiales para ti. Mi princesa consentida de mi vida y de mi amor, cómo no acordarme cuando fuimos a la cocina de Santa Rosa, allá por la 12 poniente y 3 norte. Me dijiste que ese lugar antes era un convento, luego casa para dementes, luego una vecindad, y finalmente la cocina de Santa Rosa. Estaba forrada de mayólica poblana y había pretiles, alacenas, braseros, hornos y fogones. Tú simulabas lavar, hornear o prender un brasero. También había moleras, cazue63

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las, chimoleras y molcajetes. Decías que eras buena para el mole y la salsa. A ver si es cierto cuando nos casemos. Fue una tarde de risas continuas. Cuando andabas solemne en el museo Bello, allá en la 3 poniente y 3 sur, aledaña había una dulcería llamada Luxus, donde vendían muñecos de peluche y cajas con chocolates para regalo. En ese lugar te compré tu oso de peluche y la foquita que tanto querías. También la cajita musical que tocaba el tema Para Elisa de Beethoven, esa te la compré en el Parían.

Ya se alborotaron los recuerdos. Cuando llegamos al museo, me explicaste que fue inaugurado en 1944 y que era una colección de arte de todas las épocas. Después de admirar las pinturas de Agustín Arrieta, artista poblano, me diste un respiro y salimos a tomar aire. No había para refrescos. Al concluir la visita, me detallaste que la obra era de padre e hijo. El primero, don José Luis Bello, y el hijo José Mariano Bello, quienes tenían mucho dinero y el hábito de coleccionar objetos valiosos. Pusieron durante la vida tres condiciones, antes de que su obra pasara a manos de la beneficencia poblana, que la colección fuera distribuida en las salas de la mansión del padre, que el museo llevara el nombre del padre, que las obras no fueran fragmentadas y que no salieran del museo ni de Puebla. Tú me comentaste satisfecha ¡qué hermosa alianza padre hijo! Así debe ser siempre, los hijos deben enaltecer a los padres, hasta llegar al sacrificio. Estos recuerdos se me vienen a esta hora de la madrugada. Ya son casi las doce y todavía no me duermo, todo por estar recordando a mi Paty, flaca, patsi, patineta, foquita. Caramba, qué recuerdazos. Recuerdo cuando fuimos caminando hasta San Miguel del Milagro en Tlaxcala.

Fuimos en grupo, mi primo Cocol con su novia Lucia, un grupo de amigos de la universidad y tu hermana Dulcinea. Nada más 42 kilómetros desde Puebla hasta el objetivo. No había descansos, puro trajín. Salimos a las 10 de la noche y llegamos a San Miguel a las 5 de la mañana. Toda la noche caminando de la mano o abrazados. No nos molestaba tanta cercanía. Llegamos temprano, cuando aún no abrían el pórtico de la iglesia. Allí dormimos sentados, acurrucados en el suelo, protegiéndonos del 64

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frío y el cansancio. A las ocho tomamos el camión de regreso.

Llegamos a dormir, cada quien a su casa. Esa vez nos vimos hasta el otro día. Cuando llegué, me reclamaste y me dijiste que se te había hecho eterna la espera y te contesté que era falta de confianza, pues la casa estaba a cien metros. Mi Paty querida, mi postre favorito de muégano, cuántas partes de Puebla hemos visitado, innumerables. Fuimos al paseo de San Francisco, donde disfrutamos unas deliciosas chalupas poblanas, al templo de San Francisco, visitamos la momia del beato San Sebastián de Aparicio y la capilla de Nuestra Señora de Dolores, enfrente del templo franciscano. También fuimos a la feria de artesanías del Parían. Muchas visitas y nada de compras. Aunque recordando, sí te compré unos peleadores de madera que se movían con un dispositivo. En una ocasión ahorramos y compramos un coctel atómico de mariscos en el mercado de la Victoria y los dos nos intoxicamos por andar de finos. Lo mismo sucedió cuando comimos sopa de mariscos en Santa Mónica. Hasta en eso nos parecemos. El día que te llevé a las luchas en la Arena Puebla fue inolvidable, un festival de risas de las ocurrencias de la gente.

Salimos de ahí con dolor de quijada y estómago. Cuando conseguimos bicicletas, nos fuimos hasta la laguna de San Baltazar y nos sentamos en la orilla a contemplar el agua verde llena de algas. El nivel de la laguna estaba superficial y me preguntaste si ahí iba a pescar con Cocol cuando era más chico. Te contesté que efectivamente y dijiste entre risas, antes no se ahogaron. Te atrapé fuertemente, te tiré sobre la hierba y empezamos a rodar con los labios bien apretados y los cuerpos unidos. Así permanecimos hasta dejar de reír y continuamos extasiados hasta que te levantaste y empezaste a pedir tiempo porque estabas encendida. Me incorporé, nos abrazamos y no dejamos de reír hasta emprender el regreso. Recuerdo la visita a los fuertes de Loreto y Guadalupe para visitar el Museo de Armas de la batalla del Cinco de Mayo y que en Semana Santa ascendimos al cerro el viernes santo y para el santo viacrucis no hubo seriedad ni rezos.

Sólo esfuerzo físico, risas sutiles y besos tenues. Nos urgía en65

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contrar el puesto en donde mi tío Manuel vendía paletas y tu tía Pilar aguas frescas. Vaya recuerdos, amor de mis amores. Hasta más tarde, mañana será otro día de ventura.

Pobre Vel, se acostó tranquilo sin saber que los padres de Paty habían visitado a su papá y mamá. Todos los hermanos fueron enviados a sus habitaciones a descansar aunque era temprano.

Por lo general a esa hora la familia se reunía en la sala para ver la televisión, pero en esta ocasión los mandaron a las regaderas antes de tiempo. Se presentaron como los papás de Patricia, hasta ese momento la novia de Vel. −Estimados señores, disculpen la molestia, su muchacho Vel es una excelente persona y lo queremos mucho. Se ha portado bien con mi hija, lo reconocemos. Se quieren mucho, ella es enfermera. ¿No sé si estén enterados?

Los padres asintieron con la cabeza. −Ahora que entró a realizar la especialidad quirúrgica, pues caramba, el destino cambió las cosas. Mi hija se enamoró de un médico cirujano que la quiere con intensidad y ella también lo quiere mucho. Vel no entiende las cosas, está encaprichado y no quiere romper la relación. Mi hija está muy angustiada, no quiere lastimar a Vel. Fue su novio de juventud, pero ustedes saben el significado de esta etapa. Nosotros estamos preocupados porque este médico cirujano quiere formalizar su relación para casarse con Patricia, y ella también lo desea en verdad. Es su ilusión estar unida a este hombre. Estamos aquí para suplicar de alguna manera su ayuda, interceder ante Vel para que desista de su capricho. Qué más quisiéramos que su hijo fuera el elegido, pero mi hija ya no lo quiere. Además no está en condiciones de ofrecerle matrimonio. Compréndannos, somos unos padres desesperados. Únicamente velamos por la felicidad de nuestra hija.

Queremos evitar problemas, somos gente pacífica y de bien.

Pasaron unos minutos de silencio. Era una situación inquietan66

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te y difícil porque el noviazgo de Vel y Paty les pertenecía a ellos, solamente a ellos. Ella platicaba con su mamá algunos detalles de su noviazgo y él le confiaba algunos episodios a su tía Lupita.

Todo mundo admiraba a la pareja, los vecinos los identificaban por tanto tiempo de verlos juntos y alegres, pero en la intimidad nadie sabía nada. El secreto era de ellos, el misterio era de ellos, los códigos eran de ellos. Solamente Dios y ellos tenían la solución en sus manos. −Mira, Joel. Te llamo por tu nombre porque has de acordar que jugamos en el mismo equipo de basquetbol, Sindicato de gasolineros. Tú fuiste refuerzo en las semifinales, pero de eso ya hace muchos años, cuando éramos más jóvenes −dijo el papá de Vel. –No te había reconocido, mano. Fíjate nada más que coincidencias. ¿Tú eres el Chiritas? −dijo Joel, poniéndose de pie. −Así es hermano −contestó y de inmediato se dieron un sincero abrazo. −Mira nada más que sorpresas nos da la vida. Ya nada más falta que nuestras esposas también se conozcan −dijo Joel sentándose junto a su mujer. −Pues fíjate que sí −contestó la mamá de Paty−. Estuvimos juntas en la escuela primaria y además hicimos juntas la primera comunión. Somos del barrio del Carmen, ¿verdad, Anita?

Anita se levantó y le dio un abrazo a su compañera de la infancia..

Continua Chiritas −Mira, mano. Es un asunto muy penoso porque se trata de nuestros hijos. Yo les prometo que voy a hablar con Vel seriamente, como hombre que es, para hacerle entender que en el amor hay momentos en los que hay que dar oportunidad que las mujeres decidan su vida. Lo que fue ya 67

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pasó. Lo presente es la emoción del ahora. Es lo que vale, porque hará valioso el que será. Sinceramente, no se preocupen. Es un buen muchacho obediente y entendido.

Una sonrisa de satisfacción se encendió en los padres de Paty. −Si no es mucho pedir, les suplico que estos dos días de la semana dejemos que continúen sus entrevistas. Después yo les pediría limitar las entrevistas cuando menos dos semanas, para no separarlos tajantemente. Así, Vel no se hará desafiante. Démosles confianza, para que piensen que no estamos en contra de ellos, sobre todo de Vel. Bueno, viejo, esa es mi opinión, no sé ustedes −habló doña Elvira. −Me parece buena idea, porque los jóvenes por la mala no entienden razones. Mi Vel es bueno. Cuánto lo siento, tan enamorado que está. Antes de conocer a Paty era muy rebelde y ahora es un chimisclan con sésamo, muy suave y sabroso. Yo pienso igual que Elvira, démosle confianza sobre todo a Vel para que vaya desapegándose de Paty, que es tan buena chica. Ella merece la oportunidad de ser feliz. Ojalá mi muchacho no se me vaya para atrás. Pero así es el amor, nos da para llegar al cielo o bajar hasta el infierno −opinó Anita. −Entonces, queridos amigos, en eso quedamos. Dos días más de entrevistas y yo me encargo de hablar con Vel para pedirle esas dos semanas de prueba. Quién quita y ahora que sé que ustedes son sus padres, todo se arregla. Nos da mucho gusto haber estado en su casa. Está muy bonita y han sido muy amables −expresó Joel.

Antes de partir se oyó dar vuelta a la cerradura de la puerta.

Era Siete Pisos, hermano mayor de Vel, un joven alto y elegante, gerente de un banco. Saludó con amabilidad a los visitantes y sus padres le presentaron a los padres de Paty. −Mira, hijo. Ellos son los papás de Paty, la amiga de Vel −dijo 68

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Chiritas. −Válgame Dios, toda la vida he sabido así como todo el barrio y los habitantes de medio Puebla, que ellos son novios. Una de las parejas más felices que he conocido. De veras, señores, qué bonita pareja de enamorados, siempre alegres, vivarachos, tomados de la mano o enlazados por la cintura. Disculpen, pero esa es mi opinión. Pensé que ya se iban a casar, les pido me perdonen si he sido indiscreto. Vel es mi hermano, deseo su felicidad y estoy seguro que ellos nacieron para amarse −dijo el juguetón del Siete Pisos. −Hijo, te agradecemos tu opinión pero ya basta de comentarios. Los señores se están despidiendo de nosotros.

Joel se acercó sonriente a Chiritas. −Éste sí ha de ser un excelente basquetbolista, yo casi nunca me equivoco. −Muchas gracias por su comentario, joven. Nos halaga y nos da gusto saber que nuestra hija ha sido feliz. Muchas gracias y buenas noches −dijo Joel.

Los padres de Vel acompañaron hasta el zaguán del edificio de departamentos a sus visitantes y les desearon una feliz noche.

Los enamorados inocentes, sin saber el curso de su relación, disfrutaron las dos entrevistas antes del inesperado receso dictado por los padres de ella. Como todos los días, se mantenían en un ambiente de cordialidad,. −Algún día seré cometa, tendré luz propia y viajaré por todas las galaxias y por todo el universo −comentó ella. Cuando me canse, después de muchos años luz, te llevaré al mundo de la eternidad, donde todo transcurre y nunca se acaba. Allí viviremos en el lugar donde todo es para siempre. Eres el amor de mis amores, dueño de mi vida y parte vital de mi corazón.

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−Vaya inspiración de mi poeta galáctica. Si así vamos a terminar juntos por siempre, qué padre, mi gorgonia esplendorosa del fondo del mar, coral de arrecife encantador, plancton tan necesario para mi vida −contestó Vel. −Te tengo una sorpresa que te vas a ir de espaldas −dijo Paty el último día de convivencia. −Pues me cachas. −Mi papá te quiere hablar. No sé para qué, pero eso es bueno.

A lo mejor te va a dar mi mano, el pie y todo. Espero me aceptes con todo y defectos. −Sería como el mejor regalo de la vida. Me conformo con que me acepte como novio tuyo. Eso ya es más que suficiente. −Vas a ver que sí, mi Velitas. −Buenas noches, Vel. Pásale, no sea ranchero. Esta es tu casa.

Ya tuve la fortuna de conocer a tus padres, finísimas personas.

Ustedes, niñas, a sus cuartos. No escuchar las conversaciones es de buena educación. Háblenle a su madre y díganle que venga, que ya llegó Vel. Llegó la señora encantadora. Tenía un gran parecido físico con Paty. El joven se levantó y saludó con respeto a la señora Elvira.

Ya todos sentados, en un ambiente de aparente cordialidad, don Joel se dirigió al Vel con sello de paternidad. −Mira, joven Vel, sabemos que eres novio de mi hija ya desde hace algún tiempo y que la llevan a todo dar. Pues bien, sabemos que son inseparables, eso es bueno. Te vamos a pedir un favor, por el bien de los dos. Es necesario un receso de tres semanas, porque tu novia va a ir a acompañar a mi hermana Tula que está enfermita. Como no tiene quién la cuide, ella se ofreció a cuidarla y atenderla. Tú sabes perfectamente que mi hija es muy 70

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buena de corazón. Te pedimos, hijo, que durante este tiempo te abstengas de verla. Ya cuando regrese seguirán saliendo como siempre. Estamos muy contentos con ustedes porque la gente se expresa muy bien de su noviazgo. ¿Verdad, Elvirita? −Sí, Vel. Estamos contentos con ustedes. Sabemos que eres un excelente estudiante y deportista. Todo el barrio sabe de su noviazgo, hasta medio Puebla lo sabe. Por eso te pedimos que la dejes cumplir con su trabajo estas tres semanas y ya después sería bueno que vinieras a la casa como prometido de Paty. ¿Qué opinas? −Claro que sí, señora. Cómo no voy a dejarla cuidar a su tía.

Si ella me lo hubiera dicho no hubiera habido problema. Su palabra es ley para mí y nos entendemos perfectamente. Ella para mí es agua viva, para ella soy el oxígeno que respira, elementos indispensables para la vida. Si no nos alimentamos, morimos.

Quiero a su hija y Paty me quiere. Ustedes son la esencia de la vida para ella. Es un honor conocerlos. Ya me los imaginaba así, personas buenas y honorables porque así es ella. Muchas gracias, don Joel y doña Elvira. Me despido para no importunarlos.

Desde hoy, son mis segundos padres. Muchas gracias, buenas noches.

Salió de la casa satisfecho. −Ahora sí ya les podré decir suegros. Qué bonita es la vida, gracias Dios, San Juan Bosco y Domingo Savio. Ayúdenme en esta espera. Total, ¿qué son tres semanas?

Dulce escuchó detrás de la puerta la conversación y se sintió muy triste. Tuvo un presagio de que no todo era como lo pintaban, una plática surrealista en la que no se entendían las cosas muy bien. La educación de los hijos no es por azar ni fortuna, se da en la familia. Los seres con actitudes saludables para la convivencia crían hijos sanos para la sociedad. Las familias con actitudes hostiles, violentas y agresivas, crían hijos no pacíficos. Eso ha pasado a través de 71

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los siglos. La evolución del hombre en cuanto a la conservación de la paz siempre ha tenido una calificación reprobatoria. No han faltado grupos de seres abusadores que lastiman, humillan, hieren y matan en la lucha por el poder y la riqueza, usurpan la conservación de lo que pertenece a todos. Palabras sabias del maestro veterano de la revolución, don Víctor García, durante el segundo año de primaria.

El padre Ángel nos repetía con frecuencia, miren muchachos, bambinos en italiano, kinder en alemán, enfants en francés, pibes en Argentina, children en estados Unidos o como sea que los llamen chavos, vatos, lepes, bichis, escuincles. Miren, niños para que una familia sea en verdad buena, honorable, distinguida, respetable, eminente, para que otorgue buenos hombres a la sociedad se requieren reglas, que son de oro. Lo mismo pasa en la casa, en la escuela, en la calle, en la iglesia y en los centros deportivos.

En cualquier lugar al que vayan sean obedientes y atiendan los patrones de buen comportamiento. Sean asiduos y no falten a sus compromisos. Sean puntuales y lleguen a la hora indicada o antes, si se puede. Procuren ser pulcros en su higiene personal. Ropa y calzado limpios, a la escuela traigan ordenados sus útiles escolares, hagan sus tareas y estudien. Si ustedes son obedientes, sus padres van a estar contentos. El respeto es también obediencia o valoración de las personas o cosas. Un ejemplo es que esta escuela pertenece a una fundación de caridad, y para su buen funcionamiento requiere de un patronato generoso que otorga el dinero para beneficio de nosotros. El terreno, el edificio de la escuela, cada banca y pizarrón son valiosos porque nos lo dan con amor los benefactores. El respeto se da cuando cuidamos estas cosas, cuando valoramos a estas personas, para que cuando estemos frente a ellos seamos agradecidos y no sus esclavos. El trabajo en equipo es importante en la vida. Todo esto empieza en la casa. Desde pequeños hay que trabajar en grupo y dividir funciones. Ya a la edad de ustedes, deben ser ordenados, poner las cosas en su lugar, su ropa, zapatos, útiles 72

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escolares y mantener limpiar la casa lavando trastes, fregando pisos, limpiando el baño y ayudando en los mandados de la casa.

Si ustedes hacen todo eso van a tener la oportunidad de estudiar, jugar, divertirse y tener unos padres satisfechos de su familia con mejor disposición para educarlos. Además la familia va a crecer y progresar para un futuro mejor.

Para que me entiendan mejor, a ver, Raúl. ¿Tú qué quieres ser de grande? Respondió el estudiante de tercer año de primaria, yo, padre, quiero ser carpintero, como mi papá. A ver tú, Maraca, ¿qué vas a ser de grande? Titubeante, contestó que no sabía. No sé, padre. No me gustaría ser albañil como mi papá, quiero tener un restaurante. Perfecto, Maraquita. El padre pasó entre los pupitres de los alumnos. A ver tú, Marino, ¿qué quieres ser de grande?. El bien arregladito niño dijo, mi abuelo es peluquero y mi papá es comerciante, pero yo quiero ser ingeniero. Continuó el padre con el discurso. Ya ven, niños. Ustedes ya están pensando en un futuro porque están ordenando sus mentes. La disciplina que los va entrenando en la vida les da la oportunidad de escoger caminos. En eso consiste la obediencia, el respeto y el trabajo en equipo. Sus familias los están preparando para el mañana. Es muy importante que comprendan por qué es importante obedecer, respetar reglamentos y trabajar juntos. A ver, Vel, ¿quién es tu mejor amigo? Sin vacilar contestó el alumno que Raúl. ¿Por qué es tu mejor amigo? El chico se quedó pensando antes de responder. Pues porque es a todo dar, nos llevamos bien, platicamos de las actividades de la escuela, de la familia, nos reímos mucho de chistes o bromas, cantamos en el coro, hacemos castillos de arena en el campo, jugamos en el mismo equipo de futbol o béisbol, le vamos a los Pericos de Puebla y al Necaxa, y nunca nos hemos peleado. El padre se emocionó y levantó la voz, ya ven, esa es la convivencia sana, la que es pacífica y no es peleonera. Todo es cuestión de encontrar buenos amigos. ¿Me entendieron? Buscar buenos amigos.

El reverendo de sotana negra hizo una pausa. A ver, Baigon, 73

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si un amigo te invita a emborracharte, ¿está buscando tu bienestar? El descarado alumno contestó, pues mire, padrecito. Mi papá se emborracha todos los días y él dice que con sus mejores amigos. ¿Cómo la ve? El sacerdote guardó silencio pues tenía que pensar muy bien la respuesta. Pues mira, hijo de Dios, tu papá es un caso especial. Si él quiere mucho a tu mamá, la protege, le dice palabras bonitas y le da su gasto todos los días, y a ustedes los abraza, juega con ustedes, los ayuda con la tarea y los lleva a misa, entonces sí es sano lo que hace. Todos los alumnos quedaron pensativos. Si eso es ser un buen padre, yo en mi casa no lo tengo.

La buena convivencia viene desde la infancia, desde el momento en que la madre alimenta a su hijo con la leche materna.

Ese apego es suficiente para que el bebé se sienta amado, protegido, seguro y digno. Aunque viva en ambientes insalubres, el cariño de la madre y la familia es suficiente para hacer personas honorables y dignas de admirarse. No les estoy hablando de personas ricas que les sobra lo que les han quitado a otros o no comparten con el que menos tiene. Ser honorable es ser justo y compartir con el que tiene menos. Palabras sabias del profe don Arnulfo Saldaña.

Había pasado una semana y Vel andaba contento. No había visto a su amada novia, pero confiaba en la palabra de don Joel.

Ella andaba cuidando a la tía enferma y sin embargo, la maldad acechaba a la joven enamorada.

El viernes por la mañana llegó Oswaldo, el prometido de Paty, para informarle que tenía un pie adentro del hospital donde él trabajaba. Requería los documentos de su carrera para ingresarla al centro de trabajo hospitalario, un sueño más de la vida por cumplirse. Ella lo abrazó fuertemente en señal de agradecimiento. La condujo en su elegante automóvil hasta su casa, recogieron los documentos, se dirigieron al sindicato de la institución y luego al departamento de personal. Así de fáciles son los 74

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procedimientos cuando se hacen en forma corrupta, pagando la plaza con previo convencimiento de líderes vendidos. Así fue como Paty ingresó a la institución. Ignorando la corruptela, ella pensó que sus calificaciones le abrieron las puertas al trabajo.

Regresaron a la casa de ella y la mamá y la hermana se enloquecieron con la noticia. −Ya verás cómo se va a poner tu papá de contento cuando llegue del trabajo. Gracias, querido futuro yerno. ¡Cómo le estamos agradecidos!

Mientras, Paty aprovechó el momento para hablar con la Dulcinea. −¿Cómo está mi Vel? −Bien, lo he visto muy contento, acompañado de dos o tres chicas, pero nada más. −No lo digas ni en broma, escuincla −dijo Paty molesta. −Pues fíjate que lo he visto bien, contento y alegre, respirando esencia de pa’ti pa’el. Lo tienes embrujado. Me lo he encontrado dos veces y siempre me pregunta por el amor de sus amores, como dice. −Si lo ves, dile que lo amo como la pupila de mis ojos y que lo estoy vigilando desde un satélite. Que no se desespere, que él también es el amor de mi vida −dijo muy emocionada. −Paty, me dice Oswaldo que en la tarde van a venir sus papás y que va a pasar por ti para llevarte a una reunión por el cumpleaños de su mamá Toñita. ¿Estás de acuerdo? ¿Y mi tía Lula? −contestó Paty sorprendida. −No te preocupes, niña. Sólo serán unas horas de separación.

Abordó el elegante carro último modelo de Oswaldo y se dirigieron a la casa de la tía Lula. Pasaron por la casa del Vel, 75

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enfrente del oratorio, y al llegar a la esquina de la 3 sur allí estaba parado el joven galán, esperando atravesar la calle. Estaba sonriente, dándole buena cara a la vida. Ella volteó hacia otro lado, no quería que la viera acompañada.

Ya en el camino, Oswaldo se atrevió a decirle a Paty que tenía buena percepción y que desde que la conoció no se equivocó en su diagnóstico. Era la mujer diseñada para ser su esposa y que así la había soñado, ni más ni menos. Paty sonrió, pero no le entendió nada de lo que dijo. Todo lo expresó con los dientes. Qué raro señor, nada que ver con mi Vel −pensó Paty.

Oswaldo la recogió a las cuatro y media de la tarde. La tía Lula ya le había dicho que su papá pasó temprano para decirle que estuviera bien arregladita desde las cuatro con su ropa más galana y con su mejor presencia poblana. Llegó a la casa de sus padres con Oswaldo. Ya estaban todos engalanados con su ropa sencilla casual, contentos, festivos. No había tal cumpleaños y todo era una sorpresa. Abordaron dos carros, el Impala elegante del doctor y un Datsun nuevecito que condujo don Joel. En este último, Paty acompañaba a su padre, quien estaba emocionado y al borde del llanto. Iban siguiendo el carro de Oswaldo pues ni él mismo sabía que pretendían sus compadres. En el trayecto, el papá con tono solemne trataba de convencer a su hija de que la obediencia a Dios era incondicional. Abraham obedeció a Dios cuando le pidió sacrificar a su hijo Isaac y Dios lo premió con una descendencia más grande que el número de estrellas.

El sacrificio por un padre será recompensado con la gloria de Dios. Hija, tú siempre debes acatar las decisiones de tus padres. Siempre son sabias y para tu bien. −Sí, papi. Ya sabes cómo los quiero −dijo Paty y lo abrazó tiernamente.

Llegaron a su destino por el rumbo de Agua Azul, llegaron a un fraccionamiento elegante de casas nuevas. Allí los estaba esperando el resto del grupo y se dirigieron a una casa de facha76

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da elegante con un enorme patio con jardín. El interior estaba totalmente amueblado. En la planta baja había una amplia sala, un área para comedor y una magnífica cocina con todo lo necesario para elaborar guisos poblanos. Había también una escalera adornada de mosaico que conducía al segundo piso, donde había tres recámaras amuebladas completamente y un baño completo con regadera, cancel, sanitario y lavabo. En el patio de la planta baja, había un cuarto de lavado con una moderna lavadora y enseres necesarios. Tenía todas las comodidades para disfrutar la vida familiar. Recorrieron toda la casa con gran admiración e interrogación. Después de un rato de observación, don Oswaldo se dirigió al grupo. −Miren, familia, porque pronto vamos a serlo. En la antigüedad, el hombre que pretendía a una mujer le obsequiaba a la familia de la amada un regalo principal. En este caso, mi hijo Oswaldo le regaló a su amada Paty esta casa para sus padres. Únicamente con el sí de la doncella, todo será de ustedes compadres. Las escrituras van por nuestra cuenta. Ya están pagadas, nada más falta el nombre de ustedes como propietarios. La casa que está en la lateral es de nosotros. Para cuando vengamos a visitar a los nietos y a ustedes.

Don Joel y doña Elvira se sentaron en un sofá y empezaron a reír como niños con juguete nuevo. La hermana de Paty no entendía nada. Después de un rato de gozo paternal, ambos se levantaron muy dignos, Don Joel habló. −Compadres, nos han dado una gran sorpresa pero la decisión es de Paty. Como les dije, ella nunca ha tenido novio. Es difícil para ella ahora que es profesionista y tomará la decisión más satisfactoria para todos. Se guardó silencio en la casa y Paty estaba pasmada y atónita. No comprendía en qué trampa había caído ni cómo salir de ella. Guardó silencio mientras Dulcinea le hacía señas con un dedo que no. Con los labios musitaba Vel, Vel, Vel. Como no se decidía, habló Don Oswaldo.

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−Sé lo difícil que es para ella, que es una doncella, decidir. Mi hijo nunca titubeó todos estos años con el compromiso a cuestas. Esperó mucho tiempo para traer estos regalos. Háganme el favor de acompañarme allá afuera.

Toda la comitiva salió presurosa, mientras Dulce se apretaba los dedos nerviosamente. −Diles que no, que Vel es tu amor, tu vida. −Mira, mi estimada Patricia. Este Datsun salido de la agencia es un obsequio de Toñita para ti, para que te desplaces ahora que vas a entrar a trabajar. Todavía hay más, súbanse a los carros. Ahora vamos a la última sorpresa.

Llegaron a la colonia residencial Gabriel Pastor, a una residencia lujosa de dos pisos con fachada arquitectónica o, como Paty diría, art noveau. Los interiores tenían acabados de lujo, piso de mármol, muebles modernos, amplios ventanales, cortinas vistosas, aire acondicionado, una caldera central y todos los servicios. En el exterior había un amplio jardín con una fuente central adornada con la escultura de dos jóvenes enamorados.

Estaban de pie enlazando su cintura con sus manos, flechados por cupido. Durante todo el camino de Agua Azul a la colonia Gabriel Pastor, Paty se concentró en tres palabras, obediencia, respeto, y trabajo. −Obedecer a mis padres, respetar a mi familia y trabajo en equipo. Ellos son mi prioridad y yo no les voy a quitar esa oportunidad que tienen de vivir mejor. Si yo no se los puedo dar, seré el medio para que lo alcancen. Mi felicidad vendrá con el tiempo. Espero que Dios me perdone.

En medio de la sala, cuando todos admiraban la residencia, Paty se dirigió al grupo con estas palabras. −Familia, mi nueva familia, les doy las gracias por estos regalos. En señal de respeto y obediencia a todos ustedes, acepto el 78

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compromiso que he estado esperando por mucho tiempo. Me casaré contigo Oswaldo. Desde hoy serás lo primordial de mi vida. Gracias por todo.

Mientras todos se abrazaban, Dulce se salió de la casa, se sentó en el jardín y se puso a llorar. −No es justo, Señor, no es justo. ¿Dónde quedó el amor?

Cuando salió Paty al jardín, vio a su hermana pequeña llorosa y se dirigió hacia ella. Paty se agachó sonriente y ella desde donde estaba sentada sobre el pasto le escupió en la cara. −Un día me dijiste que serías el mejor ejemplo para mí, que serías una mujer digna y honorable. ¿Dónde quedaron esas palabras? Quédate con tu mierda, cómetela tú sola. Solamente una cosa te digo, a Vel no le vas a hacer daño. Te lo juro, no lo vas a lastimar y no lo vas a humillar. Es un ser bueno y tú eres una maldita bruja. −¿Quién es Vel? −dijo Paty con voz fingida−. No lo conozco, yo nunca he tenido novio.

Como por acto de magia perdió la cordura transitoriamente, se fue al interior de la casa. En el interior planearon que la boda sería civil y religiosa en marzo, dentro de tres meses, y en el templo de la Virgen del Carmen. Paty les dijo que no, que sería en la capilla de María Auxiliadora de los Cristianos, en el oratorio festivo salesiano. Nadie se opuso y todos estuvieron conformes.

Nadie resiste el premio mayor de la lotería nacional.

Elemental, mi querido Doctor Watson.

Quedó sellado el pacto, el tratado, el compromiso familiar.

Las palabras de Patricia le dieron originalidad y autoridad. Ella era la nueva reina y la merecedora de la fortuna. Colocó como prioridad a su familia, sus padres y su hermana en la rueda de la vida. No pensó en Dios y mucho menos en Vel, al que estaba traicionando. Aunque las traiciones de amor se pagan 79

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con dolor, no le importó haber extraviado el noble sentimiento ni el daño que hacía a un ser que confiaba ciegamente en ella.

La adaptación es una cualidad del ser humano ante la adversidad. La sobrevivencia o la supervivencia son métodos de adaptación que conservan la vitalidad. Las actividades se modifican, el reloj biológico físico, psíquico, emocional y espiritual se intercambian por una vida diferente, más precavida y con mecanismos de defensa heroicos.

El lunes ingresó Paty al hospital tomada de la mano de su nueva pareja sentimental. Llegaron al reloj checador, introdujeron la tarjeta correspondiente y Oswaldo, muy complacido, presentó a Paty con sus compañeros de trabajo como su novia y la nueva integrante del equipo quirúrgico matutino. Ella se mostraba altiva, orgullosa y contenta con el cambio en su vida. Un sueño más cumplido. Su labor para el futuro era mantener su puesto de trabajo con una labor sellada con excelencia.

La Paty de ahora se mostraba formal y seria en su trato. Aunque amable, se mostraba fría, poniendo un límite a sus emociones. No se fuera a enojar Oswaldo y la tachara de coqueta. Entonces sí se perdería el encanto del cuento de hadas, el objetivo de su próximo matrimonio. De ahora en adelante procuraría controlar sus emociones para evitar decepciones o sufrimiento.

Así era su relación con Oswaldo, dentro del marco de la cordialidad, amistad verdadera y con caricias superficiales que traducen poca confianza. Cuando estaba con él procuraba ser atenta y no voltear a ver a nadie. No le interesaba saludar a nadie, menos si era conocido. Eso la incomodaba mucho, sudaba a raudales y se le aceleraba el corazón. Tenía la conciencia intranquila con el alma inquieta. La ansiedad era su acompañante en cada instante. Como aquella vez que se encontró a Adelina, su mejor amiga de la universidad y del oratorio. Fue muy parca, lacónica y esquiva. Sobre todo cuando ella le dijo que le presentara a su tío. Ella no estaba para darle explicaciones a nadie. La decisión 80

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había sido solamente de ella y se atenía a las consecuencias del pecado. En su interior pensaba que había sido una canallada y sólo esperaba que Dios la perdonara.

En la segunda semana del plazo, los padres de Paty y Dulce fueron a la vecindad a saludar a sus vecinos y a vender todos sus muebles. Los que no alcanzaron a vender los regalaron. Lo que querían era deshacerse de la mugre que trajeron cargando durante muchos años, así dijo doña Elvira a una de sus amigas.

Ahora ya se sentía de la aristocracia. Tenía su casa propia, una hija profesionista en nivel de excelencia que estaba trabajando en el hospital de los especialistas.

Faltando tres días para completarse las tres semanas de plazo, llegó la familia a la vecindad a despedirse de sus amigos, vecinos de los últimos 20 años. En ese lugar habían crecido sus dos hijas y estaban muy agradecidos con todos los solidarios, con los que los acompañaron en los momentos de festividad o en los momentos de dolor. Les hicieron saber su progreso económico y social. Les informaron de su casa nueva a la disposición de todos, en la colonia Gabriel Pastor. Entraron a cada uno de los departamentos a dejar la invitación del próximo enlace matrimonial, Paty y el cirujano Oswaldo, de las familias más ricas de Tehuacán, insistiendo que su asistencia era muy importante. −Ustedes se han convertido en familia después de tantos años de convivencia y nos daría mucho gusto que nos acompañaran.

La misa va a ser en el oratorio festivo salesiano a las nueve de la mañana. Ese lugar lo escogió Patricia, ya ven que es integrante del coro. Nosotros queríamos que la boda fuera en la catedral o en la capilla de Dolores, donde se llevan a cabo los matrimonios de los ricos, pero Patricia no quiso. La fecha no se les olvide, domingo 15 de marzo. También, a los que gusten, los esperamos ese día en la noche en el Parque España para la fiesta que va a estar en grande. Permítanme recordarles que la asistencia es con traje de gala. Para que mejor me entiendan, con esmoquin 81

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o vestido de gala. Allí los esperamos −habló Elvira con el pecho abierto.

Antes de que se marchara la comitiva en la que no iba Paty, una vecina abordó a Elvira con sarcasmo. −Oiga, comadre. ¿Qué va a pasar con Vel, lo dejaron en la orilla del camino? −Miren, amigas, esto es asunto personal, Paty anduvo con el Vel para pasar el rato. Lo que no saben es que desde siempre Paty estuvo comprometida con Oswaldito. Si vieran qué guapo está, y además es médico quirúrgico. Trabaja en el hospital de especialidades. Si ven a Vel, saluden a ese estudiante de quinto año. ¡Abur! −contestó con desdén.

Cuando se fueron comentó la portera delante de todas. −Qué poca jefa. Yo no me enojo que les haya llegado la riqueza, total es la suerte. Como te llega se va y así es la vida. Lo que me encanija es que se sientan hechas a mano y tejidas con agujas de oro, con esos aires de superioridad. ¿Se dieron cuenta de la arrogancia? A todas nos invitó a la iglesia, pero al baile ni maíz.

Sólo las que tengan traje de gala. Yo tengo el traje de novia de mi boda, ni modo de ir con ese. Otra cosa muchachas, Vel va a venir dentro de tres días. Ese muchacho tan guapo, apuesto, varonil y simpático.

Una voz la interrumpe. −Bájele, comadre, hasta parece que estás enamorada de Vel. −Brincos diera por ese galán, pero esas pulgas no brincan en mi tapete −contestó−. Ya no me interrumpan. Aquí entre nos, Dulce, la hermana de Paty, me encargó que Vel iba a venir después de tres semanas que le impusieron sus papás como prueba de su amor hacia Paty y él aceptó porque el papá le dijo que si pasaba la prueba lo iba a nombrar el prometido oficial de ella. Dulce me pidió que le dijera que la familia había salido de 82

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Puebla y que no sabía para cuándo regresarían. El problema ahora es con la invitación que nos trajo esta bruja. ¿Qué voy a hacer? ¿Qué le voy a decir? Le voy a partir el corazón, tan buen muchacho.

Todas las vecinas murmuraban, opinaban y maldecían. Pero nadie dio una solución y poco a poco se fueron alejando hacia sus casas. Los chismes en boca de cualquier persona, pero sobretodo de personas indiscretas, viajan más rápido que un tranvía de alta velocidad. Así se hizo, y el rumor se extendió por las vecindades del barrio. En el drama, Vel era la víctima y la familia de Paty los traidores, los Judas. Cada quien retocó el mensaje a su manera y se formó la obra de teatro en donde el protagonista principal no se da cuenta porque nadie se atreve a enfrentarlo.

Vel llevaba su vida tranquila porque así era él, sosegado y pacífico. Esas cualidades le ayudaban a tener muchos amigos en cualquier lugar. Era estudioso y se le veía estudiando con sus libros en las bancas del parque, ahora en solitario porque Paty no estaba con él. Aun así no perdía lo alegre, vivaracho, cantador y bailador. En el deporte era un jugador aguerrido, de esos que no se rinden nunca. Por eso era líder y le gustaba competir con honor en el triunfo y en la derrota. Tenía imán para las jovencitas, aunque él sólo tenía ojos para su amada. Eso lo hacía más atractivo. Era muy participativo en las actividades oratorianas, tenía carisma y sus amigos lo estimaban porque hacía favores sin esperar nada a cambio. No le gustaba dar consejos, él con su actuación los daba. Sobresalía por ser el excelente novio de Paty, la pareja ideal. Eran muy queridos en todo el barrio, la escuela, el oratorio y en casi toda Puebla.

La presencia de Paty era primordial en su vida. El bienestar de ella significaba alegría para su mente y corazón. Antes de partir, Paty le dijo que iba a estar bien, que no se preocupara y que le tuviera confianza porque ella nunca lo traicionaría. Las palabras en boca de la amada son fuente de seguridad para tranquilizar 83

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el alma. La parte del cuerpo que pocos conocen es el sistema límbico, que se encarga del control de las emociones. De las respuestas de este grupo de neuronas depende la congruencia. El joven entrenado en el sistema límbico estaba tranquilo del alma y realizaba sus actividades como todos los días. Como si estuviera Paty, ya que con ella o sin ella, él era feliz. El saber que pronto la vería era una esperanza para la dulce compañía de la vida diaria.

El maestro Eulogio Montaño decía en la escuela de Medicina, no hay que preocuparse, ya que los pensamientos que quitan la tranquilidad ocasionan ansiedad, angustia y estrés. Eso debilita el sistema inmunológico, que es el que nos defiende y nos protege. Mejor piensen que todo va a estar bien y así se equilibra el organismo para obtener salud. Estar sano es bienestar, percibirlo es estar feliz.

Ya estaba cursando el quinto año de la carrera. Las actividades con los amigos y amigas y las guardias en el hospital durante la semana le daban ocupación a su vida. Los días de descanso los utilizaba en su actividad deportiva y familiar. Le iba bien al muchacho del barrio del Carmen. Era un buen hijo, sobrino, nieto, primo, amigo, alumno y compañero. A pesar de tanto repertorio de personajes en la vida, él sólo digería su vida sentimental.

Era secreta, con sus misterios, sus códigos y sus vivencias. En sus momentos de reposo, cavilaba que algo no andaba bien y pensaba en ese plazo incoherente de fidelidad como un absurdo, una trama urdida por los padres de Paty. Quién sabe qué estaría pasando realmente, pero él confiaba en Dios pero también en su intuición. Algo no funcionaba bien.

Pensaba en Pati, en los días que Dios le regaló junto a ella. Los primeros días de separación fueron asfixiantes, sin el oxígeno tan necesario para vivir. Con el paso del tiempo aparece el síndrome de adaptación, sin depender de la molécula vital. Las actividades adquieren armonía nuevamente y se van 84

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normalizando las vicisitudes. La mente, que es estratégica por los antecedentes recientes, va creando un sistema de defensa por si la adversidad se hace presente. Vel tiene mucho miedo de perderla por el antecedente del prometido virtual, el príncipe del tesoro escondido, el remedio de la precaria economía familiar.

El pesimismo lo llevó a presentir pérdida total con pago de deducible, pero el optimismo confía en la lealtad y fidelidad de su novia. Si la familia fallaba, ella era incorruptible y se mantendría en la lucha por mantener vivo el romance.

No hay plazo que no se cumpla. Ese viernes, llegó Vel a la vecindad donde vivía su novia. Eran las siete de la tarde e iba entusiasmado, con el corazón enérgico y con la esperanza, fiel amiga, a su lado. Nadie se acercaba al joven enamorado. Pasaron 30 minutos y empezó la desesperanza. Entonces salió valientemente la portera al quite. −Buenas tardes, hijo. ¿Tú eres Vel? −Sí, señora −dijo y extendió su mano cordial. −Mira, hijo, me encargaron los padres de Paty, quienes tuvieron que salir de emergencia, que te dijera que iban a estar fuera de la ciudad por un periodo de tiempo largo y que no sabían hasta cuándo regresarían. Vendieron todos sus bienes y se fueron, no dijeron a dónde.

El joven se sorprendió ante lo expresado. −¿Disculpe, y ni una dirección dejaron? −No, mijo, nada. Ni un recado escrito, ni nada −respondió con la voz apagada.

El joven extendió su mano trémula en señal de agradecimiento y se retiró. No había caminado ni 10 pasos cuando apareció un viejo conocido de Vel. Era un muchacho de 24 años, elegantemente vestido con un maletín en la mano. Era representante de un laboratorio que visitaba médicos y le apodaban el médico de 85

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las locas. Se dirigió hacia él con movimientos juguetones. −¡Qué pasa mi Vel! Hace mucho que no bisteces ni milanesas. −¿Qué pasa, médico? Pues me la paso estudiando. Ya estoy en quinto año, por lo que veo eres representante médico, galán. −Fíjate que por necesidades le entré a este trabajo, pero pienso pagar las materias y regresar a la escuela. −¡Qué va a regresar a la escuela! Este canijo ya se casó y tiene dos hijos. ¿Tú crees que le va a alcanzar el dinero? −intervino la portera. −¿Qué pasó, abuela? Déjeme soñar, déjeme presumir aquí a mi Belgrado.

Continuaron con la charla animada entre los tres personajes, y cuando Vel estaba por irse a su casa, el galanazo le soltó el estacazo. −Mi Vel, nosotros somos amigos de mucho tiempo. Eres excelencia en amistad, me caes a todo dar, pero con lo que voy a decirte a lo mejor me odias toda tu vida. −Ni se te vaya a ocurrir, Ramón. Porque te cacheteo −intervino la abuela. −Mire mi Vel, aquí hay una realidad muy furris. Aguántese, canijo. Si quiere llore, golpéeme o miénteme la madre. A mi abuelita no porque la desbaratas. Mi Vel, esta familia en la que tú confiaste te traicionó, te jugó chueco. Cuando te separaste de Paty, ella se hizo novia de un colega, un médico cirujano dizque de abolengo que trabaja en el mismo hospital donde ella es quirúrgica. Trabajan en el turno de mañana. Fíjate, hermano, en tres semanas se transformaron las cosas. No creas que es una relación como la que ustedes mantenían, romántica, jovial o alegre. Ahora es más formal, oficial, hasta solemne. Con decirte que se hablan de usted. Los he visto tomados de la mano con 86

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estos ojos de chino poblano, con los que se van a deleitar los gusanos. Ella se comporta como un robot, limitada en movimientos musculares. Se le perdió la sonrisa, se le fue la alegría y se le nota en la cara la infelicidad. Como sé que no me vas a creer este cuento de la vida real, aquí está la evidencia. Una tarjeta elegante de invitación a la suntuosa boda.

Se la mostró al joven enamorado, que al leerla alcanzó a comprender la magnitud de la situación inesperada. Le empieza a temblar todo el cuerpo hasta la mandíbula. Quería llorar, pero no delante de ellos. Quería salir corriendo mas trató de calmarse. Pensó y miró al cielo oscurecido. −Dios mío, protégeme. Ven en mi ayuda. San Juan y Santo Domingo, no me abandonen en este momento de catastrófica información. −Vel, si quieres quédate con la invitación, hermano. Te la regalo porque no quiero ir con esa bola de traidores.

El galán hermanable se acercó para abrazar a Vel, quien percibió un fuerte olor a alcohol, lo que explicaba los movimientos vacilantes del médico de las locas. Muy propio para estos momentos, no estaba jugando, estaba borracho y sólo así se atrevió a decir lo que nadie haría en su juicio. Vel se recuperó de la conmoción, de un golpe directo a las neuronas parietales y a la mandíbula. Todavía estaba desorientado y ausente, pero con esfuerzo sobrehumano pudo hablar. −Gracias, carnal. Me has hecho un gran favor y me has abierto los ojos a un mundo que no esperaba. Es muy difícil, pero ten por seguro que el Señor me recuperará. Él puede todo, es cuestión de ponerse en sus manos. Dios te bendiga a ti y a tu familia.

A usted, señora, de nuevo muchas gracias −dijo con la voz apagada y llena de sentimiento.

Cuando ya se iba con los ojos anegados por el llanto, las vecinas que presenciaron el suceso salieron de sus casas a apoyar al 87

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joven enamorado. Lo abrazaron y le mostraron su apoyo. −Recupérate, hijo. Tienes un gran porvenir. Vas a ser médico, eres muy guapo, un galán en toda la extensión, un caballero atractivo. A todas nos gustas para yerno, ¿verdad muchachas? −le dijo una de ellas.

Al sentirse arropado por la gente, supo que no estaba solo.

Había personas que lo apoyaban. Se fue caminando con más seguridad, pero sin comprender lo acontecido. Hay situaciones que son difíciles de entender, pues somos entes únicos e irrepetibles. Todos los alimentos que consumimos diariamente contienen proteínas, grasas y azúcares que, una vez digeridos en el intestino alcanzan el torrente circulatorio, viajan por todo el cuerpo y fabrican sustancias químicas en las glándulas que a su vez producen hormonas. Las más importantes ayudan al crecimiento físico, a equilibrar el estrés, al movimiento, a la ovulación, la menstruación, la reproducción, la lactancia y las funciones primordiales de la vida. Existen otras sustancias químicas que se producen en el interior de las neuronas llamadas neurotransmisores que controlan las emociones. Si se producen en abundancia, nos volvemos locuaces, alegres y optimistas. Si su producción es escasa, nos deprimimos, pero si se equilibra su producción estamos serenos. Si el medio ambiente nos revuelca, si los seres humanos nos traicionan, si todo parece ir mal, la mente debe responder en forma equilibrada para que no se enferme el organismo. Te puedes transformar en un ente violento o pasivo, en un ser vehemente o deprimido, en un ser maldiciente o en un mudo. Vel pensó para sí, mejor me comporta como un ser pacifico, reflexivo y sinérgico.

Hasta el momento nadie tiene la capacidad de leer la mente de los demás. Desconocemos las intenciones de los seres que conviven diariamente con nosotros. Por eso no hay que hacer juicios antes de hablar claramente con las personas que nos afectan, para bien o para mal. Así podemos determinar el motivo de sus 88

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acciones.

La vida está llena de misterios y solamente a través de la sinceridad, conoceremos realmente los pensamientos, sentimientos, intenciones y acciones de las personas con las que convivimos. Ser sincero es decir la verdad, no lo que le conviene a mi conciencia. Ser sincero es expresar los pensamientos y sentimientos que elabora la mente, aunque se confiese sólo con uno mismo. Hay ideas descabelladas que pasan por nuestra mente y que no tienen referencia en ninguna persona.

Ser sincero es parte de la lealtad, la fidelidad hacia uno mismo y hacia los demás. No se necesita estar enamorado para ser sincero, leal, fiel, solidario y amable. Se necesita un entrenamiento desde la infancia para ser un ser humano equilibrado en sus emociones. Hay que educar al niño en lo bello, bonito y verdadero, elegir el hemisferio izquierdo para que inhiba al derecho o que ambos se complementen, sinergizar la función de la corteza cerebral con el área de los tres arcos límbicos que controlan las emociones.

Vel iba caminando por la calle con prisa. Quería huir del sitio y sentía la necesidad de analizar el caos físico y mental que lo invadía. Se sentía aturdido, confundido, lastimado, humillado y buscaba un lenitivo para su pena. Escogió el más tranquilizante y se dirigió hacia el templo de Santiago, el sitio del romance.

Desgraciadamente estaba cerrado. Se sentó en la banca romántica y permaneció agachado, con las manos apretando las zonas parietales, que son las del sentimiento. Se puso a platicar en silencio con Dios en la banca del idilio. Él ya conocía su problema y no necesitaba explicárselo, sólo le pidió le ayudara a no perder la calma. Dame serenidad y no permitas que los impulsos me lleven por sendas de desesperación. Guíame por tus caminos, Señor.

El Señor estaba a su lado, consolándolo y abrazándolo. Después de unos minutos, el joven estaba mirando hacia el cielo, contemplando las estrellas en el firmamento y se acordó de Paty 89

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y sus ocurrencias. Poco a poco se fue tranquilizando para dar paso a los recuerdos placenteros. Ya casi eran las nueve de la noche, por lo que se levantó y se encaminó hacia su casa.

Antes de que Vel abandonara el parque, se acercó el velador de esa zona santiaguera. −Buenas noches, doctor. ¿Cómo le va? ¿Lo dejaron plantado? ¿No llegó su novia?

Desconcertado, se detuvo frente al anciano. −Buenas noches, señor −saludó Vel, extendiéndole la mano. −Viera qué bonita pareja la de ustedes. Me gusta su noviazgo, son muy alegres y románticos, los observo desde esa banca atrás de ese árbol. Allí es mi sitio de vigilancia nocturna. Los veo cómo se admiran uno al otro, se besan, platican, ríen, bailan, cantan y hasta la carga. Discúlpeme que me meta en lo que no me importa, ¿pero hoy no vino su novia? −No, señor. No vino, está enferma. −Le voy a quitar cinco minutos de su tiempo, escúcheme con paciencia. Hace muchos años, tuve una novia que me dejó plantado como a usted en este mismo sitio, en la misma banca. Yo era peón principal de una hacienda allá por Amozoc y me enamoré de la hija del caporal. Le hablé como hombre, directo a la cara para que me diera permiso de noviar con su hija. Me dio su consentimiento, pues yo era hombre de bien, sin vicios, bueno para montar y para la lidia de toros. Era famoso en esa época por mi valentía, no le tenía miedo a nada. Cuando conocí a mi Josefina menos miedo le tenía a la vida. Era una buena compañera como usted y su novia. Cuando ya estábamos para casarnos, el hijo del patrón, un señor de apellido Lerin, se enamoró de mi Chepis. El caporal sabía que con acciones de amistad y respeto manteníamos la relación amorosa. El tal Oscar le 90

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propuso matrimonio a mi amada y realmente yo tenía las de perder. Estaba seguro que el caporal iba a ceder a su hija a los caprichos del rico hacendado. Esa noche estaba muy triste, me daban ganas de subirme al caballo para no regresar nunca. Me quedé dormido en los pies de un árbol como ese que está ahí, un eucalipto. Aún recuerdo las últimas palabras antes de quedarme dormido, Dios mío, dame serenidad para resolver mi problema. No me abandones, Señor, te quiero cerca de mí para que no me queme el dolor. Tú eres mi consuelo. Cuando desperté estaba el caporal sentado a mis espaldas. Yo no me había dado cuenta, y su voz me sorprendió cuando dijo, Fermín, me la jugué anoche y le dije al patrón que no le concedía la mano de mi hija porque ella estaba enamorada de ti y no le iba a partir el corazón con un matrimonio sin amor. Puede usted darle mi puesto de trabajo a quien usted considere conveniente si esto le causa molestia y desobediencia. Se levantó de la poltrona y me dijo, eres todo un hombre, Nicanor. Yo no voy a perder un hombre de ley por un capricho de mi hijo.

Que se consiga otra mujer. Dile a Fermín que cuente con mi apoyo para el casorio. Pues me casé, doctor, y viera qué feliz he sido. Mi esposa es la compañera que Dios me mandó para bien de los dos y ha sido una vida de bendiciones. El amor y el buen humor nunca nos han faltado. A lo mejor, de comer sí, pero jamás de sana convivencia. La fórmula de mi buena suerte es que nunca jamás pongo mis problemas en manos de nadie. Dios es mi pastor, me protege, me cuida y hasta me consiente. Disculpe, doctor, no sé por qué tuve el deseo de acercarme y platicarle esta historia. Lo que me dejaron plantado no es cierto, pero fue pretexto para iniciar la conversación. Espero no lo haya molestado con esta historia de mi vida y mi ser.

El joven tenía el corazón contento. Latía a su ritmo normal y la sonrisa iluminaba su rostro porque Dios le acababa de hablar para darle solución a su impaciencia y malestar. −Don Fermín, Dios lo bendiga. Gracias por su historia de amor. Ha sido para mí un suavizante en estos momentos de in91

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certidumbre. Espero vernos pronto por acá acompañado de mi novia.

La mejor manera de resolver los problemas es esperar un poco de tiempo, guardar la calma, tener paciencia, estudiar el problema a fondo, fragmentarlo y volverlo a armar para diseñar estrategias que permitan la solución. Cuando se actúa precipitadamente se cometen muchos errores que se pueden convertir en horrores garrafales.

Unos días después de las clases matutinas, Vel se fue directo al oratorio enfrente de su casa y tocó a la puerta. Don Álvaro lo recibió sorprendido. −¿Qué pasa, mi doctor? −Me da mucha pena molestarlo, pero aunque no me lo crea tengo una cita urgente con la Santísima Virgen. Espero me deje pasar a la capilla para la resolución de un problema que tengo.

Salieron a la puerta los hijos del portero y cuando vieron al estudiante vestido de blanco salieron corriendo por todos lados, por miedo a las vacunas o inyecciones. De buena manera, dejó pasar a Vel. Durante el trayecto no faltaron temas para conversar de futbol, la escuela, la novia, el clima. Para llegar al objetivo, tienen que atravesar la longitud del campo de futbol mayor, luego el de los niños y subir las escaleras que conducen hacia el segundo piso. El señor abrió la puerta y la Virgen abrió sus brazos al hijo amado.

Vel se sentó a los pies de la escultura de la Virgen María Auxiliadora, que cargaba a su hijo Jesús. Vel evocó los años en que junto a otros niños le pedían protección y empieza la oración. −Madre mía, que tienes en los brazos a tu hijo como si fuera yo, vengo ante tu figura santa, para que me ayudes a resolver un problema sentimental. Se trata de mi novia, joven como tú, dis92

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cípula tuya, porque aquí la he observado muchas veces orando y solicitando auxilio. Se llama Paty y no sé cómo explicar lo que nos está sucediendo. Sólo te puedo decir que por una supuesta promesa de matrimonio, adquirido en la infancia por sus padres, ahora tiene que cumplirse dicho compromiso. Discúlpame, madre, si estoy calumniando a alguien. Pero estoy seguro que los obsequios lujosísimos que le hicieron a sus padres la confundieron. Ella se victimizó con tal de ver felices a sus padres y ahora se va a casar en una semana. Yo no quiero que se case con ese señor, quiero impedirlo a toda costa sin herir ni lastimar a nadie.

Sólo muéstrame el camino, Madre mía. Yo la amo y sé que es la compañera ideal para mi vida. Es cariñosa, alegre, comprensiva y hasta hace poco, leal, sincera y fiel. Dame la oportunidad de encontrar el camino de la esperanza que me lleve a ella para convencerla y despertarla del letargo de la conformidad. Te prometo que si ella no me acepta me retiraré de la búsqueda y no la volveré a molestar. Te ruego me des la oportunidad. Dile a tu Hijo que soy tu consentido, discípulo de San Juan Bosco y Santo Domingo Savio. Esas son mis cartas de recomendación.

Ahí te van mis avances en la investigación para lograr el éxito.

Los actores de la obra son Paty, Oswaldo el príncipe sapo que con su lámpara mágica robó a mi novia, los padres de Oswaldo y los de Paty. Indícame dónde está el punto vulnerable para vencer la adversidad. No vengo a llorar, Madre mía. El amor no se alimenta de cobardes. El amor necesita de guerreros que luchen por sus ideales. No me quiero ver desaliñado, desaseado, inapetente, insomnio o deprimido, en pocas palabras. Aquí en este oratorio me han enseñado a confiar en Dios, Él es el jefe, imparte clases de fe, amor, esperanza, caridad y humildad. Es con disciplina, energía, estrategia y técnica como se ganan los juegos de futbol. Esto es algo parecido, Madre mía. Quiero llegar a la portería contraria, convencer a la portera de que soy su balón de oro, el trofeo de la vida y que está equivocada en la categoría que piensa competir. Discúlpame, Madre, el buen humor ha sido una emoción que acompaña mi vida. Prefiero vivir son93

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riendo a ratos que sufriendo siempre. El día de la noticia catastrófica perdí la galanura, se me extravió la confianza, la seguridad, tu protección divina y me sentí desesperado, con ganas de salir corriendo y no parar hasta llegar al fondo del mar, 11 kilómetros abajo en las Fosas Marianas del Océano Pacifico, o hasta la estratósfera 50 kilómetros arriba del nivel del mar para que nadie se diera cuenta de mi dolor. Afortunadamente no fue así. Tu Hijo mandó un mensajero, o hasta Él mismo se presentó, para calmar el malestar que me atormentaba. Dame tu bendición, guíame, protégeme y échame la mano para que Paty retome el camino del amor. Ábrele los ojos para que admire la belleza de la estrella matutina que tanto le gusta. Que las células del órgano de Corti comprendan las melodías instrumentales de Ray Conniff que tanto disfrutamos junto. Que sus neuronas del entendimiento despierten al mundo de las emociones románticas que alegran el corazón y no al grupo de células que inhiben, frenan y reprimen los sentimientos más nobles del ser humano.

Ya me voy, Madre, hasta mañana. No me desampares de noche ni de día, porque sin ti me perdería.

Dios da a sus hijos consentidos respuestas inmediatas. Cuando Vel iba saliendo de la capilla, se encontró con el reverendo don Ángel, el pastor Italiano, el cura de Turín, nativo de la región de Piamonte. El de la cara de niño sonriente, obediente en su naturaleza pero un huracán en el regaño o el castigo a las acciones insanas. −¿Qué pasa doctor? ¿Qué urgencia tienes con la Santísima Virgen que no le has confesado a tu amigo el sacerdote? ¿Es tan grande el pecado o la pena es muy dolorosa? −Discúlpeme, don Ángel, ya veo que está enterado de mi tristeza puesto que he leído las amonestaciones en la puerta de la capilla −dijo agachando la cabeza−. Sin más ni menos explicaciones, se casa Paty, nuestra novia de siempre, porque usted dice que también es suya. Me ha dejado atónito y desalentado 94

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porque no da la cara y me he enterado sólo por intermediarios.

Todos estaban enterados menos el afectado. La gente conocida se me queda mirando como un pobre que hicieron inocente, incluyendo mi familia que observa mis movimientos en forma cautelosa para ver si no me deprimo o me suicido. No se vale, padre, hace poco me enteré. Como siempre al último, el que menos espera la traición. Ya lo saben hasta los volcanes, la primera que se enteró fue la Malinche, después el Popo y la mujer dormida despertó al conocer la noticia, los fuertes de Loreto se hicieron débiles, el río de San Francisco cambió de rumbo, el Atoyac se vació y hasta la catedral se estremeció.

El padre Ángel se rió fuertemente. −Vaya, muchacho. Perdiste a la novia pero no el buen humor.

-No, don Ángel. Ya lo dijo el poeta italiano, su paisano Francisco Petrarca ¿quién no ha sido atropellado en el amor? Pues a mí ya me abollaron toda la carrocería y el chasis. Pero no las bujías, que son la chispa que da movimiento al motor. No hay que perder el humor, menos el vítreo porque me quedo ciego.

Bueno, padre, me estoy haciendo chistoso para caerle bien y me eche una ayudadita. El día que se entreviste con la pareja, dígale a Paty que no hay mejor novio que yo, que soy el elegido y que está destinada a ser mi pareja toda la vida. Dígale que me estoy volviendo loco y que la amo con todas las fuerzas de mi voluntad. A él no le diga nada, le mando un sortilegio para que se convierta en sapo. −¡Ay Vel, mi estimado Vel! Si vieras que las cosas están difíciles, yo no sé por qué eligió casarse en esta iglesia. Se hubiera ido a la Catedral o al Carmen o qué sé yo. Pero no aquí. Me siento muy incómodo. Nos han robado a nuestra novia. Se ha transformado tanto, es tan mentirosa que ni ella se cree sus mentiras.

El día de la entrevista la noté ausente, indiferente y hasta cierto punto insolente.

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−Eso dicen los muchachos, que es otra personalidad. Ahora es fría, desagradable y ausente. Pero disculpe, padre. Prosiga. −Cuando les pregunté cuánto tiempo llevaban de novios, él dijo que aproximadamente 14 años y ella que toda la vida. Luego les pregunté si no dejaban pendiente algún romance y ella dijo que no había tenido novio alguno, que ignoraba las cosas del amor y que Oswaldo era todo para ella. Él habló de su carrera de médico y de su riqueza económica. Ella de su sueño de ser profesionista, el único sueño valioso de su vida, porque con eso dio satisfacción a su familia. Dijo que para eso vivía, para sus padres, lo más importante de su existencia. Luego le pregunté, ¿y a Dios donde lo colocas en tu vida?. Ella se quedó pensativa y después de meditarlo contestó que él era lo primordial, la esencia, la fragancia de su vida y ahora estaba junto a su familia y que todos ellos eran igual de importantes. Le dije que hacía poco tiempo de lo mucho que llevo de conocerla, opinaba diferente. Lo negó y dijo que la estaba confundiendo con su hermana. Le seguí la corriente y le dije que seguro la estaba confundiendo. Esa es la historia de la entrevista, Vel. Ahora tú sabes si continúas la búsqueda de tu amor. Por cierto, hoy más tarde tengo una cita con los padres de ambos contrayentes, por si te interesa. −Don Ángel, ¿podemos sentarnos un rato a platicar? No le voy a quitar mucho tiempo.

El padre aceptó y fueron a sentarse en los escalones que conducen a la capilla. −Ahora que todos saben lo que yo ignoraba, mucha gente me detiene para charlar conmigo. Uno de ellos fue el Ringo, usted lo conoce porque fue oratoriano, un compañero médico que hace mucho emigró al norte del país. Supo de esta comedia y como soy la víctima me platicó su historia. Hace muchos años yo también tuve una novia como la tuya, con esa imagen de santa. Duramos cinco años de novios, pura dicha y felicidad. En una separación que tuvimos 96

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durante unos meses, ella se fue a trabajar a México y yo al servicio social.

Me di cuenta de su infidelidad, me engañó con dos de mis mejores amigos, pero pudieron haber sido más. No lo podía creer, hablé con mis cuates y reconocieron su falta de lealtad. Me sentí devastado y esa misma noche tuve relaciones con una prostituta como venganza. Cuando regresó hablé con ella y le dije las confesiones de mis amigos. Negó todo y me convenció que sólo eran patrañas para separarnos. Le creí y en la efervescencia de la reconciliación tuvimos relaciones sexuales y se embarazó. Desde ese momento cambió mi vida. Conocí a la novia que tenía escondidos sus corajes, resentimientos y odios. Empezó a humillarme y a lastimarme verbalmente. No se conformó conmigo y empezó a insultar a mi familia. No nos bajaba de mediocres y de pobres diablos. Yo me callaba para aparentar una felicidad que no existía.

En sus momentos de lucidez era amable, simpática, locuaz y sabía esconder su maldad con los demás. Conquistó transitoriamente a mis padres, quienes me exigieron casarme con ella.. Yo me resistí hasta el último momento, pues no quería unirme a un ser malévolo. Sin embargo, la presión de mis padres y la conciencia intranquila me condujeron a tomar la decisión de llevar una vida intranquila, sin paz. Durante el matrimonio, había ofensas verbales, reproches, lamentaciones y humillaciones. Con tal de llevar la vida en paz, me volví tolerante, paciente y sin dar motivos para más batallas. Vivía adormilado por las guardias de la residencia y al llegar a la casa iniciaba una lucha doméstica, primero verbal al inicio y después creció hasta la violencia física. La inconformidad la llevaba a flor de piel, pero para disimular ante la gente platicaba que tenía un hogar feliz. Los primeros años de noviazgo fueron por parte mía entrega total, romance, verdad, lealtad y fidelidad. Te juro que nunca la engañé. Había compañeras que me tendían trampas para caer en la seducción pero nunca le falté al respeto. Te lo juro, Vel, para mí era el paraíso, el edén. Tristemente, para ella era una alternativa de la vida, una expectativa a lo mejor transitoria no definitiva. Después ya no le quedó otro destino. Antes de casarme, durante el tiempo de separación, ante las confesiones de mis amigos, me enamoré de una mujer maravillosa. Lo que tiene tu novia, cariñosa, amable, educada, empática, simpática, sencilla, risueña, sociable, cultivada en amor y excepcional en el romance. Cuando me vi presionado por la familia para contraer matrimonio, tuve que decirle la verdad.

No la podía engañar. No a ella. Esa confesión la hizo tomar una reacción 97

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impulsiva que por poco le cuesta la vida. Perdí el amor de mi vida, estaba seguro que yo era lo más importante para ella. Pienso que debí haberme casado con ella, aunque él hubiera no existe, el contexto fue pasado. Se nos va la vida, mi Vel, por tomar decisiones equivocadas. La familia es tu punto de apoyo, pero no la ley. El concepto de amor saludable tú lo codificas en tu mente y también en tu corazón, porque un latido suave, rítmico y armónico es sinónimo de tranquilidad y paz interior.

Es lo que uno desea, estar enamorado por siempre, así no habrá deslealtad en las circunstancias adversas, factor que termina muchas veces con las buenas intenciones y el romance. Por eso estoy enterado de tu problema. No dobles las manos como cordero y lucha como león por tu felicidad. Me casé por las tres leyes, por lo civil, la iglesia y por la ley de Herodes. Mi matrimonio duró siete años y tuvimos dos hijos que siguen siendo importantes en mi vida. En la intimidad doméstica, me puse la camiseta de Don Bosco, para que el maestro se diera cuenta que sus enseñanzas no eran fugaces. Traté de ser un esposo excepcional, un padre entregado a la familia. Así lo hice, pues no me costaba trabajo. Ya lo había vivido en el noviazgo. Cuando mejor estábamos empecé a descubrir infidelidad por parte de ella, motivo por el cual, en venganza contesté con la misma moneda, sin saber que el que se estaba haciendo daño era yo y de paso a mis hijos. La infidelidad en el amor se paga con infidelidad, una premisa sin argumentos evidentes, que en la vida diaria muy frecuentemente se presenta. La inmadurez de la corteza cerebral nos conduce al ojo por ojo, por eso me inscribí en la escuela de los cínicos, aunque no en la fundada por Antístenes, quien desechaba todas las comodidades de la vida, la riqueza, el poder y la corrupción para favorecer el cultivo de las virtudes.

Me matriculé en la carrera del placer mundano que te forma como miembro mentiroso, descarado, deshonesto, envidioso, lujurioso, ególatra, soberbio, altanero, presumido y antagonista de lo saludable. Me tocó conocer a muchas mujeres jóvenes, buenas personas, que confiadas entregaban sus sentimientos nobles a un hombre sin escrúpulos, fugaz en sus vidas. Vivía entregado al placer carnal, al vino y al confort, no entregaba sinceridad a nadie. En la soledad reaccionaba y me daba cuenta de mi comportamiento poco saludable para mi condición física, mental, social y espiritual. Me convertí en un lobo volcánico, lleno de instintos, vacío de razonamiento. Antes de quedarme hueco del espíritu, hablé con ella y platicamos sobre la separación. Era una de98

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cisión saludable no hacernos más daño, reconociendo que yo era el más enfermo. Ella estuvo de acuerdo siempre y cuando yo cumpliera con mis obligaciones de un padre de familia comprometido. Repasando, mi Vel, sin afán de molestar a nadie, en los antecedentes de la familia había infidelidades pero nadie hablaba de ellas. Por ejemplo, mi bisabuelo paterno tuvo tres matrimonios y mi abuelo paterno dos. Mi abuelo materno fue un ejemplo de caballerosidad, un hombre de Dios que se casó con mi abuelita después de sus estudios. Era médico y tuvo una vida honesta, con verdades y fidelidades. Es una lástima no haberlo conocido. El matrimonio de mis padres, representado por una santa madre y un padre machista, altanero y promotor del libertinaje sexual masculino. Lo escuché algunas ocasiones decir, tengan todas las viejas que quieran, yo pago los daños. Son importantes los antecedentes porque el medio te envuelve, las palabras mueven y el ejemplo conmueve. No es pretexto, mis padres me dieron escuela universitaria, pensando que con eso sería un hombre de éxito y una persona feliz, pero no me sirvió para ser hombre de Dios. Estudié una carrera de humanidades pero me ganaron las vanidades y menosprecié el trabajo de mi Padre divino. Hasta quise competir con su sabiduría y me convertí en un ser miserable, arrastrando miserias por los caminos. Cuanto terminé la especialidad, quería largarme al paraje más lejano de mi Puebla querida y así lo hice. Abandoné la ingrata compañía que minaba mi existencia, a sabiendas que dejaba la tierra donde nacieron y vivieron mis ancestros, donde había nacido, vivido mi infancia y juventud. Le dije adiós a la familia, al oratorio, a la universidad, a mis amigos del barrio y a los que me habían ayudado en la vida. Adiós, mis volcanes, mis ríos, adiós pueblo querido, hasta luego hermanables paisanos. Adiós a mi grupo primario de la vida, a ver dónde encuentro otro como tú, seguro que en ningún lado. Me fui lo más lejos que pude para intentar reconstruirme, pero cuando estás lejos de Dios no hay restauración y vives en un mundo de instintos, de bohemia, de carnalidad, de mentiras y de tristeza perenne. A mis 40 años, ya llevo 5 matrimonios, 15 hijos, y ando siempre buscando lo que nunca encontraré, porque la infidelidad permanente desarraiga y no encuentra lugar en un corazón que te quiera, que te aprisione. No existen los brazos de una mujer que te consuele, que te mime y que te acaricie porque 99

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tus sentimientos divergentes no encuentran el camino de la lealtad. Yo tengo un corazón nómada que requiere paz y tranquilidad para alcanzar la lealtad. Hasta ahora estoy en busca del camino. Es muy triste convivir con una pareja que no se empareja. Que es afectiva con otros miembros de la familia pero que ha extraviado el rol de esposa. Sirve a los hijos como una aliada fiel, a los nietos los adora, los mima, los besa, los acurruca, los lisonjea y es un torbellino de amor. Cuando te acercas con palabras amorosas, gestos tiernos, intenciones de besos, abrazos y caricias, te rebotan con desdén o hasta coraje por causa de quién sabe qué recuerdos del pasado. Te acostumbras lisonjero a dar amor y a cambio recibes desprecio. Esa es la recompensa que adquieres por ser poco confiable. Me lo gané con acciones que lastiman, humillan y dañan los corazones amorosos. No importa, señor de las lisonjas, Dios te ama y eres bien correspondido, con eso es suficiente. Estimado Vel, me estoy renovando, busco el camino de Dios y trato de vivir con amor y con respeto a los demás. Tengo algunos años en paz y me arrepiento de haber tomado decisiones poco saludables en mi juventud. He hecho mucho daño a seres humanos que no lo merecían. Por eso, alguna vez en la vida me vi igual que tú.

Piensa las cosas, medítalas. Lucha por tu felicidad, por tu amada, por las cosas que convengan más a tu vida. Todo el barrio te apoya. Le di las gracias al Ringo, un amigo que, a través de sus experiencias, despertó el deseo de no repetir lo desagradable. Aunque como decía Fernández de Lizardi en El Periquillo Sarniento, nadie escarmienta en cabeza ajena. −Ya me había platicado el Ringo de sus problemas, pero no vayas a seguir su ejemplo. Te lo platico Chencho para que me entiendas Juan −comentó el padre con una sonrisa de satisfacción. −Ya va a empezar con sus dichos −contestó Vel con una sonrisa−. Don Ángel, peores son los casos como el del Piolín, que a las dos semanas de casado golpeó a su esposa y lo mandaron a la cárcel. A los 30 días regresó a pedirle perdón y se lo dieron, pero para no volverlo a ver. Desde entonces agarró la borrachera y todavía es hora que no deja de libar. A veces me lo encuentro y me suelta un sermón de arrepentimiento. Al final me pide pres100

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tado dinero y le contestó con una sonrisa, le pides peras al olmo.

Uno de estudiante anda más bruja que la escaldufa. Ya vio que también tengo mis dichos. ¿Usted piensa que realmente me convenga luchar por ella? −Claro que sí, zopenco. Si no, nos quedamos sin novia los dos.

No te creas, sí estoy entristecido y pienso igual que tú. Está traumada por la presión familiar y hay que ayudarla a recuperar la lucidez. Dios puede todo pero necesita de tu ayuda. Yo te voy a orientar, pero tú eres el superhéroe de esta novela. Escoge, ¿el gordo o el flaco?

Los dos rieron escandalosamente, la euforia estaba presente. −Gracias, padre. Qué buen rato me ha hecho pasar. Confió en usted, écheme una manita. Si van a venir los novios yo vengo después de clase. Salgo a las seis de la tarde. −Vel, hazlo discretamente. Ya el Señor está enterado de nuestra plática. No hay secretos que esconder. Vete a comer, buen provecho.

En la casa, los hermanos de Vel lo observaban frecuentemente y se preguntaban si ya sabría lo de la infidelidad. La mamá y la tía estaban bastante preocupadas, sin embargo, lo veían contento con sus chistes y sus bromas a la hora de la comida. Sus hábitos de estudio no habían cambiado. −Pobre mijo. ¿Qué irá a pasar cuándo se entere que se le casa la novia de la vida?

Se le hicieron eternas las clases de oftalmología, psiquiatría y medicina legal. Le gusta atender para aprender, ya que no cuenta con los libros solicitados al inicio de curso. Él, como muchos compañeros, tomaba apuntes, luego iba a la biblioteca a consultar dudas y a estudiar. Sus compañeros iban a ir al zócalo, pero él les agradeció la invitación. Inició el recorrido a pie hacia 101

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el oratorio festivo salesiano. Tenía que hacer una visita y no sabía qué iba a pasar. Había que tener la mente alerta y optimista, debía ser precavido, no acometer y no impulsarse. Como comentaban en Kaliman, que se transmitía por la XEHR, serenidad y paciencia, Solín. −Aunque no me siento Solín. A mi lado traigo a mis fieles aliados Juanito y Domingo, amigos en los casos fáciles y difíciles de la vida.

Llegó al oratorio con seguridad y pleno de alegría. Iba con paso firme y seguro, ya eran las seis y media de la tarde. Al llegar a la puerta se acercó tímidamente y asomó la cabeza por el portón entreabierto para espiar a la concurrencia presente. Antes de alcanzar a divisar a los grupos de niños y jóvenes, alguien desde adentro lo tomó del cuello y no lo dejó sacar la cabeza. Vel pensó lo peor, y sorpresivamente se dio cuenta que era Dulce, su traviesa cuñada, quien lo atrapó entre sus brazos y le dio un beso en la mejilla. −Hola, mi pequeño tortolo. ¿Por qué no me has buscado? Ya sabes dónde vivo y no te he visto por ahí. −Ya ni la haces, Dulce. Pensé que era el Oswaldo que me iba a estrangular o a meterme un candado chino. En relación a donde vives, dame tu nueva dirección, dime en qué residencia o colonia viven, porque sólo una vez fui a la vecindad. Tus señoras amigas casi me comen a besos, dizque porque ya estaba solterito y estaban más puestas que cualquier chavalilla. −¿En serio te querían besar y abrazar? −Me querían no, me abrazaron, me besaron e hicieron una rueda para acosarme. Tuve que salir corriendo. −Cómo eres payaso −dijo Dulce sin dejar de abrazarlo−. Me voy a poner celosa porque ahora sí, con Paty casada eres para 102

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mí.

Ambos se rieron. −Ya en serio, dulce amada mía. Explícame lo que todo mundo sabe menos el ofendido. Dime cómo le voy a hacer para despertar a tu hermana de su sueño fantasmagórico o reprimido. −Eso, eso es exactamente lo que yo pensaba, pero no sabía cómo decirlo. Pero no te preocupes, porque tienes una cuñada muy inteligente. Me da gusto verte contento. Pensé que ibas a venir sin bañarte, con el pelo largo, bigote y barba hasta el pecho, más flaco de lo que estás, más feo y más horrible. Pero no, sigues como siempre, guapo, apuesto, atractivo, galán. Con ese uniforme de palomo te ves formidable. Vel, no sé qué pienses tú, pero yo creo que lo más decente es que ella te dé una explicación clara de este asunto que está más complicado que las clases de trigonometría. Lo más educado es que te explique el porqué de tanto abandono y del cambio de pareja. Hasta parece calabaceado. −¿Hay más implicados?

Cuando menos se lo esperaban entraron los padres del novio muy elegantes. Al ver que ella estaba abrazando al joven, saludaron a ambos con familiaridad. −¿Es tu novio, Dulce? −preguntó doña Nachita. −No, señora. Yo soy el prometido de Paty, tengo cuatro años de ser su novio pero ahora que sé que se va a casar vine a cerciorarme del acontecimiento. Como siempre, el último que lo sabe es el inocente. Pero no se preocupen señores, pasen a la reunión que los está esperando don Ángel −contestó haciéndose el gracioso.

La señora continuó su camino elegantemente con una sonrisa 103

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bien dibujada, pensando que se trataba de una broma del novio de Dulce. Los novios estaban con don Ángel. Vel lo apodaba el alzacuello más blanco y santo. −Ya me voy, amor de mi vida −comentó Dulce−. Mis padres me mandaron a recibir y acompañar a los futuros suegros. −Dulce, antes de que te vayas, cuando estén reunidos todos, diles que Vel manda a decir que si no le da una explicación sensata de su separación acudirá a la misa para evitar la unión. Diles que lo digo en serio, muy en serio, que me den fecha y hora antes de la boda. Tú me avisas por la tarde allá en la escuela o donde se te haga más fácil. −Tus deseos serán cumplidos por la estrella matutina que tanto te ama. Hasta siempre, amado mío −dijo Dulce regresando hasta él y riéndose a carcajadas. continúan con el festival de carcajadas.

Vel se fue, pues no creía soportar ver a su amada de la mano de otro caballero. Emprendió la huida y se dirigió a su casa. El día siguiente sería uno de muchas clases, clínica quirúrgica, clínica médica, cirugía, gineco obstetricia, enfermedades infecciosas, parasitarias y más. Además, se iba porque había metido la pata.

El padre le había dicho que fuera disimulado, no impulsivo, pero hizo todo lo contrario. Se metió a su casa, se cotorreó a sus hermanas menores, les contó un chiste. Luego subió a su recámara y más tarde bajó a cenar.

Cuando más entretenido estaba con el estudio, como a las ocho de la noche, su mamá le dijo que le hablaba un señor del oratorio. −Me mandó el padre don Ángel, como tú le dices. Me pidió que fueras porque le duele la cabeza. −Sí, señor. Déjeme subir por mi maletín. Mamá, ahí vengo.

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Voy con don Ángel.

Ya, camino a la capilla, don Oswaldo tomó la palabra. −Muchacho, ya en serio, ¿tú eres o fuiste novio de?

El joven asintió con la cabeza. −Discúlpeme, señor, pero no estoy acostumbrado a mentir.

Don Ángel dice que es el peor pecado, aunque yo pienso que es la envidia. No es falta de discreción ni mucho menos. Yo soy novio de Paty desde el primer año de la escuela de Medicina y creo que lo sigo siendo porque ella no me ha cortado ni nada por el estilo. Desde hace casi tres meses, los padres de ella me tendieron una trampa, un plazo de tres semanas para que la dejara cuidar a su tía. Cuando venciera el plazo pasaría a su casa como el prometido oficial. Oficialmente a las tres semanas del tratado, me encontré con la novedad de que ya no vivían allí, que habían cambiado de vecindad a residencia y hasta la fecha no sé dónde viven. Aunque si se quiere enterar que es mi novia, pregúntele a las familias del barrio. Váyase toda la 13 poniente desde la 11 sur hasta la 16 de septiembre y le podrán informar al respecto.

Con todo respeto, y sin el deseo de ofender o lastimar, ella es el amor de mi vida. Nos queremos como se aman la luna y el sol, el cielo y las estrellas, el río y el mar. Sin embargo, todo se ha complicado con esa promesa familiar de matrimonio infantil o juvenil o lo que sea. Además, la dote que recibió la familia es el premio gordo de la lotería. Ella tiene que sacrificarse para que sus padres estén bien. La garantía es ella y el premio para el doctor Oswaldo es la mujer que amo. Ustedes no tienen la culpa de mi desventura, nunca les he deseado mal alguno y no ha habido ofensa de parte mía. Soy amigo de Domingo Savio, quien es santo patrono del coro de los jóvenes y de las mujeres embarazadas. Le expreso en nombre de mis amigos que no hay falsedad en mis palabras. Sólo quisiera, si es posible, hablar con ella antes de que se case con su hijo. Si me rechaza, le juro nunca 105

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más acercarme a ella o molestarle o interferir en su vida. Sólo denme la oportunidad, a solas o delante de todos ustedes. −Fíjate en lo que dices. Me caes bien, no debe ser así porque con tu comentario ofendes a Paty, que es mi familia. Ella nunca ha tenido novio, así me lo hicieron saber sus padres y ella misma lo confirmó. Sin embargo, me has hablado con el corazón, como hablan los enamorados. Solamente alguien que ama habla como tú, defendiendo lo que cree pertenecerle, el amor de su novia. Saliendo de la reunión, voy a hablar con toda la familia de nuestro casual encuentro y le voy a pedir a ella que delante de nosotros declare su amistad contigo o qué lazo los une. Así saldremos de dudas y la vida continuará con su ritmo cotidiano.

Dime dónde crees conveniente que se realice la reunión. −No se preocupe, señor. Usted dele a Dulce el mensaje y ella me lo hará saber. Antes de despedirme de usted, déjeme reconocer su educación en el trato hacia un joven, hasta cierto punto impertinente. La atención, comprensión y humildad lo hacen un caballero. Ha sido un placer tratar con usted.

Se fue el joven a su casa y don Oswaldo se reincorporó a la entrevista grupal con don Ángel. Dicen algunos filósofos que las acciones en la vida en donde domina la razón son obra magistral y las palabras con entendimiento son regalo de Dios.

Los días de espera fueron inmensos, pues no aparecía Dulcinea. Vel estaba desesperado. Cada día estaba más cerca el día de la boda. −Sólo me queda el sábado. Esperaré hasta el último momento.

Confió en la palabra de don Oswaldo.

En su ruta interior, el joven estudiante jugueteaba con los abalorios de Peter Camenzind. Bajo la rueda de Narciso y Golmundo. Quería convertirse en lobo estepario o en cucaracha de 106

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Franz Kafka, ser navidad en las montañas de Ignacio Manuel Altamirano o convertirse en un bandido de Río Frío de Manuelito Payno. Soñaba perderse en el laberinto de la soledad de Octavio Paz, ser el héroe malayo, cabeza de piedra, de Emilio Salgari, creer en Dios de Gustavo Adolfo Becker, ser el hacha de oro o el fantasma de la ópera de Leroux. Cuánta tierra necesita el hombre de León Tolstoi, Oliver Twist de Charles Dickens, el huésped siniestro de Hoffman o el collar de Maupassant. La vida lo tenía clasificado como era un lector consumado, le encantaba jugar con los personajes del material de lectura, le ayudaba para los momentos críticos de la vida.

Le fascinaba la vida de San Juan Bosco, porque lo transportaba a Piamonte, donde lo imaginaba en su tarea diaria, caminando incansablemente por rutas diversas, solicitando ayuda solidaria de los vecinos para contar con un pedazo de tierra donde construir el oratorio. Allí estarían los talleres para sus protegidos, zapateros, carpinteros, pintores de brocha gorda, limpiadores de chimeneas, constructores y obreros en busca de un trabajo digno y bien remunerado que les permitiera una vida mejor y por qué no, asistir a la escuela.

Ese era el objetivo del cura, atender a los jóvenes necesitados, por los que nadie se preocupaba y eran explotados por sus patrones. Fue un luchador social incansable auxiliado por su madre Margarita, Miguel Rúa y otros discípulos. La obra de Juanito es universal como sacerdote, educador, líder social y escritor.

Su obra ha trascendido a través de los tiempos, y aquí tenemos en Puebla a un discípulo del maestro, al alzacuello más blanco y más santo, don Ángel, amigo del necesitado.

Cómo estarás contento, Juanito, viendo desde el cielo a tu discípulo torino-poblano, don Ángel, tejiendo una labor de excelencia. Él no tiene talleres para los necesitados. Su obra es fabricar jóvenes inteligentes, deportistas, seguros, valientes, críticos y amantes de Dios y la Virgen María. Juanito, tu obra ha sido 107

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extensa y ha llegado hasta nosotros en el siglo XX. Aquí en el oratorio se han forjado ciudadanos ejemplares e infinidad de obreros de fábricas textiles. Estas instituciones laborales se convirtieron en productoras de algodón o lana y funcionaron la mayor parte del siglo XX. Dentro de ellas se cuentan la Constancia Mexicana, Mayorazgo, La Esperanza, La Vega, Patriotismo, Covadonga, La Poblana, y muchas más que fueron orgullo de la ciudad, sobre todo antes de los setenta y ochenta. Con la competencia disminuyó la fabricación y cerraron muchas de ellas.

En esas dependencias trabajan muchos oratorianos que son trabajadores honestos, responsables, asiduos, puntuales y creativos.

Algunos no tanto, pero son buenos padres de familia.

En este oratorio todos los días desfilan muchas familias vecinas o lejanas al centro salesiano. Asisten los padres, los hijos y hasta los nietos. Te puedo platicar que conozco personas que tienen tienda de abarrotes como La Brisa, en la 15 poniente y 5 sur, o La Porfiriana, en contra esquina. También conozco la miscelánea del beisbolista panameño Cuco Toledo, que está enfrente del oratorio, en la esquina de la 17 poniente y 5 sur. La Sandunga Panadería está en la 2 sur y 15 poniente, los Mofles Yáñez sobre la 5 sur, la tortillería de los hermanos Rivera está sobre la 5 sur, entre la 15 y 13 poniente, la tortillería de los hermanos Limas, la panadería la Florecita, sobre la 3 sur entre la 13 y 15 poniente, la verdulería de Beto Olvera está en la esquina 3 sur y 15 poniente, la venta de atole de maíz y champurrado en la vecindad del Chino Bermúdez, la imprenta del joven apodado Rebelde, sobre la 17 poniente entre la 16 de septiembre y 3 sur, el restaurante del Papá Maraca que vende mole de panza, sobre la 13 poniente y 16 de septiembre. Todos ellos fueron oratorianos, al igual que carpinteros como don Luis Figueroa, Enrique Villa, peluqueros, zapateros, sastres, trabajadores de lavado de automóviles, gasolineros o empleados de papelería como el insigne don Pedrito Ramírez; empleados de banco como el gerente Carlitos García Paredes el Siete pisos o Roberto Rojas el Cuñado, Arman108

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do Ramírez el Cachorro. Hubo vendedores de seguros de vida como don Florencio Lozano, vendedores de Lotería nacional, trabajadores de estacionamiento, trabajadores de taller mecánico, técnicos en refrigeración como Manuel Lemus, trabajadores de armadoras de camiones como Tirso Flores, torneros, gasolineros, herreros, albañiles, pintores, músicos y luchadores profesionales como el Picazo que trabaja en los baños La Estrella o Raymundo Castillo, quien trabaja también con los Brujos del Ritmo. Hubo boxeadores como Gustavo Sosa y Bernardito Pérez, amigos de los niños y los jóvenes, pura alegría con este par de pugilistas; futbolistas profesionales como Carlos Mascota Sánchez, Carlos Calucas Ríos, la Burrita Araoz, Marianito Fernández, Gerardo Lupercio, Cachano Muñoz, Octavio Muciño, Gaspar Domínguez o Luis Enrique Fernández. También hubo vendedores ambulantes de jícamas, perones, manzanas, con limón y chile en polvo; vendedores de churros, paletas de hielo, nieves, merengues, duquesas y muéganos; vendedores de joyas de fantasía o bisutería y muchos más que desempeñan artes y oficios.

Tus hijos, Juanito, son estudiantes de las diferentes escuelas de la ciudad. Vienen los de la Tamariz Oropeza, la Gabino Barreda, Héroes de Chapultepec, Francisco I. Madero, Instituto Iberia y Colegio Benavente, que son las más cercanas. De las lejanas, vienen de la Juan N. Méndez, de la Venustiano Carranza, de la Enrique Rebsamen, del Centro Escolar Niños Héroes de Chapultepec, de la escuela Normal y de academias comerciales como la Guadalupe Victoria, Academia Comercial Inglesa y de gran parte de las instituciones poblanas.

Es importante que sepas que en esta institución se han forjado hombres profesionales y profesionistas que trabajan para el bien común de la sociedad, médicos en ciernes como yo y algunos compañeros de la escuela mayores de edad como Emilio Estévez, Juanito López Herrera y Arturo Montero. Muchos 109

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maestros médicos generales o especialistas han formado parte del oratorio. Estudiantes y maestros de Derecho como el Beto Zenteno, ingenieros químicos como Jorge el Cocol Gutiérrez, la Bruja Morales, el Rabanito, el Superman, el Tin Rodríguez, el Algarra. Hay también estudiantes y profesionistas ingenieros civiles como Ray Brito, arquitectos como el Calucas Ríos, contadores como Ramón Zenteno y muchos profesionistas más que se formaron en esta escuela salesiana, con la cual contribuyen de alguna forma a su mantenimiento, ya sea un aporte económico o su presencia.

También existen empresarios salesianos. Por nombrarte uno, la papelería de los hermanos Trujillo, Alfonso, José y Alejandro.

Una familia poblana entusiasta, cooperadora, educada, caballeros del deporte y líderes del futbol. Ya ves, Juanito, en pocos renglones, te expreso la extensión de tu obra oratoriana y cuánta gente está participando en las actividades salesianas. Agrégale todas las generaciones que han pasado por esta institución más las que están por venir. Apenas estamos en 1972.

El viernes, dos días antes de la boda, a las seis de la tarde, se bajó lentamente de un auto con la mirada triste y se dirigió al lugar de estudio de Vel, el Hospital General. Caminaba sobre los corredores, la inspiración para el aprendizaje aparece entre prados, fresnos, álamos y eucaliptos. Allí estaba el estudiante solitario, casi en fin de semana. Ya nadie se preocupaba por estudiar, sábado y domingo se consideraban días de descanso. Los preludios venusinos son para la diversión, para disfrutar el fin de semana. Vel estaba sentado en la banca que antecede al pabellón pediátrico, donde pasó muchas tardes con Paty. Entonces su rostro se alegró cuando vio venir a Dulce, su última esperanza. Un sujeto masculino maduro la seguía de cerca, no era lo que ellos esperaban. Habló hasta que llegó hasta él. −Amor de mi vida −musitó, para luego alzar la voz −. Vel, de parte de la familia de Oswaldo, mi cuñado, y de mis padres, te 110

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vengo a decir que hoy a las nueve de la noche te esperan en el teatro del oratorio para aclarar con mi hermana las impertinencias que has estado diciendo acerca de ustedes. −Te amamos −volvió a musitar.

Alcanzó a distinguir que el sujeto tenía las características del doctor Oswaldo, y contestó con aplomo y una sonrisa. −Gracias, señorita Dulcinea. Ha sido para mí un placer recibir de sus órganos sonoros tan bello mensaje. Allí estaré. Por favor recuérdeles que no voy solo pues me acompañarán mi padre y mis amigos Juan y Domingo.

Rio discretamente mientras ella se alejaba con el corazón contento, diciendo entre labios, nada te turbe, nada te espante. Si no eres león, serás elefante. El poema de Santa Teresa lo habían distorsionado los enamorados.

Allí estuvo Vel hasta pasadas las ocho de la noche,estudiando la clase de historia y filosofía de la medicina. Estudió cómo se crearon los liceos, instituciones de enseñanza en la antigua Grecia, fundados por Aristóteles en Atenas. La famosa escuela peripatética para el aprendizaje, en donde el maestro va caminando leyendo en voz alta conceptos establecidos para que sus alumnos aprendan a través del oído, directo al lóbulo temporal de la memoria o del lóbulo parietal de la comprensión. Los liceos eran centros o espacios físicos dedicados al ejercicio físico, al estudio, la discusión filosófica y la reflexión, precisamente lo que Vel necesitaba para recuperar a su amada.

Pasadas las ocho de la noche, emprendió el camino hacia el oratorio. Iba tranquilo porque no había nada que reclamar.

No había necesidad de estudiar, actuar ni fingir. El objetivo era expresar a la novia sus sinceros sentimientos, lo mucho que la amaba y enfatizar en los cuatro años de noviazgo, que fueron 111

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deliciosos como saborear una trufa negra del bosque parisino o una trufa de chocolate de sabor exquisito. La tercera petición sería que despertara de ese sueño fantasmagórico que la tenía hechizada, que buscaría la pócima infalible para curarle alma y corazón.

Espero pacientemente en la esquina de la 5 sur y 17 poniente, en la tienda de Cuco Toledo, beisbolista panameño y jonronero del equipo Pericos de Puebla. Por ese rumbo vivían sus compañeros del rey del deporte, el Zacatillo Guerrero, Arturo Cacheux, Dan Banked, Chanquilon Diaz, Miguel Sotelo y Rudy Sandoval.

Un año antes, durante el cuarto año de la carrera, Vel y su amigo Ignacio, fueron enviados por su profesor de higiene, doctor Arturo Toro, como auxiliares médicos para atender a los peloteros profesionales de la liga mexicana del equipo Ángeles de Puebla. La misión consistía en atender a los peloteros en caso de algún accidente durante el partido. Desconocían los lineamientos para el caso de accidentes graves. El profesor les dio una plática didáctica, para el tratamiento urgente de lesiones leves a moderadas, como contusiones, esguinces, heridas o fracturas.

Llevaban lo necesario en dos maletines.

El maestro les proporcionó guantes, vendas de yeso, vendas elásticas, guata, jeringas, medicamentos analgésicos para uso intravenoso, equipo de venoclisis, solución fisiológica, gasas, alcohol, agua oxigenada, cloruro de etilo en spray y la bendición de Dios, porque sus conocimientos de traumatología eran muy limitados. Al fin, eran estudiantes. Ya comprometidos, había que cumplir el requisito, y estaban más puestos que un spike.

En las gradas estaba Paty, aplaudiendo a sus consentidos incipientes médicos. Les aventaba besos a ambos por la osadía y el atrevimiento. Los hacía sentir héroes y así se sentían ellos, sin saber que el papel que representaban era el de tontos con 112

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iniciativa, reconociendo que, en la ciencia, si no estás capacitado es muy común hacer tonterías. Afortunadamente sólo se presentó como caso fortuito un pelotazo en la muñeca derecha para Emérito López. Lo trajeron a la caseta, y después de una revisión minuciosa le aplicaron cloruro de etilo, un vendaje en ocho y todo salió a la perfección. El jugador continuó jugando, ellos quedaron satisfechos y su fan en las gradas lisonjeándolos.

Fue una experiencia que duró cuatro días, una serie completa contra los Diablos Rojos de México. Les sirvió para hacer amistad con grandes peloteros de la época como Pablo Gutiérrez Delfín, Arnulfo Adame, Lalo Rivera, Alonso Rivera, Emérito López, José Calero, Miguel Sotelo, Jiqui Moreno y muchos más amigos transitorios de la vida.

Faltando cinco minutos para las nueve, inició su camino hacia el teatro oratoriano. Llevaba a los lados a sus inseparables de toda la vida, Jesús al frente, Juanito y Domingo en los laterales.

El oratorio estaba vacío y aunque estaban encendidas las luces del salón de juego de los maestros, no había ninguno. Don Ángel les había concedido permiso a los amigos de Vel, los jugadores de reservas especiales amigos de la infancia. También estaban las chicas del coro, todos apoyando al buenazo de su amigo. Se les hacía una injusticia el abandono tramposo del que era víctima. Ella era la mala del cuento y su familia los buitres.

Cuando llegó a la antesala del teatro lo estaba esperando don Ángel con los ojos más pequeños de lo normal y una sonrisa apagada. Lo abrazó fuertemente y lo introdujo al escenario. Había como 30 personas en el recinto, muchos familiares de los novios en señal de apoyo a Paty. Esto desconcertó al joven de uniforme blanco, pero no se intimidó. Caminó hacia el frente, miró hacia la parte superior del telón y sólo había dibujadas caras tristes y caras con dolor. No había expresiones faciales de risa o de alegría, ni siquiera una sonrisa. El panorama era desesperante, pero cuando más melancólico estaba, sintió una patada 113

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en las pompis. Seguramente Domingo, quien lo animaba. −Recuerda, Vel, no hay tristeza más grande que perder a Dios.

Si pierdes una persona Él te mostrará la luz para seguir el camino. Nada se extravía sin su voluntad, confía en Él.

Qué hermosa doncella estaba enfrente, ahora con vestimenta diferente. Se notaba el lujo, los cambios en el cabello, el maquillaje resaltaba la belleza, el perfume llegaba a los cinco metros de distancia que los separaba. Era un aroma silvestre, de lavanda.

La esbeltez del cuerpo perfectamente dibujada, las zapatillas de una princesa poblana. Vel recordó los momentos en que juntos festejaron su graduación, el examen profesional y su graduación de especialista quirúrgica. Qué gratos momentos.

Como si fuera una sesión plenaria, habló el presidente del colegio familiar. Su edad le daba la jerarquía, su sabiduría la dirección y el protocolo conveniente para la comunicación grupal. Se trataba del simpático anciano don Oswaldo. −Reverendo don Ángel, es importante su presencia para dar testimonio de la declaración de mi futura nuera, Patricia. Estimada familia, la propia, la de mis compadres, es un asunto un poco delicado el que vamos a tratar, es una aclaración para que exprese sinceramente su relación sentimental con el joven Vel, estudiante de medicina, amigo de infancia, juventud, vecino, compañero del oratoriano y supuesto novio de ella. Simple y sencillamente, él me pidió de una forma gentil que ella puntualice el porqué de su boda repentina y el porqué del abandono a su persona. Se siente desolado y exige a su amiga una explicación. Por este motivo estamos aquí, para escuchar a la doncella delicada que pronto va a ser mi nuera. Estamos a tiempo para disipar dudas para que el futuro matrimonio crezca limpio. Le cedo la palabra a Paty.

Las dos familias se pusieron de pie y aclamaron a la futura es114

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posa con un fuerte aplauso. Allí estaba su hermana Dulce y todo el abolengo familiar. −Estimado Vel, mi mejor amigo de la juventud, compañero de barrio, vecinos escolares de la escuela de medicina y enfermería.

Me da gusto que te preocupes por mí. Es lógico, nuestra amistad ha sido muy estrecha. Pero es sólo eso, amistad. Han sido momentos inolvidables de compañía, has sido para mí un fuerte apoyo en los momentos difíciles y también yo lo he sido para ti.

En verdad me da pena que digas que soy tu novia. No soy tuya y no he sido tu novia nunca, sólo amigos −la sala escuchaba en silencio−. Tú me has dicho que la mente piensa lo que quiere y percibe lo que se le da la gana- En tu mundo fantástico has elaborado una novela de amor conmigo como pareja, pero eso no es cierto, Vel. Soy tu amiga y siempre lo seré. Discúlpame si te ofendo o te lastimo, yo sólo quiero despejar la incertidumbre que has creado en esta magnífica familia a la que quiero y respeto. Necesito que me crean digna de Oswaldo con el que pronto uniré mi vida. Es todo, Vel, una declaración real y verdadera.

Gracias.

Durante la declaración, desde su asiento Dulce repetía con los labios falsa, hipócrita, traicionera, discípula de Judas. Al terminar la perorata, nuevamente hubo un fuerte aplauso de toda la concurrencia. Todos corrieron a abrazarla y a felicitarla. Había sido una declaración clara y precisa, directa a la mente y el corazón de Vel. El maestro de la ceremonia y director artístico, don Oswaldo, tomó nuevamente la palabra. −Querida familia, reverendo don Ángel, creo que se le ha dado respuesta al joven Vel. Era su petición y se le concedió el favor, damos por terminada la aclaración.

Antes que se disipara la reunión Vel tomó la palabra, y con voz enérgica interrumpió la batahola. Todos guardaron silencio.

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−Agradezco la aclaración de Paty. Amiga de la vida, una disculpa para ti y tu honorable familia. En verdad me siento contento con tu discurso y con tus emociones que defienden tu dignidad. Quieres quedar limpia ante tu futuro esposo y te doy la razón. Sabes una cosa, el apego se vuelve tan cotidiano y frecuente que nos sentimos desamparados. Eso es lo que me pasa a mí, voy a extrañar a mi mejor amiga, la de los secretos, misterios y aventuras juveniles. Podría decirte muchas cosas, pero de todo corazón te pido me disculpes por elevar a calidad de romance nuestra amistad. Tú sabes que me gusta leer muchas novelas, por tal motivo te devuelvo mi sueño fantástico.

Destrúyelo, te aseguro que no regresará a mí porque te ofendería a ti y a tu esposo. Y usted, doctor Oswaldo, disculpe a este corazón fraterno. Le ofrezco mi amistad sincera. Cuide a Paty, es un tesoro como persona, un diamante de los más bellos que hay en el mundo. Para terminar, a ambas familias les deseo la mejor sensación de bienestar y dicha −guardó silencio por un momento antes de concluir −. Patricia, te amo, te amo. Te amo, mi mejor amiga.

Solamente hubo un aplauso entre la multitud, y era Dulce, que impetuosa fue hacia él y lo abrazó efusivamente. Los padres de la muchacha la retiraron para llevársela al festejo prenupcial, pero alcanzó a musitar durante el abrazo, te ama, yo la escuché estudiar ese mensaje como unas cien veces.

Al último se quedó con don Ángel y emprendieron la salida juntos. El reverendo lo llevaba tomando su hombro, y antes de pedirle la bendición, le dijo unas palabras. −Te portaste como un hombre, como un oratoriano a toda ley. Sólo recuerda que Dios no te ha abandonado, está contigo.

Estoy conmovido de ver hasta dónde llega la humanidad con esta serie de patrañas, de embustes, de una obra de teatro mal representada por una serie de personajes inicuos. Recuerda, Vel, Dios está contigo.

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En la ventana del salón de juegos todos estaban atentos para ver el comportamiento de Vel, quien iba con marcha rápida y de pronto se detuvo, miró hacia el suelo, empuñó las manos y las dirigió hacia abajo. Así se estuvo un minuto, antes de retomar el camino. Los amigos, con las caras tristes, se miraron unos a otros. Esos movimientos eran signo de derrota y de frustración.

Algunos jóvenes enojados comentaron que no irían a misa el domingo o si iban no entrarían al sainete. −El coro está en huelga a partir de este momento −comentó una de ellas.

Vel llegó a su casa y ya lo estaban esperando sus preocupados padres y toda la familia con la esperanza de verlo contento. Él creyó que nadie sabía nada, abrió la puerta con dificultad y se dio cuenta que sus padres estaban sentados en la mesa del comedor platicando animadamente. Cuando llegó se dirigieron hacia él sin arroparlo. −¿Qué pasó, hijo? −preguntó su madre afligida. −Todo bien, madre −contestó con una sonrisa y la abrazó tiernamente. −¿Qué pasó padre? ¿No fuiste a dar la vuelta? −preguntó y le dio una palmada. −Hoy no, hijo. Me quedé platicando con tus hermanos y tu madre. ¿Cómo has estado? −Bien, padre. Está un poco pesado el estudio, llevamos diez materias este año. Están difíciles pero no imposibles. Hay que estudiar más, pero como dice Nachito, si ya pasamos cuarto año, quinto nos hace los mandados. Vamos bien.

Continuó con la plática y los padres lo veían contento y animoso. Cenó un sándwich de jamón y una concha con un vaso 117

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de leche. Cuando terminó, todos subieron a sus respectivas recámaras. Ya están en la planta superior, le dio un beso en la mejilla a su madre. A su padre lo besó en la frente. Nunca antes había besado a su padre.

Cuando entró a su recámara se encontró con Siete Pisos, su hermano mayor, sentado sobre la cama. Le decían así por su estatura de 1.88 metros. Vel estaba más chaparrito, medía 1.78 metros. Estaba leyendo el libro El Retorno de los Brujos. −¿Qué tal está el libro? −preguntó Vel. −Debías leerlo, habla sobre las malas mujeres que abandonan a sus novios repentinamente −contestó con ironía.

Cuando Vel vio por dónde iba el buscapié, cambia de tema. −Oye, carnalito, ¿vas a ir el domingo a la final en el campo de la prepa Benito Juárez? Jugamos contra la universidad. −No me cambies el tema. ¿Qué pasó con Paty? −Es un tema difícil, carnal. Fui agente de cambio. Yo, que soy un Alfa Romeo, BMW, Jaguar, Citroën, Ferrari y Porsche de colores vistosos, ágil, veloz, aventurero e intrépido. Me cambiaron por un modelo clásico, más grande, confortable, amplio y color serio que transita pesado y lento. Fíjate qué cambio tan inesperado pero así fue, carnalito, cambiaron la fibra de vidrio por el acero, la insipiencia por experiencia, al estudiante por un especialista. Así es la vida de sorpresiva. −Lo dices así, tan quitado de la pena. Yo que tú ya se la hubiera partido en siete y lo arrastraría de la cabeza por todo el oratorio. Ya lo hubiera cocido a patadas −dijo Siete Pisos poniéndose de pie y molesto. −Yo no soy tú. No conoces la situación y no te la voy a contar, así es de que no te enojes −respondió Vel sonriendo−. Sólo te 118

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voy a decir una cosa. Me siento bien con mi actuación, nadie me ha hecho nada que me ofenda y amo a Paty. Así será siempre.

No la dejaré de amar, ella no me ha herido, ni ofendido, ni nada.

La amo con toda mi vida y corazón.

Poco a poco, sus palabras se fueron enlenteciendo hasta quedarse dormido, vestido con su uniforme blanco. El Siete ya no lo quiso despertar y lo dejó descansar. Sus neuronas necesitaban descansar con el sueño y reponerse de los sucesos adversos, desechar todas las substancias nocivas, los pensamientos tóxicos y los radicales libres para mantener la mente clara y diáfana.

Un día antes de la boda, se fue a practicar a un hospital privado con su amigo Nachito. Estuvieron en urgencias auxiliando a los médicos de turno, observando, aprendiendo y el teje y maneje de las situaciones apremiantes de la salud. Los que estando enfermos se descompensan, los que estando sanos tienen quebranto de la salud, los accidentados, las embarazadas, los niños enfermos, los que entran a quirófano o a terapia intensiva. Un universo de personas que necesitaban atención pronta y rápida.

Con Ignacio era garantía la salud mental pues se llevaban muy bien y estaban acompañados siempre del chiste, la ironía y la risa, sazón de la convivencia de estudiante. Nachito sabía del dolor que sentía su amigo en el alma y corazón. Estaba triste, mas un buen amigo es un analgésico natural que con su optimismo aligera, alivia y adormece el dolor. Exalta, exacerba y levanta el ánimo.

Hasta las diez de la noche recogieron a Nachito sus padres y le dieron un aventón a Vel hasta su casa. Lo estaba esperando la familia, y tenían como invitados a la abuelita Lucía y la tía Lupita porque estaban festejando el cumpleaños de la hermana pequeña Maricarmen. Con el dolor a cuestas se unió a la fiesta familiar. Estuvo contento y arropado por la tía Lupita, quien compartía su tristeza interna. Estuvieron sentados en un sillón 119

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de la sala y ahí lo estuvo abrazando y acariciando hasta que el sobrino predilecto se quedó dormido en sus brazos. Lupis lloraba a mares, sin que él se diera cuenta. −Duérmete, mi niño, duérmete ya. Que mi Dios te cuide y te dé la felicidad.

El tiempo no se detiene y va caminando de acuerdo al ritmo de cada persona. Unos lo llevan a ritmo de vals, danzón, melodía romántica, cumbia, mambo, cha cha chá, charleston o rock.

Llegó el día de la boda y había que enfrentarlo con paciencia, sabiduría y amor a Dios. Despertó temprano y toda la familia ya estaba en pie. Se dio cuenta que su lecho era rígido y que los músculos de su espalda estaban enojados de la mala posición y el dolor era su manera de protestar. Se subió a bañar, desayuno ligeramente y se vistió con su uniforme deportivo, que ya estaba bien planchadito por las manos amorosas de mamá. La camiseta verde con el escudo de Don Bosco en el pecho, short de color blanco, calcetas blancas y sus zapatos negros con tacos. En el interior de los zapatos colocó las vendas y las espinilleras. Se enfundó el pans blanco, también tenía uno verde, se puso sus tenis Converse All Star de color blanco y se colgó los zapatos con tacos al cuello. A las ocho y media salió de la casa rumbo al campo deportivo. El juego empezaba a las once de la mañana.

Los padres no le dijeron nada, pero ya tenían contratados guardaespaldas para el trayecto hasta el campo preparatoriano. Lo iban protegiendo Siete Pisos, el Pingüino, Flash, Linterna Verde, Aquaman, Batman, Robin y Superman.

Cuando salió del portón del edificio no volteo hacia el oratorio y se fue directo hacia la 3 sur. Dio vuelta hacia la 19 poniente y se fue hacia la 16 de septiembre con rumbo hacia la 21 poniente.

Descendió hacia la 2 sur, y allí estaban Josefina y su hermana Delia,que eran del coro y ya se estaban yendo a misa. Iban tarde, quién sabe qué les habrá pasado. Tomó rumbo hasta la 25 poniente y descendió siete calles hasta la 14 sur. Iba despacio, 120

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disfrutando de la amplia avenida y del ir y venir de los autos.

No había tantos negocios, más bien casas particulares. Enseguida dobló en la 14 sur y avanzó un kilómetro aproximadamente hasta la prepa Benito Juárez. En este trayecto urbano había muy pocas casas y mucho terreno baldío. En el camino estaba la laguna Anzures que se formaba en tiempos de lluvia y servía de paseo y diversión para cualquier persona. Él había ido con Paty en bicicleta en varias ocasiones. Después del largo trayecto se llegaba al campo de futbol, un campus constituido por el edificio educativo de la preparatoria con campo de futbol y canchas de frontón.

Se dirigió a las canchas de frontón, donde se reunía cada ocho días la familia para jugar torneos de frontón. Era pura tribu, papá, mamá, tíos, compadres, hermanos, hermanas, novios, novias, primos y en unas cuantas horas iniciaría el torneo dominical.

No lo dejaron solo y le cayeron los superhéroes para romper su soledad. Llevaban un balón y empezaron a cascarear. El Superman empezó a platicar con él, enseguida el Batman, luego Pingüino y continuaron Flash, Robin, Aquaman, Linterna Verde y al último Siete Pisos. La consigna era no dejarlo sólo para evitar el recuerdo y desterrar la tristeza. Cuando eran las 10:30, se incorporó con los miembros del equipo. Ya todos sabían los pormenores de la iglesia menos él. Empezaron a entrenar antes del partido y él se desenvolvía como siempre, ágil, veloz y técnico. No parecía derrotado ni amargado. Se trataba de un partido crucial, la final de la liga Puebla en su máxima categoría, primera división amateur.

Eran los amigos de la reserva especial. Sabían de su tristeza y estaban para apoyarlo. Eran el Tito, el Bogar, el Biur, el Millo y el Flaco Lemus. Lo saludaron Levi, Fili, Nico, Carlos, Berbe, Carreón y Polo. Vel jugaba con ellos en primera división en la liga Angelopolitana y lograron ser campeones. No faltaba el 121

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apoyo oratoriano, había jugadores viejos conocidos de Vel del Miguel Rúa, amigos del oratorio de la Virgen del Refugio que fueron a formar porra. Las chicas del coro se veían alegres, los catequistas estaban presentes y la máxima sorpresa fue que allí estaba don Ángel para darles la bendición antes del partido pues tenía la misa de la una de la tarde.

El campo era un llano, por eso les llamaban campos llaneros.

Sólo existían las dos porterías, un terreno plano con sus límites, dimensiones reglamentarias y no había bancas, gradas, árboles ni casetas para proteger del sol. Era un llano con una cancha de tierra bien trabajada, lisa, sin piedras y lista para practicar el deporte futbolero.

El partido estaba programado a las 11 de la mañana y el árbitro era muy puntual. Los entrenadores, ambos gorditos, diseñaban sus estrategias para atacar las partes débiles del contrario y usar sus fortalezas tácticas en cualquier momento. Así se plantaba un sistema universitario contra el oratoriano. Don Lupe, el universitario contaba con estrellas en ciernes, Luis Enrique Fernández en la defensa, la Bruja Bautista en la media cancha y Gaspar Domínguez en la delantera. El equipo oratoriano era un equipo muy fuerte con talento grupal e individual. Destacaba el juego de conjunto, todos ellos defensivos, técnicos, pasadores, creativos y goleadores. Todos eran jóvenes disciplinados y profesionistas. Por algo estaban disputando el tercer campeonato consecutivo. Ya habían ganado dos y había que jugar como lo hacían en los entrenamientos para lograr el objetivo.

El Gordo Bala habló con Vel antes del partido. nadie tenía seguro el puesto en el equipo, pero todos los jugadores estaban comprometidos y eran habilidosos. −¿Cómo te sientes, Vel? −Bien Carlitos −contestó con seguridad.

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−Vas a jugar de medio de contención y quiero que marques personalmente a la Bruja, que es el que genera el juego de ellos.

Duro con él, no lo sueltes. Confió en ti, don Bosco confía en ti.

Antes del partido, el padre Ángel habló con todos ellos. Hizo unas oraciones y les dio unas palabras al final. −Hoy ha sucedido un milagro de amor. Por ese acontecimiento pártanse el corazón.

Se abrazaron todos y gritaron enérgicamente Don Bosco.

En el oratorio se combinaban la oración y las enseñanzas de la doctrina con el deporte. En la institución todo estaba planeado para que las categorías más pequeñas, a partir de los cinco años de edad, fueran ascendiendo primero intramuros en las categorías infantil y juvenil, luego en extramuros, intermedia, reservas especiales, segunda fuerza y primera fuerza hasta llegar a la primera división amateur que era la máxima categoría no profesional.

Vel comenzó su carrera en el oratorio desde los cinco años.

Asistió a la escuela oratoriana por seis años y ahí continuó sus estudios académicos de educación media. La carrera deportiva siempre fue con Don Bosco, exitoso en el deporte porque era un joven apegado a la disciplina, alejado de los vicios y apegado a Dios. Fue campeón estatal infantil, juvenil, campeón intramuros medicina, seleccionado escuela de medicina, seleccionado de la UAP y dos años campeón en primera división amateur. Ahora iba por el tercer título. Era un caballero del deporte, rara vez amonestado, nunca expulsado, líder en donde se necesitaba ser obediente a las reglas del juego o del equipo. Por eso llegó a la primera división a los 17 años de edad. Experimentó el juego en la banca hasta su debut, luego ya con confianza alternó puesto de titular. En estos equipos de San Juanito Bosco, nadie tiene asegurado el puesto, ni el más talentoso. Se respetan las deci123

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siones del entrenador, se acatan, se digieren y se aceptan con humildad para que en el momento oportuno del cambio entre uno a cooperar y a partirse el alma. En esta época sólo había dos cambios durante el partido. Es así como se forman los jugadores oratorianos con disciplina, coraje y sinergia grupal.

La Bruja era un jugador alto, fornido y rudo, a veces en exceso.

Sabía cubrir muy bien el balón y no era muy veloz. Sin embargo, su cadencia le servía para dar pases ofensivos magistrales.

Esto lo hacía maestro de la media cancha. Además, tenía una chutada enérgica casi explosiva,sabía cabecear y era goleador.

Vel, de estatura alta, delgado, muy veloz, driblador, con toque de balón matemático sobre todo a la ofensiva, era muy elegante durante la carrera y bueno para la marca. Sabía anticipar al rival, meter la pierna entre la de los adversarios para robarles el balón, sabía colocarlo, era goleador aunque no era bueno para cabecear. Lo que lo distinguía de los demás era su caballerosidad, no era mal intencionado ni violento.

En cuanto se dio el pitazo inicial, se acercó a saludar a la Bruja. Éste no le extendió la mano. −¿Qué pasa, mi Cornelio Cano? − dijo, llamándolo como un director de orquesta por sonar como cornudo.

Esto le caló al Vel. Sin embargo, le contestó con una sonrisa.

Se imaginó que la jugada iba a estar complicada, con un amigo que se vuelve tu enemigo en el campo.

En el oratorio los sucesos tomaron caminos imprevistos. Cuando llegó la novia, antes de subir las escaleras tuvo un mareo.

Dicen que le dio tristeza al ver que había pocos niños pequeños en la recepción. Se le movió la endolinfa de los conductos semicirculares para darle una sacudida. No había jóvenes presentes, ni sus amigas del coro, ni amigos en general, nadie para darle la bienvenida. Ascendió las escaleras y esperaba ver el templo 124

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repleto de gente del oratorio. Grande fue su sorpresa al entrar a la capilla y ver el templo semivacío. Sólo estaban los familiares de ella y Oswaldo. −Han de estar enojados. Seguramente ven mal mi matrimonio de conveniencia, no de avenencia −pensó.

Durante el trayecto, cuando llegó ante Oswaldo no fue amable.

Se puso seria y se le rompió el corazón porque sus amigos le estaban reclamando su proceder. Antes de iniciar la misa, don Ángel solicitó cinco minutos de espera y se puso a platicar animadamente con los novios. Quién sabe qué les diría, pero el reverendo se tomó su tiempo.

Mientras tanto, don Luis y Paquito Figueroa estaban en el teatro, tratando de convencer a las decenas de jóvenes que se resistían a escuchar misa y acompañar a su amiga Paty, compañera del coro y discípula de María Auxiliadora. Todos la consideraban una traidora, mala amiga y mala persona. Ya tenían rato tratando de convencerles y estaban en el estira y afloja de la conciliación. Cuando menos lo pensaron, las del coro se levantaron todas juntas y pasaron al frente. Adelina, una de ellas, tomó la palabra. −Yo no sé ustedes que piensen, pero nosotras hemos decidido subir a cantar porque nuestro amigo Vel nos lo pidió el día de ayer. Lo fuimos a visitar al hospital donde practicaba y no estaba triste ni enojado. Estaba sonriente, alegre y atendiendo a sus pacientes. Cuando nos concedió un rato de su tiempo, le platicamos que pensábamos obstaculizar la boda y que teníamos un plan, nos regañó. ¡Ah, qué muchachas!, jóvenes sin fe. No hagan eso, si para ustedes representa un problema, pónganlo en manos de Dios y no se compliquen la vida. Les voy a pedir de favor que le pidan a la Virgen por Patricia, para que sea la mujer más feliz del mundo. No importa que sea con otro. Se me romperá el corazón pero no importa, ya se irá reparando poco a poco. No es una tragedia, es una historia de amor.

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Después del discurso llegó la arenga. −Vénganse, vamos a subir y a acompañar a la que piensa diferente a nosotros, la que tiene confundido el órgano de la orientación amorosa. Vamos a pedir por ella para que sea feliz.

Los asistentes a la misa voltearon hacia la entrada para presenciar un río de jóvenes que pasó a ocupar su lugar en las bancas.

Todos iban sonrientes y contentos. Los del coro ocupaban el cielo de la capilla, en la parte más alta y tomaron sus instrumentos que ya estaban afinados previamente. A una señal de don Ángel, iniciaron el canto de entrada. Se iluminó la cara de Paty y se le encogió el corazón cuando escucho el canto a Don Bosco, te aclaman cual padre y pastor legiones inmensas con himnos de amor, luego la melodía a María Auxiliadora, quiero llegar hasta tus pies benditos, para implorar sobre mi vida entera, la bendición que ampare mi alegría.

Con la añoranza, empezó la actividad de sus glándulas lagrimales. Perlas lagrimales bañaban su rostro mientras el novio la contemplaba tiernamente.

Los recuerdos de toda una vida en el oratorio llegaron a la mente de la doncella enamorada de otro personaje y no del que estaba a su lado. Él no era su inspiración, sólo su obligación para que, a cambio, sus padres fueran felices con los regalos recibidos.

El precio era esconder su amor. A cambio, daría respeto y obediencia a su prometido. Ofrendaría su cuerpo con la intención de cumplir, no de disfrutar su sexualidad. Entregaría sus pensamientos y acciones de la vida con solemnidad sin la alegría de su juventud. Ese sería su castigo, jamás amaría a nadie como a Vel. Su vida ya tenía dueño. Su cerebro, los sentidos, las emociones, toda ella le pertenecía a Vel. Sin embargo, allí estaba, en un lugar equivocado, en donde todas las personas presentes sabían de esta gran mentira que la hacía sentir indigna de ser amada.

Continuó el ritual de la misa y la parte del Señor ten piedad le movió la conciencia, emoción que está en el cerebro, no en el 126

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corazón. Son alertas que brotan espontáneamente en diferentes circunstancias y cada quien reacciona de manera diferente porque las experiencias son diversas en cada organismo humano.

En ese momento, ella le dijo al Señor, sálvame, Señor, ten piedad.

Este corazón no está preparado para corresponder a quien no amo. Ten piedad, Señor, ten piedad. Cristo ten piedad.

Continuó el Gloria a Dios en las alturas, de sus alabanzas favoritas porque daba excelsitud al Señor, de alabarlo, de bendecirlo, de adorarlo y glorificar al Cordero que quita el pecado, porque sólo Tú eres santo, Señor. Sólo tú, Altísimo Jesucristo. En sus oraciones decía, perdóname, Señor. Cómo te voy a glorificar si soy una sarta de mentiras y de falsedades. Si no soy sincera conmigo misma, ayúdame, Señor, ven en mi auxilio.

Las lecturas, el aleluya, el Evangelio, todo en secuencia reglamentaria. Todo su ser se estremeció con la segunda lectura, la epístola de San Pablo, si yo no tengo amor yo nada soy, Señor.

El amor no busca el mal, el amor no es egoísta, el amor nunca es doblez, el amor es siempre fe, el amor es algo eterno. Nunca, nunca pasará. Si yo no tengo amor, yo nada soy, Señor. Así expresó la lectora estas bellas palabras que exaltaron la conciencia de la novia. Perdóname, mi Dios. Es por la felicidad de mis padres, soy dócil y obediente, se decía. Entonces el alma interna le contestó, no son tus padres los que van a casarse. Eres tú, insensata. Reacciona, hija de mi vida.

La lectura del Evangelio correspondió a San Lucas, 6, 39-45.

En una parte dice, el hombre bueno dice cosas buenas, porque el bien está en su corazón. El hombre malo dice cosas malas porque el mal está en su corazón, pues la boca habla de lo que está lleno el corazón.

Dios no atiende caprichos, pero en esta ocasión respondió a la petición de su consentida Paty. En plena misa nupcial, sin causa aparente, cayó aparatosamente hacia adelante con todo y reclinatorio, se golpeó directamente en la cabeza y perdió el co127

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nocimiento. Quedó inerte sobre el piso, a los pies de María Auxiliadora. La respiración se le dificultó, motivo por el cual tuvo que ser trasladada al hospital para su atención. Duró una hora inconsciente y después se recuperó. Cuando ya estaba consciente, se dio cuenta que ya no tenía el vestido de novia, ni el anillo ni nada que pareciera nupcial. Tenía una bata de hospital.

Le sonrió a la enfermera que la estaba cuidando, pues era conocida. −Maru, ¿le puedes hablar al doctor Oswaldo si eres tan amable?

El galeno entró apresurado y bastante preocupado. La abrazó efusivamente. Ella se lo permitió, luego le pidió a su compañera enfermera que los dejara solos. Paty no parecía enferma, más bien, como si despertara de un sueño. −Querido Oswaldo, discúlpame por lo que voy a decirte. No quisiera lastimarte, pero está de por medio mi felicidad. La verdad es que no te amo. Si acepté este compromiso fue por obediencia, por respeto a mis padres, para que fueran felices con los regalos que ustedes les dieron. Yo tengo un novio, el amor de mi vida, y se llama Vel. Lo amo con todas las fuerzas de mi ser y todo mundo lo sabe. Bueno, casi todo Puebla, como él dice.

No quiero perderlo, es un ser humano valioso. En este proceso traicionero mantuvo una conducta de quijote enamorado, de caballero andante que nunca se ha rendido, porque tiene la esperanza de que el milagro ocurra. Tenemos una historia romántica típicamente poblana. Han sido cuatro años de atendernos, entendernos y cuidarnos. Lo amo con vida y corazón. El padre Ángel, nuestro confesor y amigo, frecuentemente nos decía, muchachos, cuando las situaciones se tornan críticas hay estrategias para resolverlas. Dios es la respuesta. Para que mejor me entiendas, Oswaldo, Dios estuvo conmigo hoy durante la misa. Activó las alarmas en mi reloj biológico y me hizo 128

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entender que la verdad en el amor nunca llega tarde, a tiempo se pueden remediar penas y tristezas futuras. Me hubiera sentido desconsolada al vivir a tu lado y estar pensando en mi amado. Se hubiera repetido la tragedia, la traición y la falsedad.

Sonrió como una sirena enamorada. El circunspecto galeno nunca la había visto tan contenta. −Discúlpame, Oswaldo. No quiero ser ventajosa, quiero ser sincera. Te juro que voy a pagarte a ti y a tus papás los regalos realizados a mis padres con el fruto de mi trabajo. Será poco a poco, al igual que todos los gastos de la boda, que te serán reembolsados en cómodos abonos. Te doy las gracias por la ayuda significativa para conseguirme trabajo y te aseguro que te haré quedar bien. Una última cuestión. No fingí ningún desmayo.

Cuando me di cuenta, durante la misa, de la locura que estaba haciendo, le pedí al Señor que mejor me llevara con él. No tenía caso seguir adelante y me lo concedió. En el periodo de tiempo ausente estuve con Él. Analizó el caso y me dio una nueva oportunidad.

El joven médico estuvo escuchando todo el tiempo con una sonrisa a flor de labio. No estaba mortificado, y después de realizar el papel de oidor, se levantó de la silla donde estaba y se dirigió hacia el exterior de la sala de urgencias. Paty aprovechó que no había nadie y sigilosamente se escabulló para dirigirse desde Urgencias hacia el quirófano. Allí estaba una compañera enfermera en servicio y le pidió que le prestara ropa para poder salir a la calle. Le consiguió un uniforme de enfermera, que por cierto estaba muy arrugado, unas medias y unos zapatos blancos. Sin pena, pasó altiva por los pasillos que conducían a la calle y se dirigió a la parada de los camiones verdes San Antonio que pasaban sobre la 3 sur.

El camión la transportó hasta la 17 poniente. Con el Jesús en la boca, iba rogándole a Dios que hubiera alguien en la casa de 129

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Vel. Cuando tocó a la puerta del departamento número tres, abrió la tía Lupita. Sin mediar palabra la abrazó efusivamente.

Penetró a la casa, llevaba la cordialidad a flor de piel y abrazó a Chiritas y Anita. Les explicó brevemente la historia y les dijo que amaba a Vel y que no lo cambiaba por nada del mundo. Les comentó que había pasado una prueba muy aleccionadora que seguramente no repetiría.

Ellos la respaldaron ya que sabían lo mucho que también su hijo la amaba. Luego les pidió subir al cuarto de Vel y se lo concedieron. −Pásale, Paty. Ésta es tu casa, vieras qué contentos estamos de que no te hayas casado. Ya todo el barrio lo sabe y están muy satisfechos.

Subió rápidamente. Ya eran las doce del día, y cuando vio un letrero arriba de la cama de Vel soltó el llanto de emoción, Paty, el amor de mis amores. Cuando bajó vestía con el pants verde y la camiseta blanca de Don Bosco. Llevaba una gorra blanca que ella le había regalado cuando fueron a la carrera pedestre de la Virgen de Guadalupe. −Disculpen, ¿no saben que hoy es la final de futbol y está jugando Vel? Bueno si lo alinea de titular el Gordito Bala. Ya va para el segundo tiempo, háganme el favor de llevarme. Por favor, don Mau, ya el estómago me papalotea, se me sube y me baja de la emoción. El corazón tiene puesto el acelerador y el pensamiento lo tengo frenético por la alegría de ver a Vel. Todos salieron en tropel para alcanzar a disfrutar, aunque fuera unos instantes del final del juego. Iban felices en el Valiant, modelo atrasado, automático y con velocidades en el volante. Don Mau estaba emocionado por el acontecimiento, Anita iba sonriéndole a la vida y Lupita la precavida alimentaba a su sobrina con un vaso de leche y un pan de dulce para que no se fuera a desmayar nuevamente la consentida.

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En el primer tiempo, el marcador fue de un gol por bando.

Palin anotó por los verdiblancos oratorianos y Gaspar por los auriazules universitarios. Durante el medio tiempo, ante la ausencia de bancas, los integrantes de los dos equipos estaban sentados en cada lado de la cancha con formación de abanico, mientras en el centro los gorditos hacían observaciones, diseñaban estrategias y arengaban a sus pupilos a poner su mejor esfuerzo. El Gordo Bala era muy claro. −El que sienta que no tiene la voluntad necesaria, puede dejar su puesto al servicio de sus compañeros que están en la banca.

En esta ocasión les tocó a ellos, así como han estado ustedes en otras ocasiones. Si están jugando no es porque sean mejores. Ya se los he dicho y lo repito, es por estrategia.

Una vez que iba a iniciar el segundo tiempo, el Gordito Bala habló a solas con Vel. −Ya te diste cuenta que la Bruja te quiere hacer perder la paciencia. He visto que te ofende verbalmente, te ha hecho varias entradas de pocos amigos y hasta te escupió la cara en una ocasión. Eso sólo significa que no puede contigo y está desesperado.

Ya sabes, disciplina, coraje y marcaje férreo. Demuéstrale que eres mejor deportista que él. Usa tu talento técnico y creativo.

Tienes mucho trabajo, Vel. Adelante, mijo. Confiamos en ti.

El Ray anotó el segundo gol al minuto 70. Una vez arriba los oratorianos, el partido se tornó rudo sobre todo en el medio campo. En los últimos minutos los universitarios acosaron constantemente la meta salesiana y estuvieron a punto de anotar. Sin embargo, la habilidad y destreza de Julio el Cancerbero salvó la portería. Faltaban tres minutos para terminar el juego cuando el gordito Bala realizó el último cambio para reforzar la defensa.

Llamó a Vel a la banda y le ordenó que se fuera al centro del campo en compañía del defensa más fornido de la saga auriazul.

Ambos se movían de un lado a otro, a cualquiera podía caerle el 131

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despeje y el duelo sería uno a uno. La mayor parte de jugadores estaban en el área oratoriana defendiendo y los universitarios atacando. Un despeje largo de Roberto Patas fue hacia el medio campo y lo ganó Vel. Con su habilidad esquivó al defensa, quien lo golpeó fuertemente en la pierna derecha. Esto no detuvo al veloz delantero que llegó sólo a la portería contraria, hizo una finta al portero, quien se venció y entró con todo y balón a la meta universitaria. La porra oratoriana de más de 200 elementos se desbordó de alegría, iniciando porras al Don Bosco, al Gordo Bala y a Vel. Al Gordo se le inundaron los ojos de lágrimas. Era un técnico ganador, aguerrido, estratega y sentimental. Todos los compañeros abrazaron al goleador, mientras Vel caminaba con dificultad por el golpe recibido. En cuanto se formaron los cuadros para reiniciar la contienda el árbitro pitó el final.

En el campo de juego los participantes estrecharon las manos.

Se abrazaban, eran amigos y hermanos poblanos. La Bruja fue directo con Vel y lo abrazó. Lo levantó en brazos y le pidió disculpas. Las broncas del juego quedan sembradas en el terreno y después reaparece la amistad. Todos contentos, unos alegres y otros frustrados porque no se logró el objetivo. Los oratorianos estaban dispersos por el campo. Don Bosco, el maestro de Turín, el padre de todos, era el motivo de la competencia leal.

Vel caminaba con dificultad, con rictus de dolor, y lo estaban esperando las reservas especiales, sus amigos de la infancia y juventud. Entre todos lo cargaron y lo vitorearon. Era el único de ellos que jugó en primera división amateur. No por ser mejor, sino por entregarse al deporte, por ser disciplinado, humilde, servicial, honesto y amigo de todos. Cuando lo bajaron estaban las muchachas del coro, formadas en fila. Todas chocaban la mano de su amigo. En esta fila también estaban Chiritas, Anita, Lupis, sus hermanos, Siete Pisos, Superman, Batman, Aquaman, Linterna Verde, y al final de todos un muchachito con gorra. La visera le tapaba la cara y Vel pasó de largo después de 132

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estrecharle la mano. Cuando había dado cinco pasos, el personaje fingió la voz haciéndola gruesa. −¿Quieres que te cure esa pierna?

Vel reconoció la voz y volteó sorprendido. Llegó hasta ella y le habló de cerca. −Aunque te tapes la cara y cambies de personaje, la voz te delata. Sé que eres tú, niña de mi vida y de mi amor.

Ella se descubrió la cara y se abrazaron intensamente como los dos hemisferios cerebrales. Se fundieron en uno solo como los ventrículos cerebrales y sellaron sus labios como los párpados durante el sueño. Luego se reconocieron el cabello, los ojos, las orejas, la nariz, los labios, los cuerpos se aproximaban como dos imanes. Él se olvidó de su malestar y la cargó, la paseó en sus brazos, luego bailaron hasta quedar extasiados. Todos los presentes estaban con los ojos llorosos, atentos en esta acción reconciliadora y encuentro divino, porque Dios así lo quiso. Luego se sentaron sobre la tierra y rieron continuamente porque no había palabras que decir. El amor estaba ahí.

Todos los presentes comprendieron que los novios tenían mucho que decir y se fueron alejando hasta que quedaron solos. Un pequeño grupo se acercó a los personajes del reencuentro. Entre ellos, el doctor Oswaldo, quien se acercó con cautela hacia ellos. −Disculpen que los interrumpa. Paty, estábamos preocupados por ti. Te desapareciste por arte de escapismo y no sabíamos dónde estabas. Luego sospechamos que estabas aquí. No me imaginaba el aprecio que se tienen, la verdad pensé que era intrascendente su noviazgo, pero por lo que me platicaron sus amigas del coro, son una pareja muy estimada por todas ellas. Dicen que son excelentes amigos y amantes. Que son buen ejemplo para los chavos del barrio y que después de cuatro años de novios, siguen emocionados igual que el primer día. Ahora 133

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lo acabo de comprobar. Disculpen que continúe hablando, me hace bien para digerir este suceso tan bochornoso. Yo no soy muy emotivo ni apasionado en cuestiones de amor, pero voy a tener que entrenarme. Hoy viví momentos tan maravillosos, que me hicieron reflexionar para cambiar mi vida. Cuando Paty se desmayó en la iglesia, contemplé a un paciente cualquiera y me acerqué. Vigilé su respiración y su pulso. Cuando vi que no respondía, pensé en llevarla al hospital para su atención. No hubo sentimiento alguno, nada de emociones. Como un suceso más de la vida, no me importó que se suspendiera la boda. Total, ya sería en otra ocasión. En el trayecto de la capilla al hospital, esperé pacientemente en la sala de recuperación y pensé para mi interior que así debía ser el amor equilibrado, ecuánime, sereno, apacible, tranquilo y sosegado. Cuando Paty me confesó emocionada que no me quería y que tenía un amor grandioso, no me lo van a creer, me dio gusto verla entusiasmada, anhelante y deseosa. Así quería verla en esa faceta de su vida, no reprimida ni solemne o indiferente. Cuando llegamos a este campo universitario, al ver la algarabía de la porra, los gritos desaforados de los espectadores y la alegría en sus más altos niveles, me sentí emocionado y hasta ganas me dieron de gritar en favor de cualquier equipo. Lo importante era clamar, quitar el freno de mano de toda la vida. Sin saber por qué, me uní a la porra de Don Bosco a pesar de ser universitario, brincando y echando porras al equipo. Me gustó el equipo por ser más táctico y aguerrido.

Me sentí en casa, y los minutos finales fueron de alarido. Con el corazón deseaba que ganaran. Cuando finalizaba el partido, el jugador que más me llamaba la atención por su estilo guerrero, hizo una jugada de maestro y anotó el gol del triunfo. Alcancé a distinguir cómo te cargó tu contrincante, que en el rato que estuve se la pasó ofendiéndote y golpeándote a la mala. Pensé que seguramente eran deportistas amigos, y así lo confirmé con esas muestras de afecto. Pensé, ese hombre merece un premio, y lo encontraste al final de la fila, el amor que nunca perdiste porque siempre estuviste con ella. He aprendido una lección de amor en 134

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la vida y pienso cambiar el rumbo de la mía. Paty, no hay rencores. Vel, eres un gran muchacho. Quiérela porque te la mereces. −Disculpe, doctor Oswaldo, le agradezco su discurso, es muy alentador. Sólo le quiero comentar que nuestro amor no está basado en las caricias o besos que nos prodigamos, sino en el entendimiento divino a través de Dios. Él es el guía, el que va primero en la fila. Después le siguen la Virgen María, su hijo Jesús, San Juan Bosco, Domingo Savio, y al final don Ángel.

Si usted se dio cuenta, las cosas se dieron en un ambiente de cordialidad, me dolían el alma y el corazón, como a cualquier humano, más puse la situación en manos de mi Padre, él me asegura, cuida, protege y me da las mejores respuestas. Así como pienso yo, piensa mi adorada Paty.

Eso nos liga y nos alía. Es la clave de nuestra relación perenne, nos amamos con el permiso del jefe. Antes de que se vaya, doctor, si usted me lo permite déjeme darle un fuerte abrazo. Es usted un gran hombre y caballero.

Los papás de Paty se acercaron para abrazar fuertemente a su hija y pedirle una disculpa. Don Joel tomó la palabra −Estoy sorprendido, igual que el doctor. Aun siendo tus padres, no sabíamos de lo arraigado de esta relación. Nos ganó el ansia de posesión, de tener lo que en sueños anhelamos y por eso actuamos así. Para recuperar la dignidad, ya hablamos con mis compadres y saldaremos la cuenta de la casa. Con dificultades, pero con honor. Paty, continuará con nosotros, que juntos saldremos adelante. Nos han dado una lección de amor. Por lo que respecta a Vel, lo prometido es deuda. Quedas oficialmente nombrado novio de Paty. Las puertas de la casa están abiertas para ti y para tu familia.

Se fue la comitiva y se quedaron solos los enamorados, aunque no por mucho tiempo. Llegó la caravana familiar de todos los domingos a disfrutar de la frontoneada, que era el objetivo prin135

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cipal. Chiritas se encargaba de trasladar a todos los participantes. Iba y venía en su Valiant de modelo atrasado para formar un gran contingente familiar. Desde lactantes hasta gente adulta, que sin ser universitarios disfrutaban las instalaciones.

Los niños andaban en triciclo o bicicleta y los adultos formaban las retas correspondientes. Anotaban en un cuaderno a los participantes, hacían un sorteo y formaban el grupo de competidores. Luego, de acuerdo a resultados se seleccionaban los que avanzaban, hasta llegar a la final. Como en todos los eventos deportivos, había polémica y discusiones. Sin embargo, se acataban las decisiones arbitrales y el eliminado se integraba con los que ya estaban jugando béisbol, voleibol o futbolito. El horario de la fiesta deportiva era de la una de la tarde hasta cuatro o cinco. Así como llegaban, se iban en el carro blanco y rojo multitudes estratégicamente acomodadas. Todo cabe en carrito sabiéndolo acomodar. Ese era el lema, porque a falta de vehículos sobra el ingenio.

Los niños iban directo a la casa del Vel a comer y bañarse, los jóvenes o adultos a los baños La Estrella, ubicados en la 16 de septiembre entre la 11 y 13 poniente, a disfrutar del baño ruso o turco, vapor húmedo o seco. Las regaderas para enjuagarse se controlaban manualmente y la regadera del agua fría era sólo para los valientes.

Cuando llegó la caravana familiar al campo, Lupita descendió del carro y se dirigió hacia sus consentidos. Las lágrimas se iban esparciendo por la tierra del campo deportivo. Llevaba en las manos una charola con alimentos, y ellos se levantaron cuando la vieron venir. −Qué bueno que siguen juntos, mis niños. Yo sabía que nada ni nadie los iba a separar. Valieron de mucho mis oraciones porque los quiero como a los hijos que nunca he tenido.

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Paty la abrazó fuertemente y se fundieron las emociones, brotaron lágrimas como cascada de abalorios. Había que eliminar la pena y las preocupaciones pasadas, sacarlas del interior para que no lastimaran e hicieran más daño. Así estuvieron unos minutos, hasta que el llanto se transformó en gozo y la risa se desbordó hasta obtener la curación del alma. −Miren, mis niños. Aquí les traje estos sándwiches con unos refresquitos para que satisfagan su estómago que ha de estar chillando de coraje. Han gastado lo que ya estaba bien guardadito, así es de que a comer se ha dicho. Nada de pretextos, que yo misma elaboré la comida.

Vel abrazó a sus dos amores y los mantuvo cerca, para que nunca fueran a escaparse de su vida. Disfrutó el momento con una ensalada de lechuga con rábanos rojos, chilpocles rellenos de queso fresco. Después de unos minutos, se acercó a ellos toda la familia de Vel a darle la bienvenida a Paty a la familia. −Sabíamos del noviazgo, pero no de la intensidad. Bienvenida a la tribu, presiento que oficialmente pronto lo serás. Al paso que van, huele a casorio en un futuro −les dijo Chiritas.

Después todos la abrazaron y saludaron. Paty se sentía feliz, estaba en el sitio que quería con los protagonistas escogidos por ella. Era la directora de la novela. Por la tarde, fueron al oratorio con don Ángel, quien les dio una bienvenida efusiva. Colocó sus manos sobre los hombros de ellos, como protector de los jóvenes. −Zopenco, te voy a dar un coscorrón. ¿No oíste que dije al inicio del partido que había sucedido un milagro de amor? Lo dije para que te alegraras pero no entendiste el mensaje y tus compañeros sí. Todos contentos y tú como si estuvieras sordo. Lo dije para que te animaras un poco, pero bueno de algo sirvió porque metiste el gol del triunfo, que bueno que no me escuchaste −dijo sonriendo a Vel, para luego hablarle a Paty−. A ti no tengo nada 137

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que decirte en especial, salvo que te exijo que decidas, ¿quién es el verdadero novio, Vel o yo? −Usted, padre, desde luego −contestó Paty riendo coquetamente.

El trío estalló en risas, que como movimientos de serpentina multicolor llegaron hasta el cielo. El tiempo camina, trota o vuela. De acuerdo a las circunstancias, lo percibimos de manera distinta. A veces se nos hace tarde, otras veces llegamos demasiado temprano y en algunas ocasiones se nos hace eterno. Todo depende de la situación.

Paty continuó su trabajo de enfermera quirúrgica y Vel se graduó de la carrera de Medicina con excelentes notas de aprovechamiento escolar, 9.1 de promedio final, su compadrito Nacho con 9.8 y su comadre Laura con 10 de promedio. Cada quien utilizó el tiempo de estudio a su manera y la calificación era la indicadora del aprovechamiento teórico y práctico.

Para Paty nadie era mejor que Vel, era su seguidora número uno. Cada quien disfrutaba la vida científica o artística según su libre albedrío y utiliza los recursos de su organismo para hacer lo que se les venga en gana, creando su estilo muy particular.

Laurita disfrutaba de la música de Leonardo Fabio, Roberto Carlos y Ray Conniff. Nachito gozaba la vida escuchando a su artista Maciel, Angélica María y el órgano melódico de Juan Torres. Vel se ponía feliz con la música de Joan Manuel Serrat, los Beatles, Frank Pourcel y Paty se alegraba con las canciones de Oscar Chávez, Palito Ortega y Paul Mauriat.

El año de internado de pregrado se llevó a cabo en el hospital de las especialidades en donde trabajaba Paty. Aunque el trabajo era fecundo y las guardias cada tres días, tenían tiempo para el romance, solían comer juntos a la una de la tarde en el hospital, y por las tardes, los días sin mucho estudio, salían a pasear. En 138

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este contexto el trajín era diferente. Vel tenía que abordar el camión urbano café de la línea Mayorazgo, que lo dejaba enfrente de la nueva casa de Paty. Cuando ella se tardaba, salía Dulce a platicar con él. Aunque tenía autorización de los padres para entrar a la casa, casi nunca lo hacía pues aún tenía cierta desconfianza y prefería esperar en la puerta principal. Mientras tanto, la diversión estaba asegurada con las ocurrencias de la simpática cuñada. Cuando Paty se tardaba para salir, Dulce comentaba, ya nos íbamos a ir pero valió la espera, mira nada más que hermosura de mujer.

Salían a caminar por los lugares cercanos o abordaban un camión que los llevaba al centro de la ciudad. Les gustaba el romance, y sentaditos en el parque daban rienda suelta a las caricias verbales y a los estímulos táctiles tan necesarios para el bienestar. Platicaban de los sucesos interesantes del día o días que no se han visto. Charlaban sobre los personajes que habían leído y eso los hace felices. En otras ocasiones compartían amistad con parejas de amigos como Nachito y Ana Ligia, Fausto y Laura o Maricarmen y Pepe, compañeros de la escuela.

También salían con Adelina o algunas chicas del coro. Tenían muchos amigos que hacían gratas las convivencias sociales. En pareja, se divertían en el cine, restaurantes, clubes sociales, museos, noches bohemias del Parían, funciones de teatro literario o disfrutaban por las tardes de un juego de boliche. Los fines de semana iban a festividades familiares o sociales, sobre todo vespertinas y nocturnas, bailes en salones recreativos, bautizos, bodas o cumpleaños. Cualquier evento era pretexto para divertirse con el alma contenta y el corazón alborozado, respetando los horarios o límites impuestos por los padres de Paty, para evitar cualquier desavenencia.

Las personas dichosas y satisfechas son amables, cálidas, simpáticas y agradables. Algunos personajes masculinos que tienen baja estima o actitudes machistas, creen que esa cortesía, sobre todo presente en las mujeres, significa coqueteo, flirteo o provo139

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cación. La forma de ser de Paty ocasionó que algunos estudiantes o médicos adscritos la invitaran a salir con intenciones románticas o sexuales, o quién sabe qué pensara su lóbulo parietal.

Ella cortésmente les pone el límite correspondiente. −Soy amable con todas las personas y nunca dejaré de serlo.

No se confunda, no es coqueteo, soy gente educada, cortés y amable −decía y los galanes salían con la cola entre las patas.

Vel también tuvo provocaciones directas de parte de sus compañeras de trabajo, sobre todo verbales. Les sonreía amablemente, dejaba la respuesta en el aire, cambiaba de tema y asunto resuelto. Hubo sólo una ocasión en que la joven compañera de guardia era muy insistente y tuvo que hablarle de frente. −Mira amiga, te agradezco que te hayas fijado en mí. Sin embargo, elaboró unas proteínas llamadas patricininas, que son selectivas de a quien amo y me ama. Eso me lleva a un estado de fidelidad en el que no puedo engañar ni engañarme. Pero te tengo una buena noticia, podemos ser amigos −contestó con seguridad.

Está comprobado científicamente, desde el punto de vista de la neurobiología, que la sexualidad está regulada por factores motivantes, expectantes y deseosos, y que tiene un objetivo, el ejercicio sexual. Participa el diencéfalo con sus protagonistas, el hipotálamo, los núcleos del sistema límbico, sobre todo el acumens. También participa la corteza cerebral a través de los lóbulos de la ínsula o el lóbulo parietal. Todos ellos se coordinan para dar una respuesta a los estímulos.

La ley de la atracción física es inevitable. Hay personas fascinantes que ingresan a la vida personal por medio de los sentidos y son encantadoras por su porte, elegancia y movimiento corporal. Te cautivan a través de la vista. Hay otras con que con su timbre de voz, amable y cálido te seducen a través del 140

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oído. Algunas con su glamour, asociado a fragancias exquisitas, te cautivan con el olfato. También pueden llegar por medio del gusto o el tacto. Con el estímulo en proceso, viene la excitación de las neuronas del sistema nervioso, que libera proteínas placenteras que ocasionan deleite. Puede ser la serotonina, la dopamina, la oxitocina, o todas ellas juntas de acuerdo al estímulo. Si el deseo no está dentro de tus preferencias, las neuronas inhibidoras detienen el proceso y se frena el apetito sexual. Si se dan las condiciones para continuar con el proceso que lleva a un fin u objetivo, la respuesta emocional sigue la vía de la corteza cerebral que discrimina las condiciones del contexto donde se da el encuentro y se toman las decisiones saludables o no. Así es la fisicoquímica cerebral en la sexualidad, una fuente de estímulos excitantes que siguen diferentes vías de respuesta. La emocional o instintiva, que es poco saludable, y la cerebral, que te obliga a tomar decisiones previo razonamiento. Todo depende de cómo procesas la información.

El amor se diferencia de la sexualidad en que es un proceso abstracto y cada quien lo elabora de acuerdo a sus condiciones de vida. Desde el nacimiento, los padres van dando a sus hijos respuestas socializadoras, protectoras, procuradoras de recursos, cuidados o afectos, una educación por medio de valores significativos, que rigen la dirección que le vas a dar a tu vida. Así vas adquiriendo entrenamiento para superar el estímulo, el deseo, la gana y la expectativa de acuerdo a tus fortalezas adquiridas.

Vas adquiriendo seguridad, autonomía y pensamiento crítico.

Lo importante es alcanzar la madurez formando hábitos que te hagan saludable, digno de amar y ser amado. Superar la meta meramente instintiva para elaborar actitudes de socialización que te permitan una convivencia sana.

La sexualidad es una condición neuroquímica de placer, que debe ser compartida porque va ligada al estado 141

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de ánimo. Existen situaciones que impiden a un miembro de la pareja ejercerla y hay que saber esperar el momento oportuno para favorecer la convivencia grata. Se pueden frenar los estímulos fisicoquímicos o desviar la energía a otras actividades familiares. El problema crítico es sobre todo en los machines. Cuando no quieren o no pueden frenar esta cascada de eventos, el instinto los frustra, desencadenando ira, coraje, desesperación y violencia. Esto ocasiona una cadena de calamidades que rompe la paz y la tranquilidad familiar. La educación de las neuronas de la sexualidad requiere paciencia y tolerancia a la frustración, llaves para la sana convivencia.

El amor es la respuesta. Hay muchas formas de enseñar a los niños y jóvenes el significado del amor, científicas y pedagógicas.

Yo creo que el mejor camino se da desde la fecundación, desde el momento en que los progenitores aportaron sus gametos para la formación de esa primera célula o cigoto. Deben acudir a estas primeras citas vestidos con el mejor ropaje saludable y estar conscientes que este acto tan maravilloso, que se gesta dentro del útero materno, es una bendición de Dios. Es tan compleja la fisiología de la multiplicación celular en sus diferentes etapas de cigoto a embrión, que cuando la conocemos a fondo nos damos cuenta que nada es por azar y hay una mano divina creadora del universo celular. Se forma un ser coordinado por trillones de células, todas trabajando con distintas funciones y con un solo objetivo, mantener la función óptima de un ser saludable. El objetivo divino es que con el equipo que nos proporciona, hagamos uso racional de los recursos vitales, humanos, ambientales y espirituales.

Ser fiel implica entrenamiento desde las primeras etapas de la vida. Las palabras te pueden convencer, pero el ejemplo de fidelidad es la guía del alumno. La vida ejemplar de los padres es básica, también la de la familia colateral, pero la básica es la que se mama y 142

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aprende todos los días.

En el barrio habitan muchos machos. Hay abuelos, padres, tíos, compadres y amigos que se les mueve la lengua en todas direcciones. Todo el sistema nervioso se estremece, sobre todo el cerebro medio emocional, al narrar o escuchar las aventuras de amor o sexualidad en la que los superhéroes de la fantasía o realidad equivocada discurren. Seres enfermos que crecieron en contextos donde el machismo es fundamental. Relatan con vehemencia sus paseos por burdeles, las cien o mil relaciones prostitucionales, sus amoríos extramatrimoniales con mujeres siempre bonitas, bien formadas, famosas, glamorosas y atractivas, que son fantasías o alegorías de su sistema límbico enfermo.

Confunden a los jóvenes que los escuchan, enseñando un camino falso para la vida. Algunos jóvenes inmaduros los idealizan y los etiquetan como seres valiosos en la comunidad. Los más sensatos los tachan de locos peligrosos.

No se necesitan sacerdotes santos como don Ángel para dar ejemplo. En Puebla hay personas sensatas que se han formado con valores sociales y espirituales, en donde están incluidos el amor, la sabiduría, la paciencia, el entendimiento, la piedad, el buen consejo, la fidelidad, la humildad, el buen servicio, la solidaridad, la sinergia y el temor a Dios. Como dice don Ángel, échate ese trompito a la uña, a ver si es cierto. Es difícil tener todos estos dones o valores, pero todo es posible cuando se vive cerca de Dios. Así es que si la quieres llevar bien con el Señor, hazlo tu compa. Tenlo cerca de ti para que no te equivoques. Total, es un amigo y no necesitas contarle. Él está contigo, te conoce y te asesora.

Decía un maestro de la escuela de medicina, don Melchor Vázquez: las buenas intenciones deben ir acompañadas de convincentes acciones con suficientes razones para que así te apasiones con las tareas de la vida. Si quieres tener cerca a Dios haz la prueba. Te aseguro que percibirás la vida de manera diferente. Sólo inténtalo, amigo.

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Terminaba la filosofía con una frase coloquial, no te arrugues cuero viejo que te quiero pa’ tambor.

Vel estaba apasionado con el año internado de pregrado. Podría ser el último año de carrera hospitalaria, porque si no se aprueba el examen para entrar a la especialidad, difícilmente se trabaja en el área de hospital. Don Garcilaso, un compañero filósofo de Vel en el año de internado de pregrado, había sido su compañero en la escuela primaria Tamariz Oropeza, en el oratorio. Le comentó en una sesión de comida hospitalaria que tenía la intención de escribir un libro sobre la vida inútil del médico interno de pregrado. Dando como causa u origen de su inconformidad que en el recinto hospitalario o hacienda, lugar donde viven los esclavos, las barracas de ellos eran las más apartadas, hacinadas y pestilentes. Lo decía en sentido figurado, así lo imaginaba el don. −Somos la categoría ínfima en la escala del esclavizaje. Por lo tanto, somos tratados con desprecio, rigor y sin contemplaciones. Los castigos con el látigo son enérgicos y dejan huellas imborrables en la piel o las circunvoluciones de la memoria. Nuestro trabajo no es reconocido como valioso, las actividades más nefastas son encargadas al perro más jodido, el que tiene más pulgas −decía don Garcilaso, médico, loco y poeta.

El motivo de la inconformidad fue que le endilgaron una guardia extra por no asistir a una sesión de hospital. Vel lo escuchó, dejando que fluyera su coraje y vomitara sus pensamientos infames. Tenía razón el don, las actividades médicas en el hospital eran exhaustivas. Inician el lunes a las ocho de la mañana en el servicio correspondiente.

El jefe de enseñanza solicitaba que a la hora de la visita médica, el médico interno de pregrado o el grupo de médicos residentes, tuviera conocimiento de la historia médica de todos los pacientes a su cargo. En el interior del expediente clínico, había 144

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que tener en orden los exámenes de laboratorio, radiológicos, electrocardiográficos, de medicina nuclear y fisiología pulmonar. Tenían que estar presentes en físico en el momento de la visita. A eso se refería el don con que, como médico interno, si la entrada al servicio era a las 8 de la mañana, uno tenía que llegar cuando menos a las 7 de la mañana para conocer a los pacientes de nuevo ingreso, los ya conocidos y tener listos todo tipo de estudios. La comitiva de la visita médica estaba integrada por el jefe de servicio en la delantera, seguido del residente de tercer año, de segundo año y de primer año, interno rotatorio de postgrado, y al final de la corte el de pregrado, cargando con todos los estudios paraclínicos, haciendo malabares o sacando como mago del sombrero el estudio correspondiente.

En ocasiones el estómago del interno giraba y se remolineaba porque le hacía falta alimento cuando no había tiempo para desayunar. En el trayecto hospitalario, en ocasiones había un remanso sobre la mesa para tomar alimentos de los pacientes.

Allí se podía descansar temporalmente el peso de los pesados documentos, que eran solicitados por el médico adscrito. Excepcionalmente, el jefe hacía preguntas médicas al de pregrado, pero cuando lo hacía sobre el paciente o su enfermedad con respuesta equivocada, se desataba un huracán de calificativos de burro para abajo. En cambio, cuando contestaba bien, el jefe le sonreía.

Después de la visita, los residentes tenían que elaborar notas de ingreso, notas de evolución y notas de alta. Enseguida de la acción mecanográfica, para los de mayor rango, asistencia obligatoria a sesiones clínicas, radiológicas e histopatológicas. El interno de pregrado se quedaba a elaborar historias clínicas de los nuevos ingresos, a llenar solicitudes de estudios de laboratorio, rayos X, a llevar muestras de sangre, orina o excremento al laboratorio y estar pendiente de recoger los resultados puntualmente para que fueran revisados durante el turno matutino de ocho de 145

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la mañana a tres de la tarde. A las doce del día, el interno debía asistir obligatoriamente a la clase formativa del servicio. A la una de la tarde, asistencia al comedor a comer lo que había, no lo que apetecía. A las dos de la tarde reportarse al servicio para preparar todo lo requerido para la visita vespertina de las 3 hasta las 5 de la tarde.

A esa hora empezaba la guardia en el piso correspondiente, desde las 5 de la tarde hasta las 8 de mañana del día siguiente.

Todo en el mismo tenor, a ritmo de vals 3/4 o a ritmo de Rock 4/4. Las actividades se realizaban de acuerdo a la programación del turno. Todo dependía de la afluencia de enfermos. De acuerdo a las prioridades podías tomar tu descanso o apurarte para terminar pronto tus obligaciones. La cena era a las siete de la tarde. A las doce de la noche se dividían las actividades becariales, de media noche a las cuatro de la mañana o de las cuatro a las ocho de la mañana. Por lo general cada guardia alternaba el turno con los compañeros del servicio, y en ocasiones de mucho trabajo no había división de guardia.

Había residentes amigables y bonachones que te dejaban trabajar a gusto en tu estilo. Otros no, eran intransigentes, fregones, caciques que te querían activo. Si no había pendientes te dictaban notas de evolución en la máquina de escribir. Los mamones, supervisaban las historias clínicas y por el más mínimo detalle o error, rompían los documentos para repetirlos. Los obligaban a realizar curaciones extras a pacientes o, por sus pistolas, no dejaban ir a dormir al joven estudiante en el turno de descanso.

La intención era degradar al de pregrado, latiguearlo o flagelarlo como a ellos se los hicieron en su contexto. Querían seguir con la cadena de calamidades y humillaciones de la que fueron víctimas.

La vida inútil del médico interno de pregrado, como dijo el don. Así lo sentía porque las actividades continuaban a las ocho de la mañana hasta las cinco de la tarde, cargando con el desve146

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lo, el cansancio, la fatiga y el estrés a cuestas. La única ventaja era que, ya conociendo a los pacientes y con los estudios listos para la visita, podía uno bajar a desayunar a menos que hubiera un residente perruno de los llamados fregones, que lo impidiera si le daba su canina gana. Así era en ocasiones, además del desgaste físico y mental asociado al ayuno, se modificaba la fisiología del sacrificado organismo que no dejó actuar en la noche a la glándula pineal para producir melatonina en el ciclo de la oscuridad para reposar. Los pasillos de los hospitales están demasiado iluminados para semejar la luz del día y bloquear la fisiología del sueño. Además, durante la guardia se libera cortisol en las horas correspondientes al reposo. Con el nuevo día continúa la formación de cortisol, con elaboración de glucosa por el hígado para mantener activos a los músculos. Las células viejas no se repararon, las toxinas no se eliminaron, los neurotransmisores cerebrales en vaivén. Por más adrenalina, serotonina, dopamina o glutamato que secreten, hay torpeza mental y física. Así, arrastrando el nuevo día, hay que ponerle esfuerzo hasta que den las 5 de la tarde para esperar el descanso que se quedó a deber al organismo durante las horas anteriores. Hay ansia y desesperación por alcanzar el sueño reparador. Por eso decía el don, la vida inútil del interno de pregrado.

Las historias clínicas elaboradas en papel quedan en el expediente y algún día alguien las destruirá. La toma oportuna de muestras, las curaciones, la recabada de resultados de laboratorio, que en su momento fueron oportunas, no tuvieron reconocimiento alguno por parte del clan de chamanes de la medicina.

Afortunadamente, las buenas acciones reciben gratitud de parte de los pacientes. Así son los bisnes en esta etapa de formación médica inhumana.

Pobre Don, le endilgaron una guardia extra por inasistencia involuntaria a una sesión de hospital. El maestro de Urgencias fue su maestro en la carrera de medicina y le pidió lo asistiera 147

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en una sutura a un paciente accidentado y realizaron el procedimiento con gusto. El maestro recién llegado y el alumno desvelado por la guardia, terminaron la compleja sutura de la mano en más de 40 minutos. Cuando concluyeron, faltaban 10 minutos para terminar la sesión en el auditorio. No se presentó el don a la actividad y el perruno residente se dio cuenta de la falta, castigándolo con una guardia extra. Le esperaba una nueva desvelada en la noche. −Ni siquiera me pidió una explicación. Sacó la espada filosa y me la clavó en el cuarto ventrículo. Cuando le quise explicar, le hizo al autista y no me fumó. Esto es esclavitud, injusticias de la vida −expresó furibundo.

Vel y sus compañeros hablaron con el jefe de enseñanza y le explicaron el suceso. Gracias a eso, el don fue exonerado. Cuando iban saliendo de la jefatura, el perruno residente les advirtió, cuando roten conmigo me los voy a fregar. Nadie le contestó y todos rieron disimuladamente. Cuando salieron de la sala de enseñanza Vel habló con don Garcilaso. −Cuán grande no sería tu malestar, don, que hasta de inútiles nos calificaste. Simplemente fue un mal día en todo este sexto año como estudiante, que es formador de habilidades y destrezas. Ese es nuestro trabajo y aunque los conocimientos los adquirimos en la escuela, hay que seguir estudiando pues el camino es largo. Ahora que lo recuerto, te voy a comentar lo que me tocó vivir con mi primo Toño. Él hizo el internado de pregrado en un hospital civil de Tlaxcala en 1968, cuando estaba el problema estudiantil antes de las olimpiadas. Durante los meses de huelga universitaria, me tocó compartir actividades con él en dicho nosocomio, un hospital de segundo nivel de atención, no como este centro médico de alta especialidad. Había médicos especialistas que sólo iban unas horas y ya no regresaban hasta el otro día porque iban desde Puebla. Un pediatra de apellido Villagrán y el ginecólogo de apellido Vergara, nada más. Casi 148

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todos los problemas eran abordados por médicos generales que le hacían al encapuchado para todo, No había más especialistas, para acabarla de fastidiar. Estos doctores generales, carecían de experiencia hospitalaria formativa. Iban una o máximo dos horas a supervisar y no regresaban hasta el otro día aunque había médicos que hacían más allá de lo normativo. Toda la actividad médica recaía en los médicos pasantes del servicio social, en los internos de pregrado, que entraban a trabajar el lunes a las ocho de la mañana y salían el sábado a las ocho de la mañana, los que tenían guardia sábado y domingo que se enclaustraban dos semanas seguidas para poder ir a su casa. Fíjate bien, maestro, quince días seguidos de guardia en hospital. Ellos se encargaban de la consulta externa en todas sus modalidades, de las urgencias leves hasta las graves o críticas, atención de partos en todas las presentaciones, tratamientos ortopédicos, tratamiento hospitalario de pacientes pediátricos o adultos hombres o mujeres, y entrar como ayudantes quirúrgicos o instrumentistas cuando se realizaban cirugías. Con un horario que incluía las 24 horas del día, eran jornadas a veces exhaustivas y otras veces tranquilas, aunque nunca faltaba el trabajo. Cuando tenían problemas serios que no podían resolver, se le hablaba al médico general para apoyo.

Recuerdo a los doctores Padilla y Saldaña, que eran baluartes en el hospital. Yo los ayudaba después de un entrenamiento intenso, elaborando historias clínicas, notas de evolución, efectuando suturas, atención de partos, colocación de férulas, instalación de sondas o instrumentista en cirugías. Era un buen aliviane para ellos, pero esa sí era sobrecarga de trabajo. Por eso le pusieron al sexto año de medicina, internado de pregrado, equivalente a permanecer dentro de la institución con los reglamentos hospitalarios correspondientes. Para que veas que no te cuento mentiras, me tocó ser alumno en esos tiempos de los médicos internos Antonio Gutiérrez García, José Juárez, Santiago Maldonado, Manuel Santos, Hans Hartman, José Vázquez, Raúl Montiel, Sergio Amezcua, Justino Cosetl Popocatl, Cirilo Aquiahuatl y Virgilio Ixtlapale. Esto te lo digo para que valores que son otros 149

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tiempos, con otro contexto muy diferente. Lo que hace la convivencia hospitalaria cuando estás de médico interno, son los médicos residentes. En otros lugares en donde no hay residentes es el médico adscrito, pero en todos los lugares hay médicos perrunos o nefastos y otros que son excelentes instructores amigables. −Yo tengo una clasificación gastronómica de los residentes por especialidad. Fíjate, mi Vel, los de cirugía son prepotentes, andan todo el día con el bisturí y las pinzas en la mano, son cortantes y filosos. Las órdenes son determinantes y si no lo haces te quieren convertir en eunuco. También son hemostáticos, cuando hay un incidente, lo quieren ocluir con unos coagulantes refrescos o plaquetarias tortas −dijo don Garcilaso, levantando la voz−. Los residentes de medicina interna son especiales y espaciales porque andan por las galaxias navegando. Con su mente psicodélica crean un sinfín de posibilidades. Su cantaleta del día es, como no cumpliste con tus deberes, es posible que te castigue con guardias extras, es probable que te ponga a tomar electros a todos los pacientes del piso. Lo más certero es que te traigas unas carnitas de cerdo acompañadas de unos ricos aguacates y unas tortillitas de maíz bien calientitas. Sólo así podemos llegar a un buen acuerdo y no a un mal recuerdo. Los residentes de obstetricia son amables y no pueden ser de otra manera pues su tarea no me parece muy agradable. Andan como aturdidos, lo único que te solicitan es una torta de moronga con un suculento refresco de sangría. Los residentes de pediatría son muy mamones pues andan con la mamila todo el día. Les encantan las onzas y los mililitros, todo lo quieren dosificar. Ante la inminencia de un castigo les regalo su chupón, una tortita de 250 calorías con una Chaparrita el naranjo. Los de ortopedia con una torta de tuétano se conforman, los de otorrino con unos tacos de lengua.

Los oftalmólogos con taco de ojo y los neurólogos con una torta de sesos. Los de endocrinología son bien hormonales, a esos les compramos tacos de machitos. A los gastroenterólogos los conformamos con un molito de panza, y por último, los de cardio150

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logía quedan satisfechos con unos suculentos tacos de corazón.

Mi Vel, así es el internado de pregrado, doce meses de trabajo arduo, difícil y espinoso. El siguiente paso después de la placidez relativa de la escuela de medicina, en donde hay estudio combinado con relajo, diversión y desveladas voluntarias que saben a suculento vino elaborado de osadías, bohemia con música de trío, trova de Serrat, melodías de Leo Dan cumbia, viajes, viejas y desorden organizado para relajarse de las actividades estudiantiles. Es este universo universitario, en donde los maestros con la mano en cintura te reprueban sin comentario adverso.

Hacen lo que tienen que hacer, valorar tu aprovechamiento. Si cumpliste sigues adelante, así es de fácil la vida. Ese cambio del quinto al sexto año es muy drástico para los que estamos acostumbrados a vivir la vida sin presiones. La vida hospitalaria se hace difícil por ese tipo de entes prepotentes que abusan de su autoridad para tratarte con menosprecio. Castigan injustamente porque de víctimas pasan a victimarios y solicitan recompensas que afectan tu economía. Tienen hambre no hipotalámica, sino de joder al prójimo. En resumen, mi Vel, hay que prepararse mentalmente para este año que te da la oportunidad de adquirir habilidades y destrezas indispensables en la formación médica.

También hay que buscar estrategias para combatir a estos forajidos resistentes a la buena voluntad del médico novel, que llega con todas las pilas puestas para aprender.

El amor crece, madura y se fortalece en todos los seres humanos. Hay que regarlo todos los días con gotas de voluntad inquebrantable para que el emisario se levante todos los días agradeciendo a Dios por un nuevo día y que se comprometa consigo mismo para ser amoroso con los seres que lo necesitan.

Por los que viven esperando estos momentos, por aquellos que carecen de estímulos afectivos. Ser amoroso es encontrar la oportunidad de demostrarlo, aun a pesar de los males, los malestares y los imponderables.

Es tener una actitud desafiante para persistir como fuente de amor.

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Paty estaba triste porque no sabía dónde le iba a tocar el servicio social a Vel. −Que sea donde Dios quiera. Que se vaya sin mí. Sé que lleva el compromiso de nuestro amor y lo tiene bien cimentado en el núcleo cerebral del no me olvides.

Los novios poblanos, las dos espigas del barrio del Carmen, cereales de avena y amaranto de María Auxiliadora, gotas de miel de San Juan Bosco, semillas de sésamo de don Ángel, siguieron con ese espíritu fervoroso por el camino de la oración a Dios para que nada ni nadie los separase. Se divertían en pareja, a veces acompañados. Todo empezó como una simple curiosidad por ir a la arena Puebla a ver el espectáculo de lucha libre. Vel invitó a Paty porque iba a luchar su tío Braulio, el enmascarado apodado el Cid Campeador. Allí les nació la afición por asistir cada vez que luchaba el tío Braulio, quien era amante de la historia universal y representaba al legendario héroe español nacido en Vivar. Así se motejaba Braulio, pues sentía en el corazón a su ídolo, personaje del siglo XI, quien curiosamente defendió su reino basado en su valentía y justicia.

Contaba Braulio que en la escuela prevocacional le tocó hacer una reseña del poema del mío Cid, con su personaje Rodrigo Diaz de Vivar. El héroe entró a formar parte de sus ideales y ahora que tenía la oportunidad, defendería con honor la memoria del legendario. Los novios, disfrutaban de la lucha de su pariente con alegría en el triunfo o en la derrota. La diversión estaba garantizada con las ocurrencias de la gente que asistía a la Arena Puebla, ubicada en la 13 y la 4 sur.

Sin querer queriendo, asistían ocasionalmente al espectáculo, lo que les dio la oportunidad de conocer de cerca a personajes históricos de la época, como el Santo, Blue Demon, Black Shadow, Dorrel Dixon, el Médico Asesino, La Momia, Cavernario Galindo, los hermanos Espanto, Xavier Escobedo, Copetes 152

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Guajardo y muchos más. Apreciaron la preparación física de los gladiadores, quienes, con sus técnicas o rudezas, demostraban la habilidad, la destreza, los malabares, las estrategias, las llaves, los topes, las quebradoras, el coraje, el ímpetu y la perfección acrobática en un ambiente emocionante. El espectáculo se complementaba con las actuaciones del público, que desencadenaban más de 300 carcajadas por función. A la salida gozaba el paladar con las suculentas cemitas poblanas, elaboradas con pan de sal adornado con sésamo y rellenas de milanesa, rajas con papa, quesillo, aguacate y jamón. Seguramente nuestros antepasados amerindios fabricaron las proteínas adecuadas para digerir con tanta perfección este manjar estimulante a la vista, olfato, gusto y tacto. La música estaba a cargo de los enamorados, con el sonido de sus risas juveniles.

Le tocó a Vel el servicio social en un municipio de la ciudad de Tehuacán, solamente 122 kilómetros de la capital poblana y 20 kilómetros para llegar a la clínica de seguridad social en el municipio de Ajalpan, la ciudad de los tempesquistles. Era un pueblo mágico con una población indígena que se comunicaba por medio de la mixtura del español y el náhuatl. La comunidad era pequeña y pobre.

La clínica estaba ubicada a un kilómetro del pueblo, a un costado de la carretera que conduce la ruta o corredor Tehuacán, Ajalpan, Calipan, Tilapa y Teotitlán del camino, que ya es Oaxaca. La clínica era majestuosa, con una extensión de dos hectáreas y diseñada con estilo moderno. Una entrada principal grande y transparente, enmarcada con hierro pintado de azul rey que soportaba vidrios gruesos y resistentes. Desde afuera se observaba la sala de espera, que contaba con cinco bancas rectangulares dispuestas linealmente y pintadas de color azul rey.

En cada una de ellas se podían sentar diez personas. Contrastaban con las paredes pintadas de color blanco. Unos macetones blancos estaban colocados estratégicamente en la sala de espera.

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Enfrente de las bancas había un departamento, impecablemente ordenado, que se utilizaba para las funciones de administración, farmacia y despacho de medicamentos. Detrás de las bancas, hacia el interior, estaba un consultorio, con aditamentos e instrumentos necesarios para dar atención eficiente. En el techo, un abanico giraba rítmicamente para desplazar el aire en diferentes direcciones. Más hacia adentro, había un cuarto para curaciones con la iluminación necesaria para realizar actividades de enfermería. Hacia el interior había un cuarto para hospitalización con dos camas, un departamento para medicina preventiva, un departamento para hospedar a dos pasantes de enfermería en servicio social y un pequeño jardín interior en el centro de las habitaciones.

Después de la sala de espera, hacia el interior de la clínica empezaba el paraíso terrenal. Se trataba de un camino de unos tres metros de ancho modernamente empedrado, custodiado en los laterales por arbustos de trueno. Desde allí se distinguía el verde prado extenso que alfombraba el terreno. Estratégicamente alrededor de las habitaciones, existían árboles altos y frondosos que elaboraban un fruto parecido a la aceituna, denominados tempesquistles. Había también unos granados y fresnos, la mayoría sobre alfombra verde. Los árboles galanos estaban vestidos de blanco por la encaladura reciente. En el centro del inmenso edén, había dos canchas encementadas con sus medidas oficiales, para jugar basquetbol y voleibol con sus tableros, aros, redes y postes bien conservados.

En la parte posterior de la clínica, como a unos 50 metros, estaban dos departamentos grandes. Contaban con modernas instalaciones y ofrecían confort y comodidad para el huésped en turno. La sala tenía un juego moderno de muebles. Había también un comedor de madera de encino con una mesa vistosa, apta para sentarse a saborear exquisitas comidas. En ese lugar se daría hospedaje a la máquina de escribir Olivetti para 154

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complementar la elaboración de la tesis doctoral. La cocina contaba con refrigerador, estufa y cocineta integral. En el interior de la casa había un pasillo que conducía a dos recámaras con camas confortables, burós laterales, modernas lámparas, closet con dispositivos para guardar ropa, suficientes sábanas y cobertores y un baño completo con sanitario. El privilegio de contar con agua caliente las 24 horas.

Cuando Paty la visitó por primera vez, dijo emocionada que a lo mejor nunca iban a tener una casa como esa, pero Vel le respondió feliz. −Es tu casa, mi amor puedes disponer de ella cuando vengas a visitarme.

–Cuánta razón tenían tus compañeros que te ofrecían dinero para cambiarte de plaza −contestó Paty sorprendida−. Ya sabían de lo hermoso de la clínica. −Pues cada vez que venga la familia la disfrutaremos como día de campo. Yo qué más quisiera que estuvieras conmigo las 24 horas, pero ya acordamos que en cuanto termine el servicio social y pase el examen de la residencia, nos enlazamos, mi amor.

Lo curioso de esta época es que todos los pasantes en servicio social de esta zona de Tehuacán, en las clínicas IMSS, SSA e ISSSTE, 17 personajes en total, estaban funcionando con médicos solteros, hombres y mujeres. Esto demostraba la madurez del sistema nervioso de estos personajes, con uso pleno del hemisferio izquierdo que es el que razona y planifica, dejando a un lado las emociones y pasiones de la época.

Cuando Vel se enteró que iba a ser director de la clínica en el aspecto médico y administrativo, se asesoró con su hermano Siete Pisos, quien era gerente del banco de Oriente en la ciudad de Puebla. El Siete le dio nociones sobre liderazgo, relaciones humanas, conocimiento del ser humano, integración de grupos, 155

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método científico, estadística, plan de trabajo y conocimientos básicos que servirían para esta aventura administrativa y médica. Cuando les dieron el curso de inducción al puesto iba más filoso que una hoja de acero inoxidable que se ensambla en un dispositivo para rasurar, barba, bigote y patillas.

Para entonces Paty ya se había acoplado con la familia de Vel y mantenía una amistad saludable con Chiritas y su familia. Era invitada de honor en las giras viajeras, acontecimientos festivos, fiestas parentales y había buen acople con los padres, hermanos, primos, tíos y abuelos. Era un miembro más de la tribu, como acostumbraban llamar a la familia. También las visitas recíprocas con don Joel y su familia eran frecuentes. Se respiraba un ambiente de confianza y cordialidad, existía solidaridad en los momentos en que las cosas se volvían difíciles o críticas.

Los trabajadores de la clínica eran excelentes seres humanos, con su diversidad biológica y cultural, fáciles en el trato y dóciles para obedecer. Ellos marcaban sus límites y una llamada de atención oportuna era suficiente para continuar ese ambiente que con el tiempo se hizo familiar. Eran personajes que transitaban por la edad de madurez biológica con mayor edad que su director. Se trataba de Martita, Silvia, Rosa, Elvira, Pedro y Manuel. Seis meses después de iniciar actividades, llegaron dos pasantes de la escuela de enfermería, un pasante de odontología, un nuevo pasante médico y trabajadoras temporales del programa de detección oportuna de cáncer cervicouterino. Pasaron a ser personas que dependían de la autoridad médica y administrativa. Afortunadamente, la fiesta se llevó a cabo en paz y tranquilidad. Cada quien cumplía con sus funciones eficaz y eficientemente.

El horario de trabajo era cómodo, de las ocho de la mañana hasta las ocho de la noche de lunes a viernes, con descanso sábados y domingos. Era una clínica con clasificación B. Las demás clínicas de la región laboraban las veinticuatro horas del día 156

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incluyendo sábado, domingo y días festivos. Había dos médicos por cada clínica, lo que para Vel significaba mayor tiempo para estudiar para el examen profesional y el de la especialidad.

El único problema existente en esta clínica es que no había cocinera ni cocina para el personal. Cada quien se procuraba su alimentación como podía. Vel fue el primer médico en llegar, y al inicio sólo contaba con personal basificado de la clínica que era gente del pueblo. Martita lo asesoró sobre los lugares donde podía comer. Había un pequeño restaurante en el que sólo vendían quesadillas y patas envinagradas. Una pequeña plaza era la principal para pasear. Podía comprar víveres en el supermercado, que al mismo tiempo era farmacia, y había una caseta telefónica para llamadas de larga distancia.

Dios le puso los medios para hacer grata la estancia durante el año de pasantado. Al inicio de actividades en enero, la ambulancia de la clínica de Calipan que estaba a 20 minutos de distancia, era manejada por don Nico, un señor de edad madura entre 40 y 50 años. -cuando los tiempos se lo permitían, recogía a Vel y lo llevaba y retornaba a su clínica después de comer y cenar.

Cuando no era posible, se tenía contemplado el plan B para la vía digestiva, que consistía en la ingesta de sándwiches por lo general de jamón o queso, y en ocasiones ingesta de atún o sardina enlatada. Así se respetaba el reloj biológico nutricional.

Un día en que no acudió la ambulancia, Vel decidió conocer el pueblo que estaba a un kilómetro de distancia. Como no contaba con vehículo se dirigió hacia el pueblo caminando. Durante el trayecto pudo apreciar a los lados de la carretera los apancles o canales de agua, con un metro y medio de anchura, que conducían el agua hacia las comunidades vecinas. Por este camino de terracería anduvo con paso firme y seguro y pudo apreciar a unos 15 metros hacia adentro de la carretera, casas elaboradas de adobe, coronadas con techos de tierra que se notaban deterioradas. Como a medio kilómetro salieron a su encuentro dos 157

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canes bravos que ladraban amenazadoramente y no le permitían el paso. Salió de la casa un joven con aspecto de jornalero del campo y calmó a los animales para que pasara el viajero. Vel le dio las gracias. No había caminado ni diez metros, cuando se le acercó el lugareño. −¿Eres el nuevo médico pasante? −Sí, estamos para servirte en la clínica.

El muchacho decidió acompañarlo al centro del pueblo y se fueron platicando. Se llamaba Antonio y lo llevó a la tienda de abarrotes de Martita, la administradora de la clínica. Ahí compró pan Bimbo, jamón, queso, latas con atún, sardina, chiles en vinagre, una frasco de mayonesa, leche y pan de dulce. Martita quedó de llevárselos a la clínica en su camioneta. Luego fueron a un pequeño negocio donde elaboraban quesadillas. En un depósito de vidrio transparente se observaban unas suculentas patas de puerco envinagradas y decidió invitar a comer a Toño. Comieron con avidez los alimentos, acompañados de un delicioso refresco de Orange Crush. Ya con la panza llena se dirigieron a la tienda de abarrotes más grande de la región, que al mismo tiempo era caseta telefónica de larga distancia y farmacia.

Se llevó una grata sorpresa al encontrarse con don Oswaldo y Nachita su esposa, padres del doctor Oswaldo. Al verlo, el senecto señor salió del mostrador y abrazó fuertemente a Vel. −¿Qué andas haciendo por estos rumbos? −Aquí me asignaron el servicio social y hace una semana que llegué. Tenía entendido que usted vivía en Tehuacán.

Don Oswaldo se dirigió con amabilidad a Toño, le extendió la mano y lo saludó. −¿Cómo estás, mi Toñazo?

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−Bien, don, muy bien −contestó el joven alegre. −Fíjate, Vel, que tenemos nuestra casa y unas tierritas allá en Tehuacán, pues somos de allá. Pero un hermano se fue para Estados Unidos y me traspasó este negocio que comparto con mi esposa. Ya tenemos muchos años en este trabajo. La razón es vivir y servir. Nuestras tierras las laboran parte de la familia de Toñito, gente trabajadora y honesta. Me da gusto que estés entre nosotros y qué bueno que vas a estar aquí. Seremos buenos anfitriones contigo, y a lo mejor hasta amigos nos hacemos. Mañana sin falta te esperamos a comer. ¡Y a usted también, Toñito! −Gracias, don. Muy amable. −Me caes bien, muchacho. Las experiencias pasadas no nos quebraron el corazón, así es que con el sentimiento en la mano te invitamos a comer. Para nosotros no va a ser ninguna molestia, por el contrario va a ser un día de fiesta. ¿Verdad, viejita? −dijo el don. −Sí, muchacho. Eres como familia desde que te conocimos − contestó Nachita desde la cocina.

La consulta duraba de las ocho de la mañana hasta las dos de la tarde. Continuaba un descanso dos horas, para después reanudarla de las cuatro hasta las ocho de la noche. Desde el primer día, el médico pasante estableció las reglas para llevar a cabo todos los programas institucionales de planificación familiar, control prenatal, atención del recién nacido, control del niño sano, aplicación de inmunizaciones, prevención y control de diabetes mellitus, hipertensión arterial y detección de cáncer cervicouterino. Había que revisar diariamente los refrigeradores con los biológicos dispuestos de manera correcta, manteniendo la temperatura adecuada y el biológico en equilibrio. Que no falte, que no sobre, que los biológicos antiveneno contra alacrán, viuda negra y crótalo estén vigentes con la caducidad correspon159

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diente.

Diariamente había que supervisar la limpieza de la clínica, que se mantuviera impecable. No había necesidad de consejo, más bien de motivar a doña Silvia, quien realizaba el trabajo con excelencia. Había una comunicación personal con las enfermeras durante las horas de trabajo y en los remansos de tranquilidad. Eran personas adultas, asiduas, puntuales y empáticas. La conversación estaba dirigida a conocer lo que platicaran de su historia personal o familiar. A través de esta comunicación se creaba un ambiente de confianza que le daba sello a la casa con calidad, calidez y amabilidad. El trabajo técnico era de buena manufactura, la toma de signos vitales, aplicación de vacunas, curación de heridas, asistencia en los procedimientos médicos y atención oportuna en las urgencias.

Desde el primer día de trabajo, Vel le solicitó solidaridad al personal en los casos aislados de contingencia con personas accidentadas para acudir sin estar de servicio. De alguna forma se les pagaría su asistencia. Ya le había comentado Humberto, el pasante anterior, de estos imponderables de la vida. Aunque no era obligación atender partos, cuando era inminente el nacimiento de un recién nacido se efectuaba la atención obstétrica en la sala de expulsión y se contaba con el área y el instrumental.

El aseo de la sala, el lavado de la ropa, el aseo de instrumental y todo quedaba dispuesto para que cuando pasara la ambulancia se llevara el bulto de ropa a esterilizar a Tehuacán. Por lo que respecta al personal, sólo había satisfacción en sus rostros, las enfermeras Elvira y Rosita siempre dispuestas al trabajo. Los muchachos de mantenimiento eran dos alegres compadres, risueños y bromistas a los que les gustaba su trabajo y lo realizaban bien, salpicado de ingenio. La clínica funcionaba al cien con su labor. En ocasiones, cuando se nos cuatrapeaba el lóbulo temporal, por falta de entendimiento de la lengua náhuatl, llegaban Pedro y Jesús a sacarnos de dudas. Cómo no iban a resolver el 160

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problema santos personajes.

Es importante conocer a los seres humanos compadrito, sus fortalezas y debilidades, para que puedas entenderlos. Sólo así te vuelves humano. Dijo el maestro Jesús, ama a tu prójimo como a ti mismo. A lo que yo le agrego, es que entre más lo conozcas, atiendas y entiendas, lo amarás mejor. Eso dijo Siete Pisos.

Es cierto, pensaba Vel, hay que entender a los seres humanos.

Qué trascendente es visualizar la percepción que tenemos sobre nosotros mismos. Esto es lo que llamamos conciencia, lo que nos hace grandes o nos achica. Lo que nos muerde y remuerde el pensamiento como consecuencia de actos pasados o presentes que limitan o activan la conducta humana. Estos secretos sólo nos pertenecen a nosotros. Son recuerdos que están guardados porque pueden lastimar a otras personas o a nosotros mismos.

No se comparten, permanecen escondidos hasta el día que decidamos liberarlos. A lo mejor, nunca. Es difícil conocer integralmente a las personas.

Las conductas humanas acompañadas de gentileza, muy frecuentemente son correspondidas con la misma moneda. Don Oswaldo y Nachita lo invitaron a comer un día y pronto se hizo costumbre. Para corresponder, Vel los ayudaba a despachar mercancía, surtir recetas y facilitar la comunicación de larga distancia en sus dos horas libres. Se ganaba su comida diaria, y después, caminando o corriendo llegaba a su consulta vespertina. Cambujo y Sultán, los canes de Toño, conocían sus humores o sentidos y lo acompañaban hasta la clínica como dos amigos guardianes.

Vel era muy cariñoso con los viejos. Diariamente a su llegada, saludaba al don con mucho respeto, a la viejita la besaba en su frente, la abrazaba o hasta bailaba con ella. Los viejos le decían hijo y así pensaba toda la comunidad, que era el hijo médico que había llegado después de tantos años de ausencia. Era una 161

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bendición para los padres orgullosos y para la comunidad que tenía Seguro Social.

Todos los fines de semana, Vel partía a la Puebla a disfrutar a la familia, a la amada novia, al oratorio, a su madre auxiliadora y a sus amigos Juanito y Domingo sin olvidar a don Ángel, quien le asignó la tarea de consultar a los niños enfermos y hacer un chequeo general a los de fuerza infantiles y juveniles por si alguno tuviera alguna enfermedad no detectada. Así lo hacía el discípulo obediente acompañado de su fiel enfermera de lujo.

Se divertían con las ocurrencias de los niños durante las entrevistas o la exploración física. La risa con todas sus aliadas se hacían presentes los sábados de las cinco a las siete de la tarde en una pequeña habitación debajo de las escaleras que preceden a la capilla. Apenas si cabían los tres miembros de la comisión de salud.

Después del trabajo, no faltaba una entrevista con el alzacuello más blanco de la historia salesiana. −Mis queridos amigos, me da gusto verlos tan contentos. Hasta me están dando ganas de tener una novia. ¡Ah, pero tiene que ser Paty! Si no, no vale la pena. Más vale buena por conocida que mala por conocer. −Pues no se quede con las ganas. Según tengo entendido es novia de los dos, así es de que no le sea infiel −contestó Vel. Una risa general iluminó el oratorio. −Oigan, ya fuera de relajo, ¿para cuando me dan la sorpresa nupcial? −Muy pronto, padre. Estamos juntando ahorros con nuestros sueldos. La fiesta va a ser sencilla, y ando buscando un vestido económico con accesorios de acuerdo a nuestras posibilidades.

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Compramos muebles sencillos para el hogar. Comprenda, padre.

Somos pobres. Vamos hacia el altar, paso a paso, verso a verso, y usted es nuestro guía previsor que nos orienta. Usted dice que el amor es un proyecto que se crea a largo plazo, se construye en la mente de cada persona y cada quien lo percibe de manera diferente. Alguien espera servir o ser servido, dar o recibir, sacrificar o disfrutar, invertir o ahorrar. Es difícil elaborarlo. En realidad, se necesita mucha cooperación para empatar las emociones y las necesidades. Luego usted enfatiza enérgicamente, recuerden, es un proyecto de vida con cimientos sólidos. Para que permanezca por toda la vida, no es desechable. Construyan su vida sobre una roca que es la obra de Dios −dijo Paty.

Sólo una vez había ido la familia a la clínica, ya que Vel iba cada ocho días de visita a Puebla. No le platicó a Paty la relación que tenía con Oswaldo y Nachita, porque a lo mejor la incomodaba y no le quería remover recuerdos no muy gratos. Ya les había dicho un mes antes a los viejos que iba a llegar un nuevo pasante médico y que se iban a turnar las actividades en la consulta, Vel por las mañanas y Miguelito por las tardes y que a lo mejor pasaba más tiempo con ellos. El don casi se volvió loco con la noticia, al igual que Nachita.

La primera tarde comieron alegremente y después se fueron a la tienda con los clientes. Vel los atendía como siempre alegre y amable. El don despachaba y Nachita cobraba. La gente apreciaba lo contento que estaban, hacía mucho que no disfrutaban la vida tan plenamente. Pero esa tarde Vel los notó inquietos, como si algo los preocupara. Estaban muy arregladitos y hasta perfumados. Después de seis meses de convivencias, ya la confianza estaba en los umbrales de familiaridad. Se mantuvo cerca de Nachita, bromeando y adulando su belleza, mientras el don disfrutaba con los piropos en rima del muchacho consentido.

De seis a siete de la tarde llegó muy poca gente. En el patio trasero de la miscelánea, que de todo vende y atiende, había una 163

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algarabía inusual con música en vivo. El don cerró la puerta que daba al patio para que pasara inadvertido a Vel. A las siete de la tarde llegaron la sobrina de Nachita y una ahijada para hacerse cargo de la tienda. Sorpresivamente abrieron la puerta que daba al patio, revelando que había una multitud de lugareños en el patio trasero con una banda de música, globos, confeti y una puerta con un letrero que decía consultorio médico. Más atrás había una cancha encementada con una canasta para jugar basquetbol. Vel estaba sorprendido cuando lo tomaron del brazo el don y Nachita. En ese momento empezaron los aplausos, la banda tocó una diana y a una señal del don los asistentes guardaron silencio. Habló con un nudo atrapándole la voz. −Estimados amigos, Nachita y yo tenemos el orgullo de presentarles a mi hijo médico, quien a partir de este momento queda cargo de este consultorio que atenderá por las tardes. Se llama Vel, ya ustedes lo conocen. Es el director de la clínica del Seguro en las mañanas. Por las tardes dedicará su tiempo a la atención de los enfermos de la comunidad. Esperamos que se sientan complacidos. Disfruten de la fiesta, la música y los platillos exquisitos. Muchas gracias por su asistencia.

La gente acudió a felicitar al trío familiar, como lo había integrado don Oswaldo. Niños, jóvenes y adultos les daban los parabienes a través de palabras halagüeñas, saludo de mano, abrazos y besos. Todo era emoción para los viejos, que disfrutaban del momento como un deseo cumplido, una oración que llegó al cielo y recibió respuesta divina. Parecían niños con zapatos nuevos, jóvenes en su primer beso de amor, adultos con sus proyectos aprobados, senectos con un hijo agradecido y complaciente. La festividad los acompañaba en cada mensaje de felicitación. La fiesta transcurrió hasta las diez de la noche, pues el día siguiente era laborable y no se podía desvelar la gente.

Todos se retiraron contentos con las atenciones recibidas y con la novedad del hijo pródigo que regresaba a casa después de una 164

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larga ausencia. Nadie notó el cambio de primogénito y todos se creyeron el cuento.

Cuando estuvieron solos, las lágrimas en torrente brotaron de las glándulas que producen líquido limpio y cristalino de don Oswaldo. Cuando empezó con la explicación y las disculpas, Vel lo interrumpió con un abrazo. Las explicaciones redundaban, los hechos plasmaban un sentir que nace del alma y del corazón.

No había nada que decir por parte de ellos −Miren, mis nuevos padres, porque así lo han demostrado, así lo he sentido y así lo he percibido en este tiempo. Como no puedo llamarlos papá y mamá porque ya los tengo, siempre me ha gustado el calificativo de jefe, así es que de hoy en adelante tengo jefe y jefa. Ustedes pueden decirme hijo con toda confianza o Vel. Ya le habían platicado a Vel unos meses antes que los viejos trabajaban como burros para mandarle dinero al hijo que por motivo de estudio tuvo que emigrar a la ciudad de Puebla. Se fue al terminar la primaria y nunca había regresado. Cuando ellos iban, a Oswaldo le daba vergüenza que la gente los identificara como sus padres. Era serio, taciturno, introvertido, reticente y mal agradecido. Cada rato les manifestaba que mejor no fueran a buscarlo y que él les hablaría por teléfono pues no hacía falta su presencia en la ciudad ni en su vida.

El hijo vivió con un tío materno que tenía el mismo carácter, con una seriedad y resistencia a lo social. Él le enseñó el camino de una socialización reprimida y melancólica. Eso se lo habían platicado Lilia y Andrea, sobrina y ahijadas de los jefes. Por eso Vel no dijo nada y no opuso resistencia. Empató con ellos, se puso en los zapatos de ellos y aceptó la familiaridad con gusto, como lo hubieran hecho los apóstoles de Jesús. Sobre todo Juanito, que era el más joven.

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La familiaridad se acrecentó en confianza y en unos meses subió como en el ascenso de los montañistas hasta el pico más alto.

El hijo y los jefes trabajaban al alimón, sinérgicos, una mano en busca de la otra. Vel daba consulta por las tardes, con excepción de los jueves que tenía que ir a las sesiones de hospital a la ciudad de Tehuacán. Ese mismo día por las noches, se reunían los pasantes en servicio social, que en total eran 17 en la zona, 10 hombres y 7 mujeres, todos solteros. Cada semana la clínica anfitriona se encargaba de la cena para todos los comensales e invitados. Las ambulancias de cada clínica se encargaban de transportarlos al sitio de la reunión, generalmente sitios paradisíacos con amplios jardines. Los departamentos eran cómodos y confortables. Las reuniones tenían como finalidad estrechar lazos de amistad entre los conocidos y con los que llegaban de otros estados. Degustaban guisos tradicionales de la región, tomaban vino en forma moderada, sin faltar el respeto a los compañeros. La diversión incluía cantar, bailar, declamar, contar chistes y anécdotas. La juventud daba garantía de que la diversión fuera sana y con sus límites correspondientes.

El objetivo principal era el estudio. Cada uno de los participantes debía acudir a la reunión con un cuestionario elaborado sobre tres temas actualizados del área médica, que servirían de base para el examen profesional o para el examen de ingreso a la especialidad. Eran dos pruebas con alto grado de dificultad, que había que aprobar para enfilarse al éxito de la carrera médica.

Ya estaban en el camino y cada quien diseñaba su proyecto de vida personalmente. Todos querían llegar a la meta y cada quien con su método.

Vel tenía amistad con todos pues su carácter alegre y sincero facilitaba una convivencia sana. La mayoría eran compañeros de la escuela de medicina, pero otros eran de Veracruz, Tabasco, Tlaxcala, Morelos y el DF. Durante la convivencia amistosa se forjaron algunos noviazgos. Una de las pasantes foráneas, ase166

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diaba a Vel desde su llegada, queriendo pasar de la amistad a relación sentimental. Un día de reunión, ella estaba eufórica por la ingesta de alcohol e insistía en una relación más profunda e íntima. Estaba encaprichada, despechada por el rechazo y ofendió a Vel llamándolo poco hombre. Respetuosamente, Vel sacó de su cartera el retrato de Patricia,. −Mira, amiga. Si esta vieja sabe que le fui infiel, me corta los órganos productores de testosterona. Por eso no me arriesgo, quiero seguir vivo y fecundo.

Mariel y los que estaban alrededor soltaron una carcajada estrepitosa. Con esta estrategia se solucionó el problema ya no volvió a insistir. −Qué buena puntada te aventaste, Vel. Es buen método para las viejas insistentes −le dijo el Enano.

La conversación sonora se escuchaba acalorada y estaba enfebrecida. −Fíjate, hermano, que todos estaban atentos a ver qué estrategia inventabas o de plano te involucrabas con ella. Más de cinco solicitaban tu lugar, pues es muy hermosa la tabasqueña.

La vida y el pasantado continuaronn su marcha y una semana del mes de septiembre, Vel recibió indicaciones de los directivos de Puebla de persuadir a los trabajadores de la clínica para que trabajaran las siguientes cuatro semanas todos los días de la semana o enviarían personal suplente los días sábado y domingo.

El motivo era que la Clínica 28, la más cercana, tenía desperfectos en la sala de expulsión y todos los partos se derivarían a la clínica 27 durante ese mes. Los pasantes médicos no podían abandonar el área de consulta y atención hospitalaria. Les mandarían comida los tres turnos.

Los jefes se pusieron contentos. La familia de Vel y la de Paty 167

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cambiaron los planes de fin de semana, pues deseaban estar con su consentido en esa mansión campestre. Se alistaron los dos carros, el de Chiritas y el de don Joel, todos prestos al viaje. Vel le platicó a su compañero Miguel que iba a ir su numerosa familia el fin de semana, y que si quería se podía ir a Veracruz. Él se haría cargo de la consulta y partos. −Encantado, caballero. Tenemos compromisos familiares estos dos fines de semana, déjame decirle a mi ñera que siempre sí nos vamos. Se va a poner suchi.

Le dejó las llaves del departamento para que guardaran enseres domésticos y objetos personales en el closet. Ordenaron cambio de ropa de cama a las dos recámaras y dejaron también dos sacos para dormir que eran de ellos. Hizo lo que tenía que hacer con un amigo, dar y recibir. Tenían buen acople, así era la vida comunitaria en la clínica.

Llegó la multitud de viajeros contentos, alegres y dispuestos a divertirse. No hubo problema en la distribución y se hizo un campamento masculino y femenino para ocupar los departamentos. Para la diversión iban todos en bola, niños, jóvenes y adultos. Todos se peleaban las dos hamacas atadas a los árboles, una por departamento. Organizaron juegos de basquetbol, en los que Chiritas y Joel eran los maestros y cada quien comandaba un equipo. En los partidos de voleibol, Paty era la mandona contra el equipo de Siete Pisos. Hubo carreras internas alrededor de la clínica, relevos, carrera de carretillas, futbolito y béisbol. Después de la fatigante actividad, utilizaron las mangueras con las que regaban los prados para bañarse. Enseguida tocó la suculenta comida. Llevaban guisados elaborados por la mañana para recalentar. Prepararon quesadillas, sándwiches y hot dogs.

Para acompañar los alimentos llevaron refrescos Barrilito Okey, Jarritos, Pato Pascual, Lulú, Delaware y Chaparritas el naranjo.

Para el desayuno prepararon chilaquiles, frijoles, huevos al gusto y fruta fresca. Para la cena comieron pan de la florecita y la flor 168

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de Puebla acompañado con un suculento chocolate.

Paty y Vel se divertían dando consulta en la clínica. Atendieron dos partos y luego vino la calma. Doña Silvia, la trabajadora de intendencia, le obsequió a la familia una olla de frijoles charros, y Martita un depósito con limonada. Rosy llevó una cazuela con arroz y doña Elvira una olla con tamales oaxaqueños..

En un momento de calma, Vel le pidió el carro a Chiritas para ir al centro. Todos querían ir pero se quedaron con las ganas porque sólo llevó a Paty. Al llegar a la tienda de los jefes le dijo a Paty que lo esperara y la dejó en el límite de la entrada. Quería que contemplara la escena fraternal inesperada para ella. Salieron el don y la doña del mostrador, lo abrazaron y besaron. −¿Qué pasó mijo? No te fuiste, ¿qué pasó?

Ella no comprendía por qué los padres de Oswaldo daban tantas muestras de afecto a Vel. −Vengan acá, mis viejitos consentidos. Les voy a presentar a mi querida novia Paty.

Ellos se afectaron, no sabían qué decir y se quedaron pasmados. −Abrázalos, mi amor. Ellos son mis padres desde que llegué a esta región. Me han bendecido con su amistad y son también tus suegros.

Paty se dirigió hacia ellos y los abrazó intensamente. −Deseaba con todo mi corazón pedirles perdón por lo pasado, pero ya veo que el destino se empeña en reunirnos −dijo Paty acongojada−. No sabía nada de esta situación, les pido disculpas. Ya Vel me las va a pagar. −No, por favor. Él es para nosotros la gota de agua que inundó 169

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nuestro desierto de tristeza. Nos ha devuelto la alegría de vivir.

Dios nos mandó este regalo, no vayan a tener problemas por nosotros −dijo el don. −No se crea, señor. Sé lo que tengo, un compañero leal que abre caminos de amor. Todo se lo debemos a Dios, la Virgen Auxiliadora y Don Bosco −reiteró Paty. −Estoy de guardia todo el día y la noche, jefecita. Así voy a estar durante estos cuatro fines de semana septembrinos −explicó Vel−. Paty no vino sola, viene acompañada de su comitiva familiar que más tarde seguramente los visitará. Primero les traje la joya principal, luego vienen los no menos valiosos. Ya me voy, no sea que llegue una urgencia.

Se acercó a ellos, besó en la frente al don y a Nachita la cargó para besarla en la mejilla. Paty se despidió cariñosamente de ellos.

Paty salió abrumada de la sorpresiva reunión familiar. No entendía estos lazos tan íntimos ni la manera como se habían fraguado. Si no eran metales los que se habían moldeado, ¿cómo se creó esta unión afectiva, para ella incoherente? Cuando más ensimismada estaba, Vel le explicó las circunstancias que dieron este encuentro que subsanó debilidades humanas a través del amor.

La diversión campestre estuvo garantizada los tres fines de semana. La convivencia fue beneficiosa para el grupo pues se afianzaban los lazos familiares dentro de un marco de confianza.

Los jefes también participaron en el segundo y tercer domingo de festividad, agregándose a la multitud. Esos días se armonizaron con el medio ambiente, todo en un tiempo determinado.

Durante todo el año, en las noches, Vel trabajó en la elaboración de la tesis doctoral con base en el protocolo oficial. Le dedicaba tiempo a su trabajo de investigación transversal. El 170

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tema a tratar era el diagnóstico oportuno del embarazo ectópico por medio de estudio laparoscópico. El asesor y director de la tesis era el prestigioso médico ginecoobstetra don Jaime Chargoy. Iniciaron el trabajo en el año de internado y en septiembre ya estaba terminada y aprobada por los supervisores de tesis de la facultad. Automáticamente se le dio fecha para el examen profesional el 15 de octubre en el Paraninfo del Edificio Carolino a las nueve de la noche siendo sinodales un médico ginecoobstetra, un neumólogo y el decano de la escuela, doctor Miguel Arroyo. Los contenidos temáticos eran 300 en total y cada quien elegía el método de selección del tema con un ánfora con pelotas numeradas, una bolsa de plástico conteniendo en el interior boletos numerados y una cartulina rectangular con 300 rayas numeradas. De acuerdo al azar, surgía el número con su tema correspondiente.

A otros sinodales se les ocurría preguntar respecto a la especialidad que ejercían. Algunos interrogaban sobre la tesis o un sinfín de posibilidades. Solamente el decano había sido su maestro en la escuela. Los otros dos eran reconocidos maestros de la escuela.

La espera para el evento profesional todavía era tranquila cuando faltaban dos días. Eran desesperantes las últimas 24 horas. Vel estaba bien estudiado, sin embargo, la gran cantidad de temas no eran un menú fácil. Algunos temas estaban fortalecidos por la práctica, pero otros eran de difícil comprensión o desconocidos porque nunca has atendido paciente alguno. Durante este tiempo, las entrevistas con la familia y la novia fueron fugaces pues la mente estaba concentrada en el estudio de apuntes, libros y revistas. Entre más didácticas, mejor para el cliente. El día y la noche se hicieron cortos, sobre todo en el último cuarto del partido, en la zona de franja roja, donde a veces se debilitan la mente y las conexiones creativas.

Vel solicitó sus vacaciones dos semanas antes del examen para 171

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machetear los conocimientos, hacerlos pedazos y luego sintetizarlos para comprenderlos mejor o para digerirlos de una manera fácil. También los machacaba para hacerlos puré de coco que era su helado favorito. Los repasaba una y otra vez, hoja tras hoja para que el ojo los transportara al área de la memoria y comprensión. Así solían expresar el estudio en ese tiempo los estudiantes de medicina.

Uno de estos días de vacaciones, Paty le pidió que le llevara unos dulces del mercado Parían. Quería dárselos de obsequio a un paciente de Tabasco que no era diabético. Se los llevó al área quirúrgica y salió la preciosa con su traje de quirófano. Recibió el obsequio y luego le dio un beso sellado y prolongado, justa recompensa para su amado. Al darse cuenta el jefe del servicio, les dijo a sus jóvenes amigos, Vel, no cuente dinero delante de los necesitados. Antes de irse, le preguntó a Paty sobre el paradero de Oswaldo. −No está en quirófano, mi amor. Anda en la visita médica o en la biblioteca. Adiós, hermoso. Te veo en la noche.

Fue en busca del hijo malagradecido y lo encontró saliendo de la biblioteca. −Oswaldo, ¿puedo hablar contigo?

El galeno se aturdió al ver que el estudiante le hablaba de tú y contestó molesto. −¿En qué te puedo servir? Aunque te anticipo que he dejado de molestar a Paty. La saludo lo menos que puedo.

Vel se rió ante la respuesta. −No, no te busco por eso. El asunto es otro. Me tocó el servicio social en Tehuacán, en donde viven tus padres, quienes son mis jefes actualmente. Cuando llegué los encontré muy deteriorados 172

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de la mente, deprimidos, tristes y abatidos. Afortunadamente el destino me puso en su camino y nos hicimos amigos de mucha confianza. Se rebasó la amistad y me identificaron como hijo, por eso les digo jefes. Los aprecio en verdad. No recibo regalos ni obsequio de ellos. Sólo cariño, que es lo que nos une. En las tardes trabajo en tu casa, despacho mercancía, atiendo la caseta telefónica, surto las recetas y doy consulta cuando puedo. Eso los hace felices. Lo sublime sería que fueras tú quien ocupara mi lugar. Por eso te hablo de tú, porque la familiaridad que me han dado tus padres me da el título de hermano. Cuando llegues allá, ya no serás el único. La gente dirá que eres el hermano mayor. Disculpa que te hable así, pero lo hago por ellos, por mis depauperados viejitos, a los que darías la más grande felicidad si fueras a visitarlos. Sé que tienes muchos años sin ir a tu casa y cuando ellos vienen a visitarte haces que se sientan incómodos.

Temen que te de vergüenza su condición humilde y trabajadora.

Al hijo desobligado le calaron las palabras, sobretodo porque venían de un joven desconocido que no tenía derecho de entrometerse en su vida. Se quedó callado, palideció y agachó la cabeza. Reconoció la omisión de cuidados y afecto hacia sus padres. Después, sin mediar palabra, inició la marcha hacia las escaleras con lentitud, como si le hubieran dado una paliza mental y física. Antes de subir las escaleras, Vel lo abordó. −Doctor, discúlpeme por meterme en su vida. A mí no me corresponde, y si le falté al respeto, le pido perdón por el atrevimiento. −¿Me vas a hablar de tú o de usted? Dijiste que éramos hermanos, y esta regañina nadie me la ha dado nunca. Me hacía falta. Me orinaste, cagaste, escupiste y ahora me hablas de usted. ¿Dónde está la confianza fraternal? De todo lo que dijiste, hay una cosa que me alivió el alma y el corazón. Siempre he tenido el deseo de tener un hermano y me gustas para brother. Es una buena idea. Te pido de favor que así como adoptaste a mis pa173

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dres, me adoptes a mí como hermano.

Los dos hermanos que se acaban de conocer se fundieron en un abrazo con una amistad que no nace de la parentalidad, sino de la parte íntima de las neuronas del afecto donde Dios tiene su guarida. Sabemos que algo en la vida nos hace falta. Si no lo buscamos, perdemos el tesoro que nos hace percibir bienestar.

Quedaron de verse por la tarde para platicar. La cita fue en la catedral poblana en la esquina cercana a Correos de México a las cinco de la tarde. Previamente, Vel entró a solicitar ayuda a la Inmaculada Concepción, la santa patrona de la basílica, para el día del examen profesional. Ni siquiera contempló los trabajos de orfebrería, herrería, carpintería, escultura y pintura. Su misión no era contemplativa sino de auxilio espiritual.

Fueron hacia los portales que rodean el centro de la ciudad y se dirigieron a las sillas del exterior de un restaurante, donde se sentaron a conversar. Oswaldo tomó la palabra. −Me has hecho reflexionar todo el día, Vel. He sido ingrato y malagradecido con mis padres. Es cierto lo que dices sobre la vergüenza. Aunque he tratado de sobreponerme, me da bochorno que me vean con ellos. No lo he podido evitar y me siento un miserable. Pero todo tiene un castigo, soy muy infeliz. A pesar de que tengo comodidades, lujos, una hermosa casa y un auto elegante, vivo solo y triste. Aunque he deseado ser un ente diferente, no lo he logrado nunca. Soy un ser gris sin colores brillantes. Soy una nube negra que descarga pensamientos insanos.

Soy un desgraciado.

Guardaron silencio unos segundos y los ojos del cirujano se pusieron brillosos, asomando lágrimas de desesperación. −No te voy a compadecer, hermano. Eso sería como darte un empujón al río Atoyac en época de lluvias. Te ahogarías. Lo 174

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que necesitas es cambiar un poco y darle prioridades a la vida.

Primero Dios y luego todos los demás. Yo lo tuve que hacer. ¿Conoces a don Ángel? Es sacerdote, confesor, profesor, compañero y amigo personal. Él me ayudó en un momento de crisis al terminar la preparatoria. Me estaba volviendo un rebelde sin causa de pelo largo, vestimentas estrafalarias, ojo alegre, boca floja, fumador de puro, aficionado al alcohol, complaciente con las mujeres, desafiante a la autoridad y oposicionista a todas las leyes hasta la divina. Era una indisciplina total y hasta dejé de jugar futbol y asistir al oratorio. Directamente, nunca le falté al respeto a mi familia, aunque sí le ocasionaba problemas a mi organismo. Mis padres, preocupados, fueron con don Ángel y le expresaron la angustia que representaba para ellos el pensar cómo sería mi futuro en la universidad. Mandó traerme y me sentó en la silla de la dirección. Sin mediar me dio un coscorrón que todavía me duele, me jaló de las patillas hasta ponerme de pie, me restregó las orejas y luego me preguntó severamente de qué me habían servido tantos años de entrega a Dios. Me dijo que los estaba tirando a la basura por indolente y despreocupado. Luego me recordó las prioridades en la vida, primero Dios, luego la familia, después lo que se te dé la gana. Me volvió a jalar de las patillas y casi me hizo llorar. Se me fueron las ganas de ser rebelde y me partió la personalidad en unos minutos. Me quedé con la cabeza hacia abajo y los brazos cruzados. Pude haberlo desafiado, pero era como un padre para mí. Pude haber protestado pero me di cuenta que tenía razón. Me dejó una hora en la sala y el silencio me hizo reflexionar. Cuando regresó, le pedí perdón y le dije que estaba equivocando el camino, desviándome de Dios, de mi familia y de mis verdaderos amigos. Dijo que no me creería hasta verme en la capilla para pedirle perdón a Dios y ponerme a los pies de la virgen María, como cuando era niño. Me ordenó que después de eso platicara con mis protectores San Juan Bosco y Domingo Savio, fuera a mi casa y le prometiera a mis preocupados padres y hermanos enmendar el camino. No es con palabras el arrepentimiento, es con acciones 175

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que te hagan digno de que los demás vuelvan a confiar en ti.

Sólo entonces me creería. Me cuestionó, ¿sabes por qué tienes que hacer esto, zopenco? Porque en los momentos difíciles de la vida, ninguno de tus amigos de parranda o rebeldes sin causa van a estar contigo. Te van a abandonar. Pero Dios, tus protectores, la familia y los amigos verdaderos van a estar a tu lado. Los demás no te van a auxiliar, te van a empujar al río Atoyac en época de lluvias para que te ahogues. Después de la reprimenda, me pidió que abandonara la oficina y que no me volviera a presentar hasta recapacitar. Hice todo lo que me pidió y volví a mi vida anterior. Todos los días, a cualquier hora, las tentaciones se me presentaban y yo las rechazaba con esfuerzo sobrehumano. Un mes después, Dios me mandó un ángel que me abrió el camino a una vida beneficiosa, el regalo más hermoso que podía recibir, la niña de mis amores, Paty, mi bendición y salvación. Espero, hermano, que hayas agarrado la onda. Si no tienes a Dios en tu corazón, nunca vas a alcanzar la felicidad. Si lo invitas a formar parte de ti, vas a llegar limpio ante tus padres, llegará el amor de tu vida y tus proyectos tendrán un objetivo para beneficiar a los demás. −¿Y qué pasó con el padre cuando regresaste a su oficina? −El padre era un viejo duro de convencer. Seis meses después me presenté en su oficina y no necesité palabras para disculparme. Me abrazó y dijo, los hombres de Dios son una bendición para todo el mundo. Sigue por ese camino. Ya en confianza le dije que le traía a una mujer de Dios, mi novia. Fue la recompensa por el cambio.

Entonces me llamó sinvergüenza y me dijo que no jugara con el Señor. Luego se dirigió a ella con ternura y la felicitó. −Seguramente hay buenos ingredientes en tu composición fisiológica. Este acontecimiento que marcó tu vida cristiana sólo se consigue con hechos de amor. Ya te estoy entendiendo. No soy muy creyente, la verdad, ni apegado a la religión. Tampoco soy amoroso, aunque escuché que Jaime Sabines en su poema dice que los amorosos no buscan, encuentran. Hasta el momento me 176

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cae el veinte de ese significado. Si ese es el camino, te pido que me ayudes a encontrarlo, hermano. −Vamos a empezar, Oswaldo. Sólo déjate guiar.

Se introdujeron a la catedral y allí lo inició en el estudio de Dios. −Todo esto fue hecho por hombres como tú y yo. Su trabajo fue muy valioso y su fe los llevó a vivir dignamente, sin corromperse, y a disfrutar la vida con la esperanza puesta en Dios. Él estuvo en sus vidas y percibieron la sensación de estar bien en la tierra para después gozar de la recompensa en el cielo. Tan humanos somos, que hay seres perfectibles que han contribuido con su ejemplo y enseñanzas a transmitir la palabra de Dios.

Mira, este es el altar de los reyes, el altar baldaquino, el de Santiago Apóstol, el de San Pedro, la capilla de la Virgen de Guadalupe, la Inmaculada Concepción, del Corazón de María, San Nicolás de Bari, San Juan Nepomuceno, de la Preciosa sangre, de las reliquias. Todo esto es parte de la historia de la Iglesia Católica. En resumen, Dios es el jefe, Jesucristo es su hijo, la Virgen María, la madre de Jesús. Todos los demás son colaboradores de la palabra de Dios. Ahora que empieces a leer la Biblia, te darás cuenta que hay capítulos difíciles de entender. No te detengas, sigue sin parar y ya se disiparán las dudas en tu entendimiento.

Lo importante es la fe. Confía en Dios, Él nunca te va a fallar. Te lo digo por experiencia.

Cambiando de tema, Oswaldo, mi examen profesional es el próximo 15 de octubre. No vayas a faltar que van a venir tus padres. A ver si los sorprendes con algún cambio. Quiero que me asesores en algunos temas que no comprendo al cien. −Espérame, no sé si pueda. No te creas, claro que puedo. Nos vemos mañana aquí mismo para aclarar dudas −respondió Oswaldo.

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Al otro día, Oswaldo le narró a Vel el día que presentó su examen profesional a las dos de la tarde. −Me presenté solo y no invité a nadie. Los sinodales se quedaron sorprendidos y me preguntaron el motivo. Les dije que me ponía muy nervioso, pero era una premisa totalmente falsa. El argumento principal de la decisión estaba en mi alma afligida.

Me daba vergüenza presentar a mis padres ante ellos. No hicieron comentario alguno, simple y sencillamente se sentaron e iniciaron el protocolo universitario. Al verme solo, sencillo y taciturno, les inspiré empatía y los tres fueron muy cordiales.

Los temas a desarrollar fueron sencillos y ni siquiera recurrieron a la tómbola de la suerte. El discurso por parte mía fue sobrio y didáctico, con cambios poco evidentes en la voz, sin llegar a la monotonía. Pasó el tiempo veloz y me di cuenta en el reloj que ya eran las tres y media, momento en que suspendieron la actividad académica. Cuando me pidieron abandonar el paraninfo, yo solo me abracé, me felicité y me aplaudí. Después llegó la decisión final, aprobado por unanimidad. Los tres sinodales me invitaron a comer y les volví a mentir. Les dije que me estaban esperando los miembros de la familia en la casa. Me felicitaron por el contenido del examen y la tesis. Me aseguraron que seguramente sería un gran médico. Me festejé sólo en un restaurante cercano a la zona del Parían. Me comí un mole poblano con un exquisito arroz blanco, luego unas tortillas de harina y frijolitos con queso. Ese fue el premio al esfuerzo.

Continuaron la animada charla como dos camaradas que se conocen desde hace mucho tiempo. En una servilleta que sirvió de medio didáctico, Oswaldo le explicaba las dudas a Vel, y así estuvieron hasta las nueve de la noche, momento en que se despidieron para quedarse de ver al otro día en el mismo lugar.

Oswaldo se ofreció a llevarlo a su casa. −Está bien, carnal. Pero con una condición. Voy a ver a Paty.

No te vayas a incomodar si ves que la apapacho y becho.

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Ambos soltaron una carcajada y se dirigieron hacia el lugar de la cita.

Un día antes del examen, se reunieron nuevamente para dar el toque final a las dudas académicas. Vel llegó preso de cierto nerviosismo y le comentó a su carnal. −¿Sabes qué, Oswaldo? Creo que lo sano es que nos tomemos la tarde libre. Traigo la cabeza aturdida de tanto estudio. Me siento grogui. Toda la mañana he estado repasando los temas y ya no sé ni quién soy. −Sería bueno invitar unas chicas y llevarlas a pasear para que te desestreses −bromeó Oswaldo. −Me desestreso, pero luego Paty me descabeza. −Con todo respeto, carnalito. He visto que tu guardarropa es muy tradicional, serio y señorial. Con toda franqueza, demasiado conservador, y creo que mereces algo distinto, más distinguido y juvenil, que le dé vida a tu figura, ¿Qué te parece si vamos a las tiendas de ropa para caballero y modificas tu carta de presentación?

Anduvieron por el centro de la ciudad en las diferentes tiendas de ropa para caballero, donde les mostraron camisas, corbatas, calcetines pantalones, zapatos y trajes de porte juvenil. Le gustaron, le encantaron. −Fíjate que siempre quise comprarme este tipo de ropa pero me daba mucha vergüenza solicitar este tipo de prendas para mí. Me sentía viejo y ridículo. La verdad, carnal, me sentía anticuado. −Vamos a darle un cambio a tu presencia. Vamos a dejar lo oscuro y le vamos a dar un toque más claro, alegre y lucidor, 179

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respetando la elegancia. Recuerda que eres un médico cirujano en busca de atractivo para las chicas grandes, guapas, bonitas, blancas, morenas, altas, chaparritas, flacas, gordas, cara bonita, simpáticas y bien conformaditas.

Seleccionaron camisas azul cielo, verde, color crema y amarillo claro, corbatas estampadas, pantalones de casimir de tonos claros y oscuros, calcetines modernos y lisos, zapatos de corte juvenil, de piel o de gamuza y trajes sport juveniles. Se compró tenis y ropa deportiva, todo al gusto del nuevo galán. Al fin y al cabo, había dinero en la cartera para eso y más. −Mira, Oswaldo, si te portas bien te voy a regalar unos pantalones de terlenka o de poliéster pegados y acampanados con unas camisas estampadas floreadas que se abran en el pecho por si tienes vello pectoral o le pones un medallón en forma de corazón. Todo eso junto con unas sandalias o huaraches de llanta. Si te pones más formal unos calcetines anaranjados con unos tenis azules. Te dejas crecer el pelo, la barba, el bigote, las patillas y te convertirás en el hippie del momento.

Se soltaron riendo a carcajadas como dos niños que acababan de hacer una travesura. Uno asesorando a su amigo, el otro atreviéndose a desafiar sus temores, miedos e inseguridades. Estaban felices y se olvidaron totalmente del examen del día siguiente.

Esa noche, Vel estuvo estudiando hasta las 3 de la mañana.

Tenía apilados a un lado de la cama los libros de estudio, el Cecil Loeb, el Harrison, los libros Williams, el Castelazo Ayala, los de gastroenterología Rebolledo Lara, los libros de anatomía de Fernando Quiroz, el Libro de Fisiología Guyton, libro de otorrinolaringología, oftalmología, histología, más los apuntes médicos de la carrera. Durante el sueño se deslindó del conocimiento, reparó neuronas, eliminó incertidumbre e hizo nuevas conexiones sinápticas. Se perdió en un agujero negro donde no existía tiempo ni espacio, hasta que la luz del nuevo día lo despertó a 180

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las diez de la mañana.

Se sentía renovado, contento, desafiante, optimista y se dio cuenta que sólo estaba mamá Anita en la cocina, cantando alabanzas a la Virgen. Los demás estaban en el centro de trabajo o de estudio. Se levantó dinámico, bajó las escaleras saltando y abrazó a su madre. −Madre, hoy es el día que tanto he soñado. Quiero ser médico para que ustedes se sientan orgullosos de mí. Estoy aplicando el mejor esfuerzo. −Satisfechos estamos, hijo. Nos damos cuenta del entusiasmo que pones en el estudio y trabajo. Dios es testigo de que confiamos en ti −contestó la madre. −Gracias, madre. Eso es todo, no se diga más.

Desayunó al lado de mamá y luego se fue a estudiar un rato al jardín de la Virgen del Carmen. Fue a visitar a la santa patrona, luego a la Virgen de los gocitos y terminó ante los pies de la Virgen María Auxiliadora. Regresó a la hora de la comida, pero apenas si probó alimento porque se le había ido el apetito. El sistema simpático lo tenía activo, en movimiento. La inquietud era su fiel acompañante y así estuvo hasta las ocho de la noche, una hora antes del examen. Se presentó engalanado con un traje azul y corbata roja ante la abuela Lucy. La viejecita consentida y consentidora estaba sobre la mecedora que suavemente la llevaba en vaivén rítmico. Tenía encendida la veladora y el cirio al Sagrado Corazón de Jesús. Se acercó Vel cariñosamente a su taliegua, se puso de rodillas ante ella y le pidió su bendición.

Para él era fundamental. Era su nana consentida. Se le notaba el nerviosismo al nieto amado, pero la abuela le habló con palabras divinas, colocando su mirada sobre la imagen del Sagrado Corazón. −Mira, Padre mío, que guapo muchacho, la primicia de mi 181

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familia, mi fiel acompañante durante su infancia y juventud, la inspiración alegre en los momentos difíciles, cuando las fuerzas se iban y llegaban. Con una sola de sus sonrisas o con tu tierna voz me devolvían la fortaleza. Mira nada más, qué señorial, qué gallardo, qué valiente. Es un hombre cabal e íntegro. No lo digo, lo veo todos los días −luego se dirigió a Vel−. Así es que a donde quiera que vayas hijo, que Dios te acompañe. Sé que te va a ir bien, confía en ti mismo.

Se fue el sistema simpático a pasear por otros lares y llegó el parasimpático a reconfortar el alma. Cuando estaba en la puerta del Paraninfo, exactamente a las nueve de la noche, inició el protocolo del examen. Fue llamado para sustentar el examen profesional. Ya los sinodales estaban sentados en las sillas estilo virreinal, depositando los documentos sobre la elegante mesa.

Lo invitaron a sentarse enfrente de ellos. Se realizaron las lecturas correspondientes como requisito para la elaboración del acta. Mientras esto pasaba, Vel le dio un repaso al elegante salón estilo barroco, una obra de arte de la época virreinal. Allí estaban sus familiares sentados en los costados, sus abuelos, padres, tíos, don Ángel, hermanos, primos, Paty y su familia, los jefes, Oswaldo y compañeros de la escuela. Pensó para sus adentros, por porra no me quejo. Ahora, a jugar la final con coraje. Alertas Juanito, Dominguito, no me desamparen.

El primer sinodal sacó de la esfera el tema 82, tratado de planificación familiar. Nada más ni nada menos que lo que hacía Vel todos los días en la clínica del IMSS, pláticas a los derechohabientes, apoyado didácticamente con una maqueta en donde se presentaban los métodos vigentes hasta la fecha. Fue un repaso cotidiano con excelente presentación. Hubo preguntas por parte del sinodal que fueron contestadas acertadamente. Fue una canasta de tres puntos, un remate sobre la red, un gol desde el punto penal.

El segundo sinodal extrajo de la esfera la ficha número 48, 182

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enfermedades respiratorias, enfocándose en bronquitis, bronconeumonía y neumonías. Tampoco hubo problema pues el tema fue bien estudiado y asociado a la experiencia de las clases de neumología. La rotación por medicina interna y pediatría, fueron suficientes para hacer una exposición brillante. Las preguntas con alto grado de dificultad fueron bien respondidas, quedando satisfecho el sinodal. Fue una canasta de dos puntos, un saque magistral voleibolero y un tiro de castigo al ángulo superior derecho de la portería. Pensó, yo creo que ya pasé. Aunque sea por mayoría, pero ya pasé. No te confíes, el público espera más de ti. No los defraudes.

El tercer sinodal, el decano de la escuela, era maestro de curso de higiene durante los primeros cuatro años de la carrera y no parecía ser un obstáculo. Sin embargo, donde menos piensas salta la liebre. El sinodal sacó la ficha número 32 que correspondía al estado de shock. Empezó la exposición didáctica del tema, la definición, la clasificación y la clínica. Cuando más confiado estaba Vel, empezaron las preguntas con alto grado de dificultad sobre las teorías modernas de la microcirculación. Afortunadamente, el alumno dominaba el tema. Continuaron las preguntas intensivas en las diferentes especialidades, shock en obstetricia, shock en pediatría, shock cardiogénico o shock anafiláctico. El alumno contestaba a cada nueva interrogante hasta que el sinodal se dio por satisfecho. Suspendió el examen a las 10:40 de la noche, y culminó el evento con una carambola de fantasía, un gol de chilena, un tiro de tres puntos desde el otro lado de la cancha, un toque final magistral.

Los integrantes del jurado le pidieron que abandonara la sala por la puerta que daba al patio del Edificio Carolino. Ya lo estaban esperando sus compañeros de la escuela, Ignacio, Fausto, Guillermo, Silvia, Mari Carmen y Laura, quienes lo felicitaron efusivamente, lo abrazaron, besaron y hasta lo cargaron. No era para menos, pues fue un examen brillante. Ellos mejor que na183

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die comprendieron que las exposiciones fueron didácticas y las respuestas correctas. Estaban sorprendidos con la actuación de Vel. Era el primero de ellos que se atrevió a enfrentar la odisea.

Nuevamente le pidieron regresar al Paraninfo y entró relajado, sonriente y seguro de sí mismo. Todos los asistentes guardaron silencio. Antes de la lectura del acta del examen profesional, los dos primeros sinodales le dirigieron unas palabras alentadoras por su admirable apego al conocimiento científico. Continuó el maestro decano, el sabio, el experto, quien le dijo pocas pero emotivas palabras. −Doctor Vel, a partir de hoy colega, te felicito por tu trayectoria académica. Me siento orgulloso de ser tu profesor. No es el examen reluciente lo que te califica. Es el trabajo de varios años que te certifica como buen estudiante y hoy solamente lo confirmas. Familia del nuevo médico, muchas felicidades. Estén orgullosos de Vel como yo esta noche. Finalizo el discurso con un reconocimiento especial para mi amigo. Durante 30 años de actividad académica, jamás he otorgado una mención honorífica. Esta es la primera vez, muchas felicidades para todos.

Continuaron las emotivas felicitaciones de los asistentes, los abuelos paternos, los padres, la orgullosa tía Lupita, los suegros, los hermanos, primos, tíos, los jefes arropados por Oswaldo, los amigos y compañeros. Al final, la felicitación más emotiva fue la de Paty. Se abrazaron intensamente y no se pudieron contener.

Dejaron salir las lágrimas en torrentes después de los días de intenso estudio.

Alguien muy especial esperaba al final de la comitiva. Se trataba de don Ángel, el alzacuello más blanco, quien los abrazó paternalmente. −Los felicito, muchachos. El trabajo es de los dos. Aunque sólo tú actuaste, no lo hubieras hecho tan bien sin Paty. Estoy muy 184

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feliz, ya tengo hijos doctor y enfermera. No se te olvide pasar a dar gracias mañana a tus protectores de siempre.

Los jefes esperaban ansiosos a Vel en la puerta del Edificio Carolino. Cuando lo vieron se dejaron ir sobre él para abrazarlo y besarlo. −Mijo, ¡vieras qué bonito sentimos aquí adentro en el corazón! Aunque no entendíamos nada, estábamos seguros de que ibas bien. Qué dicha tan grande nos has dado, Vel −se adelantó Nachita.

El Jefe no alcanzó a decir palabras pues lo traicionaron las lágrimas. Lo abrazó fuertemente y le susurró al oído, Gracias por tomarnos en cuenta, lo deseábamos tanto.

Oswaldo no pudo contener las lágrimas, y entre sollozos les pidió perdón. −Padres, no encuentro palabras para pedir su absolución. He sido un hijo inconsciente e ingrato, pero sé que Dios perdona y ustedes también. Estoy seguro de que me redimirán con palabras no remedio aflicciones, con actos de amor sí. Esas enseñanzas son de mi carnal, permítanme demostrarles mi arrepentimiento. Deseo que me quieran tanto como a Vel. Nachita tomó la cabeza de Oswaldo entre sus brazos. −Hijo de mi vida, cuánto le agradezco a Dios este momento. Ya me puedo morir tranquila. Así quería oír hablar al hijo de mis entrañas, al consentido de la vida. Mi niño bonito, qué bueno que regresaste al sendero familiar. Gracias, Dios mío, por estos momentos. Nos has devuelto la alegría del corazón.

Se fueron al festejo en el elegante carro de Oswaldo hasta la casa de los abuelos paternos de Vel. Fue una sorpresa para el incipiente médico, quien no sabía de este convite familiar. En 185

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el trayecto, Nachita procuraba estar muy cerca de su hijo para empezar a recuperar el tiempo vacío. Todo era alegría y buen humor. El jefe exultó varios chascarrillos y le siguieron Oswaldo, Paty y Vel, mientras Nachita disfrutaba en nubes de algodón.

La cena estuvo deliciosa, los asistentes alegres y satisfechos, los comentarios del acontecimiento circulaban en el aire como serpentinas de bienestar familiar. Los sinodales disfrutaron los alegres momentos. La familia de don Joel platicaba animadamente con los Jefes, mientras la traviesa Dulcinea jugueteaba con Vel y Paty. La tía Lupita estaba en el acmé de la dicha, por el logro de su discípulo consentido, del hijo anhelado que nunca pudo tener pero sí querer y educar. Ella era forjadora importante del éxito tanto como Taliegua, que seguramente ya había apagado la veladora, el cirio y detenido los rezos imploratorios al Señor de los cielos.

Paty y Vel se presentaron al otro día en la capilla del oratorio para agradecer a Dios Padre por su ayuda en los momentos del examen. Visitaron la escultura de la Virgen María Auxiliadora, las imágenes de San Juan Bosco y Santo Domingo Savio. En ese momento se comprometieron ante ellos a unir sus vidas lo más pronto posible. Ya tenían antigüedad en el noviazgo, ambos eran profesionistas y sobre todo, se amaban con fervor oratoriano.

Fueron a visitar a Taliegua, quien disfrutaba la mañana regando sus plantas con agua de lluvia, que coronaba su ciclo veraniego con hermosas flores multicolores. Alimentaba con alpiste a sus canarios amarillos y cantarines que habían viajado desde las islas españolas. Lucy entonaba cantos a la Virgen María, estaba rebosante de alegría, festiva y llena de contento. Cuando los vio llegar, los abrazó tiernamente y bendijo al nieto por la hazaña lograda y la satisfacción recibida. −Gracias, hijo, por hacernos dichosos. Fue un sueño ajeno cumplido, una bendición a mi alma de abuela. Cuando por pri186

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mera vez te tomé en mis brazos, le pedí al Señor que hiciera de ti un hombre sabio, sensato, sanador de cuerpos y almas, como un apóstol de Jesús. El nieto amado, me lo ha concedido, convirtiendo el afán en realidad.

Entonces los tomó del hombro y los invitó a pasar a la cocina a desayunar. Muy de mañana había elaborado un chocolate Pancho Pantera con conchas de la panadería la Florecita y unos chilaquiles verdes con queso añejo. Llevaba varios días elaborando tamales de mole, carne, rajas, queso, elote, salsa verde, epazote con queso, chocolate, piña y fresa. Suficiente para complacer al festejado y a su bella novia.

Disfrutaron todo el fin de semana con festejos familiares. La tía Aurora organizó una comida tradicional poblana con sopa de arroz, mixiotes con carne de borrego y frijoles con queso para chuparse los dedos. Siete Pisos los invitó a comer cemita de doble piso al mercado del Carmen, de milanesa, de pata envinagrada, carne enchilada, barbacoa, quesillo y chicharrón. La familia de Paty elaboró molotes de tinga, queso, papas, huitlacoche, chicharrón y flor de calabaza. La familia de Vel confeccionó chanclas adobadas, sándwich de jamón serrano, galantina, pastel de pollo, paté, queso de puerco, quesillo y aguacate. Chiritas los invitó a comer huaxmole de zancarrón a la fonda de Pepe el Grillo en la 16 de septiembre casi con la 7 poniente. El tío Braulio los llevó a comer tacos al pastor a la oriental en el pasaje del cine Guerrero, en los portales alrededor del Zócalo. Oswaldo los llevó a comer tortas compuestas, las famosísimas Tortas Meche.

Las hermanas de Vel, junto con Dulce, elaboraron gelatinas de agua y de leche. Los Jefes les habían prometido mole de caderas, el acostumbrado guiso del mes de octubre en Tehuacán, con la matanza masiva de chivos. Exquisito al paladar, pero pobres chivos víctimas de la tradición. En todos los festejos estuvieron todos los miembros de la familia. El éxito era de todos, pero los principales eran Vel y Paty, un binomio tejido de amistad solida187

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ria, humildad, paciencia, tolerancia y caricias sinceras que dan seguridad y estima.

Pasado el fin de semana, Vel regresó a sus actividades en la clínica del servicio social y continuó con sus labores cotidianas, consulta matutina en la clínica, consulta vespertina con los jefes. Nachita y el don estaban gozosos porque tenían un lugar reservado en la vida de su hijo adoptivo. Eran predilectos, recibían cariño desinteresado, se sentían protegidos y amados. Al terminar las actividades recreativas, continuaba con el estudio nocturno intensivo. La siguiente etapa era pasar el examen de aspirante a la especialidad médica, que tenía un alto grado de dificultad académica teórica y la preparación tenía que ser exhaustiva.

Un fin de semana de noviembre, estaba Vel de guardia en la clínica, cuando fueron a avisarle a su departamento que solicitaba consulta urgente un joven no asegurado. −Dígale que ya voy, que me espere un minuto −contestó sonriente el pasante a la enfermera.

Cuando llegó a la sala de espera quedó estupefacto, era el carnal Oswaldo completamente transformado. Tenía una silueta más esbelta, corte de pelo moderno, ropa y zapato deportivo.

Extrovertido en su comportamiento, se le notaba seguridad en su forma de comunicarse. Se acercó impetuosamente y abrazó a su carnal. −¿Qué te parece el cambio, carnalito? −Rosita, le presento a mi hermano, el galán del pueblo ajalpeño.

Lo tomó del brazo amistosamente y lo condujo al estacionamiento.

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−Mira, carnalito, también es tuyo. −No manches, Oswaldo. Esto sí es carro, no la carroza que traías. Un Chevrolet Hatchback del año con cabina para pasajeros y maletero integrado. Estoy seguro que a las chavas ya nos las buscas. Ellas te encuentran. −Pues qué te diré, hermano. Esa certeza es realidad −contestó el hermano mayor con presunción fingida−. La puerta, fíjate en el valioso contenido.

Los Jefes contemplaban contentos al par de traviesos y le extendieron los brazos al consentido. −A ver, jovencitos, ¿a dónde los llevan tan galanos? −Vinimos por ti, vamos a Tehuacán −contestó Nachita−.

Oswaldo nos va a llevar a comer, después al cine y luego a parrandear.

Vel los abrazó tiernamente. −Cómo me gustaría acompañarlos, pero estoy de guardia y no hay quien se quede en mi lugar. Ya será en otra ocasión, jefes.

El don le extendió un bulto acompañado de un moño. −Es tu regalo, hijo. Te lo manda tu hermano por tu examen profesional, nosotros te regalamos esta caja de galletas que tanto te gustan. Además, Nachita te trajo tu comida. −Definitivamente tengo una hermosa familia y le doy las gracias a Dios por otorgármela. −Vengo a verte en la noche, recuerda que tenemos pendiente en la casa un partido de revancha de básquet −le dijo Oswaldo antes de partir. −Está bien, perdedor. Cuando quieras estoy más puesto que un 189

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calcetín −dijo Vel pensativo.

Vel continuó con sus labores en la clínica y al llegar al departamento abrió el enorme regalo de Oswaldo. Eran dos pantalones, dos camisas y dos suéteres de colores vistosos y modernos. Las galletas venían en una caja metálica con surtido rico. Después de colocar la ropa en ganchos, se dispuso a disfrutar de la rica comida que le llevó la jefa, arroz blanco, milanesa con papas, frijoles refritos, chiles en vinagre y una bolsa con tortillas de harina para chuparse los dedos. Dios pone los medios para vivir en comunión. Hay que trabajar para los demás con amor, sin olvidar ser agradecidos. Esto es recibir la santa eucaristía, palabras del reverendo Ángel.

En la noche llegó Oswaldo y lo llevó a cenar con sus padres.

Ya eran amigos de mediana confianza y todos disfrutaron los alimentos. El ambiente era de amor y de armonía. Transcurrió el tiempo entre añoranzas y recuerdos por parte de los Jefes, luego salió al quite Vel con anécdotas chuscas y chistes, transformando la tristeza en algarabía. Los Jefes se fueron a dormir llevando la sonrisa a cuestas.

Los hermanos se quedaron solos, charlando animadamente sobre medicina, cine, teatro, lectura y deportes, buscando la chispa alegre en cada tópico. Con solemnidad, Oswaldo abordó el tema de las mujeres. −Oye, Vel. Tengo 33 años y me siento solo. Me hace falta una compañera, pero lo difícil es dónde encontrar una buena mujer.

Ahora que me siento imán con ellas, por lo que tú quieras, me he dado cuenta que son frívolas, interesadas e impacientes. No me han llenado el área de la satisfacción amorosa. Al contrario, me han sembrado dudas que me llenan de ansiedad y tengo miedo de hacer una elección estúpida que me complique la vida. −No te preocupes, carnal. Te voy a ayudar a tomar una de190

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cisión saludable. La edad es importante, ni muy chica ni muy grande. No más de diez años de diferencia porque se pueden convertir con el tiempo en tu hija o tu abuela. No muy gorda ni flaca, la primera no la vas a poder cargar en la luna de miel y la segunda hay que nutrirla bien para ponerla en forma. Eso cuesta un buen, mejor conseguirse una medianita. Ni muy alta ni muy chaparrita. La grandota te puede golpear y la chiquita te sale económica, pero son muy celosas. Ni muy bonita ni muy fea. La bonita te va a poner los cuernos, la fea te va quitar el sueño. Ni muy inteligente ni muy ignorante. La sapiente te va a menospreciar y la ignorante te va a desesperar. Ni muy sensual ni muy fría. La helada te va a quitar el apetito y la sensual te va a dejar sin ganas de ir a trabajar. Mira, para que te vaya bien, consíguete una mujer compatible con tu linaje. Tiene que ser de Ajalpan y tiene que ser poblana. Con tu misma religión, tiene que ser católica de Tehuacán. Con tu misma condición económica, tiene que ser una rica veracruzana. Con la misma atracción por la lectura, cine, teatro y televisión tiene que ser artista tlaxcalteca. Con tu misma afición por la recreación, los viajes y la comida, tiene que ser turista morelense. Además, ha de ser cariñosa, tierna, fiel, leal, sincera, empática, simpática, obediente, comprometida y responsable de sus obligaciones. También debe ser virgen, una Ángela del cielo.

Rieron a carcajadas por las gracejadas de Vel. −No, ya enserio, hermano mayor. Te tengo un prospecto que creo reúne las características para tus expectativas de vida. No te voy a decir nada sobre ella, tienes que conocerla. Yo estoy seguro que te va a agradar. Qué te parece si el próximo sábado concertamos la cita con ella, la llevamos a cenar y nos la pasamos a todo dar carnal. No estoy jugando, es enserio, no te rías.

La vida que es aliento, energía y movimiento de los seres vivos, transcurre en diversos ambientes naturales. Los que tienen oportunidad, viven en contacto con la naturaleza como los cam191

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pesinos, los vaqueros, los alpinistas, los excursionistas o los pescadores. En el caso de los profesionales de la salud hospitalaria de alta tecnología, ellos viven en áreas urbanas. La convivencia es en edificios de varios pisos, en donde múltiples habitaciones son equipadas para diversas actividades en beneficio de los pacientes. Estos pueden permanecer transitoriamente, egresar o pasar sus últimos momentos de vida en una cama hospitalaria, en una sala de estudios o en un quirófano. En la película, los protagonistas diariamente luchan por restaurar la salud de pacientes con esperanza de sobrevivir. Así es la vida de estos grupos de personas, un encierro cotidiano y exhaustivo en el que se pierde contacto con la naturaleza alegre y vivificadora.

Vel estaba inmerso en el paraíso ajalpeño dentro de una clínica en pleno contacto con la naturaleza. Los amplios ventanales dejaban pasar luz limpia que iluminaba las habitaciones. Los rayos solares que tardan ocho minutos en llegar a la Tierra daban calidez a pacientes y trabajadores. Las aves canoras posadas sobre los árboles, trinaban sinfonías prehispánicas solemnes y alegres.

Los apancles despedían de sus lechos al paso del agua, sonidos melódicos de flauta pastoril. Los árboles de tempesquistles, los prados, las nubes y el cielo azul daban festividad a la clínica 27 del Seguro Social.

Un sábado a finales de noviembre, estaban los protagonistas a las siete de la tarde en la entrada de los Cinemas Gemelos, sobre la 13 sur y 11 poniente. No tenían la intención de entrar al cine y se fueron caminando sobre la 13 sur. En unos tres minutos estaban inmersos en el -Paseo Nicolás Bravo. Se dirigieron a la banca de las buenas intenciones de Vel y Paty. Oswaldo y Adelina se fueron a otra, y allí estuvieron platicando hasta las 8:30 de la noche, momento en que Vel les preguntó en dónde sería bueno cenar. −Yo sugiero el restaurante Tres Estrellas, el Mesón del Ángel, el Merendero, la Princesa, la Hostería del Virrey o un restauran192

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te español que está en avenida La Paz −contestó Oswaldo muy ufano.

Terminó la participación con una sonrisa picaresca con la que todos rieron. −No se crean, donde ustedes quieran. De molotes para arriba.

De acuerdo a la economía del grupo, decidieron ir a los Tacos Orientales, ubicados en el pasaje del Cine Guerrero en la parte baja del Palacio de Gobierno. Disfrutaron la cena y la plática revestida de trivialidades, trabajo, chistes, bromas y travesuras.

Nada formal, todo casual, alegre y salpicado de buen humor.

Terminada la cena, se fueron a sentar a las bancas del Zócalo alrededor de la fuente de San Miguel Arcángel, enfrente de la catedral hasta las 11 de la noche. Después abordaron el carro de Oswaldo, que dejó estacionado enfrente de la escuela José María Lafragua, personaje político y literario nacido en Puebla en 1813, quien poseía una biblioteca con 4,300 volúmenes. Dicha escuela estaba ubicada en la 2 sur y 7 poniente. Después, los hermanos fueron a dejar a las damas a sus respectivos hogares, y ellos se fueron a platicar a la casa del hermano mayor.

A las once de la noche, Vel avisó a sus padres que llegaría tarde pero que no se preocuparan porque estaba con Oswaldo y él lo llevaría. Se sentaron cómodamente en la sala y se tomaron tres copas de vino californiano. Iniciaron la charla o mejor dicho el monólogo bajo las notas de música instrumental y trova. Después de eso, las palabras del anfitrión brotaron como manantial. −Es increíble, Vel. Me bastaron cuatro horas y media para darme cuenta que Adelina es una hermosa mujer, diseñada exactamente a mi gusto. No más ni menos, medida justa, talla OW, que significa Oswaldo. Es poblana, enfermera quirúrgica, trabaja en el Hospital Universitario, es soltera, simpática, sincera, graciosa, tierna y viene de una familia numerosa clase media. Sus padres 193

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son grandes de edad, como los nuestros. El papá trabaja en la tienda de ropa para caballero Rodoreda, enfrente de Woolworth, y la mamá tiene una tienda en la 6 oriente, entre la 2 y 4 sur, en Santa Clara. Vende dulces, camotes, borrachitos, muéganos, mazapanes, repostería, rompope y licores de dulce al menudeo y mayoreo. Me platicó que también vende recuerdos de Puebla, como figuras en talavera, llaveros, cajas musicales, ropa folclórica y postales. De tocho morocho, es una empresaria en pequeño.

Un hermano administra las dos tiendas que tienen, otra hermana es técnica radióloga, un hermano está en la universidad y otro en la preparatoria. Adelina estudió en la UAP, en la escuela de enfermería, y es la mejor amiga de Paty. Es acendrada católica y le gustan las fiestas, el cine, el béisbol, la natación e ir a las luchas. Le fascina el mole poblano, los chilaquiles, los mixiotes y hacer festivos los días de descanso. La muchachita sabe lo que tiene. Es bonita, guapa, inteligente, segura y le gustan las cosas derechas, no las medias tintas. Ha tenido muchos pretendientes pero nada serio. Tuvo un amor platónico que ya pasó al arca de los recuerdos. Platicamos de todo lo que pudimos. Y yo también puse las cartas sobre la mesa como me enseñaste, Vel. La originalidad, sobre todo el entusiasmo como ingrediente principal, la sinceridad para no dejar dudas ni aclaraciones. Hermano, nunca me había pasado esto. Siento que esto es estar enamorado.

Ya la quiero ver nuevamente para disfrutar su figura esbelta, sus movimientos sensuales, escuchar su trino de tórtola enamorada, sentir sus suaves manos juveniles, al roce tibias como el mes de marzo. Estoy feliz, hermano. Me siento como nunca jamás en la vida. −Pues sí que te pegó fuerte el remedio, hermano. No te creas, yo los conozco a ambos. Me puse a pensar, aunque no lo creas, en cuál de mis conocidas podría ser la jeringa ideal para mi hermano émbolo. Conozco a Adelina desde jovencita, cuando estudiaba con Paty. Si te das cuenta, ambas son de manufactura parecida, con la diferencia de los genes y la familia. Cada una es 194

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única en su estilo. Algunas ocasiones salíamos los tres a pasear y a divertirnos. Yo la miraba retraída y pensativa, Le preguntaba si tenía algún problema y ella me contestaba que sí, que nos veía tan contentos que no parecíamos reales. Decía que hasta en las novelas las parejas tienen broncas y nosotros siempre riendo y disfrutando el momento como periquitos de amor, haciéndose mimos y caricias. Los chicos que me pretenden no me llenan, son intrascendentes, por eso no formalizo con ninguno. Yo quiero una persona seria, valiosa y romántica, que signifique para él ser la dulcinea del barrio de Santiago. Algún día llegará, no pierdo las esperanzas. Ya ves, carnal, llegaste a las puertas de su corazón. Presentía que esto pasaría cuando pensé en ella para ti. −Caramba, carnal. Si te hubiera conocido antes. Pero no, como tú dices, las cosas se presentan cuando el Señor lo decide.

Estoy convencido de depositar mi vida en Dios. Antes, ningún remedio me dio resultado para ser feliz. Ni te imaginas cuánta decepción, tristeza y frustración. Ahora mi vida ha cambiado.

Antes de cada cirugía le pido al Señor su bendición para que me ayude en el procedimiento. Me pongo a repasar las técnicas y ya hasta estoy creando las propias OW, marca exclusiva. Gracias por estas sensaciones de satisfacción. Antes que se me olvide, mañana vamos a ir a las luchas. Me dijo que era una prueba difícil de sortear. Lo que no sabe es que ya conozco el teje y maneje gracias a ti.

En diciembre, durante la cena de navidad, en plena reunión familiar, los novios Vel y Paty anunciaron su boda. Se unirían por matrimonio civil y religioso en febrero del año 1975. Para todos fue una sorpresa, menos para tía Lupita y Talaigua, quienes ya habían movido sus influencias en el barrio para conseguir una casa en renta que quedaba equidistante del templo del Carmen y la capilla de María Auxiliadora, para que no se sintiera ninguna de las dos. Los padrinos de lazo serían don Oswaldo y Nachita, de arras Lupita y Talaigua, los padrinos de anillos Siete 195

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Pisos y su novia Anita. Las jovencitas que levantarían la cola del vestido de la novia serían Carmelita y Dulcinea. No habría más padrinos, sería una boda sencilla en la capilla del oratorio, con la misa oficiada por don Ángel. Enseguida de la celebración, habría una pequeña fiesta y comida familiar en la nueva casa de los contrayentes, quienes ya tenían autorización de las dueñas de la casa, dos venerables ancianas educadas a la usanza formal, que también estaban invitadas.

Los novios comprometidos habían equipado la casa con muebles sencillos para engalanarla con una cocina con su comedor, una pequeña sala, dos recámaras, un baño con boiler de gas.

También compraron el vestido de novia sencillo, pero con los adornos necesarios. En el momento de la compra, Vel le hizo un comentario a la vendedora. −Este vestido va a tener el honor de engalanar a la mujer más hermosa del mundo.

Pati asintió con la cabeza y respondió con otro cumplido. −Así es, señorita. Quiero que sepa que el traje usado que va engalanar a este caballero, tiene la fortuna de pertenecer al hombre que amo y amaré toda la vida.

Ya habían comprado dos boletos de camión de primera clase para un viaje de cinco días a la playa de Acapulco. Se hospedarían en un hotel llamado Bel Mar, para que la cuña apriete y hagan descuento. Todo sería costeado por los novios que llevaban ahorrando más de dos años, siendo el aporte principal por Paty. Sin embargo, los novios del empate lo anunciaron como de ambos a partes iguales.

Pasaron las fiestas decembrinas y los lazos familiares tradicionales habían quedado más afianzados con las alianzas casuales de la vida, las que no están programadas, las que forja el destino en el tránsito de su camino. Chiritas, la familia de don Joel, don 196

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Ángel, los Jefes, Oswaldo y Adelina, todos juntos formaban un gran clan familiar. Aunque nunca faltan los inconformes, siempre gana la solidaridad. Con ellos y a pesar de ellos.

Vel terminó el pasantado de medicina en enero. Precisamente a finales de este mes estaba programado el examen para ingresar al internado rotatorio de postgrado, el primer paso para la especialidad. La prueba siempre había tenido un alto grado de dificultad, como subirse a la plataforma de diez metros y ejecutar un salto inverso triple mortal en posición encogida con un valor máximo de 3 ó 4 puntos. Hay que convencer a los jueces para lograr el boleto a la siguiente ronda. Así es el examen nacional médico, el boleto a la especialidad. Muchos son los llamados y pocos los escogidos.

En ningún momento, Vel le aflojó al estudio. En la clínica, en el consultorio, en la casa, en los parques, en la mañana, en la tarde, en la noche, durante la vigilia, en horas de sueño, la persistencia era significativa. Dejaba espacios para la familia, novia, hermanos y amigos. Había que dividir bien el tiempo para ser ecuánime. Lo importante era lograr el objetivo deseado aprobar el examen.

El personal de las clínicas donde laboraban los pasantes en servicio social, deseaba de corazón que sus médicos lograran el paso a la realización de sus sueños académicos. Algunos regresaban triunfantes, pero otros no lo lograban y tenían que esperar un año para volverlo a presentar. El Júpiter, el Yupi, Teniente, Pollito y Gerardo solían decirle el mismo mensaje. −Oye, hermano, ¿para qué estudias tanto? Te vas a volver loco, ya ves lo que le pasó a nuestro amigo el soldado, se fue al seminario y de tanto estudio se destrampó y se le fue la onda. Ya no conocía a nadie y se le botó la canica. Me dio mucha tristeza verlo cuando regresó como un robot que ha perdido el sentido y la dirección de la vida. En lo personal, yo te recomiendo que 197

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estudies pero no te mates. ¿Para qué?, para irte a encerrar todos los días a esos edificios de miles de cristales, hierro y hormigón que intentan atraer la luz, las nubes y el cielo para iluminar lo escondido. Lo que atrapan son incautos como tú, que llevan una vida poco saludable de mucho esfuerzo físico y mental, de ataque sin tregua a la vigilia y al sueño que son necesidades primordiales. Se afanan en entrenar a los de bata blanca o uniforme quirúrgico con sobrecarga de trabajo, ofreciendo a cambio conceptos y técnicas científicas que todos los días se van modificando, lo que significa que durante toda tu vida nunca dejarás de actualizarte. Está bien, hermano, todo es en beneficio de los que menos dinero o salud tienen. Reconozco la bondad de tu trabajo, que será entrenamiento exhaustivo y remunerado con un sueldo miserable. Deberías de pensar en lo que gana un deportista consumado, aunque para llegar hay que esforzarse, lo sé. He visto que eres un excelente futbolista, con suficiente talento para ser profesional. Te recomiendo como tu hermano que no eches en saco roto esta opinión. Estoy seguro que tendrías una carrera exitosa que te daría satisfacción personal y mucha lana.

El tiempo pasa, los sucesos acontecen y los hombres dirigen sus vidas por el camino del esfuerzo o por actividades placenteras. El objetivo es hacerse sustentable para no depender de otras personas. Es importante que cuando llegues a la adultez, no le cargues el sustento a quienes menos energía tienen. Hay que saber ser hombre independiente y autónomo. Al final de cuentas es lo que pretenden los padres, disfrutar los logros de sus hijos.

Llegó el día del examen evaluatorio para ingresar a la especialidad. Se realizó en la sala de enseñanza de la clínica de especialidades del IMSS. Empezó puntualmente a las ocho de la mañana y terminó a la una de la tarde. Después, reinició a las cuatro de la tarde y terminó a las siete de la noche. Consistió en cuestionarios impresos que incluían infinidad de combina198

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ciones de preguntas y que confundían en vez de convencer, selección múltiple, casos clínicos secuenciales que si te equivocas en el diagnóstico el resto de las respuestas son la consecuencia, preguntas con lagunas misteriosas, esquemas para correlacionar, preguntas con respuestas en escala vertical, interrogantes complejas: si A es igual a B, si B y C son correctas, si A y D son incorrectas, si todas están bien, si todas están mal. Para finalizar, una página completa de inglés técnico. Había que traducir un artículo médico.

Dos hojas para interpretar imágenes radiológicas impresas. Era una prueba universal difícil compleja, más espinosa que competir en el decatlón. Pasadas las ocho horas de trabajo exhaustivo cerebral, la mente salió desordenada, caótica y desorientada. Se desconoce si el aprovechamiento fue el óptimo. La duda individual es el componente principal de la evaluación. Nachito salió confundido, Laurita exultó la ansiedad contenida, Memo abandonó la sala brincando, Fausto, tan extrovertido, movía la cabeza de un lado al otro, Meche estaba segura de pasar la prueba y Vel salió con la duda a cuestas.

Se juntaron los de la palomilla y coincidieron en que el examen tenía complejidad de cuatro cruces en una escala de cuatro.

Nadie sabía a ciencia cierta si pasaría el examen. Todo era confusión, duda e incertidumbre. Los resultados del examen, o sea, la lista de aprobados o no aprobados, saldrían impresos en los ventanales de la unidad de congresos del Centro Médico Nacional del IMSS, el 31 de enero.

Llegó el momento de partir para Vel. Había cumplido satisfactoriamente su labor humanitaria en la clínica del IMSS. Trajo alegría, optimismo, conocimientos, habilidades y destrezas. Las aplicó en sus pacientes ajalpeños. Las actividades las realizó con empatía, calidez, amor y deseo de restaurar la salud. Así de sencilla fue su atención en la consulta externa, en urgencias, atención obstétrica y dirección hospitalaria. Cumplió cabalmente en la sutura de heridas, colocación de férulas, la atención de partos 199

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y en la prontitud para atender las urgencias. En la prevención de la salud, se cumplieron los programas institucionales. Cumplió con su función de director, dirigiendo con autoridad y seguridad el funcionamiento y la sustentabilidad de la clínica. Fue un médico paciente y tolerante con los trabajadores. Mantuvo la armonía en las relaciones laborales y su actitud siempre fue amable con los pacientes. Trascendió forjando un ejemplo en la actuación galénica. Al partir se sentía conforme con su misión que había cumplido con integridad, honestidad, humildad y humanidad, sello de su trabajo.

El día de finalización del pasantado, los trabajadores le organizaron una comida de despedida. Le dieron las gracias por permitirles un año de bonhomía y un bienestar palpable. Porque cada uno de ellos se había sentido a gusto, había dado su mejor esfuerzo. Cada quien desempeñó su rol, naturalmente con humildad y sin zalamería. Eso es grande, doctor, porque habla de que es un buen hombre. Los platillos fueron sencillos pero exquisitos, arroz amarillo, mole poblano, frijoles de la olla, pan blanco recién horneado y cervezas de la Victoria. El postre fue la buena voluntad de estas bellas personas, que demostraron su agradecimiento por haber coincidido en un contexto en el que las actitudes divinas formaron parte de la humana convivencia.

Oswaldo fue a recoger a su hermano con las pocas pertenencias personales que cupieron en una maleta. Las experiencias médicas las llevaba guardadas en el lóbulo temporal y en la amígdala cerebral. Una vez cumplido el protocolo de cortesía, fue a despedirse de los Jefes. Ellos no sufrieron ni se acongojaron, de antemano sabían que la familiaridad los había alcanzado. Lo despidieron como un hijo que se va pero regresará pronto. Así lo sentían todos, como un concierto alegre y comprometido.

Algunas personas que fueron sus pacientes llegaron a visitarlo y a despedirlo con unos obsequios sencillos como el aroma de un corazón agradecido. Unos calcetines, un perfume, un jabón 200

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de tocador, un suéter, una corbata, una camisa, una canasta con tempesquistles, una caja con pañuelos de tela y muchos regalos que conmovieron al galeno porque no los esperaba.

El tiempo, a través de su paso, va creando ciclos. Asociado a personas y ambientes crea un contexto. Las emociones que se despiertan con una despedida son diferentes en cada persona.

Vel, el muchacho joven percibía un futuro prometedor, y el horizonte se distinguía muy a lo lejos. Para los trabajadores de la clínica fue una experiencia más en su contexto. −Adiós, Ajalpan de mi año de servicio social, tierra de gente tepac, (agradable) de personas iknotecatl (humildes), semani (sencillo) patiyoua (valerosa) tiue (voy) para Puebla, tiue (voy) para la especialidad, me duele el yolokuakualotl (corazón) me tengo que ir, estoy tlazohcamati (agradecido) por su bondad y hospitalidad.

El tiempo continúa su marcha y las personas sus actividades.

El reino mineral, animal y vegetal sufre cambios poco perceptibles, sobre todo en el medio urbano. Los meteoros del mes de enero traen frío invernal y no hay plazo que no se cumpla. La vida sigue su marcha para los que sobreviven al enero y febrero, desviejadero.

Se fueron las dos parejas de enamorados el 31 de enero. El objetivo era traer el boleto para la especialidad. Oswaldo y Paty pidieron permiso en el hospital, mientras que Adelina tenía dos días de descanso, lunes y martes. Abordaron la autopista Puebla - México en el auto de OW, que parecía carro de carreras de la Fórmula 1. Iban optimistas, con la esperanza de alcanzar su propósito. Todo el camino fue de risas, bromas y anécdotas chuscas. No pararon de reír hasta que llegaron a la meta. Llegaron a la Unidad de Congresos del Centro Médico Nacional del IMSS y allí sí se pusieron serios. Paty tomó de la mano a Vel, lo apretó fuertemente, miró al cielo y pidió ayuda al Creador del universo, haznos el milagro, Señor.

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Llegaron a las nueve de la mañana. Los amplios ventanales ostentaban impresas en hojas tamaño oficio las listas de los aprobados y los reprobados. En total eran 1,800 alumnos. Aceptados los primeros 500 y el resto a esperar otra oportunidad al año siguiente para ingresar al IMSS a nivel nacional. Por la multitud presente, parecía que había un congreso o la feria del Cinco de Mayo en Puebla. Las puertas de cristal del edificio estaban abiertas pero nadie se introducía. Todos estaban pegados a los vidrios del exterior, oteando las listas, buscando su nombre entre las primeras cinco centenas. Aprovechando su delgadez, Paty y Adelina se introdujeron en la lista de los números 300 al 400, OW en la de los 400 a los 500, y Vel con timidez se acercó a la de los primeros 200. Allí estaban sus compañeros de la escuela: el Enano, Chacharitas, Silvia, Meche, Memo y Laurita. Se saludaron efusivamente, todavía nadie sabía el resultado. −Compadritos, para nuestro IQ no creo que estemos en la lista de los primeros 200, mejor vámonos más para allá −comentó el Enano en tono chusco.

Todos se fueron, menos Silvia y Vel. Ella fue la que avisó a Vel. −Aquí estás, amigo, en el lugar 83. −A ver, amiga, deja cerciorarme −exclamó sorprendido.

Después de leer su nombre completo, le pidió un favor a su amiga. −Dame un pellizco para aterrizar en esta realidad fantástica −recibió tremendo pellizco en el brazo que lo hizo reaccionar−. ¡Me dolió, Chivis, me dolió! −Ahora sí ya estás seguro, y si no, repito la dosis.

Los dos rieron a carcajadas y se abrazaron con la intensidad de un deseo cumplido.

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Vel empezó a saltar y a gritar para llamar la atención de sus acompañantes. Paty fue la primera en darse cuenta y, luego de dar aviso, los tres corrieron hacia él y con vehemencia se fundieron en un abrazo múltiple. Hicieron una rueda junto con Silvia, quien obtuvo el lugar número 20. Dieron giros como en la vuelta de San Miguel por unos minutos y después todo el grupo se dirigió hacia el Enano y Chacharitas. Los envolvieron con abrazos y felicitaciones porque también fueron aprobados.

El contraste se apreció en la actitud de los que no lograron el objetivo. Aun así, el festejo persistía. Margarita se unió al grupo junto con Alejandro, Ricardo, Pepe, Panchito y Noé, muchos más poblanos con el corazón festivo.

Vel se aconsejó con Paty, Enano, Adelina, OW y Chacharitas, quienes bailando envolvieron con abrazos a los que no lo lograron. Por unos momentos se contagiaron de la alegría grupal y hasta rieron. Algunos lloraron por la frustración, pero terminaron por desahogarse. Cuando todo parecía perdido aparecieron las palabras del mago OW. −Compañeros, permítanme unas palabras. Soy hermano de Vel y soy médico cirujano del IMSS. El jefe de enseñanza del Hospital Universitario es muy amigo mío y me comuniqué con él antes de saber el resultado de mi carnal. Me expresó que el próximo sábado es el examen para especialidad en el Hospital Universitario. Vayan a inscribirse lo más pronto que puedan.

Aún hay esperanza, no es premio de consolación sino su verdadera vocación.

Hubo un aplauso general y abrazos para OW, pues había levantado de la lona a los recién noqueados. Renació la esperanza. Ahora sí al festejo general. Adelina abrazó y besó fuertemente a OW. −Mira nada más, viejito hermoso, qué gran detalle. Sacaste el as de la chamarra.

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El Enano, Chacharitas, Vel y Ricardo lo subieron en hombros por ser lenitivo de los momentos difíciles. Lo pasearon unos instantes como a un héroe y lo vitorearon. Después del descenso, los grupos fueron desapareciendo. Cada quien se fue a su festejo o duelo. Hasta que se quedaron las dos parejas que viajaron con una esperanza y regresarían con la victoria a cuestas.

Vel cargó y paseó a Paty cerca de una fuente rectangular. Amenazó con echarla al agua, pero ella se aferró a su cuello y lo besó. −A donde va Paty vas tú, querido. Así es que tú sabes si me avientas −dijo coqueta. −De esa manera convincente, me voy contigo hasta la eternidad.

OW desapareció transitoriamente y fue a un restaurante. Según él, iba al sanitario, sin embargo, hizo varias llamadas telefónicas para informar a la familia del éxito logrado. Vel y Paty querían hacer llamadas a sus respectivas familias, pero OW y Adelina los convencieron de que es mejor la sorpresa y nada significaban unas horas en suspenso. Decidieron ir a un elegante restaurante de pescado y mariscos seleccionado por el hermano mayor. Para Paty pidieron un filete sol y Adelina pidió pescado blanco ya que estaba en la lista. Vel ordenó salmón y OW pescado black bass. −La verdad, preferiría un pez cazón o una mojarrita, pez azul, merluza, atún, sardina, arenque, payaso, cirujano, bacalao, sierra, marlín, tiburón o un pez globo para probar mi sistema inmunológico −dijo la traviesa de Paty.

Vel le tocó la frente y la besó sutilmente. −¿Qué le pasa a este cerebrito febril? Se me hace que esta pati-nando.

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El día siguiente era día de trabajo para Paty y OW, por lo que tenían que regresar temprano. Ya para concluir, Oswaldo tomó la palabra. −Antes de levantarnos de la mesa, como hermano mayor, quiero felicitar a Vel. Doy gracias a Dios por haberme regalado a este ser humano excepcional. Estoy orgulloso de ti, no por la calificación o la aprobación del examen, sino porque has influido amorosamente en la vida de cada uno de los que estamos presentes. Nos has regalado felicidad, a pesar de que no hemos sido tan leales contigo. En general eres buen muchacho, o como tú siempre dices, alegre, inteligente, dicharachero, intrépido, audaz, ingenioso, futbolista y enamorado de la mujer más hermosa del mundo. ¡En serio, cuando platicamos así se describe! −Te faltó decir desordenado, desmadroso, divertido, desvelado, desesperado y amigo de Juan Bosco, Domingo Savio y don Ángel. −Ahora sí, disculpa la interrupción, hermano. Puedes continuar. −Gracias por tu locuacidad, Vel, y a ti, Paty, un premio por soportarlo. −Así será por siempre. A todo se acostumbra uno y Vel todo lo hace fácil −se apresuró a contestar la prometida de Vel. Cuando llegaron a Puebla, todos se dirigieron a la casa de Vel. Todo estaba igual, pero había algo raro. En cuanto tocaron a la puerta del departamento, salió a abrirle Pollito. −¿Cómo te fue carnalito? −Excelente, hermano. Ya el hospital aceptó a otro ingenuo para adiestramiento intensivo en el área pediátrica.

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−Venga un fuerte abrazo −dijo Pollito antes de levantarlo por el tórax y apretarlo con mucha fuerza hasta sacarle al aire. −Así es el Pollito, muy suave, demasiado sutil, enemigo de la brusquedad −dijo Vel en cuanto se liberó del abrazo. −Siéntense, por favor − les dijo Pollito después de saludarlos cortésmente a cada uno de ellos. −Oye, Pollito. ¿En dónde están todos? −Fueron a misa a la capilla.

Pero en cuanto se sentaron, salió toda la tribu más los clanes invitados para felicitar a todo el grupo. Talaigua y Lupita iban al frente de la comitiva. Chiritas, Anita, los Jefes, la familia de Paty, don Ángel y toda la joven familia representada por hermanos y amigos estaban escondidos en el segundo piso. Sobre la mesa había exquisitos antojitos poblanos y refrescos. −Gracias, mijo, por hacernos felices. Estamos orgullosos de ti.

Y como dijo don Filiberto, a compartir los alimentos −dijo Chiritas a toda la concurrencia.

Los amigos son importantes en la vida. Sin embargo, recuerda que en los momentos cumbres, Dios es primero, luego la familia y después los amigos. La semana transcurrió con aceleres y prisas, sobre todo para las mujeres que ante la inminente boda no se habían programado bien. Lo que no se planifica con protocolo, irremediablemente sale mal. Es más, puede salir peor. Pero no en este caso, en que la sinergia fue fundamental para el éxito.

Apareció la mano amiga de las tías Chata, Amelia, Amparo, Inés, Aurora y Rosa, los primos Rocío, Marta, Marina, Jorge, Chucho, Miguel y además la familia de Paty que estaba dispuesta a servir durante el evento, siendo la líder Dulcinea, que con entusiasmo y alegría facilitaba la tarea.

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Vel, que estaba de vacaciones, aprovechó para arreglar la casa donde iba a vivir. Necesitaba mano de obra bien hecha para resanar, pintar los muros y colocar cortinas, actividad aprendida del tío Manuel. También había que limpiar pisos, baños, puertas y ventanas, hábitos aprendidos de Chiritas, hombre limpio y de hábitos higiénicos. El poner en orden las mesas y sillas para el evento, fue una costumbre de Talaigua y Lupita. Aunque la casa era chica, tenía un amplio patio para colocar estratégicamente la sillería.

La comida estaba a cargo de las mujeres de la casa, la música saldría de una consola que prestó Chiritas, con bocinas que no ofenderían los tímpanos de los vecinos. Los adornos de la casa estuvieron a cargo del maestro Siete Pisos, acompañado de sus superhéroes Batman y Robin, quienes dejaron instalada la estufa con su conexión de gas. Superman y Flash revisaron el buen funcionamiento de regadera, llaves y sanitario. Linterna Verde y Rayo de Jalisco supervisaron la instalación eléctrica. Cuando llegó OW a visitar a su carnal, le preguntó cómo podía ayudar. −Ya no sé ni a qué, pero si te disfrazas de Aquaman, ayúdame a fregar los pisos −le contestó Vel. OW se sorprendió con la respuesta, pero después de estar unos minutos ayudando, entendió el mensaje y se soltó riendo frenéticamente. −Batman, pásame las pinzas. −Enseguida, Robin. −Superman, vuela a comprar este empaque para la llave de la regadera. −Enseguida te la traigo, mi Flash. −¿Por qué se van a casar si los veo tan felices? −preguntó don 207

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Ángel.

Los tórtolos se miraron a los ojos antes de que Paty respondiera la pregunta. −Queremos formar una familia ante Dios y ante la sociedad.

Nos queremos desde hace cinco años, ya tenemos antigüedad suficiente. −Mire, don Ángel, nuestros padres nos educaron de acuerdo a la tradición católica y no creo se hayan equivocado. Nos enseñaron a amar a Dios y a obedecer sus mandamientos. Me dijo Talaigua que el premio para los que obedecen y respetan a Dios es un regalo de amor. Pues bien amigo, en Paty encontré ese regalote, ese premio mayor. No de la lotería sino de la divinidad −continuó Vel. Don Ángel sonrió ante la ocurrencia de su alumno y retomó la palabra. −Me da gusto verlos tan amigos y tan amorosos, cada quien en su casa disfrutando de la vida. ¿Creen que viviendo juntos van a mejorar su vida? −Esto ya lo hablamos padre, las emociones mal controladas nos derrumban. El primer año de noviazgo nos comprometimos a ser sinceros, fieles y originales. Nada de mentiras ni actuaciones. Yo no respeté el trato, me ganaron las emociones. Nunca fui infiel, pero sí mentirosa y nada original. Vel jamás me ha reprochado nada, porque Dios está primero en su corazón. Esa confianza divina le hizo no perder la fe, y hasta el último momento esperó el milagro, concedido por el Señor. Para mí fue una lección que jamás olvidaré en mi vida. Ese es el amor, don Ángel. Nadie me ha reprochado nada, porque la equivocación se absorbió como esponja sin rebotar ofensa alguna. Desde ese día vivo para mi flaquito hermoso y no dejaré de agradecerle a Dios y a usted, padre, que ha sido un guía único y excepcional.

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Jamás he dejado de amar a Vel, lo traigo prendido en la mente y el corazón. Aprovecho este momento para comprometerme con ustedes. Trabajaré con entusiasmo para preservar esta unión.

Lo juro ante ti, Padre Jesucristo, y como testigos la Virgen Auxiliadora, San Juan Bosco, Santo Domingo Savio, y usted, don Ángel. Forjaré la familia con palabras y con actos de amor.

Un silencio se hizo presente en la capilla. Vel se levantó sereno y la invitó a pararse para tomarse de las manos. −Estoy consciente de mi papel de varón. Mi deber es protegerte y darte identidad que te haga valiosa y valerosa, porque ya eres la persona más importante en mi vida. Ya no serás mi novia, pasarás a ser mi esposa querida. Lo más importante, es que sin mí, eres ciencia, arte, inteligencia, creatividad, ingenio, habilidad, integridad, belleza y una mujer capaz, honorable, que tiene un valor inestimable. No vas a tener más valor por formar pareja conmigo. Ambos vamos a ser complemento de nuestras fortalezas y ayuda en las debilidades. Como joven enamorado te manifiesto, que tienes una silueta física hermosa y sensual, unos labios frescos como rebanadas de pitahaya.

Todo en ti es bonito. Eso te hace atractiva a mis sentidos. Estoy embelesado con tu alegría, simpatía, inteligencia, creatividad, pensamientos, ocurrencias y con tus chistes crueles. Me encantan esas trenzas de india otomí y esas muecas de niña celosa.

Estoy consciente de todos tus defectos y amo tu imperfección.

Estoy enterado que no se admiten devoluciones −dijo Vel. −Desde que me presentaste a Paty, les dije que me gustaban para unión de siempre y así ha sido. Los imprevistos en el camino de la vida nos hacen cambiar de dirección. La brújula pierde el rumbo, el magnetismo de la atracción se vuelve rechazo, la paz se vuelve intranquilidad, los momentos de solidaridad se convierten en soledad y los conceptos de belleza cambian por los de fealdad. ¿Saben por qué? Porque se pierde la sal de la vida que estimula el gusto y las sensaciones de bienestar. Esa proteína 209

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que cada quien elabora individualmente en cada célula del organismo se llama fe. Si olvidas a Dios se abate la felicidad, se duplica la tristeza. Si permanentemente vives con Él, la alegría se multiplica y la depresión se esfuma.

Esto que se dice tan fácil, en la práctica se olvida. Tómenlo en cuenta. Además, Paty y Vel, en la ruta de la vida vendrán infinidad de personajes que intentarán separar lo unido por Dios.

Padres, hijos, familia y amigos en general, recuerden que ellos son pasajeros de la vida. Nunca deben estar por encima de ustedes dos. Pase lo que pase, Paty será tu fiel compañera hasta siempre. Vel será tu incondicional compañero hasta que termine el ciclo de la vida. Atiéndanse prioritariamente porque un día la vida terrenal se acabará. Disfrútense como helado de limón. Siempre unidos, el barquillo y la nieve. Después vendrá la esperanza de la vida celestial y hay que ganársela con amor. Como corolario, les paso sin costo este concepto vertido por un personaje científico, la vida es una enfermedad adquirida por vía sexual, con cien por ciento de mortalidad.

La misa de unión matrimonial se realizó en la capilla de María Auxiliadora en el oratorio festivo salesiano, en la tradicional misa de las nueve de la mañana. En ese lugar en donde los contrayentes habían pasado gran parte de su vida, participando en actividades escolares en la escuela Tamariz Oropeza o en las actividades católicas de la institución salesiana. Desde la entrada a la institución hasta las puertas de la capilla, se formaron los compañeros y compañeras infantiles y juveniles, para dar la bienvenida a tan queridos personajes. Mientras pasaban la valla recibían saludos y aplausos. Primero subió Vel, acompañado de Chiritas y doña Elisa hasta el altar mayor. Luego subió la hermosa Paty, acompañada por don Joel y Anita. El cortejo siguió con Talaigua y Lupis, madrinas de arras; los Jefes, padrinos de lazo; Siete Pisos y su novia Anita, padrinos de anillos; y Carmelita y Dulcinea jugando y elevando la cola del vestido de novia.

El interior del templo estaba lleno. Se distinguían personajes ve210

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cinos de la 13, 15 y 17 poniente, de la 2, 3 y 4 sur, compañeros de la primaria, secundaria, preparatoria y universidad, el equipo reservas especiales, primera fuerza y primera división amateur.

Un coro monumental de niños, jóvenes y adultos entonaban cantos salesianos a la entrada de la corte nupcial. Entre las voces se distinguía la del barítono don Jesús Corona. Vaya sorpresa les tenía preparada don Ángel.

Desde el inicio de la ceremonia, un fotógrafo captaba imágenes del inolvidable momento con un moderno dispositivo y otro personaje tomaba video con una sofisticada cámara. Esas eran cortesía de la tía Aurora, el primo Cocol y amigos de toda la vida.

La misa transcurrió solemne y festiva con la participación multitudinaria. Nunca se imaginaron los novios haber cosechado tantas amistades en la infancia y juventud. Los contrayentes sonrientes durante la ceremonia, fijando la vista en el Cristo crucificado, en la escultura de María Auxiliadora y en las imágenes de los cuadros de San Juan Bosco y Santo Domingo Savio.

Cuando volteaban a mirarse, Paty le decía a Vel que lo amaba y el muchacho le decía con una sonrisa picaresca que no se fuera a desmayar. Después de la homilía continuó el fervorín dirigido a los novios. −Miren nada más, querida comunidad, parece que estoy viendo a este par de pilluelos algunos años atrás, disfrazados de polvorón, llenos de tierra oratoriana de la cabeza a los pies.

Rascándose la cabeza, con los mocos escurriendo por su nariz, corriendo como chivos traviesos. Ella golpeando sin dirección la pelota de voleibol y él rebotando la pelota sobre las paredes del campo de futbol. Los dos cantaban más desafinados que un pito camotero, lo que indica que son oratorianos de siempre.

Ya vi que se están riendo muchos, pero todos ustedes han sido iguales. No se hagan los muy limpios. El que viene al oratorio, se divierte y es un polvorón viviente. Lo que sí tienen limpia es 211

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el alma. Nuestra misión es purificar sus pensamientos, dirigir sus sentimientos hacia la obediencia, el respeto, la bondad, la humildad y la sinceridad. Hacer de ustedes hombres de actitudes humanas y cristianas. Lo que pretendemos es formar una sociedad pacífica, en donde todos podamos vivir en santa paz. Ahora tenemos aquí ante el altar de Dios a estos jóvenes muy queridos por mí y también por ustedes. Vel y Paty han dirigido sus vidas al servicio de la humanidad. Se han formado a través del estudio y de la práctica en profesionistas. Les ha costado trabajo, no ha sido fácil. Mucho tiempo leyendo libros o apuntes, imaginando lo que no comprenden, adquiriendo habilidades y destrezas.

Todo esto a través de la dedicación, el esfuerzo y la abstención de diversión. Todo con ayuda de Dios, así me lo dijeron ellos.

Ahora después de cinco años de noviazgo, han decidido formar una familia y alimentar un hogar con amor. El amor que sólo lo da Dios. A Dios lo buscamos donde quiera y lo encontramos dispuesto a ayudarnos. Así que hay que buscarlo hasta encontrarlo.

A Dios se le encuentra en la naturaleza en cualquier lugar, pero donde debe estar es en el corazón de cada uno de nosotros. Todos ustedes son mis hijos oratorianos, pero en esta ocasión los predilectos son Paty y Vel. Les deseo de todo corazón a ustedes y a su familia que sean felices y que se amen como Dios ama.

Pueden darse un beso sutil.

Los asistentes aplaudieron con entusiasmo la presencia del amor. Los miembros de las familias están emocionados. No pudieron evitar la salida de lágrimas, estimuladas por el parasimpático del nervio facial, que corrían presurosas por la tez en busca de un camino que las condujera a su destino final. La mano piadosa o una caída hasta el piso, cualquiera que fuera el destino, era el camino de nobles sentimientos que brotaron por una emoción que conmueve.

Continuó la liturgia de la misa y la colocación simbólica del lazo que los uniría por siempre, representa al Espíritu Santo, el 212

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soplo divino que Cristo dejó para ser el consolador en cualquier momento de la vida. La energía bajó hacia los corazones de Vel y Paty, permanecerá en sus corazones para que siempre se encuentren el uno con el otro. Las arras representan la sustentabilidad en el hogar. Que el Señor les permita ganar el sustento diario, con el fruto de un trabajo digno para que nunca falte lo necesario en el hogar. Los anillos significan la alianza entre los contrayentes y sus familias. Que este sagrado matrimonio una a los miembros de las dos familias en sagrada comunión, es lo que desean Siete Pisos y Anita.

Durante la sagrada Eucaristía todos dieron gracias y pidieron. Paty dio las gracias a Dios por el hermoso acontecimiento, mientras que Vel agradeció al Señor por la inmensa dicha. Los demás pidieron al Señor por la felicidad de los novios. Durante la comunión, se escuchó el coro monumental, para sorpresa de todos hasta del mismo don Ángel. El barítono don Jesús Corona y el tenor Pietro Altieri, interpretaron una melodía no litúrgica que le enchinó la piel al sacerdote porque no estaba permitida.

Dulcinea hizo la travesura, la melodía era Amor Imposible, con fe lo imposible soñar, al mal combatir sin temor, triunfar sobre el miedo invencible, en pie soportar el dolor, amar la pureza sin par, buscar la verdad del error, vivir con los brazos abiertos, creer en un mundo mejor, ese es mi ideal, la estrella a alcanzar, no importa cuán lejos se pueda encontrar, luchar por el bien sin dudar ni temer y dispuesto al invierno llegar si lo dicta el deber, y yo sé que si logro ser fiel a mi sueño ideal, estará mi alma en paz al llegar de mi vida al final, será este mundo mejor, si hubo quien despreciando el dolor combatió hasta el último aliento, con fe lo imposible soñar y la estrella alcanzar. La interpretación fue tan magistral que hasta el padre se emocionó, pero no dijo nada.

Los contrayentes estaban gozosos pues era su canción favorita.

Los asistentes estaban emocionados hasta las neuronas más íntimas del lóbulo parietal. Seguramente quedaría grabada para siempre en los recuerdos de los novios y de mucha más gente.

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Al terminar la misa las felicitaciones fueron extensas e intensas.

La fila era enorme para ofrecer los mejores deseos a los contrayentes. Con eso bastaba para ellos, qué mejor regalo que una felicitación sincera que traduce amistad y solidaridad. Fueron muchos los llamados, y llegaron los que pudieron solidarizarse. Todo iba a ser sencillo y austero. No estaba en los planes el desayuno, menos para la comunidad tan extensa. Sin embargo, Dios puso los medios y don Ángel y sus benefactores lograron multiplicar los panes, el café, el atole, los tamales y las gelatinas.

El pastel alcanzó para todos los asistentes y hasta sobró comida.

Los novios estuvieron con su familia en una mesa especial, disfrutando del tradicional desayuno. La interrogante pronto encontró respuesta en boca de don Ángel. −Qué bonito es lo bonito, muchachos. Se los digo para que se den cuenta cómo son estimados en esta institución. Los integrantes del equipo de primera división, los de las reservas especiales, las compañeras del coro y del equipo de voleibol se organizaron, cooperaron, y los festejaron. Qué bueno, hijos, que son amados por sus amigos. Los invito a que no cambien, continúen por el camino sencillo, humilde y solidario.

Estoy feliz, hijos mío.

Efectivamente, don Ángel parecía el padre y suegro de los muchachos. Todos sabían que era el ángel de la guarda y del amor.

Paty y Vel estaban dichosos. Habían soñado con ese momento desde la infancia y juventud, tener como compañero de la vida a un oratoriano. Presentían que así nunca se alejarían del barrio que los vio nacer y que serían protagonistas de una historia salesiana que los mantendría unidos a través de la religión, las costumbres y la tradición.

A la hora de la comida, llegaron los invitados de la familia. En la mesa de honor estaban los padres de los novios, los Jefes, don 214

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Ángel, Talaigua, Lupis, y en ausencia de los abuelos paternos, la tía Aurora y Arturo. En las mesas del amplio patio, los tíos con sus familias, Braulio, Federico, Paz, Inés, Amparo, Chata, Amelia, Rosa y los primos Toño, Jorge, Marina, Raúl, Samuel y Paz. Llegó una comitiva de Acatzingo, de Tochimilco, de Tehuacán, de Orizaba y del Distrito Federal. Estaba toda la familia extensa de Paty, los amigos de ambos, los vecinos de siempre, y Oswaldo y Adelina como invitados especiales.

Disfrutaron de la exquisita comida elaborada por manos poblanas, un exquisito arroz, pechugas de pollo en salsa de chipotle y de postre una rebanada del suculento pastel, obsequiado por las gentiles tía Chata y Amelia. Había muchos refrescos y nada de bebidas alcohólicas. Solamente dos botellas de sidra en la mesa de honor para el brindis.

Las palabras brotaban como manantial, deseándole bienestar y prosperidad a la nueva familia. El Jefe sacó a relucir sus palabras domingueras. −Como padre adoptivo de los contrayentes, tengo el gusto de darles las gracias por la felicidad que han traído a la vida de nosotros, porque de alguna forma han influido en la vida de todos. Evoquen en este momento algún recuerdo grato con la pareja, ¿verdad que son simpáticos? Tienen una sonrisa encantadora, son juguetones, tienen un carácter vivaz que alegra el día, son amables, cariñosos y se ganan el afecto con facilidad.

Son estudiosos y emprendedores, tienen el hábito del ahorro, son honrados y sobre todo, aman a Dios. Eso es lo que pienso de ellos, en verdad se han ganado mi cariño y los veo con ojos de agradecimiento. Si he tomado la palabra, es para solicitarles a todos ustedes, que en los momentos de crisis les tiendan su mano amiga. Ellos nos invitaron porque somos familia. De alguna forma confiaron en nosotros. Pues bien, comprometámonos para que esta ventura permanezca unida por siempre. Seamos cada uno de los invitados, mano amiga para cuando nos necesi215

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ten. Ese es el fin de este acontecimiento, compartir y ser apoyo incondicional para esta encantadora pareja unida por el amor.

Los aplausos se propagaron entre el auditorio por las palabras sabias del provecto personaje, quien expresó la sinceridad de su noble pensamiento. Se cumplió con el protocolo tradicional, que consistió en el baile de los novios, la liga, la ronda y el lanzamiento del ramo. Todo el tiempo hubo una alegría festiva digna de un acontecimiento familiar, con todos en sintonía al ritmo de ballet o música instrumental.

La cámara de video capturó momentos inolvidables y la cámara fotográfica atrapó momentos que no regresarán, porque el pasado es un instante, el presente ya llegó y el futuro será testigo de esta realidad inolvidable.

Los novios disfrutaron su tarde noche, acompañados por sus convidados al festejo. Como anfitriones su obligación era atender, escuchar, compartir y brindar por el cambio de vida en sociedad de soltero a una vida de pareja. Los recuerdos escolares, deportivos, universitarios, tradicionales y las anécdotas de vivencias pasadas se deslizaban al presente con aderezo emocional, porque entre más se repiten, cada vez se expresan mejor. La seguridad del festival era que no había alcohol para tomar. Algunos traviesos lo introdujeron en forma clandestina, pero lo tomaron discretamente. Don Ángel les explicó que los padres de la novia eran muy estrictos. Así se evitaron la pena de dar explicaciones y la fiesta se llevó en paz.

En el momento más romántico, los novios enamorados bailaron rítmicamente sobre la improvisada pista melodías que les traían gratos recuerdos. Las bocinas de la consola dispersaban por el mundo aéreo ondas que viajaban intrépidamente a las células del órgano de Corti, donde eran procesadas del nervio auditivo hasta el lóbulo temporal, mientras el nervio vestibular dirigía el movimiento y el equilibrio. Las notas musicales evo216

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caban melodías de Santo y Johnny Farina, hermanos musicales que compusieron melodías instrumentales que estremecieron la mente y el corazón, brotando de la guitarra eléctrica. Algunas de las canciones fueron Y la amo, Tú me perteneces, Tiernamente, Sonámbulo, Venus, Misty y Morado subido.

En un intervalo de descanso, Pollito se dirigió a Paty sonriendo. −A ver cómo le vas a hacer con este consentido de la comida.

Mi mamá, tías y abuelas lo tienen sobreprotegido con eso de que es el hijo mayor. Tendrás que prepararle mole poblano, carne con adobo, pipián rojo y verde, frijoles de la olla, albóndigas en caldo de chipotle, nopales navegantes, mole de olla con pollo, huasmole, mole de caderas, caldo de pescado, caldo con carne y charales, espagueti, sopa de macarrón o de letras, sopa de verduras, ensalada de lechuga, tortas de papa, puré de papas, tortas de camarón, milanesa con papas, chiles en nogada, chiles rellenos y chipotles rellenos con queso, acompañados de ensalada de lechuga y rábanos, rajas con leche, arroz con leche, gelatina de leche, pastel con leche. Esas son sólo algunas apetencias de mi hermano Vel. Cuídamelo mucho, Paty. Los quiero, los felicito y que Dios los bendiga.

Paty lo abrazó cariñosamente y en sus ojos asoman lágrimas sinceras. −Gracias, Pollito. Eres bien correspondido, nosotros también te queremos.

Se acercaron las parejas invitadas de los novios, Oswaldo y Adelina, Siete Pisos y Ana Aurora, Nachito y Ana Ligia, Pollito y Berta, Raúl y Lupita, Jorge y Teresita, Tirso y Amalia, Laura y Fausto, Pepe y Mari Carmen. Otras parejas también se acercaron y formaron una ronda tomados de la mano. Todos se movían al ritmo de la música de popurrí, cumbias, rock and roll, música mexicana de mucho movimiento, mambo y cha cha chá.

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Cuando los músculos se acabaron la reserva de 800 gramos de glucógeno, sonaron las notas del danzón y música instrumental para relajarse, inspirarse y dejar que el romance apareciera o continuara sin parar.

Después de sucesivas vicisitudes terminó el festejo. Las manos amigas y solidarias dejaron todo en orden al sonar la una de la mañana en el reloj. Las despedidas fueron efusivas con deseos divinos de que todo fuera bien, y algunos pícaros sugirieron una noche buena, momentos de miel y eclipse de sol y luna. Los últimos en salir fueron los Jefes, Oswaldo y Adelina. A Nachita la traicionaron las lágrimas de la emoción pues estaba muy contenta. OW le solicitó los boletos del camión a Vel y se ofreció llevarlos a la estación camionera por la mañana ya que estaba de vacaciones en el trabajo. −No sea que se les olviden y pierdan su viaje. La salida es a las doce del día, no se vayan a quedar dormidos, tórtolos.

Una semana antes de la boda, OW, Adelina, Vel y Paty fueron a cenar tacos árabes y estuvieron platicando sobre salud sexual, ya que Paty comentó que para Freud la neurosis era consecuencia de represión o insatisfacción sexual en determinadas personas. Adelina tomó la palabra y comentó. −La historia sexual de cada individuo comienza en el momento en que fueron fecundados, por las condiciones en que se da este maravilloso momento. No es lo mismo que los progenitores estén sobrios, ebrios o drogados, sanos o enfermos, con antecedentes genéticos de enfermedades hereditarias o saludables, ejerciendo sexualidad conveniente o con promiscuidad sexual. −Tiene razón, Adelina. Respecto a los antecedentes familiares, mi bisabuelo tuvo tres mujeres con las que procreó hijos. Mi abuelo infiel tuvo dos mujeres con las que tuvo descendencia, mi tío Juanito fue un pachuco que sexualizó con muchas mujeres y 218

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se jactaba de cohabitar con artistas. Por la parte femenina de mi familia no hay queja, pues ha sido normativa. ¿Eso indica que voy a ser infiel? −dijo Vel. −Pudiera ser un factor determinante si desde pequeño hubieras convivido con ellos. Acuérdate, mi amor, neuronas en espejo conductas aprendidas −intervino Paty. −Recuerden que los genes son proteínas heredadas y nuestras células se encargan de formar cadenas de aminoácidos que forman el ADN o comandante celular. Cada segmento de esas cadenas es un gen, cada uno de esos segmentos se encarga de características diversas, desde físicas, fisiológicas, psíquicas, intelectuales, sociales, espirituales y emocionales. Por eso es muy importante preservarlos íntegros y con buen funcionamiento, para obtener respuestas saludables. Estos genes o segmentos de DNA, deben estar en un medio ambiente que favorezca el desarrollo de seres humanos sanos. Por eso debe haber un cielo azul limpio, áreas verdes naturales, cuidado de ríos y lagos, transportes que no contaminen, regulación del ruido ambiental, comida orgánica, ejercicio al aire libre, sueño de ocho horas satisfactorio, educación emocional, optimismo y sensatez.

Todo eso te va a ayudar a dar respuestas sanas de convivencia −dijo Vel. −De acuerdo, compañeros de la vida y del amor, todo eso contribuye a formar seres cooperadores y a mantener la salud comunitaria. Pero, si alimentas tu cerebro con contenido egoísta, perezoso, envidioso, violento, pornográfico, manipulador e irresponsable, vas a forjar seres corruptos y tóxicos para la humanidad y la paz mundial −expresó OW. −Con eso de que el cerebro medio es el instintivo y el que da respuestas inmediatas por ser el más antiguo, lo que nos convierte en ocasiones en animales neuróticos, realizando actos irracionales no controlados. Porque nadie nos educa en control 219

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de emociones. No es que actuemos como robots, sino que debemos aprender a tomar pausas antes de impulsarnos verbal o físicamente. Estoy consciente que en todas las escuelas debemos llevar la materia de educación emocional −dijo Adelina irritada. −No es que sea santurrón, pero la vida me ha enseñado que si sumamos las características mencionadas del ser humano, más el medio ambiente y el nivel de salud intelectual, social y emocional, deben asociarse al conocimiento de Dios. Él es símbolo de amor y paz, que te identifica, cuida, protege, atiende y entiende. Es el símbolo de la salud espiritual. Para mí, es Jesús, mi compañero inseparable, con su madre María y sus pastores San Juanito Bosco, Santo Domingo Savio. Si se puede incluir a don Ángel, tómenlo en cuenta −dijo Vel. Educar emociones es construir actitudes que te permitan una convivencia de bienestar. Así es como aprendieron Vel y Paty, que la sexualidad ejercida durante el noviazgo y con límites responsables los había convertido en seres amantes y respetuosos.

Cuando los límites en la sexualidad no están presentes, el siguiente escalón son las relaciones sexuales, que sin protección mecánica o emocional son un riesgo reproductivo o de transmisión de enfermedades. −Como médico, la diversidad de género es respetable. Ya comentaron que somos casi idénticos en el genoma humano, mas no es así en el proteoma. Cada quien elabora sus proteínas específicas. Eso condiciona variedad en pensamientos, sentimientos, deseos de placer, deseos reproductivos y promiscuidad. Yo pienso que cualquier tipo de asociación humana debe ser respetuosa y respetada, siempre y cuando no afecte a otros miembros de la comunidad. A lo mejor me veo muy liberal, pero pienso que todas las asociaciones de seres humanos deben respetar y ser respetadas −expresó OW. 220

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Ahora los jóvenes, en esta primera entrevista sexual de la luna de miel, estaban preparados para el momento. Se encendieron en el cerebro las luces de los sentidos para que se exaltaran, la vista de unos cuerpos juveniles desnudos que reconocen las extensas partes de piel blanca y morena, las partes íntimas del ser amado. Los sonidos procedentes del medio ambiente musical, los murmullos vocales que provoca la excitación del lóbulo de la percepción del placer. El medio ambiente aéreo, la humedad que estimula la epidermis y las mucosas. Los aromas o feromonas que despiden los cuerpos van aumentando gradualmente, conforme va ascendiendo la temperatura corporal. Se producen en las glándulas que secretan esencias únicas del río Atoyac y San Francisco. Los sabores que se transmiten resultan agradables, peculiares, de unos labios secos y febriles, que hacen trabajar intensamente al músculo orbicular. Los acercamientos piel con piel, mucosa con mucosa, hacen vibrar los receptores del placer en la dermis, que transmiten mensaje al cerebro, sobre todo en el área de las emociones placenteras. El núcleo acumens estaba de fiesta íntima, todo el sistema nervioso vivía momentos cumbre y el sistema simpático gradualmente alcanzará el acmé de este festival erótico, una producción exagerada de neurotransmisores excitadores. El sistema nervioso periférico, a través de sus plexos y nervios, dejó constancia de que estaba saludable.

Todos los movimientos de los grupos musculares eran rítmicos y coordinados. Las sensaciones de las neuronas sensitivas tenían un impecable funcionamiento. El corazón latía delirante, hasta 180 latidos por minuto, la presión sistólica y diastólica se elevaron hasta límites permitidos por el placer. Todo el organismo estaba contento con el acontecimiento. Era la primera experiencia, y aunque el trabajo era arduo, valían la pena los momentos de bienestar. El aparato reproductor femenino podía estar ovulando, momento en que el óvulo está esperando al espermatozoide fecundador para generar la primera célula o semilla comandante para la formación del cuerpo humano.

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Después del trabajo agotador, ahora le tocaba participar al parasimpático, ese nervio vago, para que frene a esas vísceras desenfrenadas y que se relajen el cuerpo y los sentidos para disfrutar de ese periodo de somnolencia gozoso, en el que los cuerpos se mantienen unidos, disfrutando el momento posterior al coito. En el acto amatorio participaron los dos, pero ahora era el momento de demostrar la satisfacción del evento, hacer sentir a la pareja que es digna de ser amada. La sexualidad puede ser fugaz y transitoria, pero el amor debe continuar presente en los siguientes actos cotidianos de la vida. Para eso hay que trabajar en pareja desde que amanece, elaborando actitudes afectuosas.

Aun en los momentos difíciles de la vida, no es fácil la tarea y hay que educarse en el terreno emocional.

Si no estás preparado para darle bienestar a tu pareja, déjala. No le ocasiones daño, sigue buscando hasta que encuentres a quien atiendas con cariño y que te devuelva amor.

Busca con quien te sientas bien en todos los terrenos de la vida.

Ve en pos de una vida digna y amorosa.

La sexualidad sin amor en una pareja genera seres indiferentes.

Se vuelve rutinaria la genitalidad y se transforma en un pacto de convivencia. La sexualidad sin amor, que se compromete con mentiras reproductivas, genera hogares que se convierten en un campo de guerra, en donde los prisioneros son entes que viven en la miseria. Piénsalo bien, querido amigo, si no eres discípulo del amor no te emparejes. Para eso necesitas entrenarte intensamente con seres buenos que te enseñan a convivir sanamente.

Bien, amigo. Si no tienes la edad adecuada o tienes un desarrollo físico integral poco saludable, no te emparejes hasta que madurez. La capacidad para elegir una pareja sana requiere del pleno conocimiento de la persona. El erotismo es lo atractivo, la identificación es lo que te magnetiza, la comunicación es lo que hace fácil la relación, el vínculo es el amor que enaltece y la sexualidad responsable es el acuerdo de la pareja. Cada pa222

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reja elige su proyecto amoroso, si es respetado habrá bienestar. Si resulta un fracaso, es una experiencia de la vida.

Si hay embarazo no planeado ni deseado surgen los conflictos.

Si hay enfermedad de transmisión sexual, será un recuerdo para toda la vida.

Para buscar una pareja, primero tienes que identificarte realmente como eres, sentirte digno de amar y de ser amado y sentar las bases de la relación para obtener como premio un bienestar personal y familiar. No todas las personas que conoces tienen que ser tu esposa. Pasan a ser novias o novedades sociales que pueden contribuir a tu crecimiento como ser humano. No permitas que nadie te saque de tu plataforma de confort y bienestar.

Evita engancharte con seres nocivos para la salud o personas que resulten toxicas, ya que pueden contaminarte y podrías morir envenenado.

OW quedó de pasar a recogerlos una hora antes de la salida del camión. Ya tenían las maletas organizadas y lo estaban esperando sentados en la sala cuando hizo su aparición el alegre galán vestido con ropa y alegría tropical. −Los veo muy marchitos, se nota que tuvieron una noche intensa. ¿Ya desayunaron? −Sí, carnal, gracias. Le dimos un repasón a los platillos de ayer y todo estaba delicioso −respondió Vel. −Pues vamos subiendo las maletas al carro que se les va a hacer tarde.

Salieron de la casa alegres, y cuando traspasaron la puerta notaron que no llevaba el moderno carro sino el clásico Impala, extenso y amplio. La sorpresa era que los Jefes estaban en el interior, ataviados con ropa ligera de color blanco, muy de sombrero el Jefe y Nachita con una gorra para la playa. Vel los saludó cariñosamente dándoles un beso en la mejilla.

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−¿A donde van, par de galanes de la película la noche de la iguana? No me digan que se irán con nosotros de luna de miel. −Pues tu hermano que insiste en llevarnos a pasear, poniendo en claro las cartas sobre la mesa. Que a ustedes nadie los molestara, ya tienen sus planes y los respetaremos −dijeron apenados.

La pareja de recién casados se quedó viendo a OW. −Ahí disculpen, carnales. Tengo vacaciones y nunca he llevado a mis viejos a la playa. Me dije, bueno, aprovechando la invitación de los enamorados, yo los llevo y ustedes se divierten, ellos disfrutan y todos convivimos sanamente. Qué bonita familia. −¿Cómo la ves, mi amor? Que nos lleven o nos vamos a pie −le dijo Vel a Paty −Entendido y de acuerdo, capitán. ¡Vámonos! −dijo la esposa. −Por los boletos no se preocupen, ya los vendí en la terminal.

Me sobraron los clientes −explicó OW. Se fueron por la tradicional carretera rumbo a Acapulco e hicieron paradas en Atlixco, Matamoros, Amatitlanes, Oaxtepec, Cuernavaca, Taxco, Iguala, Chilpancingo y finalmente Acapulco. −Favor de abordar el vehículo. Abróchense los cinturones que los llevará a su destino. Van a disfrutar de alegría, confort y comodidad. En las paradas se les ofrecerá un pequeño refrigerio para que viajen sin pena ni preocupaciones. Todo esto garantizado por la empresa OW, cuyo lema es viaje seguro y sin apuro.

Somos los mejores transportadores de la ruta Puebla-Acapulco −dijo el simpático de Vel parodiando a su hermano.

El viaje resultó agradable con las puntadas de Vel, los chistes crueles de Paty, los comentarios chuscos de OW y las anécdotas revolucionarias de Nachita y el don. Las paradas fueron fisioló224

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gicas para saciar el hambre, la sed o para el uso de sanitario. No hubo necesidad de comprar comida. Nachita llevaba dos hieleras, una con refrescos, cervezas y agua pura. En la otra había comida casera para el viaje. En una bolsa de papel llevaba unos exquisitos bolillos que elaboraba en el horno de la casa. El viaje estaba diseñado para estar plenos y satisfechos, con Nachita atendiendo a sus consentidos. A la hora de la comida, Paty y Vel se alternaban en el servicio. Vel le sirvió a Paty y en la cena Paty a Vel. Comenzaban el empate desde el primer día, no se trata de ganar o de perder, el objetivo es atenderse mutua y recíprocamente.

Llegaron al puerto acapulqueño, cansados pero contentos.

Cuando estaban enfrente del mar, don Oswaldo abrazó y besó a Nachita con entusiasmo. −Mira, viejita hermosa. ¿Cuando imaginamos estos momentos de felicidad? Pensé que nos íbamos a morir sin conocer el mar.

Te lo dije, Nachita, Dios hace milagros, y éste es una de ellos −dijo el don.

Vel los abrazó emocionado. −Jefecitos, aquí no se sufre. No hay recuerdos tristes, sólo alegría, y se permiten desde sonrisas hasta carcajadas. Bienvenidos los momentos de dicha, para que nos volvamos dichosos. Pero no como los dichos equivocados de OW. Todos rieron satisfechos. El hotel de OW era de lujo, cinco estrellas, para que los Jefes conocieran de cerca el lujo al que no estaban acostumbrados. Cuando estaban admirando los imponentes y hermosos hoteles, comenta Paty. −Qué lugares tan sofisticados en este hermoso puerto, Jefecitos. Están compartiendo casa con figuras importantes que han visitado este lugar, como Tom Jones, Kirk Douglas, Elizabeth Taylor, Sammy Davis Jr, James Caan, Frank Sinatra y muchos 225

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otros famosos del cine. −¿Y quiénes son esos señores? −preguntó Nachita.

Entonces Vel entró al quite. −No se preocupe, jefecita, son artistas gringos. Aquí también han estado Cantinflas, Clavillazo, Borolas, Pedro Infante, Jorge Negrete, María Félix y Dolores del Río. −A esos sí los conozco, hija −dijo Nachita al abrazar emocionada a Paty.

Todo el grupo se deslizó dentro del lujoso automóvil hasta encontrar el hotel Bel Amar de categoría dos a tres estrellas, previamente reservado, y en el cual se van a hospedar los enamorados. Descendieron del automóvil con su equipaje modesto y se despidieron cariñosamente del grupo. −Gracias por el aventón, te lo agradecemos. Estaremos en contacto.

Se despidieron efusivamente de los Jefes, y Nachita abrazó fuertemente a Vel para persignarlo antes de partir. Lo mismo hizo con Paty. −Mis hijos, cualquier cosa que se ofrezca ya saben dónde estamos. −Gracias, Jefita. Cuídalos mucho, OW. −Ustedes también cuídense mucho.

El cuarto que habitarían por cinco días era sencillo pero reunía las comodidades necesarias para estar confortables. Lo primero que hicieron fue hablar a la casa de los padres de Vel, quienes estaban preocupados esperando la llamada. Vel les explicó que se habían ido con OW, que llegaron bien y que ya estaban ha226

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blando del hotel de la habitación 25. Enseguida, Paty habló con sus padres para comunicarles su llegada y las vicisitudes de la misma. Cuando ya iba a colgar el auricular, Vel le pidió hablar con ellos. −No se preocupe, suegro. La voy a cuidar como a mis propios ojos.

Entonces Dulcinea le contestó con voz gruesa que se la cuidara mucho, por lo que ambos se soltaron riendo. Ya era de noche y necesitaban cenar algo ligero. Vel, que ya conocía el teje y maneje del puerto, le dijo a Paty que la iba a llevar a un puesto de mariscos que ya conocía. Le había platicado que en varias ocasiones viajó al puerto con la familia de su primo Cocol, también en un viaje de la preparatoria y en segundo año de medicina con el dinero aportado por los novatos de la escuela.

En ese entonces, a finales de los sesenta, el ingrediente de una excursión con jóvenes rebeldes y solteros era diverso, acompañado de porras a la escuela, cantos graciosos con picardías, cantos con doble sentido, ingesta de tabaco, alcohol, ligue con costeñas o turistas, diversión acuática y comidas improvisadas o callejeras a falta de dinero. Ya Paty estaba enterada y avisada. También sabía que ella era la primera y única novia de Vel. Caminaron por la costera, para después introducirse por calles de un barrio cercano al malecón, donde llegaron a un restaurante de comida del mar. En cuanto entraron al negocio, lo reconoció su primo Anselmo, que también era primo de Cocol, pero con la convivencia frecuente y amistosa se forjaron como hermanos de parranda. Ambos tenían actitudes alegres, pacíficas, bromistas y chistosos. Eran jugadores de futbol, bailarines y estudiantes destacados. Anselmo estudiaba Medicina, pero se cansó de tanta faena. Le gustaba más atender el negocio que heredó de su padre y que además le dejaba muy buenos dividendos económicos. Trabajaba asociado con Jerónimo y Flor, 227

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sus hermanos. En cuanto vio entrar a Vel corrió hacia él y le dio un apretón pectoral intenso. −¿Qué te traes primo? ¿Por qué no me avisaste que venías? −dijo, y luego gritó a sus hermanos−. ¡Hey, vengan, aquí está el primo Vel! Salieron de la sala de química alimentaria y ambos lo arroparon con alegría acapulqueña. −¡Qué bueno que viniste, primo!

Vel se sentía abrumado, pero así eran ellos de extrovertidos. −Oigan, déjenme hablar. Vengo a saludarlos porque ando de luna de miel. Esta hermosa reina que me acompaña se llama Paty y es mi esposa. −Bienvenida a tu casa que es la de Vel, prima. Hemos estado con él en Puebla y la atención ha sido muy hospitalaria. Nos quedamos en casa de la tía Aurora y la amistad con Vel es hermanable. Pásenle, tomen asiento, les voy a preparar algo de la casa para que tengan vigor, energía y fortaleza. Sobre todo que no pare el amor −les dijo Anselmo y se fue riendo hacia la cocina.

No tardó ni cinco minutos, cuando apareció Jerónimo dirigiéndose a ellos con su particular estilo costeño, con un lenguaje fluido y veloz. −¿Qué te sirvo, cuñao? Mira, chico, tenemos pescado blanco, azul y semigraso. Tú escoges y yo te sirvo con prontitud. Pescado blanco como la merluza, rape, gallo, bacalao, rodaballo, lenguado y lubina, de todos tenemos en el banco. Sólo selecciona el que más te guste. Para ti, chica guapa, tenemos pescado azul.Tú eliges, desde anchoas, sardina, jurel, bonita, así como tú, caballa, atún y hasta salmón. Para ambos enamorados en plenilunio, 228

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tenemos pescado semigraso, dorada, trucha, besugo. Escoge, cuñao. No tengas pena, que aquí todo es barato y delicioso. Ahora que para los lunamieleros tenemos comida sana, vigorosa y estimulante del apetito sexual. Tenemos de todos los mariscos, crustáceos como el camarón, langostino y cangrejos, todos están exquisitos. Para la intensa pasión tenemos moluscos como mejillones, almejas, berberechos, chipirones y pulpos. Para los vegetarianos tenemos algas. Cuñaos, espero hayan comprendido la variedad, soliciten el platillo que sea apetitoso para los sentidos de su cerebro. Nosotros elaboramos con la rapidez de un tren de alta velocidad. Después de la elección del platillo, me tienen que decir si lo quieren en coctel, en arroz, con verduras, en ceviche, caldo, salsa, en su tinta, al ajillo, con sopa, en tacos, en quesadilla, en emanada, asados, en cazuela o empanizados.

Como verán, la carta es extensa y variada. Ustedes seleccionan y yo elaboro con prontitud. ¡Ah!, disculpen, pareja de tortolitos.

Como aperitivo, para acompañar la cena tenemos vino blanco, vino tinto, vino de oporto, de california, chileno, de la Rioja, del Rhin y de las campiñas francesas. Si su gusto no es tan sofisticado, tenemos cerveza sólo marca mexicana del Pacifico. Ahora ya en confianza, si gustan sotol, tequila, mezcal o pulque, nos lo tomamos en la casa.

Durante la letanía del menú, los enamorados sonrieron y rieron hasta llegar a la carcajada al igual que los comensales de las mesas aledañas. −Sí, pues. Cuñao, tráiganos para empezar unos cocteles de camarones, que son los buenos −comentó Vel en tono familiar. −Primos, estoy estudiando gastronomía. Esto es parte de la tarea −comentó Jerónimo.

En cuanto terminó el repaso de la tarea gastronómica, apareció Flor con dos platillos que, por el color y olor, parecían perlas culinarias costeñas. Atrás de ella venía Anselmo con una botella 229

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de vino y cinco copas. Se sentaron unos instantes con ellos y brindaron por la felicidad de todos, para después continuar sus labores empresariales. Todos ganaban a partes iguales y nadie sacaba ventaja. Esa era la armonía y la fraternidad familiar.

Paty y Vel disfrutaron de un exquisito platillo típico de Acapulco llamado pescado a la raya, asado y acompañado de un exquisito adobo. Para que la panza alcance confianza, Paty comió huachinango y Vel robalo. Estaban para chuparse los dedos.

Se quedaron una hora y media disfrutando de la comida, la plática romántica, la música instrumental, el ruido cercano del mar y la alegría de los comensales que no paraban de llegar al restaurante tradicional. Tenía razón Anselmo, todos disfrutaban del trabajo. Mientras haya pasión hay bienestar. Ya en la caja para pagar, Flor les comentó lo siguiente. −Como dicen ustedes los poblanos, no friegues, primo, somos familia. Hubiéramos sido más íntimos pero no te dejaste. Me ganó aquí la señorita.

La franqueza de Flor hizo que todos soltaran la carcajada. En eso estaban cuando llegó Anselmo. −Discúlpanos, primo. Ha sido día de trabajo y hay que aprovecharlo. No queremos interferir en la luna de miel porque somos respetuosos. Pero si no tienen planes, yo mañana descanso en la mañana y puedo llevarlos de tour. Ustedes deciden.

Los enamorados voltearon a verse y Paty dio la respuesta. −¡Encantados, Anselmo! −Muy bien, primos. Mañana paso por ustedes a las 10 de la mañana al hotel. Déjenme aquí los datos. −No necesitas caminar mucho, estamos aquí en el Bel Amar −explicó Vel. 230

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−Muy bien, pillines. Mañana paso por ustedes. Disfruten la bella noche.

Cuando ya estaban acostados, con la luz apagada y escuchando el murmullo del mar, Vel empezó a hablar con Paty. −Yo creo que sí es cierto lo que dice don Ángel. La presencia de Dios es indispensable para sentirte bien. Hay que hacer las cosas con entusiasmo para tener la satisfacción de que lo que tienes es ese esfuerzo apasionado por servir. A través de Dios te solidarizas con el mundo. Sólo hay que aprender a empatar con la gente. Los problemas existirán siempre, sólo hay que tener disposición para enfrentarlos, abordarlos y resolverlos. Si no lo puedes hacer en la realidad, debes tener la mente tranquila para poder buscar alternativas. No recuerdo dónde leí, mi amor, que las personas exitosas tienen un porcentaje muy alto de espiritualidad. Ya te has de imaginar el concepto de éxito. No sólo material, me refiero a bien ser, bien haber, bien estar y también bien tener, pero no a costa del malestar de otras personas.

Esta visita con mis primos, que en realidad no son mis primos sino familia de mis primos, me reveló que la actitud de ellos ha sido por la amistad sincera a través del tiempo. Mi amor, no me canso de darle gracias a Dios por haberte puesto en mi camino. No vas a arrepentirte, prometo acompañarte durante la vida en los momentos que Dios nos dé oportunidad. Habrá días en que tú tengas que proyectar acciones en el trabajo, con tus padres o con la familia. Eres libre para tomar las decisiones que tú consideres prioritarias. Procura no guardar secretos que te aflijan. Confía en mí, que estaré dispuesto a entenderte y ayudarte. Tenemos como objetivo ser compañeros de la vida, no de un tiempo transitorio sino de siempre. Vendrán momentos difíciles, económicos, sentimentales y emocionales. Pero estoy seguro de que juntos podremos resolverlos. Nos vamos a atender como socios principales de la vida, con el lema pensaré en 231

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el bienestar de la segunda persona, dejaré de lado a la primera. Después de Dios, siempre serás tú y después todos los seres que amamos. Siempre recuerda estas palabras que tenemos que hacer efectivas en la vida diaria. A veces será difícil la disposición porque los malestares son muy grandes y tendremos que hacer un esfuerzo doble o múltiple. Te amo, Paty. Eres parte de mi epigenética y vas a modificar la función de mis genes con tanto bienestar. −Qué bonito hablas, mi amor, me estás seduciendo con tanta palabra bonita −susurró Paty. −No se diga más, mi amor. Vamos a cumplir tu deseo.

Anselmo, Flor y Jerónimo llegaron en un Jeep propiedad de la familia. Los llevaron a conocer las playas cercanas al puerto para disfrutar de la arena, el mar, la gente y la comida tradicional. Esta última era seleccionada por los anfitriones, a quienes todo mundo conocía. Fueron a Caleta, Caletilla, la Roqueta, la Angosta, Tamarindos, Condesa, Puerto Marqués, Pie de la cuesta y Revolcadero. Fueron dos días de paseo muy divertidos, exultando alegría por doquier con las ocurrencias de los jóvenes muchachos. Nadaron, anduvieron en tabla, se subieron en una lancha y visitaron a la virgen de la profundidad del mar. En la playa, jugaron futbol, voleibol, bailaron, cantaron y anduvieron conociendo los sitios de lujo, la zona vieja del puerto, hasta que se cansaron de tanto trajín. Los primos fueron unos excelentes anfitriones, muy simpáticos y empáticos. Garantizaron momentos de dicha y felicidad.

Anselmo tenía la edad de su primo Vel, mientras que Flor y Jerónimo eran menores de edad, pero más ocurrentes. Para los primos la diversión era un ingrediente importante de la vida y la obligación del trabajo era una regla estricta que había que cumplir. Después de dos días de fiesta, se despidieron de ellos con una gran congoja en el corazón. Hubieran querido que se 232

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prolongara la festividad, pero los enamorados ya habían decidido ir con los jefes y OW los últimos dos días de la luna de miel.

El día de la despedida, por la tarde, los dejaron en la Quebrada para que admiraran los clavados espectaculares. Les dieron instrucciones de cómo regresar al hotel, con la recomendación de que cualquier situación, divertida o no, acudieran en busca de ellos. Estaban en el mirador de la Quebrada, sentados en la superficie de una roca, cuando Paty se puso pensativa. −Oye, mi amor. Te voy a hacer una pregunta indiscreta. ¿Es cierto lo que dijo Flor, que no quisiste andar con ella? Te lo digo porque se me hace super guapa, con un cuerpazo artístico. ¿Cómo es que la rechazaste?

- contesta Vel tranquilo −Eso fue hace unos seis años, todavía ni te conocía. Entonces vine al Puerto con los de la prepa Benito Juárez, toda la vagancia andando y mi primo Cocol. Ella tendría unos 15 años y un cuerpo más delgado. Era simpática y me coqueteaba descaradamente. Mi primo Cocol me decía, a la prima se le arrima. Yo estaba consciente de la situación de su incipiente pubertad y ella comprendió la situación. Tejimos una buena amistad y nunca le falté al respeto. Por eso me estiman los primos, si hubiera sido abusador no me tendrían confianza.

El que haya elaborado esta fraternidad no es casualidad. Es por Anselmo, tenemos mucho en común. Las ocasiones que visitamos el puerto con Cocol, siempre jalamos parejo, platicamos y nos divertimos como lo hicimos hoy, entre bromas e hilaridades.

Nos divertíamos sanamente y no participamos del alcohol, tabaco o drogas. Íbamos a bailar a la playa con unas amigas de Anselmo de este barrio y después de la jarana, platicamos los proyectos de vida de cada quien. Nos hicimos amigos y él me generó amistad con sus hermanos. Por eso nos llevamos .

Paty se le abrazó fuertemente del cuello.

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−Creo en ti, amor de mi vida. No sigas más, porque tus palabras me seducen. El problema es que el sitio está muy concurrido.

Solemnidad y chascarrillos hacen una vida de armonía. Hasta el momento, la luna de miel había sido dulce como una rebanada de melón jugoso. Ya Anselmo les había recomendado ir al cine Río, al Salón Rojo, Tropical, Playa Hermosa y Variedades.

Pensaron que sería pérdida de tiempo, pero Flor les recomendó ir a una discoteca. Éstas eran lugares novedosos en esa época, centros nocturnos cerrados en donde tocan música grabada que permite escucharla, bailarla y convivir en pareja o en lugares para solteros. −Vayan a Le Dome o a Bocaccio, UIO, Armando›s Le Club, Tequila A Go Go. −Ha de ser muy caro −dijo Paty−. Mejor bailamos en el cuarto del hotel y allí nadie nos molesta. Si quieres un trago de alcohol nos preparamos unas cubitas con Don Pedrito, y después yo no respondo, Vel. Para curarnos la cruda nos vamos a tomar unos mariscos con Doña Toña, Amigo Miguel, las lanchas de Caleta, el Yaqui o Acapulco. −Me parece excelente, un plan magistral. Hasta parece que ya lo habías diseñado. −Efectivamente, Vel. Contigo hasta el fin del mundo.

El jueves lo dedicaron específicamente para ellos y se fueron a la playa. Allí se tiraron cuan largos eran sobre la arena y estuvieron platicando amenamente, admirando el cielo azul y la inmensidad del mar. Después se sentaron en unas sillas poltronas para admirar el paraje tropical disfrutando de un coco con ginebra para que la cruda madurara. Permanecieron en ese sitio despreocupadamente, dejando que el tiempo siguiera su marcha sin perturbarlos. Se fueron a bañar y a vestir más formales para 234

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ir con OW y los Jefes.

Cuando llegaron al hotel, los viejitos se pusieron muy contentos. −Qué bueno que llegaron, hijos. ¡Los extrañamos! −¿A dónde los has llevado, OW? −preguntó Vel. −A varias playas, pero no se han querido meter a nadar. Los llevé al cine a diario y aquí hemos comido en el restaurante del hotel. −¡Válgame Dios, carnal, me estas fallando! Te creí más divertido. −Se hace lo que se puede, hermanito. Pero a ver qué inventan ustedes.

Ese día los llevaron a las playas. Los Jefes se quitaron los zapatos y bañaron sus pies en la orilla. No se atrevieron a más y ya más tarde los llevaron a la Quebrada para que admiraran los clavados. Fueron a cenar con los primos y recibieron una atención esmerada y familiar. Todos pasaron a ser tíos y primos. Al final de la cena, los primos no querían cobrar. Sin embargo, tan satisfecho estaba OW, que pago lo consumido más una propina generosa.

El último día llegaron de mañana ya desayunados y llevaron a los Jefes a la playa La Marquesa con todo y sus trajes de baño.

Mientras Paty se hacía cargo de Nachita y Vel del don, los introdujeron al mar hasta donde la profundidad no les ocasionara ansiedad. Jugaron como niños y se mojaron hasta la cintura, luego el tronco y finalmente la cabeza. Enseguida dejaron que las olas los arrastraran en la periferia. Ya cansados, se tiraron sobre la arena.

Paty, con la alegría a cuestas, acompañó a la doña a donde le 235

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solicitaba. Vel se sentó en una poltrona al lado del Jefe, donde ingirieron unas cervezas e inició plática el don. −Quiero darte las gracias por lo bueno que has sido con nosotros. Nos cambiaste la vida rutinaria por una experiencia de esperanza. Antes de que tú llegaras, sólo pensábamos en el momento final a la partida eterna. Vivíamos deprimidos. Tenía mucho miedo de morirme, sólo de pensar en que nunca más volvería a existir me daban crisis de pánico. A pesar de tener a Dios conmigo, me aterrorizaba dejar de existir. No concebía irme de este mundo sin sentirme complacido con mis acciones. Necesitaba sentirme seguro de que la obra estaba completa y retocada. Que después de tantos esfuerzos durante el recorrido, llegaba contento a la meta, pleno de satisfacción y buscando a Dios para rendirle cuentas sin miedo ni temor. Me asfixiaba por las noches de pensar que iba a dejar sola a mi viejita. ¿Qué iría a ser de ella? Me aferraba a la vida con pánico a la muerte. Por Oswaldo no me preocupaba porque lo sabía autónomo. Un día me puse a meditar sobre el protagonismo de la vida, si realmente había cumplido con la misión que soñé desde pequeño, los objetivos de cuando era joven y los anhelos de adulto. Soñaba con estudiar para ingeniero agrónomo y desarrollar nuevas tecnologías en el campo para que las tierras de mis padres se aprovecharan mejor. Quería desarrollar actividades agrícolas que beneficiaran a mis vecinos y a mi pueblo. No se pudo, y no por falta de recursos pues sólo éramos tres hermanos, sino por lo impositivo que era mi padre.

La regla de oro para la tradición familiar era que terminando la primaria nos necesitba en el campo para hacernos hombres de provecho y no unos vagos. Así lo hizo, ya que la palabra de mi santa madre no contaba. Cuando íbamos a la ciudad de Puebla, me compraba libros de agronomía y los devoraba con ansiedad. Quería ayudar a mi padre, modernizando los utensilios de trabajo y los cultivos. Conocí a un ingeniero agrónomo en Tehuacán y me asesoró en los cambios que hicimos en el 236

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tratamiento a las tierras de cultivo para que produjeran más y mejores granos. Como consecuencia hubo progreso y mejora económica. Mi padre compró tierras a sus vecinos y extendió sus propiedades. Luego iniciamos con la ganadería, adecuando instalaciones para la crianza de puercos, borregos y chivos, por lo que resultó ser un negocio redondo. Aunque las faenas eran intensas, los beneficios sirvieron para la compra de maquinaria moderna, tractores, camionetas y aperos del campo. Después iniciamos la compra de reses para la crianza, y vacas para la producción de leche. Las ganancias económicas demostraban que el negocio era sustentable y el progreso familiar nos alcanzó a todos. La satisfacción personal era inmensa y me convertí en el líder del grupo familiar para el desarrollo. Los compañeros de las tierras aledañas acudían frecuentemente conmigo para asesorías y yo gustoso se las daba. Si a mí me estaba yendo bien, ellos también tenían el mismo derecho. Me hice líder en la comunidad y me nombraron su representante. En una ida a Tehuacán me enamoré de Nachita, que era una flor muy bonita, modosita y de buena familia. Nos casamos y proyectamos tener los hijos que Dios nos mandara. Ella tuvo varios abortos, por más que la estudiaron nunca encontraron la causa. Cuando se embarazó de OW, la mantuvimos en reposo casi los nueve meses, hasta que se logró el milagro. Después ya no pudimos tener más. Cuando mis padres murieron, dividimos a partes iguales las propiedades con mis hermanos. Ellos vendieron sus bienes y emigraron a los Estados Unidos. Nunca más he sabido de ellos.

Yo aún conservo las tierras y las tengo productivas, con buenos beneficios. Encontré la forma de que no roben los trabajadores, seleccionando personas honorables y de mucha confianza. Yo pongo la materia prima, ellos la trabajan y dividimos las ganancias a partes iguales. Todos nos beneficiamos, como cuando jugábamos a la pirinola. En una de sus caras señalaba todos ponen y en la otra todos ganan. Yo dirijo las acciones a control remoto sin esfuerzo. Desde hace unos diez años, Nachita y yo decidimos continuar el negocio que nos dejó mi hermano, el que tú 237

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conoces. Tiene buena sustentabilidad y ganancias, trabajamos sin descanso. Cuando salimos, lo dejo todo siempre en manos de personas de confianza que son de la familia. Así fue como alcancé el éxito económico sin haber estudiado en universidad.

En el aspecto sentimental, tomé la mejor decisión y me casé con la persona que físicamente me ha gustado desde siempre, un ser incondicional en los momentos de dicha o de tristeza. Es trabajadora, servicial, creativa y sobre todo amorosa. Tiene un perfil humano de ángel de mi guarda. Dios también me ha bendecido con un hijo bello y hermoso, al cual le hemos aportado recursos para que alcance las metas de la vida. Únicamente, qué caray, se nos fue la mano dejándolo sólo desde la secundaria. Creció solitario con un tío poco afectivo, enemigo de la diversión. Sin nuestra compañía, se transformó en un ser solitario, muchas comodidades y poco afecto. Afortunadamente estamos en plena reconciliación. Vel, tú le has enseñado el cariño fraternal.

Ayer platiqué con él, se sorprendió cuando me escuchó hablar con un lenguaje educado y con palabras técnicas. Le explique qué parezco tonto, pero no lo soy. Que navego con bandera de mariachi, ¡pero soy director de orquesta! Gracias, mi querido Vel. Tu cariño desde que te conocí ha sido sincero, así lo hemos sentido. Has conquistado a mi Nachita. Ahora que estabas ausente, me preguntaba ¿estarán bien los muchachos? ¿Ya habrá comido Vel? Oye, no se han dejado ver. ¿No les habrá pasado nada? En cuanto llegaste ayer, durmió a pierna suelta. Te has ganado su cariño. Gracias nuevamente, hijo y amigo. Oye, Vel. Y ya no te acabé de platicar. Tuve una niñez campirana muy grata, gracias a mi santa madre y al estricto padre, una juventud plena en la actividad tan excitante como es la actividad agrícola. Me considero buen hijo, siempre fui obediente, respetuoso y colaborador con mis padres. Soy hermano solidario con mis compañeros de lecho materno. Crecí con un padre demasiado proveedor de materia pero poco proveedor de recursos afectivos.

Aunque quise estudiar en la universidad, no lo logré. Pero eso no fue obstáculo para graduarme como profesional de la vida. Hay 238

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muchas cosas de las que me siento orgulloso y me considero un hombre de buenos sentimientos, esposo fiel y consentidor de mi amada esposa. En estos momentos tengo una plena sensación de bienestar, me siento feliz y dichoso. Se lo tengo que agradecer a mi padre Dios, a quien todo le debo. Trato de pagarle siendo un discípulo fiel y honrado. Aunque no me lo creas, amigo. Ya no le tengo miedo a morir. Me hacía falta recibir y dar amor. Muchas gracias por participar en mi vida.

Decidieron esperar a OW para ir a comer. El turista galénico aprovechó los momentos de libertad para irse a pasear por el malecón y por las playas, deambular por los centros turísticos y los mercados. Allí adquirió unos sombreros playeros para uniformar al grupo y regresó muy contento con el grupo. −Ya sé porqué está contento, canijo. Ya se le cuecen las avellanas por ver a Adelina. Traes los ojitos con una AD en la pupila que se te ven a larga distancia. −¿Qué comes que adivinas, carnal? −¡Eso, OW, a comer! Y no nos digas que ya comiste −le dijo el grupo. −Cómo creen que iba a dejar a la reina divina. Vine a estar con ella, no la voy a dejar plantada −dijo Oswaldo dirigiéndose a su madre. −Ese es mi galán. Aunque me pongo celoso, te doy la razón −contestó Vel e inmediatamente respondió el don. −Ya dejen algo, ¡todo lo quieren para ustedes!

Qué hermosas vacaciones repletas de manjares. Comieron un delicioso raspado de limón, hot cakes de miel, helados de pistache, paleta de guanábana, agua de coco, licuado de mango, filete de pescado, coctel de crustáceos y sopa de moluscos. Fue239

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ron días de luz y tardes de esperanza, de sonido tropical, aroma de palmeras, sabores de malecón y delicia de mar. Festival de caricias suaves y amorosas que se expanden como libélulas en la oscuridad. Unos días para no olvidar, atesorados en el lóbulo temporal cerca de la ínsula, zona placentera de las emociones.

Después de la luna de miel, había que integrarse a un mundo de actividades que serían insuficientes para los recién casados.

Había que aprender a moverse en un universo diferente al que estaban acostumbrados. Ya no eran novios de todos los días, ahora eran pareja de tiempo completo y tendrían que diseñar un plan estratégico para combinar el trabajo laboral y el doméstico.

Una grata sorpresa aguardaba a los recién casados. Las habitaciones estaban impecables con limpieza y orden monacal. Era el trabajo del apoyo familiar comandado por Dulcinea y secundado por todos los integrantes del nuevo clan.

El siguiente paso era ordenar. Al respecto, nos manifestaba el maestro de la Escuela de Medicina, don Eulogio Montaño, de la asignatura de clínica quirúrgica. Para ordenar hay que saber hacerlo. El éxito sólo se alcanza a través del orden. Hay que ordenar la casa para facilitar las actividades, saber dónde está lo que buscas y después volver a ponerlo en su lugar para aprender a automatizar. Hay que utilizar los enseres necesarios de la cocina, sala, recámaras, patio y baño, dándoles un uso apropiado para que cumplan su función auxiliar por un tiempo prolongado. Hay que distribuir las acciones de los personajes de acuerdo a gustos y aficiones. Así la tarea será agradable y llevadera. En todos los diseños siempre se debe tener listo un plan A y un plan B de emergencia. Si las cosas se planean ordenadamente siempre habrá éxito. Si el plan no es perfecto, casi se logra. Lo importante es el orden, pero sin llegar a la obsesión o compulsión.

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Seguramente la pareja sacaría a flote sus talentos. El departamento de intendencia atendía las labores de limpieza de muebles, paredes, barrendería y trapeología, tenía contemplada una plantilla de base o suplencias y el puesto era para ambos cónyuges. Para el servicio de cocina, Paty estaba entrenada desde joven y sería la encargada, la maestra, mientras que Vel sería discípulo consentido. El objetivo era cumplir la función de alimentación y nutrición, pero también de lavado, secado de la losa y colocación en el área correspondiente. El área de lavandería contaba con una sencilla lavadora que lavaba y secaba pero no tendía la ropa. Tendrían que tomar un curso de inducción al puesto para desempeñar bien el trabajo. Para el arreglo o tendido de las recámaras se alternarían la función conforme a las actividades laborales. Para el diseño de la biblioteca, Vel sería el maestro y Paty la discípula amada. El área de recreación y entretenimiento contaba con un televisor pequeño que transmitía colores con deficiente nitidez y se alternarían la diversión visual para no crear conflictos. La plantilla de mantenimiento, en cuanto a energía eléctrica, línea de gas, tapicería y albañilería, requería de la presencia de personal experto ya que ambos carecían de entrenamiento. La capilla de la casa, presente en la recámara principal, contenía un crucifijo fijado a la pared, una pequeña escultura de la Virgen María Auxiliadora y cuadros con imágenes de San Juan Bosco y Santo Domingo Savio. Para la función de caja de ahorros, Paty sería la encargada de seleccionar una parte de las ganancias para los proyectos futuros. En el departamento de compras, ambos elaborarían la lista de comestibles y acudirán al centro comercial para satisfacer la demanda de la semana o quincena. El área de recepción de invitados estaría a cargo de ambos anfitriones, procurando siempre cortesía, calidez y atención esmerada por si la visita se hacía recíproca.

Comenta Vel, −Qué bueno que no tenemos jardín, piscina, sala amarilla, salón verde, salón de baile, salón de juntas, sala real, auto, camioneta y avión. Si no, nunca terminaríamos el 241

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quehacer −comentaba Vel−. Imagínate, mi reina, si te llevara a vivir en el castillo Consistorial sueco que tiene 409 habitaciones o en el castillo de Fontainebleau, con 1500 habitaciones. Te me estás volviendo muy sofisticada, hasta balance de fin de mes vas a hacer. −Pues fíjate que sí, mi Velita. Hay que presupuestar ingresos y egresos para programar nuestros gastos.

- Vel contestó cínicamente, −Sólo lo decía por bromear, mi amor, pero ahora me doy cuenta que no descarto pagar impuesto sobre la renta, uso de cama, baño, piso, cuota para analfabetismo, cultura y fondo para la vejez −contestó Vel irónicamente.

Terminando de hablar, corrió hacia la recámara y se tiró sobre la cama. Paty lo persiguió hasta caer sobre su cuerpo, −Vas a ver, sinvergüenza, burlón. ¡Te voy a castigar! −Sí, mi amor. ¡Mátame con besos y abrazos!

Así era la vida de los recién casados, alegre, simpática y agradable con la solemne obligación de visitar a la familia paterna y materna cuando fuera posible. Ellos siempre los recibían afectuosamente, tanto Chiritas como don Joel, Talaigua y Lupis, a donde eran las excursiones más frecuentes.

Los domingo o días de descanso, organizaban una mega reunión semanal, contando con la presencia de los Jefes, OW y Adelina, el primo Cacho, el tío Federico, las tías Amparo e Inés, el padrino Jesús Mancera, la comadre Cho, o Soledad, y los futuros cuñados que se iban incorporando lentamente al panal familiar. En otras ocasiones, las excursiones se realizan en zonas de recreación campirana, en donde se disputaban actividades deportivas informales como carreras atléticas de 20, 50 y 100 metros, corridas con obstáculos, carreras con costales o los singulares partidos de frontón, basquetbol, voleibol, cascaritas fut242

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boleras, lanzamiento de piedras a ver quién la llega más lejos o juegos grupales en la que dos equipos jalan la cuerda a ver quien dominaba al adversario.

Ya en casa se organizaban juegos de mesa como la oca, serpientes y escaleras, el coyote, damas chinas, dominó, ajedrez, juego de la matatena, yoyo, trompo, balero más un repertorio de juegos inventados. Lo fundamental era que todos participaran, que todo mundo se moviera y que nadie se quedara sin actividad.

Había que disfrutar la vida en pareja, manejando las emociones con mucha energía para evitar los conflictos y que la empatía se haga presente para que no surja la antipatía, la paciencia esté activa trabajando para una mejor comprensión y que se derramen las fuentes de serotonina hasta levantar el ánimo y buen humor. Nadie es perfecto en cuanto al manejo de emociones. Hay que entrenar el sistema nervioso para fabricar seres más racionales que impulsivos, entes más alegres que deprimidos.

Como decía don Ángel cuando éramos niños, si tienes mucho coraje allí está la pared, es de adobe y se desmorona con los golpes. Ve hacia ella y golpéala con lo que tú quieras. Ya que te hayas cansado, te sientas en la tierra, lloras, gritas, escupes, maldices y vomitas todo lo que te hace daño. Una vez que te encuentres tranquilo, vienes con nosotros y te recibiremos gustosos para convivir en santa paz. Después te ayudaremos a reconstruir el daño que hiciste.

Ingresar al curso de especialización de postgrado en la carrera médica es un camino de resistencia física. El trayecto es largo, duradero y exhaustivo. Nada más cuatro años de entrenamiento en un edificio con muchas habitaciones y que no es el castillo de Windsor. Allí compartirás vivencias con personas noveles, compañeros de grupo y también de metas. Habrá personas expertas, 243

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que son los maestros formadores que con el paso del tiempo pasan a ser amigos de mucha confianza, casi familia. Todos con un objetivo común, la atención de pacientes enfermos que contribuyen en las metas del aprendizaje.

Hay que tener condición física de alto nivel para aguantar en forma continua entre 92 y 108 horas de trabajo de las 168 que tiene la semana, con breves periodos de descanso. El área de urgencias es un caso especial, porque ahí el trabajo es permanente.

Así serán los 365 días del año. Sin respetar sábados, domingos o días festivos, el residente debe estar presente en el entrenamiento intenso.

El turno básico era de las ocho a las cinco de la tarde, pero los días de guardia continúa la faena se extendía hasta el día siguiente a las cinco de la tarde, lo que equivale a 33 horas ininterrumpidas de labor médica. Así, cada tres días que toca la guardia, hay que estar preparados ante cualquier evento hospitalario.

Cuando te llega la pasión por servir en el área médica, las horas pasan rápidamente. El circuito límbico, el lóbulo de la ínsula, todo el sistema nervioso se gratifica, produciendo placer en estas actividades tan intensas. Así es como se entrena para sobrevivir en este mundo de servicio a seres humanos enfermos.

Como en todos los grupos hay gente optimista que se ha educado para disfrutar las actividades y lo hacen con esmero, respeto y calidez. Esos son agentes de cambio que educan a través de actitudes. Son artistas de la atención al paciente que ha perdido la salud y actividad habitual. Hay personas que forman, a nivel cerebral, unas proteínas vivificadoras que transforman las acciones cotidianas en cascadas de risa intermitente. Todo les causa gracia por simplonadas, parodian a la gente sin ofender a nadie, porque el respeto no les permite manifestarse en contra de nadie. Es un secreto entre ellos. Esas personas son las que te renue244

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van después de una extenuante guardia y te hacen llevaderas las horas de espera para salir del a veces tedioso encierro. Cuando sales al exterior gritas con fuerza y pundonor, mucho gusto, no estoy de guardia.

Para ingresar a una residencia médica hay que tener un estado de salud óptima, pues será puesto a pruebas ordinarias y a veces extraordinarias. La salud intelectual se da a través de la alimentación cerebral, alimentando a tus neuronas con oxígeno y nutrientes. ¿Qué contenido intelectual las alienta o alimenta?

La respuesta es la lectura y más lectura. Hasta que los ojos se alarguen para que te vuelvas un miope de alta graduación. Hay que leer con rapidez, traducir con certeza, clasificar los conocimientos para hacerlos didácticos, siendo el objetivo que no se olviden sobre todo en el momento del apremio, de la urgencia, en que cada minuto de atención óptima es vida.

La salud social es un factor fundamental en la vida del residente, pues tiene que socializar con todos los trabajadores de la institución en cada turno y en todo momento, ya que su ayuda es valiosa para cualquier evento que se presente. Cada persona que trabaja en un hospital tiene el talento necesario para favorecer las acciones de otros miembros del equipo.

La salud espiritual es la sal de la vida. El residente se enfrenta a situaciones de alegría y amor. Dios está presente en el nacimiento de un niño sano y vigoroso que viene a iluminar la vida de las familias. Está presente en situaciones dolorosas, escenas dramáticas, en las que observamos a Dios a través de las personas que sufren, quienes tienen graves a sus pacientes o han perdido un ser querido. Dios está representado en objetos, en imágenes, en esculturas, en el dolor, en el llanto, en la aflicción. Dios está vigente en ese momento crucial, cuando la salud espiritual del residente pone en acción palabras de consuelo, una mano solidaria, un abrazo fraternal o una palmada en el hombro, porque a veces, a pesar de los esfuerzos de la cien245

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cia y la tecnología, la voluntad de Dios es la que decide.

En todos los grupos de la vida hay personas diferentes. No nada más física, intelectual o socialmente. Existen grupos de personas mal educadas, con actitudes indolentes o intransigentes, entes que entorpecen las labores del grupo. En este caso, el residente debe ser estricto y poner límites a este tipo de conductas, tomando medidas preventivas o correctivas para evitar daños a los enfermos.

El residente es entrenado para reconocer que todos los seres humanos somos imperfectos, sobre todo en el pensamiento.

Hay ocasiones en que somos víctimas de sentimientos negativos, violentos y destructivos. Tenemos que estar conscientes de esta situación y actuar como los lisosomas, que son el sistema de limpieza de la célula, tragarlos, digerirlos y expulsarlos.

Hay que tener respuestas asertivas que se logran utilizando ambos hemisferios cerebrales, el creativo y el científico. Es mejor prevenir que curar. Es importante meditar antes de impulsarse. Ante la urgencia, la intervención es rápida y oportuna. En el paciente en estudio, el orden y el protocolo.

Son varias las etapas del médico en el área hospitalaria, desde el interno de pregrado MIP-IBM, y ve a traerme los resultados al laboratorio, ve a traerme la máquina de escribir, ve a traerme las radiografías, y ve y ve. El interno de postgrado o IPM es el que realiza los procedimientos que los demás no quieren hacer como certificados de defunción o de lesiones. Resúmenes de los pacientes, notas de alta, segundo ayudante quirúrgico, deteniendo el fastidioso separador durante horas, curaciones, ir por alimentos para los compañeros, comida o cena de fin de semana.

El médico residente ya es un ente de lujo, sus tareas son fecundas y las realiza con gusto. El incipiente de primer año quiere quedar bien con todos. Su vestimenta es impeca246

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ble, la puntualidad es obsesión, excelente disposición para la revisión de pacientes, elaboración de notas médicas eficientes. Es precavido para realizar procedimientos, primero quiere ver para aprender, luego se hará hábil y diestro. Empatiza y socializa con los pacientes y con el personal de enfermería, con los compañeros de mayor grado y resalta conocimientos con los expertos maestros. Es asiduo en las sesiones académicas y participa para llamar la atención. El residente de segundo año ya tiene más tablas y conoce mejor la dinámica de la institución. Es reconocido por el personal hospitalario de todos los servicios y su personalidad denota más seguridad, sobre todo en la atención de los enfermos complicados. Su participación académica es sofisticada y domina la traducción de artículos inglés-español lo que facilita el aprendizaje, aborda los procedimientos intervencionistas de una manera exacta mas no perfecta. Los de jerarquía le dan más confianza para realizar los eventos, venopunción, punción lumbar, venodisección, colocación de catéter intravenoso, intubación endotraqueal, exanguinotransfusiones o la autopsia de un pequeñín fallecido. Todo con gusto para alcanzar la satisfacción de servir para vivir.

Recordando las sabias palabras del maestro pediatra chihuahuense, Ángel Caraveo, en cuanto a la lactancia materna, lo primero es lo primero. Señora, coloque a su paciente en posición cómoda para que su boquita abarque el pezón y la piel de color moreno. Ese es el prendimiento. Luego que le succione, haga trabajar los músculos bucinadores hasta que se agoten, luego fuerce a los músculos de la faringe para que la deglución sea armónica. Después de diez minutos de cada pecho, el ciclo está completo. Primero a libre demanda, luego con horario cada tres horas, hasta alcanzar la satisfacción materna. Así su hijo crecerá sano y vigoroso. Sólo alcanzando la satisfacción materna, comprenderá lo excelso de esta natural forma de amamantar a su hijo. La adquisición de este hábito la motivará a seguir con este procedimiento sin cesar hasta los dos o hasta los cinco años.

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La satisfacción es un sentimiento de bienestar o placer que se tiene cuando se ha colmado un deseo o cubierta una necesidad. Así, el médico residente quiere más conocimiento y procedimiento para hacerse experto durante los cuatro años de formación.

El residente de tercer año se forja comandante, como el DNA celular. Recordemos que en el momento de la fecundación, la célula se forma a partir de dos mitades con aporte genético cada una, lo que quiere decir que desde la fecundación ya existe un sexo cromosómico XX o XY más algunas variantes. Los genes son ADN y están en el núcleo celular. La primera célula es la que manda durante las siguientes divisiones celulares. En el caso del médico residente, desde el momento que piensa que va a ser pediatra, ya está mandando señales para alcanzar el objetivo. Al aprobar el examen, se fecunda en futuro profesionista. Durante las etapas que van pasando se multiplican sus conocimientos y sus neuronas se vuelven selectivas. Van madurando poco a poco durante el entrenamiento, que llamaremos etapa fetal.

Se desarrollan células diferentes, las células óseas, sanguíneas, endocrinas, cardiacas, musculares y todas las células del organismo le van dando forma al feto. Entre más crecimiento hay más desarrollo, hasta el momento que culmina la gestación. Así, después de un trabajo perfecto y casi eugenésico, nace el nuevo profesionista. El residente de tercer año es como un feto en la semana 36, conoce el micro y macro mejor que sus compañeros, sabe moverse como pez espada en el líquido amniótico, realiza maniobras de alto grado de dificultad sin lastimarse y conoce todos los rincones uterinos. Reconoce los peligros de la circulación umbilical como una obstrucción, una rotación peligrosa de las vías de conducción de nutrientes y oxígeno. Reconoce las alteraciones de la placenta, la falta de oxigenación, el sufrimiento o pérdida del bienestar. Es conocedor del peligro y realiza maniobras de alarma, moviéndose con más energía y rapidez y acelerando la frecuencia del corazón para que sea reconocido 248

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en el exterior, se hace experto intrauterino. El residente de tercer año, casi por nacer, comanda las acciones en las guardias con los compañeros de menor jerarquía, como si fueran parte de un microbioma bacteriano, en el que todos cooperan para el bienestar del grupo para la satisfacción del huésped y para reparar al organismo enfermo. Así es el residente de tercer año, un ser humano casi experto que va guiando al grupo que lo sigue en los momentos de la formación pediátrica.

La carrera de Vel y el grupo de compañeros que eligieron la profesión fue con un paso firme. El grupo se mantuvo unido a pesar de las variantes. Había blancos, morenos, negros y amarillos; altos, medianos y chaparros; con el pelo rizado, lacio o rebelde; rubios, colorados y de cabello negro; flacos, medianos y gordos; inteligentes, medianos y mediocres; trabajadores, flojos y pasivos; empáticos, indolentes y negligentes; hábiles, diestros y torpes; de Puebla, Michoacán, Distrito Federal, Veracruz, Oaxaca, Yucatán, Tabasco, San Luis Potosí, Guerrero, Morelos, Chiapas y Sinaloa; hondureños, nicaragüenses, costarricenses, panameños, guatemaltecos, haitianos y ecuatorianos.

El grupo se mantuvo con paso constante en todo tipo de terrenos y la cooperación de todos fue importante para mantener unido al grupo. Fue así que todos lograron el objetivo después de un maratónico entrenamiento. No fue fácil la misión, se requirieron muchas horas de encierro sin la convivencia familiar, social, recreativa y deportiva en un mundo con momentos de somnolencia, cansancio y fatiga crónica. En un ambiente de estrés constante, en el que son muchas las demandas de servicio para un grupo de personajes, entonces acudía la ayuda hermana. Así se evitaban errores que pudieran hacer daño a los seres humanos. Aun a pesar de estas circunstancias, no se olvida que somos seres dignos de amar y de ser amados. El amor a Dios y el amor al prójimo son el ingrediente del humanismo.

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Durante los años de entrenamiento, dentro de un recinto hospitalario institucional, la convivencia saludable de todos los días y a todas horas creaba familiaridad y reconocimiento. En el ambiente laboral, el reconocimiento se vuelve admiración o fanatismo. Las emociones amorosas pueden desbordarse, sobre todo si el residente tiene una familia. Las emociones eróticas entre los miembros del personal trabajador pueden romper o debilitar el lazo afectivo transformándose en infidelidad. Son frecuentes los coqueteos, las sugerencias incitadoras o las palabras directas que invitan a la sexualidad, los acercamientos íntimos, las personas atractivas o las traicioneras feromonas.

Para su fortuna o desgracia, algunos residentes tienen muy limitada su inteligencia emocional porque sus carencias afectivas son grandes o porque viven en conflicto constante con su pareja. Eso los hace lábiles a ser infieles e iniciar una relación sentimental que les va a ocasionar conflictos conyugales y que va a complicar su vida familiar, laboral, social y espiritual. Como consecuencia, disminuye su capacidad intelectual y creativa.

Vel no era la excepción. Era joven, guapo, apuesto, simpático, inteligente, deportista y sobresaliente en el estudio. Recibía muchas invitaciones sugestivas o directas para el romance y la sexualidad. Sin embargo, tenía las emociones bien equilibradas, amaba a su pareja sentimental, estaba satisfecho y complacido con su esposa. Como buen comediante, a través del humor esquivaba sin lastimar los sentimientos de compañeras de trabajo, familiares de pacientes y estudiantes de la facultad de medicina.

La fidelidad no se adquiere por genes ni por la familia.

Es aprendida y se genera cuando encuentras a una persona que satisface tus necesidades afectivas.

Dos meses después de la boda, ya en plena vida familiar, Paty le confesó a Vel que estaba embarazada. Después de tantos intentos reproductivos, al fin se gestó el fruto del amor. Vel se quedó pensativo y después de unos segundos se puso festivo. Levantó a 250

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Paty de la cintura para festejar el acontecimiento, y bailaron sin música. No la necesitaban, la traían por dentro. −Fíjate, mi amor. Después de la tediosa guardia de anoche y el trabajo de hoy, venía arrastrando la cobija y buscando la cama como consuelo. Pero con esta noticia, en lo que me calientas la comida, me baño, comemos y nos vamos con Chiritas, con tus padres, con don Ángel, le avisamos a los Jefes, a OW y Adelina y a casi toda Puebla. Nos vamos a festejar donde tú quieras amor de mi vida. −Así Vel, ¡así lo había deseado siempre! Que este momento de la vida tuviera esta sazón y condimento. Has cumplido con mi sueño, Velitas. ¡Te amo! −dijo Paty, rodeándole el cuello con los brazos.

Las neuronas obedecen, acatan y se dejan conducir cuando haces uso saludable de ellas. Se ponen dichosas y se conectan como una sinfonía de Haydn o las nueve sinfonías de Beethoven o las cuarenta y uno que compuso Mozart. Se vuelven cielo, cuando las tocan la orquesta sinfónica de Viena, Berlín, Ámsterdam, Londres, Chicago, Boston, México o Venezuela. En la vida, es importante entrenarnos en la ruta del amor, pues te conducirá por caminos de bienestar. Si no entrenas saludablemente, el sendero desembocará en un caos musical.

El resentimiento tiene como fondo un daño neuronal reversible. Es reversa cuando tomas el sendero de la plasticidad cerebral, que crea infinidad de nuevas conexiones empáticas, recuperando funciones perdidas.

El médico pediatra ya formado debe llevar una alimentación sana, ejercicio físico adecuado a sus necesidades y acudir al gimnasio de la inteligencia emocional y espiritual. Esto es sinónimo de una vida longeva, asociada a bienestar que no se compra con nada.

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Pasaron los 270 días de gestación, cuarenta semanas o nueve meses en una madre eugenésica que seleccionó a su pareja ideal, joven, sana y con buenos hábitos. Ella estaba en la edad óptima.

Era una mujer saludable, ambos cónyuges pertenecían al grupo A Rh positivo. Paty llevó el control prenatal adecuado con don Jaime Chargoy, eminente ginecólogo poblano que tenía su consultorio en la avenida La Paz. El parto lo atendería el recién formado médico ginecoobstetra Manuel Marañón, el pediatra sería don Ildefonso González, un equipo institucional de ligas mayores para unos novatos padres.

Ya habían pasado ocho horas en la sala de labor cuando se pasaron a la sala de partos. Aparentemente todo estaba bien, la evaluación clínica indicaba paciente eutócica. Nadie sabía el sexo del feto, menos su condición anatómica y fisiológica. La vigilancia obstétrica la realizó Vel, anotando la frecuencia, duración e intensidad de las poderosas contracciones del músculo uterino. La frecuencia fetal a través del estetoscopio de Pinar marcaba rangos normales. Seguido de unos minutos de pujanza intensa, nació la preciosa bebé sonrosada, con llanto enérgico sostenido como nota de mi bemol, respuestas motoras de salmón, tono muscular vigoroso, el corazón latiendo a ritmo de pandero y los movimientos respiratorios rítmicos como las sinfonías de Schubert. Una calificación de excelencia 8,9 y 10, el mejor clavado al mundo aéreo con grado de dificultad moderado. Qué hermoso espectáculo. La madre estaba caótica, pálida, sudorosa, con tono muscular relajado y la respiración más frecuente de lo normal. El latido cardiaco, la presión arterial aún elevada, aunque la sonrisa es de una musa celestial, la satisfacción de una diosa. −¿Está bien la niña? ¿Está completa? −le preguntó Paty a Vel−. Ve con ella y cerciórate que todo está bien.

El preocupado residente obedeció a su amada y fue hacia el sitio de la reanimación, en donde el experto cumplió su función 252

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de auxiliar al recién nacido y de efectuar los cuidados inmediatos, una exploración íntegra y cuidadosa para dar una información veraz a los padres. Mientras el ginecólogo revisaba cuidadosamente el área genital, la limpieza exhaustiva y la tonicidad del útero para garantizar un puerperio inmediato satisfactorio.

En general, un acto médico calificado con excelencia. La bebé pesó tres kilos y medio.

Regresó Vel al lado de su amada y se acercó cariñosamente a ella cara con cara, labio con labio y mano con mano. −Todo bien, mi chavala bonita. Todo bien, gracias a Dios. Te portaste como toda una deportista, valiente, flexible y resistente en los momentos cruciales. Diste buenas respuestas ante los embates musculares y mantuviste una actitud serena durante la contienda que fue prolongada. La culminación final es que venías tan bien preparada que no hubo necesidad de corte alguno en tu vagina. Lo espectacular fue la clavada que hiciste en el último momento cuando expulsaste a nuestra Patita. Eres una voleibolista consumada. Por eso te amo, reina hermosa, amor de mi vida, Patita consentida. −Muy bien, Vel. Te felicito, eso es amor y así debe ser siempre.

En estos momentos es cuando más se les demuestra amor a las amadas esposas. Paty, excelente, eres una paciente muy efectiva y obediente. Todo salió bien gracias a Dios. Felicidades, pareja de enamorados, voy a hacer la nota y las indicaciones −comentó Manuel Marañón. −Gracias, Manuel. Muchas gracias, que Dios te bendiga.

Don Ildefonso, con la bonhomía que lo caracteriza, les informó que la niña estaba sana y vigorosa, que la función del corazón y los pulmones era satisfactoria y que no encontró malformación alguna. −Muchas felicidades, Vel y Paty. Dios les cuide a su niña.

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−Muchísimas gracias, doctor. Es usted muy amable, Dios le bendiga.

Virginia, la enfermera circulante, era amiga de Paty y Vel. Se acercó a felicitarlos y hermoseó con palabras bonitas a la criatura, cumpliendo su labor con la madre y la recién nacida. Con la ayuda de otra compañera, pasaron a Paty a una sala con dos camas en donde compartirá habitación en su periodo puerperal.

Atención institucional con calificación de sobresaliente. Así son la mayoría de los eventos en las instituciones realizados por médicos internos, residentes o médicos de base que ponen su mejor esfuerzo para satisfacer las necesidades de la población derechohabiente. La mayoría de la gente es agradecida, pero otras piensan que es una obligación y no valoran los esfuerzos del grupo.

Estas son las Eus que son importantes en la vida, Eugenesia, la selección de pareja saludable. El control del embarazo por personal capacitado y la atención del parto en manos expertas llevan a la Eutocia. La buena alimentación de la madre y la atención de enfermedades en el embarazo redundará en la Eutrofia, que es un recién nacido vigoroso con peso adecuado. Los cuidados del crecimiento y desarrollo del niño culminarán en una mente sana o Eufrenia. Todo es disciplina, hay que entrenarse para ser ordenado.

Allí estaban los familiares visitando a la recién nacida y dándole la bienvenida a la familia. Estaban todos contentos y alegres, observando los movimientos tiernos y sutiles de la sonrosada niña, cuyo llanto era como un poema de Serrat, una melodía de Carlos Santana o una sinfonía de órgano melódico. La succión enérgica, el trabajo del bucinador, la deglución, el esfuerzo de los músculos faríngeos con armonía del nervio vago, la satisfacción de la bebé y de la madre. Todo era una obra maestra de Dios.

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La carga de los genes eran diversos, se parecía a la mamá, a la abuela, a la tía, a la madre, a la prima y a las mujeres de la familia porque era niña.

Vivir en un medio ambiente tóxico, convivir con personas con hábitos insalubres, ingerir substancias nocivas para la madre y el feto, son circunstancias que, ya investigadas a conciencia, son causantes de enfermedades en los niños. Sucede lo mismo con los hábitos, tradiciones y costumbres que heredamos de nuestros ancestros. Pocas veces los tomamos en cuenta porque desconocemos la historia familiar, que es lo que nos va a identificar en la vida. En el caso de la recién nacida, se conocen hasta los tatarabuelos. Ellos fueron campesinos, durante la época de la Reforma.

Antes de ese tiempo se desconocen los antecedentes y desde ese contexto hasta la fecha, han habido personajes con diferentes oficios o actividades profesionales. Existe el antecedente de genes campesinos, ganaderos, peluqueros, amas de casa, sastres, costureras, zapateros, comerciantes, empleados de oficinas del gobierno, empresarios, contadoras, abogados, profesoras, artesanas, odontólogos, enfermeras, cerrajeros, psicólogas, químicos, dependientas de farmacia, médicos, sacerdotes, gerentes de banco, monjas, luchadores profesionales, trabajadoras domésticas, trabajadoras sociales, torneros, rotulistas, pintores de acuarelas y al óleo, mecánicos automotrices, vendedoras de productos de belleza, impresores, reinas de belleza, personal judicial y elaboradoras de alimento para venta el público. Hay antecedentes de mártires cristeros, líderes obreros, apasionados católicos, sindicalistas y luchadores sociales. Esta es tu historia verdadera, no leyenda ni mito. Hay mucha tela para diseñar y construir el vestido que más te guste, la imagen que quieras proyectar. Selecciona lo que más te agrade, lo que mejor le quede a tu cuerpo y a tu mente, para que camines segura por la vida. No es jactancia ni orgullo, porque la vida en cada contexto es diferente. No hay 255

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antecedentes de delincuentes en la familia. Han habido crisis de pobreza y carestía, pero siempre se ha impuesto la casta de supervivencia lejos del delito.

Hay que agradecer a Dios por cada minuto de vida y por cada sensación de bienestar que marca el índice de la felicidad. Hay que ser agradecidos con el Señor que nos ha obsequiado esta hermosa beba eutrófica. Él puso el toque divino y los padres se esforzaron por seleccionarse sanos. Llevaron a cabo un control prenatal puntual y asiduo. Buscaron a los expertos para la atención del parto y tuvieron la fe suficiente para que las acciones se llevaran a cabo con precisión y sincronía en este acto de humanidad y amor.

Cuando tienes en la vida una pareja empática, simpática, sincera, solidaria, servicial, fiel y leal, la convivencia es sana. Es armonía en los momentos de dicha, es protección y seguridad en los momentos de crisis, es néctar en los tragos amargos, es consuelo en la tristeza. El índice de amor no se mide por las palabras habladas o escritas, se mide por las acciones humanas que buscan el bien del ser amado y el de los demás. −Vel, siento que en mi cerebro se ha formado una nueva red emocional neuronal. Sí, mi amor, no soy la misma.Algo me impulsa a proteger a la niña. Daría la vida por ella. Es una sensación que me hace mujer valiente y al mismo tiempo madre de ternura. Nunca lo había sentido antes, está naciendo en mí la maternidad. Ahora entiendo por qué hay madres que hacen tantos sacrificios por sus hijos. Esta sensación es celestial y sólo Dios la puede crear. Ya la poseo y no la voy a perder −expresó Paty. −Mira, Patricia, con que no me vayas a salir con que ya se te borró el circuito de esposa todo está bien, porque a mí se me formó ahora la ruta neuronal de padre. Estoy feliz por el naci256

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miento de Patricia dos, pero no la cambio por ti. Sigues siendo la estrella que guía mi vida, mi novia de ojos almendrados, nariz romana, labios medianos, rostro triangular, orejas con caracol interno, sonrisa de niña traviesa y mirada de angelita consentida −contestó Vel alegre. −Cómo eres. Estoy hablando en serio, es un sentimiento nuevo. −Yo también, mi reina. Las dos ya son parte de mi vida. La original es mi vida, la aleación tuya y mía es mi amor. −Yo pensé que la original era mi mamá y yo la aleación −dijo Paty entre risas.

Ambos rieron con alegría, se abrazaron, se besaron y se consintieron amistosamente.

La familia es la base del amor. Cuando hay solidaridad hay redes de apoyo, seguridad y protección. Qué bonito es tener una familia extensa. Nunca faltan los brazos que consuelan y las caricias que curan el alma.

Chiritas y Anita debutaron como abuelos y le regalaron una cobija con figuras de ángel; Joel y Eliza obsequiaron un portabebé, Talaigua y Lupis se presentaron con un gorro tejido y unos guantes; don Ángel una medalla bendita de la madre María Auxiliadora; los Jefes llevaron una bañera; OW y Adelina dos trajecitos, uno blanco y uno rosa; Siete Pisos y los superhéroes, jabones para baño, aceite para bebé; y la traviesa Dulcinea llevó un balón de voleibol; Pollito una sonaja. Hasta las señoras de Ajalpan se presentaron y les entregaron a los papás un recibo para que recogieran una cuna en una tienda especializada en bebés, seguramente comprada por los Jefes que estaban felices y orgullosos de su nieta adoptiva. Todos llevaron parabienes, deseos de bienestar y obsequios para la nueva familia. Se sentían inundados de buenas intenciones, el mejor regalo del alma.

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−¡Muchas gracias a todos! Sólo le pedimos a Dios que los siga conservando sanos, porque son para nosotros el apoyo incondicional que alienta, anima, fortalece y es fuente de amistad y amor. Muchas gracias, querida tribu, amada familia −dijo la pareja agradecida.

La pareja continuó su tránsito por la vida. Vel, a continuar con el estudio y el trabajo auxiliando en los días de descanso a su familia. Paty, trabajando en el quirófano del hospital, en la sala de lactancia de la casa, ordeñándose todos los días para que mamá Elisa o Anita alimentaran a su hija en sus horas de ausencia. Los días de la guardia de Vel, ella se iba con sus padres para no estar sola con la niña. Dulcinea se volvía loca con su sobrina y tenía atenciones alegres y divertidas. Don Joel y Eliza, abuelos debutantes, exageraban en los cuidados de su nieta. Ocasionalmente, Anita se quedaba a cargo de la niña. Cuando eso pasaba, la casa se volvía una fiesta. Todos la querían cargar y hasta turnos se hacían para poder estar cerca de la consentida.

Dice un dicho, la novia del estudiante nunca es la novia del profesionista, pero en este caso no se hizo realidad. También dicen que el personaje que conoces de novio es uno y ya casados se convierte en patán o patana. En este caso, aún es temprano para dar opinión. Sin embargo, las cosas pintaban bien, como cuadros espléndidos de Donatello, Miguel Ángel, Leonardo o Rafael, inspiración artística del amor.

Vel y Paty platicaban animadamente sobre los roles que iban a desempeñar y las prioridades de cada mañana. Jerarquizaban de una manera cordial, primero novios, luego esposos, padres, hijos, hermanos, sobrinos, tíos, primos, nietos, bisnietos, trabajadores, estudiantes y amigos. Todos se tenían que desempeñar de acuerdo a las necesidades de cada día, sin olvidar que Dios es primero.

Decidieron bautizar a la niña hasta que cumpliera un año de 258

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edad y por unanimidad decidieron llamarla Ana Patricia. Todos quedaron contentos y felices con el nombre, aunque no faltaron otras propuestas como Eliza, Elfega, Penélope, Diana, Cristina, Lucía, Guadalupe, María Pilar, Manola, Lidia, Laura, y más. Al final se impuso la opinión de Paty y Vel, como debe ser siempre.

Hay que aprender a socializar con la niña, trabajar para mantener la casa, el vestido y el sustento, darle buena alimentación a la madre para que genere leche de calidad nutritiva, cuidados y afectos que no falten durante el día y la noche. Los esposos proyectaron no tener un nuevo hijo hasta dentro de 4 años. Solamente tendrían dos hijos en su plan de vida. Tratarían de facilitar el camino de los hijos, sin entorpecerlo con sobreprotección o maltrato. Eso es parte de la organización.

La labor de residente tenía un alto grado de dificultad por la sobrecarga de trabajo que existe. Hay que tener resistencia física de titán, un lóbulo parietal que mantenga mente abierta y despierta para el aprendizaje a pesar del cansancio, un lóbulo frontal, que te permita adquirir habilidades y destrezas finas, precisas en el momento de realizar procedimientos en un niño, un lóbulo temporal alerta que te permita detectar a través de cualquier medio acústico alteraciones que traducen enfermedades, un lóbulo occipital estratégico que no sólo te permita ver, sino distinguir detalles que te permitan hacer diagnósticos luminosos.

Así pasaron cuatro años de actividad presencial hospitalaria en la especialidad para la atención de niños. Asiduidad, puntualidad, presentación, persona limpia e impecable, discípulo servicial y obediente a las reglas del departamento rotatorio. Había que aprender a hacer revisiones minuciosas en cada paciente, haciendo las anotaciones exploratorias clínicas precisas en el expediente. Había que solicitar oportunamente los exámenes necesarios para complementar un diagnóstico y los tratamientos 259

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sólo serían indicados por el médico pediatra en turno. Había que elaborar notas de evolución e interpretar resultados de laboratorio, radiológicos o especializados, ejecutar limpia e impecablemente los procedimientos invasores en los pacientes, elaborar notas de alta de los pacientes o de referencia a su médico familiar o a la consulta de pediatría.

En estos hospitales de tercer nivel que son de alta especialidad, no se trasladan los pacientes a ninguna otra institución médica, porque están diseñadas para resolver el 100% de la patología pediátrica. La responsabilidad era grande para todos los miembros del equipo, y había que aprender a resolver enfermedades complejas que no hayan sido resueltas en hospitales de segundo nivel de la ciudad, de los municipios del estado o en pacientes provenientes de otros estados del sur. Los ingresos eran numerosos y de todos los servicios, desde recién nacidos, lactantes, preescolares, escolares, adolescentes, cirugía pediátrica, cubículo de desnutridos y terapia intensiva, marcan siempre su máxima capacidad.

El residente deberá rotar por los servicios de neonatología y estar alerta en el área de nacimientos de bebés que nacen por parto eutócico. Cuando aumente su membresía en grado recibirá a los niños de cesárea. El siguiente escalón es ser recepcionista de pacientes con pérdida del bienestar fetal. El objetivo general es que el residente asista a cada recién nacido en los hospitales de gineco obstetricia y pediatría. Por estratos va escalando para hacerse un experto en reanimación cardiopulmonar neonatal.

Existen áreas de neonatos enfermos y sanos, la siguiente etapa de la vida de un niño. Posteriormente, y de acuerdo al crecimiento y desarrollo del niño, tendrá que hacer rotación por los servicios de lactantes, preescolares, escolares y adolescentes.

Parte del entrenamiento incluía actividad de aprendizaje por los servicios de: radiología, dermatología, oftalmología, endocrinología, neurología y terapia intensiva, todas áreas pediátricas. La 260

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formación incluía asistencia en la consulta externa de pediatría.

En cuanto a los lugares de enseñanza, existían dos hospitales en la ciudad en donde completar su formación académica.

No todo era práctica, la teoría incluía sesiones académicas diariamente de una hora sobre diferentes tópicos. Cada fin de mes se efectuaba un examen de curso y si lo reprobabas, repetías el módulo. Tienes la obligación de traducir artículos del inglés al español y si lo indica tu médico de base de un día para otro, hay que realizarlo. Es obligatorio participar en trabajos de investigación con médicos adscritos, cuando menos dos o tres por año.

Hay que asistir a congresos de pediatría de médicos residentes cuando menos dos veces por año, a las ciudades de México, Guadalajara, Monterrey y Puebla, dependiendo la sede.

Después de transcurridos 1,500 días de entrenamiento te formas pediatra. Así es este mundo hospitalario, que favorece a través de la teoría y la práctica la formación de pediatras reconocidos por la excelencia académica. En este universo, es común forjar amistades de diferente grado de confianza con personas intramuros y con padres de familia, pacientes locales o foráneos.

También había momentos de convivencia fraterna con los compañeros de trabajo. Había personas animosas y optimistas, comediantes de la vida, que te hacían pasar momentos agradables en situaciones críticas. Algunos tienen afectado el sistema límbico emocional, hay presumidos, vanidosos, egoístas y discriminadores, o en término coloquial, hojaldras. Otros son pesimistas, deprimidos, desafiantes, oposicionistas, satíricos y mordaces. En término común y corriente, tóxicos. Como dice Vel, cada quien su rollo y que lo envuelva como quiera.

Al final, Vel terminó la carrera después de cuatro años de preparación académica. Paty asistía a cursos de actualización en enfermería quirúrgica y cada quien seguía buscando su supera261

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ción personal, un logro individual pero trabajado en conjunto.

Ambos se apoyaban y confiaban uno en el otro. No había necesidad de vigilancia. Cada quien sabe su compromiso y es responsable de su vida.

Vel fue el primer lugar en su generación de once compañeros y la segunda mejor puntuación de toda la República Mexicana. Continuaba siendo buen amigo y no perdía el buen humor, conservaba la empatía ante sus maestros, era simpático con sus pacientes y solidario con sus compañeros de trabajo. Se había ganado un punto extra por ser ecuánime.

Una persona inteligente, atractiva, empática y con buen sentido del humor, genera atracción de gravedad. Las miradas se fijaban en Vel, sobre todo las de mujeres jóvenes y bellas como las estrellas. Vel había tenido que hacerle al torero y lidiar con esas muchachas que provocan, que sugieren y que incitan a la sexualidad. Sin faltar a la decencia, había sido firme en su lealtad y fidelidad a su esposa.

A Paty, sus compañeras le platicaban irónicamente ese tipo de situaciones de su esposo. Esto le provocaba sobresaltos, porque emocionalmente el sistema de alarma se enciende cuando se trata del ser amado. Sin embargo, cuando lo veía llegar a casa puntual, contento, cariñoso y chistoso, las dudas se desvanecían.

Seguían enamorados como en el primer día, aunque con unos años más de antigüedad.

La vida de los seres amorosos continúa su curso. Entre más amas se proporciona mayor grado de seguridad y protección.

Se da y se recibe. El afecto se gana con entrenamiento, si das caricias recibes ternura, si generas actos sinceros recibirás confianza, si fabricas redes de sonrisas recibirás alegría, si elaboras una comunicación graciosa, optimista, obtendrás un amigo, si construyes actos de empatías obtendrás amor.

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No es fácil entrenarse para amar. A veces surgen personas atractivas que te quieren atrapar en sus emociones, aun a sabiendas de que tienes un compromiso sentimental. Si tus afectos están carentes con tu pareja, por la monotonía en que vives, vas a ser presa de esos encantos y nadie te detendrá hasta llegar a la ruptura del vínculo deteriorado. Con el tiempo te das cuenta que has herido, lastimado y ofendido.

Hay que entrenarse en el amor, pues se requiere de aprendizaje para equilibrar las emociones. Si tienes un compromiso sentimental, cumple con tus deberes de pareja. Sé leal, fiel, sincero, servicial, solidario, amoroso, chistoso, protector, cumplido, creativo, responsable, honesto. Esas son sólo algunas de las características para mantener una relación sentimental.

La pareja de Paty y Vel jerarquizaba sus actividades para una vida saludable y duradera para siempre. El pediatra poblano consiguió trabajo en el hospital donde se formó y tardó dos años para adquirir una base. Trabajaba al lado de Paty y su prioridad como pareja era pasar el mayor tiempo posible juntos.

Aunque parezca increíble, la sobrecarga de trabajo durante la etapa juvenil, en un individuo sano y en una institución que te protege o te ampara, resulta saludable. Aunque el trabajo es intermitente e intenso, no deja de ser ejercicio intelectual y muscular. Una comida saludable mantiene el equilibrio. Las desveladas nocturnas bajan de peso y mantienen tu cuerpo en estado eutrófico. Si eres gordo bajas de talla, si eres flaco te mantienes enérgico, si eres pasivo te transformas en activo, si eres hiperactivo, mejor para el ruiseñor, si eres introvertido te conviertes en sociable y si eres extrovertido tienes que ser medido. Los cambios son buenos, físicamente. Desde el punto de vista psicológico, se ha comprobado que hay afectación de la mente por las respuestas exageradas y continuas del sistema simpático que conducen a la ansiedad. En un grado extremo pueden llevar al estrés, y en esta etapa se pone en riesgo la salud física y mental. Si la mente 263

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se desequilibra, nos hace vulnerables a enfermedades metabólicas o vasculares, motivo por el cual tiene que haber periodos de relajamiento y recreación suficientes para mantenerse en estado óptimo de salud. Ya recuperados, regresan con actitud apasionada al entrenamiento académico.

Cuando terminó el entrenamiento pediátrico, Vel estaba enterado de que después de tanta energía invertida no había trabajo seguro aunque trabajara en una institución segura y de seguridad social. Pensaba que su proyecto de vida estaba en su ciudad natal, en la institución formadora, con un patrón que cumpliera con las normas de responsabilidad social para garantizar un futuro pleno para su familia. Sabía que conseguir un empleo de médico pediatra en el hospital donde trabajaba era difícil pero no imposible. El camino era tedioso y cansado, pero estaba dispuesto a enfrentar los imponderables con voluntad y sacrificio, ya no se trataba nada más de su vida, sino de toda una familia unida y solidaria.

Fueron convocados a la Ciudad de México los médicos residentes recién egresados de todas las especialidades. La cita fue en el Sindicato Nacional del IMSS para repartición de plazas.

Tenían preferencia para obtener una base por los mejores promedios obtenidos durante la residencia hospitalaria. Los puntos acumulados se valoraban en base a asiduidad al trabajo, desempeño académico, habilidades y destrezas adquiridas, trabajos de investigación realizados, asistencia a cursos y congresos de actualización pediátrica. La evaluación global de su desempeño ético y laboral era efectuada por los profesores del curso de entrenamiento. El promedio de todos daba una calificación. Vel alcanzó 39 puntos, que lo colocaron como el segundo mejor promedio de toda la República. Por este logro, Vel recibió ofertas de plaza interina en Orizaba, Veracruz; Topolobampo, Sinaloa; Infiernillos, Michoacán; Parras, Coahuila y Parral, Chihuahua.

Vel las rechazó con cortesía y decidió regresar a su ciudad pobla264

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na a iniciar la aventura.

Vel se presentó en el Sindicato Estatal del Seguro Social en Puebla, ubicado sobre la 4 sur, entre las calles entre la 17 y la 19 poniente. Llegó humilde y de antemano sabía que la bolsa de trabajo estaba cerrada transitoriamente. Sin embargo, confiaba en Dios, su madre, y sus santos protectores. Lo recibió el jefe de la bolsa de trabajo, quien fue su maestro neonatólogo, con un intenso abrazo y una calurosa bienvenida. −Estoy enterado, Vel. No aceptaste las plazas que te ofrecieron durante el sorteo en México y decidiste regresar a mamar chichi de tu alma mater. Me da gusto que hayas puesto en alto con tu trabajo y estudio a nuestra institución. Por lo tanto, tengo órdenes de la jefatura de abrir la bolsa de trabajo para que empieces a trabajar desde este momento. Es un premio bien ganado.

También estoy enterado de que ya cumpliste con el requisito de la papelería solicitada. En consecuencia, sé bienvenido a la plantilla de trabajo, de pediatras de sustitución, de los diferentes hospitales de la ciudad poblana. Para empezar, mañana te presentarás con el doctor José García, en el Hospital de Especialidades. −Muchas gracias, maestro. Me da gusto poder saludarlo. Se nos fue del hospital un excelente neonatologo, pero llegó a la bolsa de trabajo del sindicato un ser humano excepcional. Todo esto parece un sueño, no lo puedo creer. Pero este momento es real e inolvidable. Gracias por apadrinar mi carrera. Gracias, padrino, maestro de la vida de los recién nacidos.

Vel comprendía que al ingresar a esta institución de seguridad y responsabilidad social, tenía garantizado un trabajo digno, de mucha madurez y con sobrecarga de trabajo, porque las sustituciones son en cualquier momento del día, mañana, tarde o noche. En el Hospital de Especialidades, en el de Gineco y Pediatría o las vacaciones del pediatra de Tehuacán. A través del tiempo, se puede alcanzar un interinato que ya te mantiene más 265

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firme en un horario o alcanzar la anhelada base, fija en servicio y horario. Una institución que evoluciona todos los días con programas de actualización e investigación.

Te puedes formar como pediatra académico, realizando 25 trabajos científicos, publicados en revistas mexicanas o extranjeras.

Puedes ser docente de médicos pediatras y residentes, de actividad asistencial o docente en el colegio de pediatría local. Puedes participar en sociedades o confederaciones mexicanas de pediatría. Realizar actividades pediátricas en asociaciones pediátricas, como la dirigida a los niños Down, autistas, con enfermedades congénitas, etc. Hay que dedicar gran parte de la vida intelectual al trabajo o la investigación. Saber compartir tiempo de calidad con la familia sin permitir un desequilibrio con esta última que te puede dejar en la orfandad.

El IMSS es una institución que, a través de la atención de los niños, te mantiene en estudio constante y cambiante porque cada día que pasa existen avances tecnológicos de laboratorio e imágenes que permiten el diagnóstico de nuevas enfermedades, por lo que hay que estar vigentes y presentes. El descubrimiento de algunos tratamientos sofisticados que modifican los estándares conocidos nos obligan a estar actualizados. Todo esto lo brinda la institución, para que, a través de los pacientes, recursos técnicos y administrativos, se otorgue una atención humana y de calidad a los derechohabientes. Esto no es política, es lo que se vive diariamente en los hospitales de seguridad social.

Como pediatra, pones alma, mente y corazón. La institución premia tus esfuerzos de una manera responsable. Si eres una persona ordenada, esta cualidad te permite mantener a tu familia de manera digna. El sueldo y las prestaciones en esta época eran satisfactorias. Existían estímulos de puntualidad y asistencia, pago de quinquenios, ayuda para actualización médica, pago de vacaciones y aguinaldo que, asociados a otra actividad extra institucional, podían ser suficientes para que con el tiempo lograras que tu familia accediera a un moderno automóvil, casa 266

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propia en zona residencial, que tus hijos estudiaran una carrera universitaria en escuela pública o que fueran de vacaciones a la playa cuando menos una vez al año. Ahora que si vives en zona tropical vas todos los días. Todo depende del medio ambiente en que te desarrolles.

El estilo de vida cada quien lo elige según su libre albedrío. Lo habitual es que tengas una esposa con dos o tres hijos. Un estilo diferente es que tengas dos o tres parejas con diez hijos, entonces la situación se hace complicada. Los recursos se dividen equitativamente y hay que saber administrar ingresos, egresos, ahorro y deudas. Pero cuando te dificultas la vida con sobre explotación familiar, tienes que trabajar 25 de las 24 horas del día en dos o más instituciones, para que el gasto alcance. Proyectas desde joven, te equivocas de camino, entorpeces la vida y ya no es responsabilidad social.

Hay médicos residentes que al egresar ya tienen un estilo gerencial. Tienen familia de abolengo financiero que invierte gustosamente en una empresa capitalista. Los soñadores invierten sus ahorros o se endeudan a través de créditos que los tienen cautivos por periodos prolongados de tiempo, comprando un consultorio en clínicas de atención especializada u obteniendo las credenciales necesarias a través de padrinos médicos, que favorecen la membresía. Una vez como miembro tiene el consentimiento y la facultad para ingresar pacientes en hospitales de lujo. Su misión es obtener los mejores dividendos económicos posibles y su visión es ser reconocidos por esta sociedad elitista.

Ese estilo es diferente, persigue el lucro y reconocimiento social.

Por eso Vel eligió esta institución de seguridad social con la mente y el corazón. Sus neuronas espejo observaron en su familia a empresarios pequeños que trabajaban con alegría, dedicación y amor al arte. No eran adinerados pero vivían modestamente con las comodidades necesarias. Eran honestos, responsables y vivían con bienestar. Como dijo el tío Juanito, la tranquilidad de la 267

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conciencia no se compra ni se vende, se disfruta. El nuevo especialista quería servir a la gente como él, de clase media que va en camino a ser agente de cambio de esta sociedad poblana. Vel sabía de antemano que con el tiempo adquiriría la base laboral y que la vida se equilibraría para dedicarle más tiempo a la convivencia familiar. Aun así, las Patys lo adoraban, lo consentían y lo llenaban de mimos y caricias. Era un hombre afortunado y no estaba diseñado para el engaño o la trampa. Era un hombre íntegro.

Tardó dos años en llegar a la base y, para su fortuna, en el turno matutino y en el mismo horario que Paty. Tenían que levantarse muy temprano para llevar a la niña a la escuela, para que después la recogiera doña Elisa o Anita. Para ese entonces tenían un sedan, modesto pero del año, y los trasladaba seguros a cualquier lugar. En ocasiones comían juntos en el hospital, aunque no siempre coincidían las actividades para alimentarse, salían felices a su hogar donde continuaba la diversión y la recreación.

Vel consultó con Paty la necesidad de un segundo trabajo.

Querían comprar una casa residencial con un presupuesto moderado y le planteó la posibilidad de invertir en la compra de un consultorio particular en una clínica médica o aceptar la oferta de la Universidad Autónoma de Puebla para dar dos horas de clases de infectología a los alumnos de quinto año de la ahora Facultad de Medicina. La paga era buena y había prestaciones económicas satisfactorias además de periodos vacacionales que coincidían con descansos escolares. El horario era fijo y podían planificar actividades. Entre los dos acordaron la acción académica.

Para complacer a los Jefes, quedaron de ir a visitarlos a Ajalpan un fin de semana cada mes. Allí, Vel daría consulta a precios accesibles en la pequeña clínica manejada por OW. La visita serviría de familiaridad, el trabajo traería una modesta recompensa económica y disfrutarían con OW y Adelina, que ya tenían dos 268

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hijos.

La vida en pareja requería de un alimento diariamente. Para que el cuerpo permanezca sano es importante un buen ejercicio físico y una alimentación equilibrada. La pareja programaba para sus momentos libres salidas a caminar, trotar, correr, escalar, bailar y jugar boliche. Vel practicaba entre semana y jugaba futbol dominguero con el equipo de sus amores, Don Bosco. Ella, por su parte, jugaba voleibol con sus compañeras del oratorio.

Una buena alimentación incluye agua suficiente, frutas y verduras, granos, semillas, alimentos integrales, carne de pollo, res o pescado, huevo y lácteos. Estos tres últimos, limitados y sin abusar de ellos. La mente necesita nutrirse a través de los sentidos en forma saludable, como una lectura recreativa que te instruya, te cultive, te invite a la crítica, al comentario con tu esposa, con tu familia o amigos. El cine es un pasatiempo hermoso. Allí fueron en su primera cita y eran aficionados a las películas románticas y las comedias que te liberan del estrés cotidiano y generan una grata sensación placentera para la cisura calcarina, que integra la visión en colores, dimensiones y geometría.

El oído, órgano de la audición y del equilibrio, alimenta las neuronas del lóbulo temporal a partir de ondas aéreas que penetran por el trago que es el orificio externo. Éstas estremecen al tímpano y a los pequeños huesecillos, que al llegar al órgano de Corti se transforman en energía e integran sonidos agradables. Dependiendo del momento, la música se vuelve lenitivo y suavizante del alma. La instrumental es parte de la comida cotidiana o en los días de descanso, para que la ingestión y la digestión, sean armónicos y la absorción íntegra. En las noches de romance la música suave es preludio de la sexualidad y la música bohemia, sobre todo trova, es bienvenida en el hogar.

Para los momentos festivos, no hay como la música que exalta el ánimo, como el rock, las cumbias y la folclórica, que mueven 269

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el cuerpo y músculos en general. En la casa no se admitían los cantos que ofenden, lastiman, denigran, humillan o victimizan.

Se les aplicaba tarjeta roja, porque son entradas criminales al alma y al corazón.

Las fragancias de la naturaleza eran parte de la vida diaria de la pareja. El olor de las rosas, lavanda, jazmín, clavel, gladiolas y buganvilias, o también el olor del cilantro, perejil, anís, rábanos, cebolla y chile, eran son esenciales para estimular la mucosa amarilla nasal que contiene las fibras del nervio olfatorio. La pareja no estaba apegada al uso de perfumes, lociones, cremas o afeites en general, usaban lo esencial para mantener un cuerpo saludable. Lo que sí era un deleite era inhalar los olores que despiden los sabrosos manjares que elaboran sus madres y abuelas.

La boca es un órgano diseñado para el sabor. Sus terminaciones gustativas están sobre todo en los bordes laterales, en la punta y en la parte posterior de la lengua. La pareja compartía gustos diversos en cuanto a sabores. A Paty le gusta el helado de coco, la paleta de hielo de mango, el licuado de fresa y el esquimo de manzana. Le encantaba disfrutar perón y jícama con chile y limón. Era aficionada a comer chicozapote, guanábana y tejocote. Le encantaban las tortas de queso de puerco, queso con aguacate, semitas, chanclas adobadas, molotes de tinga, panuchos y quesadillas de flor de calabaza. Todo era una delicia al lóbulo parietal, que es el que recibe la sensibilidad. Les fascinaban los alimentos caseros y cuando no los podían elaborar los compraban.

El tacto es el sentido más caprichoso. Hay impulsos que te mueven a hacerlo imprescindible en tu vida, como cuando la persona amada te toca y es un placer infinito. No quieres que se termine nunca. Las caricias, abrazos y besos en la etapa inicial de la relación son fuente inagotable. Al paso del tiempo, cuando se tienen que desempeñar roles o compromisos familiares, hay que aprovechar espacios libres en la pareja para utilizar con 270

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vehemencia el tocamiento mutuo que te haga sentir amado. Es el ingrediente principal que no debe faltar como alimento. Las palabras penetran al ser humano y a veces se codifican con una caricia suave y sutil al ser amado. Hay que conocer bien a la pareja para poder atenderla lo mejor que se pueda. Eso es amor.

La socialización es una parte primordial. Desde el inicio del noviazgo quedaron plenamente informados que la felicidad es percibir bienestar. Esta sensación es individual y no depende de nadie más. Puedes sumar la felicidad de tu pareja al binomio, quedando bien entendido que cada persona para estar bien necesita entrenarse emocionalmente. Para ser un ser amoroso sin esperar nada a cambio. Hay que aportar cordialidad, amistad y lealtad para que la convivencia se haga fácil y duradera hasta siempre.

La socialización con la familia y el conocimiento previo de los integrantes es importante, al igual que identificar cómo en una historia clínica los antecedentes de personajes familiares. Hay que identificar genes saludables o enfermos, origen, tradiciones, costumbres, hábitos, personajes sobresalientes, mediocres o nefastos, y hay que convivir e interrogar sutilmente, para que al final aceptes con la mente, alma y corazón a tu nueva familia, esa que va a formar parte de tu vida.

Mejor es todavía que ambas familias se conozcan, antes de tomar la decisión de matrimonio. Para que convengan los miembros, estrategias que fortalezcan lazos amistosos, así se nutrirá a la pareja de confianza y seguridad. Para amar a la familia del cónyuge como si fuera propia.

A través del tiempo se fue cimentando la solidaridad. Nada es imposible y todo depende de la voluntad. Conforme iban creciendo los jóvenes, se iba incrementando la familia. Los muchachos de hoy mañana serán padres, tíos y abuelos. Así es el ciclo de la vida, todos los seres humanos nacen, crecen, se reprodu271

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cen y mueren.

En todas las familias existen seres plenos de ternura, creatividad y alegría, que funcionan como integradores de grupos. A través de energía sinérgica suman esfuerzos para un fin. Esta familia no es la excepción. Las tías a través de los tiempos han sido forjadoras de aventuras, excursiones, recreación y del viaje explorador a diversos macro ambientes. Estos parajes incluían zonas urbanas, playas, balnearios, montes, montañas, desiertos, parques de diversiones, museos, grutas y lagos. Los trayectos podían ser locales, regionales, estatales, nacionales e internacionales. Esas maravillosas tías, que aliadas formaban un conjunto de seres mágicos y divinos, eran Maleni, Charite, Charmel y Dulcinea. Se organizaban con los autos de la familia o alquilaban vehículos particulares para 20 personas, autobuses para 40 personas o hasta viajes en avión. El objetivo es que toda la familia interaccione de una forma eficaz y eficiente. No sólo de manera temporal, sino siempre que las posibilidades lo permitieran.

Fueron muchos los viajes inolvidables, en donde la convivencia sana era el objetivo. Una vez al mes la familia unida se reunía para viajar. Entre mayor era la participación, más barato era el pasaje. La alegría estaba garantizada porque los comediantes brotaban espontáneamente, se fabrican sobre la marcha y una vez reconocidos, buscaban en cada ocasión nuevas formas de diversión. Así es como se forjan las familias saludables.

Paty y Vel nunca faltaban a esos encuentros, en donde Paty junior había revelado ser una cantante excepcional, heredando el talento de la abuela Anita. Así es como se va educando en familia a través de las neuronas espejo, que con sólo observar ya están aprendiendo Como dijo Pollito, sin querer queriendo, ya conozco muchos lugares de Puebla que jamás pensé que existieran. Pueblos pequeños con costumbres y tradiciones que nos identifican. Aprendí la ciencia de las 272

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rutas, desde Puebla hasta Teotitlán del Camino, desde Puebla hasta Zacatlán, desde Puebla hasta Acapulco, desde Puebla hasta Mérida, desde Puebla hasta Monterrey, desde Puebla hasta el Paso, Texas. Algún día me tocará conocer Canadá, Sudamérica, África y Europa.

Empezamos de poco en poquito, como se llena un jarrito, para identificarnos plenamente con los poblanos. Luego con porciones más vastas para llenar la jarra. Así conocimos los diferentes estados de México y sus regiones. Luego con bidones llenamos los barriles y así estamos conociendo otras regiones del mundo.

Yo sé que no a todas las personas les gusta viajar o no tienen los recursos para hacerlo. De cualquier manera, pueden introducirse en el mundo mágico, que los haga sentir diversión, recreación y alegría. Para alcanzar la sensación de bienestar como pareja, hay que buscar estrategias para estar contentos.

Cuando la pareja cumple sus roles en forma comprometida, como proporcionar casa, vestido y sustento a la familia, bienestar físico, emocional, cuidados y afectos, viene el factor reproductivo, primordial en el proyecto de vida. Vel y Paty decidieron tener dos hijos y ser responsables socialmente, como un patrón con su trabajador. La pareja quería aportar los recursos suficientes a la familia para que sus hijos tuvieran los satisfactores necesarios, una casa propia con comodidades, automóvil eficiente, opción a consumir alimentos saludables, salir ocasionalmente a comer a restaurantes y también inscribirlos en centros deportivos en donde practiquen actividades deportivas o en centros culturales para la música y artes, dando por hecho que el oratorio es el mejor centro formador de niños y jóvenes. La misión de tener pocos hijos es darles una mayor oportunidad de ser atendidos en forma humana y organizada. Dos hijos fueron el límite para Vel y Paty, tomando en cuenta los imponderables de la vida.

Su segundo hijo fue un varón y decidieron ponerle el nombre 273

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de Mauro Joel, en honor a los dos abuelos, que disfrutan la dicha de un segundo nieto. Chiritas navega feliz con esta categoría y Joel se siente como estrella del universo. Él nunca tuvo hijos varones y ahora disfrutaba en sus ratos libres al nieto consentido. Le compró su balón de basquetbol con su correspondiente canasta para bebés. Así es como debería programarse el nacimiento de los hijos, para que lleguen a hogares con satisfactores económicos, físicos, intelectuales, emocionales y espirituales que favorezcan su crecimiento y desarrollo.

La salud espiritual esencial implica que no haya un vacío existencial y que en nuestros pensamientos y sentimientos siempre aparezca Dios. A Dios se le representa como manantial de agua para purificarnos, una lengua de fuego que ahuyente las malas intenciones, un soplo suave y consolador en cualquier momento, una montaña para ascender con la esperanza de hablar con Él.

Como cualquier parte de la naturaleza de la cual es el Creador, el Arquitecto perfecto, porque nada es consecuencia de la casualidad y todo tiene una causalidad. Dios no se equivoca. Nos equivocamos nosotros, los seres imperfectos.

Nos decía don Ángel durante las clases de Biblia siendo bachilleres, puedes ser maestro de una congregación religiosa y no siempre verás a Dios con la misma percepción que todos los demás maestros. Somos casi iguales en cuanto a genes, pero cada proteína que elaboran esos genes es distinta y cada quien lo percibe de manera diversa, como más le simpatiza, como maestro, doctor, taumaturgo, profeta, navegando en el mar o clavado en la cruz. Bien, muchachos, el que aprecia en Dios cualidades pacíficas, de entendimiento, alegría o beneficencia, encuentra una sana convivencia. Si practican la paz que trasmite el Señor, ustedes son alumnos consentidos y se comportan como fieles discípulos. Él será para ustedes el guía, el camino, la verdad y la vida. Les repito, mis queridos salesianos, no todo el que es maestro de una congregación religiosa tiene este concepto de Dios. Desgraciadamente, hay quienes usurpan este nombramiento y no buscan el bien común. Son egoístas y buscan la satis274

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facción personal. Recuerden, amigos adolescentes, en cualquier congregación que pretende llegar a Dios, siempre existirán personas que no son confiables y que tienen intereses diferentes a los del Dios verdadero.

Recordando las clases de doctrina oratoriana. −A ver, Vel. Dime dónde aprecias a Dios en la vida diaria. −Cuando abro los ojos al despertar, al mirar al cielo a través del tragaluz de mi cuarto, cuando me levanto y camino, cuando veo reír a mis hermanas, cuando abrazo a mamá, cuando oigo el canto de los gorriones de Talaigua, cuando el perro de Lupis brinca cuando me ve llegar, al ver pasar a Paty hacia la escuela y me brinca el corazón, me late apresuradamente. Eso es amor, don Ángel. −Paty, ¿tú cuándo lo ves? −Cuando oigo música romántica, cuando veo a mis padres abrazándose, cuando juego voleibol, cuando ríe mi hermanita Dulce, cuando Vel se me queda mirando al pasar por su casa.

Eso no es de ahora sino que ha sido desde la primaria. Allí está Dios, padre. −Mira nada más, esta clase me ha servido para ser la celestina de este par de bribones que estoy seguro que al terminar la clase ya se declararon novios delante de mí. Efectivamente, hijos, ahí está Dios. El amor de pareja es un trabajo de paciencia y tolerancia. La tarea se hace fácil cuando la elección es la adecuada.

Los impulsos que sienten son erotismo y placer visual atractivo.

Esto es pasajero y puede ser inicio en la búsqueda del amor. Al amor hay que trabajarlo junto con Dios y sin malas intenciones pero con sanas atenciones que prodiguen bienestar a la persona amada y con acciones que favorezcan la sana convivencia. Juntos, de la mano de Dios, es difícil que alguien los separe. Así debe 275

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fabricarse un romance, con el Señor a nuestro lado para que la relación perdure. No hay lazo más firme ni más seguro que Dios en nuestras vidas.

Don Ángel Beltramin, un pastor espiritual de niños y jóvenes, un hombre con cara de niño sonriente pero disciplinado en su misión sacerdotal, mensajero de Dios y Cristo, confirmado a través de la dedicación al trabajo. Su presentación personal de sacerdote siempre fue impecable, con el alzacuello más limpio.

Director y maestro, siempre acompañado de autoridad e imposición de límites, fue un mentor apegado a la disciplina, la enseñanza didáctica, un promotor de teatro, cine, poesía, danza, pintura y de todas las bellas artes. Fue un compañero de la caminata y viaje en bicicleta, amigo de ricos y pobres, de aristócratas y depauperados, de sabios y torpes. Su figura delgada y engalanada humildemente con su pantalón y saco negro que, si no eran nuevos, con las lavadas y las planchadas daban buena apariencia. El alzacuello más blanco, los zapatos negros limpios y su boina de color negro le daban un aspecto peculiar al maestro, amigo de niños y jóvenes. Al director no le temblaba la mano para corregir a los jóvenes rebeldes y desafiantes. Su técnica era infalible, jalando las patillas o un coscorrón que doblegaba a los rebeldes sin causa.

Un sacerdote hecho con estos valores es un pastor al que se sigue fielmente. No se le traiciona ni a él ni a Dios, porque es un mensajero de la palabra y la acción divina. Esa es la misión de la religión, enseñar a través del ejemplo. Las neuronas espejo escuchan, nunca codifican. Decía don Ángel, los consejos entran por esas orejotas, pero así como entran salen. No se quedan impresas en el entendimiento. En cambio, aprendemos de las conductas saludables, niños y jóvenes. Paty y Vel tuvieron la fortuna de tener como consejero a don Ángel, pastor de Turín, discípulo de San Juan Bosco, Santo Domingo Savio, hijo de María Auxiliadora.

Una relación de pareja debe ser consolidada a través de la je276

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rarquización en la sociedad. ¿Qué deseas que sea la vida de tu hijo? Una gran mayoría piensa que el nivel más alto en la escala social corresponde a las personas ricas, las que poseen el dinero, las que manejan los mercados bursátiles, las que manipulan los gobiernos, las que poseen castillos, mansiones, fortalezas, playas privadas, barcos, yates y aviones. Muchos desean que así sean sus hijos. Esos son conceptos erróneos, cada uno de nosotros nace en contextos diferentes, con un equipo genético, un medio ambiente diverso y una cultura que incluye distintas tradiciones y costumbres. Cada hijo al nacer tiene posibilidades y probabilidades que van de acuerdo al medio donde se desarrolle. Puede nacer en un puerto, estudiar una carrera naval, formarse una carrera de humilde pescador o buceador, o vender alimentos marinos en un puesto ambulante en las orillas de la playa. La ley de las probabilidades es infinita. Cada individuo se forjará de acuerdo a su medio ambiente y a la toma de decisiones personales.

Cada persona trae un equipo especial neuronal diseñado para entrenarlo en aprendizaje, habilidades, destrezas, creatividad e imaginación. Si el estado de salud es óptimo, las oportunidades para llevar a cabo un entrenamiento apasionado en su actividad preferida le pueden dar la excelencia. Todo dependerá de la medida de su compromiso y su responsabilidad.

Yo no puedo opinar quien ha sido el mejor personaje de la humanidad. Si Jesús, Noé, Isaías, Elías, Aristóteles, Platón, Pitágoras, Julio César, Alejandro Magno, John Lennon, Emiliano Zapata, María Magdalena, Liz Taylor, Madona, Sor Juana, Pearl S. Buck, Virginia Wolf o Ángeles Mastreta. Cada quien su vida, sus proteínas, sus segmentos de ADN. No sé qué percepción tuvieron de bienestar o de conformidad con su vida. Lo que pienso es que Jesús de Nazaret ha sido el hijo de Dios, maestro de la vida de trabajo, guía espiritual para los momentos de crisis, sanador de almas, promotor de una vida pacífica y de conviven277

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cia social saludable. Es lo que todos los seres humanos deseamos en este tiempo. Desgraciadamente, las diferencias en la manera de pensar y sentir hacia los demás han convertido este planeta en un caos de convivencia humana.

Vel y Paty permanecieron juntos y actualmente están jubilados y jubilosos. La familia extensa continúa unida y siempre han vivido en Puebla. Nacieron en el mismo contexto de la historia, utilizaron su equipo neuronal para trascender en la sociedad a través de acciones sociales que favorecieron y devolvieron la salud a muchas personas de su comunidad. Fueron actividades silenciosas, como la de muchos personajes que quedan en el anonimato, pero que en su momento desarrollaron actividades divinas que seguramente Dios premiará.

La familia se extiende y cada quien va desempeñado su rol conforme le va tocando. Desaparecen unos personajes, surgen otros, pero lo importante es que la familia se mantenga unida para que siga siendo la red de apoyo para todos los miembros que juntos buscan la sonrisa de Dios.

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LOS PENSAMIENTOS QUE SE PROCESAN PUEDEN SER LÓGICOS, AUNQUE, CADA QUIEN PERCIBE LO QUE LE CONVIENE, LA ACTUACIÓN DEPENDE DEL ARGUMENTO ELEGIDO.

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LA LEALTAD DE VEL SAN JUAN BOSCO

Dr. Francisco Javier García y Paredes

LA HISTORIA DE VEL, REPRESENTADA POR UN JOVEN NACIDO EN LA CIUDAD DE PUEBLA, EN LA PERIFERIA DEL ORATORIO FESTIVO SALESIANO DE SAN JUAN BOSCO. EN EL BARRIO DE LA VIRGEN DEL CARMEN. EN EL CONTEXTO HISTÓRICO DE 1955 A 1979.

DESDE LA ALBORADA DE SU NACIMIENTO, SIENTE LA PRESENCIA DE DIOS A TRAVÉS DE LOS CANTOS SALESIANOS QUE SE ESCUCHAN HASTA SU CASA. DURANTE LA EDAD ESCOLAR, INGRESA A LA INSTITUCIÓN SALESIANA COMO ALUMNO DE LA ESCUELA TAMARIZ OROPEZA, EN DONDE A TRAVÉS DEL DEPORTE Y LA ORACIÓN SE FORJA ORATORIANO. AL LLEGAR AL BACHILLERATO SE ENAMORA DE PATY, AMIGA DE LA INFANCIA, ORATORIANA, DEPORTISTA Y ESTUDIANTE DE ENFERMERÍA. DURANTE EL NOVIAZGO, SE MARCA EL PROCESO AMOROSO EN ESTOS TIEMPOS, EROTISMO, IDENTIFICACIÓN, COMUNICACIÓN, VÍNCULO Y SEXUALIDAD. EN EL CAMINO DEL AMOR Y LA SEXUALIDAD, LOS DIFERENTES ACONTECIMIENTOS EMO280

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CIONALES QUE SE PRESENTAN PRETENDEN SEPARAR A LA PAREJA. LA LEALTAD DE VEL, QUE SE HACE PRESENTE POR EL RESPETO Y LA FIDELIDAD A SU PAREJA, ES UNA VIRTUD QUE SE ACOMPAÑA DE FE, AUN EN LOS MOMENTOS DE CRISIS. LA INTERVENCIÓN DEL CONSEJERO ESPIRITUAL, DON ÁNGEL, SACERDOTE DE TURÍN, ITALIA, Y DIRECTOR DEL ORATORIO ES FUNDAMENTAL, DIRIGIENDO LA VIDA DE AMBOS PERSONAJES Y ENSEÑ ÁNDOLES EN EL CAMINO AUTOCRÍTICA, QUE INFLUYE EN LA TOMA DE DECISIONES RAZONABLES Y QUE DETERMINARÁN SU VIDA ESTUDIANTIL, PROFESIONAL Y FAMILIAR. ES UNA HISTORIA ROMÁNTICA DE LOS AÑOS SETENTA Y SE ELABORA CON BASE EN VIRTUDES RELIGIOSAS QUE SE ADQUIEREN EN LOS ORATORIOS, LLEVANDO LA ORACIÓN AL TERRENO DEPORTIVO, ARTÍSTICO, SOCIAL, CULTURAL Y AMOROSO.

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CONTRAPORTADA

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