D O N G I O VA N N I 2013 - 2014
TEMPORADA ÓPERA DE OVIEDO 2013-2014
En el siguiente recitativo Leporello comienza reconociendo que su amo parece poseer un “anima di bronzo”, pero en el encuentro con Elvira sustituye con interés a su señor que consigue asustar a la pareja para hacerlos huir. De nuevo en el siguiente solo escuchamos una serenata de Don Giovanni, la canzonetta estrófica “Deh vieni alla finestra” [nº 16, 6ª ALERTA], que el seductor interpreta acompañado por la mandolina, instrumento característico del mundo popular italiano. Una vez más, Don Giovanni condesciende para tratar con una mujer de rango inferior, empleando de nuevo el compás de 6/8, ahora con espíritu de siciliana.
En el siguiente recitativo Leporello comienza reconociendo que su amo parece poseer un “anima di bronzo”, pero en el encuentro con Elvira sustituye con interés a su señor que consigue asustar a la pareja para hacerlos huir Igual que él interrumpió el idilio de Elvira y Leporello, será ahora Masetto, acompañado de una partida de campesinos, el que venga a molestar a Don Giovanni en su cortejo, pero éste, aprovechando el disfraz, se hará pasar por Leporello, y fingiendo querer colaborar con ellos, separará a los hombres en su siguiente aria, [nº 17, “Metà di voi qua vadano”], un aria buffa de acción que consigue confundir a todos para acabar pegando una terrible paliza al ingenuo Masetto.
Don Giovanni condesciende para tratar con una mujer de rango inferior, empleando de nuevo el compás de 6/8, ahora con espíritu de siciliana
Los gritos doloridos de Masetto alertan a Zerlina que llega a escena interpretando su segunda aria [nº 18, “Vedrai carino”, 7ª ALERTA], verdadera y única reconciliación de la obra y fin de una de las
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líneas argumentales. Da Ponte recurre a un texto insinuante y expresivo, en el que Zerlina ofrece como único remedio la naturaleza, recurriendo al latido de su corazón amante. La tonalidad bucólica [Do Mayor], y el ritmo ternario de carácter pastoril, manifiestan el carácter amoroso y conciliador del solo. Tras un breve recitativo, se inicia otro de los grandes concertantes de la obra, el sexteto central del acto II [nº grandes concertantes 19, “Sola, sola in buio loco”, 8ª ALERTA], que posee tal de la obra, el sexteto envergadura dramática que llevó a pensar a algunos central del acto II, que estudiosos que Da Ponte había considerado la posibiposee tal envergadura lidad de escribir un drama en tres actos, empleando dramática que llevó este sexteto a modo de Finale II. El concertante coa pensar a algunos mienza con un dúo entre Elvira y Leporello –al que ella estudiosos que Da Ponte cree Don Giovanni–, que busca una puerta para escahabía considerado la par de la embarazosa situación a la que se ve sometido posibilidad de escribir por imposición de su amo. Llegan “vestidos de luto” y un drama en tres actos, acompañados de antorchas Anna y Ottavio, que expoempleando este sexteto nen un breve dúo ahora en la tonalidad de la obra [Re a modo de Finale II Mayor], que está impregnado del color de la muerte, con un tránsito al menor y el empleo del acorde de sexta napolitana que empleará Mozart en la segunda aria de la Reina de la noche de Die Zauberflöte (1791) y el “Dies irae” del Requiem (1791). Cuando Leporello cree haber encontrado la puerta para huir, se da de bruces con Zerlina y Masetto, estallando nuevamente el conflicto. Todos, creyéndole Don Giovanni, le acusan de traición, mientras Elvira enamorada pide clemencia. El cuarteto integrado por Anna, Ottavio, Zerlina y Masetto se niegan a perdonar estallando en un “¡No!” que recuerda las negativas respuestas del coro de furias al héroe en su bajada al mundo de los muertos en el Orfeo ed Euridice (1762) de Gluck. La anagnórisis aristotélica de Leporello hace estallar la stretta final del sexteto [“Mille torbidi pensieri–”], en el tono principal del concertante, que opone al siervo frente al quinteto de personajes agraviados. Tras un breve recitativo, se inicia otro de los
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Leporello trata de exculparse en su siguiente aria [nº 20, “Ah pietà, signori miei”], que presenta un claro carácter buffo por su rápido estilo declamatorio, la repetición de motivos breves en la orquesta, las secuencias o el empleo de palabras agudas en el final de frase. Aprovechando la confusión, consigue huir, pero Don Ottavio por primera vez en la obra decide actuar, reclamando la acción de la justicia y mientras, solicita a los demás que cuiden de su amada Anna en el aria siguiente [nº 21, “Il mio tesoro intanto”]. Se trata del aria que Mozart había escrito para el estreno de la obra, y que posteriormente sustituyó por el nº 10a, y al igual que aquélla, es un exigente solo que demanda un control perfecto del paso de la voz, del fiato y de las agilidades, ya que también está escrita en una incómoda tesitura intermedia.
Aprovechando la confusión, Leporello consigue huir, pero Don Ottavio por primera vez en la obra decide actuar, reclamando la acción de la justicia y mientras, solicita a los demás que cuiden de su amada Mozart escribió para el estreno vienés de la obra, un duetto buffo entre Leporello y Zerlina [nº 21a “Per queste tue manine”] que se suele eliminar en las producciones coetáneas. Sí se incluye la scena ed aria siguiente de Elvira [nº 21b], también un añadido para dicho estreno vienés, y que presenta un recitativo stromentato [“In quali eccessi, o numi…] como los que ha interpretado ya Donna Anna, y un aria di bravura [“Mi tradì quell´ alma ingrata…”], que contribuye a perfilar el contorno dramático del personaje. Don Giovanni encuentra a Leporello tras sus aventuras nocturnas, y ambos se adentran en el cementerio donde encuentran la estatua funeraria del Commendatore, que interviene en su conversación