La otra butaca 19 para blog

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LA OTRA

BUTACA

AÑO 8 - N° 19 | JUNIO DE 2018 - ENTRE RÍOS REVISTA DE ARTES ESCÉNICAS SEMESTRAL Y DE DISTRIBUCIÓN GRATUITA

o i n o m i r t a P a i r o t His d a d e i c o S

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LA OTRA

BUTACA

Editorial Equipo DIRECTOR Guillermo Meresman EDITORA Mónica Borgogno redactores Nora Llados Tochi Eymann Raúl Dayub Romina Arapeiz Colaboradores Juan Comotti Raúl Quico Saggini Laura Mogliani Jorge Dubatti Marianela Komar Roberto Romani Gabriela Trevisani FOTOGRAFÍAS Julián Villarraza (Selectivo Provincial) Diseño GRÁFICO Alfredo Alarcón

Contacto guillermomeresman@hotmail.com monicaborgogno2012@gmail.com

En la web labutacaotra.blogspot.com

LA OTRA BUTACA y La Otra Butaca

Esta edición de nuestra revista homenajea a Jorge Díaz, el gran dramaturgo nacido en Argentina pero de niño radicado en Chile -luego en España y de nuevo de vuelta a su tierra chilena-, se suma así en Perfiles. Biografías del teatro latinoamericano, a su compatriota Andrés Pérez y a quienes podría acompañar también su colega Egon Wolff, también del vecino país trasandino. Este autor de gran producción es hoy estudiado por un sinnúmero de investigadores de distintos rincones del mundo y jóvenes creadores empezaron a poner los ojos en sus textos y montarlos con renovada impronta y demostrando la importancia de su vigencia y legado.

En tanto la sección Ilustrando la tapa de esta vez, está dedicada al pasado teatral provincial, y a algunos de sus documentos pertenecientes al Archivo Jacobo de Diego del Instituto Nacional de Estudios de Teatro (INET). En efecto, fuentes poco conocidas del siglo XIX y un regreso a los orígenes remotos del pasado escénico de Entre Ríos, son materiales inspiradores que en esta oportunidad compartimos con nuestros buenos lectores, y en general con la comunidad escénica nacional.

A propósito de investigaciones, estudios y referencias académicas, consultamos a la Dra. Laura Mogliani como una de las integrantes del INET, sobre el significado de este patrimonio y su valor para la cultura argentina.

Entre las notas de mayor extensión de este número 19, figura la cobertura de lo ocurrido en la Fiesta Nacional de Teatro, que tuvo lugar en mayo en la populosa ciudad de Rosario. El encuentro más importante del calendario del Instituto Nacional del Teatro, recayó este año en la región Centro- Litoral, por eso dedicamos varias páginas a lo que consideramos más destacado de este amoroso encuentro en la Chicago argentina, tal como se bautizó a Rosario en los años 30.

Fueron siete días en la Cuna de la bandera, que nos dieron la posibilidad de acompañar nuevamente a algunos de los más interesantes creadores contemporáneos, y a multitud de espectadores.

A ello sumamos las páginas dedicadas al Selectivo provincial que supo reunir a casi una veintena de propuestas. Aquí acercamos nuestra modesta mirada acerca de las obras distinguidas y que circularán por los encuentros regionales y una de ellas, Guía semanal de ideas (Gualeguay) que se ganó un lugar para participar en la gran vidriera nacional.

También reincidimos con nuestras tradicionales secciones Los qué, en el que invitamos al teatrista mendocino Juan Comotti, Publicaciones Recibidas recientemente y Actualidad, en la que difundimos algunas noticias, experiencias y lecturas de este primer semestre.

Y por si fuera poco, una entrerriana acerca su crónica del encuentro de directoras que se hizo hace unos días en la capital cordobesa.

Buena lectura, pues!

LA OTRA BUTACA no se responsabiliza de la opinión de las firmas.

Registro de la Propiedad Intelectual en trámite.

El contenido de La Otra Butaca puede ser reproducido en tanto se mencione su fuente.

La revista LA OTRA BUTACA cuenta con el apoyo del Instituto Nacional del Teatro

Patrimonio cultural y comunidad en diálogo Ilustrando la tapa

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as fachadas sepias de viejos teatros locales o la facha de algunos intérpretes o autores entrerrianos; las voces perdidas de nuestros artistas y las páginas amarillentas que nos informan de actividades, espacios y creadores remotos, siempre están en nuestra mira y fueron casi el corazón de esta revista.

Como bien se enunciaba –y acordamos- en el marco de la convocatoria de Investiga Cultura (Ministerio de Cultura de la Nación) el año pasado, “el patrimonio cultural constituye actualmente, tanto en su dimensión material como inmaterial, un campo de estudio sumamente vasto, con múltiples facetas que pueden ser abordadas desde una amplia variedad de aproximaciones y disciplinas. Los desafíos y nuevas necesidades que surgen a la luz de la transformación de los paradigmas sociales y culturales, conforman un nuevo escenario que se expresa en la gestión actual de los Museos y las instituciones culturales.

En este sentido, adquiere especial relevancia la generación y promoción de contenidos, reflexiones y conocimientos que contribuyan a establecer un diálogo fructífero con la comunidad de la que forman parte”.

Siguiendo estas ideas, esta tapa –y alguna página más- está ilustrada por algunos materiales gráficos del Fondo Jacobo de Diego del Instituto Nacional de Estudios de Teatro (INET) y está inspirada en muchos compartidos contenidos en estos ocho años.

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1 Historia, teatro y comunidad, no son sólo palabras para los que hacemos esta revista; significan áreas o saberes que han tenido privilegiado lugar en nuestras páginas; que han sido la carnadura de los diálogos que hemos mantenido con el medio y con las realizaciones de nuestros contemporáneos.

Por todo esto, nos alegra disponer de su difusión, nos parece útil reparar nuevamente en antecedentes, referentes y referencias del rico pasado cultural regional.

En cualquier caso, el pasado comenzó ayer –u hoy-, y es interesante proyectarse, como venimos haciéndolo, en la imaginación, en esce-

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nas no ocurridas aún, en situaciones que acaso nos excedan o nos contengan.

Pretérito, presente y futuro de las artes escénicas nacionales, que cobijan pasiones, ilusiones y esfuerzos –en tanto que Teatro- colectivos.

Una revista, una butaca otra, que tal vez esté siendo producida desde “otro” lugar: la utopía de una historia del teatro latinoamericano.

El sueño de una colectividad más integradora –e integrada-, de una diversidad que no acabe con las particularidades, de una complejidad que no subestime las emociones y las vidas de nuestros ocasionales semejantes.

Esta tapa, pues, estaría ilustrando algunas

de estas ideas, sentimientos y deseos, que compartimos con nuestros buenos lectores, desde hace ya tiempo y por este mismo canal.

En este número cedemos la palabra a Laura Mogliani para que en las siguientes páginas, nos cuente detalles de los aportes del investigador Jacobo de Diego y los materiales legados al Archivo del INET.

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El legado de Jacobo de Diego, un investigador pionero Laura Mogliani

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l investigador, periodista y crítico Jacobo de Diego (1908-1993) donó en 1991 su archivo personal al Instituto Nacional de Estudios de Teatro (INET), y con este material se conformó el denominado “Fondo Jacobo de Diego”, que forma parte del Archivo Documental Histórico del INET. Este archivo fue conformado desde 1928, y se refiere fundamentalmente a la historia del teatro argentino y latinoamericano desde sus orígenes y hasta finales del siglo XX. También incluye materiales sobre tango y cultura popular porteña, temas a los que Jacobo de Diego se dedicó especialmente, así como sobre cine, ya que fue crítico tanto teatral como cinematográfico entre 1928 y 1963, en medios como los diarios Noticias Gráficas y Última Hora, y en la revista Mundo Radial. Colaboró con diversas publicaciones, como el Boletín de Estudios Teatrales, del INET, Todo es historia, Letras, Mundo Argentino, en las que publicó artículos sobre temas históricos y teatrales. Dictó conferencias en diversas instituciones y también dio charlas en radio y televisión.

Dentro del Fondo Jacobo de Diego se destaca la presencia de material sobre la historia del teatro entrerriano. Esto se debe a que de Diego se dedicó especialmente a investigar este tema, ya que hacia 1964 obtuvo una beca del Fondo Nacional de las Artes para investigar la actividad teatral en el litoral argentino. Gracias a ese beneficio, se trasladó hasta Entre Ríos para realizar esa investigación, durante la cual relevó en diversas publicaciones periódicas del siglo XIX la actividad teatral de las ciudades de Paraná, Gualeguay, Concordia, Gualeguaychú, Concepción del Uruguay, Nogoyá, Victoria, Rosario de Tala, Colón, Villaguay, La Paz, Salto y Paysandú. Además, entre otras fuentes, consultó la donación Urquiza del Archivo General de la Nación y mantuvo correspondencia con la historiadora Beatriz Bosch.

Los primeros Como resultado de esta beca de investigación, en noviembre de 1965 dictó la conferencia “El Teatro en Entre Ríos antes del Pronunciamiento” en las ciudades de Paraná, Concordia y Gualeguaychú, en representación de la Subsecretaría de Cultura de la Nación. En esta conferencia, de Diego se dedicó a dilucidar la fecha y lugar de inauguración del primer edificio teatral en la provincia de Entre Ríos y llegó a la conclusión de que la actividad teatral en salas públicas y cerradas en Entre Ríos comenzó en Gualeguaychú en 1849 (subrayando que fueron las primeras representaciones teatrales en local cerrado y público, sin contar las actividades teatrales realizadas en un teatro precario en Paraná en 1836, al que los propios espectadores llevaban sus asientos). Relevando en el Museo Mitre el diario El Progreso de Entre Ríos, primer periódico publicado en Gualeguaychú entre 1849 y 1851 por

Fotos En Tapa: Interior del primer teatro de Gualeguay; frente del Teatro 3 de Febrero; programa teatral en el 3 de Febrero (1854); retrato de juventud de Camila Quiroga; teatro 1 de Mayo de Concepción del Uruguay; Teatro de Nogoyá; frente del primer teatro de Gualeguay;

retrato de Francisco Felipe Fernández, primer dramaturgo entrerriano, y un conocido; interior del teatro 3 de Febrero.

1. Fachada del 3 de Febrero hacia 1910.

2. Fachada del primer teatro de

Isidoro De María, concluyó que en 1849 ya existía un lugar donde se realizaban representaciones teatrales en un lugar público y habilitado, anterior a la creación del “Teatro 3 de Febrero” en Paraná en 1852. Esas representaciones teatrales, realizadas en su mayoría por una compañía de aficionados, se realizaron primero en un local, y luego en octubre de ese año se mudaron al local donde funcionaba el Café 25 de Mayo, que comenzó a llamarse Teatro Republicano. Jacobo de Diego también llegó a la conclusión de que la primera crítica teatral escrita en Entre Ríos fue la publicada el 5 de noviembre de 1849 en el citado El Progreso de Entre Ríos, sobre la obra estrenada por la compañía de aficionados en el denominado Nuevo Teatro. A esta compañía de aficionados en 1850 se sumaron luego los actores profesionales Clorinda Cazzola y luego Joaquín Argüelles.

Principales conclusiones De Diego publicó los resultados de esta investigación con el título “Orígenes teatrales en Entre Ríos” en la Revista de Historia de Entrerriana. Además, elaboró un extenso fichero alfabético sobre los primeros teatros entrerrianos; otro sobre actores, autores y obras del teatro entrerriano, así como varios listados alfabéticos de dramaturgos y textos dramáticos de Entre Ríos, desde 1849 y hasta mediados S.XX, y un listado de Diarios Entrerrianos de las ciudades de Paraná, Concepción del Uruguay, Concordia, Gualeguaychú y Gualeguay, indicando fecha de inicio y cierre entre 1849-1931. Las imágenes que ilustran esta revista sobre las primeras salas teatrales de Entre Ríos son las que Jacobo de Diego ha recopilado durante su investigación y que ahora obran en el Fondo.

En 1968 regresó a la provincia con el auspicio y la ayuda económica de la Dirección de Cultura de Entre Ríos, con el fin de dar término a sus trabajos sobre el teatro entrerriano y para dictar distintas conferencias en Paraná y en Nogoyá.

La conferencia Entre Ríos en la Dramática Argentina fue publicada en 1970 en los Cuadernos de Divulgación Cultural, editados por Dirección de Cultura de la Provincia de Entre Ríos. En este trabajo, de Diego resaltó el aporte de Entre Ríos a la dramaturgia nacional y realizó un relevamiento de los autores dramáticos entrerrianos, a los que agrupó en anónimos, primitivos, modernos y contemporáneos. Destacó como primer dramaturgo entrerriano a Francisco Felipe Fernández (1842-1922), quien inició la serie de los primitivos. Resaltó su importancia para las letras entrerrianas, entre otros hechos, porque suscribió junto con otros intelectuales el Manifiesto denominado “Al pueblo entrerriano”, en el que se proponía fundar en 1867 un Club Literario Entre-Riano”, una revista, una biblioteca y un museo, y cuya copia se encuentra en el Archivo Jacobo de Diego.

Sobre este dramaturgo publicó su biografía en 1987 titulada Francisco Felipe Fernández. Jordanismo y teatro.

Gualeguaychú.

a actores de su obra, en una escuela.

3. Página de revista dedicada a Camila Quiroga.

6. La actriz Margarita Xirgu, frecuente visitante de escenarios entrerrianos.

4. Retrato de Samuel Eichelbaum.

5. Francisco F. Fernández, junto

7. Camila Quiroga de gira en Tucumán, en 1923.

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En Córdoba

Una escena propia, encuentro de directoras provincianas Entre el 25 y 27 de mayo tuvo lugar este encuentro de directoras titulado “Una escena propia”. Unas casi 70 participantes de las provincias de Mendoza, Catamarca, Corrientes, Neuquén, La Rioja, Entre Ríos, Santa Fe, San Luis, San Juan, Salta, Tucumán, Provincia de Buenos Aires, Chubut y Córdoba, se reunieron a discutir y trabajar.

Gabriela Trevisani

A

hí estuvimos participando y vivenciando la propuesta bien desde adentro. En una pausa de esas intensas jornadas, aprovechamos para hacer algunas preguntas, compartirlas por aquí y así expandir la experiencia de cara a noviembre, cuando ocurra el nacional de mujeres directoras de provincias, también en Córdoba.

Consultamos a tres de las organizadoras, Jazmín Sequeira, Daniela Martin y Eugenia Hadandoniou, para que nos cuenten en principio, cómo surge esta idea de reflexionar sobre la dirección teatral desde un enfoque de género.

“En una charla de café Daniela Martin trae la inquietud de hacer algo así a partir de haberse reunido con otras directoras en San Juan. Entonces empezamos a imaginar la posibilidad de hacer un encuentro para pensarnos específicamente desde la dirección teatral, siendo mujeres, y un poco más tarde, también apareció la preocupación, por ser directoras que dirigen en las provincias. Son dos lugares que necesitamos repensar para empoderarnos un poco más. Hicimos un primer encuentro en febrero, con directoras con las que teníamos más vínculo, por una cuestión de cercanía, de estar más comunicadas en la práctica cotidiana. Fuimos 12.

Reflexionamos sobre preguntas centrales, como si hay una dirección que es característica de las mujeres y hay otro tipo de dirección que es propia del varón, y en qué vemos esas diferencias, qué tiene que ver con esto de la cultura patriarcal y cómo se puede decir que esa cultura se mete en nuestras maneras de ejercer la práctica escénica y el rol de dirección. Y en ese primer encuentro surgieron las líneas y las dinámicas de trabajo para éste que reunió finalmente a 65 directoras de todo el país”, fue la primera respuesta.

Poner el cuerpo Consultadas sobre las características de éste y del próximo encuentro que será más amplio aún y se producirá hacia noviembre, las organizadoras señalaron que “verse dirigir” es una de las modalidades más novedosas adoptadas. Es cierto que se discute, se expone, hay ensayos abiertos y me-

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Mapa

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omo hay “un desconocimiento importante sobre cierto mapa de dirección femenina en el país, el espíritu del encuentro es justamente seguir sumando directoras, y que se siga ampliando la convocatoria.”, remarcaron las mujeres. Por todo ello, ahora la misión es multiplicar.

Aquellas directoras de Entre Ríos interesadas en contar con más información, pueden comunicarse a través del siguiente mail: escenapropiaentrerios@gmail.com

sas de debate, como en cualquier evento, pero en la última jornada, entre todas, definieron los ejes de discusión para noviembre, los tipos de dinámicas, el tipo de financiamiento.

En uno de los días, precisamente, las actividades, se centraron más en poner el cuerpo en relación con la dirección de escena, con algunas ocupando el rol de actrices, para luego hacer una observación sobre eso. De lo que se trataba era de “indagar sobre qué operaciones, qué modos, cómo habilitamos la experimentación en escena. La dirección puesta ahí en juego, como una escena disparadora de algo nuevo”, comentaron.

Pero no sólo se actuó y dirigió, también hubo un tiempo para la reflexión personal. “La idea era hacer una pequeña reflexión, también en relación al libro Un cuarto propio de Virginia Woolf, para que haya un escrito más personal sobre todas es-

tas experiencias que estamos teniendo en conjunto, vinculadas. Nos pareció importante a la hora de diseñar estas actividades que en su momento fueron colectivas, que también haya un momento personal, un cuarto propio, como dice la autora, de bajar a papel algunas de las ideas que estamos atravesando en estos días. Sentarse y escribir rápidamente algún tipo de textualidad. Cuando terminó el retiro de febrero también nos dimos esa tarea y surgieron textos súper potentes porque uno de los tantos objetivos es producir pensamiento, hacerlo circular, hacer notas, un libro, generar algo que quede en papel para llevar por otros contextos ese pensamiento que está surgiendo acá”, añadieron las directoras.

Federal Por qué esta impronta de “provincianas”, les preguntamos. “Así como hay un relato hegemónico vinculado a lo masculino, signando el rol de la dirección y los procesos creativos, también creemos que hay una hegemonía centralizada que está concentrando poder desde la Capital Federal. También hay una concentración y apropiación de la idea de lo argentino. Básicamente invisibilizar a las provincias es una operación política hegemónica. También “el interior” es un nombre genérico para una diversidad, entonces el espíritu del encuentro es el de tomar la diversidad, la heterogeneidad, de un país sumamente extenso, rico y diverso y empoderarse desde la singularidad, correr la centralidad de los dominios hegemónicos para empezar a ubicarnos en esa otra heterogeneidad”.

Crónica

Lo mejor del Selectivo

Provincial de Teatro 1

N

o decimos “lo mejor”, solamente por la calidad y méritos de las obras elegidas para participar de las instancias nacional y regional de teatro, sino porque en estas jornadas hay otras tantas riquezas.

Aquí se intercambian pareceres, metodologías de trabajo, propuestas estéticas; se comparten problemas de todo tipo, se aprovecha para escuchar a los que vienen a capacitar o charlar sobre iluminación, teatro de objetos o dramaturgia. Hacer circular la palabra acerca de lo que se ve en cada obra de teatro, saber reconocer los méritos de otros –algunos saben hacerlo, otros no y conocido el veredicto se preguntan por qué no ganaron-, el encontrarse en las salas de espera o en el recorrido de una sala a otra con los que hacen teatro (los que escriben, actúan, dirigen, iluminan, sonorizan, espectan…) es vital para enriquecer el quehacer teatral. Eso, creemos, es lo mejor.

En esta oportunidad, el Selectivo provincial, organizado por el Instituto Nacional de Teatro y Turismo y Cultura de Entre Ríos,

contó con una abultada grilla compuesta de un total de 19 elencos oriundos de Colón, Gualeguay, Gualeguaychú y Paraná, más una obra invitada Transforma bestias del grupo La Gorda Azul, de Santa Fe (Premio a la Trayectoria Regional 2017).

Las salas Arandú (Racedo 289), Metamorfosis/Callejón de los sueños (Alameda de la Federación 453) así como La Vieja Usina, el auditorio de la Facultad de Ciencias de la Educación (UNER) y el auditorio de la Escuela de Música, Danza y Teatro Prof. Constancio Carminio (Uader), albergaron a los distintos espectáculos y en casi todos los casos, se vieron colmadas de público.

Distinguidos Esta vez, el jurado encargado de mirar en detalle cada uno de los trabajos y elegir a uno que representaría a la provincia en la Fiesta Nacional de Teatro que se hizo en Rosario y otros tres más que girarán por los venideros Regionales, estuvo integrado por Amelia Uzín,

Juan Gibert y Haidee Isabel de León.

Ellos resolvieron que Guía semanal de ideas del grupo Kesto Kelotro de Gualeguay, texto y dirección de Gastón Díaz y actuación de Candela González Tonon, fuera la pieza que ameritaba participar de la XXXIII Fiesta Nacional y en orden de méritos le siguió: Diario de olvidos del grupo Teatro del Bardo de Paraná, con dirección de Valeria Folini y actuación de Laura Flores; Trópico del plata, de Rubén Sabadini, del grupo Salida de Emergencia, proveniente de Gualeguay, también dirigida por Gastón Díaz con la actriz Tamara Honigman, y Linge! de Compañía Teastral de Paraná, obra protagonizada por Ezequiel Caridad con dirección de Jorge Costa.

De este modo, las cuatro obras conquistaron el pase al Encuentro Regional del Teatro de la región Centro Litoral edición 2018. Además, el jurado decidió otorgar mención a mejor actor para Tovio Velozo, por El corazón del

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1 actor otra pieza de Teatro del Bardo de Paraná.

Las contundentes actuaciones logradas en los cuatro unipersonales seleccionados, además de la vigencia y contemporaneidad de las historias contadas y el modo original y bello de presentar en escena cada una de estas obras, suponemos, habrán estado entre los argumentos y criterios de elección del jurado.

Lecturas/ miradas Guía semanal de ideas llegó al Selectivo Provincial desde Gualeguay. La obra pudo verse en la sala Metamorfosis-Callejón de los sueños, ante una expectante platea.

El trabajo concentra una serie de méritos: por un lado el de una dramaturgia potente y poética; por otro, el de una actriz que desan-

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da un sinnúmero de recursos y matices hasta explotarlos, y agregamos, el del planteo escenográfico y lumínico que se observa como síntesis y metáfora. El espacio es el de un lugar de espera y reflexión, desangelado, dudoso, misterioso, más que sugestivo.

La actriz Candela González Tonón encarna a una profesora de literatura, angustiada y cándida a la vez, un personaje querible, por humano, porque uno puede identificarse fácilmente en esas contradicciones, idas y vueltas, deseos, de esa mujer que piensa en el amor, el estar enamorado y el desamor.

En ese lugar que resulta una suerte de mezcla entre un baño público –con inscripciones de todos los que por allí pasaron-, el pasillo de espera de un subte o museo, con un banquito para observar la obra de arte o aguantar y esperar, transcurre la historia de esta mujer.

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Pero además, la actriz se sale de ese ámbito pregnante, mínimo e íntimo para soltarse, para irse de una buena vez, para tomar una decisión respecto a sí misma o a su pareja.

Contada de a fragmentos, como en distintas estaciones de idas y venidas, este personaje confiesa su mal día, intenta una reconciliación, mira a otros, planea una ruptura. En uno de esos detenimientos, el personaje escribe en la pared de ese lugar cargado de sentidos, el nombre “Idea Vilariño”, la poeta uruguaya que le escribió páginas y páginas al amor-desamor, poeta emblemática, experta podría decirse, en el tema que precisamente aborda Guía semanal de ideas.

Diario de olvidos es un espectáculo protagonizado por Laura Torres, bajo dirección de Valeria Folini. Sobresale la actuación de la actriz que juega con el público con mucha soltura, gracia y carisma, y trata de recordar

Actividades especiales

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una abultada agenda de obras de distintos puntos de la provincia, se sumaron instancias de formación abiertas al público y de entrada libre y gratuita.

Uno de ellos fue el seminario dictado por la licenciada en Artes del Teatro Magalí Acha sobre “Espacio-luz. Investigar desde la forma”.

Luego vino el espacio coordinado por la licenciada en Bellas Artes, Mónica Martínez, referido a “El teatro de objetos como lenguaje teatral”.

Por otra parte, el dramaturgo Luis Sáez, integrante de Argentores, dictó una charla sobre “El autor en su laberinto. La creación dramatúrgica en tiempos digitales”.

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de la mano de viejas diapositivas y fragmentos que arbitrariamente cristalizan en una u otra estampa. Esta mujer hace memoria de lugares, pasajes de su infancia, la relación con sus padres o tías, y así transita y comparte con el espectador, diversas emociones y situaciones.

Trópico del plata, cuenta la vida de una mujer enamorada –alienada sería más pertinente- del hombre equivocado. Si bien es una singular historia de amor, progresivamente va desnudando una historia ligada a la pobreza, la violencia, la mímesis con el que domina y los intentos por decir “no” o “basta” y no poder.

Este unipersonal protagonizado por Tamara Honigman, dirigido por Díaz, muestra en pequeños detalles y sutilezas, hasta dónde es difícil actuar para revertir una situación extrema y por demás compleja. Los espectadores vemos que la sandalia que porta Aimé, le queda grande, hasta que ella misma lo nota y empieza a redescubrirse. Ella se da cuenta que habla con palabras del otro dominante, que se vista, canta, baila y se peina como el otro quiere, pero todo tiene un límite. Apenas hay un colchón en escena, ella y su relato desdoblado, imagen del despojo de ese rancho en donde transcurre la obra y de los alcances y costados del poder.

“Contar la historia de Aimé y Guzmán es narrar cómo un cuerpo es atravesado por otra voz. Trópico del Plata es una historia que, aunque paradójicamente llamamos “de amor”, enmascara y disfraza ciertas violencias”, sintetiza Rubén Sabadini, autor de la obra.

Finalmente, Linge! resalta la historia de un linyera y su nomadismo. A la par que con procedimientos clownescos y una musiquita tan necesaria, se crea una atmósfera de ternura y hace posible la identificación con el personaje creado por Ezequiel Caridad, que no para de arrancar sonrisas.

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Fotos 1.Transforma bestias, de Santa Fe, fue la obra invitada al Selectivo Entrerriano.

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2. Ezequiel Caridad en Linge!

3. Tovio Velozo, nuevamente distinguido como actor, dirigido por Walter Arosteguy.

4. Charla de Luis Sáez en la Escuela de Música, Danza y Teatro.

5. Laura Torres en Diario de olvidos, espectáculo inspirado en un texto de Silvina Ocampo.

6. El unipersonal Trópico del plata, protagonizado por Tamara Honigman.

7. Candela González Tonón en Guía semanal de Ideas, de Gastón Díaz.

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Perfiles

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Biografías del teatro latinoamericano

Jorge Díaz Gutiérrez, un

(Rosario, Argentina, 20 de febrero de 1930 - Santiago de Chile, 13 d

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“

narquista insomne”, así caracteriza a este autor argentino-chileno, su biógrafo Eduardo Guerrero. Jorge Díaz, de padres españoles, nació en Argentina pero vivió en Chile desde los tres hasta los treinta y cinco años. A partir de 1965, residió en España; regresó a Chile en 1993 para recibir el Premio Nacional de Teatro y permaneció en este último país hasta su muerte. Fue autor de más de un centenar de obras de teatro para adultos y niños, muchas de ellas premiadas, aunque también escribió poesía y fue guionista de radio y televisión. De su obra dramática, los textos quizás más difundidos son El cepillo de dientes, El velero en la botella, El locutorio –que en 2017 dirigió Cristian Plana en una producción del Centro Cultural Gabriela Mistral de Santiago de Chile, para conmemorar los 10 años del fallecimiento de este prolífico dramaturgo- o Un jardín secreto – que se presentó en la última edición del reconocido festival Santiago a mil, que se hace cada enero en la capital chilena-, entre otros tantos.

Al repasar su vida, se observa su espíritu curioso y su costado comprometido, ácido y tierno a la vez. Basta leer un fragmento del discurso con el que agradeció el Premio de Literatura Mención Teatro que recibió en 1994, para acercarse a su escritura y su singular humor: “Si, aunque les parezca absolutamente increíble, la verdad es que tienen delante de ustedes a un dramaturgo, especie desaparecida hace décadas, algo así como un dinosaurio enano. Pueden tocarme, pellizcarme y tirarme maní. No muerdo, no huelo mal y ni siquiera me reproduzco en cautiverio (…) Para salvar a esta especie de mamíferos en vías de extinción hay que llevar al dramaturgo al escenario: ese es su hábitat.

Los que quieren continuar recluidos en sus escritorios y sus diccionarios, es mejor que se extingan.

La fauna no habrá perdido nada”.

Se sabe que cursó estudios de arquitectura en la Universidad Católica de Chile, incursionó como escenógrafo y se inició en el teatro hacia 1959, como autor, actor y director del grupo de teatro independiente chileno Ictus, con el que llegaría a estrenar el grueso de su obra dramática.

Distintos capítulos Para algunos críticos, su obra puede distribuirse en tres etapas: una primera inscrita en los parámetros del teatro del absurdo, una posterior más reflexiva y beligerante, como dramaturgo del exilio, y una tercera de consagración y reconocimiento.

En 1969, reunió actores de distintos focos culturales y creó el grupo Teatro del Nuevo Mundo. Tras un periodo dedicado a la producción de

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obras de análisis de la relación de pareja, entró en una fase de compromiso social. Escribió obras de denuncia provocadas por el golpe militar de 1973 en Chile y otras tragedias de la gestión política iberoamericana. De esa época son Mear contra el viento (1974) –escrita en colaboración con Francisco Uriz-, Toda esta larga noche (1976), que obtuviera el premio Arturo Morales (España, 1980) y La puñeta (1977).

En un campo alternativo y también durante su etapa española, Jorge Díaz formó parte de la compañía de teatro infantil Trabalenguas.​ En 1991, llevó a cabo un montaje colectivo sobre textos del poeta Pablo Neruda titulado Pablo Neruda viene volando. Al año siguiente, recibió con este texto el Premio Municipal de Teatro (Santiago, Chile) y al poco tiempo, se lo invitó a participar con esta obra en distintos festivales teatrales de Europa y en la Exposición Universal de Sevilla (1992).

Díaz también escribió para radio y televisión, radioteatros como La travesía (2004) y series para canales chilenos (La cosiaca, 1972) y españoles (El último verano, 1988).

Falleció, a causa de un cáncer de esófago, en

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A m E d d L h r b p 2 F M

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s t e h E

n incansable y comprometido autor

de marzo de 2007)

2007, a los 77 años de edad.

Un año antes de su muerte, en 2006, la Casa de América en Madrid le había dedicado un «antihomenaje» con la reposición de su obra número cien El Quijote no existe. Asimismo la Radio Nacional de España, supo rendirle tributo en vida, emitiendo dos de sus obras: la premiada El guante de hierro y La travesía. En este último texto Díaz recupera un hecho histórico promovido por el poeta Pablo Neruda, la peripecia del “Winnipeg”. Así se llamaba el barco de carga que zarpó del puerto francés de Trompeloup, el 4 de agosto de 1939, en el que viajaban 2.500 exiliados españoles que se habían refugiado en Francia, y que antes de que estalle la Segunda Guerra Mundial, podían resguardarse en Chile.

Evolución La evolución dramática de Díaz, según coinciden sus lectores y críticos, fue desde la vanguardia al teatro social, centrándose en la crítica de la burguesía y el tema de la soledad con un lenguaje irónico y un humor negro que aparecen especialmente patentes en El cepillo de dientes (1961), Mata a tu prójimo como

Premios

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ste autor recibió premios y reconocimientos por doquier. Entre otros, podemos destacar el Premio de la Crítica de Santiago (1961) por Réquiem para un girasol, Premio Tirso de Molina otorgado por el Instituto de Cultura Hispánica, Madrid, 1975), Premio Arturo Morales por Toda esta larga noche (Las Palmas de Gran Canaria, 1980), Premio de Teatro Breve en el VI Certamen Literario de Santurce (Bilbao, 1989) por Los jardines sumergidos, Premio Antonio Buero Vallejo (Guadalajara, 1992), Premio Municipal de Literatura (Santiago, 1999) por Pablo Neruda viene volando.

a ti mismo (1976) o Toda esta larga noche (1981).

En la página www.jorge-diaz.org, puede apreciarse el volumen de su producción dramática. Para ser exactos: 101 obras de teatro para adultos y 35 de teatro para niños, más un Manual de teatro escolar escrito en colaboración con Carlos Genovese. Por otra parte, puede leerse la cantidad de trabajos de investigación que hay sobre su obra, en universidades de Inglaterra, Estados Unidos, Canadá, España o Chile. En ese sitio web y en otros como en www.memoriachilena.cl hay un generoso apartado referido a entrevistas a este hombre de letras incansable y comprometido con su tiempo.

En una de esas, cansado de que lo presenten como un escritor prolífico, corrigió y dijo que él en realidad, era “un escritor desesperado”.

En tanto, Eduardo Thomas en el prólogo a La orgástula y otros actos inconfesables: Antología de teatro breve –digitalizado en books.google.com.ar-, se encarga de subrayar con un sinnúmero de ejemplos, que la concepción teatral de Díaz “atribuye al arte escénico una función importante como memoria histórica individual y colectiva”. Será cuestión de indagar estos textos…

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Ha pasado algo más de medio siglo de aquella afrenta de Gombrowicz en que semblanteaba a Rosario como “la más fea de las grandes ciudades de Argentina”. Hoy esta ciudad que desde hace bastante está entre las más hermosas y fascinantes del país, supo albergar a creadores de las artes escénicas de todas las geografías argentinas que se llegaron para mostrar lo suyo en la 33º Fiesta Nacional de Teatro.

Por la Fiesta Nacional

Teatro a la vera

del río Paraná 1

Guillermo Meresman

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rama, tragedia, comedia, farsa, danzateatro, títeres y murga fueron algunos de los géneros que ofreció la programación de la Fiesta Nacional del Teatro - Rosario 2018.

Una parte del teatro rosarino recibió a una parte del teatro nacional, tal como lo hizo veinte años antes, en 1998. Así pasaron aquellas manifestaciones más legitimadas por el Instituto Nacional del Teatro, y en algunos contados casos, por la crítica o el público.

Fue algo más de una semana lo destinado esta vez, al gran encuentro federal patrocinado por el Instituto Nacional del Teatro (INT) y cogestionado por el Ministerio de Innovación y Cultura de la Provincia de Santa Fe y el Gobierno de la ciudad anfitriona.

Tres integrantes del Consejo de Dirección del organismo nacional, luego Mónica Discépola en representación de la ministra Chiqui González, el secretario de Cultura y Educación de Rosario, Guillermo Ríos y la intendenta Mónica Fein, tomaron la palabra en el acto inaugural y dieron la bienvenida. Ásperas disputas, mezquindades varias y algunos enquistamientos en lugares de cierto poder que desde hace mucho se observan al interior del INT, es sabido, no ayudan a que un mero festival, se transforme en un gran festival.

El diablo está en los detalles, dicen. (Ver Recuadro) Al margen de ello, las funciones se dieron

siempre con gran participación de los colegas, ávidos de conocer los trabajos de las diversas provincias; hubo charlas, instancias de formación y un intenso muestrario de una parte del teatro local.

Uno de los detalles precisamente fue que

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nuestra revista, con ocho años de labor ininterrumpida cubriendo un amplio espectro del teatro que ocurre en la región Centro Litoral y más allá también, no estuvo invitada a la máxima reunión del teatro independiente. Recogemos el guante y traemos a nuestros fieles lectores, un

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apretado resumen de lo ocurrido en la Cuna de la bandera entre el 12 y el 19 de mayo pasado.

Porque lo que nos interesa es el teatro, el encuentro, la diversidad de miradas.

Lo destacado Entre unas de las obras más celebradas que trajo la trigésima tercera edición de la Fiesta estuvo Millones de segundos, escrita y dirigida por Diego Rubio. La dramática historia de un adolescente con síndrome de Asperger que desea cambiarse de género, conmovió a la platea que se dio cita en el veterano Teatro La Comedia. Este espectáculo, con un fuera de lo común desafío interpretativo a cargo de Raquel Ameri, acompañada por los buenos desempeños de Víctor Labra y María Rosa Frega, estuvo en boca de todos durante los primeros días del festival.

Actualmente en cartel en el teatro El Extranjero, la prolija puesta en escena golpea ideológicamente por la trama y la maestría de Rubio –un español radicado hace años en Buenos Aires- en conducir a buen puerto los detalles humanos de sus criaturas.

Esta edición de la Fiesta permitió también encontrarse con otras tantas atractivas obras como Los reídos proveniente de Monte Caseros (Corrientes), Yo, Encarnación Ezcurra, de Cristina Escofet (CABA), Clase, de Guillermo Calderon bajo dirección de Gonzalo Marull (Córdoba), Guía semanal de ideas, de Gastón Díaz (Entre Ríos) y Todo tendría sentido si no existiera la muerte, de Mariano Tenconi Blanco (CABA).

Luigi Serradori, integrante del grupo Raíces, de extenso recorrido en el Noreste, generó algunas polémicas con su gauchesca primitiva y paródica de Los reídos, donde abordó el asunto de “cómo se ven los correntinos” desde su incorrección política y divertida. Con logrados trabajos actorales de Sebastián Cardozo, Dario Lovatto, Carlos Sánchez y Guillermo Zambón, música en escena y mucho humor, Serradori defendió su propuesta ante lecturas misóginas, y recibió el respaldo de buena parte de la crítica reunida al día siguiente en acaso el único entrecruzamiento de miradas diversas suscitado en las Mesas de Devoluciones.

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La puesta de Andrés Bazzalo en tanto, cautivó con la silenciada historia de la mujer de Rosas, que encarna una muy buena actriz como Lorena Vega.

El drama histórico, de la mano de una virtuosa dirección y ejecución musical, invitó a transitar las primeras décadas del s. XIX y con ellas, la política masculina hegemónica y los tiempos de traiciones, antinomias, amores, intereses y restauraciones patrias. Al final y bajo una ovación, Vega saludó consecuente con el pañuelo

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verde por la despenalización del aborto. En el Teatro del Pueblo, aún puede disfrutarse esta conjunción de talentos.

Clase fue uno de los espectáculos (distintos) que más expectativa generó, y no defraudó en las dos funciones que transcurrieron en la Escuela Municipal de Artes Urbanas.

Con enternecedores momentos de Elisa Gagliano y Pablo Martella en duelo representacio-

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9 1 nal -la estudiante que no fue a la marcha y un atormentado profesor-, Marull se lució con la presentación de un gran texto, y maravilla con su fina sensibilidad para dirigir diferentes climas y aspectos de los artistas de la Docta.

El grupo Liebre de Marzo de Gualeguay también tuvo su paso exitoso por la FNT, en el Cultural de Abajo, con el monólogo Guía semanal de ideas, bien encarnado por Candela González Tonón en un atractivo dispositivo espacial. Fue un venturoso paso de la obra que bien representó a Entre Ríos, por la gran vidriera nacional.

Todo tendría sentido si no existiera la muerte, de Mariano Tenconi hizo lucir a Agustín Rittano, Maruja Bustamante, Lorena Vega, Andrea Nussembaum y Juana Rozas en una ambiciosa producción estrenada hace pocos meses en el Teatro San Martín de Buenos Aires, de casi tres horas de duración. Un deleite kitch y poético para los sentidos, de uno de los jóvenes teatristas argentinos más original, sensible y desfachatado de los últimos años. ¿Piensan lo mismo los gatos?

Si se tiran a ver bajar las aguas desde la barranca, y se quedan allí horas lamiéndose las patas, ¿piensan lo mismo los gatos rosarinos que de otras latitudes? “Los rosarinos (pese a que confluyen aquí personas de las más diversas procedencias) somos particulares.

Es el río, seguro, pero también el proyecto político tres veces fracasado de ser la Capital Federal en tiempos de Mitre y Sarmiento; por ahí de eso provenga una añoranza o melancolía indescifrable. Habría que preguntarle a Abonizio”, aseguraba uno de las acompañantes de los grupos visitantes. “Es como que se habla en otro idioma, como el rosarigacino”, habría añadido otro colaborador, sin dejar de mirar hacia una esquina arbolada y transitadísima en la tarde litoral.

Cada quien a su modo, trataba de descifrar los misterios de esta Rosario que a más de uno,

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recibió y cobijó en tiempos de mocedades, para formarlo en sus múltiples escuelas de arte. Algunos volvían melancólicos, después de décadas, a recibir una distinción.

En efecto, el miércoles 16, tuvieron lugar los reconocimientos a las trayectorias personales y grupales. El Premio Nacional a la Trayectoria fue otorgado en esta ocasión al realizador rosarino Néstor Zapata, y por la Región Centro Litoral, fue distinguido Gerardo Dayub.

Libertablas, por sus cuarenta años de trabajo cooperativo, y entre otros los grupos El baldío teatro de Provincia de Buenos Aires, Trampolín (Bariloche) y El cuenco de Córdoba, se llevaron sus respectivos y merecidos diplomas.

Aún más Santa Fe estuvo presente con un gran seleccionado actoral nucleado en torno a Edgardo Dib en (Esto no es) Calígula inspirado en el texto de Albert Camus. Raúl Kreig, Rubén Von Der Thüsen, Sergio Abbate, Luchi Gaido y Silvana Montemurri, se juegan la piel en este trabajo que fue “lo más difícil que he dirigido” según manifestó el propio Dib. El tamaño y despliegue de los actores, tanto como ese texto filosófico que fue disparador de numerosas escenas –y

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transiciones-, habría sido en parte responsable del esfuerzo y logro del creador vuelto a radicar en la vecina ciudad de Santa Fe. Uno de los grupos de Venado Tuerto presentó La biunda, de Carlos Carlino -trabajo que plantea problemáticas y cuestiones de la inmigración-, bajo dirección de Marina Vázquez y María Flavia Del Rosso.

Por su parte, La Pelela títeres se presentó en Plataforma Lavardén con el clásico Vairoleto, pechito libertario, de Rafael Urretabizkaya; del autor local Leonel Giacometto la Comedia de La Rioja presentó Sanagasta, con dirección de César Torres y desde Córdoba además llegó la elogiada versión de Agamenón. Volví del supermercado y le di una paliza a mi hijo, de Rodrigo García, bajo dirección de Sergio Osses, compuesta de virulencia, contemporaneidad y dolor, con Lucas Gloria, Pola Halaban y Javier Artaza en escena.

De Lomas de Zamora Nicolás Blandi acercó su nueva comedia dramática La teoría del olvido, otra de las puestas en escena más celebrada del año, con Santos Raso, Débora Palladino, Damián Trotta, Gustavo Suarez, Marina Fantini, David Fernández y Valentina Costa.

Solamente el jueves 17 una insistente lluvia

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Teléfonos descompuestos

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nsistentemente, las semanas previas, otros periodistas y críticos según después supimos, y el director de esta revista, buscaron quedar acreditados como en ocasiones anteriores. El Representante del INT en Entre Ríos, derivó siempre las propuestas o inquietudes al Sec. Gral. del INT. Una y otra vez, este cronista tuvo que argumentar sobre la pertinencia de volver a estar al lado de nuestros artistas emergentes y consagrados, para difundir y alentar sus trabajos. No valieron las apelaciones a la antigüedad del proyecto, a las coberturas nacionales e internacionales que llevamos hechas; a los premios, o la recepción de las ediciones al interior del campo cultural.

Las fundamentaciones por ser el medio especializado más importante de la región centro- litoral, o por tener a Rosario como raíz de los saberes teatrales propios y previos, no movieron un milímetro las posturas de los funcionarios. Al contrario, el representante provincial, liviano de cuerpo, nos aseguró pocas horas antes que a él no le parecía “ni bien ni mal” que no estuviéramos convocados a la edición 2018 de la FNT. Los empeños por alentar la producción regional práctica o teórica de las artes escénicas, los esfuerzos de transparencia y austeridad de La Otra Butaca y los casi diez mil ejemplares distribuidos –y más de veinte mil ingresos a labutacaotra.blogspot.com- en estos ocho años no cambiaron su opinión.

Pues ese es el problema –dijimos-. Debería parecerte mal.

Cortamos y nos dimos media vuelta.

obstaculizó en parte las caminatas y los recorridos entre sala y sala de los paseantes. Casi nada opacó el prodigio de reencuentros y nuevas relaciones, pese a que también hubo tensas reuniones plenarias o desencuentros.

Las entrevistas y charlas vespertinas de numerosos realizadores de toda la República, y los tres acostumbrados seminarios con docentes y grupos referentes de la ciudad, completaron la

oferta para los agradecidos participantes provincianos.

Desde la mañana a la noche, teatro y más teatro. En el espacio Rosario Festeja, siete reconocidas obras de grupos de la Chicago Argentina, completaron un programa más bien arrollador para tratarse de ocho días: más de treinta producciones escénicas seleccionadas,

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cientos de artistas reunidos, miles de espectadores convocados al antiguo rito de la acción y la palabra.

Para finalizar, el sábado a la medianoche, una colorida murga estilo uruguaya llamada La Cotorra le bajó el telón al evento federal del 2018, precisamente con su espectáculo La celebración, con dirección de Ignacio Llanes.

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Fotos 1.Raquel Ameri y María Rosa Frega en un momento de la conmovedora Millones de segundos.

2. Una escena de Los reídos, con temas y tonada correntina.

3. El clásico de A. Jarry Ubú, reversionado por los cordobeses de Cirulaxia.

4. Vairoleto, pechito libertario, desde Neuquén, bajo dirección

de Carlos Piñero.

5. Raúl Kreig y Sergio Abbate en una escena de (esto no es) Calígula.

6. 100 % locos, de Mano a mano Circo, una de las obras invitadas para abrir la Fiesta.

7. Por la región Centro Litoral fue distinguido el paranaense Gerardo Dayub.

8. Autoridades nacionales, provinciales y locales, en la apertura en el Teatro Príncipe de Asturias.

9. Bajo dirección de Gonzalo Marull llegó Clase, desde Córdoba.

10. Guía semanal de ideas, de Entre Ríos, entre las más apreciadas.

11. Yo, Encarnación Ezcurra iluminó un fresco porteño de prin-

cipios del siglo XIX. 12. Un momento de La teoría del olvido de la Provincia de Buenos Aires.

13. Lucas Goria, de lucida actuación en Agamenón…, dirigida por Sergio Osses.

14. Todo tendría sentido..., entre las más elogiadas puestas mostradas en Rosario. (Foto de Ariel Feldman)

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Los qué de

LA OTRA BUTACA

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uan Comotti es un reconocido teatrista mendocino, hijo de dos personalidades de la cultura y del teatro cuyano: Cristóbal Arnold y Gladys Ravalle. Su propia trayectoria lleva décadas ocupando un lugar destacado en las artes escénicas de su región y el país. Con su particular tonada, y pese a su desconfianza en las “industrias y consumos culturales”, los lugares comunes y el bien pensar, se animó a dejarnos algunas ideas y referencias. Lo entretuvimos apenas un rato, y nos dio algunas respuestas medio a regañadientes.

La historia de la Enko, la compañía teatral que Comotti dirige hace 21 años, está atravesada precisamente por los textos de Jorge Díaz, -a quien decidimos rendir tributo en las páginas centrales de este número-, considerado “el Lope de Vega de América Latina” en una reciente nota en diario Los Andes. En efecto, Comotti estrenó en la sala de Godoy Cruz el thriller policial Viaje a la penumbra, la absurda y latinoamericana El lugar donde mueren los mamíferos y Toda esta larga noche, Contrapunto para dos voces cansadas o El locutorio y en La Rioja, El jaguar azul.

También hizo Pajarito de Osjar Navarro Correa y Llanto de perro y El peor de los públicos, estas dos últimas de Andrés Binetti –uno de los dramaturgos y directores argentinos que más le interesan-. Además de ser un “entrenador serial”, también se precia de haber organizado las 16 ediciones que ya lleva el Encuentro de Teatro por la Memoria y los Derechos Humanos.

Qué veo?

No veo tele, lamentablemente no tengo televisión y no tengo plata para ir al cine... La televisión es una mierda, no obstante canales como el Acequia (www.acequia.tv) en Mendoza, que es nuestra televisión pública, valen bastante la pena.

He visto videos de rock mendocino en Acequia cuando he ido a comer a la tía Rada. Sé de la existencia de la serie Rosswald vs Richmond, ya la bajaré por You Tube. Y la serie mendocina Gregoria, premiada por el Incaa, me gustó bastante. Nos enorgullece que Acequia esté sobreviviendo a este gobierno, incluso que el prestigioso Tato Moreno esté al frente de ese canal público.

Me gusta el cine independiente, recomiendo el cine Universidad, cualquier película... pero muy poco las francesas. Me gustan en el cine todas las películas de dibujos animados, soy un salame. Veo bastantes cosas del facebook pero debo ser muy imparcial porque entre amigos

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nos entendemos, o sea somos un grupo de 5000 personas que piensan igual y se regodean al pedo con sus gustos. Bajo cosas independientes pero de YouTube, cuando engancho wifi. Tuve el honor de hacer el Encuentro de teatro por la Memoria por vez 16 y me partió la cabeza una obra de Rosario Carne de Juguete y una obra de Buenos Aires Gringo cue, de Lázaro Mareco. Cuando hablamos de memoria, también hablamos de derechos humanos, revisionismo histórico, identidad y género. Este año fueron 16 obras, con una participación importante de temáticas sobre la mujer.

Una cosa que estoy aprendiendo con el tiempo es a no subestimar al espectador porque se suele hacer un teatro para la gilada, pensando en la gente, para que la gente se ría y eso es una estupidez porque las mejores obras que me han funcionado no tienen nada que ver con eso: el espectador lo agradece mucho, sale lleno de cosas, recomienda. Es tanta la mediocridad circundante de la escena nacional -a veces, ciertamente a veces-, que cuando salen propuestas de los nuevos dramaturgos mendocinos como Manuel García, Pablo Longo, Alejandro Manzano, Andrea Cortez, está bueno; me siento muy agradecido con lo que está pasando en la escena local hoy. Aunque son más jóvenes que yo, me siento muy identificado con ellos. Ósjar Navarro Correa diría, es el autor mendocino que más me gusta.

Qué leo?

Sugeriría que lean las ediciones culturales de la provincia de Mendoza. Tenés allí de todo. Lo local es muy bueno y no es por pecar de regional.

Sobre todo la música local, como Cinical, Engendro, Chancho va, Cuyo man. Sugeriría que se informen por internet de lo que pasa, sobre todo en los medios alternativos y las redes sociales.

Que se vayan a los extremos a espiar también para sacar sus propias conclusiones.

En un programa de televisión que se llama “Cuidado con el perro” que se emite por Señal U, decía que siempre estuve en el teatro, solamente hubo un tiempo en que mi papá me dijo que tenía que terminar la secundaria y dejé un tiempo el teatro y me puse a estudiar, después fui a la escuela de teatro, luego hice una maestría en Chile, tengo mi aspecto académico guardado en algún lado de mi cabeza. Otro impasse, que tiene que ver con mi vida, es el rock and roll y el esoterismo, eso influyó mucho en mí, y también la poesía, la mujer… todo ese compendio de pocas desgracias, por suerte, me imagino, forma lo que soy.

Leo mucha poesía y teatro generalmente. Recomiendo vivamente El arco y la lira de Octavio Paz y el libro Los límites y el caos de Jorge Enrique Ranponi. En los entrenamientos teatrales trabajamos mucho con poesía surrealista por eso casi siempre leemos allí. Recomendaría la lectura de autores como Alejandra Pizarnik, Olga Orozco, Enrique Molina, Oliverio Girondo. Uno de mis libros preferidos es Altazor de Vicente Huidobro.

Qué escucho?

En música vacilo entre cuatro diales: Radio Utn, Universidad, Radio Dos, Vorterix y también a veces Radio A. Me gusta Estación Prodan, de San Rafael. Me gusta el rock nacional pero no el nuevo. Sigo creyendo en Charly García, Fito Páez, Andrés Calamaro. También en Carajo, Animal y la movida más metalera. Me gusta mucho el folclore, Liliana herrero y sobretodo Luciana Juri. Sigo siendo fanático de Silvio Rodríguez, siempre vuelvo sobre la versión que hace de El colibrí y la flor.

Recorrida por algunos

espacios públicos E

n la capital entrerriana hay un par de salas y espacios administrados por el Estado.

Esta vez, consultamos la programación del Centro Cultural y de Convenciones La Vieja Usina y la Casa de la Cultura, para ver qué se puede agendar y/o disfrutar.

Según informaron, todos los domingos a partir de las 16 en La Vieja Usina –complejo ubicado en Gregoria Matorras 861-, tiene lugar el ciclo “No te aburras gurí”, cuyo principal objetivo es acercar al público entrerriano infantil propuestas artísticas de calidad, ya sea provenientes del cine, teatro, música, danza, artes plásticas, etc. Aquí van algunas de las propuestas que fueron pensadas para los meses de julio y agosto. A saber: El 1 de julio y el 5 de agosto, podrá verse Eureka en bandada, obra en la que una payasa y sus amigas músicas, interpretan canciones del repertorio infantil popular y canciones propias.

Para el 8 de julio está prevista la actuación de la banda musical Los raviolis, una banda de rock pero “también de jazz y de cumbia”, con juegos y canciones para toda la familia.

Por otra parte, existe el ciclo “Domingos de teatro en la Usina”, los domingos a partir de las 20, donde se presentan obras a la gorra, gratuitas (auspiciadas por la Secretaría de Turismo y Cultura) y otras con costo de entrada (producciones independientes).

Y además, el primer jueves de cada mes, de mayo a diciembre, se da el ciclo “Tablado murguero”, organizado en forma conjunta entre La Vieja Usina y el Colectivo Murguistas del Paraná.

También hay un lugar importante para el rock de la zona en “Rock a la carta” que es todos los viernes a las 21:30. El 1 de julio tocan Fuxia (Paraná) y Búho Radar (Paraná-Rosario), el 15 de julio es el turno de Nube áspera (Paraná) y El clon (San Benito), el 22 de julio, Aguas verdes Cristalinas (Paraná) y el 29 de julio, Equilátera (Paraná).

El cuarto sábado de cada mes, quedó reservado para Música Litoraleña, con entrada libre y gratuita. Comenzó el sábado 26 de mayo a las 21 con la presentación del grupo “Tardeagua”, quienes invitaron a participar de la fecha al trío mendocino “Arquero Mareador”.

“Tardeagua” cabe añadir, está integrado por la poeta, compositora y cantante paranaense Melisa Budini y el guitarrista, compositor y cantor mendocino Sebastián Narváez. Si bien comen-

Stand up

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n la Casa de la Cultura, de Paraná, el tercer jueves de cada mes y a las 21, se ha programado este ciclo de stand up, con entrada a la gorra.

Así, en la casona de 9 de Julio y Carbó, todos los terceros jueves de cada mes habrá un espectáculo diferente, con monólogos, canciones, contenido multimedia, invitados, más servicio de cantina.

De acuerdo a la programación prevista, el 21 de junio actuará “Charton, el show”, unipersonal escrito y protagonizado por Jorge Martínez con dirección de Nacho Koornstra, mientras que el 19 de julio, subirán a escena Ignacio Grünbaum, Eva Cabrera y Javier Alonso.

Vale rescatar el paso de una hermosa muestra de fotos de la gran artista Nora Lezano, titulada “FAN: Retratos de rock de una fanática”, que se exhibió entre abril y mayo en la Casa de la Cultura. Esta colección –que fue la muestra más visitada en la historia del Centro Cultural Recoleta, superando los 400 mil asistentes, durante junio y julio de 2015-, abarca un intenso trabajo de 25 años fotografiando músicos del mundo del rock nacional e internacional.

Un sinnúmero de fotos, unas más íntimas y exclusivas, unas más plásticas o intervenidas, otras más casuales, otras más fanáticas, otras de momentos legendarios, de artistas como Cerati, Charly, Spinetta, Fito, Robert Plant, Julieta Venegas, Ciro, dejaron entrar a los visitantes en el universo del rock y dejaron a más de uno con la boca abierta. Una pena si se la perdieron...

Ceratti, retratado por Lezano.

zaron interpretando obras del repertorio popular latinoamericano, y sobre todo del Litoral como Aníbal Sampayo, Ramón Ayala, ‘Zurdo’ Martínez, Chacho Müller, con el tiempo, y movidos por la inquietud de encontrar también su propio mensaje, ampliaron el repertorio con canciones

propias, que conforman su primer disco “Intención” (2016), y otras que están finalizando de grabar este año.

Los interesados en contar con más información, pueden comunicarse al teléfono: 0343- 421 1074.

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Actualidad Un clásico siempre vigente Este libro titulado Antígona por Ure. Traducción y bitácoras de una apuesta dramática, apareció hace pocos meses y tiene, como se deduce del subtítulo, un formato poco habitual que recupera el rico y poético pensar de las actrices. Además, se suma la traducción directa del griego por Elisa Carnelli, tamizado todo por la inteligencia del gran director de este espectáculo que fuera estrenado en 1989 en la célebre sala del barrio de Palermo de Buenos Aires.

En efecto, a la potencia del texto de Sófocles y la lucidez de Alberto Ure, la novedosa edición integra medio volumen más de la bitácora de las actrices Adriana Genta y Cristina Banegas (las hermanas Ismene y Antígona), fotografías de Andrés Barragán, e información sobre el elenco completado por Tony Vilas (Creón), Roberto Martínez (Tiresias), Damián Dreizik (Hemón), Carlos Bermejo

Fray Mocho Teatro A fines de 2017 se conocieron los resultados del Premio Literario Anual Fray Mocho –rubro Teatro inédito-, máxima distinción a las letras que otorga el gobierno de la provincia de Entre Ríos. En esta ocasión, la distinción recayó en Fernando Kosiak, por su texto La bondad de los extraños.

El jurado compuesto por Miguel Fran-

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(Guardia), Cecilia Biagini (Corifeo), Ana Rato (Eurídice), y alumnas de actuación del taller de Banegas.

Las inusuales notas de las actrices embarcadas en el viaje a través de ese mar bravío que Ure generaba para cada uno de sus trabajos escénicos, y que él mismo llamó en sus escritos teóricos campo de ensayo, como ellas aclaran, colaboran para aproximarse a aquellas indicaciones y lecciones de uno de los más valiosos teatristas argentinos de las últimas tres décadas.

Como bien señala Bartís en el prólogo, se trata de textos que se tornan incandescentes; que ciertamente queman.

Porque desde el ’87, cuando comienzan los ensayos de esta tragedia hasta hoy, “la casa no ha estado en orden” y la tarea del gran director “combinaba lo más racional de la reflexión sobre el hecho escénico y el carácter de la tragedia, con lo más salvaje de la incitación a la búsqueda actoral lanzada hacia el centro mismo de lo trágico”. Sumados a Sacate la careta y Ponete el antifaz –los dos libros conocidos de Alberto Ure-, esta publicación resulta también indispensable para conocer de cerca las ideas y procedimientos de uno de los últimos grandes directores del teatro latinoamericano.

chi, Gerardo Dayub y Liliana Gioia, fue el encargado de elegir este trabajo de entre los 17 que se presentaron en esta edición del certamen provincial.

Desde una perspectiva de género, la pieza pone en escena a cuatro travestis en un teatro, según aseguró su autor. Se aguarda su montaje y estreno para los próximos meses en Paraná.

Insomnio

Las ediciones de Mágicas Naranjas crecen y crecen.

Cada vez nuevos proyectos, ideas, autores. En noviembre del año pasado publicaron Insomnio, “un libro bello y aciago por donde se lo mire”, tal como lo define nada más ni nada menos que el poeta Osvaldo Bossi, en la contratapa. Este nuevo volumen, de la colección Poesía joven, con ilustraciones de Marcelo Tomé y textos de Gustavo Gottfried, concentra constelaciones, caminos, laberintos, héroes o monstruos, ciudades y noches que se repiten en soledad y sin poder dormir. El resultado editorial es una fusión tan bien hecha que no deja vislumbrar si el texto inspiró las ilustraciones, o al revés. Es cierto que fue una aventura, según cuenta Tomé.

El blanco y negro y sus matices así como la opacidad del papel elegido para este Insomnio, son un hallazgo, parecen reforzar el halo de misterio que de por sí transmiten en conjunto las imágenes y el texto.

Investigación

Las X Jornadas Nacionales y V Latinoamericanas de Investigación y Crítica Teatral organizadas por la Asociación Argentina de Investigación y Crítica Teatral (Aincrit), se realizaron entre el 7 y el 14 de mayo pasado, como es habitual en el Predio rural en el que se desarrolla la Feria Internacional del Libro y en el Centro Cultural de la Cooperación de calle Corrientes, y también en sedes de Cali (Colombia) y Montevideo (Uruguay).

Como todos los años las Jornadas giraron en torno a un eje problemático, que busca ser disparador de productivos cruces e intercambios. Gran diversidad de zonas de interés y perspectivas disciplinares de sus participantes, aseguran cada vez, los encuentros de decenas de estudiosos de los teatros en Buenos Aires.

En esta ocasión se apuntó a estimular la reflexión y los debates para que artistas, críticos, investigadores, docentes y estudiantes vinculados al quehacer teatral “pensemos cómo dialogar más estrechamente para construir mejores condiciones para que el público recepte nuestras producciones y estudios teatrales”.

En este marco y transitando el año del centenario de la Reforma Universitaria, se propuso como tema especial el Teatro universitario en la Argentina y Latinoamérica, su historia, prácticas y contribuciones a la historia de la

Actualidad Promoción

El 21 de marzo pasado el municipio de Oro Verde, localidad desde la que hacemos La Otra Butaca, celebró un convenio de cooperación con el Instituto Nacional de Teatro, a través del cual las partes “se comprometen a la organización y desarrollo de programas teatrales propuestos por el INT para planes de co-organización”, según se lee en el anexo 5 del acta Nº 550 del organismo nacional. En otras palabras, para alentar y promover el teatro en esta localidad, ubicada a unos 10 kilómetros de la capital entrerriana.

Desde los comienzos de nuestra revista, cabe destacar, hemos contado con el apoyo de este pequeño municipio. Imaginamos que de este vínculo o a fuerza de insistir con la importancia del teatro, tal vez surgió este contacto que sin duda, potenciará la presencia y circulación de buenas obras en esta comarca.

Hace unos años, se tuvo oportunidad de ver algunas producciones del Teatro Cervantes y ya a fines de 2017, asistimos a la función de Las hermanitas Minardi (Paraná) en el quincho del Polideportivo local. A principios de marzo de este año, pasó una divertida Naturaleza rota (Rosario) que ameritó la firma del referido convenio con el INT, y el 4 de mayo llegó desde Córdoba Los hijos de... (un drama social), escrito y dirigido por Soledad González que en plan

de gira, también se montó en Paraná, Santa Fe y Gualeguay.

Esta última pieza contó con muy buena adhesión del público de Oro Verde, que salió más que movilizado tras la función -tan en cercanía del Día de lxs trabajadorxs-. Pues este trabajo pone en evidencia situaciones que hacen pensar los alcances y dimensión de las condiciones laborales, el universo del mundo del trabajo y su contrario, el impacto del desempleo y los despidos. Las historias

escena, incluyendo sus proyecciones en el teatro independiente, oficial y comercial.

La programación excedió este tópico, y hubo exposiciones, talleres, presentaciones editoriales y otras actividades, como festejo de los 10 años de conformación y trabajo común. Ejemplos, claro, que no abundan en la proteica realidad de las mayorías, y que Aincrit expuso orgullosa.

Resultó muy enriquecedora la entrevista de Jorge Dubatti a la gran investigadora del teatro boliviano Karmen Saavedra Garfias, residente en Alemania, también fueron más que interesantes los talleres y exposiciones como las de Mariano Zucchi, Grisby Ogás Puga, Mauricio Tossi, y Tamara Lis Klein, entre muchas. Por los Profesorados de Teatro de Uader participaron los profesores Cristina Quiroga, Renata Dallaglio, Raúl Albanece y Guillermo Meresman.

Resistir, insistir, persistir

A fines del año pasado se presentó en la sala Jorge L. Borges de la Biblioteca Nacio-

nal Mariano Moreno, Witolda, “revista de la persistencia”, un número único lanzado por los organizadores del Congreso Gombrowicz, que se espera reeditar en el 2019, a medio siglo de la muerte del gran autor polaco.

de esta obra, se estructuran con una musicalidad y polifonía de voces tal, que desgarra y emociona, por bella y profunda.

Emanuel Tete Muñoz, Josefina Rodríguez, Franco Muñoz son los actores, performers, iluminadores y musicalizadores. Son polirubros.

Los espectadores, en todas las funciones, aplaudieron agradecidos y se quedaron conversando con los protagonistas, sobre la fuerza e impacto de lo desarrollado en escena.

Nicolás Hochman, el director de la hermosa y cuidada publicación, sostiene en la editorial que “no es un homenaje a Gombrowicz, ni a su obra, ni a sus lectores. Es la manera que encontramos, los que hacemos el Congreso Gombrowicz, de hacer algo con lo que él hace con nosotros. Por eso, de algún modo, lo que queremos transmitir con esta revista es que a Gombrowicz hay que leerlo como se pueda y como se quiera: sin tomarlo demasiado en serio (o sí), dejándose arrastrar un poco por esa incomodidad sin la cual no habría movimiento”.

En su diseño como en las ocurrentes ilustraciones, en los artículos más sesudos de algunas de las plumas más deslumbrantes de la lengua, dedicados al polaco, como en las breves apostillas, Witolda se presenta a tres colores (dos de ellos altamente estridentes), con ocurrentes y poco solemnes textos que hacen honor al inspirador, y hacen sonar las trompetas inevitables (que congregan las voces de César Aira, Germán García, Martín Kohan, Guillermo Martínez, entre muchos), del “Ferdydurkistas del mundo, ¡uníos!”

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Publicaciones recibidas A la vera del Limay

Radicado en Neuquén hace más de 30 años, el cordobés Alejandro Finzi es uno de los dramaturgos argentinos más representativos, y a la vez más personales del panorama de las últimas tres décadas de teatro.

Acaso alguno de nuestros lectores lo recuerden de aquella segunda edición de La Otra Butaca del lejano invierno del 2011, cuando colaboró con la sección Los Qué, contándonos de su mundo privado y sus gustos culturales.

Más de treinta de sus obras, nos informa la solapa del grueso volumen titulado Obras reunidas -que puede encontrarse desde hace un tiempo en las delegaciones provinciales del INT de todo el país-, han subido a escena en Argentina, países latinoamericanos, europeos y africanos.

“Todo lo que se tiene en la vida, todo cuanto se posee es un oficio. No tenés un ladrillo, un cacho de tierra, un zoquete, ni la bicicleta de Dios. Un oficio. Es lo único, absoluta y definitivamente, que podés tener. El mío es la escritura.

Y porque tengo eso puedo amar”, asegura Finzi en la confesión introductoria a su Obra reunida: un conjunto de sus valiosas piezas que van desde Viejos Hospitales a Sueñe, Carmelinda; de La isla del fin del siglo varias veces representada, a la breve Grieta de luna llena o aventuras en la isla 132 (2009).

Prologa los textos aquí compilados, un reportaje de Beatriz Molinari que también resulta nutritivo, ya que va revelando aspectos desconocidos del tal vez algo nómade escritor. No sólo en sus tránsitos geográficos, donde suelen tener voz el viento, la fauna y los paisajes patagónicos, sino también en los poéticos- sonoros, tan caros a esta voz personalísima de Alejandro Finzi.

Cabe agregar que la mayoría de los textos de Finzi fueron traducidos a numerosos idiomas y como se sabe, este destacado profesor e investigador recibió numerosos premios por una trayectoria labrada a pura poesía y acción. Por todo ello, vale la pena procurarse este libro e indagar sobre su dramaturgia.

Independientes

Teatro independiente. Historia y actualidad es el nombre del libro que inaugura la colección del Área

de Investigación de Ciencias del Arte (AICA), bajo dirección de Jorge Dubatti y editado por el Centro Cultural de la Cooperación.

Las compiladoras Paula Ansaldo, María Fukelman, Bettina Girotti y Jimena Trombetta han sabido reunir a más de una docena de autores, cuyos artículos revisan pasado y presente de ese movimiento artístico llamado “independiente” y que surge hacia 1930 en Buenos Aires, de la mano de Leónidas Barletta y el Teatro del Pueblo, según es sabido. En los sucesivos textos se recupera dicha experiencia y legado. En cada uno de los artículos pueden leerse además, profundos y meticulosos análisis y reflexiones en torno a las memorias, los espacios, la relación con el Estado o el teatro de posdictaduras.

En uno de los textos firmado por Dubatti, el investigador cuestiona la existencia de ciertos “procesos de norteamericanización” que observa en el actual teatro argentino y que, dirá, desconoce “la diversidad del mundo, su multicentralidad y, especialmente, los fenómenos de la territorialidad y la localización, que son inseparables del acontecimiento teatral”. Con ello, una vez más, nos invita a producir conocimiento desde lo singular.

Escenas de Malvinas

Seis obras de teatro inéditas, de poéticas muy diversas, estrenadas entre 1985 y 2017, hablan de Malvinas. La guerra en el teatro, el teatro de la guerra, otra reciente edición del Centro Cultural de la Cooperación. Los textos son antecedidos por lecturas de distintos estudiosos, más un prólogo de Ricardo Dubatti –compilador de este libro-, quien señala la importancia de esta multiplicidad de miradas para poder pensar la Guerra del ‘82.

Malvinas. Canto al sentimiento de un pueblo (1992) escrito por Osvaldo Buzzo y Néstor Zapata; 74 días de otoño (2017), de Laura Giacaglia; Carne de juguete (2017), de Gustavo Guirado; Sin adiós/ El corazón en Madryn (1985), de Carlos Horacio Herrera; Facfolc, un manto de neblina (2016), de Fernando Locatelli y Los padres (2014), de Luis Serradori, son los elegidos de este libro que se

erige como necesario a 35 años de una guerra cruel y dura como todas pero sobre todo, inconsciente y delirante, por quiénes y cómo la decidieron.

En el prólogo, el compilador hace una amplia recuperación de obras referidas a Malvinas, luego justifica la selección hecha para esta edición y comparte su anhelo de que “esta antología contribuya a multiplicar la memoria de estos textos a través de la lectura y las puestas en escena”.

Miradas reflexivas

Sol Echevarría y Nurit Kasztelan, explican en el prólogo de Detrás de escena, de qué se trata esta especie de antología de Editorial Excursiones: “Este libro reflexiona no solo sobre el teatro sino sobre el arte en general, y principalmente, sobre la relación que cada artista establece con la disciplina que ejerce. Como las personas que tienen la capacidad de reírse de sí mismas y de no tomarse en serio, el teatro funciona cuando se aleja de la solemnidad.

La paradoja más grande es que se vuelve útil aprender de la ficción porque, si está bien construida, genera realidades que no existían previamente. Así entendido, el teatro es un acontecimiento. Y como tal, trasciende los umbrales del lenguaje con una complejidad difícil de capturar ya que involucra un tiempo y un espacio donde conviven cuerpos, objetos y voces”.

Dieciocho dramaturgos, directores y actores de Buenos Aires reconocidos, de diferentes generaciones y estéticas, responden o reflexionan sobre lo que los motiva e inquieta, relacionando la creación artística con el pensamiento en torno a su propia praxis y al fenómeno teatral en general.

Todos ellos indagan, con mayor o menor frescura y lucidez, sobre por qué vale la pena seguir haciendo teatro en Argentina en la actualidad.