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LA OTRA

BUTACA

AÑO 7 - N° 17 | JUNIO DE 2017 - ENTRE RÍOS REVISTA DE ARTES ESCÉNICAS semestral Y DE DISTRIBUCIÓN GRATUITA Destacada en el rubro Revistas del XIX Premio Teatro del Mundo 2016

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32° Fiesta Nacional del Teatro

Perfiles, biografías del teatro latinoamericano

Estampas provinciales

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LA OTRA

BUTACA

Editorial Equipo DIRECTOR Guillermo Meresman EDITORA Mónica Borgogno cOLABORACIONES Ariel Farace Ricardo Dubatti Gustavo Bendersky Clide Tello Foro de Teatro Paranaense Marcelo Lacerna Julián Villarraza David Jacob (Prensa INT) Diseño GRÁFICO Alfredo Alarcón

Contacto guillermomeresman@hotmail.com monicaborgogno2012@gmail.com

En la web labutacaotra.blogspot.com

LA OTRA BUTACA y La Otra Butaca

Este año comenzó con una voluntad de hablar de políticas culturales en Paraná. Hubo asambleas y manifestaciones para discutir este tema. Esa fue nuestra intención primera al encarar esta revista. De hecho en los primeros tres números eso hicimos de manera explícita con entrevistas a algunos responsables políticos de la Cultura en Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba. Todavía hoy, antes de pensar qué y cómo decirlo, creemos alentar esos debates acaso de modo subrepticio, cuando entrevistamos, preguntamos, cuestionamos, titulamos.

Desde siempre nos opusimos a la cultura como un evento masivo –y vacío- y nada más; en su lugar apostamos por una cultura para la inclusión, desde la diversidad y la complejidad, una cultura capaz de sorprender o innovar.

Desde estas páginas también entendemos a la cultura como un lugar de disputas, por eso valoramos y reconocemos lo que se hace en la región, hacemos circular lo local y especialmente a los “francotiradores” -esos de los que habló José Luis Valenzuela en su visita a Paraná-, mostramos el amplio abanico de consumos culturales de los hacedores, compartimos palabras y reflexiones para seguir abriendo aristas, para seguir pensando.

En esta edición en particular, llegamos recargados, con cuatro páginas más de lo habitual, con más contenido, con nuevas miradas en torno a lo que ocurre en la escena de por aquí.

Acá estamos otra vez, iguales pero distintos. Conservamos algunas de nuestras tradicionales secciones, pero también indagamos nuevas zonas y perspectivas que nos ofrecen las artes escénicas argentinas y sus hacedores.

No es para menos: unos meses atrás recibíamos orgullosos nuestro tercer Premio Teatro del Mundo, distinción que otorgan ahora más de ochenta investigadores con la coordinación de Jorge Dubatti, del Centro Cultural Rector Ricardo Rojas de la Universidad de Buenos Aires. Eso nos comprometió a dar continuidad este año al proyecto; nos alentó a mejorar y expandirnos...

Los balances del Selectivo Provincial realizado en Paraná, de la Fiesta Nacional del Teatro que ocurrió en mayo en Mendoza, entrevistas a referentes culturales latinoamericanos, nos vuelven a enfocar, creemos, en cierto núcleo de intereses comunes.

Ricardo Dubatti vuelve a colaborar ofreciéndonos en su nota un comentario sobre el Festival de Nueva Dramaturgia Argentina que siempre sorprende y augura generaciones venideras más que creativas. También desde Buenos Aires, Ariel Farace revela sus gustos e inquietudes culturales en la sección Los qué.

Y además en nuestras habituales páginas centrales, en las que hemos recordado a Atahualpa del Cioppo, Enrique Buenaventura, Emilio Carballido, Andrés Pérez, Augusto Boal y Fanny Mikey, entre muchos otros teatristas latinoamericanos, homenajeamos esta vez a Carlos Gorostiza. Al maestro porteño recientemente fallecido, a don Carlos, a quien tuvimos ocasión de conocer, escuchar y leer, por su compromiso y ejemplaridad, dedicamos muy especialmente esta edición invernal.

LA OTRA BUTACA no se responsabiliza de la opinión de las firmas.

Registro de la Propiedad Intelectual en trámite.

El contenido de La Otra Butaca puede ser reproducido en tanto se mencione su fuente.

La revista LA OTRA BUTACA cuenta con el apoyo del Instituto Nacional del Teatro

Ilustrando la tapa

De la italianidad y la

identidad

argentina

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os aportes de la inmigración fundado teatros en ciudades entreorganizada al interior del rrianas como Paraná y Victoria, y sistema teatral nacional, no servido de puente entre culturas. han sido aún del todo relevados y La compañía dramática italiana de valorados en la historiografía teatral Butera- Maieroni -(acaso padre de Achille Majeroni, Siracusa, 1881contemporánea.

La ausencia, -la pérdida- no sólo 1964)-, “de lo mejor que ha actuade informaciones u obras puntua- do en nuestro Teatro desde tiempo les, sino de distintos documentos y a esta parte” según decía El látigo testimonios, hacen que ese teatro a comienzos de octubre de 1892, perdido, cobre dimensión a la luz de tentaba suerte en el Teatro Muninuevos marcos metodológicos y de cipal de Paraná, aunque al parecer renovadas teorías escénicas, y que con escaso público, en comparahayan encontrado en este espacio, ción con los espectáculos populares pequeños intentos de restauración; como los ofrecidos por la compañía gestos vagos, o palabras y nombres teatral- circense de los hermanos escurridizos, que escapan frecuente- Podestá. mente a deseos de objetivaciones...

Tanto en Entre Ríos como en otros territorios culturales, los investigadores avanzan lentamente en esa selva de signos y experiencias, en las que problemáticas referidas a repertorios públicos, espacios o artistas, continuamente ofrecen posibilidades de pensamientos o interpretaciones novedoPersonaje sas, y tal vez alternativas de Tecoppa, para la comprensión y el en esta conocimiento del presente. acuarela de Algunos años antes que Tranquillo arrancara el 900, la colecCremona. tividad italiana ya había

Retrato de Edoardo Ferravilla

un milanés en paraná Entre las Diversiones públicas en las que se consignaban en la prensa por aquellos tiempos los frecuentes espectáculos extranjeros en gira, hemos encontrado un anuncio del mismo periódico, que difundió al año siguiente el atractivo programa de la Gran Compañía Milanese de Prosa e Canto, dirigida por Gaetano Cavalli y Ricardo Cendalli.

El gracioso juguete cómico o pieza cómica en un acto de carácter dramático o lírico-dramático, del

primer actor y autor Edoardo Ferravilla La class di assen (1879) y Massinelli in Vacanza, “que obtuvo un suceso espléndido en todas las principales ciudades de Europa y América”, estaban entre las novedosas propuestas de la compañía italiana, según el aviso publicitario de El látigo de enero de 1893.

Con dirección de Arnaldo Giacomelli (en 1914 y 1915), ambos espectáculos fueron posteriormente filmados, constituyendo así, parte de los orígenes de la cinematografía italiana.

Ferravilla, fue actor legendario por la naturalidad con la que interpretó las comedias en dialecto milanes, y un excelso artista al que se le han dedicado libros enteros. Había nacido en 1846 y murió en 1915. De su juventud, reproducimos una hermosa acuarela de Cremona, que puede orientarnos a imaginar el tipo de actor y de teatro de su compañía.

El látigo también daba cuenta de otras notas de carácter social y/o cultural de la capital provincial. En efecto, luego de reproducir desde comienzos de abril de 1893 escenas de El drama universal, de Ramón de Campoamor, el periódico anoticiaba en su tercera página del lunes 24 de abril, el regreso a Buenos Aires del “inteligente artista dramático argen-

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Caracterización de Tecoppa, uno de los tantos personajes creados por Ferravilla en 1874 (Archivo multimedial de Firenze University Press).

1 tino, Sr. Alejandro Almada” desde Santa Fe, sin haber hecho escala en Paraná. En otras líneas, se aseguraba que la función anunciada en celebración de las bodas de plata de los soberanos de Italia de parte de los miembros de la Stella d`Italia “a pesar de lo feo de la noche, se efectuó en el “3 de Febrero”. La función no se había postergado: “La concurrencia era escasa, pero los aficionados llevaron bien y con general aplauso sus respectivos papeles”, decía la crónica, para finalizar augurando que dicha compañía “ha de realizar grandes

progresos en el arte lírico-dramático”.

Huellas de Pirandello Regionalmente son pocos los ensayos o páginas destinados a reparar en el peso simbólico de la inmigración y su bagaje, en la constitución premoderna y moderna de esta patria.

Luigi Pirandello, por caso, fue un autor poco representado en Entre Ríos, y no por ello de menor impacto e influencia en la diacronía del sistema teatral provincial. Su ascendencia y legitimación en la literatura y el teatro universal, marcó también la esencia de la historia del teatro local como poquísimos dramaturgos internacionales, entre otras cosas, debido a la valoración pública que realizó Isidoro Rossi en el Teatro 3 de Febrero de Paraná en 1937, y a los sucesivos estrenos locales de sus piezas Limones de Sicilia y El hombre, la bestia y la virtud.

La primera de estas obras, de un acto, fue producida y representada por la Asociación Amigos del Arte de Gualeguaychú en 1969, con dirección de uno de los nombres fuertes del teatro entrerriano de mediados del pasado siglo: Enrique Bugnone, y participó en la Muestra Teatral Provincial llevada a cabo en Paraná.

En el caso de la segunda obra, se trata de un texto estrenado por el también independiente Grupo 69 de Concepción del Uruguay, que invitó al conocido teatrista santafesino Osvaldo Neyra para ofrecer en Entre Ríos este aún más ambicioso drama en tres actos.

Vale añadir que Pirandello visitó dos veces Argentina, y es lugar común confirmarlo como uno de los grandes portavoces de la dramaturgia contemporánea.

Tanto sus obras, como la circulación de Zacconi en “Espectros”. Este actor en los años 30 éstas por revistas, libros y teatros, así visitó Argentina y recorrió el Litoral.

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como su pensamiento y estética, obraron de canon desde los años ‘20, y propusieron valores, procedimientos y temas que le significarían el Nobel de Literatura en 1934.

También discusiones sobre sus filiaciones políticas –como su temprana simpatía al nacionalsocialismo europeo-, sus definiciones filosóficas y sus intenciones de integrar una vanguardia artística, fueron motivo de debates entre los intelectuales y creadores de la época.

Pasados cien años de la redacción de algunos de sus textos dramáticos, los mismos se presentan vitales, aún atractivos en el acervo dramático occidental, pese a que obviamente, el paso del tiempo deja ver o sentir sus huellas.

Además, su diseminación en el teatro argentino total, en la productividad sobre nuestros mejores y más valiosos escritores y directores, confirman la relevancia de Pirandello.

Otra de las piezas fundamentales del prolífico autor siciliano como Esta noche se improvisa, fue ofrecida en la capital entrerriana por uno de los grupos que contaron con dirección de Francisco Javier, en gira por la provincia, a mediados de los años ´50.

La puesta en escena de Javier puede que haya sido un estímulo para el sistema teatral vernáculo, y el texto, – traducido por Armando Discépolo- con todos los tópicos y procedimientos de la literatura y filosofías pirandellianas, una pieza clave en la repercusión mundial de las propuestas teatrales de la primera posguerra.

El repertorio modernizador de Javier, integrado principalmente por textos del “realismo vertical” o absurdista, incluyó variantes literarias y escénicas que propiciarían intentos renovadores del teatro independiente de la provincia.

Asimismo, creemos que la versión de Seis personajes en busca de un autor, dirigida por Juan José Bertonasco en 1967, también visitó Paraná merced a las gestiones y la actividad cultural de la Asociación Mariano Moreno, al igual que aquellos trabajos de Javier. Pues, una nota anónima aparecida en la revista Talía (enero de 1966, n° 28), ofrece una sorprendente lista de los espectáculos y visitas provenientes de Buenos Aires entre 1956 y el año de la publicación, propiciada por la valiosa acción de la mencionada Asociación que fuera fundada en Paraná en 1945.

Las visitas de figuras como el legendario Ermete Zacconi o los extraordinarios Piccoli di Podrecca –conocida compañía de títeres creada por Vittorio Podrecca-, así como la inauguración del Teatro Italia de Gualeguay en 1902, contribuyeron a levantar nuevos vínculos entre una diversidad de culturas, alentaron las apariciones de nuevos artistas, consagraron repertorios y estilos y fundaron una tradición, tan vasta y disímil, como las de nuestra propia, misma constitución identitaria.

Foto de tapa: Ferravilla en su juventud.

(Foto de Mario Nunes Vais).

Entrevistas

Cultura, epicentro de urgentes debates En enero en Paraná, una asamblea de trabajadores de la cultura, artistas, gestores y vecinos, movieron el avispero: salieron a la calle a defender el derecho a la cultura y pedir más acción e inversión. Desde acá recogemos el guante y aprovechamos para enriquecer la discusión con otros conceptos y voces que ayudan a mirar un poco más allá.

Iván Nogales (Bolivia), uno de los impulsores del movimiento de Cultura Viva Comunitaria.

Mónica Borgogno

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fines de 2016, a propósito del Encuentro Nacional de Puntos de Cultura que se hizo en Buenos Aires, organizado por el Ministerio de Cultura de la Nación, se tuvo oportunidad de conocer diferentes modos de gestionar políticas públicas de cultura. Así nos aproximamos a una mirada iberoamericana, de la mano de referentes como Dorian Bedoya (Colombia- Guatemala) o Iván Nogales (Bolivia).

El programa Puntos de Cultura, existente desde 2011 y creado para acompañar proyectos culturales que llevan adelante organizaciones y redes comunitarias en el territorio nacional, surgió en Argentina anclado en el modelo del programa Cultura Viva que funciona en Brasil desde 2004.

Se trata de una concepción política que apuesta a trabajar la cultura, de abajo hacia arriba.

En fin, la voz de los latinoamericanos consultados y un rápido repaso por una serie de indicadores, palabras clave, discursos políticos, conducen hacia una u otra política cultural, una y otra con-

cepción del mundo y del tejido social. Asimismo, confiamos que dejarán abierta una hendija para discutir conceptos y pensar hacia dónde se quiere marchar en la pequeña aldea, la región o el país.

Seguro de aquí, saldrán argumentos para seguir marcando la importancia del derecho a la cultura o bien, empezar a gestionarla de otra manera.

Dorian Bedoya se presenta como guatemaltecolombiano. Es nacido en Medellín pero desde hace 20 años reside en Guatemala. Es poeta, arteeducador, gestor cultural, fundador de Caja Lúdica y del Movimiento de Arte comunitario de Centro América (Maraca) y participante del Consejo latinoamericano de Cultura Viva Comunitaria. “Caja Lúdica es una organización social, intercultural, multidisciplinaria e intergeneracional, que acompaña procesos formativos, organizativos y de incidencia local, basados en la estrategia lúdica creativa, arte y diversidad cultural, para aportar a la construcción de la cultura de paz, en Guatemala”, se lee en la página institucional. ¿Cómo concebís a las políticas culturales?

Esa fue la primera pregunta que arrojamos. Dorian

Desde el paradigma de la complejidad

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quí nomás en la Santa Fe socialista, la cultura parece ser abordada desde el paradigma de la complejidad, la diversidad, la innovación.

El lugar de la historia, es apenas un indicador de esta sintonía con la complejidad que se lleva adelante desde el Ministerio de Innovación y Cultura. Pues en dicho territorio se recupera y resignifica lo pasado; mientras que si uno observa Entre Ríos, parece que se recuerda para conservar, se repasa a modo de efemérides, sin diálogo alguno con el presente y se ensalza la entrerrianía per se sin comprenderla como resultante de mixturas, hibridaciones, influencias varias.

En Santa Fe hay un “marco teórico” detrás de lo que se hace, que exhibe lo múltiple y lo plural. Se habla de “cultura y construcción de sentido, cultura como dispositivo de inclusión social, cultura y espacio público, cultura como construcción de la memoria, identidad y reivindicación de la historia argentina, cultura como el lugar de la diversidad y dispositivo que abraza los derechos humanos, cultura como comunicación, cultura como capacitación, fomento y creación de espacios para el trabajo, cultura como un lugar de transmisión, cultura como distribución del afecto en el territorio, cultura como creación colectiva del pueblo argentino”. En las últimas décadas Entre Ríos no desplegó más que un par de estas ideas de cultura, las asociadas a inclusión social y la reivindicación de la memoria y la historia y en comparación simple, resulta un tanto insuficiente.

Tal vez sea hora de aprender en y con el otro, escuchar lo que dice el territorio y su gente, lo que hacen los gestores culturales desde el Estado o desde las instituciones, poner en marcha otra sensibilidad.

Bedoya, esto nos contestaba.

-Son una deuda histórica. Las políticas culturales en la región son pocas, son atrasadas, enmarcadas en el comercio, en las industrias, todavía no estamos situados en este momento histórico por eso hay que construir políticas culturales con carácter altamente participativas, de abajo hacia arriba. No son formuladas por un técnico o un político desde un escritorio, son una construcción participativa, donde se escucha la voz de las mujeres, de los jóvenes, de los artistas, y de manera incluyente. Es una necesidad empezar con lo local, no con lo nacional.

En Guatemala, con Caja Lúdica, me tocó el privilegio de participar en una política cultural municipal, la de Quelzatenango, la pueden ver en internet (http://abrecultura.org/mapeo/resultados/

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1 guatemala/quetzaltenango-xelaju/). Es la ciudad cultural de Guatemala y carecía de política cultural, la manejaban con nepotismo, roscas, corrupción, reinados y fiestas patronales.

Nosotros propusimos construir una política cultural incluyente, fuimos a los barrios a hacer consultas con las organizaciones culturales, a recoger sus insumos y también con el sector político, académico e incluso empresarial y construimos una política cultural que es la primera en Guatemala, en Centro América y no sé, en América Latina porque no sé cuántos municipios tienen una política cultural y un presupuesto digno para la cultura… Porque si haces una política cultural municipal tienes que generar un soporte financiero sino queda en letra muerta como muchas leyes.

Es un camino de incidencia de lo local a lo nacional y muy necesario porque en los municipios pasa muy poco, poca presencia del Estado y los alcaldes se preocupan más por hacer cosas de cemento -que es donde hay mucha corrupción- y poca inversión en cultura y la Unesco le dijo a los municipios y gobiernos que hay que invertir entre el 3 y 5 % en cultura y no se está cumpliendo. Entonces cuando diseñas una política cultural y le inyectas recursos, saliendo de ese 0,0003 % que recibe actualmente la cultura… y pasas a un 2 o 5 % entonces habrá recursos para implementar procesos, para que los barrios y comunidades, las instituciones que nunca recibieron apoyo del Estado, se consoliden.

La plataforma de Cultura Viva Comunitaria

Dorian Bedoya, poeta y gestor cultural de Guatemala.

está haciendo un mapeo colaborativo latinoamericano para visibilizar las organizaciones de cultura en territorios campesinos, negros, barriales. Se han mapeado más de 130.000 organizaciones de cultura que no reciben apoyo y todavía falta más porque hay países del Caribe que no han realizado este ejercicio y seguramente vamos a encontrar 200 mil organizaciones de cultura de base popular ignoradas por el Estado. Entonces una política cultural municipal lo que hace es ayudar a estos

procesos de descentralización y desconcentración del poder y a impulsar la participación ciudadana. ¿Esa es la clave?

-Sí, porque si no vamos a seguir en el atraso. La composición de un consejo municipal de cultura es vital.

Desde 1961 no pasaba nada en Quelzatenango y ahora hay un consejo consultivo de cultura que colaboró en dar institucionalidad, en generar una secretaría de cultura, un plan anual de cultura, un presupuesto que pasó de 5 mil dólares a 150 mil dólares, un equipo de trabajo y no, esos ghetos de cultura. Es el pueblo organizado, que hace que se gane en institucionalidad, planificación, inversión, descentralización, organización. ¿Eso no lo viste en otros lugares de América Latina?

-Poco. La conferencia del alcalde de Medellín, Sergio Fajardo “Del miedo a la esperanza”, muestra no sólo como transformaron esa ciudad en su estética y arquitectura, sino en inversión social, en participación ciudadana, y así fue posible que toda esa violencia que nos había convertido en la ciudad más peligrosa del mundo, nos transforme en la ciudad más feliz y es pura convivencia. Es un paradigma Medellín porque de tener un 0.004 %, actualmente tiene un 5 % para cultura. Tal vez Barcelona o Bolivia nos estén dando mucho ejemplo.

Ahora, es muy preocupante porque Naciones Unidas trazó los objetivos del desarrollo del milenio sostenible y no aparece Cultura. ¿Qué pasó ahí? Más retroceso.

Pensar el Estado, la comunidad, el teatro E

n El Alto, de La Paz, Bolivia está el teatro Trono y Compa, Comunidad de Productores en Artes. El gestor de ese espacio es Iván Nogales, actor, también integrante del Movimiento Cultura Viva Comunitaria y autor del libro Descolonizar el cuerpo. También dialogamos con él, sobre cultura y un singular teatro comunitario. Primero, nos dijo de dónde viene: “Somos un conglomerado urbano de unos 2 millones de habitantes. Ahí hemos desarrollado una experiencia muy potente que ya tiene 27 años, trabajando con, en y desde la comunidad.

Ahí tenemos una casa de 7 pisos levantada con material reciclado. Es la casa atípica, la más visitada de El Alto, porque implica otro tipo de arquitectura, pero también otro tipo de ética, de construcción de convivencia desde las artes…”

Luego, Nogales nos habló de la teatralidad en el mundo indígena: “Bolivia es un país donde no hay mu-

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cho teatro en el sentido occidental. No hay mucho teatro por una sencilla y hermosa razón: Bolivia es un pueblo altamente indígena. Quienes dicen que había teatro en el mundo precolombino, para mí están sosteniendo un argumento de occidentalización.

Para mí gusto no había teatro porque había otras formas de teatralidad...

En el mundo indígena la teatralidad está más potente en el textil, ahí hay color, memoria, identidad. Y en la fiesta. Ellos llegan acá (Argentina) agazapados y toman las calles con la celebración de un santo o una virgen.

Donde emerge el mundo indígena, donde no hay esa separación públicoactor, la fiesta irrumpe y se convierte en una forma de protesta porque en el fondo es resistencia, persistencia, permanencia de ese mundo indígena invisibilizado”.

Otro futuro Poco a poco nos condujo hasta los alcances de su mirada de lo co-

munitario: “Nuestro cuerpo es una comunidad en sí misma. Hemos creído que tenemos un comandante en jefe que ordena el comportamiento de todo el cuerpo, el cerebro. Todas las filosofías cerebrales han sido exitosas y por eso hay una cultura imperante en base de la razón. Las culturas indígenas, las raíces originarias hacen que el cuerpo vuelva a ser integral, la cabeza tiene que ser llamada a una democracia comunitaria, eso es la descolonización del cuerpo, en eso trabajamos”, definió para enseguida agregar: “Al teatro comunitario lo entiendo como dignificar en el cuerpo este retorno de la cabeza al cuerpo, y estamos hablando de la comunidad corporal que se tiene que traslucir luego en todo tipo de jerarquías, en los sistemas dirigenciales, etc. y también al interior de los grupos donde hay cabezas que quieren ordenar el conjunto. El teatro comunitario es un aporte fundamental a la dignifi-

cación y a la construcción de otro futuro. Cada uno, nuestro cuerpo, es la síntesis de la podredumbre de la modernidad en que vivimos, somos un basurero de toda la mierda que nos tragamos vía televisión, vía todo… El teatro comunitario es restauración de la comunidad como única forma de salvación de nosotros como especie”.

Diálogo “La verdadera política cultural no es la que se cree comúnmente, que es una construcción estatal. La verdadera es la que construye la sociedad (…) Lo que pasa que el Estado se ha creado con la justificación siempre de ser, en el fondo, la antípoda de lo que es comunidad bajo el supuesto de que va a construir nuestro bienestar… Tenemos que generar diálogo horizontal con el Estado para la construcción de políticas públicas de co responsabilidad y co creación”, afirmó Nogales.

Los qué de

LA OTRA BUTACA

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riel Farace (1982) escribe, actúa y dirige teatro. “Luisa se estrella contra su casa”, “Ulises no sabe contar” y “Constanza muere” son algunas de sus creaciones. Su trabajo se ha presentado en distintas ciudades de Argentina, Brasil, Uruguay, México, España y Alemania. También coordina talleres de dramaturgia, dirige el sello editorial Libros Drama e integra el equipo de curaduría del Teatro Cervantes – Teatro Nacional Argentino.

¿Qué leo?

Leo ficción, poesía, ensayo. Sigo con atención la labor de algunas editoriales como Iván Rosado, Blatt & Ríos, Entropía. Soy habitual lector de revistas, hace años leo Los Inrockutibles en papel. Leo Facebook, mails, emoticones, novelas decimonónicas. Me sorprendo tanto con Apuleyo como con Arno Schmidt. Leo a Pier Paolo Pasolini con devoción. Leo tickets de compra, entradas de cine y programas de teatro, muchos manuscritos. Leo en portugués, me seduce la literatura brasileña. Leí Ulises de James Joyce. Los primeros libros que leí fueron enciclopedias de animales y plantas. Leo a Roland Barthes. Me atraen las biografías, leí buenas dedicadas a Arthur Rimbaud y Friedrich Schiller, varias a Juan Manuel de Rosas, una muy mala sobre Sylvia Plath. Leo entrevistas y libros de entrevistas. Leí Viaje al fin de la noche de Louis-Ferdinand Céline. Leo más novelas que cuentos. Prefiero leer en papel. Leí a Sade.

Espero ansioso los libros de crónicas de Hebe Uhart. Leí La pasión según G.H. y todas las novelas de Clarice Lispector. Soy de leer obras

completas. Leí poco y nada de la Biblia. Leo diccionarios. Tengo libros en idiomas que no sé.

¿Qué escucho?

El año pasado en la piscina municipal de Munich escuché y vi Für immer ganz oben, una obra hermosa compuesta por Brigitta Muntendorf a partir de un cuento de David Foster Wallace, que me hizo llorar. Escucho mucho las conversaciones de las personas en bares y transportes públicos, sobre todo si están fuera de mi campo visual.

Escucho la radio. Recuerdo que escuchando el programa de la comunidad rusa de los domingos al mediodía en casa de mis abuelos, una vez mi abuela Catalina me dijo que lo que acababan de decir, en ruso, era un poema de Pushkin. Me gusta escuchar música en viajes en auto por la ruta. Voy regularmente a conciertos dedicados a música contemporánea. Me gusta escuchar grabaciones de jazz. Escucho bandas de sonido de películas. Escucho música mayormente usando internet, no la almaceno. Me gusta escuchar música con auriculares cuando voy al supermercado. Escucho a Juana Molina y a Él mató. Varias veces por año escucho a Jorge Cafrune. Me fastidia la música funcional. Cuando era chico vivíamos en una casa que lindaba con una curtiembre, nos acostumbramos tanto al ruido de las máquinas que funcionaban noche y día que, un día, dejamos de escucharlas.

¿Qué miro?

Hace más de diez años que no veo televisión.

Voy más al teatro que al cine. Una noche pla-

tense muy fría vi Cimarrón de Romina Paula en el TACEC, una obra enigmática y desnuda. En Mendoza vi Tu veneno en mí de Manuel García Migani y fue una fiesta. En Buenos Aires fui a Defensores de Bravard a ver una función de Solemnes que fue inmejorable, otra fiesta. Vi Voraz de Analía Couceyro en el ciclo El borde de sí mismo en el Museo de Arte Moderno y fui hipnotizado; también me conmoví con El nervio óptico, su recorrido por el libro de María Gainza y el Museo Nacional de Bellas Artes.

En Elefante vi Un trabajo de Elisa Carricajo y Lisandro Rodríguez; salí revuelto y entusiasmado. Me pasó lo mismo al salir de ver Las ideas de Federico León en Zelaya. Vi Homealone y Mientras muero veo huevos que se pudren, dos óperas primas en el Centro Cultural Ricardo Rojas que me gustaron mucho. En el último FIBA vi Golgota Picnic de Rodrigo García que me encantó. En Berlin vi a Sophie Rois haciendo de Mijail Bulgakov en la impresionante Die Kabale der Scheinheiligen. Das Leben des Herrn de Molière dirigida por Franz Castorf, vi a Michelle Moura bailar su obra Fole, y vi a Irm Hermann en dos obras de Christoph Marthaler.

En Bolivia vi a una actriz desmayarse en medio de su monólogo y tardé en reaccionar, creí que era parte de la obra. En Londres, me llevaron a ver una obra japonesa donde nos llenaron de agua, algas y otras porquerías. También vi Tomorrow, una instalación de Elmgreen & Dragset, en el Victoria and Albert Museum, sus trabajos son cautivantes. Suelo volver a las películas de Jean-Luc Godard. Cuando puedo me gusta ir al cine temprano, salir a media tarde y ver la tragedia del mundo lejos de su velocidad.

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Amplio muestrario del

teatro entrerriano

Un total de 19 obras conformaron la grilla de programación de una nueva Fiesta que tuvo lugar del 28 de marzo al 2 de abril, en diversas salas de la capital entrerriana.

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bras de Colón, Larroque, Nogoyá, Viale, Gualeguaychú y Paraná participaron durante seis días de esta nueva edición de la Fiesta provincial, de la cual salió la que representó a Entre Ríos en la Fiesta Nacional y las que circularán por la instancia regional.

Fue una programación intensa y variada que alternó propuestas de alta calidad y búsqueda, con elencos más bien vocacionales, espectáculos de circo, de teatro popular, otras puestas tal vez menos osadas e innovadoras de la escena y también, llamativamente, muchas obras (doce) que apostaron con más o menos aciertos, a la dramaturgia local.

A propósito de la voluntad de mostrar los propios textos dramáticos y/o trabajar sobre ellos, hay que decir que en el marco de la fiesta se desarrolló una charla abierta a cargo de José L. Valenzuela y un seminario de dramaturgia “Sesos en estado de gracia” que dictó Cristina Merelli, ambas propuestas con importante asistencia de público.

Este selectivo hizo correr al público de la sala Metamorfosis (Alameda de la Federación 453) a Casa de la Cultura (9 de julio y Carbó), de ahí a La Vieja Usina (Gregoria Matorras 861) y luego a Arteatro (Tucumán 378). A los estudiantes del profesorado de teatro que tenían la entrada gratuita, se los vio transportarse en bici, a toda velocidad, de una a otra sala para no perderse ni una sola obra.

El encuentro, organizado por el Instituto Nacional de Teatro y la Facultad de Humanidades,

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Artes y Ciencias Sociales de Uader, contó con la mirada de un jurado integrado por Mónica Leal, José Luis Valenzuela y Mónica Borgogno, encargado de elegir la obra que representaría a la provincia en el certamen nacional que se hizo del 19 al 28 de mayo en Mendoza. Por orden de mérito, se debían elegir cuatro espectáculos. Tres de ellos resultaron producciones de actores y directores de Teatro del Bardo. A saber, en primer término El cruce, protagonizada por Juan Khoner, Andrés Main, René López, bajo dirección de Gabriela Trevisani; luego le siguieron Plan reservado de Guillermo Hough, con Augusto Carballal, Pablo Perasso y Jorge Velozo, dirigida por Walter Arósteguy y Valeria Folini; Las aventuras del gaucho Calandria con un elenco integrado por Leandro Bogado, Carina Colombo, Paula Righelato, Ezequiel Caridad, Norman Boyero y dirección de Juan C. Izaguirre; y Bienvenida Casandra, con Nadia Grandón de protagonista y V. Folini a cargo de la dirección.

Todas estas piezas así como Les carteres -sugerida para participar de eventos organizados por el INT en la región-, interpretada por Romina Fuentes y Antonella Fernández Pabón dirigidas por Daniela Osella y Pablo Vallejo, se destacaron entre otros méritos, por la calidad de las actuaciones. En efecto, se observaron otros tantos trabajos actorales notables como el de Ida Galer en La prudencia de Claudio Gotbeter, dirigida por Gustavo Morales; Jonathan Gieco y Heraldo Ludi en El auto blanco, escrita y dirigida por Amelia Uzín; en Partes de Troya, Jesús Fercher y Norma Espiñeira, bajo dirección de Oscar Lesa y en Mansa tuca, trabajo que dirigió Olivia Reinhartt, sobresalió la presencia escénica de Guillermo Lugrin.

Desde la butaca De la obra seleccionada queda poco por decir.

A El cruce bien le caben los epítetos de riesgo y belleza, con “toda la carne en el asador” de parte de los actores, mucha musicalidad y recreación de una orilla selvática, apenas sugerida con un par de objetos y la voz de los tres protagonistas.

La belleza de una historia simple, o no tanto, bien contada.

En Plan reservado dos militares están implicados en la apropiación de bebés durante la última dictadura en Argentina. Se juntan ya en democracia para ver cómo sortear las presiones de la sociedad civil, los medios. Un tercer personaje, una suerte de espía chaplinesco, aporta buena dosis de humor a esta historia sombría. Los militares del

Menciones

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abe destacar que el jurado resaltó especialmente el trabajo actoral de Nadia Grandón (Bienvenida Casandra), Paula Righelato (Las aventuras del gaucho Calandria y Frutas de estación) y Lorena Knoll (Las visitas, elenco de Gualeguaychú) y Jorge Velozo (Plan reservado).

También valoró el trabajo en iluminación de Árboles, de Oscar Lesa y en dirección, a Gabriela Trevisani y Valeria Folini.

`76, acostumbrados a perseguir y espiar, aquí son vigilados y maltratados por sus superiores.

El texto dramatúrgico es impecable y acaso rinde venganza simbólica a la ley de Obediencia Debida, la de Punto final (luego derogadas) y más tarde los indultos. En ese sentido, la coreografía del himno del principio –tal como comenzaban algunas obras de teatro durante la última dictadura-, vira luego hacia otra danza más desatada y entregada, vencida tal vez, como otra metáfora.

Los tres actores están maravillosamente dirigidos y entonces, brillan y conmueven.

Esta pieza que suele representarse en el marco de los ciclos de Teatro x la Identidad, ojalá pueda verse en todo el país para abonar reflexión y echar luz sobre las identidades robadas de los hijos de desaparecidos, un capítulo aún no saldado.

En Las aventuras del gaucho Calandria, hay mucha gracia y escenas complejas bien trabajadas.

Todos los actores logran lucirse en distintos momentos, desarrollando más de un personaje, lo cual deja ver su versatilidad y amplio repertorio de re-

cursos personales que enriquecen aún más la obra.

De Bienvenida Casandra atrae singularmente el despliegue de Nadia Grandón y esos dobles juegos entre actriz-directora con “pruebas” de sonido y luces y entre actriz y público que nos hacen pasar de la adivina a Casandra, de Casandra a Clitemnestra y a todas las mujeres abusadas y/o matadas por tantos Agamenón sueltos por ahí.

El sonido, trabajado en vivo por esta actriz que distorsiona, repite y grita nombres propios gene-

rando una trama sonora lista para otra escena, fascina, sorprende, así como ese escalofriante frotar de cuchillos, una calimba o el derbake, que luego devendrá en otra trama. La fineza de las máscaras que usa la actriz agrega un plus a la obra al igual que los relatos prestados que cargan de sentido a esa Casandra abusada. La actriz se expone primero cándida y graciosa, después guerrera, diosa, víctima, y en todos los casos resulta pregnante y verosímil.

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Fotos 1. Heraldo Ludi, en un gran trabajo de composición en El auto blanco.

2. Lorena Knoll (derecha) en Las visitas, de Gualeguaychú, también se

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llevó su premio como actriz.

3. Árboles mereció una mención especial en Iluminación.

4. Paula Righelato, destacada

por sus dos trabajos interpretativos.

Aquí, en Calandria.

6. Jorge Velozo, Augusto Carballal y Pablo Perasso en Plan Reservado.

5. El cruce, sobre textos de Sebastián Borkoski y relatos de Horacio Quiroga.

7- Nadia Grandón, protagonista de Bienvenida Casandra, fue una de las actrices distinguidas.

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Perfiles

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Biografías del teatro latinoamericano

Carlos Gorostiza Rod (Buenos Aires, 7 de junio de 1920- 19 de julio de 2016)

Excepcional dramaturgo, poeta, director teatral, actor, titiritero, novelista y cineasta argentino -“Goro” como se lo llamaba cariñosamente-, formó parte del “nuevo realismo” en el teatro argentino, posterior a la considerada “primera modernización del sistema teatral nacional”, la del Teatro Independiente de la década del ‘30.

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escendiente de una familia vasca y nacido en el barrio de Palermo, siendo adolescente Carlos Gorostiza se iniciaría como titiritero en el grupo La Estrella Grande y en la dramaturgia, escribiendo obras para títeres. Su primera publicación de 1943 con el título Títeres de la Clave Encantada, contenía varias de esas pequeñas obras, algunas de las cuales conocieron ediciones posteriores.

Por aquellos años se integró al grupo Teatro La Máscara, uno de los conjuntos más destacados del movimiento de Teatros Independientes de Buenos Aires y después de participar como actor interpretando varios roles, estrenó el 4 de mayo de 1949, ya como dramaturgo, su primer texto dramático El puente. Esta famosa obra fue dirigida compartidamente con Pedro Doril en su primera versión, y al año siguiente sería llevada al teatro profesional o comercial nada más ni nada menos que bajo dirección de Armando Discépolo.

Esta primera pieza, que según Osvaldo Pellettieri (Getea) obtuvo entonces un módico éxito, es considerada por gran parte de la crítica especializada como un auténtico clásico, e iniciadora de una nueva etapa del teatro moderno argentino. No obstante esto, el fundador del Grupo de Estudios Teatrales, señaló que la obra dramática de Gorostiza convirtió en remanente a toda la textualidad argentina del Teatro Independiente anterior y contemporánea, y que en este texto dramático, su autor debatió “las tensiones entre lo estatuido y lo nuevo en la sociedad argentina”.

Con La Máscara, Carlos Gorostiza también dirige Noches de cólera, de Salacrou y Espérame, de Simonov, y luego en Venezuela, Humoradas (tres

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obras breves de Chéjov) y Delito en la isla de las cabras, de Ugo Betti.

Prolífico Inmediatamente Gorostiza estrena varias otras obras de su autoría: El fabricante de piolín (farsa, 1950), El caso del hombre de la valija negra (1951), Marta Ferrari, El último perro –una adaptación de la novela homónima de Guillermo House-, El juicio (1954) y El reloj de Baltasar, de 1955, representada por la compañía argentina de comedias de Analía Gadé, Juan Carlos Thorry y Esteban Serrador en el Teatro Grand Splendid.

Por esta época, Fernando Sabsay, director de la trascendente editorial Losange, testimoniaba: “No parecía un hombre de la farándula. Era extremadamente introvertido y muy serio”, en tanto que José Marial afirmaba que con El puente comenzaba una nueva etapa para nuestro teatro independiente. Pese a esto, influyentes investigadores como Luis Ordaz fueron duramente críticos con su producción inicial, aunque no así con su primer texto dramático.

A mediados de 1958 Gorostiza produce su segundo suceso como autor y director con El pan de la locura, obra de dos actos que obtiene varios premios, fuera traducida al italiano y estrenada en el Teatro Nacional Cervantes. Al igual que varias de sus sucesivas piezas, es reestrenada con cierta frecuencia en escenarios de otros países latinoamericanos, Estados Unidos y por toda la Argentina.

El texto es publicado en septiembre de ese año por Talía, con opiniones críticas, una foto de la escenografía ideada por Federico Padilla, y una nota sobre la puesta en escena de su autor, que reflexiona

sobre el trabajo del director.

En 1960 el autor y director es invitado por la actriz Juana Sujo a dirigir en Caracas el primer teatro estable de Venezuela – “Los Caobos” – y a incorporarse como profesor a la Escuela Nacional de Arte Dramático de Venezuela.

Allí Gorostiza pone en escena varias obras: El pan de la locura; Volpone, de Ben Jonhson, Seis personajes en busca de un autor, de Luigi Pirandello y El Inspector, o Ha llegado un inspector, de John B. Priestley, entre otras.

Los 60 y 70 En 1962 estrena en televisión Los otros y Toda una historia, ambas premiadas con el Martín Fierro, y dirige en el Teatro San Telmo Los incendiarios, de Max Frisch.

En 1967 encontramos a Gorostiza dirigiendo una pieza clave del teatro argentino del momento: la célebre La fiaca, de Ricardo Talesnik.

Posteriormente escribe y estrena en 1968 en Buenos Aires ¿A qué jugamos?, pieza que en 1973 lleva a escena el Grupo 69 de Concepción del Uruguay, con dirección de Cecilia Eliçabe. Luego le sigue El lugar en 1970 que el grupo Teatro-Estudio de Victoria, con dirección de Eduardo Allende, monta en 1974 al igual que el grupo Teatro Independiente Nosotros de Concepción del Uruguay, dirigido por Eugenia Orlegui.

Textos que como Vivir aquí (dirigida por Gorostiza en 1964) y Los hermanos queridos (1981, Taller 80, dirección Rubén Rodríguez), también se representaron como los anteriores en varias ciudades de Entre Ríos, aportando a las distintas fases poéticas

dríguez, un puente con la ética Legado

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del llamado realismo reflexivo.

Integra Carlos Gorostiza el Teatro San Telmo como director hasta 1970, cuando un incendio convierte en cenizas la sala.

En 1966, el dramaturgo fue invitado a dirigir seminarios en varias universidades de Estados Unidos, y puso en escena su texto realista reflexivo Los prójimos en la Universidad de Indiana, también en nuestro país y veinte años más tarde, en Inglaterra.

Algunos de los más destacados autores de la generación siguiente a la suya (Cossa, de Cecco, Halac, Rozenmacher, Somigliana, Walsh), declaran públicamente entonces el valor del texto y la importancia del maduro autor y director. Cuatro años más tarde, “Goro” dirige en México DF ésa y otras obras durante varios meses, y estrena La ira.

De regreso al país después de dos años de ausencia, es incorporado como profesor en la Escuela Nacional de Arte Escénico de Buenos Aires, de donde será removido en 1976 por la dictadura que gobernó la Argentina durante el periodo 1976-1983.

En estos años su trabajo es prohibido como los de muchos otros artistas y escritores. Pese a esto logra estrenar la precursora Los hermanos queridos en 1978.

Fotos

1 - Dos maestros, aquí Gorostiza junto a Agustín Alezzo.

2 - La emblemática obra El puente (1949).

3 - Los hermanos queridos, con actuación de Carlos Carella y Ulises Dumond.

a enorme obra dramática de Carlos Gorostiza se destaca por poner el foco en los dilemas éticos de los personajes, algo que aún la crítica local se encarga de destacar una y otra vez.

Por esos aportes, así como por su poesía y su compromiso con los destinos del país, su obra es una de las más trascendentes para el teatro entrerriano y el argentino de la segunda mitad del siglo XX. En 1981 Gorostiza es uno de los principales promotores de Teatro Abierto, movimiento de resisten- Durante su gestión cultural, junto al presidente Raúl Alfonsín. cia cultural que creado por la gente de teatro prohibida por la dictadura, abundante información sobre sus experiencias despertó un inusitado fervor. Una de sus obras creativas. Ya en 2007, tras visitar Paraná invibreves más reconocidas, El acompañamiento, - tado a charlar con la comunidad cultural local, estrenada al otro año por el entrerriano Grupo Gorostiza colaboró con su artículo “¿Cuál es la 69-, surge en ese marco y contexto. Para Jorge situación actual del teatro en nuestro país?”, apaDubatti, este clásico propone una perfecta pa- recido en los Boletines del Centro de Investigarábola política, y al igual de Hay que apagar el ciones Teatrales que funcionó en la Escuela de fuego presentada en Teatro Abierto 1982, el gran música, danza y teatro (n° 2 y 3, marzo y julio). dramaturgo invita a ejercitar la responsabilidad Allí, fiel a su estilo y pensamiento, cuestionaba social, el problema de la complicidad civil con los valores y problemas de nuestro tiempo desde la dictadura, eje de las preocupaciones éticas de el humanismo, sin dejar de tener fe en las nuevas su teatro. Cabe agregar que El acompañamien- generaciones de artistas argentinos.

Sus últimas creaciones estrenadas fueron to será más tarde estrenada en Johannesburgo y Vuelo a Capistrano (2011) y El aire del río. El Finlandia en inglés.

Luego vienen sus piezas Matar el tiempo siguiente año publicó De guerras y de amores, (1982) y Papi. Poco después, con la instau- un manojo de poemas de su temprana juventud, ración de la democracia, es nombrado por el casi a modo de despedida de la literatura. Seguía Presidente Raúl Alfonsín, Secretario de Cultu- con la vitalidad de un muchacho, y la sencillez y ra, cargo que abandona en 1986 para dedicarse lucidez de un auténtico maestro.

Su teatro fue traducido a ocho idiomas y es por entero a escribir novelas y teatro: El frac rojo (1988), Aeroplanos (1990), El patio de presentado en todo el mundo. Así sólo de El atrás (1994) y Los otros papeles (1996) son puente, su autor aseguraba tener seguras noticias los textos suyos siguientes que suben a escena que se había representado en Estados Unidos, México, Puerto Rico, Caracas, Cuba y Uruguay. bajo su dirección.

En la 30ª Fiesta Nacional del Teatro realizada Gorostiza participa del filme documental País cerrado, teatro abierto y en el 2003 estrena To- en el 2015 en Salta, organizada por el Instituto que de queda, obra ambientada en Buenos Aires Nacional del Teatro, se lo premió a la distancia en 1945 que según Zayas de Lima “por momen- puesto que no pudo hacerse presente, por su Tratos roza la farsa y maneja la parodia y el humor yectoria, y se lo homenajeó en los talleres que se negro para mostrar las causas y los efectos del impartieron para teatristas de todo el país.

Carlos Gorostiza partió a la eternidad unos autoritarismo en la gente común”.

Hacia 2004 publica El merodeador enmas- meses después de este reconocimiento, a los 96 carado. Algunas memorias, libro que contiene años de edad.

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Artes

al pie de la cordillera

Del 19 al 28 de mayo Mendoza albergó a numerosos elencos de todas las provincias argentinas, en lo que es el encuentro anual por antonomasia: la 32° Fiesta Nacional del Teatro. En apretado balance, ofrecemos nuestra mirada de buena parte de lo mucho que pudimos disfrutar en tierras cuyanas.

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Guillermo Meresman

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a inspiración de artistas andinos de la talla de Julio Le Parc y sus obras en el magnífico Espacio Cultural que lleva su nombre, Chalo Tulián, autor de las estatuillas con las que se premió la trayectoria de distintos artistas, o el reconocido Luis Quesada, estuvo dando vueltas en esta 32ª Fiesta Nacional de Teatro. Y a diferencia de ediciones pasadas, marcadas por acentuados desniveles de calidad según las regiones, esta vez se vio diversidad de estéticas y propuestas, pero se registró menos desigualdad y en casi todos los casos, mucho trabajo.

El sol de las primeras jornadas fue de la mano del espíritu festivo y las expectativas del público, ávido por ver las mejores producciones de todo el país. Luego llegaron los aires más fríos que

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se compensaron con el trajín y los maratónicos recorridos de una sala a otra, para no perderse nada.

Como se sabía, los resultados de las Fiestas provinciales volvían a ubicar en el centro de la escena a algunos nombres relevantes de los últimos años del teatro nacional, pertenecientes a distintas regiones, pero ya de merecido y reconocidos recorridos. Todo ello reforzaba la voluntad de ver lo que el otro subía a escena.

Con una realización compartida por los organismos locales de Cultura y el Instituto Nacional de Teatro (INT), esta vez se decidió hacer dialogar la producción teatral de ámbitos oficiales con la independiente, tal vez como un modo de celebrar los 20 años de la Ley que avala la existencia de este Instituto que nació y seguirá adelante para evitar precisamente inequidades y fomentar

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el teatro aquí y allá.

Por ello se abrió con dos producciones de comedias municipales como la de Mendoza y la de Córdoba. En el colosal Teatro Independencia ocurrió el acto de apertura que no contó con el discurso del director ejecutivo del INT, Marcelo Allasino, ni tampoco de funcionarios locales.

En su lugar, los referentes mendocinos Ernesto Suárez y Gladys Ravalle dieron la bienvenida, recordaron la importancia de la Ley Nacional de Teatro y su misión, e invitaron a disfrutar del paisaje otoñal y de la fiesta. En paralelo, algunos artistas aprovecharon la ocasión para hacer oír sus planteos a la gestión cultural local.

Los reclamos se hicieron visibles y señalaron tensiones políticas que no están ausentes de los debates que se dan en el país. Todo lo contrario: hubiera sido difícil que no se filtrara algo de esto

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El dato

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araná fue sede de la Fiesta Nacional de Teatro en 1996. Esa ha sido la única vez y ya pasaron más de 20 años. Tal vez sea buen momento para que el teatro del país se reúna nuevamente en esta ciudad que fuera sede de la Confederación Argentina y que se vanagloria de tener el teatro más antiguo de Latinoamérica, el Municipal 3 de Febrero.

7 en el evento del calendario escénico más popular y federal.

Encrucijadas entre lo “ideológico y la gestión”, como bien plantea en clave de humor la murga La Mojigata en este 2017, fueron parte de las discusiones en el seno del campo cultural, en las charlas de café, en las mesas de devoluciones o en los encuentros más casuales durante las comidas compartidas entre críticos, funcionarios y artistas. Como bien señaló el Flaco Suárez, recordando a Saint-Exúpery, los adultos somos niños dañados, y los sensibles artistas expusieron esto con sus obras más doloridas o tiernas, más provocativas o condescendientes.

De lo mejor Tanto Empleados (CABA) como La revoluta (La Plata) y Usted está siendo interpretado por Luis María Carnicetti, de provincia de Buenos Aires (Lomas de Zamora), estuvieron entre los puntos altos de la Fiesta.

La primera, con actuaciones de Lucila Chedufau, Matías Corradino, Valentino de la Fuente, Priscila Lombardo, Fernando Morales, Florencia Rebecchi e Ignacio Torres, se mete con el tema del trabajo en una ciudad de grandes dimensiones como Buenos Aires, pero también da cuenta de otros temas como las relaciones humanas signadas por el ocio y el subempleo. Fue más que atractiva esa composición en 21 escenas que deja al descubierto el costado infame de los ámbitos laborales, bajo la fina dirección de José Mehrez que hace lucir a un joven y talentoso elenco.

En la obra de Diego de Miguel, La revoluta, cinco actores excelentes –Fabián Andicoechea, Claudio Cogo, Edgardo Desimone, Juan Hernandorena y Niem Nital- noquean a los espectadores con un espectáculo de exportación, construyendo inusitados y desopilantes personajes. Esta divertida farsa, integrante de una trilogía exploratoria sobre los llamados “géneros menores” de la comicidad, se ordena en resonancias y referencias de la propia historia argentina, con sus fallidos intentos de revolución, la pérdida de un líder anclado en París, la figura de la empedernida militancia, la seducción y la traición.

En Usted está siendo interpretado... a través de un simulacro periodístico se satiriza a algunos políticos nacionales y en especial a informativos televisivos que cotidianamente parecen parodiar

la realidad. En este trabajo del grupo Ceta Teatro, se destaca la labor compositiva de Leandro Menéndez.

Dentro de este grupo de las obras que sobresalieron, no puede quedar afuera Gurisa, de Toto Castiñeira con un elenco de gran despliegue conformado por Juan Azar, Francisco Bertín, el entrerriano Marcelo Estebecorena, Nicolás Deppetre, el rosarino Pablo Palavecino y el brasilero Fred Raposo. Los actores entregaron piel y alma para esta “parodia de romance”, ubicada históricamente en tiempos de la Conquista del Desierto, utilizando fuentes lumínicas poco tradicionales, un vestuario impactante y creando situaciones de gran potencia, aunque a veces el texto o los signos escénicos se pierdan un poco en sus significaciones plurales.

Párrafo aparte merece Quiero decir te amo, un texto dramático único de Mariano Tenconi Blanco, en representación de Neuquén. Cabe añadir que el notable teatrista además se hizo presente especialmente con Fabián Díaz, para presentar el volumen 18 del último Concurso Nacional de Obras de Teatro, en el que ambos obtuvieran el primer y segundo premio. Por su parte, las actrices Jorgelina Balsa y Clara Miglioni, bajo dirección de Juan Parodi, lograron conmover con sus interpretaciones y se llevaron todos los aplausos en las dos funciones realizadas en una de las salas pequeñas de la Nave Cultural, una de ellas semi accidentada por un inesperado corte de luz.

También tuvieron elogiada recepción Las hijas de Bernarda de Edgardo Dib, versión del clásico de Federico García Lorca, que llegó con el elenco de Chaco; Nada del amor me produce envidia, de Santiago Loza y dirigida por Marcela Juárez, con interpretación de Gabriela Perez Cubas (Tandil) y Laurita. Tiene muchas cosas que hacer, ficción autobiográfica de Laura Copello y Ricardo Arias (Rosario), desde estéticas y procedimientos muy diferentes.

En tanto Entre Ríos fue representada por una de las creaciones de Teatro del Bardo, El cruce, dirección de Gabriela Trevisani y dramaturgia de Valeria Folini. Tampoco defraudó al numeroso público que se hizo presente en el teatro Quintanilla. Es más, la propuesta ofreció muy buenos

trabajos actorales y un relato hecho propio, inspirado en historias misioneras, que hizo levantar de sus butacas a los espectadores que los ovacionaron.

Dos bastiones La provincia anfitriona ofreció tres buenos trabajos. La producción de la Comedia Municipal de Mendoza fue convidada para abrir con poesía y humor, al aire libre, nada más ni nada menos que este gran encuentro nacional. Presentaron 120 kilos de jazz de César Brie, con dirección de Pablo Longo.

El organismo local, vale resaltar, establece desde hace tiempo, por concurso público, la pieza, elenco y directores que todos los años estrenan una jerarquizada producción escénica.

Un mecanismo a adoptar por estos lares. Víctor Di Nasso, Matías González, Magdalena Lucero, Manuel Damia y Pablo Mestre, desandaron solventemente la hermosa historia sentimental que propone su autor, despertando suspiros y risas.

Tu veneno en mí de Manuel García Migani, brindó resultados de indagaciones conducidas con destreza, apostando a la honesta investigación de los numerosos trabajos actorales, el espacio y un entramado dramatúrgico que convocó hasta versos del mismísimo Juanele Ortíz.

La creación colectiva inspirada en la obra de Juan Draghi Lucero, Somos el recuerdo del mar que pasó, con dirección de Rosana López y dramaturgia de Diego Martínez, fue otra de las destacables. En las entrañas del árido paisaje mendocino, los personajes –con técnicas de marionetas de hilo- revelaron mitos, desprendidos de narraciones populares e hicieron las delicias

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8 1 de pequeños y adultos que disfrutaron del bello espectáculo.

De Córdoba, también en calidad de invitada, estuvo Eran cinco hermanos y ella no era muy santa de Miguel Iriarte, a cargo de la Comedia Cordobesa. Con su genuino acento humorístico, mediterráneo y cuartetero, le pusieron alegría y ritmo a la sala mayor del Teatro Independencia.

Volver a Madryn, de Rodrigo Cuesta, con estupendas actuaciones de Ale Orlando, Ignacio Tamagno y Hernán Sevilla, provocó con su incorrección política y con un lucido dispositivo lumínico -presente en recordados trabajos del creador radicado en la Docta-, logró trasladar hacia a una ciudad costera, a la platea colmada. A su término, varios cientos de espectadores aplaudieron con ganas, los riesgos asumidos y las imágenes sureñas.

El talentoso Jorge Villegas mostró Esdrújula, palabras para Bonino, una obra de impronta expresionista que, como algunas otras del realizador del grupo Zéppelin Teatro, reconsidera la política argentina del último medio siglo y se inspira en el texto original de Marcelo Cassarín dedicado al artista Jorge Bonino.

Con sólidas y exigentes actuaciones de Rodolfo Ossés y Santiago San Paulo, y música en vivo y sonorización de Cruz Zorrilla, la celebrada propuesta se asentó además en el vestuario de Edgar Tula y los atractivos objetos de Eric Flores. No exento de algunas polémicas, el espectáculo se agradeció sobradamente por méritos que saltan a la vista y al oído.

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Reconocer y premiar No faltó un tiempo y espacio dedicado a distinguir la trayectoria de teatristas de distintos rincones. El Premio Nacional fue para el director Rubens Correa y reconocidos teatristas de las regiones como Alberto Félix Alberto, Rafael Reyeros, Claudio Tomás García Bes, Hugo Aristimuño y Adhemar Bianchi, también recibieron el reconocimiento y aplauso de sus colegas.

El Trayectoria de Colectivo Teatral Nacional fue recibido por Kossa Nostra, el grupo de titiriteros de Misiones fundado por Marcelo Reynoso, el Basko Ugalde y Tuni Bóveda. A partir de esta edición, se instauró además un nuevo premio a los Colectivos Regionales, que de aquí en más será entregado en las sucesivas Fiestas Nacionales.

Durante la ceremonia se remarcó la singularidad del quehacer teatral. “El teatro es grupal o colectivo, o es un verso”, aseveró Ernesto Flaco Suárez.

Aristas de los artistas Variadas propuestas de teatro para adultos y niños, y aún de danza-teatro y murga, fueron algunas de las ofertas que desfilaron por algunos de los trece espacios previstos por la Fiesta Nacional.

Varias de ellas debieron lidiar con dificultades extras, respecto a las condiciones de sus orígenes

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Bien formados

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ás de treinta espectáculos durante diez jornadas continuas y alrededor de 13.000 espectadores circularon por el mayor evento teatral del país. Más otras 1000 personas que vieron buen teatro en otras ciudades de esta provincia al pie de la cordillera.

Eso dicen los números pero la mejor evaluación la hacen los propios partícipes. La actriz Laura Copello, señaló que para ella “está bueno pensarse a uno mismo haciendo teatro más otras discusiones del orden de las políticas culturales. Nos gusta estar en estas instancias de fiesta y encuentro, porque el aprendizaje se da cuando uno ve el trabajo del otro y escucha lo que otros te devuelven”.

El dramaturgo y director Diego de Miguel, por su parte, dijo que presenció varias obras que le gustaron mucho y se sintió “muy estimulado por los espectáculos que vemos y los debates que se suscitan en las devoluciones”. En efecto, la Secretaría de Cultura de Mendoza convertida en Punto de Encuentro de críticos, investigadores y actores, fue enriquecedor no sólo por la cantidad de asistentes sino por las múltiples miradas que generaba un mismo hecho artístico.

de producción –especialmente en cuanto a la capacidad de sus plateas. No obstante y atendiendo a lo que se desprende de esto, agregamos una enumeración rápida de títulos y nombres que no han sido mencionados hasta aquí y que concentran diversos méritos.

Cartas en bicicleta, de Cecilia Oviedo Torres y Paula Recchiuto (Jujuy), Amar Amando (o los ojos de la mosca), de César Romero (Tucumán), Un tonto en una caja, de Martín Giner, con su particulares búsquedas dramatúrgicas y buenos trabajos actorales, Mujer en la ventana con perfume de ayer y el alma prendida con alfileres, de Emilse Giardilli y Javier Santanera (Río Negro), Barroco americano, (Catamarca) de Alberto Moreno y El mal (América machetada), de David Romano con dirección de Romina Arce (Santa Cruz).

Fotos 1. Víctor Di Nasso y Magdalena Lucero, dos de los buenos actores mendocinos en 120 kilos de jazz.

2. Un instante de Esdrújula, palabras para Bonino.

3. Escena de la hermosa Somos el recuerdo del mar que pasó.

4. Empleados, producción

“Hay muy buenos espectáculos y también se ve cierta debilidad de algunas provincias, lo que hace cada vez más necesario reforzar las asistencias técnicas”, aportó el periodista santafesino Roberto Schneider. “Un auténtico federalismo debería sostenerse en el tiempo, no solo con subsidios, sino también con más capacitaciones, más encuentros e intercambios entre regiones”, apuntó el matutino Los Andes en su balance, algo con lo que es difícil no acordar.

En paralelo, fueron muy convocantes y nutrientes los seis espacios de capacitación así como los diarios encuentros junto a jurados nacionales y la crítica, las charlas y presentaciones de las publicaciones de la editorial del INT y los homenajes a la trayectoria de diferentes artistas y grupos.

Estas fueron algunas de las características que reunieron en la Tierra del buen vino, a una parte sustancial del palpitante teatro independiente argentino.

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resultante de un seminario dictado en la EMAD. 5. La actriz rosarina Laura Copello en delicada ficción autobiográfica.

6. Gurisa sorprendió y gustó al público del Teatro Independencia.

7. Tu veneno en mí partió de una interesante investigación escénica.

8. La revoluta (La Plata) sobresalió por sus contundentes actuaciones.

9. Usted está siendo interpretado..., dio lugar a la mordaz crítica sobre la política y la TV. 10. Entre las más aclamadas y conmovedoras estuvo Quiero decir te amo.

11. Las hijas de Bernarda de Edgardo Dib, representó una versión rejuvenecida del clásico.

12. Volver a Madryn, escrita y dirigida por Rodrigo Cuesta.

En tapa: Ossés y San Paulo en Esdrújula, palabras para Bonino.

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Actualidad Seminarios

Legados testimoniales Cuando la revista Teatros de Bogotá publicó a comienzos del 2010 su número 13 dedicado al gran maestro polaco, quedó claro que buena parte de lo legado por Jerzy Grotowski aún estaba para ser sopesado y socializado en Latinoamérica. Entonces seis artículos de referentes colombianos, -incluyendo a Santiago García, que aporta una divertida anécdota- tributaban miradas de sus relaciones o vínculos con el revolucionario director europeo.

Ahora, en cierto sentido para paliar muchas de aquellas ausencias o vacíos, y para internarse en otras miradas y reflexiones, Horizontes Baldío Editorial acaba de publicar en español por primera vez Grotowski & compañía. Fuentes y variaciones, de Ludwik Flaszen (Polonia, 1930), el veterano compañero de andanzas del experimental creador de ascendencia universal, que transformó las artes escénicas a mediados del siglo pasado.

Como en el caso de El caballo ciego.

Diálogos con Eugenio Barba y otros escritos, de Iben Nagel Rasmussen, -al que se parece en su edición, portada y tamaño, recién reeditado por Eternos pasajeros, luego que en el 2015 se agotara su primera edición-, se tiene la impresión de estar ante auténticos acontecimientos editoriales, por su objetiva trascendencia y su encanto.

En el primer caso, el director literario del Teatro de las 13 Filas y más estrecho colaborador de Grotowski, testimonia no sin esfuerzo el contexto de la Polonia que conoció, sus extensiones en Europa y su relación con el autor de Hacia un teatro pobre. Proponiendo ser leído a saltos, como a Macedonio Fernández o Julio Cortázar, Flaszen -radicado en París desde 1984-, deshilvana irónico medio siglo de acontecer cultural y teatral, en medio de los avatares políticos y sociales de su – para muchos-, mítica patria, cuna de grandes creadores conocidos en Argentina, como Witold Gombrowicz y Tadeus Kantor.

En tanto en El caballo ciego, la actriz y directora del Odín Teatret se vincula con acaso el heredero dilecto del director cracoviano. En este libro, Iben Nagel Rassmusen regala un archivo documental valioso, con

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extraordinarias fotografías de archivos públicos y privados que además, recorren la vida del grupo radicado en Holstebro, Dinamarca, fundado por el gran director italiano.

La actriz (Copenhague, 1945) da cuenta de su rica historia y de los espectáculos que hicieron famosa a la compañía.

Ambos libros son “fuente esencial para cualquiera que desee ocuparse de un teatro cuya jerarquía en la escena de la segunda mitad del siglo XX es ya universalmente reconocida”, según describe la contratapa de este volumen de más de trescientas páginas.

En suma, trascendentes y singulares aportes para conocer los capítulos más valiosos de los últimos años de la historia del teatro universal y contemporáneo.

En el marco del Programa de Formación Continua “Dirección escénica: recorridos históricos y devenires contemporáneos” de la Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales de Uader, se han desarrollado dos actividades curriculares dedicadas a El teatro como herramienta de transformación social, abiertas a la comunidad.

La Otra Butaca pudo participar de una de ellas, el taller sobre Teatro Comunitario, que a fines de mayo dictó Ricardo Talento, director del grupo Los Calandracas (Buenos Aires).

Esta propuesta, al igual que el seminario sobre Teatro obrero y de militancia en Argentina, que en abril dictó Carlos Fos, concitó gran interés de profesionales y estudiantes de teatro de la región así como de promotores culturales y de organizaciones de base. Si bien el teatro comunitario escasea en Entre Ríos -aunque es de notable trascendencia en otras provincias y en países hermanos como Bolivia, Perú o Chile-, en el país hay unos 60 grupos que trabajan bajo esta modalidad, según señaló el docente. “En el teatro comunitario todos tenemos lugar, todas las generaciones estamos juntas… es que una forma de dominarnos es la separación por generaciones. En el teatro comunitario hay encuentro. La gente a veces no va al teatro porque cree que no es para ella. A veces a mí que soy hombre de teatro, me da escozor entrar a determinadas salas, no sé con qué me van a salir”, disparó Talento.

Al tiempo que definía y caracterizaba de qué se trata esta forma de crear junto a los vecinos de un barrio cualquiera, el actor y dramaturgo puntualizó una diferencia sustancial. En estas experiencias, al trabajar con elencos de vecinos tan numerosos, de 50 a 100 personas, los roles protagónicos necesariamente van rotando y por lo tanto “se diluyen los egos que suele tener el actor profesional”.

La afluencia de público que conquistó este taller habla de un entusiasmo por empezar a enunciar en esta provincia, desde otras realidades y problemáticas sociales, otras lógicas.

Así que, bienvenidas las nuevas propuestas que puedan surgir de aquí en adelante.

Teatro zurdito y mucho más

Las IX Jornadas Nacionales y IV Jornadas Latinoamericanas de Investigación y Crítica Teatral organizadas por la Asociación Argentina de Investigación y Crítica Teatral (AINCRIT) del 10 al 14 de mayo pasado en Buenos Aires, volvió a posibilitar encuentros y avances de trabajos y estudios sobre nuestros teatros, en una muy amplia gama de intereses e inquietu-

Actualidad Constelación de poemas Esta antología, Los fuegos de Orc, de Mágicas Naranjas, es hermosa. De reciente aparición, este libro inaugura algo nuevo en los editores de Lanús, Hilda Fernández y Gustavo Gottfried. Bajo la responsabilidad de Patricio Foglia y Marcelo Díaz, la pieza reúne treinta poemas, la mayoría breves, de voces que celebran al cosmos y sus criaturas, a la Tierra y algunas de las preguntas que se formulan en torno a ella, al futuro, a las distintas dimensiones o vidas posibles.

Es un libro delicado como una pluma, en el que es palpable reconocer talentos de distintas entonaciones, ya que se abre con “Cuando oí al docto astrónomo” de Walt Whitman, prácticamente se cierra con el llano y delicado “Misterio” des, como ya es habitual en esta reunión anual.

Convocados bajo el lema de “Teatro e izquierda”, en conmemoración del Centenario de la Revolución Rusa, afirmaron los organizadores: “Proponemos un enfoque amplio, tanto en términos conceptuales como territoriales, que nos permita abordar múltiples temáticas y experiencias artísticas. Con esta iniciativa, la AINCRIT busca participar de los debates que atraviesan nuestras sociedades respecto de las tensiones y sentidos que se articulan en torno de esta celebración, que continuarán a lo largo del territorio latinoamericano, dirigiendo la mirada hacia la historia pasada y a la vez proyectando las preguntas de esa historia hacia el presente y hacia la arena específica del campo teatral”.

Además señalaron algunos interrogantes a propósito del tema de la convocatoria como: “¿En qué medida y de qué modo estos procesos históricos y sus protagonistas han sido objeto de distintas piezas teatrales?, ¿Qué otras tematizaciones del problema pueden identificarse en la escena teatral pasada o presente? ¿Cómo podemos pensar las rupturas y continuidades de los vínculos de dependencia entre las metrópolis y las periferias en términos políticos, culturales y epistemológicos? ¿Cómo podemos pensar las potencias específicas de lo teatral a partir de las teorizaciones referidas a la relación entre arte e izquierda?”.

Con sedes en la Feria Internacional del Libro -en el Predio Rural- y en el Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini, investigadores, docentes y teatristas se reunieron para distinguir a colegas de dilatada trayectoria, asistir a clases magistrales como las dadas por Enrique Mijares Verdín, exponer sobre nuevos resultados de pesquisas, acompañar la abundante producción editorial y participar de interesantes diálogos y talleres de formación como Acercamiento al distanciamiento de Bertolt Brecht, dictado por Laura Brauer, y Teatro de títeres y objetos “Querido

de Jorge Leónidas Escudero, de San Juan y se pasea por destacadas voces de Mendoza, Córdoba, Corrientes, Salta, Chaco o Buenos Aires, entre otros. Hay textos inéditos y éditos; hay hallazgos o recuperaciones de autores, fortuitos elementos y formas; y unos viajes enormes que son el elemento o el alimento de la auténtica poesía.

En esta “constelación”, palabra que usa el propio Foglia en una suerte de prólogo, se encuentran dos entrerrianos: Uno es el consagrado Alfredo Veirabé con “Mi casa es una parte del universo” y el otro es el joven Manuel Podestá (La Paz) que aporta el texto “Escriben los alienígenas”.

Objeto”, dictado por Antonio Quispe.

Una criteriosa organización de mesas en las que temáticamente se entrecruzaban estética, política, teorías, historia, vanguardia, identidad o memoria, es uno de los aciertos de la AINCRIT y su Consejo Directivo, presidido por la profesora Cristina Quiroga.

A lo largo de casi una década, estas Jornadas han logrado nuclear un vasto panorama reflexivo de las artes escénicas en Latinoamérica, en una de las capitales teatrales del mundo como es la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Por otra parte, en Bahía Blanca y Punta Alta, se realizó una valiosa extensión del evento en las I Jornadas AINCRIT de Vestuario Teatral, “El Vestuario como expresión y reflejo de cada época”.

Congreso

Del 10 al 12 de agosto próximo se desarrollará en Mar del Plata el VIII Congreso Argentino e Internacional de Teatro Comparado “Tradición, rupturas y continuidades” que organiza la Asociación Argentina de Teatro Comparado (Ateacom). Además de conferencias magistrales y mesas redondas con dramaturgos, actores, directores, investigadores, traductores, el programa prevé la presentación de libros, puestas y proyecciones sobre temas de teatro universal.

La convocatoria en esta ocasión es una invitación a aprender sobre antropoescenología y/o socioescenología, estudios comparados de teatro clásico y teatro argentino, poéticas comparadas del teatro, entre otras cuestiones.

Nueva sala

Si bien no abundan las salas de teatro independiente en la capital entrerriana, desde el año pasado se habilitó una nueva, gestionada por el actor Jesús Fercher, equipada para dictar talleres, ensayar y hacer funciones.

Por caso, Elsa y Anita, de Soledad González, trabajo dirigido por Daniela Osella y Gabriela Trevisani, con las actuaciones de Tati Paulini y Marisa Grassi, se estrenó hace poco allí y colmó la capacidad de la sala.

Se trata de Arandú, espacio de arte, ubicada en Racedo 289.

Tati Paulini y Marisa Grassi en Elsa y Anita.

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Festivales

que pegaron un estirón

T

anto al Festival de teatro callejero Corriendo la coneja como al de Espectáculos Infantiles (FEI), se los espera, ya tienen su público, conquistado a fuerza de tesón.

Ambos se realizan en Paraná. El primero es un clásico de Semana Santa y el otro, de las vacaciones de julio. Sea por lo que se vio o por lo que se anticipó que será la propuesta de invierno para los más pequeños, los dos festivales dejan ver un notorio crecimiento en cuanto a organización, obras –cantidad, calidad y diversidad estética-, nuevas instancias de formación y expansión de la oferta a otros territorios.

La cuarta edición del festival de teatro callejero Corriendo la coneja, organizada por los grupos Macanos Borondongos, Teatro del Bardo y Compañía Teastral, tuvo lugar del 13 al 16 de abril pasado en el escenario natural de la placita Sáenz Peña, de Paraná. Esta vez además de ofrecerse dos obras por día de elencos locales y de otras partes del país, la programación se completó con el teatro lambe-lambe -ése que se hace desde una caja escénica, manipulando objetos en miniatura y para ser degustado de a una persona por vez- de la compañía Umami (Buenos Aires), una carpa de lectura a cargo de Carina Colombo, un taller de Poesía Pequeña coordinado por Rocío Lanfranco, proyecciones del Instituto Audiovisual de Entre Ríos y los módulos interactivos del Museo Puerto Ciencia (UNER).

Por otra parte, quienes están detrás de este Festival, agregaron un nuevo espacio de teoría y reflexión de la mano de Carlos Fos, quien brindó dos charlas tituladas “Los orígenes de un teatro militante de calle” y “La reformulación del no lugar en la expresión del teatro de calle”. En tanto,

Leonardo Olivari (Buenos Aires) coordinó un taller de construcción de cajas para teatro Lambe Lambe que concitó el interés de los teatristas locales que deseaban incursionar en este singular mundo.

Con Icaria (Paraná) y Humor Científico (Poper – Buenos Aires) se abrió la programación de esta edición y en las jornadas siguientes estuvieron: Una conferencia muy animada acerca de la vida y obra de Tolouse Lautrec a cargo de los Macanos Borondongos (Paraná), Esta noche hay corso (Tres Tigres Teatro, de Córdoba), Les Carteres (QuéTupé y Teatro del Bardo – Santa Fe/Paraná), El amor en los tiempos de amapolas (recreación de El Gigante Amapolas de Alberdi, por El Baldío Teatro – Buenos Aires), Ruedos (Payaso Cenizas -CABA), A María Elena, la juglaresa (Puro Cuento y Paquito – Santa Fe).

“En un ámbito hostil, sin red de contención, los actores callejeros se transforman en una apuesta por la esperanza. Pero no se trata de una apuesta ingenua, sino de una jugada artística con una ideología clara en un punto: desafiar la insolidaridad reinante, la despersonalización y la mercantilización de los cuerpos. En Paraná, durante el Festival Corriendo la coneja, la celebración de vida se apodera de la plaza, la hace suya con una propuesta tan ecléctica como enriquecedora”, resaltó el historiador teatral invitado, Carlos Fos. El disfrute del público, de todas las edades, notable en cada gesto, risas, aplausos, dio cuenta de la necesidad de este tipo de festivales, de entrada a la gorra, es decir abierto y posible para todos.

Mientras que el Festival de Espectáculos Infantiles que se viene haciendo desde 1998,

Una escena de Esta noche hay corso del grupo Tres Tigres Teatro, de Córdoba.

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En plena acción, Antonella Fernández Pabón y Romina Fuentes, en Les carteres.

este año suma por primera vez dos extensiones como Crespo -del 9 al 14 de julio en la sala municipal Eva Perón- y Oro Verde -del 19 al 23 de julio en el salón municipal del Polideportivo-, localidades a las que llegará el Feicito, un espacio especial diseñado para transportar a los más chiquitos al mundo de fantasía a través de canciones, narraciones, móviles y títeres.

Nadia Teruel y Silvina Fontelles, dos de las organizadoras que por estas horas ultimaban detalles de la programación, se mostraron sorprendidas por la cantidad de elencos de Paraná que este año se presentaron interesados en participar con sus obras. Esta vez, a diferencia de la edición pasada, habrá más del doble de espectáculos locales. Hasta aquí y según supimos, el FEI será del 10 al 22 de julio, con funciones diarias en el Teatro Municipal 3 de Febrero y el Centro Cultural Juan L. Ortiz. Planeta Huerta del Grupo La Cacerola conducido por María Luz Gómez, Aventura en cortocircuito del grupo Saltimbanquis o El secreto de la princesa Yatzil del grupo Patatas Patas, son algunos de los elencos paranaenses programados pero también están El fantasma de Clownterville (Córdoba) y Transforma bestias del grupo La gorda azul (Santa Fe).

Planeta Huerta, uno de los espectáculos que podrá disfrutarse en el próximo FEI.

Desafíos para una nueva

dramaturgia Ricardo Dubatti

E

n los últimos años, un número cada vez mayor de teatristas ha comenzado a escribir. La multiplicación de espacios y de poéticas, así como una cierta horizontalización en el campo teatral, permite que se potencien las concepciones de trabajo y se sumen nuevas voces constantemente, cada vez a una edad más temprana. Estos artistas, marcados por la Postdictadura y el Neoliberalismo como historia reciente traumática, representan novedosos aportes al teatro argentino. El festival Novísima Dramaturgia Argentina, que ha concluido recientemente su cuarta edición, posee como objetivo la visibilización del trabajo de los autores menores de 35 años.

El festival se realiza a partir del trabajo de integrantes del Área de Investigaciones en Ciencia del Arte (AICA), nucleado en el Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini (CCC). De la misma manera que en las ediciones anteriores, la propuesta incluyó la convocatoria a doce dramaturgos, con seis espectáculos presentados en cuatro espacios teatrales diferentes, dos mesas de debate y la presentación de dos libros, incluida una nueva antología donde se reúnen los espectáculos seleccionados, quinta publicación que realizamos dedicada a la difusión de la dramaturgia novísima.

Para la cuarta edición se presentaron De los héroes que no aterrizan en las islas de los cuentos, de Pilar Ruiz -estreno del festival en formato semimontado-; Si no te veo, felices fiestas, de Pablo Bellocchio; Sólo hay ligación si la complementariedad es exacta, de Ignacio Torres; Condición de buenos nadadores, de Camila Fabbri; Los hombres vuelven al monte, de Fabián Díaz; y Despierto, de Ignacio Sánchez Mestre. Los seis textos fueron reunidos en la antología Futuros

Contemporáneos. Novísima Dramaturgia Argentina, publicada por Ediciones del CCC (2017).

Cada texto se encuentra acompañado por una breve introducción realizada por un crítico también novísimo. En la presentación del libro, los artistas discutieron sobre experiencias personales y modos de producción, así como sobre la crítica actual y la multiplicidad de poéticas que conviven dentro de las cartografías de la argentina.

También se presentó el volumen Teatro Reunido (Eudeba, 2016), que compila cinco textos de Patricio Abadi, y se realizó una mesa redonda con teatristas invitados, del que participaron Lucía Baya Casal, Franco Calluso, Gabriel Graves, Natalia Paganini y Miguel Ángel Vigna. En dicho encuentro se cruzaron perspectivas sobre clown, música, títeres y dramaturgia de grupo. A modo de cierre, se realizó una mesa de críticos sub-35, donde se debatió sobre los roles de la crítica -tanto periodística como académica- y el estallido del flujo de la información. Participaron investigadores del AICA y del CONICET: Facundo Beret, María Eugenia Berenc, María Fukelman y Bettina Girotti. Como invitada especial estuvo Mariana Gardey, de la Universidad Nacional del Centro, Tandil, especialista en nuevas dramaturgias.

Al igual que en encuentros pasados, el público acompañó con entusiasmo tanto las funciones en el CCC y en los espacios amigos, Beckett Teatro, Club Vasco Argentino Gure Echea y Apacheta Studio, como en las mesas. Cada encuentro fue grabado y se publicarán próximamente.

El festival de Novísima Dramaturgia Argentina se propone funcionar como un espacio de cruce e intercambio, donde aportar a la visibilización de la labor de los nuevos dramaturgos, no sólo desde el hacer teatral propiamente dicho, sino también desde la producción de saberes específicos. El festival focaliza sobre la variedad.

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Entender el teatro en la actualidad implica estar abierto a una multiplicidad de modos de ver y de pensar. Todo acto creativo porta una concepción, no sólo del teatro, sino del mundo. El desafío es comprender las poéticas desde las coordenadas que son propias de cada universo poético. De allí el valor de proponer funciones, charlas y publicaciones. A partir de las antologías, que ya suman más de 30 textos publicados, buscamos explicitar una mirada teórica y crítica sobre el panorama teatral actual al tiempo que impulsamos la circulación de los textos como matrices de pensamiento teatral. Cada texto funciona como teatro en potencia, lleva sus propias matrices de dirección, de actuación, de expectación, etc. A su vez, estas compilaciones forman un acopio y permiten pensar la actividad teatral como procesos hacia el futuro.

La intención es ofrecer a los espectadores nuevas perspectivas con el fin de multiplicar las lecturas y las miradas, estimular la apertura ante el trabajo de los nuevos artistas. Novísima Dramaturgia Argentina busca acompañar tanto a artistas como a espectadores, técnicos, críticos, actores, etc., para pensar el presente y, especialmente, el futuro del teatro.

Fotos

1 - Si no te veo, felices fiestas (foto Andrés Barbosa)

de

2 - Las palabras mueren de hipotermia (foto de Lucía Feijoó) 3 - Condición de buenos nadadores (foto de Juan Renau)

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Publicaciones recibidas Del país de Piluso

El grupo Esse est percipi publicó recientemente un volumen que casi lo tiene todo: cuatro seleccionados textos dramáticos suyos, estudios de sus espectáculos y poéticas, cálidas palabras de referentes locales y prólogos introductorios como los que realizan Rodolfo Pacheco, Aldo Pricco, Roberto Garin y Susy Shock.

Los creadores además de la sala La Morada, importante espacio en el que desarrollan algunas de sus actividades, celebran con esta valiosa edición, distinguida con el Premio Teatro del Mundo 2016, su tránsito y permanencia en el teatro argentino; su espíritu autogestivo y el deseo de registrar “una pieza importante y significativa en el rompecabezas de la dramaturgia rosarina, por tradición y presente”, según se encarga de señalar Clide Tello, que desmenuza con perspicacia los procesos y procedimientos de construcción del colectivo.

Vittorino Pacheco (En donde el camino siguió para otro lado) de David Anica y Gustavo Di Pinto (2000), A la gran masa argentina de Gustavo Di Pinto y Enrique Gabenara (2001), Caramba (Volver al pasadito) de Gustavo Di Pinto y Enrique Gabenara y Griselda García (2007) y Quiero que gustes de mí (2013) de Leandro Barticevi, Gustavo Di Pinto y Gonzalo Ortiz, son los textos que, con algún registro fotográfico y completas fichas técnicas, quedan ahora a disposición para teatristas y estudiosos del teatro rosarino y argentino, intrigados por el apasionamiento del notable grupo o cooperativa de trabajo teatral, como les place llamarse.

Ante la absurdidad

Apareció recientemente un volumen de autor de provincia, en este caso perteneciente a Fernando Belottini (1962), autor santafesino radicado hace tiempo en Concordia, con más de treinta años de reconocida producción literaria.

Se trata de una publicación prologada por el también autor e investigador Gabriel Fernández Chapo, quien en

pocas palabras sitúa los rasgos de este autor que mereció el Premio Fray Mocho Cuentos 2008, y de sus cinco singulares textos dramáticos reunidos en este volumen. A saber, el que da título al libro, Los hombres de Platón (1992), Más allá complicado (2011), Un vodevil y la breve Los que mueven la piedra, preanunciada en la portada en el detalle del Sisyphus de Tiziano. Ahora al alcance de los teatristas entrerrianos y del país, es dable esperar futuros estrenos entre nosotros.

Dramaturgia y ensayos

Inteatro, la editorial creada en la estructura del Instituto Nacional del Teatro, parece haber retomado su ritmo de publicaciones luego del impasse de unos meses. Así, han comenzado a distribuirse por toda la geografía del país, valiosos títulos de un amplio abanico de intereses que tienen al teatro como núcleo generador. En unos y otros libros, dramaturgia, investigaciones y testimonios escénicos de un nutrido grupo de autores y realizadores, posicionan en alta estima al teatro argentino, y también al latinoamericano.

Hace unos meses, por ejemplo, se publicaron los trabajos resultantes del Concurso Iberoamericano de Ensayos inspirado por el 40° aniversario del Celcit –Centro Latinoamericano de Creación e Investigación Teatral-. “O ator impuro”, de Alfonso Nilson Barbosa de Souza (Brasil) obtuvo el Primer Premio del certamen, y se otorgaron menciones a interesantes textos como “Política cultural del Estado dominicano: el teatro y las industrias culturales”, de José Emilio Bencosme Zayas, y “Aproximación a la estética de lo intrasubjetivo en la dramaturgia actual española”, de Julio Fernández Peláez.

Completan este volumen, “El teatro independiente.

Una aproximación a su historia y presencia actual”, de Roberto Perinelli; “Escrituras múltiples, lecturas productivas: adaptaciones, trasposiciones, versiones y traducciones en el teatro latinoamericano actual”, de Ezequiel Gusmeroti; “Teatro hispano transfronterizo en el nuevo milenio: cambio de paradigma de la narrativa histórica teatral”, de Lina Morales Chacana; “Teatro y performance: el teatro más

allá del teatro”, de Loreto Cruzat y “Gloria Elena Espinoza de tercero: los personajes, originalidad y creación escritural en la dramaturgia nicaragüense”, de Isidro Rodríguez Silva; todos textos valiosos destacados por Olga Cosentino, Fos y Lola Proaño Gómez.

Otros libros que publicó aluvionalmente Inteatro en sus distintas colecciones, fueron: Un teatro de obreros para obreros. Jugarse la vida en escena, de Carlos Fos; Técnicas de clown.

Una propuesta emancipadora, de Cristina Moreira y Teatro 16, que incluye los textos dramáticos premiados en el Concurso nacional de obras de teatro, en este caso de dramaturgia regional, que se había convocado en el 2013. Este último libro trae un total de 18 textos dramáticos con diversos méritos –dos por cada región-. Son piezas que provienen de CABA, Corrientes, Chaco, Tucumán, La Pampa, Chubut, Córdoba, Santa Fe, Mendoza y San Luis, que constituyen un verdadero muestrario de la vitalidad de la dramaturgia nacional. Entre estos autores premiados figuran: Héctor Trotta, Alejandro Boim, Luis Ignacio Serradori, Fernando Pasarín, Carlos Correa, Mario Costello, Sergio Lupardo, María Elvira Guitart, Luis Quinteros, Sandra Franzen, Mauricio Funes y Mariela Alejandra Domínguez Houlli.