Guia De Murcia y el Mar Menor
Águilas Águilas es una ciudad que mira al mar pero tambien refleja su importancia en su patrimonio historico. En un recorrido monumental de esta ciudad, destaca el Ayuntamiento, un edificio del s. XIX de estilo neomudéjar, situado en la Plaza de España, espacio que cuenta con ancestrales jardines y una antigua fuente presidida por un cisne, más conocido como la Pava de la Balsa. Circundan la plaza algunos edificios de porte modernista, así como la iglesia de San José del s. XIX, que guarda la imagen de la Virgen de los Dolores, patrona de la ciudad.
El casco antiguo, sigue manteniendo el ambiente de los barrios marineros, volcados a la pesca y está coronado por el castillo-fortaleza de San Juan de Águilas. Esta torre-fortaleza se construyó alrededor de 1579 con fines defensivos, siendo posteriormente reconstruida en el s. XVIII. En el paseo de Parra se alza el Monumento al Ferrocarril, un ejemplo de la importancia que este medio de locomoción tuvo para la población.
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Ocupando una franja litoral de 28 km y bajo la vigilancia de su hermoso castillo de San Juan de las Águilas, se encuentra este municipio, en el punto más meridional de la Región. Esta localidad ha estado poblada desde la época paleolítica, y otras muchas culturas antiguas como la argárica, fenicia, romana y musulmana han dejado también sus vestigios aquí, destacando especialmente los restos romanos encontrados del siglo I al IV, entre los que destacan sus Termas Romanas.
Como ciudad moderna, Águilas nació del pensamiento ilustrado de Carlos III y sus ministros Aranda y Floridablanca que buscaban un puerto de salida para
los productos hortofrutícolas de la vega de Lorca, al constituir Águilas la salida natural de toda la comarca. La nueva ciudad, de trazado rectilíneo, se convirtió en un enclave comercial en auge que alcanzó su punto álgido en el s. XIX con las explotaciones de plata, plomo y hierro y la construcción de la línea de ferrocarril y el embarcadero del Hornillo por parte de compañías inglesas. En la actualidad, Águilas conserva su tradición marinera y su profunda vocación de destino turístico.
San Pedro del Pinatar San Pedro del Pinatar es un preciosos pueblo que se asoma casi de refilon al extremo norte del Mar Menor pero que tiene unas preciosas playas y un entorno natural muy destacable. Una de las primeras referencia a la ciudad la hizo en su Libro de la Montería, escrito durante el siglo XIV, el Rey Cristiano Alfonso XI En ella dice que El Pinatar, nombre con el que la zona era conocida antaño, "era una espesa masa forestal donde en invierno se caza el jabalí". A principios del siglo XVII, tras la construcción de un pequeño templo que los pescadores dedicaron a San Pedro Apóstol y Pescador , esta zona se dedico a este apostol.
Este barquito de pescadores nos da nuestra bienvenida a este precioso pueblo
Es en el siglo XIX cuando el municipio se transforma en centro de recreo para los habitantes de la huerta, que fijan su residencia estival en este rincón de la costa, atraídos entre otras cosas por las propiedades curativas del Mar Menor y los famosos baños de lodo en las Charcas de las Salinas beneficiosos para la salud.
Los Molinos De Quintín Y Calcetera son molinos salineros de 2 tímpanos. Fueron construidos en el primer tercio del siglo XX para trasvasar agua desde los canales procedentes del Mar Menor hacia las balsas calentadoras de las salinas. Actualmente se encuentra en desuso. Estos molinos funcionaron hasta principios de los años setenta, porque se instalaron bombas eléctricas para llenar las charcas de las salinas.
Su historia se remonta a la 茅poca romana, de la que se han hallado restos de viviendas en el Yacimiento romano de La Raya y en la que se inici贸 la explotaci贸n de las salinas de Coterillo, que a煤n hoy siguen en actividad.
Estos humedales forman con las dunas y las playas de La Llana y Torre
Derribada, el más antiguo de los parques regionales de Murcia, el Parque Regional de las Salinas y Arenales de San Pedro del Pinatar
el cual con sus 857 hectáreas es la zona húmeda más importante de la Región de Murcia, dando cobijo a más de cien especies de aves, entre las que destaca el flamenco.
Dentro del Parque Regional de Las Salinas y Arenales de San Pedro del Pinatar Encontramos uno de los puntos mas bonitos de la zona es PLAYA DE LA LLANA, una playa salvaje del Mediterráneo que puede disfrutarse todo el año y donde se pueden dar largos paseos. En verano se puede llenar algo de gente porque tiene un chiringuito al principio que abre. Tiene socorrista. Si te gusta ir en bici puedes acceder fácilmente. Tiene muchas dunas.
Alojamiento en Murcia Murcia tiene excelentes hoteles , Me gustaria recomendar dos El hotel en Aguilas Juan Montiel Puerto y el Hotel Trai単a en el Mar Menor
La Costa Calida de Murcia La costa de Murcia se llama la Costa Calida , ¿por que? Por que en ella encontramos unas playas limpias llenas de servicios a unas temperaturas maravillosas donde nos quedariamos todo el dia metidos. Mencion aparte el Mar Menor y la manga, donde gracias a la aumento de la salinidad podemos sentirnos flotar en el agua toda una sensacion. La zona de La Manga y el Mar Menor, icono del turismo en la Región, es un paraíso vacacional donde los grandes complejos hoteleros conviven con zonas más bohemias y con playas secretas de aguas cristalinas. A medida que se avanza hacia el sur una espectacular sucesión de acantilados de pizarra y calas solitarias se abren paso hasta llegar a Cartagena y a su litoral urbano.
Mazarrón, un destino de sol y noche, ideal tanto para disfrutar de una jornada a pie de playa como para permanecer despierto hasta el amanecer. En el punto más meridional se encuentra Águilas, cuyas riberas nos invita a perdernos entre bahías, puertos, puntas rocosas y playas de arena fina y a disfrutar del turismo náutico y subacuático en toda su intensidad.
Entorno natural de Murcia El Valle de Ricote es una vega fértil de palmeras y frutales que conserva aún intacto el espíritu de la cultura morisca. Este oasis es el mejor lugar para recargar energías y reencontrarse con lo auténtico.
El Parque Natural de Sierra Espuña es el pulmón verde de la Región, idóneo para amantes de los deportes de naturaleza, amigos de los bosques y de la comida casera. Las tierras altas del Nordeste, en el Altiplano, son ricas en vino, cultura y pinturas rupestres.
Aquí los paisajes son tan espectaculares que parecen pintados y el buen gusto y la hospitalidad son constantes.
En el lado opuesto, en el Noroeste, es tradición recorrer la Vía Verde, subir a la cumbre más alta de la Región, asomarse al antiguo mundo íbero y saborear uno de los mejores arroces de España al cobijo de un buen fuego
La Manga del Mar Menor Bajo el descriptivo apelativo de La Manga se encierra un curioso capricho orográfico que ha venido siendo uno de los símbolos que mejor identifican el litoral murciano como enclave turístico: un cordón extendido a lo largo de, aproximadamente, 24 km entre Cabo de Palos y la Punta del Mojón, que pone límites naturales a la laguna de agua salada conocida como Mar Menor. En su origen, lo que actualmente se conoce como La Manga del Mar Menor fue una bahía abierta al Mediterráneo; en sus extremos, escollos de rocas volcánicas fueron actuando paulatinamente como frenos de arenas y sedimentos arrastrados por las corrientes marinas, hasta conformar una columna arenosa de dunas y vegetación agreste y extensas playas bañadas por dos mares, el Mediterráneo y el Menor. La Manga es una estrecha franja de terreno cuya anchura varía entre 200 m y 1 km y medio. Está cortada por canales naturales que mantienen el contacto entre los dos mares; las llamadas golas permiten la entrada en el agua del Mediterráneo en la laguna. Como tal espacio, se mantuvo virgen hasta la década de los años sesenta, cuando se produce el "descubrimiento" de La Manga como enclave turístico, experimentando una transformación con la urbanización de la zona y la construcción de infraestructuras turísticas. Hoy en día todo lo que alberga La Manga está pensado para hacer la estancia más agradable al visitante. Unas dotaciones hoteleras completas con una red de establecimientos con la máxima calificación (un hotel de cinco estrellas, entre otros), situados en puntos estratégicos, complejos residenciales de apartamentos, puertos náuticos, escuelas de vela, centros de recreo, supermercados, tiendas, bares, discotecas... todo lo necesario para el que busca unas vacaciones plenas. En épocas de invierno y otoño, La Manga continúa funcionando, ya que posee una población constante durante todo el año. El
invierno es ideal para los que buscan tranquilidad, disponiendo de las infraestructuras y servicios necesarios. Por su propia condición de enclave entre dos mares, La Manga es también un lugar idóneo para la práctica de los deportes relacionados con la náutica. Escuelas de vela y esquí con cursos periódicos, windsurf y catamaranes. En el Mediterráneo disfrutarán los que prefieren un fuerte oleaje para deslizarse con las tablas de windsurf; además, toda la costa ofrece una serie de zonas óptimas y perfectamente delimitadas para la práctica del submarinismo, como Cabo de Palos y profundidades rocosas junto a la Isla Grosa. Además, los que acudan a esta zona podrán disfrutar de todas las ventajas de la Estación Náutica del Mar Menor que, siguiendo el concepto de las estaciones de esquí, ofrece un conjunto de infraestructuras náuticas, deportivas y turísticas, hoteles y alojamientos y establecimientos de formación y ocio agrupados en un espacio común: toda la Ribera del Mar Menor y La Manga. Las excepcionales condiciones climatológicas de la zona -315 jornadas de sol al año y 18ºC de temperatura media anual- son óptimas para la práctica continuada de actividades náuticas.
Las preciosas ciudades de Murcia La Región de Murcia propone cuatro paradas imprescindibles para urbanitas. Murcia, la capital, es vibrante pero cómoda a la vez, perfecta para vivirla a pie de calle y de terraza. Muy recomendable para salir de tapas, ir de museos y asistir a algún espectáculo nocturno. A orillas del Mediterráneo se emplaza Cartagena, un puerto con más de 3.000 años de historia que irónicamente constituye en la actualidad uno de los ejemplos más llamativos de ciudad contemporánea. Su herencia púnica, romana y militar configura un paisaje único que no podrás encontrar en ningún otro lado. Lorca es la parada monumental por excelencia, medieval, renacentista y barroca. El recorrido por su casco antiguo es una delicia, así como la visita a la Fortaleza del Sol, a sus desfiles de Semana Santa y a sus playas y entornos rurales.
Caravaca es una de las cinco ciudades santas del mundo, meta de peregrinos y antigua plaza de templarios. En pocos lugares encontrarás un ambiente tan magnético y hospitalario.
Cartagena Cartagena es una de las ciudades mas completas de españa y que tiene muchisimo que ofrecer. Cartagena posee un litoral de gran belleza, destacando las playas de Cala Cortina y el Portús, además de las famosas playas de La Manga del Mar Menor y de Cabo de Palos. Pero Cartagena añade a su oferta de la zona litoral la posibilidad de practicar el turismo rural en alguna de sus muchas pedanías interiores. Zonas tranquilas y próximas a espacios naturales de interés medioambiental donde poder practicar actividades en contacto con la naturaleza y con el valor añadido de su proximidad a la costa. El viajero podrá degustar la gastronomía propia de una ciudad marinera, pero al tiempo abierta a su campo. Pescados y salazones, el típico caldero- un guiso de arroz al estilo de los pescadores- junto a las carnes y los productos agrícolas de su feraz campo, todo ello regado con los vinos de la tierra y acompañado de las bebidas tradicionales, como el café asiático, que hacen las delicias de cuantos se acercan a conocer su tradición culinaria.
Cartagena es una ciudad con más de 2.500 años de existencia que ofrece al viajero, en cada uno de sus rincones y en cada una de sus calles y plazas, testimonios monumentales de su esplendoroso pasado histórico, siendo su máximo exponente el Teatro Romano, construido en tiempos del emperador Augusto y actualmente restaurado, diferenciando claramente lo que son materiales originales de los que son nuevos. Por otra parte, Cartagena Puerto de Culturas abre un amplio abanico de posibilidades que permiten al visitante disfrutar del patrimonio y riqueza cultural de la ciudad: conocer sus orígenes a través de los restos de la Muralla Púnica, huella de la fundación de la urbe por el cartaginés Asdrúbal en el año
227 a.C., y donde un Centro de Interpretación explicará a los visitantes esa parte fundamental de la historia y la arqueología locales. Una riqueza en la que Cartagena Puerto de Culturas desarrolla la unificación temática para que sea más accesible al viajero. Al pasear descubrimos también que la ciudad presenta una huella militar que nos remonta a época medieval, cuando se construyó el Castillo de la Concepción, lugar en el que, dada su privilegiada situación, un Centro de Interpretación ofrece un explicación de la ciudad y su historia. Tal riqueza histórica está presente en las celebraciones festivas locales, que tienen en la Semana Santa y Carthagineses y Romanos sus máximos exponentes. El orden marcial de los penitentes, la profusa decoración floral de los tronos y la riqueza de vestuarios y bordados caracterizan hoy, junto a la eterna rivalidad entre californios y marrajos, las procesiones de Cartagena. Por su parte, el mes de septiembre es la fecha en la que miles de cartageneros se atavían con vestimentas de romanos o de carthagineses para rememorar con orgullo los acontecimientos que se vivieron en su ciudad en el transcurso de la II Guerra Púnica. La oferta festiva de la ciudad se complementa con La Mar de Músicas, un festival de músicas del mundo que se celebra en el mes de julio y que, pese a su corta vida, ha alcanzado el unánime reconocimiento nacional e internacional. Además Cartagena ofrece una gran variedad de museos entre los que destacamos el museo del Teatro Romano, el museo Nacional de Arqueología Subacuática (ARQUA), el museo Arqueológico Municipal, el museo de Arte Moderno (MURAM), etc, que hacen de esta ciudad un destino cultural de primer orden.
Murcia
Murcia es una ciudad fundada en el año 831 por Abd-Al-Rahman II en un enclave privilegiado, en el centro del Valle del Río Segura. De la importancia que alcanzó en la época árabe da buena idea la muralla que la circundaba, algunos de cuyos restos aún son visibles en diferentes lugares de la ciudad, que tenía 15 m de altura y 95 torres. Una importancia que queda también de manifiesto en los numerosos hallazgos arqueológicos, como los de tipo palacial realizados en el Convento de las Claras, hoy museo de Santa Clara. La ciudad cristiana también ha dejado profunda huella en la fisonomía urbana de Murcia. Así, dos de sus arterias principales, la Platería y la Trapería, son aún testigo de la intensa actividad gremial que se desarrolló en la urbe. Pero será a partir del s. XVII, y especialmente del XVIII, cuando Murcia alcance un esplendor urbano que la llevará a expandirse más allá de sus murallas. Será éste el momento en que se alcen las numerosas iglesias, mayoritariamente barrocas, que jalonan toda la trama urbana. Templos como los de la Merced, San Miguel, Santa Ana, Las Claras, Santo Domingo, Santa Eulalia o San Juan de Dios, que unen a sus artísticas arquitecturas un importante patrimonio pictórico y escultórico, con obras entre las que destacan las realizadas por Francisco Salzillo. El primer templo de Murcia es su Catedral, comenzada a construir a finales del s. XIV y que presenta elementos góticos, como la Puerta de los Apóstoles y la Capilla de los Vélez; renacentistas, caso de la Capilla de Junterón, y barrocos, entre los que destaca su fachada, concebida a modo de gigantesco retablo por Jaime Bort, con una sabia conjugación de escultura y arquitectura. Resañable es también su torre, de 92 m de altura y construida en distintas fases entre los s. XVI y XVIII.Junto a la Catedral, el también dieciochesco edificio del Palacio Episcopal y el antiguo Pósito del grano, conocido como El Almudí, son otros buenos testimonios del auge constructivo alcanzado en la época reseñada. Murcia también atesora en sus calles y plazas magníficos ejemplos de la
arquitectura del s. XIX, tales como el Ayuntamiento, el Teatro Romea y especialmente, el Casino, un edificio construido en 1847, ampliado a partir de 1902 y recientemente restaurado, que contiene decoraciones de gran interés, como su salón de baile, el patio neonazarí o la biblioteca, sin olvidar su fachada, con una importante decoración escultórica. Toda esa riqueza artística e histórica queda patente en los museos que posee la ciudad, como el Arqueológico, el de Bellas Artes o el Salzillo, donde se pueden contemplar los pasos creados por el genial imaginero murciano para la procesión de la mañana del Viernes Santo, así como su conocido Belén, punto de arranque de una de las tradiciones artesanas más arraigadas en Murcia.Otro museo, el Hidráulico de los Molinos del Río, es una de las pruebas palpables, al igual que los puentes que lo cruzan, sobre todo el denominado Puente Viejo, de la íntima unión entre Murcia y el Río Segura. El arte murciano va más allá de los límites estrictos de la ciudad. Magníficos ejemplos de arquitecturas barroca los tenemos en el santuario de la Fuensanta o en el Monasterio de San Jerónimo, conocido como "El Escorial Murciano", hoy sede de la Universidad Católica San Antonio de Murcia Sin embargo, Murcia no se ha quedado anclada en su pasado, sino que es también una ciudad moderna, dotada de todos los equipamientos e infraestructuras necesarios, con un amplio complejo universitario y con un Auditorio y Palacio de Congresos que, unido a sus instalaciones hoteleras, la convierten en un lugar idóneo para la celebración de reuniones y eventos de todo tipo. Todo ello en una ciudad que mantiene sus tradiciones en lo que a fiestas se refiere. Así, su Semana Santa, con evidentes influjos de la huerta murciana, pone en las calles las esculturas de Salzillo y otros importantes imagineros. La huerta es también la protagonista del Bando, uno de los principales actos de las denominadas Fiestas de Primavera. Por un día, la huerta toma la ciudad,
en una jornada en la que las vestimentas son prueba de la unión entre la ciudad y su huerta. El Entierro de la Sardina, por su parte, es el colofón a las citadas fiestas. Un desfile multicolor declarado de Interés Turístico Internacional, con carrozas y miles de regalos para el público que abarrota las calles murcianas. Como también lo hace en la Feria de Murcia la Romería, en la que se acompaña a la Patrona, la Virgen de la Fuensanta, hasta su Santuario. La importancia de la huerta es palpable en la gastronomía murciana, donde predomina el consumo de vegetales y hortalizas. Platos como el zarangollo, el pisto, la ensalada murciana, el arroz con verduras o con habichuelas, se complementan con las carnes, con el típico pastel de carne ó el de cierva, signos de identidad de las más popular gastronomía murciana. Murcia es también un lugar excelente para practicar senderismo. Son variados los itinerarios para poder conocer la huerta. Caminos que nos guían suavemente a través de ella e inundan nuestros sentidos, la luz mediterránea, los alegres colores de los frutales, los aromas de albahaca y azahar y la sensación de continua primavera. En los alrededores existen lugares de gran valor medioambiental como el Parque Regional del Valle-Carrascoy donde se alza la ermita dedicada a la patrona de la ciudad, La Virgen de la Fuensanta y donde las hermosas vistas de la Vega del Segura son un deleite para la vista.