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EDITORIAL

EDITORIAL

viajes a encuentros y, de paso, concretar la nota correspondiente. Gracias a sus invitaciones a las presentaciones de los nuevos modelos pude conocer buena parte del país y conocer al grupo de periodistas especializados de otras revistas que también concurrían.

Hablando de viajes, lo máximo fue la invitación que recibí para viajar a Dearborn, Michigan, Estados Unidos, en 2010. Fueron tres días maravillosos e inolvidables, ya que pude conocer el pago chico de Henry Ford y la sede de la Ford Motor Company.

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Un logro nuestro y para la marca fue descubrir el triunfo 500 en Turismo de Carretera antes de que ocurriera. Durante mucho tiempo llevamos estadísticas de carreras por categoría, y en julio de 2003, al actualizar en una hoja de cálculo las correspondientes a TC, descubro que sumaban 499. De inmediato le paso a la ACTC el detalle y lo avalan. Fue Diego Aventín que alcanzó ese triunfo y por ese motivo Ford Argentina recibió una placa conmemorando ese hito del que nunca mostraron agradecimiento.

Con motivo de celebrarse el centenario de la marca, un mes antes, organizamos la Caravana Ford del Centenario y fue el presidente de la compañía quien me acompañó durante todo el día, disfrutando de algo que, como norteamericano que era, no podía creer que ocurriera: eran centenares de autos que concurrieron a nuestra convocatoria. Lo recuerdo asomado a la ventanilla derecha de mi Escort, mirando para todos lados y comiendo —mientras tanto— las medialunas que mi madre le convidaba.

5LOS VIAJES EL ÓVALO AZUL me permitió durante todos estos años recorrer todo el país, ya sea por las invitaciones de Ford como por las de los clubes. Pero hubo dos viajes que fueron excepcionales. En primer lugar cuando fui a El Calafate con ejemplares

AROLDO «POWER»

EDUARDO BELLENA Y ANA MARÍA

JERÓNIMO CHEMES DE LA CHATA SOLIDARIA

de la revista del Centenario de Ford para repartir a las escuelas locales y contarles quién fue realmente Henry Ford. Y en segundo lugar cuando visité una escuela rural reinaugurada por Ford en la provincia de Misiones, también con revistas y una charla. Ambas ocasiones me permitieron compartir mi amor por la marca.

Fueron innumerables los viajes a los encuentros en las distintas provincias a los que concurrí por vía terrestre. Quiero destacar que siempre pude hacerlo gracias a un verdadero acompañante incondicional: Aroldo Power, el personaje de autos de época más famoso y amigo de siempre.

6MENCIONES ESPECIALES Hubo amigos que se sumaron a nuestra causa de manera muy particular y queremos destacarlos. Eduardo Bellena y su Museíto Ford que se transformó en nuestro lector y promotor “número uno” durante tantos años, apoyando y promoviendo la revista. Oscar Ferrini que se sumó también a tantos viajes y nos aportó su invalorable material fotográfico. Gabriel Ferrari que interpretó como ninguna otra persona nuestra visión y nos ayudó dentro y fuera de la Planta Pacheco. Jerónimo Chemes creador de la Chata Solidaria por su generosidad sin límites y su solidaridad hacia los más necesitados. Carlos Cristófalo de Autoblog Argentina por su apoyo y aporte y por ser ahora “nuestros ojos” en las presentaciones de Ford Argentina. Carlos Rojas y Marcelo Prigioni, el primero nos fue de inmensa ayuda en Pacheco y ahora nos aporta su sabiduría y amistad y el segundo, creador del American Ford Santa Fe, siempre fue muy generoso cada vez que visitamos su tierra.

7LOS SUSCRIPTORES La posibilidad de suscribirse a la revista iba en contra de los intereses de los kiosqueros, pero era la opción más fa

VIAJE A DEARBORN

El viaje organizado por Ford Argentina a Dearborn, Michigan, Estados Unidos en 2010 nos permitió conocer, de una manera única y exclusiva, a la Ford Motor Company y los lugares más emblemáticos vinculados con la marca como la casa de Henry en Fair Lane (arriba), las oficinas centrales (derecha) y la pista de pruebas (arriba derecha).

VIAJES CON LOS CLUBES

Fueron innumerables los viajes a distintos lugares del país, acompañando siempre la pasión de los clubes. Como la Largada Le Mans en Rafaela, con los T (arriba), el Rally de Los Glaciares en El Calafate (derecha) y el viaje a Miramar, Córdoba, con una Ranger cedida por Ford Argentina (abajo).

vorable para venderla bajo condiciones que, en principio fueron favorables. Uno cobraba un año o seis meses por ade- lantado al precio de venta completo y financieramente era conveniente, si la inflación no se disparaba.

En tantos años son muchos los recuerdos que tengo de tantos suscriptores. La gran virtud de todos ellos fue su lealtad y permanencia durante tanto tiempo. Así fue que fueron unos cuantos los que nos dejaron cuando fallecieron. Y sí, al- gunos se nos morían.

Entre ellos hubo un caso curioso: un día recibí el llamado de un suscriptor de mayor edad para informarme que la próxima revista no se la envíe porque se iba a suicidar. Imaginen la improvisada terapia que tuve que ensayar para tratar de calmarlo. Lamentablemente nunca supe qué pasó realmente, pero la sus- cripción nunca más fue renovada.

En otro extremo tuve casos de sus- criptores menores, niños y adolescentes, que recibían la revista que —según me comentaban los papás— era la revista preferida de sus hijos. Pasaron los años y esos chicos fueron creciendo y luego eran ellos los que la recibían en mano todos los meses. Todavía conservo los nombres de todos nuestros suscriptores.

8LOS ANUNCIANTES El negocio de cualquier re- vista va de la mano de la can- tidad de anunciantes que se consiguen y de las tarifas que se cobran. Nuestras primeras ediciones fueron increíblemente a pérdida. Re- cuerdo haber acordado con una agencia que conseguía anunciantes para otra re- vista y de la promesa de conseguir anun- ciantes, llegamos al cierre de la edición con cero anunciantes. Fue terrible, pare- cía estar en un tobogán que nos llevaba irremediablemente a la ruina.

Pero una mañana, recuerdo que mi hija Romina y su mamá (mi esposa) fija- ron un tarifario y decidieron ir a «War- nes». Primero fueron dos, luego cuatro y ahí empezó a «achatarse la curva» de pérdidas, como se dice ahora, y los anunciantes comenzaron a invadir las páginas de la revista, hasta que los nú- meros empezaron a generar esperanzas y resultados más favorables. Por enton- ces fue muy importante el apoyo recibi- do por Rodolfo Cristales.

Quiero destacar la lealtad que siempre tuvimos de nuestros anunciantes, en es- pecial de la firma RAPA, que aun sigue con nosotros y logramos una suerte de amistad con todos ellos que pudimos re- compensar con sendas visitas a la Planta Pacheco, invitados por Ford Argentina.

9PLAN OVALO Cuando encaramos EL ÓVALO AZUL tuvimos muchas ilusio- nes respecto al apoyo que po- díamos tener de la compañía, a saber: su distribución entre los conce- sionarios, sus empleados y obreros, con la venta de un 0km, con el service de una unidad en los talleres, etc. Nada de eso ocurrió.

Sin embargo, surgió una idea: la de obsequiar un ejemplar de EL ÓVALO AZUL junto con el cupón de pago de la segunda cuota de Plan Óvalo. Fue algo excelente, ya que sumaba todos los me- ses cantidades de ejemplares que au- mentaban la tirada y bajaban nuestros costos de impresión.

Para Plan Óvalo no significaba casi nada, considerando que el precio de una revista repartido en 72 cuotas era de unos pocos centavos, que se absorbían con un simple redondeo. Para nosotros, era un desafío que duraba 72 horas frenéticas: recibíamos los cupones por un lado y las revistas por otro. Luego ensobrábamos cada cupón con su respectiva revista, ce- rrábamos el sobre, y las guárdabamos en cajas no sin antes contarlas, para lue- go despacharlas por correo. Estamos ha- blando de miles y miles de ejemplares, y ahí nuevamente era toda la familia la que

ayudaba, a veces por turnos, en una auténtica línea de montaje.

Fue una época muy favorable para nosotros y un muy lindo recuerdo.

10 MI EQUIPO Para una revista se requiere un equipo para su diseño, corrección, control de impresión, venta y cobranza de publicidades y “apoyo espiritual”. Para ello conté desde siempre con mi querida familia. Mi hijo Alejandro aportó siempre su profesionalismo en el diseño de la revista, algo que me llena de orgullo realmente, hoy más que nunca. Mis hijas por un tiempo se abocaron a las cobranzas, una de ellas llegó a transformarse, y por bastante tiempo, en la “chica Ford de Warnes”. Nasif, el amigo de la familia, es el corrector y mi esposa Susana es la que inyecta su fuerza, visión y apoyo a mi persona y al equipo todo. Un elemento fundamental para la producción de la revista ha sido mi incondicional cámara fotográfica Sony. Compacta, liviana y muy versátil la he llevado a todos los eventos y con ella he podido registrar miles de momentos a través de fotos y videos de muy alta calidad.

11 EL MERCHANDISING Al poco tiempo de lanzar la revista, la acumulación de información y el acompañamiento de nuestros lectores nos motivó a que lan

NUESTROS PRODUCTOS Los CD, DVD, las tarjetas y los pendrive fueron una manera de compartir toda la información que íbamos recopilando año tras año.

záramos los primeros CD con la digitalización de la revista Mundo Ford, los Encuentros de Ford T, catálogos, publicidades, Autoclásica, hot rod, Falcon, Ford T, entre otras colecciones.

Luego lanzamos una colección de tarjetas de publicidades antiguas que causó furor entre nuestros lectores y anunciantes. Cuando los CD quedaron chicos aparecieron los DVD, que incorporaban también los videos. En número de dos los editábamos nosotros y los mandábamos a grabar, envasar e imprimir afuera en cantidades que fueron muy importantes para nosotros.

Durante un tiempo también lanzamos una colección de láminas que reproducían publicidades antiguas que vendimos muy bien. Luego los pendrives nos permitieron sumar más espacio de almacenamiento y la posibilidad de ver todo a través de un Smart TV.

Pero llegó la liberación del dólar y de los servicios y los costos se fueron a las nubes, fue imposible seguir vendiendo algo físico de reducido valor a la distancia. Así llegamos a la era digital y hoy disfrutamos enviando a todo el mundo, en minutos, una colección de libros que, de alguna manera, sigue el espíritu y la pasión de los primeros CD. Mucha información, buena y barata.

12 EL PROGRAMA DE TV Fue durante el verano de 2006 cuando recibí la llamada de una productora de TV para proponernos hacer un programa para la TV por cable. Grande fue nuestra sorpresa y más grande aún el entusiasmo que despertó.

De inmediato me puse a imaginarlo y nos preparamos un programa piloto que presentamos al Garage TV. En tres meses lo presenté personalmente con todas las dudas y miedos del mundo. Entrábamos en un terreno desconocido. El Garage solo se tardó 48 horas en aceptarnos y así fue que debutamos el jueves 4 de abril de

Tener un espacio exclusivo en la señal de cable más popular por entonces, significó un logro impensado y un gran esfuerzo de producción que nos permitió llegar a todos los hogares del país.

EL PROGRAMA

2006 a las 20:30 por la señal de cable. Durante dos años fue conducido por atractivas señoritas. Fue en septiembre de 2008 que decidimos cambiar la productora del programa y encarar yo mismo la conducción del programa. Esto nos permitió en noviembre comenzar a grabar el programa en la misma Planta Pacheco. Algo nunca antes logrado por ningún otro programa de televisión.

Pero un día me dí cuenta de que me estaba «matando». Yo me decía que «pateaba el córner y cabeceaba al mismo tiempo». Buscar el material, redactar los guiones, memorizarlo, ir a Pacheco para grabar dos programas, buscar anunciantes, cobrarles, pagar al canal y a la productora, grabar las locuciones en off, chequear los programas antes de mandarlos al canal... era mucho.

Además tenía que antender la revista, su redacción, los anunciantes, la imprenta, la distribución... era demasiado. Y la decisión llegó en noviembre de 2012. El Óvalo Azul culminó su paso por la TV y la marca así perdió su espa

cio exclusivo. Algo que, por la indiferencia manifestada por Pacheco, me pareció inexplicable y también doloroso. Pero nadie me puede sacar la satisfacción de haber logrado algo maravilloso y haber compartido momentos inolvidables con mi productor y amigo Andrés Foresi.

13 LOS REPARTOS Durante muchos años los gastos de envío eran estables en el tiempo y el reparto que hacía personalmente en la ciudad de Buenos Aires y la zona norte del Gran Buenos Aires me permitía hacer una «diferencia» respecto al costo del correo y, además lograba otras dos cosas: la primera era la entrega en mano de las revistas y conocer a los suscriptores; y la segunda, la más importante para mí, ser acompañado por mis padres en el auto.

Ellos por dos o tres días al mes se sumaban a mi equipo y con su presencia

hacían más entretenidos los repartos. Fueron días inolvidables, que recuerdo con mucha emoción ahora que ya no los tengo físicamente conmigo.

14 LAS IMPRENTAS EL ÓVALO AZUL se imprimió hasta julio de 2018: fueron 193 ediciones. La liberación del dólar y el precio de los servicios nos obligó a transformar la revista en digital. Durante esos 16 años fueron cinco las imprentas que nos brindaron su servicio. Durante muchos años nuestra preocupación por la calidad nos obligaba a estar «in situ» al momento de la impresión y llevarnos los pliegos, los que nos garantizaba que las revistas llegarían a nuestros lectores con la calidad que establecimos; este era un trabajo de largas horas. Algo importante: nunca nadie se dio cuenta cuando cambiábamos de imprenta.

Como anécdota les cuento nuestras primeras experiencias con la primera imprenta, que estaba en el Parque Industrial Pilar, a 50 km de nuestra casa. Fueron las tres primeras ediciones. A los nervios que

NUESTRO STAND La posibilidad de tener un espacio en el Salón del Automóvil durante varios años, fue un hecho trascendente que nos permitió entrar en contacto con miles de entusiastas que inundaban las instalaciones de La Rural de Palermo.

teníamos por nuestra inexperiencia, se sumaban los tiempos de espera en la impresión de cada pliego, algo que llegó a una permanencia de hasta seis horas, en un caso hasta altas horas de la madrugada.

15 LAS EXPOSICIONES Pa ra nosot ros est a r presentes en encuentros y exposiciones era una oportunidad única para mostrar lo que hacíamos, estar en contacto con nuestros amigos (anunciantes, clubes, suscriptores, televidentes) y a medida que ampliábamos nuestra colección de merchandising, lograr una venta muy ventajosa. Muchos son los recuerdos y mucho el trabajo que implicaban estas presencias. Rescato dos entre tantas exposiciones: Autoclásica y el salón del Automóvil. En la primera lográbamos un espacio por canje en cualquier espacio disponible en el sector de autojumble, y allí armábamos un gacebo que nos parecía hermoso. Llegamos a diseñar con mis hijos un mueble que armábamos en minutos y que servía de mostrador. Fueron jornadas muy exitosas que compartimos con muchos amigos que nos venían a saludar y a comprar nuestros productos. Lamentablemente la lluvia, tarde o temprano, se descargaba en San Isidro y arruinaba todo, y por esa razón desistimos de concurrir luego de varias temporadas.

En cuanto al Salón del Automóvil, fue lo máximo. También allí conseguimos un stand por canje y solo debíamos invertir en la decoración. ¡Qué multitud pasó por nuestro espacio! Teníamos una pantalla en la cual pasábamos las gymkhanas y la gente se amontonaba para disfrutarlas. Esas caras nunca las voy a poder olvidar. Todo el mundo feliz. En la primera edición vendíamos por muy poca plata los posters de la revista y la gente se las llevaba «como pan caliente». Fueron jornadas de 12 horas donde nunca supe si ganaba la alegría o el agotamiento.

16 LOS ARCHIVOS Para llevar adelante esta pasión no solo es cuestión de armar una revista con material oficial, que puede obtenerse con cierta facilidad en las redes sociales. Tuve que dar rienda suelta a la investigación, algo que para mí es lo más apasionante que uno puede encarar. Horas y horas detrás de una pantalla buscando información exclusiva, generar pistas y seguirlas hasta que... ¡bingo!

Así fue que llegamos a obtener años de ejemplares digitalizados de la revista Ford Times, la colección completa de Caras y Caretas, los archivos del Museo Henry Ford, los videos de Ford Motion Pictures y los archivos de publicidades gráficas de J. Walter Thompson en los Estados Unidos, entre tantas otras cosas.

Además de tener respaldadas todas las ediciones de la revista y todos los encuentros a los que asistimos, tenemos un archivo digital con 178 libros, 1674 videos, 3700 catálogos originales, 17 193 publicidades de revistas, 97 colecciones de revistas y más de 18 000 fotos históricas perfectamente clasificadas. Todo este material es de permanente consulta, todos los meses, todos los días.

17 REDES SOCIALES En Facebook nos siguen 34 614 amigos con los que mantenemos una permanente comunicación y a través de esta red publicitamos todos nuestros productos. En FlickR desde febrero de 2008 tenemos una colección de 39 372 fotografías clasificadas en 351 álbumes con 4 767 110 vistas a la fecha. En nuestro canal de YouTube tenemos 798 videos que incluyen algunos programas completos de El Óvalo Azul

EL ESCORT Ploteado de la mejor manera posible, nos acompañó a cuanto evento se realizaba en los alrededores de Buenos Aires. Nunca nos dejó en el camino y siempre pudimos cumplir con todos.

VALIOSO ARCHIVO La bibliografía, tanto física, como digital fue imprescindible, tanto para la revista, como para el merchandising y el programa de TV.

TV. Mensualmente emitimos un Newsletter que llega a más de 20 000 contactos. Y nuestra página web se actualiza permanentemente.

18 NUESTROS

AUTOS

Para movil i z a r nos f ue fundamental contar con un medio idóneo. Al momento de lanzar la revista contábamos con un Ford Escort que habíamos adquirido de 0 km en 1997. Con él y bajo el excelente mantenimiento de Inyección 27-01 de nuestro amigo Alejandro Sousa pude mantener una presencia en cuanto evento se realizaba en Buenos Aires y alrededores. Nunca me falló y fue nuestra imagen rodante hasta el 2009, cuando adquirí mi primer Focus en Serra Lima. Fue el auto más noble y fuerte que haya conducido. Para los viajes al interior, algo que ya no hacemos, siempre contamos con unidades cedidas gentilmente por Ford Argentina.

Estas dieciocho historias de estos dieciocho años, son en el fondo una sola: la historia de una pasión que se convirtió en proyecto personal y familiar, y luego en una realidad. Y luego en miles y miles de historias: las nuestras y las de cada uno de ustedes que a lo largo de estos años hicieron crecer la gran familia que es EL ÓVALO AZUL.

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