E.T.Nº32 Gral. José de San Martín
Espacio Curricular: Tecnología de la Representación 1° Año 3° Trimestre
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REFLEXIÓN DE LA PRÁCTICA Reflexión sobre la clase – “Práctica Situada” - el día 1 de noviembre de 2018 El entusiasmo El entusiasmo es la exaltación del ánimo que se produce por algo que cautiva o que es admirado. El término procede del latín tardío enthusiasmus, aunque su origen más remoto se encuentra en la lengua griega. Para los griegos, entusiasmo significaba tener un Dios dentro de sí. Sólo las personas entusiastas son capaces de vencer los desafíos de lo cotidiano. Es necesario por lo tanto entusiasmarse para resolver los problemas que se presentan y pasar a una nueva situación. El entusiasmo no es una cualidad que se construye o que se desarrolla. Es un estado de fe, de afirmación de sí mismo. La persona entusiasta es aquella que cree en su capacidad de transformar las cosas, cree en sí misma, cree en los demás, cree en la fuerza que tiene para transformar el mundo y su propia realidad y para ello es necesario creer en uno mismo, en la capacidad de hacer, de transformarse y transformar la realidad que nos rodea dejando a un lado la negatividad y el escepticismo. Nada tan cercano a lo que debería ser, empezar una clase y no sólo por lo que el entusiasmo representa sino por lo que el observador capta. Parafraseando un poco, hay una frase que suelo repetir: “Somos esclavos del peso de nuestra experiencia”. Contradictorio no? ya que a veces suponemos que la experiencia mejora la capacidad de respuesta, el desempeño, o tal vez nos hace más sabios y en muchos casos no ocurre así. Uno de los objetivos al comenzar una clase, es lograr esa sinergia que construya aprendizaje. Para ello es imperativo alcanzar: un clima agradable, colaborativo, de respeto mutuo, entre otros. Por otro lado, deberíamos tener muy presente que el alumno, es sumamente perceptivo a la tarea docente, se da cuenta si prevalece la apatía, la indiferencia o la pasión. Deberíamos recordar que somos huellas, espejos y señales en el camino de aquellos, que ante tanta confusión y múltiples paradigmas, buscan desesperadamente un faro entre tanta niebla. No creo que sea simple mantener el entusiasmo y no creo que todos los alumnos tengan la capacidad de respuesta esperada. Uno de los problemas esta en el absurdo de pretender igualar, unificar, equiparar, cuando es sabido que cada persona es única. Creo que ante la posición que ostentamos como docentes deberíamos considerar en todo momento el impacto que provocan nuestros actos y por lo tanto reflexionar sobre ¿qué estamos haciendo al respecto? En ésta práctica creo haber logrado transformar el espacio, creando expectativa, motivación, participación grupal, colaboración entre pares, entusiasmo y una clase donde el aprendizaje fue una constante.
My way 4