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Entrevista Spotlight: Julia Arvelaiz

Para estrenar el formato de entrevista en Alkymia, platicamos con la artista detrás del Spotlight de esta edición, Julia Arvelaiz. Julia es una mujer venezolana que actualmente radica en Buenos Aires. Estudió Letras en la Universidad Central de Venezuela, pero encontró su pasión en la ilustración.

Julia, quien ahora da clases de acuarela botánica, platicó con Patricio y Sofía de nuestro equipo. Lo siguiente fue editado por claridad.

Patricio: El tema más puntual que queremos platicar es tu interpretación del tema “Bodegón” y como se refleja esto en tu obra para la revista.

Julia: Claro. Mi proceso para pensar en lo que voy a pintar siempre va de lo más general a lo más específico. Entonces, en cuanto lo que es el bodegón para mí, pensé en que son las primeras pinturas que llegué a ver en mi vida, pues son las piezas que están en las casas. En especial en casas de las abuelas. Pensé en como intentaba pintar bodegones con las frutas que teníamos ahí en la casa, pero no me salían. Parte de la razón por la que creo que no me salían, aparte de que era una niña, es que casi nunca puedo pintar imitando directamente. Realmente tengo que apropiarme de una idea, de un estilo, de algo y “atravesarlo” por dentro de mi para que salga algo que realmente sea de mi imaginación y de nadie más. Entonces, pensando en el bodegón [para Lluvia de tomates], me vinieron imágenes de las frutas como objetos que siguen estando en movimiento; vivos. Se supone que un bodegón todo es naturaleza muerta, pero si un tomate está cayendo como si fuera lluvia, todavía tiene algo de vida. Está entre el límite de vida y muerte porque se está moviendo. Técnicamente, no está todavía en el plato; no ha llegado a su muerte. Quise hacer un autorretrato y rodearme de los tomates porque quería dar otro punto de interés a la imagen y que no fuera solamente una fruta, si no que tuviera algo un poco más misterioso. Como lo puede ser una persona que está viendo directamente al espectador. El espectador puede sentir que está contando algo, pero no lo va entender del todo. No entiende por qué lo estoy mirando, por qué estoy pensando lo que estoy pensando. Me interesan las imágenes que no se pueden entender del todo, al menos no inmediatamente. Así se puede revisitar. Y con la segunda, Planetario, estaba experimentando con la composición. Quería experimentar con los elementos de un bodegón, pero llevarlos a un espiral. Ponerlos como si fueran planetas y también estuvieran vivos de otra forma.

Sofía: ¿Podrías contarnos más de cual ha sido tu experiencia con los bodegones? Fuera de estas dos piezas.

Julia: En la creación, uno siempre vuelve al bodegón, queramos o no, porque está en todos lados. Yo, en el arte, comencé estudiando fotografía y tomé fotos desde los 12 hasta hace pocos años. Creo que cuando uno aprende a pintar o tomar fotos, el mundo se ve de una forma completamente diferente. Creo que todavía no veo el mundo a través de la pintura, pero sí a través de líneas, trazos, colores y figuras. Entonces el bodegón no está solo en los bodegones ya pintados, si no que se va repitiendo en las mesas, las fruterías y, de paso, son una gran fuente de estudio porque tienen todas las combinaciones de colores y de formas básicas. Yo creo que para el artista, el bodegón siempre está presente.

Patricio: ¿Por qué te decidiste por la pintura en lugar de la fotografía?

Julia: Tengo años sin tomar fotos. Sentí que ya no era lo mío. Estuve un rato bastante perdida, sin saber que hacer creativamente. Así descubrí que siempre quise ser ilustradora. Estos últimos años sólo me he dedicado a la ilustración. Me cuesta ver el límite entre ilustración y pintura porque me gusta que estén muy cercanos. Yo pinto digitalmente, pero procuro hacer que parezca lo más análogo posible. Me gusta que pueda parecer la foto de una pintura real.

Sofía: Me llama mucho la atención tu uso de lo digital para simular el lienzo y la pintura, ¿de dónde surge el impulso por darle este toque análogo?

Julia: Creo que todo lo que está en papel se siente más íntimo y más vivo. La verdad, la decisión de ilustrar digitalmente es principalmente económica. Cuando me enfrento a la pantalla con colores planos y sin textura, nunca logro encontrar ninguna obra ni ninguna idea. Veo muchas ilustraciones digitales de otras personas que son así y funcionan muy bien, pero por alguna razón solo puedo ilustrar, solo puedo pintar bajo este estilo que ya desarrollé. Y no es siempre es grato porque, claramente, encuentras más trabajo y das mejor competencia si amplías y te adaptas a múltiples estilos. No me pude sentir cómoda con lo digital hasta que empecé a experimentar con texturas y pinceladas. Creo que le da cierto aspecto de misterio, cuando las cosas no son planas. No solo tienes con la imagen y los colores, abres otro mundo donde puedes contar otro tipo de movimiento. Cuentas algo que no se dice con palabras, pero es muy rico para la mirada. Creo que la gente se detiene más a mirar los detalles de esta forma, me gusta. Me gusta que la gente se atreva a tomarse el tiempo de realmente mirar algo, en especial porque estamos en una época en la que todos vemos demasiadas imágenes. Es difícil encontrar algo que te detenga.

Puedes encontrar las piezas Lluvia de Tomates y Planetario en el Spotlight de esta última edición y puedes consultar más de su trabajo en su perfil de Instagram: @julia.arvelaiz. Próximamente, Julia también impartirá clases de pintura de forma digital. No te pierdas de Alkymia: Bodegón y conoce el trabajo de otros artistas que, como Julia, nos regalan un vistazo al mundo desde sus ojos.

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