Objetos que hablan

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Objetos que hablan. Revisión de los sentidos de la escuela a partir de su cultura Material. Nombre: Alondra Saucedo Carreón Existe una dimensión de la escuela que amerita lo material por sobre lo conceptual, ha sido menos indagada. Se trata del conjunto de condiciones materiales que la conforman. No tanto en el sentido de su equipamiento o arquitectura en forma literal sino en cuanto a la posibilidad de realizar del lugar funcional y simbólico que ocupan en la escuela ciertos objetos, aquellos que definiremos como “objetos personales” A primera estancia podemos enumerar: la Tiza, el pizarrón, la campana que anuncia el fin del recreo, la bandera, las bolas de papel por ejemplo no son menos “escolares” por estar prohibidos ¿son objetos escolares los proyectores de presentación de power point?, ¿los juguetitos electrónicos portátiles de los niños? ¿Los celulares? Acceder a ciertos aspectos de la experiencia de los adultos y niños analizando así su cultura material, esto es, el modo en que se seleccionan, utilizan, valoran y significan los objetos. Se recurre, como procedimiento de análisis, a la puesta en relación de fenómenos de la cultura material. Los objetos escolares actuales se comparan así con objetos asociados a diferentes propuestas pedagógicas a través de la historia para cotejar sus funciones, las concepciones sobre las que reposa su diseño y su uso, y las críticas que en algunos casos cosecharon por parte de sus detractores. “la cultura escolar demanda contar con objetos bien definidos que forman parte de sus rituales y su liturgia y de herramientas para producir nuevos objetos, o procesar los que llegan con aspiraciones de convertirse en tales” La cultura escolar hegemónica actual atraviesa en este sentido, una crisis existencial al no lograr compatibilizar sus filosofías de la enseñanza y concepciones del aprendizaje con los nuevos objetos. Se analizara los problemas con relación del saber, la autoridad y la propia identidad de maestros y alumnos en la escuela. La finalidad es definir el lugar de los grandes actores que intervienen en la definición de lo escolar. Es la lucha por sostener que es finalmente una escuela, y que es aceptable hacer, pensar, decir y saber en ella. Este plan de análisis admite dos direcciones: por un lado una general y panorámica, destinada a trazar ideas generales acerca como los sinsentidos de la experiencia se inscriben en la dinámica de una forma de significar los objetos de la escuela y los casos analizados servirán de ejemplo. La


segunda que constituye una avenida de análisis central de la investigación pero no se abordara aquí; los objetos vinculados con las nuevas tecnologías. Los objetos de la escuela: El análisis de los objetos escolares se inscribe en una tradición de estudios centrados en la “materialidad de lo escolar” que ha sido definida como cultura material. Los trabajos de Lawn y Grosvenor (2005) desde este enfoque se busca definir el carácter estructurado de los objetos (materiales, artefactos, tecnologías, dispositivos). La cultura material forma parte de la cultura escolar definida por Viñao Frago como: “ el conjunto de teorías, ideas, principios, normas, pautas, rituales, inercias, hábitos y practicas (formas de hacer y pensar, mentalidades y comportamientos) sedimentadas a lo largo del tiempo en forma de tradiciones, regularidades y reglas de juego no puestas en entredicho, y compartidas por sus actores, en el seno de las instituciones educativas; (…) que se trasmiten de generación en generación y que proporcionan estrategias(…) para integrase en dichas instituciones, (…) para llevar a cabo las tareas cotidianas que de cada uno se esperan (…) y para sobrevivir a las sucesivas reformas, reinterpretándolas y adaptándolas, desde dicha cultura, a su contexto y necesidades” ( Viñao Frago, 2002, 59). Pero ¿de que está hecha la cultura escolar? Para Viñao, los elementos que la construyen son los actores, los discursos, los aspectos organizativos- administrativos y los elementos de la cultura material. Los objetos han estado presentes en la vida cotidiana de las instituciones como materiales didácticos, como informes, como herramientas de registro, soportes de la tarea escolar; nos referimos, en fin, a todos aquellos objetos que, producidos y utilizados cotidianamente en el ámbito de las escuelas pertenecientes de ella. Algunos de estos objetos se han consolidado sólidamente, logrando permanecer en las aulas, con sutiles o fuertes modificaciones de su estructura o estética ( como el pupitre, el pazarron, o los mapas y las laminas en la pared) y otros han desaparecido o tienden a hacerlo ( como la pizarra individual la moña o el puntero) dejando en lugar a otros nuevos o que fueron considerados nuevos o que fueron considerados nuevos en su memento. ( como el cuaderno de clase, la birome o el retroproyector de trasparencias): los objetos escolares son una parte de la cultura escolar, su uso, diseño y sentidos atribuidos forman parte del sentido que los sujetos escolarizados atribuyen a su “ estar en la escuela”. Analizar la “ materialidad” ha sido un procedimiento de análisis de problemas clásicos tales como la inmovilidad en la que sumen a los alumnos los pupitres, la homogeneización de los informes, las connotaciones de las filas, los castigos y sanciones etc) . y auque la idea de dispositivo asocia la materialidad de las situaciones con su productividad en términos políticos.


Mediate un minucioso examen de documentos históricos en los que estos tres objetos aparecen aludidos, la autora teoriza acerca de la autonomía de los decentes y las características de distintos estamentos de la gesition escolar. Para Sacchetto (1986) los objetos escolares son portadores de “huellas” que guardan correspondencia con ideologías, valores y aserciones pedagógicas. En fin se trat de definir un enfoque centrado en: “ los modos en que los objetos cobran significado, como son utilizados, y como entran en relación con una red activa y heterogenea en la que sujetos, objetos y rutinas estan íntimamente conectadas (Lawn y Grosvenor, ob.cit; 7) De diversos modos, parece evidente que las relaciones escolares estan medidas por objetos y que hay una dimensión material de la vida cotidiana escolar que, a la vez que es un apice visible de todos los procesos escolares ( lo que supone que mediante los objetos es posible conocer la cultura escolar) también costituye ( lo que supone que la cultura escolar se define en gran medida a partir de los objetos. Se trat de una doble dinámica ( evidencial y preformativa) de los objetos escolares, que es una realidad propia de todo objeto social. En fin los objetos escolares no solo son accesorios ni se reduce su valor a una dimecion didáctica o tecnológica sino que pueden ser una determinada distribución de roles, una precisa jerarquización de lugares, una definición de aspectos simbólicos no visibles ( como los espacios de visibilidad, o de reglas implícitas para el uso de la palabra) dentro de la escuela . Es posible entonces – y este es nuestro punto de partida encontrar nuevos sentidos a problemas propios de la cultura escolar desde una conceptualización de su compleja materialidad. Los objetos escolares en el Orbis Sensualium Pictus: El orbis sensualium pictus (1658) por su parte de un libro metódico; de hecho es reconocido como el primer libro de texto metódico; de hecho es reconocido como el primer libro de texto ilustrado difundido para su uso en el ámbito escolar. Aguirre (2001) refiere las memorias de Goethe, que “ lo recuerdan con agrado, evocándolo como uno de los libros en los que aprendiera a leer” El Orbis… ofrece un nuevo modo de enseñar el contenido nodal que la escuela trasmitia: el latin. Asi, el libro recorre, a través de sus mas de ciento cincuenta breves apartados ilustrados, los elementos esenciales del mundo como creación divina y como artificio del hombre. Para Aguirre, “ se trata de verdaderos cuadros de época” Dos son los puntos de interés de esta obra para nosotros. En primer lugar, se trata, ella misma, de un objeto nescolar muy significativo. Señalado como el primer libro de texto ilustrad, costituye, mas alla de todo análisis de contenido, un objeto escolar paradigmático. En segundo lugar; y este será nuestro eje de análisis, dedican un capitulo ilustrado a una de las instituciones sociales relevantes de la época: la escuela.


La estructura de presentación de la escuela es, entonces, tributaria de una estructura muy precisa -

Un espacio con una doble finalidad moral y cognitiva:

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Habitado por dos tipos de sujetos maestros, alumnos, sonde uno enseña y corrige a los otros al ritmo de una actividad organizada y pautada

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El mobiliario y las posiciones físicas ocupadas representan y apoyan los lugares subjetivos, esto es, las posiciones ocupadas también en el plano simbolico.

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El pizarrón, el lugar de la lección recitada y la mesa de escritura, apoyan la regulación a los usos del lenguaje.


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