LA REFORMA EDUCATIVA COMIENZA EN EL AULA ¿Cuándo fracasa un modelo educativo? A menudo es común escuchar serios cuestionamientos en este sentido, particularmente porque los diversos análisis van enfocados a que en su mayoría, los egresados del sistema no logran alcanzar el mínimo aprendizaje en aspectos básicos como la lectura, la comprensión, la redacción de textos o la solución de problemas elementales en algunos casos y complejos en otros. Es claro que a nivel estructural hay un grave problema y debemos reconocerlo, con las excepciones del caso, nuestro sistema educativo ha sido incapaz de garantizar a los jóvenes, una formación sólida que facilite además del conocimiento, el análisis crítico y la capacidad de desenvolverse con éxito en entornos altamente competitivos. Esta es solo una de las muchas señales que reflejan el fracaso de un modelo educativo obsoleto, pero la lista es amplia, presupuestos insuficientes, cambios cosméticos que no reflejan resultados positivos, falta de consensos en la aplicación de políticas educativas y por supuesto, la escasez de programas de formación y capacitación docente por mencionar algunos. Ante un problema estructural y de bajos resultados, es urgente una verdadera transformación educativa, sin embargo, esta no debe plantearse solo de nombre, o aplicarse a ciertas áreas complejas de manera superficial, se trata de una propuesta seria e integral que involucre a todos los sectores y que englobe las medidas pertinentes para mejorar y actualizar el sistema educativo. ¿Hacia qué áreas debe enfocarse la metamorfosis educativa? Sin duda todo pasa por una política pública, pero a nivel del sistema en sí, podemos destacar tres áreas prioritarias de urgente atención, inicialmente, todo comienza en el aula de clase, este es el espacio tradicional del aprendizaje, donde el docente enseña y aplica distintas metodologías pedagógicas, debemos reinventar el aula, convertirla en un espacio organizado propicio para la interacción, el conocimiento, la tecnología y por supuesto para el desarrollo de fortalezas. En segundo término, están los contenidos, las nuevas tecnologías transformaron radicalmente los parámetros de la educación dentro y fuera del aula, se trata de contenidos multimediales, interactivos, hipertextuales, participativos, colaborativos y que están al alcance de los estudiantes desde las diferentes plataformas web, bajo esta modalidad, la educación de las nuevas generaciones no puede seguir arraigada a contenidos obsoletos, repetitivos y faltos de creatividad e innovación. En tercer lugar, una reforma docente, y en este renglón mucho se ha dicho de la necesidad formativa, sin embargo, de manera paralela al tema capacitación, se requieren docentes con mentalidad de excelencia, maestros innovadores y receptivos a nuevas tendencias y conocimientos, capaces de convertir su aula de clase en un espacio para la investigación, la experimentación o el debate de las ideas, el educador es un actor decisivo en los procesos de transformación educativa. En síntesis, una verdadera reforma educativa que comienza en el aula de clase y debe estar enfocada en función del aprendizaje de los estudiantes, centrando la atención en sus fortalezas y no en sus debilidades, esa es la llave que abre las puertas hacia la calidad educativa.