La innovación es dinámica, ya hemos dicho que la cantidad de conocimiento que adquirimos hoy, no será suficiente mañana, y que para desenvolverse en los nuevos esquemas profesionales se requiere tener la capacidad de aprender de manera continua y no solamente en la etapa formal, de adquirir el potencial de las nuevas tecnologías y la vivencia de las experiencias prácticas que llevan a nuevas formas de pensamiento y gestión.
REPENSAR LA EDUCACIÓN La situación actual de la educación ya no admite parchos, tras la pandemia de la COVID-19 y la necesidad de un retorno seguro a las aulas de clases nos encontramos también con una realidad que si bien ya era conocida, no había querido enfrentarse ni por las estructuras estatales en el área ni por los docentes de los diferentes niveles educativos. En la medida en que fuimos avanzando desinteresadamente en un modelo a todas luces desfasado y con planes de estudio desactualizados la tecnología nos alcanzó y sobrepasó, con la nueva era global aparece una psicología educativa diferente, menos magistral y más grupal, nos enfrentamos al reto de un cambio de paradigma, la forma en que yo aprendí es diferente hoy. En su libro La estructura de las revoluciones científicas, Thomas Kuhn, filósofo e historiador estadounidense, profundiza en como por más de medio siglo, la educación ha estado enfocada bajo el paradigma conductista, basado en la creencia de que es a través de un proceso mecanizado de enseñanza que se puede producir el aprendizaje de los estudiantes, el autor establece además que este enfoque (conductismo) está relacionado con las condiciones sociales que existían en el momento de su implementación. Desde la perspectiva pedagógica de Kuhn, el conductismo se plantea la idea de que las características individuales de los estudiantes no son una variable importante a tener en cuenta para el proceso de enseñanza-aprendizaje, (se espera que todos los estudiantes reaccionen de la misma manera a una acción educativa dada), el papel del estudiante se reduce a un rol pasivo, receptor de conocimientos considerados únicos y cuya única fuente de información aplicada por el docente es el libro didáctico. No es lo que yo enseño, es lo que el estudiante aprende, el docente debe ser capaz de llegar a la red de creencias del alumno. Cuando referimos por tanto que el sistema educativo ya no admite más parches, es debido a que la nueva globalidad requiere de un enfoque holístico, a la suma de varios conocimientos y a como bien hemos visto, aprender, desaprender y reaprender. Educar para un mundo que ya no existe En un dialogo con el Doctor Armando Euceda, Director de Estudios de Post grado de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) sobre la realidad del sistema educativo, coincidimos en una frase lapidaria pero que debe mover no solo a la reflexión, sino a la acción, los niños y jóvenes están siendo educados para un mundo que ya no existe, hemos tardado mucho en darnos cuenta de esto,