Cuéntame un cuento volumen XIV (2011-12)

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Volumen XIV Curso 2011/12

C.E.I.P. “Gabriela Mistral”



Edita: C.E.I.P. Gabriela Mistral - ISBN: 978-84-692-7633-4 Depósito Legal: BA-000148-2010 Imprime: Félix Rodríguez-Almendralejo





Nacho Albarca Indias. 5º A

El tigre Érase una vez un tigre que estaba en el bosque. Iba en un circo y se perdió. Se encontró a un monstruo que se lo quería comer, pero el tigre le rajó la cara. El monstruo no podía ver, y el tigre se lo comió. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado. Cuento narrado por: Fco. Javier Fernández Higuero. Infantil 5 años

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Lara Dumortier Díaz. 6º A

El hada que no tenía poderes Un día pasaba por el bosque un hada, vino un león chiquinino y le quitó su varita. Entonces se puso triste, porque no podría hacer cosas buenas para que los niños se pusieran contentos. Un día persiguió al león y lo encerró en una jaula. Le dijo que le diera su varita y que ella le daría otra. Al final, le hizo una y lo sacó de la jaula. Y se hicieron amigos para siempre. Cuento narrado por: Mª. Fátima Hurtado Álvarez. Infantil 5 años

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Andrea Gordillo García. 5º A

El cumpleaños de Ana Ana estaba en el jardín aburrida, sus amigos se habían enfadado con ella porque el año pasado no los invitó a su cumpleaños. El problema era que Ana era muy despistada y no se acordaba nunca del día de su cumpleaños. Su mamá la llamó: - Ana, ven, tengo una sorpresa para ti. Siéntate y cierra los ojos. ¡Sorpresa, felicidades! Ana dijo: -Qué despiste tengo, no me acordé que hoy es mi cumpleaños. Sus padres le dieron su regalo, era una caja muy grande. Ana la abrió y se quedó sorprendida. Dentro había un gatito con el que Ana salió al jardín. Allí le esperaban sus amigos y juntos celebraron la fiesta de cumpleaños y lo pasaron muy bien. Celine Dumortier Díaz. 1ºA

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Elisabeth Corbacho Pardo. 6º A

El zorrito perdido Érase una vez un zorrito que vivía con su familia en el bosque. Un día salió a dar un paseo y se alejó tanto que se perdió. Estaba muy asustado, tenía mucho frío y pensaba en lo preocupada que estaría su mamá. Entonces un búho lo escuchó y le ayudó a llegar a su casa. El zorrito y su mamá se abrazaron muy contentos y no se separaron nunca más. Laura Mª. Corbacho Maqueda. 1ºA

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Nacho Albarca Indias. 5º A

El caballero triste Hace mucho tiempo había una cueva en el bosque donde vivía un caballero muy bueno llamado Yinga. Siempre estaba triste porque no tenía amigos para jugar, se pasaba el día solo y aburrido en la cueva. Pero, un buen día, una pelota se metió en su casa. ¡Era de un niño llamado Ismael que la había perdido! Estuvieron hablando, se conocieron y pasaron el día jugando con su pelota. Desde entonces, Yinga nunca estuvo solo y pudo compartir su cueva con alguien para jugar. Pedro Montero Merchán. 1ºB

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Amparo Visiga Hipólito. 6º B

El ogro y el susto Érase una vez un hermoso día, toda la gente salió a pasear por el pueblo. De repente… ¡Un ogro alto, feo, con la cara verde y llena de verrugas apareció dando zapatazos! ¡¡¡Todos se dieron un susto de muerte!!!. Poco después, apareció un héroe llamado Javier, que le dijo al ogro que si seguía asustando a las personas no lo invitarían a la gran fiesta del pueblo, donde darían zumo, leche y chuches. El ogro pensó en cómo había actuado y decidió no hacerlo más. En la fiesta conoció a una ogra llamada María. Y… ¡tuvieron una ogrita igual de fea que su padre!… Y colorín colorado, este cuento se ha acabado. Marta Peguero Elías. 1ºB

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Nacho Albarca Indias. 5º A

El caballo que deseaba volar. Érase una vez un caballo llamado Furia que vivía en un prado junto a una manada salvaje. Soñaba con volar y surcar los cielos. Una noche, vio una estrella fugaz y le pidió lo que más deseaba en el mundo: poder volar como los pájaros. Al día siguiente, cuando iba corriendo por el prado, vio que le perseguía un cazador. Entonces echó a correr muy veloz hasta que llegó a un acantilado y, de repente, se vio atrapado. Pero Furia, que era valiente, saltó sin pensárselo y se llevó una sorpresa cuando vio que podía volar. Así, logró escapar del cazador y su deseo se hizo realidad. Desde aquel día, vuela por el cielo conociendo pueblos y ciudades. Alejandro Hernández Muñoz. 2ºA

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Alicia Crespo Zapata. 6º A

El lápiz que podía hablar. Había una vez un lápiz llamado Rodolfo. Era de color azul. Vivía en un estuche muy bonito con cremallera. Nadie lo cogía para escribir ni pintar porque estaba demasiado sucio. Se sentía triste viendo como sus demás amigos, los otros lápices, escribían letras y coloreaban muchos dibujos. Un día, su amigo, el color verde, le dijo: -¿Qué te pasa, Rodolfo? Y él contestó: -Estoy muy triste porque no valgo para nada. Me siento muy sucio y nadie me usa. No sé qué hacer. El color verde pensó en la solución y se la contó: -Rodolfo, ya que sabes hablar, puedes pedirle a tu dueño que te dé un baño, verás como así te pones contento. Rodolfo le hizo caso a su amigo y habló con su dueño. El dueño lo limpió y lo afiló. A partir de ese día fue el lápiz más brillante y más afilado de todo el estuche y se convirtió en el preferido de su dueño. Diego Díaz Chavero. 2ºA

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Alicia Crespo Zapata. 6º A

El jardín mágico Había una vez un jardín que estaba muy triste porque sus plantas no tenían flores. Como el jardín y sus plantas estaban tan tristes, los niños nunca iban a jugar allí. Un día, apareció el hada de las flores, sacó su varita mágica y derramó su magia por todo el jardín. De repente, a todas las plantas le empezaron a salir flores de muchos colores. Desde ese día, el jardín y todas sus plantas se sentían muy alegres y todos los niños del mundo fueron a jugar allí. Ana Salguero Venegas. 2ºB

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Amparo Visiga Hipólito. 6º B

La niña que tenia miedo de saltar Había una vez una niña que fue de excursión un fin de semana con toda su familia. Se sorprendió al enterarse de que… una de las cosas que tenían que hacer era tirarse por la tirolina. A la niña le daba mucho miedo de las alturas, pero su mamá la convenció para que se tirara con ella. Como la niña confiaba en su mamá, decidió enfrentarse a su miedo y le gustó tanto que perdió el miedo a las alturas y se tiró muchas veces más. Desde ese día, se convirtió en una aventurera muy valiente que olvidó que algún día tuvo miedo de saltar. Gloria Parra Rodríguez. 2ºB

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Nacho Albarca Indias. 5º A

El dragón mágico Cuenta la historia que una bruja malvada vivía en el palacio del bosque de los Siete Árboles. En la ciudad de al lado, la gente llevaba una vida normal: con sus costumbres, sus negocios, sus vidas familiares, paseos por los parques y plaza... Un día, un grupo de niños salió de acampada al bosque de los Siete Árboles. La bruja estaba tranquila en el palacio con sus pócimas mágicas y sus experimentos para utilizarlos contra quienes no respetaban su paz. En el bosque no se escuchaba ningún animal, tan solo la música de la fiesta. La tranquilidad de la bruja se vio alterada y, ni corta ni perezosa, lanzó un malvado hechizo contra la ciudad donde comenzó a nevar sin parar. La gente, al principio, estaba entusiasmada con la nieve, jugando con ella a hacer bolas y muñecos, patinando…

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Pero pasaron los días y la gente se empezó a impacientar, pues no dejaba de nevar y hacía mucho frío. Después de cinco meses, la primavera no llegaba y los árboles no tenían ni hojas ni flores. Era todo muy triste. Los niños de la acampada empezaron un trabajo en la biblioteca del colegio sobre brujería. Descubrieron que lo que pasaba en la ciudad era un hechizo. Cogieron un libro con remedios para los hechizos que explicaba que tenían que encontrar al dragón mágico que estaba en las raíces del séptimo árbol del bosque de los Siete Árboles. Para ello tenían que buscar el tronco del primer árbol y cruzar el laberinto que había entre los árboles del bosque. Al final, en su letargo invernal, estaba el dragón: era un animal enorme con grandes garras, alas pequeñas y una voz dulce. Los niños le contaron lo que ocurría allí arriba y que sólo él podría arreglarlo. Para romper el hechizo tenía que cantar una melodía y, al hacerlo, ¡volvió la primavera! Y colorín colorado esta aventura ha terminado. Cristian Espada Rodríguez. 3ºA

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Elisabeth Corbacho Pardo. 6º A

El niño perdido Un día de sol, María, una niña morena, ojos marrones y bastante alta, salió a llamar a Pablo, un niño con el pelo muy corto de color castaño oscuro y con los ojos verdes claros. Pablo, era muy simpático y juguetón, por eso María lo había llamado para jugar con él. Pablo y María fueron a llamar a Marina, una niña morena con los ojos azules y la piel oscura. Los tres amigos fueron a dar un paseo con las bicis para ver a dónde llegaban. Pablo cogió tres botellas de agua y tres bocadillos por si acaso tenían hambre. María sacó la pelota por si querían jugar con ella. Por el camino vieron muchos olivos y vides, pero María vio a un niño sentado en el camino y le preguntó: -¿Qué te pasa? El niño le dijo:

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- Me he perdido y no sé como llegar a mi casa, ¿me podéis ayudar? María le contestó: - Sí, te ayudaremos, pero… ¿cómo te llamas? - Me llamo Juan y tengo 8 años - contestó. Los tres amigos se llevaron a Juan a casa de Pablo para que su madre les ayudara. Ana, que así se llamaba la madre de Pablo, lo llevó a la policía. Cuando entraron, Juan vio en la comisaría a sus padres que lo estaban esperando. Se abrazaron y los tres amigos se sintieron felices de haber ayudado a Juan. Sara González Abadito. 3ºA

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Elisabeth Corbacho Pardo. 6º A

La brujita Margarita Érase una vez una bruja pequeñita, llamada Margarita, que una tarde, cuando estaba con sus amigos, hizo un hechizo para que apareciera la muñeca de su amiga María. Pero le salió mal y todos se fueron enfadados porque creían que les estaba engañando. La brujita se lo contó a su hermano Fernando, que también entendía de hechizos, y él le dijo: -Di estas palabras y el hechizo se cumplirá: «Claqui ti Claquikaqui ti bu» Así lo hizo y el hechizo se cumplió. Al día siguiente, su amiga María lloraba porque quería su muñeca. La brujita Margarita la oyó y se la puso al lado de la cama mientras dormía. Por la mañana, se llevó una gran sorpresa al despertarse y dijo: -¡Mamá, papá, mirad, mi muñequita ha aparecido! -¿En serio?-contestaron sorprendidos. -¡Que sí, papá!

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A la noche siguiente, la bruja se presentó a su lado y le dijo: -María, yo te he traído la muñeca. -¡Qué alegría! Muchas gracias, Margarita. -De nada, sólo quería hacerte feliz. Ahora podemos seguir siendo amigas, ¿verdad? -¡Por supuesto que sí, brujita! Por la mañana, se fueron a jugar al jardín de la bruja. Jugaron al balón con todos los amigos y se lo pasaron muy bien. Desde entonces, la brujita y María fueron las mejores amigas del mundo. Moraleja: Si eres bueno, puedes conseguir muchos amigos, aunque sean brujos. Tomás Lavado Hernández. 3ºB

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Marina Pérez Cacho. 6º B

La pequeña Guo Xiau Yun Había una vez una niña que se llamaba Guo Xiau Yun. Vivía en China y cuando nació, su madre no tenía dinero ni siquiera para comprarle leche. Tuvo que dejarla en la puerta del hospital porque pensó que allí podrían darle lo que necesitara. Pasó por allí un policía, la cogió en brazos y la metió en el hospital. Se la entregó a un médico y allí se quedó. Le enseñaron la foto de Guo Xiau Yun a un matrimonio de España que quería una niña, y dijeron que era muy pero que muy guapa, así que fueron a buscarla. Cuando arreglaron todos los papeles, se fueron a China, recogieron a la niña y salieron a pasear a un prado. Comieron en un restaurante, cenaron y se acostaron en un hotel. Al día siguiente volvieron con la niña a España. Llegaron a Madrid y después a su pueblo, donde la esperaba toda la familia que había preparado una fiesta. Lo celebraron en un restaurante de Almendralejo, vinieron hasta los primos de Madrid. Todos decían que tenía una cara muy graciosa y que era la niña más guapa del mundo. Y así termina esta bonita historia de la feliz Guo Xiau Yun. Gema Salguero Argueta. 3ºB

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Alicia Crespo Zapata. 6º A

El árbol de Navidad Había una vez una niña llamada Emma. Era rubia y toda la gente decía que era muy alta para su edad. Se acercaba la Navidad y Emma quería hacer un árbol. Le dijo a su madre que le ayudara, pero no podía porque estaba muy atareada. Se lo dijo a su hermano, pero tenía mucho que estudiar. Cuando llegó su padre, se lo dijo a él, y tampoco podía porque estaba cansado de trabajar. Entonces, Emma decidió hacer el árbol sola. Según lo iba haciendo, observaba que el árbol tomaba vida. Emma veía que se movía solo y su ilusión iba en aumento porque cada vez que lo tocaba para colgar los adornos, le hablaba y le explicaba el sentido de la Navidad: «La Navidad no solo es tiempo de vacaciones y regalos, también es hacer feliz a los que tienes alrededor, ayudar a los que no tienen nada y compartir. Pero...lo más importante es que Navidad es todos los días del año».

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Emma decoró el árbol sola y comprendió lo que era en realidad la Navidad. Guardó el secreto porque pensó que no la creerían. Su familia se quedó sorprendida al ver el árbol, dijeron que era precioso. Emma trató de transmitirles lo que había aprendido y la verdad es que lo consiguió, pues pasaron la mejor Navidad de todas. Desde entonces, todos los años Emma hacía el árbol y disfrutaban juntos y felices. Y…Colorín colorado, se ha acabado el cuento inventado. Fátima Mejías Benítez. 4ºA

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Alicia Crespo Zapata. 6º A

La ardilla trabajadora Había una vez una ardilla muy trabajadora. Su casa siempre estaba tan limpia que cuando iban a visitarla, todos los animales se quedaban impresionados y boquiabiertos. Un día, fue una tortuga que era la jefa de un concurso de limpieza. La tortuga llamó a la puerta de la ardilla y le dijo: -¿Quieres participar en un concurso? La ardilla le contestó: -¡Por supuesto que sí! -El concurso será dentro de unos días - dijo la tortuga. Pasaron los días, pero la ardilla lo que no sabía era que tendría una dura competidora: una pequeña y astuta rata. Entraron primero en casa de la ardilla. Todo estaba reluciente, impecable y muy ordenado.

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La tortuga quedó tan impresionada que le parecía imposible ver otra casa como la de la ardilla. Llegó el turno de la rata: todo parecía perfecto y tan limpio como la casa de la ardilla. La tortuga exclamó: -¡Pero qué limpia! ¡Está más perfecta que la casa de la ardilla! Cuando la tortuga fue a entregar el premio a la rata, vino el señor zorro y éste se dirigió a la tortuga diciéndole: -¡Esta rata es una farsante, está haciendo trampas! La tortuga, asombrada, fue detrás del zorro y encontró en una habitación un montón de restos de queso y algunas otras cosas. La tortuga, escandalizada, le quitó el premio a la rata y la echó de allí por mentir a todos. Al final, el premio acabó en manos de la ardilla y fue muy pero que muy merecido por ser tan trabajadora y la más honesta de todos los animales. Mirian Andrada Benítez. 4ºA

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Nacho Albarca Indias. 5º A

David en Marte Érase una vez un niño llamado David que vivía en un pequeño pueblo. Su única ilusión era la de ser astronauta. Sabía que para conseguir su sueño tendría que estudiar mucho y por eso durante aquel curso se esforzó todo lo que pudo. Cuando dieron las notas finales tuvo su recompensa, pues eran unas notas estupendas. Sus padres se pusieron muy contentos y, como sabían que a él le gustaba mucho la mecánica, pensaron que sería una buena idea que durante las vacaciones fuese al taller de su primo, que vivía en una gran ciudad, y le preguntaron: -David, hemos pensado papá y yo hacerte un regalo por tus notas tan buenas. ¿Qué te gustaría? -Pues…..quizás un juego de herramientas -contestó David. -Te vamos a proponer algo más interesante. -Bien, vosotros diréis.

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-Tu primo nos ha comunicado que necesitan un aprendiz en el taller donde reparan los aviones y hemos pensado que tal vez te gustaría ir. ¿Qué te parece? David se puso tan contento que comenzó a dar saltos de alegría y a abrazar a sus padres, sólo decía: -Sí, sí, sí… David iba a pasar todo el verano con su primo en un taller en el que se dedicaba a arreglar los motores de los aviones, botones, hélices y un sinfín de cosas más. Todas las noches se decía a sí mismo: «¿Podré ser astronauta algún día y montarme en un cohete? ¡Cuánto me gustaría!» Una mañana su primo le dijo: -Me han llamado para arreglar un transbordador este fin de semana, ¿quieres venir conmigo? -Eso ni se pregunta, me encantaría. Llegó el fin de semana y David estaba listo para irse. Llamaron a la puerta y se montaron en un coche que los llevó al aeropuerto. Allí los recibieron unos señores muy amables. Al cabo de un rato, uno de esos señores le preguntó a David: -¿Te apetece montarte? -Me apetece un montón- respondió lleno de alegría. Le colocaron un uniforme de astronauta y subió al transbordador. En ese momento David se imaginó que iba en dirección a Marte, y era el más feliz del mundo. Fue entonces cuando su primo le dijo que se despertara, que tenían que ir a trabajar al taller y se les hacía tarde. Desde entonces solo soñaba con ser ASTRONAUTA. Francisco Abadito García. 5ºA

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Nacho Albarca Indias. 5º A

El sueño interminable Había una vez una chica llamada Clara. Era princesa y fue a visitar el castillo de sus abuelos. Cuando llegó al castillo, se dio un paseo con su gatita Luna. Tanto caminó que se sentó a descansar debajo de un árbol, se quedó dormida y comenzó a soñar. Estaba en un bosque oscuro cuando, de pronto, escuchó una voz entre los árboles: -Hola, ¿hay alguien? La princesita se asustó. Miró a su alrededor y observó entre los arbustos un pequeño duende. Este volvió a preguntar: -Hola, ¿cómo te llamas? -Me llamo Clara, ¿y tú?-preguntó ella. -Me llamo Robi. Comenzaron a hablar para conocerse y se hicieron amigos. Los dos estaban buscando un sitio para descansar hasta que…¡vieron a un dragón! Y echaron a correr. El dragón empezó a hablarles para tranquilizarlos: -No os asustéis, soy bueno y además soy vegetariano. 29


Los amigos se miraron con cara de asombro y dejaron de correr. -Me llamo Tobi, ¿y vosotros? -preguntó el dragón-Yo me llamo Clara. -Y yo Robi. Los tres comenzaron a hablar y se hicieron amigos. Iban tranquilamente paseando cuando de pronto se encontraron con la flor de los deseos. Todos pensaban qué podían pedir: -Yo quiero unas gafas de sol –dijo el duende Robi. -Y yo un sombrero - dijo el dragón. Clara siguió pensando y al final, dijo: -Pues yo….que mi sueño no se acabe. Los tres amigos iban muy contentos cuando, de repente, ¡pam!, escucharon un fuerte ruido. El duende vio que venían unos soldados con un gigante. El dragón pensó que serían los cómplices de la bruja Negra. Se escondieron entre los árboles y Clara preguntó: -¿Quién es la bruja Negra? -Es una señora muy fea y muy mala –dijo Tobi. -Sí, hizo daño a mi pueblo –murmuró Robi. Clara, pensativa, dijo: -¿Por qué no nos vengamos de ella? Pero ellos le dijeron que la bruja tenía muchos poderes. De pronto, fueron sorprendidos por los soldados de la bruja y se los llevaron a una fortaleza. Clara estaba verdaderamente asustada. Al duende se le ocurrió un plan: podría entretener a los soldados y mientras, el dragón Tobi los asustaría con su fuego. Se abrazaron los tres y la idea funcionó. Comenzaron a correr hacia la flor de los deseos, pero la bruja los perseguía. El duende le pidió que convirtiese a la bruja en un bebé sin chupete y Clara pidió que se acabase su sueño. Al despertar, Clara vio que tenía un peluche de juguete y un pequeño dragón junto al tronco del árbol en el que se había quedado dormida. Su gatita Luna la acariciaba y la miraba un poco sorprendida. Y…colorín colorete ¡la bruja ya tiene chupete! Fátima Gómez Romero. 5ºA

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Fátima Gómez Romero. 5º A

Marcos, sus amigos y el fútbol Marcos era un niño que tenía nueve años, vivía en un pueblo pequeñito y le encantaba jugar al fútbol. Tenía muchos amigos, pero no eran suficientes para hacer un equipo de fútbol, por eso tenían que juntarse con los niños de otro pueblo cercano. Casi todas las tardes, Marcos y sus amigos cogían sus bicicletas y se iban hasta el otro pueblo para poder entrenar. Un día llovía demasiado y sus padres no les dejaban ir, pero ellos no les hicieron caso. Al volver a casa, Marcos empezó a sentirse mal y cayó enfermo. Días después fue al médico y lo mandaron a un hospital. Le hicieron muchas pruebas y le dieron muy malas noticias: tenía una enfermedad muy grave. Si quería curarse tenía que ir a un país extranjero y eso costaba mucho dinero, sus padres no podían pagarlo.

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Todos sus compañeros, al saber la noticia, se pusieron muy tristes, pero todos querían ayudar. Decidieron jugar un partido y cobrar una entrada para recaudar dinero. Todas las personas del pueblo de Marcos y del pueblo de al lado fueron a ver el partido. Al cabo de varias semanas recaudaron mucho dinero para que Marcos y sus padres pudieran viajar hasta el lugar donde encontrasen una cura para aquella enfermedad... Después de varios meses Marcos se curó, regresó a su pueblo y siguió haciendo lo mismo que hacía antes de irse. Pasados algunos años, Marcos se fue a estudiar lejos de su pueblo; pero nunca olvidó a sus amigos, por eso cada vez que podía, regresaba y jugaba partidos con sus antiguos amigos como lo hacía antes. Jesús Macías Gutiérrez. 5ºB

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Lara Dumortier Díaz. 6º A

Natacha en España Natacha tenía doce años, los ojos y el pelo negro. Era alta, delgada y guapa. Y era de Rusia. Sus padres, el 17 de agosto de 2009, le dijeron que tendría que abandonar a su familia, sus amigos, su colegio y que se trasladaría a España. Debería aprender un nuevo idioma, hacer nuevos amigos y conocer un colegio nuevo. Al principio sonó bien, pero llegó el día en el que tuvo que despedirse de todos sus seres queridos. Cogió un avión con su papá y su mamá, todo lo que cabía en su maleta y fue a España con mucha tristeza. Llegó el día en que Natacha tuvo que ir al colegio y ese día empezó a escribir un diario al que llamó: «Mi nueva vida». La primera página de ese diario fue horrible, al igual que su primer día de colegio: no habló con nadie y esa primera semana tampoco. A partir de ahí fue aún peor, comenzaron las risas, los insultos, las zancadillas...empezaron a desaparecer sus cosas y todo sin entender por qué, sin entender el idioma.

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Al cabo de los meses, acabó por comprender todo eso y supo que era porque era extranjera. Sus padres la notaban triste. A Natacha le daba miedo que llegara la mañana porque eso significaba que otra vez tendría que ir al colegio. Un día sus padres fueron a hablar con la profesora y le comentaron el problema que tenía su hija. La profesora les dijo que intentaría ayudarle. Clara, que era la profesora, propuso trabajos de grupo para que se hiciesen amigos. Natacha, cuando acababa de hacer los trabajos, tenía que volver a casa porque nadie la invitaba a ir al parque, hasta que un día Víctor le dijo que se quedara con ellos. Conoció más gente y quedaba con sus compañeros y se dieron cuenta de que, además de trabajadora e inteligente, era una buena amiga. Y así la vida de Natacha cambió por completo. Nerea Trejo Lagar. 5ºB

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Fátima Gómez Romero. 5º A

La gran invasión Hace algún tiempo, en un pueblo muy lejano, se habían divisado plagas de cucarachas y es que un ejército de cucarachas quería hacerse con el pueblo. La razón de este plan era para vengarse de algunas personas que eliminaban a muchas de ellas. Un día, un grupo de niños fueron a jugar al parque. De pronto vieron una tremenda ola negra que se les venía encima y salieron a correr hacia el pueblo. En ese momento aparecieron varias personas con insecticida; pero eso no impidió que las cucarachas arrasaran parte del pueblo y dañaran a la mayoría de las personas. ¡Las cucarachas se apoderaron del pueblo! Sin embargo, todavía quedaban algunas personas que podían salvar el pueblo de la invasión, así que planearon un contraataque. Les tendieron una emboscada con un insecticida aún más potente que el de la última vez y acabaron con gran parte del ejército. Pero la batalla todavía no había acabado porque el resto del ejército de las cucarachas se unió y formó una cucaracha gigante. Entonces el grupo de personas que había derrotado medio ejército lanzó un chorro de insecticida combinado y acabó con la plaga ¡Así el pueblo unido salió victorioso de esta gran batalla! ¡Y colorín colorado, esta invasión se ha acabado! Antonio Corbacho Maqueda. 6ºA 35


Alicia Crespo Zapata. 6º A

Moda en París Un día, una chica llamada Cloe fue rumbo a París para ver a su tía Trinidad, que tenía una boutique muy famosa. Al llegar allí estaba un poco perdida, ya que nunca había estado en aquella preciosa ciudad. Tras unas horas buscando, la encontró. Entró y vio a una chica que estaba ajetreada, con la tienda patas arriba y le dijo: -¡Hola! Soy Celia, la ayudante de Trinidad, ¿en qué puedo ayudarle? La muchacha, asombrada, dijo: -Hola. Soy Cloe, venía buscando a mi tía Trinidad, ¿no está por aquí? -Sí, un momento, ahora viene – contestó Celia. Entonces vino Trinidad, que se puso muy contenta al ver a su sobrina. Le explicó a Cloe que tenía un desfile la semana siguiente y por eso estaba todo patas arriba. La noticia llegó hasta Lucinda, la dueña de otra boutique muy famosa, y a su ayudante Marta, y juntas idearon un plan para ganarles.

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Al día siguiente, mientras que Cloe y Celia trabajaban haciendo modelitos para el desfile, Lucinda se coló por la azotea y, cuando se fueron a comer, manchó todos los vestidos. Cuando volvieron a la tienda, vieron los vestidos manchados. Se pusieron a confeccionar más porque faltaban pocos días para el desfile. Pasada una semana ya tenían todo preparado: los trajes, zapatos, adornos... Cuando se hizo de noche, empezó el desfile: los vestidos de la boutique de Trinidad los lucían Cloe y Celia y los de la boutique de Lucinda, Marta. Cuando Lucinda y Marta vieron los vestidos, tan bonitos se dieron por vencidas y proclamaron ganadoras a Trinidad, a Cloe y a Celia. Y colorín colorete, tiraron cohetes. Alicia Crespo Zapata. 6ºA

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María Sánchez Rangel. 6º B

El monstruo ecologista Érase una vez un niño llamado Víctor al que no le gustaba el medio ambiente. Lo ensuciaba, lo destrozaba, trataba mal a los animales...Un día Víctor fue a un lago que no estaba muy lejos y estuvo tirando basura. Entonces, el lago empezó a temblar, la Tierra empezó a temblar, los animales huyeron y de allí salió... ¡un monstruo! Era grande y estaba compuesto por basura. Víctor no huyó, así que el monstruo le explicó que era de basura porque él la había echado al lago, lo mismo que habían hecho muchas personas antes. Siguió hablando e intentando convencer a Víctor de que cuidara el medio ambiente y le ayudara a limpiar el lago. Víctor aceptó. Entre los dos lo limpiaron y se hicieron muy amigos. Pero lo que no sabía el chico es que a medida que desapareciera la basura del lago, el monstruo iría desapareciendo también. Cuando ya acabaron de limpiar el lago, el monstruo se despidió de su nuevo amigo y le hizo prometer que cuidaría siempre del lago, ya que si no lo hacía, tendría que volver. Víctor, aunque se sentía muy triste por su marcha, le prometió que lo haría.

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Pasaron los años y siguió cuidando el lago hasta que un día tuvo que ir a otra ciudad para visitar a su tía. Estuvo allí una larga temporada y, cuando volvió, se encontró con la sorpresa de que el monstruo estaba arrasando la ciudad porque la gente había vuelto a tirar mucha basura. Víctor intentó pararlo y al final lo consiguió. Después explicó a la gente el motivo por el que el monstruo les había atacado y todos ayudaron a limpiar el lago y prometieron que nunca más volverían a ensuciarlo. Desde ese momento, el monstruo se fue y no tuvo que regresar jamás. Y colorín colorado, ¡el monstruo ha volado! María Sánchez Rangel. 6ºB

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Marina Pérez Cacho. 6º B

Una amistad difícil Hace muy poco, una niña llamada Mercedes fue a un nuevo instituto. Bueno, en realidad, todo empezó exactamente así: Mercedes, una chica de doce años, y su familia se fueron a vivir a otro pueblo. Cuando llegó, no conocía a nadie, pero al poco tiempo conoció a Rita, una chica de su clase con muchas cosas en común con ella. Las dos eran inteligentes, buenas con los demás y muy responsables. La profesora que les había tocado era bastante estricta. Pasaron los días y se convirtieron en las alumnas favoritas de la profesora. Pero un día, Rita no trajo los deberes hechos y la profesora tuvo que castigarla. Mercedes estuvo sola en el recreo y a la salida. Esta escena se repitió varias veces y Mercedes se enfadó porque creía que Rita la dejaba plantada. Rita se lo explicó todo, pero Mercedes siguió sin hablarle. Entonces Rita empezó a juntarse con Fátima y Laura, dos compañeras ricas y caprichosas que solo se preocupaban por estar guapas. Poco a poco, Rita se convirtió en otra chica igual. Por otra parte, Mercedes comenzó a relacionarse con Victoria y Esther, con las que tenía mucho en común también. 40


A medida que el tiempo pasaba, Mercedes y Rita se convirtieron en enemigas y un día hubo una gran pelea y todas salieron perdiendo porque las castigaron. Pero su castigo fue especial: tenían que pasar el recreo juntas y pe rdona rse. Este métod o n o fu ncionó al prin cipio, ya que se guían insultándose y llevándose mal, pero poco a poco lo fueron superando, se perdonaron y volvieron a ser amigas. Todas menos Laura y Fátima, que continuaron siendo egoístas y caprichosas. Las otras chicas nunca más se volvieron a separar. Colorín colorado, este cuento se ha acabado. Marina Pérez Cacho. 6ºB

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ENTIDADES COLABORADORAS


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