JUAN LUIS CANO

Page 1

Gente VIB 23/3/06 14:44 Página 24

Gente

L A M I TAD D EL C O LCHÓ N Juan Luis Cano (1/2 Gomaespuma) Conversación entre desconocidos. Uno se refiere al otro como lechón, y en lugar de recibir un soplamocos, dispara una corriente de empatía sardónica al reconocerse ambos como seguidores de un culto –como aquello de los masones y el hijo de la viuda– que va camino de cumplir el cuarto de siglo. En más de dos décadas de radio y aledaños, Gomaespuma ha creado su propio apéndice del diccionario, recitado por una legión de feligreses que han peregrinado por el dial de las frecuencias siguiendo a sus maestros de ceremonias. En ausencia de Guillermo Fesser por encontrarse ocupado en labores propias de su seso cinematográfico, encontramos a Juan Luis Cano emitiendo uno de los últimos pOgramas de la temporada. Para identificarnos como hijos de la viuda le regalamos un lechón, éste de peluche, para su hijita.

[

]

Iberia Cards no se hace responsable de las declaraciones del personaje entrevistado

Por Javier Yanes Fotografías de Álvaro Viloria

E

l cielo de fin de julio es una jaula de fuego. El aire se ingiere sólido, pesa en las cervicales y nos aplasta como pollos arrollados contra el asfalto del polígono de San Sebastián de los Reyes, donde Onda Cero Radio camufla sus estudios en un pseudópodo del principado de Antena 3, que ocupa más o menos lo que Andorra. Juan, el productor de Gomaespuma, nos recibe con la agitación oportuna cuando en fechas de teletipos atocinados –recuerdo aquello que contaba Umbral, sonaba el teléfono en la redacción a última hora de la tarde y alguien gritaba, “¡no lo cojáis, que seguro que es una noticia!”– la actualidad escupe una andanada que nadie espera: una réplica menor de los atentados del 7J en Londres. El equipo está enfrascado en una reunión de producción para dar la noticia al abrir el pOgrama. Nos llevan a un estudio umbroso pero acogedor, algo así como una sala clandestina de póquer a tres bandas, con mesa triangular y cuatro o cinco filas de butacas. En la primera fila, un chico de rasgos orientales que supongo de la casa, pues como único público rompería estadísticas. No hay ventanas, pero hay una planta que debe usar titanlux verde en lugar de

24

Verano 2005

clorofila. En la pared opuesta a este príncipe de las tinieblas vegetales, cuatro grandes pantallas planas de tele con canales de aquí y de allá. Uno, que fue biólogo antes que periodista, se acerca a este estudio de radio como Félix a la guarida del lirón careto, con ese ánimo científico de observar, estudiar y describir lo que ocurre alrededor sin participar en los hechos, o sea, lo que hace un naturalista. ¿O era un periodista? No sé, ya me lío. Por fin aparece el careto, el de Juan Luis Cano. Viste polo oscuro con raya en la bocamanga y pantalón claro, y al contrario de lo que sostiene esa teoría de la conspiración orquestada por un poderoso lobby internacional, no está gordo. Ocupa el vértice más alejado de la mesa triangular y se arranca con una jota. Cope, el pianista con nombre de emisora equivocada, le pone la alfombra sonora con ese don de improvisación que parece ser requisito para salir en este pOgrama como bicho, no como naturalista. La jota es para un espacio del whisky J&B. Juan Luis pregunta por una canción con la “b”. Desde el control le sugieren Let it be, pero prefiere quedarse Otoño 2005

25


Gente VIB 23/3/06 14:44 Página 26

Gente

con aquella rumbita, yobí, yobá, cada día yo te quiero más, que nadie, ni siquiera el Google, acierta a asegurar si era de los Gipsy Kings, Los Chichos o Rumba Tres. Termina la emisión del Tour de Francia que estos días deja el pOgrama de Gomaespuma en los huesos, apenas hora y media. No es el mejor día para estudiar el fenómeno de Gomaespuma, con sólo un 50% de sus principios activos y una franja horaria raquítica embutida de hambre de vacaciones y voces en conserva. Pero ahí está la gracia de esto. Para hacer lo que no hace nadie hay que ir donde no va nadie, y a ningún periodista serio se le ocurriría reportajear el pOgrama en un día como hoy. Así es una verdadera exclusiva: allí estamos nosotros para cubrir una noticia, la haya o no, y si no la hay, peor para ella. Se me ocurre que cuando uno pone la radio, siempre suena algo –sí, ya sé que la frase no es como para el Pulitzer, pero lo de “pienso, luego existo” también era de cartilla Rubio y miren lo lejos que ha llegado–. Es por eso que uno tiende a pensar que aquí todo transcurre como esos mecanismos de los goonies donde cae una bola que tira una ficha de dominó que libera un resorte que tira de una cuerda que

primera fila. Uno tiene la sensación de ser aquel del chiste, cómo se dice en griego “hombre en la cama”: estorbas. Pero según voy tomando confianza con los animalillos y observo que se acostumbran a mi presencia, me voy creciendo dentro de mi camisa y me siento primero en el suelo junto a la mesa del estudio, después en una de las sillas que circundan la timba de póquer radiofónico. Las inquietantes noticias de Londres se cierran con la canción de Baker Street de Jeffrey… Ferry… eso, Gerry Rafferty. Con la pausa musical, relax de orejas y bocas. El ambiente se distiende hasta que del control avisan que llevamos cuatro minutos de canción y que ya está bien, que algo habrá que contar. Juan Luis pide música del NODO para el siguiente esquech, una disparatada parodia en versión original de un comunicado del gobierno chino notificando la visita de Zapatero. Uno pensaba que en un estudio de radio se debe guardar silencio cuando hablan los mayores, pero allí el que menos se desnuca de risa. En la cabina de control pululan siempre seis u ocho, no todos técnicos, pero todos congregados al fresquito del clima Gomaespuma. Uno también pensaba que no se fumaba en un estudio de radio. Pero Juan Luis encadena los pitillos y allí el único que parece no fumar es Guillermo Fesser, porque no está. Juan Luis anuncia la sección de noticias, QUÉ HA PASAAAAOOO, esmaltada al fuego álgido y chic de la electromagnética Esmeralda Velasco, a quien hace tiempo que no vemos en la tele. A la timba se une Juan Pablo Colmenarejo, maestro director del programa –éste con “r” entre la “p” y la “o”– La Brújula y recién investido con la Antena de Oro. Enhorabuena a los

muestra de eso que ahora llaman spin-off, radionovela por entregas que gira alrededor de ese personaje tan real como surreal que comenta las películas en Gomaespuma. Juan Luis tiene siempre el correo electrónico abierto en la pantalla y responde emails cuando no hay que darle de comer al micro. Entra Juan Carlos Orlando, colaborador gastronómico que hoy no entra, pero entra, y lo hace con una botella de champán que descorcha y escancia entre los concurrentes. “Tomad, compañeros”, me ofrece un vaso Juan Luis. Duro, esto de la radio. Igual vengo otro día, si eso. Entra Mar de Tejeda, nombre espumoso y panorámico que titula una mirada centelleante, de ésas que tienen transferidas las competencias de la sonrisa. Al ritmo del Hakuna matata de Disney y con voz sedosa de tafetán recién planchado, Mar presenta Simba, o “simba-rreras”, el espacio de servicio social. Le sigue una llamada al propietario de un restaurante de Las Ramblas que ha impuesto un código de vestimenta a sus clientes para evitar el desmadre veraniego. Regresa el esmalte metálico y magnético de Esmeralda Velasco y da cuenta de las noticias, rifirrafe carcelario en el Congreso y coletazos políticos del incendio forestal en Guadalajara. En la siguiente pausa de cuñas se discute cómo llenar los 40 minutos restantes hasta las siete menos cinco. Aún queda improvisar al estilo Corchopán el espacio del patrocinador J&B. Juan Luis no se apura. “Hablo yo como un cantante que ha compuesto un jingle para J&B, canto la jota y la del yobí, yobá”. En ningún momento deja de consultar su correo. Las orejas abiertas al que le habla y los ojos abiertos a la pantalla plana que dispara emails como una máquina de palomitas.

Los viajes de Gomaespuma los hemos hecho desde el punto de vista informativo, porque creemos que no hay nada mejor para crear conciencia que

26

abre una puerta. En cambio, a pocos minutos de empezar aún no parece estar decidido cómo rellenar hora y media de radio. Para un profano todo parece moverse a medio camino entre la coreografía meticulosa y el caos, aunque supongo que en realidad todo debe ser pura coreografía meticulosa. O puro caos. Sintonía. Gomaespuma, Gomaespuma, el pOgrama va a empezaaaar… Cinco segundos antes de entrar en el aire, Juan Luis revisa sus papeles y proclama: “¡no tengo una puta noticia de Londres!”. Son las 18:40. Se ilumina un piloto sobre la mesa triangular y suena el tradicional “buenas tardes, chavalotes”. Juan Luis arranca improvisando de memoria la noticia de los atentados, alargando el discurso con total naturalidad hasta que alguien irrumpe con papeles a los que aferrarse. Como naturalista, comienzo sentado discreto en una butaca de la Otoño 2005

premiados, que no podía marcharme de aquí sin escuchar. Pausa publicitaria. Juan Luis se recuesta en la silla, deja las sandalias en el suelo y cruza las piernas sobre el asiento. “Tío, no me saques fumando, que no es políticamente correcto”, le dice a Álvaro. Ha tratado de dejar el cigarrillo por todos los medios, tres asaeteados de acupuntura “y hasta un tío que te pone imanes en la cabeza”. Probó ese libro que supuestamente uno lee y deja de fumar. “Y funciona, tío. Gracias al libro yo lo dejé durante una mañana entera”. “¿Y qué cuenta el libro?”, pregunto. “Te convence de que eres gilipollas por fumar. Luego sí, sigues fumando, pero sintiéndote gilipollas”. Cope ensaya la jota y la rumba al teclado con un lápiz en la boca. Le supongo fumador arrepentido. Llega enlatado el serial de Cándida, genial

Fin de la pausa y el farolillo de la mesa se alumbra. Entra un chaval delgado que comparte mesa, hertzios y código genético con Juan Luis. Y lo de delgado, no es porque Juan Luis no lo sea, que sí. Es Carlos, su hermano, que presenta el espacio La cara B de nuestras vidas, un bestiario musical que parece arrancado de la cripta de la fonoteca de un manicomio. La madre de Juan Luis y Carlos recibe su llamada diaria para merendar con productos Pascual. Finalmente se arranca Juan Luis con la publicidad de J&B, jota y rumba. Ignoro si los patrocinadores quedarán contentos. Quien ha tenido que escribir algún publirreportaje conoce lo complicado que resulta escribir sin decir nada. El bestiario musical se cierra con un espléndido live de Cañita Brava y una balada melosa tejida en la voz de esparto del desaparecido Paco Rabal. El reloj electrónico so-

contar lo que pasa in situ, sin que te lo cuenten los teletipos, sino viéndolo tú. Y en cada viaje hemos dicho: bueno, ya que vamos, ¿qué hace falta? bre la pecera de control marca las menos cinco. Entra la sintonía y estos mamíferos despiden el documental. Áaaaadios. En escasos segundos los caretos varios se han fundido a negro en las sombras del estudio. Álvaro y yo quedamos bajo la penumbra de los halógenos y frente a nuestro protagonista, que entre requerimientos de compañeros y llamadas al móvil –que toca el himno del Atleti– nos dedica un rato. Le pido que me firme un ejemplar de su último libro, Las piernas no son del cuerpo, memoria colectiva de una infancia de barrio. Sólo llevo una pregunta preparada. Si en la carrera de un periodista la meta es conquistar su independencia profesional, ¿cómo se hace para conseguirla desde el principio como han hecho ellos? Yo creo que no es una fórmula. No es más que un compromiso con uno mismo. Yo creo que es una cuestión de madurez. Cuando uno está convencido de algo y no es un pensamiento gratuito, sino que es producto de la reflexión, uno tiene que ser honesto consigo mismo, de lo contrario difícilmente lo podrá ser con los demás. Nosotros siempre hemos sido fieles a nuestra manera de pensar, y allá donde hemos ido lo hemos llevado por bandera. No sé si es bueno o malo, pero yo duermo muy bien todas las noches. Y habéis arrastrado vuestra multitud de seguidores de una emisora a otra. Gomaespuma siempre ha tenido una audiencia muy fiel. No son oyentes usuales de la radio, sino gente que se identifica mucho con nosotros, con nuestra manera de ser, de pensar y de contar las cosas. Siempre nos han seguido de un medio a otro, y eso es muy bonito. Se suele decir que Gomaespuma tiene una audiencia juvenil. Pero los que os empezamos escuchando a los 20, seguimos con vosotros y ya rondamos los 40. Es más, siguen diciendo que somos la joven promesa de la radiodifusión, y estamos cerca de la cincuentena. Llevamos siendo “la joven pareja de la radio” 25 años. ¿Crees que esto ha llegado a perjudicaros? Por ejemplo, en tu carrera literaria. Yo he escrito toda mi vida, una necesidad para los que nos gusta, pero nunca me había atrevido a publicar por pudor, por respeto al mundo de la literatura. Si llegué a hacerlo fue por Dulce Chacón, que leyó el manuscrito de mi primera novela, “Hincaíto”, y me ayudó. Me lié la manta a la cabeza y publiqué el libro, y tuve mucha suerte porque las críticas fueron muy buenas, incluso siendo un “escritor mediático”. Soy consciente de que si no hubiera tenido un programa de radio desde hace tantos años no me habría publicado nadie. Pero lo publiqué con honestidad absoluta, sin ninguna pretensión, las críticas fueron buenas, y sigo escribiendo.

Y cantando… Eso entra más bien en mi faceta de “jeta”. Me gusta mucho cantar, y en cuanto tengo oportunidad, canto. Sé que lo hago regular, pero me da igual, me lo paso muy bien. No lo puedo evitar, es un defecto. ¿Y cómo os encontráis en esta casa? Onda Cero es una emisora plural que ocupa una franja muy difícil, la franja media, ni en un extremo ni en el otro. Yo te digo que jamás, jamás, nadie nos ha dicho ni lo que teníamos que decir, ni por dónde teníamos que ir, ni por dónde teníamos que dejar de ir. Nunca. Es más, si algún día me lo hubieran dicho, yo me habría pirado, de aquí y de todos los sitios donde he estado. ¿Y no se enfada Lara cuando le cantáis el tema de Lara de Dr. Zhivago? Qué va, qué va, y además es un tema precio-

so, otra cosa es que lo cantemos mal. Y anda que no nos metíamos con Polanco. Juan Luis, es bien conocido por los que os seguimos que Guillermo y tú os conocisteis el primer día de Facultad. Pero nunca he escuchado una narración de cómo fue aquello. ¿Me lo cuentas? Pues yo estaba sentado en el aula 503 de la Facultad de Periodismo y Guillermo se sentó detrás de mí. Entonces él me dio en el hombro y me saludó, me dijo, hola, soy Guillermo Fesser, representante de paraguas, me dio la mano y me remangó la manga hasta arriba. Entonces me intentó vender unos... tickets de canje de discos, porque él se sacaba unas perrillas haciendo canje de discos de segunda mano para una tienda que había en la Puerta del Sol. Entonces yo le dije, pero tú estás loco, de qué vas por la vida, tronco. Ya ese día nos fuimos a Moncloa andanOtoño 2005

27


Gente VIB 23/3/06 14:44 Página 28

Gente

El mundo no avanza sin educación. Muchos de los problemas que tiene este planeta vienen por desinformación y falta de cultura.

do juntos y nos tomamos una caña. Y así empezó. Cuéntame cosas sobre vuestra Fundación. Antes de existir la Fundación Gomaespuma, empezamos con acciones puntuales. Lo primero que hicimos fue llevar un barco entero de juguetes a Cuba y repartirlos nosotros. Luego fuimos a la guerra de Bosnia, nos enteramos de qué pasaba por allí y, de paso, llevamos leche maternizada para los hospitales porque las madres, con el trauma de la guerra, se quedaban sin leche y los niños se morían. Fuimos a Mauritania porque nos enteramos de que la gente del desierto se quedaba ciega por el efecto del sol en la arena y nos fuimos a repartir 70.000 gafas. Cuando nos dimos cuenta de que nos gustaría tener algo que fuera permanente en el tiempo, a través de Nacho Cano y de la Fundación Sabera tuvimos la idea de dar de alta a la Fundación Gomaespuma y tener un proyecto permanente que era una escuela en Calcuta. Después aquella escuela la quemaron, Sabera despareció por culpa del personaje que llevaba la Fundación allí, y entonces desviamos nuestros proyectos a otros sitios. Abrimos una escuela en Managua para recoger niños de la calle en los alrededores del mercado Iván Montenegro. Luego, a raíz de lo del tsunami, estamos manteniendo la educación, el alimento y la sanidad de 200 niños en Sri Lanka. Allí además hemos comprado un arrozal que mantiene la alimentación básica y cuyos excedentes vamos a vender para crear tres escuelas, una de agricultura, una de mecánica y otra de pesca, que son las tres mejores salidas que hay allí. Esos son los proyectos permanentes que tenemos ahora, además de un proyecto de educación para mujeres en Matagalpa, en el norte de Nicaragua, a través de la radio, que tiene mucho que ver con nosotros. Siempre la educación. Sí, nosotros creemos que el mundo sin educación no avanza, y de hecho muchos de los grandes problemas que tiene este planeta vienen por desinformación y por falta de cultura. Gomaespuma ha sido un programa muy viajero. Los viajes los hemos hecho desde el punto de vista informativo, porque creemos que no hay nada mejor para crear conciencia que contar lo que pasa “in situ”, sin que te lo cuenten los teletipos sino viéndolo tú. Y en cada viaje hemos dicho: bueno, ya que vamos, ¿qué hace falta? Y en el viaje de evasión, ¿eres de asfalto o de hierba? Me gusta más la hierba. Lo que pasa es que 28

Otoño 2005

desde que nació mi hija ha cambiado el rollo. No puedo hacer los viajes que hacía antes, que cogía la mochila y me iba a recorrer un país. Lo echo mucho de menos. Pero se compensa con ir con mi hija, que casi lo prefiero. ¿Tu refugio para escaparte? Ahora es Ibiza. Desde hace tres o cuatro años tengo una casucha en una montaña. ¿Y tu país de adopción? Cuba. De hecho era mi refugio antes de que naciera mi hija. Un sitio muy chiquitito que se llama La Boca, al lado de Trinidad, y yo me iba allí con una familia que ya es también como la mía. Me hacía dos o tres viajes al año. ¿Tu ciudad preferida para visitar? Buenos Aires. Es impresionante. Es acogedora, pero al mismo tiempo grandiosa, que no grande. Es una ciudad donde la cultura está en cada esquina. En España cada tres portales hay un bar, allí cada tres portales hay una librería. Hay millones de teatros, de cines, de cafés, de locales de música... Aparte de que arquitectónicamente es una barbaridad. Y el río, que no es un río, es otra cosa, yo no me lo podía creer cuando vi por primera vez aquello. Y además manejan el idioma mejor que nosotros. En América, por supuesto. El idioma es mucho más puro, y de hecho durante los años 60, 70 y 80 la buena literatura en castellano se hacía en América, quitando contadas excepciones como Delibes, Torrente Ballester, Cela... ¿Y en el extremo opuesto, tu gran decepción viajera? Paraguay, por una experiencia personal muy chunga, lo pasé muy mal, pero era en la época de Stroessner, así que me imagino que habrá cambiado. Seguro que tiene cosas maravillosas, pero yo es que no quise ni verlas. Salí escopetado. Estuve dos días, cuando iba para quince.

¿Se puede contar? No. Básicamente porque, si lo cuento, van a decir: éste es un peliculero. Y paso. ¿Cón qué actitud se debe viajar? Hay que viajar con los ojos y las orejas muy abiertos, intentar relacionarte con la gente del país. Nunca he hecho un viaje organizado, excepto a África de safari. He viajado muchísimo desde que tengo 17 años, y ese miedo que tiene la gente, ¿y si resulta que un día no encuentro dónde dormir?... Siempre encuentras dónde dormir. Yo jamás me he quedado tirado. Claro que a veces he dormido en sitios insospechados, de decir, bueno, pero esto qué es. En Marruecos, bordeando el Atlas, me dejaron encerrado en una especie de restaurante y me dieron dos colchonetas que trajeron de su casa. Otra vez en una choza de un señor que no tenía más que una estera... Pero eso al final te enriquece, y por pasar una noche durmiendo en el suelo no pasa nada. Mi teoría es que nunca pasa nada. Nunca jamás he reservado un hotel. Llego con un vuelo, y de ahí, tira millas. ¿Qué viaje tienes pendiente? Me apetece muchísimo conocer mejor Asia. Conozco bien toda Latinoamérica excepto Bolivia y Perú, pero en Asia sólo conozco Calcuta, un poco Indonesia, y Sri Lanka ahora cuando fuimos. Me apetece mucho China, Filipinas... Por último. ¿Mantienes en pie esa amenaza de retiraros cuando aún estáis arriba? Lo sigo diciendo. Seguiremos algún tiempo, no sé cuándo dejaremos la radio o la radio nos dejará a nosotros, pero Gomaespuma permanecerá porque ya es una marca, son libros, publicidad, muchas cosas. En la radio seguiremos hasta el día en que nos aburramos a nosotros mismos. Abandonamos el estudio donde humean los rescoldos de la fogata que congrega cada tarde a no sé cuántos cientos de miles de lechones y mamíferos catarrinos varios. Asín termina nuestra expedición científica al corazón de la radio, donde el periodismo del corazón se rinde frente al periodismo desde el corazón. Nuestra investigación concluye sin conclusiones. Bueno, tal vez una. A Juan Luis se le puede aplicar aquello que decían de Lorca: cuando está Federico no hace frío ni calor, simplemente hace Federico. VB Donaciones a la Fundación Gomaespuma: Bankinter 0128-3865-26-0100002533 www.Gomaespuma.com


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.