La Gaceta del FCE. Diciembre 2018 - Enero 2019.

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NUESTROS LECTORES


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Enigma juan josé arreola

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Nuestros lectores dossier

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Breve historia de la computación, de Paul Ceruzzi ix-nic iruegas

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La profundidad apasionada víctor santana

A nuestros lectores

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erramos el 2018 con la satisfacción de haber avanzado un tramo más en la ya larga vida de esta casa. Son 84 años de estar produciendo y difundiendo libros que guardan en su interior la necesidad de ser leídos. El libro, ese mecanismo inerte, que permanece a la espera de que alguien lo active, y que sus páginas sigan transmitiendo maneras de apreciar el entorno. Durante el año en curso, nos dedicamos a recopilar las recomendaciones de las publicaciones del fce que, por medio de las redes sociales, realizaron nuestros lectores. También emprendimos la tarea de preguntar a nuestros autores qué títulos sugerían para chicos y grandes. En este número, nuestros editores participan con sus ediciones predilectas pues, más allá del trabajo editorial, que es nuestra labor cotidiana, está el sueño de todo aquel que ha disfrutado de la lectura: compartirla con otros. Quisimos, por tanto, finalizar el año con recomendaciones, reseñas, poesía y adelantos narrativos que sirvan de guía para los que se acerquen a esta Gaceta, número 576-577, que desde 1954, intenta dar una vista panorámica de los libros que conforman el catálogo del Fondo y de cómo también esta institución octogenaria ha sabido entender el mundo del libro con respecto al contexto. •

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Conversación con Angelina Muñiz-Huberman claudia posadas

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Revalorar la comunicación pública raúl trejo delarbre

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El huésped y otros relatos siniestros, de Amparo Dávila tanya huntington

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Recomendaciones de nuestros editores

22 José Carreño Carlón Director general del fce Susana López, Socorro Venegas, Octavio Díaz y Juan Carlos Rodríguez Consejo editorial Rocío Martínez Velázquez Editora de La Gaceta Ramón Cota Meza Redacción León Muñoz Santini Arte y diseño Andrea García Flores Formación y diseño Ernesto Ramírez Morales Versión para internet Jazmín Pintor Pazos Iconografía Impresora y Encuadernadora Progreso, S. A. de C. V. Impresión Suscríbase en www.fondodeculturaeconomica.com ⁄editorial ⁄ laGaceta ⁄ lagaceta@fondodeculturaeconomica.com www.facebook.com ⁄ LaGacetadelFCE La Gaceta es una publicación mensual editada por el Fondo de Cultura Económica, con domicilio en Carretera Picacho-Ajusco 227, Bosques del Pedregal, 14738, Tlalpan, Ciudad de México. Editor responsable: Rocío Martínez Velázquez. Certificado de licitud de título 8635 y de licitud de contenido 6080, expedidos por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas el 15 de abril de 1995. La Gaceta es un nombre registrado en el Instituto Nacional del Derecho de Autor, con el número 04-2001-112210102100, el 22 de diciembre de 2018-enero de 2019 de 2001. Registro postal, Publicación periódica: pp09-0206. Distribuida por el propio Fondo de Cultura Económica. ISSN: 0185-3716 Ilustración de portada: ©Andrea García Flores

Metal samuel segura


poema

Enigma Juan José Arreola

Yo nunca encontraré de tu belleza, aunque la busque sin cesar, la clave, porque siendo tan grande tu tristeza ya ni en el fondo de tus ojos cabe. Del misterio profundo y pensativo tienen tus ojos la expresión callada, que llena de enigmático atractivo la sombra luminar de tu mirada. Y si pienso que el enigma se resuelve, viene luego a complicarlo tu sonrisa y envuelto en su luz me lo devuelve. Pues miro que en tus rasgos se precisa ese gesto enigmático que envuelve la sonrisa sutil de Mona Lisa.

La fidelidad fidelidad de Juan José Arreola a la forma clásica es patente en este soneto, que se publica en conmemoración de los primeros cien años de su nacimiento.

p ági na ante r i or , ar r i b a y p ági nas si gui e ntes: diciembre de 2018-enero de 2019

dan aide ( s.f.), d esnuda (1969), yo soy bella (1973) y uni corni o y mujer (1969), de jua n jo s é a r r eo l a

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Una revista debe tener un poco de todo, dijo Jorge Luis Borges. La Gaceta se adhiere a esta prescripción: todas las historias, todas las épocas, todas las edades pueden transitar por sus páginas. ¶ El espectro de las temáticas va desde un soneto y varias acuarelas de Juan José Arreola; de Angelina Muñiz-Huberman una entrevista con Claudia Posadas, juntas escarban las raíces profundas de la singular escritora; un ensayo en el que Tanya Huntington descubre el mal dormir de los personajes de Amparo Dávila; un adelanto de Metal, novela ganadora del Segundo Premio de Novela Juvenil Universo de Letras 2018; una reseña de Breve historia de la computación, en la que se describen los hitos de la revolución informática; el análisis de Raúl Trejo sobre la comunicación gubernamental hasta una revisión de la obra de Gonzalo Celorio con motivo de la publicación de De la carrera de la edad. De regreso. Además, incluye una lista de títulos que los niños podrán leer durante las próximas vacaciones, seguida por las recomendaciones de nuestros editores. Este número culmina con nuestro mejor deseo: que el año venidero esté lleno de lecturas.

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reseña

Breve historia de la computación, de Paul Ceruzzi La colección Breviarios del fce acoge este libro que será de interés para quienes deseen conocer los hechos básicos de la historia de la computación y su relación con la historia militar, económica y política. Presentamos una reseña por la traductora. ix-nic iruegas

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ara escribir esta reseña me senté frente a una computadora que está sobre mi escritorio, abrí un procesador de textos y elegí un documento nuevo. En la pantalla, además de una página en blanco —que no es, desde luego, una hoja de papel, pero simula serlo— está abierto un navegador con varias pestañas activas, en las que pienso buscar algunos conceptos como “paradoja de Zenón” y “ley de Moore”, que aparecen desde los primeros párrafos de esta Breve historia de la computación (fce, 2018), escrita por Paul Ceruzzi (1949). Leí la versión final del texto en una tableta que tengo a mi lado, ya que es ahí donde lo subrayé con colores digitales que hacen las veces del marcador fluorescente que hubiera usado de haberla leído en papel. Sobre el escritorio está también mi teléfono celular, y en la muñeca llevo un reloj enlazado a ese teléfono y que no sólo me da la hora (que también puedo ver en la computadora, en la tableta y en el celular) sino que me avisa si he recibido algún correo electrónico, algún mensaje de texto, una mención en Twitter o alguna notificación de Facebook. Es decir, soy quizá como muchas de las personas que lean esto, un ser hiperconectado, y dependo, en mi vida laboral y personal, de diversos dispositivos para comunicarme, investigar, escribir, hacer cuentas, acudir a citas por las rutas de menor tránsito, informarme de lo que ocurre en el país y en el mundo, oír música y ver películas y series. Para ninguna de estas actividades requiero conocer el mecanismo de los dispositivos que utilizo diariamente (basta saber usarlos) ni mucho menos los avances tecnológicos que les han dado paso en la historia. No obstante, el libro de Ceruzzi pone en perspectiva su vertiginoso desarrollo desde antes del final de la segunda Guerra Mundial y su relevancia social y política en las sociedades modernas, casi al final de

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zo que se requirió para avanzar la segunda década del siglo xxi. Si la desde máquinas que hacían una sola sola lectura del libro no me bastara, tengo a mi disposición mi propia his- cosa (cálculos matemáticos) hasta toria como usuaria de computadoras la creación de arpanet, sistema que conecta las computadoras del para dar dimensión a los gigantesDepartamento de Defensa de los cos pasos que se han dado para que Estados Unidos, que diera paso a la hoy esté escribiendo este texto en llamada World Wide Web, que nos una computadora personal que en mantiene a todos conectados en la nada se parece a la Apple IIe beige actualidad. de letras verdes sobre fondo negro Por si todo esto no bastara para en la que insertaba discos de los llahacer de este libro una lectura mados floppies para hacer algunas tareas escolares y jugar ¿Dónde está inexcusable para cualquiera que usa un dispositivo móvil, Ceruzzi Carmen San Diego? nos regala un par de caramelos En sólo un par de sesiones de históricos en los que destaca el lectura es posible conocer el trabajo papel de México en esta historia de Charles Babbage, Herman Hoglobal: la relación de nuestro país llerith, Konrad Zuse, Alan Turing, con la interferencia de las comuniWallace Eckert, Howard Aiken, J. caciones alemanas por los Estados v. Atanasoff y, sólo por mencionar Unidos y el Reino Unido en el caso algunos de los nombres más conodel Telegrama Zimmerman que se cidos actualmente sin por ello dejar remonta a 1917 y en el que Alemade lado a los muchos que han hecho nia ofrecía su apoyo a México para invaluables aportaciones antes y recuperar los territorios perdidos después, Bill Gates, Steve Jobs y ante los Estados Unidos a cambio Steve Wozniak. Desde luego que inde su participación en la primera mediatamente salta a la vista que la gran mayoría de estos personajes y Guerra Mundial, cuyos ecos remuchos más han sido varones, más verberaron en las filtraciones de allá de las mujeres encargadas de Edward Snowden sobre la intercepcalcular las tablas de tiro necesarias ción de las llamadas telefónicas de para el disparo de armas antiaéreas, la canciller alemana Angela Merkel las que operaban las máquinas calpor los Estados Unidos, y la creaculadoras y las secretarias que usación de la computadora Turing-850 ron los primeros procesadores de por ingenieros de la Benemérita texto hechos especialmente para las Universidad Autónoma de Puebla, oficinas. De modo que este es buen “el primer sistema informático momento para destacar la figura de propósito general totalmente de Grace Murray Hopper, diseñado en México”, que líder del equipo de univac, si bien no fue exitoso, sí quien “dedicó su larga fue resultado de un concarrera en el mundo de la junto de factores de orden computación a hacer [los comercial, legal y econósistemas] más accesibles mico que confluyeron en la y útiles para quienes no década de 1980. eran especialistas” y suAsí pues, con este libro, brayar la importancia de Paul Ceruzzi ofrece una acercar a niñas y jóvenes visión panorámica de los Breve historia al mundo de la ciencia y momentos históricos y los de la la tecnología. La lectura avances tecnológicos que computación de Ceruzzi también deja han dado paso a las compupaul e. ceruzzi claro el recorrido tecnolótadoras (y laptops, tabletas, gico entre tubos de vacío, teléfonos inteligentes, móbreviarios transistores, circuitos dems, buscadores, servi1ª ed., 2018 integrados, chips y microdores, portales y demás procesadores, así como software y hardware) que la complejidad del esfuerusamos y de las que depen-

demos hoy en día, consciente de la imposibilidad de hacerlo de forma absoluta debido a la velocidad de los nuevos desarrollos que “vuelve obsoleto cualquier intento de construir una narrativa coherente”. No obstante la dificultad, Ceruzzi elige cuatro hilos conductores para contar esta historia: el paradigma digital, es decir, la codificación, control y cómputo a través del código binario; la convergencia de una larga serie de técnicas y máquinas —cada una con su propia historia de desarrollo—; el progreso de la electrónica de estado sólido y la interfaz humano-máquina, que se refiere a la manera en que los humanos interactúan con los artefactos digitales para dar forma y cohesión a un “resumen del desarrollo de la era de la información digital”. Es indudable que la experiencia de Cerruzi como profesor de historia de la tecnología, los varios libros que ha escrito sobre este tema y su trabajo como curador de electrónica aeroespacial y computación en el Museo Nacional del Aire y el Espacio del Instituto Smithsoniano de los Estados Unidos, fueron de gran utilidad al seleccionar los hitos de la computación que no podían quedarse fuera de este breviario. La selección del autor para señalar los avances más relevantes que nos traen hasta el estado actual de las cosas, incluidos temas de importancia más reciente como internet, Google, Facebook y Twitter, se agradece tanto como que haya tocado de forma entretenida y sencilla temas que pueden ser áridos. Dicho lo anterior, considero necesario decir que, además de reseñar este libro, se me encomendó su traducción, lo cual explica el afecto que genera un texto al que se le dedica tanto tiempo pero, tras tres lecturas (la primera para aceptar el proyecto, la segunda al traducirlo y la última de la traducción terminada), puedo decir con absoluta certeza que se trata de un libro pertinente, ameno y apto para legos (como yo) en el tema de la computación, que es relevante para comprender el tránsito desde las primeras máquinas que requerían habitaciones enormes y refrigeradas, tarjetas perforadas y un batallón de gente especialmente capacitada para utilizarlas correctamente, hasta el teléfono que cabe en la palma de una mano y desde el cual habré de enviar este texto vía correo electrónico. •

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La profundidad apasionada Lectura razonada de De la carrera de la edad II. De regreso, reunión de estudios literarios, crónicas y perfiles de escritores, que constituyen libros en sí mismos, dada su coherencia interna. víctor santana

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omo Gonzalo CeSigue su estudio de Juan Ruiz lorio reconoce en de Alarcón, en quien se reconocen el prólogo a De la rasgos de estilo propios de la mexicarrera de la edad canidad, a pesar de que sus obras II. De regreso, el teatrales se inscriban (y hayan sido segundo volumen presentadas) en el teatro madrilerecopilatorio de su ño de la época. El ensayo sobre sor obra ensayística, este libro es más Juana Inés de la Cruz es subsidiahomogéneo que el primero. Mientras rio de la interpretación de Octavio que en De la carrera de la edad I. Paz, como evidencian las notas De ida sus lecturas conviven con al pie. Y el ensayo sobre Ramón textos sobre la Ciudad de México y López Velarde, que culmina con dos el exilio español, en el segundo volucrónicas breves, es el de estilo más men aparecen casi exclusivamente libre, como Celorio mismo adviersus estudios literarios. Se trata te al elegir el poema de “La prima del mejor Celorio, lector atento e Águeda”: “tal vez no sea el mejor, inteligentísimo capaz de dibujar las pero a estas alturas de mis asedios consonancias que dan sentido a las ya sólo quiero hablar de lo que me literaturas nacionales y transnaciogusta y sólo porque me gusta”. Este nales. Contra la poética de lo micro, es uno de los muchos textos sabrosu apuesta es por la comprensión en sos del volumen, sirviéndome de ese sentido amplio. adjetivo tan caro a Celorio. Sorprende que la primera parte, En el penúltimo ensayo, Celorio “Hacia una semántica del silencio: la vuelve a Villaurrutia para estudiar tradición de la poesía lírica mexicala relación de su poética con el suna”, no haya aparecido antes como rrealismo. Y cierra la sección con un libro, pues su coherencia interna ensayo comparativo de Villaurrutia basta para tener una teoría de la y Carlos Pellicer en el que confirma poesía mexicana. Inicia con un enla tesis del primero: la poesía de sayo sobre la manera en que Xavier Pellicer, gozosa, festiva y nutrida de Villaurrutia construyó su inserción imágenes nacionales, paradójicaen el canon poético mexicano vía mente parece menos mexicana que su “Introducción a la poesía mexila de Villaurrutia. cana”: al margen de las temáticas consideradas típicamente mexicaLa segunda parte la ocupa Ensayos nas, Villaurrutia propuso un canon de contraconquista (2001), uno de la poesía nacional que privilegia de los libros mayores de Celorio. la lírica sobre la épica, que prefieConsiste en un viaje alrededor del re el tono menor y la reflexión, y territorio que conoce y lee mejor: la cuyos argumentos secretos son la literatura del boom y sus satélites. melancolía y la preocupación por la El ensayo inaugural es una historia muerte. del barroco que culmina Consciente de que Vien la que quizás sea la llaurrutia escribe el ensayo idea más persuasiva del con un ojo puesto en el libro: el entendimiento del canon mexicano y el otro boom como arte barroco en su propia obra, Celorio y al barroco como un arte sigue esa tesis para estude contraconquista. Es diar la historia de la poesía decir, una mayoría de edad mexicana, empezando por alcanzada por la literatura el primer poeta mexicano latinoamericana cuando De la xarrera en habla hispana, Francisfue capaz de producir un de la edad ii co Terrazas. Éste pareciediscurso paródico que eviDe regreso ra salirse del molde de Videnciara una noción crítica gonzalo celorio llaurrutia por practicar la de la cultura. poesía épica, pero Celorio Destacan los textos letras mexicanas disecciona su poesía lírica dedicados a Julio Cortázar. 1ª ed., 2018 (la de mayor valía), que se El primero, escrito con inscribe en el tono menor motivo de su muerte en villaurrutiano. 1984, es la crónica de los

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dos desencuentros de Celorio con el escritor argentino (en el primero Celorio no se atreve a saludarlo; en el segundo Cortázar está enfermo y no puede atenderlo). El segundo texto, escrito ese mismo año, es una valoración de la poética cortazariana. El tercero es la reseña de uno de los libros póstumos de Cortázar, Diario de Andrés Fava. El cuarto, titulado “Monólogo con Evohé”, proviene de la Iconografía de Cortázar que publicó el fce en 1985, y es una aproximación estilística poco satisfactoria, que se compensa con el ensayo, “Julio Cortázar, lector”, en el que Celorio escudriña la biblioteca de Cortázar, que hoy alberga la Fundación Juan March en Madrid. El catálogo reafirma algunas de las obsesiones conocidas de Cortázar (contiene más libros de poesía que de narrativa, está todo el surrealismo, una cantidad considerable de historias sobre Drácula y muchas copias de Las hortensias de Felisberto Hernández), pero también son elocuentes sus ausencias: sólo hay un libro de Alejo Carpentier y ninguno de Gabriel García Márquez ni de Mario Vargas Llosa. Y entre las obras más anotadas y subrayadas están las de Octavio Paz, Elena Garro y Carlos Fuentes. Cortázar, el comentarista de márgenes de páginas más célebre desde Pierre de Fermat, lo mismo alababa párrafos que regañaba a los autores mientras leía, y Celorio analiza las notas de algunos de los libros con gran tino. Sigue “Avatares de la literatura cubana” que, como la primera sección, no apareció antes como libro pero posee una enorme coherencia interna. En el primer texto, “Lichi y las tías”, Celorio entreteje una crónica de la parte cubana de su familia con una reseña de Informe contra mí mismo de Eliseo Alberto, donde contrapuntea los extremos de sus opiniones sobre el gobierno cubano. La síntesis se encuentra al final del apartado con una revisión del juicio sumarísimo y condena a muerte del general Arnaldo Ochoa. En medio está una serie de estampas y ensayos sobre la literatura cubana del siglo xx que encuentra su mayor hondura en el examen de

Alejo Carpentier. Todo lo que encontré reprochable en “Monólogo con Evohé” se resuelve graciosamente en “Yo conocí a Alejo Carpentier”, vuelta de tuerca magistral a ese género periodístico de corte anecdótico que sigue a la muerte de todo gran escritor. Cierra el volumen Del esplendor de la lengua española (2016), dedicado a diversos escritores, pero por el reordenamiento del volumen sólo aparecen sus textos en homenaje a algunos miembros de la Academia Mexicana de la Lengua. Aunque en principio parezcan los menos llamativos, algunos perfiles son fundamentales para la compresión de la filología y la crítica mexicana, como los de Artemio de Valle-Arizpe, Andrés Henestrosa, José Luis Martínez, Antonio Alatorre, Roger Bartra y otros que develan facetas insospechadas de miembros de la Academia, como Miguel Ángel Granados Chapa y Rosa Beltrán. Pero sobre todo es una sección necesaria en el volumen, pues en ella Celorio mira de frente a sus compañeros de oficio. Quizá habría convenido incluir los perfiles de Alfonso Reyes y de Octavio Paz. Un vistazo al índice onomástico revela el peso de su influencia, pero otras similitudes también apoyarían su inclusión. La obra de Celorio, como las de Reyes y Paz, se sustenta en el análisis crítico de la literatura mexicana y universal. En los tres casos no es menor la parte de sus obras correspondiente a la crítica, y acaso sirve para poner en perspectiva al resto. Añado lo evidente: a Celorio lo anima una pasión crítica, término tomado de Paz, y la lleva hasta sus últimas consecuencias, convirtiéndola en una profundidad apasionada. Estos tomos celebran los 70 años de Celorio, cuya lectura no deja duda de su importancia en nuestra historia literaria. •

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nuestros lectores

He creado mi propia arte poética que me permite absoluta libertad frente a cánones establecidos

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rashumancia porque proviene de raíces criptojudías, exclusión porque sus padres republicanos tuvieron que abandonar España durante la Guerra Civil, nacimiento en lugar de tránsito porque, en el éxodo, vio la luz en Hyères, sur de Francia (1936), Angelina Muñiz-Huberman, Premio Nacional de Artes y Literatura 2018, pertenece “tres veces a la cultura del destierro”, como dice Adolfo Castañón en el prólogo a Rompeolas, poesía reunida de la escritora.1 Para Angelina Muñiz-Huberman, ganadora de los premios Xavier Villaurrutia (1985), Sor Juana Inés de la Cruz (1993), José Fuentes Mares (1997) y Universidad Nacional en Creación Artística y Extensión de la Cultura (2003), entre otros, el exilio es parte de su identidad, pero también el pozo místico y profundo del que abreva su creación. Su triple condición exiliar le impone una conciencia múltiple y una creación que no halla su centro porque —como bien lo sabe esta escritora nacida en la Provenza de los cátaros y llevada por su familia a París (1937), a Cuba (1939) y a México (1942)— el exilio es un lugar provisional de llegada, una tierra prometida a la que nunca se termina de arribar y que sólo es vislumbrada en cada obra, si concebimos la literatura como la patria del escritor en tránsito. Por ello su espíritu fabulador navega por diversos mares. Su escritura libertarialibertina va más allá de los géneros y explora varias significaciones en la palabra y en la cadencia invisible del texto. Con este espíritu cultiva el ensayo, la poesía, la narrativa, la seudomemoria, la neohistoria y, por supuesto, los géneros híbridos. En cuanto a sus preocupaciones, ahonda en el exilio español del siglo xx y en la raíz de su heredad sefardí, avivada por la chispa mora y el esplendor del Siglo de Oro Español,

1 Angelina Muñiz-Huberman, Rompeolas, Fondo de Cultura Económica, México, 2012, p. 9.

y marcada por la Shoá de todos los tiempos; busca reflejarse en el espejo de la cábala, de la alquimia, de las herejías y el hermetismo pero también cultiva una temporalidad simultánea al situar la acción en los espacios internos y atemporales del sueño, la visión y el pensamiento, manifestados en el silencio y la no acción de personajes siempre rebeldes. A la fecha, Angelina MuñizHuberman ha publicado seis libros en el Fondo de Cultura Económica,2 conformando un corpus fundamental para adentrarse en la memoria viva de una heredad que continúa sucediendo, transformándose y conmoviéndonos desde el espacio atemporal de la literatura. Recientemente publicó la “novela” Los esperandos. Piratas judeoportugueses… y yo.3 En ella el protagonista deja unas “hojas en blanco” para que una escritora contemporánea trace en ellas una especie de biografía en la que se citen datos verídicos de su genealogía. ¿Cuál es el aporte que llena respecto de sus tres volúmenes de seudomemorias?4 “Todo lo que menciono en las ‘hojas en blanco’, —aclara—, es verdad: los nombres de mi familia, los sucesos, los lugares, las fotos.” Por otra parte, el interés del protagonista es la escritura y los viajes marinos se le convierten en literatura y el deseo de entender el proceso creativo. Las hojas en blanco que deja en su cuaderno simbolizan el deseo de hallar las fuentes de la

2 Angelina Muñiz-Huberman, Rompeolas, op. cit., 2012; El siglo del desencanto, 2002; El mercader de Tudela, México, 1998; Las raíces y las ramas, 1993; La lengua florida. Antología sefardí, 1989; De magias y prodigios. Trasmutaciones, 1987. 3 Muñiz-Huberman, Los esperados. Piratas judeoportugueses… y yo, Sefarad Editores, España, 2017. 4 Muñiz-Huberman, Hacia Malinalco, Ediciones sin nombre (Col. Los cuadernos de la oruga), México, 2014. Molinos sin viento, Aldus (Col. La torre inclinada), México, 2001. Castillos en la tierra. Seudomemorias, Ediciones del Equilibrista, Conaculta, México, 1995.

” Conversación con Angelina Muñiz-Huberman La multipremiada escritora, ahora Premio Nacional de Artes y Literatura 2018, expone sus intereses literarios y compromiso con la libertad a partir de sus raíces judías, firmemente ancladas en los problemas eternos del ser humano y el presente. claudia posadas

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conversación con a ngelina mu ñiz -hu b erma n

creación. Por eso, la escritora de los siglos xx y xxi recurre a su experiencia para identificarse con la del cocinero. Una experiencia al revés, en busca del personaje para hallarse a sí. ¿Qué implica el concepto “esperandos”? Es una obra sobre la esperanza como regidora de la vida. Siempre estamos esperando algo: que el lunes sea martes, esperando una hora, unos minutos. Esperando a terminar algo. Esperando que la vida corra, que llegue la muerte. Somos unos esperandos. En el caso de los piratas judeoportugueses que venían huyendo de la Inquisición, su esperanza era escapar y establecer la justicia. Un recurso de su escritura es un juego que realiza con palabras y conceptos. ¿Sería una manera de honrar a los cabalistas? Utilizo las palabras como materia prima moldeable. De ahí que sean éstas las que adquieran vida propia y que ésa sea su acción y no confundirlas con su significado estricto. De ahí que la tipografía sea primordial, los signos de puntuación trasgredidos, los espacios en blanco e interlineales. La descomposición de la palabra para que halle una nueva dimensión. Lo que se deriva de la teoría cabalista que no encierra la escritura en moldes. Es una apertura total. Un constante preguntar. Ése podría ser su movimiento. Por lo tanto, es un contraste entre la palabra como concepto, reflexión, pensamiento y su dinamismo. Abstracción y concreción. Pura ilusión reflejo de la ilusión que es la vida. Pero en sí la palabra no es nada, a la manera maimonidiana: no existe. Su obra ocurre en la conciencia del texto mismo y la de los personajes. ¿Cuál es el planteamiento? He creado mi propia arte poética que me permite absoluta libertad frente a cánones establecidos. No es sólo una ruptura con lo convencional, sino tratar de extender el mundo literario. Es una división difícil de establecer pues propongo una manera de escribir y de leer diferente. En la narrativa, aspirar, por ejemplo, a la simultaneidad, a la penetración del pensamiento interno, a la creación de una nueva temporalidad que borre pasado, presente, futuro. Algo que sucede en Dulcinea encantada.5 Equivaldría a fundir verticalidad y horizontalidad en una sola manifestación. Esta misma técnica puede aplicarse al resto de los géneros. Tal es el caso de Arritmias6, donde los géneros se tejen unos en otros y el resultado es una apertura a una mayor comprensión del mundo en torno. Son las preguntas básicas sobre el sentido de la vida las que trato de exponer en mis libros. El mercader de Tudela implicó una investigación para ubicar en el mundo antiguo los asentamientos judaicos, y un estudio de su palabra. ¿Qué implica novelar esta historiografía? Fue el hallazgo de un personaje, Benjamín de Tudela, que me interesó porque su vida cambia a partir 5 Muñiz-Huberman, Dulcinea encantada, Tusquets Editores, México, 1992. 6 Muñiz-Huberman, Arritmias, Bonilla Artigas Editores, México, 2016, p. 20.

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de abandonar un quehacer tranquilo para embarcarse en un viaje sin fin, lleno de peligros, en busca de un algo que no está definido. El libro que él escribió es puntual, de datos concretos, específicos, casi científicos pero carentes de su vida emotiva, de sus obsesiones, de sus inquietudes. Se le considera el primer libro de demografía judía. Eso me dio la idea de completar su parte interna y recrear su vida erótica. Es decir, fue otra trasgresión que me permitió aclarar misterios y devolverle al personaje su humanidad completa. El título fue intencional para contraponerlo al de Shakespeare, El mercader de Venecia, y darle al judaísmo la dimensión mística que tradicionalmente se le niega. En El mercader… y en su obra en general, está presente el tema cabalístico en el sentido de buscar la preservación de la memoria a través de la escritura sagrada ¿Qué le implica esta temática? El conocimiento profundo de las corrientes místicas judaicas es algo que debe ser interpretado en su sentido preciso y no como se le ha desvirtuado. Por ejemplo, la relación con la magia no me interesa en su aspecto práctico, como podría ser la creación del Gólem, sino en el poder seductor de las palabras y hasta erótico. De ahí que me esfuerce en recuperar su verdadero sentido y transmitirlo por medio de los distintos géneros literarios. De donde surge Las raíces y las ramas… donde ahonda en los fundamentos de esta corriente… Sí. El libro expone reflexiones sobre la mística, la filosofía, la lingüística y la literatura en torno a la Cábala. La Cábala como método esotérico de contemplación y de análisis semántico inicialmente en la tradición hebrea y posteriormente adaptada al cristianismo. Neoplatonismo, artes de la memoria, la melancolía, son algunos de los temas. El mercader… gira en torno a unos textos sagrados que el protagonista va llevando a los rabinos de cada comunidad para que los completen. ¿Se trataría de fabular la posibilidad de un gran manuscrito que contuviese el conocimiento? Sería hallar el manuscrito ideal, aquel que pudiera integrar el conocimiento absoluto y que hubiera recogido la palabra divina a la vez. Por eso los libros exegéticos y cabalísticos del judaísmo, Talmud, Midrash, Séfer ha-Zohar, Séfer ha-Bahir, Séfer Yetzirá y otros, nunca ponen punto final, y de generación en generación siguen reescribiéndose. No existe el dogmatismo y la mente se somete a una gimnasia intelectual basada en la filología, el entendimiento, la lógica y la profundidad, pero también en la simbología y en el poder narrativo. En El mercader… se afirma que los manuscritos no existen. ¿Qué significado tiene esta negación? Que los manuscritos no existan es la posibilidad de seguir escribiendo infinitamente. Es decir, el proceso escritural no tiene principio ni fin, por eso “no existe”, ya que existir indica nacimiento y muerte. Para el poeta implica saber que no ha encontrado la palabra verdadera y que, por eso, sigue buscándola. El día que la encontrara pondría fin a su escritura.

Por eso el rescate y valoración que usted realiza en La lengua florida. Antología sefardí… Claro. Abarca una colección de textos escritos en judeoespañol desde la Edad Media hasta nuestros días. Así, desde romances, endechas, cantos de boda, refranes y proverbios hasta novelas, obras de teatro, de filosofía y de ética resplandecen como ejemplo de una poderosa cultura sefardí que aún sigue dando frutos.

exilio que, desgraciadamente, continúa siendo un fenómeno actual. No rindo homenajes, reflejo la realidad. Escribo del exilio republicano español porque fue el que me tocó vivir. En mi libro El canto del peregrino. Hacia una poética del exilio9 ahondo más en este tema y su universalidad. Los fragmentos del diario del personaje Fred están tomados de lo que escribió mi padre, Alfredo Muñiz, durante la guerra.

Hay una corriente de la cábala llamada teosófica, en la cual estudiosos ubican sus obras. Esta concepción habla del Dios oculto cuyo rumor puede ser percibido, y del mundo de los atributos. El mercader…, en su no acción, ¿podría ser ejemplo de esto y la metáfora de su obra? En El mercader… los actos sutiles o de un refinado erotismo se encaminan a la comprensión del mundo divino y su espejo humano. O como Maimónides describía la chispa divina en cada ser humano. El rostro que busca el rostro y a la inversa. Desde luego que es fundir forma y fondo que nunca han estado separadas: la unio mystica.

En El sefardí… desarrolla un aspecto que ya había desplegado en Trosky en Coyoacán,10 que es una reflexión sobre los orígenes del mal. Incluso contiene meditaciones de Benjamin y de Zweig en tono al tema. ¿Qué le significa buscar los indicios? Es una reflexión a posteriori, tratar de buscar el origen o la causa de lo que iba a suceder. Creo que en cada hecho histórico quedan muchos cabos sueltos que se ocultan o se tergiversan. Ese ocultamiento es lo que quiero sacar a la luz. El porqué del impulso destructivo del hombre contra el hombre en las formas más crueles imaginadas, llámese rituales de sacrificio, Inquisición, Shoá o las matanzas y torturas en el México actual y el terrorismo internacional. Pienso que la especie humana, dentro del reino animal, es la peor al actuar contra sí misma. Evocar a Benjamin y también a Zweig pone en contexto la riqueza de la cultura judía en la Europa del siglo xx y la brutal manera en que se intentó ser borrada.

En La burladora de Toledo7 y en su obra hay un cuestionamiento de los órdenes y una celebración a los seres que están al margen. ¿Es su novela de la transgresión? Es una obra-compendio. El personaje de Elena-Eleno que, por cierto, tiene bases históricas, es un personaje totalizador: esclava, mulata, liberada por su dueña, hermafrodita, travestista, lesbiana. Se atrevió en su época a estudiar medicina, además de participar en la guerra de las Alpujarras y casarse con un hombre y luego con una mujer. En un solo personaje encontré todas las formas de la transgresión. Es un canto a la libertad y un sacudimiento a las convenciones. Una ruptura de cadenas de todo tipo. Otro libro compendio en cuanto a personajes transgresores podría ser De magias y prodigios. Sí. Es una reunión de relatos trasmutados que oscilan de la Edad Media a nuestros días. Personajes de la mística (Lulio, Bruno), cabalistas y alquimistas conviven con los contemporáneos (Ana Frank, Etty Hillesum) en busca del sentido de la vida. El ideal y el símbolo pueden ser trasgredidos y la tragedia histórica de 1968 se sublima desde un torreón de Mixcoac. Uno de los aspectos sobre exilio en El sefardí romántico8 es una narración pormenorizada de la República española. Incluso, a través de los diarios de un personaje, narra hechos que amplían el escenario. ¿Qué papel juega esta novela? He sido uno de los pocos escritores hispanomexicanos que desarrollaron este tema obsesivamente. El hecho de pertenecer a la generación que llegamos de niños con el exilio me dio una perspectiva más alejada y objetiva, lo que me permitió ser más crítica. Sigo en torno a las amplias facetas del significado del 7 Muñiz-Huberman, La burladora de Toledo, Planeta, México, 2008. 8 Muñiz-Huberman, El sefardí romántico. La azarosa vida de Mateo Alemán II, Plaza y Janés, México, 2014.

Justo es en torno a estos temas sobre los que ensaya en El siglo del desencanto… Sí. Desarrollo una serie de ensayos sobre el sentir y el pensar del siglo xx. Ciencia, tecnología, guerras, caos y violencia frente a momentos luminosos y nuevas vías artísticas que renuevan la creación. El horror del Holocausto frente a mentes privilegiadas como Kafka, Wiesel, Canetti, Broch, Benjamin o María Zambrano. En su obra hay una ascesis que cumplen los personajes. ¿Por qué el sello abierto como final? A pesar de la crudeza de la realidad, la esperanza promete un mundo mejor. Esto se deriva en una búsqueda mística o apocalíptica peculiar dirigida a una salvación final. Es el afán de sobrevivencia lo que perdura. •

9 Muñiz-Huberman, El canto del peregrino. Hacia una poética del exilio, unam, Universidad Autónoma de Barcelona, México, 1999. 10 Muñiz-Huberman, Trosky en Coyoacán, issste (Col. ¿Ya Leissste?), México, 2000.

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Revalorar la comunicación pública La comunicación de los gobiernos vista desde adentro por una persona experimentada en la enseñanza y en la práctica. Presentamos la acuciosa lectura de un reconocido maestro y comunicador. raúl trejo delarbre

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l estudio de la comunicación pública pocas veces se ubica en la perspectiva de quienes diseñan y difunden mensajes de las instituciones de gobierno. Este es uno de los méritos de este libro. María José Canel ofrece una reflexión actual y necesaria. Su extenso recorrido por la formulación de mensajes, la identificación de los públicos, los obstáculos del proceso, las oportunidades que ofrecen los recursos digitales y la interlocución con la sociedad, entre otros temas, permiten discutir, evaluar y eventualmente aprender y enseñar comunicación pública. El encuentro de la comunicación y la administración pública suele ser visto desde la academia como algo lejano, casi ajeno. El quehacer del comunicador público, en cambio, es eminentemente práctico. En este libro, María José Canel, estudiosa de la comunicación y experimentada en la práctica y la enseñanza de la comunicación pública, transita de uno a otro de estos planos en un recorrido analítico de gran interés, con propuestas específicas para hacer y mejorar la comunicación pública. Esta dualidad de perspectivas enriquece pero también plantea dificultades conceptuales en el libro. Gobernar no es (sólo) comunicar A menudo se considera que gobernar es comunicar. Lo cierto es que el desempeño del gobierno requiere de la comunicación pero también de otras destrezas. Comunicar, por sí solo, no es gobernar. La comunicación de los gobiernos está indispensablemente asociada a la política, así como a numerosas especialidades según el tema que se quiera comunicar. El libro que comentamos se balancea con frecuencia en esa dualidad. Se trata de un ambicioso estudio sobre la comunicación de quienes, como responsables de posiciones de gobierno, hacen política. Pero a ese ejercicio se le mira aislado de las vicisitudes, las contradicciones e incluso las inconsecuencias que suele tener el ejercicio de la política. La comunicación en la administración pública, entonces, más que examinar cómo es esa actividad, se dedica a prescribir cómo debiera ser.

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Para explicar este propósito del a través de los servicios públicos, estudio de la doctora Canel me deten- encarnado en una estructura orgágo en tres de sus definiciones. La conica de dimensión territorial, y que municación pública, explica a partir articula y delimita la legitimidad del de otro trabajo suyo, “es la actividad poder” (cursivas mías). de determinadas personas e insti¿Hay realidades que puedan ser tuciones (políticos, comunicadores, comunicadas sin ser cognoscitiperiodistas y ciudadanos) en la que, vas? ¿Qué ocurre cuando lo que se como resultado de la interacción, se comunica son, por ejemplo, noticias produce un intercambio de mensafalsas? ¿Sólo hay comunicación de jes con los que se articula la toma la administración pública cuando de decisiones políticas, así como la se trata de “públicos clave”? ¿Y si, aplicación de éstas en la comunipor otra parte, los receptores son dad” (cursivas mías). Esta definición ciudadanos que responden y no sólo asume la comunicación como flujo de público? Por cierto, en este libro se mensajes de ida y vuelta. Sin embarhabla de públicos como destinatarios go, los mensajes políticos por lo gede la comunicación de la administraneral son emitidos en sentido unidición pública. Además, se puede conreccional más que como intercambio siderar que en toda comunicación, entre emisores y receptores. ¿Qué es especialmente la que propaga hechos entonces lo que se produce cuando se de interés público, los receptores difunde, por ejemplo, el spot de una son o tienden a ser más que eso. Son campaña política? ¿Cómo debemos personas que reaccionan y de esa considerar esa transmisión de contemanera avalan o no, reconocen o no, nidos políticos cuando no necesariaa las instituciones que emiten tales mente hay interacción? mensajes. En otra definición del libro se Seguimos con la definición. ¿Tiene concibe a la comunicación del sector que pasar la comunicación de la público de la siguiente manera: administración pública “a través de “Comunicación orientada a unos los servicios públicos”? No es claro si fines, llevada a cabo dentro y entre esta expresión se refiere a los medios las organizaciones y entre organide comunicación en manos del gozaciones y públicos, que facilita las bierno o a medios de toda índole. ¿No funciones del sector público en cada se aplica esta definición si la propacontexto cultural específico, y que gación de mensajes no pasa por una alberga el propósito de construir y “estructura orgánica de dimensión mantener el bien común, así como la territorial”, por ejemplo en redes confianza entre ciudadanos y autorisociodigitales? dades” (cursivas mías). Esta defini¿Qué se quiere decir al afirmar ción conduce a nuevas interrogantes: que la comunicación de la adminiscuando la comunicación no facilita tración pública tiene que articular y esas funciones, ¿no es comunicadelimitar “la legitimidad del poder”? ción del sector público? Cuando su ¿Significa que es parte del proceso propósito no es el bien común sino en virtud del cual el poder político promover a un ministro de Estado, se legitima? ¿Entonces un mensaje o atenuar los cuestionadel poder que no contribuye mientos a un presidente, a legitimar al emisor no es ¿no hay tal comunicación comunicación de la adminispública? La singularidad tración pública? de tal acepción es que se Gobiernos realmente apoya en la intención y no existentes en el desempeño de quien Me he detenido en esta comunica. definición porque de ella Del mismo corte es se derivan la búsqueda y la definición central del La los objetivos de este amplio objeto del estudio: “El comunicación estudio, cuyo interés fundaintercambio de realidades de la Administración mental es apuntalar los procognoscitivas, que se realiPública pósitos de la comunicación za entre las organizaciones del sector público más que públicas, y entre éstas y maría josé canel crespo la descripción o el examen los públicos clave, orientade situaciones o hechos. do a asistir en el cumplicomunicación El gobierno cuya comumiento de la finalidad (la 1ª ed., 2018 nicación se pretende definir búsqueda del bien común),

de esa manera es hipotético: se parte de la certeza de que su finalidad es lograr el bien común, que está orientado por parámetros éticos y está comprometido con la sociedad. Sin lugar a dudas, tal es el gobierno modelo que todos queremos. Pero, como sabemos, del modelo ideal a la destemplada realidad hay contrastes notorios que obligan a reconocer que la administración pública no suele comunicar en condiciones ni con intenciones como las que asume la autora. ¿Qué ocurre cuando el gobierno carece de esos atributos? ¿Son comunicación de la administración pública los autojustificatorios tuits del impresentable Donald Trump? ¿Qué son las declaraciones del taimado Mariano Rajoy cuando aseguraba que el Partido Popular no tenía que ver con hechos de corrupción de la llamada trama Gurtel? ¿Y cómo debemos tipificar la autodefensa del presidente Enrique Peña Nieto cuando sostuvo que no había tráfico de influencias en la adquisición de la llamada Casa Blanca? ¿Qué es la comunicación desde la administración pública cuando no necesariamente representa el interés público? El libro sistematiza y explica tendencias y usos de la comunicación pública e insiste, con razón, en que ésta debe dejar de ser unidireccional para ser de doble dirección.Transitar de la cultura del control a la del diálogo. Esta concepción moderna y realista de la administración pública reconoce que la sociedad hace exigencias y no sólo tiene necesidades. Entre otros factores, la expresión diversa e incluso contradictoria de las sociedades contemporáneas se desenvuelve en un entorno comunicacional del que forman parte tanto los medios tradicionales como las redes sociodigitales. Cuando describe esos cambios en el ecosistema mediático, Canel confiere más importancia a los nuevos espacios en detrimento de los que ya existían: “Si antes la mayor parte del reto estaba en trabajarse a los medios de comunicación, ahora esto resulta notablemente insuficiente. Los directores de medios, los líderes de opinión, editorialistas y columnistas ya no son hoy un público tan central como antaño”. Pero para los gobernantes y para quienes participan en el intercambio público esos opinadores, sean o no líderes, son fuente de posiciones que con frecuencia juegan dentro del debate político. Canel es categórica cuando dice: “Gobernar con la sociedad; éste es el reto que tienen hoy las administraciones públicas”. La frase es tan buena que sirve de subtítulo del libro. Hoy en día el ejercicio del gobierno de espaldas a la sociedad es harto difícil, aunque no imposible. La cuestión es en qué medida los gobernantes toman decisiones con ella, o únicamente para ella. En el campo de la comunicación, ese ejercicio resulta especialmente peliagudo cuando se gobierna ante una sociedad inoculada por la desconfianza. La autora apunta que “por definición, la gente desconfía de los mensajes gubernamentales”. Esta suspicacia y, peor aún, la proliferación de impresiones no suscitadas por desacuerdos de la sociedad con el gobierno sino por la proliferación de versiones falsas, es analizada por la autora al ocuparse de la posverdad con muchas referencias a la discusión actual sobre el tema. Señala, además, un ingrediente por desgracia frecuente en la conformación de apreciaciones sociales reñidas con la verdad pero tomadas

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como auténticas. Se trata de “el triunfo de lo políticamente correcto, en el que con facilidad las minorías ruidosas acaban dominando a las mayorías silenciosas”. En efecto, son muchos los episodios en los que amplios segmentos de la sociedad adoptan versiones falsas, o parciales, simplemente porque se ajustan a sus propios prejuicios sobre los gobernantes o su desempeño. El catálogo de recursos de los gobernantes para torcer a su favor la opinión de los ciudadanos es extenso. Entre ellos se encuentra la contratación de publicidad que, en el caso mexicano, ha sido causa principal del adocenamiento de notorios segmentos de la prensa y de su inveterada subordinación al poder político. Canel previene contra los excesos de la publicidad oficial al recordar: “Cuando los ciudadanos ven en los mensajes gubernamentales relatos de ‘autobombo’, consideran que la única finalidad de la comunicación es ganar votos y asentar el partido”. Entorno digital y transparencia El contexto de las plataformas y redes digitales recibe amplia atención en la tercera parte del libro. Apoyándose en Gómez-Rubí, la autora dice que la tecnopolítica se caracteriza por “la sustitución de los partidos por las redes, y con ello, de los militantes por activistas”. Quizá esto no sucede de manera tan literal. Los partidos políticos siguen resultando indispensables para hacer política —es decir, para crear y mantener consensos, entre otras cosas—, y si bien las redes sociodigitales imponen un ambiente comunicacional notablemente más denso e intenso, los profesionales y militantes de la política no han sido desplazados. Más adelante la autora acude a otros autores para explicar que el estudio de la e-democracia analiza la forma en que internet y las tecnologías digitales “pueden ensanchar el espacio público en el que se realiza la deliberación”. Ciertamente, esta es una vertiente del examen de las implicaciones políticas del entorno digital, pero no la única. El mismo marco, explica Canel, “se apoya en la idea de que la transparencia, participación y colaboración no son fines en sí mismos, sino que son medios para lograr algo, y Harrison y otros consideran que lo que se debe lograr es construir valor público” (cursivas mías). Aquí tenemos otro reemplazo de la descripción por la aspiración. Las plataformas digitales son indispensables, además de fascinantes, pero en ellas no siempre se construye “valor público”, al menos en el sentido virtuoso asumido por la doctora Canel. Los recursos digitales facilitan la rendición de cuentas y la transparencia, entre otras cosas. En sus útiles “recomendaciones para una política de transparencia”, la autora sugiere a los gobiernos y a sus operadores comunicacionales “confiar en lo que somos”. Y explica: “La transparencia es mostrarse, dejarse ver; más que de colocar las cosas para que se vean bonitas, se trata de dejar que la información manifieste la realidad como es. Los datos y los procesos transparentes ponen en valor el buen comportamiento de la organización. Por eso una organización que no tiene nada que esconder estará satisfecha de hacerse transparente; si bien hay que determinar ciertos límites”. ¿Pero qué sucede cuando un gobierno tiene algo o mucho que esconder? Más aún, ¿hay un solo gobierno que no tenga nada que es-

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conder? Como el derecho de las sociedades a la información pública no puede estar supeditado a las buenas intenciones o a la magnanimidad de los gobiernos, existen legislaciones que regulan el ejercicio de la transparencia. Escuchar a los otros La cuarta parte del libro señala algunos problemas que surgen del intento de que gobierno y sociedad marchen juntos gracias a una política de comunicación exitosa. Canel sostiene, con toda razón: “Deliberar es intervenir en diálogo, conversación o debate para discutir sobre las posibles soluciones a los problemas”. Promover la deliberación es responsabilidad del Estado y en ella se encuentra uno de los puntales de la democracia moderna. Pero aunque los ciudadanos no quieran deliberar, de todas maneras el gobierno debe escucharlos, puntualiza la autora. Al respecto, Canel relata el empeño de la diputación foral en Gipuzkoa como ejemplo de las acciones que puede emprender el poder político para escuchar a los ciudadanos en un ambiente altisonante. Gipuzkpoa es la provincia del país vasco con más atentados de la extinta eta. El gobierno encabezado por el Partido Nacionalista Vasco emprendió una serie de encuentros con personas interesadas en sugerir y discutir temas de política pública. Ciudadanos y autoridades elaboraron juntos proyectos estratégicos, experimentales o propiamente ciudadanos. Se trata de una experiencia ilustrativa y útil que podría ser imitada en comunidades pequeñas o medianas. Pero es pertinente preguntarnos si eso es comunicación. Se trata más bien de una saludable y recomendable interacción entre gobernantes y ciudadanos más allá de instrumentos o políticas de comunicación. La autora considera que hay que “ayudar a la administración pública a escuchar a la sociedad prestando atención a las expectativas”. Además, recomienda que la percepción “del público” sea definida a partir de lo que se busca que perciba, lo que hace el gobierno y lo que dice que hace. Es imposible no estar de acuerdo con estas recomendaciones, aunque no siempre sean fructíferas. En realidad, oír a los otros siempre ha sido indispensable para el quehacer gubernamental. Esta es precisamente la política o al menos parte de ella. Hace medio milenio Maquiavelo le proponía a Lorenzo de Médicis escuchar a hombres juiciosos pero le recordaba que, en última instancia, las decisiones las tomaría El Príncipe. Big data, útiles pero no determinantes Las posibilidades que ofrecen la acumulación masiva de datos (especialmente los que dejamos a nuestro paso por internet y sus redes sociodigitales), así como la posibilidad de procesarlos y obtener de ellos tendencias de lo que quiere, dice y busca la gente, son recursos para los gobiernos. La doctora Canel considera que “el big data proporciona evidencias objetivas con las que configurar agendas más compartidas por los distintos públicos”. Sin duda ésta es una fuente de información para todos los que toman decisiones que afectan o involucran a la sociedad. Pero no toda la agenda de las personas se expresa en línea, ni todas las personas (especialmente en países insuficientemente conectados como los de América

Latina) utilizan esos recursos digitales. Una confianza excesiva en los big data podría llevar a los gobiernos a considerar solamente a la mayoría en demérito de los intereses y demandas de otros segmentos de la sociedad. Por otra parte, los gobiernos con frecuencia toman medidas impopulares, distintas del “sentido común” o de las aspiraciones de los gobernados, así se trate de aspiraciones aglomeradas en bytes y petabytes. La autora dice que “el big data facilita el contacto y la comunicación directa entre gobiernos y ciudadanos”. Pero puede ocurrir lo contrario. Lo grandes datos resultantes de la actividad digital ofrecen información agrupada de hábitos o acciones de las personas en línea. Pero esas huellas digitales no son interpelaciones al gobierno ni necesariamente se ocupan de asuntos públicos. Si no se les interpreta en su propio contexto, los big data pueden crear, al contrario, una brecha entre gobernantes y ciudadanos. Tales datos son un recurso, no el recurso para gobernar. La autora sostiene que “el big data permite leer los sentimientos”. Cabe apuntar que la sensibilidad política que todo gobierno requiere para escuchar e interpretar las inquietudes de la sociedad no se reemplaza con tabulaciones de big data. La doctora Canel, no obstante, confiere a tales datos capacidad no sólo para diagnosticar, sino para prever comportamientos: “El análisis de los sentimientos permite conocer el contexto emocional de las políticas y predecir cómo reaccionarán los ciudadanos a determinados cambios legislativos”. Pero eso depende de las circunstancias. Las personas son complejas, toman decisiones y asumen simpatías y antipatías según sus experiencias y su contexto. Y no todas reaccionan igual. “Constante sensación de apagafuegos” La quinta parte del libro describe comportamientos frecuentes de los responsables de la comunicación gubernamental. Por ejemplo, “los profesionales de la comunicación de la administración pública trabajan creyéndose siempre en situación de crisis”. Contra esta creencia, la autora subraya que las auténticas crisis son acontecimientos como un terremoto o un atentado terrorista pero que, en el día a día, las decisiones son razonablemente previsibles. Una solución en la que insiste es el diseño de organigramas claros que establezcan jerarquías y capacidades de cada funcionario. Así no evitarán las crisis pero quizá tengan mejores condiciones para enfrentarlas. Tener prioridades claras y “fijar la identidad de las organizaciones de la administración pública” en los sitios web son parte de esas recomendaciones. Aquí, de nuevo, se manifiesta la inquietud de la autora por comunicar aquello que se quiere que las personas crean. Así, sostiene: “Al comunicarse, toda institución tiene que seleccionar unos nombres, unos símbolos, unos logos; unas metáforas y no otras. Con ello lo que busca es que su imagen, es decir, la percepción que los públicos tienen, coincida con lo que ella es, con su identidad”. Motivos para la existencia de un portavoz, los inevitables riesgos de protagonismo de quienes aparecen con frecuencia ante cámaras y micrófonos, así como la pertinencia del entrenamiento (que sin habilidad política nunca será suficiente) confor-

man otro bloque de sugerencias. Hay que planificar, dice Canel, “combinar lo previsible con lo imprevisible”, definir, clasificar y segmentar públicos, precisar la estructura del mensaje, determinar formas de evaluación. Es difícil que la comunicación de entidades de gobierno, sujetas por lo general a vaivenes sociales, políticos y burocráticos, pueda ajustarse a esquemas como esos. Pero el propósito es plausible: “que poco a poco se domine esa constante sensación de apagafuegos”. La evaluación de los impactos de esa forma de comunicación pública ocupa un penúltimo apartado. “Gobernar con la sociedad pasa por una actitud de autoevaluación, pues evaluar es escuchar”, dice. Pero en realidad evaluar consiste en revisar lo que se ha hecho, preferentemente de manera autocrítica. Aun si no escuchase a la sociedad, o si ella no se manifestara, el comunicador público puede justipreciar su propio desempeño. Ese comunicador no siempre podrá contemporizar ni involucrarse con todos. ¿Qué hace el vocero de un gobierno que quiere construir un aeropuerto pero enfrenta el rechazo de grupos de vecinos, intereses de empresas que quieren hacer negocio con otros proyectos, presuntos ambientalistas, periodistas interesados en lucrar con ese barullo y el rechazo del gobierno siguiente, por ejemplo? Si quiere hacer algo no le queda sino exponer razones y explicar puntualmente las implicaciones y los rasgos de tal proyecto. La séptima y última parte del libro está dedicada a la enseñanza y al aprendizaje de estos temas. La autora exhorta a los comunicadores públicos a que estén al día. Luego menciona el auge de escuelas y asignaturas de comunicación política y/o pública y ofrece propuestas para organizar la docencia. Sin duda es útil que haya asignaturas académicas diseñadas para formar al “gestorcomunicador” y que se reconozcan las competencias prácticas que éste debiera tener. Pero, antes que nada, para esas tareas se requiere: a) conocimiento del escenario político y/o público; un comunicador público que no sabe ni entiende historia, economía o política internacional no será apto para esa responsabilidad; b) conocimiento de los medios y el entorno político; c) identificación con la institución de la que es vocero; d) habilidad política, capacidad de diálogo, disposición conciliatoria, y e) sensatez, sentido común. *** Hoy en día es imposible que exista gestión de los asuntos públicos, o quehacer político alguno que no se apoye en recursos de la comunicación. Pero la comunicación tiene límites y hay asuntos que sólo la política puede lograr, como el acercamiento con las personas, la transacción de intereses y la construcción de consensos. Una “buena imagen” se puede fabricar con recursos mediáticos, pero no para siempre ni en todos los casos. Una cosa es comunicar y otra persuadir y convencer. El extenso y muy oportuno libro de la doctora Canel tiene gran utilidad para conocer y discutir la comunicación de y en la administración pública. Será útil lo mismo en gabinetes y oficinas de prensa que en la docencia. Es un libro que, al revalorar la comunicación desde los gobiernos, permite reconocer sus méritos, necesidades y ausencias. •

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El huésped y otros relatos siniestros, de Amparo Dávila Los personajes de Amparo Dávila duermen mal. T vez sea porque todos tienen algo. Algo que no Tal encaja en la realidad cotidiana que nos rodea. Algo que sólo pueden comunicar las palabras, que trasmina de otro mundo. tanya huntington

Of the innumerable effects, or impressions, of which the heart, the intellect, or (more generally) the soul is susceptible, what one shall I, on the present occasion, select? edgar allan poe, the philosophy of composition

El huésped y otros relatos siniestros amparo dávila, ilustrado por santiago caruso

Para acercar al público joven a la obra de autores clásicos mexicanos, llega esta selección de cuentos de una de las máximas representantes de la literatura fantástica en México. El lector encontrará aquí los relatos más incitantes y perturbadores de las diferentes etapas narrativas de esta autora zacatecana. A través de historias fantásticas y una pluma diligente, la autora cautivará a nuevas generaciones con relatos como “El huésped”, en el que una criatura acecha la tranquila vida de una mujer; o “Alta cocina”, una breve narración de la agonía de diminutos seres enfrentados a su inevitable destino. Las ilustraciones del artista argentino Santiago Caruso complementan la lectura y enriquecen la interpretación de cada historia mostrándonos sus facetas más oscuras con una versátil paleta de color que ambienta los cuentos transcurridos a mediados del siglo xx. clásicos 1ª ed., 2018

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an importante como ese algo es la manera en que los personajes que lo tienen optan por encubrirlo, evitarlo. Son doctos en el arte de hacerse guajes, con lo cual Dávila nos imparte una lección escalofriante: que las buenas costumbres son aún más tenebrosas que unas ratas inexistentes. Estar consciente del deber de no interrumpir a la señora mientras relata su historia, de padecer en silencio las insinuaciones lascivas de los compañeros de oficina, de dedicarse con abnegación a la mamá durante sus crisis depresivas, de recibir como buena anfitriona al huésped del marido, de saber que hay que emperifollarse antes de tomar el té... ¡el horror, el horror! Pero la dignidad y el tacto no los salvarán; al contrario, tales prendas son otras formas de condena que dejan a los personajes a merced de ciertos fenómenos inexplicables, de una índole que sólo habita en los rincones más oscuros de la literatura, no en el cine, que nunca podrá mostrarnos de manera tan convincente el ingrediente principal de “Alta cocina” que Dávila evoca, o la conversión de la costurera en sapo en “Música concreta”, o el desastre nada natural que es “Óscar”. Las espectaculares ilustraciones surrealistas de Santiago Caruso complementan el runrun de lo incierto que, según otro Óscar, de apellido Hahn, recorre una literatura que la propia autora se resiste a etiquetar como fantástica.

santi ago caruso

Tal vez esto sea porque los fenómenos que Dávila desata en estas páginas están más relacionados con lo psicológico interno que con lo sobrenatural externo, lo cual el propio Hahn nota en su reivindicación de esta lógica narrativa, citando a Ángel Rama, quien llegó a sostener: “Pienso que a veces en lo fantástico hay algo mucho más metido en la vida y en la problemática más auténtica, que en mucha literatura realista que exteriormente dice estar en los problemas”. El propio Julio Cortázar señalaría que por eso la literatura fantástica era para él la aproximación literaria más subversiva. Cabe entonces preguntar, ¿subversiva contra qué? En el caso de Amparo Dávila, contra la realidad sofocante que, en la mayoría de estos cuentos, permea los espacios femeninos. Los objetos descritos pierden su significado o, mejor dicho, se resignifican. Las frecuentes transformaciones de sus personjes son metamorfosis ovidianas configuradas a raíz de un despecho, excesos imposibles que resultan de haber perdido el equilibrio emocional. Como el fleco de un rebozo, los desenlaces de Amparo Dávila dejan muchos cabos sueltos. A riesgo de revelar un spoiler, comparto con ustedes lo que considero uno de los mejores cierres de un cuento que he leído últimamente: “Después supe que Homero y Betty se mudaron de Estocolmo 3 al día siguiente. Después supe, también, muchas otras cosas”. No hace falta decirnos más para que lleguemos a la misma conclusión. O para que sepamos que, a partir de allí, la protagonista de este cuento duerme mal. •

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Recomendaciones de nuestros editores FOND O DE CULTURA ECONÓMICA DICIEMBRE DE 2018-ENERO DE 2019

Para las próximas vacaciones decembrinas, los editores del Fondo recomiendan algunas lecturas disfrutables para chicos y grandes. Los títulos están disponibles en nuestra red de #LibreríasFCE

Acoso ¿Denuncia legítima o victimización?

El lenguaje de las matemáticas Historias de sus símbolos

Perdido voy en busca de mí mismo Poemas y acuarelas

marta lamas

raúl rojas

juan josé arreola

Marta Lamas es una de las teóricas y activistas feministas más importantes de América Latina. Con este provocador título presenta un tema que va cobrando cada vez más relevancia, el acoso. Esta práctica que sin duda causa repulsión y molestia, ha resultado en la organización de movimientos encaminados a proscribirla. Mediante un análisis discursivo de estos movimientos, nuestra autora revisa diversas corrientes de la teoría feminista que convergen en este punto para reflexionar sobre las prácticas que puedan resultar más eficaces contra el acoso. En este sentido, la autora examina ciertas tendencias que no han resultado del todo adecuadas para enfrentar el problema, entre ellas el “victimismo” y el “mujerismo”. Es importante, como lo deja ver la obra, diferenciar las acusaciones legítimas de las motivadas por el afán de difamar y perseguir culpables. Por este motivo, definir aquellas prácticas que resultan emancipadoras y demarcarlas de aquellas otras que representan tropiezos o errores en este proceso de búsqueda por una sociedad más justa e igualitaria, es fundamental.

Dijo Galileo que el mundo de la naturaleza está escrito en lengua matemática. A lo largo de la historia algunas mentes privilegiadas han dado estructura y formulado los símbolos de esta lengua. Los aportes de Euler, Planck, Widmann, Leibniz, Newton y muchos otros son retomados por Raúl Rojas, quien narra en estas gozosas páginas 54 historias de cómo, por qué y para qué se utilizan los símbolos de los números y de las operaciones que podemos hacer con ellos. Las equis que utilizamos en las matemáticas, los símbolos más comunes en textos científicos, cómo le llegó la inspiración a John Wallis para utilizar una lemniscata como símbolo del infinito, por qué cada 14 de marzo a las 15 horas se celebra el “Día de ” en todo el mundo, qué son los números imaginarios y muchas otras preguntas son respondidas con sencillez y humor en este libro. El lenguaje de las matemáticas es ideal para darse un paseo por la historia y mirar al mundo con lente matemática, lo que nos descubre que esta ciencia es el código que describe las relaciones entre todas las cosas, incluso entre las cosas imaginarias.

La composición de versos y la pintura fueron para Juan José Arreola actividades intermitentes u ocasionales, pero el lector curioso hallará en este libro sonetos y décimas de notable factura y acuarelas en las que casi siempre campea el espíritu lúdico pero profundo del autor. Durante su estadía en Zapotlán, Jalisco, Arreola retomó el dibujo y la pintura sin propósito profesional, sino como refugio para atemperar su angustia, expresar sus fantasías y liberar demonios. A semejanza de su concepción intertextual de la literatura, sus acuarelas están intervenidas por la cita de cuadros de épocas diversas y por la escritura como elemento pictórico. En Perdido voy en busca de mí mismo. Poemas y acuarelas, el autor presenta sus versos de manera confesional y logra constituir un ars poetica. El libro se complementa con once acuarelas, entre ellas las célebres Unicornio, Desnuda y Yo Arreola.

centzontle

la ciencia para todos

La ira y el perdón Resentimiento, generosidad y justicia martha c. nussbaum

poesía

Desenfrenada, destructiva, cuasi canina, la ira es una de las emociones más perniciosas. ¿Cómo lidiar con tal emoción cuando somos o nos creemos agraviados, ya sea en la vía pública, la vida privada o en la esfera pública? Resultado del prestigioso ciclo de Conferencias John Locke de Filosofía, impartido en la Universidad de Oxford, este libro reflexiona sobre esta emoción y se pregunta: ¿Estamos justificados a actuar desde la ira en nuestra defensa? ¿Hemos superado la lex talionis en la construcción de políticas públicas? ¿Qué papel juegan las emociones en la esfera pública y en la constitución de la política? La tesis de esta renombrada filósofa es que la ira envuelve siempre un deseo de venganza que hay que trascender si se busca el ideal de la diosa Diké, la justicia. Como buena aristotélica, Martha Nussbaum propone poner la mirada en el futuro y buscar un bien mayor, y así contrasta varias posturas éticas que van desde la crítica al perdón cristiano hasta ejemplos de empatía y generosidad en figuras emblemáticas como Nelson Mandela y Mahatma Gandhi. ¿Qué mejor época del año que ésta para pensar cómo superar esta patología moral que los griegos y los romanos consideraban una debilidad y que parece campear a sus anchas en las sociedades modernas? filosofía

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recomendaciones de nuestros editores

Bonaparte 1769-1802 patrice gueniffey

“Napoleón interpretó todos los personajes: conquistador, diplomático, legislador, ‘héroe, emperador, mecenas’ […] No sólo cambiaba de papel y vestuario según las circunstancias, sino también de nombre, incluso de apariencia.” Estratega sin par, Bonaparte fue maestro del arte de gobernar, también epítome del individuo moderno que se construye piedra por piedra según los designios de su voluntad y que con su propio trabajo convierte la vida en destino. Bonaparte. 1769-1802 resuena como eco de la voz del cadete romántico y revela cómo se convirtió en Napoleón. Su autor, Patrice Gueniffey, merecedor del Gran Premio de la Academia Francesa 2014, retrata a Bonaparte desde su niñez en Córcega, narra su ascenso durante las campañas de las guerras revolucionarias, hasta su proclamación como cónsul vitalicio en 1802, cuando restablece para sí la monarquía hereditaria y protagoniza las rivalidades globales que prepararon el terreno para las batallas que habrían de marcar el comienzo de la modernidad. historia

De la gran transformación a la gran financiarización Sobre Karl Polanyi y otros ensayos kari polanyi levitt

Este libro retoma La gran transformación, de Karl Polanyi (1944, 1ª ed en inglés; 1992, fce), para examinar a su vez la transformación ulterior del liberalismo económico hasta nuestros días. De ahí su título. La gran transformación es una crítica profunda del liberalismo económico desde sus orígenes a principios del siglo xix hasta las vísperas de la segunda Guerra Mundial. Su idea principal es que el capitalismo no es un sistema natural, como lo concebía el liberalismo, sino una consecuencia de ideas y decisiones políticas e ideológicas. Documentó y alertó enérgicamente sobre las consecuencias destructivas del capitalismo desregulado. En su visión, el Estado precede al capitalismo y éste debe ser controlado por la democracia. La obra de Karl Polanyi es considerada un referente mundial y se ubica en los clásicos del fce a la altura de obras como Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones de Adam Smith, El capital de Karl Marx, Principios de economía política y tributación de David Ricardo, Historia económica general de Max Weber o Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero de J. M. Keynes, por sólo mencionar algunas. Kari Polanyi Levitt siguió el hilo de la obra de su padre desde la década de 1970, cuando empezó a estudiar las economías de los países de América Latina y el Caribe. El libro que ahora presentamos reúne ensayos escritos a raíz de la crisis financiera global de 2008 y fue publicado en inglés en 2013. Los hechos parecen dar la razón a las ideas de su padre, las cuales la hija rexamina a la luz de las tendencias económicas actuales. En sus ensayos revalora las teorías del desarrollo y la dependencia de economistas latinoamericanos como Raúl Prebisch, Celso Furtado y otros. Sin duda alguna, este libro vigorizará el debate sobre el futuro económico de México y América Latina. economía

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nuestros lectores

Recomendaciones infantiles y juveniles

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Una niña hecha de libros

Peligro de suerte

sam winston ilustraciones de oliver jeffers

norma muñoz ledo ilustraciones de alberto montt

Este libro es una invitación a la lectura por gusto y no por obligación; además es una puerta abierta para todos los lectores a regresar al mundo mágico de la lectura que nos trasporta a escenarios mágicos e imprevisibles.

Un libro que narra la cotidianidad de la familia Pachón; a lo largo de la historia, descubriremos a sus entrañables personajes, y a través de divertidas y complicadas situaciones, el lector se sumergirá en una lectura ágil y llena de humor.

los especiales de a la orilla del viento

a la orilla del viento

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recomendaciones infa nuest ntiles ros y jlectores u veniles

El cuentacuentos

El bondadoso rey

La Dama de la Selva

antonia michaelis

antonio malpica ilustraciones de valeria gallo

antonio ramos revillas ilustraciones de zuzanna celej

Un conmovedor cuento narrado a dos voces que habla sobre la muerte, pero también sobre el amor y la generosidad. Las ilustraciones de Gallo son igual de entrañables y nos invitan a imaginar más historias.

El ritmo de esta novela es ágil y trepidante como los pasos de su protagonista, quien nos sumerge en lo más profundo de la selva en una noche que parece no tener fin.

Un cautivador thriller que mezcla perfectamente el suspenso y la fantasía para narrar una historia de amor que muestra lo más bello y sombrío de los personajes. a través del espejo

a la orilla del viento

los especiales de a la orilla del viento

El dragón blanco y otros personajes olvidados adolfo córdova ilustraciones de riki blanco

Córdova se apropia de los personajes secundarios de varios cuentos clásicos y los convierte en el centro de estas historias que les dan voz y nos hacen recorrer nuevos caminos que tarde o temprano nos conducirán a los cuentos originales. los especiales de a la orilla del viento

Los fantasmas de Fernando

Punkzilla

El huésped y otros relatos siniestros

Una extraña seta en el jardín

amparo dávila ilustraciones de santiago caruso

luis eduardo garcía ilustraciones de adolfo serra

Una selección de los cuentos más incitantes y perturbadores de la autora mexicana Amparo Dávila en una edición ilustrada para jóvenes. Con una pluma incomparable y magistrales ilustraciones de Caruso, este libro cautivará a nuevas generaciones.

Un poemario que está lejos del mundo de la luz y de la belleza, en el que los personajes son más humanos y la naturaleza más misteriosa y fantástica, complementado por las oníricas y brillantes ilustraciones de Adolfo Serra.

adam rapp jaime alfonso sandoval ilustraciones de roger ycaza

Desde las primeras páginas nos damos cuenta de que Sandoval domina plenamente su oficio y pronto nos envuelve en una historia llena de sorpresas y profundamente emotiva, donde los peores fantasmas que atormentan al protagonista habitan en sus miedos y recuerdos. a la orilla del viento

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Una impactante novela construida con las cartas que Punkzilla, un adolescente de catorce años, le escribe a su hermano a lo largo de un viaje en el que intentará encontrar su identidad, al mismo tiempo que conocerá a peculiares personajes que lo acompañarán hasta llegar a su destino. a través del espejo

premio hispanoamericano de poesía para niños clásicos

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Metal Samuel Segura

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Estudiante de la unam y oficiante del taller literario de Armando Vega-Gil, surge este joven escritor, cuya novela, Metal, ela ha recibido el Premio de Novela Juvenil 2018 por decisión unánime del jurado. Presentamos un adelanto. Obra ganadora del Segundo Premio de Novela Juvenil Universo de Letras 2018

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odo el mundo aquí dentro adora al Diablo. Es un bodegón ardiente lleno de punks y metaleros en el que ya estamos tocando. Undos-tres-cuá. Trato de seguir el ritmo que yo misma he iniciado, pero de inmediato me pierdo; ni con la velocidad de mis tupa tupas consigo emparejarme al resto. Hay tanta gente aquí que no escucho los amplificadores puestos a ras de piso; el sudor del cabello me abrasa los ojos y el humo de cigarro me sofoca. Voy tropiezo tras otro y son ellos quienes voltean a verme; con la vista incendiada trato de entender en qué parte van; golpeo los parches lo más fuerte que puedo pero el único sonido que me devuelven es un zumbido sordo, ahogado. Prrrraaamm prrrummm pttttsss. Quienes están frente a nosotros no se percatan de mis errores y aplauden muy prendidos cuando terminamos la primera canción. Es la misma gente que grita, matea y corea la letra de una canción que se compuso hace mucho tiempo. Ahí está ella. Sentada como estoy a la batería alcanzo a ver el momento en que el Diablo, aquel pelón tatuado por completo de los brazos, se le acerca, la agarra por los hombros y le dice algo al oído. Luego la abraza. Undos-tres-cuá. Para esta segunda rola se arma un slam tan grande que el piso retumba y, de entre redobles y cambios de ritmo fallidos, veo cómo la suelta un momento para meterse de lleno a la bola de golpes; con sus potentes brazos rayados descuenta a varios, por lo que algunos prefieren quitarse. Después regresa con ella, la toma de nuevo por los hombros y la abraza. A media canción me detengo. Al resto de la banda no le queda de otra que hacer lo mismo. Pero aquí no hay lugar para el silencio: de inmediato se escuchan los murmullos de la gente, algunos chiflidos. Me agacho para recoger la chela que puse a un lado mío, en el suelo. Le doy un trago muy largo; ya he perdido la cuenta de cuántas llevo. Aquí abajo el aire es un poco más fresco.

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Mis compañeros voltean a verme y uno de ellos sólo alcanza a preguntarme a dónde voy cuando me levanto del banco y me abro paso a codazos hacia donde están ella y ese hombre rapado. Cuando estoy cara a cara frente a él saco el revólver que llevo en la chamarra negra de cuero. Le apunto lo más firme que puedo y antes de jalar el gatillo le grito: —¡Ahora sí, pinche Diablo, nos vemos en el infierno! Pocos días antes de morir, mi padre quemó todos sus discos de heavy metal. Arrojó la colección que había construido toda su vida a un tambo de basura al que le roció gasolina y le prendió fuego. El tambo duró un buen rato encendido hasta que no quedó rastro de ningún disco. Una gruesa capa negruzca se solidificó en su interior. —Soñé con Satanás —comentó ese día, mientras desayunábamos. Un hombre todo rapado, sin cejas, sin vello alguno. De una blancura total. Traía puesta una sotana negra que le arrastraba hasta el piso. Los ojos también negros, completamente. Y una voz que difícilmente olvidaré pero que soy incapaz de reproducir. Me dijo algo así como: “Por fin he vencido a tu Dios y tu alma ahora me pertenece”. A su alrededor todo era oscuro, pero de pronto el espacio se tornó de un rojo total, del que no pude ver ya nada. Mi madre y yo guardamos silencio y miramos hacia nuestros respectivos platos con corn flakes. —Todo es culpa de esa pinche música —continuó mi padre, con la boca llena, y señaló con el dedo índice, sin mirar, al mueble donde tenía todos sus discos. Luego la miró a ella y le dijo: —Hoy mismo me deshago de ellos. Tan pronto acabó el desayuno se dirigió al cuarto de los triques, buscó aquel tambo de fierro en el que guardaba un montón de cosas y lo vació. —¿De verdad lo vas a hacer? —le pregunté. —Sí.

—Papá, sólo fue un sueño… —Ya sabes lo que opino de los sueños: son la puerta de entrada al otro mundo —dijo, agotado. Mi padre era un hombre muy grande y gordo (medía casi uno noventa y pesaba casi ciento veinte kilos). Se agotaba con mucha rapidez—. ¿Vas a ayudarme? —Ma, ¿no piensas decirle algo? —inquirí a mi madre, pero cabizbaja no me respondió. Desde aquel día empezó a convertirse en una mujer en silencio. Entretanto mi padre sacó la primera pila de discos, y sin rasgo alguno de remordimiento la arrojó al tambo. Desde el comedor se escuchó el crujir, el choque de cajas contra el fondo. Lo alcancé, pero las llamas hambrientas ya habían consumido sin tregua los discos compactos. El humo rápidamente acaparó el espacio. El fuego. Nunca he visto tanto fuego en mi vida. En ese instante temí que mi padre arrasara con todo aquello que la música representaba para él. Corrí a mi habitación y le llamé por teléfono al Gigante. Así le decíamos a aquel joven que no alcanzaba el uno sesenta. —Hola, querida. —A mi papá se le botó más de lo normal. —¿Y eso? —Tengo miedo de que le vaya a pasar algo a Roberta. —¿Por? —Ayúdame a recogerla, por favor. Ahorita te explico. En cuanto colgamos salí corriendo al patio: mi padre ya había puesto dos banquitos frente al tambo incendiado. El humo volaba hacia el cielo; su negritud parecía proceder de la supuesta maldad que todo ese material poseía. —Siéntate, hija —dijo, y le dio dos palmadas a la superficie del banquito que estaba a su lado. Permanecí de pie. —Un día entenderás por qué hago lo que hago. Sé que ahora reniegas, pero cuando llegues a mi edad, ya te lo he dicho, el Señor iluminará tu camino.

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Permanecí en silencio, apretando los puños. Escuchándolo. Por suerte el Gigante no tardó en llegar en su auto compacto usado color naranja que compró ahorrando lo que ganaba de chalán en un taller mecánico; con su pequeña mano tocó la puerta del zaguán. Fui a abrirle. —¿Qué pasó? El Gigante observó a mi padre y al tambo de reojo mientras nos encaminábamos hacia mi habitación. Discretamente me preguntó: —¿Qué está quemando? —Sus discos. El Gigante mantuvo los ojos abiertos hasta que llegamos con Roberta, la batería Tama Artstar II blanca, como la que usó Lars Ulrich para grabar el disco negro de Metallica. El instrumento ocupaba casi todo el espacio de mi cuarto: tenía doble bombo, seis toms de aire, dos de piso y quién sabe cuántos platillos. —Llévatela —le dije. —¿Por qué los está quemando? —Por favor. Mi padre ni cuenta se dio cuando la desarmamos y la subimos al coche. No nos tomó mucho tiempo hacerlo, pero apenas y cupo. Cuando terminamos, el Gigante sacó sus lucky strikes y fumamos recargados en su automóvil, mirando al horizonte rojizo y desolado de nuestro barrio. Hecatepec. —¿También quemó sus acetatos? —No, por suerte ésos están en casa de mi abuelita. —Si quieres vamos por ellos. —Dudo que quiera dármelos. —Si quieres voy yo. —No, a ti ni te conoce… —Dile entonces a tu jefa. —No, ella está ahorita del lado de mi papá —dije, y aplasté la colilla del cigarro con mis botas tipo militar. A la distancia mi padre seguía observando el tambo, ensimismado, aunque hacía un rato que las llamas se habían consumido. •

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