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Un carrito de madera Fragmento raúl zurita
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El Fondo y sus lectores
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ada vez que un espacio se abre para que los libros se encuentren con sus lectores es motivo de celebración. Por eso, las ferias que albergan al mundo de las letras son uno de los lugares predilectos del medio editorial: sus pasillos son testigos de cómo los lectores buscan con avidez una nueva aventura contenida en ese objeto que llamamos libro, escuchan a los autores que admiran o conocen otros nuevos. Treinta y dos ediciones de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara forman ya una tradición, con más razón tratándose de un encuentro que se ha consolidado como uno de las más destacados del mundo por la cantidad de editores y escritores participantes, público asistente, diversidad de eventos y difusión. El fce homenajea a sus autores: Alí Chumacero, José Luis Martínez, Juan José Arreola; celebra a Ida Vitale, premio fil en Lenguas Romances 2018, y aplaude a Enrique Florescano y su reconocimiento como bibliófilo. Recibe a sus autores mexicanos, como Fernando del Paso, Gonzalo Celorio, Antonio Ortuño, Juan Pablo Villalobos, entre muchos otros; y a los que nos visitan de otros países como Luisa Valenzuela, John Keane o Tim Fanning. El trabajo editorial del año y el catálogo histórico se exhiben en el estand del fce: las más recientes ediciones y títulos clásicos, así como las obras de literatura infantil y juvenil, propiciando el diálogo entre novedades y reimpresiones que caracteriza a nuestra octogenaria casa editora. Nuestra labor no termina cuando los libros salen de imprenta, ahí empieza su verdadera existencia, la que extiende las fronteras de sus páginas y se inserta en las mentes de los seres humanos, la que provoca la empatía y nos permite reconocernos en los otros, la que nos hace viajar, reflexionar, reconocer otros universos que de lo contrario jamás habríamos conocido. Entre nuestros propósitos está el compromiso decidido a seguir formando lectores dentro de las librerías y centros culturales que ya tenemos, pero también, expandiéndonos a más rincones de la geografía mexicana. Tal es nuestra motivación para estar en la fil de Guadalajara, conscientes de que su éxito también es nuestro. •
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Ilustración de portada: fil guadalajara 2018
90 años de Carlos Fuentes virginia bautista
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La muerte se va a Granada armando navarro
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Libro centroamericano de los muertos de Balam Rodrigo jorge fernández granados
Susana López, Socorro Venegas, Octavio Díaz y Juan Carlos Rodríguez Consejo editorial
La Gaceta es una publicación mensual editada por el Fondo de Cultura Económica, con domicilio en Carretera Picacho-Ajusco 227, Bosques del Pedregal, 14738, Tlalpan, Ciudad de México. Editor responsable: Rocío Martínez Velázquez. Certificado de licitud de título 8635 y de licitud de contenido 6080, expedidos por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas el 15 de abril de 1995. La Gaceta es un nombre registrado en el Instituto Nacional del Derecho de Autor, con el número 04-2001-112210102100, el 22 de noviembre de 2001. Registro postal, Publicación periódica: pp09-0206. Distribuida por el propio Fondo de Cultura Económica. ISSN: 0185-3716
Rescatar la democracia en tiempos de desafección lorenzo córdova vianello
José Carreño Carlón Director general del fce
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El 68 vuelto a pensar por uno de sus líderes josé woldenberg
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Rocío Martínez Velázquez Editora de La Gaceta Ramón Cota Meza Redacción León Muñoz Santini Arte y diseño Andrea García Flores Formación y diseño Ernesto Ramírez Morales Versión para internet Jazmín Pintor Pazos Iconografía Impresora y Encuadernadora Progreso, S. A. de C. V. Impresión
Conversación con Raúl Zurita
De lo macro a lo micro en 29 letras ezra alcázar
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Un viaje cósmico a Puerto Ficción maría fernanda garcía
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Un poco más de azul ricardo vasconcelos
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Unas por otras edson lechuga
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Un carrito de madera Fragmento Raúl Zurita “Un carrito de madera”, Un mar de piedras, Raúl Zurita, colección Tierra Firme, Chile, fce, 2018.
Creo que cuando uno ama profundamente a alguien, radicalmente, quiere morirse con esa persona en el mismo instante y en el mismo lugar. Y tal vez, lo que después hemos dado en llamar pecado original, caída y todo el lenguaje cristiano-judío no es otra cosa que ese olvido, nos olvidamos de eso y finalmente nos morimos separadamente. Toda nuestra vida “de adulto” es el olvido de que en la infancia uno quiso morirse con los seres que realmente amaba. Y ése es uno de los deseos más profundos, más fuertes y más básicos que se anidan en todos los seres humanos y que desgraciadamente olvidamos. Olvidamos que amar es sobre todo desear morirse con el otro.
La experiencia infantil de la muerte de los seres queridos es recreada aquí como reflexión filosófica sobre el miedo a la soledad: “Olvidamos que amar es sobre todo desear morirse con el otro”, Un mar de piedras, editado por la filial de Chile.
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Nos complace reseñar algunos títulos que se presentarán en la xxxii fil de Guadalajara: una entrevista con Raúl Zurita a propósito de su libro Un mar de piedras. Armando Navarro escribe sobre el drama La muerte se va a Granada de Fernando del Paso en ocasión de su segunda edición; el abc de las microfábulas de Luisa Valenzuela es reseñado por Ezra Alcázar, y María Fernanda García nos cuenta su experiencia lectora de Viaje cósmico a Puerto Ficción de Juan Pablo Villalobos. Además, les adelantamos la introducción de Un poco más de azul. Antología literaria de Mario Sá-Carneiro, a tono con el país invitado a la feria, Portugal. ¶ En el 90 aniversario del natalicio de Carlos Fuentes, un reportaje sobre la correspondencia del autor con directivos del fce desde los años sesentas hasta fines de los noventa. ¶ 1968 explicado a los jóvenes de Gilberto Guevara Niebla sigue generando debate, esta vez bajo la pluma de José Woldenberg. También Vida y muerte de la democracia de John Keane, en una revisión de Lorenzo Córdova Vianello. ¶ En la sección Novedades hay notas sobre libros de historia de México, matemáticas, poesía, cultura mexicana, educación, sociología del derecho y literatura infantil y juvenil. ¶ Edson Lechuga visita de nuevo nuestra sección Trasfondo.
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Están muertos. Fueron ya dichas las E inexistentes f lores. Fue ya dicha la inexistente mañana.
” Conversación con Raúl Zurita No hay frontera entre el paisaje y la experiencia propia. La cordillera y el mar nos anteceden pero hallan eco en la desnudez de la experiencia consciente. A propósito de Un mar de piedras, reunión de vida y pensamiento del reconocido poeta chileno. claudia posadas
l Fondo de Cultura Económica acaba de publicar Un mar de piedras, libro conformado por respuestas del poeta chileno Raúl Zurita (1950) en 300 entrevistas realizadas por la prensa hispanoamericana desde fines de 1970 hasta 2017. El compilador, Héctor Hernández Montecinos, seleccionó y estructuró los testimonios en ejes temáticos que comprenden los hitos de la obra y biografía del maestro: su ciclo de Dante, que incluye los libros Purgatorio (1979), Anteparaíso (1982) y La vida nueva (1994), al que se añaden los libros Canto a su amor desaparecido (1985), El amor de Chile (1987) y Canto de los ríos que se aman (1993); los recuerdos de su abuela italiana, Veli, su referente anímico que le relataba pasajes de la Divina Comedia cuando niño; el recuerdo de su padre, fallecido a los 31 años, cuando el autor tenía dos; sus acciones artísticas extremas en el colectivo de arte cada bajo la dictadura, su tortura y posterior apresamiento en el carguero Maipo durante el golpe militar de Chile en 1973, su relación con Juan Luis Martínez, Enrique Lihn, Gonzalo Millán y Roberto Bolaño; el mal de Parkinson que padece; la quemadura autoinfligida en su mejilla cuya imagen, tomada por Lotty Rosenfeld, es la portada de Purgatorio (en detalle) y de Un mar de… (donde se muestra el rostro completo del autor); sus intervenciones monumentales como la reproducción de su poema “La vida nueva” (1982) en letras de humo por cinco aviones en el cielo de Nueva York, el trazo de la frase “Ni pena ni miedo” con retroexcavadoras en el desierto de Atacama en 1993 y su sueñoproyecto de escribir, con letras de luz que desaparecerán en el amanecer en los farallones de la costa norte chilena, un poema de 22 versos “de amor, de locura y de muerte”, que cierran con un verso catártico en la antesala de la caída final: “Y llorarás”… Un mar de piedras puede leerse como un testimonio paralelo a ese otro gran proyecto poéticobiográfico que es el inconmensurable Zurita,1 que consta de más de 700 páginas y contiene una visión retrospectiva de los mismos instantes decisivos contados en Un mar…, pero dichos no por Raúl Zurita Canessa, sino por “Zurita”, una
1 Raúl Zurita, Zurita, Universidad Diego Portales, Santiago de Chile, 2011.
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voz-conciencia poética que, desde la memoria, el futuro, el no lugar, conforma una trayectoria simbólica de existencia y un canto de cisne, aunque también epifánico, que transcurre por su obra entera. Es por ello que este libro incluye, en una restructuración ya definitoria, poemas pertenecientes a su ciclo de Dante, todo inri,2 editado por el fce, y los libros Los países muertos (2006), Las ciudades de agua (2007), In memoriam (2008), Cuadernos de guerra (2009) y Sueños para Kurosawa (2009), un continuum donde los hechos, los sueños, los poemas, se convierten en signos universales de un relato acaso íntimo, colateral a una vida, pero eterno y universal, conformando uno de los discursos poéticos más poderosos y profundamente humanos a la vez colectivos de América Latina. ¿eras tú papá? después de cinco semanas esperando [que se despejara la neblina sobre la costa norte pude [ver los acantilados. Kilómetros y [kilómetros de paredes de granito cortándose a pique y mil [metros más abajo el océano Pacífico. Había [imaginado unas frases escritas sobre esos paredones, [veintidós exactamente, de amor, de locura y de [muerte […] Años después moría. Eran millones y millones de hombres y mujeres arrojándose, muchedumbres inacabables que se detenían por un instante en el borde de los paredones y luego se lanzaban. […] Sentí un brazo posarse en mi hombro ¿eras tú papá? Y el vacío se abrió bajo mis pies sin estruendo […] Al frente, el azul del inmenso amanecer se iba fundiendo con el Pacifico y las frases de amor, de locura y de muerte, se me pegaron en los labios también sin estruendo, suavemente, como un último silencio.
Así: 3 Hay una trayectoria del yo que comienza en Purgatorio, que es este yo autolacerado que 2 Raúl Zurita, inri, Fondo de Cultura Económica, Chile, 2ª ed; 2017. 3 Raúl Zurita, op. cit., 2011, p. 713.
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habla desde registros externos y desde el no género. Después, ese yo se transmuta hasta llegar a Zurita, donde se convierte en una voz-conciencia asimilada a la historia. ¿Qué implica este trayecto? Siempre he tenido una relación contradictoria con la poesía. Por un lado es un arte. Por otro, es el cotejo con lo real. A veces, desde la distancia que hay entre el poema y la experiencia, dicha relación me ha sido dolorosa. Siempre he tratado de que esa distancia sea la menor posible a sabiendas de que nunca la poesía va a ser la vida. Sé que utilizo el nombre de “Zurita” y que ese “Zurita” no va a decir nunca mi experiencia de las cosas, pero también apela a algo que ya no está pero que debe ser dicho si escribes con riñones, con el corazón. Mi obra es un libro recogido en distintos momentos de esa relación conmigo mismo que siempre vuelve a sí mismo, aunque transformada. Purgatorio está escrito desde el comienzo de la dictadura y en todo lo que ha seguido, ha estado presente la historia de Chile, que me ha modificado. Esto empieza a aparecer donde he enganchado con los sentimientos y los movimientos colectivos, es una obra sensible al afuera. Es fundamental la inclusión del paisaje como un escenario en el que se introyecta el dolor de lo colectivo. ¿Cómo se da esta asimilación? Es un misterio para mí por qué ha aparecido el paisaje. Creo que tiene que ver con lo siguiente: cuando viene el golpe, los militares empiezan a utilizar los símbolos patrios, la bandera, la canción nacional, como parte de su discurso legitimador. Y eso incluye el paisaje, así que hablar de éste fue una manera de recuperarlo y protestar, porque ellos nos lo habían quitado. Es ahí donde comienza la lucha por disputarles los contenidos que nos habían robado. Es una lucha feroz. Se trata de una asimilación del discurso en esta vastedad y la historia. ¿Cómo se habría llegado a esta visión? Tú ve la cordillera, y sientes que te antecede y que seguirá existiendo, pero al mismo tiempo sientes que es tu mirada la que la levanta. Los paisajes son como un gran telón que los seres humanos van llenando con sus pasiones. Yo sentía que eran un referente más fuerte, más vasto, más hondo que cualquier queja privada. Que la queja o la esperanza eran pequeñas frente a ellos, porque no hay frontera donde termina tu experiencia y donde comienza el paisaje. Tú vas entrando a la cordillera y ella está entrando en ti. En obras con mayor referencia a la dictadura como La vida… e inri, hay un discurso que fusiona este paisaje con las visiones de los cuerpos de los desaparecidos. ¿Cómo es esta relación? Todos sabíamos que habían tirado cuerpos al mar, lo cual se reconoció mucho tiempo después. Por eso ya nunca iba a poder mirar ese mar de la misma manera y porque la única piedad que habían tenido esos cuerpos fue la de los paisajes y no la de mi país, ya que los cadáveres no fueron de vuelta. Con ello te das cuenta de que la única compasión con dichos cuerpos fue la de estas cosas: el mar, las olas, las cordilleras, porque fueron las que infinita-
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mente los abrazaron. En ese orden inri fue una catarsis, lo escribí de un solo tirón, creo que no levanté cabeza. También, en ese tenor, un poema central es Canto a su amor... Para estos cuerpos, ¿existirá redención en la palabra? En inri habría un momento de ascensión… inri no finaliza en el cielo, sino en la decepción absoluta. No hay redención, los cuerpos terminan en la desnudez y el despojamiento total. inri y Canto a su amor… no son sino tremendas derrotas porque el haberlos escrito significó el que hayan pasado esas cosas. El más grande poema es que no hubieran sido escritos. La palabra no salva, no le quita un gramo de dolor al dolor. Epílogo: Cientos de cuerpos fueron arrojados sobre las montañas, lagos y mar de Chile. Un sueño, quizás soñó que habían unas flores, que habían unas rompientes, un océano subiéndolos salvos desde sus tumbas en los paisajes. No. Están muertos. Fueron ya dichas las inexistentes flores. Fue ya dicha la inexistente mañana.4
La escritura fusionada en estas vastedades se materializa en su escritura monumental. ¿Cuál es el fundamento? No es que me haya propuesto hacer una obra que incorpore los grandes temas o el todo, o haya trabajado en función de un manifiesto. Tampoco he pretendido ampliar o desampliar los límites de la poesía, sino que han sido visiones o necesidades casi del estómago. Durante la dictadura sentía que el discurso debía ser lo suficientemente intenso, de tal forma que fuese equivalente a la destrucción. Cierta poesía me parecía insuficiente frente a la magnitud de lo que estaba sucediendo y nada de lo que podía conocer podría servirme: ni la antipoesía de Parra, que no daba cuenta de ese quiebre, ni la portentosidad de Neruda, que era un canto; debía ser algo que incorporara la fisura y que fuera vasto y potente. ¿Cuál es su perspectiva de este discurso? ¿Qué implicaría la escritura en los acantilados? En lo que he estado escribiendo después de inri, esos escenarios se me alejan, como despidiéndose, y va quedando la soledad de la experiencia a secas, que has intentado construir con tus recuerdos, tus derrotas, tus posibles logros, con la desnudez contigo mismo y probablemente se trate de la antesala de una serie de adioses. Por otra parte, mi último proyecto tiene que ver con la escritura en los acantilados. Creo que los más grandes poemas, las más grandes visiones que no están plasmados en ningún papel, van a morir conmigo. Por ejemplo, imaginé millones de rostros en el cielo dibujados con el viento. Eso no va a ser posible pero mi fortuna es por lo hecho y por las cosas de las que he sido el único espectador. El tema de la orfandad adquiere un matiz más amplio en su reciente obra porque es tratado como un diálogo fuera del tiempo con la ausencia. ¿Qué ha implicado esta figura? La ausencia del padre no es algo que experimentes de niño o joven;
4 Raúl Zurita, inri, [1ª ed., 2003], p. 143.
es mucho después cuando la vida te hace pedazos. Me pasó así, de golpe me vi destrozado de la paternidad, pero esa conciencia me interpeló ya adulto, por eso aparece tardíamente como tema. Contra todo lo que se cree, no te hace falta el padre ni cuando niño ni cuando joven, sino después, y tiene que ver con una serie de cosas que no has sabido resolver. Por otra parte, estos poemas sobre el tema incluidos en Zurita pertenecen a Las ciudades…, donde ya se da el diálogo con la orfandad. Otro elemento por señalar es el uso del lenguaje coloquial e incluso local en su trabajo, aspecto que podemos observar en mayor medida en sus recientes obras. ¿Cómo se inserta dentro de su discurso? Aquí apelo a la antipoesía, al lenguaje callejero, a la jerga, como uno de los tantos registros que se pueden emplear. He utilizado diversos registros, desde lo más coloquial hasta los lenguajes más “poéticos”, por así decirlo. En Los países… e In memoriam uso lenguajes más cercanos a la jerga, y es casi la invención de un idioma, que sería un idioma chileno. Pero eso va contrastado con la máxima exposición y crítica a ciertos personajes y a mí mismo. Son una serie de contrapuntos. Lo veo como un recorrido inédito y como retomar zonas de lo que he hecho en Canto a su amor... Algo que me ha importado es no tener una sola forma, sino crear todas las formas posibles, pasar de un lenguaje a otro, de modo que choquen entre sí. En Anteparaíso está esa frase: “Oye Zurita, sácate de la cabeza esos malos pensamientos…” Los países… e In memoriam son todos esos malos pensamientos, esa especie de regreso a lo más duro, a lo más desnudo, a lo más despojado. Zurita implica una restructuración-asimilación de los recientes escritos y del ciclo anterior. ¿Cómo se ha conformado? Zurita es un recorrido que empieza a realizarse cinco años después del inri, e incorpora el inri. También incorpora anteriores libros pero en un noventa por ciento incluye cosas nuevas. Todo ello está disperso a lo largo del proyecto mayor, que por cierto, es muy unitario. Pero puesto de otras formas. Es una estructura radicalmente distinta.
Zurita es una visión del futuro que mira retrospectivamente, y es un recorrido por el purgatorio, el paraíso y los diversos momentos de su obra. ¿Es el testimonio más absoluto y definitorio de una conciencia poética, de una existencia? Lo crucial es la estructura. Una estructura paralela a la estructura de la vida, que tenga sus movimientos, pero que a su vez sea algo de lo que puedas reconocer las partes. Eso ha sido una obsesión, cuál es la dirección de los poemas, qué sentido tienen, cómo se pueden referir unos a otros. Es una estructura paralela a la vida, probablemente tan contradictoria como la vida misma, por lo que este conjunto tiene su coherencia e incoherencia, sus contradicciones, sus retornos. Entiendo una obra como un tránsito por lo precario, lo entumido, lo doloroso, por nuestras pasiones contrahechas. Y desde esa fragilidad, poder levantar la cara y mirar el cielo estrellado aunque sea desde lo más profundo de la fosa. He querido expresar esos momentos en lo cual lo más duro se junta con lo más esplendente. Siento que es como haber dado una larga vuelta, para volver no al punto de partida, pero sí a la desnudez de la experiencia. Finalmente, creo que nunca se me hizo más certera la realidad que aquella que se mira con los ojos empañados de lágrimas. Las lágrimas producen una distorsión de la luz, una cosa parece tener un aura y ésa es la visión nuestra. La poesía es escribir desde el borde de las lágrimas. Costa norte de Chile, acantilados verás un mar de piedras verás margaritas en el mar verás un dios de hambre verás el hambre verás un país de sed verás cumbres verás el mar en las cumbres verás esfumados ríos verás amores en fuga verás montañas en fuga verás imborrables erratas verás el alba verás soldados en el alba verás auroras como sangre verás borradas flores verás flotas alejándose verás las nieves del fin verás ciudades de agua verás cielos en fuga verás que se va verás no ver y llorarás 5 •
Podrían identificarse tres elementos de los que surge su discurso: esa visión de las estrellas, como una esperanza, vista desde el fondo del Maipo; la orfandad y la visión de los cadáveres arrojados al mar. ¿Cómo se entrelaza este imaginario? La experiencia del barco fue central. Lo otro fue en 1985, al haberme dado cuenta de forma radical de la ausencia de protección, de lo desvalido que puede llegar a ser uno. Y todo lo que creo estar haciendo ahora tiene que ver con esos dos momentos que se Un mar entrecruzan y se funden: de piedras el barco y la ausencia del raúl zurita padre. Por último, está la visión de los cuerpos de los tierra firme desaparecidos. Creo que 1ª ed., 2018 esos tres momentos son fce Chile cruciales y de ellos surge el discurso.
5 Raúl Zurita, Zurita, op. cit, 2011, pp. 714-736.
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reseña
El 68 vuelto a pensar por uno de sus líderes Reseña y exégesis de un libro pedagógico para jóvenes, sin ser paternalista; comprometido sin perder la objetividad, ni simular las contradicciones y tensiones del movimiento; lectura del pasado orientada al futuro inmediato. josé woldenberg
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n medio de la bruma mistificado- sociales: entre padres e hijos, entre hombres y mujera del movimiento estudiantil de res, entre gobernantes y gobernados. Fue disparador 1968, Gilberto Guevara, uno de un potente cambio cultural. Su espíritu contagió de sus dirigentes más destacados a muchos. y reconocidos, entrega un breve 2. La mecánica de la cerrazón gubernamental mepero sustancioso libro que recrea rece ser destacada. Porque si una vez pasó, puede aquellos acontecimientos, anali- volver a pasar (como diría Primo Levi). Un pleito zando su desarrollo y extrayendo algunas lecciones entre estudiantes y una intervención policiaca desbuenas para ayer, para hoy y temo que para mañana. medida, violenta y abusiva, desataron una espiral Se trata de una descripción puntual, clara, peda- para la que los resortes del poder no estaban aceigógica. Narra la historia subrayando los principales tados. Más bien lo contrario: se encontraban enmohechos, declaraciones, tomas de posición. Pero es hecidos por décadas de sumisión y disciplina. Se además una composición acompañada de un aura trataba de un código de entendimiento —más bien analítica y de un intento de explicación comprehensi- de no entendimiento— en el que cualquier disenso vo, fruto de años, décadas, de darle vueltas al asunto. era leído como reto, cualquier movilización como Y es que, en efecto, bien puede hablarse de un an- desafío inconcebible a la autoridad, y, sobre todo, tes y un después del 68. La generación de estudiantes en el clima forjado por la Guerra Fría, como intento que en buena medida era la beneficiaria del llamado de subversión del orden público que respondía a dimilagro mexicano, se alzó contra un régimen ver- rectrices extranjeras. Es decir, un código paranoico tical, autoritario e insensible a los nuevos vientos que acabó clausurando la posibilidad de una salida que recorrían a un país modernizado… de manera negociada, civilizada, a la multitudinaria y esperancontrahecha, si se quiere. Unos jóvenes que querían zadora movilización. ser contemporáneos del mundo, ejercer sus derechos 3. Gilberto realiza un certero y justo reconocipolíticos, trazarse nuevos horizontes, pensar al país miento al rector de la unam, Javier Barros Sierra. por fuera de los cánones oficiales, se toparon con Y en efecto, al encabezar la primera manifestación, unos usos y costumbres impermeables a la disiden- al formarse del lado de los universitarios ofendidos, cia, aceitados para obedecer y para concurrir a la al reivindicar la autonomía para subrayar que la Uniunidad nacional en torno al Presidente de la Repú- versidad no era una institución susceptible de ser blica, Padre de la Nación que se convirtió en Tutor alineada a los designios presidenciales, se convirtió no sólo en una figura ejemplar, sino que plantó un Energúmeno. Del libro hay que destacar su claridad. Su prosa jaque simbólico a los excesos gubernamentales. Cindirecta y aleccionadora. Su secuencia bien construi- cuenta años después sus palabras siguen teniendo da. Su afán formativo. Su método socrático, es decir, una enorme pertinencia. Dijo: “Defendamos, dentro y el diálogo entre el maestro y los alumnos que arro- fuera de nuestra casa, las libertades de pensamiento, ja luz sobre los sucesos y atiende las dudas de los de reunión, de expresión y la más cara: la autonomía estudiantes. Porque Gilberto Guevara es por sobre universitaria”. todo un maestro, alguien que cree, contra viento y 4. El 68 fue un movimiento cívico y democratizamarea, en las capacidades transformadoras —para dor. Amparado en la Constitución, hizo de ésta su bien— de la enseñanza y el estudio. Quizá —y digo fuente de legitimidad y reclamó su cumplimiento. quizá— también haya que agradecer la modestia del Su pliego petitorio resulta expresivo. No hay en él autor, quien sólo aparece en las últimas páginas, de una sola demanda o reivindicación universitaria o manera más bien subrepticia, cuando sabemos que académica. Se trata de un memorial que denuncia como representante de la Facultad de Ciencias jugó una serie de agravios y exige su reparación. Libertad un papel central en el Consejo Nacional de Huelga. a los presos políticos, destitución de los jefes de la poDel libro me gustaría subrayar algunas de sus licía capitalina, extinción del cuerpo de granaderos, vetas, como una fórmula para quizá estimular su derogación de los artículos del Código Penal que tipilectura. Una lectura sin desperdicio alguno. ficaban el delito de disolución social, indemnización 1. Los trazos que intentan delinear el espacio aní- a los familiares de los muertos y heridos víctimas de mico y cultural de la vida estudiantil de entonces. las agresiones y deslinde de responsabilidades. Una Unos estudiantes que en los centros de educación batería de exigencias para hacer de la vida política superior encontraban una plataforma de lanzamien- un espacio abierto a la diversidad, sin instrumento hacia una vida productiva y próspera, que se po- tos legales e institucionales que persiguieran a las nían en contacto no solo con destrezas profesionales oposiciones. Una plataforma que en su momento fue y conocimientos varios que no estaban al acallada, pero que en los años siguientes no alcance de cualquiera, sino que asimilaharía sino crecer. ban y se nutrían de muy diversos insumos 5. Me gustan especialmente los pasaculturales (música, cine, teatro, literatura) jes donde Gilberto Guevara desmenuza lo que les abrían un horizonte cosmopolita, que significó para miles de estudiantes de diverso, interesante. Ello en medio de un aquella generación su irrupción en la vida país que “no era ni democrático ni libre”; pública. Su participación en asambleas, brigadas, mítines relámpago, grandes rígido y vertical, donde se ejercía de manera rutinaria la censura, los medios de marchas. Se trató de una socialización en principio festiva y luego trágica, pero que comunicación se encontraban alineados a 1968 explicado las directrices gubernamentales, los parcinceló el orgullo por pertenecer y partia los jóvenes tidos opositores resultaban famélicos y las cipar, de ser parte de un movimiento civil gilberto guevara con sentido y trascendencia. Fue un curso grandes organizaciones sociales se hallaniebla ban afiliadas al partido oficial. Un espacio intensivo de prácticas democráticas: hablar político y cultural asfixiante como un coren público, discutir, votar, acordar; conscolección popular 1ª ed., 2018 sé, incapaz de contener las nuevas pulsiotruir puentes para informar, para buscar nes que recorrían las aulas, los pasillos y solidaridad; trascender el cerco de la vida los laboratorios universitarios. Por ello, privada y encontrar sentido en los asuntos el 68 impactó las más diversas relaciones de todos; forjar nuevas amistades, lazos
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fraternos, redes de relaciones inéditas. Dejar atrás el miedo y con otros miles participar en una fiesta ciudadana; romper por un momento con los asuntos cotidianos y envolverse en una atmósfera de compañerismo y causa común. Hallarse en la ciudad como si fuera propia. Una experiencia única que vivieron miles y miles de estudiantes y para los cuales, como dice otro libro de Gilberto, “la libertad nunca se olvida”. 6. No obstante, el autor no pretende edulcorar las tensiones propias del movimiento, sobre todo las del órgano de dirección, el Consejo Nacional de Huelga (cnh). Contra una pulsión que intenta borrar las diferencias que cruzaron al movimiento, Guevara identifica las divisiones y discrepancias porque (creo) intenta sacar las lecciones del caso. Detecta con nitidez una corriente que tiene una decidida orientación democratizadora y que resultó hegemónica. Para ella lo fundamental era el pliego petitorio y su resolución, lo cual, entendía, tendría un claro impacto democratizador. Junto a ella Guevara Niebla detecta una corriente maximalista y con no poca influencia, alimentada por diferentes grupos de la izquierda de entonces, que interpreta el movimiento como el inicio de una movilización que deberá rebasarlo para poner en el orden del día la posibilidad de una revolución. Por supuesto, entre ambas concepciones surgieron fuertes tensiones que incluso nublaron —nos dice el autor— el ambiente de confianza en el cnh, para no hablar de los provocadores a los que Guevara dedica, y con razón, no poca atención. (Por cierto, creo que es injusto colocar a Luis Tomás Cervantes Cabeza de Vaca en ese cajón o al no distinguirlo con suficiencia. Lo suyo, al parecer, fue más bien una balandronada, muy lejos de la actuación de los auténticos provocadores). 7. Gilberto nos ilustra: el cnh se construyó sobre tres principios básicos y sencillos: “En la dirección estudiantil cnh participarían solo representantes elegidos por las asambleas […] habría tres delegados por cada escuela […] en el nuevo organismo las decisiones se tomarían por mayoría simple de votos”. Una clara fórmula de la democracia representativa que para un movimiento masivo como aquel resultó funcional, legítima y reconocida. Aunque, como ya apuntamos, con delicados disensos en el órgano de dirección. A propósito de este punto, a partir de entonces no existen representaciones estudiantiles implantadas y aceptadas que ofrezcan cauce a la voz de los alumnos en la mayor parte de las universidades públicas. Al parecer, el movimiento mandó al cesto de la basura las anteriores sociedades de alumnos (más que viciadas algunas de ellas, según dicen). No obstante, ya son muchos años sin asociaciones que representen a los estudiantes. 8. Una sección del libro me parece especialmente conmovedora. Cuando Guevara señala que el movimiento no era sólo una interpelación política sino moral, escribe: “No, decían los manifestantes, la mentira oficial no va a triunfar. Por encima del poder, por encima de todos los poderes, está la ética, la autenticidad, la veracidad, el desinterés y la generosidad”. Y es cierto. Lo que sucede es que en una época de cinismo instalado que se recicla todos los días, esta interpelación puede hoy sonar ingenua, cándida. No lo era entonces y puede no serlo ahora. 9. Como es bien sabido, el final del movimiento fue trágico. ¿Quién lo pude negar? No obstante, una movilización masiva tan expresiva y relevante, encabezada por estudiantes de educación superior en la capital de la República (que se extendió a otros estados), dejó su huella. Creo que se trató de un movimiento anunciador. El reclamo de unos jóvenes que no querían ni podían encuadrarse en los usos y costumbres de un oficialismo esclerotizado y de un mundo político cada vez más distante de las pulsiones e ilusiones que cruzaban a la plural sociedad mexicana. No fue casual, entonces, que durante la década de los setenta se reactivara la movilización agraria, sucediera lo que se denominó la insurgencia sindical, que aquí y allá aparecieran reclamos populares, que naciera una guerrilla urbana que postulaba que los cauces de la acción política pacífica estaban clausurados, que se multiplicaran publicaciones no oficiales de todo tipo junto con intentos por forjar nuevos partidos, es decir, una actividad política heterogénea y sin centro discernible, pero que expresaba que el México real no tenía cabida en el México institucional y que era necesario tender puentes entre ambos universos. Viéndolo así, y no con fines compensatorios, el 68 más bien puede percibirse como el detonador de un proceso democratizador que acabó por cambiar de manera contundente las fórmulas del quehacer político, logró desmontar una pirámide autoritaria y sembrar una democracia germinal. •
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reseña
Rescatar la democracia en tiempos de desafección Lectura y discusión de los puntoss básicos mocracia, del libro Vida y muerte de la democracia, as esencial para entender los dilemas contemporáneos de esta forma de vida ctiva y gobierno en una amplia perspectiva histórica. lorenzo córdova vianello
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uando el presente que nos conduce y quee me parecen ntura actual de se nos muestra relevantes en la coyuntura ico —país que confuso o demala democracia en México ión en español siado complejo, acoge la primera edición ambién en otras la revisión del de esta obra— pero también eflexiones pasado puede ser latitudes. Son cinco reflexiones un faro para tranbásicas. sitar entre la niebla del hoy hacia un cho más que futuro más claro. Dados los tiempos La democracia es mucho ay democracia de desafección y desencanto con la elecciones, pero no hay re, secreto e democracia y la vida pública, Vida auténtica sin voto libre, ia que John y muerte de la democracia de John informado. La historia sta obra conKeane representa una linterna que Keane nos narra en esta cia es mucho nos ayuda a comprender por qué las firma que la democracia dicamente a prácticas, instituciones y la lógica más que acudir periódicamente misma de la democracia, forjadas ejercer lo que ahora ess —y no desde en una historia de 2 600 años, aún hace mucho tiempo— un derecho importan y son centrales en la vida ciudadano universal: votar de forma estros reprepública presente. libre y secreta por nuestros ad de la demoComo lo apreciarán los lectores, sentantes. La vitalidad Vida y muerte de la democracia es cracia, en su sentido más amplio, se na diversidad una obra de amplio alcance inteobserva también en una lectual, tanto por la dimensión de de espacios sociales: en las relaciosu indagación histórica como por nes entre los géneros;; en el combate n el respeto a la profundidad de sus reflexioa la discriminación; en uchos otros. nes. Además de esto, el libro es un la identidad, entre muchos na sociedad proyecto vital en por lo menos dos Dicho en una frase, una la en que todas sentidos. Por un lado, es el resultado democrática es aquella erecho a tener del tesón intelectual y de la curiosilas personas tienen derecho dad académica y de investigación del derechos. autor; ésta es quizá su faceta vital Desde otra óptica, el voto también edida en que más evidente. Por otro lado, nos es importante en la medida esos y prácofrece elementos para comprender conduce a otros procesos anciales a la el proceso de construcción de una ticas que son consustanciales institución política, de una democracia y que, en cierta an sentido y idea de comunidad, que ha medida, le dan to mismo. En sido columna vertebral de fuerza al voto rocesos electola humanidad desde hace efecto, los procesos ulminan con el más de dos milenios. Se rales, que culminan dadano, permitrata pues de un proyecto sufragio ciudadano, o tiempo abrir vital en lo individual y en ten al mismo portunidades lo colectivo. espacios y oportunidades eración públiSin pretender agregar para la deliberación mucho más a lo que ya ca, dar caucee pacífico a las Vida y muerte constituye una obra rica en diferencias y divergencias de la democracia n sociedades exploraciones históricas y presentes en john keane on además un argumentaciones sobre el plurales y son o privilegiado, devenir de la democracia instrumento política y derecho y sus perspectivas futuacaso no el único pero sí 1ª ed., 2018 ás poderosos y ras, quiero aprovechar la uno de los más ra la exigencia oportunidad de presentar efectivos, para el libro para subrayar y el control ciudadano de ntes. Hay que algunas reflexiones a las los gobernantes.
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insistir en ello: la democracia no se agota en el ejercicio del voto, pero es impensable si se carece de él, si no se puede ejercer en libertad, con garantías de secrecía, y si los votos no se cuentan bien para hacerlos efectivos. Se trata de una condición necesaria, si bien no suficiente. Recordar lo anterior no es menor en tiempos en los que cada vez es más insistente la búsqueda de pretendidas soluciones alternativas a la vía electoral para designar a los gobernantes. Ello ocurre en medio de un generalizado menosprecio a las elecciones, olvidando que se trata de un momento privilegiado de la vida democrática que resume la expresión de la autonomía individual de la ciudadanía. El libro de Keane es un buen antídoto, pues, para las tesis que tienden a reducir el momento electoral a un mecanismo meramente instrumental que puede ser eventualmente sustituido por otros menos farragosos, más “sencillos” y prácticos. Estas posturas olvidan que las elecciones son “algo más” que un procedimiento: son un espacio que permite igualar a todos los individuos en el ejercicio de sus derechos políticos —de hecho, son el momento más igualador de la vida pública— que permite a los individuos que su voluntad personal incida en la construcción de la voluntad colectiva que legitima a las políticas públicas. Eso justamente que la larga tradición democrática que viene de Kant y pasa por Kelsen define como autonomía y que constituye el valor base de la democracia. La democracia es un concepto que congrega múltiples significados y expectativas, lo que tiene ventajas y desventajas. En su devenir histórico, nos muestra Keane, la democracia ha adquirido diversos significados. Esto ha facilitado, en ocasiones, la movilización ciudadana a favor de sociedades más plurales, tolerantes y libres. Víctima de su propio éxito como fórmula de convivencia política, en particular a partir de su “triunfo” a finales de la década de 1980 y de su expansión en los pasados 30 años, la democracia ha llegado a sobrecargarse de expectativas y de la más amplia diversidad de preocupaciones de la vida pública. En el espejo de la democracia vemos reflejada, sólo por mencionar un puñado de preocupaciones, lo mismo la libertad de expresión y la rendición de cuentas, el empoderamiento ciudadano y la transparencia en el ejercicio de los recursos públicos, la participación ciudadana o la división de poderes. Hay cosas que las instituciones de una democracia representativa están diseñadas para atender, pero no todo puede ser resuelto por la democracia, en particular por su dimensión electoral. Es positivo que la democracia condense anhelos y por ello mueva a la acción pública, pero la sobrecarga de expectativas, en especial en un contexto con problemas de alta sensibilidad social (corrupción, inseguridad) y complejidad (desigualdad, violencia), corre el riesgo de extender el desencanto en la democracia al desencanto con la democracia, sobre todo si las autoridades electas se convierten, como ha sucedido en más de una ocasión, en obstáculo para la solución misma de esos problemas. Al ser altamente sensible y contingente al juego político, la democracia demanda, para su recreación, de responsabilidad y validación
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constantes. El recorrido histórico que John Keane hace en Vida y muerte de la democracia es una llamada de alerta sobre el carácter contingente, vulnerable incluso, de la democracia y sus instituciones a las ambiciones políticas de todo tipo y grado. Hasta hace relativamente poco, quizá hasta el periodo previo a la explosión de la burbuja financiera de 2008 y la consecuente crisis económica de aquellos años, la democracia se presentaba como el destino al que toda comunidad política llegaría en algún momento, la meta inescapable de una sociedad en progreso. Pero lo que hemos visto en la década pasada, en especial en años recientes (además de la vasta evidencia que Keane aporta en su análisis histórico de siglos), es que si bien es probable que no haya forma de gobierno más favorable al desarrollo humano incluyente como la democracia, tampoco hay ninguna que sea tan frágil y vulnerable, desde dentro y fuera, a su propia continuidad. Dicho con brevedad, a la democracia no se le puede dar por sentada. Si algo debe quedar claro con la lectura de este texto es que la democracia es el arreglo organizativo más demandante para cualquier comunidad política que decida tomar esa ruta. La democracia exige la responsabilidad de todos los que participan en su recreación, acaso de formas diferenciadas, en el espacio que cada cual ocupa: de partidos y candidatos, de legisladores y gobernantes, de medios de comunicación, de servidores públicos y, por supuesto, de la ciudadanía. El surgimiento de prácticas antiliberales, incluso autoritarias, dentro de regímenes nominalmente democráticos son un recordatorio de por qué debemos revalorar algunos de los componentes básicos de la democracia. Este es uno de los fenómenos descritos por John Keane en su obra: países que eligen por vías democráticas a sus líderes y representantes, quienes, sin embargo, al paso del tiempo vulneran los derechos y libertades que la democracia liberal debería garantizar. Con el fin de mantenerse en el poder, autoridades electas en las urnas buscan imponer una visión única que desplaza disidencias y diferencias, avivando sentimientos populares de seguidores acríticos. Ilustro el punto de forma muy breve, con ejemplos ya conocidos por algunos. En Birmania (Myanmar), el proceso de democratización de años recientes ha ido deteriorándose de tal forma que ha favorecido la incitación a la violencia contra una minoría, los rohinyás. Como medio para “cortejar” el voto popular, algunos políticos electos han proyectado una imagen de las minorías de ese país como las culpables de sus problemas. Se trata de un recurso que también fue empleado en las elecciones presidenciales de los Estados Unidos en 2016, donde los migrantes, los mexicanos y los musulmanes se convirtieron en los “enemigos favoritos” de candidatos y políticos para obtener el favor de algunos segmentos del electorado. En Turquía, las autoridades democráticamente electas han ido coartando en años recientes las libertades de la oposición y de la prensa con el pretexto de controlar el terrorismo. En Europa Occidental, partidos populistas de extrema derecha, como Alternativa para Alemania, buscan instaurar una versión de la
democracia que relaja o trastoca los controles institucionales del Estado democrático liberal, incrementando, por ejemplo, el uso de instrumentos de la democracia directa como el referéndum. Se trata, en mayor o menor medida, del resurgimiento y difusión de la lógica schmittiana de concebir a la democracia y a la política como un ámbito (como el ámbito, diría Carl Schmitt) para identificar las diferencias y, paulatinamente, negar la “otredad”, erosionando con ello las bases de la convivencia pacífica y tolerante de la diversidad ideológica y política. Hoy vivimos una acentuación cada vez mayor de la paradoja que es intrínseca a las democracias: llevar el germen de la antidemocracia latente en sus entrañas y tener que convivir con ello. Todos estos procesos y eventos históricos nos recuerdan por qué es preciso revalorar la democracia representativa y liberal, y qué sucede cuando abandonamos los componentes básicos que le dan sentido y razón de ser: el ejercicio del voto libre y secreto, los pesos y contrapesos entre poderes públicos, la libertad de prensa y de expresión, la tolerancia y el respeto a quien es o piensa distinto como base de la convivencia civilizada y el papel de ciudadanos y partidos políticos como actores en cuyo comportamiento se cifra la consolidación y permanencia de la democracia liberal. La redefinición de los partidos políticos como instrumento de agregación de preferencias e identidad ideológica. En un contexto de laxitud ideológica y de pragmatismo electorero de los partidos, lo que parece definir la identidad partidista no es tanto el apoyo ciudadano a propuestas, plataformas y políticas de partido, sino el rechazo y oposición, con frecuencia más emocional que racional, a las opiniones y prácticas de los contrarios. Lo que hoy define el clivaje político entre partidos depende cada vez menos de la defensa de posturas ideológicas o programáticas. En la era de la fragmentación política, de la indefinición ideológica, del pragmatismo a ultranza, lo que parece definir más la identidad partidista es “contra qué (o peor aún, contra quiénes) me opongo” que “a favor de qué me movilizo”. El mecanismo de identidad opera enfatizando los defectos del otro (de lo otro), más que construyendo opciones y alternativas de futuro. El resultado tiende a ser la polarización política que, por cierto, termina por ser a la larga el caldo de cultivo para que la lógica schmittiana germine y madure. Quizá es en parte por ello que en años recientes y cada vez más, la política se asemeja a una contienda deportiva. Preguntar “¿por quién votarás? o ¿por qué partido se simpatiza?” se asemeja mucho a lo que un aficionado desea saber de los otros como punto de partida de un encuentro deportivo: “¿a quién le vas?”. Bajo esta lógica se desarrolla otra peligrosa práctica en la contienda político-electoral reciente. Cunde la sensación de que el foco de atención, el objetivo principal de la contienda, se desplaza del triunfo del “equipo propio” (léase partido político) a evitar a toda cosa el triunfo del “equipo adversario”. Impugnar los resultados electorales como “práctica sistemática” (la judicialización de la política) o no reconocer el triunfo bien obtenido del contendiente, son
evidencia de esta forma de entender la política como deporte, del énfasis en evitar el triunfo del adversario, más que buscar el triunfo propio como objetivo. Paradójicamente, a pesar del pragmatismo de políticos y partidos en el escenario electoral, este desplazamiento de la atención hace difícil encontrar posiciones de negociación, puntos de acuerdo —conceder y obtener algo a cambio—, una práctica que, por cierto, caracteriza a la vida en democracia, donde ninguna de las partes contendientes gana siempre o en todo y quien pierde tampoco lo hace en todos los temas y posiciones. Hay muchos otros temas que surgen de la lectura de Vida y muerte de la democracia, los cuales ameritan discusión y análisis. Por ejemplo, la idea de la democracia monitoreada y las crecientes demandas ciudadanas para establecer nuevos mecanismos de control que complementen y en algunos casos compensen la disfuncionalidad de órganos de representación que no pueden o se abstienen de ejercer sus facultades de contrapeso frente a otros poderes públicos. Se trata de una sugerente idea que, por cierto, podría o debería convertirse en el cauce institucional del creciente descontento e insatisfacción con los resultados insuficientes y hasta precarios que a juicio de muchos hoy ofrecen los sistemas democráticos. La democracia monitoreada como idea para encauzar el descontento actual en una mayor participación política representa una interesante alternativa para rescatar a la democracia en tiempos de desafección, alejamiento e indolencia. En suma, Vida y muerte de la democracia es una lectura sin duda estimulante, vasta en introspecciones y sugerente en desmitificaciones sobre los antecedentes y perspectivas de la democracia. Como titular responsable del organismo de Estado que tiene a su cargo la organización de los procesos electorales en México, como académico e investigador interesado en los problemas que afectan a la vida democrática en nuestro país y en otras latitudes, y como ciudadano, agradezco a John Keane su disposición para publicar Vida y muerte de la democracia por primera vez en español y, al mismo tiempo, por ser el primer intelectual extranjero en participar, en el verano de 2017, en el ciclo de conferencias magistrales estacionales que organiza el Instituto Nacional Electoral. Extiendo también mi más amplio reconocimiento al Fondo de Cultura Económica por la edición de esta obra, que permite a los estudiosos de la democracia y la política, y a la sociedad mexicana toda acercarse a un texto que habrá de enriquecer nuestra comprensión de los orígenes de la democracia, su larga historia y entender qué debemos hacer para recuperar y mantener su vitalidad. •
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En su 90 aniversario Carlos Fuentes, un autor de la casa Alegre, irreverente, crítico, trabajador empedernido y, sobre todo, gran promotor de la literatura y la cultura mexicanas en Europa y Estados Unidos, además de solidario, fiel y dispuesto a compartir. Éstas son las facetas del escritor Carlos Fuentes (1928-2012) reveladas en su correspondencia de cuatro décadas con los editores del fce, editorial que publicó sus obras más representativas. virginia bautista
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esguardados en tres legajos en el archivo histórico de esta casa, unos 127 documentos (cartas, telegramas, contratos, informes de trabajo, recibos, notificaciones de pago de regalías y hasta correcciones de sus textos), fechados entre 1961 y 1998, dan cuenta de la intensa relación que el novelista sostuvo con directores y gerentes como Arnaldo Orfila, Joaquín Díez-Canedo, Salvador Azuela, José Luis Martínez, Jaime García Terrés, Adolfo Castañón y Jorge Ruiz Dueñas, entre otros. Su relación con el fce comenzó en 1958 con la publicación de su primera novela, La región más transparente, y continuó con Las buenas conciencias (1959), La muerte de Artemio Cruz (1962), Agua quemada (1981), Gringo viejo (1985), Cristóbal Nonato (1987), Constancia y otras novelas para vírgenes (1990), El espejo enterrado (1992) y Geografía de la novela (1993). Su obra escrita en los setenta y a finales de los noventa fue publicada por otros sellos, pero él nun-
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ca se fue del todo del fce. Ya en el nuevo milenio aparecieron aquí sus ensayos Machado de La Mancha (2002) y Viendo visiones (2003), el volumen Cuentos completos (2013), seis tomos de sus Obras reunidas y la novela Aquiles o El guerrillero y el asesino (2016), en coedición póstuma con Alfaguara. Este 2018, para festejar los 90 años que cumpliría el 11 de noviembre, se creó, a iniciativa de su viuda Silvia Lemus y el investigador Julio Ortega, la Biblioteca Carlos Fuentes, que reunirá en 13 volúmenes su obra selecta; el primer título, Conferencias políticas, compiladas por Jovany Hurtado, ya está en librerías. Considerado uno de los escritores mexicanos más célebres, con cerca de 50 libros de cuentos, novelas, ensayos y teatro, el legado del autor de Aura (Editorial Era) es inmenso y aún guarda sorpresas. “Su obra es instrumental en abrir y sostener la plaza pública, la esfera de la comunicación. Allí donde se decide el devenir del entendimiento crítico que nos hace modernos. Cada libro suyo abre puertas al campo, ventanas al horizonte y nuevos espacios a la visión moderna de México”, afirma el reputado crí-
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tico Julio Ortega, investigador de la Universidad de Brown. Ortega ratifica la vigencia de la propuesta literaria del mexicano y está convencido de que hay Carlos Fuentes para rato. “La geografía de su obra es una ciudad latinoamericana donde recuperamos el valor del otro, de la comunidad crítica. Alienta en la obra de Fuentes un ventarrón utópico, pleno de esperanza en la lectura, en nosotros.” Promotor solidario Desde la primera misiva del joven Fuentes que resguarda el fce, enviada desde Praga al director Arnaldo Orfila, el 14 de julio de 1961, queda de manifiesto su vocación de promotor de las letras mexicanas. En dos cuartillas manuscritas, en papel membretado del Hotel Jalta Praha, el entonces embajador en Holanda informa a Orfila que ha recomendado para su traducción algunas obras mexicanas a la Casa Editorial Estatal de Literatura y Arte checa, porque ésta “se queja de la ausencia de títulos mexicanos”, por lo que le solicita envíe diez libros de nueve autores. Pide en primer lugar El llano en llamas y Pedro Páramo de Juan Rulfo; luego
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en s u 9 0 an i v er s ar i o. c ar los f u en tes , u n au tor d e l a c a sa
debidamente autorizado por un poder extendido por el Consulado General de México en París. El archivo resguarda este poder especial, acta notarial número 1782/45, enviada por la dependencia diplomática. El archivo alberga también los contratos de cesión de derechos de La región más transparente, firmado por el autor el 24 de marzo de 1958; el de Las buenas conciencias, firmado en agosto de 1959; y el de La muerte de Artemio Cruz, firmado el 21 de mayo de 1962. Los tres rubricados por Orfila.
Balún Canán de Rosario Castellanos, Libertad bajo palabra de Octavio Paz, Palabras en reposo de Alí Chumacero, Juan Pérez Jolote de Ricardo Pozas, El diosero de Francisco Rojas, La tierra pródiga de Agustín Yáñez, El relojero de Córboba de Emilio Carballido y Visión de Anáhuac de Alfonso Reyes. Fuentes también comparte con su editor sus descubrimientos en la Europa del Este de principios de los sesenta. “He realizado un viaje magnífico recorriendo todo el país (Checoslovaquia) y hablando con obreros, campesinos, estudiantes e intelectuales. Desde luego, quince días son pocos días; no obstante, creo llevarme una idea bastante clara de la realidad de este país tan interesante y de la forma verdadera en que trabaja el sistema”, aseguraba. El autor mantenía una relación cálida, franca y abierta con sus editores, a quienes no ocultaba sus problemas económicos. El 5 de agosto de 1961, por ejemplo, le escribe desde París al gerente Joaquín Díez-Canedo una misiva con gran sentido del humor, en cuya parte superior se lee en mayúsculas: HELP!, ¡AU SECOURS!, SOS!, antes de la fecha. Le cuenta que “mis bien pertrechadas cartucheras de ‘traveller’s checks’, al llegar a París, han sufrido la inevitable devaluación, el catastrófico desplome...” y sólo puedo continuar el viaje a las regiones de los Hermanos Marx vía la magnificencia que esa augusta institución —tres veces H— muestre hacia el sufrido autor de Las buenas conciencias. Díez-Canedo le responde el 25 de agosto que le enviarán el importe de las regalías correspondientes a los 10 000 primeros ejemplares de la segunda edición de Las buenas conciencias en la Colección Popular, “o sea, 480 dólares, cerrados”. La solidaridad del también dramaturgo queda demostrada en la carta fechada en Milán el 27 de septiembre de 1965, dirigida al entonces director Salvador Azuela. En ésta “ruega atentamente” que, en lo sucesivo, las regalías por concepto de derechos de autor derivadas de sus tres novelas publicadas en el fce (La región más transparente, Las buenas conciencias y La muerte de Artemio Cruz) sean entregadas “mediante el cheque acostumbrado” a Arnaldo Orfila, director de Siglo XXI Editores, “como mi contribución personal al éxito de una empresa que reúne a los mejores intelectuales de mi país y, asimismo, como un acto de solidaridad con la extraordinaria obra realizada por el Dr. Orfila, a lo largo de diecisiete años, en el fce”. Sin embargo, Manuel García Pérez, del Departamento Extranjero, le comunica el 28 de febrero de 1966 que esto no era posible y que él mismo debía cobrar sus regalías en la editorial, a pesar de que radicaba en el extranjero. Esta respuesta provocó un breve enfriamiento en la relación. Fuentes envió desde París, el 18 de noviembre de 1966, una carta a Azuela en la que informa que, ante las ediciones agotadas de sus libros, ha otorgado al sello Joaquín Mortiz, S. A., “el derecho exclusivo de reeditar en lengua castellana” sus novelas La región más transparente, Las buenas conciencias y La muerte de Artemio Cruz. Notifica además que Fernando Benítez cobrará sus regalías vencidas y por vencer,
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La reconciliación La permanencia de Jaime García Terrés y José Luis Martínez en el fce mejoró la interlocución con el autor de Terra Nostra, quien los consideraba amigos. De esta forma, durante la década de los setenta, cuando la agencia de la catalana Carmen Balcells ya había empezado a promover la obra de Fuentes en editoriales españolas, el fce supo trabajar con los sellos interesados en publicar sus libros. El 4 de febrero de 1971, el subdirector Adolfo Hegewisch informa al autor que autoriza a Salvat Editores publicar una edición de bolsillo de La muerte de Artemio Cruz, liberándolo de la retención del 20 por ciento, pues la Agencia Carmen Balcells, que promovió este arreglo, se reservaba un porcentaje. García Terrés le pregunta, en carta a París el 14 de febrero de 1973, cuándo enviará un nuevo libro para la colección Letras Mexicanas; lo pone al tanto de la grilla cultural y le sigue enviando cheques de sus regalías durante ese año. En ese entonces, Carlos estaba en Washington. El 7 de marzo de 1974 avisa a García Terrés de la censura de La región más transparente en España. Al parecer, Fuentes fue también intermediario para invitar a escritores a ser jurado en un concurso de novela del fce, pues informa a García Terrés que Juan Carlos Onetti y Juan Goytisolo aceptaron, pero que Julio Cortázar y José Donoso declinaron. Con José Luis Martínez, quien tomó las riendas de la editorial en 1977, siente la misma confianza. El 8 de marzo de ese año le solicita que el fce siga apoyando a la escritora Vilma Fuentes, quien se encontraba en París terminando una novela, pues el apoyo le había sido suspendido. Le comunica que ella está dispuesta a justificar su beca. El 7 de agosto de ese año le pide a Jaime García Terrés que le autorice a “prestarle” a Balcells los tres títulos que tiene con el Fondo para ediciones populares y masivas con editorial Bruguera. En carta del 13 de junio de 1978, el escritor ratifica que enviará su libro de cuentos y que viajará a México en agosto para dar cursos en El Colegio Nacional. Y el 21 de ese mes dice a Martínez que le gustaría publicar una antología personal en el fce, y no en Nueva Imagen, que lo invita. “Los escritores somos (o debemos ser) como las putas: hay que trabajar siempre en el mismo burdel; si no, ¿dónde te buscan los clientes?”, le dice bromista. El 19 de marzo de 1979 solicita a García Terrés dos libros para preparar sus cursos de literatura en la Universidad de Princeton y sus conferencias futuras en El Colegio Nacional: La invención de América de Edmundo O’ Gorman y La filosofía política en la conquista de América de Silvio Zavala. Gracias a que José Luis Martínez le envía los artículos sobre su obra, publicados en periódicos de países latinoamericanos que visita para supervisar las librerías del Fondo, Fuentes se da cuenta con disgusto de que El Mercurio de Chile reproduce un artículo suyo enviado por la agencia efe. Por lo anterior pide a Balcells, el 13 de junio de 1979, que exija a efe no mandar sus artículos al “diario fascistoide” chileno, que colaboró con la caída de Salvador Allende y de la Unidad Popular Chilena. Dice que no quiere publicar ahí “mientras la junta militar presidida por Pinochet esté en el poder. De la misma manera que mi país ha roto relaciones con el actual gobierno usurpador de Chile, yo deseo mantener un bloqueo intelectual total de ese país y de sus actuales instituciones”. Catedrático internacional La década de los ochenta fue la más intensa para el Fuentes catedrático; aunque daba clases y cursos en diversas universidades de Estados Unidos, no olvidaba regresar a México para impartir charlas en El Colegio Nacional, del que era miembro desde 1972. Para esto se apoyaba en el Fondo, según consta en los documentos que integran el tercer legajo. En carta del 28 de marzo de 1983 desde Princeton, New Jersey, le pregunta a García Terrés la fecha límite de entrega del prólogo al libro de Donald Fanger (La creación de Nikolai Gogol), así como de los materiales para la edición especial de La muerte de Artemio
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Cruz. La confianza entre ambos era tal que el 21 de mayo de ese año Fuentes le pide a García Terrés permanecer en contacto para hacer prosperar la candidatura del director de orquesta Eduardo Mata para ser miembro de El Colegio Nacional. “Mata es uno de los mexicanos más distinguidos que actualmente ejercen funciones culturales en el mundo y resulta un tanto ridículo, permíteme decírtelo así, que no esté presente en el Colegio. Quisiera poner todo lo que esté de mi parte para asegurar el triunfo de su candidatura”. La relación de Fuentes con Balcells, por su parte, terminó en conflicto. El 23 de agosto de 1983, el gerente del fce, Jorge Farías, increpa a Balcells: “Con sorpresa nos enteramos de que usted vendió derechos de obras propiedad del fce al Grupo Diana. Comunícole que este asunto ha quedado en manos de nuestros abogados”. Incluso García Terrés le aclara a Balcells el 8 de septiembre de 1983 que no se pueden entender como derechos subsidiarios “los que corresponden a la edición masiva que proyecta editorial Diana en directa competencia con promoción nuestra”. En medio de esta disputa, Fuentes sigue enviando sus obras al Fondo. El 3 de mayo de 1986 adelanta que hará llegar con su esposa Silvia Lemus el original de Cristóbal Nonato, “son cinco años de trabajo”, dice. El gerente de producción, Adolfo Castañón, empieza a corregir la novela e intercambia observaciones directamente con Fuentes. Meses después, el 23 de noviembre, Fuentes le cuenta a García Terrés, desde la Universidad de Cambridge, que espera estar en México para febrero de 1987, cuando se publique Cristóbal Nonato y que prepara las conferencias para El Colegio Nacional. “Estamos encantados en este lugar maravilloso, sin duda el complejo universitario más bello del mundo. A mí, el cielo local me tiene enloquecido, es de un dramatismo y una belleza insólitas. El día más sombrío ofrece siempre un instante de luz en que las nubes se persiguen las unas a las otras, el firmamento se barre y todo se convierte en un cuadro de John Constable”, narra en la misiva. Luego, desde la Universidad de Harvard, le dice a García Terrés, el 22 de octubre de 1987, que espera venir a México a la filmación de Gringo viejo. Un autor fiel La buena relación de Fuentes con el fce continuó toda su vida de escritor, a pesar de que en los noventa la agencia Balcells logró “que el Fondo renuncie a todos los mercados exteriores a México a favor del autor y éste, Fuentes, pueda ceder sus derechos de obra narrativa completa o separada a editores de España, Cono Sur y Pacto Andino” (26 de abril, 1988). García Terrés calificó esta “propuesta feroz” como un asunto “muy espinoso y de nada fácil solución”. Y dejó en claro que no era justo para el Fondo dejar ir al escritor “así como así”. La correspondencia contenida en el archivo se salta hasta el 17 de julio de 1990, cuando Fuentes escribe a Castañón desde Londres para confirmarle que almorzará con Miguel de la Madrid, entonces director del fce. Además, en la misiva del 14 de septiembre de 1992, le habla de El espejo enterrado y sobre su proyectado viaje a México en septiembre y octubre de ese año. La última carta conservada en el archivo histórico es una del 21 de septiembre de 1998, en la que el gerente Jorge Ruiz Dueñas le cuenta al escritor que “en los últimos meses se ha dado un trasiego de notas de doña Carmen Balcells en relación con los derechos de los títulos que están con nosotros”. Destaca que le sugirieron a la catalana realizar coediciones con Alfaguara, en un intento de conservar a Fuentes en el catálogo del fce pero que, el 10 de septiembre, la agente les propuso coproducir con ese sello, previo anticipo de un millón de dólares y un millón restante a pagar en los siguientes 12 meses. “Infortunadamente, hemos tenido que declinar… porque son unas cifras muy elevadas para nuestro presupuesto”. Dueñas agradece a Fuentes el gesto que permitirá contar con su presencia cinco años más. “El catálogo histórico del fce se ha nutrido desde hace años con el joven Fuentes de La región más transparente y se vio fortalecido con el Fuentes maduro, el escritor mexicano ya clásico que ha enriquecido nuestro patrimonio cultural… Por ello, esta Casa, en el sentido estricto del término, será siempre tuya”, apunta en la misiva a manera de despedida. Sin embargo, el mercado no ganó, y el autor regresó en el nuevo milenio a publicar en su primera casa, el Fondo de Cultura Económica. •
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La muerte se va a Granada La escena de teatro no sustituye lo real, sólo procura resarcirle, dentro de sus límites, silamiento político en la algo de dignidad. Un fusilamiento einta no tiene el mismo Granada de los años treinta ato escénico: en el primero, estatuto que un asesinato co García Lorca desaparece un todavía joven Federico do, el fantasma de un poeta del mundo; en el segundo, nos recuerda la vida quee se le arrebató. Fernando ble de ese asesinato para del Paso es el responsable ción del espectro lorquiano. la escena, de la reaparición armando navarro
Nos gusta ejecutar escritores. A los idiotas los podemos odemos ejecutar cualquier día. Y lo hacemos. Pero al ejecutar cutar a un escritor se manda un mensaje, ¿entiende? (Pausa.) Pausa.) No sé qué mensaje será, esa no es mi especialidad, d, pero se manda un mensaje. martin mcdonagh, the pillowman
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veinte años de su primera publicación, el Fondo de Cultura Económica y la Universidad de Guadalajara han reeditado La muerte se va a Granada. Poema Dramático en Dos Actos y un Gran Final (1ª ed. 1998), de Fernando del Paso. Se trata de una pieza que conjuga lo anacrónico con la experimentación casi vanguardista: escrita en verso medido, incorpora elementos simbólicos casi al punto de lo abstracto. La narración tradicional, pues, es sólo un elemento del entramado escénico. La obra cuenta los últimos días en la vida de Federico García Lorca: la huida de un Madrid en llamas, asediado por la organización fascista la Falange; el refugio en su natal Granada, en mayor peligro del que Lorca pensaba; la persecución de la que fue objeto; el escondite en casa de los hermanos Rosales, amigos de la familia y a la vez falangistas; la detención, el fusilamiento, la
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penumbra. umbra. Las motivaciones de su asesinato inato aparecen sobre todo en voz de Ruiz Alonso, ese cazador de la Confederación onfederación Española de Derechass Autónomas: “Tú Tú no mereces vivir, porque orque tú, con tus palabras, más ás daño le haces a España dee lo que le hacen las balas.”1
Y más ás adelante: “eres res traidor, Federico… O te llamas Federica? ¿O ¡Sí, í, te pondré Federica or mariposo y marica!”2 por
Desde de su primera presentación, la obraa fue percibida como un valioso híbrido ido formal. El Teatro Helénico fue su primer escenario en 1998. Un año más tarde se escenificó en el Festival ival Cervantino. Recientemente, 1 Fernando rnando Del Paso, La muerte se va a Granada, ada, Fondo de Cultura Económica, 2018, p. 72. 2 Ibid. bid.
maría mar í a josé cuevas c uevas riest riestra ra
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la muert e s e va a g r a n a da
en el marco de la Feria Internacional del Libro (fil) de Guadalajara de 2006, fue representada en el Teatro Diana bajo la dirección de Daniel Constantini y la actuación de Marco Orozco y Sara Isabel Quintero. Juan Carlos G. Partida escribió para La Jornada que, en La muerte se va a Granada, fantasía y pesadilla se funden con el hecho histórico. Tiene razón: allí donde el relato puro de los acontecimientos no basta para dar cuenta del horror, la imaginación surge como alternativa fructífera. El asesinato de García Lorca es un acontecimiento rodeado por el rumor. La multiplicidad de versiones y de testigos ha ocasionado que los detalles de su fusilamiento permanezcan sin aclararse del todo. Sabemos de cierto que murió a manos de los falangistas y que su homicidio es sólo un episodio en la larga cadena de atrocidades que ellos cometieron. La muerte se va a Granada es una obra atravesada por la pregunta de qué ocurrió, consciente de la imposibilidad de responderla. Su aporte está en otra parte. La historia detrás la fábula Hacia julio de 1936, Francisco Franco había avanzado mucho en su objetivo de acabar con la República y restablecer “el orden” en España. El orden: esa palabra que tapa las fosas. Luis Buñuel conoció de cerca a García Lorca, habló con él justo antes de su partida a Granada. Buñuel mismo, en su autobiografía, Mi último suspiro, relata uno de los gérmenes de la Guerra Civil española. También habla de un Lorca frágil, atemorizado de lo que ocurría entonces. “Yo estaba solo en Madrid. Una mañana temprano, me despertó una explosión, a la que siguieron varias otras. Un avión republicano bombardeaba el cuartel de la Montaña, y oí también varios cañonazos.”3 Un grupo de falangistas se había refugiado en dicho cuartel. Durante días dispararon a los transeúntes. El 18 de julio algunos obreros y guardias de asalto republicano atacaron el sitio, desalojaron a los falangistas y los pasaron por fuego. Eso, dice Buñuel, fue el inicio de la guerra. Durante los días venideros, simpatizantes fascistas desataron tiroteos a la menor provocación. A esto se sumó la escisión de sus opositores en el combate: mientras los comunistas buscaban estrategias eficaces de combate, muchos anarquistas cometían pillajes, torturas y fusilaban a sospechosos de conservadurismo, sin importar si eran o no aliados de la Falange. “Era difícil hablar de pintura y poesía cuando sentíamos aproximarse la tempestad”,4 escribió Buñuel. García Lorca tenía miedo. El poeta, que al parecer de su amigo no podía apasionarse por la política, decidió refugiarse en Granada por el ascenso de la violencia en Madrid. Buñuel intentó disuadirlo: “—Se están fraguando auténticos horrores, Federico. Quédate aquí. Estarás mucho más seguro en Madrid. Otros amigos ejercieron presión sobre él, pero en vano. Partió muy nervioso, muy asustado.”5 Buñuel escribió este relato cuando ya era viejo. Pasó medio siglo entre el hecho y su rememoración. El tiempo no ha borrado una certeza: 3 Luis Buñuel, Mi último suspiro, Debolsillo, 1982, p. 128. 4 Ibidem, p. 134. 5 Idem.
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“Federico sentía un gran miedo al sufrimiento y a la muerte”. Y como Documento y pesadilla muchos otros, el cineasta apuntó Fernando del Paso es un escritor a un fenómeno aún vigente alrededor quien la historiografía clásica no de la muerte de su amigo: circulan parece interesarle. Con la maestría muchas leyendas sobre su muerte. que lo distingue, busca una reconsLo cierto puede resumirse así: trucción de los hechos que sea, al meses después de escribir La casa mismo tiempo, una reconstrucción de Bernarda Alba, Lorca se refugió del afecto. Que hablen los fragmenen Granada. Escapaba de la violentos, los retazos íntimos, la pluralicia en Madrid pero su tierra natal dad de voces personales en torno no estaba libre del conflicto. El 20 al horror. Este procedimiento, me de julio los golpistas se adueñaparece, es lo que origina la peculiaron de la ciudad bajo el mando de rísima forma de La muerte se va a Queipo de Llano, general reaccioGranada. nario proclive a derramar sangre Los hechos narrados constituyen y a sembrar terror. La resistencia sólo una parte de la pieza. En ella se obrera no pudo hacer mucho contra presentan sucesos que conocemos los aviones y la artillería falangiscomo verdaderos, pero entretejidos ta. Sobrevino una época de reprecon escenas fantasmales, pesadisión y exterminio. Hubo más de llescas, cuadros que zurcen cada 5 000 granadinos ejecutados. En acontecimiento para dar un tinte agosto, después de la irrupción de ominoso a la historia. La muerte se una patrulla en la casa de la famiva a Granada muestra a un Lorca lia García Lorca, Federico decidió alegre, vital, y también cabizbajo y esconderse en casa de Luis Rosales, temeroso: él percibe el horror que su amigo poeta que era de la Falanpronto ahogará a España durante ge. La familia y amigos de Federico décadas. tenían la esperanza de que éste no El temor es la antesala del aisfuera encontrado en el hogar de un lamiento, por eso los cuadros se simpatizante fascista. Pero días desarrollan en interiores: la casa más tarde, Ramón Ruiz Alonso se de descanso de los García Lorca, la presentó en la casa de los Rosales recámara de Federico, el hogar de con una orden de detención. Se lo los hermanos Rosales, la prisión. Y llevaron, lo fusilaron varias horas lo valioso no está en el enclaustradespués, a la edad de 38 años. miento sino en el contrapunto: Gra¿Cuál fue la causa de su nada, ese lugar idílico y casi paraasesinato?, ¿las rencillas familiares, disiaco, se encuentra bajo ataque de como afirman algunos, o los rumolas bombas y las balas. Ninguno de res de que era espía soviético?, ¿la dichos campos, la belleza y el terror, homosexualidad o acaso que su obra se muestra directamente en el esparecía incomprensible a los ojos cenario, sino que son invocados por simplificadores de lo totalitario? la voz de la nostalgia, o mediante Versiones hay muchas, testimoel ruido que entra por las ventanas. nios también. Lorca —su legado, su Una guerra presente, pero fuera de homicidio— es objeto de estudio de escena, compromete directamente diversos tipos. Consideremos dos al espectador: éste no la mira, sólo emprendidos el año en curso: la percibe. Por lo tanto, debe elaboBaltasar Garzón, jurista esparar su propia reconstrucción de los ñol, y Pilar del Río, presidenta de la hechos. Fundación Saramago, promovieron La niebla surreal de La muerte se que se otorgara a Lorca un Premio va a Granada se hace presente desNobel póstumo. A sabiendas de que de el principio. Este ambiente onílos estatutos del premio no permirico, me parece, halla su expresión ten otorgar ese tipo de distinciones, más contundente en dos cuadros. Garzón y Del Río redactaron una peSegundo acto, quinto cuadro: tición dirigida a la Academia Sueca. Federico duerme intranquilo en su La Junta de Andalucía iniciará celda. En medio de una iluminación pronto los trámites correspondientenue, misteriosa, se encuentran tes para buscar los restos de García tres personajes en zancos, vestidos Lorca y sus compañeros de fusilaal estilo del Ku Klux Klan. También miento: Dióscoro Galindo, maestro, hay tres minotauros rojos. Conforme y los anarquistas Francisco Galadí la escena avanza, entre voces que y Joaquín Arcollas. Será la cuarta hablan de sangre y de muerte, hay ocasión que se busque lo que quedó un desfile extraño de personajes: el del cuerpo del poeta. El rastreo fue general Sanjurjo en un avioncito en aprobado por la nieta de Galindo. llamas, Francisco Franco montado en Los herederos de Lorca nunca han caballo de juguete, cinco mariposas deseado que se le desentierre. de colores. Lo anterior da cuenta de un fenómeno peculiar: se busca sostener Segundo acto, octavo cuadro: entre incansablemente la relevancia de dos personajes, Federico y la Muerte, Lorca en la literatura hispánica. Y hay una pantalla en la que se proyecclaro, hay que hacerlo aunque ello tará una película. La cinta, dice Del implique algo tan radical como la Paso, debe ser rodada especialmente modificación de los estatutos del para la representación. La Nobel. Por otra parte, imagen, preferentemente a Federico García Lorca fue blanco y negro y filmada con también un hombre que, técnica de época, provendrá como muchísimos otros, de un pequeño proyector. La fue asesinado por el brazo película mostrará el punto de un régimen oprobioso. de vista de García Lorca: La búsqueda de la fosa desde que va en el coche que continúa porque nunca ha lo conduce al lugar de su sido hallada. El fusilamienfusilamiento, hasta que tres to de Lorca es el de miles La muerte soldados disparan contra su de víctimas del régimen de se va a Granada cuerpo, hacia la lente de la Franco. Su muerte evidenfernando del paso cámara, hacia la mirada de cia la inflexible decisión los espectadores. fascista de aniquilar todo letras mexicanas lo que considera incómodo, 1ª ed., 2018 La muerte se va a Granada en este caso una lengua evita la tentación del docuviva, una erótica distinta. mental y configura cuadros Y es aquí que Fernando fantasmáticos, misteriodel Paso puede hablarnos.
sos y de una belleza que linda con la obscenidad. La narración de lo atroz, como el conocimiento de la realidad, no puede cimentarse sólo en el relato de los hechos. Una línea periodística difícilmente considera vérselas con el horror interno, con la pérdida, con aquello que se debe tramitar como memoria histórica y afectiva. Fernando del Paso no sólo dignifica la figura y el legado del poeta, sino que da cabida a todos esos asesinados y desaparecidos del régimen franquista, los de todo Estado autoritario. Lo que surge aquí es una especie de resarcimiento. Ejecutar a un escritor Ricardo Piglia cita un pasaje de Paul Valéry: “La era del orden es el imperio de la ficción. Ningún poder es capaz de sostenerse con la sola opresión de los cuerpos sobre los cuerpos. Se necesitan fuerzas ficticias”. El Estado narra. El horror de los dictadores es, en gran medida, un relato diseminado, la construcción de un enemigo público supuestamente culpable de todo. Para erigirse como salvador, el gobernante autoritario recurrirá así a la eliminación de ese enemigo. ¿Por qué mataron a García Lorca? Los personajes de Del Paso, como seguramente hicieron sus correlatos reales, señalan repetidamente la homosexualidad como una causa principal. No es extraño: el control absoluto de un gobierno debe atravesar el erotismo de los gobernados: hay un deber ser afectivo; lo que esté fuera de él debe ser aniquilado. Pero Lorca era más que su orientación sexual. Buñuel escribió que “Federico murió porque era poeta”.6 En La muerte se va a Granada, Luis Rosales hace hincapié en lo que se dice sobre Yerma: que es una obra perversa, blasfema. Miguel, por su parte, dice que Lorca no es un poeta, sino un escritor de herejías incomprensibles. Tres brujas en escena que después se convierten en tres miembros de la Guardia Civil, lo dejan claro: “te vamos a barrer / de la faz de este planeta / por maricón y poeta”.7 Si hay algo que molesta al Estado en el escritor, eso es su capacidad contranarrativa: ahí donde el dictador quiere diseminar un relato que legitime su horror, el intelectual articula discursos y narraciones que no se ciñen a los parámetros de significación del gobernante. Lorca era un poeta y un narrador teatral. En efecto, su obra no es panfletaria, sino personal y libre de imperativos políticos. Laura García Lorca, su sobrina, mencionó que el franquismo quiso reducir la obra de su tío a folclor. Reducirlo, sí, y con ello simplificar su legado para hacerlo útil políticamente. Nuestra lucha, como la de Fernando del Paso, podría centrarse en evitar que nuestros autores caigan en una trama de propaganda. “De los seres vivos que he conocido, Federico es el primero. No hablo de su teatro, ni de su poesía, hablo de él. La obra maestra era él”,8 escribió Luis Buñuel. Fernando del Paso dignifica el recuerdo de esa obra maestra. Por eso hay que volver a Granada. •
6 Ibidem, p. 135. 7 Del Paso, op. cit., p. 42. 8 Luis Buñuel, op. cit., p. 134.
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Libro centroamericano de los muertos de Balam Rodrigo Poesía social, no en sentido trivial, sino aquella que revive el pacto original de las palabras de la tribu, de modo que toda poesía auténtica es social a fin de cuentas. Este libro echa mano de todos los recursos de la literatura contemporánea para involucrar al lector con su materia. jorge fernández granados
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la poesía contemporánea se le ha criticado, en más de una ocasión, su ensimismamiento y su narcisismo. Se le ha acusado, incluso, de encriptarse en un autismo desdeñoso que sólo establece, si acaso, un diálogo consigo misma y se jacta, para colmo, de su laberíntica dificultad. Tras estos juicios (o prejuicios) hay mucho de verdad, pero también no tanto una valoración justa como una advertencia sincera por parte de los lectores: la poesía tiende a alejarse de la realidad inmediata. En efecto, si la poesía ha sido, históricamente, el género más popular, aquel que la gente entiende de primera mano y logra captar al vuelo el espíritu de su tiempo, ¿cómo es que la poesía actual no es capaz de comunicar lo esencial, lo urgente o lo colectivo? Se ha discutido mucho —como consecuencia de esta situación— acerca del concepto de poesía social. Se ha defendido lo mismo que atacado a este término. También se ha especulado apasionadamente en torno a lo que podría considerarse una genuina poesía social, en contraste con aquello que sólo resulta mañosa demagogia o plañidera propaganda, que traer a colación aquí este concepto parece, si no una trasnochada polémica, por lo menos una provocación. Pero en realidad el concepto de poesía social es un delicado dilema. Concepto que parte de la idea (o la sospecha) de que la poesía, en algún momento, ha dejado a un lado a la colectividad y busca, por lo mismo, reencontrarse con ella. Al separarse, el poeta y la colectividad rompen el primer pacto de la palabra entre ellos: la palabra es sólo el don del diálogo entre la tribu. La palabra no es de nadie. La palabra es de la tribu. Desde esta premisa, el término poesía social busca reivindicar aquel primer pacto de la palabra entre la tribu. Cuando hablo, por lo menos aquí, de poesía social, estoy hablando de la poesía que reanuda o reconoce este ancestral origen. Para mí, la verdadera poesía es, por tanto, siempre social, pues parte de la necesidad de un origen que es un prójimo, y un pasado y un presente en permanente diálogo con ese prójimo. Balam Rodrigo, ganador del Premio Nacional Bellas Artes de Poesía Aguascalientes 2018, es un muy notable poeta que, precisamente, reconoce y revive ese primer pacto de la palabra entre la tribu. Su Libro centroamericano de los muertos recoge las historias y las voces olvidadas de uno de los episodios más desgarradores e indolentemente prolongados de la historia de nuestro continente: el éxodo de migrantes centroamericanos hacia el Norte. A modo de informe o crónica testimonial, el Libro centroamericano de los muertos entrelaza varios discursos. Partiendo de una obra escrita por el obispo Fray Bartolomé de las Casas en 1552, Brevísima relación de la destruición de las Indias, Balam Rodrigo retoma el tono de epístola fechada en los primeros años de la Conquista para enmarcar y engarzar una serie de episodios que se sitúan en la región del Soconusco, a través de un péndulo de evocaciones que van de la infancia al presente y de la memoria colectiva a la nota periodística. El resulta-
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nial. De tal suerte que las voces presentes y pasadas van edificando una espiral ascendente de historias o, mejor dicho, una historia colectiva que atraviesa las generaciones: Reconstruir los rostros de la infancia, los de aquellos migrantes centroamericanos que vivieron, comieron y soñaron entre los horcones de mi casa. Sus cuerpos y nombres se han vuelto niebla, dibujados con cal en la memoria, como los difusos garabatos que tajo en este libro.
El autor del Libro centroamericano de los muertos es un poeta atento a lo colectivo, un testigo que extrae con inteligente minuciosidad los gestos, los secretos y las historias de la gente. Pero no es sólo la gente la que, con su dura y casi acallada palabra, ha sido citada en esta obra. Balam Rodrigo consigue retratar el dolor de un éxodo, dar voz a lo que ha sido condenado a no tenerla: Alumbro mi camino hacia México con una tea de sangre bajo un cielo enzopilotado que picotea mi lengua y los brillantes ojos de mi cabeza cercenada.
Dice, por ejemplo, en uno de estos poemas una voz como venida del aire canicular del Istmo, una voz delgada y doliente como recogida sin querer por el oído:
do es una obra de ambiciosa complejidad que desafía por su marcha, oscura y poderosa como el tren apodado “La Bestia”, que arrastra a los migrantes …como el rastro de sangre que deja el animal herido desde el depauperado Sur centroamericano. Obra que también parece avanzar sobre por lo menos por los tajos del machete, dos vertebrales rieles: su estremecedora materia así las huellas, los músculos, los muñones regados a narrativa y su casi inagotable vena poética. los lados de las vías del tren En cuanto a su estructura, Libro centroameripor los que pasa la Bestia con su parvada de guadañas. cano de los muertos es bastante original y no pocas veces desafiante. De entrada, como el autor lo Emigrar, a fin de cuentas, es quizá volver a buscar advierte en una pertinente nota preliminar, este la tierra prometida. Volver a buscar un lugar del libro se presenta como un palimpsesto. Es decir, mundo donde todavía el mundo sea un lugar digno un ensamblaje de textos y subtextos, de diversas y mejor para vivir. No es sólo la esperanza, creo, fuentes y comentarios sucesivamente incorporados sino la necesidad, la última certeza de que la vida como a través de distintas evidencias o testimonios no es, no puede ser, una cotidiana afrenta ni una hallados. Documento, por tanto, en permanente limosna humillante. Y si contar, con justicia y pleproceso de trabajo que acumula y hace acopio de nitud, la historia de una sola persona es ya un reto todo material asequible cuyo significado pueda probablemente inagotable, contar las de cientos o aportar algún elemento de trascendencia al objeti- miles de migrantes es sin duda una empresa de envo. Objetivo que, claro está, es reunir la historia y vergadura épica. Balam Rodrigo, escritor y biólogo nacido en 1974, la agonía de la migración centroamericana. Aparecen así, entre sus páginas (citados, reela- en Villa de Comaltitlán, región del Soconusco, hoy borados y, sobre todo, resignificados), lo mismo Chiapas, en la frontera sur de México, se ha abocacrónicas de la Conquista del siglo xvi que anécdotas do a tal empresa, y creo que en muchos sentidos lo personales y recuerdos familiares, lo mismo hechos ha conseguido, pues no es sólo con este extraordinahistóricos que notas recientes tomadas de la prensa; rio y hoy galardonado Libro centroamericano de los de tal suerte que estamos ante un extraordinario muertos que ha dado razón y evidencia de su vasta ejemplo de lo que una obra literaria contemporánea empresa, sino porque este libro, tengo entendido, es es capaz de proponer: heterogeneidad, intertextua- sólo una de tres obras semejantes que constituyen lidad, pluralidad de planos, discursos, fuentes, tes- una vasta trilogía de la cual hemos tenido ya notitimonios, etc. En suma, todos los recursos actuales cia. Baste decir, al respecto, que Marabunta, otro no sólo de la poesía, sino de la literatura en general, extraordinario libro de dicha trilogía, fue igualmense ponen en juego para alcanzar el más importante te distinguido con un importante reconocimiento objetivo de este libro: involucrar al prójimo en una nacional y publicado recientemente. La estrategia de Balam Rodrigo en esta vasta dura realidad de nuestro presente. Una característica dramática del Libro centroa- trilogía poética centroamericana de la emigración mericano de los muertos (dramática no en el sentido es acudir precisamente a la raíz no sólo de la poesía de impactante sino en el más próximo a la etimología lírica (cantar, evocar, invocar), sino a la de la poesía de esta palabra, es decir, el de acción, confrontación épica (contar, describir, nombrar). El resultado es o movimiento), una importante característica dra- que el conjunto de los libros de dicha trilogía son un mática, digo, es que casi la totalidad de las voces y caudal crecido y descomunal, como el río Suchiate los personajes que lo conforman están muertos. Son a mitad del año, de historias y personas, de tránpresencias evocadas desde la memoria o bien vícti- sitos y territorios entre el sueño y la realidad, de mas a las que se les otorga una voz desde la ausencia. episodios presentes y pasados, donde, acaso, habla Es verdad que este recurso literario no es nuevo y la memoria colectiva desde la anónima boca de la que sus primeros ejemplos podrían señalarse ya en Musa, donde, en fin, el tiempo acumulado madura la literatura grecolatina; pero la fuerza y la en definitivo testimonio. • actualidad del Libro centroamericano de los muertos radica en que tal recurso no Texto leído en la presentación del Libro está utilizado aquí como mero artificio u centroamericano de los muertos en la homenaje literario, sino como importante librería Rosario Castellanos del fce en hecho catalizador de una galería fúnebre, la Ciudad de México, el 18 de julio de de una sucesión testimonial de atrocidades 2018. y crímenes. Es por esto que varias de las recreaciones de víctimas de la emigración centroLibro americana a las cuales Balam Rodrigo da centroamericano voz en primera persona están más cerca, de los muertos por decir algo, de la fantasmal Antología balam rogrigo de Spoon River, de Edgar Lee Masters, que de las dramatizaciones con personajes poesía 1ª ed., 2018 históricos practicadas por el romanticismo. Es decir, la voz en primera persona, cuando es otorgada a un migrante anónimo, tiene ante todo una función testimo-
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reseña
De lo macro a lo micro en 29 letras Exigente por su condensación y vuelo imaginativo, la microfábula gana nuevo interés en el mundo de habla hispana. Borges, Arreola, Cortázar, Monterroso y otros resurgen como los clásicos modernos del género. Luisa Valenzuela juega con arranques arbitrarios que culminan en historias coherentes. ezra alcázar
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al vez sea la suspensión del Fue en esta segunda forma que el género alcanzó nzó juicio, eso que Cortázar llamó popularidad. “el exorcismo del cuento”, lo ¿Y a qué viene esto? ¿Para qué hablar del que logra contraer y expandir nacimiento de la fábula cuando en Luisa Valenzuela el mundo a sus anchas en un encontramos dos géneros (microrrelato y fábula) texto de cinco líneas. Llevar mezclados? Porque ambos permanecen en el inel mundo de lo macro a lo mi- consciente y es en él donde encuentran salida, o cro es algo que la imaginación ha hecho desde los mejor dicho, donde se reencuentran. En este libro, inicios de la civilización, ya sea en un libro de más Luisa Valenzuela nos hace recordar grandes pade mil páginas como Guerra y paz de Tolstói, o en siones de una autora que experimentó un seguncuentos como el famoso “Dinosaurio” de Augusto do nacimiento cuando escuchó las risas de Luisa Monterroso. En este ABC de las microfábulas Luisa Mercedes Levinson y Jorge Luis Borges al escribir Valenzuela contrasta los grandes géneros literarios el cuento “La hermana de Eloísa” en los años más con otros que se han buscado un sitio en la alta lite- arduos del peronismo, narración con cierto aire ratura contra quienes los encasillan como géneros de divertimento y un secreto escondido. En esta menores o subgéneros por contraer el mundo en línea están las microfábulas de Valenzuela. En el unas cuantas líneas, pero que al ser leídos expanden prólogo o microprólogo, la autora cuenta a los lecel mundo del lector. tores la historia de cómo se originó su libro. Lo que La microficción ha sido y es un género maravi- me parece más interesante es el reto que significó lloso de retardado reconocimiento. Incluso cuando para ella el adentrarse en el mundo del lenguaje en hoy día en España y América Latina ha encontrado la forma en que lo hace. un nicho de escritores y lectores, el resto del mundo Estas microfábulas están constituidas con una ha cerrado filas, considerándolo un género menor propuesta más que interesante, divertida y audaz: o un subgénero del cuento, que ya en sí les parecía “usar sólo palabras que empezaran con la letra comenor. Algo así ha sucedido con otro de los géneros rrespondiente, salvo artículos y preposiciones”, un que se conjuntan en este libro de Luisa Valenzuela, reto para quien se adentra a explorar el lenguaje. la fábula. Este ABC de las microfábulas se aden- Pues es verdad que a través de las palabras cada tra en dos géneros que exigen varios exorcismos uno proyecta su percepción del mundo, y es el len(Cortázar otra vez), además del análisis posterior a guaje lo que da orden y sentido a lo que vemos a su lectura o escritura. En una carta de los años se- diario, creando así la comprensión propia. Nuestra tenta, Cortázar escribe a Juan José Arreola que el cosmología se ve limitada o expandida por la dimenmicrorrelato debería ser un género más estudiado sión del vocabulario personal. “Tejemos un punto por las academias, y que deberían ser los escrito- tras otro al ir anotando palabras, y como Penélope res los que se adentren a poner al microrrelato o podemos amar una larga bufanda [que] destejiste, cuento corto en el nivel más alto de la literatura. con intención espuria, o emprender la confección Pero aun cuando ha subido en el escalafón de la de alguna prenda más compleja”, dice la autora. Y academia hispanohablante —como el cuento—, el es que a veces es más aterrador poner en tono de género sigue siendo considerado menor que otros ficción la realidad, que en tono de realidad una mentira. En las fábulas de este libro vemos al orbe conmás canónicos. De la misma forma, el género literario de la densado en unas líneas, y la autora —mortal, a fin fábula ha tenido una extensa y fecunda de cuentas— encara tanto a la literatura tradición desde sus inicios —en la épocomo a la vida para intentar aproximarse ca griega—. Esos breves relatos de aire al corazón de lo inefable, el inalcanzable alegórico donde los animales parlantes núcleo de lo simbólico. son los protagonistas, fueron inventados Cuenta Valenzuela que en la duermevepor Esopo; aunque existen algunas fábulas la buscaba las palabras de idéntica letra, previas, fue con él que se presentaron esbasándolas en los nombres de animales critas después de muchos años y lograron para así ir formando cada una de estas convertirse en un género propio. microfábulas. Y habría que explorar los Es interesante descubrir que en Mesosueños como sabuesos del secreto que ABC de las potamia o Egipto dichos relatos breves tanto gusta a Valenzuela, husmeadores microfábulas con impulso fabulador no hayan tenido de lo que se escapa como el agua entre las luisa valenzuela, nombre o clasificación. Los antiguos griemanos y sin embargo está allí, tan al alilustrado por locance. “Escribir ficción es una búsqueda gos los conocieron como logos, mythos renzo amengual (“relato” o “ficción”) o aînos (“ejemplo”). de tácitos secretos que nos irán acercanresonancias El nombre fábula viene del latín: relatos do al calor del invaluable e inalcanzable breves que retaban a la memoria y prosecreto”, dice la escritora en otro libro 1ª ed., 2018 veían citas en el momento justo, los cuales donde intenta explicarse a sí misma como podían presentarse en prosa y en verso. autora.
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Y es que tal vez fueron esas mismas razones, las de Valenzuela como autora, las que llevaron a la fábula a ser tan popular, en su ingenioso entramado literario como en su moraleja siempre implícita o silenciosa, sobre todo en las fábulas en verso, repetidas y memorizadas, una y mil veces cantadas hasta descubrir el universo mismo que ahí permanecía comprimido. La fábula, con el paso de los años, se fue modernizando y atrayendo nuevos autores: Iriarte y Samaniego, Gellert y Lessing, Krylov en una época, y Tolstói o Bierce en otra. Lo interesante es cómo, a partir de modelos y esquemas antiguos, surge una parodia de viejos motivos, pero con personajes variopintos. La pregunta es ¿cómo después de tan grandes exponentes que supieron revitalizarla, la fábula terminó convirtiéndose en pieza de museo? Su didactismo ético —que tanto practicó Tolstói en sus propias fábulas—, sus bestias y su humor, aumentaron su difusión popular y la convirtieron en lecturas simplificadas para la enseñanza infantil, perdiendo así interés literario para los lectores y los estudiosos. Erwin Leibfried, estudioso de la tradición de las fábulas, escribió acerca de esa decadencia y casi asesinato del género: El pasado reciente es pobre en la nueva literatura fabulística. Las fábulas llevan ahora una existencia de museo: propiamente no se escriben ya nuevas fábulas; las antiguas son aún reeditadas y leídas, pero fundamentalmente por niños. La fábula ha cumplido y agotado su papel; su típica función como transmisora de una enseñanza moral o de sabiduría para la vida está caducada. En el mercado literario aparece en cambio literatura de animales con las más variadas formas; ésta representa en cierto modo un sustituto de la antigua fábula, al menos en lo que respecta a su notable función psicológica: satisface el deseo del público lector de un género literario en el que los animales juegan un papel significativo.1 El tiempo de las fábulas como las conocíamos ya pasó, adiós a las fábulas de los siglos xix y xx, adiós a las fábulas esópicas o mesopotámicas, hablando desde la escritura, no desde la lectura, obviamente. Lo que aquí emprende Luisa Valenzuela es la aventura de recuperar un género, de tomarlo dentro de otro que conoce tan bien, el microrrelato, y explorarlo a través de la aventura del lenguaje, un ejercicio que desafía al autor y sobre todo al lector. Quien tenga más páginas leídas, más entradas en su diccionario personal y en su capacidad de hilar microuniversos, será quien gane la expansión que provocan la microficción y los universos contraídos de las fábulas. •
1 E. Leibfried, Fabel, Stuttgart, edición a cargo de J. B. Metzlersche, 1967, p. 87.
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reseña
Un viaje cósmico a Puerto Ficción Jorge Luis Borges dijo que los niños son crueles porque son incapaces de imaginarse a los otros. Este libro lleva a la reseñista a preguntarse lo opuesto: “¿Son los niños los que tienen mayor capacidad de hacer propio lo extraño?” Próxima publicación. maría fernanda garcía
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a decisión de incursionar en la escritura de la literatura infantil supone un desdoblamiento de la personalidad. Un adulto, como parte de un ejercicio creativo o laboral, toma la decisión de adquirir una perspectiva de la realidad que le es ajena. Si bien cualquier ejercicio de ficción pretende lo anterior, escribir para niños lleva esto al extremo. El autor dejó de ser niño muchos años atrás y desde una realidad adulta pretende dirigirse a un ser nacido después de internet. El otro: un extraño Así, el autor se aleja de sí mismo, a la vez que se acerca a su yo del pasado, a un niño que recuerda haber sido para construir a un lector en el presente. Además de los factores técnicos y estilísticos de la obra, el autor de literatura infantil comienza a ejercitar la empatía con ese otro que le resulta cercano y distante a la vez. Saber qué es un niño, por experiencia propia, es ya un avance pero ¿de qué niños hablamos en el 2018? De los que nacieron después del 11 de septiembre, cuyo nacimiento y crecimiento está documentado en las redes sociales y en archivos fotográficos que pocas veces estarán en portarretratos. Infancias que cada vez se perciben como más distantes a las de los autores contemporáneos. Un viaje cósmico a Puerto Ficción es la primera novela de Juan Pablo Villalobos dirigida al público infantil. Una novela corta en tres partes, narrada en primera persona, desde la voz de una joven de 23 años, 10 años después de los sucesos relatados. Un ejercicio nostálgico que recrea un relato de aventuras y
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alude a un lugar remoto y distante, prenden la misión de salvar al bicho donde todo parecía posible. Una de las garras de Los Secretos. Ahí mirada al mundo infantil desde empieza una aventura que los lleva el recuerdo, desde la concepción a conocer a Willy, esa mantarraya adulta de un pasado, pero no desde extraterrestre con un aire exótico, un ojo idealizado, romántico o poseedora de poderes mágicos pero ingenuo. El universo que construye que también está llena de preguntas Villalobos no es un lugar amable, no sobre el mundo humano. A partir es un sitio colorido ni dulce. A pesar de este encuentro comienza una de esto, el autor declara que no se relación entre los personajes que, puede confiar en la memoria porque con el paso de las horas y los días, se “va disfrazada y perfumada y nos convierte en un vínculo poderoso y engaña, nos hace recordar mal las trascendente que los marcará de por cosas” (la nostalgia, el anhelo, quevida. Una relación que construye un rer significar). relato entrañable y que evoca otras Los protagonistas del relato son historias donde lo extraño convive unos niños en una situación margicon el mundo infantil. nal, tres que vagan por Puerto FicEsta inequívoca relación ha sido ción en busca de algunas monedas planteada y explorada en distintos para comprar un taco, que cada día relatos, tanto clásicos como conadivinan dónde pasarán la noche. temporáneos. Un vínculo entrañable Su vida transcurre en la normalidad que evoca uniones como la que exisde una situación desafortunada, te entre Elliot y E.T., Billy y Gizmo no es un relato construido a partir o Mike y Eleven. ¿Son los niños los del lamento o el anhelo de una vida que tienen una mayor capacidad de mejor. Los triunfos se dan en el día asimilar el cambio, de hacer proa día. Todo cambia cuando Nellie, pio lo extraño? Quizá sean ellos quien se cree líder del grupo, roba los seres más empáticos, tal vez la un celular. Un evento que visita del adulto al mundo parece cotidiano abre la infantil plantea ese mismo posibilidad de una aventuacercamiento, terrorífico ra. El teléfono, mediante pero deseable, al mundo fotografías y algunos mendesconocido. sajes, revela información La otra voz clasificada que poco a poco Juan Pablo Villalobos nava descubriendo una suerte ció en Guadalajara en 1973, de conspiración: el plan de durante su vida adulta ha un grupo, Los Secretos, de Un viaje cósmico explorado temas tan exótisecuestrar a una mantaa Puerto Ficción cos como la ergonomía de rraya extraterrestre para juan pablo los excusados, los efectos venderla o sabe dios qué villalobos, secundarios de medicatanto quieran hacer con ilustrado por mentos contra la disfunella. El grupo compuesmariana villanueva ción eréctil y la literatura to por los tres niños, un a la orilla del latinoamericana del siglo adulto, un perro que habla, viento xx. Su obra literaria se ha una paloma mensajera y un 1ª ed., 2018 caracterizado por un estilo cangrejo informante, em-
mariana villanueva
humorístico e irreverente y por la creación de personajes cómicos con una complejidad dramática profunda. Toda su obra es trascendente en el panorama literario actual, pero Fiesta en la madriguera (2010) es reveladora en muchos aspectos. Esta novela corta fue publicada originalmente en español e incluida en la colección Narrativas Hispánicas de la editorial Anagrama (para el público adulto). Sin embargo, quizá sin pretenderlo o sin saberlo, en esta obra Villalobos ya coquetea con las audiencias infantiles-juveniles. A través de Tochtli, un niño narrador, se relata una situación de violencia nacional filtrada y asimilada desde la perspectiva de un menor. La visión de este personaje configura un relato impecable donde problemas mayores como la inseguridad o el narcotráfico se minimizan cuando se enfrentan a asuntos más inmediatos como una afición por los sombreros o el deseo de tener un hipopótamo como mascota. Una lógica que refleja el pensamiento infantil a la perfección, donde las peores tragedias son las cosas más simples. Quizá Fiesta en la madriguera es un relato infanto-juvenil que no sabe que lo es o que podría serlo. Ocho años después, Villalobos publica su primera novela abiertamente escrita para niños y jóvenes. La sorpresa es grata pero también desconcertante. En las páginas de Un viaje cósmico a Puerto Ficción, sorprende descubrir a un autor que ha dejado de lado el estilo humorístico e irreverente que lo caracteriza para inaugurar un estilo distinto dentro de su obra. Abre paso a nuevas formas de aproximarse a la realidad, desde un relato de aventuras anclado en la nostalgia. Me atrevo a creer que en esta etapa de su obra habla el Juan Pablo padre. Un autor que escribe pensando en los niños que tiene más cerca, sus hijos Ana Sofía y Mateo, a quienes dedica la publicación. Quizá quiera compartir con ellos un relato que sucede entre tacos de suadero con cilantro y cebolla. En un lugar lejano a la Barcelona donde residen, un sitio al que llama Puerto Ficción, donde el mar siempre está presente pero también ahí donde es posible que cualquier cosa suceda. Uno de esos lugares que construyen las experiencias que prefiguran el tipo de adultos que seremos. En el puerto de la ficción, él ya no tiene que dar explicaciones o pedirle a nadie que le crea. Valentina, la novia del Juan Pablo Villalobos en la novela No voy a pedirle a nadie que me crea (2016), acusa al homónimo del autor diciendo “[...] ese estilo es su único estilo, es la única manera en la que escribe Juan Pablo, le sale natural.” Valentina, te tengo una noticia, Juan Pablo cambió. No lo reconocerías. •
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introducción
Un poco más de azul Menos conocido por su obra que por su fama de haber sido cofrade principal de Fernando Pessoa, Mário de Sá-Carneiro es fundamental en la apertura modernista de las letras portuguesas. Presentamos la introducción a esta antología. ricardo vasconcelos
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uere joven Antes de hablar especificamente el que los de la obra literaria de Mário de Sádioses Carneiro, de la que esta antología aman”: es presenta una selección significacon esta tiva, se justifica hacer un esbozo frase que biográfico del escritor, consideranel escritor do el deseo de divulgarlo a nuevos portugu Fernando Pessoa portugués públicos. Nacido el 19 de mayo de (1888-1 (1888-1935) abre una célebre nota 1890, en Lisboa, Mário de Sá-Carbiográf biográfica dedicada a Mário de neiro se instala en París a partir de Sá-Carn Sá-Carneiro, quien fue su mejor 1912 y regresa a Portugal dos veces, amigo y y, sin duda, su compañero con breves estadías en ciudades cer más cercano en el mundo literario como San Sebastián y Barcelona. del prim primer modernismo portugués, En la capital francesa se suicida el surgido en 1915. Esta afirmación, 26 de abril de 1916, antes de cumcon que el autor de los heterónimos plir 26 años. Los trazos generales pretend hacer eco de una “sabipretendió de su vida ya se conocen bien: nació a duría antigua” —en efecto, es una en una familia acaudalada, cuyo afirmac afirmación de Menandro, lado paterno venía de repetid por Plauto—, repetida una tradición militar y de apun le apuntaba no tanto a servicio público, desde su denunc un egoísmo denunciar bisabuelo, que fue Par del hipotét hipotético en el amor de Reino, hasta su padre, un dios sino a sugerir los dioses, capitán que participó en el que los dioses enaltecen a desarrollo de la industria aquello humanos que poaquellos ferroviaria de Mozamseen un genio particular, bique, en ese entonces elevánd elevándolos a la posición colonia portuguesa. Mário Un poco más pare divinos. Así, y de pares de Sá-Carneiro quedó de azul raz con razón, Fernando Peshuérfano de madre muy Antología literaria soa rec recordaba la muerte chico —a los dos años—, mario precoz de Sá-Carneiro a la y su educación se llevó a de sá-carneiro vez que señalaba la geniacabo entre el centro de tierra firme lidad en la obra de su amiLisboa y la casa de campo únic tanto en Portugal go, única de su familia paterna en 1ª ed., 2018 como ta también más allá de Camarate, a las afueras de fce Chile sus fronteras. la capital portuguesa. fron
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Hoy sabemos que, desde niño, Sá-Carneiro anheló una carrera literaria, pues dejó varios cuadernos de escritos que contienen dramas breves, narrativa y lírica. Como estudiante de colegio, el futuro escritor mostró un fuerte interés por las lides literarias y participó en varias veladas teatrales y presentaciones públicas, a la vez que se dedicó a traducir poesía del francés y el alemán (Goethe, Schiller y Victor Hugo, entre otros), además de escribir sus propios versos. Entre sus amigos de la época era conocido por su personalidad carismática y comunicativa, así como por su contagioso entusiasmo por las letras. Como era de esperarse de un joven de la alta burguesía portuguesa a comienzos del siglo xx, tras concluir sus estudios secundarios, Sá-Carneiro entró a la Universidad de Coimbra, la Lusa-Atenas, a la que luego sintomáticamente apodó “Luso-Fastidio”. Tal era su menosprecio por el medio académico, intelectual y social de Coimbra que con su padre pactó completar sus estudios universitarios siempre y cuando fuera en La Sorbona, en París. En efecto, el joven escritor ya había visitado esta ciudad de niño, pues su padre lo había llevado en diferentes viajes, uno como parte de un periplo por varios países europeos. Por otro lado, Mário era seguidor ávido del medio literario parisiense más establecido, y recibía y leía revistas y periódicos como Comoedia y Mercure. Por consiguiente, el deseo de viajar a esa ciudad era natural y radicaba sobretodo en el anhelo de tener una carrera de escritor, más que en un interés real por la universidad, a la que no asistió salvo en las primeras semanas. Así, partió a la capital francesa, y entre los amigos que se despidieron de él cuando embarcó en el Sud-Express, el 13 de octubre de 1912, estaba ya Fernando Pessoa, en ese entonces una amistad reciente. Si Mário de Sá-Carneiro, en realidad, no se dedicó mínimamente a los estudios en la Ciudad Luz, los cuatro años siguientes se convirtieron en una verdadera educación por el fuego. Es en París donde sufre los cambios más radicales y bruscos en su vida, y donde su escritura evoluciona hasta convertirse en una obra madura, sólida y siempre excesiva, incluso cuando se manifiesta todavía en bruto. Estos cuatro años, turbulentos en lo personal, coinciden con fuertes periodos de agitación en Portugal, con múltiples gobiernos, unos democráticos y otros más autoritarios. Es también un periodo de gran turbulencia por toda Europa, especialmente con la eclosión de la primera Guerra Mundial, en la que Portugal terminó participando, y cuyos ecos en París impresionaron a Sá-Carneiro. De hecho, también la melancolía y, a lo mejor, el temperamento suicida de Sá-Carneiro cobran mayor definición en París. Por otro lado, la situación económica del escritor decae estrepitosamente: el joven dandi y bon-vivant que frecuentaba los mejores teatros parisienses en los primeros meses de su estadía se fue transformando en un escritor empobrecido, agobiado por las remesas de dinero de Lisboa y Mozambique, cada vez menos frecuentes también por culpa del contexto bélico. La desesperación es tal que, a pocas semanas de suicidarse, Sá-Carneiro le confiesa a Fernando Pessoa lo que habría sido un golpe particularmente fuerte contra su dignidad
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personal, que le resulta grotesco: “ya no es blague si se dice que viví a costa de una mujer…”. Esta figura femenina, que Mário insinúa que se prostituye, ocupa un papel central en las últimas semanas de vida del escritor, quien sugiere, en esa misma correspondencia con Pessoa, haber consumado con ella una relación íntima por primera vez. Son estos los principales elementos biográficos de Mário de Sá-Carneiro que entraron en el imaginario de sus lectores y de muchos que quizá ni lo hayan alcanzado a leer. No obstante, independientemente de todas las peripecias personales, cabe decir que Mário de Sá-Carneiro nunca fue sino un puro escritor, que se dedicó con un compromiso absoluto a su obra, la cual se puede considerar prolífica, si consideramos el breve lapso en que fue escrita. De hecho, en un periodo de pocos años, entre 1912 y 1916, Sá-Carneiro escribió o publicó las obras de teatro Amistad (escrita entre diciembre de 1909 y abril de 1910, pero publicada en 1912), con Tomás Cabreira Júnior, y Alma (1913), con António Ponce de Leão; sus tres libros de ficción, Principio (colección de novela corta, 1912), Cielo en llamas (colección de novela corta, 1915), y La confesión de Lúcio (novela, con fecha de 1914 pero impresa ya en 1913); así como dos libros de poesía, Dispersión (con fecha de 1914 pero impreso ya en 1913) e Indicios de oro (publicado póstumamente). Mário de Sá-Carneiro también fue director de la revista modernista Orpheu (1915) —financiada por su padre— junto con Fernando Pessoa, escritor a quien envió sus manuscritos inéditos y a quien designó su albacea literario. En medio del gran escándalo nacional que causó Orpheu, revista acusada de sólo publicar textos de “locos” o “paranoicos”, Mário de Sá-Carneiro fue visto como uno de los colaboradores más desequilibrados, al nivel de Pessoa y de su heterónimo Álvaro de Campos o, para algunos críticos, incluso aún más, pues Sá-Carneiro ya había publicado diferentes libros y era relativamente más conocido en el medio cultural de Lisboa. La obra de Mário de Sá-Carneiro también fue publicada en otras revistas de la época, desde aquellas con un público ampliamente burgués, como A Ilustração Portuguesa, hasta otras directamente involucradas en el movimiento artístico más iconoclasta, como Portugal Futurista (de 1917, ya por intercesión de Fernando Pessoa), cuyo único número fue confiscado por la policía. Si el siglo xx se convirtió en el siglo de Pessoa en la literatura portuguesa, fue en ese periodo que Mário de Sá-Carneiro se instauró tal vez como el más consensual de los poetas modernistas. De hecho, congregó la admiración de diferentes generaciones de escritores y grupos literarios absolutamente antagónicos, desde los neorrealistas hasta los surrealistas, y no tanto por la imagen de poeta maldito, sino por la originalidad de su lenguaje. A lo largo de su carrera literaria —inevitablemente corta y en gran medida desarrollada en la capital francesa, en el auge del movimiento vanguardista o en diálogo con ese universo, incluso cuando escribe desde Lisboa—, Sá-Carneiro creó una amplia colección de obras literarias en varios géneros y radicalmente innovadora dentro del contexto de la literatura portuguesa de la época. Desde el punto de vista
estético, su obra, junto con la de Fernando Pessoa, ocupa un lugar central en el modernismo portugués, es decir, en el universo literario que evolucionó con rapidez, a partir de una primera influencia postsimbolista a comienzos del siglo xx hasta adoptar características del discurso de las vanguardias. En cuanto al carácter multifacético de su escritura, cabe decir que Sá-Carneiro integra el núcleo relativamente reducido de autores destacados por haber cultivado varios géneros, al punto que sus lectores se dividen de acuerdo a aquel en que lo consideran más sobresaliente. De hecho, mientras muchos ven en la heterodoxia de su universo ficcional —ya sea novela o cuento— su mayor originalidad, otros la encuentran reflejada en las imágenes radicales y en el coraje visceral de su poesía. Otros lectores también se sienten particularmente atraídos por la profundidad, la franqueza y la riqueza discursiva de su epistolografía, principalmente las cartas escritas a Fernando Pessoa (más de doscientas misivas y postales enviadas entre 1912 y 1916). A fin de cuentas, esas características son distinciones que están presentes en toda su escritura. En cualquiera de los géneros, de hecho, el lector encuentra la misma riqueza lingüística, un lenguaje profundamente sorprendente, lleno de metáforas originales, y un sentido del humor verbal que aligera todos los contextos y temas tratados, por más dramáticos que sean. Entre los temas de la obra de Sá-Carneiro, la voz poética y los personajes de ficción con frecuencia presentan a un sujeto proveniente de un entorno semiperiférico —Portugal y el espacio cultural de lengua portuguesa— que experimenta la vivencia de una metrópoli central, europea y capitalista: París o alguna otra ciudad del “norte”. Esta experiencia naturalmente refleja asimetrías que aún hoy subsisten, relacionadas con el debate acerca de las relaciones norte / sur, la relevancia de las naciones en entredicho y el capital cultural asociado a cada una. La obra de Sá-Carneiro también presenta una fractura identitaria típicamente moderna, entre un yo idealmente integrado a la vida burguesa y la experiencia —moderna y contrastante— de una pérdida y una disolución contundentes, cuyo tono es más melancólico. Por otro lado, la ficción de Sá-Carneiro también propone un análisis innovador sobre la performance de género. Ya desde 1912, en una carta a Fernando Pessoa en que le explica el proyecto de su cuento “El hombre de los sueños”, Sá-Carneiro se cuestiona acerca de lo que considera una limitación: la existencia de tan sólo dos sexos. Además, problematiza esta misma definición de identidad sexual en su novela La confesión de Lúcio de un modo sumamente innovador para la época, como el lector podrá verificar adelante. Otro de los temas centrales en su ficción es el proceso de formación de jóvenes artistas y escritores en el contexto de las vanguardias, tema que se destaca sobre todo en la ficción pero que está igualmente presente en la dramatización identitaria de su lírica. Como bien lo demuestran los cuentos seleccionados para Un poco más de azul —“La extraña muerte del Prof. Antena” y “Misterio”—, la ficción carneiriana también entraña un interés por los casos extraordinarios, los misterios, que fácilmente
podrían ser historias policiacas en línea con modelos que Sá-Carneiro sin duda leyó. No obstante, le interesaba menos la resolución más o menos banal de un crimen que la dimensión filosófica del misterio, lo insólito propiamente dicho, a veces incluso lo macabro que puede caracterizar al ser humano, o la paradoja que sorprende lo cotidiano pero que forma parte suya. De cierta manera, cuando en “La extraña muerte del Prof. Antena” el narrador nos dice que para explicar el caso “la hipótesis sherlockholmesca fue descartada”, da el tono correcto para entrar en los misterios de la narrativa carneiriana, menos marcada por Conan-Doyle que por Allan Poe. A Sá-Carneiro le interesa sobre todo el misterio en cuanto símbolo de lo insólito en la vida humana, más que su resolución. Pues en nuestra vida, como en la biblioteca del fallecido Prof. Antena, “Para desgracia nuestra, falta un volumen [...]: el más grande, el más fantástico”, razón por la cual no hemos “descubierto el misterio”. Inevitablemente, la frase de Pessoa que abre este texto hace eco de la angustia y de la frustración —personales y pessoanas— a raíz del trágico desenlace de una vida dedicada exclusivamente a las letras, como fue la de Sá-Carneiro. Y, de hecho, su fin marcó decisivamente las lecturas de la obra carneiriana. De cierta forma, fue tal el deseo de cicatrizar la herida que dejó la muerte del autor, que la obra de Sá-Carneiro con frecuencia fue leída como testimonio de una vida que, según esta perspectiva restrictiva, se había preparado únicamente para el suicidio. Cabe recordar que, por un lado, la identidad literaria que habla en los poemas o por medio de la voz de personajes o narradores y, por otro, la identidad personal del escritor siempre son categorías que por su dimensión ontológica no se pueden sobreponer. No obstante, es necesario aclarar que el tratamiento de varios de los temas de la literatura de Sá-Carneiro —la muerte violenta, la disolución identitaria, la alienación en la sociedad moderna—, así como la violencia real de su muerte —las repetidas referencias al suicidio en las cartas a Pessoa y, al final, la ingesta de cinco frascos de estricnina lo demuestran— son factores que han llevado a que se mezclen las máscaras y el papel que la literatura y la vida asumieron en el caso de Sá-Carneiro. A lo largo del siglo xx y hasta la actualidad, la consecuencia principal de esta superposición entre la literatura de Sá-Carneiro y su vida y muerte fue la estrechez en la lectura de sus textos, con un enfoque particular en la melancolía de varios personajes o de la voz lírica, más que en la riqueza poética sobre la cual se erigió su literatura. Pero la verdad es que el suicidio de SáCarneiro no dicta los sentidos de su escritura, pues las relaciones entre biografía y literatura son mucho más complejas que cualquier falsa transparencia puede hacer creer. Y, en últimas, una obra literaria no debe ser leída como el eterno epitafio de su autor. Independientemente de que la inminencia de la muerte haya sido una fiel compañera de Mário de Sá-Carneiro, su obra literaria y sus cartas siempre presentan una juventud y una riqueza de sentidos de enorme vitalidad, que aún hoy en día nos atrapan. Es en ellas que la obra presentada propone que el lector enfoque su atención. •
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FOND O DE CULT UR A ECO NÓ M ICA NOV I E M B R E D E 2 018
Iglesia y religión La Nueva España
La Reforma pablo mijangos y gonzález
clara garcía ayluardo y antonio rubial garcía
Este libro reúne los escritos más significativos sobre la Iglesia, la historia eclesiástica y la religión en la Nueva España y proporciona una visión panorámica de los estudios y las ediciones críticas de la vasta producción historiográfica y el acervo documental sobre el tema. El lector encontrará desde crónicas de la Conquista hasta cartas fundacionales de las órdenes religiosas, las misiones, la Inquisición, las órdenes femeninas y el guadalupanismo. En suma, el libro sintetiza un tema vasto e importante para comprender mejor nuestra historia y quiénes somos en la actualidad. historia, serie herramientas para la historia 1ª ed., 2018
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Perdido voy en busca de mí mismo Poemas y acuarelas
Una botella al mar 1970-1971: 19 entrevistas josé luis merino
Exhaustiva revisión de las diversas fuentes bibliográficas y documentales de la Reforma, periodo fundamental de la historia de México que aceleró la transformación de la sociedad colonial en una nación soberana, secular y moderna en el siglo xix. El autor destaca la importancia de examinar las distintas narraciones sobre el periodo y alienta el emprendimiento de nuevos estudios para lograr una comprensión más amplia. El libro fue pensado para los lectores que se acercan por primera vez al tema y necesitan trazar una ruta dentro de este campo tan complejo. La obra está organizada en dos grandes partes. La primera es un estudio introductorio de las reformas publicadas o implementadas desde el siglo xix hasta la actualidad; la segunda es un listado de fuentes primarias impresas y publicaciones académicas que sirve como un mapa bibliográfico de lo que se debe leer antes de emprender un camino de investigación propio sobre el tema. historia, serie herramientas para la historia 1ª ed., 2018
juan josé arreola
La composición de versos y la pintura fueron para Juan José Arreola actividades intermitentes u ocasionales, pero el lector curioso hallará en este libro sonetos y décimas de notable factura y acuarelas en las que casi siempre campea el espíritu lúdico pero profundo del autor. Durante su estadía en Zapotlán, Jalisco, Arreola retomó el dibujo y la pintura sin propósito profesional, sino como refugio para atemperar su angustia, expresar sus fantasías y liberar demonios. A semejanza de su concepción intertextual de la lite literatura, sus acuarelas están in intervenidas por la cita de cuadros de épocas diversas y por la escritur escritura como elemento pictórico. En Perd Perdido voy en busca de mí mismo. Poemas y acuarelas, el autor presenta pr sus versos de manera confesio confesional y logra constituir un ars poetica poetica. El libro se complementa con once onc acuarelas, entre ellas las célebres Unicornio, Desnuda y Yo Arreola Arreola. poesía 1ª ed., 2018
Es difícil imaginar cómo sería una conversación con Juan Rulfo, Carlos Fuentes, José Emilio Pacheco o algún otro artista que viviera en 1970. Más difícil aún soñar con una plática que develara la compleja personalidad de cada uno de ellos. El escritor español José Luis Merino llegó a México como encargado de una muestra de pintura y escultura contemporáneas en el Palacio de Bellas Artes. Durante su estancia visitó Guadalajara, donde decidió comenzar una serie de entrevistas a protagonistas de la cultura mexicana. Las conversaciones integran un lúcido testimonio de los años setenta, con personajes de las generaciones consolidadas de escritores, artistas visuales y músicos —como Carlos Pellicer, que tenía unos 73 años—, y de las que apenas se abrían brecha —como José Agustín, que andaba por los 26—. Una botella al mar reúne 19 entrevistas ágiles y atrayentes, llenas de inteligencia y a veces de erudición; en conjunto, hacen una radiografía a profundidad de un momento particularmente fascinante y sensible de nuestro proceso cultural. Al pasar el tiempo, de una a otra orilla del Atlántico, arriban los retratos que José Luis Merino preservó y arrojó al mar. vida y pensamiento de méxico 1ª ed., 2018
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La reforma educativa Avances y desafíos gilberto guevara niebla y eduardo backhoff escudero (coords.)
Esta obra reúne los materiales de las siete sesiones del seminario “La reforma educativa: avances y desafíos”, organizado por el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (inee) entre septiembre y noviembre de 2017. El punto de partida es un análisis de los resultados de la reforma educativa mexicana a partir de su implementación en 2013. Frente a las diversas crisis del ámbito educativo del país, es bienvenido el análisis riguroso y crítico de especialistas y académicos, quienes identifican los obstáculos y desafíos que se advierten a futuro y los mejores medios para enfrentarlos. Este ejercicio también permite repensar la evaluación y formación docentes, la atención a poblaciones desfavorecidas y el papel del propio inee. educación y pedagogía 1ª ed., 2018
Manual de sociología del derecho Dieciséis lecciones introductorias héctor fix-fierro, mauricio padrón innamorato, andrea pozas loyo, carlos silva forné y alberto abad suárez ávila
Manual didáctico que introduce al estudio de la relación intrínseca entre el derecho y las dinámicas sociales desde la sociología jurídica. Escrito por un grupo interdisciplinario de especialistas que invitan a reflexionar sobre la parte más social del derecho, desde sus fundamentos teóricos, los fenómenos y los conceptos sociológicos que son materia de la disciplina y las metodologías de investigación. La primera parte expone los fundamentos de la sociología del derecho y sus teóricos más representativos; en la segunda se analizan los actores sociales que intervienen en el derecho; en la tercera se estudian algunos fenómenos y conceptos que influyen en las legislaciones, como el multiculturalismo y las cuestiones de género, y en la cuarta se explican las metodologías que dan a la sociología jurídica su carácter científico. política y derecho, serie textos para el derecho 1ª ed., 2018
El Ojo de Vidrio
Los fantasmas de Fernando
antonio ortuño
jaime alfonso sandoval, ilustrado por roger ycaza
Ha pasado medio año desde la última vez que Luis se encontró con Sofía, pero el azar vuelve a ponérsela enfrente, justo ahí en Los Ángeles, donde había ido a pasar sus vacaciones de verano para olvidarse de las amarguras que Sofía le provocó desde que se conocieron. Después de todas esas desventuras, Luis sabe que seguirla es suicida, pero el imán de ella lo atrae de nuevo y pronto se ve envuelto en persecuciones, crímenes, desapariciones y, lo peor, en la búsqueda más demente posible; la de la madre del Ojo de Vidrio, el tipo que había jurado matarlos hacía años. Lo único refrescante a mitad de aquel desastroso viaje son las visitas al hotel Floral, donde por primera vez Sofía es capaz de dejar que el tiempo pase y disfrutarlo, y las fiestas interminables a las que el primo Teo los introduce, llenas de cerveza, hierba y pankrockers que bailan lanzándose unos contra otros, creando remolinos tan violentos como los que Luis vive a sus diecinueve años. Con esta segunda entrega, Ortuño concluye la exitosa novela El rastro, con la que incursionó en la literatura juvenil. Y como lo ha demostrado en otras de sus obras, su prosa fluye ágil, segura y cargada del humor negro con el que encara cualquier tema. a través del espejo 1ª ed., 2018
Fernando está convencido de que tiene la peor suerte del mundo: murió su perro, se quedó sin escuela, lo dejó su novia y se fracturó una mano. En este trance está por heredar un hotel abandonado propiedad de la familia de su padre, a quien no ha visto en años y se encuentra muy enfermo en el hospital. Como no tiene nada que perder, Fernando decide acompañar a su tía Queta y a su primastra Catalina a Costaverde, el pueblo donde creció su padre, para cobrar la herencia. Está convencido de que con el dinero que obtenga al vender la propiedad solucionará todos sus problemas, e incluso recuperará a su ex novia Bere, aunque pronto se dará cuenta de que las cosas no son tan sencillas. En medio de aquel viaje lleno de secretos, recuerdos e historias de fantasmas, el protagonista desarrollará una amistad que lo cambiará profundamente. Pero nada es lo que parece. Con Los fantasmas de Fernando, Jaime Alfonso Sandoval se incorpora al catálogo de obras para niños y jóvenes del fce. Sin duda, es uno de los narradores más importantes de literatura infantil y juvenil de México, que conoce a fondo su oficio. “Ésta es la historia más triste que he escrito”, afirma Sandoval, pero también está presente el humor y el ritmo ágil que caracteriza a su prosa, con juegos de perspectivas y personajes muy cercanos y entrañables. Las ilustraciones de Roger Ycaza, trabajadas en tinta y acrílico, entablan un diálogo muy emotivo con la historia y están llenas de simbolismos que representan los sentimientos del protagonista. a la orilla del viento 1ª ed., 2018
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el fondo en la fil u na guadalajara s por otra s
Unas por otras
El habla rural de la región huasteca de México a todo lo que da en esta historia de amor furtivo y empedernido en los lindes con la devoción religiosa.
Edson Lechuga
o pensaba que esas pendejadas de Dios eran eso mismamente: puras pendejadas. Pero desde que se me comenzó a pudrir la pierna tuve que agarrarme a veinte uñas al manto sagrado de la Virgen de la Buenaventura; y de no haber sido por eso, de seguro ya tendría podrido el cuerpo entero. Suerte que ella con sus ojitos retechulos me cuidó tarde a tarde la pierna que poco a poco se me fue poniendo renegrida. Si hasta parece que me sobaba quedito con sus manitas santas. Y todo por el pendejo del Clodomiro Vargas que me pegó un tiro en la pata derecha. Él dice que porque estaba robándome sus vacas, pero yo para qué iba a querer sus pinches vacas si están reflacas las méndigas. Además, yo tengo mi Cliopatra; esa sí que está rechula la canija. Todos los días nos da un chingo de litros de leche blanca y fresquita fresquita. El nombre se lo puso mi hija la menor. Ella, como sí fue a la escuela, pues le puso ese nombre, quesque porque fue una mujer de quién sabe dónde chingados que se bañaba con leche. A mí me cuadró el nombre, suena rebonito: Cliopatra. Luego en las tardes me la paso divisándola cómo menea la cola para espantarse las moscas, y le digo: “Cliopatra, Cliopatra”. La verdad, no creo que me entienda ni una chingada, porque la ingrata ni siquiera me mira de reojo. Nomás sigue meneando la cola de un lado pa’l otro. El Clodomiro dice que fue por lo de las vacas, pero fue por lo de su mujer. Yo no tengo la culpa de que aquella noche en el baile la Felipa se me arrejuntara tanto; y pues poco a poco se me fue poniendo duro el entendimiento. Ella bien que se daba cuenta, no me van a decir a mí que ellas no sienten cuando a uno se le endurece el instrumento. Sí, bien que se dan cuenta, las canijas, nomás que le hacen al wey para que uno piense que no saben nada de esas cosas. La verdad es que a mí se me habían pasado las cucharadas aquella noche. Mi mujer no quiso ir al baile porque los zapatos que traiba estaban ya de al tiro muy dados al traste. —Cómprame aunque sea unos guaraches, Prudencio —me había dicho una semana antes—. Pero de dónde hijos iba yo a sacar para unos guaraches si con trabajos le habíamos comprado las libretas a los pilcates para que fueran a la escuela. Además, estaban pagando rebarato el maíz, si no mal recuerdo. —No vieja, ¿de dónde quieres que saque yo centavos para calzarte?
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—le dije. Y ella que se monta en su macho. —Si no me los compras, pues no voy. Y pues no fue. Yo sí que fui. Agarré mi camisa de manta, mis guaraches de cuatro correas, mi sombrerito de palma, mi paliacate anudado al pescuezo y que me largo para el baile. “Ya encontraré con quién sacudirme la polilla”, le dije cuando me salí del jacal. Allá en Atlantongo me eché mis primeros aguardientazos. En la cantina de don Arón me encontré a los cuates y me convidaron unos pegues; me fui para el baile ya medio flameado. Cuando entré al salón, luego luego me llegó el olor al ocoxal que estaba extendido en todo el suelo, verde y oloroso a fresco. Las parejas bailaban por todos lados y un trío de huapangueros se sorrajaba un huapango a todo mecate. Parecía que le salía humo a las guitarras y al violín. Allí merito divisé a la Felipa. Iba rechula la canija, con una falda blanca y amplia que le llegaba hasta los tobillos y un rebozo negro que charoleaba con las luces que habían colgado en el techo. Estaba bailando con un fulano que no conozco o que no quise reconocer, porque mis ojos se quedaron pegados al cabello negro de ella que se me figuró que era un cachito de noche. No sé si porque a cada vuelta que daba al bailar se le movía espeso sobre la espalda, o porque el aguardiente ya se me estaba subiendo a la cabeza. La verdad es que me dieron hartas ganas de olerle su cabello, meter la cara entre medio y jalar aigre bien hondo hasta que el olor a yerbabuena se me regara por todo el cuerpo. Lo primero que hice fue agarrar valor con otro aguardiente; luego me acerqué a ella y, sin más, le puse la mano en la cintura, dejándola cerquita cerquita de mi cuerpo. Yo pensaba que la ingrata me iba a hacer un desaigre, pero al contrario; nomás me miró allí tan cerquita de ella y más se me arrejuntó la canija. Por eso me animé a cantarle derecho. —Lo que es parejo no es chipotudo, mi reina —le dije—. —Y si no estuvieras casada ya le estaríamos dando. —Pero si tú estás casado también, Prudencio. —Pues casado, casado… lo que se dice casado… no, no estoy —dije yo. —Pues si a esas vamos, yo tampoco. Casada, casada… lo que se dice casada… tampoco —dijo ella. Para entonces ya se me estaba subiendo la calentura al cuerpo, porque a cada rato la Felipa me
repegaba sus muslos duros y calientes como piedras de río escondidas debajo de la falda blanca; y cuando la gente se descuidaba un poco más se aprovechaba y me untaba sus pechos al cuerpo. Yo sentía sus pezones boluditos que me recorrían el pecho y también le daba unos arrimones en medio de las piernas, para que se fuera enterando de lo que traiba yo debajo de mis pantalones. La cosa está en que nos salimos del baile a medianoche y en el callejón de doña Obdulia la retranqué contra el muro de adobe, le alcé la falda blanca, le quité los calzones a restirones y me le hundí hasta el fondo de su cuerpo. —Para que nunca me vayas a olvidar, Felipa— le dije mientras me sumergía en ella. Ella me abrazó por el cuello y me besuqueó las orejas. Su pelo color de noche me tapaba la cara y me llenaba las narices del olor a yerbabuena. —Ya me andaba de tenerte, Prudencio —me dijo—, harta como estoy de dormir con ese pendejo en mi petate. El Clodomiro Vargas se enteró luego luego al día siguiente. Dicen que le puso una golpiza a la pobre de la Felipa que hasta la mandó al doctor. A mí ni siquiera me reclamó nada; nomás mi compadre Nicolás me vino a avisar que me cuidara porque el Clodomiro me quería pegar un tiro. La verdad, yo no tuve ni ansina de miedo, lo que sí es que desde entonces tuve que andar con el machete bien puesto en la cintura, por si un día al cabrón ese se le ocurría parárseme enfrente para matarme. Y se le ocurrió. Lo malo fue que no se le ocurrió de día sino de noche. Iba yo cruzando el potrero del Plan cuando oí un balazo y sentí cómo se me doblaban las patas y fui a dar de hocico contra la tierra. Apenas me dio tiempo de enterrarme en el jehuitero cuando ya estaba escuchando más balazos que me pasaban zumbando las orejas. Lo único que se me ocurrió fue quedarme quietecito quietecito y gracias a eso creo que me dieron por muerto. Bendito sea Dios no vinieron a rematarme; si no, no estaría yo contando ni una chingada. No me morí de milagro, gracias a la Virgencita de la Buenaventura, a la que tarde a tarde le estuvo rezando mi mujer; y me contaron las malas lenguas que la Felipa también le rezó para que yo viviera. El Clodomiro Vargas fue a acusarme a la presidencia diciendo que yo me había metido en sus
andrea garcía flores
terrenos. Eso es cierto de alguna manera; lo falso es que quisiera sus pinches vacas flacas. La chingadera estuvo en que el tiro me lo pegó en el pie y me destrozó los dedos; fue un calibre fuerte. Mi patita no aguantó el chingadazo. Al cabo de unos días, cuando el doitor dijo que me tenían que tronchar todo el pie, fue cuando yo también comencé a pedirle a la Virgencita que me ayudara. Lo tenía bien renegrido como carbón y olía refeo. Ahí comenzó a entrarme el miedo. Para cuando me cortaron desde el tobillo, la pudrición ya había caminado para arriba. El doitor dijo que me tenía que cortar otro pedazo de pierna, pero también cuando me cortaron hasta la rodilla el mal ya estaba en el mero muslo. —Yo ya no puedo seguir ansina, doitor —le dije al doitor.— ¿No se da usted cuenta que me estoy muriendo a cachos? La última rajada fue hasta arriba de la pierna, casi a ras de los huevos; bueno, del huevo derecho, porque ese es el que está más cerca de la pata que me cortaron. Para entonces yo ya me soltaba unos rosarios de principio a fin con mi mujer y ya rezaba de corridito los Padres Nuestros, las Aves Marías y hasta los Credos. Finalmente la misericordia de la Virgen y de Diosito detuvieron el mal que me estaba echando a perder la carne y la pudrición se detuvo. Por eso antenoche que estaba acostado en la yerba al lado de la Felipa le dije que eso de Diosito no eran pendejadas. —Ya ves —le dije—, Diosito es tan bueno con nosotros que nos deja seguir viéndonos a escondidas. Claro que ahora no podemos hacerle igual que la primera vez porque ahora nomás tengo una pata y no puedo hacerlo parado. —La verdad es que a mí me está entrando el miedo —dijo ella—. No vaya a ser que se entere el pendejo del Clodomiro y otra vuelta le entren ganas de aporrearte. —No te espantes, Felipa —le dije a la Felipa—, que si al Clodomiro se le ocurre volver a buscarme, todavía me queda la pata izquierda. •
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Del 24 de noviembre al 2 de diciembre de 2018 PROGRAMA DE ACTIVIDADES
SĂ BADO 24 DE NOVIEMBRE Taller de ilustraciĂłn a partir de la obra ÂżQuĂŠ quieren decir? de Patricia MagaĂąa Participa: Cecilia RĂŠbora FIL NiĂąos - 12:00 a 13:30 h La enfermedad, el sufrimiento y la muerte entran en un bar de Ricardo AraĂşjo Pereira Participan: JerĂłnimo Pizarro y el autor PabellĂłn de Portugal - 16:00 a 16:50 h La muerte se va a Granada de Fernando del Paso Participan: Daniel Constantini, Karina Gidi y el autor Modera: Juan Carlos RodrĂguez Auditorio Juan Rulfo - 17:00 a 17:50 h PresentaciĂłn de la colecciĂłn La Ciencia para Todos y del XVI Concurso Leamos La Ciencia para Todos Participa: Laura GonzĂĄlez DurĂĄn PabellĂłn del Conacyt - 18:00 a 18:50 h DOMINGO 25 DE NOVIEMBRE Charla e intercambio creativo a partir de la obra MĂĄs te vale, mastodonte Participa: Micaela Chirif FIL NiĂąos - 12:00 a 13:30 h Serie Textos para el Derecho Participan: MĂłnica GonzĂĄlez ContrĂł y HĂŠctor Fix-Fierro SalĂłn D, Ă rea Internacional - 12:00 a 12:50 h Un poco mĂĄs de azul de MĂĄrio de SĂĄ-Carneiro Participan: NicolĂĄs Barbosa LĂłpez y Ricardo Vasconcelos PabellĂłn de Portugal - 15:00 a 15:50 h
Vida y muerte de la democracia de John Keane Participan: Lorenzo CĂłrdova y el autor Modera: JosĂŠ CarreĂąo CarlĂłn SalĂłn 2 - 18:00 a 18:50 h Paisanos. Los irlandeses olvidados que cambiaron la faz de LatinoamĂŠrica de Tim Fanning Participan: Jorge Fonderbrider y el autor SalĂłn C, Ă rea Internacional - 18:00 a 18:50 h Ceremonia de entrega del Premio Hispanoamericano de PoesĂa para NiĂąos y presentaciĂłn de Una extraĂąa seta en el jardĂn de Luis Eduardo GarcĂa, ilustrado por Adolfo Serra Participan: Luis Eduardo GarcĂa, Eduardo Langagne, Miguel LimĂłn Rojas, Socorro Venegas y ganador de este aĂąo SalĂłn Mariano Azuela - 20:00 a 20:50 h MARTES 27 DE NOVIEMBRE Revistas Literarias Mexicanas Modernas Participan: Andrea MartĂnez Baracs, Rodrigo MartĂnez Baracs y Nelly Palafox Ă rea de Libro ElectrĂłnico - 12:00 a 12:20 h Concurso Internacional de Booktubers 2018 Participa: Socorro Venegas Ă rea de Libro ElectrĂłnico - 17:00 a 17:20 h Autopista Sanguijuela de Juan Villoro, ilustrado por Rafael Barajas, El FisgĂłn Participan: los autores Modera: Socorro Venegas SalĂłn 6 - 17:00 a 17:50 h
DiĂĄlogo: experiencias del 68 Participan: Gilberto Guevara Niebla, HĂŠctor JimĂŠnez y SebastiĂĄn Santana Modera: JosĂŠ CarreĂąo CarlĂłn SalĂłn 1 - 20:00 a 20:50 h VIERNES 30 DE NOVIEMBRE Temas clave de la evaluaciĂłn de la educaciĂłn bĂĄsica de MarĂa Ibarrola NicolĂn (coord.) Participan: Silvia Schmelkes y la coordinadora SalĂłn Mariano Azuela - 12:00 a 12:50 h Taller de poesĂa a partir de la obra Una extraĂąa seta en el jardĂn de Luis Eduardo GarcĂa, ilustrado por Adolfo Serra Participa: Luis Eduardo GarcĂa FIL NiĂąos - 12:00 a 13:30 h PresentaciĂłn de la serie de ciencia de la colecciĂłn Breviarios del FCE Participa: Heriberto SĂĄnchez PabellĂłn del Conacyt - 16:00 a 16:50 h Mar de piedras de RaĂşl Zurita Participa: El autor SalĂłn de la PoesĂa - 17:30 a 18:20 h Homenaje a AlĂ Chumacero Participan: Jorge Asbun y JoaquĂn DĂez-Canedo Modera: Juan Carlos RodrĂguez SalĂłn E, Ă rea Internacional - 19:00 a 19:50 h
Novelas histĂłricas de Ignacio Solares Participan: Felipe Garrido, HernĂĄn Lara Zavala y el autor Modera: Juan Carlos RodrĂguez SalĂłn D, Ă rea Internacional - 19:00 a 19:50 h
SĂ BADO 1Âş DE DICIEMBRE Charla e intercambio creativo a partir de la obra Peligro de suerte de Norma MuĂąoz Ledo, ilustrado por Alberto Montt Participa: la autora FIL NiĂąos - 12:00 a 13:30
De la carrera de la edad, tomos I y II de Gonzalo Celorio Participan: HernĂĄn Lara Zavala y el autor Modera: Juan Carlos RodrĂguez SalĂłn Mariano Azuela - 20:00 a 20:50 h
Los fantasmas de Fernando de Jaime Alfonso Sandoval Participan: Antonio Malpica y el autor Modera: Socorro Venegas SalĂłn Mariano Azuela - 13:00 a 13:50 h
Conferencias polĂticas de Carlos Fuentes Participan: Silvia Lemus y Jorge Volpi Modera: JosĂŠ CarreĂąo CarlĂłn SalĂłn 3 - 18:30 a 19:20 h
MIÉRCOLES 28 DE NOVIEMBRE La vida secreta de una hoja de Steven Vogel Participa: JosÊ Sarukhån Modera: Heriberto Sånchez Salón 2 - 17:00 a 17:50 h
Un viaje cĂłsmico a Puerto FicciĂłn de Juan Pablo Villalobos Participan: Antonio OrtuĂąo, Joselo Rangel y el autor Modera: Socorro Venegas SalĂłn Mariano Azuela - 16:00 a 16:50 h
Charla de dos autores de la colecciĂłn La Ciencia para Todos Dr. Juan Carlos Cifuentes (El ocĂŠano y sus recursos) y Dr. RenĂŠ MĂĄrquez (Las tortugas marinas y nuestro tiempo) Participa: Laura GonzĂĄlez DurĂĄn PabellĂłn del Conacyt - 18:00 a 18:50 h
Homenaje a JosĂŠ Luis MartĂnez Participan: Andrea MartĂnez Baracs, Rodrigo MartĂnez Baracs y JosĂŠ Luis MartĂnez HernĂĄndez Modera: Nelly Palafox SalĂłn 3 - 17:00 a 17:50 h
El mercurio volante de Carlos Chimal Participan: Evodio Escalante, Juan Villoro y el autor Modera: Nelly Palafox SalĂłn ElĂas Nandino - 20:00 a 20:50 h
Arreola electrĂłnico Participan: Alonso Arreola, Orso Arreola y Nelly Palafox Ă rea de Libro ElectrĂłnico - 18:00 a 18:20 h
El Ojo de Vidrio de Antonio OrtuĂąo Participan: Francisco PayĂł, Juan Pablo Villalobos y el autor Modera: Socorro Venegas SalĂłn Juan JosĂŠ Arreola - 18:30 a 19:20 h
A la luz de siempre; El corazĂłn del instante; La hora y la neblina de Alberto Blanco Participan: Ron Friis y el autor SalĂłn de la PoesĂa - 19:00 a 19:50 h
La verdadera historia del chocolate de Sophie D. Coe y Michael D. Coe Participa: Edgar NuĂąez Foro Libros al Gusto, VestĂbulo 3 - 19:00 a 19:50 h
Imagen del cuerpo en MesoamĂŠrica de Enrique Florescano Participan: Erik VelĂĄsquez, Pablo Escalante y el autor Modera: Nelly Palafox SalĂłn Mariano Azuela - 20:00 a 20:50 h
Entrega del Premio Ruy PĂŠrez Tamayo Participan: HĂŠctor T. Arita, Ruy PĂŠrez Tamayo y RaĂşl Rojas Modera: Juan Carlos RodrĂguez SalĂłn Antonio Alatorre - 19:30 a 20:20 h
JUEVES 29 DE NOVIEMBRE Breve historia de la computaciĂłn de Paul Ceruzzi Participan: Ix-Nic Iruegas y el autor Modera: Heriberto SĂĄnchez SalĂłn 3 - 12:00 a 12:50 h
Mar de piedras de RaĂşl Zurita Participan: Silvia Eugenia Castillero y el autor SalĂłn B, Ă rea Internacional - 19:30 a 20:20 h
El sistema de justicia de JosĂŠ RamĂłn CossĂo DĂaz Participan: Irma Leticia Leal Moya, Margarita RĂos-Farjat y el autor Modera: JosĂŠ CarreĂąo CarlĂłn SalĂłn Mariano Azuela - 17:00 a 17:50 h Texto e imĂĄgenes en el medio digital Participan: Mauricio Tenorio y Nelly Palafox Ă rea de Libro ElectrĂłnico - 17:30 a 17:55 h
LUNES 26 DE NOVIEMBRE Ecosistema digital para el mundo de la ediciĂłn Participa: RocĂo MartĂnez VelĂĄzquez Ă rea de Libro ElectrĂłnico - 11:30 a 11:55 h ABC de las microfĂĄbulas de Luisa Valenzuela Participan: Ezra AlcĂĄzar y la autora Modera: Juan Carlos RodrĂguez SalĂłn ElĂas Nandino -17:00 a 17:50 h Libro centroamericano de los muertos de Balam Rodrigo Participan: Juan Carlos RodrĂguez y el autor SalĂłn de la PoesĂa - 17:30 a 18:20 h ProyecciĂłn de cĂĄpsulas realizadas por estudiantes del Instituto de EducaciĂłn Media Superior-CDMX a autores de la colecciĂłn La Ciencia para Todos Participa: Laura GonzĂĄlez DurĂĄn PabellĂłn del Conacyt - 17:30 a 18:20 h
Pensar la democracia. Mesa de discusiĂłn interdisciplinaria Participan: Ricardo Raphael, SebastiĂĄn Santana y Gabriela Warkentin Modera: JosĂŠ CarreĂąo CarlĂłn SalĂłn 6 - 17:00 a 18:50 h
Taller de escritura creativa a partir de la obra Los fantasmas de Fernando de Jaime Alfonso Sandoval Participa: el autor FIL NiĂąos - 17:00 a 18:30 h
DOMINGO 2 DE DICIEMBRE Ceremonia de premiaciĂłn Cartas al autor, inspiradas en Al final, las palabras de Antonio Malpica Participan: Javier Espinoza de los Monteros CĂĄrdenas, Lilia Mendoza Roaf, Socorro Venegas y el autor SalĂłn 1 - 13:00 a 14:50 h
La guerrilla literaria y otras escaramuzas de Faride ZerĂĄn Participan: Vicente GarcĂa Huidobro, Mario MelĂŠndez y la autora SalĂłn B, Ă rea Internacional - 19:30 a 21:00 h
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