Grutescos en atlatlauhcan

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Sociedad, procesos y materiales constructivos, uso y desuso de la cal en la arquitectura Arqlgo. Raúl Francisco González Quezada

ada sociedad en la Historia se ha organizado para la producción de los más elementales rudimentos para la sobrevivencia, para asegurar la continuidad de la vida y claro, de la especie. En este proceso la humanidad ha transformado al medio donde se asienta en todos los casos, desde los más minúsculos procesos de transformación cuando la organización social era de comunidades de cazadores recolectores donde la producción se limitaba a la apropiación, hasta la extensa transformación del medio ahora que impera el capitalismo. Una dimensión de la poiesis, como llamaban los griegos a la producción, es la construcción, entendida como acción que genera espacios arquitectónicos, estructuras físicas que estructuran actividades. Las estrategias de construcción, desde la delimitación de espacios rituales con materiales perecederos en el Paleolítico, hasta la planificación de complejas ciudades actuales han requerido de procesos de organización técnica para el trabajo y la cooperación. En los procesos constructivos se ven implicados tres elementos, la fuerza de trabajo o cooperación, el objeto de trabajo y claro está, las herramientas y materiales. Es condición inevitable que cada proceso constructivo, con sus elementos constituyentes se encuentre cualificado por el orden social general. Esto es, cada formación social histórica ha desarrollado estrategias constructivas correlativas; la arquitectura como efecto último se encuentra íntimamente vinculada con el desarrollo promedio de las fuerzas productivas en un momento determinado, no sólo en

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de una comunidad de cazadores recolectores. La cueva, a pesar de que nunca han dejado de utilizarse, incluso actualmente, es efecto sin embargo, de este momento histórico de manera causal directa y necesaria, cuando se ha usado en momentos históricos posteriores, ha sido como una estrategia secundaria. El caso de los procesos constructivos en el desarrollo al norte de Europa de los burgos (burg en alemán), es un fenómeno también correlativo a la configuración del desarrollo del Capitalismo hacia el siglo XVIII. Así sucede también con los múltiples fenómenos constructivos de carácter urbano del capitalismo hegemónico central como Manhattan, Londres, Pekín, Hong Kong, y con las Ciudades de la Periferia como la de México, Bangladesh, Malí. O como el fenómeno de la llamada corona de ciudades periféricas que el Capitalismo en México ha logrado en torno a la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, ciudades como Puebla, Atlixco, Cuautla, Cuernavaca, Toluca, Pachuca, etc. que se han desarrollado y le han dado posibilidad de ser a la Ciudad de México que vive artificialmente con recursos de la periferia, con agua que extrae de afuera y desechos que arrojando hacia la periferia, con sus múltiples asentamientos

periféricos dormitorio y con sus muchos espacios de comunicación que permiten circular las fuerzas de la reproducción ampliada del Capital en torno al espacio urbano central. Los procesos constructivos son reclamados por la económica y sostenidos por la política centralista que los resuelve; qué pasaría si la periferia se negara a seguir manteniendo a la capital con su agua, o se negara a recibir su basura. Los materiales constructivos también tienen emergencia y correlación cultural con órdenes de cada formación social, de cada sociedad en la Historia. La utilización de la cal como material constructivo se tiene arqueológicamente reportada en el sitio de Çatalhöyük en la península de Anatolia, en la actual Turquía, entre 7400 y 6000 a.d.n.e. e incluso hasta la mitad del sexto milenio. Colocada en pisos y muros, en múltiples capas que quizá se iban colocando sistemáticamente con lapsos determinados, otorgaban un ambiente fresco, permitían la iluminación y derivaban en un espacio higiénico al absorber olores y fluidos del cuerpo que eran absorbidos y transformados químicamente

Proceso de mezcla de la cal ya hidratada con tezontle y tierra en los procesos de mantenimiento preventivo en el Concento de Santiago Ocuituco.

el aspecto tecnológico que da origen a técnicas y herramientas, así como a la utilización de materiales específicos, sino también respecto a las estrategias en que la sociedad se asienta en un espacio definido, cómo lo hace, y cómo se ordenan los distintos niveles de la superestructura, el orden administrativo de gestión política, el sistema de valores y también la forma en que la sociedad se ordena para la reproducción biológica en el parentesco. Los procesos constructivos desde la cueva y el abrigo rocoso como circunfacto que prefigurará la casa primera, como espacio arquitectónico, por resultar espacio apropiado y adecuado con provisiones, recolocación de piedras, alzado de albarradas, etc, para la habitación, corresponde como efecto, al desarrollo de las fuerzas productivas

Proceso de mezcla de la cal ya hidratada con tezontle y tierra en los procesos de mantenimiento preventivo en el Concento de Santiago Ocuituco.


507 (Hodder 2012:45, 60). El uso de la cal como material constructivo ocurre entonces durante el Neolítico, más allá de las comunidades de cazadores recolectores y es efecto de la llamada Revolución Tribal, cuando sedentarismo es un hecho. En América Media el uso de la cal se comenzó a diseminar a partir de Preclásico Medio (1100-500 a.d.n.e.), ya que los contextos previos del Preclásico Temprano se reducían a procesos constructivos basados en tierra y desgrasantes minerales u orgánicos, así como adobes. La fuente sociohistórica del uso de cal está asociada en América a las primeras sociedades clasistas y su uso aún se puede localizar con muy poca frecuencia entre algunas comunidades campesinas y étnicas diseminadas en lo que ahora es México y Centroamérica. Para el ejercicio del uso de la cal en los procesos constructivos fue necesario el dominio social con precisión, de los momentos de transformación desde la calcinación de piedras calizas (carbonatos cálcicos) al menos hasta los 900-1000°C para la producción de cal viva¹ (donde se deriva óxido de calcio y anhídrido carbónico) y posteriormente desarrollar el proceso tecnológico del apagado o agregado de agua (con lo que surge un hidróxido cálcico) y con la intemperización (con lo que se agrega anhídrido carbónico) donde continúa el proceso de carbonatanación ya efectuado en el orden constructivo. Todo esto requirió de una serie de actividades implicadas en el proceso, desde la identificación de los bancos de piedra caliza, el proceso de procuramiento, la elaboración de hornos, la inclusión de combustible en el proceso, la quema, el almacenamiento, el proceso de hidratación, a los que es preciso añadir para cada caso herramientas y conocimiento técnico de cada momento. A lo largo de sucesivas formaciones sociales en la Historia el proceso de la cal se ha mantenido en lo esencial bajo los mismos principios de elaboración, aunque actualmente se produce cales químicas en polvo e incluso cales hidratadas en bolsas de plástico y el proceso se ha industrializado. Un momento que precisa de largos períodos de preparación es el azogado o apagado que se realiza regularmente por inmersión de la cal viva o del polvo de cal química. Los tiempos recomendados para que este proceso sea suficiente varían, pero como mínimo se asume que debe durar al menos tres meses. En época romana se prescribió el almacenamiento de pasta en proceso de hidratación por tres años, y Miguel Ángel durante la preparación de la última capa de cal que recibiría la capa pictórica en la Capilla Sixtina uso cal que tenía un proceso de azogado que llevaba treinta años. (Gárate 1994:87) En general el uso de la cal como material constructivo deriva de organizaciones sociales precapitalistas, para el Capitalismo el material constructivo por excelencia es el cemento Portland que es desarrollado en 1824 por Joseph Aspdin y fue mejorado a lo largo del siglo (Villarín 2008:57 y ss.). El cemento ha sido el acompañante del Capitalismo en la necesidad de acortar los tiempos de reproducción del capital, grandes estructuras construidas con un material de rápido fraguado y gran resistencia para incrementar la capacidad ampliada reproductiva del capital. Sin embargo, a diferencia de la cal, el cemento produce sales que migran y atacan otros materiales constructivos y aún no tenemos la capacidad de evaluar su efectividad a

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largo plazo. (Gárate 1994:11 y ss.) Con la cal tenemos ejemplos de arquitectura milenaria aún en pie. Aún así, claro está, la cal ya es impensable en la arquitectónica de la industria pesada por ejemplo, ahí el cemento campea y permanecerá. Sin embargo el uso de la cal se ha visto en permanente desmedro por el imperio del cemento. El problema deriva en los procesos de restauración, consolidación y mantenimiento preventivo de elementos arquitectónicos históricos que fueron construidos con cal y arena y que le son añadidos procesos constructivos basados en materiales industriales incluyendo al cemento. Los morteros elaborados con cemento son muy rígidos y no mantienen dinámicas estructurales parsimoniosas en las antiguas construcciones con cal y arena. El problema fundamental deriva de la contradicción real que se ha suscitado en la transformación de la sociedad capitalista que ha impuesto procesos y materiales constructivos derivados de su propia dinámica interna, y no puede esperar meses de hidratación como la cal, el problema no es formal, es de fondo, no es que el uso de la cal devenga por ser tradicional, sino por incompatible con los tiempos de la producción capitalista. Aún así, los esfuerzos por ingresar a la cal como elemento “ecológico” en una arquitectura que respira, que intercambia el anhídrido de carbono del ambiente con su proceso de carbonatación de manera prolongada, ha sido de gran impacto en algunas regiones del mundo. La cal de cualquier forma ha encontrado lugar el procesamiento de múltiples mercancías, en las cuales participa como eslabón intermedio en la producción y tendremos cal para mucho tiempo, pero aquella destinada a los procesos constructivos se verá más compelida a la materia de la conservación casi a contrapelo del uso del cemento y los materiales industriales. Así nuestra experiencia de los monumentos históricos e incluso de los arqueológicos que han sido en las últimas décadas intervenidos con cemento, no podrá esperar efectos a mediano y largo plazo llenos de certidumbre sobre su permanencia y control. Bibliografía Carbonell de Masy 1993 Conservación y restauración de monumentos (piedra, cal, arcilla). Vanguard Gráfic, Barcelona. Gárate, Ignacio 1994 Artes de la cal. Ministerio de Cultura, Instituto de Conservación y restauración de Bienes Culturales, Instituto Español de Arquitectura, Universidad de Alcalá de Henares, España. Hodder, Ian 2012 Entangled. An Archaeology of the Relationships between Humans and Things. Wiley-Blackwell. UK. Villarino Otero, Alberto 2008 Ciencia y Tecnología de los materiales. http://ocw. usal.es/eduCommons/ensenanzas-tecnicas/ciencia-y-tecnologia-delos-materiales/ [visitado en febrero de 2012] 1 La cal viva no es igual a la cal hidráulica, la cual se logra con temperaturas más elevadas sobre piedras calizas con presencia de arcillas y tiene un comportamiento similar al cemento.


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Los antiguos caminos Arqueóloga Ivonne Giles Flores

in duda, las rutas, caminos, brechas o los ríos tuvieron gran importancia

en el desarrollo económico, político y religioso de una sociedad, ya que al poderse ligarse con otros lugares ayudaba al intercambio no solo de mercancías o de bienes de consumo, sino que además a la formación de alianzas con otros lugares, localización de fuentes de materia prima, las cuales sirvieron en la elaboración de diferentes clases de objetos como por ejemplo vasijas de cerámica, herramientas o joyas de obsidiana y ornamentos de jade o piedra verde, además de la reciprocidad cultural y tecnológica. También facilitaron el movimiento dentro y fuera de las ciudades, así como la comunicación de un lugar a otro. El uso y el conocimiento de la geografía jugo un papel muy importante en la construcción de los caminos, rutas o bien veredas, además de que debían de conocer la topografía del lugar, para así poder trazar los caminos que los llevara fuera y dentro de la ciudad a la población. En cuanto a la elaboración de los caminos estos fueron elaborados en piedras propias de la región como cantos rodados o lajas algunas fueron trabajadas y otras no, se usaron algunas pequeñas piedras o grava para rellenar los espacios entre piedra y piedra, en algunas ocasiones se utilizó una capa de argamasa como cementante natural que al secarse formaba una cubierta uniforme que ayudaba a que el camino se mantuviera en buen estado. Otro de los aspecto que debían conocer las personas que estaban encargadas de la construcción de los caminos era la forma del terreno, es decir la topografía del lugar, ya que de esta manera se podía trazar la rutas que fueran de mas fácil acceso y menos riesgosas para poderlas transitar y de esta manera poder transportar sus artículos, mercancías o productos con mucho mayor capacidad. El conocimiento sobre la geografía del lugar jugó un papel muy importante

construyeron terrazas, en donde edificaron áreas habitacionales. De esta manera, la ciudad de Xochicalco ubicada fundamentalmente a la defensa, contaba con caminos de acceso que comunicaban con otros pueblos lejanos, con los que tenían que deambular los visitantes. Al interior de ciudad, el acceso a las distintas terrazas era a través de avenidas, escaleras y rampas. El acceso a la ciudad estaba fuertemente resguardado ya que había pocas entradas y estas estaban flanqueadas por edificios llamado bastiones, los cuales mostraron distintos materiales en su interior, siendo interpretado uno de ellos con una ocupación de individuos encargados del mantenimiento de esa parte de la muralla y entrada, así como la vigilancia; mientras que en el otro bastión estaría encargado de controlar el acceso a las personas y a las mercancía que se intercambiaban en sus mercado, así como los tributos posiblemente cuando estas estuvieron en uso también fueron utilizadas como caminos de peregrinaje, para acontecimientos de orden ceremonial. No obstante, la ubicación de las diferentes rutas, caminos o veredas por los que se transportaban las mercancías a menudo representan un reto para el investigador, si consideramos que muchas de las zonas o áreas de la República Mexicana las huellas de esas antiguas sendas han quedado cubiertas por asentamientos tanto coloniales o actuales o han sido utilizadas para la construcción de nuevas rutas.

Detalle de la calzada norte de Xochicalco, Estado de Morelos

para la localización de los diferentes yacimientos de donde se obtenían las materias primas para la elaboración de los diferentes artefactos. Por ejemplo los alfareros buscaban las rutas para acceder y transportar la materia prima con la que iban a elaborar su cerámica, también el conocimiento de las rutas sirvió comercio de larga distancia para tener un mayor control del flujo de productos. En el estado de Morelos uno de los sitios en donde se puede observar el desarrollo urbano, tecnológico, arquitectónico es Xochicalco, construyeron grandes plazas, edificios y calles, además de dos grandes calzadas que llegan a la entrada. Una de ellas se localiza en la entrada principal en donde se encuentra dos bastiones, la cual se localiza en la parte inferior de la ladera al sur del cerro, la calzada asciende con una orientación norte–sur, siguiendo la inclinación general de la ladera y e algunos de los tramos se construyeron rampas para modificar y hacer mas suave la inclinación del terreno, asimismo modificaron el terreno haciéndolo habitable, es decir,

Museo de Sitio Xochicalco Ubicación Xochicalco se localiza a 36 km de Cuernavaca. Horario de Visita De lunes a domingo de 9:00 a 17:00 horas Venta de boletos hasta las 17:00 hrs. Admisión general: $ 57.00 Entrada libre a nacionales menores de 13 años, estudiantes, maestros, pensionados, jubilados, mayores de 60 años y personas con capacidades diferentes. Domingos entrada gratuita para nacionales y extranjeros residentes. Tels.: (01-737) 374-3090, 374-3091 y 374-3092.

Bibliografía Alvarado Claudia y Garza Silvia 2010 «El carácter defensivo de Xochicalco (650-1100» Arqueología. Revista de la Coordinación Nacional de Arqueología segunda época, num. 43 enero abril. 136-154. Fournier Patricia 2006 «Arqueología de los caminos prehispánicos y coloniales» Revista de Arqueología Mexicana XIV, num. 81, pp 26 – 31. Molina Montes Augusto 1993 «El urbanismo en Xochicalco». Cuadernos de arquitectura mesoamericana núm. 24., pp 3 – 8.

Trabajos en la calzada norte de Xochicalco, Estado de Morelos


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Grutescos en el Convento de San Mateo Apóstol y Evangelista en Atlatlauhcan

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Mtra. América Malbrán Porto

a denominada ruta de los conventos, que recorre gran parte del estado de Morelos, brinda al visitante la oportunidad de admirar la arquitectura de éstas construcciones del siglo XVI, que en 1994, debido a su valor histórico, artístico y monumental, fueron incluidas en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.

Las alas de éste segundo personaje son de tono oscuro, similar a la parte inferior de su cuerpo, que al parecer representa las patas de cabra que nos recuerdan a un fauno. Ambos personajes tienen las caras en tres cuartos, lo que denota la influencia europea del diseño, a pesar de que los cuerpos se encuentran de frente, en el caso del amorcillo y de perfil el otro personaje.

Entre estos edificios destacan los conventos agustinos ya que conservan una gran unidad arquitectónica en la que predomina el estilo Plateresco. Esta orden aplicó los principios ideológicos propuestos por la Corona Española creando una estética de Estado al construir sus conjuntos conventuales, con una misma unidad temática estructural, arquitectónica y estilística, que se acerca a las fortalezas medievales. De ahí que sus edificaciones mantengan un gran parecido entre sí, lo que les da homogeneidad. Al conjunto monástico de Atlatlauhcan se le dio el nombre de San Mateo Apóstol y Evangelista y fue fundado por Fray Jorge de Ávila, quien también fundó los templos de Tlayacapan, Ocuituco, Yecapixtla y Totolapan. Este convento sobresale de los demás por la cantidad de pinturas murales que se aprecian en sus muros, los que a pesar de estar bastante bien conservados, desgraciadamente cuentan con partes muy dañadas por grafitis y pinturas modernas. El claustro bajo es de gran belleza, llamando la atención la disparidad de anchura de los arcos, cuatro por lado; puertas conopiales, con moldura cóncavoconvexa y dos altares embutidos en el muro, a manera de falsas ventanas, que servían como posas para las procesiones que no necesitaban salir del monasterio . Las bóvedas combinan temáticas ornamentales del Mudéjar con elementos propios del Renacimiento italiano, simulando casetones hexagonales u ochavados, alternando rombos y triángulos, por medio de fajas que se entrecruzan de manera geométrica (Fig.1). En el centro de estos casetones destaca el corazón y las flechas de la orden de San Agustín. Son interesantes la serie de diseños que se encuentra en la habitación que da paso a la huerta, aquí

Fig.1. Claustro bajo del monasterio de Atlatlauhcan Foto. América Malbrán Porto

se observan una serie de entrelaces de color azul que resaltan sobre el fondo rojo de la bóveda. Estos entrelaces y volutas forman recuadros donde, nuevamente, sobresale el escudo Agustino (Fig.2). La parte baja de la bóveda está delimitada por una cenefa de diseños de estilo renacentista, entre los que destacan series de grutescos donde vemos desplegados los caprichos más inauditos, predominando los temas de bestiario medieval, que se modelan y organizan dentro de los cánones de la belleza clásica. Aparecen elementos como el frontón en la parte superior de cada vano, lo

que da la idea de la prolongación de la puerta, en los que descansan aves, en el centro del frontón se observa el anagrama de Cristo. La cenefa está marcada por una serie de volutas, roleos y hojas de acanto, comunes en la decoración barroca, entre las que se ubican aves y los grutescos que se pueden dividir en dos series, aquellos que se encuentran en las esquinas y los que se han colocado a lo largo de la cenefa, éstos están agrupados en conjuntos de dos personajes, el primero es un pequeño ángel o amorcillo que se encuentra de pie, junto a él aparece un ser alado que sostiene el anagrama de María o el escudo agustino, según sea el caso (Fig.3).

El espacio en estas pinturas se define a partir de la línea y el contorno de ésta con lo que se logra dar la idea de bidimensionalidad; las figuras o escenas se desarrollan en la superficie pintada sin que exista la presencia de planos. Salvo en algunas secciones en que al encimar las imágenes, como el caso de los dos personajes que nos llaman la atención, se crea la ilusión de profundidad o de planos superpuestos. El color ayuda a diferenciar las figuras del fondo, valiéndose de los contrastes cromáticos. Estos proporcionan la

Fig.2. Detalle de la bóveda con entrelaces azules y escudos agustinos Foto. América Malbrán Porto

sensación de profundidad, aunque la ilusión no es tan marcada como para interrumpir la percepción de la realidad bidimensional de la superficie de la pared.

Fig. 3 Conjunto de amorcillo y grutesco, sosteniendo el anagrama de María Foto. América Malbrán Porto

Estas escenas son producto de la mano indígena, que evidentemente participó en la decoración de techos y muros, y la propuesta del fraile agustino quien probablemente se inspiró en las ilustraciones de los libros que tenía más a la mano, logrando, a partir de la fusión de figuras religiosas, fantásticas o mitológicas con elementos reales, como los pájaros de esta cenefa, una obra armoniosa y colorida, que todavía hoy deja sin aliento al curioso visitante que contemple con gusto y paciencia los trazos en paredes y techos.

Órgano de difusión de la comunidad de la Delegación INAH Morelos Consejo Editorial Eduardo Corona Martínez Israel Lazcarro Salgado Luis Miguel Morayta Mendoza Raúl Francisco González Quezada Antonio García de León

www.inah.gob.mx/centrosinah/morelos

Coordinación editorial de este número: Raúl Francisco González Quezada Diseño y formación: Joanna Morayta Konieczna El contenido de los artículos es responsabilidad exclusiva de sus autores


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