Tlaloc

Page 1

TLÁLOC ¿QUÉ? Boletín del Seminario El Emblema de Tláloc en Mesoamérica

Año 3

N° 10

Abril-Junio 2013


UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO José Narro Robles

Las opiniones expresadas en Tláloc ¿Qué? Boletín del

Rector

Seminario El Emblema de Tláloc en Mesoamérica son responsabilidad exclusiva de sus autores.

Estela Morales Campos

Tláloc ¿Qué? Boletín del Seminario El Emblema de Tla-

Coordinadora de Humanidades

loc en Mesoamérica es una publicación trimestral del Proyecto El Emblema de Tláloc en Mesoamérica, del

Renato González Mello

Instituto de Investigaciones Estéticas de La Universidad

Director del Instituto de Investigaciones Estéticas

Nacional Autónoma de México, Circuito Mario de la Cueva s/n, Ciudad Universitaria, C.P. 04510, México

María Elena Ruiz Gallut

D.F. Tel. 5622-7547 Fax. 5665-4740.

Titular del proyecto

seminario.tlaloc@gmail.com

María Elena Ruiz Gallut América Malbrán Porto Enrique Méndez Torres Editores América Malbrán Porto Certificado de reserva de derecho al uso exclusivo

Diseño editorial

del título, Dirección General de Derechos de Autor, Secretaría de Educación Pública, número

( en

Consejo Editorial:

trámite ) . Certificados de licitud de título y de con-

Jorge Angulo Villaseñor

tenido, Comisión Certificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas, Secretaría de Gobernación,

Marie-Areti Hers

números, ( en trámite ) , ISSN ( en trámite ) .

Alejandro Villalobos Patrick Johansson K.

Portada y viñeta: Lámina 35 Códice Vindobonensis Mexicanus 1 (facsimile). The Trustees of the British Museum. 1825-1831 .

2


CONTENIDO Presentación

p. 6

Presencia Katunesca en la Historiografía de Chalcatzingo. Revisión de los hechos, después del difamado o mal comprendido Katún 13 Jorge Angulo Villaseñor

p. 8

Principales deidades del agua y sus festividades entre los mexicas Ivon Cristina Encinas Hernández

p.18

Tláloc América Malbrán Porto

p. 41

Sesiones del Seminario

p. 52

43


TLALOC América Malbrán Porto1

S

oy un Dios, los hombres me crearon, no estoy muy seguro de que a su imagen y semejanza... pues me he visto reflejado en los espejos de agua, que yo mismo formo, y no me encuentro pare-

cido con algún humano. Pero eso es lo de menos, soy un Dios y eso sí es importante. Como todos los dioses, soy eterno, hace siglos que me conocen, aunque debo confesar que últimamente me han olvidado un poco, eso es culpa de los hombres que vinieron desde el otro lado del mundo. Aclaro que estoy un poco olvidado, porque todavía hay gente que se acuerda de mi y de mis nombres. Me llamaban de muchas formas... una que me gustaba es Tlamacazqui, que quiere decir “El Dador” o “EL Proveedor Divino”, pues soy yo quien proporciona lo necesario para que se desarrolle la vida sobre la tierra, provoco las lluvias (López Austin, 1994:176; Broda, 1971:251); también me decían Xoxouhqui “El Verde”, “El Crudo”, esto porque gracias a mi intervención es que brotan las plantas y las flores, crecen los árboles, las hierbas y el maíz (López Austin, Ibíd.). Otro de mis nombres es Tlalocatecuhtli y si alguno de ellos te parece muy complicado, puedes llamarme Tláloc. Sí, ya te diste cuenta, soy un dios de la vegetación, pero sobre todo del agua, de la lluvia. Cierto fraile, en uno de sus libros escribió sobre mí... o si lo quieres ver así, sobre aquellos que me adoraban: Escultura de Tlaloc. Sala Mexica Museo nacional de Antropología Foto. América Malbrán 1. Mtra. En Estudios Mesoamericanos por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México. Profesora en el Colegio de Estudios Latinoamericanos en la misma universidad. 41 4


...Estos indios (aƒi como los Antiguos Gen-

ro el lugar que más me gusta y al que le puedo

tiles) tuvieron otro Dios, que llamaron Tlalo-

llamar “hogar” es al que llaman Tlalocan. Han

catecuhtli, que quiere decir, Señor del

hecho varias descripciones de mi casa... y has-

Paraíƒo, ó lugar de ƒumos deleites, al cual

ta una pintura ¡Que quedó preciosa! Como no

consagraron Dios de las Aguas, y Lluvias:

había cámaras fotográficas... La pintura está

que ƒi bien ƒe nota, es Neptuno, a quien

en Tepantitla, ahí en Teotihuacan, atrás de la

llamaron Dios del Mar; y es tanta la

Pirámide del Sol... déjame que te la muestre

ƒemejança, que ai entre eƒtos dos dioƒes,

(Fig. 1).

que bien hecha de vér, aver ƒido el Demo-

Dicen que esta imagen de mi paraíso es muy

nio inventor de ambos... (Torquemada,

antigua en la región central de México y que se

1975:44).

remonta por lo menos al período Clásico;

¡Qué

barbaridad! Venir a compararme con ese

cuando fueron hechos los famosos frescos teo-

señor al cual no me parezco en nada. Para

tihuacanos (Broda, Op.cit.:251). De entre las

empezar tiene barba y su dirección es otra

descripciones literarias que existen la que más

pues, que yo sepa, vive en el fondo del mar, el

me gusta es la que hizo Sahagún, te voy a leer

Egeo creo... ¿O en la Alameda? Sí, ahí donde

un fragmento:

está esa fuente... ¿Te acuerdas?

“Y en el Tlalocan hay mucho bienestar, hay

Nada que ver! ¡Esas ganas de comparar!, ¡La

mucha riqueza. Nunca se sufre. Nunca fal-

verdad que el Difusionismo no va conmigo!

ta el elote, la calabaza, la flor de calabaza,

¡Si no es tan difícil encontrarme! Por lo general

el huauzontle, el chilchote, el ejote, la cem-

tengo varias casas. Me puedes hallar en las

poalxóchitl.

fuentes de agua, en la cima de las montañas o

Y dicen que en Tlalocan siempre están

en lo alto de los cerros envueltos por las nu-

verdes las plantas, siempre están brotan-

bes, en las cuevas, abrigos rocosos y grietas

do las plantas, siempre es temporada de

(Urdapilleta Pérez y Urquiza Puebla, 2001:391;

lluvias, permanece la temporada de llu-

Matos Moctezuma, 1982:26); ¡Ah! Y según el

vias” (Sahagún, 1994:182).

cronista Durán, mi casa era “una cueva larga”,

¡Estoy seguro de que te encantaría conocer-

“un camino debajo de la tierra”, lo que él quería

lo!... mmm Claro, para eso tienes que dejar tu

decir es que yo vivo en lo profundo de las gru-

estorboso cuerpo mortal y yo te tengo que ayu-

tas (Urdapilleta Pérez y Urquiza Puebla, Ibíd.).

dar en eso. Como mi elegido es el premio que

También habito en el octavo piso del cielo. Pe-

te puedo dar, la vida en mi paraíso, ese fantás542


Fig. 1. Fragmento de Mural del Tlaocan, Museo Nacional de Antropología. Foto. América Malbrán Porto.

tico lugar del que te hablo y al que van aque-

puedo ser sumamente benévolo y enviar a la

llos individuos que mueren por causas relacio-

tierra la lluvia benéfica que traerá nuevas cose-

nadas con el agua: hidrópicos, ahogados o

chas. Pero, debo confesarte que a veces,

porque les cayó un rayo... accidentes que pa-

cuando me ponen de mal humor, soy capaz de

san, tu sabes (Matos Moctezuma, 1982:26).

utilizar mis fuerzas destructoras para provocar

Tal y como has notado soy uno de los principa-

sequías, inundaciones, tormentas y tempesta-

les dioses del panteón mesoamericano: soy la

des, enormes granizadas y terribles heladas

deidad que gobierna las aguas, las lluvias, el

(Broda, Op. Cit.:252), a fin de cuentas, todos

granizo, la nieve, el rayo, el trueno, el fuego, la

tenemos malos días.

tierra, la fertilidad, la muerte, la creación, la ve-

Mi imagen se ha representado en figurillas y

getación, los animales, en definitiva de la natu-

vasijas de barro, se pintaba en los códices, es-

raleza... y aún el tiempo (Urdapilleta Pérez y

tucos y paredes, y se tallaba en piedra o ma-

Urquiza Puebla, Op.cit.:390; Nicolau, Viñas y

dera. Las figurillas, las pinturas, las esculturas

Esquivel; 1991:16). Mientras me traten bien

y los grabados se pueden encontrar todavía 643


hoy, tanto en las cimas montañosas como en

del agua y de los demás quemallos. [...]

el fondo de las cavernas, ya que en estos luga-

Ayuntábanse los parientes y amigos en

res era donde me rendían culto los señores

este día y llevaban comida que comían en

principales, sacerdotes, chamanes, guerreros y

los patios de los templos o en los portales

campesinos (Urdapilleta Pérez y Urquiza Pue-

con que festejaban; salían de México y lle-

bla, Op. Cit: 390).

baban en una canoa, barquillo dellos, un

No son pocos los abrigos rocosos donde hicie-

niño y una niña, y en medio de la laguna o

ron representaciones mías, algunos de ellos se

lago de México, echándolos en el agua y

encuentran en el Estado de Morelos; en reali-

sumiéndolos con canoa o barquillo, y to-

dad estos son “Santuarios u oratorios” en los

dos los ofrecían al dios del agua” (Casas,

que se realizaban ciertos rituales (Nicolau, Vi-

1999:86).

ñas y Esquivel; 1991:16), que la verdad me

En realidad eran varias las fiestas que se reali-

ponían muy contento. Las ceremonias propicia-

zaban y comenzaban en el mes I Atlacauco y

torias de la lluvia y la fertilidad formaban el

se repetían, según la necesidad, hasta el mes

núcleo del ritual azteca y representaban tam-

IV Uey Tozoztli, en que ya había caído el agua

bién la parte más antigua de la estructura com-

necesaria para el crecimiento de las cemente-

pleja de las fiestas del calendario. La preocu-

ras (Broda, Op. Cit.:268-269). Al respecto Sa-

pación por la lluvia resultaba lógicamente debi-

hagún refiere en su Historia General:

do al carácter agrícola de esta sociedad

“Los niños que mataban juntábanlos en el

(Broda, Op. Cit.:246). Debo confesar, que ex-

primer mes, comprándolos a sus madres, e

traño las hermosas fiestas que antes se reali-

íbanlos matando en todas fiestas hasta que

zaban en mi honor. Algunas han quedado do-

las aguas comenzaban de veras; y así ma-

cumentadas, gracias a los frailes y cronistas

taban algunos en el primer mes, llamado

coloniales.

Quauitleua2; y otros en el segundo, llamado

Por ejemplo, dice el Padre Bartolomé de las

Tlacaxipeualiztli; y otros en el tercero, lla-

Casas:

mado Tzoztontli; y otros en el cuarto, lla-

“Hacían otro sacrificio a este dios, y era poner muchos papeles pintados, y llevándolos

2. Según Sahagún el nombre de Atlacaualo se utilizaba en Tenochtitlan y significaba “Cesación del agua” o “penuria de agua” mientras que el otro nombre del mes, Quauitleua, “levantamiento de los postes” se utilizaba también fuera de Tenochtitlan y se refería a las ceremonias con los teteuitl. Sahagún, Op.cit.

a los templos ponían en ellos ulli, que es una goma de que hacen las pelotas que mucho saltan y debían, en honor del dios 447


mado Uey tozoztli, de manera que hasta que

la cual se sacrificaban cuatro niños esclavos,

comenzaban las aguas abundosamente, en

de entre cinco y siete años, y se los colocaba

todas las fiestas crucificaban niños” (Sahagún

en el interior de una cueva (Ibíd. 277).

Citado por Broda, Ibíd.).

Otro ritual de gran importancia era el de Uey

Para muchos, hoy en día, este tipo de sacrifi-

tozoztli, durante el cual se sacrificaban a los

cios y festividades pueden parecer “salvajes”,

últimos niños del año; esta era la “Fiesta del

pero para nosotros eran normales y nadie

cerro Tlalocan” que constaba de dos partes: a)

cuestionaba los deseos de un Dios, como su-

las ceremonias realizadas en el monte, y b) las

cede en la actualidad...

que se llevaban a cabo en la laguna. La finali-

Bueno, como te iba diciendo, entre las ceremo-

dad de esta fiesta era pedir buen año, a causa

nias que se hacían en mi honor la primera del

de que ya el maíz que habían sembrado esta-

año era la de “El levantamiento de los postes”

ba todo nacido (Ídem.).

en la que se plantaban unos palos largos, pin-

Era tan importante esta festividad que hasta el

tados de azul, de los cuales se colgaban unas

mismo Tlatoani participaba de ella encabezan-

banderas de papel blanco, decoradas con go-

do la procesión al santuario que se encontraba

tas de ulli derretido. Estos palos también se

en la cumbre del cerro Tlalocan. Recuerdo una

dejaban en un lugar sagrado de la laguna, en

vez en que Motecuhzoma junto con todos los

Pantitlán. Cuando llegaba la puesta del sol se

nobles de Tenochtitlan, así como el rey de

tomaban las tiras de papel y se enterraban.

Texcoco, que en ese momento era Nezaualpi-

Era una fiesta muy emotiva, toda la gente parti-

lli, y los reyes de Tlacopan y Xochimilco; reali-

cipaba en ella realizando una procesión, a lo

zaron una peregrinación a mi santuario, para la

alto de un cerro en los cuales se encontraba

que salieron desde el amanecer, trayendo con-

uno de mis santuarios, y llevando una tira sa-

sigo a un niño pequeño, de unos seis o siete

grada en los hombros. Por supuesto a la cabe-

años. Lo habían colocado en una bella litera

za de la peregrinación se encontraban los sa-

que estaba toda cubierta para que nadie pu-

cerdotes que me consagraban culto, por su-

diera verlo y el ritual se efectuó frente a la es-

puesto en esta fiesta también se sacrificaban

tatua que había en mi honor. Tras del sacrificio

niños, a los cuales se les vestía de una mane-

el mismo Motecuhzoma y sus nobles vistieron

ra muy rica y se les colocaban unas “alitas” de

mi estatua con ricos ropajes y lo mismo hicie-

papel en la espalda (Broda, Op. Cit.:269-272).

ron con las imágenes de todos los idolillos de

En Tozoztontli, se realizaba otra ceremonia en

los cerros. Después de esto el rey sirvió, ante 458


mi imagen, muchos tipos diferentes de comida

ban una niña de siete u ocho años, a la que

y vasos de cacao espumoso, todo esto rociado

vestían de color azul y que representaba la la-

con la sangre del niño sacrificado (Ibíd. 278-

guna, las fuentes de agua y los ríos; en la ca-

279).

beza llevaba una guirnalda de cuero colorado

Posteriormente continuaba la fiesta en la lagu-

y una lazada con una borla azul de plumas.

na; para la cual, desde días antes los sacerdo-

Entonces metían a la niña en una especie de

tes y muchachos del Calmecac buscaban el

tienda tapada por todas partes para que no la

árbol más alto y más lindo que podían hallar

viera nadie, y la sentaban en el bosque debajo

en el cerro Colhuacan, y lo llevaban a la ciu-

del árbol grande. Los sacerdotes se sentaban

dad en una procesión con gran regocijo, can-

alrededor de ella tocando música en sus tam-

tando y bailando. Tenían mucho cuidado para

bores y cantando himnos de alabanza en mi

que no se le estropeara ninguna rama. Y lo lle-

honor. Se quedaban ahí hasta que recibían la

vaban al patio del Templo Mayor donde, frente

noticia de que los señores nobles habían ter-

a mi templo, hacían un pequeño bosque de

minado las ceremonias en lo alto del cerro y

matas y ramas, en medio del cual plantaban el

que ya bajaban a la laguna. Entonces salían

árbol. Alrededor de él ponían cuatro árboles

con la niña y el árbol hacia la laguna. Embar-

pequeños, “quedando él como padre de los

caban a la niña en una canoa y ponían el árbol

demás”. Entre ellos ataban cuatro sogas de

en una balsa y los llevaban al lugar del remoli-

paja que tenían muchas borlas colgadas de

no en medio de la laguna. Ahí plantaban el

trecho en trecho. Estas sogas simbolizaban la

árbol, junto al ojo de agua. Después degolla-

penitencia y aspereza de la vida que hacían

ban a la niña dentro de su tienda y arrojaban

aquellos que nos servían a los dioses (Ibíd.

su cuerpo al sumidero. Por último los nobles

279).

señores me ofrendaban joyas preciosas en el

En este bosquecillo, los sacerdotes y mucha-

remolino; al terminar este ritual regresaban to-

chos del templo hacían muchas ceremonias y

dos en silencio a la ciudad (Ibíd. 280-281).

juegos, y bailes disfrazados de diferente mane-

Hasta ahora te he contado sobre las fiestas

ra. Estas ceremonias se comenzaban a reali-

más importantes, pero había otros rituales en

zar días antes de la fiesta y duraban hasta la

mi honor, como en Etzalcualiztli, en que se re-

mañana del día indicado .

cogían juncos y los sacerdotes de mi templo

Por fin, el día de la fiesta los sacerdotes se

debían hacer un ayuno de cuatro días, autosa-

vestían con sus atavíos más festivos y saca-

crificios con espinas de maguey y abluciones 46 9


en la laguna (Ibíd. 282-286). Como ya lo dije antes soy uno de los dioses más representados, el que ha aparecido más veces en el Templo Mayor; ya sea en ollas de piedra o en magníficas vasijas de barro, o bien a través de un sinnúmero de elementos simbólicos que se relacionan conmigo (Matos Moctezuma, Op.Cit.:26). Por lo mismo tal vez sea el dios más fácil de reconocer por mis características particulares y mis insignias. Siempre llevo anteojeras formadas por dos serpientes estilizadas que se encuentran al centro y se entrelazan para dar paso a mi nariz (Broda, Op.Cit.:264). Esta anteojera es, al mismo tiempo, el chalchíhuitl, el jade precioso, que repre-

Fig.2. Representación de Tlaloc. Foja 89, Códice Magliabechiano. Codex Magliabecchiano XIII

senta también una gota redonda de agua y la serpiente enrollada (Hieden, 1984:25). Poseo además una serpiente como bigotera que me enmarca la boca, de la que emergen dos gran-

Mayor (Fig. 3), donde aparezco de manera es-

des colmillos de jaguar, y mi lengua que es bífi-

tilizada. En ella se muestran mis rasgos ico-

da. Como es lógico suponer mi color es el azul,

nográficos más sobresalientes y característi-

atributo del agua (Matos Moctezuma, Op. Cit.;

cos, tiene grandes orejeras rectangulares con

Hieden, Op. Cit.: 25-26).

un pendiente al centro. Lleva sobre la cabeza

En el códice Magliabechi se me ha representa-

un tocado con salientes en color blanco, que al

do de manera antropomorfa (Fig. 2), rodeado

parecer representan los cerros, en los que

de gotas de agua. Mi cuerpo aparece pintado

guardo y reservo el agua. El color azul, presen-

de negro, el color de los sacerdotes y hechice-

te en casi toda la vasija, que como ya vimos es

ros, y llevo en la cabeza un tocado de plumas

uno de mis atributos y del agua en particular.

blancas de garza.

En su interior, los sacerdotes que realizaron

Otra representación mía se puede ver en la

esta ofrenda habían colocado conchas de ma-

hermosa vasija que se encuentra en Templo 47 10


cuerpo en forma de corrientes de agua, lo que recuerda el mito nahua según el cual la Tierra se formó a partir del cuerpo de Tlaltecuhtli, cuando esta deidad se desplazaba sobre las aguas originarias; la imagen de arriba, Tlaltecuhtli, tiene el símbolo ollin, que significa movimiento, a la altura del vientre; los pechos y la falda con cráneos y huesos cruzados la identifican como figura femenina (Fig.4.). Como puedes ver tengo estrecha relación con otras deidades del panteón Mesoamericano, para empezar con mi consorte, que también es

Fig.3. Vasija Tlaloc. Museo del Templo Mayor. Foto. América Malbrán

dreperla y cuentas de piedra verde, símbolos del agua preciosa, del agua que yo envío a los hombres. Muchas otras vasijas con imágenes mías se han encontrado en el Templo Mayor, y en otros sitios importantes de Mesoamérica. Existen también las representaciones donde aparezco como Tláloc-Tlaltecuhtli es decir como asociación del agua con la tierra, una de estas imágenes se encuentra en el Templo Mayor. Se trata de dos imágenes superpuestas, por lo que se ven dos caras y dos cuerpos en la misma posi-

Fig.4. Representación de Tláloc-Tlaltecuhtli. Museo del Templo Mayor. Foto. América Malbrán

ción. La figura de abajo, es la mía, tiene el 4811


una deidad acuática, Chalchiuhtlicue... que en

tierra y estos animales se identifican conmigo

realidad es un desdoblamiento mío, la separa-

(Nicolau, Viñas y Esquivel; Op. Cit:16; Broda,

ción de mi parte femenina.

Op. Cit.:248-250).

Soy el “jefe de muchos auxiliares enanos que

En la mitología indígena serpientes y las llu-

toman el agua en recipientes de barro, salen

vias están estrechamente relacionadas; se

volando sobre los campos y rompen los reci-

considera a esos reptiles como imagen del ra-

pientes para provocar el rayo y para arrojar la

yo, por eso llevan serpientes en sus manos los

lluvia desde lo alto” (López Austin, 1994: 178).

tlaloques, mis mensajeros que reparten las llu-

Pero también puedo dividirme en cuatro perso-

vias –las aguas buenas y las aguas malas, el

najes, que son los que ocupan cada uno de los

granizo y la helada- y los relámpagos y los

cuatro postes del mundo, los tlaloque, deida-

truenos (Armillas, 1947:170). Otros animales

des del flujo del tiempo (Ibíd. 178-180).

que están ligados a mi son el caracol y las ra-

Según lo mencionan algunas fuentes históricas

nas, por su obvia relación con las aguas

como Chimalpahin y la Historia de los Mexica-

(Matos Moctezuma, Op. Cit.:26).

nos por sus pinturas soy el padre de la Luna y

Para resumir fui creado por una civilización

de Huitzilopochtli, y por consiguiente tengo re-

preponderantemente agrícola, que dependía

lación directa con Coatlicue (López Austin,

de los ciclos de lluvias y secas para subsistir;

Ibíd. 178; Hieden, Op. Cit.:23).

incorporaron en mí todos aquellos elementos

Por otro lado, y de acuerdo con lo que han lo-

que guardan alguna relación con la vida y la

grado descifrar varios autores, soy una de las

fertilidad. Y, como habrás notado, el culto a mi

deidades más antiguas del panteón mesoame-

dedicado era de importancia mayor. Este “se

ricano, y tal parece que procedo de un culto a

manifiesta en el arte con tal preponderancia en

la serpiente, asociada a la fertilidad (ya se ha

comparación con los demás cultos, que puede

mencionado que dos serpientes enfrentadas

ser calificado como el culto supremo” (Von

simbolizan los ojos de mi máscara). Otros in-

Winning, citado en Nicolau, Viñas y Esquivel;

vestigadores han detectado rasgos felinos en

Op.Cit:16).

mi boca y los han emparentado con el animal sagrado de los olmecas, el jaguar, sinónimo de

Bibliografía

la tierra. Con esta combinación serpiente-

Armillas, Pedro

jaguar, he surgido como divinidad que vendría

1947 “La serpiente emplumada, Quetzalcóatl

a expresar el agua que fecunda y fertiliza la

y Tláloc” en Cuadernos Americanos. N° 49 12


1. Año VI. Vol. XXXI. Enero-Febrero.

López Austin, Alfredo

México. Pp.161-178.

1994 Tamoanchan y Tlalocan. Fondo de Cul-

Barba de Piña Chan, Beatriz

tura Económica, México.

1994 “Tlapacoya, probable centro de peregri-

Matos Moctezuma, Eduardo

naciones a las deidades del agua” en

1982 “El rostro de la vida y de la muerte

Pasado, presente y futuro de la arqueo-

(Tláloc y Huitzilopochtli)” en El Templo

logía en el Estado de México, Homenaje

Mayor y el Centro Histórico, Revista de

al doctor Piña Chan, Toluca, CINAHEM.

la Universidad de México. Universidad

Broda de Casas, Johanna

Nacional Autónoma de México, Julio.

1971 “Las fiestas aztecas de los dioses de la

México. Pp.25-28.

lluvia: Una reconstrucción según las

Nicolau, Armando; Ramón Viñas y Laura Es-

fuentes del siglo XVI” en Revista Espa-

quivel

ñola de Antropología Americana, N°6.

1991 “Representaciones del Dios Tláloc en un conjunto de pinturas rupestres, Morelos”

Madrid. Pp. 245-327. Casas, Fray Bartolomé de las

en Antropológicas, N°6. Instituto de In-

1999 Los indios de México y Nueva España.

vestigaciones Antropológicas, Universi-

Antología. Edmundo O’Gorman Editor.

dad Nacional Autónoma de México,

Colección Sepan Cuantos N° 57. Porr-

México. Pp. 8-19.

úa. México.

Torquemada, Fray Juan de 1975 Monarquía Indiana, T.II, Biblioteca Porr-

Codex Magliabecchiano XIII

úa N°42, Porrúa, México.

1904 Manuscrit Mexicain Postcolombien de la Bobliotheque Nationale de Florence. Re-

Torres Cabello, Olivia

produit en Photochromographie aux frais

2001 “Los Tlaloque de Tlapacoya” en Homenaje a la Doctora Beatriz Barba de Piña

du Duc de Loubat. Danesi, Rome. Heiden, Doris

Chán. Agripina García Díaz et. al. Coor-

1984 “Las anteojeras serpentinas de Tláloc”

dinadores. Colección Científica. Instituto

en Estudios de Cultura Náhuatl. Vol. 17.

Nacional de Antropología e Historia,

Instituto de Investigaciones Históricas.

México. Pp.139-145.

Universidad

Nacional

Autónoma

de

Urdapilleta Pérez, José Antonio y Lucía Ga-

México, México. Pp.23- 32.

briela Urquiza Puebla

50 13


2001 “Manifestaciones rupestres en el Altipla no Central de México: el culto a Tláloc” en Homenaje a la Doctora Beatriz Barba de Piña Chán. Agripina García Díaz et. al. Coordinadores. Colección Científica. Instituto Nacional de Antropología e His toria, México. Pp.389-413.

51 14


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.