TLÁLOC ¿QUÉ? Boletín del Seminario El Emblema de Tláloc en Mesoamérica
Año 3
N° 10
Abril-Junio 2013
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO José Narro Robles
Las opiniones expresadas en Tláloc ¿Qué? Boletín del
Rector
Seminario El Emblema de Tláloc en Mesoamérica son responsabilidad exclusiva de sus autores.
Estela Morales Campos
Tláloc ¿Qué? Boletín del Seminario El Emblema de Tla-
Coordinadora de Humanidades
loc en Mesoamérica es una publicación trimestral del Proyecto El Emblema de Tláloc en Mesoamérica, del
Renato González Mello
Instituto de Investigaciones Estéticas de La Universidad
Director del Instituto de Investigaciones Estéticas
Nacional Autónoma de México, Circuito Mario de la Cueva s/n, Ciudad Universitaria, C.P. 04510, México
María Elena Ruiz Gallut
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del título, Dirección General de Derechos de Autor, Secretaría de Educación Pública, número
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tenido, Comisión Certificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas, Secretaría de Gobernación,
Marie-Areti Hers
números, ( en trámite ) , ISSN ( en trámite ) .
Alejandro Villalobos Patrick Johansson K.
Portada y viñeta: Lámina 35 Códice Vindobonensis Mexicanus 1 (facsimile). The Trustees of the British Museum. 1825-1831 .
2
CONTENIDO Presentación
p. 6
Presencia Katunesca en la Historiografía de Chalcatzingo. Revisión de los hechos, después del difamado o mal comprendido Katún 13 Jorge Angulo Villaseñor
p. 8
Principales deidades del agua y sus festividades entre los mexicas Ivon Cristina Encinas Hernández
p.18
Tláloc América Malbrán Porto
p. 41
Sesiones del Seminario
p. 52
43
TLALOC América Malbrán Porto1
S
oy un Dios, los hombres me crearon, no estoy muy seguro de que a su imagen y semejanza... pues me he visto reflejado en los espejos de agua, que yo mismo formo, y no me encuentro pare-
cido con algún humano. Pero eso es lo de menos, soy un Dios y eso sí es importante. Como todos los dioses, soy eterno, hace siglos que me conocen, aunque debo confesar que últimamente me han olvidado un poco, eso es culpa de los hombres que vinieron desde el otro lado del mundo. Aclaro que estoy un poco olvidado, porque todavía hay gente que se acuerda de mi y de mis nombres. Me llamaban de muchas formas... una que me gustaba es Tlamacazqui, que quiere decir “El Dador” o “EL Proveedor Divino”, pues soy yo quien proporciona lo necesario para que se desarrolle la vida sobre la tierra, provoco las lluvias (López Austin, 1994:176; Broda, 1971:251); también me decían Xoxouhqui “El Verde”, “El Crudo”, esto porque gracias a mi intervención es que brotan las plantas y las flores, crecen los árboles, las hierbas y el maíz (López Austin, Ibíd.). Otro de mis nombres es Tlalocatecuhtli y si alguno de ellos te parece muy complicado, puedes llamarme Tláloc. Sí, ya te diste cuenta, soy un dios de la vegetación, pero sobre todo del agua, de la lluvia. Cierto fraile, en uno de sus libros escribió sobre mí... o si lo quieres ver así, sobre aquellos que me adoraban: Escultura de Tlaloc. Sala Mexica Museo nacional de Antropología Foto. América Malbrán 1. Mtra. En Estudios Mesoamericanos por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México. Profesora en el Colegio de Estudios Latinoamericanos en la misma universidad. 41 4
...Estos indios (aƒi como los Antiguos Gen-
ro el lugar que más me gusta y al que le puedo
tiles) tuvieron otro Dios, que llamaron Tlalo-
llamar “hogar” es al que llaman Tlalocan. Han
catecuhtli, que quiere decir, Señor del
hecho varias descripciones de mi casa... y has-
Paraíƒo, ó lugar de ƒumos deleites, al cual
ta una pintura ¡Que quedó preciosa! Como no
consagraron Dios de las Aguas, y Lluvias:
había cámaras fotográficas... La pintura está
que ƒi bien ƒe nota, es Neptuno, a quien
en Tepantitla, ahí en Teotihuacan, atrás de la
llamaron Dios del Mar; y es tanta la
Pirámide del Sol... déjame que te la muestre
ƒemejança, que ai entre eƒtos dos dioƒes,
(Fig. 1).
que bien hecha de vér, aver ƒido el Demo-
Dicen que esta imagen de mi paraíso es muy
nio inventor de ambos... (Torquemada,
antigua en la región central de México y que se
1975:44).
remonta por lo menos al período Clásico;
¡Qué
barbaridad! Venir a compararme con ese
cuando fueron hechos los famosos frescos teo-
señor al cual no me parezco en nada. Para
tihuacanos (Broda, Op.cit.:251). De entre las
empezar tiene barba y su dirección es otra
descripciones literarias que existen la que más
pues, que yo sepa, vive en el fondo del mar, el
me gusta es la que hizo Sahagún, te voy a leer
Egeo creo... ¿O en la Alameda? Sí, ahí donde
un fragmento:
está esa fuente... ¿Te acuerdas?
“Y en el Tlalocan hay mucho bienestar, hay
Nada que ver! ¡Esas ganas de comparar!, ¡La
mucha riqueza. Nunca se sufre. Nunca fal-
verdad que el Difusionismo no va conmigo!
ta el elote, la calabaza, la flor de calabaza,
¡Si no es tan difícil encontrarme! Por lo general
el huauzontle, el chilchote, el ejote, la cem-
tengo varias casas. Me puedes hallar en las
poalxóchitl.
fuentes de agua, en la cima de las montañas o
Y dicen que en Tlalocan siempre están
en lo alto de los cerros envueltos por las nu-
verdes las plantas, siempre están brotan-
bes, en las cuevas, abrigos rocosos y grietas
do las plantas, siempre es temporada de
(Urdapilleta Pérez y Urquiza Puebla, 2001:391;
lluvias, permanece la temporada de llu-
Matos Moctezuma, 1982:26); ¡Ah! Y según el
vias” (Sahagún, 1994:182).
cronista Durán, mi casa era “una cueva larga”,
¡Estoy seguro de que te encantaría conocer-
“un camino debajo de la tierra”, lo que él quería
lo!... mmm Claro, para eso tienes que dejar tu
decir es que yo vivo en lo profundo de las gru-
estorboso cuerpo mortal y yo te tengo que ayu-
tas (Urdapilleta Pérez y Urquiza Puebla, Ibíd.).
dar en eso. Como mi elegido es el premio que
También habito en el octavo piso del cielo. Pe-
te puedo dar, la vida en mi paraíso, ese fantás542
Fig. 1. Fragmento de Mural del Tlaocan, Museo Nacional de Antropología. Foto. América Malbrán Porto.
tico lugar del que te hablo y al que van aque-
puedo ser sumamente benévolo y enviar a la
llos individuos que mueren por causas relacio-
tierra la lluvia benéfica que traerá nuevas cose-
nadas con el agua: hidrópicos, ahogados o
chas. Pero, debo confesarte que a veces,
porque les cayó un rayo... accidentes que pa-
cuando me ponen de mal humor, soy capaz de
san, tu sabes (Matos Moctezuma, 1982:26).
utilizar mis fuerzas destructoras para provocar
Tal y como has notado soy uno de los principa-
sequías, inundaciones, tormentas y tempesta-
les dioses del panteón mesoamericano: soy la
des, enormes granizadas y terribles heladas
deidad que gobierna las aguas, las lluvias, el
(Broda, Op. Cit.:252), a fin de cuentas, todos
granizo, la nieve, el rayo, el trueno, el fuego, la
tenemos malos días.
tierra, la fertilidad, la muerte, la creación, la ve-
Mi imagen se ha representado en figurillas y
getación, los animales, en definitiva de la natu-
vasijas de barro, se pintaba en los códices, es-
raleza... y aún el tiempo (Urdapilleta Pérez y
tucos y paredes, y se tallaba en piedra o ma-
Urquiza Puebla, Op.cit.:390; Nicolau, Viñas y
dera. Las figurillas, las pinturas, las esculturas
Esquivel; 1991:16). Mientras me traten bien
y los grabados se pueden encontrar todavía 643
hoy, tanto en las cimas montañosas como en
del agua y de los demás quemallos. [...]
el fondo de las cavernas, ya que en estos luga-
Ayuntábanse los parientes y amigos en
res era donde me rendían culto los señores
este día y llevaban comida que comían en
principales, sacerdotes, chamanes, guerreros y
los patios de los templos o en los portales
campesinos (Urdapilleta Pérez y Urquiza Pue-
con que festejaban; salían de México y lle-
bla, Op. Cit: 390).
baban en una canoa, barquillo dellos, un
No son pocos los abrigos rocosos donde hicie-
niño y una niña, y en medio de la laguna o
ron representaciones mías, algunos de ellos se
lago de México, echándolos en el agua y
encuentran en el Estado de Morelos; en reali-
sumiéndolos con canoa o barquillo, y to-
dad estos son “Santuarios u oratorios” en los
dos los ofrecían al dios del agua” (Casas,
que se realizaban ciertos rituales (Nicolau, Vi-
1999:86).
ñas y Esquivel; 1991:16), que la verdad me
En realidad eran varias las fiestas que se reali-
ponían muy contento. Las ceremonias propicia-
zaban y comenzaban en el mes I Atlacauco y
torias de la lluvia y la fertilidad formaban el
se repetían, según la necesidad, hasta el mes
núcleo del ritual azteca y representaban tam-
IV Uey Tozoztli, en que ya había caído el agua
bién la parte más antigua de la estructura com-
necesaria para el crecimiento de las cemente-
pleja de las fiestas del calendario. La preocu-
ras (Broda, Op. Cit.:268-269). Al respecto Sa-
pación por la lluvia resultaba lógicamente debi-
hagún refiere en su Historia General:
do al carácter agrícola de esta sociedad
“Los niños que mataban juntábanlos en el
(Broda, Op. Cit.:246). Debo confesar, que ex-
primer mes, comprándolos a sus madres, e
traño las hermosas fiestas que antes se reali-
íbanlos matando en todas fiestas hasta que
zaban en mi honor. Algunas han quedado do-
las aguas comenzaban de veras; y así ma-
cumentadas, gracias a los frailes y cronistas
taban algunos en el primer mes, llamado
coloniales.
Quauitleua2; y otros en el segundo, llamado
Por ejemplo, dice el Padre Bartolomé de las
Tlacaxipeualiztli; y otros en el tercero, lla-
Casas:
mado Tzoztontli; y otros en el cuarto, lla-
“Hacían otro sacrificio a este dios, y era poner muchos papeles pintados, y llevándolos
2. Según Sahagún el nombre de Atlacaualo se utilizaba en Tenochtitlan y significaba “Cesación del agua” o “penuria de agua” mientras que el otro nombre del mes, Quauitleua, “levantamiento de los postes” se utilizaba también fuera de Tenochtitlan y se refería a las ceremonias con los teteuitl. Sahagún, Op.cit.
a los templos ponían en ellos ulli, que es una goma de que hacen las pelotas que mucho saltan y debían, en honor del dios 447
mado Uey tozoztli, de manera que hasta que
la cual se sacrificaban cuatro niños esclavos,
comenzaban las aguas abundosamente, en
de entre cinco y siete años, y se los colocaba
todas las fiestas crucificaban niños” (Sahagún
en el interior de una cueva (Ibíd. 277).
Citado por Broda, Ibíd.).
Otro ritual de gran importancia era el de Uey
Para muchos, hoy en día, este tipo de sacrifi-
tozoztli, durante el cual se sacrificaban a los
cios y festividades pueden parecer “salvajes”,
últimos niños del año; esta era la “Fiesta del
pero para nosotros eran normales y nadie
cerro Tlalocan” que constaba de dos partes: a)
cuestionaba los deseos de un Dios, como su-
las ceremonias realizadas en el monte, y b) las
cede en la actualidad...
que se llevaban a cabo en la laguna. La finali-
Bueno, como te iba diciendo, entre las ceremo-
dad de esta fiesta era pedir buen año, a causa
nias que se hacían en mi honor la primera del
de que ya el maíz que habían sembrado esta-
año era la de “El levantamiento de los postes”
ba todo nacido (Ídem.).
en la que se plantaban unos palos largos, pin-
Era tan importante esta festividad que hasta el
tados de azul, de los cuales se colgaban unas
mismo Tlatoani participaba de ella encabezan-
banderas de papel blanco, decoradas con go-
do la procesión al santuario que se encontraba
tas de ulli derretido. Estos palos también se
en la cumbre del cerro Tlalocan. Recuerdo una
dejaban en un lugar sagrado de la laguna, en
vez en que Motecuhzoma junto con todos los
Pantitlán. Cuando llegaba la puesta del sol se
nobles de Tenochtitlan, así como el rey de
tomaban las tiras de papel y se enterraban.
Texcoco, que en ese momento era Nezaualpi-
Era una fiesta muy emotiva, toda la gente parti-
lli, y los reyes de Tlacopan y Xochimilco; reali-
cipaba en ella realizando una procesión, a lo
zaron una peregrinación a mi santuario, para la
alto de un cerro en los cuales se encontraba
que salieron desde el amanecer, trayendo con-
uno de mis santuarios, y llevando una tira sa-
sigo a un niño pequeño, de unos seis o siete
grada en los hombros. Por supuesto a la cabe-
años. Lo habían colocado en una bella litera
za de la peregrinación se encontraban los sa-
que estaba toda cubierta para que nadie pu-
cerdotes que me consagraban culto, por su-
diera verlo y el ritual se efectuó frente a la es-
puesto en esta fiesta también se sacrificaban
tatua que había en mi honor. Tras del sacrificio
niños, a los cuales se les vestía de una mane-
el mismo Motecuhzoma y sus nobles vistieron
ra muy rica y se les colocaban unas “alitas” de
mi estatua con ricos ropajes y lo mismo hicie-
papel en la espalda (Broda, Op. Cit.:269-272).
ron con las imágenes de todos los idolillos de
En Tozoztontli, se realizaba otra ceremonia en
los cerros. Después de esto el rey sirvió, ante 458
mi imagen, muchos tipos diferentes de comida
ban una niña de siete u ocho años, a la que
y vasos de cacao espumoso, todo esto rociado
vestían de color azul y que representaba la la-
con la sangre del niño sacrificado (Ibíd. 278-
guna, las fuentes de agua y los ríos; en la ca-
279).
beza llevaba una guirnalda de cuero colorado
Posteriormente continuaba la fiesta en la lagu-
y una lazada con una borla azul de plumas.
na; para la cual, desde días antes los sacerdo-
Entonces metían a la niña en una especie de
tes y muchachos del Calmecac buscaban el
tienda tapada por todas partes para que no la
árbol más alto y más lindo que podían hallar
viera nadie, y la sentaban en el bosque debajo
en el cerro Colhuacan, y lo llevaban a la ciu-
del árbol grande. Los sacerdotes se sentaban
dad en una procesión con gran regocijo, can-
alrededor de ella tocando música en sus tam-
tando y bailando. Tenían mucho cuidado para
bores y cantando himnos de alabanza en mi
que no se le estropeara ninguna rama. Y lo lle-
honor. Se quedaban ahí hasta que recibían la
vaban al patio del Templo Mayor donde, frente
noticia de que los señores nobles habían ter-
a mi templo, hacían un pequeño bosque de
minado las ceremonias en lo alto del cerro y
matas y ramas, en medio del cual plantaban el
que ya bajaban a la laguna. Entonces salían
árbol. Alrededor de él ponían cuatro árboles
con la niña y el árbol hacia la laguna. Embar-
pequeños, “quedando él como padre de los
caban a la niña en una canoa y ponían el árbol
demás”. Entre ellos ataban cuatro sogas de
en una balsa y los llevaban al lugar del remoli-
paja que tenían muchas borlas colgadas de
no en medio de la laguna. Ahí plantaban el
trecho en trecho. Estas sogas simbolizaban la
árbol, junto al ojo de agua. Después degolla-
penitencia y aspereza de la vida que hacían
ban a la niña dentro de su tienda y arrojaban
aquellos que nos servían a los dioses (Ibíd.
su cuerpo al sumidero. Por último los nobles
279).
señores me ofrendaban joyas preciosas en el
En este bosquecillo, los sacerdotes y mucha-
remolino; al terminar este ritual regresaban to-
chos del templo hacían muchas ceremonias y
dos en silencio a la ciudad (Ibíd. 280-281).
juegos, y bailes disfrazados de diferente mane-
Hasta ahora te he contado sobre las fiestas
ra. Estas ceremonias se comenzaban a reali-
más importantes, pero había otros rituales en
zar días antes de la fiesta y duraban hasta la
mi honor, como en Etzalcualiztli, en que se re-
mañana del día indicado .
cogían juncos y los sacerdotes de mi templo
Por fin, el día de la fiesta los sacerdotes se
debían hacer un ayuno de cuatro días, autosa-
vestían con sus atavíos más festivos y saca-
crificios con espinas de maguey y abluciones 46 9
en la laguna (Ibíd. 282-286). Como ya lo dije antes soy uno de los dioses más representados, el que ha aparecido más veces en el Templo Mayor; ya sea en ollas de piedra o en magníficas vasijas de barro, o bien a través de un sinnúmero de elementos simbólicos que se relacionan conmigo (Matos Moctezuma, Op.Cit.:26). Por lo mismo tal vez sea el dios más fácil de reconocer por mis características particulares y mis insignias. Siempre llevo anteojeras formadas por dos serpientes estilizadas que se encuentran al centro y se entrelazan para dar paso a mi nariz (Broda, Op.Cit.:264). Esta anteojera es, al mismo tiempo, el chalchíhuitl, el jade precioso, que repre-
Fig.2. Representación de Tlaloc. Foja 89, Códice Magliabechiano. Codex Magliabecchiano XIII
senta también una gota redonda de agua y la serpiente enrollada (Hieden, 1984:25). Poseo además una serpiente como bigotera que me enmarca la boca, de la que emergen dos gran-
Mayor (Fig. 3), donde aparezco de manera es-
des colmillos de jaguar, y mi lengua que es bífi-
tilizada. En ella se muestran mis rasgos ico-
da. Como es lógico suponer mi color es el azul,
nográficos más sobresalientes y característi-
atributo del agua (Matos Moctezuma, Op. Cit.;
cos, tiene grandes orejeras rectangulares con
Hieden, Op. Cit.: 25-26).
un pendiente al centro. Lleva sobre la cabeza
En el códice Magliabechi se me ha representa-
un tocado con salientes en color blanco, que al
do de manera antropomorfa (Fig. 2), rodeado
parecer representan los cerros, en los que
de gotas de agua. Mi cuerpo aparece pintado
guardo y reservo el agua. El color azul, presen-
de negro, el color de los sacerdotes y hechice-
te en casi toda la vasija, que como ya vimos es
ros, y llevo en la cabeza un tocado de plumas
uno de mis atributos y del agua en particular.
blancas de garza.
En su interior, los sacerdotes que realizaron
Otra representación mía se puede ver en la
esta ofrenda habían colocado conchas de ma-
hermosa vasija que se encuentra en Templo 47 10
cuerpo en forma de corrientes de agua, lo que recuerda el mito nahua según el cual la Tierra se formó a partir del cuerpo de Tlaltecuhtli, cuando esta deidad se desplazaba sobre las aguas originarias; la imagen de arriba, Tlaltecuhtli, tiene el símbolo ollin, que significa movimiento, a la altura del vientre; los pechos y la falda con cráneos y huesos cruzados la identifican como figura femenina (Fig.4.). Como puedes ver tengo estrecha relación con otras deidades del panteón Mesoamericano, para empezar con mi consorte, que también es
Fig.3. Vasija Tlaloc. Museo del Templo Mayor. Foto. América Malbrán
dreperla y cuentas de piedra verde, símbolos del agua preciosa, del agua que yo envío a los hombres. Muchas otras vasijas con imágenes mías se han encontrado en el Templo Mayor, y en otros sitios importantes de Mesoamérica. Existen también las representaciones donde aparezco como Tláloc-Tlaltecuhtli es decir como asociación del agua con la tierra, una de estas imágenes se encuentra en el Templo Mayor. Se trata de dos imágenes superpuestas, por lo que se ven dos caras y dos cuerpos en la misma posi-
Fig.4. Representación de Tláloc-Tlaltecuhtli. Museo del Templo Mayor. Foto. América Malbrán
ción. La figura de abajo, es la mía, tiene el 4811
una deidad acuática, Chalchiuhtlicue... que en
tierra y estos animales se identifican conmigo
realidad es un desdoblamiento mío, la separa-
(Nicolau, Viñas y Esquivel; Op. Cit:16; Broda,
ción de mi parte femenina.
Op. Cit.:248-250).
Soy el “jefe de muchos auxiliares enanos que
En la mitología indígena serpientes y las llu-
toman el agua en recipientes de barro, salen
vias están estrechamente relacionadas; se
volando sobre los campos y rompen los reci-
considera a esos reptiles como imagen del ra-
pientes para provocar el rayo y para arrojar la
yo, por eso llevan serpientes en sus manos los
lluvia desde lo alto” (López Austin, 1994: 178).
tlaloques, mis mensajeros que reparten las llu-
Pero también puedo dividirme en cuatro perso-
vias –las aguas buenas y las aguas malas, el
najes, que son los que ocupan cada uno de los
granizo y la helada- y los relámpagos y los
cuatro postes del mundo, los tlaloque, deida-
truenos (Armillas, 1947:170). Otros animales
des del flujo del tiempo (Ibíd. 178-180).
que están ligados a mi son el caracol y las ra-
Según lo mencionan algunas fuentes históricas
nas, por su obvia relación con las aguas
como Chimalpahin y la Historia de los Mexica-
(Matos Moctezuma, Op. Cit.:26).
nos por sus pinturas soy el padre de la Luna y
Para resumir fui creado por una civilización
de Huitzilopochtli, y por consiguiente tengo re-
preponderantemente agrícola, que dependía
lación directa con Coatlicue (López Austin,
de los ciclos de lluvias y secas para subsistir;
Ibíd. 178; Hieden, Op. Cit.:23).
incorporaron en mí todos aquellos elementos
Por otro lado, y de acuerdo con lo que han lo-
que guardan alguna relación con la vida y la
grado descifrar varios autores, soy una de las
fertilidad. Y, como habrás notado, el culto a mi
deidades más antiguas del panteón mesoame-
dedicado era de importancia mayor. Este “se
ricano, y tal parece que procedo de un culto a
manifiesta en el arte con tal preponderancia en
la serpiente, asociada a la fertilidad (ya se ha
comparación con los demás cultos, que puede
mencionado que dos serpientes enfrentadas
ser calificado como el culto supremo” (Von
simbolizan los ojos de mi máscara). Otros in-
Winning, citado en Nicolau, Viñas y Esquivel;
vestigadores han detectado rasgos felinos en
Op.Cit:16).
mi boca y los han emparentado con el animal sagrado de los olmecas, el jaguar, sinónimo de
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