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Ética y Valores

Ética” y “Valores son ideas que estamos acostumbrados a escuchar y que parecieran sinónimos, pero no es así, tal vez si estén relacionados conceptualmente incluso sean dependientes uno del otro, pero dejemos a la RAE (Real Academia Española) nos aclare cada concepto.

La definición según la RAE de Ética es “Parte de la filosof ía que trata del bien y del fundamento de sus valores” / “Conjunto de normas morales que rigen la conducta de una persona en cualquier ámbito de la vida”; y Valor como “Persona que posee o a la que se le atribuyen cualidades positivas para desarrollar una determinada actividad”. Ahora bien, una vez definido esto, por un lado, debemos tener claro cuáles son nuestros valores, no solo profesionales sino personales ya que el uno no puede ir sin el otro; en el ir y venir de pendientes laborales, pendientes en casa, dejamos de ser conscientes de cómo nos conducimos, a diario tenemos que tomar decisiones, algunas más relevantes que otras, pero todas ellas conllevan consecuencias, por ello la importancia de tener bien asentados y presentes los valores que nos rigen como individuos y como sociedad.

Por otro lado, tenemos conocimiento que existe un Código de É tica Profesional, creado en sus inicios por organismos colegiados locales y modificado a través del tiempo por ellos mismos, incluso algunos con alcances internacionales, basados en la necesidad de sentar normas que guíen y regulen el actuar de los profesionistas de la Contaduría, en este documento nos refieren y dejan claros los principios fundamentales de la integridad, objetividad, competencia y diligencia profesionales, confidencialidad y comportamiento profesional, indicándonos su funcionamiento, la identificación de las amenazas relativas a su cumplimiento, así como las salvaguardas para contrarrestarlas.

Si bien es cierto que la profesión implica el conocimiento y aplicación de un Código de É tica, no debemos dejar de lado los valores que de manera personal nos han sido inculcados, ya sea por las creencias familiares o de la propia sociedad en la que nos desenvolvemos; estos aunque suelen ser distintos en cada uno, intervienen de manera directa en nuestra profesión, algunos de ellos pueden ser la honestidad, sinceridad, lealtad, amistad, que parecieran ser valores adecuados e inofensivos para dirigirnos diariamente, sin embargo, tenemos que ser muy cuidadosos y estar atentos de cada situación que se nos presente e implique tomar una decisión sobre un acontecimiento que ponga en riesgo los

principios fundamentales del citado Código de Ética. Sin temor a equivocarme, todos hemos estado expuestos a alguna circunstancia en la que se pueda ver comprometido nuestro buen actuar, por ello la importancia de tomarnos el tiempo para observar y poner atención al tema. Para tener mayor claridad sobre esto, a manera de ejemplo y ejercicio expongo lo siguiente: Supongamos que han hecho una muy buena relación de amistad con alguno de los colaboradores del cliente al que le prestan sus servicios profesionales y éste por alguna circunstancia despide a su colaborador, ustedes disponen de información la cual saben que es a favor del colaborador (ahora su amigo) y tienen bien arraigado los valores de la amistad y la lealtad, ¿P roporcionar ían esa información de su cliente al colaborador, incumpliendo así con el principio de confidencialidad?, de primera instancia quiero pensar que la mayoría respondería que no, ya que no solo implica el incumplimiento de uno de los principios de su Código, sino además el riesgo en el que pondrían su situación laboral con ese cliente, es aquí donde nos cuestionamos, ¿Qué es lo correcto?, ¿Cómo aplico los valores personales sin incumplir los profesionales?, pareciera que no hay forma de cumplir con una sin que afecte a la otra pero esto no es así, bien podemos tomar una decisión en la que nuestra ética y nuestros valores se conjuguen para la más adecuada solución. En respuesta al planeamiento, a mi ver sería adecuado buscar un acercamiento con la persona afectada (el colaborador) dejándole claras nuestras intenciones de apoyo sin comprometer alguna información confidencial del cliente que se encuentre en nuestro poder, de esa manera buscamos equilibrar los valores personales y la ética profesional. Está claro que pueden presentarse situaciones más delicadas o complejas que la de nuestro pequeño ejemplo, sin embargo, como ven, a veces aunque las cosas parezcan sencillas y fáciles de manejar no siempre tenemos la respuesta correcta de manera inmediata, por lo que es bueno no tomar decisiones apresuradas y en casos donde no tengamos una solución viable, buscar la ayuda adecuada, tomando como base nuestro Código, el cual también hace mención de las consultas a terceros en caso de así requerirlo de acuerdo a cada caso.

Como reflexión, debemos buscar siempre la respuesta en la que logren converger ambas partes, la ética profesional y los valores personales, nuestra carrera nos exige el estudio constante de Normas y regulaciones, así como la obligatoriedad de estar al día en el conocimiento y aplicación de nuestro Código de Ética Profesional, hagamos el h ábito de su lectura, analicémosla y pongámosla en práctica, así como los valores que nos han acompañado a lo largo de nuestra vida personal y profesional, teniendo presente siempre el cuidado de no infringir el Código de É tica que la profesión nos imparte y nos invita a cumplir en el día a día de nuestro actuar profesional.

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