Normandía y Bretaña
NORMANDÍA: CONTRASTES DE UNA EUROPA ATLÁNTICA “En la niebla, el único signo de vida eran los gavilanes que volaban dejando su estela. A la derecha se elevaban las dunas (…) Hacía frío. El mar estaba tranquilo. La espuma blanca de las olas se balanceaba al ritmo de la respiración, acompañada por un rumor como de conchas trituradas”. Esta es la atmósfera normanda de Fécamp, donde se encuentran los acantilados más altos y las playas quizás más bellas de toda Normandía. Los frecuentaba también Georges Simenon, buscando inspiración para una de sus novelas más famosas: El puerto de las brumas. La niebla, que da la magia a los atardeceres normandos; pero también el viento y el sol, que hacen variar el azul del mar y el verde del campo. Contrastes característicos de una Europa atlántica a la que pertenece Normandía por los acontecimientos históricos y culturales de los que ha sido protagonista. Un paisaje variado y fascinante Normandía se asoma al Canal de la Mancha por un frente costero de más de 600 km, caracterizado por su alternancia entre zonas de playa y altos acantilados, en una singular concordancia con las costas inglesas que están al otro lado del mar. La Côte d’Albâtre (Costa de Alabastro) no tiene nada que envidiar a los famosos escollos blancos de Dover: el altiplano calcáreo del Pays de Caux se proyecta hacia el mar en espectaculares cascadas rocosas que se abren a la altura de Dieppe, de Fécamp y de Étretat, la aldea más hermosa de Albâtre, situada entre Amont y Aval. Hacia el oeste, la costa se suaviza, se hace más baja, formando el estuario del Sena para, a continuación, alargarse en las playas de Honfleur, Trouville, Deauville y Cabourg, los más elegantes y refinados lugares de vacaciones de la región. Desde aquí, hasta el inicio de la península del Cotentin, la Côte de Nacre (Costa del Nácar) mantiene los nombres asignados en los códigos de los aliados durante el desembarco de 1944: Sword, Juno, Gold, Omaha y Utah Beach son las playas y los tramos de costa que aún muestran signos visibles de la guerra. La Manche, el departamento más occidental de Normandía, se extiende hacia el Canal de la Mancha por la península de Cotentin, caracterizada por un litoral bajo y arenoso, interrumpido por pequeños estuarios y por “mielles” (pequeñas franjas de tierra situadas detrás de las dunas). Al suroeste se abre la bahía de Mont-Saint-Michel, dominada por una espectacular abadía fortificada que, dependiendo de la marea (en la bahía se alcanzan los 15 m de desnivel máximo), está unida por la arena o completamente aislada de la tierra firme. 12
El interior de Normandía es una región muy verde, rica en bosques, pastos y áreas cultivadas que conservan todavía la antigua estructura de “bocage”, es decir, de campos cerrados formando pequeños espacios divididos por verjas, muros de piedra o hileras de árboles. Como el Sena, los principales ríos normandos –Touques, Orne y Vire– desembocan en el Canal de la Mancha con amplios estuarios drenados por el flujo de las mareas. Normandía tiene un clima oceánico suave: las lluvias son abundantes, raramente se producen heladas invernales y las temperaturas estivales son moderadas. Sin embargo, la región está expuesta a las perturbaciones atlánticas, que confieren una fuerte variabilidad a las condiciones meteorológicas, incluso a lo largo de un mismo día. Los vientos, a menudo muy fuertes, y la temperatura del agua no resultan muy atrayentes para quien quiera probar la sensación de darse un baño en el Canal de la Mancha. Normandía verde Ni siquiera el Impresionismo francés pudo captar los miles de colores de Normandía. Cerca de Vernon, a lo largo de la carretera entre París y Rouen, el jardín de Giverny se mantiene aún florido y cuidado, tal como lo pintó Claude Monet. Y otros cientos de jardines dan color a cada rincón de la región, quizá la más rica en lo que a parques florales, colecciones botánicas y jardines de agua se refiere. En los departamentos de Orne y Calvados se halla la Suiza normanda, corazón verde de la zona. Aquí, las aguas de los torrentes corren entre los “bocages” más auténticos que se difuminan por Domfront, pequeña joya del urbanismo medieval y lugar de
Contrastes de una europa atlántiCa
partida para las excursiones al Parque Natural Normandie-Maine. El departamento de Orne ofrece también múltiples posibilidades para perderse en la espesura: el curso del Sena, por el Parque Regional del Bosque de Brotonne y, más al sur, por el bosque de Perche, se caracteriza por la variedad y riqueza de la fauna. En Manche, en la desembocadura del Vire, los grandes espacios pantanosos son el elemento dominante del Parque Regional Contentin et Bessin, una amplia zona húmeda ideal para la contemplación de las aves. Ciudad y campo Normandía tiene poco más de tres millones de habitantes, con una densidad cercana a la media francesa (108 habitantes/ km2). La Alta Normandía es la parte más densamente poblada, entre otras razones por la presencia de los principales centros urbanos de la región: Le Havre y Rouen. La capital de la Baja Normandía, la menos poblada, con una densidad de apenas 82 habitantes/km2, es Caen, situada en el departamento de Calvados. Los tres polos urbanos de la región tienen en común un patrimonio arquitectónico que, a causa de los bombardeos, se levanta en gran parte tras la Segunda Guerra Mundial. La más afectada fue Le Havre, que hoy presenta un plano urbanístico centrado en la gran plaza del Hôtel-de-Ville y en una retícula regular de calles. Sin embargo, Rouen ha mantenido su antigua estructura, conservando la catedral y numerosos edificios con hermosas fachadas recientemente restauradas. Para descubrir la arquitectura y los lugares más agradables, es necesario alejarse de la Normandía urbana para internarse en los núcleos rurales o en las viejas instalaciones de los balnearios. En el interior está toda la gracia del campo francés: las aldeas de Eure que surgen en torno a una abadía, los castillos de los siglos xvi y xvii, las fábricas fortificadas de Calvados, los “colombiers” del Seine-Maritime y algunos de los más bellos pueblos de la campiña francesa. A lo largo de la costa, muchas localidades turísticas conservan una atmósfera dieciochesca, fastuosa y aristocrática: en primer lugar, la Côte Fleurie, la playa más mundana de los parisinos, llena de villas de época y con los imponentes árboles de Trouville, Deauville y Cabourg; a continuación, las playas más tranquilas de
La Alta Normandía es más rural mientras que la Baja gira en torno a las ciudades.
la Côte d’Albâtre, como Dieppe, Fécamp, Étretat, próximas a los más espectaculares acantilados franceses. El turismo, favorecido en la zona por su cercanía a París (197 km entre la capital y Le Havre), es uno de los recursos económicos principales de la región, que, además de la tradicional vocación marítima y balnearia, ha desarrollado con éxito el potencial de uno de los ambientes rurales mejor conservados y más fascinantes de Francia: gracias al turismo ecuestre, por ejemplo (desde hace siglos, la Baja Normandía es famosa por la cría de caballos), o a la revalorización de sus especialidades gastronómicas, basadas en algunos productos típicos de la agricultura y la ganadería, como quesos, carne de pato… Estos productos, además de la pesca, son la base de la industria alimenticia normanda, el sector más importante de la región, además de las fábricas, concentradas en Rouen y en Le Havre, el segundo puerto francés después de Marsella. 13
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ENTRE MAR Y CAMPO: EL PAYS DE CAUX Los paisajes dibujados por el Sena son los protagonistas de este itinerario por la Alta Normandía que, en su primer tramo, sigue el curso del río desde Rouen hasta el mar. Son serenos paisajes donde se trazan suaves meandros, como escamas de una gigantesca serpiente adormecida entre manchas de bosques y verdes prados. Inmerso en la quietud del campo, uno casi se olvida de que está en una de las regiones más industrializadas de Europa. Sólo al acercarse a Le Havre, con los altos puentes que cuelgan sobre el río y las gigantescas instalaciones de su inmenso puerto –el segundo en Francia después de Marsella–, vuelve a poner los pies en la tierra. Rouen, ciudad de corazón antiguo Ese mismo binomio de modernidad y tradición se produce en Rouen, punto de partida del itinerario propuesto, ciudad moderna con el corazón aún cargado de antiguas emociones. Aunque las huellas de la última guerra mundial son aquí, como en todas las ciudades de la región, evidentes, la capital del departamento Seine-Maritime ha conservado sugerentes rincones y atmósferas intactas. Además de su Catedral de Notre-Dame, considerada como una extraordinaria “página de piedra”, en las estrechas calles del centro se descubrirán conjuntos de viejas casas de dos o tres pisos que, sobreviviendo al paso de los siglos y de las destrucciones, componen un repertorio completo de arquitectura de entre los siglos xv y xviii. Las tradicionales construcciones de tejado de madera son un elemento fundamental del paisaje urbano. Entre los recuerdos históricos de la ciudad, está el martirio de Juana de Arco, condenada a la hoguera por bruja y hereje. Los verdes escenarios del Pays de Caux Las suaves curvas que dibuja el río en su recorrido hacia el mar conservan su atractivo como suspendido en el tiempo. Solitarios castillos rodeados de bosques, ruinas de imponentes abadías, pequeños burgos completamente alejados del tráfico y las prisas. Es el mundo rebosante y sereno del Pays de Caux, que conserva el sabor tradicional de un campo civilizado, y los paisajes verdes del Parque regional de Brotonne, creado en 1974 para la protección de la zona agrícola y sus tradiciones. Un paisaje que, al acercarse hacia el mar, muestra señales de una economía distinta, basada en la existencia de grandes refine-
rías, de centros comerciales y fábricas. Se anuncia así Le Havre, segundo puerto de Francia, cuyo aspecto se vio enormemente alterado tras las múltiples destrucciones de la Segunda Guerra Mundial. Entre los altos acantilados de la Côte d’Albâtre La tercera parte del viaje por la Alta Normandía sigue la costa al norte de Le Havre hasta la frontera con la Picardie. Las carreteras recorren un altoplano de suaves ondulaciones, con algunas casas campesinas y aldeas, donde el mar parece estar muy lejos. Luego, de repente, aparecen los acantilados de la Côte d’Albâtre, las largas playas de guijarros pulidos –aquí llamados galets– y los puertos, desde los que en otro tiempo partían los barcos de pesca hacia los hielos de Terranova. La fascinación que despiertan estos lugares ha favorecido el precoz desarrollo turístico de los pueblos, erigidos entre las altas paredes de roca blanca y casi excavados en el alabastro. Ya en la segunda mitad del siglo xix, favorecidas por la llegada del ferrocarril, muchas villas de pescadores se transformaron en elegantes balnearios. En la tierra de Madame Bovary El último segmento de este viaje se desarrolla hacia el interior, en la fértil región del Pays de Bray. Son lugares donde aún el tiempo se sucede con el ritmo pausado del campo. No por casualidad ocurren aquí las vivencias de Emma, narradas por Flaubert en su inmortal novela Madame Bovary, y estos pueblos son el escenario preferido de muchos contes de Maupassant. Hoy el menor número de habitantes, el ritmo pausado de la vida cotidiana y la lejanía de los ruidosos focos turísticos, ejercen una fascinación digna de disfrutarse.
Foto de la página anterior: Gros Horloge (“Gran Reloj”) de Rouen. 21
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gioso, político, administrativo y financiero. En 1419, tras un largo periodo de prosperidad económica y de crecimiento demográfico, la ciudad cae bajo el dominio de los ingleses, que lo mantuvieron durante 30 años. Hasta mediados del siglo xvii, conoció un periodo de riqueza y desarrollo que dejó numerosos testimonios arquitectónicos. Muy graves fueron las cicatrices de la Segunda Guerra Mundial: un fuerte incendio en 1940 y severos bombardeos en 1944 provocaron incalculables daños a los monumentos históricos, derrumbaron barrios enteros a lo largo del Sena, destruyeron los puentes, las instalaciones del puerto, las fábricas y las oficinas. Pero la ciudad ha conservado un corazón antiguo cargado de historia y de fascinación. Entre los personajes nacidos en Rouen, deben recordarse el dramaturgo Pierre Corneille, los escritores Gustave Flaubert y Fontenelle o el pintor Théodore Géricault. ❚ VISITA El corazón antiguo de la ciudad La delgada y altísima aguja de la catedral es la referencia visual inmediata para situar el centro urbano. Y desde la majestuosa iglesia, una de las indiscutibles obras maestras del gótico francés, parte el primer itinerario que conducirá por sugerentes calles, aún caracterizadas por la presencia de casas de tejado de madera. Si bien distintas por la época de construcción (las más antiguas se remontan a finales del siglo xiv, las últimas al xix), con partes de ladrillo o zócalos de piedra, son estas casas las que dan su particular impronta al paisaje urbano. Place de la Cathédrale (C2). El antiguo cuadrado que formaba el espacio en el centro urbano dominado por la mole de la catedral, tiene evidentes huellas de la última guerra, aunando edificios modernos y antiguos. Entre ellos destaca, frente a la fachada de la iglesia, el Bureau de Finances, elegante palacete renacentista decorado con relieves y angelillos que sostienen medallones (1509-1542). Hoy acoge la Oficina de Turismo de la ciudad. Catedral de Notre-Dame★★ (C2-3). Como una extraordinaria “página de piedra”, la fachada de la principal iglesia de Rouen cuenta la evolución del arte desde el siglo 24
al xvi, combinando elementos románicos y formas y decoraciones propias del gótico flamígero. En este mosaico de diferentes estilos, se lee la historia de la catedral, levantada en el siglo xi sobre las ruinas de un templo destruido por un incendio, finalizada en los siglos xv y xvi con las torres y la decoración externa y restaurada tras los saqueos de la Revolución y las profundas heridas de la Segunda Guerra Mundial. Tienen aún el gusto románico las dos puertas laterales (finales del siglo xii), mientras la central, que se realiza entre 1509 y 1514, está decorada con 350 pequeñas figuras de profetas y sibilas, santos y patriarcas. ❙ Fachada. Está flanqueada por dos torres: revela tres fases constructivas distintas, la Tour St-Romain (a la izquierda), románica en la base (principios del siglo xii), gótica en la parte intermedia (1160-1165) y flamígera en la superior (1469-1477); más reciente es la Tour de Beurre★, erigida entre 1485 y 1506, que se creía realizada con el dinero pagado por los fieles para obtener el privilegio de consumir mantequilla durante la Cuaresma. En el flanco derecho de la catedral se levanta la imponente torre del crucero (iniciada en el siglo xiii y terminada en torno al año 1500), con una altísima aguja calada, rehecha en fundición entre 1823 y 1881. En la cabecera del transepto se abre el soberbio Pórtico de la Calende★, comenzado en 1280 y ornamentado con esculturas, algunas de las cuales fueron restauradas en el siglo xix. El ábside se engloba en el Arzobispado, edificio del siglo xv con fachada del xviii. ❙ Interior de la Catedral. Resulta imponente y ligero al mismo tiempo; está formado por tres naves, con amplio transepto, alta tribuna, coro y deambulatorio. En la nave derecha, con vidrieras modernas de Max Ingrand, la única capilla que se salvó de los bombardeos de 1944 es la de Ste-Catherine, con vidrieras del siglo xv y un lienzo de escuela italiana del xvi (Flagelación) sobre un retablo de madera del xvii. En el lado derecho del transepto se abre la capilla de San José, con vidrieras renacentistas (1521; Vida de St-Romain, patrono de la ciudad) y un Ecce Homo de piedra de finales del siglo xiii. En el deambulatorio, con preciosas vidrieras xi
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del xiii, están la estatua yacente de Rollon, primer duque de Normandía (copia moderna), y la de Ricardo Corazón de León, rey de Inglaterra y duque de Normandía, que custodia su corazón. Iluminan la capilla absidal, llamada Capilla de la Virgen, grandes vidrieras realizadas en torno a 1470, que representan a los santos obispos de Rouen; un retablo de madera del xvii alberga una Adoración de los pastores pintada en 1629. En la pared derecha está la Tumba de los cardenales de Amboise★★, obra maestra del arte renacentista, realizada en 1516-1525; en la pared opuesta, la tumba de Louis de Brézé★ (primera mitad del siglo xv), obra de gusto lombardo, con figura yacente de alabastro y la imagen de Diana de Poitiers, su esposa, arrodillada e implorando a la Virgen. En el lado izquierdo del transepto, con una Piedad de 1590 en el altar, se encuentra la Escalera de la Librería★ (1480), refinado ejemplo del gótico flamígero. Entre las vidrieras de la nave izquierda, destacan particularmente las de las capillas 3ª y 4ª, las más antiguas de la catedral, realizadas en torno al 1200 y completadas en 1468-1469. Ya en el siglo xiv eran llamadas Belles Verrières.
El encanto de la atmósfera del pasado se respira en las calles del casco antiguo de Rouen.
Rue St-Romain (C2-3). La sugestiva calle que discurre a la izquierda de la catedral, accesible también por el Patio de los Libreros, es uno de los tramos mejor conservados de la ciudad antigua, con casas de los siglos xv-xvii. A la derecha se abre el Patio de los Libreros, especie de pasaje flanqueado por arcadas góticas (1464-1484), que precede el lado izquierdo del transepto de la catedral. Al fondo se abre la Puerta de los Libreros★, del siglo xiii, decorada con esculturas y con un relieve del Juicio Final en el tímpano. Más adelante, a la izquierda, se encuentra el rincón medieval de la Rue des Chanoines. Descendiendo a mano derecha hacia el Sena, atravesada la Rue Général-Leclerc, se llega a Place de la Haute-Vieille-Tour (C2-3), donde se halla la llamada Fierte: se trata de un pequeño edificio de dos plantas, de estilo clasicista, construido en 1542 para exponer las reliquias de St-Romain, patrono de la ciudad. Este habitáculo está adosado a los restos de las Halles del siglo xvi, destruidas en 1944. 25
PARA VIAJAR A NORMANDÍA Y BRETAÑA Clima y época de viaje En Bretaña y en Normandía es casi inglesa la variabilidad del tiempo, que puede cambiar varias veces en un mismo día. Una característica que evidentemente se debe al Océano Atlántico que, sin embargo, garantiza unos inviernos suaves, donde la nieve es un elemento ocasional. Muy británica es también la lluvia, nunca demasiado violenta (las precipitaciones anuales raramente superan los 800 mm) pero cada vez más habitual en los meses estivales. El verano, una época en la que el termómetro puede alcanzar los 35 ºC, se deja sentir especialmente en las localidades balnearias y en el notable flujo turístico de las ciudades de interés artístico: por tanto, se recomienda reservar con antelación plaza en los hoteles, a fin de evitar encontrarse con el cartel de complet. En este sentido, no hay ningún problema en los últimos meses de la primavera y a principios de otoño, estaciones, además, favorables desde el punto de vista meteorológico: predominan las temperaturas agradables, aunque no hay que olvidarse del abrigo ni del paraguas. Información y cartografía Se puede obtener información detallada a través del Comité Régional du Tourisme de Normandie (14 rue Charles Corbeau, 27000 Evreux, telf. 0232337900, fax 0232311904; en Internet: www.normandy-tourism.org; e-mail: info@normandie-tourisme.org) y del Comité Régional du Tourisme de Bretagne (1 rue Raoul Ponchon, 35069 Rennes, telf. 0299361515, fax 0299284440; www.tourismebretagne. com; e-mail: tourism-crtb@tourismebretagne.com), sin olvidar los distintos Comités Départamentaux du Tourisme de las dos regiones. Las principales localidades tienen Office du Tourisme o un Syndicat
Números útiles Policía: 17 Ambulancias: 17 Bomberos: 18 Previsiones meteorológicas: 3250 Estado de la mar: 0836 680 808 204
d’Initiative, cuyas direcciones aparecen en la sección de direcciones útiles de esta guía, Servicios turísticos, hoteles y restaurantes. La página web de su asociación (www.tourisme.fr) contiene una nutrida lista de enlaces con temática turística. Documentación y fronteras En las fronteras para entrar en Francia ya no existen controles (salvo que se proceda de un país extracomunitario); por tanto, no hay ninguna restricción sobre equipaje personal, aunque los documentos de identidad son necesarios, incluidos los de los niños que no estén registrados en el pasaporte de los padres. El carné de conducir y el DNI son necesarios para automovilistas y motociclistas, y en la matrícula del vehículo debe estar indicada la procedencia de España. El certificado de vacunación antirrábica –efectuada durante los doce meses anteriores a la entrada en Francia– es obligatorio para perros y gatos, que no son admitidos en el país si tienen menos de tres meses. Moneda y cambio En Francia, como en el resto de los países de la UE, se utiliza el euro para todas las transacciones económicas desde enero de 2002. En casi todos sitios se aceptan las tarjetas de crédito (Visa, Euro-MasterCard, Diner’s, American Express), con las que, además, se puede sacar dinero de los cajeros automáticos, en servicio las 24 horas del día. Los bancos abren de lunes a viernes, de 9 h a 16.30 h (en los centros pequeños, hacen una pausa entre las 12 h y las 14 h o entre las 12.30 h y las 14.30 h), los sábados y las vísperas de fiesta, de 9 h a 12 h. Viajar en coche La óptima calidad de las redes de carreteras y autopistas se corresponde con las severas normas de seguridad: cinturones de seguridad siempre puestos, tanto en asientos delanteros como traseros; son obligatorios los asientos especiales para los niños menores de 10 años y la tasa de alcoholemia del conductor no puede superar el 5 por 1.000. Para los motociclistas, el casco es obligatorio, incluso en ciclomotores, aunque, sin embargo, se permite que circulen dos personas.
líNeas aéreas
Autopistas. Su ausencia en Bretaña es sólo aparente: las carreteras nacionales que comunican los principales centros de la región tienen en todos los casos las características de las autopistas –con excepción del límite de velocidad (ver más adelante)–. Como indican las señales, azules y blancas, el tramo que va desde París hasta Le Havre y Caen es una autopista de peaje (péage): además de con dinero en efectivo –a menudo el cobro es con máquinas automáticas–, se puede pagar con tarjeta de peaje –de venta en las oficinas de turismo, los quioscos y otros comercios– o utilizando el sistema Télépéage. Para obtener información relativa al tráfico de las autopistas, se puede escuchar la frecuencia FM 107.7 o llamar al telf. 0836681077. Normas de circulación. La normativa sobre los límites de velocidad fija valores distintos dependiendo de la meteorología: en caso de lluvia, la velocidad máxima se reduce de 130 a 110 km/h en las autopistas, de 110 a 100 km/h en las carreteras nacionales y de 90 a 80 km/h en las demás carreteras extraurbanas. En los centros urbanos, el límite es siempre de 50 km/h. La señalización está muy cuidada: el socorro a los automovilistas se indica con señales con la parte superior roja en las carreteras nacionales (N) y amarilla en las departamentales (D). Ayuda en carretera. Hay postes de socorro cada 2 km en las autopistas: la llamada (gratuita) comunica con la Policía, localizable también en el número 17. Carburante. Se dispensa sólo en estaciones de servicio, normalmente abiertas de 7.30 h a 19.30 h en ciudad y en las carreteras estatales (de noche funcionan muchos distribuidores automáticos que aceptan todo tipo de tarjetas de crédito) y las 24 horas del día en las autopistas. Alquiler de vehículos. La tarjeta de crédito y tener más de 21 años y 2 de carnet de conducir es indispensable si se quiere alquilar un coche; las direcciones de los operadores –entre los que figuran todas las grandes multinacionales del sector– se pueden solicitar en las oficinas de turismo o directamente en los propios hoteles.
Trenes El TGV (Train à Grande Vitesse) alcanza 570 km/h y, combinado con los trenes españoles, permite viajar con relativa facilidad y rapidez desde cualquier punto de España. No existe el TGV en dirección a Normandía pero, teniendo en cuenta el caótico tráfico que suele haber en París y sus alrededores, el Intercity que desde la Gare de St-Lazare –de donde parten además los trenes hacia Le Havre, Caen y Cherbourg – llega en una hora a Rouen, es una interesante alternativa al automóvil. Los billetes se convalidan antes de subir al tren. Líneas aéreas Normalmente, París es la etapa obligada para llegar a los aeropuertos bretones (Brest, Lorient, Quimper, Rennes) y normandos (Caen, Cherbourg, Deauville, Le Havre) desde España. Todas las compañías ofrecen vuelos frecuentes a la capital francesa desde las principales ciudades españolas. 205