Cataluña Total

Cataluña Mapa de carreteras 1:400.000

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JOSÉ ÁNGEL CILLERUELO Ampliado y actualizado por XAVIER MARTÍNEZ I EDO

1. HACIA EL PIRINEO LERIDANO Remontando el cuRso del nogueRa PallaResa

(152 km)

Uno de los accesos más frecuentados hacia las comarcas del Pirineo leridano es el que configura el valle del río Noguera Pallaresa. Este afluente del Segre ejerce como corredor natural por el que discurre la carretera C 13, columna vertebral del itinerario que proponemos. A lo largo del río se distribuyen los principales núcleos de población de la zona, pero a ambos lados de este eje principal se abren numerosos valles con un patrimonio natural e histórico excepcional. La ruta permite, pues, una perfecta aproximación a un amplio sector del Pirineo leridano, el que abarcan las comarcas del Pallars Jussà y el Pallars Sobirà. Es un amplio territorio que se extiende desde la sierra de Montsec, al sur, hasta las cimas más elevadas del Pirineo catalán, al norte. Àger y la sierra de Montsec ◗ Desde las ciudades de Lleida★ [pág.

238] o Balaguer★ [pág. 104] puede iniciarse este itinerario pirenaico, tomando la carretera C 12 hacia el norte, que discurre inicialmente en paralelo al curso del río Segre. ◗ En pocos kilómetros aparece ante el horizonte la contundente silueta de la sierra del Montsec, una inmensa pared rocosa de verticales pendientes. Antes de llegar, sin embargo, se pueden realizar algunas paradas. A unos 12 km de Balaguer está el cruce hacia Os de Balaguer, un pequeño núcleo situado a orillas del río Farfanya, que forma allí un pequeño desfiladero. El pueblo conserva algunos restos de su castillo medieval, conquistado por los condes de Urgell en 1116. Su iglesia de Sant Miquel muestra una fachada barroca y, frente a esta, se alza una monumental fuente, también barroca, de cuatro caños. ◗ Unos 2 km más adelante se encuentra, a la derecha, el monasterio de Bellpuig de les Avellanes, una antigua abadía que en la actualidad, y desde 1910, es un seminario marianista.

Tuvo este monasterio un gran relieve intelectual durante la primera mitad del siglo xviii, con un florecimiento erudito que reunió un corpus documental único sobre iglesias y monumentos catalanes.

La comunidad fue exclaustrada en 1835 y la abadía sufrió el expolio hasta el punto de que los sepulcros de los condes de Urgell que albergaba fueron trasladados, tras su venta, a museos norteamericanos.

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La parte más importante es el claustro románico (siglo xii), que está completamente restaurado. Consta de cuatro galerías con arcos de medio punto y estilizadas columnas. Las reformas lo han integrado correctamente con los edificios modernos del monasterio. En una de las galerías se muestra una pequeña exposición fotográfica sobre el estado de la abadía a principios del siglo xx, las piezas vendidas y las sucesivas restauraciones. Destacan las fotografías del Arxiu Mas, tomadas por Adolf Mas (1861-1936) en su intensa campaña para retratar los monumentos antiguos. La iglesia, gótica, ha sido muy restaurada y a ambos lados del altar se echan en falta los sepulcros desaparecidos. ◗ Prosiguiendo el itinerario entre un solitario paisaje repleto de encinas, se dejan atrás los caseríos de Vilamajor y Fontdepou, este último con una torre defensiva circular bien restaurada; una escalera permite acceder a lo alto del torreón, desde donde se obtiene una panorámica amplísima. ◗ También las vistas son excelentes desde el coll d’Àger (912 m), que viene a continuación. Y poco después se alcanza la población de Àger★, todavía en la vertiente sur del Montsec, en la comarca de la Noguera. Àger presenta una estampa realmente fotogénica, incrustado sobre las paredes rocosas de la sierra y con un perfil escalonado que culmina, en lo más alto, con las ruinas del edificio de la colegiata de Sant Pere★. Se trata de una construcción de transición del romá-

Hacia el PiRineo leRidano nico al gótico, con un amplio claustro del siglo xv , rodeada de un recinto amurallado con torres semicirculares de defensa que son testimonio de la existencia de un antiguo castillo. El conjunto fue levantado sobre los restos de una anterior fortificación romana y una ermita prerrománica del siglo x. De hecho, bajo la colegiata se esconde una misteriosa cripta que podría pertenecer a aquel templo. De Àger también debe

saberse que en los últimos 25 años se ha convertido en una referencia de prestigio para la práctica del vuelo libre en Europa, dado que la sierra del Montsec es una zona ideal para la práctica de este arriesgado deporte. En 1995 se llevó a cabo aquí el Campeonato del Mundo de Ala Delta, lo que dio una proyección internacional a este diminuto pueblo, que hoy es frecuentado por deportistas de todo el mundo.

Estany des Amitges, en el Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici 29

Cataluña de la a a la Z En la misma plaza de la iglesia se halla otro edificio barroco interesante, la Casa de la Vila, datado en 1761. Entre un friso de ventanas y el balcón principal preside la fachada el escudo de la villa.

Detrás de la iglesia, en un lugar donde desde época medieval se celebraba el mercado, se construyó en el siglo xix una plaza porticada con un criterio unitario, la plaça del Mercadal, recinto cuadrado con ocho arcos en cada lado.

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En el vecino pueblo de Montclar d’Urgell (a 9 km en dirección a Artesa de Segre) se puede visitar el castillo de origen medie­ val, aunque muy restaurado. Impresiona su compacta planta cuadrada y en el inte­ rior destaca una serie de saeteras móviles, en las que un cilindro de piedra dentro del muro abre y cierra la abertura. Lo mismo se puede observar en la pared de la cárcel, ahora en forma de curiosa rótula giratoria.

ALCOVER (15, A2; 245 m, 5.140 habitantes). Provincia de Tarragona. Comarca del Alt Camp.

Esta pequeña villa agrícola se encuentra en el área de transición entre las montañas de Prades y el llano de Tarragona, junto al antiguo camino entre Montblanc y Reus.

Historia Tal como el topónimo indica, Alcover parece tener origen árabe, aunque se han encon­ trado en los alrededores vestigios romanos y también prehistóricos. Fue repoblada en el siglo xii y pronto alcanzó notoriedad en la zona, como demuestran su iglesia romá­ nica, el castillo y las murallas. Durante el siglo xvi se convirtió en el refugio de los más famosos bandoleros (los morell y los voltors) del Campo de Tarragona.

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Se conserva en Alcover el perímetro leve­ mente ovalado que dibujaron durante siglos sus murallas (siglo xiv), hoy des­ aparecidas salvo dos puertas y algunas torres. En la avinguda de Reus está el por­ tal de la Saura, que forma un doble arco cubierto; por una abertura se accedía al recinto amurallado y por la otra al antiguo barrio del Carme. En la dirección opuesta, en la calle de la Muralla de Sant Miquel, se encuentra el portal de Sant Miquel, flanqueado por dos torres de la muralla.

No hay que dejar de visitar las ruinas de la espléndida iglesia de la Sang o Vella, un notable templo románico (siglo xii) levan­ tado con gruesos sillares de piedra roja, característica de las montañas de Prades.

La bóveda fue derribada en 1937, durante la guerra civil; en 1979 fue restaurada en parte. En pie queda parte del ábside, con muestras de escultura en sus capiteles; el muro de poniente, con un gran rosetón; y el de mediodía, con restos del pórtico.

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El recinto amurallado de Alcover está organizado por varias calles transversales cortadas por una única calle que asciende en línea recta hacia la actual iglesia parro­ quial, construida sobre el lugar que ocupó el castillo medieval. Subiendo por esta calle, denominada carrer del Rec, se halla, a la derecha, la plaça Nova, una plaza rectangu­ lar y porticada en la que se asoma la fachada renacentista de la Casa de la Vila (siglo xvi).

De nuevo en la calle del Rec, por la izquierda desemboca el carrer de la Abadia, donde destacan dos casas gemelas del siglo xvii, can Cosme y la Rectoria, tal vez el mejor ejemplo de los muchos edificios de esa época que se conservan en Alcover. Presenta esta doble casa una impecable fachada simétrica de esmerado gusto renacentista. De hecho ha sido atribuida al gran maestro Pere Blai (1553­1620). En lo alto de la calle se levanta la Església Nova, obra de dimensiones importantes iniciada a finales del siglo xvi y concluida dos siglos más tarde.

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En las afueras de Alcover y sobre la orilla izquierda del río Glorieta se alza, en un hermoso paraje, el santuario del Remei (siglo xviii), obra barroca de espléndida factura, que fue decorado por el célebre escultor catalán Lluís Bonifaç (1730­1786).

La portada está flanqueda por dos torres rematadas con sendos templetes y en su interior hay una imagen de la Virgen, copia de la original destruida en 1936, que según la tradición fue una «Virgen encontrada».

ALTAFULLA★ (10, D1; 52 m, 4.776 habitantes). Provincia de Tarragona. Comarca del Tarragonès.

Altafulla se extiende entre dos castillos, el que corona la población y el de Tamarit, en la costa. En el interior predominan las casas señoriales; camino de la playa, el barrio marinero.

Historia La gran cantidad de casas nobles fechadas en los siglos xvii y xviii señalan esta época como la de máximo apogeo del lugar, pros­ peridad vinculada sobre todo al comercio de productos agrícolas con las colonias de América.

Tradiciones y fiestas La fiesta mayor tiene lugar el 11 de no­ viembre con la popular arengada, almuerzo con sardinas. En agosto se organiza un Festival de Voces.

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En la parte más alta de Altafulla se encuen­ tran sus monumentos más característicos, el castillo y la iglesia de Sant Martí.

Aunque en su origen fue una construcción medieval, el castillo ha sufrido desde el siglo xvii importantes reformas que, en alguno de sus rincones, le dan incluso un vistoso aire romántico. Está formado por un voluminoso cuerpo cuadrangular, con cuatro grandes torres, construido sobre la roca. La obra aparece rematada con alme­ nas triangulares y escalonadas. El castillo es propiedad de los marqueses de Tamarit.

La iglesia, elevada al parecer sobre un primitivo templo medieval, data de finales del siglo xvii. En su interior exhibe relie­ ves barrocos y los restos de un interesante retablo fechado en 1745. Las calles adya­ centes a la plaza merecen también un atento paseo. Las ventanas, hornacinas, patios interio­ res o galerías corridas de sus casas ofrecen al visitante no pocas sor­ presas.

Castillo de Tamarit 93

Cataluña de la a a la Z Al otro lado de la carretera, frente a la playa, se conserva un modesto barrio de pescadores, las Botigues del Mar.

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En una pequeña elevación del terreno que existe en la parte final de la zona costera de Altafulla, camino ya de Torredembarra, se encuentran los restos de la importante villa romana de els Munts. Habitaciones, termas y unos enormes depósitos de agua perfectamente conservados parecen indi­ car que se trataba de un lugar de descanso para los patricios de Tarraco. Cerca de la N 340, camino de Tarragona, (entre los

km 1.171 y 1.172, a la derecha, existe un cartel indicativo, o bien se puede acceder directamente desde el área de servicio de la autopista AP 7) se encuentra una de las muchas canteras romanas que abas­ tecían la monumentalidad de Tarraco, la cantera del Mèdol★. Además de que el lugar crea un microclima especial, de gran valor ecológico, preside la cantera un impresionante pilar de 16 m, «la aguja del Mèdol», testigo de la piedra extraída. En los restos de la cantera es perceptible tam­ bién la técnica de extracción, mediante cuñas de madera que permitían desbastar la piedra en bloques.

L’AMETLLA DE MAR (15, C1; 19 m, 7.649 habitantes). Provincia de Tarragona. Comarca del Baix Ebre.

El ambiente pescador y la belleza mediterránea de sus calas son los principales atractivos de esta villa.

Historia Una vez concluida la guerra de la Independencia, un grupo de pescadores descubrieron en la cala donde hoy se encuentra el puerto condiciones ideales para llevar a cabo su actividad. Este es el origen de la actual población de l’Ametlla.

En las cartas de navegación antiguas se conocía esta zona como cala de l’Amenla o la Merla.

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En el puerto pescador, uno de los prin­ cipales del litoral catalán, hay que asistir a la llegada de los barcos (a partir de las

Puerto de l’Ametlla de Mar 94

16.30 h) y a la subasta del pescado, que se realiza todos los días laborables en la lonja de la Cofradía de Pescadores. Por la tarde se canta el pescado blanco, de arrastre, que han capturado las barcazas desde la madrugada, y por la mañana se realiza el cant de la sardina (hacia las 9 h) con el pescado azul recogido por la noche.

Las labores marineras de desembarco del pescado y útiles de pesca resultan también atractivas.

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A 2 km del núcleo urbano, en dirección a la urbanización Tres Calas, y junto a la

L’AmetLLA de mAr cala Sant Jordi, existe una pequeña cons­ trucción militar de estilo Vauban, el cas­ tillo de Sant Jordi d’Alfama, de un piso, cuadrada, con baluartes en los ángulos.

Se encuentra en estado de relativo aban­

dono. En la misma zona está el circuito de motociclismo de Calafat. Otro motivo de atención son las diversas calas, algunas muy bien cuidadas, con que cuenta en sus 14 km de costa.

AMPOSTA (14, C-D2; 8 m, 21.445 habitantes). Provincia de Tarragona. Comarca de Montsià.

Capital de la comarca más meridional de Cataluña, situada en la margen derecha de la ribera del Ebro y cerca de su desembocadura. Reúne en su territorio paisajes que van desde la sierra de Montsià hasta el delta del Ebro.

Historia Durante siglos la vida en Amposta se redujo a dos núcleos, el castillo, baluarte defensivo del área de Tortosa, y el arrabal pescador del Grau. El azote de turcos y bereberes, que destruyeron la fortaleza en el siglo xvi, y la insalubridad de los terrenos pantano­ sos le restaban atractivos. La apertura de vías de comunicación desde mediados del siglo xix y el desarrollo agrícola del xx han favorecido su reciente expansión.

Tradiciones y fiestas Fiestas mayores durante la segunda quin­ cena de agosto, con un antiguo rito que tiene al toro como protagonista: el bou capllaçat o toro enlazado.

Entre los actos más destacados resal­ tan el Concurso Nacional de Vestidos de Papel y la Bajada Internacional nadando Amposta­Tortosa.

Gastronomía La cocina local, rica y arraigada a la tie­ rra, utiliza los recursos naturales propios del Delta. Platos típicos son las angules,el marisc, el llisal i llobarro a la brasa, el suquet de peix, las botifarres negres y las diferentes formas de preparar el arroz.

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De una orilla a otra del Ebro se extiende el emblema de Amposta, su famoso puente colgante, o pont penjat, una estructura metálica de dimensiones impactantes, con un enorme vano que salva el cauda­ loso cauce del Ebro sin ningún soporte central. Fue realizado a principios del siglo xx, pero quedó destruido durante la Guerra Civil y no fue rehecho hasta la década de 1950.

En un extremo del puente se localiza el casco antiguo de Amposta, junto al que se halla el barrio de pescadores, conocido como es Grao.

Justo al lado del arranque del puente hubo un castillo, pero de él ya no quedan más que los nombres de las calles adya­ centes: plaza del Castell y calle del Fosso.

Estas zonas más antiguas no presentan un carácter monumental, pero un paseo por sus callejas permite saborear el ambiente pescador y arrocero que aún subsiste en la localidad.

Tambien puede visitarse el Museu de les Terres de l’Ebre (Gran Capità, 34; telf.

977 702 954; visita: de martes a sábado de 11 h a 14 h y de 17.30 h a 20 h, domingo y festivos de 11.30 h a 14 h; precio: 2 €), en el que se muestran excelentes exposicio­ nes sobre diversos aspectos (arqueología, etnología, patrimonio natural...) de las Terres de l’Ebre.

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En el km 7 de la carretera TV 3443 se alza la torre de la Carrova. Forma parte esta construcción militar de las líneas defensivas de la zona, que se organizaban mediante torres fortaleza como esta, o como la de Campredó, que se observa al otro lado del río. Erguida en el siglo xiii , ha sufrido reformas posteriores, e incluso fue centro de una pequeña población hoy desaparecida. La planta de la torre es rectangular (16x12 m) y alcanza gran altura, 17 m. En la rotunda fábrica de piedra se abren ventanas góti­ cas y en el nivel superior se conservan los matacanes (voladizos de defensa), lo que, en general, le proporciona aspecto de fortaleza.

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ARENYS DE MAR (13, B1; 10 m, 14.863 habitantes). Provincia de Barcelona. Comarca del Maresme.

Importante villa marinera y pesquera, convertida por el poeta Salvador Espriu en la mítica Sinera.

Historia A partir del siglo xiv se formó junto a la costa un pequeño barrio marítimo depen­ diente de Sant Martí d’Arenys, el actual Arenys de Munt, del que se separó a finales del siglo xvi. Las actividades marineras fueron siempre el fundamento de su eco­ nomía y de sus tradiciones.

pagos anuncian una lluvia fuerte e intensa, los habitantes de Arenys se apresuran a retirar los automóviles del bulevar princi­ pal y a cubrir con planchas escaparates y puertas, pues al despistado que no actúe con rapidez el agua repentina y torrencial puede ocasionarle un serio disgusto.

Artesanía Una labor artesana tradicional que todavía se conserva en Arenys es la confección de puntillas y el encaje de bolillos. De hecho existe una blonda conocida y clasificada como punta d’Arenys. El escultor Frederic Marès reunió una importante colección de encajes que han servido como base para fundar en la población un museo mono­ gráfico, el Museu Marès de la Punta.

El trazado de la villa está condicionado por una gran riera que se ha constituido en su avenida principal, especialmente atractiva los sábados, cuando los puestos ambulantes del mercado se instalan bajo los frondosos plátanos. Las rieras son un fenómeno peculiar de la comarca del Maresme, y la riera de Arenys es una de las más famosas. La presencia de la sierra litoral tan cercana a la costa crea pronun­ ciados desniveles por los que el agua des­ ciende torrecialmente tras alguna fuerte precipitación. Habitualmente sus cauces permanecen secos, pero no es difícil que luego de una tormenta las aguas arrastren vehículos y cuanto encuentren a su paso.

Subiendo por la riera, conocida tam­ bién como la Rambla, queda en primer término, a la derecha, la Casa de la Vila, que ocupa un antiguo hostal del siglo xvii, buen ejemplo de la arquitectura tradicio­ nal de la zona. Un poco más arriba, a la izquierda, se alza la iglesia de Santa Maria d’Arenys (siglo xvii). De su aspecto exterior destacan el pórtico barroco y la torre del campanario, de planta octogo­ nal, pero lo más sorprendente aguarda en el interior: su monumental retablo mayor★. Fue tallado en un exuberante estilo barroco por Pau Costa (1672­1728) en 1711, autor asimismo del retablo de la iglesia de Cadaqués, tal vez los dos reta­ blos del barroco catalán más notables, después de los muchos que fueron que­ mados durante la guerra civil. El retablo de Arenys está presidido por la imagen de la Virgen y presenta en las secciones laterales escenas de vida de María. Varios santos aparecen enmarcados en las dora­ das hornacinas.

Tradiciones y fiestas La festividad de Sant Roc, el 16 de agosto, se conmemora desde hace cuatro siglos con un tradicional desfile por las calles rociando las casa con aigua de roses.

El 8 de diciembre, en la fiesta de la Mare de Déu Fumadora, se permite que los niños fumen por la calle (hoy unos cigarrillos especiales sin carga de tabaco). Arraigada tradición tienen también las fiestas de car­ naval y de Sant Joan. Las fiestas mayores caen por Sant Zenó, el día 9 de julio.

Gastronomía El puerto pesquero y su subasta de pes­ cado abastecen a la comarca de la mate­ ria prima de muchos platos locales. Son famosas también las almendras garrapi­ ñadas (ametlles d’Arenys), recubiertas en caliente con una capa de azúcar, y los piño­ nes cubiertos de azúcar como peladillas.

Arenys se beneficia de la notable calidad de las verduras y hortalizas del Maresme.

Vida urbana Hay un acontecimiento en la vida coti­ diana de la población que resulta muy peculiar. Cuando el cielo se cubre con nubarrones oscuros y los primeros relám­ 96

❚ VISITA

Arenys de mAr Detrás de la iglesia hay algunas calles, como el carrer de la Torre y, sobre todo, el carrer de l’Església, que conservan un marcado aire popular, con típicas casitas de pescadores. En esta zona está el Museu Marès de la Punta, museo de blondas y encajes artesanales, y el Museu Moll­ fulleda de Minerologia, que expone una abundante colección de minerales.

En la parte alta de la Riera, también a la izquierda, destaca un gran edificio neoclásico construido en lo alto de la colina y con un gran jardín enfrente; se trata del antiguo Hospital Xifré (1848). Sobre el monte que

cierra al oeste el valle donde se asienta la villa, en un lugar privilegiado se encuentra su cementerio, que cuenta con notables monumentos funerarios de escultores modernistas (Llimona, Vallmitjana). Los restos del poeta catalán Salvador Espriu (1913­1985), que poetizó la villa otorgán­ dole el mítico nombre de Sinera, descan­ san en este cementerio colgado sobre la playa. Frente a la elevación que cierra Arenys por el este, el Maltemps, están las instalaciones del puerto pesquero.

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En el límite con el término municipal de Caldes d’Estrac, y visible sobre todo desde este, se alza una robusta torre de vigía, la Casa modernista en Canet de Mar.

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