TIERRA SANTA ISRAEL Y TERRITORIOS PALESTINOS
JERUSALÉN
★★
724.000 habitantes
Tres veces santa: capital de la Eternidad, Trono del Señor, Centro del Universo. Yerushlaym en hebreo; no ha existido ciudad más colmada de epítetos y cantada. Su importancia deriva de los acontecimientos religiosos que ha vivido. Por lo demás, carece de las características que hacen la fortuna de un lugar: no tiene ríos, no mira al mar, no disfruta de una situación estratégica ni desde el punto de vista comercial ni militar. Jerusalén es simplemente la ciudad que custodia las tres“piedras”, símbolo de las tres grandes religiones monoteístas: el Muro occidental para los judíos, la losa del Sepulcro para los cristianos y la piedra de Mahoma para los musulmanes.Amada hasta transfigurarse en la “Jerusalén celestial”, destruida y reconstruida muchas veces, es una ciudad de enorme atractivo y belleza que no deja indiferente al viajero dada su riqueza en testimonios arqueológicos,religiosos y artísticos; además,es un ejemplo único de ciudad árabe medieval en el mundo gracias a las condiciones en que se ha conservado. Perfil de la ciudad Lejos de ser una ciudad museo, la Jerusalén actual fascina por su gran vitalidad, por la increíble mezcla de gentes y culturas que la mantienen siempre despierta. La Jerusalén actual se extiende sobre una superficie de 200 km2; la gran mayoría de sus habitantes son judíos, pero también cuenta con una minoría de musulmanes (alrededor de 200.000) y de cristianos (en torno a 20.000). Jerusalén está situada sobre un conjunto de lomas que forman parte del sistema montañoso de Judea, a unos 800 m de altitud. Su topografía es muy compleja, sobre todo porque a lo largo de los siglos ha sufrido mutaciones (se han explanado montes, se han recubierto valles) que han alterado su forma original. Al este de la ciudad antigua, casi en paralelo a las murallas orientales, se extiende el valle del Kidron (Cedrón), también llamado valle de Josafat, durante siglos destinado a necrópolis. El torrente Kidron nace en las faldas del monte Scopus (Har Ha-Zofin) que, según baja hacia el sur, separa la ciudad (a la derecha) de los tres montes a la izquierda. El monte Scopus (el punto de referencia es el edificio de la Hebrew University), el monte de los Olivos (Har Ha-Zetim) y, por último, el monte del Escándalo. Dentro de las murallas construidas por Solimán el Magnífico, la ciudad antigua queda dividida longitudinalmente en dos partes por un valle ahora casi cubierto, el Tyropeion, cuyo trazado comienza al norte de la puerta de Damasco (Bab elAmud), baja bordeando el Muro de las Lamentaciones (Hakotel Hama’aravi), sale de la ciudad antigua por la puerta de los 10
Magrebíes o de las Inmundicias (Bab alMagharibeh) y llega a la piscina de Siloé; la parte occidental de la ciudad antigua se acomoda sobre dos colinas, el Gareb (el punto de referencia es el campanario de la iglesia del Santo Salvador) y el monte de Sión (Har Zyyon), cuya cima (el punto de referencia es la cúpula de la iglesia de
JERUSALÉN
la Dormición) queda fuera de la muralla de Solimán. La parte oriental está marcada por tres montes casi imperceptibles porque las hondonadas se han llenado de sedimentos a lo largo de siglos: el de Bezetha o Bethesda al norte, más allá el Moria (Har Ha-Moriah), ocupado por lo que se ha dado en llamar explanada del Templo de los judíos, y Haram esh-Sheriff (“noble recinto sagrado”) de los musulmanes, y por último, extramuros, el Ofel (Ha’ofel), la zona más antigua de la ciudad. Otro valle al suroeste ciñe la ciudad antigua, el Geenna (Ge Ben Hinnom): una zona donde se acumulaban y se incineraban las inmundicias; el Geenna separa el monte de Sión del monte del Mal Consejo y luego se une al valle de Kidron. Expansión urbanística Los primeros asentamientos de la ciudad nueva se remontan a la segunda mitad del siglo XIX, cuando Jerusalén estaba aún bajo dominio otomano. La primera expan-
sión se produjo durante el mandato británico; en 1948 la ciudad quedó dividida en dos sectores, uno israelí y otro jordano: la frontera era una línea recta de norte a sur (con algunas zonas tapón) que bordeaba la muralla occidental de la ciudad vieja; el monte Scopus era una isla israelí en territorio jordano. El gran giro se da en 1967, cuando Israel ocupa el sector bajo control jordano durante la guerra de los Seis Días; desde entonces, el desarrollo urbanístico de la ciudad no ha parado. Impulsado por la inmigración reciente se ha construido tanto que la división este/oeste desde el punto de vista urbanístico ya no existe: la zona árabe al norte de la ciudad antigua ha quedado inmersa en un triple anillo urbanístico en continua expansión; la misma suerte ha corrido el antiguo pueblo árabe de Abu Tor, al sur, también alcanzado y superado por la urbanización de los últimos años, que se ha extendido en todas direcciones: al sur se ha unido con Belén; al norte casi ha Muralla de la Ciudad Antigua de Jerusalén
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JERUSALÉN
rante su construcción y fue abandonada en este lugar; se la conoce como “el dedo de Og”, nombre del gigante y rey de los amonitas en la Biblia. A espaldas de la catedral (entrada por Shivte Yisra’el), en el edificio que albergó la prisión inglesa se ha instalado el Hechal Hagvurah Museum o may of Heroism (I, C4), museo que ilustra la historia de la “resistencia” judía bajo mandato británico y también las acciones clandestinas y terroristas de organizaciones como Haganá, Irgún o la banda de Stern hasta la declaración de Independencia con una gran colección de documentos. Rehov King George V (I, C-D4). Ben Yehuda Street hace intersección con rehov King George V o Hamelech George, la
Jerusalén vista desde la ciudadela
arteria principal de la ciudad nueva, tan multitudinaria como Jaffa Street aunque más elegante. Tomando por la vecina Hillel Street se llega al Museo Nahon de Arte Judío Italiano (I, C4; vista previo pago domingos, martes y miércoles, de 9 h a 13 h; cerrado sábados y fiestas hebreas; www.ilmuseums. com), cuyo interior acoge una recreación de la sinagoga de Conegliano Veneto (1701). El museo cuenta además con una colección de objetos de culto de la comunidad judía italiana, entre otros, una placa de finales del siglo xv procedente de la sinagoga de Padua, y un parochet de 1620. En este templo, caso único fuera de Italia, aún se sigue el antiguo rito italiano. En Shmuel Hanagid Street, junto al palacio de la Bezalel Schoof of Art, está
LA CIUDAD NUEVA
la Artists’ House (I, C4; entrada libre de 10 h a 13 h y de 16 h a 19 h, viernes de 10 h a 13 h, sábados de 11 h a 14 h; www. ilmuseums.com), centro cultural de gran vitalidad, que reúne a artistas e intelectuales y organiza exposiciones. Siguiendo rehov King George V hacia el sur, a la izquierda está el jardín Meir Sherman, con una hermosa escultura de Jean Arp, y a la derecha el edificio de la Jewish Agency (I, D4); Theodor Herzl fundó esta agencia en 1929 como centro de coordinación de las organizaciones sionistas durante el mandato británico; en su interior se conservan aún las oficinas de las organizaciones más importantes, los archivos y una biblioteca sobre sionismo; también se proyectan documentales sobre el Estado de Israel.
Hechal Shlomo (I, D4). La sede del Gran Rabinato se localiza poco después de la Jewish Agency. Contiguo a la Gran Sinagoga de Jerusalén, es un edificio imponente construido en los años sesenta del siglo XX y está inspirado en el templo de Salomón (Hechal Shlomo significa residencia de Salomón). Alberga el consejo de rabinos sefardí y ashkenazí de Israel y el Tribunal Supremo Religioso. A la entrada se pueden ver balanzas de la justicia y en la fachada una menorá, el candelabro de siete brazos. El interior alberga una sinagoga cuyo Arca de la Alianza procede de Padua, una biblioteca y el Sir Isaac and Lady Wolfson Museum (visita de domingo a jueves, de 9 h a 15 h; cerrado viernes y sábado), dedicado al filántropo que financió el
Territorios Palestinos
conquistar la región, los asirios asentaron aquí pueblos de procedencias diversas, dando origen al pueblo mestizo de los samaritanos, tradicionalmente mal visto por los judíos. En época helenística Samaria acusó hondamente la influencia griega, abrazó en seguida el cristianismo y contribuyó a facilitar las relaciones entre los judíos y la cultura pagana. La región comenzó a decaer tras la conquista musulmana. Judea en el Antiguo Testamento es la región asignada a la tribu de Judá cuando se dividió el reino de Salomón. Fue ganando importancia hasta que su capital, Jerusalén, se convirtió en sede del Templo donde se custodiaba el Arca de la Alianza. El reino de Judá desapareció en el siglo VI a.C. tras la cautividad de Babilonia y quedó dividido en tres regiones: Galilea, Judea y Samaria. Con el tiempo los límites de Judea experimentaron variaciones. En tiempos de Herodes se extendía desde Galilea a Idumea y desde el Mediterráneo hasta Perea (Transjordania). A su muerte, Judea se redujo y quedó convertida en provincia romana administrada por un procurador, fue escenario de los hechos más relevantes de la vida de Jesús y el foco del que partió la predicación y el nacimiento de la Iglesia católica.
BELÉN A pocos kilómetros al sur de Jerusalén, tan pocos que hoy es difícil saber dónde termina la capital, se encuentra Bet Lehem, la “casa del pan”. Antiguo asentamiento en las inmediaciones de un territorio fértil, esta población árabe, aun siendo bastante vital, no resulta particularmente fascinante, aunque es un puente fundamental entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, ya que aquí nacieron el gran rey David y, mil años después, Jesucristo. La ciudad es sede de una Universidad. Historia La primera mención en documentos escritos se hace en las cartas de Tell el-Amarna. La ciudad se cita en los libros del génesis, Rut y Samuel. Jesús nació aquí en el 7 o 6 a.C. La fecha se adelanta estos años tras cotejarla con datos históricos (sobre todo la muerte de Herodes en el 750 desde la fundación de Roma), porque los cálculos del monje Dionisio el Pequeño (siglo VI), el primero en numerar los años a partir del nacimiento de Jesús, eran erróneos. La cueva, venerada desde los primeros cristianos, estaba custodiada por las profanaciones del emperador Adriano (135). Con la proclamación de la libertad de culto a principios del siglo IV empezó
Belén
la construcción del primer edificio religioso (326) en la cueva, a instancias de Constantino y modificado por Justiniano en el 540. La ciudad fue arrasada en el 614 por el ejército persa de Cosroes, pero se respetó la basílica. En el 638 llegaron los árabes, que reconocen a Jesús como profeta y también ellos respetaron la iglesia. El tercer “milagro” fue el de Tancredo, que en 1099 tomó la basílica antes de que fuese destruida cuando arrasaba la ciudad. Belén se convirtió en un enclave religioso muy importante en tiempos de los cruzados. Balduino I fue consagrado aquí rey de Jerusalén la noche de Navidad de 1100. Luego fue sede episcopal y se restauró la basílica de la Natividad en 1169. En 1187 el reino latino de Jerusalén cayó bajo los ataques de Saladino. Belén fue tomada y la basílica se salvó por cuarta vez. La ciudad retornó a manos cristianas entre 1229 y 1244, gracias al tratado suscrito entre Federico II y el-Malik. A partir de entonces, Belén entró en una decadencia tal que se convirtió en un pueblo de unos centenares de habitantes en los siglos XVI y XVII. Empezó a recuperarse en el siglo XIX, sobre todo por el número creciente de cristianos que se establecieron aquí. Conquistado por Egipto durante un breve período de
tiempo (1831-1841), volvió a quedar en poder de los otomanos hasta la primera guerra mundial. Entre 1917 y 1948 siguió la suerte de toda Cisjordania bajo mandato británico. Entre 1948 y 1957 perteneció al reino hachemita de Jordania. Formó parte de los territorios ocupados por Israel a raíz de la guerra árabe-israelí de 1957. Tras los acuerdos de Oslo de 1993 está bajo control de la Autoridad Nacional Palestina. ❚ VISITA Tumba de Raquel. Visita de domingo a jueves 7.30 h a 16 h, viernes de 7.30 h a 13.30 h. De la tumba de Raquel, esposa de Jacob y madre de Benjamín, hay noticias ciertas desde los siglos VI-VII; parece que era un mausoleo en forma de pirá-
Belén al amanecer
A VISTA DE PÁJARO
Marco hidrográfico El territorio de Israel, por sus condiciones climáticas y la escasa presencia de cauces fluviales, se ha visto afectado por una escasez de agua que ha sido origen de no pocos problemas para el desarrollo de la economía nacional. Por lo demás, las características de la red hidrográfica son muy simples: los relieves centrales constituyen la divisoria de aguas entre la cuenca del Jordán, un área típicamente endorreica, sin salida al mar, y la vertiente que desemboca directamente en el Mediterráneo. Vertiente surcada por numeroDesierto de Israel
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sos cursos de agua, por lo común cortos y tortuosos, alimentados por manantiales que se suceden en posición algo elevada por el interior de la llanura costera. Los principales son el Habesor, que avena con su escaso caudal el norte del Neguev; el Yarkon, que lame los barrios septentrionales de Tel Aviv, y el Hadera, que surca la llanura de Sharon. El golfo de Haifa es la desembocadura del Quishon, que discurre por el amplio valle de Jezreel; más al norte corre el Keziv, muy cerca de la frontera libanesa. El caudal de todos estos ríos es muy limitado y
EL TERRITORIO DE ISRAEL
su régimen generalmente está ligado al de las precipitaciones. En realidad, el único río digno de tal nombre en territorio israelí es el Jordán, el único cuyo caudal y régimen permiten un uso abundante y continuado de sus aguas; éstas se recogen en el lago de Tiberíades y se canalizan en un complejo sistema de canalizaciones, subterráneas o de superficie, con numerosos ramales (Kinneret-Neguev Conduit) que a través de la llanura costera conducen el agua hasta el desierto del Neguev, al sur de Be’er Sheva, una vez hecho el suministro de agua a las ciudades de Haifa y de Jerusalén, así como a la populosa conurbación de Tel Aviv-Jaffa. El río Jordán, con una longitud de unos 330 km, nace en la ladera occidental del monte Hermon (con el nombre de Nahr al Hásbáni), en territorio de Líbano, se dirige hacia el sur atravesando a su paso la llanura de Hula (a unos 2 m sobre el nivel del mar) y desemboca en el lago de Tiberíades (a 210 m bajo el nivel del mar) tras cruzar un último tramo de unos 10 km con una pendiente del 2 por ciento. Discurre por un curso con numerosos meandros por el fondo de la fosa tectónica del mismo hombre hasta el mar Muerto, donde recibe por la derecha el aporte de cursos de agua menores como el río Harod (que baja del valle de Jezreel) y el Fariá (que lo hace desde los montes de Samaria), y por la izquierda el Yarmuk, el Nahr es Zarza, etc., que proceden de los montes jordanos al este de la fosa. El lago de Tiberíades (también llamado de Genezareth y mar de Galilea; en hebreo Kinneret) tiene una extensión de 170 km2 y una profundidad de 42 m. Es un lago de aguas sustancialmente dulces (con un bajísimo grado de salinidad) y abundantes en pesca. El mar Muerto (en hebreo Yam Ha-Melah; en árabe Bar Lut), que hasta no hace mucho se extendía a lo largo de un millar de kilómetros cuadrados, con casi 90 km de largo y una anchura media de unos 15 km, en época reciente ha visto disminuir la cota de superficie (debido a la disminución en el aporte de agua del Jordán, utilizada con fines de regadío y energéticos) de –395 a – 403 m bajo el nivel del mar. Como consecuencia se ha dividido en dos cuencas separadas por la península de al Lisán (ahora pro-
tegida en la orilla jordana), que corresponde a la orilla israelí. A diferencia de la cuenca norte (de 391 m de profundidad), la cuenca sur tiene una profundidad de escasamente 3 o 4 m, alimentada por el uadi Arava y sus escasos afluentes, que baja del sur por la fosa jordana y a lo largo de un gran tramo marca la frontera entre Israel y Jordania. La ausencia de ríos emisarios y el elevado grado de evaporación provocado por las altas temperaturas es la causa del alto grado de salinidad de las aguas del mar Muerto: aproximadamente el 25 por ciento, con una gran concentración de cloruros (de magnesio, sodio, potasio y calcio), así como bromuros (de sodio), sulfatos (de calcio) y muchas otras sales. Por la misma razón también es muy elevado su peso específico, de ahí la alta flotabilidad de los cuerpos, lo que también hace casi imposible la vida orgánica. De un tiempo a esta parte sus orillas han visto florecer balnearios y plantas de extracción de sales (Sedom). Condiciones climáticas La situación geográfica y astronómica constituye el factor determinante del clima de la región palestina (y por tanto del territorio israelí en particular), unido a las características del relieve. Un elemento esencial, además de la proximidad del Mediterráneo y de la franja del desierto de Arabia, es la influencia de las altas presiones en verano, que supone la presencia de cielos serenos y ambiente seco durante seis meses, de abril a octubre, mientras que una corriente de aire con características de ciclón aporta durante parte del invierno, de noviembre a febrero, precipitaciones en forma de fuertes aguaceros. De cualquier modo nunca son muy abundantes, ya que en las regiones del centro y norte alcanzan de media los 500 mm anuales, con niveles algo superiores en las zonas de más alto relieve (entre 700 y 1.000 mm anuales). En el sur y las vertientes que dan a la fosa del Jordán los valores pluviométricos registrados anualmente son menores: hasta los 250 mm en la latitud de Be’er Sheva y por debajo de los 100 mm en el mar Muerto y al sur de éste, hasta quedar reducidos a unas decenas de milímetros a la altura del golfo de Aqaba. Sin embargo los vientos son muy variables, por ejemplo el 239