#73 a帽o v abril de 2013 precio: este peri贸dico
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PARADA OBLIGADA EN LA COMPRENSION DE LA REALIDAD
ilustraci贸n por daniel mart铆n - www.dmdesign.com.ar - mardaniel@gmail.com
no se vende
internet
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editorial
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ndén es contradictorio a internet. Afortunadamente no disputan el mismo lugar al mismo tiempo, por lo que Aristóteles admitiría que podemos continuar con nuestras vidas sin que esta contradicción enloquezca nuestra subsistencia. De hecho podemos ver que andén se aloja en internet si visitamos su sitio web, www.andendigital.com.ar. Asimismo, por el otro lado, en esta ocasión encontramos internet en andén, es decir, detenido, cortado transversalmente, manifestándose como aquello que internet no es. Al adentrarnos en la temática, descubrimos un espacio mucho más amplio que el que imaginábamos. Y esto no viene a modo de anécdota, sino que representa un adelanto de lo que el lector encontrará en las páginas subsiguientes. Internet es un océano, y existe un sinfín de metáforas filosófico-literarias que dan cuenta de esta inmensidad. Podemos oscilar desde el nihilismo nietzscheano hasta el aleph de Borges. Pues ¿qué es internet sino el advenimiento de la nada?, ¿qué contiene la web sino una inmensidad capaz de ser vista desde la pantalla más pequeña? Nos encontramos frente a un tema que ha transformado el hábito de vida de gran parte de la sociedad humana, y aún no hemos llegado ni a mitad de camino. Internet ha llegado, por fin. Ha invadido nuestros modos de vivir, incluso nuestros procesos de raciocinio. Hace de la dispersión un modo de trabajo, de la fluidez una actitud, de lo efímero una vida completa. Internet ha revolucionado los modos de comunicación. La radio y la televisión, que aún subsisten, ya son alojados en ella. La prensa gráfica atraviesa el mismo camino, muy al pesar de la resistencia de los románticos del papel. Sin embargo, y dése a esta afirmación el lugar que requiere, el cambio en los modos de relación no ha significado, ni por asomo, el cambio en sus jerarquías. La red es un reflejo de la humanidad. Es un tema tan presente en la agenda política internacional –aunque sin alcanzar el mismo nivel de cinismo– como lo es el cambio climático. Esto se hace evidente si se observa la puja de intereses que lo disputan. Baste recordar a ese efecto la sanción de las leyes de PIPA y SOPA por quienes se hacen llamar los máximos defensores de la libertad en el mundo. Pero
planta estable
maquinista juan ignacio basso chancho gustavo zanella encargado del salón comedor luciano pablo basso boletero jorge augusto cuello la que hace sonar la bocina lorena barbosa guardabarreras gabriela giambroni la que se pasó de estación maría belén morejón
staff
las que enderezan las vías natalia lópez david del río maría nieves ruiz salas jefe de estación horacio ernesto giambroni el que no vio la barrera pedro pertusi
los que corren la zorra manuel fontenla franco dré
el que corta las vías martín giambroni
la que dice que el tren no tiene que poner guiño para doblar florencia bellagamba
este es tan solo un ejemplo, internet replica en todas sus instancias las prácticas a las que los gobiernos nos acostumbran, esa fantástica ecuación que combina el beneficio de pocos y el perjuicio de muchos. Pues se trata de mucho más que repartir notebooks y tirar cables por todos lados, se trata de ver quién produce los contenidos, qué contenidos se consumen y cómo. Quiénes son los sujetos consumidores, cómo se modifican sus hábitos de consumo y sus mismas costumbres. Se trata también de una política del control, o mejor aún, de auto-control: resulta increíble que los mismos usuarios llenen las bases de datos de empresas y gobiernos con sus gustos, sus intereses, su lugar de residencia, su historia de vida, entre otras muchas cosas que acá tan solo se mencionan pero que tendrán lugar y desarrollo a lo largo de esta publicación. Como puede observarse, este tren se detiene en un tema amplio y complejo. Así también será su reflexión. Y como decíamos en el comienzo de esta editorial, muy al contrario de las prácticas más usuales de la web, este periódico llama a detenerse y reflexionar, a tomarnos el tiempo necesario para rumiar las ideas y dejar que nuestros sentimientos se expresen. Pues no todo es efímero, fluido y continuamente novedoso, por lo menos no todo lo que vale la pena. Por último, un cliché: muchas veces se dice que esta nueva tecnología generó una posibilidad de intervención hasta ahora inexistente, donde cualquier ser con una máquina y una conexión puede postear lo que se le ocurra y cualquier otro ser con los mismos instrumentos puede acceder a ello desde un lugar recóndito, inimaginable en tiempos anteriores. Pero esto no debe confundirnos, pues muchas veces se toma la posibilidad por cambio, y esta no es más que una arista de una figura geométrica con millones de puntos posibles: ¿o acaso el muro de Facebook, el Twiter o un blog, pueden considerarse la nueva arena política? Y tal vez, en un nivel un poco más reflexivo, deberíamos preguntarnos: ¿hasta qué punto puede pensarse que lo virtual puede modificar lo real?, ¿o acaso sucederá que lo virtual dejará de ser lo virtual para convertirse en la verdadera realidad?
el que no se quiere bajar del tren césar maffei el que pinta grafitis en la estación daniel martin el que insiste con el carbón gustavo guevara las que pasan por abajo del molinete bárbara aguer giselle méndez carla wainsztok las que se roban los quebrachos ana laura suarez cassino viviana montes los que se dedican a otra cosa yanina foti nicolás alejandro miguez colgados del tren, como racimos grupo de estudios para la liberación (gel): bárbara agüer, juan ignacio basso, martín forciniti, juan francisco martínez peria, mercedes palumbo, ezequiel pinacchio, soledad ramati, tomás rosner y santiago sánchez caminantes de las vías que se detienen en esta estación ezequiel layana, fabio bacaglioni, yael tejero, humberto quiroga lavié, laura loredo rubio, leandro despuy, julio barbaro y joaquín casarini
boleto
gratarola
www.andendigital.com.ar
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opinión
control internet creatividad nicolás alejandro miguez /
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Internet se ha transformado en la venganza de la escritura. Cambió el soporte, pero no el método: ya no es con lápiz y papel, sino con teclados. Leemos y escribimos más que antes. La diferencia está la fragmentación: nuestras lecturas son más dispersas, más caóticas, más rápidas; nuestra escritura es más urgente, más improvisada, incluso más despojada. No siempre es así, claro está, pero depende de qué se esté haciendo en Internet: no es lo mismo escribir una sesuda entrada en un blog sobre cuestiones de la agenda periodística que comentar una nota en una red social o en un diario digital. A veces somos más acartonados, otras veces nos damos el lujo del diletantismo; depende del contexto y de los usos. Encontramos de todo en la red, el contenido y la calidad (hay errores de ortografía, de sintaxis, incoherencias, pero no deberíamos quedarnos sólo con eso) son variados. Es un soporte interactivo, donde podemos intercambiar gustos y opiniones en simultáneo sobre diversos temas. El campo de la prescripción se ha ampliado, pero al costo de reconocer las reglas del juego (que son las del mercado, que ofrece plataformas instrumentalizadas a los cibernautas). No sólo leemos la opinión de los especialistas, sino de otros que pueden ser considerados pares; leemos reseñas –de diversa profundidad– sobre música, televisión, cine, literatura, poesía; leemos ensayos de todo tipo, crónicas periodísticas, microblogging. Nos topamos cosas que no teníamos en cuenta, o que no conocíamos, o que no teníamos a nuestro alcance. Internet nos acerca a consumos que antes estaban vedados. Democratiza el acceso para aquellos que tienen la capacidad de poder utilizarlo, porque existe –desde el comienzo– una barrera cultural entre aquellos que convivieron desde el principio con una educación informática y los que no la tuvieron. A la diferenciación entre nativos y migrantes digitales hay que agregarle la diferenciación entre los que acceden y los que no acceden a las nuevas tecnologías. La desigualdad en el acceso al mundo digital plantea desafíos enrevesados. El ejemplo del Plan Conectar Igualdad es sintomático: en algunos casos, es la primera vez que tienen una computadora en la casa, lo que implica
promueve redes de circulación muy particulares: la oferta se concentra en pocos buscadores y muchas páginas; las propuestas deambulan entre lo viejo que se adaptó y lo nuevo que aprovecha los actuales canales de difusión. Ejemplos hay de sobra: los tuiteros estrella, los bloggeros de toda índole, los músicos que cuelgan sus canciones, los realizadores audiovisuales que suben sus trabajos a YouTube, etc. Para recomendar hay mucho material, pero a veces es mucho más interesante y regocijante hacer una búsqueda personal. Hay nuevas formas de circulación de productos culturales, y la forma de acumulación también es nueva. Las unidades de almacenamiento se han miniaturizado (por ejemplo, tenemos discos, películas, series de televisión guardados en un mp3, en un pen drive, en una unidad externa). Y lo que se almacena no es sólo lo que ofrecen las corporaciones: en internet, en los últimos años, se liberaron –y se liberan– contenidos; se puede acceder libremente a ellos y también se los puede compartir, en tanto y en cuanto se cite la fuente. El copyleft, o el anticopyright, es una nueva ética, que no se basa en el lucro, sino en la difusión, en la democratización de los contenidos. A diferencia de la lógica del mercado, no está aprisionado por la amortización, por la ganancia inmediata, por la reproducción del capital. Pero, en cambio, cuentan con dificultades como la falta de financiación, la dependencia del boca en boca, la lucha desigual contra las corporaciones (que tienen la capacidad de instalar modas, difundirlas y cambiarlas cuando se agotan). No obstante, siguen apareciendo materiales y experiencias novedosas; es un panorama positivo. Estas prácticas son una hendija en un contexto donde el mercado se expande voraz, avasallante. Son tiempos donde se desenvuelve una dialéctica entre control y libertad jamás visto, donde las herramientas y la creatividad pueden ser instrumentalizadas o pueden producir rupturas (dependiendo de los usos). Internet es un espejo del capitalismo actual: contradictorio, contingente, efímero, donde conviven lo viejo que no termina de morir y lo nuevo que no termina de nacer.
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un largo aprendizaje sobre su funcionamiento y su mantenimiento. El problema es la brecha cognitiva: no serviría de nada aumentar la cantidad circulante de computadoras si no se puede explotar el potencial creativo que ofrece, si sólo sirve para consumo y dispersión. Internet promueve una nueva dinámica de mercado: más fragmentado, más des-territorializado; somos comunidades de consumidores que no ocupamos un mismo espacio geográfico, sino virtual. El capitalismo ha tenido la capacidad de adaptarse a los nuevos tiempos, globalizados, generando nuevas lógicas de consumo y de control. Según la antropóloga Paula Sibilia, “el nuevo capitalismo se erige sobre el inmenso poder de procesamiento digital y metaboliza las fuerzas vitales con una voracidad inaudita, lanzando y relanzando constantemente al mercado nuevas subjetividades”. Las modas se instalan, se desarrollan brevemente, cambian y desaparecen. Todo es breve, cambiante, efímero. El mercado se adapta a las respuestas del público, moldea su propuesta de acuerdo al análisis que hace de la situación; si encuentra novedades aceptadas que están alejadas de sus lógicas, intenta captarlas, integrarlas, neutralizarlas. En la red, el público es permanentemente interpelado para consumir: entrega, de forma voluntaria, información que es captada y analizada por las empresas; en internet mostramos nuestros gustos per-
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sonales, los posteamos en las redes sociales, nos hacemos fan de diferentes páginas; para los predadores del mercado esto es información valiosa, porque facilita los sondeos de mercado (tomando los casos individuales) sin tener que hacer encuestas engorrosas. En la era del control, es necesario ser precavido porque esta voracidad no sólo está ligada a las preferencias sino también a los datos íntimos. En internet ocurre algo novedoso: lo que antes era considerado patológico, megalómano, ahora es un comportamiento aceptado. Se produjo un desplazamiento hacia lo que Sibilia denomina “el show del yo”, una extraña coyuntura donde se incita a la creatividad personal, la excentricidad, la producción de diferencias –sobre todo en los medios electrónicos interconectados. Lo que antes era algo típico de la esfera privada (los diarios íntimos, las notas personales, los borradores, los álbumes fotográficos), hoy tiene un público potencial. La proliferación de redes sociales –que tuvieron sus antecedentes inmediatos en los blogs y los fotologs– es signo de época: se hace pública la intimidad ajena (y la propia, si uno se integra). Las redes son parte de la venganza de la escritura y, también, de la fotografía (que, a diferencia otras épocas, puede retocarse, estilizarse aún más). En algunos casos, irrumpieron nuevas figuras públicas o se crearon nuevos públicos, de todos los géneros imaginables. La red
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texturas
gustavo zanella /
locardeux@hotmail.com
internet no sólo ha cambiado nuestros vínculos con el conocimiento, también ha cambiado la forma de relacionarnos con los otros en nuestros fueros más íntimos. la sexualidad llevada al ámbito público gracias al boom del porno casero nos dice algo no sólo de los usos más controvertidos de la red sino de nosotros mismos como espectadores y protagonistas de nuestra propia sexualidad
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En los últimos años los medios de comunicación tradicionales se han hecho eco de un fenómeno que desde los inicios de Internet congrega multitudes frente al monitor: el porno amateur. Las celebridades afectadas por el robo de información y la invasión a su privacidad han visto con vergüenza (y porque no, en ocasiones, beneplácito) cómo el ejercicio de su sexualidad era expuesta y juzgada. Pero así como el búho de Minerva levanta vuelo al atardecer, del mismo modo llegan los medios a imbuirse de una práctica de larga data y profundas consecuencias. No se muestra el porno en la televisión, pero allí se habla de él. No se mira porno en el trabajo, pero se habla de él, ni en el colegio, ni en el colectivo, ni en la cola de los bancos. Cuando un nuevo video sale a la luz, el hablar se detiene. Hemos ido a conectarnos para hablar con fundamentos. Si se entiende que la red es la más grande biblioteca colaborativa jamás realizada no debe sorprendernos que sus estantes virtuales rebalsen de aquello que como especie nos sostiene en la vida y nos obsesiona. Todas las variantes de la sexualidad humana se encuentran taxonómicamente caracterizadas y catalogadas, ejemplificadas, dramatizadas hasta el hartazgo, atravesando todas las categorías morales y legales posibles. Desde el aberrante flagelo de la pedofilia hasta el ejercicio de la coprofagia está todo. Y todo es todo, lo que consideramos habitual y tradicional, todas las formas tipificadas y ejercitadas de la perversión, porno animado japonés (hentai), sexo con embarazadas, sadomasoquismo alemán, homosexualidad en la tercera edad. Y como toda biblioteca cumple la función de servir como defensa ante el avance y el peligro del pensamiento único. Hay un sexo tradicional del que debe darse cuenta, un porno “normal”, “esperable” para un tipo de lector/consumidor/espectador normalizado. No obstante también hay un porno otro, alter, más cercano a prácticas y estéticas cotidianas. Es lógico que el advenimiento de cámaras digitales y celulares de gran capacidad técnica, permitiesen cumplir el deseo de ser/estar como aquellos y en el lugar de aquellos que protagonizan eso que millones de personas en todo el mundo y a cada hora consumen. Bernard Arcand1 postulaba a mediados de los años 80 que la pornografía se adaptaría a las infraestructuras técnicas de la sociedad – como realmente lo hizo – y que en especial el porno amateur amenazaría con desplazar a la pornografía de corte industrial/capitalista. Arcand dice que la pornografía (sea como fuere que se desarrollara en un momento dado de la historia) siempre ha sido de uso exclusivo para las clases dominantes mientras que las clases subordinadas solo tenían para sí historias y canciones picarescas para sublimar la tensión sexual latente. La red ha desdibujado prácticamente esas fronteras de clase. Todos los grandes portales de pornografía cuentan con la categoría “amateur” dentro de su oferta de contenidos. De hecho, es una de las principales. El portal argentino Poringa.net en el mes de diciembre de 2012 brindó, a requerimiento de varios medios gráficos, algunas estadísticas en las que se destacaba que el 80% de información que circula por sus servidores proviene de fotografías y videos subidos por los propios usuarios, quienes protagonizan ese material.
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Es un dato de la realidad: A la gran mayoría de los internautas que consumen esporádica o cotidianamente pornografía les gusta ver aquella que deja de lado los cuerpos esculturales entronizados por el canon de belleza. Se vuelcan por aquellas producciones que exponen en primer plano cuerpos tan comunes y corrientes como los propios. La identificación con el cuerpo que vemos en el monitor es fundamental para la erotización. La perfección de los cuerpos profesionales genera distanciamiento y producen un enunciado peligroso: sólo los bellos pueden disfrutar de su sexualidad y obtener placer. La búsqueda de porno amateur podría ser la subversión a esa consigna. Hay morbo, sí. Es la posibilidad remota de ver alguien del barrio, a alguien conocido la que mueve parte de ese desear ver cómo cogen los que cogen como yo. Y si los otros cogen y se filman y se fotografían cual estrellas del porno industrial ¿por qué uno no? Este fenómeno no puede ser entendido si no es a la luz de la crisis del criterio y el nacimiento de la cultura 2.0. En la red nadie tiene la verdad, no hay una forma única de relacionarse, de expresarse, de mostrar (se). Todos tienen voz. Si alguien quiere que su sitio sea visto, debe permitir réplicas, comentarios, participaciones. Si se ofrece pornografía, debe permitirse indefectiblemente que los usuarios envíen sus producciones. El porno amateur es precario. Sus debilidades técnicas son parte de su encanto adictivo. La imagen pixelada, el escenario mal iluminado, el sonido real saturando los gemidos. Ese film de ocasión, rodado en los momentos libres de la vida cotidiana con un celular nos brinda una serie de datos descriptivos: el sexo no es estéticamente bello, la cama no es el único lugar posible, la reproducción de la especie, para que se entienda de una vez, no es el fin del sexo, sólo una consecuencia más de su práctica lúdica. A diferencia del porno industrial, el sexo en imagen comprimida para la web tiene la pobre espectacularidad de la memoria. 7 También tiene sus peligros. La posesión del archivo donde dos o más personas tienen sexo entre sí da un lugar de poder. Los sitios que alojan este tipo de contenidos reciben a diario solicitudes de baja de archivos por considerarse violatorios de la intimidad de individuos determinados, casi siempre mujeres, que descubren que sus ex parejas han elegido ese modo de venganza: el de la transformación de un momento de placer en un dolor de cabeza. El sexo amateur que puede descargarse en la red reproduce los mismos prejuicios de género que el porno industrial. Las mujeres son las protagonistas de la escena, es su cuerpo el que se expone y es su rostro el que suele verse. La cámara siempre es el ojo masculino que recorre el cuerpo penetrado. Siempre es el placer del hombre el que está puesto en escena. Es la mujer la que mira a la cara del celular con un pene en la boca, es la mujer la que expone sus orificios para la reproducción en streaming. El falocentrismo en su faceta más primitiva y fundacional. Y el primer plano de los genitales no es tan sólo una limitación técnica (una cámara precaria en manos de un cameraman que es además sujeto cuasi omnisciente de la escena) es una regla del
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género: luego de una breve muestra del escenario y el contexto, la exposición del sexo sufre una reducción apabullante hacia la genitalidad. No es ya un encuentro entre seres humanos con deseos, pasiones e historias. Es el choque entre órganos despersonalizados, desindividualizados. Por eso es una práctica fílmica tan extendida. Si todos los pitos y las conchas comparten un aire de familia, no hay responsabilidad alguna por lo que hagan, por su deseo, por sus pasiones ni por sus historias. ¿No es pornografía amateur esas fotos de perfil en las que hombres y mujeres se muestran semidesnudos? ¿No fungen las redes sociales como facilitadores de encuentros sexuales? Por más que se vean los rostros y el otro pertenezca a la vaga categoría de “contacto” el interlocutor es un desconocido, incluso conociéndolo en el mundo real. Sin la tensión ni la presión de lo paratextual (gestos, miradas, contextos) se le puede decir lo que se piensa, lo que se quiere y se tiene en mente. Es más fácil y franca la propuesta sexual cuando está mediada por una interfaz de bits. Y esto está dado porque aún no hemos comprendido que lo que ocurre en la red tiene consecuencias en el mundo real. Si propongo sexo en un chat y me lo niegan, eso no ocurrió. Si lo aceptan, el mundo virtual ha echado a rodar algo en el otro, en el que realmente importa. Hombres, mujeres y trans se sacan fotos desnudas, solos o acompañados, dejándose penetrar o penetrando. Luego, lo suben a internet y al terminar el post preguntan: “¿Qué les parece?”. Los comentarios son de toda laya y color. Se suceden propuestas y juicios estéticos. Toda la corporeidad del/la protagonista es mentada en sus más mínimos detalles. ¿Hay forma de sentirse deseado de esa manera? La asepsia de todo riesgo inmediato le da una vuelta de tuerca a lo que, hasta el momento, consideramos como exposición sexual. El exhibicionismo y el voyerismo han trocado su naturaleza. La red ha pasado a ser una variante de aquellos lugares en Amsterdam o California a los que se puede ir a ver a otros masturbándose o haciendo el amor del otro lado de un cristal. El otro en vivo y en directo pero mediado, mediatizado. Todo puedes mirarlo pero sólo tócate a ti mismo. Es un error pensar que el porno amateur es un fetiche de moda en internet. Siempre estuvo ahí. El capitalismo necesitó de la revolución industrial para desplegar sus fuerzas contenidas. Del mismo modo, el deseo de filmarse y exponer la propia sexualidad en el foro mundial necesitó de la revolución de las comunicaciones y los gadgets para expresarse libremente. Como sociedad global de producción de contenidos estamos en condiciones de generar, distribuir y abastecer el consumo de pornografía amateur de toda la humanidad en esta generación y en la siguiente. Está ahí, colgada para los que la desean y la buscan, para los que se arrepintieron y quieren olvidarla, para los que quieran satisfacer su ego y su deseo de ser la fantasía húmeda de millones de desconocidos, a un click y sólo a un click de distancia.
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En el estudio clásico “El Jaguar y el oso hormiguero. Antropología de la pornografía”
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educación
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una forma de aprender
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menudo escuchamos la importancia de utilizar las TIC en el aula. Sin embargo, no escuchamos con la misma frecuencia que la educación formal está llamada a apoyarse de las nuevas tecnologías para aprovechar otros espacios y experiencias informales de aprendizaje, con el fin de enriquecer el cumplimiento de su currículo oculto. Si existiera el consenso de que la adquisición de conocimientos es un proceso permanente, entonces habría que desarrollar estrategias de (auto) aprendizaje más flexibles, incorporando dichas estrategias en el marco de un proceso cotidiano, continuo y significativo a lo largo de toda la vida. Creemos que es fundamental explorar nuevas formas de aprendizaje, más adaptables, que procuren aprendizajes de otros y con otros, recreando nuevos ámbitos donde aprender por intereses. Donde seamos capaces de proponer nuevos enfoques pedagógicos, con docentes que acompañan y son parte del desarrollo de conocimientos junto a sus alumnos. Algunas de las propuestas relacionadas a las nuevas tecnologías no tienen que ver con aprender a usar tal software o tal hardware (dispositivos), tienen un nuevo enfoque, lo que John Moravec denomina “mindware” (mind = mente) , es un concepto relacionado con alfabetizarnos para participar de un mundo digital cada vez más interdependiente con propuestas como: Aprendizaje permanente a lo largo de toda la vida (lifelong learning): este aprendizaje promueve el desarrollo del potencial humano a través de un proceso continuo que estimula a los individuos a adquirir de manera constante los conocimientos, valores y habilidades que requieren a lo largo de su vida, aprovechando con creatividad todas las circunstancias y posibles entornos para aprender nuevos saberes (Long-worth y Davies, 1996, p. 22). Educación expandida: es un concepto que engloba las nuevas formas de educación, que incorporan los procesos sociales y comunicacionales que ha provocado Internet y se adaptan a ellos. La nueva cultura digital se caracteriza por la organización en red, el trabajo colectivo, la convergencia de medios, el copyleft1, etc. De este modo, la nueva educación ya no está sucediendo sólo, ni principalmente, en los espacios formales, ni es liderada por las instituciones educativas, como lo sugieren Cristóbal Cobo y John Moravec en Aprendizajes Invisibles. Edupunk, un neologismo, usado en inglés para referirse a una ideología concerniente a las prácticas de enseñanza y aprendizaje que resultan de una actitud tipo “hazlo tú mismo”. El Manifiesto Edupunk para las instituciones educativas (desarrollado por varias Universidades Argentinas) http://dialogica.com.ar/edupunk/ propone:
maestro dador de conocimientos a niños y jóvenes carentes de ellos. Nos hablaba en su Pedagogía del Oprimido de enseñar por intereses, de problematizar y luego explicar, de una integración y una dialéctica de alumnos y profesores con el conocimiento y con las realidades del mundo del cual somos parte. Cuarenta años después la tecnología y las redes sociales han puesto nuevamente en valor al aprendizaje por intereses, típico territorio del aprendizaje informal, donde la gente aprende de forma horizontal, conversando con otro que ya hoy no necesita estar presente, es un estar presente en la virtualidad. Así la web tal cual la conocemos hoy es muy diferente a la web de hace una década atrás. Las redes sociales permiten crear
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ambiente personal de aprendizaje, (personal learning envirornment ), es un ecosistema donde aprender por intereses, de manera informal, de forma comunitaria, con una red de contactos desarrollada en virtud de las necesidades estratégicas para aprender sobre algo en particular. este emergente es propio de las redes sociales y es aprendizaje informal puro. como educadores tenemos un regalo a partir de la abundancia de información. los procesos de enseñanza y aprendizaje pueden ser apalancados y desarrollados estratégicamente por estudiantes y profesores
ezequiel layana integrante del equipo etr-tic dirección de formación continua - dgcye
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1. Las clases son conversaciones. 2. La relación es dinámica y la dinámica es relacional. 3. Sea hipertextual y multilineal, heterogéneo y heterodoxo. 4. Edupunk no es lo que pasa en el aula, es el mundo en el aula. 5. Sea como el caminante… haga camino al andar. 6. Sea mediador y no medidor del conocimiento. 7. Rómpase la cabeza para crear roles en su comisión; cuando los cree, desármelos 8. Sus roles deben ser emergentes, polivalentes, invisibles. 9. Asuma el cambio, es sólo una cuestión de actitud. 10. Siéntase parte de un trabajo colectivo. 11. No sea una TV, interpele realmente a los que lo rodean. 12. Expanda su mensaje, haga estallar las cuatro paredes que lo rodean. 13. Mezcle, cópiese, aprópiese, curiosee, juegue, transfórmese, haga, derrape. 14. Finalicemos la oposición real/virtual. 15. Sin colaboración, la educación es una ficción. 16. Sea un actor en su entorno, investigue a través de la acción. 17. Hágalo usted mismo… pero también y esencialmente, hágalo con otros. 18. Sea edupunk, destruya estas reglas, cree las suyas y luego, destrúyalas.
Son estas las ideas y el emergente de las redes sociales, los PLE (acrónimo de Personal Learning Environment) Ambiente Personal de Aprendizaje, un ecosistema donde aprender por intereses, de manera informal, de forma comunitaria, con una red de contactos desarrollada en virtud de las necesidades estratégicas para aprender sobre algo en particular. Este emergente es propio de las redes sociales y es aprendizaje informal puro. Luego de un pequeño impase en términos de escala temporal, nuevamente el aprendizaje informal ha vuelto a ser el protagonista del aprendizaje en términos humanos. Es que este protagonismo nunca se perdió, sólo que las instituciones típicamente modernas pensaron que era la escuela donde iba a permanecer el conocimiento y donde la gente prefería ir a aprender. Hace unos 40 años Paulo Freire hacía una crítica descarnada a la formas bancarizadas de pensar la enseñanza, con un
verdaderas comunidades de personas que de forma sencilla y habitual participan colaborando y generando espacios de aprendizaje informales. Los PLE no son un nuevo software, ni siquiera una nueva herramienta o aplicación on-line, son una verdadera “estrategia de aprendizaje informal por intereses” que permite como nunca antes y a partir de las redes sociales digitales, amplificar nuestra red en donde nos nutrimos de información y ayudas específicas a una escala nunca antes vista por la humanidad. El aprendizaje informal era entre pares, horizontal y se circunscribía a unas pocas personas que conformaban mi círculo personal de aprendizaje. Hoy las redes sociales han cambiado drásticamente esta escala de los contactos. Los PLE son así una nueva forma de aprender y la escuela no puede estar ausente de estas cosas que están sucediendo fuera de ella. La necesidad de enseñar a aprender a lo largo de toda la vida a las actuales y futuras generaciones implica incluir en el currículo escolar nuevas ideas y nuevas prácticas. La necesidad de favorecer estrategias para compartir conocimiento tácito, conocimiento que no está escrito en los libros y que como nunca reside en las redes sociales nos ofrece una oportunidad excelente para proponer una nueva mirada. En un ejemplo cercano la OLPC (One Laptop Per Child http://one.laptop.org/) ha medido que pasó a la hora de aprender a usar las computadoras entregadas por el plan CEIBAL en Uruguay. El 45% de los chicos aprendieron a usarla de sus pares, el 36% aprendió sólo y sólo el 19% aprendió con un docente (Moravec y Cobo). La escuela ya no es el lugar donde la gente aprende de forma prioritaria. Las redes sociales nuclean centenares de miles de personas en grupos de afinidad e interés, muchos de ellos diseñados específicamente para aprender y compartir conocimientos específicos. Enseñar a construir y gestionar PLEs será por ello un desafío en la escuela actual. Detenernos a resolver cómo compartir con otros y cómo construir entornos que favorezcan que se enseñe y aprenda de y a otros, aprender a ser críticos de la información, aprender a tamizarla, filtrarla y reconfigurarla en nuevos formatos (video, audio, imagen, entre otros) para poder compartir conocimiento con nuestra red de aprendizaje. Esto será todo un desafío para la escuela de hoy. El concepto de ubicuidad del aprendizaje está presente entre nosotros y quienes sean más eficientes en apropiarse y desarrollar estrategias específicas para su desarrollo, pondrán a las sociedades a la vanguardia de las posibilidades de desarrollo. Lo que entendemos por sociedad del conocimiento. 1
El copyleft se practica al ejercer el derecho de autor que consiste en permitir la libre distribución de copias y versiones modificadas de una obra u otro trabajo, exigiendo que los mismos derechos sean preservados en las versiones modificadas.
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diálogo con fabio bacaglioni / www.fabio.com.ar
los objetivos son falsos” en tiempos en los que es más fácil chatear que conversar, andén se encuentra con un especialista en medios digitales, fabio bacaglioni, o fabio a secas, uno de los blogueros más antiguos y exitosos de internet. café de por medio en un coqueto nuevo bar de caballito hablamos sobre la incapacidad de los políticos por entender los nuevos escenarios tecnológicos, las nuevas formas de ciudadanía virtual y los derechos de autor.
Andén: Proyectos de ley como sopa, pipa, Sinde, Pinedo, canon digital, intentan regular un espacio que hasta el momento tenía una regulación difusa. ¿En qué medida encausan el caos de la red y en qué medida limitan los derechos de los usuarios? Fabio: Primero hay que entender el origen de esas legislaciones. En la mayoría de los casos, por no decir la totalidad, el origen es a partir de los entes que administran los derechos de autor. No viene a partir de gobiernos buscando tapar un lío muy grande. Una ley condena los asesinatos obviamente porque hubo homicidios. Y se hace para evitar que muera gente. En este caso no era un gobierno tratando de evitar algo sino que era un particular, una entidad privada que quería ganar más dinero. Y eso lo que hizo fue disparar a mucha gente para actuar en consecuencia de eso. Aunque internet es joven uno estaba acostumbrado a que existan cierto tipo de libertades que ningún gobierno regulaba. ¿Por qué tenemos, como sociedad, que responder a los intereses de un grupo muy pequeño de empresas y no a un grupo de la mayoría? Los políticos, por lo general están para defender a las minorías y atender a las mayorías. Acá no pasaba ni una cosa ni la otra. Ni siquiera son una minoría, estamos hablando de entidades que viven de los derechos que tienen otros. Es extraña la posición en la que están. Y que siguen estando. No es que nunca existió una ley ya la tenían con la DMCA que todavía está activa y a la cual quieren seguir reformando para empeorarla. Porque aunque ya es restrictiva, hecha la ley, hecha la trampa. Estas organizaciones que yo llamo directamente mafiosas persiguen que vos pierdas el derecho de poseer lo que compraste – es muy loco que una entidad que busca la protección de la propiedad busque que vos no tengas propiedad, es decir que vos pierdas tu derecho de propiedad sobre lo que adquiriste, y que lo único que tengas cuando compras un libro, una película un cd, sea el derecho para verla en esa ocasión, como un alquiler. Antes ibas al videoclub y alquilabas la película, bueno, ahora quieren que tu libro ya no sea tuyo, sea todavía de ellos. Ese es el fin que se busca, que en realidad es maximizar las ganancias. Olvidémonos cualquier idea patriótica o de derechos o del arte. El arte no se protege, existe por sí mismo. Acá estamos hablando de cosas que no tienen por qué ser arte, estamos hablando de derechos de distribución y comercialización. Por eso hay que separar eso de los derechos de autor. Acá el autor no impor-
ta. Importa quién se queda con el dinero. Y esas leyes propuestas por las organizaciones, impulsando y presionando por lobby a los distintos gobiernos generaron las leyes que regulan actualmente Internet. En algunos países hay, en otro no. Parece raro, la regulación no surge a partir de la necesidad de la sociedad sino de una corporación. Pero no es tan raro, si miramos la historia. Las leyes duras siempre fueron para beneficiar a unos pocos. La diferencia es que ahora podemos denunciarlo, y avisarle a toda la gente que no estaba enterada de esto. Y ese derecho de protesta que ahora tenemos está en juego. Muchas legislaciones proponen no solo que se restrinja la distribución de contenidos sino el derecho a criticar. Estamos hablando de países del primer mundo, súper avanzados, democráticos, socialdemócratas, en los cuales se cuelan esas leyes de forma “casual”, las cuales aparecen en el recinto sin que hayan pasado por las comisiones como se hace en forma normal. Y ya pasó en Europa, que por suerte, lograron rebatirlas, pero el tema es que cada dos años vuelven. No es que vencimos a pipa, pipa está volviendo con una reversión en la que le cambiaron dos artículos pero es la misma ley con otra ley. Andén: Hace un tiempo Proyecto Sur tenía un proyecto de ley muy ambicioso “Derecho de acceso a la cultura” en el cual buscaba despenalizar la copia y descarga en Internet. ¿Lo conoces? ¿Qué opinión te merece? Fabio: Estuve enterado de varias a nivel local. Ninguna creció lo suficiente porque, como en todo el mundo, necesitas que los partidos tengan algún interés en los votos que pueda llegar a provocar una ley. Como esas leyes no son muy entendibles para la mayoría de la sociedad, sino para un grupo muy pequeño que es el que primero tuvo acceso a Internet. Olvidemos al que accede a Facebook como algo nuevo para él. Estamos hablando de una ley que, si realmente impulsa a la sociedad tiene que afectar a mucha gente. Y todavía la mayoría de la gente no tiene ni idea de sus derechos en internet, ni de lo que es descargar una canción. No sabe si está mal o si está bien. La ignorancia es mucho más grande. Para que una ley llegue a algo tiene que 1) haber sucedido algo muy importante – un tren que descarrile y mate mucha gente por ej. O 2) tiene que haber muchos intereses económicos de por medio de un grupo determinado que puede ser político, social, empresarial. Y no hay ninguno de los dos. Ni las discográficas son tan fuertes en la Argentina
como haber podido imponer el canon o alguna medida igual de restrictiva (porque todo político corrupto va a pedir su parte y no tienen tanto dinero para eso – que sí lo tienen en E.E.U.U). No tienen un lobby aceitado. Y a un político, si no recibe su parte, le tiene que servir para los votos. No es una ley amiga de nadie. Entonces, por más proyectos que se presenten, entra en una comisión y nunca termina de salir y pierde estado parlamentario. Ahora bien, si se han molestado intereses de muchos que nos han puesto a nosotros en la lista negra por no regularlo. Obviamente la intención era que reguláramos condenando al punto de prisión a un tipo que copia un cd. Estamos hablando de que en la Argentina no va a prisión un tipo que roba un millón de dólares, pero sí iría, según lo que pretenden estas organizaciones, un pibe que le copió un cd a su abuela. O, yo te presto un libro a vos y ese acto de prestar un libro y difundir cultura sería un crimen mayor que un robo a un banco. En algunos estados E.E.U.U es menos punible asaltar un banco que descargar música de Internet. Son tan codiciosas y piden tanto que estas leyes no pueden entrar. Incluso las que se le oponen como la ley de la música. El primer proyecto que tenían los músicos era que se cobrara un canon para poder financiar al instituto de la música. Y me opongo, porque es lo mismo que pasó en España, es darle a una entidad privada, una organización cerrada y chiquita, un montón de dinero público que ellos se encargan de distribuirlo sin rendirle cuentas a nadie para financiar a gente que haga música. Es como que yo le pida al estado que me financie mi blog porque escribir notas estúpidas en Internet yo lo considero un arte. Y la verdad es que los músicos ganan dinero con los recitales, no con SADAIC. Entonces, lo que pedían generó un revuelo importante con respecto a ese anteproyecto. Lo solucionaron con la ley de medios metiendo a los músicos adentro y solucionaron eso con dinero que venía de otra partida. Y olvidaron el canon, ya no es importante. ¿Por qué? Porque el dinero salió de otro lado, entonces no importaba la música, no importaban los derechos de autor, no importaba nada, solo el dinero. Las legislaciones en países como el nuestro tienen que ver con quién se beneficia, sino te beneficias, no apoyas la ley. El tema es que se presentan leyes que son una aberración desde lo jurídico o desde lo constitucional, que genera mucha más reacción de los que no tienen nada que ver. El caso del canon afectaba el comprarte un disco rígido para tu com-
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diálogo putadora. ¿Por qué de ahí tiene que ir dinero a un músico? Yo le quiero comprar el disco, no pagar de más por las dudas que sea un criminal presunto, por las dudas que yo le robe una canción. Y algo que le dijimos a los políticos que nos consultaron sobre el tema “si vos me vas a cobrar previamente por un crimen que no cometí entonces después tengo la puerta abierta para cometerlo, total yo ya pagué”. Ese es uno de los nudos legales de la ley sinde en España, y es el día de hoy que está activa. Las leyes para regular internet no tienen un buen fin porque los objetivos son falsos. Andén: La ley de medios audiovisuales se enfocó principalmente a radio, televisión, ¿por qué crees que no consiguió articular definiciones claras sobre Internet? Fabio: Porque cuando la pensaron no existía internet. La ley es vieja. El sistema legislativo en todo el mundo siempre llega muy tarde a los tiempos que corren. Cuando se ponen de acuerdo, se olvidaron de todas las cosas que salieron en los últimos diez años. Siempre. La ley de medios fue hecha por personas que no usaban internet. Internet se nombra sólo dos veces en toda la ley y sólo para decir que tal información debe ser publicada ahí sin explicar qué es porque la ley no lo concibe. No tiene nada. ¿Pero por qué debería regularla? Si justamente la red no tiene las restricciones que tiene la radiofrecuencia con una capacidad limitada. Es lógico que limites cuando tenés un stock. Pero en internet el espacio es infinito. No tendría mucho sentido. La ley es anticuada porque sigue viendo a los medios como se veían hace cien años, pero no como se ve ahora. Hoy un blog es un medio. La cuenta de twitter del autor es otro medio que sincronizado con el blog son un medio un poco más grande, la cuenta de facebook y de otras redes sociales lo hace crecer más, el mail es parte de este medio. En ningún lugar del mundo hay forma de controlarlo, salvo en China donde la solución es simple, te meten preso por veinte años. Hay solo dos maneras, la censura extrema o la libertad. No digo que uno no deba hacerse responsables por sus actos, porque uno lo es pero con leyes viejas. Los jueces son demasiado viejos para entender de qué trata internet. Los escollos que tiene la jurisprudencia para entender a internet son mucho peores que la ley en sí. El problema está en educar al diputado, al senador, al juez. Todos deberían aprender para que entiendan de qué están hablando porque no tienen idea. Acá y en todo el mundo, es generacional. Andén: ¿Cómo se deberían legislar los delitos informáticos? Fabio: ¿Qué es un delito informático? Primero habría que tipificarlo. Lo que hay hasta hoy es muy difuso. Hay jurisprudencia entonces lo que se le ocurra al juez se asienta como ley de facto hasta que no haya una ley de actualización constante. El delito no tiene fronteras porque no las hay en la red. No hay límites definidos y las leyes están para regular límites. No estamos preparados para encontrar un punto. Tenemos que cambiar el paradigma sobre como pensamos internet o lo que venga después. Andén: En tu blog se dan eventualmente debates políticos al son de nuestros tiempos políticos ¿Existe una forma de militancia virtual? ¿Realmente tiene el impacto que se dice que tiene? Fabio: yo discuto lo que dicen los medios masivos sobre la campaña virtual de tal o cual partido. En realidad no tiene tanta efectividad como creen ni siquiera sus propios partidarios. Yo lo noto en mi blog. Te das cuenta cuando una discusión es copada por un partido, sea cual fuere. Si vos pones cuatro miembros de una agrupación a saturar una discusión, el del partido cree que la discusión fue ganada pero en internet, cuando sucede eso, la discusión fue perdida. Porque la gente se fue, se llenó de esos tipos, y te fuiste. El efecto es el contrario. No se gana una discusión peleándote con el autor de una nota. No se gana una discusión en los foros de Clarín y La Nación donde vi los peores comentarios de mi vida. Ni en mi blog permito que se diga eso. Hay que aprender a regular eso que no son discusiones, son griteríos. Se logra más por el consenso, escribir en mayúsculas, sábanas de panfletos partidarios no logran nada. Aprendes a odiar ese tipo de personajes. La ciber militancia es ridícula pero también va aprendiendo de sí misma. La mayoría de las cosas que hicieron no les sirvió, no ganaron ninguna elección por lo que se haya hecho en internet, de hecho perdieron en la red más votos de los que ganaron. Si te aparecen trolls tratando de adoctrinarte con un dogma es como cuando te caen religiosos a la puerta de tu casa.
Andén: Las formas de militancia que se expresan en acciones concretas como el affair wikiliks, Leakyiks en la Argentina, y las acciones de anonymous, ¿Realmente dan resultado como formas de concientización? ¿No ayudan a desatar el aparato represivo de la censura? Fabio: Cualquier cosa que ayude a desatar la censura te está mostrando la censura que estaba y vos no conocías. Cuando anonymous hace una acción y la CIA los detiene te das cuenta que la CIA funciona para beneficio de un grupito. Son como sacrificios que hacen algunos que logran exponer cosas sin ellos saber qué iban a exponer. El caso Julian Asange. Se pensó que era una estrella de rock y terminó perseguido; pero nos hizo ver lo peligroso que son estos tipos de gobiernos, de todo lo que estaban ocultando. Las torturas a Bradley Manning sin juicio por haber filtrado información. Todo eso es aberrante. Anonymous es una manifestación de la pubertad punk, son pibes de esa edad que son un desastre como hackers pero que los quiero porque son la esencia punk. No va a hacer grandes cagadas pero los necesitas para ver en un contexto los extremos. Te pongo el caso de Richard Stallman que es un extremista del código abierto. Sin él no nos hubiésemos dado cuenta lo que estaban haciendo empresas como Microsoft o Apple de encerrarnos en una mentira y creernos que el mundo era como ellos nos lo querían dibujar. En Internet necesitas los extremos, nece-
sitas un troll, porque sin ellos no podés entender los matices del mundo. Esta clase de locos es necesario porque expone al otro, que reprime y vos lo ignorabas. Andén: ¿En qué medidas como usuarios de Internet somos simples consumidores y en que medidas ciudadanos? Fabio: Mucha gente acepta la imposición de la palabra usuario o la palabra consumidor cuando uno es ciudadano. En la medida en que aceptas eso y que te están dando un servicio y tenés que dar gracias porque te lo están dando, ahí es cuando vos perdés tu derecho de ciudadano. Ahí se los estás dando a una empresa, a un gobierno. Vos no sos usuario, si pagas todos los meses. No soy usuario, soy parte de eso. A lo sumo soy un cliente. Soy mucho más. Pero es ambiguo porque también sos ciudadano de Internet porque donde un gobierno impone que los trámites de la AFIP se hacen vía Internet, entonces significa que es un servicio público y se convierte en un derecho. Que lo pueden administrar privados como la luz y el gas pero que tiene otras condiciones a la hora de cómo me brindas ese servicio, su calidad, el trato que tienen que tener con uno. A la Argentina le faltan muchísimos años para aprender eso. Si todo lo que sucede en Internet es público, y es mejor que así sea, debemos vernos nosotros y sentirnos parte de esa sociedad que es Internet. Las empresas por lo general no quieren que eso suceda. La neutralidad de la red es un concepto que quieren destruir para cobrarte por cada cosa que vos veas. Internet no es un privilegio, es un derecho. Andén: La argentina, a través de su programa conectar igual, le dio acceso a muchas personas al mundo digital. ¿Crees que eso tendrá un verdadero impacto a futuro? Fabio: Mi mayor desagrado con el proyecto es que venía con Windows xp, parece algo trivial, porque no es solo mucha plata sino que había opciones para que los chicos que aprendían con este sistema pudiesen aprender que el
mundo no es uno solo, sino que el mundo es el que vos quieras. Soy defensor del software libre y de linux en particular. Yo aprendí informática no pensando en un solo sistema sino en muchos. Ahora bien, tenía eso de que muchos adolescentes pudiesen tener por primera vez una computadora y que les permitían hacer cosas que no podían. Tengo un sentimiento dividido, pero pienso que se podría mejorar. Darle una computadora a un chico con un sistema operativo al cual su propia empresa no le da bola es un error como mínimo conceptual. No sé cómo se va a manejar con el correr de los años. Sí sé que fue desprolijo. En la Argentina se trabaja por espasmos, no se hacen planes pensados, graduales. Andén: ¿Es sostenible un mercado cultural donde no se paga por la música, los libros, las películas? ¿Es viable la cultura del fair use, de compartirlo todo? Fabio: Ni. Si toda la gente que consume todo eso hiciese otra cosa para compensarle al que se esmeró en crear el contenido de otra forma por ahí sí. Pero es raro, si yo pongo un banner en mi blog, que es lo único que me reporta ingresos, hay gente que utiliza bloqueadores para no verlos. Sin embargo todas las notas son gratuitas, mínimo, dejame la posibilidad de ganar un pesito por ahí. Somos muy egoístas los argentinos, no estamos ni siquiera dispuestos a que nos muestren publicidad a cambio de algo que a alguien le costó hacer y que nos está dando., No estoy defendiendo a la industria discográfica, ni cinematográfica ni editorial porque son perversos pero somos unos hipócritas por no estar dispuestos a pagar dos pesos por algo que nos da tanta felicidad. Yo jugué un juego en todas sus versiones, cuatro, cuando salió el cinco, lo pagué por primera vez. Me salió ochenta dólares, y lo pagué porque me sentía sucio por haber jugado durante quince años y no haberle pagado ni un centavo a su creador. Compensarlo por toda la felicidad que me dio. Pasa otra cosa, en la Argentina hay desconfianza con el pago a través de internet, aún son grandes los riesgos. ¿Cómo voy a pagar por esto si me pueden robar mucho más de lo que pagué? Prefiero tenerlo por métodos non sanctos. Eso se transformó en una costumbre y las costumbres son difíciles de erradicar. Empezás descargando toda la música del mundo porque no podes acceder a ella. Todo este problema surge porque uno no puede disponer de lo que quiere al precio que merece. No es una avivada criolla, es un problema de disponibilidad. Cuando no podés conseguir un libro porque no se imprime más, te lo descargas de internet porque lo sentís como un derecho. ¿Por qué debería perderse ese pedazo de arte? Si aprendiéramos un método más sencillo para solucionar los conflictos legales que tiene la digitalización de algo, el concepto de piratería sería ambiguo. ¿Para qué descargar algo de mala calidad si pago un precio razonable y lo veo? Si pago $44 por una entrada de cine ¿cómo no voy a pagar $44 por ver todas las películas que quiera? Recién ahora eso es posible, durante los primeros diez años de internet las empresas que son dueñas del contenido nos negaban la posibilidad de acceder a ellos. A la argentina le cuesta mucho entrar porque mucha gente ni siquiera está bancarizada. Descargar todo gratis pasa más por una necesidad adolescente de poseer todo que por los gustos de una persona adulta que cuando le gusta algo va, lo paga y listo. Andén: El mercado no consigue adaptarse a los cambios que la red propone, ¿cuáles son, a tu entender, las nuevas formas que debería adoptar para que todos ganemos? ¿Cómo se equilibra el interés público con las ganancias privadas en lo referido a la red? Fabio: la industria hasta el día de hoy era una máquina de fabricar un producto bueno y doscientos malos y cobrar lo mismo por todos. Ese modelo tiene que cambiar. No se puede seguir engañando a la gente. Van a tener que hacer mejores contenidos. Y esto va tener que estar acompañado de una disponibilidad inmediata mundial, eso es determinante. El precio tiene que estar adecuado con lo que se está dando. Calidad, cantidad y economía es el modelo de negocios que funciona hoy. ¿Cual será el que funcione mañana? No hay manera de predecirlo pero hay modelos alternativos y esos modelos son el equilibrio al cual hay que llegar1.
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El audio completo de la entrevista en www.andendigital.com.ar con los mil ejemplos que Fabio nos dio sobre sus posiciones.
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reflexión
algoritmo humanista yael tejero /
porque, aunque inexorablemente sujetos a ella, nos resistimos a la lógica capitalista de la obsolescencia programada, recuperamos algunos antiguos trazos bibliográficos de la evolución virtual para comprender más acabadamente nuestra experiencia (si es que es posible semejante proyecto)
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ecir que fue inaugural, quizás sea injusto para con aquellos trabajos que ignoramos. Aventuramos la afirmación –provisoria y cautelosa- de que Googléame, de Bárbara Cassin1, quizás sea uno de los primeros libros en reflexionar sobre el fenómeno Google desde un punto de vista filosófico. Ampliamente comentado y criticado, este estudio desmonta un conjunto de propuestas de Google, como la anunciada intención de organizar toda la información existente en el mundo como proclamación de misión democrática. Una autoconsagración humanista que ejerce el engaño de adjetivar con el término “democrático”, algo que no es más que una fórmula matemática, cuyas características se exhiben pero no sus variables, por eso permanece en el limbo de los conocimientos arcanos. Expeditivo en el redireccionamiento a otros sitios, Google discrimina los enlaces generados por el algoritmo de aquellos generados por los patrocinadores y en la bondad de esa consigna, basa su marketing. Para realizar una búsqueda, se requiere un protocolo. Que haya muchos motores de búsqueda con distintos protocolos nos permite elegir, aunque desde la ignorancia absoluta de su funcionamiento. No obstante, existen, ahí están, esperando usuarios que llegan con frecuencia limitada. Para la gran mayoría de los usuarios, PageRank es la opción por defecto. El primer paso de Cassin será, entonces, justificar el interés por Google, sin pretender que la realidad lo dé por evidente. Se advierte sobre la diferencia entre esta firma e Internet en su definición de diccionario y sobre otra confusión frecuente: Google tampoco es un navegador. Un desconcierto que nos imponen por defecto2, del mismo modo que a nivel discursivo nos transmiten la analogía entre la creación del buscador más celebre y la imprenta. Cassin es filóloga y su abordaje propone ese tamiz. En la red, que no para de crecer, ve el mundo heracliteano de las identidades fluctuantes, recuperadas por las páginas en caché. Con sus precedentes académicos, la cuestión de la información no puede serle indiferente. Todos los capítulos finalizan con una serie de cuadros de carácter expositivo, a manera de ilustración conceptual. La estructura del libro busca precisamente aquello que, según la autora, Google no ofrece: conocimiento (y no sólo información). Lo primero que se expone en estos cuadros es una definición de la Web y esta explicación se vuelve imprescindible3. Cassin hace alarde de sus dotes de analista del lenguaje al desmenuzar el lema de la compañía: “Our misión is to organize all the information in the World”. Mientras que su algoritmo permite clasificar las respuestas pertinentes, Cassin llamará a esto alquimia financiera. Una por una examina las palabras de este enunciado: ¿quién es el nosotros de “Nuestra”? ¿Remitirá acaso al mismo “We” del célebre “In god we trust”? ¿Qué quiere decir ‘misión’? ¿No connota además una dimensión religiosa? ¿No es acaso asimilable a la misión de la “guerra justa” emprendida por Bush luego del 11 de Septiembre de 2001? Estos interrogantes le permiten ver allí un conjunto de convergencias discursivas como la intención de promover la democracia y llevar adelante una guerra del bien contra el mal. La cuestión no es oponerse al bien definido como la libertad, la democracia, el saber compartido o el derecho a la información sino a la detentación de una definición del Bien que se hace pasar por universal. Este pasaje, dirá la autora, se llama ideología y distorsiona el límite de la comparación entre un Estado y una firma que también hace pasar aquello que concierne a una comunidad de hombres en un momento determinado, por algo que concierne universalmente al hombre en tanto que hombre: la moral. Poner orden en el caos es el lema de este motor. Así es como ciertos intereses económicos se disfrazan de misión civilizadora. Siguiendo a Victor Klemperer4, Cassin analiza el término “organizar” en relación a la preferencia del Partido Nacional Socialista por la palabra “organización” en lugar de “sistema”: no sistematizar con el entendimiento sino penetrar en lo orgánico. La organización está vinculada con la totalidad (y de ahí, al totalitarismo, hay pocas inferencias). Algo de
este totalitarismo virtual es buscado por Google, que no se limita a ser un buscador, sino un órgano de órganos, capaz de servir para todas las utilidades. Incluso podríamos agregar que la palabra “motor” tiene una connotación demiúrgica. La autora nos enseña que hay dos maneras de decir “todo” en griego: Pan, un todo que es composición abierta y holon: una totalidad cerrada. Cuando se trata de información disponible en la Web, el todo es un pan sobre el infinito: un todavía. Piedra libre para la Doxa. Para corregir los “errores” de los motores precedentes, Google se maneja con Backlinks, sitios que llevan al sitio en cuestión en lugar de partir de él. La premisa de Google es la cantidad de citas que se hacen respecto de una página. Eso se explica por su origen académico: cita, anotación, clasificación y evaluación de los pares. Ese debe ser quizás el nodo del cuestionamiento. Porque aunque eficaz, ese criterio no es el único ni debe ser naturalizado. En definitiva, ¿qué se considera realmente un error? ¿Con qué criterio se nos dice qué es lo que buscamos y cuál es el modo más eficiente de encontrarlo? Para Cassin, la búsqueda así planteada ofrece resultados que son la Doxa, la opinión, pero nunca el conocimiento. El concepto de democracia cultural del que se jacta la firma, está fundado en varias cuestiones. Una de ellas es las potestades de Google para digitalizar bibliotecas. La autora problematiza la relación entre el buscador y las editoriales o universidades implicadas en este proyecto (fundamentalmente norteamericanas) y sus intereses y marcos legales. A Cassin le conciernen los desafíos de aquellos que se resisten a esta hipertrofia: Europa y sus instituciones5, cierto sector del mercado editorial y los competidores. Otras cuestiones en juego son las leyes de copyright, contra las que Google ejerce una defensa fácilmente atacable y los criterios de indexación. Para las obras bajo derechos de autor, Google justifica su digitalización bajo el tamiz de un proyecto alejandrino. Los textos numerizados no le pertenecen, no los ha comprado nunca y los interesados, en caso de querer salir del programa, deben pedirlo, en lugar de solicitar su ingreso. Al igual que el uso de nuestras cookies para la venta de información que nos concierne con fines
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política comerciales, para lo que no hemos dado consentimiento alguno. En virtud de la ley común (o jurisprudencia), la empresa fundamenta sus usos del material digitalizado en función del Fair Use. Según Cassin, aquí se detenta una definición del uso justo que decide qué otros usos no lo son y deben ser, por ello, atacados. ¿Pero a qué cuerpo de leyes nos remitimos? La Web es universal pero las leyes están supeditadas a una soberanía que no es la que conocemos como ciudadanos, la del país donde está la firma. No sería exagerado decir que hay una ley que también se nos impone por defecto y que pronto podría ser, si no lo es aún, la ley por antonomasia. La otra cuestión que se relaciona con el concepto de democracia cultural, es la jerarquización de la búsqueda en función de la cita, como ya se ha explicado. Pero ¿qué clase de democracia es la de los clicks cotizados en bolsa? Cada uno de nuestros clicks le da a Google más dinero que todo el plusvalor que somos capaces de producir. La comparación de la autora entre este tipo de democracia cultural con la noción filosófica de doxa es bella pero limitada. Sin desdeñar el discurso, Google no es sólo retórica o lenguaje. Aunque su poder radique, también, en penetrar en esos dominios y en el lenguaje como estructura de pensamiento. Sin embargo, Cassin acierta en asignarle a Internet, en tanto red o espacio, una ontología propia y en cuestionar la identificación de algo que no es más que un algoritmo matemático, con el concepto y la perfectibilidad de la democracia. La lectura de este trabajo nos deja la urgente necesidad de redefinición identitaria -¿soy un usuario, un ciudadano, un cliente?- y de una educación cívico-informática que nos dé las herramientas de elección sobre de dónde queremos elegir salir, en lugar de entrar. No se requiere de un minucioso análisis del discurso para saber que Google busca, como toda empresa, maximizar sus beneficios. Pero, a diferencia de cualquier objeto o servicio de consumo, uno es un cliente que nunca eligió comprar, un ciudadano que debe subordinarse a leyes ajenas a su territorio y el dueño de información que jamás eligió vender. Las debilidades del libro quizás sean las siguientes: Cassin concibe los problemas de la era digital como si el mundo tuviera dos ejes: Europa y Estados Unidos. A la autora no parece preocuparle el mundo “periférico” al momento de pensar en un proyecto alternativo, aunque imagina otras posibles potencias en materia de buscadores. La crítica de la que quizás pueda ser blanco es la deposición de la problemática del estado de relaciones de poder internacional. Cassin se preocupa por la redefinición de la identidad de Europa en medio de un cambio de paradigma de la cultura. Y tiene derecho. Pero un estudio más fulminante debería, por qué no, deconstruir toda búsqueda de hegemonía para pensar el fenómeno desde la periferia y la disidencia más radical. Aunque quizás, esa sea nuestra deuda. No la suya.
1 Cassin es una filósofa y filóloga francesa, profesora en Sorbonne-Paris IV. Su libro, Google-moi. La deuxième misión de l’Amérique, fue editada en francés por Éditions Albin Michel en 2007. 2 La aparición de Google Chrome, es posterior a la
edición del libro, pero su existencia no hace más que reforzar las tesis de la autora. 3 Explicar qué es Internet en el año 2006, quizás no sea una obviedad. La definición técnica de algo tan basto y cotidiano ofrece el extrañamiento necesario para el discernimiento crítico. 4 Filólogo víctima del nazismo y autor del libro La
lengua del Tercer Reich. 5 Un ejemplo es la posición de Google Books frente al proyecto Guttenberg. Gallica, el sector de digitalización de la Biblioteca Nacional de Francia, es el otro caso más emblemático. El motor de búsqueda opta por el formato texto, que permite encontrar fragmentos mediante palabras claves, mientras que Gallica digitaliza en modo imágenes.
política humberto quiroga lavie*
H
a sido Antonio Negri, el filósofo italiano de múltiple perfil, intelectual y militante del pensamiento revolucionario, quien nos alertara con claridad sobre la realidad constitucional del mundo de nuestro tiempo. Con gran sorpresa y escándalo para el pensamiento tradicional, sostuvo por los años 90 del siglo pasado, que el poder constituyente en tiempos globalizados, terminarán siendo las redes de comunicación (ver su libro “El poder constituyente”). Esto significa, virtualmente, que el poder constituyente en nuestro tiempo es INTERNET, con todos sus buscadores incluidos. Pero como esa red se encuentra mundializada, significa que el poder constituyente es mundial, que las soberanías nacionales se encuentran sometidas al dominio de una comunicación global, que forma, inexorablemente, la voluntad popular en todos los países del mundo. Nosotros no instalamos este pensamiento en forma tan contundente, diez años antes que Negri escribimos Cibernética y Política (Ciudad Argentina, 1982), donde indicábamos que el “quibernetes”, es decir el conductor de la nave política, depende de las relaciones sociales de comunicación (fundamento Platón en su República). En realidad estamos certificando el acierto del pensamiento de Fernando de Lasalle, en su famoso discurso de Friburg de hace ochenta años, cuando sostuvo que una Constitución no es una hoja de papel sino, los factores reales de poder: la fuerza militar, la banca internacional, las religiones, la tradición: ahora le sumamos, en forma dirimente a INTERNET. Será bueno tener en cuenta la historia de la dominación comunicacional en el mundo: antes de Gutemberg se escribía a mano en papiros de muy limitada circulación: ese terminó con la imprenta, se instaló la “galaxia Gutemberg”. Pasó el tiempo y fue Mac Lukcjam quien nos indicó que el mundo estaba comunicado a partir de la imagen televisiva: se instaló la “galaxia Mac Lukcjam”. Ahora estamos en la nueva galaxia INTERNET de Mario Negri. A esta mundialización comunicacional, que es una forma concreta de ejercicio democrático en manos de una creciente cantidad de individuos que viven todo el día frente a una computadora, debemos sumarle un movimiento social de penetración de multitudes errantes (también pensamiento de Negri), que proviniendo del mundo subdesarrollado, pugna por ingresar al primer mundo, tanto hacia Europa, como hacia los Estados Unidos. Argentina también experimenta esa invasión de hermanos latinoamericanos, con quienes tenemos que integrarnos en aras de la unidad continental. Esa unidad continental tiene en su mira el nuevo centro del poder mundial que pugna por conducir la economía del mundo. Nos referimos al BRIC, es decir a Brasil, Rusia, India y China. El filósofo transdisciplinario brasileño,
Roberto Mangabeira Unger, integra su filosofía experimental, con un nuevo sistema de finanzas públicas, con una pedagogía de jóvenes profetas y con un dinámico sistema electoral, así como con nuevas propuestas para afrontar al derecho de propiedad. Roberto Mangabeira honra a la Argentina, diciendo que el BRIC debe pasar a ser ABRIC, con Argentina a la cabeza, por la capacidad de sus dirigentes para cuestionar, a la manera de la falseación poperiana, las pretendidas verdades que se vayan instalando en la conducción cultural, económica y política del mundo. Nos hablan de un mundo globalizado, que es un mundo de mero presente, sin pasado y sin futuro. Absurdo, no cabe duda. Ello ha sido mejorado con la propuesta de un “mundo líquido”, donde, si bien hay solo presente, al menos se instala el reconocimiento de que ese presente esta conducido por una red de comunicación social. Esa red se proyecta, necesariamente hacia el futuro, con un pasado alimentador inexorable. En ese mundo nuevo estamos comprometidos con la integración confederativa que propusiera Artigas. Pensamiento que estamos defendiendo desde la Universidad Nacional de La Plata, en la Cátedra Libre José Gervasio Artigas para la integración. Cuando hace 200 años la Asamblea de 1813 rechazó las instrucciones enviadas por Artigas, lo que hizo fue instalar un centralismo unitario en nuestro país, que es compatible con la actual “monarquía constitucional”, sin coparticipación federal impositiva, que reina en nuestro país. * HQL es abogado constitucionalista, fue Decano de la Facultad de Derecho de la U.N.L.P., participó en la reforma de la Constitución de 1994 como Convencional Constituyente y se desempeñó como Consejero de la Magistratura, escribiendo a lo largo de su carrera numerosas obras literarias y jurídicas.
10 cultura
en busca de la
cuba e internet
quimera
laura loredo rubio lauraloredorubio@gmail.com
cuba supera a cualquiera, siempre y en todo momento te excede, mucho más de lo pensado; mi viaje todavía se hace, de nuevo en Buenos Aires a 6893 km. las fichas siguen cayendo y la saudade es fuertísima. es difícil por lo tanto escribir algo sobre ella, en este caso sobre Internet. las palabras parecen no alcanzar y aferrarse a un tema es un pecado cuándo no tarea imposible
E
n este país, Internet es una buena metonimia de lo que ocurre en la isla; como pequeño fragmento, es ilustrativa del todo. Tal vez no funciona como debería (un debería en relación a nuestro mundo y a lo que uno supone que garantiza un país socialista), pero la realidad es siempre más compleja y, en general, un pastiche de lo que cada persona dice. Igual eso es lo más rico, hablar con la gente. El problema, tal vez, es que la óptica es distinta según se hable con un castrista o un anti-castrista, con alguien que vivió la previa de Batista o con un joven nacido post revolución (los jóvenes son muy críticos y eso es lógico. Como dijo Laritza, una amiga que hice allá, “el problema de la diligencia cubana es que siguen esperando que agradezcamos por cosas que son muy buenas, pero con las que las nuevas generaciones ya nacieron”) Y la óptica es distinta, por último, si hablás con un cubano que viajó afuera y uno que no, con alguien que vio la literalidad del morirse de hambre y el que no. Desde esta perspectiva, de vuelta en Buenos Aires necesité buscar información, lo recolectado fue impresionante pero también confuso.
Tópicas En esta isla ciertas lógicas están patas para arriba. La de Internet es una de ellas. Evaluemos las tópicas que funcionan en nuestra realidad. - Internet es un concepto, una abstracción. Hay un mundo conectado por miles de redes las cuales permiten estar informado, comunicarse, bajar, subir, compartir. Películas, fotos, música, libros. - Internet es una realidad concreta, un elemento que atraviesa nuestra cotidianidad. Las generaciones de hoy ya nacen con dicha tecnología y la usan para lo que sea - Internet es una revolución y desborda el campo de la comunicación. Involucra al sector financiero, la difusión de la cultura, las relaciones sociales, el comercio. Estos tópicos ideales son válidos para una parte del mundo: aquel que es capitalista. No para Cuba. En este país Internet no está involucrada en el día a día, nadie sabe quién puso qué en las redes sociales y los chicos no le piden a Papá Noel tablets de regalo (de hecho, el consumismo es prácticamente inexistente, y en lugar de carteles publicitarios hay afiches que sostienen que “esta es una revolución de trabajadores en el poder”) La red, si no es una ausente, es casi una extraña. Con lo bueno y malo que eso puede ser. Que es algo sobre lo que hay que trabajar, es un hecho. Ahora bien, la realidad, como dije, es más compleja. El tema de la libertad de expresión y el uso de Internet es una cuestión que genera controversia. Sobre todo al nivel del imaginario de lo que sucede afuera. El cubano medio no puede viajar y la construcción que hace del resto del mundo es por lo que ve del turista. En muchos se representa un “nosotros no accedemos a nada, no podemos salir, ni saber lo que sucede, ni opinar, pero ustedes sí” Lejos están de imaginar que nosotros, turistas, somos en realidad una minoría privilegiada que consume y viaja porque es clase media y puede pagar. Lejos están de imaginar que en este momento tenemos una pelea por los medios y el acceso a la información, y que en una época hubo una real persecución en donde por opinar te desaparecían. Siempre que podía se los decía. Cuba no es una dictadura y eso no se dis-
cute. La isla se conectó a Internet en 1996 a través de intranet, una red interna que en un principio se aprobó para determinadas personas, y que permitía el acceso a ciertos sitios. Sin embargo, con las reformas llevadas a cabo por Raúl Castro, en el 2009 se consintió el libre acceso. Ahora bien, Cuba tiene dos dificultades. La primera se relaciona a la infraestructura: no hay un buen tendido que lleve la red a toda la isla. La segunda tiene que ver con la economía. En general, su uso es social; es decir, se utilizan las computadoras instaladas para todos en las oficinas de correo. Los que tienen Internet en el ámbito particular son pocos pues es difícil acceder a la tecnología necesaria para ello. Los equipos ingresan al país en su mayoría a través del mercado negro (debido al bloqueo sostenido desde hace 50 años por Estados Unidos), y eso hace que el ya de por sí caro equipamiento tecnológico, aumente aún más. Por lo tanto, los que sortean estas dificultades son los cubanos que están en mejores condiciones económicas -los que tienen familiares en el exterior y reciben dinero, o quienes trabajan con el turismo- o bien aquellos mejor posicionados políticamente -trabajadores del gobierno, periodistas o intelectuales. Si estas limitaciones son salvadas, el servicio de Internet es proporcionado por el Estado y es accesible: cuesta mensualmente unos 50 CUP (peso cubano), es decir, unos US$ 2. ¿Por qué? Porque en Cuba el Estado está presente en todo momento para garantizar alimentación a centavos, y salud, educación y vivienda gratuitas. ¿Por qué? Porque en Cuba hubo una revolución y eso se palpita a cada instante. Entonces, es difícil acceder a Internet pero se puede. ¿Y cómo es? Es lenta. Tender redes por toda la isla es un gasto millonario para un país como este. Y aunque el gobierno quedó atrás en este sentido, la realidad, una vez más, es compleja. En Baracoa tuve la oportunidad de hablar con una mujer que trabajaba en una empresa de telecomunicaciones cubana. Ella era de esas personas que se saben privilegiadas y que defiende a su país a toda costa. Bien, fue ella la que me dijo cómo el mapa de fibra óptica saltea a la isla, y cómo por alrededor pasan cables submarinos a los que durante años se impidió acceder debido al bloqueo. (La revolución se palpita, sí, pero también se palpita el bloqueo. De cualquier forma, los cubanos saben que los gringos no vuelven) Recientemente, Venezuela tendió un cable de fibra óptica que promete mejorar la situación. Luismi, otro amigo cubano, dijo que ya nota la diferencia. Ojala así sea. Está todo muy verde aún y falta ver cómo se desarrolla pero hay esperanzas. Algo es seguro: en esta isla las cosas van tomando un nuevo color. Estando allá, el 14 de Enero, se aprobó una ley que permite viajar a cualquier ciudadano sin ninguna restricción. Si bien en los hechos no habrá grandes modificaciones, ya que podrá viajar aquel que tenga la plata y requerirá que el país deseado autorice al cubano-latino- a entrar, como nos sucede a nosotros, simbólicamente es un cambio importante. Esta medida, así como la apertura de Internet y el consentimiento a comprar y vender propiedades, entre otras reformas, demuestra que hay un deseo en escuchar las disidencias, que se quiere sostener el proceso revolucionario pero estando atentos al cambio, a la apertura. Hay compromiso y voluntad, brindo por ello.
11 cultura
ahora un
david del río /
H
oy leí el diario por internet, al igual que muchos internautas, es un hábito que parece haber ganado terreno hace un par de años, decidí no comprar más la versión impresa por una cuestión práctica, y por supuesto abaratar los costos, así me puedo informar de una misma noticia con diarios ideológicamente diferentes, o leer infinidad de noticias en un mismo diario. Eso depende del día. Por la tarde estudié un poco sobre la historia de la literatura de Ciencia Ficción, en relación a la temática de Internet. Era el tema propuesto para esta edición del Andén, y como el cronograma apremia a los malos escritores o escritores distraídos, ya que dejamos para último momento la realización de los trabajos, indagué nuevamente en la red (a pesar de que tengo varios apuntes sobre el tema, viejas fotocopias perdidas en alguno de los tantos cajones del escritorio). Por otra parte pensaba que los conceptos de dicho tópico me servirían para un proyecto del Instituto Superior de Formación Docente y Técnica de Hurlingham, una propuesta para un cargo de literatura fantástica en un terciario. Y aunque algunos suelen criticar el medio, los conceptos de base, con la vaguedad que ello significa, los tomé de un diccionario de red; Wikipedia. Luego de googlear “Internet y Ciencia Ficción” me aparecieron páginas diversas, la mayoría de ellas eran literarias, o blogs de profesores de literatura, o como es muy frecuente encontrar a los navegantes virtuales; las publicidades o supuestos beneficios por tener la suerte de ser el ingresante número mil, y aunque me apremie la urgencia, y a veces suenen
tentadores los premios, ya no caigo en esas trampas. En el recorrido, también aparecieron los nombres de grandes maestros del relato como Fredick Brown, Isac Asimov y Ray Bradbury. Como era de esperar, nuevamente me cercioré (de chico leía a Julio Verne) de que la ciencia ficción está un paso adelante de la realidad y las ideas de una red virtual, computadores lógicos, grandes máquinas con inteligencia artificial, vienen sucediéndose hace más de medio siglo en la imaginación de muchos escritores. Tanto las utopías imaginarias que derivan en distópicas sociedades, cómo en el avance de la bio-tecnología, la robótica, los viajes espaciales, el contacto con civilizaciones extraterrestres, etc. son tópicos que se desplazan en las obras del género recurrentemente, ampliando los vericuetos de las posibles realidades acaso solo para advertirnos de evidentes aspectos de la actualidad que desconocemos e ignoramos (todavía), tal vez por la vorágine del desarrollo de la tecnología y de los avances descomunales de la ciencia que no logramos comprender en su totalidad. En 1954 Federick Brown publicaba su relato “La respuesta”, un pequeño relato que es más actual que nunca, y que por su brevedad, anexamos aquí abajo en su fragmento final. También encontramos en el relato “La última pregunta” de Isac Asimov una historia realizada dos años después, en donde escribe una historia más o menos parecida, pero con diferente estilo. Ambas historias están entrelazadas y juegan con la misma idea; la búsqueda de la respuesta por parte de las computadoras a los interrogantes más frecuentes de los
seres humanos, preguntas milenarias que han formulado los hombres durante su historia en este planeta. Pero no quise detenerme en cuestionamientos existenciales. No, teniendo a mano, excelentes sedantes de la mente, maravillosos artificios de la evasión, distraidores del pensamiento. Preferí jugar al Age Empires en red con unos amigos (que a poco se fueron trasformando en enemigos) y al CityVille, lo hice con la idea de perder un poco más el tiempo, hasta las últimas horas de la tarde. Lo interesante de este juego es que necesitás de la energía de los otros para seguir ampliando tu ciudad, lo duro fue la pelea con mi novia por no responder a sus demandas en su alcaldía, y por quedarse a hasta las cinco de la mañana cosechando papas, a pesar del hambre familiar. En otro orden de cosas, me pelee con un amigo en el Facebook, por discrepancias políticas en el muro, aunque él tuvo muchos más “me gusta” que yo. Ah! y rato de por medio me reconcilié con mi novia, con la pegatina de una frase estúpida sobre el amor, pero bastante eficaz. A propósito trascribo el final del relato de Fredick Brown: Dwar Ev giró el conmutador. Se oyó un potente ronroneo, el de las ondas que salían hacia 96 billones de planetas. Se prendieron y apagaron las luces en los dos kilómetros que componían el tablero de control. Dwar Ev dio un paso hacia atrás, respirando profundamente. Es a usted que corres-
delrio_david@hotmail.com
ponde hacer la primera pregunta, Dwar Reyn. —Gracias —dijo Dwar Reyn—, haré una pregunta que nunca pudo ser contestada por las máquinas cibernéticas sencillas. Se volvió hacia la máquina: ¿Existe un Dios? La voz poderosa contestó Crin titubeos, sin el menor temblor. —Sí, ahora existe un Dios. La versión de Isac Asimov la dejó para los lectores curiosos. Es fácil, sólo hay que teclear “La última pregunta” y aparecerán una serie ininterrumpida de páginas. Por lo demás, para concluir el artículo, esta especie de diario íntimo escrito para Andén Digital, me resta asumir frente al lector virtual la dependencia que me genera la red. Es cierto, y muy a nuestro pesar, internet se ha convertido en un Dios. Debo confesar algo, además; Este dios es muy parecido a los otros. Parece ser omnisciente y omnipresente (siempre y en cuanto haya Wi Fi). Me causa cierta dependencia, una leve tendencia a la depresión, miedo, incapacidad para interactuar con los demás en las calles, un poquito de pánico y agitación. Como todos los dioses, lo único que me pide es parte de mi tiempo, y de dinero. Pero no todo es malo, lo bueno es que lo podés apagar cuando quieras, por lo menos a su parte visible (todavía responde a un simple botón de la CPU) y no hay que esperar hasta morir, la cuenta llega a casa en una boleta los primeros días de cada mes.
12 política
auditoría
2.0
la auditoria general de la nación (agn) viene publicando en los últimos años todos los informes que elabora en su sitio oficial www.agn.gov.ar. estos informes permiten detectar de qué forma se gastan y usan los recursos públicos y los resultados obtenidos en la implementación de las diferentes políticas públicas gubernamentales de la administración nacional
leandro despuy auditor general de la nación
M
i propósito es realizar un repaso de las políticas más significativas que he tratado de implementar, por un lado para acercar la AGN a la ciudadanía; y por otro lado, hacer de los informes que producimos una verdadera herramienta de asistencia técnica para que los legisladores tomen nuestras advertencias y recomendaciones. Desde luego que no nos causa satisfacción ver cómo el Gobierno desoye nuestras auditorias y luego terminan ocurriendo tragedias como el choque del tren de la línea Sarmiento en la estación de once, un hecho tan dramático como evitable, sobre el que la AGN había advertido. En materia de acceso de la ciudadanía a los informes técnicos elaborados por la AGN desde el año 2002 en que asumí a la fecha hemos recorrido un largo camino que va desde el oscurantismo a la publicación de todos los informes en el sitio oficial del organismo (www.agn.gov.ar). De esta forma, los informes de la AGN se vuelven accesibles a toda la ciudadanía, a la prensa en general y a los periodistas en particular, a los miembros de las ONG´s, las organizaciones sociales y los partidos políticos así como también – y fundamentalmente – a los miembros del Parlamento Nacional que deben ejercer la función de control de la Administración Pública Nacional sobre la base de los informes técnicos elaborados y aprobados por la AGN, conforme lo establece el artículo 85 de la Constitución Nacional. En la actualidad, el principal desafió que tiene la AGN en matería de divulgación y accesibilidad a la información por ella generada, es el de facilitar el entendimiento de muchos de los informes que por su rigurosidad técnica a veces resultan de difícil comprensión. Pero fundamentalmente que dichos informes sean tomados en cuenta por el Parlamento para cumplir su rol de contralor del Poder Ejecutivo Nacional, por el Gobierno Nacional para rectificar o cambiar el rumbo a partir de las observaciones y recomendaciones efectuadas por la AGN y por la sociedad en general para que ella pueda participar de los procesos de control republicano. Estoy convencido de que son estas las medidas que for-
talecen las instituciones y que organismos internacionales como la Organización Latinoamericana y del Caribe de Entidades Fiscalizadores Superiores (OLACEFS), en sus Principios de Rendición de Cuentas, nos marcan como imprescindibles para un control eficaz y eficiente; y por eso me resultan muy preocupantes las medidas regresivas que atentan contra el enorme avance que, no sin dificultades, venimos realizando en la AGN. Porque en los últimos años los obstáculos para acceder a la información necesaria para las tareas de auditoría se han agravado como ha ocurrido con la persistente negativa de la AFIP, el Banco Central, el Órgano de Control de las Concesiones Viales (OCCOVI) y la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (ONCCA) a brindar información a la AGN. En los casos de Belgrano Cargas, la SIGEN y la Administración de Programas Especiales (APE), nos hemos visto obligados incluso a acudir a la Justicia para que los organismos suministren la información necesaria para que la AGN cumpla con sus funciones de órgano responsable del control externo del Estado Nacional. No solamente sufrimos esta reticencia a entregar información sino que yo mismo he sufrido varios intentos de destitución. Sectores del oficialismo vienen intentando sin éxito vaciar a la AGN de su prestigio y de la seriedad que caracteriza los documentos elaborados por los trabajadores técnicos que conforman los equipos de auditoría. Siempre he defendido el carácter profesional de nuestra tarea. Y voy a seguir resistiendo. Los convoco a tomar conciencia de la importancia de la rendición de cuentas para mejorar la gestión de los recursos públicos y a estar atentos a todo lo que pase este año en la AGN donde a pesar de los embates, vamos a estar auditando los sectores más sensibles de la administración pública. No nos detienen las maniobras políticas y para este año ya tenemos planificadas auditorías al Programa Fútbol para Todos, a Aerolíneas Argentinas, subsidios al transporte, gestión de ENARSA, AFIP, programas sociales, transferencias de fondos del Tesoro Nacional a las provincias, entre muchos otros.
medios&política
L
sociedad de la
información julio barbaro jbarbaro@fibertel.com.ar
os medios en su evolución asombrosa cambiaron nuestras vidas, hasta el momento no sabemos medir los resultados de semejante revolución. El actual gobierno fue liberal con los medios en su origen y cuando las encuestas lo daban por exitoso. Pensemos que en la gestión de Néstor Kirchner se le otorgaron diez años de extensión a todas las licencias de radio y televisión. Todavía el gobierno no se imaginaba obligado a gestar su propio grupo de medios, no estaba decidido a enfrentarse al resto de la sociedad. Sin duda de los diez años a la ley de medios hay un mundo de distancia, dos concepciones se enfrentan en pocos años. El primer gobierno de Kirchner se intenta tener buena relación con los propietarios, y en alguna medida se ayuda a Pergolini y a Tinelli a adquirir sus propias radios. En ese tiempo la relación con el grupo Clarín era manejada personalmente por el Presidente y tanto Daniel Hadad como el resto de los propietarios de medios se acercaban y negociaban con el poder como siempre sucedió en nuestra sociedad. Néstor Kirchner estaba preocupado por el peso del grupo Clarín, en especial por la propiedad de los diarios como Página 12 y La Razón, y según su opinión buena parte del diario La Nación. Esta pulseada entre el poder político y el poder mediático es lógica de toda democracia. Quizá la dimensión del grupo Clarín justificaba en alguna medida la decisión de aquel grito de guerra “¿Qué te pasa Clarín?” Clarín no solo tenía los diarios y Radio Mitre sino que su manejo de la mayor empresa de cable que es Cablevisión, sumada en ese entonces a la propiedad del futbol y otros deportes lo instalaba en un lugar de poder fuera de toda posibilidad de competencia. Todos los restantes dueños de medios incitaban al gobierno a enfrentar a este supuesto monopolio. Pensemos que durante mi gestión tenía prohibido vender licencias de cable, y en ese punto coincidían todos los dueños de licencias. Los altibajos y las deudas de la etapa anterior justificaban en parte esa medida. Pero Kirchner otorgaba estos favores convencidos que a partir de ellos los dejaba sin derecho a la crítica. Y es entonces, cuando les permite la fusión de Cablevisión con Multicanal para favorecer su cotiza-
ción en la bolsa, es en ese momento donde imagina que la dimensión del favor va a limitar la voluntad critica del grupo. Como esto no sucede decide declarar la guerra. La ley de medios fue gestada por sectores de intelectuales que solo conocían de la industria el resentimiento de no poder opinar en sus espacios. Es una ley absurda y sin sentido, una especie de manual de rencores donde los pobres definen las limitaciones que se deben imponer a los ricos. Carece de la menor seriedad, insistí hasta el cansancio que antes debía rechazarse un convenio de Cavallo con los Estados Unidos según el cual sus ciudadanos pueden comprar medios argentinos sin que sea reciproco, o sea con la humillación que genera todo convenio carente de reciprocidad. Gracias a esa trampa Canal 9 es de un mejicano y radio Continental de un español, claro que ambos bajo el disfraz de empresa estadounidense. ¿Bajo que ley se cobijan dichos medios? La ley cae en el absurdo de insistir con los pueblos originarios como si la situación de los mismos cambiara a partir de tan increíble norma. Personalmente entregue radios a esos sectores sin necesidad de semejante griterío. Hoy, cuando vemos que el estado o sus brazos oscuros compraron el Grupo Hadad con Radio diez y C5N, que compraron Crónica TV y Canal 9, que se están quedando con Canal 11 y van por la productora de Marcelo Tinelli, cuando todo esto sucede uno toma conciencia de que salimos del riesgo del monopolio privado para caer en el infierno del monopolio oficial. Con enormes sumas de dinero que se quitan a los necesitados se inventan oficialismos de todo tipo y color, con un solo elemento en común, su desesperante mediocridad. No hay nada mas decadente que el periodismo oficialista, y junto con las cadenas oficiales son hoy los que mas obligan y lastiman nuestra atención. Y lo peor de todo es que siempre generan rechazo, justo lo contrario a lo que intentan lograr. Imaginan multiplicar el afecto por el oficialismo, terminan generando lo opuesto y tardan demasiado en enterarse. Y entonces ya el daño esta hecho.
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11 tesis de filosofía&política
de policías y medios dos cosas, que nada tienen que ver con la inseguridad o la comunicación manuel fontenla /
P
ermítanme partir de dos afirmaciones trilladas, pero cotidianas y repetidas hasta el hartazgo en los medios y en las calles de nuestra actualidad. La primera es la relación rayanamente obvia que se realiza entre el problema de la inseguridad y el funcionamiento de las fuerzas públicas de seguridad, principalmente, la Policía. El otro, es la infinitamente repetida tesis, según la cual la realidad se configura a través de la visibilidad que otorgan los “mass media”, sea la televisión, el periodismo grafico o Internet. La intención para las líneas que siguen, como intentamos en cada columna, es reflexionar sobre ambas ideas o afirmaciones de nuestra sociedad actual, a través de la octava tesis rancierana, que enuncia:
La política se opone específicamente a la policía. La policía es una parte de lo sensible donde el principio es la ausencia de vacío y de suplemento Lo primero que podría inferirse de esta octava tesis, es que Rancière, esta utilizando el término “policía” de una manera muy distinta a la cual lo utilizamos diariamente. Por lo tanto, para entender el destino de esta reflexión, aclaremos el uso que hace el filósofo francés del término “Policía”. Explica en El Desacuerdo Rancière: “Generalmente se denomina política al conjunto de los procesos mediante los cuales se efectúan la agregación y el consentimiento de las colectividades, la organización de los poderes, la distribución de los lugares y funciones y los sistemas de legitimación de esta distribución. Propongo dar otro nombre a
esta distribución y al sistema de estas legitimaciones. Propongo llamarlo policía. La palabra policía evoca corrientemente lo que se llama la baja policía, los cachiporrazos de las fuerzas del orden y las inquisiciones de las policías secretas, pero esta identificación restrictiva puede ser tenida por contingente (…) la baja policía no es mas que una forma particular de un orden mas general que dispone lo sensible en lo cual los cuerpos se distribuyen en comunidad”. La distribución de los lugares y las funciones que define un orden policial depende tanto de la espontaneidad supuesta de las relaciones sociales como de la rigidez de las funciones estatales. La policía es, en su esencia, la ley, generalmente implícita, que define la parte o la ausencia de parte de las partes. Pero para definir esto hace falta en primer lugar las configuraciones de lo sensible en que se inscriben unas y otras. De este modo, la policía es primeramente un orden de los cuerpos que define las divisiones entre los modos del hacer, los modos del ser y los modos del decir, que hace que tales cuerpos sean asignados por su nombre a tal lugar y a tal tarea; es un orden de lo visible y lo decible que hace que tal actividad sea visible y que tal otra no lo sea, que tal palabra sea entendida como perteneciente al discurso y tal otra al ruido. Al igual que en Rancière, pero con variantes, en nuestra configuración social cotidiana, la policía y los medios de comunicación, intentan funcionar como sistemas de legitimación y de distribución del orden. Pero cuando ellos no funcionan, cuando pierden su capacidad tanto de legitimación como de distribución, recurrimos, le solicitamos a la Política que intervenga. Esto sucede de varias y hasta contradictorias maneras. Hoy inclu-
so se llega al punto de reclamar una retirada de “la política” de los medios de comunicación, en pos de su independencia y transparencia. O en el caso de la policía, el alejamiento de la política, se invoca en la forma de la degeneración y corrupción, que la política realiza sobre la policía, y viceversa también. A su vez, en tanto que sistema de visibilización y legitimación, son los medios los que instauran/construyen la realidad e importancia de los temas, lo que sucede y lo que no, los hechos de relevancia y los prescindibles. De muchas maneras, es esa “visibilización”, la que distribuye, organiza y ordena las partes sensibles de la comunidad, para decirlo, rancieranamente. Ahora bien, esa construcción, esa visibilidad, esa distribución, es considerada por todos, esencialmente política. Nadie negaría que cada una de las construcciones de los medios de comunicación es política; y que las funciones de las fuerzas públicas del orden, o del aparato represivo del Estado, es una decisión “política”. Aquí precisamente se ubica la ruptura rancierana, el desvió que nos propone nuestra octava tesis. Porque si la Policía es justamente: una regla del aparecer de los cuerpos, una configuración de las ocupaciones y las propiedades de los espacios donde esas ocupaciones se distribuyen; la esencia de la política es perturbar esa regla y ese orden organizado por la Policía. Más aún, el litigio político es aquel que hace existir la política separándola de la policía que constantemente la hace desaparecer, sea pura y simplemente negándola, sea identificando su lógica con la suya propia. La política es entonces una intervención sobre lo visible y lo enunciable, contra la lógica de distribución y ordenamiento de la Policía En este entramado, Rancière pone el
manuruzo@gmail.com
dedo en la llaga: “Es la debilidad y no la fuerza de este orden la que en ciertos Estados hace crecer a la baja policía, hasta ponerla a cargo de la totalidad de las funciones de policía”. En otras palabras, cuando la Policía (con mayúscula) la que organiza la distribución de los sujetos y las partes de la sociedad, pierde legitimidad y capacidad para ordenar el sistema, no es un problema de seguridad, ni delincuencia, ni de vandalismo y drogas, por el contrario, es un problema mucho mayor que hace a la configuración y visibilidad de los cuerpos y sujetos en la sociedad, es decir, a la división social del trabajo, a la distribución de la riqueza, a la explotación de la mano de obra barata, a las leyes del mercado mundial neoliberal, a las funciones y lugares que le asignamos a cada actor social, empresarios, docentes, administrativos, médicos, etc. Etc. En esta misma línea, si aceptamos y retomamos nuestras afirmaciones iniciales, los medios de comunicación, constituyen una parte esencial (sino privilegiada) de la Policía, de la distribución de los cuerpos, las funciones y los lugares; y no un momento exterior e independiente desde el cual se crítica el desorden del sistema, desde el cual se pide, “más policía y más seguridad”. Tanto el Estado como los “medios de comunicación” tienen sus formas y mecanismos, sus Lógicas para decirlo con Rancière, de configuración de la Policía, que pueden correr en paralelo, cruzarse, superponerse. No es contra el Estado ni contra “los medios” que debe enfocarse la política, sino más allá de ellos y más acá, es decir, contra las Lógicas Policiales que gobiernan y dominan la distribución de nuestros cuerpos, los lugares que ocupamos, la visibilidad de nuestras acciones, lo que hacemos y decimos.
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cinco discos cinco
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a puro torrent, dowloading y rippeo
Hay un reclamo que los puristas de la música hacen con cierto tino: la adicción por el downloading barrió bajo la alfombra la escucha atenta. Cuando se contaba con solo unos pocos pesos al mes para destinar en un disco, se leía, se averiguaba, y recién ahí se compraba. A veces uno la pegaba y a veces no. Amortizaba el costo del disco con su escucha; una y otra vez giraba el disco, sonaba el cassette, se repetía el cd. Se acababa conociendo a la perfección el objeto y el arte que contenía. Ya no será más de ese modo. ¡Descargar, descargar, descargar! Toda la discografía de Yo Yo Ma, el último disco de la banda sensación de Ucrania, el concierto del bajista de Scorpions en Japón, la peli porno de Marilyn Chambers, lo último de Gino Soccio. Todo, ya, ahora mismo; todo lo que hubo y todo lo que hay. Ilegalmente gratis, vergonzosamente sin el menor esfuerzo. Y ese es el quid de la cuestión. Internet es un signo de nuestra obsesión por la inmediatez, del goce instantáneo, del conocimiento presto y sin macerar por el dato irrelevante. Igual de burgueses que los averroistas, cada mañana frente a la pc y al celular, nos conectamos con el gran intelecto de nuestra civilización y actualizamos nuestro conocimiento de casi todo lo hecho y dicho. No reneguemos de ello, pero hay algo que se ha perdido en ese ¡plop! Instantáneo e indecente que resume y archiva obras enteras en una mísera tarjeta de memoria del tamaño de una uña. Y ese algo perdido es una conexión irrepetible y única que nos cambiaba la vida cuando sucedía en un mundo sin tantas distracciones. Por eso 5 discos 5 para tomarse el trabajo de buscarlos, desconectarse, disfrutar y correr el riesgo de no querer enchufarse al mundo nunca, pero nunca más.
gustavo zanella
/ locardeux@hotmail.com
23am- 1997 - Robert Miles. Un disco de música electrónica de 1997 debería sonar viejo, frío, poco elaborado. En estos días donde la electrónica llega a lugares inesperados - desde el metal industrial noruego hasta el chill-out étnico para goce y disfrute de aristócratas y burgueses - en estos días, la electrónica vive. Y vive como nosotros, sin vivir, sin respirar, sin sentir, sin conmoverse. No siempre fue así. Hay que decirlo de nuevo ¡No siempre fue así, hijos de puta! ¡¡¡Entiéndanlo de una vez!!! “23am” de Robert Miles conmueve, emociona, llena lo vacío, le da de comer al naufrago hambriento, al viejo cansado de historias, recrea nueva ciencia, hace música y se queda ahí, sonando en el alma. Comprado o descargado, más lo segundo que lo primero, se entiende por qué hay veces que Internet nos salva la vida.
Impression –2011- Lunatic Souls. La red de redes es un topos conceptual en donde nos reflejamos como especie. Lo mejor de nosotros como civilización está ahí. También lo peor. Nuestra oscuridad, nuestros miedos y pesadumbres. Algo de eso transmite el disco de esta agrupación polaca que se define a sí misma como “un viaje músico-oriental-trans-psicodélico-vocal”. Una obra dividida en movimientos, predominantemente instrumental, de sonidos delicados, pequeños, engarzados unos con otros de tal manera que si se los escucha fuera de contexto se comete el error de pensar que es música new age. Nada más alejado de la realidad. Impressions es un disco oscuro, ominoso. Un rock progresivo que track a track sube la apuesta, incomodando. Hay una Internet paralela, la deep web, quien se adentra en ella puede encontrar cosas inesperadas. Con impression pasa lo mismo.
Mientras esperamos que salga el sol – Ramiro Alija. La red está repleta de músicos de todo tipo y calibre que pugnan por hacerse un lugar. Muchos son francamente horribles. Otros son encantadores. Alija es uno de ellos. El rasguido de una guitarra, una voz cálida, reconocible y amiga que nos cuenta y nos canta y nos miente todo lo bueno que nos espera cuando se acaba el día. En la línea de los trovadores románticos, mitad antihéroes, mitad hermosos perdedores, Alija nos trae historias que buscan empatía con climas particulares de atardeceres compartidos y madrugadas trashumadas entre nostalgias de besos y bebidas varias. Un ep independiente, de 5 canciones artesanales. Veinte minutos de trova actual que de no ser por las redes sociales y los servicios de streaming nos perderíamos.
A flor de tiempo -1978 - Paco Ibáñez. El mundo real, el cotidiano, el que padecemos todos los días tiene por hábito el olvido. En la red no existe, en principio, tal cosa. Para el que sabe buscar siempre queda un registro, una mención que sirva como huella para seguir tras el rastro de lo deseado. Sólo así las juventudes pueden tener acceso a uno de los cantantes más fabulosos de habla hispana. Una obra de más de medio siglo dedicada a musicalizar a poetas no debería caer en el olvido de nadie. Alguien como Paco Ibáñez diría que Internet es una herramienta más de dominación, una distracción pequeño-burguesa que aleja la mente de cosas importantes. En tiempos en lo que es difícil conseguir discos importados por estas pampas, sólo la piratería nos permite acceder a un obra digna del aplauso.
Memphis blues – 2010- Cyndi Lauper. La red entera es un repost del mundo real, una forma de copia y de reelaboración de elementos existentes puestos en conexión con otros y estos con otros y otros y otros más. Sólo ahora, cuando nuestros modos de entender las conexiones han cambiado, podemos advertir el potencial de la interconexión. Por eso una cantante pop como Lauper puede abordar un desconocido cancionero del blues y traerlo a la memoria de la mejor manera posible: siéndole fiel traicionándolo. Memphis blues está muy lejos de aquello que la hizo famosa en los ochentas y eso nos habla de una artista que pudo haber desaparecido de los charts pero no de la búsqueda y de la experimentación que, volviendo al pasado, trae al presente las formas en las que debemos mirar el futuro.
16 reflexión fotografía joaquín casarini /
jcasarini@gmail.com
internet sí, internet no natalia e. lópez /
L
a sociedad ha llegado a un punto en el que internet la ha invadido completamente. Por lo tanto, considero que no tiene sentido hacer pronósticos apocalípticos sobre cuáles serán los costos que se deberán pagar en pos del beneficio de estar hiperconectados, debido a que esto ya es una realidad de la cual es muy difícil que se vaya a volver atrás. Más bien deberíamos reconciliarnos con la red y reconocer las posibilidades que esta tiene, que son infinitas, y buscar la manera de que esta sea una buena herramienta y complemento en los estudios y no solo una herramienta para el ocio y el entretenimiento. Debido a la invasión y revolución que produjo en las comunicaciones la red de redes, nos encontramos con voces a favor y en contra. Están quienes la ven con recelo y consideran que la información que allí se encuentra solo fomenta los saberes superficiales y no los conocimientos en profundidad como puede dar la lectura de un libro. Es así como lo considera Nicholas Carr en su libro Superficiales del cual hace su lectura y crítica José Cervera en la revista Orsai: “Según Carr, estaríamos evolucionando hacia una cultura de lo efímero, lo sorprendente y lo grotesco, nos estaríamos volviendo seres incapaces de llegar a los hondos qués y porqués de las cosas; una cultura de la apariencia (de la superficie); humanos nuevos sin la posibilidad de aprehender las esencias. En suma: la web como un disparador del apocalipsis cultural e intelectual.”1 Ciertamente, es bastante ingenuo considerar que sólo se van a adquirir conocimientos sabiendo manejar correctamente la red, hay cosas de las que sí vamos a estar informados pero Internet no va a reemplazar a ninguna escuela porque sigue siendo fundamental el rol que cumplen los docentes para guiar a los estudiantes sobre cómo realizar correctamente la selección de la información. Así también hizo su apreciación sobre esta herramienta Umberto Eco en el marco de la conferencia que realizó en la reapertura
natus.lopez@gmail.com
de la Biblioteca de Alejandría, quien declaró que internet favorece la adquisición de conocimientos que están incluidos dentro de enciclopedias o manuales: “las enciclopedias fueron concebidas para ser consultadas, nunca para ser leídas de la primera a la última página. Generalmente tomamos un volumen de una enciclopedia para saber o recordar cuándo murió Napoleón, o cuál es la fórmula química del ácido sulfúrico.”2 Es decir, en Internet
podemos encontrar la información que necesitamos de manera rápida y sin el esfuerzo físico que conlleva maniobrar con un libraco como los de las enciclopedias, y además está constantemente actualizada, mientras que una enciclopedia entera una vez impresa no se puede volver a actualizar, y con el correr de los años parte de la información que esta contiene pierde vigencia. Sin embargo, a la hora de leer otros géneros discursivos, la computadora presenta muchas desventajas. Difícilmente vayamos a elegir leer una novela o libro académico en la pantalla de una computadora antes que en un libro ya que la computadora es mucho más cansadora para la vista; además, es mucho más cómodo trasladar un libro de un lugar a otro debido a que ocupa poco espacio y es mucho más liviano. Otra cuestión que debemos tener en cuenta es la cantidad de años que el libro y la computadora llevan coexistiendo. Durante todos estos años las editoriales no han dejado de publicar libros y las ferias de libros son cada vez más multitudinarias. Tampoco debemos olvidarnos del libro electrónico que se fue adaptando con el correr de los años para emular al libro tradicional hasta casi lograrlo. Es decir, Internet es tan solo una herramienta más al igual que los son los libros para adquirir conocimientos, no está en su esencia reemplazarlo porque simplemente cumplen funciones completamente diferentes. Es más, Internet puede funcionar perfectamente como un complemento, y de hecho en varios casos lo es.
Bibliografía Cervera, José, “Reivindicación de los bajios”, En Revista Orsai, N°3, 8 de julio de 2011 http://editorialorsai.com/revista/post/n3_cervera Eco, Umberto, “Conferencia de Umberto Eco sobre los libros y las tecnologías digitales” en Redacción, en 25 de julio de 2007 http://relatos.leergratis.com/conferencia-de-umberto-eco-sobre-los-libros-y-lastecnologias-digitales.html 1 Cervera, José, “Reivindicación de los bajios”, En Revista Orsai, N°3, 8 de julio de 2011 http://editorialorsai.com/revista/post/n3_cervera 2 Eco, Umberto , “Conferencia de Umberto Eco sobre los libros y las tecnologías digitales” en Redacción, en 25 de julio de 2007 http://relatos.leergratis.com/conferencia-de-umberto-eco-sobre-los-librosy-las-tecnologias-digitales.html