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¿Cuál es la situación económica del país?
En este año, luego de un arranque positivo explicado por la reapertura de China, el rápido crecimiento de India y Japón, y la recuperación económica de Canadá, Francia e Italia, se esperaría cierta estabilidad económica en el mediano plazo. Sin embargo, la ola de despidos por parte de las empresas tecnológicas, el colapso del sistema bancario en EE. UU. y Europa, los altos niveles de inflación, una menor demanda global y una política monetaria contraccionista por parte de la Reserva Federal y el Banco Central Europeo muestran fragilidad en el corto plazo y persiste el fantasma de una recesión económica en 2023.
En junio de este año, el Ministerio de Hacienda y Crédito Público presentó el Marco Fiscal de Mediano Plazo (MFMP) para la vigencia 2023. El documento es de gran importancia porque muestra las proyecciones macroeconómicas y fiscales para las próximas diez vigencias fiscales siguientes, y cobra aún mayor relevancia por la alta incertidumbre que enfrenta el país.
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La actualización de los supuestos macroeconómicos del MFMP 2023 tienen en cuenta, por ejemplo, el contexto internacional, la desaceleración económica de la economía mundial, una política monetaria contraccionista y la alta incertidumbre. Así las cosas, el precio promedio del petróleo para la referencia Brent pasó de US$94,2 por barril a US$78,6; la tasa de cambio (promedio año) bajó de $4.758 dólares a $4.640 dólares, y la inflación subió de 7,2 % a 9,2 %. También se revisó el déficit fiscal de 2023, pasando de 3,8 % a 4,3 % del PIB.
Con la actualización de las perspectivas del Gobierno, el MFMP estima que la economía crecerá 1,8 % en 2023 y 1,5 % en 2024. Es importante mencionar que el Ministerio de Hacienda y Crédito Público mejoró la proyección de crecimiento económico en 0,5 % frente a la presentada en el Plan Financiero de diciembre de 2022 (1,3 %). Por lo anterior, es importante analizar indicadores económicos para evidenciar si efectivamente la economía colombiana registra un buen dinamismo en el futuro próximo.
El indicador de seguimiento a la economía (ISE) publicado por el DANE se contrajo -0,8 % en abril de 2023. Dicha contracción no se veía desde febrero de 2021 (-3,1 %). Este menor ritmo de la actividad económica se debe a una desaceleración de los sectores agropecuario, industria manufacturera, construcción y comercio.
Por otra parte, el Banco de la República de Colombia ha venido implementado una política monetaria contraccionista y esto ha tenido un impacto negativo en la economía, dificultando el acceso al crédito para financiar proyectos de inversión por parte de las empresas y disminuyendo el consumo de los hogares.
Desde el punto de vista del sector empresarial, la encuesta sobre proyectos de inversión realizada por la ANDI en febrero de 2023 registró que solo el 27,5 % de los empresarios mantienen lo planeado (esta cifra en agosto de 2022 era del 47,1 %). Y en el caso de los hogares, las altas tasas de interés se han visto reflejadas en el desplome de las ventas de vehículos nuevos y de vivienda. Es importante mencionar que el sector de la construcción es un alto generador de empleo y dinamizador de la economía vía encadenamientos productivos.
En materia de empleo, para mayo de 2023, la tasa de desempleo para el total nacional fue del 10,5 % y la tasa de ocupación fue del 57,2 %, y en el mismo mes de 2022, las tasas fueron del 10,6 % y 57 %, respectivamente. En adición, en el trimestre móvil febrero-abril de 2023, la tasa de informalidad laboral fue del 57,5 %.
En cuanto al sector externo, las exportaciones totales para los primeros cuatro meses del año cayeron en -11,8 %, las de petróleo y sus derivados en -26,2 % y las de café -30,7 %. Esto se traduce en una reducción en el ingreso de divisas y menores ingresos para la nación, además de que se compromete el crecimiento económico del país.
Por lo anterior, se evidencian riesgos y una alta incertidumbre para lo que queda de 2023 y 2024 debido al menor ritmo de la actividad industrial y el comercio, y la pérdida de poder adquisitivo de los hogares. Además, a pesar de una política monetaria contraccionista, existen factores de riesgo como un aumento significativo en el precio de los combustibles, los factores climáticos (fenómeno del Niño), una disminución en los precios de los commodities y la desaceleración económica de los socios comerciales, lo que disminuiría los niveles de las exportaciones y originaría un deterioro en las finanzas públicas.
Finalmente, el país ha enfrentado una alta incertidumbre política y económica debido a una agenda legislativa intensa (reforma a la salud, laboral y pensional). Por tanto, es necesario contar con políticas públicas que generen un entorno macroeconómico estable y, al mismo tiempo, una política fiscal prudente basada en la sostenibilidad de las finanzas públicas. También es necesario que se entienda que la mejor reforma es aquella que tiene por objetivo la generación de empleo formal, facilite la creación de nuevas empresas e impulse el crecimiento económico.