No. 10 julio-agosto 2014 Edición Bimestral
Alimentándonos del séptimo arte
EDICIÓN ESPECIAL VI FESTIVAL DE CINE MEXICANO DE DURANGO Entrevistas -Juan Antonio de la Riva -Jesús Ochoa -Felipe Cazals Críticas -González -Navajazo -Los Hámsters -Las Búsquedas -Somos Mari Pepa -El Cuarto Desnudo -Seguir Viviendo
ADEMÁS: Jurado joven-Hecho en Durango-Kinomada-Aniversario Cinéfagos
DIRECTORIO
Editorial
Director General Andrei Maldonado
Después de la celebración
Coordinador Editorial Eric Eduarte Villa
Ser parte de un festival de cine mexicano (el único en su tipo) y que además celebra 60 años del cine en Durango es algo que toma tiempo asimilar, sobretodo después de que derivado de esto se han dado tantas cosas.
Colaboradores Sac-Nicté Calderón Erik Camarillo Iván Delhumeau Ismael Lares Óscar Fernández Carlos Quetzal Elea Franco
Cinéfagos celebró su primer aniversario de una forma muy especial: en el Teatro Victoria, ante la mirada de expertos del cine de todas partes de la República e incluso de otros países, compartiendo foro con experimentados del cine como Sergio Raúl López y Juan Antonio de la Riva. El resultado fue muy positivo, más allá de los “likes”, o los “followers” obtenidos nos quedamos con los comentarios, las participaciones, la atención recibida y el trabajo que nos dejaron para esta edición. La responsabilidad ha crecido casi en la misma proporción que el apoyo, por lo que ahora buscamos seguir mejorando en aras de construir el camino rumbo a un segundo aniversario todavía mejor. Aprovecho para agradecer muy puntualmente a Christian Sida Valenzuela, coordinador del Festival de Cine Mexicano de Durango, ya que sin su apoyo y su apertura a abrir espacios a los duranguenses que buscan dedicarse al cine esto, lo nuestro y lo de todos, no hubiera podido realizarse.
Fotografía Alejandra Castañeda Andrei Maldonado Jonathan Juárez Fotografía Externa ICED IMAC Dimensión Cultural VI FCM de Durango Gabriel Torrecillas Diseño Andrei Maldonado
revistacinefagos.blogspot.com
/revistacinefagos
Andrei Maldonado
@revistacinefagos Alimentándonos del séptimo arte
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Contenido Los colores del cine mexicano...
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Taller de crítica cinematográfica...
CINE HECHO
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Las Búsquedas... 8 González... 9 El Cuarto Desnudo... 10 Somos Mari Pepa... 11 Los Hámsters... 12 Seguir Viviendo... 13 Navajazo... 14
Blanco Polar Radiante...16 Un Amigo... 17 Amatista... 18 El Sueño de la Realidad Produce Monstruos... 19 Aquí Como Allá... 20
Además: Kinomada 2014... 21 Jurado Joven... 22 Aniversario Cinéfagos... 23 Homenaje Juan Antonio de la Riva... 27
Cine Toma... 29 Entrevista Jesús Ochoa... 31 La Mujer del Puerto... 33 El Apando y el legado de José Revueltas... 37
EN DURANGO
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LOS COLORES DEL
CINE ME XI CA NO por ERIC EDUARTE VILLA fotografía ANDREI MALDONADO// ALEJANDRA CASTAÑEDA
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Durango celebra 60 años de la primera filmación industrial en su suelo buscando ser una entidad cinematográfica que figure en el mapa de las grandes capitales del cine a nivel mundial. Parte de ese proceso se va dando año con año con el Festival de Cine Mexicano, que el pasado mes de junio celebró su sexta edición.
Un festival en el que se va incrementando el número de espectadores y actividades edición tras edición, y este año no fue la excepción al recibir a más de cien participantes de todo el país, en su mayoría jóvenes, que dejan al certamen con el deseo de convertirse en uno de los más importantes.
El festival había iniciado días antes de su inauguración, la expectación en las calles de Durango ya se sentía con sus carteles, promocionales en radio y televisión, así como en medios impresos. Con ansias los cineastas y cinéfilos duranguenses esperaban la fiesta del cine. 4
SELECCIÓN OFICIAL Y PREMIACIÓN
El 4 de junio el Teatro Ricardo Castro se vistió de gala para recibir de nuevo un festival de cine, presentándose así en la apertura la restaurada cinta La Mujer del Puerto, protagonizada por la duranguense Andrea Palma. De lo nostálgico del celuloide a lo digital de la animación, así se vivió este festival, que tuvo entre sus conferencias la charla “Reflexión sobre la animación en el cortometraje”, impartida por el realizador Jonathan Ostos.
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Si algo destacó el festival del cine mexicano fue la proyección de su nuevo cine, el cual cada vez más nos muestra que el talento local tiene un sinfín de nombres, ideas e imágenes nuevas para ofrecernos una gama de emociones con los que disfrutamos el séptimo arte. Las propuestas llegadas al festival nos mostraron que el cine nacional puede llegar más lejos de lo que nos podríamos imaginar. Siete largometrajes fueron sometidos a la visión de tres expertos en la materia para recibir el premio de la crítica, deliberación que por primera vez en el país se hizo abierta al público. El premio fue otorgado a Gónzalez.
Al igual que el año pasado se designó a un jurado mayor para premiar la mejor película del certamen. Dicho jurado fue integrado por Natalia Beristain, Ernesto Diezmartínez, Paula Markovich, Daniela Alatorre y Germiniano Pineda, quienes galardonaron a Navajazo, de Ricardo Silva, uno de los dos documentales que integraron la selección oficial.
Para cerrar con broche de oro el 8 de julio se llevó a cabo un homenaje a Miguel Alemán Velasco, productor de Pluma Blanca, el primer largometraje filmado en Durango, y El Apando, cinta basada en la novela de José Revueltas, a quien también se le rindió un homenaje en el festival con motivo de la celebración por el cien aniversario de su natalicio.
El público volvió a ser partícipe de la celebración; el premio en esta categoría fue para Somos Mari Pepa, de Samuel Kishi Leopo, mientras que el premio del jurado joven fue otorgado a la película Seguir Viviendo, de Alejandra Sánchez. En la categoría de cortometrajes nacionales el premio otorgado por el jurado fue para La Última Cena, de Vanesa Quintanilla, y en la sección “Hecho en Durango” el ganador fue Othon Rivera Samaniego por su trabajo El sueño de la Realidad Produce Monstruos.
Un festival que nos deja mucha expectación para la séptima edición el próximo año, ya que ha dejado a los participantes, cinéfilos y público en general un grato sabor de boca, pero principalmente saber que nuestro cine va escalando niveles que hace años no imaginábamos alcanzar. Christian Sida Valenzuela, coordinador del certamen, dejó un mensaje claro: que lo que queda por hacer por parte del público y de los participantes es seguir viendo cine.
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Taller de crítica cinematográfica con Erik Estrada
Crítica deconstructiva por IVÁN DELHUMEAU
En 2014 se celebran varios centenarios. Me refiero al cumpleaños cien de varios escritores mexicanos como Octavio Paz, José Revueltas y Efraín Huerta. En Durango también celebramos 60 años de la llegada del cine industrial, el marco fue el sexto Festival de Cine Mexicano.
Dentro de la serie de actividades del festival el coordinador del mismo, Christian Sida Valenzuela, insertó una que no apareció en otras ediciones: el taller de crítica cinematográfica. La convocatoria para participar en el mismo hablaba de seleccionar solo a siete aspirantes, quienes se encargarían de hacer la crítica de las películas en selección oficial. El taller sería impartido por Erik Estrada, director de Cinegarage.com
El ponente hizo la aclaración de que existía libertad de expresión, pero al ser un aparato crítico del festival, de alguna manera había que resaltar en los textos la uniformidad de la selección de las películas. Porque, aunque muy diversas, todas resaltan algo: poseen un discurso cinematográfico por el cual en sus secuencias descansan trozos de vida.
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Erik Estrada recomendó colocar los textos a la altura de la película para después desfragmentarla y volver a construirla desde un punto de vista crítico. El ejercicio funcionó, pero esa especie de deconstrucción de una obra terminada (no necesariamente completa en términos del discurso) provocó que algunas críticas llegaran a cuestionar las propuestas de los directores de la películas.
Taller de crítica cinematográfica
LAS BÚSQUEDAS: ¿PÉRDIDA O ENCUENTRO? por ANDREI MALDONADO
Decía Julio Cortázar en la entrañable Rayuela “andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos”, y es común que el lector tome esta frase como una premisa irrefutable del encuentro amoroso con un destino esperanzador. Sin embargo esa búsqueda puede ser en ocasiones el choque con la venganza que no cesa y la pérdida que no se recupera.
La mayoría de las veces la búsqueda es más interesante que el encuentro, porque quizá no exista el deseo de encontrar nada ¿Es la búsqueda o es la pérdida lo que lleva a los personajes a encontrarse en paisajes tan abyectos como un basurero o la estación Pantitlán? ¿O es que todos los caminos conducen a llevarle el agua a la viuda de la colonia?
Colocada en el enorme lienzo de emociones y vivencias que es la Ciudad de México y sus inmediaciones, Las Búsquedas es una narración sobre los diversos motivos que llevan al desencuentro con un destino, si no trágico, sí inexpugnable, en donde nadie parece ser lo suficientemente villano como para odiarle ni demasiado bueno como para ponerse en sus zapatos.
Pepe Valle se atreve a dejarnos más preguntas que respuestas bajo un juego de planos secuencias, amplios silencios, imágenes insurrectas de una ciudad demasiado viva y un sutil blanco y negro que captura todos los colores en la pantalla. Al final la pregunta sin respuesta es ¿y si te encuentro, qué?
José Luis Valle (El Milagro del Papa, Workers) nos entrega la historia de Ulises y Elvira. Uno desea venganza y recuperación, la otra respuestas y consuelo. Pronto sus caminos se entrelazan creando un urdimbre donde se descubren mensajes póstumos inexplicables y se puede vender el alma al diablo por dos chamarras de piel.
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Taller de crítica cinematográfica
GONZÁLEZ: FICCIÓN CERCANA A LA REALIDAD por ELEA FRANCO
La primera mitad de la cinta de Christian Díaz Pardo sigue el día a día de un González solitario e inmerso en sí mismo, lo que mantiene a la audiencia con la expectativa de saber más sobre él. Sin embargo, aunque entendemos que su motivación es el salir de sus deudas, nunca llegamos a conocer mucho sobre su vida personal, ni siquiera su nombre, lo que hace evidente su falta total de identidad y lo que causa que vaya en búsqueda de ésta. Los intentos de prever la estructura narrativa se vuelven más difíciles y la película se vuelve más intrigante, pues, al no tener mucha referencia del personaje principal, ésta invita al público a intentar predecir qué es lo que pasará y cómo reaccionará González a las situaciones a las que se enfrente. Es cuando González consigue empleo en el call-center de una de tantas instituciones que lucran con la fe, que uno de los objetivos primordiales de la película queda al descubierto: mostrar cómo las personas podemos creer ciegamente en instituciones que muchas veces intentan engañarnos, no solamente las religiosas, sino también un sistema económico o medios de comunicación masivos.
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A partir de esto, la vida del personaje principal comienza un declive mientras que su demencia evidente en la iluminación y los colores de la película (los del encierro en su departamento, en sí mismo, en sus tensiones), va en aumento. Ahí, González se enfrentará a la disyuntiva de tomar el camino fácil o no. Gracias a la fotografía de Juan Pablo Ramírez Ibáñez, su uso de la luz y las imágenes de una ciudad oscura, es posible sumergirse en un ambiente de realismo total y por otro lado, entender y empatizar más con un personaje tan complejo como lo es González. Es entonces que comprendemos la monotonía y desesperación, y por lo tanto, el desarrollo del protagonista cada vez más hacia lo oscuro. Tanto la historia que se relata, como su fotografía, se muestran innovadoras y son lo que hace que la cinta González, del chileno Christian Díaz Pardo, destaque del resto.
Taller de crítica cinematográfica
EL CUARTO DESNUDO: EL MÉDICO Y EL PERIODISTA por CARLOS QUETZAL El Cuarto Desnudo es un documental dirigido por Nuria Ibáñez que refleja los problemas de la psicología humana y la vida en sociedad a partir de diversos conflictos que se presentan actualmente en México. Esta propuesta nos introduce a través de sus encuadres de forma directa a las historias de las víctimas más no nos muestra la profundidad de los conflictos de sus protagonistas, no habla de las causas ni soluciones, retrata una verdad fragmentada que obedece a la edición profesional y a la coincidencia. Los casos presentados están llenos de sufrimiento y emociones tangibles como la falta de atención y la demanda de afecto, sensaciones coherentes con la situación vulnerable por la que atraviesan los infantes y adolescentes a quienes se entrevista a lo largo del documental, la crudeza de las vivencias es aprovechada por los realizadores puesto que podrían lograr en el espectador conmoción, proyección psicológica y polémica de unos que admiran el filme y otros que descalifican la ética médica y la moral periodística. Entre las víctimas podemos distinguir claramente conflictos propios de nuestra época como la disfunción familiar, los trastornos psicológicos que se generan después de un secuestro, la autolesión, anorexia y otros no tan definidos como los efectos de intento suicida y el impacto de la violencia doméstica. Se nombra a los casos como “no definidos” debido a que las terapias registradas se encuentran en la etapa inicial de valoración de los pacientes y para un diagnóstico médico, psiquiátrico o psicológico se requiere de un proceso completo y específico.
En términos periodísticos el documental es una denuncia social con base en la evidencia, los realizadores han sido cuidadosos y respetuosos para solicitar los permisos jurídicos necesarios para mostrar la privacidad de cada historia, sin embargo, estas imágenes podrían tener efectos consecuentes de los cuales jamás nos enteraremos. En el sentido médico la ética transgrede al paciente y agrede los aspectos más valiosos de la naturaleza humana. Al periodista le falto documentarse y al médico sensibilizarse. Los jóvenes fueron víctimas no sólo de su situación vulnerable sino también de la suerte, el espacio y la cámara. El documental se desarrolla en un espacio único, el Hospital Psiquiátrico Infantil de la Ciudad de México que ha sido llamado poéticamente el cuarto desnudo, sin embargo, el lugar es totalmente intrascendente ya que para la obtención de historias que nos lleven a una reflexión de la situación vulnerable y las carencias que tiene nuestra sociedad podríamos recurrir prácticamente a cualquier consultorio mexicano. Asimismo, este documental, sin pretenderlo, nos refleja un sistema de salud nacional ligero, irresponsable, poco funcional y con una gran necesidad de ser renovado a través de la capacitación, profesionalización y humanización de sus agremiados. El beneficio radica en la reflexión que Ibáñez propone y nos debería motivar para llegar a la acción colectiva y al despertar de conciencia que nos permita alcanzar una vida más plena y equilibrada. Retratar la fragilidad humana no es suficiente si no se logra humanizar al espectador, al médico y al periodista; el cuarto desnudo podría ser tu cuarto, mi cuarto.
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Taller de crítica cinematográfica
SOMOS MARI PEPA: URBANA SOLEDAD por IVÁN DELHUMEAU La ópera prima del director tapatío Samuel Isamu Kishi Leopo, es una propuesta fresca, que retrata la realidad de la adolescencia en la provincia mexicana. Enfrentar el punto de vista de los adultos con el de los jóvenes hubiese sido un simple cliché, de no ser por la decisión del realizador de retratar la realidad de un grupo de Skaters e insipientes músicos de Rock, de la manera más natural. Con un discurso más mimético que diegético, a manera de documental, el director dio libertad a los cuatro protagonistas para hablar como en el barrio, de expresar sus ideas, discutir e insultarse hasta la saciedad, siguiendo más una escaleta que un guión. A pesar de vivir acompañados, los personajes se encuentran solos, y su soledad choca violentamente con una urbe a medio destruir. A los jóvenes se les filmó con cámara en mano y con largos planos secuencia mientras caminan por las calles de la ciudad. Construcciones en ruinas o terrenos en proceso de embargo son el escenario en el que habitan inmersos entre el tedio de sus familias — a quienes se les filmó con un emplazamiento de cámara fijo y en interiores— y la falta de expectativas propias de la juventud de clase media. Es una película de atmósferas.
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En la historia convergen mundos pequeños cargados de desolación, por un lado prevalecen la rutina y la nostalgia; y por el otro la búsqueda, el deseo de alcanzar un futuro aparentemente lógico para los adolescentes: tener relaciones sexuales y encontrar un empleo en vacaciones. Sin dejar de lado componer la segunda rola para poder participar en la primer Guerra de Bandas.
Es decir, al mismo tiempo que exalta de manera especial el florido lenguaje de los cuatro jóvenes (que eventualmente podría ofender a las buenas conciencias), también aprovecha el discurso cinematográfico para penetrar en los conflictos existentes en los hogares mexicanos. El largometraje muestra no sólo los conflictos entre dos generaciones (Alex y su abuela), sino la falta de comunicación entre padres e hijos. Los chavos están creciendo literalmente en el barrio, no en el seno familiar; la solidaridad la encuentran en los amigos, no en sus padres. Es alentador saber que en México se están haciendo largometrajes con contenido social, y más cuando se han hecho con recursos económicos propios del director y unos cuantos amigos. Somos Mari Pepa, al ser una ópera prima, carece todavía de un discurso cinematográfico pulido en la técnica, y al contar con actores no profesionales, y ser en algunas secuencias un auténtico documental, hizo que la mala dicción no permitiera que se entendieran algunos diálogos. Pero, transgrede lo convencional, eso es bueno. Decía Luis Buñuel que la imaginación es una facultad de la mente que puede ejercitarse y desarrollarse al igual que la memoria. En el caso de Somos Mari Pepa, Samuel Kishi imaginó cómo se vería en pantalla una historia cotidiana de su barrio, que resultó ser una crítica social, más allá de ser una apología de la adolescencia.
Taller de crítica cinematográfica
LOS HÁMSTERS: INDEPENDIENTEMENTE ENSIMISMADOS por ERIC EDUARTE VILLA
Para contar una gran historia no es necesario llenarla de efectos especiales, personajes y paisajes fantásticos, basta con introducirnos a un mundo de lugares comunes por los que la mayoría hemos atravesado. Las situaciones de los personajes de Los Hámsters son así y por esa razón podemos identificarnos con ellos. Aunque la película retrata males como el desempleo, la falta de disponibilidad de estudiar y hasta la mala educación sexual, la película es también un motor que nos da esperanza de nuevas historias que lleguen a más público. Una anécdota ubicada en la ciudad más alejada de la puniría de nuestro país y más cerca del “sueño americano”. Una cinta que nos muestra a una familia absorbida por los engaños y mentiras en los que todos están involucrados. Cada uno de ellos se refugia en un universo propio pero sin dejar de enfrentarse a sus propios obstáculos. El padre de familia que huye de las deudas hipotecarias desata las causas de la película; el hijo mayor que no consigue buenas notas en la escuela las continúa. Todos los demás (una madre solitaria y una hija en búsqueda de sí misma) son consumidos por una cadena de accidentes en los que, sin embargo, disfrutan de sus pequeñas travesuras. Eso subraya la intención del largometraje: aceptar en su ficción la importancia de lo cotidiano pero no por ello evitar su disfrute.
El gran acierto del guión es encerrar todo esto en 24 horas. En esa mecánica los personajes adquieren uno a uno su protagonismo. Por otro lado nos llena de pequeños momentos humorísticos que no le restan fuerza al drama, uno que podría desatar una tragedia económica en la familia pero que al final es una propuesta fresca, algo distinta a las temáticas violentas de los últimos años en buena parte del cine nacional. Otro acierto son los diálogos que responden a otros diálogos y la presencia circunstancial de la música, la que termina por inyectarle realismo a ese drama casi tragedia, casi accidente, del que hablábamos más arriba. Como los pequeños roedores que se refugian en un pequeño espacio, el hijo mayor obtiene seguridad al revelarle a su familia un pequeño secreto-accidente cuando la luz en la casa se ha ido en plena cena familiar. Siguiendo la mecánica, el humor regresa junto con la energía eléctrica, consolidando una historia realista en la que buena parte del público puede verse identificada. El director Gil Gonzalez Penilla deja un final abierto, que cambiará el destino de los personajes y de quienes vean la película. Un recurso que puede ser un riesgo pero en este caso un riesgo que vale la pena tomar, desde cualquier lado de la pantalla.
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Taller de crítica cinematográfica
SEGUIR VIVIENDO: LA POST-VIOLENCIA por ÓSCAR FERNÁNDEZ Inspirada en una vivencia desconcertante, con actores que se interpretan a ellos mismos y una vieja camioneta como escenario, Seguir Viviendo de Alejandra Sanchez nos sumerge en un mar de emociones chocantes que representan un duelo para los personajes, el cual gira alrededor de Kaleb y Jade, dos hermanos jóvenes, víctimas colaterales de la violencia en Ciudad Juárez, que al correr grave peligro se ven obligados a ser compañeros de Martha, una periodista ansiosa por olvidar su vida; ambos personajes, hermanos y periodista, se ven consternados por la pérdida de sus seres queridos al unísono por razones totalmente distintas. Seguir viviendo relata un viaje emocional representado por paisajes contrariados, ciudades, dunas y mar, estos formarán parte de la transición que tendrá la vida de cada uno de los personajes, Juárez hace el papel del dolor, no resulta fácil desprenderse de este y aun cuando uno se sienta distante podrá levantar la mirada y percatarse de que sólo cambió el paisaje, sin embargo la ciudad continúa siendo la misma, mientras que la felicidad se muestra solo momentánea, desesperada por salir a flote pero anclada en el fondo, los protagonistas deben de buscar lo que los sigue atando en lo más profundo y desanclarse, para esto será necesario nadar cada vez más hondo y confrontar a sus demonios.
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Con el avance de la historia vemos una evolución en los encuadres, estos pasan de close up en el espejo retrovisor de un auto que hacen sentir distantes y solitarios a los personajes, conjugándose con tomas que muestran constantemente a los individuos en segundo plano, a encuadres más
acogedores que denotan comodidad en los actores. La película se convierte en una enseñanza práctica, se pretende que el espectador acompañe a los hermanos y a Martha en su superación emocional, usando como instrumento no solo la empatía. El filme sugerirá en primera instancia escenarios incomodos para la audiencia, la carretera evocará angustia y estrés, hará sentir ansiedad y en algún momento disgusto por parte del público hacia la película. Sin embargo pronto aparece una escala de emociones trascendental, en este punto los escenarios se volverán más complacientes y así sucesivamente hasta evocar felicidad y confort. En Seguir Viviendo se nos hace un cuestionamiento constante, cómo y por qué seguir viviendo. Para los personajes estas preguntas no tienen respuesta inmediata, ambos casos lo ignoran, pero llegarán a comprender el significado y respuesta de estas preguntas, de igual manera se pretende que el público sepa que se puede seguir viviendo. En la película se plantea un tema poco usual, la post violencia, aquí se logra hablar de la violencia sin violencia, de la superación personal y de la capacidad de afrontar la vida, de vivir no necesariamente feliz, pero tampoco ser un muerto vivo.
Taller de crítica cinematográfica
NAVAJAZO: DEL ENGAÑO A LA PROVOCACIÓN por ISMAEL LARES En un arrebato de sensatez, Alejandro Jodorowski afirma, durante una entrevista, que "un verdadero artista critica, no provoca". En Navajazo, filme del director Ricardo Silva, pasa justo lo contrario. Este documental no critica, provoca. No denuncia, muestra a medias. Carece de profundidad. Navajazo es un filme engañoso. Aparenta dirigirnos hacia un apocalipsis que desvanece mientras el filme transcurre, y aunque aborda el significado del término apocalipsis desde una perspectiva distinta la revelación queda en promesa. En esta película hay indisciplina no por rebeldía, sino por desconocimiento: ora desde su lenguaje fílmico; ora en la ficción que incita pero en realidad no transgrede. Uno quisiera conocer más a esas personas, entrometerse hasta el tuétano en sus conflictos, pero las posibilidades quedan constreñidas en el intento. Estamos frente a un documental que explora, de igual manera, la extravagancia y lo sórdido de sus personajes, lo cuales, por cierto, fueron elegidos en una disparidad diletante. Por un lado, tenemos a un grupo de personajes abyectos. Por ejemplo, un padre adicto a las drogas que supone cuidar a su hija; un músico callejero que presume cantar temas satánicos, entre otros. Por otro lado, tenemos a un viudo que acumula juguetes; a un actor de video hommes; e incluso a un encapuchado del que no sabemos casi nada. La cinta transcurre con pobreza técnica e interrupciones. Estamos ante un director que en el desconocimiento del otro muestra su propia carencia. Las historias que presenta el filme a modo de pastiche son devaluadas una y otra vez por Ricardo Silva. No hay retos. Apenas
un par de golpes a diestra, felaciones a siniestra, himnos satánicos, cristal, heroína, amor y sexo sobre la misma cama, y, por si fuera poco, la manipuladora intromisión del camarógrafo. Un hecho: que las escenas parezcan cotidianas no quiere decir que lo sean; pero seamos directos, nada de lo que Navajazo proyecta nos es ajeno. La vida es improvisación, y por ahí quisiera escapar este documental, bajo una premisa que nunca llega: la epifanía se da en la imperfección. Que el filme sea acompañado por las canciones de cuna del cantautor español Albert Pla no aporta nada significativo, pues, aunque denota una intención lúdica, termina resultando incluso ridícula para el filme. Pero no todo es sombra en este documental. Quizá, la propuesta va encaminada a sumergirnos en un par de cuestiones. ¿Cuáles son los límites donde el documental se vuelve violento? ¿Cómo mostrar el instante de la degradación ajena? Hay, pues, en Navajazo, una apuesta ética como acto social. En este sentido, este documental dialoga con un par de filmes dentro de la selección del "6to. Festival de Cine Mexicano" en Durango. Al final, el documental queda en deuda con el espectador, y aun más, con los personajes. Estos son los riesgos a los que se expone un director al retratar una pornoviolencia que está latente en los arrabales del país, pero que, si se aborda de manera irreflexiva, resultará en un descompuesto y superficial contenido.
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CINE HECHO
EN DURANGO por SAC-NICTÉ CADERÓN
La tradición fílmica de Durango siempre ha necesitado mucho más que producciones extranjeras para sostenerse. El año pasado el cortometraje Metástasis, de David Rodríguez, fue el único trabajo duranguense que participó en el V Festival de Cine Mexicano de Durango. Además llegó al Short Film Corner del Festival de Cannes, después de que las instituciones culturales del estado le negaron apoyo durante el proceso de producción. Este año, la sección “Hecho en Durango” fue una nueva ventana que permitió a los realizadores duranguenses exponer su trabajo en la sexta edición del festival. Seis directores que trabajan sus propias narrativas, con sus propios recursos y a su propio ritmo. En este especial, presentamos una breve mirada a cinco de ellos.
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*texto originalmente publicado en El Siglo de Durango en tres entregas los días 6,7 y 8 de junio de 2014.
BLANCO POLAR RADIANTE Dirección y Guión Andrei Madonado Reparto: Alejandra Castañeda, Eric Villa y Andrei Madonado
¿Cómo surgió el proyecto? El proyecto surgió de la premisa de "amar a alguien, pero no saber cómo hacerlo". Quería retratar una historia que fuera universal, como el amor, pero con toda la arbitrariedad de ser tremendamente personal, con frases y lugares que sólo simbolizan algo para mí, pero sabiendo que muchos espectadores podrán ver su historia en la mía.
¿Cuáles son tus principales influencias cinematográficas? Quizá no tan retratado en este último trabajo, pero sí en los anteriores, me influyen de gran manera Lars Von Trier, Michel Gondry y Alejandro Jodorowsky.
¿Qué necesitan los jóvenes cineastas duranguenses? Lo que necesitan los jóvenes es decidirse a filmar, por más difícil que se vea el proyecto no se debe dejar de filmar y dar rienda suelta a lo que habita en nuestras mentes
UN AMIGO Dirección y Guión Miguel Almonte Ríos
¿Cómo surgió el proyecto? Mi proyecto es una idea que tuve hace ya varios años. Había pensado muchas formas de realizarlo, desde con marionetas hasta con un perro real. Cuando me enteré de la convocatoria quise buscar una nueva idea, algo más relevante. Sin embargo la falta de presupuesto y de equipo limitaba mis opciones. Dos o tres meses después de la publicación del concurso aún no tenía nada, y fue entonces cuando recordé esta pequeña historia. Me decidí por ella bajo la idea de que antes de buscar ideas complejas para proyectar, primero debo probar que puedo cautivar a una audiencia.
¿Cuáles son tus principales influencias cinematográficas? Es complicado pues depende de la historia que busco contar. Por ejemplo para este corto tomé ideas del trabajo Matar a un niño, un cortometraje español de los Hermanos Alenda. También del corto Vincent de Tim Burton. Probablemente un director que tiene mucha influencia en mí es el obvio y universal Stanley Kubrick. También podría hablar de Alfonso Cuarón y Guillermo del Toro, cuyos ejemplos me gustaría seguir.
¿Qué necesitan los jóvenes cineastas duranguenses? Los jóvenes en Durango necesitamos primero que nada un lugar de capacitación. Un espacio así, el cual no entiendo cómo no existe en nuestra ciudad, permitiría la profesionalización y la práctica de las habilidades que se necesitan. En segunda parte necesitamos poner los pies en la tierra, creo que muchos de nosotros nos ilusionamos con hacer películas complicadas que toquen temas controversiales y filosóficos, y aunque no dudo que se pueda, saltamos directamente a esta posición sin antes preocuparnos por sostener la atención de la audiencia. Primero debemos aprender a cautivar al publico. Un arte que no cautive es irrelevante.
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AMATISTA Dirección y Guión Arturo Vela Reparto: Ana Malfair, Nora Inés, Kelly Lazcano, Gabriela Torres, Gabriela Ríos, Sabrina Saldaña y Gabriela Espinoza de los Monteros.
¿Cómo surgió el proyecto? El proyecto surgió a través de un sueño que tuve en 2012 y a partir de ahí empecé a escribirlo. Es una pesadilla que se convirtió en un sueño y que estoy muy feliz de presentar ahora en el festival. Creo que puede estar abierto a miles de interpretaciones por lo mismo que es onírico.
¿Cuáles son tus principales influencias cinematográficas?
¿Qué necesitan los jóvenes cineastas duranguenses? Decisión. Yo creo que todos tenemos las mismas ideas, mejores o peores que algún otro cineasta en otra parte del mundo, pero el chiste es arriesgarnos y hacerlo.
Ingmar Bergman, Pedro Almodóvar, Federico Fellini. Además tengo influencias no sólo cinematográficas sino también musicales, en la pintura, literatura, todo muy enfocado al surrealismo, pero es lo que ha forjado y sigue forjando mis proyectos.
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EL SUEÑO DE LA REALIDAD PRODUCE MONSTRUOS Dirección Othon Rivera Samaniego Guión Israel Torres y Othon Rivera Samaniego
¿Cómo surgió el proyecto? Siempre me ha interesado el mensaje y lo hicimos de esta manera porque la animación es una modalidad de hacer cine original y artístico. Como mexicano que soy me preocupa la situación del país en los sentidos de inseguridad, violencia, secuestro y guerrilla, etc., y en este trabajo trato de reflejar las preocupaciones del país.
¿Cuáles son tus principales influencias cinematográficas? Jan Švankmajer y David Lynch.
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¿Qué necesitan los jóvenes cineastas duranguenses? Necesitan en primer lugar una motivación que se genera a partir de que existan más escuelas y mejor preparadas que ofrezcan un aprendizaje de calidad, que cuente con un sistema de beca e intercambio. También necesitamos el apoyo de instituciones o empresas que inviertan en las producciones audiovisuales, y por último más espacios y eventos de competencia y festivales como este.
ALLÁ CÓMO AQUÍ Dirección y Guión Christian Herrera Frías Reparto: Verónica Pérez Vargas y Luis Mario Ramírez
¿Cómo surgió el proyecto? Allá como aquí surge después de reflexionar qué es lo que está pasando con la gente que cruza la frontera en este momento, ver que son personas conocidas, muy cercanas a todos, y mirar también que no son capital o estadísticas sino pilares de esta sociedad. Buscábamos darles voz, y también llamar a la sociedad a enterarse que las cosas que se cuentan, en todos los ámbitos sociales, no son .
imaginaciones, y que la gravedad de la situación está presente en este momento tanto allá como aquí, en ambos lados seguimos siendo los mismos, y en ambos extremos llueve y sale el sol. El cortometraje es un concepto en el que tomamos una situación, pero buscamos hablar de muchas otras, que se nos olvidan por mirar asuntos simples, pero que están pasando y requieren nuestra atención.
¿Qué necesitan los jóvenes ¿Cuáles son tus principales influencias cinematográficas? cineastas duranguenses? La época de oro del cine mexicano por su estética limpia del México no artificial; pero más, el nuevo cine mexicano que como corriente y movimiento, lleva inmersa una vena social, crítica y cruda, que nos llama a despertar; es mi principal influencia.
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Considero que un gran estímulo sería que la gente empiece a interesarse por lo que se hace en México y claro, en Durango, porque hay muchas propuestas que se quedan entre amigos solamente sin que haya un público que aprecie lo que muchos jóvenes están haciendo.
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por ERIC EDUARTE VILLA Si algo le faltaba a la celebración de
Perú, Colombia y Ecuador, así como
la cinematografía en Durango era el
también de otros estados de la
haber compartido su fiesta con otros
república mexicana, elaborándose así
países. Dentro del marco del sexto
en total 27 cortometrajes, mismos
Festival de Cine Mexicano se llevó a
proyectados en la Cineteca Municipal
cabo una versión más del proyecto
Silvestre Revueltas.
Kinomada, una actividad que inició en 2009
en
la
ciudad de Quebec,
Canadá, la cual busca desarrollar el talento de jóvenes en el séptimo arte, creando
laboratorios
producción
y
para
difusión
la de
cortometrajes internacionales. Haciendo sede en cualquier lugar del mundo donde se presente un festival de cine, acudiendo de esa manera participantes
de
diversas
y
culturas,
nacionalidades
reuniéndose en un sólo recinto donde comparten sus ideas y trabajan juntos en
la
elaboración
de
proyectos
audiovisuales, para finalmente exhibir los cortometrajes al público sin afán de competencia.
seducción inédita de la ciudad de Durango, diferente de cómo nos la han hecho ver en los últimos años, mostrándonos
que
hay
mucha
riqueza visual en sus edificios y en su gente. Kinomada en Durango tuvo una duración de diez días; el primero fue para realizar un recorrido por la ciudad por parte de los organizadores y participantes; los tres siguientes los partícipes se dedicaron a tomar los talleres en el museo Francisco Villa, el cual fungió como cuartel de trabajo para todos los integrados a este proyecto; el resto de los días se dedicó a la grabación y edición de los
Por primera vez Durango fue sede de
cortometrajes, para posteriormente
este evento. La respuesta fue más de
ser
la esperada, con una participación de
duranguense.
poco más de 60 jóvenes de Durango y personas de países como Chile, Francia,
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Los cortos exhibidos resaltan una
Bélgica,
Cuba,
Canadá,
compartidos
con
el
público
Jurado Joven por ERIK CAMARILLO fotografía CORTESÍA ICED
Durango, Tierra del Cine; sede del 6to. Festival de Cine Mexicano. Del 4 al 8 de junio hubo una amalgama de colores, sabores y sensaciones visuales que dejan entrever que en México el cine no está muerto. Esta fue la segunda edición que contó con el Jurando Joven, el cual estuvo integrado por 34 jóvenes duranguenses (que sin importar a qué se dedicaran o estudiaran podrían ser partícipes por el simple hecho de gustarles el cine mexicano) y una delegada, encargada de la discusión, debate y deliberación de los chicos que conformaban el jurado, puesto que estuvo a cargo de la directora, productora y gestora cultural oaxaqueña Luna Marán. Todos nombrarían a la película mas representativa del festival y le otorgarían el premio de Jurado Joven.
El jurado tuvo su arranque de trabajo desde un día después de la inauguración hasta el término del festival, teniendo como sede el portentoso Teatro Victoria, donde cada uno de los jóvenes tenia la tarea de ver y analizar cada una de las películas que estaban en competición. Así todos los integrantes del jurado y su delegada dispersos por las butacas del Teatro Victoria vieron el inicio de cada una de las siete películas que buscaban ser la mejor en la sexta edición del Festival, mostrando la gran calidad que hay en esta nueva oleada de cineastas mexicanos, que luchan por contar sus historias, muchas veces sin los recursos necesarios o sin el apoyo de esas personas que son los que se “dedican” a apoyar el arte y la cultura, y en este caso mas especifico, el cine; pero que a final de cuentas las historias del celuloide (aunque ya la gran mayoría es en formato digital) y la de los propios realizadores ahí están y lo dejaron muy recalcado cada uno al final de la exhibición de su trabajo. Seguir viviendo, película dirigida por Alejandra Sánchez y protagonizada por Nora Huerta, Jade García y Kaleb García, fue la acreedora del premio otorgado por el Jurado Joven. Película basada en hechos reales y que muestra un drama desgarrador de sus protagonistas, relatando fielmente una realidad que acecha en todo México. Filmada como una “Road Movie” a través de distintos estados de la República Mexicana, nos enseña esa diversidad y lo maravilloso que es este país a través de sus paisajes, pero que se amoldan a la decadencia y a los momentos gratos de sus personajes.
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Andrei Maldonado y Eric Eduarte Villa presentaron la edición de aniversario en el Teatro Victoria.
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por SAC-NICTÉ CALDERÓN fotografía JONATHAN JUÁREZ
año cinéfagos un año alimentándonos del séptimo arte
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En una ciudad en donde hacen falta las publicaciones con verdadero contenido editorial, Andrei Maldonado y Eric Villa decidieron, hace un año, crear una revista que surgiera y se mantuviera gracias al impulso de su nacimiento: el amor al cine. Ahora, durante el VI Festival de Cine Mexicano de Durango, Cinéfagos presentó su edición de aniversario en el Teatro Victoria con la presencia de sus editores, Sergio Raúl López, subdirector editorial de Cine Toma, Christian Sida Valenzuela, coordinador del festival, y el cineasta Juan Antonio de la Riva. “El cine es un medio que empieza con la palabra escrita”, explicó López durante la introducción de la presentación, en la que también habló de las ventajas de mudar la revista a una edición digital, pues “la alternativa digital es la opción que han encontrado muchos para escribir de cine, porque encuentran el espacio que no tienen en los periódicos”. Durante su participación, Maldonado afirmó que “más allá de conseguir un beneficio económico, Cinéfagos se realiza gracias al placer de escribir”, y habló acerca de la retroalimentación que reciben a través de redes sociales gracias a que la revista es electrónica.
*texto originalmente publicado en El Siglo de Durango el 9 de junio de 2014.
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por IVÁN DELHUMEAU fotografía CORTESÍA IMAC
En el presente año se celebran 60 años de la aparición del cine industrial en Durango. Tierra donde se han filmado decenas de películas, nacionales e internacionales. Bajo el majestuoso cielo elogiado por los fotógrafos Alex Philips y Gabriel Figueroa, actuaron grandes estrellas como Pedro Armendáriz, Glenn Ford, Anthony Quinn, entre otros. Sin duda vale la pena festejar un aniversario tan emblemático. Pero coincidentemente en Durango se celebró otro aniversario, el que conmemora tres décadas de la cinematografía de un cineasta local: Juan Antonio de la Riva. En una tesis muy personal, su filmografía serrana representa lo mejor en 60 años de cine industrial, pues con ella se ha puesto en varias pantallas internacionales el paisaje de Durango, su gente, las costumbres de una región en particular, la Sierra.
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Con un cortometraje y tres largometrajes, De La Riva retrató por momentos, a manera de documental, la Sierra de Durango, haciendo un homenaje a su tierra natal, San Miguel de Cruces. La aventura comenzó con Polvo Vencedor del Sol (1979), el cortometraje que lo titularía como cineasta en el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC). Éste fue premiado en el Festival Internacional de Lille en Francia, y con el Ariel al mejor cortometraje de ficción el mismo año. Le siguió su primer largometraje, Vidas Errantes (1984), historia autobiográfica, a tal grado que su padre ganó el Ariel a mejor argumento original del año. Continuó con Pueblo de Madera (1990), película en la que comienza a utilizar como realizador la técnica del plano secuencia, misma en la que se ha convertido todo un maestro. El Gavilán de la Sierra (2001), es la película con la que pone fin a la filmografía serrana, en la que sorprende por contar una historia atemporal, en la que presente y pasado se unen en un mismo encuadre. Y con Érase una vez en Durango, se recrea filmando sobre el dolly lo que parece ser la historia de lo que coincidentemente se homenajeó en el pasado Festival de Cine, los 60 años de cine industrial en Durango. Paralelamente al festival tuve la oportunidad de presentar el ensayo “De lo Personal a lo Universal: el Ensayo Fílmico de Juan Antonio de la Riva”. Editado por el Instituto Municipal del Arte y la Cultura, rindo tributo al cineasta que ha convertido su cinematografía en un cine de homenajes, primero a la Sierra de Durango, y luego al cine mismo. Al cine como instrumento para contar las historias que veía de niño en el cine de su pueblo; al cine como sala de exhibición, cuya luz se le incrustó en su ADN cinéfilo el día en que su madre lo dio a luz, según cuentan, detrás de la blanca y esperanzadora pantalla.
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CINE TOMA por ERIC VILLA fotografía ICED
Hace seis años salió a la luz el primer ejemplar de la única revista especializada en el cine mexicano, se creó un medio con el cual los cinéfilos han podido estar más conectados y enterados de lo que surge a diario con el cine de nuestro país. Con la presencia del subdirector de la revista, Sergio Raúl López, se habló de la transición de los medios impresos al formato digital, de las ventajas y desventajas de estas y de la necesidad de impulsar a la industria local a través de diversos medios de comunicación, en este caso con el lanzamiento de revistas, y la continuidad de este tipo de proyectos.
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cinéfagos alimentándonos del séptimo arte
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Padrino del Festival
JESÚS OCHOA por ANDREI MALDONADO fotografía CORTESÍA ICED
La sexta edición del Festival de Cine Mexicano contó con el honor de tener como el padrino de la celebración al gran actor Jesús Ochoa, el cual no solo acarrea una larga trayectoria en cine, teatro y televisión, sino también se ha convertido en portavoz de festivales, muestras y escuelas de actuación.
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Durante su visita a Durango, Jesús aprovechó para destacar la labor que se realiza en el Festival para dar voz y espacio a la juventud mexicana, ya que además de que la cartelera fue integrada por nobeles directores, el certamen contó con un jurado conformado por 32 jóvenes estudiantes y recién egresados y, en esta ocasión, abrió la puerta a los realizadores locales con la sección “Hecho en Durango”, la cual además trajo recompensas en metálico. En ese sentido Ochoa insistió en que no es necesario replantearse una y otra vez a Durango como un sitio que vive de los recuerdos del cine western; “más que revivir ese pasado o vivir de esos recuerdos hay que instalarse en nuevos movimientos, nuevas ideologías. Nuestra técnica, nuestra geografía, hay que cambiarla para hacer un nuevo cine en Durango. Si se le dota a los jóvenes de facilidades para aprovechar la luz, el cielo y las noches y lo que pasa aquí en Durango podemos hacer algo nuevo”. Jesús Ochoa fue enfático al señalar que Durango no tiene por qué ser diseñado para ser el ‘Hollywood mexicano’; “yo no quisiera ver a Durango convertida en una ciudad norteamericana. Durango tiene la arquitectura, la gente y el ritmo de vida de una ciudad mexicana y no veo porque deba ser como un Hollywood a la mexicana. Somos muy distintos, debemos hacer valer lo
nuestro y sentirnos orgullosos de ello”. Cuestionado acerca de la situación de cine nacional en el ámbito mundial, el padrino del Festival reconoció que si bien es injusto compararse con la industria fílmica norteamericana, debido principalmente a su capacidad económica y a los tratados de libre comercio, en México existe el talento de muchos jóvenes, los cuales han aprovechado las nuevas formas de hacer cine; “hoy en día se pueden hacer películas inclusive con un teléfono celular. La capacidad está, hay que abrir las puertas”. El primer actor alabó la empresa del cine nacional pese a que los presupuestos culturales en el país no sean siempre los idóneos; “en Estados Unidos ven el cine más como industria, nosotros poseemos esa mística todavía de hacer arte. Sabemos que los presupuestos son reducidos, y no solo en cine, todas las artes lo sufren. La esperanza está en las escuelas, en los jóvenes. También debemos ser cautos, no ponernos del lado de un partido u otro, ser precavidos para no cerrarnos puertas”.
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por ANDREI MALDONADO
En ocasiones la línea que divide la ternura de la perversión es terriblemente delgada, casi invisible ¿qué hace que un hombre pase del repudio al deseo de protección de la mujer que ha sido alcanzada por la desgracia al grado de tener que vender su cuerpo por unas monedas? El cineasta duranguense Juan Antonio de la Riva nos ayuda a entender el papel que jugaron cintas como La Mujer del Puerto en la construcción de esta visión en el cine nacional.
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“Todas las películas de prostitutas son un melodrama en donde la protagonista sufre una especie de calvario, castigo y redención, y esta va a ser una figura recurrente en el cine nacional. Si se da una lectura por sexenios la época en donde va a proliferar más el cine de rumberas, que es otra variante de las prostitutas, es en el sexenio de Miguel Alemán y después en el de López Portillo con el cine de ficheras, dos sexenios muy corruptos. Eso lo dejo a la interpretación”. ¿De dónde surge este romance del artista con la mujer que no se puede redimir? “Es una idealización, un romance decimonónico entre lo pecaminoso de los placeres que una esposa ‘convencional’ no puede ofrecer pero que sí una mujer de la vida libre. De ahí a la idealización o al romance solo hay un paso. Hay ejemplos en la literatura como La dama de las camelias de Alejandro Dumas, donde la protagonista es una cortesana que se enamora de un hombre y del padre de éste”. ¿Se ha perdido esta figura en el cine nacional? “En efecto, ha habido una pérdida. Quizá la última película que toca este tema, aunque con un contexto diferente, el de los migrantes, sea La vida precoz y breve de Sabina Rivas. Quizá los jóvenes de hoy ya no van a los prostíbulos como los cineastas y escritores de antes. Era un ámbito de iniciación para muchas generaciones. La música está llena de personajes que vivieron en estos lugares como Álvaro Carrillo, Agustín Lara o José Alfredo Jiménez. Las ciudades provincianas como Durango tenían
prostíbulos donde los hombres podían ir porque era parte de su rol en la sociedad”. Hablaba de la influencia de la literatura… “Así es. En La mujer del puerto son dos cuentos, Natasha, de Leon Tolstoi, y El puerto, de Guy de Maupassant, perfectamente adaptados. La cinematografía nacional y mundial se ha nutrido siempre de la literatura, porque al igual que esta el cine es un arte narrativo, ya que nos cuenta historias, acciones y sucesos que le ocurren a personajes. Cientos deben ser las adaptaciones que existen en la historia del cine”. ¿Qué tanto se ha enriquecido el cine nacional con el trabajo de cineastas extranjeros? “Mucho, no debemos ser chovinistas en ese sentido. Antes de Arcady Boytler (director de La Mujer del puerto) estuvo el soviético Sergei Eisenstein trabajando con el proyecto que nunca terminó, ¡Que viva México!, que años después se estrenó con el material rescatado que circuló incluso de manera clandestina pero que marcó el trabajo de personajes como Emilio Fernández y Gabriel Figueroa. Por ahí está Norman Foster, director de una tercera versión de Santa. El año pasado el Ariel lo ganó un español, Diego Quemada-Diez, con La jaula de oro, y no podemos olvidar a Buñuel, que es el más representativo de todos por la forma en que asumió hacer cine mexicano sin dejar de lado su sello. Es mucho el aprendizaje que se toma de la técnica y la narrativa de estos cineastas extranjeros”.
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PRESENTAN///
ADEMÁS
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Dentro de las actividades desarrolladas durante la sexta edición del Festival de Cine Mexicano, la Secretaría de Turismo y el Instituto de Cultura del Estado de Durango realizaron el concurso “Noches de cine en el corredor”, por el cual los comerciantes de la calle Constitución decoraron sus establecimientos como auténticos sets de filmación de las cintas que han sido realizadas en el estado por los 60 años de la filmografía en Durango.
Entrevista a Felipe Cazals
EL APANDO Y EL LEGADO DE JOSÉ REVUELTAS por ANDREI MALDONADO
El mundo recuerda en este 2014 el primer centenario del natalicio de una de las plumas más críticas de la literatura mexicana del siglo pasado. José Revueltas, de origen duranguense, no sólo brindó a la historia universal la herencia de un gran escritor, ensayista y crítico social perseguido por el sistema, sino también trasladó su pasión al séptimo arte en 26 trabajos que incluyen la adaptación de su obra cumbre: El Apando, dirigida por Felipe Cazals en 1976. En el marco del VI Festival de Cine Mexicano se contó con la presencia de uno de los principales hacedores de cine en México de la década de los 70´s, era en donde los guiones de Revueltas vieron la luz en pantalla grande. Aprovechando que El Apando cerró las actividades del certamen, Cazals no solo abordó el recuerdo de su amigo, sino también enfrentó la herencia del duranguense para las generaciones actuales.
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“¿Quién pone en duda la obra de José? ¿Quién pone en duda la personalidad de la vanguardia?” así aborda Felipe la innegable herencia que brindó el trabajo de Revueltas a la filmografía nacional, misma a la que hoy en día ve más viva que nunca; “siempre estaba en primera fila, en el momento justo de verlo todo. No es cuestión de un buen escritor sino de un mexicano fuera de serie”, dice el hombre que pide no se refieran a él en tiempo pasado: “si vas a hablar así de mí mejor componme un corrido”. CAZALS Y EL CINE MEXICANO “El cine mexicano no tiene crisis de talento, tiene crisis de economía, de apoyo, de leyes” así habla Felipe, que sin tapujos señala que el mexicano nunca será un cine de género; “eso es completamente falso, el cine mexicano tiene todos los géneros existentes. Es tan bueno o tan malo como todas las cinematografías del mundo, hay buenas películas y otras que no lo son, como en cualquier país”.
Y le preguntamos al maestro Cazals sobre definir al cine mexicano a través de épocas o eras: “esas son puñetas gratuitas, el cine mexicano es una expresión de los miembros de su comunidad y la diversidad racial y étnica que hay en este país permite que existan todos esos puntos de vista y apreciaciones”. Le cuestionamos sobre su opinión sobre aquellos que imaginan al cine de Durango a través de los western de Hollywood: “eso es un camote grandísimo, las películas norteamericanas son una basura que a veces vienen a filmarse a México, u otras que no lo son, pero no dejan de ser películas extranjeras con cierta participación de empleados mexicanos. No hay cine de Durango de otra nacionalidad, hay cine mexicano filmado en Durango, o cine de Durango hecho por duranguenses. Los otros, los bolillos, son asunto aparte”.
¿Entonces qué viene para el cine mexicano? “eso no lo sé -responde Felipe- eso debemos preguntarle a los jóvenes y a los chavales que vienen detrás. Apoyar a los jóvenes es capital, y más en un festival dedicado al cine mexicano. Un gran problema de mi generación es que entre cineastas no nos conocíamos y fue gracias a los festivales que eso cambió”; y concluye lanzando una gran sentencia: “¿Por qué no un festival de puro cine mexicano? ¿Por qué debería ser otro cine?”.
26 fueron los guiones que José Revueltas trabajó para cine, algunos de ellos adaptados de sus propias novelas.
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AlimentĂĄndonos del sĂŠptimo arte