Pizarnik (1936-1972), autora de culto entre adolescentes lectoras y siempre compañera en reflexiones dolientes, fue una poeta argentina y traductora que dejó una huella imborrable en el ritmo y sentido de la poesía nacional. Olga Orozco fue su madre adoptiva y estuvo vinculada a personalidades literarias y culturales de la época, desde Italo Calvino hasta Julio Cortázar. Amó a hombres y mujeres, atravesó los límites del lenguaje y del cuerpo hasta que veinte pastillas de Seconal le quitaron la vida.
AMANTES
Una flor No lejos de la noche Mi cuerpo mudo se abre A la delicada urgencia del rocĂo
Dama pequenisima moradora en el corazon de
un pajaro, sale al alba a decir una silaba : NO
La rebelion consiste en mirar una rosa hasta pulverizarse los ojos
Cuarto Solo Si te atreves a sorprender la verdad de esta vieja pared; y sus fisuras, desgarraduras, formando rostros, esfinges, manos, clepsidras, seguramente vendrรก una presencia para tu sed, probablemente partirรก esta ausencia que te bebe.
No me hables del sol porque me moriria. Llevame como a una princesita ciega, como cuando lenta y cuidadosamente se hace el otono en un jardin.