Cuentos Leyendas y Tradiciones

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CONSEJO EDITORIAL Dr. José Julio Cevallos RECTOR PRESIDENTE DE LA COMISIÓN DE VINCULACIÓN CON LA COLECTIVIDAD

Lic. Benigno Armas DIRECTOR DE VINCULACIÓN CON LA COLECTIVIDAD

Lic. Dyana Miño COORDINACIÓN EDITORIAL

Tlgo. Andrés Changoluisa DIAGRAMACIÓN Y DISEÑO


EQUIPO DE INVESTIGACIÓN

Lic. Shella Sánchez Tamayo DIRECTORA DEL PROYECTO Lic. Patricia Cajas Flores DOCENTE DE APOYO Dr. Miguel Aillón ESPECIALISTA LITERARIO Lic. Martha Alvarado CORRECTORA DE ESTILO Ricardo Castillo ESTUDIANTE / ILUSTRADOR María Eloísa Bolaños ESTUDIANTE COLABORADORA Carmen Gallardo Encalada Mariuxi Albarracín Moncada Glenda Sanmartín Torres Janeth Armijos Yanza Diana Salazar Pérez Álvaro Nole Correa Jéssica Orellana Jaime Martínez Zolórsano ESTUDIANTES EL ORO

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Diana Huacón Roca Violeta Hernández Edwin Guamán Redrován Hugo Triviño Burgos Mariana Torres Santos Rocío Leyton Vera María Galarza Flores Jorge Castro Uriña Gregorio Castro Armijos Paúl Moreira Mendoza Carmen Cabrera González Ángel Villamar Betty Macay Santo Olanda Moreno Quinatoa Jorge Luis Páez Gilda Paredes Maridueña Yanela Ochoa Valarezo Julio Gómez Casquete ESTUDIANTES GUAYAS Jairo del Valle Mosquera Magaly Carreño Mendoza Jimmy Calle Chávez Édgar Hinojosa Luna María Sabando Zambrano José Cobeña Álava Olga Arteaga Jaramillo Félix Toala Barahona Boris Proaño María Sornoza Garay Karen García Mero Olga Arteaga Jaramillo Ricardo Paúl Rodríguez Kuffó Lilián Chávez Mendoza María Bravo Bravo Teresa Medranda García

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ESTUDIANTES MANABÍ


Enrique Herrera Barros Silvia Chanalata Nelson Torres Carreño Marcia Ortiz Torres Héctor Campo Reveca Fajardo Tigre Sumba Rosa Jeimi Gómez Montesdeoca ESTUDIANTES MORONA SANTIAGO Sergio Carranza Diana Narváez Shiguango Grefa Bautista Venancio Édwin Mamallacta Cerda Alexandra Robalino Vicente Manchay Lidia Lozano Lourdes Toapanta María Elizabeth Galarza Liavenus Romero Valencia ESTUDIANTES NAPO Liliana Azogue Azogue Hitler Bonilla Gaibor Yesenia Shiguango Grefa Lucrecia Vinza Utitia Mercy Vinueza Valerio Gualinga Santi Rolando Guerrón Santi Silvia Chamba Rodríguez Elizabeth Yankuam Delia Tapuy Marco Ajitimbay Muñoz Nelson Concha Merchán Diego Escobar Duche Valerio Gualinga ESTUDIANTES PASTAZA

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María Magallanes Ruiz Inelda Cobeña Tomalá Jeimy González Panchana Rómulo Rodríguez Domínguez Iris Tigrero Poveda Octavio Santiana Yagual Norma Lucin Flores Jorge Muñoz Tomalá Lilian Catuto Malave Leonard Alvarado Mirabá ESTUDIANTES SANTA ELENA Ana Rodríguez Elidí Santillán Bermeo Jenny Constante Intriago Inelda Cobeña Tomalá Karina Alvarado Barre Orlando Villareal Bravo José Párraga Moreira Giovanny Caiza Miguel Ramírez Chandi Zoila Ochoa Delgado Évelin Huilca Elizabeth Villacrés ESTUDIANTES SANTO DOMÍNGO DE LOS TSÁCHILAS

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Presentación

Los cuentos, leyendas y tradiciones constituyen el acervo más enriquecedor de las culturas, pues aquí se encierran sus saberes colectivos ancestrales. Mediante su lectura, podemos acercarnos a la cosmovisión de nuestros pueblos, para entender su realidad material y simbólica. Para conocer nuestras raíces culturales, se realizó el proyecto de Vinculación con la Colectividad “Cuentos, Leyendas y Tradiciones del Ecuador””, cuyo propósito radicaba en recoger de manera oral este tipo de literatura en las distintas provincias del Ecuador. Por ello, este texto es el fruto del acercamiento de los alumnos del Sistema de Educación a Distancia de la Universidad Tecnológica Equinoccial a la comunidad, específicamente a los adultos mayores, que son los depositarios del misterio, las historias, los personajes míticos y las costumbres. Los estudiantes llenaron un formato que les permitió recuperar una serie de datos que ayudaría posteriormente, en la investigación. La recopilación y el proceso de sistematización de la información duró tres años. Cada escrito que aparece en este documento final, guarda, en lo posible, el texto original, únicamente, se han hecho correcciones de sintaxis, puntuación y ortografía, para facilitar la lectura. En este primer libro, se recogen textos de las provincias de la Costa y de la Amazonía. El segundo incorporará las narraciones correspondientes a las provincias de la Sierra. Se adjunta a cada libro un material de ayuda pedagógica, con el objetivo de que también pueda ser utilizado para desarrollar competencias de lectura y escritura, haciendo hincapié en la indagación y el manejo de las TICs. Shella Sánchez

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ESTUDIO INTRODUCTORIO

A lo largo del tiempo, los relatos orales han conservado y transmitido los saberes, ritos y costumbres de nuestros pueblos. Estas narraciones conforman un bagaje compartido por los miembros de la comunidad ya sea en tiempos festivos, alrededor del fuego litúrgico, como recreación colectiva; y en el hogar, como divertimento de niños y jóvenes, o transformadas en consejas de enseñanza; pero también como una manifestación cultural que asienta las dinámicas de unión familiar y cohesión social. De aquí la importancia de regresar sobre las diversas formas de la literatura oral, pues su lectura y estudio nos devuelve a la comprensión de las identidades plurales no sólo del Ecuador sino el continente en su conjunto. Es por esto que el objetivo principal de esta antología es brindar al lector una visión panorámica de las expresiones orales que, desde las narrativas locales, configuran los imaginarios colectivos. Nuestra apuesta de trabajo implica, desde esta perspectiva, mantener vivas las estéticas, conocimientos y legados culturales e históricos de nuestros pueblos y de sus habitantes. Consecuentemente, esta muestra permite entrever la diversidad cultural coexistente en nuestro país, para descubrir no sólo su riqueza literaria sino, asimismo, las formas en la que los relatos populares tejen, desde la perspectiva fabuladora de sus comunidades, las distintas formas de interpretar y recrear constantemente sus entornos.

I Entre las manifestaciones más comunes que la oralidad adopta a través de su literatura están los cuentos, leyendas, tradiciones, mitos, versos, rimas, adivinanzas, dichos, canciones, plegarias y una larga gama de expresiones que caracterizan estética y culturalmente a la zona que las cultiva. De manera específica, las narraciones populares, a más de ser orales, sustentan como característica principal el anonimato, pues a pesar de que son contadas por personas particulares, éstos apelan al carácter colectivo de su creación desde un tiempo inmemorial; y es por este motivo que las literaturas orales, son, además, tradicionales, pues a partir de su génesis se transmiten de generación en generación. Es por esto que en las sociedades orales, la interacción narrativa se genera en un “cara a cara” y apoyado por un fuerte componente corporal. Al contrario de lo que sucede con la literatura escrita, estas comunidades no conciben la palabra de manera pasiva y utilitaria o como un simple medio para registrar información, sino como un evento en sí mismo. La palabra hablada es, entonces, un acontecimiento que genera acción y conocimiento. De aquí que las narraciones orales adquieran características performativas cuyo poder radica en la recreación y transformación de la realidad que se nombra.

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De manera lógica, estas literaturas sólo perduran y se activan en la memoria de los miembros de la comunidad. Por esto se requiere que tanto el narrador como sus receptores, conozcan y hagan uso de recursos nemotécnicos que les ayuden a reproducir las historias contadas; así, patrones fonéticos redundantes, formas sintácticas o métricas que refuerzan la melodía y el ritmo de las palabras, o la reiteración de muletillas o nombres permiten, entre otros medios, la evocación de las historias que se narran de manera periódica. Por esta razón, la narrativa oral suele ser desmedida en repeticiones que terminan siendo parte característica y estructuradora de sus argumentos. En este contexto y como se puede inferir de lo dicho hasta ahora, la labor de comprensión de la realidad y las dinámicas de producción oral que dan significado al mundo, se producen a partir del intercambio dialógico entre el narrador y su audiencia. Y puesto que se ve reforzada por su anonimato original, toda la colectividad puede en cada momento sentirse autora de los cuentos, leyendas, mitos o casos que se relatan de manera cíclica; pero sobre las que generan también, dinámicas de cambio y control en el tiempo. De aquí que el carácter innovador de las narraciones orales se deba entender desde otro punto de vista, pues a pesar de las repeticiones temáticas o estructurales que configuran su visión del mundo, las literaturas orales no son estáticas o invariables en el tiempo. Por tanto se hace evidente, desde la experiencia y tradición narrativas, los cambios que sufre la comunidad. Por un lado los relatos mantienen los elementos que conforman las bases sociales, pero por otro apuntan a la renovación constante del mundo por/desde la palabra. Así, la forma en la que se actualizan los conocimientos orales, a pesar de su anclaje en el pasado, permite vislumbrar las transformaciones culturales –muchas veces de forma dramática–, así como la manera en la que la misma comunidad percibe los cambios históricos de su entorno. Las narraciones orales terminan siendo el espacio en el que se entrecruzan los tiempos marcados por la contemporaneidad con aquellos esbozados por la tradición, muchas veces premoderna. Y por esto, aquéllas no sólo se refieren a expresiones de identidad sino que, como cualquier otro arte, permiten entrever los malestares, deseos y proyecciones de la colectividad. En este sentido, las literaturas orales cumplen también una función social.

II Al ser estructurados y transmitidos a través de un lenguaje directo, sencillo, evocativo y, por tanto, de fácil comprensión, las narraciones orales se transforman y enriquecen a lo largo del tiempo, generando –como ya se había sugerido antes– una gran cohesión identitaria. Esta proyección de unidad se genera de manera directa entre la colectividad y su entorno geográfico. Y es que finalmente es la tierra donde suceden el acto narrativo y los acontecimientos de los que la misma narración da cuenta: es la tierra la que une de manera intrínseca al hombre con su realidad tanto física como simbólica; es la tierra la que sintetiza los lazos de identificación entre coterráneos; y es la tierra la que marca el devenir de los personajes a lo largo de su vida.

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El espacio de convivencia, entonces, fragua y refleja los valores de toda la comu-


nidad en el acto mismo de la narración. Y es por este motivo que la tradición oral debe cumplir con algunos roles que en general se refieren a la instrucción ejemplificadora de modelos de comportamiento que los miembros de la comunidad deben emular o prevenir. Esto se logra a partir de géneros que las narraciones adoptan en el desarrollo de sus historias y que tienen que ver con lo cómico, lo heroico, lo moralizante o lo religioso. Es así que las literaturas orales reproducen estructuras narrativas y tópicos generales que muchas veces responden a un sincretismo con relatos provenientes de otras vertientes culturales. Se devela una vez más, la renovación de los relatos populares y el constante mestizaje de los mismos, en relación a expresiones que de manera ineluctable, filtran los estratos culturales de la comunidad. Así, las narraciones orales no sólo regresan de manera cíclica sobre temas constitutivos a las sociedades tradicionales y su entorno histórico, sino que también marcan la incidencia de una contemporaneidad que es ineludible para los narradores orales y su público, pues estructura –desde las formas ancestrales–, las nuevas maneras de mirar y explicar el mundo y sus alrededores. Esta apropiación y renovación constante de los relatos populares, actualiza los grandes mitos, historias, preocupaciones o anhelos que la comunidad experimenta, no sólo en los tópicos desarrollados sino en la forma sincrética que la lengua adopta para narrar las historias. Es por esto que en muchos relatos encontraremos giros que renuevan los arcaísmos o que plantean nuevas formas de nombrar y reflejar el estado actual de la realidad, de sus personajes y de la lengua misma. Así, vemos cómo los relatos aportan matices e inflexiones que despiertan efectos inmediatos sobre la comunidad, otorgándole una clara comprensión sobre su existencia presente. Siguiendo esta línea, se puede entender el claro contraste marcado por los nuevos relatos populares, que confrontan acontecimientos pasados con los actuales, y que nos hablan, en general, sobre el crecimiento vertiginoso de las urbes, el cambio o desaparición de costumbres y creencias, la subversión de la etiqueta o las reglas morales. Desde esta perspectiva, la modernidad y el progreso, el desarrollo de los medios de comunicación (sobre todo la televisión), la mecanización del trabajo, las necesidades económicas de las familias rurales y la consecuente migración campo-ciudad, hacen que la forma del relato oral deba modificarse de manera constante, así como la práctica misma de la narración y aquellos que son llamados a contar las historias. Y es que finalmente son los narradores el eje central de la práctica oral. Padres, madres y ancianos, fueron desde siempre los representantes de la memoria colectiva: en ellos se concentra la sabiduría del pasado que se transmite en cada narración. Sin embargo, no se puede dejar de lado la capacidad de narradores o narradoras jóvenes que aportan con su visión renovada del mundo. Como consecuencia, las narraciones orales se transforman constantemente, con el aporte de cada narrador que asume la labor de comunicar, a través de las historias relatadas, la visión del mundo o las pautas de conducta del colectivo de procedencia; proyectando, a través de sus palabras, realidades sincréticas que conforman el complejo entramado de nuestra contemporaneidad.

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III Entre los textos compilados en la presente antología, los cuentos, leyendas y mitos ocupan un lugar mayoritario en la narrativa popular. Abundan los relatos de corte sobrenatural que tienen una función moralizadora, y que sirven de ejemplo y corrección para la comunidad. En este sentido el carácter didáctico de estas narraciones es indudable. A través del miedo, se trata de disuadir a aquellos que corrompen la norma, pues el castigo infringido desde el “más allá”, generalmente es correspondiente a la transgresión social cometida por los personajes. Sin embargo los textos poseen también grandes dosis de humor al presentar conflictos en los que se ven envueltos personajes picarescos, borrachos o subversores de la moral que, finalmente, son escarmentados. Algunas historias recurren a la fabulación y presencia de personajes antropomorfizados (el zorro, el conejo, la culebra, etc.), que simbolizan a manera de arquetipos, comportamientos clave para entender la visión que tiene la colectividad del mundo y sus normativas éticas, morales o religiosas. Muchas de las narraciones, paradigmáticas del género, hacen hincapié en narradores anónimos y colectivos a través de verbos impersonales y el amplio espacio temporal en el que se ubican las historias, desde el comienzo: “Cuentan que hace mucho tiempo…”, “Se dice que…”, “Había una vez…”, “Escuché que tiempo atrás…”. Esto refuerza la idea comunitaria de una historia que compete a todos y de la que, de alguna manera, todos somos partícipes. A veces se hace referencia al entorno del narrador o el espacio en el que suceden las acciones del relato, pero no es una constante. La estructura lingüística de las narraciones (aliteraciones, redundancias, reticencias, adjetivos antepuestos, repetición de conjunciones, empleo de los símbolos y metáforas) despierta la atención e interés del lector y lo obliga a continuar hasta el final. Para lograr esto, las narraciones también suelen hacer hincapié en las descripciones de los ambientes y personajes, y muchas veces hacen un uso excesivo de superlativos y adjetivación en contrastes como, por ejemplo, lo cromático (lo blanco y lo negro), que enmarca enfrentamientos entre el bien y el mal. Con respecto a los personajes, para efectos de verosimilitud, los narradores tienden a describirlos detalladamente, y por lo general los identifican con parientes cercanos o amigos conocidos. Esta relación directa permite acrecentar la magia del relato y asentar el carácter creíble del mismo. Además, al ser informante directo, el narrador se introduce tácitamente en la historia, legitimando los sucesos relatados y demostrando –como parte de la colectividad– que lo que le pasa a uno, puede ocurrirle a cualquiera.

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Para dar potencia al sentido moral o pedagógico del relato, muchas de las narraciones prolongan sus efectos sugestivos en finales que se repiten en el tiempo. Así, como conclusión de las historias, generalmente les sigue muletillas como: “Hasta el día de hoy…”, “A partir de aquel día…”, “Desde entonces…”, etc. Pero también se pueden leer narraciones en los que se acentúa el hecho de que la modernidad ha incidido en la desaparición de espacios en los que solía ocurrir los acontecimientos relatados. La magia, en ese sentido, es desplazada por el avasallamiento de la contemporaneidad y sus consecuencias.


Finalmente se podrán encontrar relatos que le otorgan un aura de leyenda a eventos históricos que se interrelacionan con pasajes o personajes religiosos, patriotas o hacendados, transformando –muchas veces– las derrotas o deslices históricos en eventos o fiestas populares; y otorgándole, así, significados simbólicos y trascendentes a eventos del pasado reciente del país.

IV Para la compilación y edición de la presente antología, se trató de mantener la especificidad “oral” de las narraciones recopiladas, dentro de la labor de transcripción literaria que implicó el paso del soporte verbal al escrito. Sin embargo, cabe recalcar el hecho de que no se tratan de copias literales sino de reescrituras literarias que intentan mantener el aire popular que convocó originalmente al relato. La idea fue reconstruir lo sustancial de las narraciones, desde la ficción popular que los animó en principio. En este sentido, el trabajo de recopilación de esta obra preservó elementos sustanciales a las literaturas populares tales como el ritmo de la oralidad, los giros y términos locales, amén de las secuencias narrativas a partir de los apuntes y entrevistas grabadas con los informantes. Todo esto empatado con la coherencia de motivos y funciones (tal y como propusiera Propp, en su momento, para estudiar los cuentos folklóricos rusos), que desarrollan las acciones y personajes en cada uno de los textos acopiados. En definitiva, el libro pretende reconstruir una experiencia: aquella que desde siempre nos convocó a escuchar –alrededor de una fogata, antes de dormir, en compañía de los nuestros– los cuentos, leyendas o mitos que constituyen nuestra historia y vida; y que, de alguna manera, mantienen vivas las culturas mágicas de nuestro país. Miguel Aillón

Bibliografía mínima consultada •

Aveiga del Pino, María (comp.). “Cuentos populares y mitos indígenas del Ecuador”, Quito: Libri Mundi, 2003.

Bierhorst, John (comp.). “Cuentos folklóricos latinoamericanos: fábulas de las tradiciones hispanas e indígenas”, New York: Vintage Books, 2003.

Coordinación General de Educación Intercultural y Bilingüe. Hoja de trabajo para la elaboración de una antología de la tradición oral y la cultura de los pueblos. En: http://eib.sep. gob.mx/cgeib.

Pacheco, Carlos. “La comarca oral: la ficcionalización de la oralidad cultural en la narrativa latinoamericana contemporánea”, Caracas: La Casa de Bello, 1992.

Ubidia, Abdón. “Referentes”, Quito: Abya-Yala/UASB, 2000.

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El Oro


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CUENTOS Y LEYENDAS El espanto de Tomás Gallardo

Entrevistadora: Carmen Gallardo Encalada Informante: Esperanza Camacho Acaro, 65 años

(La Coneja) “La Coneja” era el apodo con el que se le conocía a Tomás Gallardo, que vivía en el campo, en el barrio San Roquito, a unos 2 Km del centro de Balsas. Este señor tenía como costumbre bajar todas las noches al pueblo, ahí se tomaba unos tragos y regresaba después de las doce de la noche. Al pasar por una hoyada, que por su vegetación se convertía en un sitio funesto, por varias ocasiones vio que una mano negra le hacía señales llamándole; a pesar de eso, la Coneja no dejaba la mala costumbre de trasnochar. Cierta noche que iba cabalgando en compañía de don Cornelio Galarza, cerca del lugar indicado, notó como al el caballo se hubiera subido alguien con exceso de peso. El animal no podía caminar y se le abrían de patas. Cuando de repente, un viento y un ruido como una funesta máquina de coser le elevó por los aires a Tomás Gallardo, y le arrastró hacia arriba por encima de una palizada de un desmonte. Comenzó “la gritería”1 de la gente a pedir auxilio. Llegaron varias personas que se pusieron a rezar la oración de la salve de las Vacas, el Rosario y la oración de la Trinidad. Mientras rezaban, le sacaban de entre los arbustos y luego era arrastrado nuevamente y metido debajo de los palos en un hueco. Esta fuerza extraña estaba tan empeñada en llevárselo que no le quería soltar. Tuvieron que llevar un niño recién nacido y bautizado y hacerlo llorar y con un machete de acero hicieron varias cruces en una piedra para hacerlo sonar y fue en ese instante, en que se sintió que aquella fuerza extraña le soltó. _______________________________________________________________________

El cerdo del yucal

Entrevistadora: Mariuxi Albarracín Moncada Informante: Carlos Moncada Vargas, 73 años

Se dice que en la parroquia de Garza Real, perteneciente a la provincia de Loja, vivía Don Alfonso Valdivieso quien tenía un hermano llamado Santos. Poseían un yucal que era cuidado por don Alfonso ya que su hermano decidió irse a Zapotillo junto a una mujer desconocida y muy extraña en su comportamiento. Muchos decían que era una bruja. Al poco tiempo de haberse ido su hermano, empezaron a suceder cosas extrañas, una de ellas era que cada martes y viernes, cuando se despertaba, encontraba el yucal destrozado como si un animal hubiera tirado las plantas al piso; pero jamás encontraba rastros del animal que pudiera hacer semejante desastre y se hacía la

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Expresión popular.


El Oro

siguiente pregunta: “¿Cómo puede un animal entrar al yucal que se halla muy bien cercado?”, pero no había nadie que diera señales de lo que estaba ocurriendo. Un día, don Alfonso decidió quedarse escondido en el yucal junto a sus perros. Era aproximadamente la una de la madrugada cuando sintió que las ramas comenzaban a caer de un lado a otro, de pronto sitió un tremendo susto, al ver un enorme cerdo negro que caminaba en dos patas. Don Alfonso lanzó a sus perros contra aquel animal, pero los canes se echaron asustados y temblando mientras el gran cerdo se le acercaba a él con lentitud. Fue entonces cuando don Alfonso le apuntó con una carabina y cuando estaba a punto de jalar el gatillo, el cerdo le habló y le dijo: “No me mates, soy tu hermano Santos” y salió huyendo, mientras don Alfonso no podía salir de aquel inesperado acontecimiento. Esperó a que amaneciera para irse a Zapotillo en busca de su hermano, ya que aún no podía creer lo sucedido. Al llegar a la casa de su hermano, no encontró a nadie cerca de esa casa. Habló con la vecina quien le dijo que la mujer de don Santos se había marchado la noche anterior, pero que a don Santos nadie le había visto desde hacía mucho tiempo. Así que a don Santos Valdivieso, tanto su hermano como la gente del pueblo, no lo volvieron a ver nunca más. _______________________________________________________________________

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El pobre Encalada y satanás

Entrevistadora: Mariuxi Albarracín Moncada Informante: Rosa Mercedes Ordóñez, 60 años

Encalada era un hombre sin dinero, un simple trabajador, quien hizo una inmensa fortuna de un momento a otro; por eso, nadie se podía explicar cómo ese señor podía tener esa inmensa fortuna. Por ese mismo tiempo, los niños pequeños empezaron a desaparecer y jamás fueron encontrados. Nadie lograba saber quién se los llevaba y mucho menos el porqué, sabiendo que lo único que estos niños tenían en común era el ser moros.2 Un día, don Encalada estaba bebiendo alcohol y les confesó llorando a sus familiares y amigos que había hecho algo muy malo y por lo cual estaba arrepentido y no sabía cómo salir de aquello. Su amigo le preguntó una y otra vez qué era lo que había hecho para que se encontrara en ese estado. Entonces, confesó que él era el responsable de la desaparición de aquellos niños, ya que una noche, cuando sus hijos enfermaron y necesitaron el tratamiento costoso, él no tenía ni un solo sucre para pagar. Fue entonces que se le apareció Satanás y le propuso hacer un pacto.

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Niños que no están bautizados.


El Oro Este pacto consistía en que el diablo le daría muchas riquezas si Encalada era obediente. El demonio le pidió que llenara de hojas secas un pequeño baúl y lo pusiera en una bodega, pero además, junto al baúl, colocara un bebé moro y ahí lo dejara toda la noche; a cambio, encontraría al día siguiente, un baúl lleno de dinero. Al principio, Encalada no quiso aceptar, pero luego recordó a sus hijos y consideró que sus vidas eran más valiosas que su alma o la vida de un niño desconocido, así que aceptó. En la tarde, robó un bebé, llenó un baúl con hojas secas y lo dejó en la bodega. Al siguiente día, lo encontró lleno de dinero. En ese momento, Satanás volvió a aparecer y le dijo: “Ves, yo cumplí, ahora tú tienes riquezas y yo tu alma. Así, cada vez que necesites dinero, haz lo que hiciste anoche y, nuevamente el baúl estará lleno de dinero” y volvió a desaparecer. Al oír su relato, la familia de Encalada se quedó asombrada, pero decidió callar. La ambición de Encalada creció y realizó más ofrendas a Satanás, pero esta vez por vanidad, para así mandar y no ser mandado. Hasta que se convirtió en un hombre millonario y finalmente, murió. En la tercera noche de su sepelio, las luces se apagaron repentinamente y el cuerpo de Encalda desapareció. Su familia reaccionó rápidamente y pusieron piedras dentro del ataúd vacío para que nadie se diera cuenta de su desaparición, ya que fue Satanás quien se lo llevó. _______________________________________________________________________

Del gato

Entrevistadora: Glenda Sanmartín Torres Informante: Marieta Torres, 65 años

Este es un cuento que narraban los bisabuelos y abuelos para crear un espíritu de obediencia en sus hijos; pero aparte de ello, estos cuentos o historias han sido el genio que despertaba nuestra imaginación en la niñez y que aún recordamos para seguir transmitiéndolas a nuestros hijos. Comienza con una advertencia sobre la confianza como un tesoro que no todos y todas lo merecen y que la maldad se puede esconder en las formas más vulnerables aparentemente. Dicen que había una pareja de recién casados que llegó a vivir en una casa muy bonita, donde imperaba el amor y la consideración por parte de ambos cónyuges. La esposa era una mujer muy católica y temerosa de Dios, el esposo era un hombre amable, responsable y amoroso. Dicen que todas las tardes salían a pasear por las calles del pueblo hasta la hora del ocaso. En uno de estos paseos, la esposa escuchó el maullido de un gatito, que por su aspecto había sido abandonado. Ella le pidió al esposo llevarlo a casa, pero él se negó, pues no le gustaban los gatos ya que decía que eran traicioneros. La esposa insistió en su pedido y él al verla apenada, no se pudo negar. Al llegar a casa lo alimentaron y se fueron a dormir. Al día siguiente, ella inició las labores de la casa en compañía del animal, por primera vez estaba acompañada, mientras su esposo estaba en el trabajo. No olvidaba ir a la iglesia a rezar y a charlar con el padre. Pasaron los días y su hogar que antes fue lleno de amor, después se vio envuelto

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por peleas, siempre observadas por el misterioso gato ya que éste siempre permanecía al lado de la mujer, por lo que el esposo empezó a sentir celos del animal. Pero como el hombre era educado, pronto desechó esas absurdas ideas, mas los problemas no cesaron, éstos iban en aumento día tras día, así como también la cercanía del gato con su esposa. Un día, los esposos intrigados por el cambio que su dulce vida había sufrido; como por ejemplo: la ropa limpia aparecía sucia; la casa ya no olía a flores, más bien tenía un olor repugnante; la comida, al momento de servirse, tenía un sabor asqueroso; todas estas circunstancias repentinas, crearon angustia entre ambos esposos, pero como se amaban decidieron conversar con el padre de la iglesia para que los guíe. Éste al intuir que sus problemas comenzaron con la llegada del gato, les dijo lo siguiente: —¡Espíen al gato! ¿No saben ustedes que el mal tiene mil formas para engañar los corazones buenos?— Así lo acordaron. El esposo salió de mal humor como todos los días. Ella terminó de hacer la comida y salió a la iglesia y el gato se quedó solo en casa.

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Los esposos regresaron por la parte trasera y por un pequeño hoyo (hecho a propósito), fueron testigos de algo aterrador y espeluznante. El pequeño gatito empezó su transformación siniestra, crecía y crecía hasta tomar un tamaño descomunal


El Oro para la pequeña casa, recorría todo, asimismo dejando inmundicia por la ropa, por la sala y en la comida, esto explicaba el mal olor de la vivienda. Al ver esto, aterrados corrieron donde el padre a contarle lo que habían visto. Desde luego que él los acompañó. Cuando entró el padre a bendecir la casa, el gato mostró su verdadera faz y empezó a luchar por apoderarse de aquella alma ingenua, pero como el bien y la fe en Dios todo lo superan, lograron mandar de regreso al demonio al infierno. Éste se fue, pero dejó advirtiendo que siempre habrá quien le deje entrar en su casa y luego en su alma, y a manera de consejo les dijo que no todo es lo que parece y que a veces es mejor desconfiar. _______________________________________________________________________

La calderona

Entrevistadora: Janeth Armijos Yanza Informante: Luis Aguilar Narváez, 75 años

Hacia el norte de la calle San Francisco en un lugar que se conoce con el nombre de La Calderona, sitio en el que abundaba el agua, que servía para que los vecinos del lugar tomen una ducha o laven sus prendas de vestir, cierto día unas lavanderas que se encontraban en el lugar, divisaron una gallina con muchos pollitos. Ellas Intentaron coger la gallina y los pollitos, pero como por arte de magia, los animalitos desapreciaron. Desde ese entonces, las personas comentan que se trata de un tesoro escondido en aquel lugar y que por eso se daba aquel suceso en el que desaparecían la gallina y los pollitos. _______________________________________________________________________

El cocodrilo de oro

Entrevistadora: Glenda Sanmartín Torres Informante: Jorge Maldonado Pereira, 58 años

Desde muy pequeños nos gusta escuchar las historias de las personas mayores, quienes con sus experiencias y vivencias saben hacernos soñar o temblar de miedo. La historia que a continuación contaré es parte de la vida de sus habitantes y se ha transmitido de generación en generación. Cuentan que un pequeño pueblo había sido cuna de brujos que con su magia y hechizos lo habían encantado. Existe una laguna donde los brujos llevaban a cabo los rituales para los hechizos. Dicen las personas sencillas que hace muchos años, los primeros habitantes, con el fin de buscar algo para dar de comer a sus familias, se acercaban con mucho temor a la orilla de una laguna para pescar, pero siempre cuando estaban de regreso, uno de los amigos desaparecía sin hacer ningún ruido, por lo que se alimentó el temor en los pobladores. Dicen que al llegar la medianoche mientras dormían, un ruido los despertó y les invadió un temor intenso con unos ruidos como de algo que se arrastraba por las calles del pueblo. Un día un hombre valiente decidió salir a ver qué era eso que les daba tanto temor. Se quedó escondido entre la flora del bosque seco. Los ruidos de los animales, de los pájaros, de los insectos, de los murciélagos se escuchaban por doquier.

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Las nubes estaban negras, todo el ambiente funesto le hacía dudar de su valor, pero como era hombre de honor y el honor en aquellos tiempos era más valioso que cualquier cosa, se dio ánimo a sí mismo y prosiguió con su tarea. Llegada la medianoche, salió la luna y aclaró todo menos su escondite. De pronto, se escucharon ruidos que salían de la laguna, y observó que algo emergía de sus aguas, era un ser grande de unos cuatro metros de largo y en su cuerpo llevaba por piel el dorado del oro, lo que arrastraba eran como collares y toda clase de objetos de oro. Caminaba pesadamente abriendo sus inmensas mandíbulas dejando una estela áurea en las calles del pueblo. ¡Era un cocodrilo de oro! y se dirigía por los senderos que conducían a la casa del brujo más poderoso, pero no regresaba nunca. Desde ese momento, en los habitantes creció un deseo de poseer el oro del cocodrilo, pero para eso tenían que capturarlo, pero ¿cómo hacerlo? El animal era inmenso y tenía poderes que lo hacían desaparecer de la nada, pues cuando creían tenerlo, se esfumaba. Los hombres continuaban desapareciendo pero no por conseguir los alimentos para su familia, sino por la codicia de obtener aquel animal forrado en oro. Esta historia, según dicen los nativos, se remonta a los tiempos de las tribus indígenas que habitaron en aquel sitio, donde dicen que aún en estos días pueden encontrar en las orillas del río algunos vestigios de su cultura.

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Desde que supimos de esta historia contada por uno de los fundadores del pueblo, un señor muy entrado en años quien decía que comprar tierra en este sitio era comprar un tesoro. Este hombre siempre nos insistía en visitar la laguna, por


El Oro lo que nos dirigimos a la laguna, pero el cocodrilo de oro no se quiso presentar o será que sale solo a la medianoche. Lo cierto es que cuando podemos visitamos esta tierra, para escapar del ruido de la ciudad y conseguir la tranquilidad que a los citadinos nos hace muchísima falta. Esta historia fue corroborada por otra persona que vivió muchos años allí, y es quien consta para los datos requeridos por la universidad. _______________________________________________________________________

La niña y el tigre

Entrevistadora: Glenda Sanmartín Torres Informante: Julia Granda, 84 años

La historia que voy a relatar es un hecho real. Hace muchos años en una localidad de la parte alta de la provincia de El Oro, una pareja de esposos tuvo una niña a la que no podían cuidarla, por este motivo le entregaron a sus abuelos. La niña creció amparada por el amor de sus abuelos. El contacto con la naturaleza creó en ella el respeto y cuidado por los animales. El contacto con sus padres era escaso, debido también a la lejanía, pero viajó donde sus padres acompañada de un sirviente. Cuando estuvo en el tambo, escucharon los quejidos de un animal. Salieron y vieron a un tigre que cojeaba de una pata. La niña le pidió al sirviente que lo cogiera, éste, aunque muerto de miedo, lo hizo. Esa noche le curó y entablilló la pata enferma. Al siguiente día antes de continuar el viaje, nuevamente le curó y le soltó. Dicen que desde el momento el tigre sería un personaje importante dentro de su vida. Al cumplir los doce años, sus padres le fueron a buscar y la trajeron de vuelta en contra de su voluntad. La niña, dueña de un carácter muy determinado, no sentía ningún apego por ellos, y siempre trataba de escaparse y volver al que sentía su verdadero hogar. ¡Lo que hace la ignorancia cuando un adulto quiere imponerse ante un espíritu libre!... Decidieron poner fin a sus intentos de escapar encadenando su frágil cuerpo al fogón, así no se olvidaría de cumplir con las funciones de casa. Tenía un hermano, con el que realizaba las tareas del hogar. El campo es un lugar magnifico, donde el canto de los pájaros, el murmullo del río, el sonar de las hojas y de los animales, puede esconder las más desgarradoras y encantadoras historias. Pasaron algunos años y la vida para ella no había cambiado, tenía muchas más responsabilidades. Cansada de esa vida, con su hermano planearon la huida hacia la casa de los abuelos. Todo estaba listo; pero el cansancio hizo que la niña se quedara dormida, y su hermano partió solo. Cuando despertó, corrió en busca de su hermano, pero fue inútil, él ya estaba a muchos kilómetros de ahí. Su carácter fuerte la hizo seguirlo por el interior de la selva. Caminó mucho, hasta que llegó la noche, entonces buscó un lugar donde guarecerse de la lluvia. Encontró una especie de cueva; allí decidió dormir. Tratando de encontrar el camino, cada vez se adentraba más en la selva. (En esos tiempos los campesinos, soltaban las reses para que coman hierba) Allí encontró una vaca que estaba perdida y la trajo a su cueva, ella le proveería de leche. En la oscuridad de la noche, unos ojos brillantes la observaban, iban acercándose cada vez más y más… ¡Era el mismo tigre que ella había curado cuando era

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niña!... Desde ese momento el tigre reconociendo a su amiga se convirtió en su protector. Todos los días a partir del ocaso, llegaba a hacerle compañía. Ningún animal le podía hacer daño, ni el clima duro de la selva, pues el calor del tigre le daba abrigo, comía las frutas silvestres, las hierbas y raíces que encontraba. Pasó un año desde su partida, la vida en la selva se había arraigado en su espíritu, sus ropas roídas, su cabello crecido, hasta su cuerpo había sufrido una transformación para poder sobrevivir. Hasta que un campesino buscando sus animales, vio que una mujer caminaba por la selva en compañía de una fiera y una vaca. Él había escuchado sobre la desaparición de una niña por lo que inmediatamente dio aviso a la familia, quienes salieron a buscarla. Capturarla fue muy difícil, pues era dueña de una fuerza increíble; parecía una fiera más, pues tuvieron que atarla con laso. Los disparos ahuyentaron al tigre y recuperaron a la vaca. Esta historia ocurrió hace más de cien años y la protagonista ya murió.

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Los gagones

Entrevistadora: Diana Salazar Pérez Informante: Mariana de Jesús Pérez, 76 años

Cuentan acerca de los gagones, dicen que eran unos animales muy feos que se les aparecían a las personas que eran unidas3 entre parentesco o sea entre primos, medios hermanos o entre compadres. Solían salir en la noche y comentaban que eran de color blanco y aullaban como gatas en celo. Las personas del lugar no podían dormir por esos feos ruidos que hacían. Comentan que la persona que quería coger al animal, si tenía el alma manchada, a éste le sacaban el “huesito de la rodilla” o sea la rótula, pero si tenía el alma limpia, solito se dejaba agarrar ni bien uno extendía los brazos. Pero me comentaba la señora, que ella nunca los vio, pero que sí los escuchó. _______________________________________________________________________

Juan bandolero

Entrevistador: Álvaro Nole Correa Informante: Eliza Bravo Sarmiento, 81 años

En el tiempo de los antiguos, existía un joven que era conocido como Juan Bandolero. Le gustaba andar siempre cantando con su guitarra en los bailes y también tomando, era un fiestero. En una ocasión cuando andaba por ahí parrandeando, se encontró con San Pedro, quien al ver a Juan Bandolero le dijo: —Oye Juan, yo he viajado al infierno y he visto que ahí te tienen una cama preparadita para ti, está adornada con flores llenas de espinas, que al momento de toparlas con un solo dedo, las llamas te cubren todo el cuerpo. Es por eso que te recomiendo que cambies y dejes esa vida pecadora.

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Unidas: pareja que vive junta sin estar casada.

Juan se quedó pensando en lo que le había dicho san Pedro, y siguió caminando. De repente, se encontró con un señor vestido de blanco, —¿Quién eres tú?—, preguntó Juan Bandolero, —soy el Padre Ermitaño, soy como los ángeles, pues yo no


El Oro

soy pecador, y mi recompensa está en los cielos donde me esperan los ángeles con serenatas tan dulces que sirven para hacer dormir a los niños.— En eso Juan le interrumpió y le dijo: —Padre, quiero que me confiese y arrepentirme de mis pecados.— El Padre le dijo que Juan ya había pecado mucho y que no le podía perdonar, es más que no le dirija la palabra porque le podía contaminar. Luego de que el Padre se marchara, Juan se dijo a sí mismo: “No importa yo quiero cambiar y así será, aunque esté condenado, pero de ahora en adelante dejaré mis vicios.” Luego de un tiempo, Juan Bandolero pasaba por el mismo lugar y se encontró nuevamente con san Pedro, al verlo inmediatamente le preguntó: —San Pedro, dime si aún está la cama tendida para mí en el infierno.— San Pedro le dijo: —Aún está allí, pero ya está ocupada, vi a un Padre que se creía santo, pero en el fondo era una mala persona.— Además le dijo:- también he ido al cielo y los ángeles te están esperando para comer contigo. Fue ahí que Juan Bandolero comprendió que cuando uno se arrepiente sinceramente y de corazón, (…), puede tener el perdón divino y que Dios es el único que puede ver los corazones de las personas. _______________________________________________________________________

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La cueva de oro

Entrevistador: Álvaro Nole Correa Informante: Julio Huanca Espinoza, 83 años

Cuenta la leyenda que por el año de 1950 más o menos, se decía que en un lugar llamado Cerro de Venados, un cazador de animales iba buscando algo de carne fresca para llevar a la casa. Él andaba con sus perros campistas, cuando de pronto los perros empezaron a ladrar y perseguir enloquecidamente algo, pero el campista no sabía qué era lo que los perros seguían; sin embargo, él también siguió a los animales, pero como ellos corrían más rápido, no les pudo alcanzar. Empezó a guiarse por los ladridos de sus perros, caminó y caminó, hasta que llegó a una peña enorme, la que pasó con dificultad. De pronto, se escucharon unos aullidos de los perros, como si les estuvieran pegando, y luego se callaron. Él les siguió buscando y de pronto, encontró un hueco en la peña. El hueco era tan grande que podía ingresar parado, y como suponía que los perros estaban dentro, hizo un mechero y se metió. Caminó por un buen tramo y encontró oro puro, pero como se le había apagado el mechero y ya era más de las seis de la tarde y estaba obscureciendo, decidió salir. Al siguiente día, no le había contado a nadie excepto a su mujer. Partió nuevamente, ilusionado de que iba a sacar oro; la mujer se había quedado muy contenta y su esposo le había dicho que no cuente a nadie el lugar al que se había ido, y que lo esperara con una gallina para la merienda. Llegó la noche, pasaron las horas y no regresaba ni él ni los perros. Al otro día, la señora preocupada salió en busca de su marido, pero nunca dio con el lugar que le había contado su esposo. Hasta el día de hoy se está buscando la cueva de oro, pero nunca nadie ha podido ni siquiera acercarse. _______________________________________________________________________

El diablo

Entrevistadora: Jéssica E. Orellana C. Informante: Manuel Orellana, 65 años

En el Altiplano de la provincia de El Oro, existen leyendas creíbles y otras increíbles pero esto quedará a su juicio: La siguiente narración se ubica en la carretera que va a Zaruma, cerca de allí existe un sitio llamado California, en este lugar según cuentan las personas de mayor edad, de vez en cuando se aparecía el diablo. Estos relatos despertaron la curiosidad de un joven parroquiano que era considerado un hombre muy valiente y era muy diestro en el uso de un machete pequeño que era denominado “garantizado”.4

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Marca de un machete.

Un día decidió comprobar por sí mismo lo que por mucho tiempo había escuchado, por lo tanto preparó su caballo de manera muy llamativa con aperos de plata (silla, estribos, pechera) se puso al cinto su garantizado y se fue al sitio antes mencionado. Al llegar al lugar, no tuvo que esperar mucho ya que en las noches era cuando el diablo se aparecía. De pronto, ahí estaba frente a él un hombre muy elegante, armado y de aspecto


El Oro desafiante; de inmediato el parroquiano le dirigió un insulto y desenvainando su garantizado procedió a atacar a este extraño personaje, pero éste desapareció dejando una cortina de humo entre anaranjada y rojiza. Desde entonces la leyenda aún se cuenta como algo que sucedió en la vida real por el testimonio de este joven valiente. _______________________________________________________________________

La maldición del duende

Entrevistadora: Jéssica Orellana Informante: Juana Cuenca, 56 años

En 1958 en la parroquia, en el tiempo del ferrocarril vía a la Unión, había una mata de mango que cubría el camino. Todo aquel que quería ir al recinto la Unión tenía que cruzar por ahí. Se decía que en esta mata de mango se aparecían la bruja y el duende. Y recuerdo una vez que mi papá le mandó a mi hermano a comprar querosene por la noche con el empleado al Cambio5 a más o menos las diez de la noche. De regreso no se veía nada. Y según cuenta mi hermano, faltando tres cuadras para llegar a la mata de mango, se escuchó un silbido largo, finito fliiiiiiiii……, les dio miedo y nadie se atrevió a mirar atrás, alargaron el paso y al cruzar la mata de mango, sintieron más miedo. Al llegar a la casa otra vez se repitió el silbido; el empleado llegó botando espuma por la boca. Mis padres dijeron que era la maldición del duende. _______________________________________________________________________

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Nombre del establecimiento.

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TRADICIONES Y COSTUMBRES Fiestas patronales

Entrevistadora: Carmen Gallardo Encalada Informante: Lilia María Toledo, 70 años

Balsas es un pueblo eminentemente católico. A raíz de su fundación, ante la necesidad de contar con una imagen a quien venerar, adoptaron como patrona a la Virgen de los Desamparados, una milagrosa imagen venerada en la ciudad de Valencia (ESPAÑA). El 19 de agosto de cada año los choferes del cantón Balsas rinden homenaje a la Virgen de los Desamparados con una procesión en la que participa gran cantidad de vehículos y personas. Ésta sale desde la parroquia Bellamaría hasta el mirador del cantón Balsas donde se celebra una misa en honor a la Virgen. Por la noche en el parque central, se realiza la quema de hermosos castillos y juegos pirotécnicos. El 20 de agosto se celebran varias misas en las que la iglesia se ve saturada de fieles devotos; luego hay una gran procesión acompañada con reconocidas bandas musicales que va por las calles principales de la cuidad. Por la noche se celebra un gran baile popular con el que se da fin a las fiestas patronales. _______________________________________________________________________

Costumbre

Entrevistadora: Diana del Cisne Salazar Pérez Informante: Luz Conde Calva, 83 años

Mi abuelita me comenta acerca de su matrimonio. Ella se enamoró de un joven que trabajaba en la agricultura. Se casó a los 15 años de edad. Antes del matrimonio, mi abuelito ya había pedido su mano a los padres de la novia llevando aguardiente para dar parte de la decisión que ellos iban a tomar. Ella se casó de “blanco” y bien casada6 como ella dice: —No como en este tiempo que el muchacho se la saca de su casa, o en otras palabras, “se roba a la novia”. La madre la aconsejaba siempre que debía tratar bien a su esposo, debía obedecerle en lo que él le diga. Llegó a tener 10 hijos bien respetuosos y responsables en sus hogares. Ahora ellos son adultos y siguen el ejemplo de las costumbres que su madre les inculcó día a día, para ser personas de provecho. _______________________________________________________________________

Costumbre de semana santa ______________________ 6

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Expresión que significa cumplir con el matrimonio cristiano.

Entrevistadora: Diana del Cisne Salazar Pérez Informante: Vicente Jaya Cueva, 76 años

Don Viche me habla acerca de la Semana Santa, dice que es una costumbre de todos los ecuatorianos recordar con profundo dolor la muerte de Nuestro Señor Jesucristo.


El Oro Él comenta que en su época había más devoción, más amor, y más fe de parte de sus hijos. Los días lunes, martes y miércoles no se trabajaba, decían que estábamos pecando; por ejemplo, si barrían, decían que era pecado. No permitían bañarse el día Jueves Santo porque decían que Nuestro Señor sufría. Ese día era dedicado a la oración y reflexión de todos los pecados. Se asistía a la iglesia. Había mucho respeto. En esta época, la gente piensa en salir de vacaciones a la playa y no tomamos estos días para pedirle perdón por nuestros pecado, solo nos acordamos de Él cuando lo necesitamos. _______________________________________________________________________

Costumbres populares

Entrevistadora: Jéssica Orellana Informante: Manuel Orellana, 65 años

En los pueblos pequeños y caseríos. era costumbre entretenerse jugando, contando cuentos, tomando o haciendo apuestas. Hubo en cierta ocasión, en un pueblo al sur de nuestro país, un grupo de amigos que decidió hacer una apuesta, acerca de quién sería lo suficientemente valiente como para ir a la medianoche a la cruz mayor del cementerio del pueblo. Como ninguno del grupo se animaba, un joven que vivía en el páramo quiso demostrarles que a pesar de su sencillez, él era el más valiente y dijo: —Yo iré a la cruz mayor…..—, pero como los demás no le creyeron, él les propuso que como muestra de su valentía, dejaría clavado su machete al pie de la cruz. Ante esta propuesta, los demás dijeron que estaba bien que lo hiciera, pero que ellos irían más tarde a comprobar lo que él decía. Acto seguido, el joven se marchó rumbo al cementerio. El grupo de amigos siguió conversando con admiración el valor del hombre de la apuesta, sin embargo como transcurría mucho tiempo desde que salió, decidieron ir a buscarlo porque unos pensaban que era un flojo y que se habría ido a la casa, otros, que a lo mejor se perdió en la noche, pero tanto los unos como los otros estaban equivocados porque al llegar a la cruz mayor…..lo encontraron, pero ¡muerto! Tal parece que como el joven acostumbraba a usar un poncho bien grande para protegerse del frío, al momento que clavó el machete al suelo lo hizo perforando el poncho y al darse la vuelta para regresar, sintió que le sujetaban y murió del susto. _______________________________________________________________________

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Guayas


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CUENTOS Y LEYENDAS

El burro sin cabeza

Entrevistadora: Diana Huacón Roca Informante: Augusto Huacón Pluas, 78 años

En 1940 había un joven que era desobediente, desordenado, ocioso, desaseado y que no respetaba a sus padres ni a nadie y siempre decía mentiras. Un día salió al campo a jugar desobedeciendo a sus padres quienes le habían dicho que no saliera, pues era muy tarde e iban a salir de viaje. Pero no hizo caso y salió. Ya en el campo, en una parte lejana, se encontró con una profunda oscuridad y, en unos matorrales, encontró un burro sin cabeza que cuidaba aquel campo. Sin saber cómo, aparecieron en el burro unos ojos muy brillantes que asustaron al niño. Desde ese entonces, el pequeño aprendió la lección: respetar y obedecer a sus padres.

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Guayas El pacto que hizo Víctor Emilio Estrada con el diablo

Entrevistadora: Violeta Hernández Informante: Patricio Cano, 53 años

El relato dice que Víctor Emilio Estrada, guayaquileño que fue Presidente del Ecuador, era un hombre rico, acaudalado y muy ilustrado, todo un caballero elegante. La gente y las malas lenguas de esa época decían que él había hecho un pacto con el diablo y que cuando muriera él mismo vendría a su tumba para llevárselo al infierno. Antes de que muriera, todavía en vida, Víctor Emilio Estrada mandó a construir una tumba de cobre para que el demonio no le aseche. Al morir fue enterrado en su tumba de cobre, una de las más grandes del cementerio de Guayaquil. El demonio quiso llevarse su alma al infierno como habían pactado, pero en vista de que éste no pudo, con coraje le echó maldiciones y le dejó varios demonios vigilantes fuera de su tumba para que lo vean y no lo dejaran descansar en paz. Desde aquel entonces en Guayaquil, se comenta que Víctor Emilio Estrada no descansa en paz y que todas las noches sale a las 23 horas con su sombrero de copa y su traje de gala por la puerta uno del cementerio de Guayaquil, a conversar con las personas que se detienen a coger el bus en la parada. Yo viví cerca del cementerio por eso le comento esto. _______________________________________________________________________

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El duende

Entrevistador: Edwin Guamán Redrován Informante: Esther Morán, 59 años

En el cantón Naranjal existía un hombre que estaba casado con una hermosa mujer. Tenía dos hijas muy lindas. Todos vivían muy felices. Una mañana, la esposa cayó enferma. Pasaban los días y seguía peor. Hasta que un día, tristemente falleció. Pasaron los meses y de pronto, una noche las hijas se levantaron asustadas porque sintieron que una corriente fría pasaba cerca de ellas. El papá al escuchar y sentir esto, pensó que estaba soñando y se volvió a dormir. Una noche, nuevamente, las chicas se levantaron asustadas, pero ahora no fue solo una simple corriente fría, sino que sintieron una mano acariciándoles. El papá al escucharlas, se asustó. Al día siguiente, fue donde una bruja quien le dijo que esa corriente de viento era en realidad un duende que le gustaba molestar a chicas que se quedaban huérfanas de madre. El hombre desesperado le pidió ayuda a la bruja. Ésta le dijo que el único método de alejar para siempre a ese duende, era que las chicas comieran su propio estiércol. El hombre les dijo a las chicas cuál era la solución. Las hijas con desagrado aceptaron y de inmediato lo hicieron. El duende al ver esto, se dio cuenta que esas chicas aunque eran lindas, tenían falta de higiene, que comían cualquier cosa, entonces el duende no hizo más que alejarse de ellas para siempre. _______________________________________________________________________

Asentamiento de balzar

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Entrevistador: Hugo Triviño Burgos Informante: Alfredo García Medina, 76 años


Guayas El patrono del cantón Balzar es San Jacinto. Sobre este santo existe una leyenda que relata que hace muchísimos años, la gente quería que la ciudad de Balzar se construyera al lado izquierda del río Daule, motivo por el cual, colocaban al santo patrón en ese lugar. Pero cada mañana aparecía el santo al lado derecho. Por esa razón, decidieron asentar la ciudad en el lado que San Jacinto quería. Con el tiempo se supo que el lado donde los habitantes deseaban sentar la ciudad de Balzar, era la zona con más posibilidades de inundación, por ese motivo, san Jacinto no dejó que la ciudad fuera asentada en ese lado. _______________________________________________________________________

El mate y la vela

Entrevistador: Hugo Triviño Burgos Informante: María Zambrano Castro, 68 años

Cuenta la leyenda que a las orillas del río Daule, vivía una señora cuyo esposo se había ausentado por dos años. En ese tiempo, ella cometió adulterio y se quedó embarazada. Pasaron nueve meses y dio a luz un pequeño. El esposo llegó antes del tiempo previsto y ella, para ocultar su error, salió huyendo de él en una canoa por el río Daule. El esposo le siguió y ella, para ocultar la prueba de su infidelidad, introdujo al pequeño, que iba llorando, bajo la canoa ahogándolo en el acto. Entonces, el esposo le reclamó las dos acciones malas que había hecho: la infidelidad y el asesinato. Cuando ella recapacitó sobre las atrocidades que había cometido, se mató. Cuenta la leyenda que cuando la mujer se fue al cielo, Dios le dijo que le iba a permitir entrar si traía el cuerpo completo del hijo que ahogó. El alma de la señora buscó los huesos en el agua del río Daule, pero no encontró el hueso del dedo medio. El hueso de este dedo aún sigue siendo buscado, pues muchos pescadores cuentan que la han visto en la noche con una vela encendida y con un mate buscando el dedo de su pequeño. _______________________________________________________________________

El saco de la tumba

Entrevistadora: Mariana Torres Santos Informante: Natalia Torres Santos, 64 años

Un joven disfrutaba de las fiestas, el trago y las mujeres. Su madre le advertía que debía parar esa vida, porque le ocasionaría graves problemas, pero el hijo no le escuchaba. Un día al atardecer, volvió a salir a sus parrandas. En el trayecto se encontró con una hermosa joven desconocida que le pidió que le llevara a esa fiesta ya que a ella le gustaba bailar y divertirse. Él aceptó y en esa noche disfrutaron mucho. A la medianoche, ella le pidió que le llevara a la iglesia de la Merced en el centro y luego a su casa.

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Él le llevó a la iglesia y esperó afuera, pues pensaba que la muchacha era amiga del cura de la iglesia. Cuando regresó, le pidió de favor que le llevara a su casa. Al llegar a su casa, se despidieron con un beso y ella le sonrió, entró a su casa y, con la mano le hizo señas de despedida desde la ventana. Días después, el joven decidió ir a visitarla, ya que quería retirar un saco que le había prestado a la joven por el frío que había hecho aquella noche en la que le conoció. Al llegar a la casa de la muchacha, le recibió una mujer entrada en años. Él le preguntó por la joven, y la mujer le preguntó de dónde la conocía. Él le contó lo sucedido días atrás. La señora le escuchó con mucha sorpresa debido a que la chica era su hija que había fallecido hace casi treinta años. El joven no lo quería creer, por lo que la señora le mostró una foto de la joven. Él la reconoció y confirmó que era ella. La anciana llamó a sus otras hijas que ya eran mayores, y atestiguaron que a su difunta hermana le gustaba mucho bailar; y como el joven no quería creer, la anciana madre decidió mostrarle el lugar donde estaba enterrada su hija. Cuando llegaron al lugar, todos se asombraron ya que el saco del joven estaba colgado en la cruz de la tumba de la muchacha. Nadie tuvo una explicación para eso, pero se decía que la joven había sido muy libertina y que había fallecido en un accidente automovilístico y que, como Dios no le había aceptado en el cielo, andaba vagando y salía a veces a bailar por ahí. _______________________________________________________________________

El duende

Entrevistadora: Rocío Leyton Vera Informante: José Vera Fuentes, 80 años

Hace mucho tiempo, alrededor de nuestro pueblo existía un personaje llamado Duende. Era un hombre muy pequeño que se asomaba solo en las noches. Siempre iba vestido con ropa negra, un sombrero grande que le tapaba el rostro, y llevaba una guitarra. Dicen que le gustaba perseguir a las mujeres bonitas y velludas y que solo a las que les perseguía, escuchaban las serenatas. Dicen que era cosa del diablo. _______________________________________________________________________

La famosa viuda del tamarindo

Entrevistadora: Violeta Hernández Informante: Adriana Rodríguez, 60 años

Realmente esta leyenda es muy vieja. Mi abuelita contaba, de manera especial a los varones de la casa, para que no fueran atraídos demasiado por las amenidades de la noche. Se trata de un árbol de tamarindo muy antiguo que existía donde era la quinta Pareja. La quinta Pareja quedaba donde es en la actualidad la Clínica Guayaquil, en las calles Tomás Martínez y General Córdova, en el centro de la ciudad de Guayaquil.

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En esa época, ese lugar era una finca. Se llamaba quinta y era un lugar abandonado y los trasnochadores, o sea las personas que andaban con unos tragos e


Guayas iban solos por el camino a casa, miraban una mujer vestida de negro que parecía muy bella. En ese tiempo no había pues, mayor alumbrado público. Entonces el parrandero, o el trasnochador le perseguía a la viuda. Ésta lo llevaba siempre al tamarindo añoso. Cuando él iba y llegaba ya casi al pie del tamarindo y luego ella se volteaba, la viuda había sido una calavera de la muerte. ¡Una calavera tremenda! El tunante caía echando espuma por la boca. _______________________________________________________________________

El panadero

Entrevistadora: María Galarza Flores Informante: Feliz Galarza Bustamante, 78 años

Había una vez una panadería donde laboraban cinco personas. Uno de ellos era el dueño. Los trabajadores utilizaban todo el material de trabajo y no se veía el producto. Por esta razón, el dueño se estaba yendo a la quiebra. Un día, el propietario salió al mercado y se encontró con un amigo a quien le contó que necesitaba una persona. Su amigo le dijo que estaba dispuesto a trabajar, pero con la condición de que no buscara más obreros. El horario de este hombre era de tres a cinco de la tarde. Comenzó su trabajo y el dueño de la panadería estaba muy contento, ya que el negocio estaba dando buenos resultados. El hombre muy feliz contó a su esposa.

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Pasaron los días y el esposo se dio cuenta de que el trabajador tenía contacto con el diablo, pues los cachos estaban dentro de la masa y los panes estaban en una paila y el trabajador era un hombre muy grande. El hombre y la esposa decidieron despedir al hombre y cerrar la panadería, aunque se quedaran sin nada. Se fueron a la iglesia y hablaron con el cura y él les aconsejó que pongan una cruz en el negocio y que lo abran. Así los hicieron y todo mejoró. _______________________________________________________________________

El diablo deambulador de tenguel

Entrevistador: Édwin Guamán Redrován Informante: Fausto Zambrano Calle, 80 años

En el año 1930, el pueblo de Tenguel no contaba con servicio eléctrico. La gente del pueblo alumbraba sus casas con lámparas de vidrio, velas o candiles como se les llamaba antiguamente. A las 9 de la noche nadie caminaba en las calle; todos estaban en sus casas porque se decía que un demonio paseaba desde las 9:30 de la noche hasta las horas de la madrugada. Este demonio paseaba en su caballo; salía del cementerio y se

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Guayas entraba a una casa grande de un hombre llamado Mstr. Devis, quien fue el primer gringo que vino a administrar United Company (Empresa que se encargaba de la comercialización del plátano, la piña y la ciruela). Aquel demonio paseaba por la calles de Tenguel, lo que hacía que los perros aullaran y que todos los pobladores cerraran sus puertas. En uno de esos paseos, una niña que se levantó para ir al baño, escuchó al demonio, y salió corriendo aterrada y despavorida hacia su cuarto. Cuentas los pobladores de la tercera edad de Tenguel que ese demonio poseía una capa roja, una cola que le brillaba y una lanza en forma de tridente y que no iba solo sobre su caballo, sino que tenía como su acompañante a una diabla que iba con un cetro en su mano. Se dice que hasta el día de hoy aquel demonio sigue dando vueltas, en espera de que alguien le observe para aterrorizarle. _______________________________________________________________________

La balsa

Entrevistador: Jorge Castro Uriña Informante: Esther Panchana Escobar, 54 años

Aquí en Balzar, antes no había muchos carros y se utilizaba la canoa como medio de transporte. Había una balsa grande de un señor Alcívar que era la más segura. El viaje era largo. Cuando iba rápido, desde aquí hasta el centro, se hacía como dos horas; así que mejor nos íbamos en canoa, aunque era muy peligroso, ya que antes había lagartos y pelados de 3 metros y cuando el río crecía, la corriente a uno le arrastraba. Mis abuelos me contaron que en el fondo del río había un hueco con agua azul donde vivía una mujer que se enamoraba y arrastraba a quien le gustaba; y si el hombre era arrastrado, no salía jamás. _______________________________________________________________________

El lagarto encalada

Entrevistador: Gregorio Castro Armijos Informante: Arturo Mejía, 50 años

En el cantón Naranjal de la provincia del Guayas, había un hombre que poseía muchas haciendas. Tenía ganado, plantaciones de cacao y arrozales. Su apellido era Encalada. Cuentan que era una persona pobre, provenía de una familia muy humilde, pero en poco tiempo empezó a obtener muchos terrenos, que son los que ahora posee. Nadie se explicaba cómo en poquísimo tiempo había conseguido tanto dinero, tantas riquezas y se había convertido en una persona millonaria. Era buena persona y en los sembríos de gran producción tenía muchos trabajadores. La mayoría de ellos era gente que vivía cerca de sus propiedades. Les pagaba lo justo y no los explotaba. Era muy generoso y cuando sus trabajadores que, en ocasiones estaban haciendo algo incorrecto, o gastando el tiempo sin ha-

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cer nada, se les aparecía como por arte de magia y éstos se preguntaban cómo podía hacerlo. La mayor parte del dinero que ganaba lo acumulaba en la habitación de su casa. Un día, un trabajador que había llegado hacía poco tiempo, supo que Encalada guardaba su dinero en la casa, por lo que empezó a planear un robo. A los pocos días, entró a robar y se dirigió hacia donde estaba el dinero. Cuando abrió la puerta del cuarto, era muchísimo el dinero que había allí, pero de pronto de entre los billetes se movió algo, era un enorme lagarto. Entonces, salió en precipitada carrera y contó lo sucedido a los demás. Éstos al escucharlo, se echaron a reír y le contaron que Encalada era aquel lagarto, pues se convertía en eso, cada vez que un ladrón o una persona ambiciosa quería robarle su dinero. Aquel trabajador se quedó atónito por todo lo que escuchó y prometió nunca más ser ambicioso, peor aún robar. _______________________________________________________________________

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Guayas La azucena

Entrevistador: Paúl Moreira Mendoza Informante: José Rengifo, 54 años

Dos jóvenes a muy temprana edad decidieron recorrer el Ecuador con los pocos recursos que tenían. Así emprendieron una aventura que los llevaría hasta un sector por La Azucena. Bajando por unas hermosas cascadas, al llegar a una casa muy pequeña en un estero, se miraron y preguntaron quién viviría tan lejos en esa pequeña choza. Llamaron, y a su llamado respondió una hermosa doncella, la cual les brindó agua, comida y contó unas cuantas historias de esas montañas. Se les hizo tarde para regresar y ella les ofreció su morada. Encantados accedieron sin preguntar quién más vivía allí. Salieron a bañarse al río y uno de ellos le dijo a su compañero: –Quédate aquí y demórate, que voy a verle– y el compañero respondió – ¡Estás loco!, yo voy, quédate tú- En ese momento comenzó una discusión entre los dos. Uno de ellos decidió ir y el otro le alcanzó a empujar y el joven resbaló y se golpeó la cabeza contra una piedra y murió. El amigo, muy asustado, regresó a la cabaña para pedir ayuda y no encontró a la chica. Salió desesperado, cuestionado por lo que había hecho y observó por un corral, a una persona en su caballo acercándosele. –¿Qué quiere?– le preguntó. El joven, con el corazón en la mano, le preguntó por la joven que vivía en esa casa y el señor de avanzada edad con una sonrisa le respondió: -Aquí solo vivo yo desde hace mucho tiempo.

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El conejo que quería crecer

Entrevistadora: Carmen Cabrera González Informante: Rodrigo González, 53 años

Hubo una vez un conejo que vivía inconforme con su pequeñez, aspiraba crecer un poco más. Cierta vez, mientras caminaba por el bosque, se encontró con un hombre. Se acercó humildemente y le dijo: –Soy muy pequeño, por eso no tengo trabajo ni mujeres, necesito crecer. ¿Me puede ayudar usted?– Con este pedido, el señor se quedó callado un rato. El conejo insistía que le ayudara a cumplir su sueño. Frente a tanta insistencia, el señor dijo: –Bueno pero tienes que hacer tres cosas. Ante esto el conejo, se puso muy contento y dijo: – Dígame señor, qué tengo que hacer.– El señor le pidió traer tres cosas: una culebra, las barbas del león y la pluma de un gavilán y le dio plazo solamente hasta el medio día del siguiente día. Y le dijo que si se atrasaba, no le ayudaría. Con esta oportunidad, el conejo hizo lo imposible con tal de crecer. Para cazar la culebra, salió al cerro para buscar un poto1. Tanto buscar encontró una culebra dormida junto a una piedra. Se acercó lentamente, colocando el hueco del poto justo a la cabeza. Le hizo cosquillitas en la barriga y la culebra se despertó y entró al poto. Así la logró coger.

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Palabra proveniente de la lengua MOCHE, del norte del Perú, la cual pasó al quechua utilizada para referirse a las vasijas.

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Preocupado continuaba caminando por el cerro. A lo lejos vio a un león descansando. De igual forma, se acercó muy lentamente y le dijo: –¿Cómo está mi jefe?, ¡usted ha envejecido un poco! Hay que arreglarle un poco su pelo, pero como somos buenos amigos, yo puedo peinarle sin ningún costo. Al principio el león se puso molesto, pero poco a poco se fue tranquilizando. Con tanta insistencia, el león se dejó arreglar su pelo. El conejito le refregaba los pelos con mucha delicadeza; ya cuando el león estuvo un poco relajado, le dijo: –¡Oiga usted tiene mucha barba! ¿Por qué no le arreglamos también la barba? Como el león estuvo un rato dormido, no le respondió nada. Mientras tanto el conejo le peló unas cuantas barbas. Le acarició un poco más, hasta que logró que se durmiera y luego salió corriendo de ese lugar. Finalmente tenía que conseguir la pluma del gavilán. Para esto, subió a una cima bien alta y se acostó fingiendo estar muerto. De pronto, apareció volando el gavilán. El conejo bien astuto siguió fingiendo estar muriéndose; se tambaleaba de un lugar a otro. Cuando el gavilán se lanzó contra el conejo para atraparle, se agarró fuertemente de las plumas y no se soltó. El gavilán se elevó un poco cuando el conejo se cayó con un puñado de plumas en su mano, las que se pelaron de tanto peso. Al caer, se quedó tendido en el piso por un buen rato ya que se golpeó la cabeza. Cuando despertó, ya había llegado la hora de entregar las tres cosas al señor. Medio atontado fue corriendo a entregárselas. Como el momento de su llegada había sobrepasado el acuerdo en el que quedaron, el Señor ya no le quiso prestar su ayuda. Sin embargo, el conejo siguió insistiendo para que le hiciera crecer, porque le costó mucho pero mucho esfuerzo, conseguir las tres cosas. De tanto insistir, ya el Señor enojado dijo: –Te voy a estirar un poquito porque tú, a pesar de ser tan pequeño, has conseguido hacer todo lo que te mandé, dime, qué sería si fueras grande. Luego le cogió las orejas, y estirándolas muy fuerte las hizo crecer. El conejito con bastante dolor se quedó sentado, se tocó las orejas y se dio cuenta de que estaban más largas y dijo: –Algo es algo, por lo menos tengo las orejas más grandes para poder escuchar mejor. _______________________________________________________________________

Colimes

Entrevistador: Ángel Villamar Informante: Anita Santillán, cerca de 50 años

Esta historia pasó no más de unos 30 años atrás. Entre los pobladores de Colimes se rumoraba de un pobre y desgraciado joven que empezaba a tener una vida atormentada por las repentinas apariciones de un hombre alto y su caballo, estos dos totalmente negros. Los ojos les brillaban. Estaban ocultos en la oscuridad de la noche y a veces en el día se los veía de lejos, siempre entre los montes.

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Guayas El joven era de apellido desconocido, era ateo, es decir no creía en Dios, y tal vez por esa inclinación, el mal se lo quería llevar. La familia desesperada hacía de todo para desaparecer este mal. La familia, por petición de los pobladores que ya estaban asustados y aludían a que el extraño hombre montado a caballo era el mismo diablo, y también al ver que el joven cada vez amanecía más moreteado, le llevaron a la iglesia más cercana para que fuera exorcizado y resulta que el párroco concluyó que sí era el diablo que le estaba persiguiendo a este sujeto, para llevárselo al más allá por su alma no creyente. La familia se lo llevó a Guayaquil y del joven nunca más se supo. Solo se sabe que la familia de éste fue muy numerosa. Estos hechos quedaron en la mente y en el corazón de estos pobladores de San Palenque que decidieron reafirmar su fe y compromiso con la Iglesia. _______________________________________________________________________

Tío cheque y tío tigre

Entrevistadora: Betty María Macay Santo Informante: Agustín García Cedeño, 63 años

Era una vez una viejita que tenía un habar y en él entraban dos animales tío Cheque y tío Tigre. Tío Tigre quería comerse a tío Cheque, pues el habar era el plato favorito de tío Cheque. Allí tío Tigre descubrió a tío Cheque y trataba de cazarlo todos los días. La viejita, cansada de que se le comían las habas, hizo un muñeco de cera para atrapar al ladrón. Tío Cheque llegó a comer habas y para sorpresa de él, se encontró con un hombre que era un muñeco de cera. Tío Cheque le dijo: “Oye negro, déjame pasar, sino me dejas pasar te meto un puñete”. Le trancó el puñetazo y se quedó pegado y jaló por el otro puñetazo y le dijo: “Aflójame negro porque ahora te doy una patada” y se la metió y le sigue diciendo: “Me vas a aflojar sí o no, porque con la otra patada sí te mato” y le dio la patada. Llegó tío Tigre y le dijo “¡Ajá!, aquí sí te como”. Tío Cheque dijo: “No me comas tío Tigre, es que me han puesto una penitencia, que me coma la pierna de una vaca, pero como yo soy pequeño no me la acabo y como usted es grandote sí se la acabaría, suélteme para amarrarlo a usted”. Tío Tigre le soltó y ahora tío Cheque le amarró a él. Apareció la viejita y vio a tío Tigre que, para ella, era el que se le comía las habas. Fue corriendo y calentó un fierro en el horno, ese fierro lo trajo al rojo vivo. Llegó la viejita y le dijo: “¡Ajá!, tigre, venga acá, que esto le va a pasar; le voy a meter un fierro para que no vuelva a meterse en mis habas” y tío Cheque muriéndose de la risa le dijo: “Por glotón lo quemaron”, colorín, colorado este cuento ha terminado. _______________________________________________________________________

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TÍO CHEQUE QUERÍA SER REY

Entrevistadora: Betty María Macay Santo Informante: Rosa del Jesús García, 69 años

Tío Cheque se va donde Dios y le dice: “Yo quiero que me haga crecer, pues quiero ser muy grande para poder ser rey”. Dios le dice “Te voy a hacer crecer pero te pondré una penitencia” y tío Cheque le dice que cuál será, le pide que le traiga la miel de todas las flores, las lágrimas de las avispas, y el colmillo de un lagarto. Se va a la montaña a buscar a Cabeza de Mate. Lo encontró y le dijo: “Tío Cabeza de Mate, regálame un poquito de miel”; y dijo: “Ya tengo una penitencia”, ahora se fue a buscar a las avispas y dijo: “Tía Avispa, ni sabe lo que va a suceder; todos los animales chiquitos están en peligro, va a venir un huracán y los va a dejar tirados muy lejos de aquí y tal vez no sobrevivan, métanse aquí en este frasco que aquí no se les llevará el huracán”. Las avispas entraron al frasco y tío Cheque las arrojó al fuego y las hizo llorar a toditas, ya tenía dos penitencias. “Y ahora”, dijo: “Cómo haré con tío Lagarto…voy a comprarme un guitarra y le voy a invitar a tomar, luego buscaré un garrote y lo dejo escondido”. Se fue a la playa del río y se puso a cantar cargando una poma de aguardiente, enseguida invitó a tío Lagarto a tomar ¡chupa y chupa!, hasta que se emborrachó y se puso patas boca arriba. Fue tío Cheque a buscar el garrote y le trancó (dio) un tremendo garrotazo en la cabeza y dijo tío Lagarto: “Si me das en el tronco del rabo, me matas”. Ahora dice tío Cheque “¿qué haré? Pensó en invitarle a tomar otra vez y el lagarto le dijo: “¿Qué hiciste la vez anterior?”, tío Cheque dijo: “Por un momento de borrachera no sé qué hice, dejemos a un lado eso y sigamos chupando”. Se emborracharon, nuevamente tío Cheque fue a ver el garrote y le dio un tremendo garrotazo en el tronco del rabo y lo mató. Le sacó el colmillo y se fue donde Dios y le dijo: “Aquí están las penitencias que me pusiste”. Dios le dijo: “Tú quieres ser el rey.” y tío Cheque le dijo que sí. Dios le dijo: “Ven acá”, lo puso frente a la caída del sol y le levantó de las dos orejas y se le hicieron muy grandes. Tío Cheque se vio muy grande. Dios le pregunta si estaba contento o quería ser más grande. Tío Cheque contestó enseguida que estaba bien y que no deseaba ser más grande. Se fue tío Cheque y salió de la sombra y Dios se fue. Tío conejo se dio cuenta que estaba pequeño, pero con las orejas grandes, y dijo: “Mejor me hubiera dejado como estaba”. _______________________________________________________________________

El hombre de mis sueños

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Entrevistadora: Olanda Moreno Quinatoa Informante: Walter Cardona, 55 años

Había una vez una chica que quería casarse con un hombre hermoso que tuviera todos los dientes de oro y que viniera en un hermoso caballo. Cierto día, se apareció este señor muy elegante y con todas las descripciones que la muchacha deseaba que tuviera su hombre. Enseguida que lo vio, sin pensar dos veces, dijo: “Me caso con él”. Bueno, se casaron pero resulta que la chica, luego de haberse comprometido, cada día se flaqueaba más. Su madre, muy preocupada, se fue a la iglesia donde el sacerdote y le confesó lo que estaba sucediendo. Él le dijo que mande a hacer una caja de madera. Ella obedeció y también le dijo que a las


Guayas doce de la noche entrara al cuarto donde dormía su hija con el esposo y lo mirara si era una persona o quién era. La señora hizo lo que el sacerdote le ordenó; para eso, ya le dijo que pusiera el baúl debajo de la cama de su hija, y también le dio el cordón bendito para que le diera con éste si el esposo no era un hombre normal. Bueno, entró a ver en la noche y la sorpresa fue que era un enorme mono que estaba durmiendo con la chica. Entonces la madre le empezó a castigar con el cordón hasta que se hizo una pelota y se fue saltando y se metió en el baúl de madera. La señora le cerró con candado y le fue a botar en el río. Era el diablo, pero éste como es tan astuto, se hizo un bebé que lloraba y lloraba entonces un pescador que estaba en el río le cogió y le abrió el baúl hablando “¡Qué madre tan descorazonada le habrá botado a una criatura indefensa!”. Pero inmediatamente que abrió bien el baúl, el bebé le habló al pescador y le contó lo que pasó. El diablo, en agradecimiento, le ofreció convertirlo en un gran curandero, pero todo era un truco. El diablo se iba a introducir en la cabeza de las personas y les iba a hacer doler y entonces ahí era donde entraba el curandero a curarles y cuando ya realizaba todos sus rituales, el diablo salía de la cabeza de la persona enferma. Pero resulta que el diablo se enamoró de la hija de un príncipe y le contó al curandero que se iba a introducir a la cabeza para matarla y llevarla con él. Así que no se metiera a curarla, pero como era un curandero muy afamado, no podía quedar mal ante nadie y más que nada el rey le dijo que si no le curaba a su hija, le mataba. Entonces el curandero empezó su trabajo de curarle a la princesa y nada que podía curarle, y el diablo le decía que no le iba a curar así que mejor no perdiera su tiempo que él no iba a salir de la cabeza. Después de mil cosas que realizó, no obtuvo ninguna mejoría. Entonces pensó y se acordó de lo que le contó cuando le encontró en el río y contrató un montón de gente para que cuando el curandero le estuviera limpiando a la princesa, ellos se acercaran a la casa silbando, gritando, golpeando ollas y tambores. Es cuando el diablo le preguntó al curandero qué ocurría, por qué tanta bulla y él le respondió, que era su suegra y que le venía a buscar. Sin pensarlo dos veces, él se salió de la cabeza de la princesa y se desapareció y así le curó y él también pudo vivir en paz. _______________________________________________________________________

El ladrón del cementerio

Entrevistador: Jorge Luis Páez Informante: César Páez Lascano, 87 años

Antiguamente, era costumbre en Guayaquil y en muchas ciudades del país, enterrar a los muertos con joyas y objetos de valor, por la creencia de llevar prosperidad al más allá; pero muchos, amigos de lo ajeno, a menudo, acudían a los velorios de las personas adineradas, solamente con la finalidad de saber con qué objeto de valor serían enterrados los muertos. Algo que llamó mucho la atención fue la historia de aquel ladronzuelo, que luego de haber asistido al velorio de una persona adinerada de la ciudad, observó que la familia, antes de cerrar el ataúd, le colocó una gruesa cadena de oro junto con un gran medallón alrededor de su cuello y sobre éstos, se hallaban cruzados los brazos del difunto. Al observar esto, el amigo de lo ajeno2 se fue contento, para esperar hasta la noche, proceder a la profanación y cometer el atraco de su vida.

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Ladrón

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Como ya habían pasado muchas horas desde el entierro del millonario, junto con un ayudante y casi a la madrugada del día siguiente, cavaron y profanaron la tumba. Se quedaron muy sorprendidos ya que al abrir la caja, no podían abrir los brazos del difunto para cometer el atraco; luego de tanto esfuerzo, uno de ellos pudo abrir sus brazos para retirar el collar y el medallón, y precisamente en el momento que iba a retirar las joyas, los brazos del difunto se cerraron y dejaron atrapado al ladrón ocasionándole, no solo un gran susto, sino también la muerte inmediata por asfixia. El otro corrió despavorido y nunca más se supo de él. _______________________________________________________________________

La mujer separada

Entrevistadora: Gilda Paredes Maridueña Informante: Lucía García Avelino, 72 años

Cuentan que una mujer muy bonita se separó de su marido y se quedó con sus tres hijos. Al querer rehacer su vida, los hombres no se querían hacer cargo de ella porque tenía muchos hijos. Esta mujer se enamoró profundamente de un hombre quien, al igual que los demás, se reusó a tener una relación con ella por los niños. Así que un día la mujer llevó a sus hijos al río y los hizo ahogar. Cuando fue donde su amado a decirle que ya no tenía hijos que se interpusieran en su relación, este hombre, decepcionado por lo que la mujer había hecho con sus hijos, la dejó. Ella ante esta pena tan grande de verse completamente sola, sin sus hijos y sin su amor, decidió también acabar con su vida y lanzándose al río, se ahogó. Hasta hace aproximadamente 40 años, en el suburbio de Guayaquil, por las noches se escuchaba como si una mujer corriera por los puentes entre las casas, y dicen que se veía como una sombra de una mujer joven que parecía estar desesperada buscando a sus hijos, porque se la escucha llorando que pregunta “¡Dónde están mis hijos… mis hijos!!!” _______________________________________________________________________

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Guayas TRADICIONES Y COSTUMBRES El Día de los Difuntos

Entrevistadora: Gilda Paredes Maridueña Informante: Nancy Dolores Maridueña, 52 años

En Tugaduaja, parroquia rural de Chanduy, tenían como costumbre para el Día de los Difuntos, poner una mesa llena de comida en memoria de todos los miembros fallecidos de la familia. Los platos se cubrían con una sábana blanca y nadie podía comer porque era sólo para los muertos, quienes vendrían en la madrugada a servírselos. Esa noche, mi hermana y mi cuñado tuvieron que dormir en la casa donde se había organizado el gran festín de los difuntos y les hicieron un “tendido” en la sala para que pasaran la noche allí. Mi hermana, antes de dormirse, le advirtió a mi cuñado que no se fuera a asustar si veía apariciones en la madrugada, pero mi cuñado un poco escéptico no le hizo caso. Cuando mi hermana se quedó dormida, mi cuñado empezó a ver cosas raras como sombras que se movían y como si personas estuvieran hablando entre ellas. Un poco asustado trató de levantar a mi hermana y ella le dijo: “Ya duérmete y deja que los muertitos coman tranquilos”. Al día siguiente era una tradición llevar toda la comida al cementerio y comerla entre todos los asistentes, ya que obviamente, la comida amanecía intacta, a pesar de que se suponía que iba a ser consumida por los difuntos. Lo único que se creía es que los difuntos se llevaban el sabor de los alimentos, es decir que amanecían casi insípidos, pero no era así. _______________________________________________________________________

Romería a San Jacinto de Ayapamba

Entrevistadora: Yanela Ochoa Valarezo Informante: Angélica Galarza Ordóñez, 73 años

Hace años, en lo que ahora es Ayapamba, Milagro, San José, siempre se organizó la fiesta de SAN JACINTO, patrono de nuestra parroquia. Hace años, una señora que no tenía hijos, y había tenido una gran finca en San Botambo perteneciente a la misma parroquia, y que había sido gran devota de San Jacinto, dejó la propiedad y dinero a nombre de él para los gastos del párroco de la iglesia. Esta finca contaba con vacas y una gran ganadería. Tenía cantidad de hectáreas, y el queso que salía del ordeño lo vendían el día sábado a las dos de la tarde en la plaza de la parroquia a un precio económico. Pero esto no termina así, tanta era la fe que de los creyentes, que todos los años sin descansar, se hace la romería para llevar al santito en hombros, desde la plaza hasta una urna que reposaba en la hacienda. Ahí se hace una fiesta, se reza el rosario cuando se llega y después se hacen juegos como: las ollas encantadas, palo encebado, se corta la cabeza al gallo, se baila el típico baile de san Juanito, incluso llevan caballos para la distracción de las personas. Cuando no había carretera, la gente acudía a caballo.

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Todos los devotos que vienen, incluso desde Machala, festejan esta fiesta. Las personas llevan comida o como dicen por aquí “entredía” y almuerzan. Hace unos siete años, no había carretero; todos iban caminando, botando cuetes (cohetes); pero ahora se ha facilitado, el que menos sube en su automóvil, después de escuchar la misa, se vuelve a las casas, contento y feliz dejando otra vez la imagen en bulto de San Jacinto. A pesar de que cada año disminuye el número de devotos, aún es una costumbre desde hace muchos años. Como se había mencionado anteriormente, es grande; por lo que en el mes de noviembre, el segundo domingo, también se hace la gran fiesta. Ésta comienza desde el día sábado con castillos, misa, baile de comparsas de todas las comunidades y el gran bazar el día domingo junto con las misas. Esta es una tradición de mi parroquia y espero algún año vengan a visitarnos y hagan constancia de lo que he escrito. _______________________________________________________________________

Dos de Noviembre

Entrevistador: Julio Gómez Casquete Informante: Jesús Rosales Bazán, 50 años

En el cantón Salitre, Provincia del Guayas, como de costumbre el dos de Noviembre, día de los difuntos, salía la gente de las campiñas salitreñas al pueblo. La costumbre era transportarse a caballo porque en ese tiempo no había otros medios para movilizarse. Salían muy de madruga desde sus hogares para estar temprano en el pueblo. En ese entonces, Salitre era muy pequeño y tenía como centro de encuentro el parque para asistir a la misa de difuntos y luego ir al cementerio, para lo cual compraban paquetes de velas. Éstas eran depositadas en las tumbas de sus familiares y pasaban con ellos un aproximado de dos a tres horas hasta que las velas se terminaban. Luego de esto, acudían a los comedores colocados en las calles. Después, las familias entraban a los salones que eran amenizados por orquestas venidas de otros lados. Los nombres más famosos de los salones eran los siguientes: Paraíso Bar, Bar Cultura, Sal Si Puedes. La gente iba a bailar y disfrutar hasta el amanecer, esta costumbre poco a poco va desapareciendo en este cantón. _______________________________________________________________________

Rodeos montubios

Entrevistador: Julio Gómez Casquete Informante: Victoria Cabello Reyes, 58 años

El cantón Salitre con aproximadamente 55 años, mantiene y es pionero de los rodeos montubios que se celebran el 12 de Octubre. Esta tradición nació en los campos, en las grandes haciendas, ahí comenzó la competencia entre vaqueros por lo cual un grupo de hacendados se unió y organizó el primer rodeo montubio.

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Éste se caracteriza por presentar un desfile con los vaqueros correctamente uniformados y cada hacienda tiene su respectiva madrina. Ya en el sitio de la competencia, lo más emocionante es la elección de la mejor madrina llamada Criolla Bonita. Así mismo, hay una serie de competencias entre los vaqueros de las diferentes


Guayas haciendas como: doma de chúcaros, lazo con el pie y mano, doma de toros, concurso de amores finos. En cada una de estas competencias, se utilizaban mucho las armas de fuego con disparos al aire. Esta tradición se mantiene por años y en reconocimiento de esto, Salitre fue declarado “Capital Montubia del Ecuador”. _______________________________________________________________________

Coplas Ayer pasé por tu casa, te vi comiendo limón, el limón cayó al suelo y el zumo en el corazón.

Entrevistador: Hugo Triviño Burgos Informante: Perpetua Ramírez, 71 años

Yo soy el toro patrón, me ando por la orilla, que hasta el cuco me hace cosquilla, cuando escucho una conversación.

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ManabĂ­


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CUENTOS Y LEYENDAS El joven poseído

Entrevistador: Paúl Moreira Mendoza Informante: Carlota Ruiz, 92 años

Hace muchos años, al sitio San Sebastián llegó un joven poseído por un espíritu malo, lo trajeron de un sector cercano llamado Plátano, perteneciente a Calceta. Llegó amarrado con la mirada perdida, pelo erizado, cara envejecida, ojos rojos, dedos torcidos y gritando como si por dentro le quemara el alma. Cuentan que había salido por la noche a un baile con su caballo por un sitio llamado Los Tres Caminos. Sin su conocimiento, su caballo lo llevó hasta un hueco muy profundo conocido como la cueva del diablo. Allí fue encontrado a los seis días. Para ingresar a esta cueva había que caminar agachado casi arrastrándose unos metros y más adelante, era grande y llena de muchas cuevas más, a las que nadie se atrevía a ingresar. Al llegar al pueblo de San Sebastián, le trajeron a un padre y a un pastor los cuales rezaban y oraban mientras éste los insultaba y reía de forma burlesca, escupiendo al piso con gran fuerza, hasta que en un momento cerró los ojos y dijo que el pueblo se perdería. En ese momento, San Sebastián parecía de luto, las nubes espesas cubrieron las montañas de sus alrededores, una neblina fuerte y espesa corría por las calles. La gente se atemorizó y arrodillada en las calles pedía protección a Dios. Nunca se había visto algo semejante, hasta que en un momento el joven cayó rendido y sus ojos se abrieron, su cara recuperaba su paz, la tensión de su cuerpo se iba y las montañas se despejaban. Muy preocupados por lo sucedido, la gente de la comunidad pedía que lo lleven a otro lado, y en ese momento el cura pasó su mano por la cara del joven cerrándole los ojos, le dio la bendición, ya que su cuerpo no soportó tanto dolor y falleció.

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Manabí

El duende enamorado

Entrevistador: Jairo del Valle Mosquera Informante: Lorenzo Ruiz, 50 años

Don Lorenzo Ruiz nos narra esta leyenda muy original de mi provincia Manabí, en El Carmen, sitio Pupusá- El Guayabo. Dice que una familia de este lugar había vivido algo extraordinario. Ellos tuvieron una hija llamada Felicidad Mosquera, sus padres eran Cipriano Mosquera y Carmen Arauz. Don Lorenzo Ruiz nos cuenta que un duende se enamoró de Felicidad Mosquera. Se le aparecía en las noches por la ventana de su habitación, corría por las puntas de los palos que sobresalían del piso de madera de su casa, le lanzaba flores, hacía diferentes acciones para que ella lo mire para embrujarla y llevársela. Contaban algunas personas del lugar, que por ahí hay una montaña con muchos árboles grandes que son huecos y es allá donde el duende les lleva a las jovencitas. Al enterarse de esto, sus padres se desesperaron tanto que no sabían qué hacer. La gente les recomendaba que la llevaran donde curanderos o brujos, para que éstos les den los secretos que alejarían al duende. Felicidad se enfermó por el acercamiento del duende, hasta que una anciana del lugar le conversó que una vez a una amiga le sucedió lo mismo en su juventud, y que sus padres le dieron a beber mucho aguardiente y buscaron la manera de que un joven la besara, y que el duende lo viera. Los padres aplicaron este truco. Finalmente, lograron conseguir que el duende se aleje. Ésa fue la única solución al problema, así nos ha narrado Don Lorenzo Ruiz y es así que encontramos muchas historias en nuestro país sin saber dónde ni cuándo.

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El cuento del tigre de río de oro

Entrevistadora: Magaly Carreño Mendoza Informante: Milva Moreira Santos, 54 años

Milva Liduvina nació en el sitio Las Cañas del cantón Chone, provincia de Manabí. Cuando era niña, ella escuchaba decir a su abuelita que en la orilla del Río de Oro siempre deambulaba un tigre. Este feroz animal andaba en busca de hermosas niñas que se bañaban en el río. Ella nunca lo había visto antes, así que pensó que era sólo una táctica de su abuelita para no permitirles salir a jugar. La pequeña Milva, curiosa y desobediente por naturaleza, no creía mucho en lo que su abuelita le contaba. Así que, de vez en cuando, mientras sus padres trabajaban en las cosechas de la finca, ella aprovechaba para escaparse e irse a jugar cerca del río. Un día empezó a llover muy fuerte. Todos estaban en la casa, pero en lo único que pensaba Milva Liduvina era en el río. La pequeña vivienda de caña quedaba a tan sólo unos pocos metros de distancia. Así que la niña sin permiso de sus padres, escapó llevándole a su primo. Su intención era saltar en los charcos que había dejado la lluvia y luego bañarse en las aguas del río. Así nadie sospecharía que habían jugado con lodo. Cuando terminaron de jugar, los niños se acercaron a la orilla del río y de pronto, escucharon un ruido extraño entre los matorrales. Se quedaron quietos y trataron de escuchar de dónde exactamente provenía el ruido. Por el sonido de la lluvia que caía, era un poco difícil saberlo. Por lo tanto, comenzaron a observar los arbustos con la esperanza de que pudieran divisar algo. Ciertamente, había algo moviéndose. Cuando de repente del otro lado de la orilla, vieron un tigre. Afortunadamente las aguas del río estaban crecidas con la lluvia. Ésa era una gran esperanza para los niños porque así el enorme animal no podría acercárseles. El tigre tenía una mirada tan profunda que dejó a los niños atónitos, acto seguido el animal se dio la vuelta y corrió desapareciendo camino arriba por la orilla.

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Esa fue la única vez que Milva Liduniva vio al tigre de los relatos de su abuelita y la última vez que ella fue al río sin la compañía de sus padres. Nunca podrá olvidar ese día, en el que comprendió que no siempre los adultos cuentan historias ficticias para atemorizar a los niños.


Manabí La dica con la tripa

Entrevistador: Jimmy Calle Chávez Informante: Yadira Molina Naranjo, 53 años

Había una vez una niña de bajos recursos económicos que vivía junto a su madre a las orillas del río. La madre tenía como costumbre enviar a su hija a traer agua del río, ya que en el lugar donde vivía, no había otro medio para hacerlo. Cada vez que la pequeña se dirigía al río, mientras recogía el agua salía un pececito de hermosos colores que danzaba en el agua y hacía una ronda a su alrededor. Esto se repetía diariamente por lo que el pececito y la niña se hicieron amigos. Ella le puso al pez el nombre de Dica. Un día, en su rutina de traer agua del río, la niña le trajo a su amigo una tripita para alimentarlo. Presurosa corrió hasta el río al encuentro con Dica, pero cuando sacó la tripa para darle como alimento, muchos peces se acercaron, entre ellos una grande y peludo, que al querer arrebatarle la tripa de la mano se la absorbió a la niña y la engulló. Dica hizo hasta lo imposible para recuperar a su amiga, y organizó a los demás peces amigos y lograron sacar a la pequeña del vientre del pez feo. Desde ese día en adelante Dica y la niña fueron amigos inseparables. _______________________________________________________________________

La serpiente de 7 cabezas

Entrevistadora: Magaly Carreño Mendoza Informante: Magaly Mendoza Guerrero, 56 años

Magaly Mendoza creció en una cálida casita ubicada entre las calles Córdova y Diez de Agosto, en el centro de Portoviejo. Justamente la parte trasera de esta calle colinda con el río del mismo nombre. Cuando era pequeña, acompañaba a su mamá a lavar la ropa en el río. Allí, mientras ella cogía el agua con un matiancho1, su mamá le contaba la fantástica leyenda de la serpiente de 7 cabezas. Escucha con mucha atención esta historia que te voy a contar de lo que muchas veces vi: Cuando todos estos terrenos eran vegas y las calles eran senderos, muchos animales habitaban aquí y fácilmente podíamos encontrar serpientes en los árboles o dentro de las casas. El invierno era cien veces más fuerte de lo que es ahora. Los ríos crecían mucho y traían en sus cauces cosas que jamás se habían visto. Un día mientras estaban en casa, empezó a llover fuertemente. De repente, se escuchó un ruido aterrador que provenía del río. Todo se encandilaba. En medio del río, se veía una luz sumamente resplandeciente y era más clara que la luz del sol al mediodía. Era la serpiente de 7 cabezas que pasaba por el lugar. Era blanca y tenía unos ojos sumamente penetrantes; tanto así que si llegaba alguien a mirarle a los a ojos, se quedaría ciego. Ella se llevaba a los niños desobedientes y nunca más regresaban. La serpiente adormecía a su presa con su sórdido canto y la atraía. Muchas veces vi a la serpiente de 7 cabezas que se deslizaba sobre el agua e iluminaba todo a su paso. Cuando los cauces de los ríos bajaron, el pasto se cambió por cemento y las montañas por edificios, la serpiente de 7 cabezas desapareció. No se la ha vuelto a ver desde entonces; pero sé que en algún lugar estará iluminando su paso y llevándose consigo a todos aquellos niños que son desobedientes.

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Recipiente.

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Mariquita y maricota

Entrevistador: Édgar Hinojosa Luna Informante: Mariana Vergara Intriago, 68 años

Era una familia que tenía dos hijas: Mariquita era la menor y consentida, muy bonita y delicada y Maricota que era grande y tosca. Mariquita no hacía nada por blanca y delicada y Maricota hacía todo por grandota y por ser la mayor. A Maricota le mandaban a lavar toda la ropa de toda la familia. Un día el padre compró tripas de res o mondongo y fueron a lavar al río. Sucedió que a Maricota se le soltó la tripa de las manos y se le fue por el río. Maricota fue río abajo buscándole mientras lloraba mucho. Se encontró entonces con una garza y le dijo de manera muy educada: “Señorita garza, usted que está aquí no vio pasar unas tripas por aquí.” La garza le contestó “Yo no he visto nada” y con su ala señaló “Anda y pregúntale al gallinazo que está tomando el sol en el río más abajo.” La pobre Mricota siguió río abajo, hasta que se encontró con el gallinazo y le preguntó, “Señor gallinazo, sea tan amable, usted que lleva rato tomando el sol en la orilla del río, no vio pasar unas tripas; el gallinazo asombrado la miró y le dijo “No, no he visto nada, pero sigue hasta abajo y pregúntale al caballo que está pastando en la orilla del río.” Maricota fue y preguntó al caballo desconsolada y llorosa, “Señor caballo, tenga la amabilidad, me podría decir si usted no vio unas tripas que se me fueron por el río y que eran para comer con mi familia, el caballo riendo le contestó, “Anda pregúntale al burro que está más abajo, tal vez él te pueda decir.” Maricota siguió su camino que parecía no terminar, cuando pensó que ya no podía más, se encontró con una pequeña casita donde vivía una pequeña hada.Maricota llamó a la puerta y le preguntó si no había encontrado una tripa que era la comida de su familia y de pronto, salió una diminuta mujer con apariencia de un hada que le botó algo a la cara como un lucero resplandeciente que brillaba en su frente. Se fue a la casa y le contó todo a su familia, pidiendo perdón por haber perdido toda la tripa. Mariquita tan bonita y consentida escuchó todo aquello y les dijo a sus padres que también ella iría al río a lavar la tripa y que a ella le tocaría algo más valioso por ser más bonita que Maricota. En el río, botó a propósito la tripa y siguió río abajo. Encontró a la garza y le preguntó de mala manera “Oye garza flaca y fea, no viste una tripa que boté al río”. “No”, dijo la garza y de forma severa dijo “Pregúntale al gallinazo.”. Se topó con el gallinazo y le preguntó en forma pedante y grosera: “Oye gallinazo feo y hediondo, que sólo te alimentas de lo podrido, no viste pasar unas tripas, que tiré al río.” “No” dijo el gallinazo y que se vaya y le pregunte al caballo. Al cual encontró más tarde. “Oye caballo feo y viejo, que te botaron por inservible, viste pasar unas tripas por el río.” El caballo le contestó que no, relinchando con furor, y le dijo que le pregunte al burro que estaba más abajo.

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Se encontró con el burro y le preguntó de manera asquienta: “Oye burro flaco, feo y sarnoso, viste pasar unas tripas que boté al río a propósito.” El burro rebuznando le


Manabí contestó que pregunte en la casa de más abajo. Fue y se encontró con la casita y sin golpear preguntó gritando: “¡Alguien en esta casa encontró en el río unas tripas que boté a propósito para llegar aquí!” Entonces, de adentro le botaron una cosa que le cayó en la frente, era una masa de carne que le colgaba de su frente. Mariquita llorando y desesperada fue corriendo a su casa y contó todo a su familia y no pudieron hacer nada, lo único que le dijeron es que tenía un tipa en la frente. De nada le sirvió ser más bonita y consentida que Maricota, si no tenía la dulzura y amabilidad de Maricota, lo que tenía en la cara era lo que se merecía por mala y envidiosa. Maricota tenía todo y era muy feliz, mientras que a Mariquita le tocó taparse la cara hasta su muerte. _______________________________________________________________________

Leyenda del mar de Puerto López

Entrevistadora: María Sabando Zambrano Informante: Carmen Zambrano Dávila, 50 años

Cuenta la leyenda de los habitantes de Rio- Chico en Salango, parroquia de Puerto López, que hace mucho, no se sabe cuánto, un pescador de apellido Guillén se enamoró de una sirena que siempre salía en las noches y se sentaba sobre una piedra flotante a peinar su hermosa cabellera. El hombre que acostumbraba a realizar su labor de pesca solo y en su canoa, había contado a su mamá que cerca de la Isla de la Plata, en una roca flotante, había visto la aparición de una sirena hermosa con unos cabellos negros, brillantes y muy largos los cuales los peinaba con relucientes peinetas de carey y concha perla. Locamente enamorado desde el primer momento en que la vio, Guillén no volvió a hablar de otra cosa. Su único problema era pensar cómo podía vivir junto a ella, si pertenecían a mundos diferentes: él a la dura tierra y al invisible aire y ella, a las azules aguas y a la profundidad submarina. Una noche salió a navegar sin rumbo fijo y divisó al buque fantasma que según las creencias de los abuelos, es una luz del “espíritu maligno que aunque nunca se llevó gente, amenazaba con llegar y luego se hacía nada.” Lo vio navegar de norte a sur y comprendió que de acuerdo a la leyenda de la vida, mientras no exista una ruta trazada y una meta, jamás se arribará a ningún puerto. Otra ocasión, teniendo como techo a las estrellas en la silenciosa quietud de altamar, llegó hasta sus oídos un bello canto mágico, lo reconoció al instante, era el canto del que los viejos pescadores de Puerto Cayo, amigos de su padre y de su abuelo, del que tantas veces habían hablado, es el canto que oyen los pescadores, mientras añoran el regreso a tierra firme y el calor del hogar, era el canto del mero, un pez enorme que no canta con frecuencia y al que solo escuchan quienes tienen el corazón repleto de amor y de nostalgia. El pescador, con la plena certeza de que el amor vuelve posible lo imposible y convierte en realidad cualquier sueño, volvió a la roca flotante en la que le esperaba la sirena y abrazándola, se adentró al fondo del mar donde, desde entonces, vive feliz.

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La Flor

Entrevistador: José Cobeña Álava Informante: Pedro Indacochea, 87 años

Para llegar a la parroquia El Anegado, hay que caminar aproximadamente veinte minutos o cinco minutos en transporte. Cuenta la leyenda que un viajero que llegaba de la ciudad de Guayaquil se quedó aproximadamente a las once de la noche, pero a esa hora no había carro que lo llevara a la parroquia, por lo que optó por caminar en la oscura noche. Para llegar al Anegado se quedaba en el recinto Pan y Agua, allí los pobladores dormían plácidamente después de una larga jornada de trabajo. El viajero avanzaba de prisa, pues no había energía eléctrica y al llegar al puente, comenzó a escuchar ruidos que salían de los cafetales, perecían cadenas que arrastraban por las hojas secas de los árboles y le dio un gran temor. Él quiso correr, pero no pudo. Al ir por un callejón volvió a escuchar el mismo ruido, pero con mayor intensidad. Sintió que su cabeza se le hacía más grande y que sus ojos se salían. Siguió el trayecto y al llegar a un lugar denominado “el Pechiche”, se llamaba así por un árbol que había de esta fruta, escuchó el mismo ruido con voces que salían de la oscuridad como también un fuerte olor de una flor, que nadie sabía qué mismo era. Ese olor se quedaba impregnado en la ropa de los transeúntes de la noche. Debo confesar que alguna vez en mis caminatas de juventud, regresaba a media noche a casa y pude percibir ese olor inexplicable, escuchar el ruido que salía de los cafetales y sentir que la cabeza se me transformaba. Nunca se pudo descubrir este misterio; sin embargo, son leyendas que han quedado en nuestra mente como recuerdo. ¡Qué cosas, no! _______________________________________________________________________

Leyenda del hueso de vaca

Entrevistadora: Olga Arteaga Jaramillo Informante: María Solórzano Vera, 50 años

En la que hoy es la parroquia de Canuto, perteneciente al cantón Chone, Provincia de Manabí, existe un sitio llamado “Hueso De Vaca”. Cuenta la historia que en dicho lugar vivía una pareja que tenía una hija llamada Dulce María, la misma que era devota de la Virgen Del Carmen. Cerca de su casa, vivía un hombre muy malo que decían que tenía “pacto con el diablo”. Él se enamoró perdidamente de Dulce María, pero la amaba en silencio y nunca se había atrevido a decirle nada por temor a ser rechazado. En cierta ocasión los padres de Dulce María salieron al campo a recoger frutas dejando a la joven sola en la casa, le aconsejaron que no saliera de la casa por ningún motivo, pero la joven no hizo caso del consejo de sus padres y salió al jardín a cortar unas flores para la Virgen.

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Manabí

Cuando decidió regresar a la casa, escuchó un ruido extraño y al dar la vuelta, observó un enorme toro negro preparado para envestirla, al percatarse Dulce María echó a correr y el toro fue atrás de ella. Ya parecía que le alcanzaba, hasta que cansada de correr y llena de terror, cayó muerta en una mancha de caña donde crecía un gran “matapalo”. Cuando sus padres regresaron, le llamaron sin obtener respuesta. Desesperados salieron a buscarla al monte y allí la encontraron muerta. Cerca de ella estaba una vaca negra y en el ambiente había un gran mal olor de azufre. Los padres de la niña la llevaron y llamaron al sacerdote de Canuto, quien regó agua bendita toda la casa y al bendecir el cuerpo de la niña, se sintió en el patio una fuerte explosión y la casa se llenó de un olor a azufre. Después de varios días, como en esa casa la familia no daba señales de vida, los vecinos se preocuparon y les fueron a buscar. Se cansaron de llamar y como la puerta estaba cerrada, los vecinos hicieron fuerza para abrirla. Al hacerlo, vieron con gran preocupación que allí solo había huesos de vaca. Desde entonces ese lugar que pertenece a Canuto se llama “HUESO DE VACA”.

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La dama vestida de blanco

Entrevistador: Boris Proaño Informante: Raúl Viveros Arias, 50 años

Contaban los mayores que en la vía a Manta, cuando ya era bien de noche e incluso creo que en la madrugada, algunos choferes que estaban solos, veían en la orilla de la carretera a una hermosa mujer vestida de blanco que les pedía que le lleven. Como siempre, algunos hombres pícaros se arriesgaban y la llevaban. La dama hacía insinuaciones para que le presten la chompa porque hacía frío. Cuando le dejaban en el lugar que ella decía, se despedía diciéndoles que regresen al día siguiente para devolver la chompa. Cuando los conductores volvían al día siguiente, se asustaban porque al preguntar por la señora de blanco, nadie daba razón de ella. Algunos choferes daban por perdida su chompa, pero otros en cambio, averiguaban sobre esta mujer a los vecinos. Los vecinos les enviaban al cementerio de la ciudad y sobre la tumba de una fallecida mujer encontraban la chompa. Los mayores también decían que esto por lo general, les pasaba a los mujeriegos y con esto nunca más engañaban a sus mujeres. _______________________________________________________________________

Las hojas de bollo

Entrevistadora: María Sornoza Garay Informante: Liliana Garay Cevallos, 51 años

Érase una vez una familia conformada por madre, padre e hijos. Cuatro hijos, si bien recuerdo. Esta familia tenía algo muy particular: la pereza. Un día la pereza era tan grande que nadie quería cocinar, así que compraron bollos (tamales) ya listos para comer; y como todos tenían pereza, nadie quiso ir a botar las hojas de los bollos a la basura. Así que decidieron acostarse a dormir con la condición de que el primero que hable, se tendría que levantar a botar las hojas.

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La pereza se apoderó más de ellos, todos estaban en completo silencio, acostados en el piso mientras el día transcurría. Los vecinos al verlos tirados en el suelo, comenzaron a preocuparse, pero todo era en vano, nadie hablaba ni una sola palabra.


Manabí Se reunió la gente del barrio y pensando que estaban muertos, cavaron un gran hoyo y empezaron a lanzar a los miembros de esa familia: primero la mamá, y luego el hijo; pero al caer el muchacho al hueco golpeó muy fuerte a su madre y ésta gritó –¡AY!– Entonces se fueron levantando, uno a uno los miembros de la familia, diciendo muy contentos: –¡Ud. bota las hojas mamita, Ud. bota las hojas! Muy interesante el cuento, no lo había escuchado. –¿Quién se lo contó? –Mi abuelita, ella siempre nos enseñaba con cuentos e historias.

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Historia del patrono de la Parroquia Charapotó

Entrevistadora: Karen García Mero Informante: Oswaldo Olmedo, 68 años

La historia cuenta que la parroquia Charapotó tenía una capilla muy pequeñita y tenían ahí al patrono que era San Esteban. A este santo lo encontraron en una quebrada que bajaba del cerro Centinela en forma de una piedra. Llegó un tiempo en que la capilla era demasiado pequeña y optaron por destruir una iglesia, por eso sacaron al santo y lo llevaron a otro lado. Pero para la sorpresa de todos, al día siguiente, el santo aparecía en el mismo lugar del que lo habían sacado o sea de la quebrada donde estaba la capilla vieja. La gente asustada pensaba que era alguna persona que lo llevaba, por lo que decidieron amarrarlo por todos los lados para que así no lo pudieran soltar. Pero la sorpresa fue que al siguiente día, el santo nuevamente había regresado al mismo lugar. Llegaron a la conclusión de que el santo no quería ser movido del lugar donde fue encontrado. Y optaron por hacer la iglesia en ese mismo lugar. Hasta la actualidad, la iglesia sigue en el mismo lugar donde el santo decidió quedarse. Y por ese motivo la parroquia se llama “SAN ESTEBAN DE CHARAPOTÓ”. _______________________________________________________________________ Entrevistador: José Cobeña Álava

La Lutona

Informante: Claudio Indacochea, 50 años

En la parroquia El Anegado del cantón Jipijapa, en la mayoría de sus recintos, era muy usual en el atardecer lluvioso con tiniebla y frío ver pasearse a las madres con enfado de un lugar a otro porque los muchachos juguetones del recinto Pan y Agua no llegaban a casa a la hora de la merienda. Pues si tardaban más de lo necesario, se los podía llevar la Lutona a la montaña donde tenía su casa. La Lutona era una mujer que andaba rondando las casas del poblado. Su aspecto era terrorífico, siempre andaba con los cabellos largos y despeinados. Llevaba en su espalda un pesado saco donde guardaba ropa, comida, zapatos y niños que

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se llevaba cuando estaban malcriados. Se llevaba a los niños que eran llamados por los padres y no hacían caso o simplemente “se cargaban cosas”2 en las casas que visitaban. Nadie conocía la casa donde ella vivía, nadie podía llegar por ser un lugar inaccesible. Entonces los niños de todos los recintos escuchaban esta espeluznante historia y evitaban portarse mal con los mayores –hoy les pegan a los padres- y cuando se portaban malcriados/as o no querían dormir, la madres o el padre decía: “Ya mismo llamo a la Lutona, para que te lleve por malcriado/a”. Al oír esto, el temor se apoderaba de los niños y de un momento a otro dejaban de llorar ipso facto3 o corregían las faltas que habían cometido. Esta historia me lo contaron mis padres y hoy forma parte de una leyenda en mi ser, que siempre viene a mi memoria, a pesar de que no la tomo para educar a mis hijos.

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2

Regionalismo que significa robar

3

Latinismo que significa en el acto.


Manabí TRADICIONES Y COSTUMBRES Los Chigualos

Entrevistadora: Olga Lidia Arteaga Jaramillo Informante: Martha Vera Intriago, 76 años

Entre las tradiciones más arraigadas de nuestro cantón y que son conocidas por todos tenemos: los chigualos. Esta tradición empezó por el año 1930, se inició como un homenaje al nacimiento del Niño Dios. Consiste en realizar una reunión de tipo religiosa-social, en donde el anfitrión recibe a los vecinos e invitados. El 24 de Diciembre, cuando inicia la noche, el dueño de casa esconde la imagen del Niño Dios. A la medianoche se empieza cantando villancicos, versos y rondas. Luego todos los invitados con una vela encendida en la mano, empiezan a buscar la imagen del Niño, la persona que lo encuentra será el padrino para el próximo año. Luego de esto se sigue cantando, y los invitados dan ofrendas al Niño. Todo esto se conoce como la subida del Niño Dios. La fiesta de los chigualos culmina con la bajada del Niño Dios. Ésta se realiza el 6 de enero, comienza la noche con el canto de los versos, las rondas y los estribillos hasta la medianoche, luego se reparten los aperitivos, y los padrinos guardan al Niño. Y empieza el baile toda la noche. _______________________________________________________________________

Versos Aquí estoy parado con mucho reposo, cantándole al niño porque es milagroso. Este pesebre no tiene reloj, para ver la hora que el Niño nació.

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Rondas Estaba la pájara pinta sentadita en un verde limón. Con la pata coge la rama, con el pico coge la flor, ¡ay, ay…ay! ¿Dónde estará mi amor?

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El coco ardiente

Entrevistador: Ricardo Paúl Rodríguez Kuffó Informante: Richard Rodríguez, 60 años

En la época de Navidad, en el popular barrio “La Grecia “ del cantón Chone, se acostumbraba en la víspera de Navidad a reunir a todos los niños para la realización de juegos populares como la caña ensebada, pero “el plato grande”4 de la noche, era el coco ardiente. Era un coco viejo embebido en gasolina con dos días de anticipación. En el momento de realizar el juego, lo encendían en llamas y al calor de las emociones propias de la fecha y de la candela incandescente, todos nos prestábamos a dar de puntapié al coco encendido, despertando en nosotros alegrías y emociones, y muchas veces hasta el morbo mal intencionado para patearlo con dirección a un compañero de juego. Era un éxtasis de sensaciones de dicha y felicidad. Aquí se reunían distintas clases sociales y en el ambiente se respiraba paz y armonía que conjugaban con la fecha. Aquellas épocas, el punto de reunión era donde el Sambito, como cariñosamente le decíamos, él era quien apadrinaba estos juegos. Era un hombre de la tercera edad que ya no se encuentra entre nosotros. Aún se acostumbra todos los 24 de Diciembre patear al coco ardiente. Solo espero llevar a mi hijo en Nochebuena, para que también él sea partícipe de esta hermosa costumbre navideña. _______________________________________________________________________

Velorio de San Antonio

Entrevistador: Jairo Del Valle Mosquera Informante: Daisy Mosquera Arauz, 55 años

Doña Daisy nos narra la costumbre que se tiene en esta provincia llena de mitos y tradiciones como es el velorio de “San Antonio”. Aquí en Manabí hay celebraciones que realizan muchas familias y que han pasado de generación en generación. Consideran que San Antonio es un santo que cumple con lo que se le pide, dicen que hace aparecer las cosas extraviadas. Para que cumpla las peticiones, hay que hacer muchas cosas como: ubicarlo de cabeza, quitarle el niño que tiene en sus brazos. Dicen que éstas son formas de amenaza para que cumpla la petición que se le hizo. Dice que desde que tiene uso de razón, en su familia cada año hay celebraciones por el santo. Cuentan que es más celebrado por los hombres que por las mujeres porque les ayuda a conseguir mujer. Ella observaba que su padre cada día le prendía una veladora y se iba a su trabajo y a él no le faltaban las mujeres. También una vez se había perdido una vaca y su mamá prendió una veladora a San Antonio, y después de esto apareció la vaca. Por todo esto, mi familia celebra religiosamente cada 13 de junio un gran velorio.

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Significa la actividad más importante.

Para esto mi familia escoge un animal y lo cría para el siguiente año. A la celebración asiste mucha gente, se buscan padrinos que llevan muchos dulces y hay mucha comida. El día anterior a la celebración, desde el mediodía se realizan juegos


Manabí deportivos en los que se reúne toda la familia. A las seis de la tarde, empieza la caminata con el santo. Salen de la casa de otro familiar o de un vecino hasta llegar a la casa de mis padres, allí se reza, canta y lo velan hasta las doce de la noche que comienza el baile conocido por muchos como “bailorio”. Así se realiza la gran celebración cada año a la que asiste mucha gente. _______________________________________________________________________

Las curtiembres

Entrevistadora: Lilián Chávez Mendoza Informante: Segundo Zambrano Macías, 73 años

Don Segundo Primitivo Zambrano Macias es un hombre muy alegre. Desde la comodidad de su hogar nos cuenta cómo se inicio el negocio que por tradición heredó de sus antepasados. Nos cuenta que en los años 20 en la parroquia Colón de la provincia de Manabí, sus familiares habían empezado con el negocio de las curtiembres de pieles, que era algo muy rústico en ese tiempo y que la mayoría de los vecinos colonenses criticaba, pues el olor que emitían las pieles del ganado era realmente fuerte y nauseabundo. Él era un niño cuando su padre, junto a su abuelo, hacía esta labor. Cuenta que su padre había formado una familia con doña Asunción Macías Mendoza, una mujer de belleza infinita, mientras que su padre era un borrachín empedernido, con el que procrearon 10 hijos. Después de la muerte de su abuelo, su padre fue el heredero absoluto del negocio que con mucho sufrimiento llevaba su padre, don Primitivo Zambrano. Don Segundo Primitivo Zambrano Macías, nació en 1938 era uno de los mayores de los 10 hermanos, en esos tiempos nos dice que para las familias era un negocio tener hijos, pues se libraban de pagar peones en tiempos de sembríos. Pero, lo que era realmente duro, era la curtiembre. Ellos eran todos hijos varones, pero a ninguno le gustaba aquel negocio. Anhelaban crecer y dedicarse a otro menester. Él soñaba cada noche con irse de aquel lugar, recorrer el mundo y buscar la libertad. Los años pasaron, a él y a todos sus hermanos jovencitos y vanidosos, les gustaban mucho las muchachas del lugar. Las fiestas no eran su diversión, pero allí conoció al amor de su vida. Lo que sí le molestaba era el negocio en el que estaba por obligación de su padre. Siempre salía los sábados y domingos, pues eran los días de feria en Santa Ana, Sucre y Ayacucho. En ese lugar los vendedores de reses negociaban las pieles de los animales que sacrificaban de una forma inhumana, pero se había hecho ya costumbre y realmente le parecía muy natural a don Segundo Primitivo. Como nos cuenta, era en los días de las fiestas en los que él no trabajaba, y para salir se bañaba, pero era muy difícil que olor que deja la curtiembre se le saliera, era algo que se impregnaba casi que en cada poro de la piel, por este motivo renunciaba a salir. Pero no dejaba de soñar en que pronto al cumplir su mayoría de edad, se iría al ejército para librarse de aquella esclavitud, con la que no solo era el negocio lo que le atormentaba, sino también su padre que era un hombre bebedor y al que tenía que arrastrar cada semana al terminar la feria.

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Llegó el día de su mayoría de edad, fue su madre la única que lo felicito, pronto vendrían por él. El ejército cada semana hacía el reclutamiento en las cantinas de los barrios, ésa sería su oportunidad. Así fue, una tarde todos los vecinos corrían despavoridos a esconderse, habían llegado los verdes como le decían por aquel entonces a los militares. Él se despidió de su madre y se enroló en la conscripción, vio correr lágrimas por las mejillas de su madre y le prometió que volvería. Fueron muchas las anécdotas vividas en ese año de conscripción, desde limpiar pisos hasta hacer de cocinero, pero siempre muy feliz, era una experiencia diferente, y fue entonces que decidió no regresar a su natal Colón. Así que de las dos muchachas con las que mantenía romance se decidió por la que más amaba y le propuso matrimonio. Fue Aura Yolanda Zambrano Chica la que le dio el sí, así que antes de que terminara la conscripción, había hechos planes de dónde residiría, y escogió Santo Domingo de los Táchalas, en esos momentos de los Colorados. Fue en los años de 1960 cuando se unió con doña Yolanda, con quien emprendería la gran aventura de su vida. Empezó siendo empleado de una compañía constructora. Abrían una carretera desde Quito a Santo Domingo, una labor muy ardua, pero que con mucho gusto hacía don Segundo Zambrano. Cada tarde llegaba donde su amada, le contaba todo lo que ocurría, paso a paso, detalle a detalle, estaba muy contento. Si todo seguía así, en un año podría pensar en comprar un terrenito. Más tarde, las cosas se pusieron difíciles, vino una sequía terrible en la provincia de Manabí, y su padre agonizante lo mandó a llamar, era hora de cumplir con la voluntad de su padre había que ir a su llamado. Al llegar a su natal Colón, nada había cambiado, las calles polvorosas, el olor nauseabundo de la curtiembre de pieles, todo estaba ahí. Su padre a punto de fallecer, le hizo prometer que cuidaría de su madre y de sus hermanos menores uno de ellos con problemas de retardo mental. No podía dejar de cumplir con la última voluntad de su padre, volvería a la curtiembre, la que administraría con total éxito. Buscó nuevos mercados, viajó a Ambato, miró cómo se tecnificaba el negocio, y trajo ideas. El negocio empezó a crecer, paralelo a esto adquirió tierras las que cultivó y fueron prósperas. Nunca descuidó a su madre hasta el día de su muerte ni a sus hermanos. Actualmente sigue con el negocio de pieles, vive cómodamente en la casa de sus sueños y dice que su vida de comodidades se la debe a la curtiembre. _______________________________________________________________________

El día de los difuntos

Entrevistadora: Magaly Carreño Mendoza Informante: Nieta de Luis Mendoza, 89 años

Cuando yo era niña, mi abuelito solía contarme muchas historias aterradoras que le habían sucedido a lo largo de su vida. En la costa, tenemos la costumbre de decir que el campo de noche es pesado porque ocurren cosas misteriosas relacionadas con fantasmas y muertos. La mayoría de ellas está relacionada con el día de los difuntos.

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Manabí El rito empezaba temprano en la mañana. A las siete en punto, los hombres de la casa se dirigían al cementerio a pintar las tumbas de sus seres fallecidos. Al mediodía, toda la familia concurría con flores y velas para honrar a los muertos. La luz de las velas nunca debía extinguirse, por eso, todos nos sentábamos alrededor para observar cuando una vela estuviera próxima a apagarse, para encender otra en su lugar. Nos daban turnos a los niños más grandes para cuidar los paquetes de velas. Nosotros nos quedábamos hasta las doce de la noche y en ocasiones hasta la una de la madrugada. Mi abuelito, en cambio nos relataba que en su época de juventud, la situación era muy distinta. A las doce de la noche todos deberían estar en sus casas durmiendo, con la puerta y ventana cerradas. Sus padres le decían que si no hacía eso, las almas de los condenados se los llevarían a un lugar desconocido y andarían errantes por el resto de su vida como un ánima. Pero un día, tal era su curiosidad que no le importó arriesgarlo todo. Esperó que todos estuvieran dormidos, y al escuchar las campanadas de la iglesia que indicaban las doce de la medianoche, se levantó. Sigilosamente se dirigió hacia la ventana, corrió la cortina floreada de hilo y entre las latillas de caña entrecruzadas, observó en medio de la calle una procesión. Siluetas de personas adultas vistiendo batas blancas caminaban en medio de la polvorienta calle de tierra y cada uno llevaba una vela encendida entre sus manos. En esa época, no había luz eléctrica. Ellos se alumbraban con lámparas de kerosene y lógicamente, la ciudad dormía en total obscuridad. Presenciar una escena como ésa era una situación sumamente aterradora. Mi abuelito no osó en volver a desafiar a los muertos vivientes. Él se consideraba afortunado de que su alma no haya sido llevada. Lo atribuía quizás a un poco de suerte, pero más que eso, a las oraciones que hizo con tal devoción que le dieron la fuerza necesaria para correr y meterse en su cama cobijándose totalmente de pies a cabeza. Muchas historias hemos escuchado, pero mi abuelito me aseguró que lo que él vio aquella noche, realmente sucedió. _______________________________________________________________________

Varias costumbres de antaño

Entrevistadora: María Bravo Bravo Informante: Sebastián Mejía Vera, 99 años

Nuestras costumbres eran distintas a las de ahora. En el año 1919 se realizaban las fiestas de San Pedro y San Pablo, realizaban procesiones en honor a los santos, luego se iban a sus casas a servirse dulces, chicha, mistelas rompope entre otros. Los agricultores se dedicaban a cosechar algodón, higuerilla, arroz, maíz, tagua, etc. Tenían que sacar sus productos en caballos o en los brazos. Las personas eran más estrictas con sus hijos, les castigaban con látigo de cuero de vaca. En la cocina se utilizaban ollas y platos de barro, cucharas de mate y allí se servían los alimentos. _______________________________________________________________________

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Fiestas del patrono “San Jacinto”

Entrevistadora: Magaly Carreño Mendoza Informante: Herida Zambrano Ávila, 68 años

Es tradición de nuestra parroquia celebrar a nuestro patrono “San Jacinto”. El 14 al 16 de agosto de cada año, se realizan las fiestas religiosas de nuestra comunidad. Se llevan a cabo diferentes actividades, entre ellas: La fogata bailable, la elección de la Srta. Patronato, juegos deportivos y populares como: el ensacado, la caña encebada, la olla encantada, el huevo en la cuchara, etc. Pero lo más esperado sin duda alguna, son los desfiles folclóricos del 16. Diferentes comunidades con sus instituciones, y el pueblo en general, se unen para este evento. Todos desfilan haciendo remembranza de tiempos pasados. Yo me vestí, en algunas ocasiones, de mendigo, de campesina, y hasta, con un traje típico de la sierra. Personas disfrazadas de montubios pasan frente a la tribuna de las autoridades. Y al sonar de sus machetes, van cantando sus amorfinos5. A continuación les contaré algunos: Malaya6 quien dice amor pudiendo decir veneno, Malaya quien se enamora de mujer que tiene dueño.

Chiquitita te buscaba chiquitita te encontré, chiquitita de mi vida yo nunca te olvidaré.

Malaya quien dice amor pudiendo decir veneno, sabiéndomela gozar la gozo mejor que el dueño. Me mandaron a coger tres cogollos de piñuela, a mí no me hablen de amores porque soy niña de escuela.

También los grupos de danzas que al ritmo de “Chone Lindo” hacen mover sus amplias faldas. Frente a cada escuadrón, una digna representante luce un vestido elaborado con hojas y semillas de los diferentes productos que se cultivan en nuestra zona. De entre las cuales se escoge el mejor traje típico. En la feria de comida típica de nuestra “VILCABAMBA MANABITA”, (conocida así por la longevidad de sus habitantes), se exponen varios platos típicos que nunca faltan en la mesa de un alfarense: la tonga y tamal de pato, caldo y seco de gallina criolla, el inigualable suero blanco, la rica natilla, fritada, o el manjar de leche sobre una tajada de queso fresco. ______________________

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5

Los amorfinos son composiciones poéticas o canciones de origen popular; pertenecen a la tradición oral de los pueblos en donde, a diferencia de las coplas, mezclan lo romántico y los sentimientos producidos por el amor.

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Significa “maldita sea”.

La entrevistada dice: -¡Con gusto! invito, en nombre de la comunidad entera, a ser partícipes de nuestras festividades. “¡VIVA ELOY ALFARO, CARAJO!”. _______________________________________________________________________


Manabí Costumbres de antaño

Entrevistadora: Mariuxi Burgos Vera Informante: Elías Zambrano, 76 años

Una costumbre de mi pueblo antiguo, porque ahora todo cambió, era que nunca se les cancelaba dinero alguno a los trabajadores por realizar faenas agrícolas. En las fincas, haciendas o parcelas, los hombres de varias familias, “hacían cambio de brazo”, es decir que ayudaban a la familia vecina, ya sea pilando arroz, cogiendo café o trabajando al machete. Y ésta a su vez, cuando llegaba la siguiente semana, iba a ayudar a trabajar a otra familia del sitio, prestando sus brazos. Los desayunos servidos a los trabajadores se componían de una mesa repleta de pan de almidón, tortillas de maíz, pan seco, huevo duro, la taza de café, leche, chocolate, queso rallado y en tajadas, sal prieta, maní quebrado, mantequilla de vaca y el plátano asado. Así cada uno escogía qué comer. En cada día de trabajo, comían en una mesa alrededor de 25 a 30 trabajadores. La mujer de la casa era la encargada de dar de comer a los pollos, chanchos y en ocasiones, que el esposo tenía que trabajar al machete o en las alambradas, era ella quien ordeñaba las vacas y hacía el queso. Luego de eso ordenaba la casa, hacía el almuerzo y lo llenaba en una alforja llena de tongas y el jugo en un bototo7. Enviaba hasta donde estuviera su esposo y los trabajadores. Si no había con quien enviar, iba ella con su alforja al hombro. No obstante, su labor no terminaba allí. Atendía a sus hijos en todo el sentido de la palabra “madre”. Y aún así le sobraba tiempo para tostar el café y el maní por las noches, que serían servidos en el desayuno de la mañana siguiente. En casa siempre se cuidaba que las prendas íntimas estuvieran en un lugar aparte, las de salir y las de estar en casa. Por ejemplo, si la familia salía de paseo, se ponían los interiores nuevos, pero al retornar a casa, era la costumbre cambiarse inmediatamente, lavar los de salir, para nuevamente guardarlos. En tiempos de Semana Santa, en una casa se reunían de 3 a 4 familias, para recordar la muerte de Cristo. Se trabajaba solo hasta el día miércoles a las 10 am. Y el resto de tiempo se guardaba en casa, para rezar o velar el Cristo en caso de no haber rezadora.¡QUÉ TIEMPOS AQUÉLLOS, NO! _______________________________________________________________________

Fiesta de San Pedro y San Pablo

Entrevistadora: Teresa Medranda García Informante: Gualberta Lozano Farías, 63 años

En el Cantón San Vicente ubicado en la zona norte de la Provincia de Manabí, en el tan nombrado barrio Unidos Somos Más, se celebra la tradicional fiesta de San Pedro y San Pablo, santos que son festejados con fervor y alegría. Tradicionalmente año a año, en el mes de junio, en el Palacio de León Farías, el Presidente Blanco y el Presidente Negro junto a su comitiva o gabinete y a los mayordomos que son los dueños del Palacio, se organizan para recoger fondos y hacer el festejo. ______________________ 7

Calabaza.

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En los días de la fiesta, los Presidentes Blanco y Negro y los padrinos y madrinas brindan a todas las personas que asisten a esta celebración, dulces, rompope y comida típica de nuestra zona, como es el arroz con gallina criolla como signo de ofrenda y agradecimiento a los santos. Además, se elige la Reina de San Pedro y San Pablo, quien será la encargada de festejar a los niños de este sector para hacerlos parte de estos festejos tradicionales. Estas fiestas tienen una duración de 3 días y 2 noches. En la segunda noche se realiza la procesión, que consiste en cargar a los santos en los brazos por todo el pueblo, vestidos con algarabía y con sus mejores atuendos, acompañados de juegos pirotécnicos y banda de músicos. Los presidentes se ubican dependiendo del color que representan: a la izquierda el Presidente Blanco con su comitiva que lleva a San Pedro y su llave, abanderados y flameando las banderolas blancas que simboliza el Agua y la Paz; a la derecha el Presidente Negro con su banda presidencial de mil colores y su comitiva que llevan pendones rojos y una serpiente en el Centro, para que San Pablo los proteja. Llegada la procesión empieza la fiesta. La fiesta antiquísima da a los blancos la oportunidad de entregar el poder a los negros y éstos compensan esa hospitalidad con algarabía, que pone al mundo de revés, que es el sentido de estos festejos. En estos festejos se cree que quien se burla, o quienes están en contra de estas celebraciones, se les presentará la culebra de San Pedro para recordarle que con ella no se juega. Hay personas que vienen desde el exterior, proyectan sus viajes para estas fechas, para cumplir con mantas o cumplir con promesas que han realizado al santo y dura 4 años consecutivos. El tercer día de estas fiestas, al caer la tarde, llega la hora de festejar a los niños del barrio. Se organiza junto con la Reina de San Pedro y San Pablo los tradicionales juegos populares como son: la carrera de burros, carreras de los ensacados, el tragón, el come piola, el baile del huevo en la cuchara, el baile del tomate, la famosa caña ensebada y finalmente encuentros deportivos. Estas celebraciones brindan hospitalidad a los turistas y visitantes, quienes se llevan una buena imagen del Cantón San Vicente, y ocasiona que éstos vuelvan porque son celebraciones muy efusivas y se las vive con alegría y sobre todo con toda la familia. _______________________________________________________________________

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ManabĂ­

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MORONA SANTIAGO


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CUENTOS Y LEYENDAS El Yashaco

Entrevistador: Enrique Herrera Barros Informante: Irma de Lourdes Guzmán

Desde que éramos niños, siempre se ha escuchado sobre la existencia del Yashaco, que era un ser humano que andaba desnudo y lleno de llagas en todo su cuerpo. Él deambulaba por las orillas del río para refrescarse en sus aguas y apagar el calor de sus dolencias. Cargaba una soga y un machete. Siempre era temido porque se decía que mataba personas, de quienes utilizaba su sangre para aplicarse en sus llagas porque ésta le calmaba el dolor. Recuerdo que en mi infancia íbamos a bañarnos en el Río Indanza, nos daba mucho miedo ya que teníamos que internarnos en la selva para llegar al río, también teníamos que cruzar algunas quebradas y se decía que ese hombre frecuentaba esos lugares. En algunos momentos, el susto era casi incontrolable solo de imaginarnos que el Yashaco anduviera cerca y fuéramos víctimas de sus crímenes. Un día encontramos restos de ropas y un balde, de tanto miedo que nos dio, nos tomamos de las manos entre los amigos y seguimos caminando. Bueno, otro día más que tuvimos suerte, pues no se apareció el Yashaco. Mis abuelitos siempre nos contaban del Yashaco, ellos decían que sí lo habían visto y que habían escapado de él. Decían también que atacaba a las personas que caminaban solas. En la comunidad se escucha sobre su existencia especialmente, a las personas adultas mayores. _______________________________________________________________________

Nacimiento del Río Upano

Entrevistadora: Silvia Chanalata Informante: David Chacha, 80 años

Las primeras personas que se asentaron en la ciudad de Macas, cuentan que producían trago para intercambiar con comida en los pueblos cercanos a la ciudad de Riobamba. Por esto, las personas tenían una pica1 para viajar. Comentan que se reunía un grupo para viajar. Preparaban sus 25 litros de trago, su maleta de cobijas, ropa y su fiambre, que consistía en chifles de verde, carne bien frita o seca, una porción de máchica y panela; entonces empezaba el viaje. Caminaban cargados ese contenido. Tenían ciertos lugares para descansar y comer y tenían cuevas para dormir cuando llegara la noche. Para llegar al sitio de intercambio de productos, debían cruzar la Laguna Negra, en la que sus aguas venían bramando haciendo como olas y espuma.

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Camino.

Es por eso que a las personas que viajaban solas, se les tragaba la laguna, por lo cual las personas de la ciudad de Macas viajaban en grupo. Esto empezó a preocupar a la gente de los pueblos cercanos, que decían que escuchaban ruidos y se perdían las personas que iban solas.


Morona Santiago

Se pusieron de acuerdo todas las personas que viajaban de los pueblos cercanos, para realizar una misa por las almas perdidas cerca de la laguna. Comentan que por la noche empezó a tronar y se escuchaba que bramaba y que hubo sacudones de la tierra. Al siguiente día, las personas cercanas al sitio se fueron a ver qué es lo que había ocurrido. Entonces vieron que hubo una salida de la laguna, algo parecido a un camino como de culebra. Desde ese entonces, por esa salida nace el río Upano que se cruza antes de llegar a la ciudad de Macas. _______________________________________________________________________

La existencia de los seres del sol y la luna

Entrevistador: Nelson Tito Torres Carreño Informante: Galo Pichama Atsuchi, 65 años

La cultura del pueblo shuar está basada en muchos mitos o leyendas que los mayores contaban a sus hijos para sacar algunas conclusiones que les servirían durante su vida. Con este fin, nuestros mayores han venido contando estas narraciones a sus hijos hasta nuestros días. Yo he grabado mentalmente la mitología, por ejemplo “la existencia de los seres del sol y la luna” Al sol en la cultura shuar le decimos Etza y a la luna, Nantu. En la mitología se dice que los dos eran hermanos varones, no como en la cultura hispana que

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dice que el sol es varón y la luna es mujer. La mitología dice que los shuar vivían amenazados por unos gigantes que se llamaban iwias quienes los cazaban para comérselos. Cierto día, el iwias no podía capturar a los hombres fácilmente, por lo que empezó a colocar trampas en los senderos por donde caminaban los shuar. Esas trampas eran hierbas malas (curich), que iban cultivando en los senderos por donde caminaban los shuar. Ellos tal vez no conocían ese tipo de hierbas que al tocar la piel, en forma misteriosa se multiplicaban y enredaban a los shuar, por lo que no podían moverse ya que esas plantas cortaban la piel del ser humano y quedaban atrapados, inmovilizados. Entonces pasaba el iwias con un tremendo bolso, primero mataban a los shuar absorbiéndoles el cerebro, luego iban cosechando hombres desde sus trampas y colocándolos en sus bolsos. Cierto día, cayó en su trampa una bonita mujer que se llamaba Huanunpá -actualmente huanunpá es una pequeña mosca amarilla-. Esperó la llegada del iwias que pasaba cosechando a los shuar que caían en la trampa, y cuando llegó el iwias quiso matarle absorbiendo el cerebro, pero Huanunpá le suplicó mucho y viéndole que era muy bonita, le perdonó la vida a cambio de que todos los días le diera pescados para la alimentación de los iwias. Después de este trato, el iwias se llevó a la joven a su casa.

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Huanunpá salía todas las mañanas y regresaba con pescado. Dice el mito que cuando Huanupá iba al lago, de allí salía un joven llamado Tsunki, el ser de las


Morona Santiago aguas, que se sentaba en una piedra del río y le lanzaba pescados. Ella solo tenía que recogerlos y llevarles a los iwias. Pero un día, el iwias al ver que traía muchos pescados, le siguió a Huanunpá cuando ella iba al lago. Cuando llegó, vio que en medio del lago estaba sentado un joven elegante, que le lanzaba pescados a Huanunpá, entonces el iwias tuvo celos. Cuando llegó a la casa, le dijo que era una mentirosa, impostora, que ella no cogía los pescados; enseguida, le absorbió el cerebro y la mató. Luego cogió un cuchillo hecho de guadúa2 y le abrió el vientre y sacó los intestinos. Mientras lavaba los intestinos, encontró dos huevecillos y los puso en una piedra y un pato que estaba por allí los robó, llevó a la casa y les puso a incubar. Tiempo después, salieron dos pequeñines muy elegantes que todas las noches producían un tipo de luz, el pato los alimentaba y uno producía más luz que el otro y el papá pato les puso nombres. Al más luminoso le puso Etza (sol) y al que no era tan luminoso lo llamó Nantu (luna). Estos dos pequeñines se escapaban por la noche y se iban al huerto de los iwias, en los que cultivaban yuca, plátano, ... Los pequeñines cogían los ajíes y se comían. Al día siguiente, el gigante iwias iba a coger los ajíes para comer con los shuar que cazaba, pero se iba dando cuenta que los ajíes empezaban a escasear y decidió cazar a los ladrones en la noche. Estaba esperando a los ladrones detrás de un tronco, cuando de pronto, vio que por el sendero se acercaban dos luces, mientras se acercaban las luces, al iwias le producía sueño. Hasta que los pequeñines lleguen, el iwias estaba completamente dormido. Así que los dos pequeños se comían los ajíes y se iban. Así ocurrió durante varias noches. La esposa del iwias le preguntó si ya había cazado a los ladrones y él le contó que venían dos luces y cuando se acercaban, le producían sueño. Y como los gigantes se comían a cualquier animal de la selva, para que no les comieran, los animales decían: “Yo te voy a dar cazando a los que te están robando los ajíes”. Pero cuando los animales estaban tratando de cazar al ladrón de los ajíes, veían que llegaban dos luces y se dormían. Y a la mañana siguiente el iwias les preguntaba si habían cazado y ellos le contaban lo que paso y él se los comía. Un día llegó un grillo y le dijo: “Yo te voy a dar cazando a los que te están robando los ajíes” Y en la noche el grillo cuando estaba cazando vio venir las dos luces y empezó a cantar: Crííí… …, crííí… …, crííí… …, crííí… …, crííí… Pero le empezó a dar sueño entonces volvió a cantar más fuerte: Crííí… …, crííí… …, crííí… …, crííí… …, crííí… Y cuando llegaron los chiquitines y el grillo saltó sobre ellos, dijo: “Así que ustedes son los que están robando al iwias.” Y los llevó a la casa y el iwias los quiso comer porque decían que los niños eran más ricos y la carne era más suave, pero el abuelo iwias le dijo que esperara para que crezcan. _______________________________________________________________________

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Planta.

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Etza y los abuelos (continuación de la existencia de los seres del sol y la luna)

Entrevistador: Nelson Tito Torres Carreño Informante: Galo Pichama Atsuchi, 65 años

Los dos pequeños se fueron a vivir con el abuelo, pero estos chiquitines eran muy traviesos, todas las noches demostraban sus habilidades, y el más hábil era Etza. En la casa empezaron a cazar moscas, y el más hábil siempre era Etza, y los abuelos iwias adoptivos decían que esos dos podrían servirles. Etza iba a la huerta con la abuela y se encontró un palito seco (en shuar se dice kasua) a manera de cerbatana y mataba pájaros. Regresaba donde la abuela y le daba los pájaros que mataba y el abuelo le confeccionó la cerbatana y le preparó una especie de sonaja que colgaba de su pecho, que era para cuando volviera produzca un sonido saaahh…saaahh…saaahh…saaahh… entonces se daban cuenta cuando venía Etza, porque cuenta la mitología que los iwias tenían como trofeo a los padres de Etza, del padre tenían la cráneo y de la mamá tenían los ojos disecados. El abuelo iwias tocaba el cráneo de papá tuuuu…tuuu….tuuuuuu….tuu… Mientras que la abuela cogía los ojos de huanunpá y pulía las ollas y cuando oían la sonaja los ojos y el cráneo lo guardaban en una repisa. Pero como ya no había pájaros por esa zona, Etza se fue lo más lejos posible y solo encontró una tórtola (que nosotros los shuar decimos yapaca) que hacía un trinado tutu…tuu…tutu… y misteriosamente esa tórtola empezó a hablar y le dijo: “Muéstrame tu cerbatana”. Y Etza alzó su cerbatana y la tórtola se paró sobre él y se transformó en una persona y le contó todo lo de sus padres, de sus supuestos abuelos y le explicó para qué servía la sonaja y qué podía hacer para recuperar los pajaritos que ya había exterminado. Etza volvió a la casa y cogió las plumas de las aves y las lanzó al aire y se convirtieron en pájaros y oyó que el abuelo tacaba el cráneo tuuuu…tuuu….tuuuuuu…. tuu… y que la abuela raspaba las ollas de barro rraaac…rrraac…rraaac… y entró a la casa y los abuelos no pudieron guardar el cráneo y los ojos, y les hicieron caer. Etza vio que el cráneo y los ojos derramaron lágrimas. Etza quiso vengarse y mintió que en la huerta había cargado un árbol frutal y que llegan a comer unos venados. Dijo a su supuesto abuelo que le preparara una buena lanza y también le dijo a su abuela que baje a la huerta, pero que antes de que baje, haga un sonido uuuuuuhhh… y Etza se escondió en la esquina de la huerta. Cuando oyó el sonido, se preparó y de un lanzazo mató a la abuela y cuando llegó a la casa hizo lo mismo con su abuelo. _______________________________________________________________________

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Morona Santiago Los dos hermanos

Entrevistador: Nelson Tito Torres Carreño Informante: Galo Pichama Atsuchi, 65 años

Había dos hermanos que se enamoraron de una misma muchacha llamada Paupu. Los dos se casaron con ella; así que Paupu tenía dos esposos: el hermano responsable Etza y el amoroso Nantu. Etza todas las mañanas iba de cacería, mientras su hermano disfrutaba del cariño de su esposa. Pero un día, Etza se cansó porque solo él trabajaba y decidió hacer una competencia. Etza ganó, por lo que su hermano tuvo que irse a la otra tierra. La mitología shuar dice que la otra tierra era el cielo que estaba conectado con la tierra por un bejuco. Un día, Etza se fue de cacería, pero antes de salir, le dijo a su esposa que antes de volver, le tuviera preparados los zapallos que se hallaban en la chacra. La esposa obediente los preparó y sin poder resistir empezó a comerlos; cogió un poco y después más, hasta que se acabó todo el zapallo que había cocinado. Después, por el miedo de que le maltratara su esposo, cogió los zapallos tiernos, los preparó y se cosió la boca para no comerlos y que su esposo no la descubriera. Cuando él llegó de su cacería, el esposo probó los zapallos y le preguntó a quién le había dado los zapallos maduros; pero ella no le contestó. Etza empezó a maltratarla y viéndola cosida la boca, de un solo tirón le arrancó los hilos lastimándola. Luego él también se fue a la otra tierra y la esposa cogió las ollas y las puso en una changuina3 grande y fue tras los esposos. Etza se percató que Paupu le seguía, así que le pidió a una ardilla que estaba cerca que cortara el bejuco. La ardilla, como sabía algo de magia, lanzó un hechizo hacia la muchacha y la convirtió en ave. Las ollas que llevaba consigo cayeron al suelo rompiéndose en miles de pedazos y esparciéndose por todas partes; y desde ese momento, todas las noches de luna llena llora por sus maridos. Desde ese momento las muchachas solo pueden tener un esposo. _______________________________________________________________________

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Canasta.

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ELENA

Entrevistadora: María Ortiz Torres Informante: Marcia Lastenia Torres Loaiz

Había una vez una niña llamada Elena, no vivía con su padre ya que éste le había abandonado a su madre cuando estaba embarazada. La niña trabajaba desde temprana edad en una finca cercana a su casa. Allí, ella realizaba quehaceres domésticos y compraba diariamente los alimentos para la comida de todos los empleados que allí trabajaban. La madre de la niña siempre le motivaba a trabajar ya que ella le decía que no siempre iba a estar a su lado para criarla y protegerla. Como se sentía sola, la madre se casó con un hombre que no era del agrado de Elena ya que no era una buena persona con ella. La niña nunca fue a la escuela, pues la madre se preocupó más de que la niña trabajara y cuando su madre se casó, el marido se opuso totalmente a que Elena estudiara porque pensaba que ella no se merecía el estudio por no haber sido hija de él. Cuando pasó el tiempo y la madre tuvo otros hijos, obligó a Elena a que les cuidara mientras ella y su marido trabajaban. Cuando Elena cumplió 17 años, su madre le exigió que se casara con un hombre de edad madura que vivía por el mismo sector. Ella se negó porque estaba enamorada de otro hombre; pero eso, a la madre no le importaba, ya que el marido influía en las decisiones que tomaba sobre su hija; así, obligaron a la muchacha a casarse con el hombre que no era de su agrado y la muchacha quedó con resentimiento, pues la madre le había dicho que si no se casaba con aquel hombre, debía olvidarse de ella como madre. Se casó Elena, pero no fue feliz, ya que el marido le era infiel con una mujer de ese mismo lugar. Elena nunca le reclamó; todo lo contrario, ella fue una mujer sumisa y humilde, y aunque no se casó con amor hacia él, siempre le respetó y esperó un cambio por parte de éste. Elena y su marido llegaron a procrear once hijos, seis hombres y cinco mujeres. Sus hijos no llevaron el apellido de su padre porque nunca fueron reconocidos. Cada vez que nacía un niño, su marido le registraba con el apellido de parte de madre. Al pasar el tiempo, cuatro de los hijos varones murieron a edad adulta, Elena y su marido tuvieron que soportar el dolor de haber perdido a sus hijos y continuar su vida.

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Cuando cumplieron sesenta y cuatro años de casados, el marido de Elena estaba muy grave de salud ya que había empezado a perder la memoria. Un día, cuando él fue a visitar a uno de sus hijos que vivía cerca de ellos, se tropezó y cayó. Elena, al ver pasar las horas y ver que su marido no regresaba, salió a buscarle y, cuando llegó al lugar donde vivía su hijo, se encontró con la sorpresa de que su marido nunca había llegado; en ese mismo momento, emprendieron la búsqueda de su esposo; pasaron todo la noche buscándole, pero no le encontraron. Al día siguiente, lo encontraron tirado en el suelo y sin reaccionar, a unos cuantos metros de la carretera principal. En ese mismo instante, lo llevaron al hospital y, aunque reaccionó, ese accidente fue muy fatal ya que empeoró y al poco tiempo murió, Elena se quedó sola; en vista de ello, los hijos se hicieron cargo de ella para cuidarla y protegerla. _______________________________________________________________________


Morona Santiago El Iwia

Entrevistador: Héctor Campo Informante: Juan Santos Becerra, 52 años

Cuenta la leyenda que hace muchísimos años, la gente autóctona de la provincia que actualmente se conoce como Morona Santiago, estaba formándose en tribus indígenas que estaban invadiendo terrenos que eran de un demonio que se llamaba Iwia. Era muy posesivo y violento. Nadie sabía que existía hasta cuando la tribu de Aktuc, un joven indígena muy valiente y decidido, comenzó a construir sus chozas. Iwia al ver que sus tierras estaban siendo invadidas, se llenó de ira y odio. Una noche de luna llena, Iwia salió de su escondite que se encontraba en una cueva en la cima de una montaña muy alta y tenebrosa, a la que ni Aktuc se atrevía a explorar porque el demonio había prohibido que suban. Iwia bajó y se acercó a los hombres de la tribu cuando éstos dormían y en un “abrir y cerrar de ojos”4 eliminó toda la tribu. Aktuc, al ver que esto sucedía, intentó rescatar lo que podía y enfrentarse al demonio. Aktuc tenía un hijo que se llamaba Shakun, que tenía solo semanas de nacido. Aktuc se enfrentó al demonio y luchó hasta el final, pero lamentablemente no pudo con el demonio. Actuk antes de morir había escondido a su hijo, ya que su mujer también murió en manos del demonio. El demonio al acabar con todos y cuando ya se estaba yendo, escuchó al niño dentro de una vasija tapada con hojas de plátano y yuca. No le mató al niño, pero se lo llevó con él.

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Significa muy rápidamente.

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Al pasar los años, Shakun creció y se convirtió en el esclavo el demonio IWIA, quien le trataba mal, le golpeaba por todo y no le daba de comer bien. El demonio le había enseñado a Shaun a cazar aves, que eran su plato favorito ya que se alimentaba de su sangre. El joven salía todos los días de cacería y traía consigo cientos de aves para el paladar de Iwia. Un día, cuando Shakun salió a cazar, notó que ya no había aves. Desesperado, buscó por todas partes y no encontró nada. Al regresar sin ninguna ave y con miedo de que el demonio le castigue, se asomó un ave enorme de varios colores en la punta de un árbol muy alto. Era el ave más hermosa que había visto. Intentó matarla, pero el ave, al darse cuenta, le quitó el arma y le preguntó por qué mataba a tantas aves, si solo con una era suficiente para llenarse y le sobraría. Él le respondió que no era su intención matar las aves y que era obligado a hacerlo por culpa del demonio. Al descubrir eso el ave, le contó la verdad, que el joven hasta ese momento desconocía. Le contó que ese demonio había matado a sus padres, familiares, amigos y que a él se lo llevó. Al enterase de eso, el joven se llenó de ira y coraje, pero como no tenía fuerza suficiente para matarlo, inventó un plan con la ayuda del ave. El ave le dio una cerbatana de la cual al soplar, salían muchas plumas, que a su vez se transformaban en todas las aves que Shakun mató. Con la misma cerbatana fue y lanzó un dardo al demonio. El dardo no le mataba, pero lo debilitó a tal punto, que casi agonizante intentó matar a Shakun, quien logró escaparse y tapar la entrada de la cueva con hartas piedras embarradas con sangre de murciélago que era su debilidad. Después de sellar la cueva, se escapó hacia la aldea más cercana. Al llegar, contó su historia y muchos le felicitaron y agradecieron. Shakun les advirtió que cada luna llena tenían que ir a ensuciar la entrada de la cueva con la sangre del murciélago para que el demonio no pueda escaparse y vengarse de todos los que invaden su territorio. _______________________________________________________________________

La niña de huamboya

Entrevistadora: Reveca Fajardo Informante: José Fajardo Ayabaca, 82 años

En la primera colonización de Huamboya, vivían varias familias que se ayudaban en las diferentes actividades, para salir adelante y poder vivir. Una vez, unos padres se fueron a la finca llevando a su hija de ocho años y a su bebé de cuatro meses. Como ellos tenían una casita, les dejaron ahí a los dos niños, para ellos ir a dar sal al ganado. Después de una hora, el bebé empezó a llorar y la niña como era tan pequeña, fue a buscar a su mamá para avisarle que el bebé estaba llorando. Salió a una loma y llamó a la mamá, pero ella no le contestó. Entonces la niña seguramente, siguió el camino y se perdió. ______________________ 5

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Regionalismo que significa “poner en conocimiento de todos”.

Cuando el papá regresó a la casa, el bebé estaba llorando, pero la niña no estaba. Entonces empezaron a buscarla. Siguieron las pisadas, pero no la encontraron. Salieron al pueblo y preguntaron por su hija a los vecinos, pero nadie daba razón. Como la gente era muy unida, se hizo bulla5 por todo el pueblo y la gente preocupa-


Morona Santiago da salió en busca de sus linternas, lámparas y velas. El papá lloraba diciendo que el tigre se le había comido a su hija porque esos animales en ese tiempo se comían a los terneros. Cuando se fueron a la finca, le gritaron por su nombre y la niña, que estaba esconda pensando que eran los nativos, no contestó. Encontraron un árbol de guabas con frutas recogidas, pero ellos empezaron a buscarla y la enfocaron con una linterna y la niña quería huir. Le dijeron que era el papá y ella regresó a los brazos de su padre. La gente estaba sorprendida de que la niña no hubiera llorado, le cargaron y le traían en brazos de unos y otros por la felicidad de encontrarla. _______________________________________________________________________

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TRADICIONES Y COSTUMBRES Matrimonio Achuar

Entrevistadora: Tigre Sumba Rosa Informante: Kléver Kayaé

Kléver se casó cuando tenía 16 años con una joven achuar. Muy jóvenes y sin experiencia alguna, comenzaron su vida matrimonial, como la mayoría de las familias de este sector, a muy temprana edad. La vida matrimonial de Kléver era igual a la de los otros jóvenes; los fines de semana hacía deporte junto a los demás jóvenes y de la misma manera transcurría la vida de la esposa. El entorno en el que se encontraban no les exigía dinero, tampoco ropa de moda, ni utensilios domésticos. Su vida en la Amazonía les hizo no necesitar muchas pertenencias. Por eso, los cubrecamas, el colchón, la almohada era algo del otro mundo. Luego nacieron los hijos que de la misma manera se acoplaron a este nivel de vida; su mantel de mesa y platos eran las grandes hojas de plátano, donde se colocaban la yuca y el verde cocinado, acompañados por una botella de ají salado, preparado por ellos mismos; este plato era su pan de cada día y se servían con la chicha de yuca o chonta. Cuando Kélver tenía ya 20 años, comenzó a fijarse en su cuñada María, quien le iba a visitar a su hermana Dominga y luego, sin pensar en las consecuencias, comenzó a convivir a escondidas con ella. Cuando se quedó embarazada, los padres de la joven María entregaron a su otra hija a Kléver; de modo que el joven se quedó con las dos mujeres haciéndose el compromiso de vivir con ellas hasta que la muerte les separe. En la actualidad Klever tiene diez hijos, cinco en cada mujer; pero Dominga está nuevamente embarazada. En medio de esto, me pregunto cómo conviven las dos mujeres con el mismo hombre. ¿No se pelean entre las dos? Durante la entrevista, se les hizo varias preguntas a las mujeres, quienes respondieron de esta forma. -No, la casa tenemos por separado. Nuestro esposo nos atiende por igual; si compra algo, nos compra para las dos. Respecto a los niños, cada quien atiende a sus hijos y en las peleas de los niños no nos metemos. -Cuando debemos servir a nuestro esposo, lo hacemos las dos; es decir, le servimos dos veces y cuando nuestro esposo se enoja con una de nosotros se va a dormir en la otra casa. Y mi gran pregunta y la de muchos otros es saber cómo hacen para tener una vida conyugal. En medio de risa, el esposo contestó: -Una noche duermo en una casa y luego en la otra, así alternadamente, para que no se enojen; de esta manera llevamos nuestra familia. Debo trabajar mucho para poder mantener. Pero después, cuando le hice la otra pregunta, se le hizo un nudo en la garganta y no supo qué responder. –¿En qué colegio y que universidad vas a educar a tus diez u once hijos?”

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–Está muy duro.– concluyó el esposo.


Morona Santiago Como este hogar hay muchos en el Cantón Taisha, todo parece cuento, pero a la final es una vida real que a diario se ve. Muchísimos niños y jóvenes no sienten la necesidad de estudiar y si lo sienten, no lo pueden hacer. Al terminar mi entrevista quise incluir una foto, pero no me lo permitieron, porque estas personas tienen la creencia de que nosotros hacemos negocio con ellas y las vendemos al extranjero; lo digo porque hace dos años sufrí una denuncia; cuando les quise tomar una foto, me hicieron un sinnúmero de preguntas y luego me dijeron me tienes que pagar en los siguientes términos: “Kuitia surustaa wariwai” que no era otra cosa que –Apúrate, rápido, dame dinero; vas graduar con mi foto–. _______________________________________________________________________

Las cascaritas de chancho en carnaval

Entrevistador: Enrique Herrera Informante: Raúl Tayupanta

Aquí en la parroquia Indanza, se acostumbra en la mayoría de las familias a criar un chancho durante algunos meses, y, en la fecha de carnaval, éste es sacrificado. Con la ayuda de varios de los integrantes de la familia, se procede a la preparación. Se empieza con la extracción de las vísceras, luego se le queman las cerdas o lo que es el chaspado, para esto se utiliza un chamuscador que funciona con gas. Luego, con la utilización de cuchillos, entre algunos integrantes se limpia el cuero del animal. Terminado esto, se sigue tostando el cuero hasta que quede bien doradito y esté listo para ser consumido. Cada persona se acerca al chancho y va tomando una ración del cuerito (cascaritas) del chancho, éste se sirve con comino molido, sal, mote, yuca y ají. Mientras unos se sirven las cascaritas, otros van despresando al animal hasta que quede en pedazos pequeños, para luego colocar los trozos en una paila que tenga capacidad para toda la carne del chancho. Se aplican unos condimentos y se empieza con la fritura, al mismo tiempo los demás integrantes de la familia utilizan las vísceras del chancho para hacer las morcillas. Por lo general, todos los familiares participan de la preparación del chancho más comúnmente llamado cuchi, del que luego disfrutarán. Este proceso siempre está acompañado de unas cervecitas para alegrar más esa festividad, sin olvidar también del juego del carnaval donde se utiliza mucha agua y otros aditamentos que le dan color y olor, en fin todo es aceptado con tal de pasar bien las festividades del carnaval. _______________________________________________________________________

Las rondas infantiles

Entrevistadora: Jeimi Gómez Montesdeoca Informante: Rosa Calderón Reino, 52 años

Hace unos años no era raro encontrar en las calles o en el patio de alguna vivienda, un grupo de inquietos niños a eso de las cuatro hasta las siete de la noche jugando alguna ronda, entre las más comunes era:

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- El patio de mi casa es muy particular, cuando llueve se moja como los demás… - Buenos días mi señorío matan tiru, tiru lan… - Juguemos en el bosque hasta que el lobo esté… - (…) - El florón está en mis manos, de mis manos ya pasó… Y no solo en la casa, en las escuelas a la hora del recreo, se aprovechaba cada minuto jugando rondas o a la rayuela. (…) Somos los últimos hijos que realmente obedecimos a nuestros padres y jugamos divirtiéndonos al máximo con las cosas más sencillas. Quien no recuerda jugar a las quemadas con una pelota de trapo y periódico arrugado, jugar con carros inventados con pedazos de palos unidos con unos clavitos mal puestos o jugar a las cocinaditas con envases viejos, la rayuela, las rondas, etc. (…) _______________________________________________________________________

Mi llegada a Huamboya

Informante: Rosa Calderón Reino, 52 años

En tiempos de la colonización de Huamboya, todo era montaña. El día que llegué nos recibió un poco de gente en sus casas. Como todos vivían con sus familias, nos recibieron con manos abiertas.6 Por la llegada mataron animales menores, para darnos la bienvenida. Para mí era difícil acostumbrarme porque yo vivía en la ciudad de Cuenca, pero con el transcurso del tiempo me fui adaptando. Yo quería vivir muy separada de todo el grupo, entonces con mi esposo nos dedicamos a hacer una casa de paja en el terreno que nos habían dado. Con el sufrimiento encima, empecé a labrar la tierra y a sembrar papas, yuca, maíz, etc. Viendo que todo era productivo, empecé a tener gallinas en gran cantidad y salíamos en avión a vender en la ciudad del Puyo. Como era tan difícil viajar, teníamos que comprar los boletos un día antes. El sufrimiento era bárbaro porque llovía con relámpagos, y en aquel entonces nos mandaban comida que donaban unos gringos del Cuerpo de Paz. _______________________________________________________________________

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Regionalismo que significa generosidad.


Morona Santiago

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NAPO


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CUENTOS Y LEYENDAS El Bufeo

Entrevistador: Sergio Carranza Informante: Cayetano Grefa Tanguila, 86 años

Cuenta la leyenda que un indígena shuar, antiguo habitante del río Amazonas, en la provincia del Napo, dice que cuando el sol se esconde, la selva empieza a verse en sombras y es difícil ver con claridad cualquier cosa. En las aguas empieza a aparecer y emerge algo, ¿qué es? Es un habitante muy característico, denominado por los indígenas como BUFEO, delfín rosado, éste es el delfín rosado de agua dulce más grande del mundo. El delfín rosado fue un guerrero shuar muy guapo y con muchos atributos masculinos, a quien uno de los dioses antiguos envidiaba mucho y decidió convertirlo en delfín y con esto, condenarlo a vivir en los ríos y lagos de la Amazonía. Cuentan los abuelos shuar que cuando se celebraban los natalicios con fiestas, danzas, fuegos y música y los hombres shuar estaban ocupados divirtiéndose, aparecía una persona extraña muy atractiva, de gran tamaño, piel blanca y siempre usando un sombrero en la cabeza. Este ser atractivo bailaba perfectamente, y ninguna mujer podía huir de sus encantos.

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Napo Él escogía a la muchacha más bonita, le daba piropos, bailaba con ella y al final como a las dos e la mañana, le proponía un paseo al borde del río. Al día siguiente, la mujer no recordaba nada de lo que había pasado en la noche, pero más tarde se daba cuenta que estaba embarazada. Al ver que había muchas jóvenes shuar bonitas estaban embarazadas, los indígenas decidieron observar a este extraño personaje para ver qué hacía con sus mujeres. En una de sus fiestas, decidieron observarle detenidamente, además le dieron mucho matazo1 para que así, cayera en sus sueños (…) Los zapatos, al salirse de sus pies, se convirtieron en cuchos y su correa en una boa. Al despertarse y ver que era muy temprano, el hombre salió corriendo hacia el río con la mitad de su cuerpo convertido en BUFO ROSADO y la otra mitad en persona. Se lanzó al Amazonas y no volvió a aparecer jamás. Cuenta la gente, que hasta ahora, de vez en cuando, sale el bufeo de las aguas majestuosas del río Amazonas, para enamorar a las mujeres más bonitas de la fiesta. (…) _______________________________________________________________________

La historia del tigre de galeras

Entrevistadora: Diana Narváez Shiguango Informante: Roque Yumbo Grefa, 71 años

Antiguamente, había tigres que devoraban a la gente de de las zonas de Loreto, Napo, Tena, Panó. A las orillas del río Napo, muchos niños, jóvenes y adultos mayores murieron porque habían caído en las garras del tigre. Las madres, muy desesperadas por sus hijitos, pidieron ayuda diciendo:– ¡Lucero y Kuyller!, ustedes que todo lo saben y nos protegen, les suplicamos que nos ayuden porque el tigre gigante está acabando con nuestras vidas. En ese entonces aparecieron dos jovencitos ellos eran Lucero y Kuyller, el uno representaba a la luna creciente y el otro, a la luna tierna. Ellos suponían que eran hijos de la luna. Una vez que llegaron, empezaron a buscar al tigre desde Coca, Misahuallí, Tena, Pano y Napo. Luego de unas semanas de búsqueda, encontraron el camino por donde siempre cruzaba el tigre y enseguida planearon algo muy preciso para acabar con los tigres. Hicieron un puente sobre un río muy torrentoso llamado el río Lata por la rivera del Puerto Napo. Esperaron la llegada de los tigres. Cuando se aproximaban los tigres, Lucero y Kuller(los hijos de la luna) se convirtieron en cachorros de tigres para engañarles. Los tigres les dijeron: –Pobrecitos ustedes que siempre cruzan nadando, saben que el río está muy caudaloso y es peligroso, por ese motivo construimos este puente.– Los tigres se negaron a pasar, entonces para animarlos, los hijos de luna corrieron muy felices de un lado al otro del puente , y les dijeron: –¿Por qué no quieren cruzar?, nosotros que con tanto sacrificio lo hicimos.– , a la final aceptaron y caminaron muy lentamente por el puente. Más o menos cuando iban por la mitad, enseguida los hijos de luna pasaron de tigres a convertirse en picaflores y atacaron de un lado al otro

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Bebida embriagadora.

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del puente con una lanza y lo destrozaron. Todos cayeron y murieron en aquel río, solo se salvó una preciada tigresa preñada y aquella tigresa se fue a la selva de Galeras y allí parió muchos cachorros tigres y así volvieron a reproducirse muchos más, y nuevamente empezaron a cazar humanos para alimentar a sus hijitos. Empezaron con los niños, las personas mayores y así se iba acabando con todos los habitantes del la selva de Galeras. Nuevamente los hijos de Lucero, empezaron a planear algo estratégico para atrapar al gigante tigre. Pensaron en buscar una casa para el tigre, que sea un lugar grande. Buscaron y buscaron. Al fin encontraron un túnel gigante muy oscuro en la selva montañosa de Galeras.

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Regionalismo que significa muy rápido.

Empezaron a fingir muy buena amistad con el tigre y arreglaron muy bonito el túnel para invitarle al tigre. Le invitaron, pero el tigre no quiso ir, pero al final lo aceptó y entró. Los hijos de luna habían hecho algo muy cómodo para que el tigre se distraiga afilando sus garras, él se sentía medio satisfecho y se distrajo mucho. Lucero y Kuyller se convirtieron nuevamente en picaflores y salieron en un “dos por tres”2 volando. El tigre se dio cuenta y casi atrapa a Lucero, pero ellos eran más veloces y ya estaban fuera del túnel. De allí empujaron tierras, hojas de árboles, palos y lo encerraron definitivamente. Los hijos de la Luna le dijeron: -¡Vivirás comiendo solo hongos y flores y maullarás en los meses de julio, agosto y septiembre! Estás condenado a ese castigo por haber matado tantos humanos sin piedad alguna. De aquí saldrás cuando sea el fin del mundo. _______________________________________________________________________


Napo El águila del mundo

Entrevistadora: Grefa Bautista Venancio Informante: Rosa Catalina Chongo, 70 años

En la Amazonía existía un águila por la que corrían riesgo todas las familias. Cuando salían a trabajar se iban con los bebés y les dejaban colgados y dormidos en las chacras. Al mediodía, el águila volaba buscando niños que se encontraban colgados en las chacras, y al descuido de los padres, se los llevaba a comer en un cerro llamado CHIWTA, en la provincia de Napo. No sabían cómo eliminar al águila. Un día, una persona misteriosa viendo que se estaban terminando los niños, buscó una estrategia para eliminarla. Tejió una canasta de una fibra natural y se metió en ella, donde estuvo colgado en la hamaca de la chacra. Sabía que al mediodía venía el águila y él le estaba esperando. En una de ésas3, vino el águila y se lo llevó al cerro. El hombre misterioso observó por los huequitos, vio que encima del cerro existía una cría del águila y que para alimentarla, había sabido llevarse a los niños. Misteriosamente, el águila se quedó dormida. El hombre se puso a pensar cómo salvarse, pensó con fe, luego empezó a gritarle “¡Te quedas congelado como la piedra!” “¡Puedes salir en tiempo del diluvio!” y se botó desde el cero de CHIWTA. Hasta hoy existe una piedra similar al águila que tiene una altura de mil metros. _______________________________________________________________________

El tigre

Entrevistadora: Grefa Bautista Venancio Informante: Bartolo Huatatoca, 60 años

Antiguamente, en la Amazonía existió una gran cantidad de inmensos tigres, que se comían a las personas, por la cual cada familia vivía organizada para defender-

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Significa en cierto momento.

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se de los peligros. Por eso, para todos los varones era obligatorio adquirir energías naturales como: tomar guayusa, tomar tabaco natural, comer ají, poner ají en el ojo y bañarse a las cinco de la mañana. De todas las familias, una persona grande, alta y con buen peso era nombrada guerrero de lucha. Como los hombres eran preparados con energías naturales, no tenían miedo y las mujeres siempre tenían que caminar en el intermedio de los hombres. Un día al mínimo descuido, el tigre atrapó a una mujer. El guerrero comenzó a luchar contra el tigre con la lanza y con un puntiagudo de chonta, “pillaban”4 más de dos horas y otros hombres ayudaban masticando ají y soplando en la vista del tigre, prendían fuegos y ponían ají para humear en las vista del tigre, así bajaban la presión que tenía el tigre. Tanto pelearon que mataron al tigre inmenso. Para que vayan desapareciendo los tigres, le sacaron el hígado y el corazón y les quemaron en el fuego hasta que se hicieron ceniza. Así se fueron perdiendo los peligros para las familias. Actualmente es un paraíso de la naturaleza. Una sugerencia para todas las personas es que adquieran energías naturales, para no temer y afrontar todo los problemas que surgen en la vida. _______________________________________________________________________

Competencia de velocidad entre el tigre y el caracol

Entrevistador: Édwin Mamallacta Cerda Informante: Slendy Cerda, 50 años

En la selva virgen se encuentran dos animales: uno veloz y uno lento. El tigre muy orgullosamente, se dirigió con insultos diciendo: -Animal lento, dormido, babosoY el caracol aceptó todas las ofensas y le propuso lo siguiente: -A ver si eres muy valiente, compitamos con tu velocidad y la mía, en un recorrido de 1000 metros.El tigre aceptó rugiente. Se pusieron de acuerdo en que cada 100 metros debían gritar “¡Ya llegué!” Acudieron al lugar de partida, donde el tigre esperaba en el sitio muy sonriente para dar el inicio. Empezó la competencia. En el transcurso de la competencia, faltando 20 m., el tigre escuchó gritar al caracol -¡Ya llegué!, y el animal rugiente se desesperó y se dijo -Cómo es posible que se me haya adelantado.- y con más garra empezó a correr y volvió a escuchar en los 200 metros nuevamente al caracol, y así sucesivamente hasta el punto de llegada. Antes de la competencia, el caracol muy astutamente, había colocado a sus compañeros en cada 100 metros, explicándoles que en cada 20 m., gritaran “Ya llegué”. Llegada la competencia, él jamás corrió. El caracol aplicó su inteligencia, y le dejó callado, cansado, fatigado y exhausto al tigre. _______________________________________________________________________

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Significa peleaban.


Napo

La boa de las 7 cabezas

Entrevistador: Édwin Mamallacta Cerda Informante: Slendy Cerda, 50 años

Cuenta la leyenda que hace mucho tiempo, los indígenas de la Amazonía salían caminando a la capital. En uno de esos viajes, salía el shamán a quien le conocían como un hombre poderoso. Al pasar por la laguna de Papallacta, se sorprendió al ver en medio del agua una boa con siete cabezas, la cual al ver al indígena pasar lo quería atacar y él, como andaba armado con sus armas propias, se defendió volando una a una las cabezas de aquella boa, la cual solo se quedó con una. Por este motivo, se escapó y se fue al fondo de la laguna. Desde ese entonces, cuentan los habitantes de los alrededores de este sector que en luna llena pueden observar a esa boa sacar la cabeza y lanzar silbidos fuertes que atemorizan a todos. _______________________________________________________________________

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El milagro de la Virgen María contra la plaga de osos de Oyacachi

Entrevistadora: Alexandra Robalino Informante: José Parión, 57 años

En la parroquia Oyacachi, cantón el Chaco, en épocas anteriores los habitantes de esta parroquia tenían el problema de la plaga de los osos que se comía a los niños pequeños cuando sus padres salían al trabajo por la mañana y les dejaban solos en las casas. Es ahí cuando los osos llegaban, mataban a los niños y se los comían. Como los niños no tenían buena seguridad porque sus casas no tenían una buena infraestructura, esto les facilitaba a los monstruosos animales comerse a estos pequeños indefensos. Al regresar los padres del campo, no hacían más que sorprenderse y lamentarse porque la tristeza era grande. Como este pueblo era muy devoto de la Virgen del Quinche, lo que hacía era orar y orar de todo corazón a la Virgencita para que le ampare y le libre de este sufrimiento que vivía día a día y que le atemorizaba. Algunos miembros pensaban en abandonar el lugar, otros no, pero lamentablemente como eran de escasos recursos económicos, no tenían otro lugar a dónde irse, entonces lo que hacían era rezar a la Virgencita del Quinche. Cada día rezaban las personas del pueblo en la iglesia. Un día a tres niños que eran hermanos y pastores de ovejas que estaban en el campo, se les apareció la Virgen del Quinche bajo una piedra grande, y les dijo a los niños que vayan y recen con todas las personas del pueblo. Los niños regresaron a casa y dieron la noticia a todo el pueblo. El pueblo empezó a rezar con devoción. Con el pasar de los días, las personas empezaron a notar el cambio, los osos desaparecieron y la alegría, la tranquilidad de las personas regresó a su vida. Desde ese suceso, las personas son muy devotas de la Virgen del Quinche que les salvó de ese temor que atravesaron los habitantes del pueblo de Oyacachi. _______________________________________________________________________

El jefe curandero

Entrevistador: Manchay Vicente Jicxon Informante: Andy Carlos Yire, 57 años

Don Carlos Andy cuenta que antiguamente había un curandero que hacía daño, inclusive a su misma familia, al yerno, a la madre, a los vecinos. No había tranquilidad en toda la población indígena. Un día llegó el curandero disfrazado como un hombre y fue a visitar a una familia que tenía un niño tierno y solicitó ser padrino de la criatura. Él fue aceptado con mucho agrado y seguidamente, se cumplieron las ceremonias tradicionales de compadrazgo como se había programado y convenido.

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Cuando el ahijado creció, el curandero le enseñó sus sabidurías para lo cual llevó a toda la familia a una cueva de la selva. Allí les ordenó cuidar los puercos del


Napo monte. En ese tiempo no había mucha cacería porque el brujo había encerrado a los animales bajo tierra. Gracias al amor de la familia y del ahijado lograron conseguir la libertad de los animales que luego se multiplicaron por toda la Amazonía. _______________________________________________________________________

Laguna de Ayauch

Entrevistadora: Lidia Lozano Informante: Patricio Chumbia, 50 años

Ankuash era un hombre al que le gustaba tomar ayahuasca. Cierto día tomó tanto, que cuando su estómago ya no pudo más, empezó a desesperarse dando fuertes gritos. Después empezó a vomitar sin parar. Con el líquido que botaba, comenzó a formarse una laguna. Como el vómito no paraba, la laguna seguía haciéndose más grande y más profunda. Ankuash quería parar de vomitar, pero no podía, por lo que la laguna seguía creciendo hasta que sus aguas se extendieron a su casa y ahogaron a toda su familia y los animales. Desde ese entonces, en la laguna, todos los días se escucha el llanto de niños, gemidos de personas, ruidos de animales. Junto a la laguna se formó una comunidad, sus habitantes le pusieron el nombre de Laguna de Ayauch. Estas personas celebran todos los años el rito de la ayahuasca, lo hacen tomando la ayahuasca, pero solo lo necesario para poder ver el futuro. _______________________________________________________________________

La difunta esposa

Entrevistadora: Lourdes Toapanta Informante: María Tanguila

Cuentan que hace muchos años vivía en la parte del Retén, que queda entre Archidona y Cotundo, un hombre viudo que tenía tres hijos adolescentes. Un día, el padre que ya no podía estar solo, se volvió a casar con una joven mujer. Tiempo después, notó que su esposa empezaba a adelgazarse, tenía unas ojeras muy grandes y siempre vivía atemorizada. El esposo se dio cuenta de su mal aspecto, le preguntó por qué andaba tan nerviosa y ella le contesto: -Mira marido, todas las noches sobre la piedra grande que está en el patio de la casa, se aparece tu difunta esposa. Nadie creía que las versiones de la mujer sean verdaderas, hasta que cierto día, la familia se fue a pasar el fin de semana en el pueblo de Archidona y el hijo más grande se quedó cuidando la casa. En la noche, cuando el muchacho dormía muy a gusto en su cuarto, cerca de la medianoche, le despertó el galope de un caballo. Él creyó que había regresado alguno de sus familiares; sintió pisadas de una persona que subía las escaleras

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(antes las casas se construían altas). El joven se levantó apurado para abrir la puerta. Salió al pasillo y vio que estaba una mujer vestida de blanco con el rostro tapado con un velo también de color blanco. El muchacho se quedó paralizado del miedo que invadió su cuerpo. No escuchaba nada, todo estaba en completo silencio y en un momento, la mujer se elevó del piso, y como caminando en el aire se paró sobre la piedra y allí se sentó a llorar. Pasaron algunos minutos y la mujer lentamente desapareció entre las sombras de la madrugada. Al siguiente día, regresó la familia y el muchacho les contó lo que había visto. Su madrastra al escucharlo dijo que según como indicaba su hijastro, se trataba de la misma señora que ella veía todas las noches. Cuando la nueva esposa empezó a tratar con más afecto y cariño a los hijos del hombre viudo y se convirtió en una verdadera madre para ellos, la mujer que lloraba todas las noches frente a la piedra, no volvió a aparecer nunca más. _______________________________________________________________________

El joven

Entrevistadora: Lourdes Toapanta Informante: María Tanguila

Mi madre me contó que hace más de cincuenta años, estaba de párroco en el Chaco el padre Claudio Diagostini. En ese tiempo había pocas casas y la mayoría tenía techo de paja. Una tarde la señora Carlota Espinoza, que en ese entonces tenía unos quince años, luego de terminar sus tareas de servicio social que hacía en la iglesia, se fue de regreso a su casa, cuando de pronto, se encontró a su paso con un joven que vestía terno negro y un sombrero. El joven le preguntó por el párroco y la muchacha le indicó que estaba en el convento. El joven se dio media vuelta y se marchó. El rostro de aquel joven se quedó grabado en la mente de la chica. Un día pudo ver el álbum de fotos de una familia, y asombrada vio la foto de aquel muchacho, con el que se encontró cerca de la iglesia. El joven estaba con el mismo terno y el mismo sombrero. Preguntó quién era a sus familiares. Le dijeron que era Emilio Tapuy, un joven que acostumbraba a salir todos los domingos vestido elegantemente. A la chica le invadió el miedo porque ese muchacho había muerto hace algún tiempo ahogado en el río, pero nunca encontraron su cadáver. _______________________________________________________________________

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Napo TRADICIONES Y COSTUMBRES La muerte de un indígena

Entrevistadora: María Elizabeth Galarza Informante: Alberto Licuy Winaro, 50 años

Cuando un indígena muere, no es por una simple enfermedad, el indígena muere porque un brujo le envió un “virote”5 que bien pudo estar destinado para otra persona, pero el enfermo se cruzó con él accidentalmente en cualquier camino y por culpa de este desafortunado encuentro, el mal que estaba destinado a otro, ahora le mata a él. No es por bacterias, ni desarreglos orgánicos que le dio la grave enfermedad, esas son pendejadas de los “mishus”6. El indígena muere por brujería y el culpable es el todopoderoso brujo que con esta muerte ve crecer su poder al amparo del miedo. El “churo”7 suena para anunciar la muerte del indígena. La gente de las comunidades cercanas acude a llorar con las familias la maldición del brujo. Cuando los indígenas lloran la muerte de su ser querido, su llanto y lamentaciones pueden ser escuchados con claridad a varios kilómetros a la redonda. Durante el velorio que puede durar hasta tres días, los indígenas toman chicha y aguardiente en grandes cantidades, mientras el “churo” suena intermitentemente, con su ronca voz. Al difunto le tienden en una rústica mortaja luego de haberle puesto sus mejores ropas y adornos. Si algo se oculta o se deja, es porque no lo quiso lo suficiente. Durante el velorio juegan y comen abundantemente con el fin de distraer el alma del difunto. Si no lo hicieran así, el espíritu regresaría y les haría sufrir mucho. Por eso le dicen al muerto que no moleste a los vivos. Luego, en el centro de la casa se abre una fosa y allí se deposita el cadáver con sus pertenencias y objetos más queridos, así como también la chicha y la comida para que el alma pueda pasar bien en el otro mundo. Después se quitan las paredes de la casa y enseguida la abandonan. _______________________________________________________________________

Medicina natural

Entrevistadora: Liavenus Romero Valencia Informante: Inés Arboleda

Dentro de mi entorno comunitario y familiar se continúa fomentando la utilización de las plantas medicinales para ciertas enfermedades de los niños y adultos he aquí tenemos algunas recetas: Para la gripe, hacemos hervir la borraja agregar azúcar, limón, tomar caliente al momento de acostarse. Para la tos, hervir las flores de violeta con leche natural, tomar caliente una porción por la noche. Para la anemia, hervir la leche natural con huevos criollos, tomar por la mañana en ayunas por unos 9 días.

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Dardo o maldición.

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Blancos.

7

Caracol.

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Para el dolor de muelas, se machaca la hierba luisa y se pone en donde tiene el dolor. Tratamiento para la caspa, se licua la verbena y se lava la cabeza con el preparado. Se deja reposar unos 10 minutos y se enjuaga con abundante agua tibia. Nos permitimos hacerles conocer que podemos evitar muchas enfermedades con plantas medicinales de nuestro alrededor, ya que ingerir demasiado medicamento químico, con el pasar del tiempo nos perjudica. _______________________________________________________________________

Tomada de wayusa

Entrevistador: Edwin Mamallacta Cerda Informante: Ramón Tanguila Alvarado, 50 años

En las nacionalidades kichwas, se acostumbra preparar el agua de wayusa en una olla de aluminio # 30. Un día antes a las 19h00, se deja bien lavaditas las hojas buenas y bien verdes. Al siguiente día, se levanta a las 3h00 de la mañana, se prende primero la candela con las leñas secas en un fogón, luego se deja que el agua con las hojas hierva 45 minutos, para que salga su fragancia y color amarillento, para luego tomar una taza de wayusa. Dentro de 15 minutos se da el efecto; se quita el sueño, se quita el miedo, huyen las serpientes y las avispas y hace adquirir el ánimo para trabajar en el campo. _______________________________________________________________________

El parque de la ciudad

Entrevistadora: María de Lourdes Toapanta Informante: Fanny Garzón, 72 años

Antes, cuando yo tenía diez años, el parque de la ciudad del Tena no era como es ahora. El morete sí ha permanecido hasta ahora. Junto a él, en ese entonces, existía un pozo de agua. Allí acudían las personas a recoger el agua todos los días para elaborar la comida, lavar los platos y la ropa. La costumbre más popular de los pobladores, en especial de las jovencitas, era reunirse todas las tardes, después de los quehaceres, alrededor del pozo para intercambiar noticias, recetas de cocina, novedades de moda y chismes. _______________________________________________________________________

La boda

Entrevistadora: María de Lourdes Toapanta Informante: Carlos Alvarado

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En las familias indígenas de la provincia del Napo, hasta ahora mantienen la costumbre de celebrar la boda de una manera muy peculiar. La costumbre manda que el padre de la novia pida al novio lo que considere necesario para la celebración. Algunos suegros piden carne del monte por quintales, trago por canecas, arroz por quintales, fideos, sardina, discomóvil, entre otros. Esta costumbre resulta muy sacrificada y costosa para el novio.


Napo A la celebración llegan muchos invitados, a veces es necesario ocupar la cancha de la comunidad. A todos hay que dar de comer y beber los días que dure la fiesta. Lo bueno es que cada invitado trae regalos: ollas, juegos de vajilla, plancha,… Los padrinos también son los que gastan, sobre todo los padrinos del novio que son los que tienen que ayudar a su ahijado a solventar estos gastos. En fin, el novio en la boda puede llegar a gastar hasta cinco mil sucres8, aunque no se crea, pero ésa es la costumbre indígena y aún la mantienen.

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Moneda del Ecuador anterior a la dolarización.

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PASTAZA 100


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CUENTOS Y LEYENDAS El shuar

Entrevistadora: Liliana Azogue Azogue Informante: Antuca Vargas, 75 años

Un shuar se fue de cacería, e incrédulo por lo que le podía pasar, imitó el canto del sapo Kuartam que vive en los árboles: “Kuartam-tan, Kuartam-tan…”, le retó en medio de la noche, pero nada pasó. “¡Kuartam-tan, Kuartam-tan, a ver si me comes!”, –dijo– y rió. No lo hagas, le había dicho su mujer, porque puede transformarse en un tigre; pero él no le creyó y Kuartam, el sapo, se convirtió en felino y le comió. Nada se escuchó de su ataque, pero la mitad del cuerpo del shuar desapareció. Durante el alba, la muchacha decidió matar a Kuartam. Llegó hasta el árbol donde el sapo había cantado la noche anterior y lo tumbó, y cuando éste cayó al suelo, mató a Kuartam, que se había convertido nuevamente en un sapo con un estómago inmenso. La mujer cortó rápidamente la panza de Kuartam y los pedazos del shuar rodaron por los suelos. La venganza no le devolvió la vida al shuar, pero su mujer pudo contar que nunca es bueno imitar a Kuartam. Después, a lo lejos de la tupida floresta, se escuchó un nuevo: “Kuartam-tan, Kuartam-tan”, pero nadie supo si era un sapo o un shuar a la espera de un tigre.

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Pastaza Leyenda de dos esposos

Entrevistador: Hitler Bonilla Gaibor Informante: América Gaibor, 56 años

Esta leyenda le contó mi abuelita a mi mamá. Decía que hace muchos años, había un matrimonio que vivía muy feliz ya que se quería y se respetaba mucho. Pero, al pasar el tiempo, en la comida que preparaba su esposa, empezó a encontrar tierra o basuras reiteradamente. Por este motivo, empezaron a tener muchos problemas por los reclamos del esposo a su esposa. Un día, el esposo se fue al trabajo y la esposa se quedó preparando el almuerzo con mucho más cuidado y aseo, además tenía la precaución de tapar las ollas, para no tener más problemas. Pero sorpresivamente, otra vez, aparecieron la tierra y la basura en la comida. El esposo volvió a reclamarle furioso. Ella le contestó que todo había preparado con mucho cuidado y aseo y que, además, había tapado las ollas y que no sabía por qué sucedía esto. Al otro día, salió el esposo diciendo que se iba a trabajar, pero se quedó callado en su casa y se subió al tumbado, con el propósito de observar cómo preparaba su esposa los alimentos. Desde ahí, vio entrar a un gato negro quien destapó la olla y puso ceniza en la comida. Inmediatamente, bajó el esposo y le conversó a su esposa lo que había observado. Le dijo que ese feo gato era el demonio. Por eso, los esposos mataron al gato y nuevamente continuaron viviendo felices y llenos de armonía. _______________________________________________________________________

El hombre boa

Entrevistadora: Yesenia Shiguango Grefa Informante: Domingo Shiguango Tapuy, 68 años

Aproximadamente en el año de 1810, una familia de apellido Tanguila, proveniente de Archidona, habitaba en el sector, hoy denominado, Barrio Amazonas, que quedaba a unos 500 metros del río Tena. Todos los miembros de la familia iban a bañarse y a traer agua desde Pishña Cocha, hoy las Cabañas Islas del Amor y Amazonas. Pishña Cocha se denominaba así porque en sus playas se asoleaban y bañaban muchos lobos del río (pishña). Era una cocha muy grande donde se asomaban boas de diferentes tamaños, también aparecía el atacapi, un monstruo de 12 cabezas que flotaba a 10 metros de distancia en forma de una batea grande hipnotizando a las personas que se bañaban solas para que no sintieran miedo cuando iban a ser atacadas. En aquella época no conocían la pelota de fútbol, pero había una pelota que pasaba cerca de quienes la estaban observando, llegaba al remolino y desaparecía. Una mañana, María, una de las hijas de la familia, fue a traer agua y se quedó sorprendida al ver esa pelota que bajaba y desaparecía en el remolino una y otra vez. Sorprendida contó lo visto a sus padres, pero ellos no le creyeron. Un día, María veía el remolino y quiso coger la pelota, así que fue nadando hacia él para tomarla, pero antes de alcanzarla, desapareció casi instantáneamente, en

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las oscuras aguas de Pishña Cocha. Sus padres al ver que no regresaba su hija, fueron a buscarla de casa en casa. Al no encontrarla, su madre, sumida en llanto y desesperada con las ansias de volverla a ver con vida, recordó lo que su hija les había contado, e inmediatamente fue al río, pero tampoco la halló. Después de cuatro días, los padres llamaron a los famosos adivinadores, los yachajs (chamanes). Por la noche tomaron el ayahuasca y alucinados con la bebida, dieron la razón de que María había sido raptada por el hombre boa para tenerla de esposa. Manifestaron también que María vendría a los tres meses para luego, regresar. La familia, aunque hizo todos sus esfuerzos, no pudo recuperar a María porque había sido raptada por el hijo del cacique boa que la tenía bien servida y cuidada. A los tres meses, el hombre boa envió a María, su esposa, a que visitara a sus familiares y les llevara algunos peces ahumados a sus padres. Pero el hombre boa le anticipó que comiera sin sal, ni ají, porque esto podría ahuyentar a las boas de aquel lugar, dejándolas sin rumbo fijo. María contó a su familia sobre su matrimonio con el hombre boa y su vida en el mundo acuático. Le pidió a su familia que no se preocupara mucho por ella; que en el siguiente viaje vendría con el esposo y también traería yuca y maíz que había sembrado. Después de algunas horas de conversación con sus padres y familiares, regresó pues su esposo le había ordenado que se quedara solo por un día. Así María volvió a desaparecer sin que nadie conociera el rumbo por donde regresó.

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A los 6 meses, aparecieron nuevamente María y su esposo. El yerno había llevado toda clase de productos que había sembrado. María llegó embarazada y su esposo bien presentado, convertido en forma humana. Después de unas horas de conversación, había alegría en la familia al ver nuevamente a su hija desapare-


Pastaza cida. Los padres y familiares de María les rogaron que se quedaran a dormir por lo menos una noche, pero ellos no se quedaron por ningún motivo. Dijeron que vendrían a visitarles en otra ocasión, y dicho eso, se fueron nuevamente sin dejar rastro alguno. A pesar de ello, los familiares se quedaron una vez más satisfechos con la visita. Después de tres meses más, regresaron los esposos a visitar a sus familiares. María, muy contenta, llegó con su familia: su primer hijo y su esposo. El hombre boa había anticipado a María que no “le haga amarcar”1 al bebé a los familiares. Entonces cuando llegaron a la casa, las hermanas, manifestando que su sobrino era un bebé muy hermoso, le tomaron en los brazos. En ese momento, el bebé se convirtió en una boa pequeña; asustadas gritaron y le soltaron. Pero cuando la madre recogió a su hijo, éste inmediatamente se convirtió en un humano. La familia quería mucho al bebé, pero no lo podían tener junto a ellos como se acostumbra, por miedo y no le podían tomar en brazos, porque sabían que era un niño boa. En esa visita, se fueron a descansar en la madrugada y se quedaron a dormir en un cuarto destinado solo para ellos, ya que antiguamente tenían casas muy grandes y entabladas. Las hermanas se levantaron muy temprano para brindar la guayusa. Llegaron a la puerta, golpearon y al no tener respuesta, empujaron. La sorpresa fue grande al encontrar a los tres visitantes convertidos en boas enredadas entre sí emitiendo un sonido muy similar a una correntada del río. Una vez más, asustadas gritaron fuertemente que los visitantes estaban convertidos en boas. Al oír los gritos despavoridos, todos corrieron a ver las boas, las cuales, a la vista de ellos, salieron arrastrándose del cuarto dejando un olor muy desagradable y mientras se alejaban de la casa, sus familiares les espiaban de cerca hasta que llegaron a Pishña Cocha y desaparecieron, poco a poco, las tres boas en medio de la oscuridad. Desde ese instante hasta la actualidad no han regresado jamás.

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El zorro y la tortuga

Entrevistadora: Lucrecia Vinza Utitia Informante: Sumpaich Tserem, 60 años

Mucho tiempo atrás, vivía un hombre llamado KUJANCHAM (zorro)2. Antiguamente todos los animales eran como los humanos. Un día se encontraron en la orilla de una laguna un zorro y una tortuga, entonces el atrevido zorro le dijo a la tortuga: –¿Quieres competir conmigo, amigo? y a la tortuga le preguntó en qué quería competir con ella. El zorro le dijo: –Vamos a permanecer tres días encerrados sin comer. Primero se encerró la tortuga y le cuidaba el zorro los tres días sin darle de comer. Ella permaneció sin ningún problema. Llegó entonces, el momento de encerrar al zorro. De la misma manera le cuidaba la tortuga, sin darle de comer; pero el zorro no alcanzó, solo aguantó un día. Al día siguiente, no le respondió a la tortuga, porque ya se había muerto de hambre. Así de esa forma, antiguamente, le ganaba la tortuga al zorro.

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Regionalismo que significa TOMAR EN BRAZOS.

2

Así ha sido narrado por la persona entrevistada, aunque lo citado no tiene razón dentro del contexto.

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La anaconda del misahualli

Entrevistadora: Mercy Vinueza Informante: Pilar Varela, 63 años

Cuenta la leyenda que hace muchísimos años, la comunidad de Misahualli fue castigada por la rencorosa Quilla (luna) con lluvias tan torrenciales que provocaron una gran inundación, y que el dios Inti (Sol) uniéndose al castigo, escondió la luz, permitiendo que las furiosas aguas trajeran consigo una infinidad de seres malignos entre ellos apareció “Amarun”, ¡la temible anaconda!, enviada especialmente para destruir a todos los hombres blancos que estaban causando daño a la madre naturaleza. En efecto, la monstruosa serpiente de más de 20 metros de largo y tan gruesa como el tronco de los árboles de caoba se tragó a todos los hombres malos y luego del macabro banquete, se sumergió a dormir junto a la gigantesca roca que se encuentra en medio del río, a pocos metros de la playa.

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Se dice que solo los más viejos y sabios “shamanes” conocían el secreto y tenían el poder para despertar a la hambrienta y gigantesca serpiente. Pero tú, debes tener cuidado. Si destruyes la naturaleza, “Amarun” la gigantesca anaconda despertará y entonces, aunque huyas, corras y te escondas, terminarás siendo parte de su cena. _______________________________________________________________________


Pastaza Cuento achuar Entrevistador: Valerio Gualinga Santi Informante: Elvia Santi, 50 años sobre cómo consiguieron la candela nuestros mayores Dicen que antiguamente nuestros mayores no tenían candela para cocinar sus alimentos, así que los ponían en las axilas, porque esa parte del ser humano es la más caliente. Pero la familia TAKEA sí tenía candela, pero era totalmente mezquina y no la compartían con nadie y si alguien se acercaba a pedirles, le mataban. Viendo el sufrimiento de la gente, el picaflor decidió robar la candela. Un día, las hijas de TAKEA se fueron a la chacra y encontraron al picaflor mojado en el camino. De pena le llevaron a la casa y le pusieron al lado de la candela para que se le secaran las plumitas. Después de un buen rato, su plumaje se secó totalmente. La puerta de TAKEA se abría y se cerraba rápidamente; el picaflor, sin que nadie se diera cuenta, prendió fuego a su larga plumita trasera. Ya, cuando estaba volando con la candela prendida dentro de la casa de los dueños, éstos se dieron cuenta y le quisieron matar. En el momento en que se abrió la puerta, logró salir y luego dejó prendido un árbol seco. Es así que, desde ese momento, existe la candela. Reflexión de nuestro mayores de no ser egoístas, sino que se debe brindar lo que se pueda a los que están a nuestro alrededor. _______________________________________________________________________

Cuento tuwi runa (cabeza mate)

Entrevistador: Rolando Guerrón Santi Informante: Degilina Gualinga Santi, 62 años

Había un joven llamado Tuwi runa quien caminaba todo los días cargando una shikra, alrededor de una casa. En esa casa había dos señoritas que según él, deseaban su shikra3 en la que ponía todo tipo de frutas. Esas señoritas eran huérfanas y vivían con su madre. Las señoritas un día le pidieron que les llevara a coger frutas y él les llevó al monte muy lejos de su casa. El joven Tuwi se quedó loco porque estaba con las dos chicas y buscaba las frutas por cada loma, pero no podía localizar en cuál se hallaba la fruta. Como no encontró ninguna y como las señoritas estaban esperando, el joven Tuwi les abandonó en el monte y se escondió de ellas. Las dos jóvenes se perdieron en la selva sin saber por dónde quedaba la casa. Tanto caminar en la selva, encontraron un camino remontado que siguieron hasta que llegaron a una casa donde vivía un viejo que les dijo bromeando: –Vengan cuñadas entren y tomen asiento. –Luego dijo el viejo: –Mujer, bríndale, siquiera, agüita. –La mujer respondió: –Ya les doy. Después de brindarles, la señora les llevó a la cocina que estaba llena de carne. El viejo les dijo: –Duerman aquí en mi casa, la casa está libre. –Las dos hermanas confiando en el viejo, se quedaron a dormir. En la noche venían bastantes chim-

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Bolso de fibras vegetales tejido a mano.

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bilacos4, por lo que no podían dormir y uno de esos le comió a la hermana menor. Le comía y comía hasta la madrugada y la hermana menor quedó solo en hueso. La hermana mayor lloraba y lloraba de pena. Se dio cuenta que el viejo había sido el hombre chimbilaco. Al día siguiente, la hermana mayor le envolvió con una hoja el hueso de su hermana menor y lo llevó a enterrar en un hueco de sajino5. Después ella se quedó sola, pero seguía buscando su casa. Llegó a otra casa e igual que antes, le invitó un señor poderoso llamado Rayo Runa (Hombre del trueno). Igual que el otro, le hizo quedar a dormir, pero como ella andaba llorando, el Rayo Runa le preguntó: –¿Por qué lloras? Ella le contó que a su hermana le había comido el hombre chimbilaco. Escuchando que le contaba la hermana mayor, el Rayo Runa se enojó y dijo: –Ahora quiero ver a ese hombre. Anochecía, la hermana mayor solo pensaba en su hermana. Sonaban a su alrededor miles de chimbilacos. El hombre Rayo se levantó bien enojado y les dijo si querían jugar, –¡Jueguen conmigo!– Y, como era poderoso, les mató a todos. De los tantos chimbilacos, se escapó una mujer preñada de la que se dice que hasta la actualidad existe. Al día siguiente, la chica seguía caminando hasta encontrar a su madre. Caminaba y caminaba. Llegó a la casa del señor Punshana (WATUSA) e igual se quedó a dormir. Él le invitó a ir a la chacra a sacar la yuca. Le indicó: –Irás por esta parte y yo me voy por esta parte de acá. –La chica sacaba la yuca y la Watusa salía por otro lado y sonó tun, tun, tun. Cuando estaba pateando en la tierra, se oyó que ladraba el perro. El animal llegó a la chacra y comenzó a ladrar a la Watusa. La dueña del perro se acercó donde la chica y “viendo bien” había sido su madre con quien se volvió a encontrar. Dicen que la watusa andaba sola robando en cualquier chacra, pero sucede que este animal le hizo llegar a la chica donde su familia. _______________________________________________________________________

La mujer sirena

Entrevistador: Rolando Guerrón Santi Informante: Ana María Santi, 55 años

Antiguamente vivía mucha gente en una comunidad. Andaban pescando con atarraya y vivían de eso. En una de esas, un joven pescaba con su hermano y les caía mucho bocachico. El hermano mayor le decía a su hermano menor “Estamos de suerte”. Estaba botando la última atarrayada que se movió fuertemente y se dijeron: “Se atrapó un bagre”. Le alzaron para botarle a la canoa y vieron bien con la linterna. Lo que distinguieron era una sirena. Así que la llevaron a la comunidad para indicarle a la gente. En un par de minutos, se aglomeró la gente para verla. ______________________

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Término referido a murciélagos chupasangre.

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Especie de cerdo que habita en las zonas selváticas de América.

Después, tuvieron una minga para hacer una casa cerrada donde pueda pasar su vida. Por eso dicen que hasta la actualidad vemos la fotografía. También nos cuentan que antiguamente, en la Semana Santa era prohibido meterse en el agua, los que no hacían caso, se trasformaban en sirenas.


Pastaza Leyenda de dos hermanos: Luceros

Entrevistadora: Silvia Chamba Rodríguez Informante: Juan Vargas Cadena, 51 Años

del amanecer y anochecer en kichwa, conocidos como kuillur Según cuenta la leyenda, dos hermanos quedaron huérfanos desde muy temprana edad; nunca conocieron a sus padres. Muy cerca de la vivienda donde se encontraban estos bebés, pasó una señora quien los recogió, y se hizo cargo de ellos. Los niños pasaron a vivir en una casa de paja con cerramiento de bambú (caña guadúa) la misma que se encontraba bien deteriorada. Vivían acompañados de la madrastra Cuenta la leyenda, que antiguamente las madres solo tenían un pezón en el centro del pecho, así tenía la madrastra. Esta madrastra todos los días les trataba mal, aparte de no alimentarles bien, les odiaba y les enviaba a trabajar muy lejos. Cierto día, la madrasta les dijo a los dos hermanos que quería que los dos se vayan a trabajar a la finca más lejana y que no quería verlos en un par de meses. Les dijo que cuando ya estén trabajando la finca, que le vengan a avisar para ir a ver si en verdad saben trabajar y puedan ganarse el cariño de madre. Entonces estos dos hermanos, un cierto día prepararon las herramientas de trabajo, alimentos, semillas y se marcharon. Se pusieron a trabajar grandes extensiones de maíz y justamente cuando ya estaba cerca la cosecha, ellos pensaron hacerle una trampa a la madrastra por todo el sufrimiento que ella les había causado. Fabricaron unas lanzas y la escondieron en el maizal y partieron de regreso a la casa para informarle y llevarle al sitio de trabajo. El hermano mayor le comentó a su madrastra que todo este tiempo no les habían visto, y que ellos quisieran que vaya a ver todo el trabajo que habían hecho. La madrastra incrédula les empezó a hablar diciéndoles que eran unos muchachos vagos y que tal vez ni siquiera han trabajado ni un pedacito de terreno y que le estaban mintiendo. Les dijo que si le mentían y que si no han trabajado nada, no le volverían más a ver y que se deberían largar de la casa. Al siguiente día, emprendieron el viaje, llegaron al sitio, primero le indicaron una pequeña parcela, diciendo como de broma que esto era lo que habían trabajado. La madrastra viendo tan pequeño trabajo, se enojó y empezó a regañarles, e insultándoles, les dijo que eran unos vagos, que no se merecían nada y que ojalá no vuelvan nunca a la casa. Entonces el hermano menor replicó diciéndole a la madre: –Sin ver más allá, nos estás juzgando, camina y verás entonces.– Le hicieron caminar un poco más y vio que se encontraba en una maicera inmensa que no tenía fin, entonces en ese momento los dos hermanos aprovecharon. Le abandonaron y se subieron a unos árboles para mirar cómo suplicaba, entonces la madrastra encontrándose perdida sin poder salir, se puso a llorar diciendo: –¡Hijos queridos, por qué me abandonan, por qué me dejan sola!- Indicándoles el pezón les volvió a decir a los hijos: - ¡No saben que de este seno se amamantaron!- y justamente en ese momento, los dos hermanos aprovecharon para arrojar una lanza que justo cayó en la punta del pezón y lo partió en dos. Habiendo cruzado la lanza en el pecho y partido el seno, los dos hermanos se retiraron. Desde entonces, cuenta la leyenda que ahora las mujeres tienen dos pezones.

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El tigre del sumaco

Entrevistadora: Silvia Chamba Rodríguez Informante: Juan Vargas Cadena, 51 años

Según cuenta la leyenda, este tigre famoso que vivía en las faldas del Sumaco era un abuelo que se transformaba en tigre y estaba acabando con la gente que vivía en los alrededores del volcán. Un cierto día, dos hermanos llamados luceros el uno del amanecer y el otro del anochecer (llamados KUILLUR), cruzaban por estas tierras y la gente empezó a contarles todos los problemas y pormenores que tenían con este viejo que se transformaba en tigre y se les comía a todos quienes cruzaban o iban de cacería. La idea de la gente era terminar con este viejo para estar tranquilos. Entonces estos hermanos planificaron la estrategia de encerrarlo para que nunca más vuelva a molestar a la gente. Como a este abuelo le gustaba la música, ellos construyeron una celda en forma de montaña con una buena seguridad, y colocaron todo tipo de instrumentos musicales, adornos y le invitaron al abuelo diciendo: –Venga abuelo, visite este lugar que es su sitio favorito, aquí encontrará todo: música, comida, y todo lo que usted necesita. –Con un poco de recelo y aparentando no querer entrar, el abuelo se hizo rogar. Estos dos hermanos trataron de hacer todo lo posible y cierto día que ellos estuvieron escondidos mirando hasta que el abuelo ingresará. Un día, el abuelo viendo que no había nadie ingresó y justó los dos hermanos saltaron y cerraron la puerta. El abuelo quedó atrapado e inmediatamente se transformó en tigre. Desde aquel momento, la gente se quedó tranquila y les dio gracias a estos dos valerosos hermanos. Según cuenta la leyenda, cuando se escucha rugir la montaña como un trueno es el tigre que está encerrado, se encuentra con hambre y quiere salir.

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Pastaza

El Río Nayanamaka6

Entrevistadora: Elizabeth Yankuam Informante: María Mercedes Ponce, 75 años

Había un jefe indígena llamado Najande (1940) en una comunidad shuar llamada Chai. El jefe tenía dos mujeres, la mujer más joven tenía 22 años y la más mayor tenía 35 años. Un día la esposa más joven llamada Tsunki Nua bajó a lavar en el río llamado Nayanamaka, era un río muy caudaloso más o menos grande. Cuando se disponía a regresar a la casa, vino una creciente con oleaje muy alto y sin haber llovido. La comunidad decía que el río era traicionero. En el transcurso del oleaje, éste alcanzó a la mujer y la botó a la profundidad del agua. En ese entonces, se asomó un joven que había llegado a visitar a la familia que tenía en esa comunidad y al escuchar los gritos de auxilio, el joven llamado Mashian se lanzó a las aguas y tomándole de la mano y del pelo, sacó a la joven casi sin vida. Al poco rato, la joven volvió en sí y abrió los ojos y miró al joven que le había salvado la vida. A ella le palpitó el corazón, y se enamoraron a primera vista. Pasaron cinco meces encontrándose a escondidas de su esposo hasta que un día les descubrió un hijo mayor de la esposa mayor del jefe. Le cogieron al joven enamorado y amarándole de pies y manos, le lazaron al río donde se ahogó y murió. A la joven le encerraron en un cuarto muy oscuro para que se olvidara del joven que amaba y del que se enamoró a primera vista. La joven no resistió la desesperación y se suicidó. Por esa razón, la leyenda dice que la joven salía todas las noches al río y llamaba a los hombres de la comunidad, los atraía hacia el río y los desaparecía. Aproximadamente hace 15 años, la historia cuenta que un hombre desapareció en el rio Nayamaka. En la actualidad todo este relato de la leyenda ha desaparecido por la introducción del hombre en la selva y las colonizaciones.. _______________________________________________________________________

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Nombre tomado del contexto de la narración.

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TRADICIONES Y COSTUMBRES Cómo empezó a poblarse la ciudad del tena

Entrevistadora: Delia Leticia Tapuy Informante: Milton Arellano, 55 años

Le contaré cómo comenzó a poblarse la cuidad del Tena, cómo eran antiguamente las casa y cómo vivía la gente. Cuando era muy pequeña y apenas tenía ocho años, mis padres no usaban zapatos y me cargaban para trasladarnos porque en esa época no había mucho dinero y la gente caminaba sin zapatos. Los niños y los adultos no se preocupaban de las vestimentas, sino de buscar su alimentación en actividades de cacería y pesca. En aquella época todo era selva y las pocas casas que existían estaban hechas de guadúa y paja toquilla. Los caminos eran muy pequeños y lodosos; se pasaba por un puente colgante hecho de soga. Para hacer cualquier compra, se tenía que caminar dos semanas y el regreso era igual. Con el pasar de los años, se inició el desbanque y la construcción de la carretera. Alguien de afuera había venido a conocer el pequeño pueblito y le gustó tanto, que, poco a poco, muchas personas comenzaron a llegar y el Tena empezó a poblarse. _______________________________________________________________________

LA CHICHA

Entrevistadora: Delia Leticia Tapuy Informante: Milton Arellano, 55 años

La chicha es igual a una bebida alcohólica y, antiguamente, las personas preparaban con chonta o yuca. Para preparar la chicha, ponían la yuca en una batea de madera y, con un amasador, que también estaba hecho de madera, la amasaban hasta que quedara suave, la masticaban y la mecían, luego llenaban un balde y, al día siguiente, ya tenían su chicha. Para poder embriagarse, dejaban que se fermentara hasta una semana para poder tomarla. _______________________________________________________________________

Matrimonio kiwchwa

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Entrevistador: Marco Ajitimbay Muñoz Informante: Manolo Segura, 57 años

Me inicié en esta linda profesión del magisterio de docentes, allá por década de los 80 en el Cantón Arajuno. En ese entonces, solo se ingresaba en avioneta. En la actualidad, se ha abierto un carretero de segundo orden. En esa época era parroquia rural, hoy es un cantón importante pluri-cultural y pluri-étnico de nuestra Amazonía. En esos


Pastaza años tuve la oportunidad de aprender mucho de esta cultural y las tradiciones propias de nuestros hermanos indígenas de la Amazonia, que consistía especialmente en lo siguiente: Cuando alguien se enamoraba de una muchacha, y realmente estaba ya con ideas de casarse con ella, realmente no existía el matrimonio como lo hacemos en la ciudad primero en el registro civil y todos esos trámites que hacemos. El joven novio tenía que ir a la pedida de la muchacha solo sin ningún acompañamiento llevando para la pedida lo que él tenga de su voluntad. Llevaban un galoncito de chicha, agua ardiente (puro) o agüita de guayusa, bebidas típicas de la zona, y llegaba a la casa de la novia a hablar con sus papás. Los padres le recibían y le daban el visto bueno para poder cortejar a la novia. Después de esto y con la aceptación de los papás, el novio tenía que presentarse ante los máximos líderes de la comunidad y de la misma manera llevar lo que a su voluntad tenga7 y hablaba sobre las intenciones con su novia y esperaba la aprobación de todos. De igual manera, si éstos aceptaban y daban su aprobación, venía el siguiente paso, que consistía en la pedida pública ante toda la comunidad. El novio preparaba comida, bebida y un baile para todos los integrantes de la comunidad a los que los padres de la novia invitaban. Éste ya era casi el paso final porque a partir de este momento, ya se consideraba como un miembro de la familia y la novia ya pasaba a ser su mujer. Desde la noche de la fiesta y pedida, podían ya vivir juntos los dos ya sea en la casa de la novia o del novio. Esta costumbre indígena era conocida como “Masha-cumba” que quería decir amigo bien recibido por nosotros: “yerno”. La cúspide final del matrimonio consistía en una última ceremonia con los grandes shamanes que son los representantes máximos de su DIOS, y en una ceremonia especial sellaban el lazo de amor de estos enamorados a la que solo asistían los familiares del novio y de la novia. Esta tradición todavía se la realiza en la actualidad. Solo a partir del año 2000 realizan el matrimonio civil que ha tenido auge en estas comunidades del interior de nuestra bella provincia de Pastaza. _______________________________________________________________________

El día de los inocentes

Entrevistador: Nelson Concha Merchán Informante: Martha Vargas Barreros, 52 años

El 6 de enero de cada año, las personas de la ciudad del Puyo acostumbraban a disfrazarse de diversos personajes para desfilar por las calles de esta ciudad. Se iniciaba desde la entrada del Puyo, hoy más conocida como “Redondel”, con la familia Pérez y Llerena. Bajaban disfrazados y la gente poco a poco se iba incorporando hasta llegar al centro de la ciudad. Nadie los obligaba a disfrazarse o desfilar, pero con emoción y alegría llevaban a concentrarse un gran número de disfrazados. Como el 6 de enero es el Día de los Inocentes, estos personajes hacían de las suya, quitando la comida o cualquier pertenencia a los descuidados. En la noche se reunían en una casa comunal para terminar con el baile por el “Día de los Inocentes”. _______________________________________________________________________

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Significa, lo que desee.

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Laguna de kotokocha

Entrevistador: Diego Escobar Duche Informante: Reynaldo Chango, 75 años

Hace muchos años cuando aún no llegaban los colonos, había una laguna formada por las aguas del río Puyo, frente a ella empezamos a construir nuestras chozas. Después de algunos días cuando los niños salían a bañarse en el río, escucharon aullar a unos monos, ellos no sabían por qué aullaban. Por eso, una tarde fuimos los viejos a ver y nos quedamos admirados de la manada de monos aulladores que cruzaba por la laguna. Eran grandes monos de color rojo que cuando no había manera de cruzar el río, juntaban sus brazos sobre la laguna agarrándose fuertemente y así lograban formar un puente para que sus crías que aún no sabían nadar, puedan cruzar por encima de ellos y así llegar al otro lado. De ahí la razón del nombre de nuestra comunidad KOTOCOCHA que viene de la palabra “koto” por el mono aullador “koto” y “kocha” que es laguna. Éste es el origen del nombre de nuestra comunidad y es lamentable ya que ahora estos monos no se los pueda ver porque han desaparecido por culpa del hombre que ha destruido su hogar cortando los árboles para hacer sus casas y poniendo ganado. También como abrieron la carretera para que los colonos puedan salir y entrar fácilmente a sus terrenos, eso también hizo que los animales se fueran lejos. _______________________________________________________________________

La vestimenta de la mujer achuar

Entrevistadora: Lucrecia Vinza Utitia Informante: Ilario Saan, 59 años

Los hombres tumbaban el árbol y cortaban solo la corteza de los lados de los tallos. Antes de pelar, lo aplastaban con un palo hasta que quede suave y listo para ir a lavar. Luego del lavado, le ponían al sol para que se seque. Esta vestimenta era usada tanto por los hombres como por las mujeres. El Kamush duraba mucho tiempo y era abrigado, así también, servía como mochila para cargar a los bebés. Después de vestirse así, durante mucho tiempo, cuando comenzaron a relacionarse con las otras culturas, se inició el negocio, especialmente con los colonos del Perú. Compraban telas de un solo color las mismas que medían dos yardas, las doblaban y cosían. Esta prenda se usaba desde la cadera hasta las piernas y la llamaban Pampainia (falda típica de la mujer achuar). Después de eso compraban las telas floreadas y las cosían como una blusa de manga larga y eso lo llamaban Tsurim pushi. Con esta vestimenta han permanecido desde hace muchos años hasta la actualidad. Además de esto, ellas también se embellecían con los siguientes adornos: - En la cara se pintaban con achiote. - En el labio inferior se colocaban un palito (Tukunu) muy delgado hecha de carrizo o de un dardo.

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Pastaza - Engalanaban las orejas con un carrizo y con un palito delgado hecho por ellas como un adorno. - Usaban las plumas de tucán como arete, confeccionado por sus padres. - En el cuello se ubicaban mullos hechos de un solo color. - En el tobillo se colocaban una cinta. - Para la blusa típica, en el borde inferior, ubicaban una especie de cinturón de pepa del árbol llamado Nupir para que suene en las danzas, el ruido que hacen se acerca al sonido de las maracas. Los achuar, tanto los hombres como las mujeres, se adornaban durante las fiestas y reuniones importantes. _______________________________________________________________________

El matrimonio achuar

Entrevistador: Valerio Gregorio Gualinga Informante: Raúl Tsamarín

Los pedidos para el matrimonio antiguamente eran muy marcados y fuertes, ya que en las horas de tomar la wayusa entre las 2 y 3 am., se tenía que realizar el pedido, ya sea para el hijo, amigo o alguna persona que deseaba casarse con una chica que tenía conocida, o simplemente tenía vista. Este pedido se lo hacía con el padre o con algún mayor que se pensaba que podría convencer al padre de la chica. Dependía de la posición que tenía el padre o algún familiar, en caso de no tener padre, porque a veces se tenía que amanecer sin respuesta favorable. Podía pedirle en matrimonio cuantas veces sean necesarias, hasta convencer al padre de la chica, para que no sea como burla el pedido que le hacía. Como la madre siempre estaba bajo el mando del esposo, no tenía mucha decisión. Pero cuando ya entregaba el padre a la hija, tenía que sentirse muy orgulloso, ya que éste tenía a alguien para que les pueda defender en la vida cotidiana y velar también por la casa cuando él no estuviera presente. También cuando la familia era de varias esposas, las madres sentían un alivio porque sabían que él podría ayudar en muchas cosas en especial en la guerra. _______________________________________________________________________

Medicina tradicional del oriente Existen muchas plantas medicinales originarias de nuestras selvas. Antiguamente, como no existían los doctores en las comunidades, los pobladores aprendieron a curar las enfermedades con hierbas de la selva, por eso, de niños iban con sus padres a conocer las plantas medicinales, ya que para aquel que no las conocía, era difícil identificarlas. Actualmente como la comunidad está cerca de la ciudad, la mayoría de los jóvenes está perdiendo esta tradición, prefiere ir al hospital en vez de tomar la medicina tradicional.

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Remedio para curar las lombrices Patas Kara Es la corteza de un árbol grande llamado así por los antiguos kichwas. Se saca la corteza y se la hace hervir hasta que el agua comienza a secarse y se vuelve de color oscuro, luego se da a beber colocándole en un pequeño recipiente. Al día siguiente, cuando canta el gallo, se levanta al enfermo y se le da nuevamente el remedio. Después de haberlo tomado, éste se emborracha hasta perder el sentido. El día que se toma el remedio no se debe comer nada, solo hay que beber agua hervida para no revivir a las lombrices. El paciente, a los tres días, siente fuertes diarreas e inmediatamente arroja lombrices blancas y grandes. Tsikta Kara “Corteza de Tsikta” Esta corteza se extrae de la parte superior del árbol “Tsikta”, luego se cocina con abundante agua hasta que se quede en una pequeña cantidad de líquido. Este remedio se toma en ayunas. También se suele administrar a las mujeres después de haber dado a luz con la finalidad de que se limpie el estómago. Amarun Kaspi Esta planta es difícil de conseguir. Sirve como remedio para aquellas personas que padecen de anemia, debilitamiento y flacura causadas por lombrices. Se utiliza para arrojar las lombrices y para que vuelva el color a la piel del enfermo. Se hierve la corteza hasta que el agua adquiera una coloración roja, se da al paciente esta bebida y su rostro se tornará rojizo. No se debe dar a los niños ya que puede producir la muerte.

Remedios para los dolores corporales Chukchuwasu Del árbol llamado “Chukchuwasu”, se pela la corteza, luego se cocina en una olla con bastante agua y se hierve hasta que quede muy poco líquido. Este es un remedio muy positivo para calmar inmediatamente los dolores del corazón, el estómago, las inflamaciones cutáneas y el robustecimiento corporal.

Remedios para enfermades graves Pitun Muyu “Semilla De Pitón”

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Se sacan las semillas que se encuentran en el interior del árbol, se filtra el líquido y se toma. Este remedio es muy positivo para el paludismo y fiebre amarrilla. Una vez que se ha tomado produce diarrea y luego, poco a poco, van desapareciendo las enfermedades.


Pastaza Animi Kara “Corteza de Animi” Se extrae la corteza del árbol, luego se cocina y se guarda. Es muy efectiva para la gripe, la tos, la tosferina y para los pulmones.

Más remedios de la selva oriental Dunduma Waska “Bejuco De Dunduma” Es un bejuco que tiene la forma de una raíz. Es un excelente cauterizante para el flujo de la sangre. Se toma por dosis de acuerdo a la disposición de la curandera; sin embargo, hay que tener un poco de recelo al tomarlo, pues la mujer que ingiere esta medicina se debilita y va a la cama por dos o más días. Maria Panka “Hoja De María” Esta hoja es muy eficaz para la inflamación, la hinchazón y las quemaduras. La hoja, después de humearla en el fuego, se coloca sobre las heridas. Waysa Panka “Hoja de Guayusa” Sirve para controlar la menstruación; purifica el estómago para ser mujer fértil en caso de que no pueda concebir. Se cocinan las hojas de la guayusa, por un tiempo prudencial, hasta que el líquido espese, luego se toma sin añadir ninguna clase de dulce. También se usa para bajar las inflamaciones y para lavar el estómago. Llullu Kiña “Orito tierno” Cuando pica una culebra, inmediatamente se corta una kiña tierna, se exprime el zumo y se toma. Este remedio se encuentra en cualquier lugar de la selva, de manera que, si una persona es picada por una culebra, debe buscar la kiña tierna y no hace falta llamar al curandero. Lumu Llullu “Yuca Tierna” Cuando existe una herida, en cualquier parte del cuerpo, se cortan hojas tiernas de yuca y se aplica inmediatamente en la herida. Este remedio cura en pocos instantes. _______________________________________________________________________

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Santa Elena


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CUENTOS Y LEYENDAS El venado de dientes de oro

Entrevistadora: María Magallanes Ruiz Informante: Marianita de Jesús Ruiz, 65 años

En tiempos no muy lejanos en lo que hoy es Santa Elena, había hombres que se dedicaban a la cacería de venados, especialmente en las noches, en los cerros de Chanduy. En una de las tantas noches de cacería, divisaron dos hermosos venados que pastaban debajo de unos grandes árboles. Con mucha cautela los cazadores fueron acercándose, hasta llegar al punto estratégico donde podían dispararles. Con gran rapidez, les dispararon y lograron matarle a uno. Con mucha dificultad lo llevaron hasta donde habían dejado un asno, lo subieron y regresaron a su hogar. Al faenar el venado, se llevaron una gran sorpresa, pues descubrieron que dos dientes estaban cubiertos de oro, lo cual creó en ellos mucho temor, porque en aquellos tiempos se decía que las personas que practicaban la brujería se convertían en animales para cometer sus fechorías. Decidieron llevar al venado al cementerio, cavaron la fosa y le enterraron porque creían que un brujo se había reencarnado en aquel animal.

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Santa Elena

Fantasma del camino

Entrevistadora: Inelda Cobeña Tomalá Informante: Aparicio Pozo Pozo, 76 años

Hace aproximadamente treinta años, en la población de Ancón (Campamento de la Anglo), se escuchaba entre los bebedores frecuentes, que en muchas ocasiones cuando viajaban a pie por las vías que conducían a la población, se les aparecía en las noches una mujer muy bella, vestida toda de blanco a quien le flotaba el cabello y la ropa, ella se acercaba mucho a los hombres y les pedía que la sigan por lo que los ebrios, en un alarde de valentía, lo hacían. Cuando lograban alcanzarla, se encontraban con que esa figura hermosa era una calavera, es decir, la misma muerte. Quienes pasaban por esa experiencia se alejaban un poco del vicio y comentaban a sus amigos y vecinos: “Anoche vi a la dama de blanco”. Los habitantes decían que era uno de los tantos fantasmas del camino que aparecían con frecuencia, aterrorizando a quienes, por trabajo o placer, transitaban en la noche.

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Pacto con el maligno

Entrevistadora: Jeimy González Panchana Informante: Juan Panchana Salvador, 80 años

Cuando tenía unos 25 años, don Fulgencio Panchana acompañaba a su papá para trasladar el ganado de un lugar a otro. En este trayecto se encontró con un señor que le dijo que no avanzara a los linderos de El Azúcar y Calicanto porque allí existía un lugar encantado. El señor le contó la siguiente historia: Un hacendando, por la necesidad de hacer producir la tierra, hizo el pacto con el maligno. El diablo debía construir una albarrada1 bien grande que debía terminar antes de que cante el gallo. Entonces empezaron la obra los diablitos, cuando faltaba más o menos “un alto de un cuarto de cuatro metros”, cantó el gallo y apareció el demonio enseñándole el contrato firmado con sangre. Le dijo que había concluido la mayor parte de lo ofrecido y que le correspondía su alma. El hombre, muy astuto, cogió el pacto y lo rompió formando una cruz, el maligno huyó despavorido, dejando libre su alma. _______________________________________________________________________

El dios de la fertilidad

Entrevistador: Rómulo Rodríguez Domínguez Informante: Mary Quintero Delgado, 60 años

En la parroquia Julio Moreno, Recinto Sacachún, se cuenta que existía un comunero que lideraba y tenía cierto poder porque “se daba a querer”2 de las mujeres. Hasta después de su muerte la gente mantenía admiración hacia él, en especial las mujeres, porque se decía que al pasearse ante él y tocarle, inmediatamente, quedaban embarazadas, llamándolo el Dios de la fertilidad. Estas tierras eran muy secas pero al rendirle tributo y oraciones a este ser se cumplía el milagro y hacia llover. Al ver esto, los comuneros le hicieron una estatua de piedra que fue llevada a la cuidad de Guayaquil y se terminaron los milagros en este sector. Actualmente, el Gobierno Provincial y el Ministerio de Turismo pidieron que la estatua sea regresada a la comuna de Sacachún, y desde su llegada, se dice que tiene cualquier cantidad de invierno y muchas mujeres embarazadas. En la actualidad este monolito ha promovido mucho el turismo en la provincia de Santa Elena. _______________________________________________________________________

La culebra mamona

Entrevistadora: Iris Tigrero Poveda Informante: Carmen González, 58 años

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Pared de piedra seca.

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Regionalismo, quiere decir que era muy simpático para las mujeres.

Esta leyenda sucedió en la provincia de Santa Elena, Cantón Salinas, en el sector las Cañitas de la parroquia Santa Rosa. Cuentan los habitantes que existía un animal cuya especie se desconocía y que atemorizaba a todas las mujeres que acaban de dar a luz. Las mujeres se encon-


Santa Elena traban muy asustadas y temerosas por lo que les podía suceder a ellas y a sus bebés. El animal solía salir en las noches y se metía en las casas de las mujeres que daban de lactar a sus bebés de lado y se quedaban dormidas con el seno desprotegido. Un día, una mujer dio a luz y ella acostumbraba a quedarse dormida de lado y con el seno desprotegido, y apareció un animal y le mamó el seno. Ella no sintió nada porque tenía el sueño profundo, la serpiente le daba su cola al bebé para que no llore y no se dé cuenta. Al día siguiente, el bebé amaneció con la boquita partida y con llagas, pero no le dieron importancia. A medida que iban pasando los días, veían que el bebé estaba perdiendo peso y seguía con la boquita dañada. No encontraban explicación para la enfermedad del bebé pues le daban el seno a toda hora, por lo que los padres decidieron hacerle un chequeo y la doctora les preguntó si tenían algún animal que esté durmiendo cerca del bebé, los padres respondieron que en casa no tenían animales. Se marcharon a la casa un poco confundidos ya que no encontraban ninguna explicación. Un día la madre del recién nacido decidió quedarse despierta a ver qué sucedía con su bebé. La señora fingió estar dormida con el seno desprotegido, de pronto, sintió que alguien estaba mamándole el seno y ella automáticamente abrió sus ojos, para su sorpresa no era el bebé quien estaba mamándole, sino una culebra. La mujer gritó y gritó para que le auxilien y la culebra se soltó. El esposo intentó atrapar a la culebra pero no lo consiguió. La presencia de la culebra alarmó a todas las mujeres que daban de lactar; algunas mujeres asustadas casi ni dormían, otras preferían no darle el seno al bebé. Después de varios meses, volvió a aparecer la misma culebra en la casa del Presidente de la Federación de Barrios Las Cañitas ya que su hija tenía dos semanas de haber dado a luz. A esta mujer le sucedió lo mismo que a la primera señora y decidió no quedarse dormida. Cerca de las cuatro de la madrugada, sintió que le mamaron el seno, abrió los ojos y vio que era la culebra, ella la sujetó y lanzó al animal encima de una silla mientras la señora lloraba y gritaba desesperada. En seguida, el esposo se levantó asustado y vio a la culebra, se preparó para la cacería y fue tan grande el alboroto, que se levantaron los vecinos a ver lo que sucedía. Todos los vecinos ayudaron y la cacería tardó varias horas hasta que cerca de las seis de la mañana, atraparon a la culebra y la llevaron al parque central de Santa Rosa para matarla. Todas las personas que estaban en lugar se quedaron anonadadas al ver el inmenso tamaño de la culebra. Todos decidieron cortarle la cabeza y ocurrió algo no esperado, en vez de salir sangre salía solamente leche. Desde ese día las mujeres que acaban de dar a luz ya están más tranquilas pero tienen un dicho “No te quedes dormida con el seno desprotegido, porque viene la culebra”. _______________________________________________________________________

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Barcelona

Entrevistador: Octavio Santiana Yagual Informante: Aníbal Tómala Pozo

Esto sucedió en Barcelona, una población que queda por la ruta del sol en la península de Santa Elena. Barcelona tiene su propia orquesta. Esto sucedió con su director. Él recibió la invitación para que fueran a tocar en una fiesta, pero no en un pueblo sino en una hacienda por el sector denominada Sinchal.

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Regionalismo que significa dar una parte del dinero contratado, antes de que se realice el evento.

El director de la orquesta le dijo que le deje un adelanto3, pero el hombre le respondió que no le daría porque después se irían a tomar con el dinero y que nunca llegarían. Le dijo que le iba a pagar cuando esté en la hacienda y, además, que le pagaría el doble de lo acordado. Ese fin de semana salieron a las 7 de la noche a la hacienda “La Fortuna”. Los músicos tenían muy claro a dónde tenían que llegar, por lo que no tuvieron problemas.


Santa Elena Cuando llegaron a la casa de hacienda, se dieron cuenta que era muy vieja y no tenía electricidad. Un par de músicos, que tocaba la guitarra, no se sentían muy contentos de perder su tiempo. Se acomodaron, pero lo que no les gustó fue que no habían sino tres o cuatros casas viejas alrededor. Casi a las 9 de la noche cuando estaban los músicos practicando, de repente apareció mucha gente, los varones llevaban saco y corbata, las mujeres vestidos largos, todos iban muy bien vestidos pero había algo extraño, los modelos de la ropa que usaban eran muy antiguos. A las nueve en punto, cuando regresó la luz de un momento al otro, los músicos distinguieron muchas casas que antes no estaban. Comenzaron a tocar y de pronto uno de los músicos paró la música y los demás también, y le preguntaron qué le había pasado y él dijo: “Miren estúpidos toda esa gente”, Los hombres vieron muchas personas que conocían y que ya habían fallecido y la música se escuchaba a kilómetros y la gente bailaba como loca. _______________________________________________________________________

Taxi

Entrevistador: Octavio Santiana Yagual Informante: José Pozo Romero, 56 años

En Sta. Elena, en una cuadra se reunían los muchachos a las 8 de la noche después de merendar, era la hora de la música de Agustín Lara, del Trío los Panchos

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y de Pedro Infante, éste último, el más popular. Se presentaban las películas de María Félix, Cantinflas y Tarzán con la mona Chita. La electricidad la teníamos diariamente desde las 5 hasta las 10 de la noche, y los fines de semana hasta las once y media que era la hora de salida del cine. A la vuelta de la esquina del cine, camino de la segunda calle vivía la familia Viteri, apodados “los Churupacos”. El viejo Churupaco tenía el primer taxi de la península, era un Ford del año 1948. Si querían pasear o hacer una carrera, tenían que buscarle a él. Churupaco salió un viernes con la familia Hidalgo a quienes tenía que ir a dejar al cine. Los dejó en el centro con la condición de que los retire a la salida. Como era viernes y no tenía apuro, decidió dar un par de vueltas para hacer algunas carreras. Luego fue a la loma a poner gasolina y de regreso, se encontró con unos muchachos de Salinas. Subió a la loma con los muchachos y les dejó en un lugar poco decente, luego recordó que tenía que ir a recoger a la familia Hidalgo. Al bajar la loma, se encontró con una chica guapa que le dijo que le haga un flete, pero que solo contaba con cuatro sucres4 y tenía que ir a cuatro lugares y Churupaco dijo: -Bueno, pero que no sea fuera de aquí. Después de haber hecho las cuatro carreras, le dijo que la llevara a la plaza del mercado. Se bajó del carro y se metió por un zaguán a una casa al frente de donde estaba parqueado. Pasó media hora y la chica no salía y decidió ir a buscarla. Solo se encontró con unos borrachos que le dijeron que no había entrado ninguna chica, por lo que decidió regresar al otro día por la mañana. Regresó al siguiente día al mismo lugar y la chica no salía, pero apareció una señora. Se bajó del taxi a preguntar por la chica y ella se quedó asustada y le dijo que la esperara un rato. La señora salió con un periódico y le mostró que la chica había sido asesinada por su amante y Churupaco se quedó asustado. La señora le dijo que no era el único al que se le había aparecido aquella chica. _______________________________________________________________________

Leyenda sobre el origen del nombre río verde

Entrevistadora: Norma Lucin Flores Informante: Luis Orrala Lavayen, 84 años

Nos narra don Luis Orrala Lavayen, oriundo de la comuna Rio Verde que pertenece a la Provincia de Santa Elena, que hace muchos años (más de 100) los moradores se dedicaban a la cría de ganado como: vacas, chanchos, chivos, toros, yeguas y caballos, que eran de gran tamaño, alcanzaban una altura de 2 metros y se comercializaban al por mayor, para luego exportarlos a países vecinos.

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Moneda que se utilizaba en el Ecuador antes del año 2000.

También el pueblo tenía de 8 a 10 pozos de los que se sacaba agua dulce que era extraída por bombas y después era vendida a los tanqueros para toda la comunidad del cantón Santa Elena.


Santa Elena

Como en esos tiempos llovía mucho, el terreno era fértil y sus campos muy verdes. Por la mitad del pueblo, corría un pequeño río. Para cruzar al otro lado del pueblo, tuvieron que construir un puente de madera. A lo lejos se podía observar un paisaje muy lindo; los moradores al ver este panorama le pusieron el nombre de “Río Verde”. _______________________________________________________________________

Leyenda del tintín

Entrevistadora: Norma Lucín Flores Informante: José Lucín Torres, 72 años

Don José Lucín nos comenta la leyenda de un personaje pequeñito que pasaba por los pueblos a la medianoche. Este personaje tenía una estatura de 50 centímetros, caminaba por el pueblo vestido con pantalón y camisa de color negro y un sombrero grande que resplandecía como el oro. Caminaba con los pies hacia atrás dejando huellas grabadas en la arena, este personaje emitía un silbido tan fuerte y largo, que nadie podía replicar. Los antiguos decían que tenían miedo de salir a esa hora, porque podían ver al Tintín (hijo del diablo).

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El hombre lagarto del estero de palmar

Entrevistador: Jorge Muñoz Tomalá Informante: Félix Franco Tomalá, 67 años

En la comunidad de Palmar, que es un recinto de pescadores, los pobladores del lugar conocen una leyenda que es muy popular, es la que les voy a contar a continuación. Dicen los abuelos que hace mucho tiempo, había un personaje que era un hombre común, muy pobre por cierto, que de la noche a la mañana se hizo popular porque era el único que traía pesca en abundancia. Esto empezó a intrigar a los demás pescadores ya que ellos, aunque se esforzaban, no podían capturar tantos peces como él. Un día los pescadores, llevados por la curiosidad de saber cómo capturaba tantos peces, decidieron seguirlo. De madrugada, este personaje salió al estero sin saber que era vigilado, se embarcó en su bote y se internó en el manglar; luego de unos minutos llegó a una pequeña cueva, dejó amarrado su bote y entró a este lugar.

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Los pescadores, callados, decidieron esperar a que saliera, pero grande fue su asombro, cuando de allí, salió un enorme e inmenso animal. Era un lagarto que se lanzó al agua y salió al mar abierto. Los pescadores al ver esto, se llenaron de


Santa Elena paciencia y esperaron que volviera. Después de un tiempo, el lagarto volvió y expulsó de su hocico una gran cantidad de peces que había atrapado y retornó nuevamente al mar. Luego de varios viajes, entró nuevamente al refugio y tomó su forma humana. Ya descubierta la forma en la que capturaba tantos peces, decidieron en una segunda ocasión, seguirlo y ver qué es lo que había dentro de la cueva. Cuando volvió a convertirse en lagarto y se lanzó al mar, aprovecharon para ver dentro de la cueva y encontraron en ella la piel vacía del hombre, como si fuera un traje. Al ver esto, los pescadores orinaron la piel, ya que para ellos, éste es el secreto que evita que vuelva a retomar su forma humana. El hombre lagarto después de unas horas, retornó y al darse cuenta que su piel fue orinada, no pudo retomar su cuerpo de humano, quedando transformado en este espantoso animal. Cuentan que después de esto, el hombre lagarto se introdujo al mar y nunca más se supo de él. Esta leyenda es muy conocida por los pescadores. _______________________________________________________________________

Pacto con el diablo

Entrevistador: Jorge Muñoz Tomalá Informante: María Magallanes Tomalá, 76 años

La gente de todo el país decía que los moradores del campamento de Ancón eran millonarios, pues la vida era regalada por las facilidades que la compañía Anglo daba a sus empleados. El sueldo que ganaban podían guardarlo porque no tenían mayores necesidades. Fuera del campamento, la gente empezó a contar que todos en la población tenían “Pacto con el diablo” y que por eso tenían dinero. Cuando alguien, a causa de sus ahorros compraba una vivienda, una finca o arreglaba su casa, empezaban a murmurar los familiares o amigos que tenían en otras poblaciones de la península y esto aumentaba cuando, por coincidencia, fallecía un familiar cercano. Inmediatamente se decía que había vendido a ese familiar al diablo y que ahora tendría más lujos y riquezas. Esta leyenda nace más bien de los afuereños que eran dominados por la envidia ante el progreso de los pobladores de Ancón. Además, hay quienes creen aún en nuestros tiempos, que cuando alguien fallece “alguien más se va” (es decir, se muere), siempre en número de tres, mayores o pequeños; por lo que cuando fallece una persona cerca de la casa, se piensa: “A quien le tocará ahora” ya que deberán morir dos más. _______________________________________________________________________

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TRADICIONES Y COSTUMBRES Trabajo para las mujeres

Entrevistadora: Lilian Catuto Malave Informante: Nemesia Guale Beltrán, 104 años

La señora Nemesia me comentó, muy generosamente, la historia de cómo ella comenzó a sobar5 para hacer parir a las mujeres de su comunidad. Ella, desde los 14 años, acompañaba a su abuela de 70 años a sobar esguinces o quebraduras de los huesos (dolor fuerte de los huesos). La señora Nemesia recuerda que la primera persona a quien sobó fue un niño que se cayó de una mata de mango. Al ver la situación, se atrevió a sobarlo a pesar de que sabía que era delicado lo que le pasaba al niño, y como era su primera curación no cobró. Desde ese día comenzó a sobar en su comunidad, luego la buscaban de las comunidades cercanas y entonces comenzó cobrando dos reales.6 Como su abuela ya era de edad, le ayudaba a hacer parir a las mujeres, por eso, la primera mujer a la que ayudó a parir fue su prima, pues su abuela había fallecido. Hace 30 años ella fue a una cita médica en La Libertad. El doctor Serrano iba a atenderle, pero en ese momento la esposa de él rodó por las escaleras. La señora Nemesia se atrevió a sobarle y el médico se dio cuenta que estaba bien, desde ese día el doctor comenzó a darle charlas de primeros auxilios. Al pasar el tiempo, el doctor Serrano, por medio del Ministerio de Salud Pública, hizo un llamado a todas las parteras de las parroquias de Santa Elena para darles una capacitación sobre atención del parto. Veintidós mujeres recibieron clases en La Libertad y hacían las prácticas en un Subcentro de Salud de Santa Elena. En la actualidad, la señora Nemesia ya tiene 104 años de edad y únicamente en casos especiales ayuda con el parto, esto lo hace, acompañada de una sobrina y en su casa porque ya no se encuentra con las condiciones para ir de un lado a otro. _______________________________________________________________________

Don Diego y la cosecha7

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Regionalismo que significa friccionar.

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Moneda que se utilizaba en el Ecuador.

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Texto sin título. Título colocado en función del texto.

Entrevistadora: Lilian Catuto Malave Informante: Adolfo Villao Rosales, 84 años

Don Diego en su juventud acompañaba a su papá a sembrar yuca, camote, maíz y plátano. Estos productos cultivaban en una montaña muy alejada de su pueblo. Para llegar allá, viajaban aproximadamente cuatro horas y como transporte utilizaban un burro de carga. Su faena de trabajo era “para personas muy valientes” porque cerca de aquel lugar, en las noches, aparecían personas extrañas que gritaban y andaban desnudos, ninguna persona podía hablarles ni acercarse a ellas, porque cuando lo intentaban, desaparecían.


Santa Elena Cuando estos seres raros estaban cerca, los humanos corrían en forma de zigzag para despistar el camino a estos seres extraños, porque si corrían de manera recta era fácil seguir los pasos a los humanos. Un día Don Diego, su papá y un tío tuvieron que dormir en la copa de un árbol porque escuchaban muy cerca a estos seres, como si peleaban con los tigres ya que se escuchaban gritos y rugidos. Así pasó el tiempo hasta terminar su cosecha, una vez acabada, salieron rápidamente de aquel lugar ya que las noches eran muy terribles. _______________________________________________________________________

El gustador8

Entrevistadora: Lilian Catuto Malave Informante: Claudina Ortega Malavé, 93 años

La señora Lupercia comenta que la vida de antes fue muy sufrida porque no había muchas facilidades como en la actualidad. Su pueblo Guangala ubicado en Colonche, provincia de Santa Elena, no tenía luz, servicios públicos, ni transporte; las personas para vender sus productos agrícolas tenían que viajar de 5 a 6 horas sobre los burros de carga. Luego de vender sus productos, regresaban al pueblo después de haber comprado: arroz, aceite, azúcar y manteca pues eran los productos más necesarios para el consumo familiar. Así también, ellos tenían aves, huevos y carnes cien por ciento naturales porque no utilizaban ningún químico como insumo o alimento. Criaban tantas gallinas, pavos, patos y gallinas guineas, que los dueños no se daban cuenta dónde ponían los huevos y, al pasar un tiempo, aparecían con sus crías. Cuando mataban una vaca, después de haber hervido en la comida los huesos del animal, las personas los guardaban para otras comidas y lo llamaban EL GUSTADOR; incluso entre vecinas o familiares, a la hora de hacer el almuerzo, se prestaban el famoso GUSTADOR ya que podía hervirse hasta cinco veces para preparar cinco comidas distintas. _______________________________________________________________________

Costumbre del recinto San Vicente

Entrevistador: Leonard Alvarado Mirabá Informante: Agueda Mirabá Borbor, 66 años

Hablar de costumbres es como hablar de nuestra Patria, saber lo que encierra nuestra historia. Una de las costumbres más conocidas de nuestros antepasados era la de enterrar a los muertos con todos los enseres que habían utilizado en vida. Un hecho concreto que me tocó presenciar en el Recinto San Vicente, cuando aún era joven, fue ver cómo sepultaban a un niño de 10 años. Antes de cerrar la caja, colocaron en su ataúd un tarro con dinero que él se había ganado sacando yeso. Fue algo que me sorprendió porque nunca había visto nada parecido. _______________________________________________________________________

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Hueso de vaca.

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Día de los difuntos

Entrevistador: Leonard Alvarado Mirabá Informante: Flor María Suárez Limón

Cuando era niña, se celebra el Día de los Difuntos el 1 y 2 de noviembre. En mi Comuna Valdivia, los moradores tenían la costumbre de celebrar en la oscuridad. Las personas utilizaban linternas y cantaban a sus muertos acompañados de guitarras, violines y tambores. Se creía que los difuntos llegaban a alimentarse y escogían su comida favorita porque solo ese día tenían permiso para hacerlo. Era costumbre visitar los cementerios para rezarles a los difuntos por el perdón de sus pecados. Después de visitar el cementerio, se reunían los familiares, amigos y vecinos para servirse los alimentos que también le gustaban al difunto. _______________________________________________________________________

El tropel del caballo

Entrevistador: Jorge Muñoz Tomalá Informante: Segunda Pozo Ramírez, 74 años

En la población de Santa Elena, desde hace algunas décadas, se viene narrando de generación en generación esta leyenda de la que muchas personas hablan y dicen haber sido testigos. Según ellos, pasadas las doce de la noche, se escuchaba “el tropel de un caballo” que bajaba haciendo sonar los cascabeles del jinete desde la calle 24 de Mayo, hasta la calle Olmedo, saliendo por la escuela 22 de Enero, tomando la calle Ancón. Nadie lo veía por temor a asomarse a la ventana. Un cuñado que vivía en nuestra casa, una madrugada, debía viajar, por lo que salió temprano y, caminando hacia el centro de la población, a la altura de las calles Sucre y Guayaquil, escuchó el tropel de un caballo que se acercaba. A cierta distancia, pudo apreciar que se trataba de un caballo blanco que traía un jinete vestido de charro, con un sombrero grande con brillo, que en la oscuridad de la noche, por momentos, lo veía aparecer y desaparecer siendo él una de las primeras personas en haberlo observado. Luego otros hombres empezaron a relatar lo mismo, por lo que la gente evitaba salir en las noches por temor a encontrarlo. _______________________________________________________________________

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Santa Elena

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Santo Domingo de Los Tsรกchilas


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Santo Domingo CUENTOS Y LEYENDAS La culebra vengativa

Entrevistadora: Ana Rodríguez Informante: Rosa Romo, 61 años

Hace mucho tiempo, en la vía a Julio Moreno, en donde tenían mis padres una finca, había culebras como en todo el campo. El capitán de la finca dio un día franco1 a los empleados. Ellos solían ir al pueblo en sus días libres y regresaban muy entrada la noche. Un empleado que regresaba del pueblo, se encontró con una culebra, él quiso matarle de un machetazo, pero no lo logró. Le cortó a la culebra casi por la mitad, pero la dejó viva. El trabajador llegó a su casa y contó lo sucedido. Después de un tiempo, este mismo hombre salió muy temprano en la mañana al campo, pues era tiempo de cosecha. Sus compañeros de trabajo también salieron tras él. De repente vieron un animal medio extraño, medía como un metro y se arrastraba sobre la tierra. Lo extraño era que tenía una bola al final del cuerpo, era la cicatriz del machetazo que le dio el hombre hace mucho tiempo. La culebra no hizo nada a los otros hombres, fue directamente donde el que le lastimó, y cobró venganza, pero esta vez la culebra lo mató. Desde ese entonces, la llamaron la culebra vengativa.

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Dar día libre.


de Los Tsáchilas

La culebra convertida en Tsáchila

Entrevistadora: Elidí Santillán Bermeo Informante: Regina Calazacón, 50 años

Había una mujer tsáchila que era brava con su hija, le decía que no le gustaba hacer nada ni ayudarle en la casa. Un día, la mamá le mandó a su hija a ver agua en un estero. Cuando la hija iba al estero, se encontró a un hombre tsáchila y ella salió corriendo a decirle a su mamá que este hombre le decía que le iba a llevar, pero su mamá no le hizo caso porque pensaba que era pretexto para no ir a ver el agua. La mamá disgustada le dijo: –Hija, muévete a ver el agua.– La hija tuvo que ir al estero. La mamá esperaba que la hija volviera con el agua y preocupada porque su hija no regresaba, salió a buscarla, pero no la encontró. Pasaron días, meses y años y no la encontraba. Pasaron tres años y la hija regresó con un niño que era su hijo y del tsáchila que la llevó años atrás. La joven y su hijo se quedaron a dormir en la casa de la mamá. En la noche, el niño lloraba y lloraba y la mamá se levantó a ver por qué lloraba su nieto, y se encontró con una culebra enrollada sobre su hija y su nieto, ésta era el hombre tsáchila convertido en culebra, que en cuanto se dio cuenta que la señora le vio, salió huyendo y nunca más regresó.

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Santo Domingo La mujer rubia

Entrevistadora: Elidí Santillán Bermeo Informante: Manuel Santillán, 66 años

Había una vez un hombre tsáchila que vivía con una mujer. Él era cazador, se dedicaba a poner trampas para cazar animales como: guanta (wale), guatuza (curu), pava de monte (ele). Mientras él salía, su mujer se quedaba en casa y como era muy vaga, no hacía sus quehaceres domésticos y se pasaba durmiendo. El hombre regresaba a la casa, para al día siguiente ir a ver las trampas que había puesto. Cuando fue a ver al campo, ningún animal había caído. Él se preguntó por qué no había caído ningún animal si siempre que ponía las trampas, caían los animales. De regreso a su casa, iba preocupado y de pronto, se encontró con una mujer rubia, hermosa. Se enamoró a primera vista. Él le llevó a su casa para hacerle su mujer. Con ella, ya eran dos mujeres en su casa. Cuando el tsáchila llegaba a su casa encontraba la casa limpia porque la mujer rubia arreglaba toda la casa mientras que la otra, solo dormía. Entonces él empezó a darle más atención a la mujer rubia y la otra se sintió sola y con envidia. Un día se fue el tsáchila a poner trampas y la mujer vaga le llevó a la mujer rubia a lavar en un río. Mientras la mujer rubia lavaba, la mujer vaga empujó a la mujer rubia al río y ésta empezó a diluirse y a desaparecer porque la mujer rubia no podía mojarse. El hombre tsáchila regresó a buscarle a la mujer rubia y viendo que la mujer vaga había matado a la mujer rubia, él le mató a su mujer vaga. _______________________________________________________________________

El albañil

Entrevistadora: Jenny Constante Intriago Informante María Mosquera, 87 años

Cuenta mi abuelita que cuando ella era muchacha como de unos 14 años, se murió una chica que tenía mucho dinero, a la vuelta de la casa donde ella vivía. La gente comentaba que se había muerto del corazón. Ya le habían estado velando tres días, como era costumbre, y se alistaban para enterrarla con las mejores ropas y joyas. Un señor albañil, que no tenía trabajo y era pobre, había visto que a la joven le habían puesto joyas de oro, entonces, acompañó al entierro para ver dónde era sepultada la chica. En la noche, el albañil fue al cementerio y la desenterró, como el cuerpo de la chica estaba rígido, comenzó a cortarle el dedo para sacarle el anillo. De pronto, la sangre comenzó a brotar y la muerta a despertarse. El hombre salió corriendo aterrorizado y la chica atrás de él. Los familiares de la joven le dieron una recompensa, pero como el susto fue tan grande, al poco tiempo el albañil murió, y la chica siguió viviendo. _______________________________________________________________________

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de Los Tsáchilas La mujer de la vía

Entrevistador: Giovanny Caiza Informante: Enrique Tipantuña, 54 años

Los conductores que atraviesan la vía Aloag-Sto. Domingo, cuentan que a partir de la entrada a la via Aloag, suceden un sinnúmero de hechos raros, especialmente si transitan por la noche. Es así como nuestro personaje a quien llamaremos Don Enrique, nos cuenta su experiencia. En uno de sus tantos viajes que realizaba por la mencionada vía, un viernes por la noche, manejaba su camión vacío, pues regresaba de una entrega de mercadería. Al pasar por un puente de la carretera, sintió un escalofrío que le corrió por todo el cuerpo, pero no dio mucha importancia. Pensó que era el frío, pero por esos sectores el frío no existe, más bien se siente un clima templado. Seguía el camino, cuando de pronto miró en la vía la silueta de una mujer, su silueta era perfecta, con un vestido casi transparente. Le hizo señas para que detuviera su camión, Don Enrique, como siempre muy amable, detuvo su camión y preguntó a la mujer: –¿Qué hace sola a esta hora? –a lo que ella respondió, en tono suave y casi llorando que se había perdido. Ante esta respuesta, Don Enrique le ofreció su ayuda, y le pidió que subiera a su camión para llevarla. La mujer subió y Don Enrique continuó manejando. Al ver que la mujer no decía nada, decidió romper el silencio diciendo: –¿Cuál es su nombre?– ella respondió que Hades. Don Enrique le dijo que tenía un nombre raro. En el trayecto, a Don Enrique se le ocurrió galantear a la mujer de silueta perfecta, la mujer accedió y le preguntó a Don Enrique –¿Si yo me quedo contigo, serías capaz de seguirme? –Y él contestó que claro que sí. Nuevamente preguntó la mujer –¿Si me quedo contigo, sería capaz de seguirme? y él volvió a responder que sí. Sin darse cuenta, Don Enrique estaba hipnotizado por la belleza de aquella mujer que le dijo: –Mírame a los ojos y respóndeme por última vez ¿si yo me quedo contigo, te irás conmigo? Don Enrique había descuidado su volante de conducir debido al trance en que se encontraba, por lo que no se percató de que se había salido de la carretera y estaba rumbo a una quebrada del sector. En el momento en el que Don Enrique iba a responder que sí se quedaría con ella, cayó una cruz de madera que llevaba en su carro, sobre la pierna, y salió del trance y pudo ver realmente a la mujer quien tenía un rostro desfigurado y lleno de gusanos como también su cuerpo. Don Enrique, lleno de miedo y de terror, dio gritos desesperados y aún más cuando observó al frente de su camión, la quebrada en la que iba a caer. La única reacción que tuvo en ese mismo instante fue lanzarse por la ventana de su vehículo, y eso fue precisamente lo que hizo. Su camión cayó a la profundidad de la quebrada y él se salvó de milagro. Al encontrarse solo en medio del potrero, dio gracias a Dios por estar con vida y por la cruz de madera que le fue dada por su madre antes de morir, ella le había dicho: “Cuando tengas problemas, necesidades, miedos o simplemente necesites ayuda, esta cruz de madera estará ahí para socorrerte”, y fue así como Don Enrique se salvó de la muerte, pues él no había entendido el nombre de aquella mujer el cual era ”Hades” que significa “muerte”. Hoy en día, Don Enrique sigue viajando con un nuevo camión, pero cuando atraviesa la carretera Aloag-Santo Domingo ya no se detiene para nada, más bien agarra fuertemente su cruz de madera y no la suelta hasta llegar a su destino.

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Santo Domingo El encanto de Don Domingo

Entrevistadora: Inelda Cobeña Tomalá Informante: Vicente Liriano Tomalá, 83 años

Era el 15 de marzo de 1966, fiesta de la parroquia Atahualpa, cuando Don Domingo se disponía a celebrar esta fecha en unión de unos amigos (eran las nueve de la noche). La reunión prometía estar buena, como siempre. Cuando de pronto, Don Domingo sintió ganas de realizar una necesidad biológica, salió del lugar y se dirigió al río Velito. De repente, escuchó el ronquido de un animal, al mirar hacia el lugar de donde salían los ronquidos vio un enorme chancho blanco que en la oscuridad se le reflejaba los dientes que brillaban como el oro. Se asustó tanto que perdió la noción del tiempo; luego cuando reaccionó, se encontró frente a un lugar llamado Country Club del cantón Salinas, donde jugaban los amigos de la Anglo, lo que no se explicaba era cómo llegó hasta allí, pues, además de ser oriundo del lugar y sabanero de ganado, conocía muy bien el sitio y el campo. Se sentó en una roca que estaba cerca y pensó que su familia debía estar preocupada, se orientó y empezó a caminar. Al mirar hacia adelante encontró un tronco de leña que llamó mucho su atención y sin saber por qué se lo puso al hombro; caminaba y caminaba. De pronto, se encontró en la playa, en un lugar llamado Santo Tomás y se preguntó “¿qué es lo que me pasa?, no encuentro el camino, este lugar lo conozco muy bien”. Siguió caminando, cuando sin darse cuenta, llegó a Chanduy cuando ya amanecía. Pensó que lo que le pasaba no era normal, que una fuerza extraña le llevaba a caminar de esa forma errada.

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Estaba muy cansado, salió del pueblo y se durmió poniéndose de almohada el tronco de leña. Cuando despertó, se encontró en una ciudad totalmente desconocida para él, donde encontró personas vestidas muy elegantes, carros lujosos y avenidos totalmente diferentes a las que conocía. Sintió tanto terror, que empezó a rezar y pedir a Dios que lo guíe hasta su casa implorando perdón por todos sus pecados. Es así, como sin saber de qué manera se encontró sin zapatos y con su leño en el parque de la parroquia Muey. Entonces pensó que tal vez el tronco de leña era el culpable de todo lo que le estaba pasando, por lo que lo dejó botado y se dirigió a La Libertad, a la casa de una hermana, quien después de haberlo escuchado, le prestó zapatos y dinero para el pasaje de regreso a su pueblo. Llegó al día siguiente a las cinco de la tarde. Relató a su esposa e hijo lo ocurrido, con una preocupación tremenda porque en su cuerpo ocurrió algo que comentó solo con ellos, en su glúteo del lado derecho tenía una marca de un hierro que no se borró jamás (…). Luego de dos años, murió sin saber quién le hizo eso, pues él era una buena persona.


de Los Tsáchilas El Salvaje

Entrevistadora: Karina Alvarado Barre Informante: Teresa Zambrano Mejía, 68 años

Se dice que en las montañas de la costa existe una bestia llamada “El Salvaje”, este personaje tiene su cuerpo cubierto de vellos dejando sólo ver sus ojos y boca; se alimenta de peces y caracoles, posee una gran fuerza, murmuran que habita en el interior de la selva. Este extraño ser para no sentirse solo, decidió raptar a una mujer y así tener una familia. Un día, una señora, que vivía en las riberas del río, estaba lavando y de repente vino El Salvaje y la raptó. La llevó al lugar donde él habitaba, que era una cueva que tenía como puerta una enorme roca para que la mujer no pueda salir. Cuando la mujer estuvo en su cueva, ésta se embarazó de él y fue sometida al estilo de vida que él llevaba. Con el pasar de los meses, la mujer dio a luz un varoncito con las mismas características de El Salvaje. El niño fue creciendo y la mamá le fue educando. Pasaron varios años y la mujer al darse cuenta que el niño podía empujar la piedra, planeó escapar. Un día, como era de costumbre, El Salvaje salió y les dejó encerrados para que no escaparan, sin imaginarse que el pequeño tenía una fuerza similar a la de él. La señora indicó al niño que moviera la piedra para salir. Cuando el niño movió la puerta, la mujer agarró a su hijo y escaparon de El Salvaje para nunca volver. Ya de regreso a la cueva, El Salvaje se dio cuenta de que las dos personas que vivían con él no estaban, enseguida salió a recorrer la selva pero no los encontró. La mujer se instaló en el pueblo para comenzar un nuevo estilo de vida junto con su hijo, aunque ella no tomó en cuenta que el pequeño adoptó características de su padre, “El Salvaje”. Ella pensó que con el pasar del tiempo, él sería un niño normal, pero se equivocó porque al ingresar en la escuela los amiguitos se burlaban de él por su forma de ser y él para defenderse, les golpeaba y dejaba muy mal heridos. Hasta que un día tal fue su coraje, que golpeó a uno de sus compañeros y le dejó muerto. Este acto causó pánico en la gente del pueblo, quienes tomaron represalias con el niño, hasta que consiguieron matarlo. La mujer muy apenada por esa acción, dejó el pueblo y desde entonces no se sabe nada ni de ella, ni de El Salvaje. _______________________________________________________________________

Adelita

Entrevistadora: Karina Alvarado Barre Informante: Ernesto Alvarado, 54 años

Hace veinte y tres años un taxista de la ciudad de Santo Domingo de los Tsáchilas cuenta sobre la leyenda de “Adelita”. Dice que en un día normal de trabajo y como era de costumbre, él realizaba fletes desde el antiguo terminal hasta las diferentes zonas de la ciudad. A las seis de la tarde recogió un pasajero que se dirigía a la Parroquia El Esfuerzo y le dijo que no tenía el pasaje completo para pagarle y que al llegar a su casa,

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Santo Domingo él le pagaría con alimentos ya que poseía una pequeña finca. El taxista aceptó y lo llevó. Durante el trayecto, se bajó la llanta del taxi y el conductor y el cliente bajaron a cambiarla en medio de la oscuridad ya que no habían lámparas que alumbraran el camino. Terminado el trabajo, el taxista seguía manejando hacia la casa del cliente y en el camino, el chofer vio pasar a una chica hermosa vestida de blanco con cabello suelto que caminaba a la orilla de la carretera. Cuando el taxista llegó a la casa del pasajero, éste cumplió con lo que le había prometido pagar. El taxista subió los alimentos y cuando estaba de regreso a Santo Domingo, en el camino se encontró nuevamente a la bella muchacha y le preguntó: –Señorita, ¿le llevo a algún lugar?– La muchacha no le respondió y sólo le señaló, para donde quería ir. El chofer aceptó llevarla y la muchacha se subió al taxi y con señas le indicó al lugar que quería ir. Llegaron al lugar que la muchacha le había indicado, pero el conductor asombrado, le preguntó: –¿Aquí se queda? Ella no respondió…. y se bajó del taxi. El chofer le dejó y siguió su camino, y de repente se dio cuenta que la bella chica había olvidado su abrigo blanco, por lo que decidió regresar para devolvérselo. Antes de llegar al lugar, una pareja de esposos le pidió que los lleve a un caserío cercano a la parroquia El Esfuerzo. El conductor aceptó llevarlos, pero diciéndoles que primero iba a devolver el abrigo que dejó olvidado una chica vestida de blanco con cabello suelto. En el momento que regresó a ver el abrigo, para indicarles a los esposos, ya no había nada. La pareja le preguntó al taxista cómo era la joven que iba en el taxi, y él les contó las características de la bella chica, de repente los esposos se miraron y le dijeron que la joven a la que él había hecho la carrera era Adelita. Ella había muerto varios años atrás y que siempre salía a penar2. Desde ahí, existe un caserío en la vía al Esfuerzo que se llama “Adelita” por las varias versiones de las personas que contaron ver a esta hermosa joven caminar a orillas de la carretera. _______________________________________________________________________

Las guacas o entierros ocultos

Entrevistador: Orlando Villareal Bravo Informante: José Villareal Bravo, 60 años

Una noche mientras mi tío estaba en la cacería, miró que en un punto lejano había un incendio, pero lo raro era es que las llamas se centraban en un solo lugar. De repente, se acordó que eso era un entierro o guaca, es decir, se trataba de un tesoro o plata de la gente antigua. Cuando regresó a su casa, contó a sus amigos para que le ayuden a sacar.

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Padecimiento de las almas.

Planearon el día. Y esa noche a las doce, otra vez vieron las llamas que se prendían y apagaban. Dijeron que se colmaron de valor y empezaron a cavar y cavar, hasta que se toparon con un gran baúl. Allí encontraron piezas de oro, dinero de la gente antigua, muñecos de barro con adornos de oro. Se sintieron muy felices y se fueron a la casa para repartirse lo encontrado. _______________________________________________________________________


de Los Tsáchilas

El Toro Corman

Entrevistador: José Párraga Moreira Informante: María Vera Zambrano, 69 años

Hace muchos años, cuando no había carretera, solo había un camino empedrado muy angosto, pero a las personas de “La Valencia” (Recinto con poco tiempo de fundado) no le importaba. Eran caminos para caminar y cabalgar. No había muchas casas, solo unas a la distancia. En ese entonces, aquí vivía un agricultor muy trabajador que tenía un toro fuerte y robusto de color negro. Este toro era prácticamente como un hijo para el agricultor, ya que él vivía solo y se dedicaba a cuidar, alimentar y querer mucho al animal. Nunca se supo su nombre porque era un hombre muy reservado. Cierto día, el agricultor murió en su humilde casa por causas desconocidas, aunque ya era un hombre de edad avanzada. A las pocas horas del fallecimiento del agricultor, el toro se notaba inquieto, intranquilo y corrió asustado y se perdió ante la vista de los vecinos. Por lo que la mayoría de las personas que tenía que pasar por la casa del difunto, lo hacía con temor y rapidez. Cinco días después de la muerte del agricultor, desaparecieron dos personas que trabajaban por los alrededores, pero no se sabían sus nombres ni se conocían las casas donde vivían. También la noche de su muerte desaparecieron varios animales de los vecinos. Por ello, todos estaban intrigados, pues no sabían quién podía hacer esas maldades.

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Santo Domingo Una noche, un joven llamado Juan Zambrano decidió pasar por la casa del agricultor fallecido, lugar por el que ya nadie lo hacía. Pasó por la solitaria casa del difunto donde solo había monte. Con su linterna y un machete se acercó a la casa. ¡Oh! , grande fue su sorpresa pues a pocos segundos de encender la linterna y apuntar la luz al tejado de la casa, observó al toro sobre el techo. Juan, con temor, se armó de valentía y decidió no alejarse. Recordó que su abuela le aconsejó que cuando mire algo extraño, coloque una cruz con lo que sea en el suelo y proceda a santiguarse. Así lo hizo, en “un cerrar y abrir de ojos”3 inexplicablemente, el toro ya no estaba sobre el tejado, pero Juan sintió curiosidad y entró a la casa del difunto. Enorme fue su sorpresa al descubrir que el viejo agricultor no había recibido cristiana sepultura. Sus restos yacían aún en su morada y junto a éstos, los restos de las personas y los animales que aparentemente habían sido descuartizados por el toro. Juan decidió hacer lo razonable, que es dar sepultura a los fallecidos, aunque los restos estaban ya mezclados entre humanos y animales. Al siguiente día, otra vez pasó Juan por la casa y sucedió algo extraño, se acercó el toro con su hocico salpicado de sangre, así Juan comprobó lo que suponía, que el toro era el responsable de todo. Luego, Juan alcanzó a mirar en el lomo del animal una palabra incrustada que decía ¡CORMAN! Juan dedujo que el toro trataba de hacer algo para que el difunto descanse en paz. Juan cerró los ojos y al abrirlos lentamente, se sorprendió al ver que el toro había desaparecido. Juan contó estos hechos a todas las personas del sector, incluida María Esterherlinda Vera Zambrano quien asegura que estos hechos sí sucedieron. _______________________________________________________________________

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Dicho que significa con mucha rapidez.


de Los Tsáchilas TRADICIONES Y COSTUMBRES La tonga

Entrevistador: Giovanny Caiza Informante: Graciela Bunshi, 53 años

Cuenta la tradición que las personas que viven en la costa ecuatoriana, específicamente la gente humilde del campo, se levanta muy temprano más o menos a las cuatro y treinta de la mañana, para preparar todo. Las personas encienden su fogón de leña, cortan las hoja de plátano, mientras otros, matan las gallinas y comienzan a preparar la comida con las hojas de plátano. Lavan las hojas de plátano con abundante agua, para luego ahumarlas en el fuego, este proceso se realiza para que las hojas de plátano estén flexibles, luego las cortan y sacan del tallo de la hoja una fina lámina que sirve para amarrar a la “tonga¨, dentro de la tonga está la comida favorita del difunto o de la persona que tiene que ir a la montaña a trabajar. Luego de colocar el alimento en la hoja de plátano, se la amarra y está lista. Hay que mencionar algo muy importante y es que la comida preparada en la tonga permanece caliente por horas y le da un sabor único e inigualable. En el caso de llevar la tonga a un difunto, se preparan las velas, flores y bebida, luego se camina hacia el cementerio. Al llegar, se encienden las velas y se reza un rosario por el alma del difunto. Al terminar se ofrecen las bebidas y los alimentos preparados. Esta tradición realizan todos los miembros de la familia del difunto con el fin de recordar a su ser amado, antes de retirarse rezan nuevamente y se despiden. _______________________________________________________________________

Cómo se iba a pedir la mano para el casamiento

Entrevistador: Miguel Ramírez Chandi Informante: Bertha Carvajal, 57 años

Se dice que cuando se pedía la mano a la madre de la señorita, siempre tenían que estar los padres y principalmente los padrinos para que sean testigos. Primero hablaban los padres del novio y también tenían que llevar algunas cosas que en ese tiempo se decía ofrendas que podían ser animales del campo o a su vez cosas que les gusten a la novia y a los padres de la novia. Luego de haber terminado de hablar, los padres del novio se iban y esperaban la respuesta en la casa del novio, donde la novia y los padres de la novia tenían que ir para dar la respuesta y a su vez, las mismas ofrendas. Luego, para poder realizar la boda, se volvían a visitar las dos familias para decir las cualidades de la novia y del novio. Para esto se reunían en la casa de los padrinos. Primero tenía que hablar la madre de la novia y contar todas la cualidades de su hija a su prometido, es decir, todas las cosas que a ella le gustaban y cómo era su carácter, luego tenía que hablar la madre del novio y, de la misma manera,

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Santo Domingo tenía que decir la cualidades del novio, los vicios que tenía y sus características. Una vez concluidas las características de los dos, procedían los padrinos de la novia y el novio conjuntamente con los padres de ambos, para ver si les hacían casar. Al final se tomaba la decisión para los dos. El novio y la novia no podían opinar nada, solo hablaban los padres de los dos. En conclusión, lo que antiguamente se hacía no es nada común para los jóvenes actuales, ahora los jóvenes deciden con quien casarse. _______________________________________________________________________

Semana Santa

Entrevistador: Miguel Ramírez Chandi Informante: Gloria Ordóñez Luna, 55 años

Hace 40 años, tenían la tradición después del Miércoles de Ceniza, guardar 40 días de abstinencia que consistía en ayunar y no comer carne los días miércoles y viernes. Cuando llegaba la Semana Santa no se podía barrer, bañarse, jugar, correr, cortar escuchar música, bailar, ni clavar algún objeto, tenían que abstenerse de todo, solo se pasaban rezando y el día Viernes Santo no se realizaba la fanesca, sino que en diferentes platos se servían todos los granos y se acompañaban de comidas dulces como el dulce de zapallo, tortillas de maíz, humas, tamales y se reunían en familia a rezar. _______________________________________________________________________

Fiestas al son de las cuerdas de la guitarra

Entrevistadora: Zoila Ochoa Delgado Informante: Mario Velásquez, 87 años

Cuenta Don Mario que allá, por la década de los cuarenta, en sus años mozos, su pueblo El Empalme no tenía energía eléctrica, ni tecnología moderna como hoy. Los bailes que se realizaban para festejar cualquier evento social, eran amenizados por personas que “con guitarra en mano”, ponían a bailar a los presentes con sus cantos. En casa o en el lugar en donde se efectuaba el baile, se ponían candiles que eran una especie de antorchas. Los candiles eran colocados en pequeños canutos de caña, en los extremos de la habitación donde se realizaba la reunión. La música que entonaban los guitarristas y con la cual se divertían y enamoraban a las chicas eran: el pasacalle, los sanjuanitos, los boleros y los valses. Para ponerse más animados y en ambiente, tomaban el famoso “canelazo”, éste era un licor que se preparaba con aguardiente de caña y canela, era hecho en casa y se lo repartía a los invitados. También se tomaban el rompope y la mistela que llevaban aguardiente. Las fiestas en esa época, eran más sanas y la gente bailaba muy apretadita y con moderación.

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de Los Tsáchilas La Conquista

Entrevistadora: Elizabeth Villacrés Informante: Mercedes Pozo, 103 años

Había una época en la que los padres se preocupaban cuando sus hijos eran tímidos y no se atrevían a conquistar a una señorita que les gustaba. Ellos les enseñaban que la mejor manera de hacerle saber a la chica que el joven estaba enamorado de ella, era que cuando la señorita vaya por agua al estero o río con sus mates, el joven le debía lanzar una piedrita en señal de que él está enamorado de ella y que quisiera que sea su enamorada. Entonces, si la joven quería corresponderle, le regresaba a ver y le lanzaba también una piedrita, pero si no lo quería, ni siquiera le regresaba a ver. _______________________________________________________________________

Coplas

Ya se cayó el arbolito, donde dormía el pavor real, y ahora dormirá en el suelo, como cualquier animal.

De esta calle para arriba voy a mandar a empedrar, para que pase mi suegra vestida de militar.

De esta calle para arriba dicen que me juran matar, cuál será ese valeroso, que me deje confesar.

La guayabita madura le dijo a la verde, verde, el hombre cuando es celoso, se acuesta pero no duerme.

Por Villavicencio oscuro y en sábado tronado, qué hará la vidita mía, de mí se estará acordando.

Entrevistadora: Évelin Huilca Informante: José Félix Sánchez, 70 años

Voy a construir un puente, pero de palitos tiernos, para que pase mi suegra y se vaya a los infiernos.

Adiós mi Tandapi querido con sus cuestas y bajadas, adiós muchachas bonitas, adiós mayores arrugadas.

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