San Marcos 11:1-11 (Domingo de Ramos)

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Compartiendo la Palabra que es Buena Noticia para los Oprimidos por un Sistema Ilegítimo (Domingo de la Pasión o de Ramos) (29 de Marzo de 2015)

San Marcos 11:1-11 Cuando se aproximaban a Jerusalén, estando ya al pie del monte de los Olivos, cerca de Betfagé y de Betania, Jesús envió a dos de sus discípulos, diciéndoles: "Vayan al pueblo que está enfrente y, al entrar, encontrarán un asno atado, que nadie ha montado todavía. Desátenlo y tráiganlo; y si alguien les pregunta: '¿Qué están haciendo?', respondan: 'El Señor lo necesita y lo va a devolver enseguida'. Ellos fueron y encontraron un asno atado cerca de una puerta, en la calle, y lo desataron. Algunos de los que estaban allí les preguntaron: "¿Qué hacen? ¿Por qué desatan ese asno?". Ellos respondieron como Jesús les había dicho y nadie los molestó. Entonces le llevaron el asno, pusieron sus mantos sobre él y Jesús se montó. Muchos extendían sus mantos sobre el camino; otros, lo cubrían con ramas que cortaban en el campo. Los que iban delante y los que seguían a Jesús, gritaban: "¡Hosana! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Bendito sea el Reino que ya viene, el Reino de nuestro padre David! ¡Hosana en las alturas!". Jesús llegó a Jerusalén y fue al Templo; y después de observarlo todo, como ya era tarde, salió con los Doce hacia Betania. San Marcos 15:16-38 Los soldados lo llevaron dentro del palacio, al pretorio, y convocaron a toda la guardia. Lo vistieron con un manto de púrpura, hicieron una corona de espinas y se la colocaron. Y comenzaron a saludarlo: "¡Salud, rey de los judíos!". Y le golpeaban la cabeza con una caña, le escupían y, doblando la rodilla, le rendían homenaje. Después de haberse burlado de él, le quitaron el manto de púrpura y le pusieron de nuevo sus vestiduras. Luego lo hicieron salir para crucificarlo. Como pasaba por allí Simón de Cirene, padre de Alejandro y de Rufo, que regresaba del campo, lo obligaron a llevar la cruz de Jesús. Y condujeron a Jesús a un lugar llamado Gólgota, que significa: "lugar del Cráneo". Le ofrecieron vino mezclado con mirra, pero él no lo tomó. Después lo crucificaron. Los soldados se repartieron sus vestiduras, sorteándolas para ver qué le tocaba a cada uno. Ya mediaba la mañana cuando lo crucificaron. La inscripción que indicaba la causa de su condena decía: "El rey de los judíos". Con él crucificaron a dos ladrones, uno a su derecha y el otro a su izquierda. Los que pasaban lo insultaban, movían la cabeza y decían: "¡Eh, tú, que destruyes el Templo y en res días lo vuelves a edificar, sálvate a ti mismo y baja de la cruz!". De la misma manera, los sumos sacerdotes y los escribas se burlaban y decían entre sí: "¡Ha salvado a otros y no puede salvarse a sí mismo! Es el Mesías, el rey de Israel, ¡que baje ahora de la cruz, para que veamos y creamos!". También lo insultaban los que habían sido crucificados con él. Al mediodía, se oscureció toda la tierra hasta las tres de la tarde; y a esa hora, Jesús exclamó en alta voz: "Eloi, Eloi, lamá sabactani", que significa: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?". Algunos de los que se encontraban allí, al oírlo, dijeron: "Está llamando a Elías". Uno corrió a mojar una esponja en vinagre y, poniéndola en la punta de una caña le dio de beber, diciendo: "Vamos a ver si Elías viene a bajarlo". Entonces Jesús, dando un gran grito, expiró. El velo del Templo se rasgó en dos, de arriba abajo. Al verlo expirar así, el centurión que estaba frente a él, exclamó: "¡Verdaderamente, este hombre era Hijo de Dios!".


El mundo no está acostumbrado a que alguien entregue su vida, por el contrario, lo común en nuestro mundo es que haya seres humanos que se apoderan de la vida de otros/as. Hay una naturalización de la violencia que amenaza invadir por completo los medios de comunicación, el cine, la televisión y muy especialmente los juegos virtuales que moldean la mente de los niños. Recuerdo con una especie de horror mi propia infancia, cuando nos apasionábamos con las películas de cowboys masacrando pieles rojas, de soldados británicos matando a los nativos en la India o de franceses en la Legión Extranjera. A través del cine de la época se nos lavaba el cerebro para convencernos de las bondades de la colonización y el poder imperial. Hoy es cien veces peor. Los niños crecen usando armas y matando en los video-juegos no sólo con apasionamiento sino como si la violencia fuera lo más natural del mundo. Lo mismo pasa con miles de películas y series televisivas destinadas a hacer propaganda del poder imperial y a convalidar las acciones de los agentes secretos, al servicio de las grandes potencias, con licencia para matar. Es necesario comprender que la acción de tomar la vida no tiene que ver sólo con un ser humano que toma un arma y mata a otro ser humano en lo que llamamos homicidio o femicidio / feminicidio1 (no puedo dejar de mencionar que estas últimas son importantes palabras nuevas que nos llaman la atención sobre las muchas mujeres víctimas de violencia). El crimen individual es sólo una de las formas de tomar la vida de otro o de otra. Hay muchas otras maneras: guerras “preventivas”, hambre, torturas, opresiones, explotación, injusticia social, corrupción política, violencia doméstica, abuso… Cuántas maneras de abuso puede haber en el mismo seno de la familia – de estos abusos el sexual es uno de ellos, desgraciadamente frecuente, entre muchas otras clases de abuso doméstico. Hay, por cierto, muchas formas de apoderarse de la vida de otros/as. Algunas están ya tan naturalizadas en las formas del relacionamiento humano que se les presta poca atención (en la amistad, la familia, el trabajo, la escuela, etc.). Parece normal servirse del otro/a tomando ventaja de su necesidad o vulnerabilidad o buscar el beneficio o satisfacción propia aunque sea a expensas de los/las otros. Pero esto es, también, apoderarse de la vida de los demás. En un momento, en la Argentina, impactó el descubrimiento de la reducción a esclavitud de inmigrantes bolivianos en talleres de costura clandestinos. Casi no se hablaba de otra cosa en los medios de comunicación. Luego, como siempre pasa, la noticia desapareció y desapareció también el interés en el tema. ¿Será que terminó el trabajo esclavo en la Argentina o en América Latina? Seguramente que no. Por otra parte no podemos ignorar que son las naciones con mayores niveles de consumo las que siguen manejando muchas formas de esclavitud. Aprovechando, por ejemplo, el trabajo de los migrantes indocumentados (reducidos en algunos casos a una verdadera esclavitud unida a la marginación social). Algunas de estas formas de esclavitud son semejantes o peores que la que se denunció en la Argentina sobre el trabajo, en condiciones inhumanas, de nuestros hermanos y hermanas bolivianos. Las esclavitudes, la trata y el tráfico de personas no sólo continúan sino que se agravan día a día. Esto también es apoderarse de la vida y la dignidad de las personas. El sistema del endeudamiento bajo condiciones de usura y especulación, la apropiación de los bienes de naciones colonizadas, la codicia sin límites de las grandes compañías, la contaminación y destrucción de la naturaleza, todo ello es parte 1 Se puede establecer una distinción entre ambos términos. “Femicidio”, en castellano, es un término homólogo a “homicidio” que sólo se referiría al asesinato de mujeres. “Feminicidio”, según la definición de Lagarde, incluiría la variable de impunidad que suele estar detrás de estos crímenes, es decir, la inacción o desprotección estatal frente a la violencia hecha contra la mujer.


del apoderarse de la vida del otro y la otra. Lutero, con la Biblia en la mano, volvería hoy a llamarlos robo y asesinato. Gracias a Dios hay quienes (creyentes y no creyentes) siguen el camino de Cristo. No todo es homicidio, explotación y corrupción. También están los que se ofrecen en servicio desinteresado al prójimo, aunque esto no sea un tema muy frecuente en las noticias que aparecen en los medios masivos de comunicación (si aparecen es sólo muy de vez en cuando). Tomemos un tiempo para pensar, hoy, en algunas de estas personas y recemos por ellas. Demos gracias a Dios por el ejemplo que nos dan a través de su vida de entrega y pidamos a Dios que no se desalienten. Este domingo es llamado “Domingo de Ramos” y también “Domingo de la Pasión”. ¿Cuál es la relación? La liturgia comienza con la aclamación del Rey que viene en el nombre del Señor y termina con la pasión. Nos unimos a los discípulos para proclamar su grandeza y luego llegamos hasta el pie de la cruz. Jesús dijo que Él no vino para ser servido sino para servir. Para dar la vida. Los discípulos y un gran grupo de gente cortaron ramas, tendieron sus mantos por el camino y proclamaron a Jesucristo como Rey, pero ¿qué clase de rey? En realidad, la proclamación de los discípulos estaba asociada con la idea de fuerza, conquista, poder, dominio. Esa idea era una constante en los pensamientos, esperanzas y hasta reclamos de los discípulos. Una especie de “imperialismo religioso” o una “monarquía teocrática”, algo bueno para ellos pero todavía semejante a los poderes de este mundo. Por eso su ambición de sentarse a la derecha y a la izquierda, y el cuasi reclamo “lo hemos dejado todo por seguirte, ¿qué nos toca ahora?, ¿cuál es el premio?”. El mesías judío sería quien gobernaría el mundo. Este era lo que ellos consideraban su “destino manifiesto” “la última y mejor esperanza sobre la faz de la Tierra 2”. Otros, de maneras semejantes lo habían pensado antes, lo han pensado luego y continúan, tristemente, pensándolo hoy. En nombre de su “destino manifiesto” se consideran a sí mismos los “mesías” de la humanidad, con derecho a tomar las vidas de los que no piensan igual, destruir naciones enteras y apoderarse de los bienes de los más débiles y vulnerables. Pero cuando Jesús predica el reino de Dios habla de algo totalmente diferente a cualquier imperio o imperialismo, sea este teocrático, judío, occidental y cristiano, musulmán, ateo o lo que quiera ser (todo imperio es lo mismo sin importar el signo religioso o no religioso). Más aún, Jesús habla de lo totalmente opuesto. El reino de Cristo no tiene que ver con un impero geográfico sostenido sobre la base del poder, sino con la soberanía universal del amor y de la justicia de Dios. San Pablo en la carta a los Filipenses nos habla de este Evangelio del Reino de Dios, que es el Evangelio del amor que se expresa en la entrega y el servicio3. Tomando posiblemente lo que fuera un antiguo himno, San Pablo nos habla del descenso de Cristo. Se humilló, hecho el servidor obediente de Dios, y llega hasta la misma muerte. El nombre ante el que se doblará toda rodilla es el del servidor de Yahvé y de todos sus hermanos y hermanas. Su gloria es la gloria que emana del servicio y no de la imposición del poder. El apóstol dice: tengan ustedes los mismos sentimientos. Este es el centro del mensaje. No hay lugar para el egoísmo, las ambiciones personales, los deseos de prestigio. El reino de Dios no consiste en recibir sino en dar. En ofrecernos en sacrificio por el prójimo.

2 Expresión de Abraham Lincoln. 3 Filipenses 2:1-11


No basta que aclamemos a Cristo como el rey de la paz mesiánica, lo importante es que nos comprometamos para que la soberanía del servicio sea una realidad entre nosotros. El episodio de la primera lectura del Evangelio, la de la bendición de los ramos, se ha llamado tradicionalmente “La Entrada Triunfal”. Quizás no deberíamos llamarla entrada triunfal. No es el triunfo del Mesías como conquistador y rey que triunfa al estilo de este mundo. El único triunfo al que alude esta entrada es el triunfo del amor, del servicio, de la solidaridad, de la entrega, de la reconciliación, del perdón, de la buena voluntad, del trabajo por el bien del prójimo, de la igualdad de oportunidades, de la salud integral, de la caída de las barreras que excluyen, de la armonía con la naturaleza...... Ángel F. Furlan Marzo de 2015


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