El habito no hace al monje

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El habito no hace al monje. Estefanía Figueredo, Laura Castellanos "El espacio arquitectónico sólo cobra vida en correspondencia con la presencia humana que lo percibe." Tadao Ando. Es un domingo soleado en la tarde, la vegetación abunda, se pueden apreciar los cerros bogotanos, muy cerca a unas cuantas calles se encuentra la carrera séptima y un ajetreado Centro Internacional, sin embargo, no se oye nada más que las conversaciones de la gente que va pasando, o el ruido de la brisa en las copas de los árboles, no es un lugar desapacible, por el contrario, invita a pasar el rato, incluso a volver. ¿Qué es este lugar? el conjunto urbano de las Torres del parque de Rogelio Salmona. Podemos preguntarnos si este es un espacio ideal o si la ciudad debería estar poblada de espacios públicos con muchas de estas características (Fig. 1) En Bogotá, así no sean sencillos de encontrar, existen muchos lugares agradables. Ahora

Fig. 1 Conjunto Urbano Torres del parque - Arq. Rogelio Salmona 1970

bien ¿Qué es un espacio urbano ideal? ¿Existe un contexto urbano ideal? Christopher Alexander en su texto “La ciudad no es un árbol” plantea dos tipos de ciudades: naturales, como aquellas que surgen espontáneamente o sin planeación en un periodo largo de años (lo que puede también llamarse Página 1/8


informal); y artificiales, aquellas planteadas de principio a fin por arquitectos y planificadores y que se construyen rápidamente. A cada ciudad le asigna un sistema: considera el modelo de ciudad natural como edilicio, ya que su espontaneidad le permite relaciones infinitas entre sus elementos (Alexander, C. 1968). ¿Se debería proyectar entonces espacios públicos donde pueda pasar cualquier cosa? Jan Gehl establece características más específicas, por ejemplo, un espacio público ideal debe estar protegido del tráfico, debe proponer actividades tanto diurnas como nocturnas, debe ser iluminado, ofrecer protección ante las condiciones climáticas, circulaciones, espacios de permanencia, y deberá tener en cuenta la escala humana (Gehl, J. 2006), por más obvias que parezcan estas características, ¿Bogotá cuenta con espacios urbanos, públicos así? Si se le pregunta a un ciudadano promedio qué cree que hace a un espacio público ser “ideal” se obtienen respuestas como “Que esté limpio”, “libre de humo” ,“organizado” “que haya donde sentarse” , “con vegetación”, ¿esta percepción se queda corta? El mismo Jan Gehl afirmaba “la gente nunca va a pedir mejoras en sus ciudades que no están en su repertorio”. Es por esto que se debe indagar sobre la calidad urbana que ofrecen los proyectos arquitectónicos en términos de Espacio Público, para reflexionar sobre la construcción de ciudad en un contexto cultural y social como el Latinoamericano, enfatizando el caso Bogotano. El tema nace de la observación de los proyec-

tos de GianCarlo Mazzanti, y el cuestionamiento que surge en cuanto a si el proyecto arquitectónico “debería o no” crear ciudad, o si las intenciones de este arquitecto responden al contexto urbano sobre el cual dice trabajar. La construcción de ciudad abarca temas tanto físicos como intangibles. Se puede afirmar entonces, que los proyectos arquitectónicos que no son concebidos como proyectos urbanos, generan una desarticulación con su contexto social, cultural y temporal.

¿Lugar o NO lugar? La ciudad está conformada por las dinámicas sociales, culturales, económicas y políticas, y el hecho físico, es decir, la ciudad no puede entenderse desde un sólo punto; esta es una sucesión de capas, con características particulares que al sobreponerse generan dinámicas ricas y complejas. Ahora bien, esto nos indica que cualquier proyecto arquitectónico que esté inmerso en la ciudad, debería entender la complejidad de su implantación para así poder apropiarse y articular las dinámicas preexistentes con su hecho físico. Sin embargo, es paradójico encontrar edificios que proponen organizaciones internas, y subconjuntos de ciudad que se aíslan completamente de su exterior, Un ejemplo de esto es el modelo del conjunto cerrado que se plantea 1 en Colombia en los años 70 , este concentra su actividad al interior y no crea relaciones urbanas más allá de la permeabilidad visual, dando como resultado espacios públicos adyacentes que se tornan inseguros e incómodos2 (Fig. 2). Cabe aclarar que es probable

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que los proyectos en su lógica interna creen lugares extraordinarios, no obstante, lo que se prioriza en este texto es cómo la arquitectura es capaz de crear El Lugar Público.

Fig. 2 Agrupaciones de vivienda, Soacha3.

Retomando, este modelo autorreferencial o introvertido, por decirlo en palabras más coloquiales, donde se propone un sistema perfectamente planeado y organizado internamente mas no pensado hacia su exterior y su vinculación con la ciudad, generan No Lugares, definidos por Marc Augé como aquellos espacios que no tienen identidad, no son relacionales ni históricos (Augé, M. 2001). Carecen de identidad al no propiciar apego y no crear una imagen significante de la arquitectura; son no relacionales al no establecer conexiones pertinentes con su entorno inmediato, y no son históricos, no por el hecho de rememorar pasados, o tener arquitectura historicista, sino por no manifestar desde una posición moderna las dinámicas intrínsecas que generan la costumbre de habitar el espacio público. En ese orden de ideas, es perti-

nente retomar la pregunta del filósofo Heidegger: “¿En qué medida pertenece el habitar al construir?”, pues es la arquitectura la que logra materializar el espacio, pero ¿hasta qué punto este espacio se llega a convertir en Lugar? ¿cómo se construye un lugar? De la mano de Auge y Heidegger es fácil identificar los No lugares públicos, por ejemplo, una acera de la 26 con carrera 16, (Fig. 3) no tiene identidad pues espacialmente solo se conforma por un prolongado perímetro de culatas donde un ciudadano no puede decir, “yo salgo los domingos ahí”, “yo parcho ahí”, quizás llegue a un “yo paso por ahí”. Hablando de identidad, la característica más importante que hace recordar este espacio público es la cantidad de grafitis y murales que se han producido sobre las culatas, y esto hace pensar ¿será que la informalidad es la única capaz de generar identidad? ... Por otra parte, no es relacional pues la culata se convierte en una barrera física y visual entre la 26 y el Barrio Bello Horizonte. Y finalmente no es histórica, no nos da a entender que estamos a solo unas cuadras del Centro Internacional, donde el espacio comunal se puede atravesar desde el primer piso, y la gente desde los 4 años 50´s sale a tomar café luego de su trabajo, o caminan afanados por las calles. En sí, definitivamente parece un No Lugar. Ahí es donde está la relevancia de la arquitectura y su espacio público, pues se puede tener bancas, alamedas, árboles etc. Pero si el proyecto arquitectónico no se adhiere a las propuestas o intervenciones urbanas, no valdrá la pena hacerlas, pues nunca estarán activadas.

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te es un Lugar al centrar su elevación del suelo y enmarcarlo con pórticos para proteger, delimitar y cubrir el espacio público.

Fig. 3 Av. calle 26 Carrera 16, Barrio Bello Horizonte, 2012

Ante la problemática de proyectos autorreferenciales que fomentan la creación de No lugares para la ciudad, se propone la postura de Margarita Serje y de Cristopher Alexander para quienes es necesario que las decisiones proyectuales se salgan de la nomenclatura catastral o del lazo delimitador de áreas, con el fin de tener una perspectiva holística del territorio, procurando no romper las relaciones existentes ni descontextualizar el proyecto. Es fundamental pensar en la construcción del espacio público como la oportunidad para un desarrollo social. Y queda latente estimular en el proyecto arquitectónico el diseño que posibilite experiencias, sorpresas en la vida pública (Alexander, C. 1968). Un claro ejemplo de creación de lugar público desde el proyecto arquitectónico es el edificio Museo de Arte de Sao Paulo (Fig. 4), el cual libera su primer piso para albergar múltiples actividades en su “Hall Cívico”; este espacio público tiene identidad, no sólo por su carácter de monumentalidad con sus pórticos rojos, sino por convertirse en La Plaza Pública de Sao Paulo, de igual manera, es relacional, entendiendo que el edificio debe permitir el paso entre el final de la Av. Nove de Julho y el Parque Siqueira Campos. Finalmen-

Fig. 4 Museo de Arte, Sao Paulo - Arq. Lina Bo Bardi 1968

Formalismos El Jardín Infantil el Porvenir, proyecto del arquitecto GianCarlo Mazzanti, se propone un modelo de edificio ´emblemático´, de forma circular y doble altura que contrasta con su entorno tanto en su materialidad como en escala y forma, para que así fuese un hito en Bosa Porvenir, un barrio constituido por la secuencia de viviendas en hilera que paramentan la vía. La intención del arquitecto, de hacer que su edificio resalte en el contexto, evidentemente se cumple, es un edificio autorreferencial. (Fig. 5) Otro de los planteamientos iniciales del proyecto era crear un sistema de jardín Infantil fácilmente replicable en distintos lugares, en donde la cinta que conforma este sistema de cerramiento podrá adaptarse y plegarse de acuerdo al terreno de implantación (Fig. 6). Es allí donde se cae en el formalismo, ya que la

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forma de la cinta no tiene en cuenta los espacios residuales que genera, ni a qué o cómo da frente a su contexto más inmediato, tampoco responde a cómo a lo largo del tiempo se va a acoplar a las variables intangibles de su entorno inmediato. Es así que sólo se parte de la adaptabilidad formal mas no se tiene en cuenta la adaptabilidad social5.

diseño del sistema, los espacios residuales adyacentes al jardín son de uso público, actualmente se perciben como tierra de nadie6 (Fig. 7).

Fig. 6 Esquemas proyectuales, memoria proyecto Jardín el Porvenir, Equipo mazzanti 2009

Fig. 5 Jardín Infantil Social El Porvenir, Bosa El Porvenir - Arq. GianCarlo Mazzanti 2009

Un planteamiento proyectual, debe tener en cuenta el diseño y definición del espacio que cede a la ciudad o contexto inmediato y debe establecer cómo el edificio interactúa con los mismos. Igualmente deben plantearse lineamientos iniciales para que el espacio público propicie un sentido de apropiación en los ciudadanos, ya que el arquitecto no podrá controlar durante toda su vida el estado de sus espacios. En la memoria del proyecto se afirma: “El cerramiento es permeable y permite la relación interior-exterior con la ciudad”, pero debido al propósito formal de hacer del edificio un hito y un sistema que se resuelve en su interior, este cerramiento se percibe más como una reja o barrera. Aunque en el

Fig. 7 Situación Actual Jardín Social El Porvenir, Bosa El Porvenir.

El punto más neurálgico es la percepción7, dentro el edificio puede estar bien resuelto y funcionar eficientemente, pero es la percepción exterior la que genera inquietudes en relación a su escala y su posición con la ciudad. Su propuesta es un hito, que separa su sistema de la ciudad a través de un cerra-

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miento conformado por la sucesión de tubos. Sin embargo, este cerramiento no protege de manera efectiva a los niños del exterior, ya que, si bien deja en claro que no cualquiera puede entrar, es contradictoria a todas las aperturas existentes. ¿Es esto un tema recurrente en la arquitectura de Mazzanti? En proyectos como el parque educativo Marinilla (Fig. 8) surge de nuevo el conflicto con el entorno inmediato donde las aperturas del cerramiento reafirman la búsqueda de actividad interior únicamente, de nuevo olvidando el espacio público inmediato8. Sin embargo, Los escenarios deportivos para los Juegos Panamericanos 2010 (Fig. 9) son todo lo contrario, en este caso los espacios públicos

Fig. 8 Parque Educativo Marinilla, Marinilla, Antioquia - Arq. GianCarlo Mazzanti 2016

Fig. 9, Escenarios Deportivos para los juegos Panamericanos 2010, Medellín, Antioquia - Arq. GianCarlo Mazzanti 2010.

están en su totalidad diseñados y el edificio responde tanto interna como externamente. Podría afirmarse entonces, que la falta de contextualización o el pobre diseño del espacio público cedido no es un problema recurrente del arquitecto, o está directamente relacionado con la favorabilidad de su entorno inmediato. Ha de pensarse que el problema de construcción de Lugares Públicos está relegado solo para los urbanistas, sin embargo, aparentemente la creación de No lugares, es un problema que atañe a todos. El arquitecto que busca nada más que su sello personal formal, pretende que su edificio, a buen lector, diga con nombres y apellidos de quien es propiedad. En este afán de dejar su impronta e implementar sistemas replicables se caen en formalismos, olvidando su contexto inmediato, donde solo se basa en el desarrollo de la forma pura, la cual se somete a numerosos cambios geométricos y volumétricos para configurar un espacio arquitectónico “por fuera”, es decir con una marcada tendencia a desarrollar el interior como resultado de las formas exteriores (Arcograma, 2015). Ahora bien, esto no es un problema generalizado, se puede conciliar el protagonismo de un edificio y su espacio público. Un ejemplo de esto es la Casa de música y su plaza adyacente: la Plaza de los Deseos del arquitecto Felipe Uribe de Bedout (Fig. 10). Este proyecto nace como una estrategia urbana que pretendía integrar el planetario, el nuevo edificio y entre ellos generar una gran explanada de uso público. Por una parte, la monumentali-

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dad se logra gracias a su altura y contraste en relación a la explanada, y la jerarquía e importancia de la plaza no es opacada por el corte en diagonal del edificio, el cual permite crear un espacio cubierto al aire libre y delimitar la misma.

materiales se convierten en medios de identificación social y representan un significado y un valor, determinando a su vez la actitud de la gente frente a ellos” (Paulson, 1952). Se puede concluir que un buen proyecto arquitectónico es aquel que logra generar valor simbólico del espacio público, y lo logra hasta tal punto que el comportamiento de los ciudadanos se enfoque al cuidado, apropiación y orgullo sobre el lugar. A su vez, la actuación del edificio, dentro de una ciudad como un sistema de símbolos, debe ser un símbolo contextualizado, pues este debe ser un reforzador de valores y un medio para conseguir consensos en grupos (Rapoport, 1977).

Fig.10 Casa de música, Plaza de los deseos, Medellín, Antioquia - Arq. Felipe Uribe de Bedout 2004

Simbolismos A manera de síntesis hasta ahora se ha planteado que la ciudad es compleja en sus dinámicas, y el papel del proyecto arquitectónico es reconocerlas para articularlas y crear Lugares. Ahora bien, cuando estas dinámicas no son entendidas surgen los No Lugares, por tanto, el fin último es crear Lugares públicos, es propiciar el sentido de apropiación de estos, e incluso mejorar la calidad de la vida urbana. El sentido de apropiación de lo público, está directamente relacionado con el significado que tiene el Lugar tanto para sus residentes como para la población flotante. Partiendo de Paulson, quien afirma que “Los elementos

A manera de conclusión existen 2 posturas en relación al rol del arquitecto sobre la ciudad y el espacio público: Por un lado, el de entender la Arquitectura como suceso dentro del devenir humano, el cual debe responder y articularse con la ciudad; o por el otro, el explicar la arquitectura como un objeto sometido a las leyes del arquitecto. Esta primera apuesta nos habla de los Lugares, pero la última da cuenta del objeto abstracto que sólo está. Aún cuando un proyecto arquitectónico sea agradable estéticamente y su monumentalidad robe el aliento, no significa que sea un proyecto integral que responde a su entorno inmediato y lo mejore. Es por esto que el hábito no hace al monje, pues si solo se hace un sistema de forma autorreferencial, el comportamiento del ciudadano que habita estos espacios, no será otro más que tener una postura aislada del mundo, donde los valores de sociabilidad, solidaridad y civismo entre la comunidad desaparecerán.

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Como lineamientos contra los no lugares de la ciudad, se propone: 1 Los espacios intermedios, como aquellos lugares con capacidad articuladora, entre lo público y lo privado. 2 El diseño del espacio público pensado para crear Lugares, este deberá permitir desarrollar ciertas actividades mediante la implementación de alternativas (bancas, vegetación, espacios publicitarios, etc.). 3 El proyecto arquitectónico debe estructurarse, plantearse y desarrollarse en torno al espacio público, pues este tiene la obligación social y ética de articularse con la ciudad. Es por esta razón que es imposible pensar la arquitectura aislada, pues el Lugar urbano solo existe si se piensa bajo sus relaciones intangibles.

Notas 1. Los conjuntos cerrados existen desde los años 50´s, en los finales de los 70´s y años 80´s este modelo empieza a popularizarse y tomar fuerza sobretodo en el contexto colombiano. 2. Esto según Fernando de la Carrera en su tesis doctoral “Rejalopolis” 3. Tomado de “Rejalopolis” tesis doctoral de Fernando de la Carrera. 4. Con la llegada del hotel Tequendama 5. Adaptabilidad formal entendida en las múltiples variaciones de la forma de la cinta. y Adaptabilidad social entendida como la capacidad del espacio para ser usado de diferentes maneras. 6. Espacios en mal estado, sucios y solitarios. 7. No en vano fue el detonante de la discusión 8. Tanto así que se le ha llamado “una jaula para pajaros” por críticos de arquitectura paisas.

BIBLIOGRAFÍA Fernando de la Carrera. (2015). Rejalópolis: Ciudad de Fronteras.. escala, 232, 14-27. El Equipo Mazzanti (2010), 010 JARDÍN INFANTIL EL PORVENIR Elequipomazzanti.com. Alexander, C. (1968). Nuevas ideas sobre el diseño urbano. Cuadernos Summa Nueva Vision, 9(1), 20-30. Gehl, J., & Gemzoe, L. (2006). New city life (1st ed.). Copenhagen: Danish Architectural Press. Heidegger, M. (1951). Contruir, habitar y pensar. Serje de la Ossa, M., & Anzellini, S. (2011). Los dilemas del reasentamiento (1st ed., pp. 17-39). Bogotá: Universidad de los Andes, Facultad de Ciencias Sociales, Departamento de Antropología. Augé, M. (2001). Los "no lugares" (1st ed.). Barcelona: Gedisa. arcograma. (2015). FUNCIONALISMO Y FORMALISMO EN EL CONCEPTO ARQUITECTÓNICO. 7 de mayo de 2017, de Arcograma Sitio web: http://arcograma.com/blog/funcionalismo-y-formalismo-en-el-concepto-arquitectonico. Rapoport, M,. ( 1977). Aspectos humanos de la forma urbana. Barcelona: Gustavo Gili. pp. 285 Paulson Gregor (1952). The study of cities (notes about hermeneutics of urban space), Copenhaguen, Munksgaard. pp. 90. Vera A. Lenguaje y símbolo: La Arquitectura en la encrucijada. Imafronte Departamento de Historia del Arte Universidad de Murcia

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