De Atmosfera y Técnica
Dibujo in situ, fachadas de la entrada. Sebastian Galindo.
Pablo VI de Anibal Moreno Sebastian Galindo y Cyprien Doucy Introducción: Llegada a la conferencia
“No señor, nopuede ser, ya he ido y venido tres veces y sus compañeros no se deciden...” “¡Mo-
Salió escupido para brincar exaltado por el pito y
mentico!” Dijo secamente el vigilante para dirigir-
los gritos del motociclista que, intentando
se al aparatico que llevaba colgado en el hombro.
adelantar por el costado de la calle le gritaba
“Ah!!! El pablo VI, siga por allá suba esas escaleras y
enfurecido ¡fíjese! Y sin prestarle mucha atención
el edificio en ladrillo… ¡Ese es!” Las y 35… no iba a
se alejó afanado, entre la cortina de humo dejada
llegar, no iba a llegar… estas conferencias llenan
por el bus al arrancar. Las 5:27, tres minutos para
auditorios con media hora de anticipación y él
que comenzara aquella esperada conferencia de
entrometiéndose en charlas sin sentido.
la cual tanto se hablaba en el ámbito académico, tres minutos y se iba a perder al maestro de maes-
Debió haber dejado a Lorenzo solo y haber arran-
tros dando su mítica charla sobre la misteriosa
cado con tranquilidad hacia el norte justo al termi-
relación entre arquitectura y técnica.
nar de almorzar. “Arriba por la escalinata subiendo a al izquierda de la entrada principal, ¿escalinata?
Pasó entre las multitudes de estudiantes en la
Y el edificio… ¿Será ese?” Se divisaban a lo lejos
escalinata del acceso principal a la universidad,
unas cuentas líneas ortogonales entrecortadas
entre agitadas preguntas y carreras desordena-
por las líneas sinuosas de la abundante vegeta-
das, llegó a la potería que parecía comunicar con
ción propia del cerro; líneas que luego se mostra-
la facultad de enfermería. “¿Facultad de qué? No
ban con claridad y se convertían en el conjunto de
hombre, eso queda es por allá”.
volúmenes que conformaban el edificio.
Capitulo 2: Torres
Recorrido
Capitulo 1: Puentes
Capitulo 1: Patio
Planta baja y segunda planta del Pablo VI. P27-28, La razon como emocion, Maria Claudia y Villate Matiz.
Ahí estaba, elevado unos cuantos metros sobre el
Gritaba exaltado. “¡Espere! ¡Espere! La vaina es
camino principal, entre un despliegue de escale-
que yo soy estudiante, de, de… de arquitectura, y
ras y jardineras. Se detuvo un momento observan-
esta
do la humilde solemnidad de los volúmenes de
trancón… Ud. sabe cómo son las calles de esta
concreto y ladrillo, olvidando por un momento
ciu…” “¡A mí no me importa, nadie viene a faltar-
que ya iba más de 15 minutos tarde, hasta que un
me el respeto y a pasarme por encima como si yo
estrepitoso pito proveniente de la ahora alejada
fuera un tapete!”“Hermano, discúlpeme, no era mi
carrera Séptima lo devolvió en sí. “¡Y la entrada, y
intención, yo ni lo escuché. Déjeme por lo menos
la entrada!” Siguió el camino marcado entre las
esperar aquí afuera a ver si me atiende el confe-
jardineras, hasta encontrar, al respaldo de la torre
rencista…” El vigilante lo miró indignado. “Pero no
más alta del conjunto, el tan anhelado acceso,
me vaya a meter en problemas ¿¡oyó!?” Agradeció
admirando por el maravilloso cuadro de un patio
y se alejó decepcionado, sacando un paquete de
posterior que no había visto, enmarcado por un
Pielroja del bolsillo y dispuesto a disfrutar del
puente que crecía de aquella torre y se prolonga-
novísimo silencio, imperceptible en la afanosa
ba hacia la montaña.
carrera, sentándose en algún murete. Sacó el
conferencia
era
importantísima
y
el
cigarrillo, lo puso en sus labios, inhaló y exhaló el El vestíbulo y nuevamente un vigilante de agota-
humo azul disfrutando del sabor dulzón que
da expresión, seguramente por las horas extra
dejaba en los labios hasta sentir la súbita hume-
producto de la conferencia, le detuvo. “¡Momenti-
dad en el pantalón y levantarse de un brinco.
co! ¡La puerta cerró hace más de 20 minutos jefe!” Siguió derecho, indiferente a la precaución, y atravesó el patio en búsqueda de la que parecía
Capítulo 1: Tiempo de un cigarro en el patio.
ser la puerta del auditorio para empujarla inútilmente hasta que la brusca mano del vigilante lo
No puede ser… Se volteó enfurecido, tocándose
tomaba por el hombro y le daba la vuelta. “¿Es que
las nalgas y preparándose para enfrentar al culpa-
usted no escucha hermano? ¡Que está cerrada!
ble que, no lo había notado, resultaba ser un
¡Me hace el favor y se me sale de aquí!”
objeto extraño, sinuoso, que caía sutilmente al
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suelo.
Pero qué forma más particular de hacer una silla.
estanque para dar la transición entre el patio y el
Se agachó, la miró cuidadosamente. Caminó por
vestíbulo… a nadie le gustan los zapatos moja-
encima de la superficie cerámica húmeda, que
dos, es mero sentido común. Sin embargo el agua
brillaba sutilmente alumbrada por las últimas
cayó antes de alcanzar el vestíbulo en una gran
luces de la tarde. La miró por arriba, por un lado,
zanja que había pasado desapercibida, junto a la
por el otro, por la tangente. Lo golpeó para com-
cual se desenvolvía todo un piso subterráneo. El
probar que no era hueco. Se paró al lado, interro-
desnivel se fugaba a una pequeña apertura entre
gando al sospechoso con frialdad absoluta. A
los volúmenes del auditorio y el del vestíbulo, a
través de los vidrios del vestíbulo miraba burlón el
través de la cual se abría una pequeña perspectiva
vigilante. La naturaleza de este objeto hubiese
de la ahora nublada Bogotá, de brumas naranjas
permanecido oculta de no ser por la repentina
iluminadas por el sol de la tarde.
llovizna que revelaba hilos de agua, que caían brillantes como el mercurio por la superficie de la
Aparecía ahora un pequeño puente, una versión
cascada de objetos análogos que se trepaban por
amplificada de esos que utilizaba su mamá para
un intersticio del patio que se escalonaba con la
adornar los pesebres, y debajo de este un peque-
pendiente de la montaña. ¡Taludes!… tenían que
ño estanque, perfectamente bien ubicado que
ser taludes! pero qué manera más curiosa de hacer
recibía parte del agua del patio y la conducía
taludes… y además para que taludes que rematan
luego a esta zanja y esta la llevaba hacia el espa-
la parte baja de los edificios? Se precipitó debajo
cio de volúmenes donde se perdía para siempre
del puente que conectaba el vestíbulo y lo que
entre las colinas de la montaña. Volvió en sí, era la
parecía ser una capilla para escampar. Unos eran
segunda vez que se veía fuera de sí mismo...Reco-
taludes, sin duda, sus tres semestres de conoci-
rrió la totalidad del espacio con la vista para darse
miento acumulado y la intuición se lo decían pero
cuenta de su complejidad… A ver: el patio
estos otros? Esos por los que se desliza el agua que
comienza por allá arriba, una serie de terrazas y
se riega sobre los muros de los volúmenes, y ¿esos
esos que parecen ser taludes… el estanque, la
qué? Observó con atención el movimiento del
zanja, el puente, el intersticio… había creído, por
agua. ¡Cuánta calma! ¡Cuánta gracia vital con la
un momento de gloria, haber resuelto el misterio
que se movía!
de aquellos objetos sinuosos. Había tenido certeza de poder conciliar el sueño aquella noche
Todo parecía embellecerse de repente. El leve
hasta recorrer nuevamente el camino ya descrito
rumor de las gotas en el suelo, el fuerte olor a
por el agua. ¿Y ese pequeño puente que pasaba
hierba mojada expedido por las grandes jardine-
por encima de la zanja y conducía nuevamente a
ras y las enredaderas que se trepaban por sobre
los volúmenes del edificio? ¿Y el gran puente que
los muros, el vapor caliente que salía de sus
se encontraba sobre este otro? ¿Y la columna
pulmones. Los nimios riachuelos se colaban entre
suelta, de piedra y antiguo aspecto dispuesta
el adoquín del patio, a través de pequeñas zanjas
azarosamente? Se abalanzaba sobre él una
que parecían talladas y parecían fugarse hacia el
creciente de preguntas de la cual era imprescindi-
vestíbulo. No puede que el arquitecto quisiera un
ble escapar en busca de respuestas o su carácter
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Dibujo in situ, fachadas del patio y objectos sueltos. Sebastian Galindo y Cyprien Doucy.
curioso y obstinado se ahogaría… ¿Pero por dónde comenzar? Decidió tomar aquel pequeño puente. “… Bueno, pasamos a otro tema, daré un espacio para preguntas al final de este segmento de la conferencia así que memorícenlas. El terreno en el cual tuve que proyectar tenía una pendiente muy fuerte, lo que no facilita la vida cuando uno intenta hacer un patio habitable. Tuve que segmentarlo en partes. Planteé una serie de terrazas que ascendían hacia lo que en un futuro iba a ser la segunda etapa conectando ambos edificios que remataban en el patio propiamente dicho, y este, a su vez, se partía creando un patio inglés que iluminaba los espacios subterráneos. Surgieron tres espacios interconectados, dependientes y a su vez autónomos, caracterizados por sus dimensiones, por su manera de responder al suelo y los volúmenes que los rodeaban, ofreciendo una primera variedad de espacios al habitante. Para sostener la tierra en las terrazas elegí no construir muros de contención que como es sabido requieren de un fuerte trabajo e intervención sobre el terreno en Par · Seminario De Arquitectura Latinoamericana
búsqueda de grandes cimientos profundos capaces de resistir el empuje. ¿Para qué luchar contra el entorno? me dije, más bien, diseñe unos taludes de ladrillo de gran amplitud imitando la pendiente. Eso redujo los esfuerzos constructivos en obra. Me gustaría anticiparme a sus preguntas, ¿que por qué estas formas?, cierto, existe una multitud de formas posibles, ¿pero cuál era aquella que cumplía un mayor repertorio de funciones? Estos taludes se convierten entonces en alfajías sinuosas que, como muestran estas fotos, rematan los edificios y conducen el agua y a su vez son grandes sillas, o lo que el habitante esté dispuesto a hacer con ellos en vista de que el material pétreo y resistente lo posibilita, dando además unidad al conjunto de partes que conforman el patio. El patio inglés del costado occidental recoge el agua y la lleva hacia afuera del patio donde es utilizada por las jardineras y los bosques que rodean el predio. ¿Preguntas? … A ver...Usted” “¡Buenas tardes maestro, no entiendo bien un cosa del recorrido y la distribución del patio; la cubierta del puente que lo atraviesa parece juntar la capilla con volumen de la entrada,
pero cuando uno entra por el vestíbulo y quiere ir al auditorio o a la capilla le toca pasar por el patio descubierto o atravesar el pequeño puente que lo deja a su vez en un segmento descubierto del patio obligando al visitante a mojarse en caso de lluvia, ¿porque?” “Bueno, eso es un patio con un pequeño espacio para escampar, y no un gran porche de acceso a otros espacios. Por su contexto del bosque y el paisaje de los cerros verde, introduje la naturaleza por el patio que tenía que ser descubierto y como sabemos un patio cubierto no es patio ¿Alguna otra pregunta? Bueno seguimos…”
películas, de grandes muros y torres en las esquinas. Casi que podía imaginar las pinturas con retratos de condes y duques sombríos en las paredes a medida que ascendía por la escalera que se fundía en la pared dejándose llevar por la luz indirecta que entraba desde arriba en el espacio y… ¡mierda! Le pasó un frío gélido por toda la espalda al sentir que caía por uno de los costados de la escalera hacia el nuevo al verse engañado por un trampa en forma de pasamanos adyacente a los peldaños, pero no, sobrevivió para darse cuenta que el pasamanos colgaba de unos cables que se perdían en la penumbra cenital a lo alto de la torre.
Capítulo 2: Exploración de las torres Cruzó el puente de pesebre, sintiendo la leve nausea propia del vértigo… Siempre lo habían ridiculizado por su miedo a las alturas, incluso ahora, en el que un antepecho de más o menos cincuenta centímetros de altura los separaba de la abismal caída de no más de metro y medio. Pero atravesó valerosamente en un par de brincos el vació (mientras el vigilante no paraba de mirarlo intrigado a través de los vidrios) para llegar en un espacio que parecía ser la prolongación del vestíbulo y daba el acceso a un aula de muebles fijos y una cierta inclinación entre silla y silla. La penumbra del espacio se veía cortada por el haz de luz que parecía venir de la parte alta de la torre conteniendo las escaleras. La escasa luz atravesaba las partículas de polvo que flotaban ingrávidas en el espacio y daban la sensación de estar atravesando un espacio antiguo, alguna tumba o un castillo, eso era, un castillo medieval europeo, de esos de las Impar · Seminario De Arquitecturavb Latinoamericana
“¿Y yo venía de afán para ver la conferencia de alguien que pone mi vida en riesgo de esta manera?” se decía indignado. “¿Y esto?” Se preguntaba haciendo temblar los cables mientras miraba su aparente origen en las alturas. “¡Qué manera más rara y además ineficiente de colgar un pasamanos! Hasta donde llegan los arquitectos hoy en día buscando originalidad…” se decía recordando esta otra conferencia en que alguno de sus profesores criticaba fuertemente a los deconstructivistas de años pasados. Suspiró y siguió subiendo, dejándose llevar nuevamente por el sosiego propio de la atmósfera en el espacio y cuidando de no tocar el pasamano. Vio que la luz provenía del aparato que le crecía como apéndice a la torre y recordó haber visto una similar en la torre que daba hacia el acceso. El concreto rugoso del interior de los muros generaba un efecto lumínico muy particular, haciendo brillar una por una las piedras lisas del revestimiento y cayendo por entre los
rasguños perfectamente verticales y homogéneos que conformaban el muro. “Por más insegura que sea la escalera… gana puntos Anibal en el coeficiente místico…” se decía jugueteando en voz de presentador de tele o radio. En el remate del segundo tramo de la escalera se encontró con una estatua en acero oxidado, muy similar a la armadura que esperaba encontrar, la rodeó y siguió el recorrido satisfecho...
grande que no tengo que enterrar cimientos profundos en busca de suelo duro, en vista de que el terreno arcilloso de baja calidad no logra soportar el peso del edificio distribuido en cargas puntuales pero sí en un área extensa. Podríamos comparar personas caminando con botas y otras con tacones”. “Ahora viene el tema más complicado y el cual nunca pudieron entender las autoridades a cabalidad: el manejo antisísmico. Para los que no saben todavía, la estructura convencional es la estructura
“…Bueno, seguimos con la estructura del edificio. En esencia se compone de unas grandes torres en ladrillo que contienen las circulaciones verticales. Algunas de estas se componen de la torre previa a la entrada, en la que se ubica la emisora de la universidad, la circulación vertical que se ubica después hacia el oriente del vestíbulo, o también la circulación vertical entre la capilla y el vestíbulo. Las cuatros paredes que componen las torres funcionan a compresión, con dos placas de concreto en su parte superior y posterior que con la ayuda de cables tensionados comprimen los muros, permitiendo que los muros funcionen como una sola columna; un gran pilar. La forma de ensamblar los ladrillos, o mejor dicho, la traba, evita posibles fisuras y gracias a la compresión previa del material este puede lidiar con el peso de las vigas poderosas que sostienen quince metros de luz que fácilmente desarmarían un muro de mampostería convencional por las fuerzas verticales impuestas. El ampliar la dimensión del pilar y utilizar esta técnica para conformarlo me permitió utilizar el ladrillo y no el concreto como material estructural, siendo este último caro y requiriendo mayor trabajo en obra. Por otra parte, la superficie de contacto con la tierra es tan
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con una unión viga-columna fija, formando un pórtico rígido. El problema de esta estructura, y aquí quiero que me presten mucha atención (como evidentemente no hicieron los calculistas de la norma), es que la fuerza entre los elementos verticales y los horizontales están calculados a partir de una cierta fuerza en la escala de Richter para que el edificio no falle en su totalidad, para que no se caiga. El problema es que, así no se caiga el edificio, las uniones de la estructura aporticada presentarían daños y fisuras cuyas reparaciones serían imprescindibles e implicarían prácticamente reconstruir el edificio. Es esta falta de elasticidad la que quise resolver en este edificio. “Ahora que explique cómo estas torres pueden cargar en peso vertical, toca explicar cómo responde a los empujes laterales. El tipo de unión entre la viga y la columna es similar al esquema de la rótula, es decir que la viga está puesta sobre la columna dejándola girar sin que se salga. Evita desplazamientos horizontales y verticales pero permite el giro. El edificio se puede mover lateralmente volviendo a su posición original sin que se rompan las uniones cuidando que la dimensión de las torres sea suficiente para que estas no se volteen, por lo que hemos calculado el movimiento de la tierra en un
sismo de acuerdo a la norma y a la escala de Rich-
nichos similares a los de las torres. El peso que
ter para comprobar la efectividad de las torres.
cargan estos muros no es tanto, entonces el
Mejor dicho, porque veo unas caras perdidas,
tamaño del punto de contacto con la tierra no
queríamos comprobar que el centro de gravedad
tiene que ser tan amplio y además las vigas sopor-
no se saliera de la dimensión establecida por la
tadas por las torres y muros anchos, son pre-ten-
base de la torre con el movimiento de la tierra,
sadas, permitiendo vencer amplias luces sin una
pero las pruebas nos mostraron
que no era
sección exagerada. Busqué una proporción de
suficiente, entonces planteé el aumento de la
fachada entre lo masivo y lo liviano, entre lo lleno
superficie de la placa de concreto de abajo adicio-
y lo vacío que fuese perceptible en fachada. Unas
nando unos contrafuertes más bajos que la torres,
grandes torres masivas cargan unas potentes
aumentando su peso y bajando su punto de
vigas que sirven de antepecho, de las viguetas
gravedad, lo mismo que hicieron con la torre de
ocultas detrás de estos “antepechos” que son
Pisa para que no se cayera, aumentando el área de
perceptible al acercarse. Se entiende la unión por
sus cimientos bajo tierra. Los contrafuertes me
la parte de debajo de la viga permitiendo la
sirvieron a su vez de tragaluz iluminando al reves-
función de antepecho que tiene la viga.”
timiento interior de concreto rayado generando un efecto lumínico gratificante al interior del
Capítulo 3: Recorriendo los puentes
espacio en el que dominaba una penumbra misteriosa que me encantaba.
“Quise aumentar este contraste borrando la carpintería de las ventanas haciendo parecer que el vidrio
“No saben la cantidad de críticas que recibo por
negro flota entre el techo y el antepecho, entre placa
personas que califican las escaleras de inseguras y
y placa, por lo que los uní con platinas de metal de
que no entienden lo que yo les acabo de explicar
4x3cm. Recorriendo el edificio pasando por las
pero Uds. si entendieron ¿verdad? ¿Preguntas?! …
torres en penumbra, uno llega a unos espacios
¡Si! … ¡La de rojo, adelante!”
completamente abiertos visualmente hacia afuera. Me di cuenta que sobre estas grandes vigas de
“Buenas tardes, usted dijo que el edificio era
segundo piso se lograban unas maravillosas visua-
sostenido por las torres, pero por ejemplo, las
les hacia el oriente y occidente por lo que opté por
aulas ubicadas al oeste tienen solamente una
abrir la visual de estos espacios en su totalidad y
torre a su lado este, que además no está alineada
dejar que el sol de la tarde, el más apetecido en
con el volumen que los contiene…”
nuestra ciudad, colmara el espacio… ¿Una última tanda de preguntas… ¿Nadie? Es una lástima, pero
“Buena pregunta, me olvide de tocar este tema.
bueno, gracias por haberme escuchado...”
Estos se sostienen también por vigas apoyadas de lado a lado, pero de menor dimensión, como
Dio unos pocos pasos y se encontró con un espa-
en este auditorio. Estas vigas están puestas
cio delimitado por el exterior que había visto
también sobre anchos muros de ladrillo, huecos
desde el patio, bajo el que pasaba el pequeño
en algunos casos, permitiendo crear tragaluces o
puente y que conecta con la capilla, pero la
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puerta estaba cerrada entonces siguió caminando hacia aquel espacio pintado de rojo que lleva-
Conclusión: Encuentro del estudiante con el maestro.
ba hacia el occidente. Se detuvo bajo la contemplación del sublime paisaje de titánicas nubes
“Hombre, dónde habré puesto mi gabardina… Ah
pintadas de rojo, naranja, amarillo, verde, azul,
gracias, entonces, como le iba diciendo Raúl, es una
azul celeste, lila, y más azul, y hacia el otro costado
lástima que proyectos de la calidad como ese no se
del espacio se veía el cerro pintado de los mismos
puedan llevar a su feliz terminación debido a la
colores y arriba la luna que comenzaba a brillar
burocracia y la corrupción de este país, y que pode-
anunciando el comienzo de la noche. Se sentía
mos esperar del futuro de la arquitectura con una
levitar entre aquellos paisaje magníficos, entre los
generación tan dormida, tan faltos de curiosidad y
ventanales de piso a techo manchados de las
de pasiones, qué puede esperarse de…
gotas de agua que apenas vibraban al exterior, y allá se veía salir la multitud del auditorio…
Se levantó exaltado de la severa meditación que
“¡El conferencista!” recordó. Salió corriendo por el
llevaba a cabo acostado de cabeza en el ¨talud¨ por
costado opuesto del edificio bajando por una de
más de quince minutos cuando vio que el conferen-
las torres que se encontraba más adelante. Salió al
cista se ponía la chaqueta y se disponía a salir
patio nuevamente para buscar entre los rostros
acompañado de unos tres hombres y una mujer…
de la muchedumbre que se dispersaba a lo largo
Recién salido, un joven esperando afuera se acercó
del patio aquella cara conocida. Pero… ¿Qué le
tímido,
iba a decir? Hizo un recuento de su recorrido a lo largo de los espacios recorridos: el patio, las torres
“Maestro!” le gritó, a lo que el hombre respondió con
y también este último espacio delimitado por su
un movimiento de cabeza sin detenerse, “¡Se..
paisaje en el que estuve unos cuantos minutos…
Señor!” grito de nuevo intentando llamar su aten-
intentó recordar las preguntas que se había
ción. Intentó acercarse pero lo detuvo uno de los
formulado en el camino pero eran tantas. Recor-
hombres que lo acompañaba. “Joven, el señor lleva
dó, casi sin querer, las súbitas interrupciones a los
mucha prisa y está cansado…” “Pero son solo unas
numerosos trances en los que se había encontra-
cuantas preguntas...” “Si tenía preguntas debió
do metido de manera tan natural… recordó el
haberlas hecho durante la conferencia” “¡Ma…
miedo de caer por las escaleras, la penumbra y la
Maestro! ¿Cómo logró Ud. que me sintiera como me
luz que se regaba sobre el relieve de aquellos
he sentido en este edificio?” El hombre se detuvo y
muros en concreto del interior de las torres y el
dio la vuelta. “Déjelo Raúl. ¿Cómo dijo joven?”
fuerte contraste al chocar contra el maravilloso paisaje bogotano. Recordó el olor a hierba
“Mucho gusto, no alcancé a entrar a la conferencia,
mojada del patio y la manera musical en que
esta ciudad es desastrosa sabe? pero me vi hipnoti-
bajaba el agua a lo largo de la pendiente. Se subió
zado por la sucesión de eventos, de luces, de olores,
sobre uno de los supuestos taludes a mirar sobre
de imágenes que me llevaban sin que supiese espa-
la muchedumbre rogando por no perder la salida
cio por espacio … un recorrido hipnótico, involunta-
del conferencista.
rio, a lo largo de este sitio encantado… dígame:
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¿cómo puedo lograr aquello como futuro arquitecto, es eso, llámese como se llame, lo que quiero lograr con mis edificios, ¿pero cómo, cómo puedo hacerlo?” El arquitecto sonreía emocionado. “Hombre… primero que todo gracias, me es inmensamente grato escuchar que logré lo que he buscado durante todo mi ciclo dentro del oficio, una meta que he intentado lograr… perdóneme pero es que es una pregunta difícil… que he logrado… hemmm a través de una exhaustiva investigación acerca de la técnica, o acerca de la serie de procedimientos que puedo implementar sobre la materia, sobre el ladrillo, sobre el concreto, sobre el acero, entender cada uno de estos materiales, su naturaleza, el cómo preferirían relacionarse y ser usados y conjugarlos para lograr aquello que algunos llaman una atmósfera, una experiencia estética, el arte a fin de cuentas, eso que lo condujo a Ud. de manera indescriptible a través de todos y cada uno de los espacios… El muchacho y sus acompañantes lo miraban con atención. Maestro, pero… ¿Cuál fue la búsqueda primigenia? ¿Una búsqueda por el desarrollo técnico o estético? ¡Ja! sonrió el arquitecto. ¿Cuál fue primero, el huevo o la gallina?
BIBLIOGRAFÍA “La razon como emocion, Forma, estructura y espacio en el edificio Pablo VI de Anibal Moreno”, de Maria Claudia y Villate Matiz. Edicion Punto Aparte. Publicado por la Universidad Nacional de Colombia.
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