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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA AÑO III. NO 129 / 06-11-2016
PROLOGO César Rengifo. Obra Teatro. ULA. Mérida 1999. Parte II Alexis Márquez Rodríguez 1988
Y aquí está un tercer rasgo de la personalidad de Rengifo que merece destacarse: su lealtad a los principios y su actitud consecuente con las ideas que adoptó desde muy joven. Esto pudiera parecer irrisorio, y hasta motivo de censura para muchos, especialmente por lo inmerso que estamos en una sociedad donde lo predominante es el saltimbanquismo político o ideológico; el oportunismo más a lo Fouche que a lo Maquiavelo; la glorificación del tránsfuga; la actitud acomodaticia; el cambio de militancia o de ideología celebrado como gracia y hasta confesado con desfachatez y alardes de viveza; la sinvergüenzura, en fin… Y en medio de esa podredumbre moral, se esgrime como coartada la calificación de rigidez y dogmatismo para lo que no es otra cosa que rectitud y dignidad. En el caso de Rengifo no puede hablarse de rigidez ni de dogmatismo, porque si bien se mantuvo fiel toda su vida a los principios y la ideología que adoptó desde muy joven, supo al mismo tiempo ser fiel también al tiempo en que vivía, y asimilar con inteligencia y dinamismo los cambios inevitables que las sociedades van experimentando con el transcurso de los años. Más aún, este hombre tuvo incluso el coraje y la sabiduría suficientes para rectificar, cuando el desarrollo histórico le revelaba errores en los criterios y apreciaciones del pasado. Y ello era posible, precisamente porque su pensamiento, regido permanentemente por una filosofía de la que nunca renegó, como fue la doctrina marxista, tuvo en ella el instrumento fundamental para conservar la necesaria frescura y para mantenerse en todo momento en un profundo proceso de renovación constante. Pero en él la necesidad de rectificación no fue nunca pretexto, como en muchos otros, para claudicar ni traicionar la causa de los pueblos en la que
siempre militó. Y antes que rigidez y dogmatismo, exhibió más bien una actitud humanística en todos los actos de su vida. A veces, en algunos de sus escritos, el lector desprevenido pudiera encontrar opiniones y criterios aparentemente sectarios, de un radicalismo cerril y áspero. Sin embargo, en tales casos la vehemencia y el ardor con que defendía sus posiciones hacía parecer lo que en realidad no existía. Nada más alejado del sectarismo que Rengifo. Lo probó mil veces en sus múltiples actividades. Lo mismo que en la escogencia de sus amigos, entre quienes hubo muchos con cuyas ideas discrepaba plenamente, sin que ello empañara el sentimiento de amistad, que para él entrañaba uno de los valores más elevados del hombre, al margen de banderías políticas, definiciones filosóficas o creencias religiosas. Pero, como diría Mariátegui, en él las ideas se nutrían de sus sentimientos y de sus pasiones. De ahí la vehemencia con que a menudo exponía sus pontos de vista, vehemencia que muchas veces se acrecentaba por las circunstancias, siempre de lucha, en que le tocaba hacerlo. Cuando el hombre debe defender sus principios y luchar por sus ideales en condiciones adversas, en medio de la atmósfera represiva de regímenes dictatoriales o de democracia farisaica, es natural que en ello se exhiban ardores y radicalismos que fácilmente pueden confundirse con sectarismos y actitudes dogmáticas. Así ocurrió a veces con Rengifo, como podrá verse en algunos, muy pocos, de sus escritos, en que las condiciones políticas y sociales imperantes lo llevaban a defender con cierta actitud su concepto del arte como instrumento de liberación del hombre y de progreso social. Mas tales momentos de exacerbación ideológica jamás lo indujeron a comportamientos sectarios ni radicalismos
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trasnochados en su relación con los demás seres con quienes convivía. Ni tampoco le impedían gustar y comprender, en el campo de las artes, manifestaciones distintas, y aun opuestas, a las que él cultivaba. Su concepto de la cultura era sumamente amplio y de alcances verdaderamente humanísticos. Y si bien sostuvo siempre un criterio definido respecto al valor social del arte en general, siempre fue respetuoso del que se hacía desde otras posiciones, y supo admirar las obras de los demás artistas, más allá de las concepciones ideológicas que expresasen, siempre y cuando en ellas lo ideológico —o lo antiideológico— tuviese un soporte verdaderamente estético. Y esto no sólo en la pintura y las artes plásticas en general, sino también en el teatro, en la literatura, en la música, y en las demás manifestaciones artísticas, que de todas fue amante fervoroso. III Estas "Obras" reflejan muy bien esa multiplicidad de oficios y actividades que Rengifo siempre desempeñó. Para muchos lectores, incluso conocedores de su producción más divulgada, la plástica y la teatral, quizás resulte sorprendente descubrir muchos textos escritos por Rengifo, en los cuales, con un amplio dominio del género ensayístico, expuso sus ideas estéticas. Estos ensayos comprueban una vez más, no sólo la solidez del pensamiento de su autor, sino también la coherencia ideológica del mismo. Se muestra en ellos, en efecto, que en él la perfecta unidad de pensamiento y de doctrina entre su teatro, su pintura y sus demás menesteres no fue una simple coincidencia, ni producto de una mera intuición ideológica. Fue más bien la resultante de un pensamiento teórico, que en su caso tuvo siempre una absoluta correspondencia con la praxis.
Lo cual no deja de ser importante, en una época y en un país como los nuestros, en que con demasiada frecuencia hay un divorcio total entre lo que se piensa y lo que se hace. Vemos, así, que cuando su teatro muestra un sentido satírico, con hábil manejo de la ironía, y a veces del sarcasmo, es porque según él el teatro tiene como principio constitutivo el signo de lo testimonial, tal como lo expone en su ensayo "La dramaturgia y la crítica como testimonio histórico y reflexión estética". Allí dice lo siguiente: "Todo cuanto nos une al hombre del pasado y todo cuanto ha de unirnos al hombre del futuro, está dado en la esencia testimonial del teatro". Y más adelante agrega su concepción del dramaturgo "como el lúcido testigo de su época, de su sociedad, de su contorno, pero no testigo inerte, sino activo. Testigo que enjuicia y que incide en las manifestaciones y las raíces de todas las contradicciones que emergen y dinamizan a las sociedades". En otro ensayo posterior, "La caricatura y su función social", vuelve sobre estos principios, los ratifica y amplía, hasta extenderlos a todo el arte, y no sólo al teatro o la plástica. Ello, según él, explica que "…siendo el arte el medio expresivo más potente de que dispone el hombre, sea siempre del que mejor se valga para señalarse un camino a lo perfecto, dejando unísonamente plasmado en él todo el sentir de una época y su visión de futuro. El arte, por su riqueza expresiva, es un ímpetu hacia el porvenir; desde sus aspectos combate con sublimidad por una humanidad armónica y más perfecta".
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César Rengifo: época del arte social Néstor Rivero El dramaturgo, pintor, periodista, docente y militante revolucionario César Rengifo, autor de dramas como Apacuana, Lo que dejó la tempestad y Esa espiga sembrada en Carabobo y en plástica los murales Amalivaca y Creadores de la nacionalidad, así como los cuadros Diciembre y Los hijos de los barrios, entre otros. HÉROES DE LOS VENCIDOS La obra de César Rengifo, tanto en la plástica como en las tablas, es coherente al paso de sus distintos periodos creativos en el abordaje del proceso social venezolano, desde la era prehispánica hasta los días del rey petróleo en el siglo XX. Rengifo reivindica a héroe de los vencidos que prosiguen su lucha. Amalivaca, Ezequiel Zamora, o los migrantes de la erosión en los paisajes de modernidad. AMALIVACA Este es un vitral de 90 metros cuadrados instalado en los pasillos del Centro Simón Bolívar que conectan con la Plaza Diego Ibarra de Caracas, y que contiene “más de millón y medio de pequeños pedazos de mosaicos, finamente cortados”. Amalivaca había creado hombres inmortales, y los tamanacos poseían el orgullo de ser los primeros. El padre fundador dio también vida al padre río y al viento. Y Rengifo pinta a los tamanacos de utensilios en faena, cultivando el maíz, adaptando los troncos de los árboles, machacando granos y distinguiendo los peces que envía el Orinoco. LETRADO SOCIAL Antonio Gramsci define como “intelectuales orgánicos” a los autores cuya obra responde a conciencia con la militancia. En su ensayo Un tal César Rengifo, el biógrafo Jesús Mujica recoge opiniones del maestro: “...No hay actividad humana
que no sea política; todo cuanto acontece en nuestro alrededor son hechos esencialmente políticos y el teatro fundamentalmente ha sido siempre un teatro político”. MASA Y MOVIMIENTO Contenido y forma obtienen de la mano de Rengifo un equilibrio que da al arte clara función social. Arte que educa los sentidos, recrea instruyendo en los capítulos del pasado nacional y expresa a ese pueblo del que el autor provee “su presente y sus sueños de porvenir. Así, este creador que habitualmente recordaba la fórmula robinsoniana según la cual “la fuerza material está en la masa y la moral en el movimiento”, afirmó en una oportunidad: “...Me he propuesto, desde que me inicié en el trabajo artístico, tanto en teatro como en pintura, expresar a Venezuela, su sociedad con todas sus contradicciones... sobre todo, parte de la épica de nuestro pueblo”. LA OBRA Con la técnica del mosaico Rengifo creó obras como el tríptico de 1973 que en la avenida Los Próceres de Caracas representa, en tres cuadros de gran tamaño, momentos del pasado venezolano, con símbolos patrios como el tricolor, expresiones del mestizaje etnocultural y la rebelión de la nacionalidad independiente. Jorge Núñez califica la obra de Rengifo como un “...compromiso de transformar la vida y modificar la sociedad a través del lienzo y el color como trincheras” [http://www.avn.info.ve]. nestor5030@gmail.com Caracas
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LA REVOLUCIÓN COMO ANTÍDOTO JJ ÁLVAREZ
A partir del 6 de diciembre de 2015, una nueva ofensiva de la mayoría de diputados de la derecha se desató en la Asamblea Nacional (AN) contra el proceso de transición revolucionaria que se desarrolla en nuestra patria. Desde ese momento, sus posiciones frente a la revolución han tenido siempre un corte intransigente y ultrarreaccionario. Esa obsesiva actitud parlamentaria derechista, trata de imponer un golpe de estado a base de legislar a favor de los intereses del gobierno de EEUU y de sus incondicionales locales de Fedecámaras. Su objetivo en teoría, es la deformación de las leyes progresistas anteriormente aprobadas por los parlamentarios de la revolución. En la práctica sus malas intenciones han resultado inconstitucionales, todo un verdadero fraude. El Chairman de la derecha es Ramos Allup, presidente de la AN, quien desde los primeros momentos trató de desplazar todo cuanto perturbaba a sus mandatarios en materia de intereses económicos y políticos. Mientras tanto el sector mediático privado, promotor y divulgador de la violencia económica existente, mantiene sus campañas permanentes de descredito contra todo aquello que signifique solidaridad con la revolución. Este sector, no admite otro punto de vista que no sea la indiferencia hacia los logros del gobierno y su pueblo. ¿Y ahora qué? El diálogo prosigue pese a pronunciamientos en contra. Hay necesidad de buscar la paz porque es la tarea de primer orden. El recién finalizado encuentro entre el gobierno y la derecha es ya un espacio abierto
para que las partes actúen con la mayor circunspección. ¿Podrá entender la derecha que para el mantenimiento de la paz y la seguridad nacional, tendrá que hacer un mayor esfuerzo para evitar el enfrentamiento y la conflictividad institucional que jurídicamente la desploma en lo legislativo y como poder público nacional? Los revolucionarios no estamos para shows y manipulaciones, la revolución es nuestro antídoto. El gobierno y el pueblo esperan que la derecha asuma una conducta moderada para que no se siga entorpeciendo las conversaciones de diálogo retomadas el pasado lunes 24 de octubre de 2016.
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Livia Gouverneur: “la virgen roja” de los años 60 Néstor Rivero El 1° de noviembre de 1961, hace 55 años, cayó abaleada en la urbanización Las Acacias de Caracas -frente a la residencia de un grupo de exiliados enemigos del proceso revolucionario liderado por Fidel Castro- la joven Livia Gouverneur, quien entonces formaba parte de un comando de las FALN, que ejecutaba acción de protesta en contra de los grupos antifidelistas que practicaban la violencia contra la Revolución Cubana. LOS AÑOS 60 En los años 60 del siglo XX un ala de la juventud venezolana se rebelaba desde la clase media con el rock, los Beatles y la congregación en patotas en urbanizaciones y barrios de Caracas con un signo de protesta que eludía el problema social, aunque rozaba lo cultural marcusiano y luego las manifestaciones hippies de Estados. Otra ala juvenil fue la que dio carga de pensamiento crítico y acción política al reclamo generacional. Y esta fue la que empuñó las armas contra el gobierno de Rómulo Betancourt y luego de Raúl Leoni. JUVENTUD EN ARMAS El inicio de los años 60 mostró con la Revolución Cubana a la juventud inquieta e idealista del continente que era posible derrotar en nuestros países al poder tradicional y el imperialismo. Jóvenes venezolanos agrupados en el PCV, el MIR y otras organizaciones sintieron sobre sus rostros el soplo de la brisa del Caribe; y dichos vientos, como el fantasma que pinta Carlos Marx para Europa, recorrió todos los países del continente, en cuya mayoría comenzaron a surgir núcleos guerrilleros con la pretensión de derrocar el orden doméstico e imponer una Revolución. LIVIA A sus 20 años Livia cursaba estudios de Psicología en la UCV, integraba grupos de teatro, círculos de estudio político y desarrollaba su inclinación literaria escribiendo poemas, siendo gran lectora. Habiéndose vinculado a los núcleos de la Juventud Comunista y las FALN, para octubre de 1961, Livia ya había participado en cursos de entrenamiento militar, adiestrándose en el manejo de armas y conducción de motos y vehículos, así como técnicas de defensa y acción revolucionaria, actividades en boga entre jóvenes, en tiempos de la insurgencia armada contra el gobierno de Betancourt.
MOTIVO La operación del 1° de noviembre era en contestación a los ataques que en esos días realizaba el anticastrismo contra la sede del Consulado de Cuba en Caracas, apedreando sus ventana y tiroteándolo continuamente. HOY Livia Gouverneur, a quien se ha dado el título de “La Virgen Roja” por su radical militancia, es recordada por su firme carácter, incapaz de negarse a una acción política por riesgosa que luciese y muy disciplinada. De su sepelio se dice que fue el mas concurrido de la época, con presencia de la juventud caraqueña y sectores populares hasta el cementerio. En 2013 el Gobierno Nacional honró su memoria dando su nombre a las Residencias Estudiantiles ubicadas en el Edificio Los Andes del sector Plaza Venezuela de Caracas. El día 08 de octubre, día del Guerrillero Heroico, es encontrada destruida, saqueada y ultrajada la tumba donde reposan los restos de Livia Gouverneur Camero, sepultada desde 1961 cuando cayó en combate por acciones revolucionarias en contra de la gusanera cubana que ya se asentaba en Venezuela. Junto a ella estaban los restos de su abuela Sebera Camero de Gouverneur, su madre Lola de Gouverneur, su padre César Humberto Gouverneur y su sobrino Rodni Romero Gouverneur, en el Cementerio General del Sur, todos los restos desaparecidos y destruidos por el hampa organizada. Cn estos actos solo tratan de desmoralizar a los revolucionarios que llevan vivo el legado de Livia, pero no será así estaremos más firmes que antes, la derecha arrastrada no nos vencerán Livia, seguiremos adelante firmes y con tu ímpetu, el que tiene una joven, mujer revolucionaria. Hoy es la tumba de Livia, ya pasó con Jorge Rodríguez, padre, y a Diosdado con la tumba de su madre, ¿qué esperamos que usurpen el mausoleo de Bolívar, o de Chávez, que profanen la tumba de Fabricio Ojeda o la tumba de Argimiro Gabaldón?… pues NO nuestros muertos nos duelen y nos dan más fortaleza, los matarán 1000 veces y 1000 veces estaremos luchando en su memoria… ¡¡¡LUCHAR HASTA VENCER!!! Angela Manzur 6
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