LA VOZ DE MI PARROQUIA “San Bartolomé apóStol” Rociana del Condado BOLETÍN BIMESTRAL D Diirreeccttoorr:: M Maannuueell B Booggaaddoo V Viillllaa
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¿POR QUÉ BAUTIZO A MI HIJO? (II) ¿Qué características tiene la acción de Dios en el bautismo de los niños? La acción de Dios es una “acción gratuita”. Dios concede un especial regalo al niño, antes que éste lo pueda merecer de algún modo. La pura gratuidad del don de Dios se manifiesta de modo particular en el bautismo de los niños. Este don gratuito es una realidad riquísima que comprende: la remisión del pecado original y todos los pecados personales; el nacimiento a la nueva vida, mediante la cual el hombre se vuelve hijo adoptivo del Padre, miembro de Cristo, templo del Espíritu Santo; la participación en el sacerdocio de Cristo, gracias a la cual el bautizado ofrece la propia vida como un sacrificio espiritual “agradable a Dios”; la incorporación al pueblo de Dios, la Iglesia, Cuerpo de Cristo, y la participación en su misión de anunciar, celebrar y testimoniar al Señor Jesús. Los niños bautizados nos recuerdan que la fecundidad misionera de la Iglesia tiene su raíz vivificante en el don absolutamente gratuito de Dios. El mismo signo de la Cruz, con el que se concluye el rito de recibimiento en el sacramento del Bautismo, indica la toma de posesión y la gratuidad de parte del DiosTrino, de la persona que es consagrada a Cristo. ¿Cómo el bautismo de los niños pone en evidencia la importancia de la Santidad? Hemos de reseñar que la “Santidad” es un componente esencial e inseparable de la nueva vida bautismal y, por tanto, es un elemento constitutivo de la dignidad de la persona. El niño bautizado testimonia su ser santo, como hijo de Dios y, al mismo tiempo, su situación de no ser todavía totalmente santo; por lo que es necesaria la conversión y la penitencia en el camino cotidiano de la persona.