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En gestación Al pediatra desde el embarazo
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Opinan los expertos Guía para la salud dental de los niños
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Entorno
Buenos hábitos para enseñar
Crianza Salud &
A ñ o 11 • n ú m e r o 2 • a b r i l - m a y o 2 0 13 • p u b l i c a c i ó n b i m e s t r a l • B o g o t á , C o l o m b i a
Para el bienestar de la familia
Primero gatear
para después ‘andar ’
Contenido
Así es su mundo
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El acompañamiento del pediatra a los padres en el embarazo les permite prepararse para el parto y detectar riesgos en la salud de la madre y el bebé.
Junta Directiva Nacional 2012 – 2014 Presidente Ana Cristina Mariño Drews
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Vicepresidente Juan Fernando Gómez Ramírez Secretario Nicolás Ignacio Ramos Rodríguez
Fiscal suplente César Augusto Arango Posada Vocales Lila Visbal Spirko Marcela Fama Pereira Luis Eduardo Abello Gámez Javier Criales Hernández Gerardo Enrique Castellar Arbeláez Ángela María Giraldo Mejía Marco Ortega Barreto
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Representante de los capítulos Catalina Vásquez Sagra
Opinan los expertos
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Guía para la salud dental de los niños
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Buenos hábitos para enseñar
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“Mi niño se marea en el carro”
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A propósito de los pensadores latinoamericanos y la infancia, sabía usted que:
Coordinadora de publicaciones Mónica Vivas
Entorno
Director
Juan Fernando Gómez Ramírez Producción Editorial IPE- Mercadeo Relacional Legis S.A.
Avenida calle 26 No. 82-70 Bogotá D.C. Tels.: 4255255, 4255262 – Fax.: 4255316 ana.castillo@legis.com.co andres.rivera@legis.com.co Editora: Ana Luz Castillo Barrios
Prevención
Preguntas y respuestas
Crianza & Salud es una publicación bimestral de carácter informativo y educativo, editada por la Sociedad Colombiana de Pediatría, especializada en la crianza y la salud de los niños, desde el nacimiento hasta los 18 años, dirigida a la familia y al público general, de circulación gratuita a pediatras y ginecólogos de todo el país, y por suscripción a particulares. Envíe sus cartas, colaboraciones, preguntas o materiales informativos a nuestra dirección, fax o correo electrónico. Sociedad Colombiana de Pediatría Cra. 19 A No. 84-14, oficina 304 Bogotá D.C. Tel.: 5300757/59/60 • Fax.: 6916110 Correo electrónico: scp@cable.net.co
Los chequeos desde edad temprana con el odontólogo-pediatra, una dieta balanceada, el cepillado y el uso del hilo dental son medidas claves para que los niños tengan dientes sanos.
Horarios para comer, dormir, estudiar, hábitos de higiene, entre otros, deben ser inculcados por los padres, que son los modelos a imitar de los niños.
El vómito y el mareo afectan a más de la mitad de los niños cuando viajan en algún vehículo. ¿Qué hacer para prevenir este incómodo malestar?
“El futuro de los niños es siempre hoy. Mañana será tarde”. Gabriela Mistral.
Coordinadora editorial: Ana María Gómez Campos Fotos: Fernando Valderrama Modelo portada y tema de portada: Abigail Vivas Blanco Corrección de estilo: Lina María Martínez F. Diseño y diagramación: Angélica Gómez Batista
De 6 a 12 años La magia de la risa Mejora la autoestima, alivia tensiones y fortalece el sistema inmune. Un niño sano ríe de 300 a 400 veces al día. Una costumbre que todos los adultos deberían recuperar.
Presidente anterior Hernando Antonio Villamizar Gómez
www.crianzaysalud.com Año 11 - número 2 abril - mayo 2013 ISSN 1692-150X
Del nacimiento a 12 meses Primero gatear para después ‘andar’ Si un bebé no gatea, no hay que dejarlo pasar sin consultar con el pediatra. Esta habilidad es clave en el desarrollo del cerebro, el movimiento y el aprendizaje. Los padres deben ayudarle.
Fiscal Jairo Enrique Ascencio Gutiérrez
Gerente Gloria Zuccardi
En gestación Al pediatra desde el embarazo
Además... Editorial Cartas de los lectores Recomendados en todos los sentidos
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Las vinculaciones afectivas al comienzo de la vida
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Caricatura
Recuerde que... Una exaltación de la abuelidad
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Editorial
Las vinculaciones afectivas
al comienzo de la vida
A
diferencia de otras especies evolutivas cercanas, el ser humano nace en un estado de ‘incompletud’ manifiesta, lo que lo hace muy vulnerable y dependiente de los cuidados prodigados por otras personas, fundamentalmente por la madre. El contacto piel a piel desde los primeros minutos posteriores al nacimiento, con su madre y también con su padre, se constituye en un importante elemento de estimulación y relajación mediado por el sistema nervioso del niño. El vínculo afectivo que establece el recién nacido con sus padres se inicia desde el momento en que es deseado, se incrementa durante la etapa prenatal y alcanza su máxima expresión en la vida posnatal, fortalecido por las vivencias cotidianas propias de una buena crianza. Los niños y niñas necesitan un cuidado afectuoso, constante, sensible y responsable, por parte de los adultos que los acompañan. De este cuidado surgirá entonces la situación de apego definida como: “Aquella relación íntima entre dos personas caracterizada por afecto mutuo y un deseo de mantener proximidad”. Esta relación es perdurable y produce seguridad, agrado y placer. A partir del mes de edad, es notoria la creciente capacidad interactiva del niño con las personas, especialmente con su madre, con quien constituye una verdadera simbiosis que caracterizará sus relaciones en los meses siguientes. El padre y los demás elementos del entorno también son fuentes importantes de relación y apoyo. El lactante descubre que sus padres no son solamente fuente de alimento, sino también de afecto y seguridad. Se inicia entonces en forma progresiva un proceso relacional en el que intervienen sonrisas, vocalizaciones y movimientos, que se van constituyendo en elementos de interacción y enriquecimiento mutuo que irán consolidando gradualmente las diferentes metas del desarrollo, principalmente la autoestima, la solidaridad, la autonomía y la felicidad. Queda claro entonces que todo lo que hagamos con nuestros hijos para promover y fortalecer estas vinculaciones afectivas tempranas, redundará en un ejercicio vital gratificante de nuestros hijos, al sentirse competentes y capaces para la plena realización de sus proyectos de vida.
5 Fotografías: © 2013 Thinkstock Photos
Cartas de los lectores
Recuerde que: Según el artículo 11 del Decreto 806 del 30 de abril de 1998, el niño puede acceder directamente al pediatra sin que tenga que ser visto primero por un médico general. El artículo dice textualmente: “Condiciones de acceso: para acceder a cualquiera de los niveles de complejidad del plan obligatorio de salud (POS) se consideran como indispensables y de tránsito obligatorio las actividades y procedimientos de consulta de medicina general y/o paramédica del primer nivel de atención. Para el tránsito entre niveles de complejidad es requisito indispensable el procedimiento de remisión. Se exceptúan de lo anterior solamente las atenciones de urgencias y de pediatría”.
Señores Revista Crianza & Salud Sociedad Colombiana de Pediatría Los felicito sinceramente por su excelente publicación y quiero que me ayuden con algunas recomendaciones para afrontar de la mejor manera el nacimiento de nuestro segundo hijo, en lo que se refiere a la atención de nuestro hijo mayor, para que no se sienta desplazado.
Rta./ Cordial saludo señora Carolina. Es cierto que la llegada de un nuevo hermano representa para el primogénito una experiencia difícil, que se caracteriza por la presencia creciente de celos por alguien que llegará a compartir su territorio y la atención y el amor de sus padres. Algunas recomendaciones útiles para atender al primogénito pueden ser: • Procurar que sus rutinas cambien poco. • Ofrecerle un obsequio a nombre del recién nacido. • Hacerle ver, por ejemplo, la importancia y las ventajas de tener un hermano con quien jugar. • Animarlo a relacionarse con su nuevo hermano y a colaborar progresivamente en su cuidado. • Por último, recomendamos ajustar creativamente el tiempo de los padres para poder dedicarle atención y compañía también al primogénito.
Muchas gracias, Carolina Puerta Polanía
Cordialmente, Crianza & Salud
Fotografía: © 2013 Thinkstock Photos
Guía de
anunciantes
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Pág.
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02. Alpina Baby 04. Nestlé 11. Glaxo SmithKline 13. Sociedad Colombiana de Pediatría 17. Pony Malta
23. Johnson & Johnson 27. Dettol 35. Sociedad Colombiana de Pediatría 39. Alpinito 40. Chocolisto
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Así es su
mundo
“No es saludable estar bien adaptado a una sociedad profundamente enferma”.
Jiddu Krishnamurti
08 En gestación 14 Del nacimiento a 12 meses 20 De 6 a 12 años
Al pediatra desde el embarazo Primero gatear para después ‘andar’ La magia de la risa
Así es su mundo
En gestación
Al pediatra
desde el embarazo El embarazo es el momento ideal para corregir los patrones que puedan poner en riesgo la salud de madre e hijo y para empezar el acompañamiento. El pediatra debe ser un buen guía.
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Así es su mundo
En gestación
Por: Amparo Díaz Pediatra
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Los cursos psicoprofilácticos Algunas madres tienen la oportunidad de asistir a sesiones o cursos psicoprofilácticos, los cuales están concebidos para prepararlas para la gran labor del trabajo de parto y,
de forma adicional, les brinda información sobre el cuidado básico del recién nacido y la lactancia materna. Los recién nacidos sanos que nacen en hospitales tienen una evaluación del pediatra antes de ser dados de alta, esto con el objetivo de valorar las condiciones de salud que puedan ponerlos en riesgo. En el mismo espacio se brindan conceptos básicos del cuidado neonatal, como limpieza del ombligo, lactancia materna y signos de alarma. Al llegar a casa con su hijo recién nacido, la madre presenta todas las molestias físicas inherentes al posparto. Sus emociones son variables, intensas. Su sistema de sueño y vigilia se altera por completo; tiene encima de sus hombros la responsabilidad más grande que jamás haya tenido: el cuidado de su pequeño hijo. Esto genera temores, inseguridad y dudas, sumado a que en nuestro contexto cultural la madre primípara es sinónimo de inexperiencia e incompetencia, por lo cual recibe con intenciones de apoyo, sugerencias o consejos que muchas veces la confunden y acentúan sus inseguridades. En el mejor de los escenarios la aparición del ‘experto’, el pediatra, quien los asesorará y acompañará en los cuidados del bebé, se hace en la primera semana de vida, cuando en casa se han presentado situaciones normales inherentes a la crianza
Los cursos psicoprofilácticos son espacios ideales para el aprendizaje de tareas básicas posparto, como limpieza del ombligo, lactancia materna y señales de alarma. Fotografías: © 2013 Thinkstock Photos
l embarazo es una etapa de la vida única y especial para todos los actores que participan en él: madre, padre y bebé. En el devenir continuo de la vida, es un período en el cual influirán las condiciones físicas, emocionales, culturales y sociales de los padres antes de la concepción, durante la gestación y a lo largo de la vida del niño. Es una gran oportunidad para fortalecer prácticas saludables y corregir aquellos patrones capaces de afectar la salud actual y futura de la madre y del niño. Es también el momento ideal para sensibilizar, preparar y acompañar a los padres en la tarea más importante de sus vidas: la crianza y el acompañamiento de sus hijos. Es un encuentro entre lo personal, familiar y los aportes que han brindado la cultura y el conocimiento científico, que no invalida el que trae la madre, sino que, por el contrario, entran en sinergia para darle seguridad y empoderamiento a la mujer que sabe que entre más preparada esté en el ámbito de su salud física, emocional y conocimientos en general, hará de su maternidad una gran experiencia para ella y su pareja y el mejor inicio para su bebé. El cuidado perinatal que brindan actualmente las instituciones de salud incluye la atención de un médico general o un obstetra que trabaja en equipo con enfermería, encargándose del cuidado médico de la díada madre-niño, con una finalidad principal que es la detección de enfermedades que pongan en riesgo el adecuado desenlace de la gestación y el parto.
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Así es su mundo
En gestación
La consulta pediátrica prenatal es particularmente valiosa para los padres que esperan su primer hijo.
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del recién nacido, pero que en este contexto de inexperiencia y emocionalidad intensa han impactado la seguridad de la madre haciendo que la experiencia de los primeros días sea vivida con angustia y desencanto. El cuidado perinatal integral debe incluir, entre otros aspectos, la anticipación y la preparación de la madre y de su familia para la llegada del bebé. Además de considerarse elementos esenciales como la lactancia y el cuidado del recién nacido, también es una gran oportunidad para detectar y solucionar situaciones de riesgo en el campo emocional de la madre o de su pareja que pudieran afectar el vínculo afectivo con el bebé.
El pediatra debe ser acompañante y guía El pediatra con esa vocación de guía y acompañante de los padres en esa tarea única de criar a los hijos, tiene el conocimiento y el perfil ideal para iniciar intervenciones preventivas durante la gestación, brindando conocimiento y detectando situaciones de riesgo en la salud física o emocional de la madre y la pareja. El acompañamiento del pediatra se hará en comunicación con el obstetra, conociendo las condiciones de salud de la madre, los eventos clínicos de la gestación, los antecedentes familiares, el tipo de personas y familias que están esperando a este bebé, entre otros, para así programar e individualizar las intervenciones. La Academia Americana de Pediatría ha propuesto el modelo de la consulta pediátrica prenatal desde 1984, recomendándola para todas las familias que están esperando la llegada del bebé, siendo particularmente valiosa para los padres que están esperando un hijo por primera
vez, en los casos de embarazos de alto riesgo, gestaciones múltiples, padres que han tenido muertes perinatales y aquellos que están en proceso de adopción. Los objetivos de esta consulta son: Establecer una relación amigable, respetuosa, basada en la confianza y el trabajo en equipo entre padres y pediatra. Los padres conocerán las características del pediatra, horarios de atención, manejo de citas de rutina y urgencias, sitios de referencia en caso de hospitalización. Por su parte, el pediatra identificará el tipo de padres a los que va a acompañar, detectando sus necesidades para programar su intervención. Realizar la historia clínica. Preguntar por la historia médica de los padres y sus familias, con énfasis en la historia obstétrica previa de la madre. Detectar situaciones de riesgo como antecedentes de enfermedades congénitas, embarazos de alto riesgo, etc. Conocer la dinámica familiar y su contexto cultural y socioeconómico. Preguntar por la relación entre los padres, estilos de vida saludables en cuanto a nutrición y ejercicio, actitudes hacia el consumo de tabaco, alcohol. De igual forma, aspectos como la ocupación de los padres, tiempo disponible para la crianza, aparición de otras personas en el cuidado del niño: familiares, niñeras, guarderías. Indagar por temores y preocupaciones acerca del embarazo. Aclarar dudas acerca de desenlaces normales o anormales del embarazo y el parto brindando información veraz y concreta, en un entorno de empatía y contención. Detectar situaciones de riesgo emocional como depresión y ansiedad que puedan acentuarse en el embarazo y en el posparto afectando el establecimiento del vínculo afectivo sano entre la madre y el niño.
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Así es su mundo
En gestación
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Dar información sobre los posibles desenlaces del parto y situaciones neonatales de presentación más frecuente. Brindar conocimientos acerca del cuidado básico del recién nacido, alimentación con énfasis en lactancia materna, seguridad durante el sueño y el baño. Informar sobre signos de alarma para consultar al pediatra. Ofrecer información sobre la realización de exámenes de rutina como tamizaje neonatal y vacunación. Este encuentro entre padres y pediatra es una ventana para observar el comportamiento de los padres, conocer sus opiniones, sus expectativas y sus dudas. Es un momento para invitar a los padres a que amplíen sus conocimientos, se entrenen en los cuidados del niño y sus requerimientos con la finalidad de que ese hijo, que es imaginado durante la gestación y que se hará real con el nacimiento, encuentre una madre y un padre dispuestos a dar lo mejor de sí, brindado sólidas raíces para su desarrollo.
7. El apoyo del pediatra es una oportunidad para empezar la construcción del bienestar emocional del niño.
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En nuestra práctica hemos podido evidenciar que los padres que han tenido acceso a un acompañamiento pediátrico prenatal se muestran más colaboradores con el equipo de salud en circunstancias perinatales no esperadas, así como más seguros y empoderados para los cuidados del recién nacido. En la literatura médica encontramos sólidas bases evidenciando que la educación prenatal asociada al cuidado prenatal convencional mejora los desenlaces obstétricos con una disminución del riesgo en partos pretérmino y con indudables beneficios sobre cifras de iniciación y mantenimiento de la lactancia materna. Es un reto para nuestra comunidad médica elaborar y llevar a la práctica estrategias de educación prenatal con instrumentos metodológicos óptimos que nos permitan medir su impacto sobre resultados obstétricos, iniciación y mantenimiento de la lactancia materna, así como seguridad y empoderamiento en roles parentales que impactarán positivamente el desarrollo emocional e integral de nuestros niños.
Así es su mundo
Del nacimiento a 12 meses
Primero gatear para después ‘andar’ La etapa del gateo, que por lo general se da entre los seis y los ocho meses de edad, es clave para el desarrollo del cerebro, la atención, la visión, la lateralidad y el equilibrio. Los padres deben estar alerta para estimular la aparición de esta habilidad en el bebé, fundamental en su camino hacia el futuro.
Foto: Fernando Valderrama
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Así es su mundo
Del nacimiento a 12 meses
Por: Ana María Gómez Campos Con la asesoría de Carlos Medina Malo Neurólogo y neuropediatra
Pero, ¿qué tiene que ver esta historia con el gateo? Todo, pues en el neurodesarrollo se repite el proceso descrito anteriormente. De acuerdo con el doctor Medina, la evolución del ser humano desde el momento de su concepción es igual (ontogenia), pero son procesos paralelos solo en el espacio, no en el tiempo. La muestra es que en el ser humano hay dos períodos: uno de vida intrauterina (en el agua) y otro luego de nacer. A los nueve meses de su gestación, cuando el bebé está listo para salir al mundo exterior, su cerebro se ha formado completamente, pero sin una función lo suficientemente clara. “Es un cerebro reptil que pasa por to-
Las mamás deben poner a sus hijos en el piso y gatear con ellos para que las imiten.
Foto: © 2013 Thinkstock Photos
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or falta de conocimiento y a la espera de que sus hijos caminen más pronto de lo que toca, muchos padres ni se dan por enterados de las implicaciones que puede acarrear el hecho de que los bebés se salten la etapa del gateo. En vez de eso, les compran caminadores y no les brindan muchas oportunidades de moverse en el piso. Pero la realidad es que el gateo es una fase imprescindible en el neurodesarrollo. No se puede analizar al ser humano sin darle un vistazo al proceso evolutivo (filogenia). Por lo menos así lo sostiene el neurólogo y neuropediatra, Carlos Medina Malo: “La historia del desarrollo del cerebro tiene alrededor de 750 millones de años y se dio antigravitatorialmente en el agua, ambiente en el que se formaban los seres vivos. En esa evolución, las células asexuadas se volvieron sexuadas, luego vinieron los peces, los anfibios y los grandes reptiles. En ese momento, aparece el cerebro reptil que empieza a luchar contra la gravedad. Entonces se inicia el proceso de marcha cuadrúpeda”. Luego de 60 millones de años vinieron los primeros mamíferos, con una forma de reproducción distinta, por placenta, seres que buscan el alimento en su propia madre. Cuarenta y siete millones de años después, aparecieron los primeros mamíferos con las características del hombre de hoy: talón, uñas y dientes para cortar, masticar y rasgar. Y se necesitaron 40 millones de años más para llegar a la posición de pie (bípeda) y otros 20.000 años para la socialización.
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Del nacimiento a 12 meses
Foto: © 2013 Thinkstock Photos
Así es su mundo
A los niños que no gatean hay que brindarles mayor estimulación.
dos los procesos de neurodesarrollo del cerebro mamífero para llegar a la bipedestación (la capacidad de andar sobre la extremidades inferiores): el niño, primero se gira, luego se arrastra, se sienta, gatea, se arrodilla, se para y corre. En ese momento se abre la posibilidad de aprendizaje consciente y de socialización”, explica el especialista. “En el nacimiento –continúa el doctor Medina– el cerebro humano está constituido por un gran cerebro reptil o sensorial, que vive con nosotros toda la vida, nos permite sentir ansiedad y miedo, manejar la respiración,
la frecuencia cardíaca, la sudoración y los procesos biológicos primarios. Luego viene el cerebro mamífero o del movimiento, desde donde también se forma la atención, y sobre ese se arma el cerebro de raciocinios o de pensamiento”. Lo cierto es que en todos estos procesos el bebé necesita del acompañamiento de la madre para que sucedan como deben ser. Pero en ocasiones no sucede así y los padres dejan a sus hijos al cuidado de nanas o abuelas que no los estimulan lo suficiente ni los ponen en el piso para que gateen. Al respecto, el especialista recalca que los niños que no gatean, aunque son bebés normales, les falta estimulación. “La madre sabe qué es lo que tiene que hacer su hijo. Su instinto se lo dice y si no gatea, pues ella se pone en el suelo, se arrastra y el niño hará lo mismo, gracias a lo que se conoce como ‘células espejo’ que permiten que él imite esos movimientos”, enfatiza.
¿Por qué es indispensable? En el acto de gatear se conectan los dos hemisferios cerebrales (izquierdo y derecho) y ese es el punto de partida de la lateralización del cerebro, imprescindible en todas las actividades y en el desarrollo de las funciones
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Foto: Fernando Valderrama
Del nacimiento a 12 meses
Fotografías: © 2013 Thinkstock Photos
Así es su mundo
El gateo es clave en los procesos de aprendizaje de la lectura y la escritura.
cognitivas, implicadas en los procesos de aprendizaje. Con la lateralización se desarrolla el desplazamiento corporal en equilibrio. Ese movimiento comprende el del eje de las caderas y el de los hombros. Al gatear se tonifican los músculos que más adelante permitirán que el niño mantenga la columna perfectamente recta cuando esté maduro para poder ponerse de pie. Adicionalmente, apoya su peso en
las palmas de las manos y soporta esa tensión en las articulaciones de las muñecas, de los hombros, de la columna vertebral, del fémur y de la cadera y así percibe la oposición de la gravedad y aprende a manejarla (como en el proceso evolutivo). Así mismo, permite el enfoque de los ojos. Al mirar al piso para poner la mano o la rodilla convenientemente, el niño enfoca los dos ojos en un mismo punto a corta distancia. Y es que según estudios de optómetras, el 98% de los niños con estrabismo no gateó lo suficiente. También es clave en el proceso de la lecto-escritura. Con el gateo se va desarrollando la coordinación cerebral ojo-mano y, obviamente, es todo lateralización.
¿Cómo y cuándo? El gateo se da entre los seis y ocho meses de edad. En esa etapa, los bebés empiezan por aprender a permanecer sentados. Luego pueden mantener erguida su cabeza para ver alrededor y fortalecen los músculos de sus brazos, piernas y espalda, que les servirán para pasar a la posición de ‘cuatro patas’. Finalmente, el niño descubrirá que al empujar sus rodillas contra el suelo obtiene el impulso necesario para
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Así es su mundo
Las consecuencias de no gatear van desde problemas de aprendizaje, hasta de seguridad y sueño que se extienden hasta la edad adulta. “Hay personas que no manejan la lateralidad y la integración de los dos hemisferios del cerebro, lo que también se nota en la posición de las rodillas (juntas), zapatos gastados por encima o torcidos, uñas encarnadas, dolores de cabeza y disfunción temporomandibular (alteración de las estructuras de esta articulación), entre otros. Cuando se tiene un mal patrón de aprendizaje básico no se puede tener buena respuesta. Y es que el cuerpo es holístico, es un todo y como tal debe verse”, concluye.
¿Qué hacer? empezar a gatear. Luego aprenderá a volver a sentarse desde la posición de gateo y desde entonces empezará a perfeccionar su técnica cada vez más hasta que gatee perfectamente. Y, ¡ojo!, hay solo un tipo de gateo, otras posiciones para desplazarse no lo son. El paso siguiente es la marcha de rodillas y luego pararse. Y a los 12 meses es común que empiecen a caminar.
Si un bebé no gatea, no hay que dejarlo pasar inadvertido. Al respecto, el especialista recomienda ser
Del nacimiento a 12 meses
más instintivo. “Los padres tienen que ser más partícipes del neurodesarrollo de los hijos y hacer más esfuerzos para estar con ellos. Cuando noten que el desarrollo se altera y no ven respuestas, deben consultar”. En ese sentido, aconseja a los padres no quedarse con respuestas simples como, por ejemplo, si el niño no se voltea, que piensen que “mejor así, con eso no se les cae de la cama”. Todo lo contrario, hay que buscar las causas y la forma de solucionar el problema. Es claro que en el aprendizaje los niños copian, en especial de sus padres, más que de nanas, maestros o abuelas. Por eso, aquellos que tienen madres que manejan el desarrollo instintivamente, tendrán menos problemas. Ellas y sus hijos hablan el mismo lenguaje.
Si no sucede... Hay cuatro áreas de neurodesarrollo psicomotor: motor grueso, motor fino, lenguaje y socialización. Todas tienen su tiempo y si una de ellas se altera, afecta a las demás. Cuando estas fallan los niños no gatean. De acuerdo con el doctor Carlos Medina, esto puede suceder por muchas causas, como daño cerebral, parto prolongado y problemas de lateralización del cerebro que causan déficit en el desarrollo y que deben descartarse en una evaluación médica.
Ante cualquier alteración en el desarrollo del niño, hay que consultar con el pediatra. Foto: Fernando Valderrama
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Así es su mundo
De 6 a 12 años
La magia de
la risa Un niño sano ríe de 300 a 400 veces al día. Los beneficios son innumerables: la risa alivia la tensión, refuerza el sistema inmunológico y mejora la autoestima. Los adultos deberían aprovechar más sus bondades.
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Así es su mundo
De 6 a 12 años
“La risa es el camino más corto entre dos personas, más allá del beso y el abrazo”. Rodríguez Jurado
Por: William Parra Cardeño Pediatra neumólogo
¿Cuestión de educación? Bueno, el niño fue ‘educado’. Si bien hay muchas cosas buenas en la educación que recibimos, lo negativo es que perdemos la capacidad de reírnos y ser felices como cuando éramos
niños. La sociedad, la religión, la familia y, en general, el medio ambiente, nos enseñan que reír es un reflejo de inmadurez o irresponsabilidad. Si una persona va a una entrevista de trabajo, por ejemplo, debe mostrarse totalmente seria, pues socialmente eso es signo de responsabilidad. La percepción social de alguien que va caminando por la calle riéndose solo es que es un irresponsable o que está loco. La religión, por su parte, nos ha enseñado que el placer es pecado, aun cuando, irónicamente, el hombre está constantemente en la búsqueda del placer y la risa es, definitivamente, una maravillosa forma de placer. Existen ciertas frases muy populares, que reflejan una percepción errada de la realidad, que dicen así: “La he estado pasando muy bien por mucho tiempo... algo malo tiene que venir” o “Me estoy riendo mucho, seguro voy a llorar”. Sí, yo sí la puedo pasar muy bien todo el tiempo, y sí, puedo reírme y ser feliz todo el tiempo, si así lo decido, ya que el estar de buen o mal humor es mi decisión. En el seno familiar al niño lo regañan por reírse mucho cuando hay invitados o por reírse muy duro, ya que molesta. Con esa actitud se reprime su espontaneidad y su capacidad de disfrute a tal punto que algunos niños deciden esconderse para reírse, como si
La risa ayuda a conectarse con los demás y estimula el pensamiento.
Fotografías: © 2013 Thinkstock Photos
L
a risa se define según el Diccionario de la Lengua Española como: “Movimiento de la boca y otras partes del rostro, que demuestra alegría”. Realmente, durante una verdadera carcajada, de esas que llaman ‘a mandíbula batiente’, se mueven mucho más que los músculos de la cara, se mueve todo el cuerpo. Un niño sano ríe de 300 a 400 veces al día; no obstante, a medida que crecemos y nos vamos llenando de recuerdos serios, la risa es cada vez más escasa. Cuando al niño se le ha bloqueado el llanto, con frases como ‘los hombres no lloran’, al llegar a adulto se le hace más difícil reír. La explicación es que la bioquímica del llanto es la misma que la de la risa. Podríamos decir que un niño se ríe 400 veces al día, todos los días, y si uno lo regaña o le pasa algo desagradable, probablemente llorará unos segundos y luego simplemente se le olvidará y continuará jugando y riendo. Si tu regañas a un adulto, 40 años después todavía se querrá vengar de ti y de tu familia, el niño es mucho más inteligente. No obstante, cuando ese niño se convierte en un adulto con dificultad se ríe de 10 a 15 veces por día: ¿Qué pasó con ese niño que todos fuimos alguna vez, que era feliz siempre y que siempre tenía expectativas positivas?
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Así es su mundo
De 6 a 12 años
Como los niños, los adultos tienen que ‘educarse’ para reír sin temor ni pena.
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eso fuera un crimen, y jamás vuelven a hacerlo cuando están en familia. De esta forma, vemos adultos que cuando se ríen se tapan la boca, pues aún al niño que llevan por dentro le da pena reír frente a otros.
Volver a la niñez Debemos volver a ser ese niño que se ríe 400 veces al día y todo el tiempo es feliz o, por lo menos, tenemos que lograr cambiar nuestra actitud para tener una mejor calidad de vida, con más alegría y felicidad. Tenemos que entrenarnos para reencontrar el disfrute de la risa. Es como comenzar a practicar un nuevo deporte, mientras más practiquemos el arte de la felicidad mejor lo vamos a hacer, hasta llegar a ser auténticos campeones de la felicidad (el gimnasio de la risa). El humor está muy relacionado con la forma de pensar de un niño. Pero la risa también es provechosa para el desarrollo. Nos alegra reír; la risa nos conecta con otras personas y hace que nos sintamos bien con nosotros mismos. También es muy motivadora, por ejemplo, el humor puede mantener nuestra atención en algo. Los chistes pueden esti-
mular la habilidad de pensar y la risa también alivia la tensión. Por eso, para apoyar el desarrollo de nuestros hijos, una de las mejores cosas que podemos hacer es ayudarles a aprender sobre el sentido del humor; pero, sobre todo, al reírse y divertirse con su hijo, usted puede hacer que este se sienta amado y especial.
¡El humor es muy poderoso para motivar el aprendizaje! Una de las cosas más importantes que podemos hacer, es gozar de las situaciones divertidas nosotros mismos. A medida que los niños van creciendo, ríase con ellos cuando les parezca algo gracioso, luego aprenda algunos chistes simples para niños y compártalos por diversión. Un minuto de risa diario equivale a 45 minutos de relajación. Reírse incrementa la autoestima y la confianza en personas deprimidas, supone un refuerzo inmunológico, sustituye los pensamientos negativos, elimina el miedo y ayuda a minimizar los problemas. Tres minutos de risa intensa equivalen, para la salud, a 10 minutos de remar enérgicamente. Como así lo indica el doctor Patch Adams: “Cada uno de nosotros puede ser un instrumento estratégico de amor”. Solo depende del deseo que cada persona tenga de transformar el mundo.
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Opinan los expertos
Guía para
la salud dental de los niños
Conozca el camino para que los niños tengan una sonrisa radiante mucho antes de que aparezca el primer diente.
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os padres cumplen una importante función para ayudar a sus hijos a tener dientes sanos, así como el monitoreo temprano por parte de un pediatra u odontólogo.
Pasos para lograr una buena salud dental:
• Atención regular al cuidado del dentista. • Suficiente aplicación de fluoruro. • Cepillado y uso del hilo dental regularmente. • Comer apropiadamente. Es importante que también los padres cuiden sus propios dientes, pues la bacteria causante de la caries puede transmitirse al compartir bebidas y comidas. Al seguir estos pasos, y enseñárselos a sus hijos, toda su familia podrá gozar de una buena salud oral. Con esta información sabrá por qué el fluoruro es importante, cuándo debe comenzar a cepillarles los dientes a sus hijos, qué hacer si usan chupete o se chupan el dedo, qué alimentos dañan los dientes, cuáles son buenos hábitos dentales y conocerá más acerca de los dentistas pediátricos.
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Opinan los expertos
El fluoruro es un químico natural que puede añadirse al agua potable y a la pasta dental. Este químico fortalece el esmalte dental (la capa que recubre el diente) y también ayuda a reparar daños tempranos de los dientes. El contenido de fluoruro en el agua varía de una zona a otra. Verifique con su departamento local de agua, cuál es el nivel exacto de fluoruro en su área. Después hable con su pediatra para saber si sus hijos necesitan dosis adicionales de fluoruro, ya sea en gotas o pastillas. La cantidad necesaria se basa en el riesgo particular de sus hijos de contraer caries.
Cuándo cepillar los dientes La limpieza dental diaria debe comenzar en cuanto aparezca el primer diente. Límpiele los dientes con un pedazo de gasa o trapito mojado. Use un cepillo y pasta dental con fluoruro a medida que el niño crezca. Debido a que los niños tienden a ingerir la pasta dental, ponga solo una pequeña porción en el cepillo y presiónela contra las cerdas. El uso excesivo de fluoruro puede provocar fluorosis (manchas en los dientes). Así mismo, revise los dientes para detectar a tiempo signos de caries. Estas aparecen como líneas o puntos blancos, amarillos o marrones en
la parte superior de los dientes. Para prevenir la caries entre los dientes, se recomienda el uso de hilo dental. La mordida ideal de un bebé debe mostrar espacio entre los dientes frontales. Si los dientes de su bebé están juntos, puede ser que necesite cuidado de ortodoncia cuando desarrolle sus dientes permanentes.
¿Y el chupo? Si un niño chupa constantemente un chupete, su dedo pulgar o varios dedos, esto puede afectar la forma de su boca o la alineación de sus dientes. Si deja el chupo a los tres años de edad, su mordida se corregirá posiblemente por sí misma, igual que si lo hace antes de que salgan sus dientes permanentes. Pero si continúa con el chupo luego de que aparezcan sus dientes permanentes, puede llegar a requerirse ortodoncia para realinearlos.
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La importancia del flúor
La limpieza diaria debe empezar cuando aparece el primer diente. Use una gasa o un trapito mojado.
Alimentos y caries Los dulces o galletas pueden causar caries. El azúcar contenido en frutas y jugos no es saludable para los dientes si permanece por largo tiempo en la boca. Beber frecuentemente jugos y refrescos también puede provocar
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Opinan los expertos caries. Los alimentos que contienen almidón, como las galletas, así como los alimentos chiclosos y dulces, como las pasas, gomitas y bombones, tienden a permanecer más tiempo en los dientes y desarrollar caries con mayor probabilidad. Los almidones y las frutas, sin embargo, son un complemento importante de la dieta de su hijo. A fin de evitar caries, dele estos alimentos solo durante las comidas (antes de que se cepille los dientes). Para su salud dental, ofrézcale una dieta balanceada que incluya una rica variedad de alimentos. De igual forma, beber agua enriquecida con fluoruro es una excelente manera de mantener sanos los dientes.
Dentistas pediátricos
La mejor manera de ayudar a los niños a tener sonrisas sanas es inculcarles buenos hábitos de higiene dental.
Durante los chequeos médicos regulares su pediatra examinará los dientes y las encías de su niño para asegurarse de que estén sanos. Si su hijo presenta problemas dentales, seguramente su pediatra lo referirá a evaluación dental. El dentista pediatra se especializa en el cuidado de los dientes de los niños, pero hay odontólogos generales que también atienden niños en su práctica. El pediatra puede pedirle que vea a un dentista si su niño es menor de un año de edad y presenta las siguientes características: • Se ha roto o lastimado un diente o tiene una herida en la cara o boca.
• Tiene dientes que muestran signos de decoloración, lo cual puede ser un síntoma de caries. • Se queja de dolor de dientes o es muy sensible a los alimentos o líquidos calientes o fríos. Esto también puede ser un síntoma de caries. • Tiene una herida o crecimiento anormal dentro de la boca. • Tiene una mordida anormal (los dientes no se unen correctamente).
Buenos hábitos dentales Los chequeos dentales regulares, una dieta balanceada, la prevención de lesiones, el control de malos hábitos, el cepillado y el uso del hilo dental son medidas importantes para la salud oral. La recomendación es que todos los niños sean sometidos a evaluaciones de riesgos bucales desde los seis meses de edad. Aquellos que tienen alto riesgo de desarrollar caries tempranas, deben ser atendidos por un dentista desde los seis meses de nacidos y a más tardar a los seis meses después de que les salga el primer diente o al año de edad (lo que ocurra primero). ©No deberá usarse la información contenida en esta publicación a manera de sustitución del cuidado médico y consejo de su pediatra. Podrá haber variaciones en el tratamiento, las cuales su pediatra podría recomendar, con base en los hechos y circunstancias individuales.
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Entorno
Buenos hábitos para enseñar Los hábitos se aprenden por imitación y repetición ¿Cómo inculcarlos en sus hijos? Acompáñelos.
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Entorno
“Es hora ya de acostarse, vámonos a descansar, pero antes hay que lavarse y los dientes cepillar. Buenas noches, buenas noches, buenas noches”. (Canciones de televisión alusivas al aseo)
E
l primer paso para la educación del niño se da cuando se establecen en el hogar maneras precisas, lugares y horas fijas para algunas actividades que tienen que ver con la conservación de su salud y con la organización del funcionamiento familiar. Los hábitos se forman por repetición. Son como un lazo formado por varios hilos; si alguien ejecuta una acción solo una vez, el hilo se revienta muy fácilmente, pero si la repite una semana se necesita más fuerza para romper siete hilos juntos. Y después de unos meses, romper la cuerda costará mucho trabajo. Así son los hábitos: se aprenden principalmente por imitación. Si el niño vive en un ambiente en el cual los miembros de la familia tienen una rutina para cada cosa: lavarse los dientes, saludarse, hacer ejercicio, etc., aprenderá estos hábitos sin necesidad de que el adulto se esfuerce para inculcárselos.
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“... la cara, orejas y los pies, las manos antes de comer, los dientes vienen después y arreglar el cuarto bien...”.
Por: Olga Liliana Suárez Díaz, fonoaudióloga; Gloria Orozco Gómez, psicóloga y Beatriz Palacio, puericultora
El baño diario, de manos y de dientes debe contar con la supervisión de los padres.
El niño imita El aprendizaje es un cambio de conducta que resulta de la experiencia o de la simple repetición del acto. Puede ser por imitación, esto es, el niño copia lo que ve hacer al otro y adopta como propios los valores, actitudes y comportamientos de aquellas personas a quienes admira y ama. Formar hábitos significa enseñar al niño a satisfacer sus necesidades según cierta organización, siguiendo un orden y un horario establecidos con anterioridad. Así, el niño va aprendiendo lo que se espera de él y
lo que él puede esperar de su ambiente, con lo que se evitan situaciones diarias que pueden causar malestar en el hogar. Si el niño aprende, por ejemplo, que después de comer, lavarse los dientes y ponerse la piyama se aproxima la hora de dormir, estará preparado para ello y será más fácil llevarlo a la cama. Así se sentirá mucho más tranquilo y le será más fácil cooperar en estas actividades. Poco a poco irá haciendo suyo este orden de acciones y se adaptará a él.
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Entorno
A la hora de comer
A medida que el niño aprende a hacer sus actividades solo, adquiere independencia y autonomía.
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Cuando la rutina vaya a cambiar por algún motivo, comuníqueselo al niño con anticipación, por ejemplo: “Hoy vendrán a comer los abuelos, tenemos que terminar de jugar más temprano y preparar la mesa para la comida”. Los niños necesitan saber qué deben esperar y tener suficiente tiempo para moverse entre actividades. Anunciarles que pronto deben terminar la actividad a la que se dedican les permite hacerlo tranquilamente, guardar lo que sea necesario y moverse a la actividad siguiente de manera calmada y sin presiones, lo cual expresa respeto por el niño. Los hábitos que el niño va adquiriendo por la repetición de actividades le proporcionan estabilidad, garantizan el funcionamiento normal de su cuerpo y la satisfacción adecuada de sus necesidades. Todo ello le permite crecer y desarrollarse normalmente. Pero, además, la formación de hábitos le proporciona otros aprendizajes fundamentales.
La familia es el mejor modelo para el desarrollo de las preferencias y hábitos alimentarios. También lo es en el comportamiento y los modales en la mesa. Cualquier alimento rechazado por algún miembro de la familia, así como la actitud asumida en la mesa será imitada por los niños. Para la alimentación se deben tener en cuenta sus preferencias y necesidades. Es necesario que los bocados, bebidas y postres sean variados y nutritivos. Los niños comen a su propio ritmo y algunos comen más que otros. El momento de la comida debe ser una experiencia compartida en familia, en horarios regulares y en el sitio destinado para comer. Debe transcurrir de manera agradable, procurando un clima emocional tranquilo, libre de presiones y chantajes, evitando conflictos y sobornos para obligar a los niños a comer. Los alimentos se deben consumir fundamentalmente con cuchara, no con la mano o, en el caso de las bebidas, no se deben utilizar biberones. Comience a disminuir el uso del biberón a los 12 meses, para reemplazarlo poco a poco por el vaso. El niño, a medida que crece, debe comer solo. Así se favorece su independencia y un sentimiento de confianza en él mismo y en sus capacidades. Cuando se hace por el niño algo que está en capacidad de hacer por él mismo se le está negando una oportunidad. No es prudente la realización de otras actividades como jugar o ver televisión mientras se come. De esta manera, el niño no solo se alimenta, sino que al dedicarse a una actividad a la vez desarrolla su capacidad de atención.
Y la higiene... Para que el niño goce de buena salud se le deben enseñar algunos hábitos de higiene, entre ellos, el baño diario, lavarse las manos antes de comer o después de ir al baño, cepillarse los dientes y usar la seda dental después de cada comida, explicándole por qué son necesarias estas costumbres.
Entorno
Inicialmente el niño necesita compañía y supervisión mientras una actividad se convierte en un hábito, por lo cual es necesario acompañarlo a lavarse los dientes inmediatamente después de cada comida, ayudándolo y estimulándolo para la adquisición de este buen hábito. Cuando se inicia el entrenamiento en el sanitario o en la bacinilla para el control de esfínteres después de los 18 meses de edad, el niño aprende sobre su cuerpo, costumbres sociales, diferencias de sexo, además de la higiene personal. Durante este aprendizaje es necesario transmitirle una actitud positiva, teniendo en cuenta no causarle vergüenza o humillación ni presionarlo y mostrarse tolerante y comprensivo. Hay que animarlo con la atención, paciencia y reconocimiento de sus logros.
El sueño La cantidad de horas de sueño que cada niño necesita depende de la edad y la calidad de la actividad que efectúa. La falta de sueño produce irritabilidad, especialmente en los más pequeños. Algunos padres pretenden que los niños no duerman durante el día para que se acuesten temprano, pero los niños necesitan cierto tiempo de reposo para descansar y recuperar su capacidad de acción. Debe seleccionarse un lugar y hora regular para el sueño, lo cual se debe mantener hasta donde sea posible.
Los niños deben dormir en una cama diferente a la de sus padres y después de los seis meses de edad, preferiblemente en otra habitación. Esto favorece su autonomía, la privacidad de la pareja y evita dificultades posteriores. Si durante la noche el niño se despierta y se va a la cama de los padres, se debe llevar nuevamente a su cuarto y acompañarlo en su cama recordándole que estarán cerca mientras él duerme. El tiempo de la siesta y el de acostarse pueden transmitir calor y seguridad o tensión y agitación al niño. El sueño es un hábito que se aprende mediante ciertas rutinas, por lo que se debe crear un ambiente relajado y seguro para antes de dormir fijando una rutina diaria que sea tranquila y constante, la cual puede ser por medio de una lectura, música suave o frotando la espalda del niño.
Rutinas de convivencia Si en la familia los padres piden siempre las cosas con un por favor y dan las gracias, el niño aprenderá las rutinas de convivencia de manera natural. Si vive en un ambiente de respeto y consideración, el niño aprenderá a interesarse por los demás. Es indispensable que a medida que el niño crece se le vayan dando pequeñas responsabilidades según sus capacidades: llevar la ropa sucia a su lugar, guardar sus juguetes cuando ha terminado de jugar, entre otras, intentando que sea una actividad del día a día para que se convierta en un hábito. El tener pequeñas responsabilidades aumenta su sensación de ser capaz, su autonomía, además de ser una excelente herramienta en la construcción de la disciplina. Para un buen desarrollo infantil es necesario el acompañamiento de los adultos que para el niño son significativos. Estos adultos deben ser flexibles para responder a sus necesidades, además de amorosos y comprensivos para establecer normas claras respecto a lo que le exigirán y hasta dónde lo acompañarán.
Recomendaciones • Sean constantes como un modo de corroborar que los hábitos se logran con la repetición. • Respeten las rutinas del niño procurando hacer las actividades de la misma manera y a la misma hora para que él se acostumbre. • Incúlquele buenos hábitos de salud, higiene y alimentación. • Tengan en cuenta que cuando se está aprendiendo algo, las cosas a veces resultan bien y otras veces mal. • Reconozcan y estimulen siempre cada logro del niño. • Decidan con anterioridad qué tipo de exigencias harán a su hijo dependiendo de su edad y de sus capacidades, asegurándose de que está preparado para la tarea. • El niño aprende más fácilmente imitando lo que ustedes hacen. Recuerden que el ejemplo es la mejor manera de inculcar hábitos saludables. • Acompañen y supervisen firme y cariñosamente a su hijo en la ejecución de las actividades que desean se conviertan en hábitos.
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Prevención
“Mi niño se marea en el carro”
Por: Germán Soto y Darío Botero, pediatras y puericultores, y
Camila León,
residente de Pediatría I de Unisanitas
Que los viajes en automóvil no se conviertan en una tortura. Lo que debe saber para combatir el vómito y las náuseas que afectan a más de la mitad de los niños. 32
Prevención
V
Un reflejo de defensa Nuestro cerebro ha evolucionado de tal forma que nos permite tener una clara apreciación de lo que los sentidos perciben. Dentro de los estímulos implicados en esta condición se debe resaltar el movimiento, las imágenes y la posición de nuestro cuerpo con relación al entorno que nos rodea y la forma en que los interpretamos. En el momento en que existe una contradicción entre estos aspectos, se genera una inadecuada asociación entre lo real, lo percibido y lo esperado, y nuestro cerebro lo interpreta como un inadecuado funcionamiento, desencadenando la variedad de síntomas con el objetivo de defendernos de lo que él percibe como nocivo y, por ello, se considera que este hecho es un reflejo de defensa primitivo.
Esta situación no solo se presenta en desplazamientos en carro, también es muy común escuchar experiencias similares en niños que se trasladan en trenes, aviones y barcos. Por otro lado, también se ha relacionado con la participación en actividades asociadas con atracciones de feria como montañas rusas y espacios virtuales de simulación.
Aunque el mareo es una situación transitoria, vale la pena consultar con el pediatra.
¿Quiénes tienen predisposición? Dentro de los interrogantes que surgen, se considera identificar cuáles de nuestros niños cuentan con mayor riesgo de presentar esta condición. Debe tenerse en cuenta que es de origen multifactorial y que tanto niños como adultos pueden padecerla. Se considera que los niños después de los seis años empiezan a sufrir con frecuencia de cinetosis, ya que en los más pequeños las áreas cerebrales implicadas se encuentran en un estado inmaduro, de ahí que el pico se presente entre los 9 y 10 años, sin olvidar que también vemos frecuentemente casos en niños menores de cinco años. Así mismo, debe tenerse en cuenta el contexto de cada niño que lo sufre, ya que existen otras enfermedades que aumentan el riesgo de presentarla, tales como el vértigo y la migraña, en donde este síntoma es parte de un cua-
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iajar es una actividad que niños y adultos disfrutan plenamente. Se convierte en un espacio para compartir, conocer y aprender. La idea de desplazarse para llegar a un determinado destino debe generar recuerdos únicos y agradables. El medio más utilizado por las familias es el carro y allí pueden pasar la mejor de las experiencias o quizás una vivencia adornada por el vómito, que convierte un viaje en toda una hazaña. La situación no es rara y se ha convertido en un motivo de consulta referido por los padres con angustia, que manifiestan no saber qué hacer cuando se presenta, cuánto puede durar y por qué se produce. Además, cada día nuestros niños pasan más tiempo en automóviles no solo con la familia, sino también en su transporte escolar y recreacional. Esta condición es conocida como enfermedad del movimiento o cinetosis y es mucho más común de lo que se cree; se considera que puede afectar a más de la mitad de los niños. Dentro de los síntomas que la caracterizan se pueden identificar: malestar gástrico, náuseas, vómito, palidez, somnolencia, dolor de cabeza y decaimiento general.
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Prevención
dro general. De modo similar, se ha identificado que las mujeres son más propensas que los varones y que las variaciones en el estado de ánimo, tales como la ansiedad o el miedo, contribuyen a aumentar la susceptibilidad. En algunos casos puede aparecer vómito y otros síntomas dentro de un cuadro de pataleta sin ser una cinetosis.
Recomendaciones
Tratamiento farmacológico
• Los medicamentos en la cinetosis se administran de manera preventiva y, además, para disminuir la severidad de los síntomas asociados. • Algunos antihistamínicos sirven para prevenir los síntomas más que para tratarlos y se deben administrar una hora antes del viaje, por lo general, en mayores de un año. • Ante el vómito y las náuseas, como síntomas asociados, se podrían usar antieméticos. • Los medicamentos utilizados habitualmente suelen producir somnolencia. Lo cierto es que la cinetosis es una situación que se puede presentar en la infancia, es transitoria y, generalmente, no representa gravedad; sin embargo, se recomienda consultar con el pediatra, con el fin de que este se cerciore de que no haya signos de alarma para pensar en alguna entidad que amerite estudio y seguimiento.
Dentro del manejo se identifican intervenciones que se pueden implementar antes de pensar en medicamentos para controlar los síntomas. Eso son algunos consejos: 1. Genere un ambiente de tranquilidad y seguridad, con un clima adecuado en el vehículo, ya que la ansiedad no mejorará la situación y sí aumentará el malestar del niño. 2. Los padres deben explicarle al niño que esta situación no es su culpa, que le pasa a muchos y que no es para siempre. 3. Se debe fomentar la realización de respiraciones regulares y controladas. 4. Procure limitar los movimientos de la cabeza del niño, colocándo la sobre una superficie estable y cómoda. 5. Intente que el niño se fije en las cosas que se observan en el paisaje. 6. Implemente juegos y actividades como canciones, cuentos, trabalenguas, o cualquier actividad que le haga olvidarse del mareo. 7. Evite que el niño lea, juegue con sus videojuegos, escriba o coloree, mientras se desplazan en su vehículo. 8. Mantenga el auto aireado. No fume. 9. Haga una parada cada dos horas para que todos puedan estirar las piernas y renovar el aire. Pregúntele a su niño si va cómodo. 10. No le de alimentos al niño inmediatamente antes del viaje. Eso puede sobrecargar su estómago. Es preferible que él coma alimentos secos y ricos en hidratos de carbono, y que no ingiera bebidas gaseosas ni leche. 11. Si durante el viaje el niño tiene hambre, ofrézcale alimentos suaves, como galletas, entre otros. Nunca cosas grasosas ni difíciles de masticar o con las que se pueda atorar. 12. En caso de que el niño vomite, hágale beber con frecuencia pequeñas cantidades de agua; si se repite esta situación, ofrézcale bebidas azucaradas en pequeña cantidad. 13. Si el niño se duerme, esté preparado con bolsas a mano por si él se despierta con ganas de vomitar. Siempre lleve con usted un vestido adicional y objetos propios de la higiene del niño.
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Preguntas y respuestas
A propósito de los pensadores latinoamericanos y la infancia,
sabía usted que: Por: Juan Fernando Gómez Ramírez Pediatra y puericultor
a niñez ha sido un tema constante de reflexión por parte de los escritores y poetas de nuestro tiempo. Queremos compartir con nuestros lectores algunas de estas sabias apreciaciones:
● “Los padres quisiéramos siempre que nuestros hijos fueran mejores que nosotros, aunque no siempre sabemos cómo”. Gabriel García Márquez. ● “No hay mejor sistema de educación que aquel que prepara al niño para aprender de sí”. José Martí. ● “Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo”. Eduardo Galeano. ● “El fin de la historia será el comienzo de la paz: el reino de la inocencia recobrada”. Octavio Paz. ● “El futuro de los niños es siempre hoy. Mañana será tarde”. Gabriela Mistral. ● “En la bondad se encierran todos los géneros de sabiduría”. Ernesto Sabato. ● “Enseñar exige respeto a los saberes de los educandos”. Paulo Freire. ● “El niño que no juega no es niño, pero el hombre que no juega perdió para siem-
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pre al niño que vivía en él y que le hará mucha falta”. Pablo Neruda. ● “La vida no es sólo diversión, también drama, dolor, misterio y frustración”. Mario Vargas Llosa. ● “ Yo supe del dolor desde mi infancia; mi juventud... ¿fue juventud la mía? Sus rosas aún me dejan su fragancia, una fragancia de melancolía...”. Rubén Darío.
Ilustración: Alexandra Rentería
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Recomendados en todos los sentidos
Una exaltación de la abuelidad
Ilustraciones: Daniel Padilla
“El hombre más sabio que he conocido en toda mi vida no sabía leer ni escribir. A las cuatro de la madrugada, cuando la promesa de un nuevo día aún venía por tierras de Francia, se levantaba del catre y salía al campo, llevando hasta el pasto la media docena de cerdas de cuya fertilidad se alimentaban él y la mujer. Vivían de esta escasez mis abuelos maternos... Mientras el sueño llegaba, la noche se poblaba con las historias y los sucesos que mi abuelo iba contando: leyendas, apariciones, asombros, episodios singulares, muertes antiguas, escaramuzas de palo y piedra, palabras de antepasados, un incansable rumor de memorias que me mantenía despierto, el mismo que suavemente me acunaba. Nunca supe si él se callaba cuando descubría que me había dormido, o si seguía hablando para no dejar a medias la respuesta a la pregunta que invariablemente le hacía en las pausas más demoradas que él, calculadamente, le introducía en el relato: ‘¿Y después?’. Tal vez repitiese las historias para sí mismo, quizá para no olvidarlas, quizá para enriquecerlas con peripecias nuevas. En aquella edad mía y en aquel tiempo de todos nosotros, no será necesario decir que yo imaginaba que mi abuelo Jerónimo era señor de toda la ciencia del mundo...”.
José Saramago
(Fragmento del discurso de aceptación del premio Nobel).
Frases “Lo menos costoso que le podemos dar a un niño, además de un abrazo, resulta ser lo más valioso: las palabras”.
Jim Trelease
“No creáis que el destino sea otra cosa que la plenitud de la infancia”.
Rainer Maria Rilke
“La literatura es la infancia al fin recuperada”.
Georges Bataille
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Recomendados en todos los sentidos
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