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De 1 a 3 años
Padres: ¡a fomentar la autonomía!
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De 6 a 18 años Disciplina, mejor con amor
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Opinan los expertos Diversión bajo el sol: proteja a su bebé
Crianza Salud &
A ñ o 11 • n ú m e r o 1 • f e b r e r o - m a r z o 2 0 13 • p u b l i c a c i ó n b i m e s t r a l • B o g o t á , C o l o m b i a
Para el bienestar de la familia
las aulas Hora de ir a
Contenido
Así es su mundo
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Junta Directiva Nacional 2012 – 2014
Cuando el niño empieza a explorar el mundo, busca hacer más actividades solo. Los padres deben aprender a cuidarlo sin quitarle autonomía.
Presidente Ana Cristina Mariño Drews Vicepresidente Juan Fernando Gómez Ramírez
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Secretario Nicolás Ignacio Ramos Rodríguez
De 3 a 5 años Hora de ir a las aulas Los expertos coinciden en que entre más tiempo pasen los hijos al cuidado de los padres, mejor. Deberían ir al jardín al menos a los tres años cumplidos. Claves para una mejor adaptación.
Fiscal Jairo Enrique Ascencio Gutiérrez Fiscal suplente César Augusto Arango Posada Vocales Lila Visbal Spirko Marcela Fama Pereira Luis Eduardo Abello Gámez Javier Criales Hernández Gerardo Enrique Castellar Arbeláez Ángela María Giraldo Mejía Marco Ortega Barreto
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De 6 a 18 años Disciplina, mejor con amor La conciencia o conducta normativa se aprende en la niñez. Pero, ¡ojo!, los padres deben exigir tanto como recompensar las acciones de sus hijos.
Presidente anterior Hernando Antonio Villamizar Gómez Representante de los capítulos Catalina Vásquez Sagra Gerente Gloria Zuccardi Coordinadora de publicaciones Mónica Vivas
De 1 a 3 años Padres: ¡a fomentar la autonomía!
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Diversión bajo el sol: proteja a su bebé
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¡Gemelos sí..., pero diferentes!
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A propósito del taoísmo y la crianza, sabía usted que:
www.crianzaysalud.com Año 11 - número 1 febrero - marzo 2013 ISSN 1692-150X
Tomar el sol sin precauciones puede traer graves consecuencias para usted, su familia y, especialmente, para su bebé. Cómo protegerse.
Director
Juan Fernando Gómez Ramírez Producción Editorial IPE- Mercadeo Relacional
Entorno
Legis S.A.
Avenida calle 26 No. 82-70 Bogotá D.C. Tels.: 4255255, 4255262 – Fax.: 4255316 ana.castillo@legis.com.co andres.rivera@legis.com.co
Preguntas y respuestas
La autodisciplina no florece en un ambiente de amenazas y castigos duros y negativos.
Editora: Ana Luz Castillo Barrios Coordinadora editorial: Ana María Gómez Campos Fotos: Fernando Valderrama Modelos portada y tema de portada: Felipe Quijano Zuccardi y Simón Quijano Zuccardi Corrección de estilo: Lina María Martínez F. Diseño y diagramación: Angélica Gómez Batista Crianza & Salud es una publicación bimestral de carácter informativo y educativo, editada por la Sociedad Colombiana de Pediatría, especializada en la crianza y la salud de los niños, desde el nacimiento hasta los 18 años, dirigida a la familia y al público general, de circulación gratuita a pediatras y ginecólogos de todo el país, y por suscripción a particulares. Envíe sus cartas, colaboraciones, preguntas o materiales informativos a nuestra dirección, fax o correo electrónico. Sociedad Colombiana de Pediatría Cra. 19 A No. 84-14, oficina 304 Bogotá D.C. Tel.: 5300757/59/60 • Fax.: 6916110 Correo electrónico: scp@cable.net.co
Los gemelos son dos personas distintas y así deben verse en la crianza para que cada uno establezca su independencia. Vestirlos igual es un error.
Además... Editorial Cartas de los lectores Recomendados en todos los sentidos
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El terrible flagelo de la violencia intrafamiliar
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Caricatura
Recuerde que... Los pediatras
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Editorial
El terrible flagelo de la
violencia intrafamiliar
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Fotografías: © 2013 Thinkstock Photos
a violencia intrafamiliar se ha definido como: “El conjunto de actitudes y conductas de un miembro de la familia –agente– que por acción u omisión causan daño físico o psicológico a otros integrantes del grupo familiar, impidiendo o dificultando su desarrollo armónico y su promoción social en todos los campos”. A pesar del subregistro usual en estos casos, basado en la falacia de que este tipo de problemas hacen parte de lo privado, las cifras que reportan los institutos de Medicina Legal y Bienestar Familiar son francamente abrumadoras. Aunque esta grave problemática aparece en todos los estratos sociales, en su génesis juegan un papel primordial las difíciles condiciones generadas por la inequidad, la exclusión social y política, la impunidad y la corrupción. Todo lo anterior genera la acumulación creciente de frustraciones, tensiones y ansiedades que constituyen un excelente caldo de cultivo para el surgimiento de comportamientos violentos y agresivos en el seno
mismo de la familia, donde los que afrontan condiciones de injusta desventaja, ya sea por edad (niños y ancianos), género (como en el caso de la mujer) o dependencia socioeconómica, son los que llevan la peor parte. En el caso específico de los niños, el maltrato infantil está dimensionado en Colombia en el orden de aproximadamente dos millones de casos por año, 800.000 de ellos de características graves. Aunque esta situación puede presentarse en todos los estratos sociales, es más frecuente en los más bajos con familias numerosas. Si bien la utilización de la fuerza física representa un tipo muy común de maltrato intrafamiliar, existen también otras modalidades de tipo psicológico, sexual y social dentro de las cuales se incluyen la negligencia y el abandono. Al interior de la familia también son frecuentes los comportamientos violentos de tipo sutil que, si bien no causan daño físico, laceran de manera importante la autoestima de quienes los padecen. Después de describir el panorama desolador de la violencia intrafamiliar en nuestro medio, es necesario también analizar mecanismos posibles para afrontar esta grave situación. Enumeraremos algunos de los propuestos por los estudiosos de esta temática: ● Fundamentar la estructura familiar en una sana y serena autoridad y no en el autoritarismo, generador de resentimientos y violencias. ● Abolir el castigo físico como elemento de crianza, utilizando otras formas de corrección no humillantes, que induzcan en los hijos una sana autocrítica en vez de temor. ● Fortalecer la comunicación entre los integrantes del grupo familiar, permitiendo así la libre expresión de sentimientos y vivencias al interior de este. ● Fomentar estrategias que contribuyan a la promoción del buen trato y al fomento de las vinculaciones afectivas entre todos los integrantes de la estructura familiar. Deseamos terminar estas reflexiones con una afirmación muy pertinente del escritor argentino Ernesto Sábato: “Al sanar las heridas físicas de los niños, ellos pueden sobrevivir a una guerra. Si sanamos sus espíritus, tal vez se prevenga la próxima guerra”.
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Cartas de los lectores
Recuerde que: Según el artículo 11 del Decreto 806 del 30 de abril de 1998, el niño puede acceder directamente al pediatra sin que tenga que ser visto primero por un médico general. El artículo dice textualmente: “Condiciones de acceso: para acceder a cualquiera de los niveles de complejidad del plan obligatorio de salud (POS) se consideran como indispensables y de tránsito obligatorio las actividades y procedimientos de consulta de medicina general y/o paramédica del primer nivel de atención. Para el tránsito entre niveles de complejidad es requisito indispensable el procedimiento de remisión. Se exceptúan de lo anterior solamente las atenciones de urgencias y de pediatría”.
Señores Revista Crianza y Salud Sociedad Colombiana de Pediatría Atentamente les solicito una opinión como pediatras sobre el hecho de dormir con los hijos en la misma cama (llamado colecho), del cual se ha comentado mucho en los últimos días. Atentamente, Claudia Inés Mendoza
Rta./ Aunque reconocemos que dentro del concepto multicultural de la crianza hay opiniones y argumentaciones encontradas frente al colecho, nuestro concepto personal al respecto no es favorable en cuanto a su práctica, pues la medición del riesgo frente a sus posibles beneficios, no la favorece. En las horas del día y durante el estado de vigilia los padres perfectamente pueden establecer el contacto piel a piel con sus hijos, tan necesario como favorecedor de un buen desarrollo, al igual que las acciones de acunar, acariciar, arrullar y mecer, entre otras. Ni qué decir del proceso de amamantamiento, tanto diurno como nocturno, con todas las bondades afectivas y nutricionales que lo acompañan. Pero, otro es el caso con el colecho, pues la posibilidad de accidentes que amenazan la vida de los niños y niñas está latente con su práctica, más aún cuando se da en los primeros meses de la vida, ocasionados por sofocación secundaria o aplastamiento que pueden ocurrir durante el sueño de los padres asociado al estado de fatiga y cansancio nocturnos tan frecuentes durante la crianza, el alcoholismo o la obesidad extrema, entre otros factores. Debemos tener presente que la crianza de los seres humanos es el acompañamiento inteligente y afectuoso en el camino apasionante que recorren desde la dependencia extrema (heteronomía) del recién nacido, hasta la autonomía del adolescente mayor que toma sus decisiones y asume el comando de su vida. En este trasegar la autonomía del sueño constituye un hito fundamental del desarrollo y el colecho, en nuestro concepto, no lo favorece. Cordialmente, Juan Fernando Gómez Ramírez Crianza & Salud
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Guía de
anunciantes
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02. Compañía Nacional de Chocolates 04. Nestlé 11. Pequeñín 13. Sociedad Colombiana de Pediatría 16. Glaxo SmithKline
20-21. Johnson & Johnson 29. Dettol 31. Sociedad Colombiana de Pediatría 39. Alpinito 40. Alpina Baby
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“Mientras avance la tecnología, nadie lamentará el retroceso del pensamiento”. Fernando Savater
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Padres: ¡a fomentar la autonomía! Hora de ir a las aulas Disciplina, mejor con amor
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Padres: ¡a fomentar la autonomía! “Vuestros hijos no son vuestros hijos. Son los hijos y las hijas de los anhelos que la vida tiene de sí misma. Vienen a través de vosotros, mas no de vosotros. Y aunque vivan con vosotros, no os pertenecen”. Ilustraciones: Alexandra Rentería
Gibran Jalil Gibran
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De 1 a 3 años
Llega la época de explorar el universo y los padres deben entender que el niño tiene un ritmo propio para comer, vestirse y hacer sus actividades.
Por: Carmen Escallón Góngora Pediatra y terapeuta familiar Universidad de Cartagena
tanto, puede crear otros momentos y escoger otros lugares de la casa, para así favorecer y estimular una sexualidad sana, creativa y lúdica.
En el primer año A partir del año de edad, el niño crece menos en talla y peso y aumenta su desarrollo psicomotor. Su cuerpo se va haciendo largo y delgado y van desapareciendo los rollos de las extremidades. Esto hace que coma menos que en la etapa anterior, lo que lleva muchas veces a los padres a verdaderas crisis. De igual forma, en esta época se establece en el niño el lenguaje verbal, lo que cambia el tipo de relación entre este y sus padres.
La separación de mamá El niño empieza a controlar el esfínter vesical diurno y hacia los tres años el anal. Esto se acompaña del desarrollo de la autonomía, es decir, desea hacerlo todo por sí mismo: bañarse, comer, escribir, vestirse. Es fundamental fomentar la autonomía en este momento, ya que es decisiva para la formación de un ser social sano. Los padres deberán entender que el niño debe comer, vestirse y hacer actividades a su ritmo. Muchas veces se ensucia al comer o se pone ropa que no combina; no obstante, es necesario respetarlo, ya que esto le va a permitir su reafirmación como niño. En esta etapa, de igual forma, el niño comienza a experimentar la crisis que representa el separarse de sus padres, sobre todo de su madre. Por consiguiente, los padres deben hablar con sus hijos sobre las salidas de casa, explicarles con frases como,
Las tareas sencillas estimulan la autonomía.
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a familia después de transcurrido el primer año está más equilibrada. Ha disminuido notablemente la angustia por los cuidados del niño. Los padres lo conocen un poco más. La madre interpreta muy bien su lenguaje y sabe el significado de su llanto, de sus movimientos, etc. El niño empieza a superar el conflicto de separación materna y se entretiene mucho jugando con otros cuidadores. La fantasía del niño en esta etapa hace de la crianza un acto de magia. La madre tiene más tiempo para sí misma y la relación de pareja sufre algunos cambios. La pareja se fortalece, aumentando las relaciones interpersonales entre los dos; la socialización y las salidas en pareja se vuelven más frecuentes. Los padres tienen más tiempo para ellos. La madre está menos agobiada. El destete se hace casi en un ciento por ciento en esta etapa. Los padres como cuidadores son más seguros. Muchos de los temores que experimentaba la pareja en épocas anteriores se desvanecen. Se fortalece la relación del niño con el padre y con la familia extensa: abuelos, tíos, primos, etc. La pareja, con mucha frecuencia, vuelve al enamoramiento y al idilio, y el niño se constituye en un buen motivador de su amor. Muchas parejas se ven amenazadas en su conyugalidad al seguir durmiendo con el niño o por las excursiones nocturnas de este hacia su cuarto. Es necesario recordar que la noche no debe ser el único momento para las relaciones sexuales en la pareja, ni la cama el único sitio para ello. Por lo
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des, etc. En otras palabras, se convierte en un verdadero explorador.
por ejemplo: “Mamá se va a trabajar, pero allá estará pensando en ti”, “mamá se va a ir a cine y cuando vuelva te va a arropar”, o “mamá va ir a visitar a la tía, pero en cuanto llegue a su casa te va a llamar”.
Pequeñas tareas
La verdad ante todo Para el niño es muy satisfactorio conocer el sitio de trabajo de los padres; una visita a la oficina debe hacerse tempranamente, pero siempre y cuando los niños puedan estar en el espacio laboral sin riesgos para los padres ni para ellos. De igual forma, es importante hablarle al niño acerca de su trabajo: “Mamá atiende a los viejitos enfermos y les quita el dolor” o “mamá recibe la plata y es amable con la gente”, genera sentimientos de empatía (sentir por el otro), de pertenencia y de cooperación. Cuando la madre sale de casa debe despedirse de su hijo y no hacerlo a escondidas, ya que lo último vulnera la confianza del niño. Es de resaltar que todos los niños del mundo que
No importa si no combina bien su ropa, permita que su hijo se vista solo.
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han creado un vínculo sólido con su madre crecen sanos a pesar de las ausencias presentes de los padres. En esta etapa, el niño se baja del regazo materno, dice adiós y sale a explorar el universo. Tiene una agenda muy apretada que cumplir. En pocos años debe aprender a caminar, a subir y bajar escaleras, a construir torres, a conocer los colores, a mirar el cielo, los nombres de su familia, de sus amigos, de los animales, en fin. Debe discriminar olores, conocer sonidos, bailar, aprender a controlar sus esfínteres e impulsos, así como aprender a bañarse, asearse, comer solo, reconocer su cuerpo, diferenciar texturas, abrir y cerrar puertas, descubrir el agua, la tierra y sus utilida-
En este momento, es conveniente estimular la autonomía del niño, asignándole tareas muy sencillas según la etapa por la que discurre, como llevarle un papel a la madre o al padre, ayudar a amasar en la cocina, a regar las matas del jardín, a ordenar, a guardar los juguetes, a preparar su baño, entre otros, lo cual le agrada al niño y le ayuda en el cumplimiento de su tarea fundamental en esta época. El niño aprende no solo imitando el modelo que le presenta el padre, maestro o adulto significativo, sino también con el error y ensayo. Así que en la medida que se le permita ensayar y equivocarse y volver a ensayar, el niño aprenderá. Es importante que, ante la tarea exploratoria del niño, la familia mantenga una supervisión estrecha sobre este, haciendo ajustes en la casa para prevenir accidentes, como cubrir los tomacorrientes, cerrar balcones, asegurar escaleras, guardar objetos de vidrio, filosos y pequeños, entre otras medidas. Además, se deben mantener en sitio seguro los medicamentos, detergentes y sustancias que el niño pueda ingerir. Es la época en la que los padres son verdaderos maestros. Es el tiempo, igualmente, de las salidas al parque, a la piscina y a visitar a los abuelos. En esta época el niño ha salido de la habitación de los padres; no obstante, estos últimos deben mantener la puerta de su cuarto abierta para escuchalo al niño durante la noche. El niño juega mucho en esta fase de su vida. Sus muchas horas de juego permiten a los padres y cuidadores hacer los oficios de la casa. A su vez, los padres se distraen mucho con el pequeño con quien intercambian juegos, palabras y cosquillas.
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En esta etapa también son frecuentes las pataletas. Algunos padres aprenden rápidamente a controlarlas. Muchas de ellas se deben al pobre control de impulso del niño a esta edad y al manifestar su incomodidad y frustración por no obtener un deseo. Para ello, la función pedagógica de los padres es primordial.
Pensamiento mágico Este es un período en el que el niño tiene un pensamiento mágico, animista (le da movimiento a los objetos inanimados), egocéntrico (corren y la luna corre detrás de ellos) y concreto, de tal manera que es fá-
Unas palabras mágicas de mamá alivian el dolor.
cilmente influenciable con la magia. Unas gotas y piedras mágicas para quitar el miedo, con venditas fantásticas para quitar el dolor. Un “sana que sana, colita de rana” para sanar el golpe, con unas palabras mágicas para que la mamá llegue pronto. Es preciso que la familia sea lúdica y juguetona para que el establecimiento de hábitos y normas sea muy fácil. Es la edad de los porqués, lo cual es producto de los muchos interrogantes e inquietudes del pequeño, dada la fascinación y asombro que sienten por el universo. Muchos de esos “porqués” realmente quieren decir otras cosas, como: “Estoy asombrado”, “estoy confundido”, “tengo miedo”. Por lo tanto, es importante resolver estos “porqués” muchas veces con ejemplos, cuentos o con fábulas, más que con explicaciones que los niños no alcanzan a entender. Se debe recordar que esta época es determinante para construir las bases sobre las cuales se sigue edificando el niño y que la niñez es la etapa donde el ser humano habitará toda la vida.
Recomendaciones
• Jueguen con el niño. • Usen la magia, la fantasía, los cuentos, acertijos y canciones como un modo de enseñar y divertirse. • Mantengan al niño supervisado sin robarle su autonomía. • Permítanle explorar el universo. • Mantengan la casa segura. • Lleven al niño a conocer el sitio de trabajo de cada padre. • Hablen con el hijo acerca de las vivencias propias. • Expresen sentimientos delante del niño, tales como llanto, risa, rabia, etc. • Sirvan de modelos para su hijo. • Contesten a sus preguntas con palabras y con juegos o comparaciones. • Permítanle que aprenda por error y ensayo. Estimúlenlo a volver a hacerlo cuando se equivoque. • Dediquen espacio para su función conyugal y salgan de casa con su pareja. • Dedíquense a sus cuidados personales en compañía de los hijos.
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las aulas
Fotos: Fernando Valderrama
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Con la asesoría de Fabiola Prince de Bayer y Felipe Parra Psicólogos y psicoterapeutas
Ante la pregunta de cuándo llevar a los niños al jardín infantil, los expertos coinciden en que entre más tiempo pasen al cuidado de sus padres, mejor. Lo ideal es que tengan al menos tres años cumplidos. Consejos para que esta etapa sea menos traumática para unos y otros.
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os padres nunca parecen estar preparados para dejar que sus hijos salgan de casa, menos a tan temprana edad. Piensan que no pueden “defenderse” de las agresiones del mundo al que se enfrentarán, empezando por otros niños que, aunque ni siquiera son capaces de contar cómo les fue en la jornada o todavía hablan a media lengua, “pueden ser más fuertes que los nuestros”. En el otro extremo están los “nuevos estudiantes”, para quienes los primeros días de adaptación pueden ser de llanto, pataleta y drama por tener que alejarse de papá y mamá. Nada está escrito, pues cada familia es un universo, pero la verdad es que el paso al jardín infantil o al colegio no es fácil y puede asemejarse al de cuando la mamá llega de la clínica a la casa con su primer bebé. “Para ella todo es extraño, pero poco a poco se adapta”, dice Fabiola Prince de Bayer, psicóloga y directora de Consejeras de Crianza. Para la especialista, en la transición del hogar al jardín la clave es que el niño jamás se sienta abandonado. Al respecto, el psicólogo y psicoterapeuta familiar Felipe Parra, codirector de Construir Familia, afirma que el proceso de adaptación no tiene una duración determinada, pero sí unas particularidades. Se trata de una etapa vital que representa el primer distanciamiento de los padres, indispensable para el proceso de autonomía e independencia, que marca la socialización e interacción con otros.
Los comportamientos son distintos: “Unos niños empiezan a curiosear, otros hacen pataleta y se nota que los que socializan fácilmente son aquellos que tienen padres más abiertos, que participan en un mayor número de actividades con otras personas. Quienes tienen menos procesos de socialización en casa son más temerosos de ir al jardín”, afirma el psicólogo.
Vale la pena esperar Con frecuencia, los niños van al jardín infantil a los dos, tres o cuatro años y pasan de la etapa de apego a los padres al de acercamiento a otras figuras como profesores y amigos. Sin embargo, contrario a lo que se cree, vale la pena esperar un poco si es posible a que los niños tengan más cercanía con papá y mamá antes de dar este paso. “Así, cuando son más grandes, las situaciones de soledad serán menos frecuentes y difíciles por el tiempo que han compartido con los papás”, comenta Parra. “Los niños son adaptativos y logran crear figuras de protección con sus niñeras, profesoras y personas cercanas”, agrega. Al respecto, la psicóloga Fabiola Prince recomienda que el niño pase más tiempo con los papás los primeros tres años, etapa en la cual se desarrolla el 80% del cerebro, un proceso que empieza en el vientre materno. “Al menos en los dos primeros años, los padres pueden formar valores y hábitos”, asegura.
Es importante que el niño nunca se sienta abandonado por sus padres.
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Es recomendable, en opinión de los expertos, que antes de esta edad, si es posible, se tenga una persona exclusivamente para el cuidado del niño, que le brinde no solo acompañamiento, sino también aprestamiento para el ingreso al jardín. De igual manera, se debe empezar con un período corto para que la adaptación sea más fácil y consecutiva. “En esta etapa inicial, lo ideal es que el niño esté en el jardín hasta el mediodía y luego comparta con la madre o una cuidadora profesional en su hogar. Esto le permitirá afianzar poco a poco su autonomía y el reconocimiento de sus espacios”, agrega la especialista. En los últimos tiempos se ha dado un cambio cultural y socioeconómico significativo que se refleja en las relaciones humanas. Hace 30 años los niños entraban al jardín o al colegio a los cinco o seis años de edad, pero, en la actualidad, la exigencia laboral ha cambiado y ahora deben ir más
temprano porque no tienen quien los cuide. “En ese entonces, los padres tenían contratos de por vida y no se preocupaban porque sus hijos fueran tan pequeños a estudiar. En cambio, hoy en la búsqueda constante de calidad de vida, la sociedad es más virtualizada y el proceso de desarrollo de los niños también. Esto hace que las personas se sientan más solas porque hay menos presencialidad. De ahí tantos diagnósticos de depresión en el planeta”, indica el psicoterapeuta.
De 3 a 5 años
Los padres deben escoger jardines infantiles de puertas abiertas, donde puedan ver a sus hijos por momentos.
Un paso positivo La entrada del niño al jardín trae muchos aspectos positivos. El niño convierte su mundo en un espacio más amplio y encuentra otras figuras, además de los padres, con quienes logra establecer un mundo más comprensivo y le ayudan a nutrir una identidad. El desapego representa una adaptación y una diferenciación psicológica. “Nacemos con papás, pero necesitamos procesos de diferenciación para conseguir una identidad futura”, dice Parra.
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En esos comienzos, los niños suelen tener manifestaciones discursivas, cuentan nuevas historias y hasta desafían las creencias de sus padres, cuando se comportan como lo hacen sus nuevos amigos. Por ejemplo, si en sus hogares nadie come en la mesa, sino en el estudio, ellos van a querer hacer lo mismo. Pero son situaciones completamente normales y manejables para los expertos.
¿Cuándo preocuparse?
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El paso de la casa al jardín es una etapa que marca la vida del niño.
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En un primer momento de desapego, la vinculación al sistema educativo puede generar crisis en los niños, que se manifiesta con llanto o silencio, porque sienten que pueden perder a sus padres. Algunos se niegan a ir al jardín y la situación puede ser normal durante el primer mes. De lo contrario, hay que empezar a indagar en las causas de la incomodidad. Con frecuencia, los colegios cuentan con la experiencia de años para lograr que el niño se entusiasme. Pero si en casa tiene un “infierno”, esto
será lo que se reflejará en el colegio. En ese sentido, el experto Felipe Parra enfatiza en que detrás de la situación de un niño que no se adapta, puede haber un problema marcado de pareja. “Ahí se hace necesaria una intervención para toda la familia”, agrega. Por eso, a su juicio, un mes es suficiente para saber si el jardín es conveniente para el niño; basta con ver si muestra interés, curiosidad y apertura ante los cambios. Al trabajar con los profesores, ellos se van soltando en las primeras dos semanas. En algunas instituciones empiezan a crear hábitos a través de una programación y es labor de los maestros mostrarles un espacio seguro. El paso de la casa al jardín es un tiempo que marca la vida del niño, por eso es clave aprender a leer las señales y estar alerta ante cualquier situación que no parezca normal en su adaptación. Solo así se le pueden evitar problemas en el futuro y el hecho de tener que acudir a una terapia.
Elegir el jardín infantil Cuando llega el momento de ir al jardín, los padres deben analizar diversos factores: la situación familiar,
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Dar el paso...
la disponibilidad de horarios y las características del niño. En términos generales, cuando los niños son capaces de caminar y se inician con el proceso de adquisición de lenguaje, en definitiva, empiezan a ser autónomos. En ese momento se encuentran en mejores condiciones para adaptarse a nuevos retos y empezar a relacionarse con otros niños. Lo cierto es que el jardín o el colegio no son solamente las instalaciones. Los padres deben preguntar por los valores sobre los cuales el establecimiento basa su programa de enseñanza, pues es claro que el futuro de los niños está, en buena parte, en sus manos. Aquí están algunos consejos clave: • Para empezar a buscar jardín, los padres deben hacer un sondeo con los amigos y familiares sobre los establecimientos que conocen. • Lo ideal es elegir un jardín cerca de la casa para evitar los extensos desplazamientos. • Los juguetes costosos o las instalaciones lujosas, llenas de juegos coloridos, no deben deslumbrar a los padres en el momento de la elección. Lo importante es la calidad humana y profesional de quienes dirigen o imparten las enseñanzas en el plantel.
• Los padres no deben transmitir su ansiedad a los hijos durante el proceso. • Es importante visitar y entablar un diálogo con el personal del jardín. Se deben apreciar cualidades como la calidez humana, sociabilidad, tolerancia, estabilidad y respeto por los derechos de los niños y del profesorado. • Los niños deben sentir familiaridad y seguridad en este lugar, el cual debe tener un programa ameno, creativo y divertido. • Los padres pueden participar en el proyecto educativo. Debe haber juego exploratorio para que los niños desarrollen habilidades afectivas, sociales y cognitivas. • Los grupos deben ser pequeños, en el caso de los bebés, máximo tres niños por educadora. • Los padres deben poder visitar el jardín. Es mejor elegir un lugar de puertas abiertas, al que puedan entrar sin restricciones y compartir con la educadora. No es mala idea que un día la mamá vaya a darle al niño una compota o las onces. Este modelo es común en países como Alemania y Estados Unidos.
• Durante los primeros días, los padres deben quedarse con el niño por cortos períodos hasta completar el horario elegido. • No importa la edad que tenga, al niño hay que hablarle sobre el jardín como si fuera un adulto. Y al despedirse, conviene decirle la verdad y no desaparecerse. Se pueden usar frases tales como: “Tengo que ir al trabajo y tú debes ir a estudiar”, “te voy a dejar en este lugar y te va a cuidar X persona; vas a aprender y a jugar mucho”. • En principio, el niño podría ir durante la mitad del horario, así no experimentará temor al abandono. Pero no deje pasar mucho tiempo; el niño debe aprender a ajustarse a su rutina escolar completa. • Si los padres ven que el niño llora, deben averiguar qué pasó en el día para identificar el problema. Hay que leer las señales, por ejemplo, ante la presencia de otras personas. • Los padres pueden hacer sentir más seguro a su hijo si el primer día van en su carro al lado de la ruta, para que no se sienta desamparado. • Finalmente, tenga en cuenta que son los niños quienes dan la pauta sobre si el jardín es el adecuado para ellos.
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mejor con amor La conducta o conciencia normativa es una habilidad para la vida que se forma desde edades tempranas con la ayuda de los padres. Pero, ¡ojo!, las exigencias deben estar de acuerdo con la edad.
Por: Álvaro Posada Díaz Pediatra y puericultor
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ediante la norma dirigida a disciplinar se construye y reconstruye la autonomía moral, expresada como conducta o conciencia normativa. Es aprendida en la niñez, y se trata de una habilidad fundamental para la vida, como una competencia social. La conducta o conciencia tiene que ver con valores, costumbres, creencias, prejuicios y, sobre todo, con la autonomía moral, compañera ineludible de la libertad humana. La autonomía moral es la que lleva a los seres humanos a distinguir entre lo que está bien y lo que está mal para obrar en consecuencia.
Calificación de los comportamientos En el acompañamiento a niños, niñas y adolescentes, todo comportamiento debe calificarse siempre como adecuado (bueno, aceptable o deseable) o inadecuado (malo, inaceptable o indeseable).
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Las buenas acciones En la disciplina con amor, que significa acompañamiento con capacidad, ternura y firmeza, todo comportamiento adecuado observado por los adultos cuidadores debe ser recompensado siempre, pues, de este modo, ese comportamiento se refuerza y así se aprende, por ejemplo, a hablar, a vestirse, a comer, a lavarse los dientes. Las recompensas son reforzadoras de los comportamientos considerados como adecuados, razón por la cual, deben ser aplicadas con oportunidad, esto es, inmediatamente o un poco después del comportamiento. Además, se deben utilizar siempre con base en el interés superior del niño, niña o adolescente y, por lo tanto, son dirigidas al aprendizaje para la construcción de la conducta normativa. Al usarlas se debe tener el cuidado de que el comportamiento adecuado no sea precedido de la oferta de la recompensa, de tal modo que el aprendizaje sea el del comportamiento y no el de la búsqueda de la recompensa. Hay tres clases de recompensas: sociales, actividades y privilegios, y materiales.
Recompensas sociales Son las recompensas fundamentales y deberían ser casi las únicas. Dan el mensaje de aprobación del comportamiento. Ejemplos de ellas son las sonrisas, los abrazos, los toques suaves en el hombro, el prestar atención, las caricias, los guiños, los aplausos y los estímulos, como las expresiones: “Bien hecho” y “me encanta lo que hiciste”.
Los privilegios Estas recompensas consisten, por ejemplo, en salidas, uso de computadores, videojuegos, tabletas e invitaciones a sus amigos.
No se equivoque. Las exigencias deben corresponder a la edad del niño. Fotografías: © 2013 Thinkstock Photos
Esta calificación depende de los patrones culturales en los que ocurra la crianza, las características de los adultos cuidadores y sus estados de ánimo, así como de la edad y el temperamento de los niños: no es un comportamiento inadecuado que un niño de 14 meses riegue la comida, pero sí puede serlo que lo haga uno de cinco años cuando la mamá esté ofuscada. Es posible que con frecuencia los adultos cuidadores se equivoquen en el juicio sobre el comportamiento, sobre todo, por exigencias que no están acordes con la edad, como que un niño de dos años no se orine o ensucie en la ropa. Por eso, es fundamental conversar permanentemente sobre el tema, con el fin de no calificar equivocadamente.
De 6 a 18 años
Recompensas materiales Son las menos recomendables de las recompensas. Ejemplos de ellas son los helados, los objetos y el dinero. Para que no sean distorsionadoras de la construcción de la conducta normativa, deben ser seguidas siempre de recompensas sociales.
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Prácticas de crianza ante el comportamiento inadecuado En la disciplina con amor, que significa acompañamiento con capacidad, ternura y firmeza, todo comportamiento inadecuado debe ser corregido. De este modo el niño aprende, por ejemplo, a no insultar y maldecir, a no hacer pataletas, a no pedir y exigir continuamente, a no morder, a no arrojar la comida, en otras palabras, a vivir en sociedad. Las correcciones tienen como finalidad la extinción de los comportamientos considerados como inadecuados, razón por la cual, como
El comportamiento negativo debe desaprobarse y el positivo premiarse con estímulo, más que con regalos materiales.
sucede con las recompensas, deben ser aplicadas con oportunidad. Las correcciones están dirigidas al aprendizaje para la construcción de la conducta normativa, por lo cual debe primar el interés superior del niño, niña o adolescente. Esta es la razón por la que no se deben hacer en estado de rabia, pues en este caso se pierde la efectividad del aprendizaje y solo sirven para calmar la angustia del adulto, lo cual es una expresión típica del adultocentrismo. Hay correcciones bientratadoras y maltratadoras.
Correcciones bientratadoras Las correcciones bientratadoras, también llamadas moderadas, son las siguientes: ignorancia activa, tiempo fuera (time out), regaño y desaprobación, y sanción. • Ignorancia activa Esta corrección consiste en que ante un comportamiento inadecuado el adulto cuidador acompaña al niño, niña o adolescente sin prestarle atención por corto tiempo y sin discutir, hablarle o regañarle. En este proceso se finge que se está absorto en algo o se deja la habitación, asegurándose siempre de que quien se comportó inadecuadamente no se salga con la suya.
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El acompañamiento con ignorancia activa es útil como corrección en niños y niñas de dos a cinco años y es de gran utilidad para comportamientos inadecuados como: gimotear y quejarse, enfurruñarse y malhumorarse, hostigar, maldecir, golpear, quejarse exageradamente y a los gritos, pedir y exigir continuamente, arrebatar juguetes, pataletas. Cuando cese el comportamiento inadecuado se presta toda la atención necesaria. La ignorancia activa se debe complementar siempre con el reforzamiento (recompensa) de la conducta adecuada alternativa, esto es, cuando el niño no hace la pataleta habitual se le recompensa socialmente, estimulándolo por el comportamiento adecuado. • Tiempo fuera Esta práctica, llamada en inglés time out, consiste en una breve interrupción de las actividades, tiempo en el cual no hay atención directa de los adultos. Es muy eficaz ante comportamientos impulsivos, agresivos, hostiles o descontrolados difíciles de aceptar, como las pataletas. Además, es útil para extinguir comportamientos inadecuados como golpear, hostigar y provocar; responder con insolencia, gritar o
Así es su mundo
cuando han fallado otros métodos de corrección. Es muy útil a partir de los cinco años de edad. La sanción no tiene relación lógica con el comportamiento inadecuado, por ejemplo, si no se llega a la hora acordada y no hay razones para ello, no se va a la fiesta de tal día, lo cual debe ser pactado con anterioridad. Como se ve, implica una elección del niño que de antemano sabe lo que pasa si incurre voluntariamente en comportamiento inadecuado.
Correcciones maltratadoras
chillar con furia; arrebatar cosas, arrojar o destruir juguetes, patear a otra persona, morder o amenazar con morder, tirar de los pelos, acoyundar a alguien, escupir, maltratar mascotas, llorar exasperantemente por molestar, pellizcar a alguien, arrojar la comida, dañar intencionalmente objetos, burlarse de otros, ofender a los demás, o desobedecer una orden que se le ha dado para parar su comportamiento inadecuado. Es una práctica de gran efectividad, útil en niños y niñas de dos a doce años. Debe ser utilizada por personal entrenado para su aplicación y, preferentemente, en instituciones como jardines infantiles. • Regaño y desaprobación Para regañar y desaprobar como práctica de corrección se debe estar cerca del niño, niña o adolescente, mirándolo a los ojos. El adulto debe ser firme y expresar sus sentimientos, indicando siempre cuál fue el comportamiento inadecuado. Se deben evitar comentarios sarcásticos o despectivos, ser breve y mantenerse calmado. • Sanción La sanción consiste en el retiro de privilegios y se debe usar solo
Las correcciones maltratadoras son las que lamentablemente utilizan muchos adultos cuidadores ante un comportamiento inadecuado. Las formas de maltrato usuales en esta absurda forma de corrección son el castigo físico, la negligencia y el maltrato psicológico. En Colombia, según un estudio del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), el 47% de las familias utiliza los golpes para relacionarse con los hijos, considerando legítima esta corrección. Esta nada recomendable práctica suele ocurrir cuando los adultos pierden el control porque los niños, entre otras cosas, desobedecen o irrespetan a los mayores. En diversos estudios se resalta que el castigo físico hace énfasis en lo que no se debe hacer, con la pretensión de control externo de niños, niñas y adolescentes en el camino a la sumisión. Además, y esto es lo más grave, hace que estos obedezcan por miedo. Es claro, pues, que el castigo físico como práctica de corrección no facilita el aprendizaje de la conducta normativa. De este modo, se logra que los cuidadores adultos sean conscientes de que en todo momento cada niño, niña y adolescente está diciendo: “Necesito ayuda para la construcción de mi conducta normativa, por lo que sería muy feliz si mis cuidadores supieran ejercer la autoridad y yo les obedeciera porque los quiero y respeto y ¡no por miedo!”.
De 6 a 18 años
Consecuencias Todo acto humano tiene consecuencias, las cuales pueden ser naturales o lógicas. Las primeras afectan directamente al niño. Las consecuencias lógicas son efectos que requieren la intervención de otros y afectan a los demás. • Ejemplos de consecuencias naturales son: si se maltrata al gato, este araña; si se rompe un juguete a propósito, este no se reemplaza; si se hostiga a los niños del vecindario, se queda en soledad; si se remolonea para ir a la escuela, se llega tarde. Son de alta efectividad y útiles a cualquier edad. • Ejemplos de consecuencias lógicas son: si se usa el triciclo en sitio prohibido, no se usará por cierto tiempo; si se pega chicle en un mueble, no habrá chicle por cinco días; si se rayan las paredes, no se usan los colores por una semana. Para que la aplicación de las consecuencias lógicas sea en función del interés superior del niño, este debe conocer lo que ocurrirá si se incurre en el comportamiento inadecuado. Este tipo de consecuencias son útiles a partir de los tres años en adelante.
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Opinan los expertos
Diversi贸n bajo el sol:
proteja a su beb茅
Tomar el sol sin precauciones puede traer graves consecuencias para la piel.
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El cáncer de piel y el sol El sol nos proporciona energía a todos los seres vivientes, pero también puede hacernos daño. Los rayos ultravioletas del sol pueden causar quemaduras y cáncer de la piel. El sol es la causa principal del cáncer de la piel, la forma de cáncer más común en los Estados Unidos, donde se calcula que habrá un millón de casos nuevos este año. El cáncer de la piel puede presentarse, y de hecho se presenta, en niños y adultos jóvenes, pero la mayoría de la gente que lo contrae es de mayor edad. A la gente mayor le da cáncer de la piel porque ya ha estado demasiado expuesta a los rayos dañinos del sol. La piel queda afectada con cada quemadura de sol y cada bronceado año tras año. Todos los tipos de cáncer de la piel son dañinos y algunos, especialmente el melanoma maligno, pueden ser mortales si no reciben tratamiento. El melanoma maligno es el segundo tipo de cáncer más común que afecta a las mujeres de 25 a 34 años de edad. La exposición al sol durante la niñez temprana y la adolescencia contribuye a la incidencia de cáncer de la piel.
No exponga a su bebé La piel de su bebé es muy delicada y depende de usted protegerla. Las
quemaduras de sol duelen y, además, pueden causar deshidratación y fiebre. Demasiadas quemaduras de sol y una exposición excesiva a este pueden causar, con el paso de los años, no solamente cáncer de la piel, sino también arrugas y cataratas en los ojos. La mayoría de la exposición que tenemos al sol –entre un 60 y 80%– ocurre antes de cumplir los 18 años de edad. Eso se debe a que los niños pasan más tiempo en espacios al aire libre que la mayoría de los adultos, especialmente durante el verano.
Los riesgos de quemarse con los rayos ultravioleta
La piel del bebé es muy delicada y se quema fácilmente. Nunca olvide aplicarle bloqueador solar.
Fotografías: © 2013 Thinkstock Photos
os días cálidos y soleados son maravillosos. Es muy agradable sentir el sol en la piel. Pero esta grata sensación puede traer malas consecuencias para usted, su familia y, especialmente, para su bebé. Lea este artículo antes de llevar a su bebé al parque, a la playa o incluso al jardín trasero. Le ayudará a enterarse de cómo proteger a su familia entera y desarrollar hábitos para cuidarse del sol que pueden perdurar de por vida.
En varios estudios de investigación se ha demostrado que dos o más quemaduras de sol con ampollas durante la niñez o la juventud pueden aumentar el riesgo de sufrir cáncer de la piel en años futuros. Por esto, es muy importante proteger a los bebés y niños de las quemaduras de sol. • La piel sensible de los bebés es más delgada que la de los adultos y, por tanto, se quema al sol más fácilmente. Incluso los bebés de piel más oscura necesitan protección. • Depende de usted proteger a su bebé. Él no puede decirle si tiene demasiado calor o si el sol lo está empezando a quemar. Tampoco puede irse a la sombra para protegerse del sol sin su ayuda.
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cuánta luz pasa por la tela. Mientras menos luz, mejor. La ropa de algodón es fresca y protege contra el sol. • Al ponerle a su bebé un gorro con visera, asegúrese de que esté hacia adelante para que le proteja la carita. También es conveniente que use anteojos de sol infantiles con filtro contra los rayos ultravioleta (UV).
No olvide... Consejos claves
Los bebés menores de seis meses deben estar fuera del alcance de la luz directa del sol.
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Siga estas reglas simples para proteger a su bebé de las quemaduras de sol ahora y así prevenir el cáncer de la piel en el futuro: • Los bebés de menos de seis meses de edad deben estar fuera del alcance de la luz directa del sol. Ponga a su bebé bajo la sombra o bajo un árbol, sombrilla o la capota de su cochecito. • Vista a su bebé con ropa que le cubra el cuerpo, como unos pantalones largos cómodos y ligeros, una camisa de manga larga y un sombrero de ala ancha que le cubra la cara y las orejas. • Seleccione ropa hecha de tela de tejido cerrado. Esta tela normalmente protege más que la ropa de tejido más abierto. Si no está seguro(a) de lo cerrado que es el tejido de una tela, póngala frente a una lámpara o ventana y vea
• Los rayos del sol son más intensos entre las 10:00 a. m. y las 4:00 p. m. Trate de mantener a su bebé fuera de la luz del sol durante esas horas. • Los dañinos rayos ultravioletas del sol pueden rebotar en la arena, la nieve o el concreto, así que tenga cuidado especial al estar en áreas donde haya ese tipo de materiales. • La mayoría de los rayos del sol pueden pasar a través de las nubes en un día nublado; por esta razón, use protección contra el sol incluso durante los días nublados.
El protector solar Adquiera un protector solar o loción con filtro solar para niños. A los bebés de menos de seis meses de edad se les puede untar protector en áreas pequeñas del cuerpo, como la cara y la parte trasera de las manos, si no se les puede poner ropa adecuada y no hay sombra suficiente. Si su bebé tiene más de seis meses de edad, ponga a prueba el protector solar en la espalda del niño para ver si tiene alguna reacción antes de ponérsela en todo el cuerpo. Aplíquesela cuidadosamente alrededor de los ojos, evitando los párpados. Si su bebé se restriega los ojos y le entra protector solar, límpiele los párpados y la cara con un paño húmedo. Si el protector solar le irrita los ojos, use una marca diferente, un aplicador sólido de protector solar, o un protector solar con dióxido de titanio y óxido de zinc. Si le da salpullido, llévelo al pediatra. Al seleccionar un protector solar busque las palabras “amplio espectro” en la etiqueta. Eso significa que ofrece
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protección contra la radiación provocada por los rayos ultravioleta A y B (UVA y UVB). Los protectores solares con factor de protección (SPF) 15 son adecuados en la mayoría de los casos. Use suficiente protector solar y aplíquelo bien, asegurándose de cubrir todas las áreas expuestas, especialmente la cara, nariz, orejas, pies y manos del bebé, e incluso la parte trasera de las rodillas. Póngaselo 30 minutos antes de salir al sol, puesto que debe pasar algún tiempo para que tenga efecto en la piel. Aplique el protector solar con frecuencia, especialmente si su bebé juega en el agua. El óxido de zinc, un protector solar muy efectivo, puede usarse como protección adicional en la nariz, las mejillas, la parte superior de las orejas y los hombros.
Recuerde...
• Los protectores solares deben usarse para protegerse del sol y no como pretexto para asolearse por más tiempo. • Evite las quemaduras de sol, estas pueden ser muy peligrosas para el bebé. • Si su bebé sufre de una quemadura de sol y tiene menos de un año de edad, comuníquese con su pediatra inmediatamente; una quemadura de sol severa es una emergencia. Si el bebé tiene más de un año de
edad, avísele a su pediatra si tiene ampollas, dolor o fiebre. • Mantenga hidratado a su bebé, y en caso de sufrir una quemadura de sol, dele jugo o agua para rehidratarlo. • Las compresas de agua fría podrían ayudar a que el bebé sienta alivio en la piel. • No le ponga lociones medicinales en la piel, a menos que se lo recomiende el pediatra. • Mantenga al bebé fuera del alcance de la luz del sol hasta que su quemadura sane por completo.
Mitos acerca del sol
Sea un buen ejemplo a seguir Establezca la costumbre familiar de protegerse del sol. Su niño necesita de usted para protegerse contra las radiaciones y las quemaduras provocadas por su alta exposición al sol. Puesto que los bebés aprenden imitando a los demás, usted puede dar el mejor ejemplo y protegerse a sí mismo. Enséñeles a todos los miembros de la familia cómo cuidarse la piel.
©No deberá usarse la información contenida en esta publicación a manera de sustitución del cuidado médico y consejo de su pediatra. Podría haber variaciones en el tratamiento, las cuales su pediatra podrá recomendar con base en los hechos y circunstancias individuales.
Mito: un bronceado es bueno para su bebé. Realidad: el bronceado es un signo de daño de la piel. Mito: los bebés no sufrirán quemaduras de sol en los días nublados. Realidad: la mayoría de los rayos del sol pasan a través de las nubes y pueden causar quemaduras. Mito: el aceite de bebé es una buena loción para el sol. Realidad: el aceite de bebé hace que la piel se queme con mayor rapidez y no ofrece protección en lo absoluto. Mito: los bebés necesitan las vitaminas del sol. Realidad: una dieta balanceada y apropiada, así como una mínima exposición al sol, le proporcionarán a su bebé todas las vitaminas necesarias.
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Entorno
ÂĄGemelos sĂ..., pero diferentes!
Los gemelos son dos personas distintas y deben verse asĂ en la crianza para que en el futuro cada uno establezca su independencia y su propia vida. Vestirlos igual y ponerlos a compartir todo son grandes errores.
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Entorno
Por: Marta Helena Cuéllar Santaella,
residente de Pediatría de la Universidad de Antioquia, y
Zenaida Pérez Restrepo,
licenciada en Educación Infantil y puericultora especialista en Intervención de los Procesos Familiares
niente en la medida que se duplicaba el trabajo y los gastos económicos, el cansancio era mayor y lo cotidiano se hacía mucho más complicado”.
Técnicas de alimentación Durante los primeros días, el acompañamiento para la lactancia materna es fundamental, puesto que existen conceptos preformados en las madres acerca de su capacidad para producir la cantidad de leche necesaria para satisfacer y nutrir a sus hijos o hijas. El entrenamiento empieza desde las primeras horas de vida y el personal de salud debe acompañar a la familia en la técnica de alimentación por varias semanas después del parto. En el acompañamiento se debe educar sobre la capacidad de producción de leche materna independientemente de la cantidad de hijos, así como que esta aumenta con la succión frecuente.
Vestirlos y peinarlos diferente, favorece la individualidad de los gemelos.
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urante los últimos años, el auge de las técnicas de reproducción asistida y la postergación de la maternidad por parte de la mujer han hecho más frecuentes las gestaciones múltiples y, entre ellas, las de gemelos y mellizos, términos empleados para diferenciar aquellos hermanos idénticos en el caso de los primeros, de aquellos que comparten solo el 50% del material genético como es el caso de los segundos. Lo anterior determina mayores posibilidades de interactuar con gemelos y sus familias y, de ahí, la importancia de conocer y recordar los principios que se deben tener en cuenta en el acompañamiento en el marco de la crianza humanizada. Desde el día en que a una familia le anuncian que “serán dos” se pueden desencadenar sentimientos ambivalentes de incredulidad, temor, negación y múltiples interrogantes acerca de su capacidad para criar dos al mismo tiempo, por lo que se hace necesario el acompañamiento y asesoramiento continuo. Con el nacimiento hay momentos de gran exigencia física, mental, económica y social. En las familias de gemelos se suelen enfrentar altos niveles de estrés como respuesta a la intensa demanda de cuidados y recursos económicos. Al respecto, el psicólogo español Enrique Arranz Freijo afirma que: “El hecho de criar a varios hijos de la misma edad fue señalado como un inconve-
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Al principio se puede lactar por separado, lo que contribuye al reconocimiento de las características y a la creación de lazos afectivos con cada uno. Hacerlo simultáneamente implica haber adquirido el aprendizaje de una muy buena técnica y contar con ayuda externa.
El acompañamiento La autonomía, interdependencia, cooperación y solidaridad entre la pareja y las relaciones en general con los demás miembros de la familia deben ser promovidas con equilibrio y permanente observación y análisis para lograr que estos primeros contactos con los gemelos fundamenten una excelente relación. En la crianza de gemelos debe tomarse en cuenta que son dos personas distintas, pues así se podrán asumir como dos individuos separados. Esto ayuda a que en el futuro
Los padres deben identificar las necesidades y gustos de cada hijo.
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cada uno de ellos establezca su independencia y pueda establecer su propia vida. La gemelaridad es, sin duda, un hecho biológico, pero también es un hecho social. El tipo de vínculo entre los gemelos es determinado por la educación recibida en la niñez.
Clasificación de la gemelaridad Según la psicóloga clínica Bárbara Schave Klein, de acuerdo con los vínculos establecidos entre gemelo, cogemelo y padres, y con el carácter sociocultural de gemelaridad, se pueden caracterizar cuatro patrones: • Gemelos con identidad única: los padres actúan de forma negligente y abusiva, caracterizada por una extrema codependencia y sin individuación entre los gemelos.
• Identidad interdependiente: los padres no prestan mucha atención a los niños o niñas, siendo hostiles o indiferentes (no hay distinción entre los gemelos). Suele haber relaciones de codependencia. • Identidad dividida: los padres comparten sentimientos positivos con sus hijos y tienen conciencia de las diferencias entre los niños, pero enfocan sus intereses en las similitudes. • Identidad individual: los padres responden a las diferencias reales de los niños o niñas, enfatizan la individualidad y respetan la unión de ellos, con lo que favorecen el desarrollo de vínculos íntimos seguros entre ellos por fuera de la díada. El mejor modo de que los gemelos no tengan identidad única o interdependiente es con la crianza individualizada, es decir, acompañar para que ambos puedan hacer su propia vida y que el vínculo estrecho entre ambos no se pierda. Así mismo, la competencia entre los gemelos puede ser una expresión positiva de sus diferencias, pues refleja un estilo de interacción, comparación y contraste, en el que se pueden generar sentimientos de envidia y hostilidades, por lo que siempre se debe tratar de resaltar las habilidades propias de cada uno.
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Influencia de la crianza en la personalidad Sobre este punto, en diversos estudios se concluye que: • La imagen más clara que ellos se van haciendo de sí mismos, como es de esperar, viene de sus padres. • Cuando son de diferente sexo, los padres rápidamente dejan de verlos como una unidad y descubren la singularidad de cada uno. • El parecido físico puede crear problemas de identidad y personalidad en los niños. Es fundamental que los padres y cuidadores entiendan que, aunque los hermanos gemelos sean muy similares, tienen a su cargo dos mundos distintos. En la medida de lo posible, los padres deben sacar un momento especial a cada uno para conocerlos, saber cuáles son sus necesidades, gustos, habilidades y capacidades, pues es necesario reconocer su individualidad. Lo mencionado es fundamental para la adquisición del lenguaje, pues los gemelos suelen hablar más tarde y este retraso se debe a que reciben menos atención individual.
A la hora de ir al colegio
En general, se recomienda que durante los seis primeros años se favorezca la permanencia en la misma clase por lo traumático que pudiera llegar a ser una doble separación: la de la mamá y la de su hermano. Al entrar a la primaria se sugiere separarlos cuando ellos lo soliciten, cuando son de personalidades muy diferentes o cuando hay problemas en la asunción de un rol personal como, por ejemplo, son competitivos o uno se deja dominar del otro. La decisión acerca de la separación de los salones de clase debe ser basada en el análisis de cada caso en particular. Como se ha planteado, el aspecto fundamental en el acompañamiento es que este esté dirigido a que cada uno de los miembros de la díada gemelar crezca y se desarrolle individualmente, para lo cual se sugiere: • Establecer lazos afectivos con cada uno. • La relación de apego se debe iniciar con el conocimiento de la ubicación de cada uno en el vientre materno. • Tratar de identificarlos físicamente a cada uno, para lo cual, son útiles algunos recursos como dejarles las manillas del hospital o algunas se-
ñales corporales que uno no tenga o estén en distinto lugar. • Identificar los gustos, habilidades y necesidades particulares. • Acompañar al desarrollo de las potencialidades de cada uno, estimulando la participación en la elección de actividades, en la expresión de si les gusta estar juntos o no, así como si prefieren las mismas cosas o no. • Propiciar juegos con otros niños. • Compartir tiempo aparte con cada uno. En resumen, el mensaje puericultor es el acompañamiento según los lineamientos de las prácticas de crianza humanizada, para lo cual, es necesario asumir, entender y criar a los niños y niñas gemelos como individuos, en el contexto de personalidades, gustos y habilidades diferentes.
Errores comunes Algunos errores frecuentes en la crianza de múltiples pueden ser: • Llamar con el nombre de uno de los padres al que nace primero. • Llamarlos igual o que suenen parecido. • La manera de referirse a ellos: los gemelos, las niñas, los niños, ellos. • La manera de referirse en relación con otros hijos o hijas, por ejemplo: “Juan y las gemelas”. • Permitir que los demás no los llamen por sus nombres. • Dar un regalo en común en fechas especiales. • Comprarles juguetes iguales o tener que compartirlos todos. • Elogiarlos o corregirlos a ambos al mismo tiempo, para no sentir diferencias.
Con el paso de los años se hace necesario tomar decisiones sobre aspectos escolares, como definir si dejarlos en la misma aula. Varios estudios han determinado algunas ventajas de estar en aulas separadas, como mejor logro de la individualidad y la independencia.
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Preguntas y respuestas
A propósito del
taoísmo y la crianza,
sabía usted que: Por: Juan Fernando Gómez Ramírez Pediatra y puericultor
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l taoísmo es un sistema chino milenario, filosófico y religioso que ha formulado una serie de apreciaciones alrededor de la crianza, las cuales compartiremos con nuestros lectores: ● En la crianza no hay fórmulas fijas, pues lo que funciona para un hijo no siempre funciona para otro. ● La paternidad sabia no suele ser perfecta, siempre es complicada y debe tomarse con humor y esperanza. ● Aunque suele resultar difícil quedarse callado, no sea duro en sus advertencias ni repita sus discursos. ● Diga sí con cautela, diga no con cariño. ● En el taoísmo a los niños se les compara consigo mismos, no con sus amigos y compañeros. ● Busque la forma de acentuar la igualdad. En una familia, nadie gana cuando un miembro pierde. ● Reserve las reprimendas para cuando esté en privado. Corrija los fallos con sencillez e identifique los comportamientos positivos que propone como alternativa. ● Permítales a sus hijos investigar y descubrir las dimensiones más profundas de la vida.
Fuente: Nagel, Greta. El tao de los padres: la sabiduría del taoísmo y el arte de educar a los hijos. Ed. Paidos Ibérica. Buenos Aires, 2000.
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Comience extrayendo la bondad que ya existe dentro de ellos. ● Los padres reflexivos saben que sus hijos necesitan “espacios”. Aprenda a estar cerca, pero lejos. ● La distancia entre el no y el sí no es muy grande en el diccionario de la vida. ● Los padres pueden establecer límites, no barreras, y permitir la libertad, pero no la negligencia. ● La autodisciplina no florece en un ambiente de amenazas y castigos duros y negativos. ● Aprenda de los hijos. Usted no tiene por qué saberlo todo.
Recomendados en todos los sentidos
Los pediatras “Los pediatras son por regla general personas amables. El gruñón, el pendenciero y el témpano, usualmente no entran en la pediatría. Los contactos con los niños que sufren y con los padres preocupados, las diarias pequeñas comedias, las ocasionales tragicomedias y las batallas trágicamente finales con la muerte, tienden a enternecer y a humanizar”.
Ilustraciones: Daniel Padilla
Leo Kanner Libro Psiquiatría infantil
Frases “Las mejores cosas de la vida no son cosas”.
Art Buchwald
“Los padres, para ser felices, tienen que dar. Dar siempre, esto es lo que hacen los padres”.
Honoré de Balzac
“El que es bueno en familia, es también buen ciudadano”.
Sófocles
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Recomendados en todos los sentidos
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