CRIANZA & SALUD No.12-3

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De 6 a 12 años

Cómo disciplinar: consecuencias naturales y lógicas

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Entorno Los niños y las tareas

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Opinan los expertos

Infecciones comunes en la niñez

Crianza Salud &

A ñ o 12 • n ú m e r o 3 • j u n i o - j u l i o 2 0 14 • p u b l i c a c i ó n b i m e s t r a l • B o g o t á , C o l o m b i a

Para el bienestar de la familia

¡No los deje

solos!



Contenido

Así es su mundo

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Los valores deben hacer parte de nuestro proyecto de vida. Son las guías de navegación que nos orientan y se aprenden desde la cuna. ¿Cómo inculcarlos en la crianza?

Junta Directiva Nacional 2014 - 2016 Presidente Dr. Nicolás Ignacio Ramos Rodríguez

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Vicepresidente Dra. Marcela Fama Pereira Secretario Dr. José Fernando Gómez Urrego Fiscal Dra. Ángela María Giraldo Mejía Vocales Dr. Juan Camilo Jaramillo Bustamante Dr. Mauricio Guerrero Román Dr. Mauricio Hernández Cadena Dr. Diego Mauricio Cardozo Rodríguez Dr. Jûrg Niederbacher Velásquez Dr. Jairo Enrique Ascencio Gutiérrez Dra. Mónica Tovar Díaz

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Presidente anterior Ana Cristina Mariño Drews

Coordinadora de publicaciones Mónica Vivas

www.crianzaysalud.com Año 12 - número 3 junio - julio 2014 ISSN 1692-150X

¡No los deje solos! En temporada de vacaciones ocurren más accidentes en los niños. ¿Las causas? El descuido de los padres y su desconocimiento de las medidas de seguridad. ¡Acompáñelos!

De 6 a 12 años Cómo disciplinar: consecuencias naturales y lógicas El niño, desde pequeño, tiene la capacidad de darse cuenta de las consecuencias de sus actos. Los padres deben poner límites, acompañarlos el mayor tiempo que sea posible y jamás recurrir al castigo físico para que cumplan normas.

Rpte. Capítulos Clara Esperanza Galvis Díaz

Gerente Gloria Zuccardi

Desde el nacimiento Cómo educar en valores

Entorno

Opinan los expertos

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Los niños y las tareas

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Infecciones comunes de la niñez

Director

Juan Fernando Gómez Ramírez

Las tareas escolares no deben convertirse en un castigo para los niños. Todo lo contrario, tienen que ser cortas y despertar su curiosidad y creatividad.

Lo que debe saber sobre las enfermedades e infecciones más frecuentes en los niños.

Producción Editorial IPE- Mercadeo Relacional Legis S.A.

Prevención

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Avenida calle 26 No. 82-70 Bogotá D.C. Tels.: 4255255, 4255262 – Fax.: 4255316 ana.castillo@legis.com.co andres.rivera@legis.com.co Editora: Ana Luz Castillo Barrios

Preguntas y respuestas

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Coordinadora editorial: Ana María Gómez Campos

Foto portada ©2014 Shutterstock.com

Crianza & Salud es una publicación bimestral de carácter informativo y educativo, editada por la Sociedad Colombiana de Pediatría, especializada en la crianza y la salud de los niños, desde el nacimiento hasta los 18 años, dirigida a la familia y al público general, de circulación gratuita a pediatras y ginecólogos de todo el país, y por suscripción a particulares. Envíe sus cartas, colaboraciones, preguntas o materiales informativos a nuestra dirección, fax o correo electrónico. Sociedad Colombiana de Pediatría Cra. 19 A No. 84-14, oficina 304 Bogotá D.C. Tel.: 5300757/59/60 • Fax.: 6916110 Correo electrónico: scp@cable.net.co

A propósito de Gabriel García Márquez y la infancia, sabía usted que: Este escritor, la máxima gloria de nuestras letras, se ocupó en muchas de sus obras de la infancia, grupo humano fundamental para el presente y futuro de la humanidad.

Fotos: ©2014 Shutterstock.com

Corrección de estilo: Lina María Martínez F. Diseño y diagramación: Angélica Gómez Batista

¿Qué hace a los niños bondadosos? En un mundo en el que la violencia y la crueldad parecen ser aceptables, los padres pueden enseñar a sus hijos a ser compasivos y de buen corazón.

Además... Editorial Cartas de los lectores Recomendados en todos los sentidos

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La tolerancia, necesidad imperiosa de nuestro tiempo

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Caricatura

Recuerde que... Niño 3



Editorial

La tolerancia, necesidad imperiosa de nuestro tiempo

A

prender a vivir juntos, uno de los pilares de la educación, constituye hoy una urgencia absoluta en el mundo actual, relacionada directamente con la tolerancia, entendida como el respeto activo y la consideración hacia otras maneras de pensar, de hacer y de sentir. Debe quedar claro que tolerar es algo muy distinto a soportar y que la tolerancia difiere mucho de la indiferencia con la que algunas veces, equivocadamente se relaciona. ¿Cómo pueden los padres de familia inducir e inculcar la tolerancia en los hijos? Un viejo proverbio español dice: ‘Fray Ejemplo’ es el mejor predicador”. Recordemos que en la crianza el ejemplo arrastra y que los padres deben constituirse en verdaderos modelos para sus hijos. Además de lo anterior, algunas recomendaciones pueden ser útiles para promover la tolerancia: hablar sobre ella, identificar actitudes intolerantes, analizarlas y confrontarlas con los hijos y apoyar a quienes son víctimas de intolerancia. Tengamos presente que la lucha contra las formas graves de intolerancia (sexismo, racismo, xenofobia y explotación) debe iniciarse prioritariamente desde la familia, como elemento socializador primario de los niños.

Ilustraciones: ©2014 Shutterstock.com

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Cartas de los lectores

Recuerde que: Según el artículo 11 del Decreto 806 del 30 de abril de 1998, el niño pue­de acceder directamente al pediatra sin que tenga que ser visto primero por un médico general. El artículo dice textualmente: “Condiciones de acceso: para acceder a cualquiera de los niveles de complejidad del plan obligatorio de salud (POS) se consideran como indispensables y de tránsito obligatorio las actividades y procedimientos de consulta de medicina general y/o paramédica del primer nivel de atención. Para el tránsito entre niveles de complejidad es requisito indispensable el procedimiento de remisión. Se exceptúan de lo anterior solamente las atenciones de urgencias y de pediatría”.

Señores Revista Crianza & Salud Sociedad Colombiana de Pediatría Respetados señores: En primera instancia, los quiero felicitar por los temas tan útiles que publican en la revista Crianza & Salud, de la cual he tenido la oportunidad de obtener varios ejemplares diferentes. Me gustaría mucho adquirir números anteriores, pues veo que la publicación ya tiene más de 10 años, mi pregunta es: ¿en dónde los puedo comprar? Hace algún tiempo leí que los niños alimentados con leche materna se enferman menos, ¿es cierto?, también me gustaría que me corroboraran esto, para poder mostrárselo de manera argumentada a mi hija. Atentamente, María Eugenia Méndez

Rta./ Nos complace que nuestra publicación sea de su gusto y, además, de utilidad. En cuanto a su pregunta acerca de en dónde puede adquirir los números anteriores, lamentablemente esta es una revista que no está a la venta en ninguna parte y se puede adquirir solo a través de su pediatra; no obstante, también la puede consultar en la página: www.crianzaysalud.com.co, en donde de igual forma podrá mirar los temas que han salido en los números anteriores. Por otro lado, respondiendo a su segunda inquietud, la leche materna es el mejor alimento que una madre puede ofrecerle a su hijo, no solo considerando su composición, sino también el aspecto emocional, ya que el vínculo afectivo que se establece constituye una experiencia particular e intensa. En cuanto a la protección contra las enfermedades —que es la pregunta que nos hace—, le cuento que está comprobado que los niños alimentados con leche materna tienen menos episodios de diarrea, infecciones respiratorias y otitis, pues esta estimula el desarrollo de las barreras mucosas respiratoria e intestinal y tiene factores específicos que disminuyen la respuesta inflamatoria y producen regulación del sistema inmune; a su vez, ha manifestado también a largo plazo el efecto protector en relación con diabetes dependiente de insulina, linfomas, enfermedad inflamatoria intestinal y enfermedades alérgicas como asma y dermatitis. Toda esta información más ampliada la podrá encontrar en algunos artículos que se han escrito y que están publicados en la página que le recomendamos anteriormente. Cordial saludo, Revista Crianza & Salud Sociedad Colombiana de Pediatría Fotografía: ©2014 Shutterstock.com

Guía de

anunciantes

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Pág.

Pág.

02. Dettol 04. Nestlé 11. Alpinito 13. Alpina

19. Enfagrow 25. Sociedad Colombiana de Pediatría 39. Chocolisto 40. SCP- web Crianza & Salud


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Así es su

mundo

“Cada niño será el ser humano que su historia configura”. Humberto Maturana

08 Desde el nacimiento 14 Desde el nacimiento 20 De 6 a 12 años

Cómo educar en valores ¡No los deje solos! Cómo disciplinar: consecuencias naturales y lógicas


Así es su mundo Desde el nacimiento

Cómo educar

en valores Por: Francisco Javier Leal Quevedo Pediatra y magíster en Filosofía

L

os seres humanos no nos contentamos simplemente con vivir, siempre le buscamos sentido a nuestra vida. Queremos vivir para algo, por algo. Esas cosas que nos importan en la vida son nuestros valores. Todos, consciente o inconscientemente, tenemos un sistema de valores, ordenados por la relevancia que les asignamos. Para unos, el valor supremo es un dios; para otros, es la vida; y, para otros más, es la felicidad, el amor, los hijos, la ciencia, el dinero. Esos valores nos orientan en el transcurso de la existencia. Nos acompañan en la felicidad y en la desgracia. No nacimos con ellos, nos los mostraron, los aceptamos, los construimos. Los vimos en nuestra familia mientras crecíamos. Lentamente los hicimos nuestros. Ahora son inseparables de nuestra manera de ver la vida. Todos queremos que nuestros hijos conozcan los valores que hemos tenido a lo largo de nuestra vida, que la han embellecido y también sostenido en los tiempos difíciles, para que ellos se los planteen como opciones de

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La educación en valores articula los elementos más importantes de la crianza, unión que es una síntesis del acompañamiento que los padres llevamos a cabo con los hijos.


Así es su mundo Desde el nacimiento

vida y, si los consideran aceptables, los adopten. Por el contrario, la sociedad tecnológica nos enseña que lo que vale son los propósitos; se vive para alcanzar algo: dinero, poder, prestigio, un alto nivel de ingresos y de consumo. Equivocadamente se prefiere el tener al ser. Además, por tener cosas, sacrificamos el presente y siempre estamos así hipotecados ante los futuros logros.

¿Qué son los valores?

¿Para qué sirve tenerlos? Además de darle sentido a nuestra vida, son fuente de felicidad. Los valores deben ser parte integrante de nuestro proyecto de vida. La formación en valores es formarnos para la vida, es plantar las metas que nos servirán para vivir mejor. Se adquieren libremente, más por imitación que por prescripción. Por ello, una gran responsabilidad que tenemos los padres y adultos cuidadores con los niños es ser buenos modelos.

¿Cómo aprende un niño que él es valioso? Recibir un amor sin condiciones por parte de los padres y adultos significativos es la mejor experiencia que puede tener el hijo durante los primeros años de su vida: así aprenderá que él es valioso. Pero ese amor hay que expresarlo todos los días, con pequeños gestos, con caricias, con palabras. El niño es dependiente por naturaleza de sus padres y cuidadores, de tal modo que ellos atienden sus necesidades básicas de afecto, alimentación, compañía, abrigo, limpieza, etc. El sentirse atendido y amado le dará, poco a poco, la confianza básica requerida en su proceso de desarrollo. Estos cimientos de amor generoso e incondicional son muy relevantes para construir su escala de valores. Lo que sintamos, hagamos, digamos y la forma en que actuemos en la vida diaria con nuestro hijo serán las pautas que progresivamente se fijarán en la mente infantil. Nuestros hijos sintonizan con nuestro inconsciente, conocen nuestros sentimientos profundos. Debemos revisar nuestra propia escala de valores y nuestro propio comportamiento, lo que es un buen comienzo para ser buenos modelos para la apropiación de valores. El niño que se

Fotografías: ©2014 Shutterstock.com

Con frecuencia decimos de alguien: esa persona tiene valores, o esa otra no los tiene. Nosotros apreciamos ciertas características más que otras, en razón de lo cual unas valen para nosotros más que otras. Sabemos que algunas nos dan más felicidad y nos son indispensables para sentirnos bien; en cambio, otras, aunque son importantes, en ciertos casos podemos prescindir de ellas. Esas características que tanto apreciamos son nuestros valores. Sin ellos nuestra vida carecería de sentido. Un valor es algo que se piensa que merece la pena, que es deseable y bueno en la vida. Sin embargo, aunque todos somos conscientes de la importancia de tener valores, unos consideran valores lo que otros no aprecian de igual forma. Nuestra libertad está orientada por valores. Estos se establecen a partir del concepto que tenemos sobre lo que es un ser humano y se desarrollan para buscar la convivencia con los otros seres humanos.

Los padres debemos respetar a los hijos con sus búsquedas, sus errores, y su singularidad.

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Así es su mundo Desde el nacimiento

Ese amor por la vida no debe ser solo por la vida propia, sino también por la de los otros. No se trata únicamente de cuidar la vida propia, hay que ir más allá: hay que respetar el proceso de crecimiento de cada individuo. Debemos respetar a cada hijo con su diversidad y con su propio ritmo de crecimiento. Por ello, los valores no se imponen, se proponen.

Otros que son importantes

Al niño hay que enseñarle a ser tolerante para aceptar las diferencias con los demás.

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siente y se sabe valioso tiene de sí mismo una buena autoestima, la cual será el piso sobre el cual construirá sus otras metas de desarrollo humano integral y diverso, y tejerá resiliencia.

¿Cuáles son esos valores que importa aprender en la vida? La cultura predominante de sociedad de consumo y los medios de comunicación nos atacan con variadísimas ofertas de características calificadas de valores: dinero, fama, poder, éxito, juventud prolongada, sexo, la búsqueda incesante del placer, competitividad. En medio de tantos valores que se nos ofrecen, algunos verdaderos, otros falsos, los padres se sienten a veces confundidos. La crianza debe construirse sobre bases firmes, sobre valores perdurables. Entre las múltiples opciones posibles, los valores básicos, que en cierto sentido abarcan todos los otros, son: vida y amor, que además deben ir unidos, es decir, el valor fundamental debe ser el amor a la vida. Nuestro hijo, sin la menor duda, es el mayor logro del amor a la vida. Para los padres y todos los acompañantes de los niños, niñas y adolescentes en la crianza, el amor, que se manifiesta en el afecto, tiene un valor incalculable, hasta el punto de afirmar que es la base y fundamento de todo el desarrollo humano. El acompañamiento en la crianza siempre ha de efectuarse en una atmósfera de amor.

No es posible mencionar todos los valores que tenemos. Además, cada familia tiene su propia escala de valores, pero debemos al menos comentar unos cuantos que son importantes en la vida diaria de todos nosotros y en la crianza de nuestros hijos. • El primero es el respeto a sí mismo. Es el primer paso para conocer y respetar a los demás. Un niño aprende a respetar si se siente respetado. Los adultos deberán demostrárselo, escuchándolo, teniendo claras las normas disciplinarias. Enseñémosle a tratar a los demás de la misma forma en que uno mismo desea ser tratado. • Debemos enseñarle a ser veraz y honesto. Es decir, a hablar y obrar con la verdad. Decir la verdad se debe inculcar en los niños desde muy temprano. Lo opuesto a la verdad es la mentira, no el error. El error es natural en el niño, la mentira no. • Debe aprender responsabilidad, que es ser digno de crédito, que es cumplir los compromisos. Este comportamiento implica que los unos podamos confiar en los otros. • El hijo debe aprender a tener una actitud positiva ante la vida, a ser optimista y alegre, a enfrentar la vida con humor. • Debemos enseñarle tolerancia. Somos diferentes, ¡qué bien que somos diferentes!

¿Dónde se aprenden? Siempre se ha asociado la familia con el aprendizaje de los valores. Se habla de ellos como ‘nociones que se aprenden desde la cuna’.


Tu aliado en alimentación complementaria.

La leche materna es el mejor alimento para el niño. Este producto solo es complementario a la leche materna después de los primeros seis (6) meses de edad del niño. Para estos productos, ver recomendaciones de edad sugerida de consumo en la etiqueta de cada producto. Suministre estos productos con taza o cuchara.


Así es su mundo Desde el nacimiento

Con seguridad, los valores importantes se hacen propios en la niñez y adolescencia y, principalmente, en el seno de la familia, por lo que se dice que los valores esenciales, como la diferencia entre obrar bien o mal, se aprenden en casa, desde las primeras experiencias. Este aprendizaje se lleva a cabo por medio del diálogo, la reflexión, el afecto, pero, primordialmente, por medio del ejemplo. A los hijos los influyen los actos y los gestos de los padres, mucho más que lo que se hable al respecto de ello: es posible que un simple fruncir de cejas de la madre en los primeros años sea más efectivo para indicarnos que algo es incorrecto que cientos de discursos. En la niñez, generalmente se aceptan las enseñanzas recibidas sin cuestionarlas. Luego, poco a poco, el niño empieza a ser crítico de esas normas. Es la adolescencia la época en la cual se cuestionan más ampliamente todos los valores recibidos en la familia para buscar valores propios, autogenerados, que van a acompañarlos posiblemente el resto de la vida: no se trata de repetir más un código exterior, se trata de hacerlo propio. El código de conducta parece que ya está prácticamente construido cuando se cumplen 20 años; luego, la reflexión y las experiencias nos llevan a estabilizar esas valoraciones, pero, para llegar allí, es necesario recorrer un camino de aprendizaje y reflexión.

¿Cómo se controla la vida? Podría pensarse que dejar que la vida fluya en libertad es dar rienda suelta a un caballo desbocado. Esto no es así: la vida no se reprime, se autocontrola. El autocontrol no es represión, es la capacidad de pensar en otras personas, de respetar los derechos de otros individuos. Es también la capacidad de pensar en mí, sin dejarme ahogar por el instante, y salvar la imagen que tengo de mí mismo y no dañar mi autoestima. Nuestro hijo progresivamente va a aprender el autocontrol.

¿Cómo se llega a unas normas de conducta propias? El camino de la formación de las normas de conducta es como una escalera: • El primer escalón es aprender qué es correcto y se hace por obediencia a la autoridad (padres y otros adultos significativos). Uno de los motores

La diferencia entre obrar bien o mal se aprende en casa. 12

principales es el deseo de evitar el castigo y construir felicidad. • En un segundo escalón, se comprende que lo correcto sirve a los intereses propios y permite a los otros conseguir los suyos; de esta manera, el ser humano se va adecuando a los sentimientos y expectativas que son comunes al grupo en el cual nació y vive. Este paso es esencial para lograr una convivencia amable. • Luego, se observa que lo correcto es lo que mantiene el orden social mediante la obediencia de la ley y el cumplimiento de los valores y deberes propios, para llegar después a comprender que la conducta correcta se define en términos de derechos y reglas básicas aceptados libremente por los individuos. • Posteriormente, se entiende que lo correcto es lo que está acorde con principios éticos y universales libremente elegidos. Muy pocas personas llegan a este último nivel. Muchos adultos se quedan en los dos primeros escalones: obedecen por miedo a la ley y la justicia. Con los hijos, nuestra labor es acompañarlos para que ellos, poco a poco, de manera voluntaria, recorran estos cuatro escalones. Lo que buscamos los padres con este aprendizaje es que nuestros hijos se conviertan en seres libres que obran bien.

Un ambiente para construir valores La familia que ha logrado crear entre sus miembros un vínculo afectivo sólido y protector es el mejor ambiente para el acompañamiento en la construcción de los valores, pues se crea una atmósfera de respeto mutuo, de padres e hijos, lo que se obtiene cuando todos en familia estamos convencidos de que cada persona es única, sin copia e irrepetible. La crianza debe ser un proceso de vida, agradable, amable en sí misma, no una árida preparación para el futuro. En este aprendizaje del sentido de la vida, la parte afectiva debe ser, incluso, más trascendental que la adquisición de conocimientos.


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La importancia de la

nutrición

en los primeros 1.000 días Por: Clara Rojas Montenegro - Nutricionista clínica infantil

Cada día tenemos un conocimiento más claro de cómo los primeros 1.000 días del bebé, es decir, el lapso que comprende desde el crecimiento fetal y la infancia hasta los 24 meses de edad, es de vital importancia tanto para el crecimiento físico como para el desarrollo cerebral óptimo, pero, de la misma forma, es un período de gran fragilidad a influencias adversas que lo puedan afectar. Este período se ha denominado como ‘ventana de oportunidad’ y es el tiempo durante el cual los niños están construyendo su crecimiento y, si la nutrición y el desarrollo son óptimos, esto puede no solo disminuir el riesgo de enfermedad en la infancia, sino, además, optimizar el desarrollo motor, cognitivo y socioemocional llevando a mejor capacidad de aprendizaje y rendimiento escolar, y, así, en la edad adulta, aumentar la capacidad de trabajo y la productividad del individuo. Podemos afirmar que la alimentación saludable para la madre durante el embarazo y la lactancia, y con leche materna exclusiva los seis primeros meses de vida con introducción oportuna y adecuada de alimentos complementarios desde el sexto mes y la formación de hábitos saludables, optimiza el crecimiento, desarrollo y salud de los niños, con ventajas para su vida. Para tener un embarazo saludable, es trascendental, desde antes de la concepción, estar en buenas condiciones de salud y nutrición. La madre, durante la gestación, debe tener buenos hábitos de alimentación, tanto en cantidad como en calidad de alimentos, y hacer suplementación con ácido fólico y otros multivitamínicos y minerales específicos para el embarazo, lo cual será orientado por el médico en la consulta de control prenatal. El estado nutricional es un factor que condiciona el curso del embarazo, ya que situaciones de malnutrición previas, dadas tanto por déficit como por exceso, pueden representar un riesgo. La desnutrición o estados de carencias nutricionales se asocian a un mayor riesgo de enfermedad para la madre y para el normal desarrollo del feto, así como el sobrepeso, la obesidad y la ganancia exagerada de peso durante el embarazo.

Después del nacimiento, durante los primeros meses de vida, la leche humana constituye el alimento ideal, insustituible, suficiente, oportuno y adecuado, para la alimentación del niño. Brinda beneficios en salud, nutrición, inmunológicos, psicológicos, en el desarrollo, sociales, económicos y ambientales. De igual importancia es la introducción adecuada y oportuna de los alimentos complementarios, a partir de los seis meses de edad, cuando la leche materna ya no es suficiente para cubrir las necesidades nutricionales del niño, puesto que, por ser un período de crecimiento y desarrollo se necesitan aportes suplementarios con otros alimentos. La alimentación complementaria representa, también, un conjunto de oportunidades para construir las bases de lo que más adelante serán los hábitos alimentarios del individuo. Debe iniciarse con la introducción progresiva entre los 6 y 7 meses de edad con diversos alimentos, como frutas, cereales, verduras amarillas y verdes, carnes rojas, pescado, pollo o vísceras. Posteriormente y de forma gradual hasta los 9 meses, se introducen leguminosas o granos, como frijol y lenteja, huevo y derivados lácteos, como queso o yogur. Debe evitarse la leche entera antes del año de edad. Inicialmente, los alimentos se ofrecen en preparaciones, como compotas o papillas y licuados gruesos, y se va incrementando su textura de forma progresiva a purés, alimentos macerados o triturados, molidos, picados y en trocitos. Debe recordarse que el período crítico de aprendizaje de la masticación se encuentra entre los 6 y 9 meses de edad, y, de no enfrentar al bebé al reto de masticar durante este lapso, es posible que se cierre esta ventana de oportunidades y, con ello, la construcción de ciertos hábitos relacionados con la masticación, tales como adquirir el gusto por diversos sabores, olores y texturas. A partir del año de edad, el niño debe participar de la alimentación familiar. En conclusión, la niñez es una etapa esencial para lograr un óptimo desarrollo físico y cognitivo, para la formación de hábitos de alimentación saludable, para disfrutar la alimentación, para alcanzar un peso saludable y para disminuir el riesgo de enfermedades crónicas en la edad adulta.


AsĂ­ es su mundo Desde el nacimiento

ÂĄNo los deje

solos!

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Así es su mundo Desde el nacimiento

Por: Ana María Gómez Campos

N En época de vacaciones ocurren más accidentes en los niños. La falta de supervisión de los adultos y los espacios inseguros aumentan los riesgos. Cómo evitarlos.

o son pocos los niños que deben permanecer solos en casa o al cuidado de sus hermanos en la temporada de vacaciones porque sus padres trabajan o no pueden dedicarles todo el tiempo. Las consecuencias van desde caídas, golpes, heridas y quemaduras, hasta intoxicaciones, que son las principales causas de la consulta de urgencias. Lo peor de todo es que muchos de estos accidentes se podrían evitar si se tomaran las medidas de seguridad a tiempo. Así lo sostiene la pediatra Olga Lucía Baquero, miembro de la mesa de prevención de accidentes de la Sociedad Colombiana de Pediatría (SCP). Y es que, según la experta, las lesiones por accidentes son motivos de consulta frecuente en los servicios de urgencias pediátricos, después de la infección respiratoria y los procesos diarreicos. Y en tiempo de vacaciones, la causa más común. Además, resulta preocupante que son más frecuentes en los menores de cinco años. Casi todas estas emergencias están relacionadas con la falta de supervisión permanente por parte de los adultos y el desconocimiento de las normas de seguridad en los diferentes espacios. De acuerdo con la pediatra, en la casa los accidentes más comunes son las caídas de altura, de todas las alturas incluyendo la propia, de sillas, de mesas, de escaleras, entre otras. “Al salir de viaje también ocurren los mismos accidentes, pero si, por ejemplo, van a un lugar con piscinas el riesgo aumenta porque generalmente las personas consideran que la seguridad solo es en el hogar y en vacaciones tienden a olvidarse de las reglas”, enfatiza.

Las caídas de altura, de mesas, sillas y escaleras, están entre los accidentes más frecuentes. ¡Prevéngalas!

Fotografías: ©2014 Shutterstock.com

Con la asesoría de la pediatra Olga Lucía Baquero Castañeda

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Así es su mundo Desde el nacimiento

Es fundamental que los adultos conozcan las normas de seguridad para la casa y para todos los espacios en los que sus hijos se desenvuelven.

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Por eso, es fundamental que los adultos conozcan las normas de seguridad para que los espacios donde los niños pasan la mayoría del tiempo no solo sean agradables, sino también seguros. Y son los padres quienes deben dar ejemplo a sus hijos en el cumplimiento de las reglas.

En casa La seguridad en el hogar es clave porque hasta con medidas extremas ocurren todo tipo de accidentes en el baño, la cocina, el garaje, etc. La curiosidad del niño y su afán por descubrir también son factores de riesgo y si los adultos no están pendientes, pues mucho peor.

En la casa, los peligros más comunes son el fuego y las quemaduras, la sofocación, los ahogamientos en el agua y por ingerir objetos, las caídas, los envenenamientos y, en algunos casos, hasta las armas de fuego. De acuerdo con los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (Centers for Disease Control and Prevention, CDC), la mayoría de los accidentes sucede donde existe: agua (en la cocina, en el baño, en las piscinas o en las bañeras), calor o llamas (en la cocina o en las parrillas de los asados), tóxicos (debajo del lavaplatos de la cocina, en el gabinete de las medicinas, en el garaje, en el cuarto de jardinería), y posibilidad de caídas (en las escaleras, pisos resbalosos o desde ventanas muy altas). De igual forma, hay elementos que pueden poner en peligro la vida de adultos y menores de edad: tapetes no asegurados, ventanas abiertas, productos tóxicos envasados en botellas de gaseosa o jugo, y conexiones eléctricas. Por eso, es clave identificar todos los riesgos y cerciorarse de controlarlos. De acuerdo con cifras de la Secretaría Distrital de Salud de Bogotá, en el 2013 se atendieron 4.830 incidentes de accidentes caseros: el


Así es su mundo Desde el nacimiento

70% ocurrió en la cocina, el 19% en el baño y el 11% correspondió a caídas en pisos mojados, escaleras o tapetes sin asegurar. Estos últimos son muy frecuentes en menores de cuatro años. Si los padres tienen que trabajar y no hay un adulto que se quede en el hogar para cuidar a los niños, existen los jardines que permiten que estos últimos se encuentren en espacios seguros y no en riesgo de sufrir accidentes por la falta de supervisión, aconseja la pediatra. En algunos ba-

rrios también se cuenta con ayudas comunitarias para tener salones de tareas en las horas que los niños ya no están en el colegio. Supervisar a los niños es siempre el mejor remedio para mantenerlos seguros, dentro y fuera de la casa. Los padres deben recordar que a pesar de extremar las medidas, los niños tienden a explorar su entorno y en un instante un descuido puede ser fatal. Y la lección no es solo para la temporada de vacaciones.

Piscinas, capítulo aparte

Si bien las actividades en el agua favorecen el desarrollo de habilidades motrices y deportivas en los niños, también pueden convertirse en las más peligrosas si no cuentan con las medidas de seguridad necesarias y, la verdad, poco importa si el niño sabe nadar o no. Según la pediatra Olga Lucía Baquero, en la Ley 1209 del 2008 quedaron registradas todas las normas que se deben hacer cumplir para que las piscinas sean espacios seguros para los niños, entre ellas, la instalación de dispositivos especiales, letreros de advertencia y presencia de personal salvavidas. En caso de una emergencia, siempre debe haber alguien que sepa de reanimación cardiopulmonar. “En un accidente por ahogamiento se puede perder la vida y a esto se le conoce como ahogamiento, el cuasiahogamiento se presenta con secuelas neurológicas posteriores o sin secuelas”, comenta la especialista. Un niño pierde la conciencia luego de estar sumergido por dos minutos y ocurren daños irreversibles en su cerebro a partir de los 4 a 6 minutos. En Colombia, la asfixia por inmersión es la primera causa de muerte accidental en niños menores de cuatro años. La mortalidad por ahogamiento ha llegado a casi 400 casos al año, en niños de 0 a 14 años.

Accidentes comunes Según la Secretaría Distrital de Salud de Bogotá, estos son los accidentes más comunes: • Caídas de altura: en su mayoría son de escaleras, balcones, terrazas, sillas y superficies resbalosas. • Golpes con objetos contundentes: corresponden a objetos pesados que caen o con los cuales se presentan tropiezos, pero ¡ojo!, porque en muchas ocasiones se trata de casos de maltrato infantil reportados como accidentes. • Heridas con objetos cortopunzantes: cuchillos, cuchillas, bisturís o tijeras. • Quemaduras: en su mayoría por líquidos y vapores hirvientes, fogones, fósforos, encendedores y quemaduras con plancha. • Intoxicaciones: por ingerir raticidas, medicamentos o insumos de aseo, que son dejados al alcance de los niños.

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Así es su mundo Desde el nacimiento

Consejos claves Para minimizar el riesgo de un accidente en casa: • Utilice antideslizantes para pisos, alfombras y duchas. • Ponga barandas en escaleras, balcones, terrazas y ventanas. • No permita que los niños y niñas jueguen sobre sillas, mesas o muebles. • Fije firmemente a la pared estanterías y repisas. • No deje armarios o cajones abiertos. • Cubra las puntas de las mesas. • No deje al alcance de los niños elementos cortopunzantes. • Ubique en los cajones las herramientas, cuchillos y tijeras con las puntas hacia adentro. • Dirija los mangos de las sartenes hacia el interior de la estufa para evitar que los niños los alcancen. • Aleje a los niños de la zona de planchar. • No permita que jueguen con fósforos o velas. • Revise muy bien la temperatura del agua antes de bañarlos.

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• Cierre los conductos del gas y evite dejar la gasolina o líquidos inflamables al alcance. • Coloque protectores o cubra con cinta los tomacorrientes. • Guarde los medicamentos en los envases originales y fuera del alcance de los niños. • No deje al alcance de los niños bebidas alcohólicas ni cigarrillos. • Ubique en un lugar seguro los productos tóxicos como blanqueadores, pinturas, pegantes y venenos. • No permita que los niños jueguen con bolsas plásticas. • Evite que se metan objetos extraños a la boca: bombas, globos, lápices o canicas. • No deje jugar solo a su hijo con baldes o platones, o jugar en albercas o piscinas. • Evite que los menores de tres años consuman frutos secos como: maní, nueces o frutas con pepa.



Así es su mundo

De 6 a 12 años

Cómo disciplinar:

consecuencias naturales y lógicas Desde pequeño el niño tiene la capacidad de darse cuenta de las consecuencias de sus actos. Los padres deben poner límites y normas sin recurrir al castigo físico.

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Así es su mundo

De 6 a 12 años

Una vida mejor está al alcance de todos. Solo debemos tener el valor de amar, de ser creativos, con el suficiente sentido del humor y voluntad para que todo sea posible. Quizás sea la maravillosa herencia que están esperando nuestros hijos.

Por: Diana Patricia Palacio Posada

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no de los resultados que más esperan los padres en la crianza es que los hijos sean obedientes. La obediencia es el resultado de la disciplina, la cual se busca afanosamente por medio de normas. Este deseo de los cuidadores de niños se manifiesta gráficamente en la expresión: “Yo no quiero que mi hijo tenga mal comportamiento, yo quiero que siempre tenga buen comportamiento”. A medida que los niños crecen aprenden a cooperar con los adultos y los padres pueden demostrar confianza y ayudar a construir la de sus hijos si encuentran formas efectivas de disciplinar. Así guiarán a los niños para aprender a vivir con otros y a manejar su propio comportamiento, estableciendo límites y comunicándoles lo que se espera de ellos. Los niños de seis a doce años deben aprender a tomar decisiones y a hacerse responsables de sus propios comportamientos. Esta es la manera de construir la disciplina. Al seleccionar el método apropiado para disciplinar es necesario que se tenga en cuenta el nivel de desarrollo del niño y del adolescente, así como la edad y las características individuales, pues los hijos son distintos y, por consiguiente, las consecuencias que funcionan con uno puede que no funcionen con otro. Por eso, es necesario que los padres

conozcan muy bien a cada hijo con sus cualidades y defectos, sus habilidades y limitaciones. Una de las finalidades de la crianza es que los niños y adolescentes se disciplinen mediante normas para que sean obedientes. La norma, que pone límites, es la regla que se debe seguir o aquello a lo que se deben ajustar las conductas, tareas, actividades. No se debe pretender normatizar toda la vida de niños y adolescentes: las reglas se deben fijar para asuntos en los que los niños o adolescentes tengan que controlar sus impulsos para no dañarse o no incomodar o dañar a los demás. En el niño de seis a doce años las normas, ahora más acordadas que impuestas, se incorporan con cooperación y la obediencia es comprometida, esto es, con disposición del niño para obedecer conscientemente, lo que es la base para que más adelante la regla sea un estilo de vida; se cumple la norma por convicción independientemente de que haya alguien vigilando: no se prende el televisor en horas no acordadas a pesar de que los padres no estén en la casa. El mejor método para facilitar esta incorporación, como todo el desarrollo del niño, es el juego. Desde pequeño el niño tiene la capacidad de darse cuenta de las consecuencias de sus actos, con lo cual aprenderá a controlarse, de tal modo que si la consecuencia es agradable repetirá el

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Licenciada en Educación Preescolar Orientadora familiar

El niño, desde pequeño, tiene la capacidad de medir las consecuencias de sus actos.

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Así es su mundo

De 6 a 12 años

La función de los padres no es arreglarles la vida a sus hijos, sino darles las herramientas para afrontar las situaciones que se les presenten.

comportamiento, pero si es molesta, no lo repetirá. De lo anterior se deduce el gran daño que se le hace a un hijo con la sobreprotección para que no conozca los efectos de sus acciones.

Castigo: ¿sí o no? Uno de los métodos útiles para disciplinar sin recurrir al castigo físico es la aplicación de las normas en el contexto de las consecuencias naturales y las consecuencias lógicas de los comportamientos. Una consecuencia natural es cualquier efecto que ocurra naturalmente, sin la interferencia del adulto. Con las consecuencias naturales se pretende que los niños y adolescentes sean conscientes de cómo sus comportamientos los afectan. Cuando la consecuencia es incómoda para el niño es necesario hacerse a un lado. Una excelente manera de fortalecer la personalidad es permitir pequeñas dosis de frustración. Los padres le temen a cualquier experiencia negativa que puedan tener los hijos y suelen dedicarse a solucionar cuanto problema, tristeza o dificultad afrontan. La función no es darles la solución para que

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arreglen su vida, sino prepararlos y permitirles que sean ellos mismos quienes afronten las consecuencias de sus actos, porque de grandes afrontarán muchas más y si de niños no lo hicieron, no sabrán cómo manejarlas. Las consecuencias naturales ayudan a formar el carácter de los niños y adolescentes. Gracias a ellas aprenden a ser flexibles y a adaptarse a situaciones cuando otras no les funcionan; se vuelven perseverantes y no se dan por vencidos cuando las cosas no salen como ellos quieren. Las consecuencias naturales producen un aprendizaje directo y más rápido en el comportamiento de un niño que cualquier amenaza o castigo: si el niño no se duerme temprano va a estar cansado a la mañana siguiente, si pierde su juguete no tendrá con qué jugar, si no come va a tener las molestias del hambre. Muchos comportamientos no tienen una consecuencia natural o esta no es suficiente, por lo cual se deben aplicar las consecuencias lógicas del comportamiento, que requieren la intervención de otros (adultos o niños en la casa o en la escuela). Con las consecuencias lógicas, que resultan de actuar en contra de las reglas de cooperación social, se pretende que los niños y adolescentes sean


Así es su mundo

conscientes de cómo sus comportamientos afectan a otro: si un niño le pega a otro niño a este le va a doler, si le esconde su sacapuntas este no tendrá con qué sacarle punta a sus lápices, si le riega la sopa este quedará con hambre. Al aplicar el método de consecuencias lógicas se pretende que el niño modifique un comportamiento que se ha calificado como malo, por lo que deben ser relacionadas, respetuosas y razonables con el comportamiento que se pretende modificar. Si se olvida alguna de estas características en el empleo de las consecuencias se puede generar en el niño resentimiento: “No se puede confiar en los adultos”, revanchismo: “Ya me vengaré”, rebeldía: “Haré todo lo contrario de lo que me ordenan”, y retraimiento, manifestado como astucia: “No me volverán a pillar”, o baja autoestima: “Soy mala persona”. Es muy común que los adultos conviertan una consecuencia natural en una consecuencia lógica: “Si no te bañas vas a oler muy maluco y yo voy a quedar muy mal como mamá”. Esta actitud que pretende quitar un mal comportamiento es un chantaje inadmisible en la crianza. Es preferible utilizar la paciencia y el afecto hasta que el niño aprenda a bañarse al ritmo de la familia.

¿Cuándo? Las consecuencias naturales y lógicas se deben usar cuando producen incomodidades, pero no son prácticas en ciertos momentos: • Cuando el niño está en peligro: pretender que no juegue en la calle experimentando los daños de jugar en una calle con mucho tráfico.

• Cuando el comportamiento interfiere con los derechos de los demás: pretender que deje de agredir con piedras experimentando lo que ocurre al tirar piedras a otra persona. • Cuando los resultados de un comportamiento no son problemas para el niño: pretender que se lave los dientes porque si no se los lava le dará caries. La aplicación de una consecuencia lógica es más efectiva cuando el niño ha participado en su definición. Hay condiciones para aplicar consecuencias lógicas: • Separar la acción de la persona: la consecuencia tiene que ver con un comportamiento, no con el niño: “No saldrás a montar en bicicleta porque tu cuarto está muy desordenado”, es mejor que: “No saldrás a montar en bicicleta porque eres un desordenado”. • Ser constantes y congruentes: cuando un día se aplica una con-

De 6 a 12 años

secuencia y al otro día no, el niño se confunde. • Aplicarlas en el momento: “Espera a que venga tu papá de ese viaje”, probablemente no le permitirá aprender de ellas, pues no recordará lo que pasó en su mal comportamiento. En este caso es mejor aplicar la consecuencia de inmediato. • Que la consecuencia sea proporcional al hecho: “Ya que ensuciaste el piso con tus zapatos embarrados, tendrás que ayudar a limpiarlo”, es mejor que: “Ya que ensuciaste el piso con tus zapatos

Al corregir a los niños, hay que hablar lo menos posible, evitar las amenazas y la cantaleta. 23


Así es su mundo

De 6 a 12 años

Recomendaciones

embarrados, no saldrás al parque en las dos próximas semanas”. • Que la consecuencia no cause dolor al niño: “Como llegaste más tarde de lo previsto de tu partido de fútbol, no irás al paseo de fin de año del colegio”, no es un buen método para que llegue a la hora acordada, pues es algo desproporcionado que causa mucho dolor. En los casos en los que no haya concertación previa es necesario discutir las consecuencias, permitiéndole al niño sugerirlas: “Ya que perdiste el balón de tu hermano, ¿qué propones para reponerlo?”. Cuando en un grupo de niños ocurre un mal comportamiento no se deben buscar culpables: “Dañaron el jardín con el balón, ¿qué van a hacer para arreglarlo?”. En la aplicación de las consecuencias es necesario ser flexibles y dar las opciones posibles, que las escoge el niño, pero hay situaciones en que no se pueden dar opciones y darlas solo causaría problemas, como por ejemplo: es hora de acostarse, si el niño se rehúsa, se deben ofrecer alternativas: “¿Quieres hacerlo solo o que te cargue?”, y simplemente actuar.

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En la aplicación de las consecuencias no se debe mostrar rabia ni mal humor, pues la consecuencia se convierte en un castigo. Los padres deben demostrar respeto por sí mismos y por el niño, así como combinar la firmeza y el cariño. La disciplina debe ser un proyecto a largo plazo. Los padres deben aceptar que el niño necesita aprender de ellos, de ahí la necesidad que tienen de esforzarse en dar buen ejemplo y portarse como desean que se comporten sus hijos. Para este proyecto, en la casa se debe crear un ambiente agradable, en el que haya muchas cosas para hacer, lo cual previene los malos comportamientos. Con los niños de seis a doce años es muy útil jugar con frecuencia el juego de las consecuencias: ‘¿qué pasaría si...?’, para inventar efectos posibles de ciertos comportamientos imaginarios. Otra manera de favorecer el proyecto de disciplinar niños y adolescentes es la de pasar tiempo de buena calidad con ellos diariamente, pues así se ayuda a la buena relación con los padres, y se puede prevenir el mal comportamiento.

• Sean conscientes de la necesidad de que las normas para su hijo sean razonables y claras. • Cuando fijen las normas, de manera concertada con su hijo, fijen las consecuencias de no cumplirlas. • Presenten a su hijo la opción de manera respetuosa: tú puedes o no puedes, tú eliges, usando un tono amistoso de seguridad y confianza. • No muestren mal humor al definir las consecuencias. • Explíquenle a su hijo las razones por las cuales debe haber una consecuencia, dándole a entender en qué se perjudica él o en qué perjudica a otros su mal comportamiento. • Pasen tiempo de buena calidad con su hijo diariamente. • Traten de controlar la situación, no a su hijo. • Sancionen la falta de su hijo, no la persona. • Procuren que su hijo aprenda de sus acciones. • No cedan en la aplicación de una consecuencia concertada previamente por más que su hijo ruegue.


Información institucional

LA SCP moviliza a cientos de colombianos

en protesta por los niños víctimas del conflicto armado

El pasado miércoles 21 de mayo, la SCP convocó a una movilización nacional en redes sociales al enterarse del suceso en el cual dos niños, Luis Sebastián Preciado (13 años) y Ángelo Cabezas Pierre (14 años), murieron víctimas de unos explosivos arrojados a un grupo de policías en el corregimiento de Chilvi, cerca al casco urbano de Tumaco. Esta terrible tragedia pasó desapercibida. Lastimosamente, los colombianos, en medio del actual ajetreo noticioso, nos hemos olvidado que este grave hecho es condenable en sí, y es apenas una muestra de una problemática honda y compleja: los niños víctimas del conflicto armado. Según algunas estadísticas, en 28 de los 32 departamentos del país y en Bogotá, se involucra a los niños en el conflicto armado. Unos 10.000 niños han sido reclutados por diferentes grupos ilegales y 21.373 niños han sido víctimas del desplazamiento forzado. En este contexto, y en modo de protesta contra los actores armados ilegales y en solidaridad con todos los niños de Colombia, la Sociedad Colombiana de Pediatría, integrada por profesionales que a lo largo y ancho del país socorren a los niños afectados por el conflicto armado, convocó a una manifestación digital para decirles a quienes violan los derechos de los niños y niñas que los saquen de sus actividades. De esta manera, la SCP invitó a todos los pediatras, médicos generales, profesionales de la salud, periodistas, líderes de opinión y usuarios de las redes sociales del mundo a que siguieran el hashtag #Delutopornuestrosniños, a que se tomarán una foto y la colgaran en su Instagram, Facebook o Twitter, con un mensaje relativo a la campaña, para así iniciar una acción y cadena efectiva de mensajes para sacar a los niños del conflicto colombiano. Colombia participó activamente y se manifestó. Agradecemos a cada uno de los que nos acompañaron, apoyaron y colaboraron en esta iniciativa y dieron su voz en contra.

¡No más niños en la guerra!

Doctor Nicolás Ramos, presidente SCP


Entorno

Los niĂąos y

s a e r a las t En su justa medida, y si son adecuadas para la edad y el conocimiento del niĂąo, las tareas escolares refuerzan el aprendizaje y la autonomĂ­a.

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Entorno

Por: Mariana Duque Yepes Residente de Pediatría Universidad de Antioquia

Objetivos Las tareas escolares son un medio para evaluar la efectividad de la enseñanza, identificar las dificultades particulares de los alumnos, y además para el desarrollo integral del estudiante. Algunos de sus objetivos son:

• Fomentar la autonomía: las tareas deben ser realizadas por los estudiantes, con la mínima participación de los adultos, para que aprendan a tomar decisiones y a asumir sus consecuencias. • Estimular la creatividad: en el momento de desarrollar una tarea deberán planear cómo la van a realizar: investigar, buscar los materiales necesarios, de esta manera se estimulan la creatividad y la curiosidad. • Reforzar conocimientos: a través de las tareas se profundiza sobre un tema dado en clase para una mejor comprensión. • Desarrollar aptitudes y habilidades: las tareas deben ser asignadas según la edad y el desarrollo del estudiante, de esta forma se estimulan aquellas habilidades que están en proceso de adquisición. Algunas como pintar, recortar, escribir, y resumir, apoyarán su proceso educativo y el desarrollo de habilidades para un futuro. • Ayudar a construir y reconstruir la autoestima y la felicidad: es muy satisfactorio para los estudiantes ver el resultado de su trabajo; se sienten orgullosos y felices, pero esto se cumple siempre y cuando las tareas asignadas correspondan a la edad del estudiante. • Crear hábitos: con la realización de las tareas se busca crear hábitos de escritura, lectura, e investigación, fundamentales durante todo su proceso de educación desde la niñez a

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as tareas escolares han cambiado a través de la historia. Antes del siglo XIX no se hablaba de ellas, por lo que se cree que se desarrollaban de acuerdo con la cultura y metodología de aprendizaje del momento. En un principio se imponían como una forma de castigo, equiparable con el físico. En la década de los setenta se empieza a cuestionar esta metodología pedagógica, que estaba basada en actividades de memorización. Luego, durante los ochenta se empieza a dar importancia a las tareas y se visualizan como una posibilidad de crear una sociedad académicamente competente. Posteriormente, se orientan como un medio para el desarrollo de la autonomía, aprendizaje y adquisición de hábitos que tendrán un impacto positivo en la vida del menor. Antes del siglo XIX pocos niños asistían a la escuela, en ocasiones lo hacían de manera esporádica, y algunos llegaban solo hasta el quinto grado. Con el progreso de la pedagogía, a mediados del siglo XX la metodología de estudio empieza a cambiar y se asemeja a la de la actualidad, donde han perdido importancia las actividades de memorización y las tareas se convierten en un recurso educativo que estimula el aprendizaje y complementa las actividades de una clase. Una de las problemáticas del siglo XXI es la poca motivación de los estudiantes debido a que las tareas se han convertido en una sobrecarga de trabajo para el alumno, bajo la falsa creencia de que entre más tareas le asignen, mejor estudiante será.

Existe la falsa creencia de que entre más tareas se dejen, mejores estudiantes se formarán.

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Entorno

Errores comunes Algunos errores frecuentes son: • Repetición de actividades desarrolladas en el salón de clase. • Tareas excesivas y extensas. • No implican retos, ni despiertan entusiasmo en los estudiantes. • Son planteadas solo para cumplir el cronograma. • Son un mecanismo de sanción para la clase por mal comportamiento. • No son claras. • No están acordes al nivel de desarrollo del estudiante y requieren ayuda de una persona mayor.

Ambiente ideal

Las tareas deben ser capaces de generar entusiasmo, en vez de convertirse en un castigo.

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la adultez. En la medida en que los niños las vayan incorporando de manera gradual, estas actividades harán parte de su vida cotidiana y no generarán dificultades. » Impulsar la capacidad de trabajo en equipo. » Promover la participación de la familia en el proceso de aprendizaje de sus hijos y el diálogo entre familias y profesores.

Características Para que las tareas cumplan con los objetivos mencionados, deberían tener las siguientes características: • Ser pedagógicas, que el docente tenga una intención clara respecto al objetivo de la tarea. • Deben ser cortas, de tal modo que el estudiante no tenga que cumplir casi doble jornada de trabajo escolar, sin dejarle tiempo para jugar, estar en familia y con sus amigos. • La tarea debe ser comprendida por el estudiante. • Deben estimular el pensamiento. • Deben ser variadas. • Deberán promover el desarrollo de destrezas, intereses y necesidades de los estudiantes. • No deben reemplazar las clases. • Deben ser adecuadas, en cuanto a la dificultad según la edad y estado de desarrollo del estudiante.

Para la realización de las tareas se debe contar con ciertas condiciones: • Ambiente físico: idealmente en un sitio tranquilo, como la biblioteca o salón de estudios. Si no se dispone de estos, usar el comedor o la habitación, pero preferiblemente siempre el mismo lugar; alejado del teléfono, el televisor, otros medios electrónicos o la puerta. Un espacio donde haya la menor distracción y ruido posibles, en el que se disponga de los elementos mínimos necesarios (sacapuntas, lápices, papel, textos de estudio, borrador). En el lugar de estudio se debe tener una mesa o escritorio con un asiento cómodo, con espaldar apropiado para su altura. El sitio debe ser bien ventilado e iluminado. • Ambiente emocional: es necesario un ambiente de tranquilidad, sin presiones, en el que los adultos respeten cada momento, tanto el del juego como el del estudio, evitando interrumpir esta actividad. Es fundamental resaltar que los adultos no tienen que hacer las tareas con sus hijos, pues muchos se sientan a ayudarles y terminan haciéndoles las tareas, lo que genera sobreprotección y sentimiento de dependencia en el menor. Los padres deben evitar promover un inapropiado sentido de competencia, se recomienda no usar frases como: “Tienes que ser el mejor de la clase, así como lo fui yo”.


Entorno

La función de los adultos en las tareas escolares, además de facilitar el ambiente propicio para el estudio, es la de acompañar con afecto y respeto a los niños, niñas y adolescentes en esta labor. Es importante que el niño sepa que cuando tenga una dificultad puede contar con el adulto. Hacer correcciones con sarcasmos, ironías o sermones, solo consigue frustraciones a su esfuerzo y duros golpes a la autoestima. Cuando los adultos son autoritarios o sobreprotectores, o relacionan el estudio con el criterio de premio y castigo, entorpecen el normal crecimiento intelectual y solo consiguen que el estudio y las tareas se asuman como algo tedioso y aburridor. Es fundamental involucrar las tareas escolares y los asuntos de estudio en las conversaciones diarias de la familia, así como relacionarlos con las noticias o artículos de prensa o programas de televisión. Así se verá que lo que se hace y estudia es valioso e importante. Nunca se deben utilizar las tareas escolares o el estudio como castigo. No se debe premiar por hacer bien las tareas escolares en la casa. Cuando esto ocurra, se debe estimular con expresiones como: “Me siento muy orgulloso de ser tu padre”. Cuando los niños se niegan a hacer las tareas escolares no se debería recurrir al castigo, sino que se debería analizar, siempre en compañía de los maestros, cual es la razón de la negativa y, de común acuerdo, buscar la solución. • Manejo del tiempo: se debe establecer un horario fijo, pero no muy intenso. Se podría intercalar el tiempo de estudio con momentos de juego, entretención o descanso. El tiempo recomendado para la realización de tareas es: » Niños de 1-2 años: 15 minutos diarios.

» Preescolares (3-6 años): 45 minutos diarios. » Escolares (6-12 años): 1-2 horas diarias.

Controversia El tema de las tareas escolares ha generado controversia. Quienes están a favor de la realización de tareas en casa, consideran que permiten lograr los objetivos mencionados, haciendo énfasis en la necesidad de que respondan a una exigencia académica clara, acorde con la edad y habilidades del estudiante, que despierten su interés, y que el estudiante pueda integrar los conocimientos adquiridos. Por otro lado, quienes están en contra consideran que las tareas tienen poca utilidad, pues la mayoría de las veces son hechas con ayuda de los padres, y además implican una mayor carga académica para un estudiante que ha tenido una larga jornada escolar, a lo que agregan que los docentes dedican poco tiempo a la revisión. Debido a estas críticas, la recomendación es que las tareas sean realizadas en la institución con la orientación del docente.

Deber de todos Las tareas escolares han estado presentes durante todo el proceso educativo de los niños y adolescentes; sin embargo, se ha vivido un cambio drástico en el concepto de las tareas escolares a través de la historia: inicialmente concebidas como un castigo y hoy en día aceptadas como una metodología pedagógica con fines claramente establecidos y altamente positivos, que tienen como fin último lograr un desarrollo integral y crear estudiantes competentes. Garantizar la adecuada asignación de las tareas escolares es papel de todos los miembros de la sociedad, desde los maestros hasta los padres y familiares, pues todos somos partícipes del proceso educativo de los niños.

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Opinan los expertos

Infecciones

comunes de la niñez

Impétigo El impétigo es una infección de la piel que puede esparcirse rápidamente. Otras personas también pueden contagiarse al tocar la piel infectada. Esta infección la provoca el estreptococo o estafilococo. Es más común en climas cálidos y suele aparecer en la cara, pero se puede presentar en cualquier parte del cuerpo. Signos y síntomas: el impétigo luce como una erupción con ampollas amarillentas, supurantes o costrosas. Tratamiento: la mayoría de los casos de impétigo se pueden tratar con un antibiótico. El antibiótico se toma por vía oral o se aplica en la piel en forma de pomada. Llame al pediatra si la piel que rodea las ampollas se enrojece o demuestra vetas rojas, si el niño desarrolla fiebre o si su orina luce roja o de color café.

Conjuntivitis La conjuntivitis es una inflamación del tejido que recubre la parte blanca del ojo y el interior de los párpados. Puede afectar a uno o ambos ojos. Hay distintos tipos de conjuntivitis, tales como bacteriana, viral, alérgica o química (por ejemplo, debido al cloro de una piscina). Las infecciones bacterianas y virales son contagiosas y se pueden difundir fácilmente en las escuelas o guarderías. Signos y síntomas: cuando un niño tiene conjuntivitis, uno o ambos ojos se presentan con lagrimeo, comezón y enrojecimiento. La parte inferior de los párpados pueden estar irritada y puede tener una supuración blanquecina en uno o ambos ojos. Tratamiento: el pediatra podría recetar gotas o pomada antibiótica si se trata de una infección bacteriana. Cerciórese de usar toda la medicina para evitar que la infección se repita. Una compresa caliente sobre los ojos del niño también podría brindarle alivio. Llame al pediatra si su hijo tiene irritación o dolor en los ojos, junto con fiebre alta, aletargamiento, o hinchazón o enrojecimiento más severo alrededor de los ojos. Estos síntomas

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Opinan los expertos

podrían ser signos de una infección más seria. Puesto que no todas las conjuntivitis son contagiosas, el pediatra le indicará si el niño puede seguir asistiendo a la escuela o guardería.

La neumonía es una infección de los pulmones. Suele presentarse algunos días después de un resfriado. La mayoría de los casos de neumonía son leves. Esta enfermedad puede ser provocada por virus o bacterias. Signos y síntomas: los signos varían según la causa y severidad de la enfermedad. Un niño podría tener tos, fiebre baja, pérdida del apetito y disminución de la energía. Si se le desarrolla uno de los tipos más severos de neumonía, el niño podría sufrir de temblores repentinos, padecer de fiebre alta (102,5 ºF), tener dolor de pecho y respirar con dificultad y rapidez. Es posible que la tos no aparezca, sino hasta más adelante. Tal vez el pediatra ordene radiografías para verificar que la neumonía es la causa de los síntomas. Tratamiento: la mayor parte de los casos de neumonía se pueden tratar de modo seguro en la casa. La fiebre provocada por la neumonía de tipo viral se puede tratar con acetaminofén o ibuprofeno. Si hay sibilancias, un broncodilatador podrá ser útil. La neumonía bacteriana tiende a presentar síntomas más severos y se trata con antibióticos. Llame al pediatra si los síntomas de su hijo son severos o si el niño es muy pequeño. Es posible que necesite llevarlo al hospital para recibir tratamiento.

Sinusitis Cuando un niño tiene un resfriado, los senos nasales que rodean la nariz a menudo se congestionan e inflaman. También pueden llenarse de fluido que, a su vez, se puede infectar con bacteria. Cuando esto ocurre, su hijo tiene una infección de los senos paranasales. La sinusitis suele desarrollarse después de que su hijo ha tenido un resfriado durante un período mínimo de 10 a 14 días.

Signos y síntomas • Secreciones nasales por más de 10 días luego de un resfriado. • Fiebre. • Una tos que dura más de 14 días luego de un resfriado. • Dolor al tocarse la cara. • Dolor de cabeza. Tratamiento: la sinusitis que viene con un resfriado suele desaparecer sola. También se pueden recetar antibióticos. Los tratamientos caseros, tales como las duchas de vapor, colocar un humidificador en la habitación del niño y el uso de rociadores nasales de solución salina, pueden ayudar a despejar los senos nasales. Llame al pediatra si los síntomas del niño no mejoran al cabo de 3 o 4 días de tratamiento, si su hijo tiene un dolor muy fuerte de cabeza o en la cara, o si le da fiebre de manera repentina.

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Neumonía

La mayor parte de los casos de neumonía se puede tratar en casa. Si hay sibilancias podría ser útil un broncodilatador.

Infección de garganta por estreptococo Este tipo de infección suele desarrollarse en niños mayores de tres años y se debe a la bacteria del estreptococo. Signos y síntomas: esta infección provoca dolor de garganta, fiebre e inflamación de las glándulas del cuello. (Si también se presenta una erupción en el cuerpo que se siente

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Opinan los expertos

Orzuelo

Para reducir el riesgo de deshidratación, no tarde en llamar al pediatra si el niño tiene vómito o una diarrea que persiste.

como papel de lija al tacto, la condición se llama fiebre escarlatina). Puesto que muchos virus pueden causar los mismos síntomas que el estreptococo, el pediatra deberá hacer un examen de estreptococo. Para tal fin, realizará la prueba rápida y, posiblemente, solicitará un cultivo. Tratamiento: puesto que esta infección puede desencadenar en fiebre reumática, se deberá tratar con antibióticos. Al cabo de las 24 a 36 horas del comienzo del tratamiento con antibióticos, la enfermedad ya no será contagiosa y el niño empezará a sentirse mejor. Recuerde que debe darle toda la medicina. Si usted suspende el tratamiento antes de tiempo, la infección puede reanudarse y surgir problemas. Llame al pediatra si la fiebre del niño reaparece o si le cuesta trabajo respirar.

El orzuelo es una infección en una glándula del párpado. Los orzuelos no son muy contagiosos. Una vez que su hijo haya tenido un orzuelo, será más propenso a contraer otro. Signos y síntomas: los signos más comunes de un orzuelo son dolor, inflamación y enrojecimiento en el párpado. Tratamiento: para aliviar el dolor y la molestia de un orzuelo, coloque una compresa caliente sobre el párpado 3 a 4 veces al día hasta que los signos de infección desaparezcan. Llame al pediatra si el tratamiento de compresas calientes no surte efecto. Es posible que se le recete una pomada antibiótica. En algunos casos, el pediatra podría referir al niño a un oftalmólogo para erradicar el orzuelo quirúrgicamente.

Infecciones de las vías urinarias Las infecciones de las vías urinarias pueden presentarse desde la infancia hasta la adolescencia. Este tipo de infección que se ve en el riñón o la vejiga se debe a bacterias. Para definir su causa, suelen necesitarse radiografías y otros exámenes médicos, incluyendo chequeo de orina. Signos y síntomas: un niño que padece de una infección de las vías urinarias frecuentemente y con dolor, en algunas ocasiones, tendrá fiebre, vómitos, dolor de estómago y dolor de espalda. En los niños pequeños, la fiebre o la irritabilidad pueden ser la única pista. Tratamiento: las infecciones de las vías urinarias se tratan con antibióticos. Cerciórese de darle al niño toda la medicina para evitar que la infección se repita. Llame al pediatra si la orina del niño luce color rosada, roja o café, o si el pequeño tiene fiebre o dolor fuerte en la espalda.

Vómito y diarrea Estas enfermedades suelen deberse a virus que infectan los intestinos, pero a veces se deben a bacterias. Por

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lo general, duran de 1 a 2 días, pero, en algunos casos, pueden persistir hasta una semana. Signos y síntomas • Deposiciones frecuentes e incontrolables de consistencia aguada. • Vómitos. • Dolor de estómago, cólicos. Tratamiento: si su hijo está vomitando, el pediatra podrá indicarle que no le dé comida ni líquidos por unas cuantas horas. Después podrá darle pequeños sorbos de líquidos claros, seguidos por alimentos fáciles de digerir. Esto ayudará a prevenir más vómitos, lo que puede conducir a la deshidratación. A los niños menores de dos años, no se les deben administrar medicinas para la diarrea a menos que el pediatra esté de acuerdo. Llame al pediatra si su hijo tiene cualquiera de estos signos de deshidratación: • No tiene lágrimas. • El pañal está seco o no orina durante seis horas. • Boca, piel o labios secos. • Ojos hundidos. • Disminución de la vivacidad. • Reducción de la energía o actividad. • Hundimiento de la zona blanda de la cabeza (en los infantes). La mayoría de los casos de deshidratación se pueden tratar dándole al niño líquido. Sin embargo, si la deshidratación es severa, el niño podría necesitar soluciones especiales vía oral o mediante una sonda intravenosa.

Recuerde Si su hijo contrae cualquiera de estas enfermedades o infecciones, llame al pediatra. Más importante aún, si la enfermedad o infección no desaparece o parece empeorar, llame al pediatra.

¿Cómo puedo hacer para que mi hijo se sienta mejor?

No hay una ‘cura’ para las infecciones provocadas por virus, pero hay cosas que usted puede hacer para ayudar a su hijo a sentirse mejor hasta el que virus termine su ciclo. Las siguientes recomendaciones le dicen cómo puede aliviar los síntomas de su pequeño: Para disminuir la congestión nasal

• Aligere la mucosidad con gotas nasales de solución salina. Pre-

gunte al pediatra cuáles debe usar. Nunca utilice gotas nasales sin receta médica que contengan cualquier medicina.

• Despeje la nariz de su bebé con una perilla succionadora.

Apriete la perilla primero y después, con delicadeza, coloque la punta de goma en una fosa nasal y libere lentamente la perilla. Esta succión aspirará la mucosidad atascada en la nariz. Esto resulta más efectivo en bebés menores de seis meses.

• Utilice un humidificador de vapor frío en la alcoba del niño. Esto ayuda a crear humedad en el aire y a despejar sus fosas nasales. No olvide limpiar el humidificador con frecuencia.

Para reducir la fiebre

• Dele al niño acetaminofén o ibuprofeno. Pídale al pediatra la dosis correcta para la edad y el tamaño de su hijo. No le dé aspirina al niño, puesto que este medicamento ha sido asociado al síndrome de Reye, una enfermedad que afecta el hígado y el cerebro. Consulte con el pediatra antes de darle cualquier otra medicina contra el resfriado.

Para evitar la deshidratación

• Cerciórese de darle a su hijo muchos líquidos. Es posible que el pequeño prefiera líquidos claros en lugar de leche o fórmula. Tal vez coma más lentamente o pierda el apetito, porque le cuesta trabajo respirar.

La información contenida en esta publicación no deberá usarse a manera de sustitución del cuidado médico y consejo de su pediatra. Puede haber variaciones en el tratamiento, que su pediatra podría recomendar con base en los hechos y circunstancias individuales.

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Prevención

¿Qué hace a los niños

bondadosos?

Cómo enseñarles a ser amables en un mundo violento Por: Asociación Americana de Psicología

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n un mundo en el que la violencia y la crueldad parecen ser algo común y casi aceptables, muchos padres se preguntan qué pueden hacer para ayudar a sus hijos a ser más amables y de buen corazón, a desarrollar un sentido humanitario y compasivo por los demás. Criar a niños bondadosos no es una solución a la violencia en sí, pero es razonable preocuparse, pues al estar expuestos a tanta violencia (ya sea en la televisión o en las calles) esto podría causar que sus hijos se vuelvan insensibles e indiferentes. Los padres, por supuesto, no pueden controlar totalmente todas las cosas que afectan las vidas de sus hijos. Después de todo, los niños pasan mucho tiempo en el ‘mundo real’, que a menudo puede ser hostil, indiferente o sencillamente triste. No obstante, hay algunas cosas que un padre pueden hacer para motivar a sus hijos a ser bondadosos, justos y responsables. Las personas a veces piensan que los niños realmente no ven el mundo exterior ‘o a otras personas’ en la forma en que lo hacen los adultos, que solo ven el mundo con sus propios ojos y a su manera. ¿Qué hay de cierto en esto? Los investigadores solían creer que la sensación de preocupación real por los demás solo surgía a medida que las personas se hacían adultas. Sin embargo, en la actualidad los estudios

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indican que los niños pueden mostrar signos de empatía y preocupación desde la más tierna infancia. Reaccionan con preocupación cuando ven infelicidad, y desean ayudar o solucionar el problema. Además, un estudio detectó que los adolescentes que participaban ayudando a otros se sentían muy optimistas con respecto a sus vidas y tenían mayores esperanzas para su propio futuro. Lo más importante que puede hacer como padre es hacer que su hijo sepa cuánto significa para usted que se comporte con amabilidad y responsabilidad. Cuando observa que su hijo hace algo que usted piensa que es desconsiderado o cruel, debe indicarle de inmediato que no desea que haga eso. Hable con su hijo con firmeza y franqueza, y mantenga su enfoque en el hecho y no en el niño, expresando algo así como: “Lo que hiciste no es bueno”, en lugar de: “Tú no eres bueno”. Esta reacción emocional debe estar acompañada de información, alguna explicación de por qué lo desaprueba, como por ejemplo: “Mira, Joey está llorando porque le quitaste su juguete. Lo que hiciste no es algo bueno”, o “lastimas al gato cuando haces eso, por eso te rasguñó. Eso no es bueno y no quiero que vuelvas a hacerlo”.


Sea sincero, honesto y abierto con sus hijos sobre qué tipo de conductas le agradan y cuáles no. Haga comentarios breves y directos; la idea es enseñarles, no hacerlos sentir culpables. Según otro estudio, hay dos clases de modelos de padres a seguir que ayudan a los niños a preocuparse por los demás: la amabilidad hacia los demás y la amabilidad hacia el niño. En otras palabras, nuestras acciones dicen más que nuestras palabras. Si trata a sus hijos con respeto por su dignidad, consideración e interés por sus logros, los ayuda a entender que todas las criaturas vivientes deben ser tratadas así. Es comprensible que los padres se preocupen porque el esfuerzo que hacen en casa se ve debilitado por las influencias externas, como los amigos de sus hijos, la violencia diaria en sus propios vecindarios, los programas de televisión y las películas o una cultura que exalta a héroes que son egoístas.

Estas son algunas cosas que puede hacer para ayudar

• Deles libros para estimular la conducta compasiva. Tenga en cuenta que a los niños, en especial los adolescentes, no les agradan los ‘santitos’; por lo tanto, busque libros sobre personajes comunes que realicen actos de bondad y consideración. • Un estudio del Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH, por su sigla en inglés) reveló que los niños tienden a imitar la conducta que ven en televisión. Por este motivo, puede limitar que vean programas violentos. • Averigüe sobre las películas que sus hijos desean ver. ¿Son excesivamente violentas? ¿Exaltan a los criminales? ¿Glorifican la violencia hacia las personas o animales? No puede proteger a sus hijos de todo, pero una conversación puede dar buenos resultados. Pídales que piensen sobre lo que vieron y que consideren otros enfoques que podrían haber tomado los personajes.

• Instruya a sus hijos sobre personas altruistas reconocidas. Los museos locales pueden ser una forma de hacerlo, al igual que los especiales de televisión y los libros. Otra cosa que puede hacer es tratar de hallar formas organizadas para que sus hijos participen. Muchas organizaciones voluntarias e iglesias tienen programas especiales. Algunos padres cuyos hijos se enfrentan con las realidades más duras de la vida cotidiana pueden preguntarse si es una buena idea dejar que vean aún más sufrimiento y aflicciones. Otros padres pueden preocuparse porque exponer a sus hijos al lado más duro de la vida, para ellos desconocido, podría traumatizarlos. Estas preocupaciones son comprensibles y, según algunos expertos, hay casos en los que los niños se volvieron excesivamente sensibles al sufrimiento de los demás. Dar no siempre es bueno para el dador; si un niño comienza a anteponer las necesidades de los demás a las suyas. Lo que más inspira a un niño a crecer preocupándose por los demás es la atención de la que él es objeto. Los expertos señalan que cuando los niños sienten que tienen una base segura en el hogar, es más probable que se aventuren y presten atención a los demás. Cuando se sienten privados de amor y atención es que se concentran demasiado en sí mismos y en sus propias necesidades.

Fotografías: ©2014 Shutterstock.com

Prevención

Los niños observan a sus padres y a otros adultos y eso les enseña cómo comportarse. Hay que rodearlos de personas amables y esencialmente buenas.

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Preguntas y respuestas

A propósito de

Gabriel García Márquez y la infancia, sabía usted que: Por: Juan Fernando Gómez Ramírez Pediatra puericultor

… este escritor, la máxima gloria de nuestras letras, se ocupó en muchas de sus obras de la infancia, grupo humano fundamental para el presente y futuro de la humanidad. Como prueba de ello, queremos compartir con nuestros lectores algunas de sus reflexiones más profundas sobre esta importante temática: ● “Los padres quisiéramos siempre que nuestros hijos fueran mejores que nosotros, aunque no siempre sabemos cómo”. ● “Los seres humanos no nacen para siempre el día en que sus madres los alumbran, sino que la vida los obliga a parirse a sí mismos una y otra vez”. ● “He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño por primera vez el dedo de su padre, lo tiene atrapado para siempre”. ● “A un niño le daría alas, pero le dejaría que él solo aprendiera a volar”. ● “Siempre existirá el riesgo de que los adultos terminen por encasillar a sus hijos en la realidad amurallada en que los padres los encasillaron a ellos”. ● “En la educación de los niños lo único importante es encontrar el juguete que llevan dentro”. ● “Me faltaban todavía tres meses para cruzar la línea fatídica de los 13 años, y en la casa ya no me soportaban como niño pero tampoco me reconocían como adulto”. ● “Nuestra educación conformista y represiva parece concebida para que los niños se adapten por la fuerza a un país que no fue pensado para ellos, en lugar de poner al país al alcance de ellos para que lo transformen y engrandezcan”. ● “La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla”. ● “Por el país próspero y justo que soñamos: al alcance de los niños”.

36 Fotografía: ©2014 Shutterstock. Catwalker


Recomendados en todos los sentidos

Niño

Rueda que irás muy lejos. Ala que irás muy alto. Torre del día eres, del tiempo y el espacio. Niño: ala, rueda, torre. Pie. Pluma. Espuma. Rayo. Ser como nunca ser. Alborear del pájaro. Eres mañana. Ven con todo de la mano. Eres mi ser que vuelve hacia su ser más claro. El universo eres, que gira esperanzado.

Ilustraciones: Juan Carlos Sánchez

Pasión del movimiento: la tierra es tu caballo. Cabálgala. Domínala. Y brotará en su casco su piel de vida y muerte de sombra y luz, piafando. Asciende, rueda, vuela, creador del alba y mayo. Alumbra. Ven. Y colma el fondo de mis brazos. Miguel Hernández

Frases “Poeta, pintor o músico que mata a su niño, amputa su imaginación”.

Juan Manuel Roca

“La vida nos ha sido dada, pero no nos ha sido dada hecha”.

José Ortega y Gasset

“Comienza con la premisa de que la función del líder es producir más líderes, no más seguidores”.

Ralph Nader

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Recomendados en todos los sentidos

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