Apuntes de la Escuela Superior de Gobierno N°3

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Autoridades Ministro de Modernización Lic. Andrés Horacio IBARRA .........................................................................................................................................................................

Secretario de Empleo Público Ing. Pablo Martín LEGORBURU .........................................................................................................................................................................

Subsecretaria de Planificación de Empleo Público Lic. Cecilia María KLAPPENBACH .........................................................................................................................................................................

Director Nacional de Formación en Políticas Públicas Lic. Gonzalo Martín STRAFACE .........................................................................................................................................................................

Coordinador de la Escuela Superior de Gobierno Lic. Maximiliano CAMPOS RIOS .........................................................................................................................................................................

Coordinador de Formación Lic. Mario KATZENELL

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Equipo de trabajo Director: Gonzalo Straface ......................................................................................................................................................................... Secretario de redacción: Maximiliano Campos Ríos ......................................................................................................................................................................... Coordinador académico: Silvio Castro ......................................................................................................................................................................... Equipo Editorial: Karina Nieto, Leila Tirpak, Isidoro Sorkin ......................................................................................................................................................................... Asesor editorial: Pablo Bulcourf ......................................................................................................................................................................... Asesoramiento legal: Florencia González Berbery ......................................................................................................................................................................... Corrección: Nadia Gabriela Caratti ......................................................................................................................................................................... Diseño y diagramación: Lucía Fernández Carrascal El editor no se responsabiliza por los conceptos, opiniones o afirmaciones vertidas en los artículos de los colaboradores de la publicación, que son a título personal y de exclusiva responsabilidad de los respectivos autores. Apuntes de la Escuela Superior de Gobierno es una publicación de la Escuela Superior de Gobierno y de la Dirección Nacional de Formación en Políticas Públicas, dependiente de la Subsecretaría de Planificación de Empleo Público de la Secretaría de Empleo Público del Ministerio de Modernización de la Nación. Es de carácter mensual y de distribución gratuita, tiene por objetivo la divulgación de la producción científica y académica del área de trabajo de la Escuela Superior de Gobierno. El contenido de esta publicación o las opiniones de los autores aquí incluidos no reflejan necesariamente el posicionamiento de la Escuela Superior de Gobierno, de las demás áreas de la que dependen, ni del Ministerio de Modernización de Nación de la República Argentina. Dirección: Av. Roque Sáenz Peña 511 (Oficina 706) — Barrio: San Nicolás — Ciudad: Ciudad Autónoma de Buenos Aires — Código Postal: C1035AAA — Teléfono: 4343-9001 — int. 706. Correo electrónico: escueladegobierno@modernización.gob.ar / formación@modernización.gob.ar ISSN: 2469-2417

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ÍNDICE 05. EDITORIAL Por Maximiliano Campos Ríos

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06. ENTREVISTA A Raúl Martínez

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10. ESTADO DE LA CUESTIÓN

Procesos de independencia y construcción nacional en América Latina Por Oscar Oszlak

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15. ESTUDIOS Y ARTÍCULOS

La cultura como recurso y motor de desarrollo de cara al Bicentenario de la Independencia Por Mónica Larrañaga La evaluación como instrumento de política pública Por José del Tronco

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29. RESEÑAS

Gobernabilidad y liderazgo en América Latina: 15 años de experiencia de los Programas CAF de formación Autor: Corporación Andina de Fomento Por Florencia Berbery El decenio progresista. Las políticas públicas de Vázquez a Mujica Autor: Nicolás Bentancur y José Miguel Busquets (coord.) Por Nelson Cardozo

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31. PROGRAMAS Y PROYECTOS

Plan País Digital Conferencias para la Alta Dirección Pública

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33. AGENDA

Agenda de eventos

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34. COLABORACIÓN Página de colaboración 4


Editorial

Maximiliano Campos Ríos Coordinador de la Escuela Superior de Gobierno

El Bicentenario como disparador para repensar las políticas públicas La conmemoración del Bicentenario resulta un interesante punto de partida para discutir de manera amplia sobre las políticas públicas que se han implementado en los últimos años. Asimismo, nos convoca a pensar cómo enfrentar los desafíos del futuro. Reflexionar sobre el rol de los agentes estatales y la jerarquización del empleo público para la implementación de políticas a futuro será, sin duda, un buen puntapié inicial para poder repensar los procesos del pasado y mejorar los que se presenten. Un Estado del siglo xxi se construye transformando la cultura organizacional en una que tenga como centro a servidores públicos capacitados, reconocidos y orientados al ciudadano. El Bicentenario de nuestra independencia también nos invita a replantearnos las grandes líneas de acción del porvenir en función de lo actuado. Una de ellas es la discusión sobre una matriz de desarrollo que funja como plataforma de base para comprender cómo hacemos las políticas públicas y extraer así lecciones que nos permitan la mejora continua. Este número especial de Apuntes de la Escuela Superior de Gobierno es nuestro aporte para esa discusión. Sabemos que es importante replantearnos en forma vasta e integral la implementación de políticas públicas ante las nuevas realidades. Pero también debemos ser precisos a la hora de pensar la política pública como elemento organizador del espectro político, ya que es en torno a ella que deben estructurarse los grandes acuerdos más allá de una situación política particular. Los actores políticos, entre los que creemos primordiales a los agentes públicos, tendrán un lugar destacado. Aquí es donde debemos poner nuestros esfuerzos estableciendo parámetros de capacitación de la más alta calidad para asegurar que se implementen políticas públicas sólidas y duraderas. Si bien es mucho lo que se ha hecho, el aniversario de nuestra independencia es una ocasión propicia para consolidar una nueva visión con nuevos desafíos, pero, sobre todo, con el objetivo puesto en el fortalecimiento de la capacitación y en los procesos como herramientas para mejorar la realidad.

Maximiliano Campos Ríos 5


Entrevista Entrevista a Raúl Martínez, Secretario de País Digital del Ministerio de Modernización de la Nación Raúl Martínez nos cuenta los lineamientos fundamentales de País Digital, qué soluciones les traerá dicho plan a los municipios y cómo planean implementarlo.

—¿Cuáles son los principales objetivos del plan País Digital que se ha lanzado de recientemente? —País Digital busca incentivar y facilitarles a los municipios y a las provincias la adopción de nuevas tecnologías y la modernización de sus procesos para acercar los servicios del Estado a la gente. Esto lo vamos a hacer, primero, impulsando la inclusión digital. Esto es, ocupándonos de que todos los argentinos estén en condiciones de adoptar las nuevas tecnologías que nos posibilitan, como nunca antes, la igualdad de oportunidades. Esta conexión nos ayudará a estar más cerca, más comunicados y unidos, lo cual constituye una de las premisas básicas que nos pide el nuestro Presidente. Segundo, brindándoles mejores servicios a los ciudadanos. Hoy el ciudadano sufre una interacción larga e incierta cada vez que se acerca al Estado. La tecnología nos permite hacerlo todo de manera digital y a distancia. No hay razón para persistir en el pasado. Pero, para 6

esto, necesitamos modernizar las administraciones del Estado, tanto provinciales como municipales, para que sus procesos estén integrados, y los empleados públicos, capacitados. Tercero, integrando los sistemas de gestión a nivel nacional para que el intercambio de información sea fluido, dinámico; los procesos se potencien, y para que lo que no sea transparente se evidencie. —¿Qué soluciones son propuestas a los municipios en términos de infraestructura informática (IT)? —Brindamos servicio de infraestructura de tecnología con el concepto de servicios compartidos. Es decir que los municipios pueden acceder a nuestra oferta con solo tener una buena conexión internet. En este rubro, destacamos los servicios de hosting, housing, base de datos, servicios de operación, políticas de back up, seguridad lógica, vínculo de internet, internet libre y gratuito, y almacenamiento.

“Hoy el ciudadano sufre una interacción larga e incierta cada vez que se acerca al Estado”


Entrevista

Los municipios pueden alojar sus plataformas de información a costos escalables con los requerimientos de seguridad informática, servicios de recuperación y contingencia de la información municipal. Estamos ofreciéndoles a los municipios herramientas colaborativas. Estas son: casillas de mail, y herramientas de software y entornos aptos para el trabajo digital en equipo; de manera que un empleado de la municipalidad pueda trabajar en línea con otro funcionario que esté en otro espacio físico. —¿Qué ventajas tiene el uso del Data Center de Modernización? Se trata de una instalación de vanguardia, especialmente diseñada para responder a las necesidades de los municipios y las tecnologías actuales. Cuenta con todas las funciones necesarias para soportar la operación de

diversos municipios en forma simultánea. El Data Center de Modernización ha sido certificado por el Uptime Institute en la categoría TIER III, que es el primer y, hasta ahora, el único sitio certificado de la República Argentina. —¿En qué áreas de atención al ciudadano de los municipios participantes se percibirán más rápidamente las mejoras? —En varias y desde distintas ópticas. Por ejemplo, desde el punto de vista del ciudadano, el impacto se percibirá en la calidad del servicio que percibe, ya que puede generar solicitudes de manera digital, es decir, sin necesidad de acercarse físicamente al municipio. Es lo que llamamos trámites a distancia. Además, esto genera un gran ahorro de tiempo y le permite seguir en línea el estado de avance de cada caso. Esto último es importante, porque brinda certezas, acaba con la incertidumbre que muchas 7


Entrevista

veces rodea al proceso. En esta misma línea, el ciudadano puede compartir fotos e imágenes que respalden cada solicitud o reclamo. Desde el punto de vista del municipio, el impacto también es enorme. Se traduce en una demanda ordenada de las solicitudes y reclamos de los vecinos y una mayor eficiencia mediante la derivación automática de las solicitudes a cada equipo de trabajo. Esto genera una visión consolidada de sus vecinos y una idea integrada de la gestión a partir de vistas dinámicas —dashboard— disponibles en la plataforma. El municipio puede reaccionar con mayor velocidad frente a una demanda no satisfecha y evita que los vecinos formen largas filas durante horas. Asimismo, le da la posibilidad de armar hojas de ruta más eficientes para los equipos de trabajo, que se apoyan en la georeferenciación sobre un mapa único. —¿Cuáles son las herramientas de gestión pensadas para los funcionarios municipales? —Destacamos la capacitación que estamos coordinando con la Escuela de Gobierno, los centros de capacitación digital 8

y las universidades. Estamos poniendo a disposición algunas herramientas capaces de ordenar y descongestionar el día a día de los municipios, como Gestión al Ciudadano, las webs municipales y la guía de trámites. También implementamos el Tablero de Control, que permite trazar el camino crítico para la concreción de metas o el Portal de Empleo mediante el cual un empleado puede ver todas las posibilidades de desarrollo profesional dentro del municipio. —¿Qué planes de inclusión digital se van a implementar? ¿Cuál es su relación con las iniciativas similares de otras áreas de gobierno? —El acceso a las nuevas tecnologías es una política esencial de nuestra gestión. Hay mucha gente que incluir. Y este es un trabajo de largo aliento y permanente que articulamos con otras áreas del Estado, pero también con la sociedad civil. En primera instancia, contamos con 3 herramientas. Una es el wifi gratuito, es decir, la disponibilidad de puntos de acceso públicos y gratuitos. Este es un recorrido que no tiene techo. Queremos que cualquier ciudadano pueda acceder libremente a internet

“El acceso a las nuevas tecnologías es una política esencial de nuestra gestión. Hay mucha gente que incluir”


Entrevista

en plazas, escuelas, hospitales, bibliotecas y demás edificios públicos de todo el país. Creemos que la disponibilidad de puntos de acceso públicos a la tecnología digital es un componente esencial para el desarrollo social ligado al potencial de universalidad del acceso a la información y a los servicios electrónicos. Otra son los sitios web del municipio, que consiste en el desarrollo de páginas web autoadministrables. Estas se articulan con las redes sociales de cada municipio y sus aplicaciones para diversos trámites online: descargar documentos, reservar turnos, gestionar eventos y reclamos, realizar pagos electrónicos, etc. Esta página web mejora la calidad de gestión entre el municipio y sus ciudadanos, lo cual incrementa la comunicación y la integración social del área. Por último, tenemos centros de acceso digital y capacitación. Hay importantes segmentos de la población a los que debemos ayudar a adoptar estas tecnologías, como los adultos mayores, los niños y adolescentes, las poblaciones vulnerables, a quienes el Estado debe contener. Hay mucha gente a la que podemos capacitar y ayudar a encontrar una

salida laboral en el marco de las nuevas tecnologías. Para esto, ya contamos con más de 300 centros distribuidos en todo el país con todo el equipamiento y la programación necesarios. Allí pueden aprender a utilizar una computadora, manejar las redes sociales, acceder de forma totalmente gratuita a un enorme listado de cursos relacionados con estas tecnologías. —¿Cómo se piensa implementar la capacitación de empleados públicos y ciudadanos para la utilización de las nuevas tecnologías y los recursos destinados a los municipios? —Estamos trabajando en el diseño de los programas para los distintos niveles de la Administración Pública en articulación con universidades y, fundamentalmente, con la Escuela Superior de Gobierno aplicando conceptos, como campus digital, e-learning, y otras herramientas digitales que facilitan el aprendizaje sin necesidad de tener que desplazarse. Como herramientas propias, contamos con más de 300 centros de acceso digital y de capacitación en todo el país junto con una potente plataforma de e-learning. 9


Estado de la cuestión

Procesos de independencia y construcción nacional en América Latina Oscar Oszlak

La década que siguió a la declaración de la independencia argentina fue testigo de acontecimientos similares en la mayor parte de los países latinoamericanos. A partir de esta coincidencia histórica temporal, se inició un gradual proceso de construcción social y de formación de Estados nacionales, cuya duración y características fueron variables en los distintos países, debido a una diversidad de circunstancias. Este breve artículo plantea algunas hipótesis acerca de la evidente heterogeneidad que caracterizó a este proceso. En términos históricos, se trata de fenómenos relativamente nuevos. De los apenas 36 Estados creados en el siglo xix, una gran mayoría correspondió a América Latina. Mucho más reciente es la existencia de Estados nacionales en el resto del mundo. Durante el siglo xx, se crearon unos 160 países, sea por descolonización, guerras o declaraciones unilaterales de independencia. E incluso el siglo xxi registra cerca de una decena de nuevos Estados nacionales. Estos números dan 10

Investigador superior del CONICET, PhD en Ciencias Políticas de la Universidad de California y Doctor en Ciencias Económicas de la UBA. Cofundador del Centro de Estudios de Estado y Sociedad (CEDES).

cuenta de la juventud de estos procesos.

Aún así, no siempre las fechas de declaración formal de independencia de una nación implican la automática creación de Estados nacionales. La experiencia en tal sentido, incluso en América Latina, es muy diversa. Más de medio siglo debió transcurrir en la Argentina hasta que pudo iniciarse el proceso de organización definitiva de un Estado nacional. Para algunos autores, Brasil recién contó con uno verdadero a partir del Estado Novo de Getulio Vargas. Y, según Julio Cotler, Perú aún no ha conseguido constituir uno que integre las tres dispares regiones de su territorio. Por otra parte, el momento histórico del surgimiento del Estado nación es fundamental como elemento distintivo de su fisonomía y papel en el proceso de construcción nacional. Los Estados latinoamericanos surgieron en sociedades todavía coloniales; algunos en territorios relativamente despoblados que aún no habían

“Más de medio siglo debió transcurrir en la Argentina hasta que pudo iniciarse el proceso de organización definitiva de un Estado nacional”


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construido las instituciones básicas que conforman una sociedad nacional —relaciones de producción, sentimientos de nacionalidad, estructura de clases cristalizada, bases jurídicas, circuitos comerciales—. El propio proceso de formación estatal fue parte fundamental de ese proceso de construcción social más abarcador. En la experiencia de otras naciones que accedieron a su independencia en el siglo xx, sea a través de la guerra o del reconocimiento unilateral de los países colonialistas, los territorios ya estaban poblados; y las instituciones básicas, creadas —v.g., la burocracia estatal en la India o Pakistán—. Sin duda, las circunstancias iniciales de constitución del Estado fueron muy diferentes en América Latina en comparación con las demás regiones. Entre otras razones, porque las naciones que los Estados se propusieron preservar de las fuerzas secesionistas luego del rompimiento del vínculo colonial habían surgido en una etapa en la que recién comenzaba a producirse la inserción de su producción primaria en los

mercados europeos, durante la fase del capitalismo que coincidió con la segunda Revolución Industrial y la revolución en los transportes. En cambio, en las naciones surgidas en el siglo xx, las relaciones de producción capitalistas ya se había establecido plenamente, y las naciones se incorporaban como late-comers —y aún como late-late-comers— en el sistema capitalista mundial. Estas diferencias exigieron también la asunción de roles diferentes por parte del Estado. Otros elementos diferenciales, observables dentro de la propia región de ALC, afectaron, sin duda, la naturaleza del Estado nacional que se fue constituyendo en cada caso. Uno de ellos, por ejemplo, fue la mayor o menor rapidez con que, luego del proceso independentista, se resolvieron los conflictos de intereses intraburgueses. En tal sentido, es muy significativo que dos de los Estados democráticos más consolidados de la región, Costa Rica y Chile, hayan sido de los primeros en organizarse nacionalmente, teniendo en cuenta que tanto la población como sus élites dirigentes 11


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convivían en un espacio territorial muy pequeño, como lo son sus respectivos valles centrales, que rodean la capital y su zona de influencia. Los conflictos entre sectores dominantes, en ambos casos, se dirimieron muy tempranamente. Las características territoriales y el potencial de los recursos naturales también parecen haber jugado un papel importante. La dotación de recursos naturales y las posibilidades que había abierto el desarrollo tecnológico para su colocación en los mercados mundiales —como el ferrocarril y la navegación a vapor— signaron el proceso de crecimiento económico de algunos países de la región. Estos se ubicaron rápidamente a la vanguardia del progreso indefinido que el credo positivista vigente auguraba a una élite económica atenta a las oportunidades generadas por el desarrollo del capitalismo en el orden internacional. Perú y la Argentina lo lograron rápidamente, aunque la crisis del guano peruano y el agotamiento de los recursos 12

públicos provocaron en el primero de esos países una crítica reversión de ese proceso. Asimismo, podría señalarse como factor diferencial el peso de la inmigración y su impacto cultural. La inmigración europea contribuyó a poblar territorios vacíos y a generar la fuerza de trabajo incorporada al proceso productivo. Además, trajo consigo nuevas ideas y valores que, volcados a la lucha política, produjeron cambios significativos en la cultura y en las instituciones políticas de comienzo del siglo xx, impulsando la extensión del sufragio universal y el desarrollo de una ciudadanía cada vez más inclusiva. Los historiadores también han analizado los efectos del aislamiento geográfico y las dificultades para que ciertos países pudieran incorporarse a los flujos internacionales del comercio. Por ejemplo, la guerra del Paraguay, que prácticamente diezmó la población de este país y lo aisló del mundo, truncó un proceso de desarrollo


Estado de la cuestión

“La guerra del Paraguay, que prácticamente diezmó la población de este país y lo aisló del mundo, truncó un proceso de desarrollo autónomo como el que se insinuaba en la época en que había conseguido separarse del virreinato del Río de la Plata”

autónomo como el que se insinuaba en la época en que había conseguido separarse del virreinato del Río de la Plata. Ello postergó su proceso de crecimiento económico y de expansión poblacional. Se ha aducido, asimismo, que, en virreinatos relativamente fuertes como los que se crearon en México (de la Nueva España) y Perú, el peso de la tradición colonial y sus resabios culturales persistieron en la etapa posindependentista, generando sistemas de dominación locales fuertemente autoritarios. Estos efectos parecen haber sido mucho menos evidentes en las capitanías, como las de Guatemala y Chile o en los virreinatos de Nueva Granada (Bogotá) y del Río de la Plata (Buenos Aires), el último en constituirse y segundo en disolverse tras el proceso de emancipación. El peso de la Iglesia católica fue muy significativo en la región desde el inicio mismo del proceso de conquista y colonización de ALC, pero su

influencia fue muy diferente según los países. En algunos, como en Colombia, impuso un monismo religioso y autoritario que encadenaba las relaciones sociales y el orden político a una doctrina uniforme que impedía el pluralismo e imponía una perspectiva única a la educación, la cultura y las costumbres. Algo similar ocurrió en México y Ecuador. En otros países, como en Uruguay, el proceso de secularización comenzó poco después de mediados del siglo xix y culminó con la absoluta separación del Estado y la Iglesia, perdiendo esta su preponderancia sociocultural. Desde el punto de vista productivo, dos modelos económicos ciertamente diferentes caracterizaron el proceso de dependencia de ALC: aquel en el cual el control de los principales bienes primarios exportables se hallaba en manos de los sectores dominantes locales; y aquel otro en el que se constituyeron economías de enclave bajo control de capitalistas foráneos. Tal como fuera 13


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planteado por Furtado, Cardoso, Faletto, Dos Santos y otros, estas diferencias tuvieron profundas consecuencias sobre el proceso productivo, la socialización de excedentes y el desarrollo de una burguesía local. Por último, factores étnicos, lingüísticos o religiosos también marcaron fuertes diferencias en el desarrollo de las sociedades nacionales latinoamericanas. El mayor o menor peso cuantitativo de los pueblos originarios en la composición de la población, su diversidad étnica, su identidad nacional, entre otros aspectos, tuvieron una profunda influencia sobre la cultura, los conflictos sociales y las bases mismas de su constitucionalismo. Bolivia y Ecuador, por un lado, y la Argentina y Uruguay, por otro, son extremos de un continuo que se extiende de la heterogeneidad a la homogeneidad étnica y cultural en ALC. Es evidente, entonces, que, a pesar de la notable coincidencia temporal de su emancipación nacional, los procesos de 14

construcción social y de formación estatal en los países latinoamericanos muestran notorias diferencias. Es posible que puedan explicarse por efecto de las variables analizadas. También es altamente probable que esas dispares condiciones hayan influido sobre las perspectivas de conformación de diferentes regímenes políticos —democráticos, autoritarios o neopatrimonialistas— en cada uno de esos países. Analizar las hipótesis y los interrogantes planteados en esta breve nota es, sin duda, parte de una agenda de futuras investigaciones.


Estudios y artículos La cultura como recurso y motor de desarrollo de cara al Bicentenario de la Independencia por Mónica Larrañaga Profesora, investigadora y extensionista de la Universidad Nacional de Comahue (UNCOMA), directora del Centro de Estudios en Cultura y Literatura.

Resumen El desarrollo sigue siendo una aspiración no satisfecha para muchos pueblos. A lo largo de los últimos años, modelos diferentes, opciones variadas se han puesto en funcionamiento para tratar de superar las brechas que existen tanto dentro como fuera de las naciones en pos de mejorar los niveles de bienestar. En este artículo, sostendré que, cuando se ponen en consideración los desafíos del desarrollo, no se puede desatender el tema de la cultura y su relevancia en el funcionamiento de la sociedad. En ese contexto, las políticas culturales adquieren una significatividad estratégica que llama la atención sobre su tratamiento.

Abstract Development remains an unmet aspiration for many people. Over recent years, different models, different options, have been put in place to try to overcome the gaps, both within and outside nations, striving to improve living standards. In this article, I will argue that when put into consideration the challenges of development cannot ignore the issue of culture and its relevance to the functioning of society. In this context, cultural policies acquire a strategic significance that draws attention to your treatment.

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Estudios y artículos La ampliación de la esfera cultural en el siglo xxi Los países suelen realizar sus balances en unidades de tiempo mucho más extensas que las de la gente común, más aún cuando de Estados se trata. En América Latina, hemos comenzado a pensarnos de cara a los bicentenarios; en ese contexto, problematizar sobre la cultura y sus diversos aspectos hace centro de gravedad en estas cuestiones, dado que expresa las múltiples aristas de nuestras complejas sociedades. Tal como recuerda Yúdice (2002), el papel de la cultura ha cobrado centralidad de una manera sin precedentes tanto en el ámbito político como en el económico, lo que ha desplazado las nociones convencionales en favor de su consideración como recurso, un recurso estratégico. Lo que es interesante destacar es el uso creciente de la cultura para el mejoramiento sociopolítico y, también, el económico; es decir, para la participación progresiva en esta era caracterizada por los compromisos políticos declinantes, los conflictos sobre la ciudadanía y el surgimiento de lo que Jeremy Rifkin (2004) denominó capitalismo cultural. La desmaterialización, que es una característica dominante de muchas nuevas fuentes de crecimiento económico —tal es el caso, por ejemplo, de los 16

derechos de propiedad intelectual—, así como la mayor distribución de bienes simbólicos en el comercio mundial —libros digitales, filmes, programas de televisión, música, turismo, etc.—, le han dado a la esfera cultural un protagonismo mayor que en cualquier otro momento de la historia de la modernidad. De la mano de ese fenómeno, la abundancia de argumentos en los foros donde se discuten proyectos vinculados con la cultura y el desarrollo local —UNESCO, Banco Mundial y en la llamada sociedad civil globalizada de las fundaciones internacionales y de las organizaciones no gubernamentales— ha transformado radicalmente lo que entendemos por cultura y lo que hacemos o proyectamos hacer en su nombre en un proceso de construcción conceptual de creciente complejidad. Vale recordar que, de todos modos, la relación entre la esfera cultural y la política o entre la esfera cultural y la económica no es nueva. En el siglo xviii, la cultura fue el ámbito donde surgió la esfera pública. Fue también la cultura la que medió para favorecer la internalización del control social a través de la disciplina y la gubernamentabilidad (Foucault, 1978) durante los siglos xix y xx. Lo cierto es

“(…) el papel de la cultura ha cobrado centralidad de una manera sin precedentes tanto en el ámbito político como en el económico”


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que, en nuestros días, las artes, rebasando la esfera de la alta cultura, se han difundido en toda la estructura social y han encontrando un lugar completamente nuevo en una diversidad de actividades dedicadas al servicio de la comunidad y al desarrollo económico. El arte se ha replegado completamente en una concepción expandida de la cultura, capaz de resolver problemas, incluida la creación de empleos. La cultura ya no se experimenta, ni se valora, ni se comprende como trascendente. El sector de las artes y la cultura se visualiza como aquel potencialmente capaz de resolver una diversidad de problemas: incrementar la educación, mitigar las luchas entre particularismos, ayudar a revertir el deterioro urbano mediante, por ejemplo, el turismo cultural, crear empleos, reducir el delito y quizá —¿por qué no?— generar ganancias. Esta reorientación ha sido y es posible con la mediación de los administradores de las artes y los gestores culturales. Hoy es posible encauzar a los artistas hacia el manejo de lo social. En distintos lugares del mundo, el arte y la cultura han florecido dentro de una enorme red que articula las fuentes de financiación, por un lado, y los artistas y las comunidades, por el otro, en un circuito virtuoso.

El desarrollo cultural: acuerdos y divergencias conceptuales El desarrollo sigue siendo una aspiración no satisfecha para muchos pueblos. A lo largo de los últimos años, modelos diferentes, opciones variadas se han puesto en funcionamiento para tratar de superar las brechas que existen tanto dentro como fuera de las naciones en pos de mejorar los niveles de bienestar. Cuando poderosas instituciones, como la Unión Europea, el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, así como las principales fundaciones internacionales, comenzaron a percibir que la cultura constituía una esfera crucial para la inversión, se la trató cada vez más como cualquier otro recurso. James D. Wolfensohn, presidente del Banco Mundial, lideró la tendencia de los bancos multilaterales de desarrollo para incluir la cultura como catalizadora del desarrollo humano. En su conferencia de apertura para el encuentro Culture Counts: Financing, Resources, and the Economics of Culture in Sustainable Development (octubre de 1999), hizo hincapié en una perspectiva holística del desarrollo que debe promover la capacidad de acción de los pobres 17


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—empowerment—, de manera que puedan contar con los recursos sociales y humanos que les permitan soportar el trauma y la pérdida, detener la desconexión social, mantener la autoestima y, a la vez generar, recursos materiales. Desde esta perspectiva, la cultura material y la cultura expresiva son recursos desestimados en los países en vías de desarrollo, pero pueden generar ingresos mediante el turismo, las artesanías y otras actividades culturales. Según el mismo Wolfensohn, “el patrimonio genera valor. Parte de nuestro desafío conjunto es analizar los retornos locales y nacionales para inversiones que restauran y derivan valor del patrimonio cultural, trátese de edificios y monumentos o de la expresión cultural viva como la música, el teatro y las artesanías indígenas”. Como hemos señalado, cuando se ponen en consideración los desafíos del desarrollo, no se puede desatender el tema de la cultura y su relevancia en el funcionamiento de la sociedad. En un sentido distinto al de Wolfensohn, Amartya Sen (1999: 27) analiza con detalle el tema, sus ventajas evidentes, así como los peligros de su banalización, e insiste en que “la cultura debe ser considerada en grande, no como un simple medio para 18

alcanzar ciertos fines, sino como su misma base social”. Tanto que llamará la atención sobre el hecho de que “enfocarse en el desarrollo culturalmente sostenible es aislar a la cultura de su papel fundacional al juzgar el desarrollo y es, además, tratarla solo como un medio de desarrollo sostenible, no importa cuál sea su definición. Es, por tanto, una degradación de la cultura convertida en un celebrado instrumento del desarrollo sostenible, definida en forma independiente” (2004: 32). Descontada la importancia del tema, el análisis de Sen se centrará no ya en la cuestión de la relevancia de la cultura sino, más bien, en cómo, de qué manera la cultura puede influir sobre el desarrollo y cómo puede comprenderse mejor esa influencia para ponerla a jugar positivamente en las políticas. Así, destacará que la cultura es parte constitutiva de nuestras vidas, en la medida en que el fortalecimiento del bienestar y las libertades humanas al que aspiramos no puede prescindir del enriquecimiento de las vidas humanas a través del arte y otras formas de expresión y prácticas culturales, sin contar con el hecho de que los factores culturales influyen, incluso, sobre el comportamiento económico, por ejemplo, en


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el establecimiento de los valores de confianza.

“(…) el funcionamiento de la solidaridad social y el apoyo mutuo están intrínsecamente relacionados con la cultura”

Por otra parte, “la participación en los intercambios civiles y en las actividades políticas está influida por las condiciones culturales. La tradición del debate público y del intercambio participativo puede ser decisiva en el proceso político, y puede importar para el establecimiento, la preservación y la práctica de la democracia (…). La participación política es extremadamente importante para el desarrollo, lo mismo a través de sus efectos en la valoración de los medios y los fines, que a través de su papel en la formación y la consolidación de los valores que permiten ponderar el desarrollo mismo” (Sen, 2004: 41). Además de los intercambios económicos y de la propia participación política, el funcionamiento de la solidaridad social y el apoyo mutuo están intrínsecamente relacionados con la cultura. El denominado capital social, la confianza, las normas efectivas y las redes sociales, entretejidas en la trama cultural, constituyen conceptos de peso para el desarrollo que puede influir con variable polaridad. No menos importante es la influencia cultural en la formación y evolución de los valores.

En su análisis insistirá en señalar que la cultura del debate abierto y el mutuo aprendizaje, cambiante y dinámica, es la mejor vía para alcanzar un progreso humano y productivo.

Las políticas culturales Como señalan Miller y Yúdice (2004:11), “la política cultural se refiere a los soportes institucionales que canalizan, tanto la creatividad estética como los estilos colectivos de vida (…), se encarna en guías para la acción sistemáticas y regulatorias que adoptan las instituciones a fin de alcanzar sus metas (…), más burocrática que creativa (…) ayuda, financia, promueve, enseña y evalúa, describe y rechaza a los actores y actividades que se hallan bajo el signo del artista o de la obra de arte, mediante la implementación de políticas”. Complementariamente, es preciso señalar el frecuente error en el uso corriente de la expresión política cultural cuando designa acciones del Estado o de otras instituciones con respecto a la cultura, vista como un terreno autónomo separado de la política y muy frecuentemente reducido a la producción y consumo de bienes culturales —arte, cine, teatro, etc.—. A diferencia de ese uso, utilizamos el concepto de política cultural para 19


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llamar la atención sobre el vínculo constitutivo entre cultura y política, y sobre la redefinición de la política que esta visión implica. Este lazo significa que la cultura entendida como concepción del mundo y conjunto de significados que integran prácticas sociales no puede ser comprendida adecuadamente sin la consideración de las relaciones de poder imbricadas con dichas prácticas. La comprensión de la configuración de esas relaciones de poder no es posible sin el reconocimiento de su carácter cultural activo, en la medida que expresan, producen y comunican significados. Con la expresión política cultural, nos referimos, entonces, al proceso por el cual lo cultural deviene en hechos políticos. En otros términos, siguiendo a García Canclini (1987:26), definimos las políticas culturales como “el conjunto de intervenciones realizadas por el Estado, las instituciones civiles y los grupos comunitarios organizados a fin de orientar el desarrollo simbólico, satisfacer las necesidades culturales de la población y obtener consenso para un tipo de orden o transformación social”. Por lo expuesto, el proceso de formulación, implementación y 20

evaluación de la política cultural, en tanto principio de orientación del desarrollo simbólico y la atención de necesidades culturales de la sociedad, debe ser objeto de un pormenorizado análisis, dado el carácter complejo de bienes y procesos involucrados; sobre todo, si tenemos en cuenta el vínculo indisoluble entre las políticas culturales y el desarrollo, tal como lo plateáramos precedentemente. Vale recordar que, las políticas entendidas como un conjunto de acciones y programas sistemáticos y ordenados cuyo propósito es realizar ciertos objetivos generales a lo largo de un cierto tiempo requieren de insumos, así como de una evaluación de la realidad sobre la cual se buscará intervenir. Esto exige investigación, demanda funcionarios capacitados para su diseño y ejecución, que tengan la capacidad de interactuar con la sociedad, ya que las políticas culturales y sociales suponen un tipo particular de vinculación entre el Estado y la comunidad, distinto del cumplimiento de otros servicios tradicionales básicos que este satisface. A diferencia de lo que suele indicar el sentido común dominante, no es el perfil de un creador el que mejor satisface la necesidad propia del rol del administrador cultural.


Estudios y artículos

A modo de conclusión provisional La visión tan sostenida y apelada, pero escasamente realizada de construir políticas de Estado, llevan irremediablemente engarzadas a la cultura como un factor fundamental de su proceso desde el propio planteo del problema hasta las cadenas de su implementación y evaluación sostenidas en el tiempo. La construcción de consensos más allá de una decisión gubernamental de determinado color político requiere articulaciones complejas entre sectores y actores políticos y sociales que se proyectan en un horizonte de sentido, por lo menos básico; la cultura se hace un eje sustancial para pensarse en el tiempo y perdurar. Nuevos conceptos reclaman un espacio en la esfera pública, como los de Estado abierto, participación ciudadana, mecanismos de control y evaluación, que buscan transparencia e inclusión en una agenda de problemas cada vez más complejos y con escasos recursos. Una enorme gama de intereses contrapuestos generan formas de tensión y conflictividad. La cultura y la política cultural se nos presentan como una

oportunidad para dirigirnos hacia sociedades más justas y dignas, en donde la inclusión venga de la mano de la aceptación de las diferencias. Tanto el Estado como la sociedad civil, en su variada gama de tejidos y actores, deben percibir a la cultura como la posibilidad del encuentro. En momentos en que nos encontramos frente a la necesidad de dar continuidad a un proceso de desarrollo que redunde en una mejora de la calidad de vida de nuestra sociedad, es necesario considerar la relevancia del desenvolvimiento de alternativas de política cultural que apunten al establecimiento de valores favorables para el crecimiento con inclusión, al fortalecimiento de los lazos de confianza, a la consolidación de los lazos de solidaridad social, al cultivo de la excelencia. La complejidad y la transitoriedad de las relaciones interpersonales, así como el debilitamiento de las instituciones, han aumentado en el contexto de la modernidad actual. El riesgo se ha vuelto inmanente, y la dinámica entre confianza y desconfianza adquiere un rol importante en la experiencia cotidiana. Las transformaciones hacia la

“La cultura y la política cultural se nos presentan como una oportunidad para dirigirnos hacia sociedades más justas y dignas, en donde la inclusión venga de la mano de la aceptación de las diferencias”

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virtual caducidad de las relaciones sociales con la pérdida de sustento de las relaciones estables podrían significar un cambio en la forma de experimentar la confianza en la actualidad, tanto que podría estar enfatizándose más la importancia de la actitud prudente en la confianza, es decir, aunque parezca paradójico, confiar desconfiando. En otros términos, lejos de una peligrosa confianza ingenua, es imprescindible el desarrollo de una actitud crítica que sostenga la prudencia referida. De la posibilidad de alcanzar los valores capaces de sostener vivo y saludable el lazo social y los procesos de construcción de la subjetividad dependerá el resultado de nuestros esfuerzos en materia de crecimiento. Las políticas culturales, de cara a ese desafío, son una alternativa con buenas chances de abrazar el éxito.

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Referencias bibliográficas

Foucault, M. (1978). “La gouvemementalité”. Curso del College de France, año 1977-1978”. En Aut-Aut, (167-168). — (1978). “Seguridad, territorio y población”. Curso del College de France, año 1977-1978. En Aut-Aut, (167-168). García Canclini, N. y G. Bonfil Batalla (1987). Políticas culturales en América Latina. Barcelona, Grijalbo. Miller, T. y G. Yúdice (2004). Política cultural. Barcelona, Gedisa. Rifkin, J. (2004) La era del acceso. La revolución de la nueva economía. Barcelona, Paidós. Sen, A. (1999). Development as Freedom. Oxford, Oxford University Press. — (2004). “How Does Culture Matter”. En Vijayendra, R. y M. Walton (eds.). Culture and Public Action. Stanford. Stanford University Press. Yúdice, G. (2002). El recurso de la cultura. Usos de la cultura en la era global. Barcelona, Gedisa.


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por José del Tronco Profesor Investigador de Tiempo Completo “C” en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) Sede México. jdeltronco@flacso.edu.mx

La evaluación como instrumento de política pública Resumen

Evaluación suele ser concebida como una fase del ciclo de políticas públicas ubicada en la etapa final o de terminación. Este artículo, sin embargo, promueve una mirada distinta. La evaluación es —o, al menos, debería ser— una actividad transversal al ciclo de políticas públicas, y es, por tanto, un instrumento más de todos los que emplea el gobierno para resolver los problemas públicos. Este documento analiza las potencialidades de la evaluación como fuente de información y sus limitaciones cuando es concebida, exclusivamente, como instrumento de sanción o recompensa.

Abstract Evaluation tends to be considered as a single stage, at the termination phase of the policy process. Although this, the article promote a different approach. Given that evaluation is —or must be— located along the multiple moments of policy cycle, we should conceive it as a policy instrument; a mean by which government seeks to change certain social or bureaucratic behavior. This document considers that evaluation should be delivered as a source of information —promoting learning and accountability— more than a way of sanctioning or rewarding the achievement of certain goals, what indirectly promotes simulation and opacity.

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1. ¿Qué es y para qué sirve la evaluación de políticas públicas? En términos generales, evaluar es juzgar; valorar o ponderar algún proceso o comportamiento social de acuerdo con parámetros o criterios determinados (Subirats y Goma, 2002). En el ámbito de las políticas públicas, hacer evaluación es generar información de manera sistemática acerca de las actividades, metas o resultados —presentes o futuros— de 1 los programas en cuestión (Patton, 2002) para apoyar la toma de decisiones. Cuando se quiere resolver un problema público a través un programa o proyecto, es necesario saber —previamente— si dicha intervención es la mejor alternativa. Asimismo, una vez implementadas las acciones para el logro de determinados objetivos, resulta pertinente conocer hasta qué punto dichas acciones fueron las adecuadas, cuál fue la magnitud en que dichos objetivos fueron alcanzados, así como cuáles y cuántos fueron los recursos invertidos para la obtención de tales resultados. La eva2 luación —ex ante en el primero de los casos, y ex post 24

en el segundo— suele ser una herramienta útil para responder a estas preguntas. Las actividades de evaluación de programas públicos alcanzaron popularidad y difusión durante las décadas de los sesenta y setenta en los Estados Unidos. Si bien ya existían antecedentes de esfuerzos gubernamentales para conocer los resultados de sus políticas —Page (2006: 207208) ubica las primeras evaluaciones de políticas durante el gobierno del canciller Von Bismarck, en la Alemania de fines de siglo xix—, fue durante las administraciones de John F. Kennedy y de Lyndon Johnson en EUA que esta actividad alcanzó mayor reputación. El surgimiento de programas sociales destinados a acabar con el desempleo, el crimen y el deterioro urbano, así como la necesidad de generalizar el acceso a servicios médicos y educativos acarrearon una enorme cantidad de recursos humanos y financieros, por lo cual resultaba imperativo conocer sus resultados (Parsons, 1995).

“En el ámbito de las políticas públicas, hacer evaluación es generar información de manera sistemática acerca de las actividades, metas o resultados —presentes o futuros— de los programas en cuestión para apoyar la toma de decisiones”


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Tres fueron las razones por las cuales era (es) necesario evaluar las políticas implementadas. En primer lugar, el gobierno debía informarle al Congreso acerca de los resultados concretos de las leyes que allí se habían votado. Dicho de otro modo, era (sigue siendo) obligatorio para los gobernantes rendir cuentas de sus decisiones. En segundo lugar, era (es) imprescindible para los administradores públicos conocer la manera en que operan sus programas,

los resultados que alcanzan y los recursos que insumen para el logro de sus objetivos (Subirats y Goma, 2002: 189). Finalmente, en tercer lugar, en contextos democráticos, la opinión pública —acicateada por la actividad de los medios y las redes sociales— demanda transparencia en los procedimientos de gobierno tanto como eficiencia y efectividad en la utilización de los recursos públicos (Morales, Meneses y Alonso, 2006).

FIGURA 1: LA EVALUACIÓN Y LAS DIMENSIONES DE LA RENDICIÓN DE CUENTAS (RC)3

Fuente: Elaboración propia

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“La evaluación es no solo una fase del ciclo de políticas, sino, fundamentalmente, un instrumento de política pública”

En la actualidad, se admite abiertamente que la evaluación de programas públicos sirve tanto para un mejor conocimiento de estos por parte de la opinión pública como de los funcionarios de la administración, quienes son conscientes de la importancia de la información generada por la actividad evaluadora (Subirats y Gomà, 2002: 189). Sin embargo, no siempre nos queda claro por qué hacemos evaluación. ¿Evaluamos para sancionar a quien no se apega a cierto estándar? ¿Evaluamos para motivar y premiar ciertas conductas? ¿O, simplemente, generamos información para que los actores de la política pública — públicos y privados— decidan con un margen de libertad mayor?

2. La evaluación y sus usos. ¿Garrote, zanahoria o sermón? La evaluación es no solo una fase del ciclo de políticas, sino, fundamentalmente, un instrumento de política pública. Es decir, forma parte del conjunto de acciones por medio de los cuales un gobierno se propone modificar los 26

comportamientos de la población objetivo —sean funcionarios o ciudadanos— a los que identifica como causantes del problema para resolver (Bemelmans-Videc et al., 1998; Knoepfel et al., 2007). Si bien existe una variedad de instrumentos, la literatura sobre políticas públicas identifica tres tipos de acuerdo al mecanismo que se emplea para cambiar tales conductas: 1) Los instrumentos de regulación o de tipo garrote, que son aquellos que buscan cambiar comportamientos por medio de la prohibición. Distinguen lo permitido de lo prohibido a través de prescripciones o proscripciones. 2) Los instrumentos remunerativos o de tipo zanahoria, que son aquellos que —sin establecer prohibiciones— aumentan o disminuyen el costo de ciertas conductas para aquellos que deciden ejercerlas. 3) Finalmente, los instrumentos de tipo sermón, que brindan información a la población objetivo para que esta pueda calcular de mejor manera las consecuencias de sus actos. Dicho de otra forma, se promueve la racionalidad de los actores sin mediar condicionamientos en un marco de mayor libertad.


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De acuerdo con los instrumentos de tipo zanahoria o garrote, es necesario un incentivo externo para orientar la conducta a los objetivos del gobierno. Por su parte, los sermones aumentan la libertad de las personas y apuntan a que su conducta se vea informada por motivaciones internas y no por incentivos externos bajo el supuesto de que aquello que se hace por convicción difícilmente cambia, aunque se modifiquen las condiciones externas (Tyler, 2013). Quien separa la basura porque considera que es lo adecuado y que genera consecuencias positivas tanto para él como para la sociedad de la que forma parte lo hace a pesar de que no lo penalicen ni le den ningún premio como reconocimiento. ¿Según cuál de todas estas formas concebimos la evaluación? ¿Evaluamos para sancionar o premiar de acuerdo con cierto estándar? ¿O lo hacemos para aumentar la racionalidad de nuestras decisiones? Si bien es cierto que ambos motivos pueden estar alineados, concebir la evaluación como garrote o como zanahoria es contraproducente. Por una parte,

fomenta la simulación, ya que nadie quiere ser sancionado, y todos queremos que nos premien, lo cual aumenta los incentivos para dibujar una realidad inexistente. Por otra parte, dificulta el aprendizaje, en tanto no promueve el reconocimiento de errores y limitaciones, ni mucho menos el hacerse responsable o la búsqueda las causas del problema cuando los objetivos no se cumplen. Promover la evaluación en el ámbito de las políticas públicas no puede hacerse en el vacío. Debe concebirse este instrumento como una herramienta para mejorar la calidad y la disponibilidad de la información, que luego sustentará la toma de decisiones. Aunque parezca ilusorio, transparencia, rendición de cuentas y racionalidad a la hora de decidir no se vinculan solo con sanción, sino con aprendizaje. Un gobierno abierto requiere de todo ello, y un gobierno efectivo también.

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Estudios y artículos Referencias bibliográficas Bemelmans-Videc, M.-L., R. C. Rist, E. Vedung (1998). Carrots, sticks and sermons. New Brunswick, Transaction Publishers. Knoepfel, P, C. Larrue, M. Hinojosa Dieck (2007). “Hacia un modelo de análisis de políticas públicas operativo. Un enfoque basado en los actores, sus recursos y las instituciones”. Revista Ciencia Política, 2, (3). Morales, S; M. Meneses y S. Alonso (2006). Índice de transparencia para programas sociales. México DF, Alianza Cívica. Page, A. (2006). “The origins of policy”. En Moran, M., M. Rein, M. y R. Goodin. The Oxford Handbook of Public Policy. Oxford University Press. Parsons, W. (1995). Public Policy. An introduction to the theory and practice of policy analysis. Northampton, MA: Edward Elgar. Patton, M. (2002). Qualitative Research & Evaluation Methods. Londres y Nueva Delhi. Thousand Oaks, SAGE. Rossi, P., M. Lipsey y H. Freeman (2004). Evaluation. A systematic Approach. Londres y Nueva Delhi. Thousand Oaks, SAGE. Schedler, A. (2008). “¿Qué es la rendición de cuentas?”. Cuadernos de Transparencia, 3, IFAI. Subirats, J. y R. Gomà (1989). “Evaluación de políticas Públicas”. En Subirats, J., Análisis de políticas públicas y eficacia de la administración. Madrid, Instituto Nacional de Administración Pública (MAP). Tyler, T, (2013). Why people cooperate. New Jersey, Princeton University Press.

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En algunos casos, la evaluación sirve no solo para analizar los alcances de los programas públicos, sino también para conocer el desempeño de las personas encargadas de operar dichos programas. En particular, los enfoques que centran su atención en la fase de implementación para entender los resultados no deseados de las políticas públicas parten de esta hipótesis: que es el desempeño de los recursos humanos el factor clave para el éxito o el fracaso de las intervenciones públicas. 2 La evaluación ex ante es aquella que se aplica con anterioridad a la puesta en marcha de una intervención, y su finalidad principal es determinar si el proyecto debe implementarse. La evaluación ex post, por su parte, tiene lugar una vez finalizada la implementación del proyecto, y su intención es conocer cuáles fueron los resultados del proyecto en función de lo originalmente estimado. Sirve también como base para la toma de decisiones sobre futuros. 3 De acuerdo con Schedler (2005), la rendición de cuentas está compuesta por tres dimensiones: la información, la argumentación y la sanción. En tal sentido, la evaluación de políticas resulta una herramienta fundamental, puesto que arroja información válida sobre los resultados de las intervenciones públicas, y permite una mayor y mejor argumentación cuando estos no son los esperados. Asimismo, genera evidencia que aumenta o disminuye la posibilidad de sanción, al menos cuando esta última se considera en su dimensión electoral.

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Reseñas

GOBERNABILIDAD Y LIDERAZGO EN AMÉRICA LATINA: 15 años de experiencia de los Programas CAF de formación Corporación Andina de Fomento CAF - Banco de Desarrollo de América Latina. 206 páginas. ISBN: 978-980-422-000-5 Florencia Gonzalez Berbery Desde el 2000, y atendiendo a la necesidad de consolidar las capacidades estatales, la Corporación Andina de Fomento (en adelante, CAF) ha implementado una serie de acciones dirigidas a la Alta Dirección Pública de los Estados latinoamericanos. Los Programas de Gobernabilidad, Gerencia Política y Gestión Pública (2001) y de Liderazgo para la Transformación (2002) se orientaron, por un lado, a la capacitación de autoridades y de equipos técnicos en el desempeño eficaz de sus funciones y, por el otro, a la construcción de un nuevo estilo de liderazgo basado en valores éticos y democráticos. A quince años de su puesta en marcha, esta publicación documenta los logros alcanzados y los principales desafíos a futuro.

ciudadana y liderazgo para la transformación. En la segunda parte, se presenta el Programa de Gobernabilidad, Gerencia Política y Gestión Pública, sus objetivos y características, así como también el impacto generado en los países donde se llevó a cabo. Por último, en la tercera sección, se exponen el marco general del Programa de Liderazgo para la Transformación junto con los resultados obtenidos en cada área. Es una publicación que aborda de manera transversal la cuestión de las capacidades estatales y responde satisfactoriamente al interrogante sobre el tipo de Estado para el que deben formarse los funcionarios y los líderes sociales de nuestra región.

Partiendo de la agenda estatal de los países de América Latina, en el primer capítulo, se describe la construcción de los lineamientos que integran la acción de la CAF en materia de gobernabilidad: ética y transparencia para el desarrollo, institucionalidad, descentralización, y participación 29


Reseñas

EL DECENIO PROGRESISTA. Las políticas públicas de Vázquez a Mujica Nicolás Bentancur y José Miguel Busquets (coord.) Fin de Siglo e Instituto de Ciencia Política / Facultad de Ciencias Sociales / Universidad de la República (UDELAR). 393 páginas. ISBN: 978-9974-49-822-8 Nelson Cardozo Siguiendo la línea de Irme Lákatos, esta obra constituye un verdadero programa de investigación respecto de los estudios sobre el Estado, la Administración y las políticas públicas en el Uruguay. Esta preocupación científica da continuidad al libro Reformas del Estado y políticas públicas de la Administración Vázquez: acumulaciones, conflictos y desafíos, coordinado en 2010 por María Ester Mancebo y Pedro Narbondo. En él, como en el ejemplar en cuestión, un destacado grupo de especialistas en el área analizaron pormenorizadamente el conjunto de transformaciones en la esfera pública y las principales políticas sectoriales del primer gobierno nacional del Frente Amplio en la administración Vázquez. Bajo un contexto general que enmarca las transformaciones en materia de políticas públicas, este nuevo conjunto de estudios nos permiten realizar una comparación diacrónica en la materia aportando matices importantes tanto en la forma de gestión como en la concepción y la implementación del amplio 30

abanico de las políticas sectoriales. Los destacados expertos combinan la autoría de los sucesivos capítulos con jóvenes investigadores de cada una de las áreas, lo que permite, además, tener un mapa del campo específico de los estudios sobre administración y políticas públicas. Por esta razón, se trata de un conjunto articulado de resultados de investigación que logran ser integrados en una visión que, a su vez, se proyecta y marca el horizonte de uno de los sectores más desarrollados de la ciencia política uruguaya. El capítulo final de los coordinadores de la obra cierra esta visión de integralidad. No solo es una síntesis de los aspectos centrales del libro, sino que constituye un aporte teórico fundamental al brindarnos un conjunto de hipótesis y tipologías que dialoga con los estudios a nivel regional e internacional. Esto demuestra el grado de desarrollo y madurez que la temática ha logrado en la disciplina del país oriental.


Programas y proyectos Plan País Digital

El presidente de la Nación, Mauricio Macri, y el ministro de Modernización, Andrés Ibarra, lanzaron el plan País Digital, que va a permitir que todos los ciudadanos, vivan en el municipio que vivan, puedan conectarse con WiFi público y gratuito, conozcan datos de la gestión en portales de información pública y realicen trámites desde tu casa. País Digital es una herramienta de innovación que aplica las nuevas tecnologías en pos de promover ciudades inteligentes y formar ciudadanos digitales en todo el territorio argentino.

de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Entre las soluciones digitales, se encuentran Infraestructura IT, Servicios Municipales, Inclusión Digital, Innovación, Gobierno Abierto y Capacitación. El Plan apunta a la construcción de un verdadero país digital, donde todos los argentinos tengan iguales posibilidades.

A partir de estos lineamientos, se trabaja en conjunto con los municipios para relevar necesidades en materia de modernización e identificar aquellas prácticas exitosas que puedan ser replicadas, impulsando soluciones innovadoras para la atención ciudadana. A esto, se sumará la implementación de proyectos, productos y servicios digitales que promuevan la modernización de las gestiones provinciales, municipales y 31


Programas y proyectos Conferencias para la Alta Direccion Pública

Desde la Escuela Superior de Gobierno, se fomenta la profesionalización y el fortalecimiento de los servidores públicos a partir de diferentes programas. Uno de ellos es el de Conferencias para la Alta Dirección Pública, que consiste en el desarrollo de encuentros periódicos en los que se debaten las principales cuestiones referidas a la formación y a la gestión pública junto con académicos, funcionarios y expertos en la materia. El programa tiene como principal objetivo difundir las mejores prácticas en los diferentes niveles de gobierno argentino, así como también del exterior, en cuanto a la capacitación y formación del servicio civil brindado por especialistas. Asimismo, se propone generar un espacio de difusión de buenas prácticas y experiencias referentes a la gestión, capacitación y formación de la Alta Dirección Pública y, a la vez, promover el debate y el intercambio de ideas a fin de detectar alternativas y soluciones a los problemas actuales en todos los niveles gubernamentales que puedan ser implementadas a través de políticas públicas. 32

Para recibir información sobre las Conferencias: escueladegobierno@modernizacion.gob.ar /EscuelaDeGobArg


Agenda

EVENTOS 2016 3 al 6

JUL

IV Congreso Internacional de Ciencia Política Asociación Mexicana de Ciencia Política - Monterrey, México https://congreso.amecip.org/

............................................................................................................................ 28 al 6

JUL

V Congreso Internacional de Comunicación Política y Estrategias de Campaña Asociación Latinoamericana de Investigadores en Campañas Electorales (ALICE) - Universidad Austral - Buenos Aires, Argentina http://www.alice-comunicacionpolitica.com/congresos/v-congreso-internacional-en-comunicacion-politica-y-estrategias-de-campana/

........................................................................................................................... 24 al 26

AGO

Conferencia Anual de EGPA European Group for Public Administration (EGPA) - Utrecht, Holanda http://egpa-conference2016.org/

............................................................................................................................ 21, 22 y 23

SEP

IV Congreso Colombiano de Ciencia Política Asociación Colombiana de Ciencia Política - Bogotá, Colombia http://2016.accpol.org/

............................................................................................................................ 5, 6 y 7

OCT

II Seminario Internacional de Políticas Públicas Universidad Federal de Pelotas - Pelotas, Brasil http://neppuufpel.blogspot.com.ar/p/sipp-2016.html

............................................................................................................................ 26, 27 y 28

OCT

V Congreso Internacional Sobre América Latina y el Caribe Facultad de Ciencias Económicas - Universidad de Buenos Aires - Buenos Aires, Argentina http://ceinladi.blogspot.com.ar/p/i.html

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Colaboración Apuntes de la Escuela Superior de Gobierno Colaboraciones Los trabajos con pedido de publicación deben ser remitidos a la revista Apuntes de la Escuela Superior de Gobierno mediante comunicación electrónica a escueladegobierno@modernizacion.gob.ar, con copia a formacion@modernizacion.gob.ar. En todos los casos, deben ser trabajos originales o inéditos, que no hayan sido enviados para su publicación a otras revistas. Se podrán presentar artículos y reseñas en idioma castellano y portugués. Todas las contribuciones recibidas serán evaluadas preliminarmente por la dirección y la secretaría de redacción de la revista, y aprobadas acorde a su pertinencia temática y requisitos formales. El proceso de selección durará, como mínimo, entre uno y seis meses, y, una vez finalizado, el comité de la revista se pondrá en contacto con el autor o los autores para comunicar la decisión de publicación. Los editores no están obligados a mantener ningún tipo de comunicación con aquellos que hayan enviado sus trabajos, salvo que estos sean efectivamente publicados. En caso de sugerencias y correcciones, los autores deberán dar cuenta de estos. El envío de un artículo a la revista Apuntes de la Escuela Superior de Gobierno implica la cesión de los derechos de autor para que este pueda ser editado, reproducido o difundido públicamente para fines exclusivamente científicos, académicos o culturales. Para la presentación de los trabajos, se deberán observar los siguientes criterios: 1. Deben ser enviados a ambas direcciones electrónicas. 2. Los artículos no deben exceder los 13 000 caracteres (con espacios incluidos), y las reseñas bibliográficas, los 500. En este tamaño, se contarán también resúmenes, referencias y bibliografía. 3. Todos los trabajos deben presentarse en programa Word, letra Times New Roman, número 12, a espacio sencillo. Se utilizará hoja tipo A4 con margen superior: 3 cm, inferior: 2,5 cm, izquierdo: 2,5 cm y derecho: 2.5 cm. 4. Los artículos deberán estar acompañados con una foto de cara de cada uno de los autores con definición mínima de 300 DPI en JPG. Asimismo, las reseñas bibliográficas deberán ser enviadas con una foto de la tapa del libro con la misma definición. 5. El título deberá estar alineado a la izquierda en negrita y con letra Times New Roman número 14. Los nombres y apellidos del autor o de los autores se expresarán de igual forma, pero en letra itálica (en caso de ser dos, la “y” entre estos estará en cursiva, y, si son más de dos, habrá comas entre ellos hasta el último, donde se ubicará la “y”). 6. Toda aclaración con respecto al trabajo, así como la pertenencia institucional del autor o de los autores y su dirección electrónica, deben consignarse mediante asterisco (y doble asterisco, si fuese necesario) desde el título o el nombre del autor al pie de la primera página. 7. Las citas aclaratorias deberán ir al final del texto y no podrán superar el número de cuatro. 8. Las referencias bibliográficas deberán seguir preferentemente el formato americano: el apellido del autor, el año y el número de página luego de dos puntos para los casos de citas textuales. Por ejemplo: Varios países latinoamericanos son casos de democracia delegativa (O’Donnell, 1997). “El presidente es considerado la encarnación de la nación y el principal definidor y guardián de sus intereses” (O’Donnell, 1997: 293).

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Colaboración 9. En el apartado bibliográfico, las referencias deben observar el siguiente orden, separado por comas: apellido del autor, letra inicial del nombre del autor, año (entre paréntesis), título de la obra (entre comillas si es un artículo; en itálica si se trata de un libro o título de una publicación), volumen, tomo, etc., lugar de edición y editorial. Por ejemplo:

Para libros y capítulos de libros: Bourdieu, P. (2008). Homo academicus. Buenos Aires, Siglo XXI. O’Donnell, G. (1997). “¿Democracia delegativa?”. En O’Donnell, G. Contrapuntos. Ensayos escogidos sobre autoritarismo y democratización. Buenos Aires, Paidós. Gutiérrez Márquez, E. (2013). “La ciencia política en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM”. En F. Reveles (coord.) La Ciencia Política en México Hoy: ¿Qué sabemos? México, UNAM y Plaza y Valdés. En caso de titularidad por parte de organizaciones, se pondrán los nombres en mayúsculas. .......................................................................................................................................................................................................................................

Para revistas: Altman, D. (2005). “La institucionalización de la ciencia política en Chile y América Latina: una mirada desde el sur”. Revista de Ciencia Política, 25, (1). En este caso, el “25” corresponde a número de la revista, y el “(1)”, al volumen. .......................................................................................................................................................................................................................................

Para participaciones en eventos científicos: Rocha, C. (2012). “La ciencia política en Uruguay (1989-2009). Un estudio de los temas, teorías y metodologías predominantes en la investigación y la enseñanza en el Instituto de Ciencia Política”. Ponencia presentada en el IV Congreso Uruguayo de Ciencia Política. Noviembre, Montevideo. .......................................................................................................................................................................................................................................

10. La bibliografía obtenida de espacios virtuales deberá consignarse con su sitio correspondiente junto con la fecha del último acceso: XXXXXXXXXX. Disponible en: (www.xxxx.xxxx.xx), último acceso: xx/xx/xxxx. 11. Todos los artículos deberán estar acompañados por un resumen en castellano y otro en inglés, de hasta 100 palabras cada uno. En caso de tratarse de un artículo en portugués, se agregará un resumen en castellano. 12. Los cuadros, diagramas e infogramas realizados en otros programas deberán ser enviados en archivos aparte. Se deberá señalar específicamente el lugar en el cuerpo del texto donde deberán colocarse. En la medida de lo posible, se deben utilizar programas generalizados y compatibles con Word. Cada elemento deberá contar con su propio archivo. Incluyendo los cuadros, el artículo no podrá superar las 4 páginas en el formato antes mencionado. Los editores no están obligados a mantener ningún tipo de comunicación con aquellos que hayan enviado sus trabajos, salvo que estos sean efectivamente publicados.

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