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Timothée Chalamet, por Hasta

tra amable, intenso y a la vez reservado. Es posible atisbar en su desenvoltura nerviosa un ápice de timidez, que sin embargo se esfuma en cuanto la estrella toma la palabra y despliega un discurso que fl uye con rapidez, a veces al borde del balbuceo. A Chalamet se le encienden los ojos (verdes) cuando escucha al entrevistador mencionar Bonnie y Clyde (1967) y Malas tierras (1973): ¡Sí, esas dos películas fueron grandes inspiraciones para Luca! La conexión es remarcable, ya que Hasta los huesos: Bones and All, al igual que las películas de Arthur Penn y Terrence Malick, se presenta como una road movie oscura y romántica en la que una joven pareja deja una estela de cadáveres por el Medio Oeste americano de los años 80. De partida, Chalamet pone el foco en un detalle que podría pasar inadvertido: Me encanta trabajar en películas que se ambientan en una era anterior al surgimiento de los teléfonos móviles. Sientes que la vertiente humana de las historias no está manchada por la posibilidad de saberlo todo al instante gracias al móvil. ¡Sería un rollo ver a los personajes delfi lminvestigando sobre la vida de los caníbales en Reddit o Google! (risas).

Antes de entrar a destripar la vertiente caníbal de la película, Chalamet reincide en su pasión por el cine de los años 70 y por el trabajo de intérpretes como Warren Beatty o Martin Sheen: Me encanta su estilo actoral, tan directo y expresivo. Y aprovecha la ocasión para animar a sus fans a descubrir ese ‘otro cine americano’: Ojalá que, con Hasta los huesos: Bones and All, las nuevas generaciones descubran una manera diferente de contar historias; espero que no les parezca una película lenta, lacónica o aburrida, sino que perciban la vibración real de lo que signifi ca enamorarse y a la vez luchar contra los demonios interiores. Y todo esto sin el ruido constante de la era de la información. Pese a este aparente llamamiento a alejarse del teléfono móvil, Chalamet no puede ocultar su condición de centennial (el actor nació en 1995): Con Bonnie y Clyde ocurre algo parecido a lo que puede pasar cuando juegas al Grand Theft Auto. Gracias a Dios, no idolatramos a los personajes de estas películas y videojuegos, pero nos resultan fascinantes. Vi Malas tierras poco antes del rodaje de Hasta los huesos: Bones and all y me encantó la sensación contradictoria de sospechar de la moral de los personajes, pero al mismo tiempo sentir una fuerte cercanía y empatía con ellos.

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LA METÁFORA CANÍBAL

En Hasta los huesos: Bones and all, Chalamet afronta el difícil reto de encarnar a uno de los personajes más ambiguos de su carrera: un joven, llamado Lee, que no tiene problemas en devorar salvajemente a otros seres humanos, pero que al mismo tiempo demuestra una gran sensibilidad al ayudar a Maren, una inexperta caníbal, a sobrevivir en un mundo hostil. La gente puede pensar que lo más complicado de este proyecto fue recrear la parte más física y escabrosa de la vida de un caníbal, señala el joven actor. Pero, en realidad, el mayor desafío fue encontrar una conexión emocional con Lee. La clave fue entender el canibalismo como una metáfora de los lastres familiares

Maren (Taylor Russell) y Lee (Thimothée

Chalamet), amores caníbales. con los que todos cargamos, aquello que arrastramos de nuestros padres o ancestros. A veces, estos lastres heredados generan traumas que, con la energía y la lucha adecuadas, pueden superarse. Pero, otras veces, el peso de la maldición, de la mancha genética, es demasiado grande. Para su trabajo en Hasta los huesos: Bones and All, la joven estrella explica que aprovechó el recuerdo de su labor en

VIAJE CANÍBAL A LA AMÉRICA PROFUNDA Beautiful Boy. Siempre serás mi hijo (2018), donde interpretó a un adolescente adicto a la Hasta los huesos: Bones and All hace realidad el viejo sueño metanfetamina. El canibalismo de Luca Guadagnino de sumergirse en la cultura y el paisaje de este fi lmtambién puede estadounidense: Había tenido oportunidades de fi lmar verse como una metáfora de en América, pero sentía que no era el momento, aún la adicción, sobre todo cuando debía madurar como artista, reconoce el director italiano. afecta a gente joven. El adicto

Cuando mi guionista David Kajganich –colaborador de Guadagnino en Cegados por el sol y Suspiria– me mostró su no puede evitar cuestionárselo adaptación de la novela de Camille DeAngelis, me enamoré todo: ¿qué signifi ca estar enaal instante de estos jóvenes que van a la deriva en busca de morado? ¿Es posible asumir su identidad. Luego, poder fi lmar en escenarios reales del las responsabilidades que

Medio Oeste fue la guinda del pastel de este proyecto. conlleva una relación cuando luchas contra la supervivencia? Para Chalamet, cuando la muerte se convierte en algo casi cotidiano, comoles ocurre a los adictos y a los caníbales de su fi lm, la vida puede resultar insoportable. Pero, al mismo tiempo, y sin contar demasiado, esta película también habla sobre cómo el amor puede rescatarte del pozo, llevarte hacia la luz.

REGRESO AL CINE INDIE

Chalamet aterrizó en la Mostra de Venecia aprovechando un paréntesis en el rodaje de la esperada segunda entrega de Dune. Desde pequeño soñaba con llegar a trabajar en producciones de este calibre, reconoce el neoyorquino, sin embargo, creo sinceramente que mi carrera no existiría, y yo no estaría aquí, ahora, hablando contigo, si no fuese por Luca (Guadagnino). Y eso que para nuestra primera pelícu-

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