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Vincent Lindon, por Un nuevo mundo
from samargotof_05_22
by aquiaqui33
VINCENT LINDON
LOS JEFES TAMBIÉN LLORAN
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El actor francés cierra la trilogía sobre las convulsas relaciones laborales dirigida por Stéphane Brizé con ‘Un nuevo mundo’, en la que da vida a un directivo que sufre los rigores de la globalización. Por A. Santos.
DE QUÉ VA: Philippe (Lindon), que ha hipotecado su vida personal en favor de su trabajo al frente de la sede francesa de una multinacional, trata de lidiar con unas exigencias sin límite.
Tándem ganador. Vincent Lindon (Boulogne-Billancourt, Francia, 1959) tiene fama de ser un entrevistado incómodo que echa pestes de la promoción, pero en esta ocasión se explaya en las respuestas en un inglés con fuerte acento francés, ignorando amablemente a la traductora, y pide que estiren un poco los minutos pactados. Probablemente se deba a que el actor galo está orgulloso de hablar de Un nuevo mundo, la cinta que pone punto final a la trilogía sobre el universo del trabajo en el siglo XXI que él protagoniza bajo la dirección de su cómplice y amigo Stéphane Brizé (Rennes, 1966). Una relación que comenzó en 2009 con Mademoiselle Chambon y, hasta el momento, ha fructificado en cinco películas. Si hemos rodado tanto juntos es porque nuestra forma de ver la vida es muy similar. Conceptos como la lealtad, la honestidad, la justicia o la generosidad son muy importantes para los dos, afirma. El método Lindon. Si en el primer título de la trilogía, La ley del mercado (2015), Lindon era un parado reconvertido a la fuerza en vigilante (reconocido con el premio a la mejor interpretación en Cannes y un César), y en el segundo, En guerra (2018), un sindicalista, en Un nuevo mundo cambia de bando y da vida a un directivo, pero sigue siendo víctima de un sistema cada vez más exigente e implacable. Curiosamente, su exmujer en la vida real, Sandrine Kiberlain –Me encanta trabajar con ella, es una actriz extraordinaria, dice–, también lo es en este film. Creo que este tipo de películas requieren de un director y un actor que no estén muy lejos del personaje porque, si no, es muy difícil transmitir veracidad y convertirte en él. Estoy muy contento de poner rostro a Philippe y él debería sentir lo mismo porque sea yo quien lo interprete; ambos compartimos muchas cosas y nos beneficiamos mutuamente, explica. Aunque el actor también admite que tras esta larga inmersión en el universo de las relaciones entre empresarios y trabajadores ya no tiene las ideas tan claras. Después de las tres películas yo no soy el mismo que antes, soy mejor. Hasta entonces desconocía cómo funcionaba el mundo laboral y he comprendido que, desgraciadamente, es jodidamente complejo, afirma. Hace 10 años yo pensaba que
“LLEVO 40 AÑOS TRATANDO DE SER HONESTO CONMIGO. MI LIBERTAD TIENE UN COSTE, PERO NO UN PRECIO”.
había dos bandos, los buenos y los malos, pero ahora sé que las cosas no son tan sencillas y empatizo más con todos los personajes. No solo con el mío en esta película, que es como mirarme en el espejo porque tiene algo de mi propia historia. Y eso se lo debo en parte a Stéphane, el director, que nunca te dice quién es bueno y quién no y te obliga a reflexionar. Al final creo que, salvo excepciones, nadie es completamente bueno ni malo y los problemas no tienen una solución fácil. Porque no es ningún secreto que los ricos son cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres, es una locura y todos lo vemos, pero nada cambia. Fiel a sí mismo. Traspasada la barrera de los 60, Lindon se muestra satisfecho de haberse labrado una prestigiosa carrera en la que no ha tenido que hacer concesiones. Llevo 40 años tratando de ser honesto conmigo y guiándome exclusivamente por lo que quiero y no quiero hacer. Mi libertad tiene un coste, pero no un precio.
He hecho muchas películas que no han funcionado bien, pero ese no es mi problema. Mi prioridad es dormir bien por las noches y disfrutar de las cosas, aunque salgan mal, por el simple hecho de que deseaba hacerlas. Es la única razón por la que me dedico a este trabajo, declara. Por ejemplo, en el caso de Titane (Julia Ducournau, 2021), todo el mundo me decía que era un riesgo innecesario, pero yo tenía claro que no podía dejar pasar esa oportunidad. Me hace feliz participar en buenas películas y sería incapaz de interpretar un personaje que no quisiera hacer. u