Hay formas que la evolución ha perfeccionado durante millones de años. Es imposible no sentirse atraido hacia ellas. El sistema invertebrado de un pez, un reptil o un mamífero es un paradigma estructural insuperable. Un infinito proceso de prueba-error en el que sólo sobrevive lo técnicamente perfecto. El proyecto no es una
forma concreta, sino un sistema con unas reglas de juego. La criatura puede respirar, modificar su perfil comprimiéndose o expandiéndose, recubrirse de redes o abrir sus costillas, … La búsqueda de la forma apropiada dependerá del lugar en que se ubique, interactuando con el entorno. El principio estructural es sencillo. Una pasarela
como columna vertebral que se traspasa por tubos luminosos flexibles, unidos por varillas longitudinales. Las costillas se juntan o se separan, se abren o cierran, se recubren o desnudan, se deforman según el ámbito en que se instalen. La pasarela es un espíritu y una materia maleable, con infinitas configuraciones que le dan un carácter vivo y evolutivo.
Centro de Interpretación. Parque Nacional de Ordesa El diseño del Centro de Visitantes pretende, tanto en su concepción espacial como en el uso de los materiales, una integración armónica con el paisaje natural y tradicional del entorno. El edificio se concibe
como una pieza mineral, anclada al muro existente mediante muros y plataformas. A fin de limitar el impacto volumétrico del Centro se ha optado por una geometría triangular que forma una fachada plegada con cubiertas inclinadas en
varios niveles. Los planos oblicuos de la fachada invitan a la entrada creando un orden propio que genera mayor cantidad de ángulos de visión y por tanto una planta más orgánica.