EL SIGLO DE LAS LUCES 1789 Crisis educativa y política: la expulsión de los jesuitas En la mañana del 25 de Junio de 1767, en 21 ciudades y villas del virreinato, a la misma hora de la mañana los soldados del rey entraron en los colegios de los jesuitas para aprisionar a los miembros de la compañía de Jesús, cerrar todas sus instituciones y expropiar fondo. 600 miembros de la compañía de Jesús tuvieron que salir exiliados a Italia; la mayoría de ellos criollos. 4. La importancia de la educación de la Compañía Radico no solo en el número de alumnos y la ubicación de los colegios en todo el territorio, si no en la calidad de la enseñanza. Era esencialmente clásica, enfocada en autores de Roma, pero a partir del siglo XVIII un pequeño grupo de jesuitas había emprendido una reforma de los estudios con fin de promover el método experimental en las ciencias y depurar los abusos del método escolástico. 5. La salida de los jesuitas, la clausura de sus colegios y el abandono de las misiones entre los indios de Sonora, Sinaloa, Chihuahua causaron resistencia y resentimiento en el virreinato. Las grandes rebeliones que estallaron en San Luis Potosí, Guanajuato y Michoacán fueron suprimidas por el visitador Gálvez y el ejército llegado de España castigando a más de 900 personas: 85 sufrieron la pena capital y los demás a azotes 6. Para intentar reponer los estudios de la expulsión, los franciscanos, agustinos y dominicos de la Real y Pontificia Universidad de México la validación de los cursos que ofrecían de gramática latina y humanidad a los alumnos laicos. En Puebla, Guanajuato, Guadalajara, Querétaro y México se reabrieron los colegios antes ocupados pos los jesuitas, bajo la dirección y financiamiento del gobierno. Instituciones ilustradas centros de rivalidad entre criollos y peninsulares. En campos de educación, la ‘’ilustración’’ se refería al interés del gobierno por aumentar la participación de la enseñanza, progresar en las virtudes ciencias y artes. El estado quería que las personas pobres tuvieran educación y se extendiera el castellano en las escuelas, modernizar las enseñanzas y reducir la participación que la iglesia tenía en las escuelas. El rey Carlos III fue alabado por haber establecido instituciones de conocimientos modernos en la Nueva España. Los criollos creían desde hace tiempo que existía la sabiduría prehispánica y virreinal en campos de medicina, arte, arquitectura, botánica y técnicas de minerales. Por ello el rey los nombró peninsulares en vez de criollos para trabajar en las instituciones. Escuela de cirugía Al terminar la guerra entre España e Inglaterra en 1763, Carlos III intento mejorar la preparación de los cirujanos del ejército y elevar su posición social. En la escuela de cirugía se combinaron la teoría y la practica en cursos de anatomía, fisiología, operaciones, clínica quirúrgica y elementos de medicina legal. La cirugía empezaba a considerarse una profesión y no un oficio. En casi todas las naciones la medicina y la cirugía se mantuvieron como disciplinas separadas. Debido a la posición de la universidad al admitir un oficio manual y sórdido, ‘’tan despreciada por los médicos como temido por el público‘’.
En 1768 el rey estableció en la ciudad de México la escuela real de anatomía práctica y operaciones de cirugía. Envió a España dos cirujanos para dirigir la institución. Escuelas gratuitas e innovaciones pedagógicas El Colegio de las Vizcaínas Originalmente internado para niñas españolas, en 1793 abrió sus puertas a 300 alumnas "de cualquiera clase o condición" que asistían diariamente sin costo a clases de lectura, escritura, religión y labores de costura, impartidas por catorce maestras laicas en cinco grandes salones. En 1808, en Chiapas, el dominico Matías de Córdoba observó que "es cosa sensible ver las angustias de un niño" cuando intentaba aprender a leer por el método del deletreo. Adaptando las ideas del suizo Juan Enrique Pestalozzi, el fraile propuso que los alumnos siempre pronunciaran sílabas y no el nombre de las letras. En busca de la manera de hacer la experiencia escolar más interesante y agradable se publicaron tres libros y un grabado para los niños. En 1784 los gobernantes indios de las parcialidades de Tlatelolco y Tenochtitlan, en la ciudad capital, con fondos de las cajas de comunidad, reimprimieron la biografía de Salvadora de los Santos, india otomí (libro escrito por el jesuita Antonio de Paredes, originalmente publicado en 1762). Primer libro gratuito. Las cortes de Cádiz y la educación En 1808 Napoleón invadió España y para impulsar la resistencia se convocaron las Cortes en Cádiz. Inculcar actitudes políticas entre la juventud. Ordenaba a los nuevos ayuntamientos constitucionales el establecimiento de escuelas municipales que enseñaran las primeras letras y "el catecismo de la religión católica que comprenderá también una breve explicación de las obligaciones civiles". 1813 se abolió el castigo de los azotes por ser incompatible con la dignidad de los hombres libres. Vida escolar La mayoría de los alumnos asistieron a escuelas gratuitas, ya fueran financiadas por los ayuntamientos, la iglesia, o los pueblos de indios. En esa época no se construyeron edificios escolares para la educación primaria. Generalmente se reunían los muchachos y el perceptor en uno o dos cuartos de una casa rentada, y en el resto del espacio vivía el maestro con su familia. Muchos niños recibieron su primera experiencia escolar en la amiga o “miga”; admitían muchachos pequeños y niñas hasta la edad de 12 años, porque a esa edad las señoritas debían retirarse de un lugar público y continuar sus estudios en su propio hogar. Se usaba el método individual de deletreo: primero pronunciaban cada letra, luego las silabas, las palabras y finalmente la lectura de algunas oraciones. Los muchachos dejaban la amiga cuando tenían 6 años, y a cambio encontraban a un perceptor de semblante severo y con fama de excelente y exigente maestro. Los niños llegaban a la escuela a las 8 de la mañana, muchos llegaban a las 9, algunos faltaban por enfermedad o los lunes por ser el día de “lavarse”. No se acostumbraba todavía usar pizarras y pizarrines.
A mediodía los alumnos regresaban a su casa para comer y volvían a la escuela de dos a cinco de la tarde. Los niños inquietos o desobedientes tuvieron que ponerse las orejas de burro, recibir castigos con la palmeta o la disciplina, hincarse con los brazos en cruz, a veces con pesos en las manos o tener que soportar la corma, una plancha pesada de madera que sujetaba el pie y hacía difícil que el niño caminara. Algunos perceptores se sintieron satisfechos con su profesión pero muchos expresaron lamentos por la falta de un sueldo adecuado y el aprecio de la sociedad. Al terminar la escuela de primeras letras, la mayoría de los jóvenes empezaba a trabajar y no concluía sus estudios. Al comenzar el siglo XIX Algunos académicos intentaron incorporar conocimientos modernos en la ciencia y la filosofía al mismo tiempo que el gobierno permitiera a los maestro abrir escuelas libremente sin pertenecer al gremio y mejorar los métodos de enseñanza. La mezcla de instrucción tradicional con la modernidad ilustrada iba a caracterizar la educación en los años venideros.