La urraca ladrona

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EL COLISEO. COLECCIÓN D\ OBRAS DRAMÁTICAS Y

LÍRICO-DRAMÁTICAS.

DE

j.

m. a,

LA URRACA

8

LADRONA.

RM133.

IMPRENTA DE CRISTÓBAL GONZÁLEZ. San Vicente

alta,

núm. 52.

1863. I


CATÁLOGO DE LAS OBRAS DRAMÁTICAS DE ESTA GALERÍA.

DEAMAS Y COMEDIAS EN TRES O MAS ACTOS.

La Urraca ladrona. Las consecuencias del juego.

La Huérfana de Ginebra.

PIEZAS EN

UN ACTO.

Una ganga.

Un

dia de azares.

Una boda

Un

á quema-ropa.

gallego singular.

El sasire del Campillo.

Cuando

se ejecute alguna obra,

ñores comisionados, exigirán

cuya propiedad ignoren

el libro

impreso, para

esta Galería reclamar y cobrar los derechos.

si

los se-

pertenece á


LA URRACA LADRONA.



LA URRACA LADRONA. MELODRAMA DE GRANDE ESPECTÁCULO,

NUEVAMENTE ARREGLADO EN 4 ACTOS Y EN VERSO,

DON PEDRO ESCABULLA. Estrenado

el

18 de Enero de 1863 en

el

Teatro del Príncipe.

% u\

/a->

MADRID. asas», ©su

®^ass®§^^ @®5Jg£&¡§3,

San Vicente

alta,

número 52.

1863.


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University of North Carolina at Chapel

Hill

http://archive.org/details/laurracaladronam16121caig


AL DISTINGUIDO ACTOR

DON MARIANO FERNANDEZ.

Faltaría á

nando en

un deber de gratitud

estos renglones

á Vd. debo, por

,

no consig-

un recuerdo de

el interés

la que

que se ha tomado en

la ejecución de la presente obra.

Dígnese Vd. aceptar esta dedicatoria expresión de

mi más

,

con la

sincero afecto»

El Autor.

r*

.*•

.*

¿N C>

C


ACTORES.

PERSONAS. ANA.

Doña.

JULIANA.

.

.

Adela Alvarez.

Doña. Emilia Dansant.

.

.

MIGUEL

Don Juan

García.

BAILIO

Antonio Mendoza.

MARCIAL GERVASIO BLAS

Juan Casañér.

ISAAC

Garrigosa.

Miguel Ibañez.

Mariano Fernandez.

RICARDO TESTADURA. BELTRAN JUAN.

Trinchant. .

.

Telesfoko Garbalon.

.

Agustín Móstoles.

....

.

Ramón Guzman.

.

ALDEANOS DE AMBOS SEXOS, GENDARMES, ALGUACILES, GAITERO Y ACOMPAÑAMIENTO. Marly 1750.

(i.)

La propiedad de ro, Editor

esta obra pertenece á D. Juan

Manuel Guerre-

de la colección de obras dramáticas y líricas titulada

El Coliseo y con arreglo á ,

la ley de propiedad literaria, nadie

podrá sin su permiso reimprimirla ni representarla en España y sus posesiones, ni en los paises con quienes haya ó celebren en adelante convenios de propiedad literaria.

Los comisionados de

gados de

la venta

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misma

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presentación de todos los puntos.

El Editor se reserva el derecho de traducción depósito que marca la ley.

y queda hecho

el


ACTO PRIMERO. —

A. la izExterior de una alquería en las inmediaciones de París. quierda del actor, la entrada de la casa; á la derecha un emparrado que conduce á las habitaciones interiores de la alquería; delante de este un tonel, sobre el que esta la jaula de la urraca pendiente de un árbol; grupos de árboles repartidos por la escena; una empalizada en el fondo, y á lo lejos una colina practicable. En el centro de la escena, una mesa con mantel.

ESCENA BLAS, Blas.

llenando una botella del lonel; después

Demonio

!

...

tan siquiera

no tuve tiempo ,

de beber...

Pero quién diablos Urraca. Blas.

I.

me

llama?

Blas. (viéndola.)

Por vida de Luzbel!

Pues es esa infame urraca, maldita de Dios amen...

Ana.

Buenos

Ana. Blas.

dias.

Bicho estólido!...

Blas.

Qué

te pasa?

Qué ha de

ser?

Esa urraca endemoniada,

enemiga de mi bien.

ANA.


.

8 Figúrate que ahora estaba

trasegando de

un

tonel

á una botella, ese vino

que tiene ya más de cien años, y que á mi padrino tanto le gusta beber:

creyéndole algo picado la

boca

punto acerqué

al

á la espita,

me

que

y era

el

cuando siento

llaman; vuelvo á ver.

maldito animal..

Parece sin duda que

no quiere

es suyo el vino y

que nadie beba.

Ana.

Eso es castigar tu golosina.

Blas.

A

la

verdad que no sé

cómo

se arregla ese bicho;

pues no cesa de correr por

el corral

sin

que entre

y

tejado,

el

las

manos dé

de un gato, y nos libre de

ella.

Si fuera de algún valer,

mal pero

Ana.

fin

hubiera tenido;

como

es tan soez,

y tiene tan malas mañas. .. Buenas las tiene también:

como

es el llamarte

cuando

te olvidas de tu deber.

Blas.

Pero hablemos de otra

Ana.

No por

que hago

cosa...

déjame,

cierto,

en

falta

la

cocina,

y tengo que disponer mil cosas... la

si

vuelve á

tentación otra vez,

acuérdate de

la

urraca,

darte,


9 y ahoga en agua tu sed. (Entra en

caía.)

la

ESCENA

II.

BLAS. Anita... ay,

sime

atreviera!...

Por Dios, que con ese aquel y ese garbo... Es mucha lástima que de criada aquí esté,

una chica de urraca

Y

parece que

—Eh!

demonio

tan... !

el

me

Blasillo,

vino aquel decia:

sórbeme.

Tengo gana de achisparme con ese aloque... Está bien, pero antes

me

he de vengar

del animal; yo no sé

cómo encuentra mi madrina atractivos y placer,

en

la

amistad de ese bicho

condenado. Pero á

que como

fé,

ella es bachillera

y murmura ora... pues, no tiene nada de extraño que se quieran... ya se vé,

un

ESCENA BLAS.— JULIA^iA

,

y

algunoi

III.

criados

que

necesario parala mesa.

Juliana.

,

lobo á otro no se muerden...

Por aquí, Santiago,

Inés...

arreglad esos trebejos,

conducen

al

terricio


10 y cuidado con romper nada; que esté la comida corriente para las seis;

y media llega mi veterano Miguel,

á las cinco

y son ya

las cinco dadas...

pero , y Blas? se habrá acercado á la

(Blas

jaula de la urraca.)

A y!... San Andrés

Blas.

me

valga!...

Cómo! La urraca

Juliana.

Blas.

que

me

ha picado. Hizo bien;

Juliana.

no

te metieras

No

Blas.

es

con

ella.

una razón.

Juliana.

Sí es.

Déjate de tonterías

y necedades... á ver si

arreglas pronto la

mesa

bajo esos árboles... ten

cuidado con

la vajilla, (con énfasis.)

Bueno, madrina; conque

Blas.

hoy nos llega vuestro hijo después de servir

al rey,

con su licencia absoluta?

Y

Juliana.

con tres cruces.

Blas.

Sí?...

Juliana.

Tres,

y dos heridas.

Qué gusto

Blas.

vamos, madrina, á tener, oyéndole referir sus aventuras!... Juliana Blas.

Sí, á fé!

.

Sus

batallas...


.

.

11

Vamos,

Juliana Blas.

Los sablazos y

basta.

los...

Eh!...

Juliana.

haz

que

lo

te digo, y calla,

maldecido de cocer! Blas.

(Cuando digo que y

yo

ella...

me

la

urraca

entiendo... pues.)

ESCENA DICHOS.

Gervasio.

—GERVASIO,

Blas, ven aquí,

IV. radando un tonel.

que no puedo

yo solo y estoy cansado. Blas.

Allá voy.

Poquito á poco.

Gervasio. (Le coloca

Blas.

Con iria

Gervasio.

la

á

un lado.)

mitad de este vaso

desde aquí á Flandes.

Está todo preparado para recibir

al chico?.

No nos vaya

á faltar algo

á última hora, y

por Juliana.

ello los

(con ironía.) Si

.

murmuren

convidados.

tú no vienes, se quedi

por hacer lo necesario.

Linda ayuda! Gervasio.

(Acariciándola.)

Juliana.

Déjame en paz.

Juliailttct!

Pero.

Gervasio.

.

Vamos,

Juliana.

no tengo gana de broma. Después que no he descansado

en todo desde

el

el dia,

corriendo

granero hasta

el patio,

del terrado á la bodega,


12 disponiendo y preparando lo conveniente, ahora vienes...

Como

se diera

si

en casa,

me Blas.

moviese para darlo!

Madrina, no sois vos sola,

que Ana y

yo...

Buen par de cuadros!

Juliana,

Blas.

un paso

que yo no

sin

Caramba!...

Gervasio.

Pero es posible, Juliana, que sin descanso

y por

el

menor motivo incomodar?

te has de

Es claro!

Juliana. Si yo

no tengo razรณn...

Si soy una...

Ese vocablo

Gervasio.

te escuso al interrumpirte.

Tienes

Y

un

genio... canario!

apesar de tu mal genio

te haces querer,

y

al fin

porque

tu fondo es

muy

al

cabo

bueno,

pero...

Pero siempre que hablo

Juliana. te

incomodas, aunque nunca

te contradigo. Dios santo! Si siendo tan

no

te

yo sola toda de

complaciente

doy gusto, aunque hago la

hacienda

la casa...

Vamos, vamos,

Blas.

madrina, que Ana trabaja. Gervasio.

Es verdad; es un dechado

Juliana.

Anita! Bien, ya empezamos.

de virtudes esa chica.

Siempre

me

estรกis repitiendo


13 lo

mismo, siempre alabando

sus virtudes, su obediencia,

que

me carga

porque con

en alto grado,

ella

no puedo

desahogarme, como cuando riño con este zoquete,

(por bi«.)

y le aplico un par de lapos en los mofletes.

Que escuecen!

Blas. Juliana.

A

la

verdad, ya

me

canso

de oir cómo se prodigan tantas alabanzas, tantos

reconcomios, para esa gatica de Mari-ramos...

pues hasta

que la

señor Bailío,

el

mal no he reparado

si

quiere

más de

lo justo...

y es conveniente estorbarlo; sería una boda absurda. Gervasio.

Pues

si

acontece ese caso,

no sé yo quién de

los dos

quedaría más honrado.

Ana aquí no

está en concepto

de criada, ni es tan bajo su nacimiento, que pueda

avergonzar á un cristiano.

Mi hermana desde París la

encomendó

á

mi cuidado:

su padre fué arrendador

como

nosotros; errados

cálculos le condujeron á la miseria, llegando esta al extremo de hacerle

sentar plaza de soldado

cuando enviudó... Blas.

Ya

lo creo.

me

'

parece...


)

.

Pero hablando

Juliana.

sin ton ni son, pasa el tiempo

Gervasio.

y estará cerca Es cierto.

el rmichacho'.

Podemos

Juliana.

ir

á la colina.

Qué guapa

Gervasio.

debe estar con su uniforme! Juliana.

Y

tres cruces.

A

propósito, es preciso,

Y

Blas. Gervasio.

mostachos!

ya que nunca á separarnos

vamos de

él,

pensar en un

bonito partido.

Y

Juliana.

tanto!

Solo que aquí no hay

muchacha

digna de su talle y garbo.

amor de madre.

Gervasio.

Te ciega

Juliana.

Quién tiene

el

los necesarios

requisitos en la aldea?

Blas.

La

hija del

Blas.

Tocho.

Un

Juliana.

avanto!

La del herrador. Es coja,

Juliana.

y además no tiene un cuarto Blas.

Pues entonces, quién?...

Urraca. Gervasio.

Anita.

A

propósito... (Riendo.)

(Mal rayo

Blas.

en

tí!

ESCENA V. Dichos,

Ana. Gervasio.

ANA.

Me llaman? (El diantre


)

15 de Juliana,

la

urraca!

Oye, te encargo

(a Ana.)

que cuando guardes

la plata,

tengas especial cuidado

en contarla, no suceda lo

que cuando

cumpleaños

el

de Gervasio, que

un

faltó

tenedor... vaya

un

chasco!

no haber podido saber...

Ana.

Por

cierto,

que tuve un rato

aquel dia!

Y

Gervasio.

Blas.

quién se acuerda?...

Entre Ana y yo, no dejamos agujero ni rincón; pero nada;

el

mismo

diablo

debió de cargar con él. Juliana.

Sí, sí;

con

como hubiese dado

el ladrón...

Dale bola!

Gervasio.

no pareció?... pues dejarlo. Juliana.

El mismo interés te tomas

en todo.

Lo que hace

Gervasio.

es cuidar de

no

que

se pierdan,

al caso,

las cosas

que en estándolo

nada aprovecha

el

deseo

de encontrarlas. Blas.

Es exacto.

Juliana.

Calla tú, y vente conmigo.

Blas.

Obedezco: voy y

callo.


!

16

ESCENA GERVASIO Ana.

Pesar como

,

ANA.

que aquel dia

el

no vuelvo á tener!

sentí,

Gervasio.

VI.

Pues yo no logré perder

un momento mi alegría. Que no es cosa tan extraña que se pierda un tenedor, ni

para que exceda

el

dolor

á una pérdida tamaña.

En

fin,

no

me

dejando esto á un lado, das albricias, Ana,

ya que está

la

hora cercana

de abrazar á mi hijo amado? ó no piensas ya en Miguel?

Ana.

Ah, señor! Para eso fuera

nunca hubiera

preciso, que

Ana Gervasio.

vivido con él.

Bravo, hija mia.

Los dos

Ana.

juntos desde tierna edad

nos juramos... amistad,

en

la

presencia de Dios.

Jamás Miguel en mí vio

una

criada.

.

.

no, á

fé;

el

más alto fué que Ana le mereció

Y

yo agradecida y

afecto

fiel

un cariño tan constante, no he dejado ni un instante á

de rogar á Dios por

Siempre que

él.

el sol se

ocultaba

terminando un nuevo dia,


í?

un pensamiento en mí que á vuestro

había

hijo dedicaba.

Cuando el viento desatado zumbaba desgarrador, yo murmuraba: Señor, no abandonéis

al soldado.

Y

la tristeza

cuando con

en

el rostro

retratada

observaba yo, inclinada

blanquear vuestra cabeza, decia yo con prolijo afán, y expresión sincera:

haced que

el

padre no muera

sin abrazar á su hijo.

Gervasio

Y

Dios tu voz escuchó

cuando rogabas por

él,

puesto que vuelve Miguel, y puesto que vivo yo. Dios cuyas miradas miden los

pensamientos ágenos,

y que oye siempre á los buenos cuando por los buenos piden.

—Pero ese cariño

fiel

y constante á todas horas, ese afecto con que oras

por

la

vida de Miguel,

¿es solamente amistad,

ó acaso otro

Ana.

nombre alcanza?

Señor...

Ten en mí confianza;

Gervasio.

confiésame

la

verdad.

¿Pudieras algún temor abrigar, siendo sincera,

de que Gervasio opusiera obstáculos á tu amor?

Ana.

Ah!...


18 Crees que con enojos

Gervasio.

contemplo yo en este instante el

rubor de tu semblante,

la

turbación de tus ojos?

Abrázame prontamente, que el

si

también

ama

te

él,

padre de tu Miguel,

en todo, en todo consiente. Ana.

Ah! señor: apenas creo que acabo de escuchar...

lo

¿Quién pudiera imaginar?... Gervasio.

Pues yo bien claro

lo veo.

eres honrada, él honrado

es también y yo lo fio,

que es soldado, é

hijo mió,

y viene condecorado. Conque si os amáis, hay cosa

más

natural que consienta,

siendo el

por mi cuenta,

feliz,

esposo con la esposa?

Ana.

Pero hay un inconveniente.

Gervasio.

Después de mi voluntad?

Ana.

Digo, una contrariedad.

Gervasio.

Eso es ya

Ana.

Vuestra esposa...

Gervasio.

de que

muy

Yo respondo mucho vá á rabiar...

pero harta al

fin

cederá... tiene

Ama

diferente.

de gritar,

buen fondo.

á Miguel con locura,

y viendo que

te

ama

él

por dar un gusto á Miguel hará que os despose

Ana.

el

cura.

Entonces...

No hay más que

Gervasio.

Hoy

llega aquí el granadero,

hablar.


19 y no tardará, en conducirte

lo espero, al altar.

ESCENA VIL DlCBOS,

Juliana.

Vaya, aquí está

con GERVASIO.

JULIANA

y

BLAS,

coa un canasto.

el canastillo

cuidado!

los cubiertos...

(Mirando a Juliana.)

(Ahora que estoy á su lado

no el

me

parece sencillo

proponerla...)

Marchemos,

Juliana. ó

vamos

á

que llegue

si

á dar lugar el militar

un punto nos detenemos.

Blas.

Yo voy á

Juliana.

Di á Santiago que en seguida

la

descubierta.

nos prepare la comida, y á la chica (Salen por

el

que esté

ESCENA ANA,

alerta.

fondo.)

VIII.

(arreglando

la

mesa.)

Apenas puedo creer la

dicha que experimento.

Ser suya!... ser su mujer!... Dios mió, cuando yo aliento

que no mata

el

placer!

Su padre aquí me

lo dijo.

es

Bien escuchó Dios mi ruego

calmando mi afán

prolijo.,.


.

20 á

devuelve su hijo,

él le

y á mí me envía el sosiego. Mi padre también será testigo

me

de mi contento:

escribe que pedirá

licencia, pues ahora está

en París su regimiento. Pobre padre!... quiera

el cielo

que un instante de consuelo disipe la

amarga pena

con que

la

desgracia llena

tus dias de amargo duelo.

ESCENA ANA

é

ISAAC

,

con un cajón colgado al comercio en

Isaac.

IX.

la

cuello,

y varios objetos de su

mano.

Peines, sepillos, especos é pastillas del Serrallo...

Ana.

Quién es?

saac

Pattoletti bianchi...

Qui vuol comprar... Per un franco, camafei della China;

per due, annelli, per cuatro

parfumes della Sultana de Stambul...

Es excusado:

Ana.

no puedo comprarle nada

como

otras veces.

Yo

Isaac

fatto

rebaca nel miu comerzzio,

quand'

io

trovo

un soberano

sembiante d' angelo, é voi siete

un rimembro

dell

Pasmo.

.


21 bella

de

il

comebianca speme fiume...

No

Ana.

está aquí el

amo,

y en su ausencia no rae atrevo...

me

podéis volver y

de procuraros

encargo

venta

la

de alguna cosa. Isaac.

Obligato,

(saludando.)

mi trovarme

signorina...

hotel del caballo bianco, é porto á vostro servizzio sortijas, peines, zapatos,

y perfumes, elixires, opiatas, cintas, rosarios,

especos pour ne far vieco il

sembiante.

.

.

é molti d' altro

articolo... á rivedersi. (Al salir tropieza con Blas, que llega precipitadamente.)

Blas.

Animal!

Sonno

Isaac

italiano.

ESCENA ANA Blas.

No

BLAS.

y

que

es razón para

deshecho un

X.

me

hayas

pié...

Qué ha pasado?

Ana.

Ya está ahí Miguel.

Blas.

Albricias!

Ana.

De veras?

A

Blas.

Yo lo

no dudarlo.

iba delante de todos

menos quinientos pasos,

cuando

al salir

veo por entre

un

militar...

de

los

Es

la

aldea

álamos

él! dije...


——

22 y

me

lancé

como un

diablo

á su encuentro. Miguelilló

después de mirarme

un rato

— Hola! eres tú, animal?... — Yo me

conoció:

dije: alto...

presente... yo soy, el

Chica,

Y

si

vieras

mismo.

qué guapo!

Anita, dijo, no viene?

Está en casa preparando...

Ana. Blas.

Ana. Blas.

Te ha preguntado por mí? Ya lo oyes. (No me ha olvidado!) Ahora hacia aquí se dirige en medio de

los

muchachos

y las mozas, que han salido con el gaitero... canario!... hoy es gran día... habrá baile... y vino... y tortas... y hornazos... Viva el granadero! Todos. Blas.

Viva!

Vivan también muchos años sus padres!

Vivan!

Todos.

Qué

Blas.

gusto!

de alegría brinco y salto!

ESCENA Dichos,

Juliana.

GERVASIO, JULIANA, MIGUEL, ALDEANOS , GAITERO. J5a!...

Ya Miguel.

Ana.

XI.

le

á prepararlo todo...

tenemos en

casa...

Anita/

Señor Miguel...


23 Gervasio.

Qué

Blas.

Viva

estás diciendo, muchacha?...

tú por tú, y dale un abrazo. el veterano!...

Vaya,

Juliana.

dejarse de tonterías

y á Miguel.

la

mesa.

Por qué causa

(a Ana.)

muestras esquivez conmigo? (Gervasio los contempla con satisfacción.)

Ana.

La

Juliana.

(a Gervasio.)

ausencia...

Qué miras? Nada...

Gervasio.

Juliana.

(Van á hacer linda pareja.) Vamos, que el tiempo se pasa y está

el

cordero en la mesa

diciendo comedme... Ana, Blas. (Se sientan nos bailan

Miguel.

Juliana.

á la mesa, al

son de

sirviéndoles

la

Blas y Ana. Los Aldea-

gaita.)

Tengo un apetito, cómo diré?... de campaña. Verás qué tortas tan ricas

con aguardiente.

No hay nada

Gervasio.

que abra más

el

que un

quien se

hijo á

apetito le

aguarda...

Juliana.

Y que

Gervasio.

Pero no adviertes, Juliana,

viene hecho

un buen mozo.

que estos muchachos están (PorUs

aldeanos.)

deshechos?

Pues que

Juliana. al

se

vayan

huerto, y bailen y trinquen

aunque sea hasta mañana. Oye, Blas, de aquel barril

que hay en ese árbol,

les sacas


24 lo

que sea necesario

para mojar

la

garganta

y apagar todos Aldeanos.

la sed.

Viva!

A

bailar!...

Basta, basta

Blas.

de bulla...

huerto.

al

(Salen los aldeanos.)

Qué y yo que no me acordaba!

Gervasio.

(Dándose un golpe en

Miguel.

Qué

decís padre?

Gervasio.

Que

el Bailío esta

Juliana.

Yo me

frente.)

la

diablos!

Qué es eso? mañana

Juliana.

quedó en venir á comer. encontré en

lo

y dijo que hasta no lo haria. Gervasio.

Miguel.

plaza

Pues ya tarda. Y qué ha ocurrido en mi ausencia por

el

lugar?

Que

Blas. las chicas

y que Juliana.

la

los postres

se casan

que tienen novio,

los viejos se largan...

Y quién

te

manda meterte

en camisa de once varas? Miguel.

Y

el tio

Geromo? Sigue

Juliana.

con el

la gota:

no descansa

pobre un minuto.

Pero

Gervasio.

cuando sepa tu llegada, verás

cómo no

le

impide

para venir...

Tengo gana

Miguel.

de dar un estrecho abrazo

Juliana.

al

pobre

Blas.)

viejo.

Esa jarra


25 acércame.

(Se levantan.)

Y me

Miguel.

parece

regular que sin tardanza

vayamos á

verle.

Es

Gervasio.

Miguel.

cierto...

Después de cumplir tan grata obligación, mientras llega el Bailío,

aquí con

Ana

vendré á charlar, y que siga el bullicio y la algazara... Que es muy grato en el hogar después de ya terminada la

obligación de

un empeño,

entregarse en cuerpo y alma

descanso y

al

en

la

la

alegría

apacible compaña

de unos padres tan queridos... Juliana.

Que ausente bien

Gervasio.

Y que

Miguel.

te

(a Ana.)

Pero observo que esa cara

no participa de

común

te lloraban!

abrazan presente.

la

alegría.

Vaya...

Ana. por qué no?...

(Después que

Gervasio.

el

cura

bendiga en paz y en gracia de Dios, van á ser... pero antes...

los

antes que eso está Juliana...)

Miguel.

Con que á ver

Gervasio.

Juliana.

(a Ana.)

al tio?...

Vamos. Ten cuidado, no se caiga

ó pierda nada...

Otra vez!

Gervasio. Juliana.

Y

Blas.

Para celebrar

otras cincuenta... ea, la fiesta

voy á sacar de

la

jaula

en marcha,


.

urraca, porque en

la

el

huerto

revolotee á sus anchas.

No haya miedo que (nace

que indica

lo

se pierda;

el dialogo.)

todos los dias se escapa á la torre de la iglesia

y siempre se vuelve á casa. ( Salen foro

izquierda.)

ESCENA ANA, Me ahoga

luego

la

XII.

MARCIAL.

satisfacción

de ver á Miguel aquí...

Por qué palpitas por qué

Y

así...

corazón?

lates,

un recuerdo guardó

él...

en tan prolongada ausencia,

cuando

al

verse en mi presencia

en seguida enrojeció. (Empieza á recoger

Sí,

me

siento

la plata

adora... en

que guarda en

mi

alegría

un recuerdo importuno.

Oh! sin duda

falta

que más intensa

alguno

la haría.

Mi padre... mi padre,

sí...

Pero no hay duda, vendrá...

en París acaso

muy

está...

cerca de

Marcial.

(Cerca,

Ana.

Después que estemos unidos, cuál los dias correrán!

tí.)

. .

Marcial.

(Tan bellos proyectos van

Ana.

Acaso yo desvario

á ser por

destruidos!)

el canastillo.)


27 con tan dulce pensamiento. Marcial.

(Oh! cese ya mi tormento!)

(Adelantándose.)

Ana...

Quién

Ana.

es?...

Padre mió!

(Al reconocerle tira sobre

mesa

la

la

cuchara.)

Vos aquí, cuando hace poco hablaba?...

Marcial.

escuché,

Sí, te

mia, y por mi fé que es para volverse loco

Ana

dulces palabras oir

que forman proyectos bellos, cuando yo vengo, con ellos tu ventura á destruir.

Ana.

Qué

decís?

Que por mis males

Marcial.

de cien mueries he salvado la vida,

cuando arriesgado

hube en cien

la

Que nunca hija

lides

campales.

debí tener

que tanto me honrase,

y hacerla que renegase

algún dia de su Ana.

ser.

Esa desesperación

que vuestras

frases indican

mis cuidados multiplican. Marcial.

Grandes mis desdicbas son! Tanto, que no es ponderarte

mi afán, decir que

es

más

que

la alegría

y

contento de abrazarte.

el

fuerte

de verte

Porque tan pura alegría y tan sin igual contento enturbia

de

Ana.

la

el

bastardo acento

desventura mia.

Sepa yo vuestro dolor


28 Marcial.

y no hagáis que el mió aumente, Pues bien, estás frente á frente

Ana.

Un

de un villano desertor. desertor!

Marcial.

Sentenciado á

la

última pena.

Ana.

Ah! no. Callad.

Marcial

Quien obra cual yo,

.

debe morir fusilado. Ana. Marcial.

Mas vos, honrado, leal... Lo quiso así mi destino; por eso hoy tu padre vino á ser autor de tu mal.

Mi regimiento de asiento á París fué destinado,

y ayer quedó aposentado

en París mi regimiento.

Tan cerca estando de aquí quise verte, y con urgencia

para unos dias, licencia á t

mi capitán

pedí.

Por un capricho cruel á dármela se negó; loco entonces de ira yo

hice armas contra

él.

Huí.

Ana. Marcial.

Dios mió!

Un amigo soldado en mi compañía

que fué de mi demasía en aquel lance testigo,

prestóme ayuda y dinero;

Ana.

compré un disfraz y aquí estoy. Quién sabe, Ana... tal vez hoy. Ah! no! pensarlo no qfliero.


.

39 Marcial.

No

obstante...

Pero, por qué

Ana. Marcial.

disteis

en tan grave azar?

No

sé;

me pongo

en

ello...

Un

á pensar

mas no

lo sé.

instante de locura

cuyas consecuencias son muerte...

la

Por compasión,

Ana.

no aumentéis mi desventura! Marcial.

Si

me

sorprenden.

Ana.

.

No, esta casa asilo:

en

no...

puede daros ella

quedaros

debéis... os lo pido yo...

Aquí

se juzga

un deber

la hospitalidad,

Marcial.

y es fuerza...

Al que conmigo la ejerza

no quiero comprometer.

Además,

está la aldea

á la ciudad tan cercana,

que fuera una idea vana el

Ana.

adoptar esa idea.

Pero...

Forzoso es partir.

Marcial.

Ana.

Corriente: yo iré con vos.

que nos ayude Dios ó que nos haga morir.

Marcial.

Y

crees que aceptaré

tan inmenso sacrificio?

Ana.

Y

á orillas de

creéis

Marcial.

un precipicio

que yo os dejaré?

La obediencia...

En

Ana.

no

me

tal

hagáis de ella

afán

un deber,

que tampoco vos ayer


30 oísteis al capitán.

Marcial.

Y

vé aquí

consecuencia

la

de tamaña demasía... desengáñate, hija mia,

primero es

lo

la obediencia.

no quiera que tu ruego sea vano, Tal vez el Señor

tal

vez llegue salvo y sano

huyendo hasta la frontera. Te escribiré desde allí si consigo lo que anhelo... de otro modo, ya hará

el cielo,

Ana, que sepas de mí. Las malas nuevas...

Ana.

Dios mió!

Dios mió! qué horrible azar!...

Marcial.

Vamos, basta de

ANA.

(Mirando á

Marcial.

Ocúltame...

Ana. Marcial.

Ya no puedo. Tengo aun que decirte...

ANA.

^Señalándole una

Gente

la

llorar.

derecha foro.)

llega... es el Bailío...

silla

junto

¡i

la

mesa.) Allí

sentaos... triste de mí!

estoy temblando de miedo! (Procura cubrirá su padre y ocultarle 4

ESCENA Dichos,

Bailío.

(Buena ocasión:

el

XIII.

BAILÍO.

vi á

Miguel

con su padre poco há y

dije: sola estará

pues que

ella

no vá con

Además que mi

él.

querella

los ojos del

Bailío.)


)

1

31 á ella sola se dirige... Dije

muy

bien cuando dije:

sola estará la doncella...)

ha visto!

Ana.

(Ya

Bailío.

(Reparando en Marcial.) (PerO.

le

veo que dije

..

1; hola!

muy mal

cuando aseguré formal que Anita estaría sola.) Ana.

(Ofreciéndole un Taso con vino.)

Señor Bailío...

No quiero

Bailío. desairarte.

Ana.

(Desconfío.)

Bailío.

Pero, pregunta el Bailío:

Ana.

Vos

quién es este forastero? lo

habéis dicho. Quién?... yo!

Bailío.

Ana.

Un

infeliz

caminante

que de angustia jadeante hospitalidad pidió.

Vamos, vamos, descansad... Bailío.

Y

(a su padre.)

tú se la has otorgado?

Siento que hayas practicado esa obra de caridad.

ANA.

(a su padre.)

Bailío.

Vine á hablarte

(Fingid sueño»)

No

os comprendo!

sin testigos

importunos, ni mendigos que... (Señalando

Pero

Ana. Bailío.

En

La no

á Marcial.)

está

durmiendo!

efecto...

Ana.

Bailío.

si

le

fatiga

deja respirar.

Entonces, fuerza es hablar,

y oye bien cuanto te diga. Ana, una pasión tirana


)

32 en mi pecho se ha albergado. Bailío.

(Qué murmura ese menguado? En fin, yo te adoro, Ana.

Ana.

Advertid...

Marcial.

Por eso, muerto

Bailío.

ante tus ojos estoy,

Marcial. Bailío.

y á decir

al

punto voy;

Ana mia,

lo

que advierto.

mi corage no domo...) Advierto que estoy enfermo, (Si

pues duermo mal o no duermo,

y como poco ó no como.

Cuando

rezo; pesia mí!

por calmar mi desconsuelo, se

me marcha

el

santo al cielo,

y es que estoy pensando en Si salgo á paseo,

tí.

veo

por mil diabólicas artes tu imagen en todas partes

que recorro en mi paseo. Si dicto

alguna sentencia

en algún lance imprevisto, de algún labrador mal quisto ó de alguna trascendencia, interpreto ley y fuero

siempre soñando contigo,

que

al

inocente castigo

culpable remunero.

y

al

Y

de estar tan trastornada

mi mente, aunque sin malicia, vá conmigo la justicia bien corrida y mal parada.

Y

todo esto en mi concepto,

pues no son cuidados leves, siendo tú

la

causa debes

prevenir, Ana, el efecto.


33 Ana.

(Es oportuno

momento

el

para una declaración!) Bailío.

Tengo ó no tengo razón al decirte lo

Ana. Bailío.

Pero yo qué

que siento? de hacer?

le

Pues mi enfermedad conoces

y pido

el

remedio á voces,

aplicarle es menester.

Ya que he perdido

el

que en otro tiempo

dame por

sosiego

tenia,

Ana mia,

Dios,

dame...

ESCENA. XIV. Dichos,

JUAN.

Tomad.

Juan.

Cómo!

Bailío.

Juan.

Un

pliego

de parte del escribano!

Le ha

traído

un

militar

(Movimiento de Marcial.)

hace poco de París, y cuadrado en de

la

el

humbral

puerta, dijo que era

urgente á no poder más.

(sale.)

ESCENA XV. Dichos, menos

JUAN.

Bailío.

El diablo cargue contigo!

Ana.

(Cielo santo!...

BAILÍO.

(Registrándose

Y no

qué será?

el bolsillo.)

tengo los anteojos!..;

Vaya un olvido

fatal!


»

34 Sin ellos, aunque las letras fuesen

me

como de aquí

á Oran,

es imposible leer. (Procurando

Sol... da... do, sol... dado...

leer el pliego •)

Bah!

no puedo. Ana.

(Cómo!)

(Qué

Marcial.

me

Bailío.

Ana,

Ana.

(Leyendo aparte.) (DÍOS

Un (En

dice?)

quieres prestar

favor?... lee. (Dándola

alia

voz.)

«Un

papel.)

desertor.

Voto á

Bailío.

Ana.

el

mió!)

tal!

«Soldado del regimiento... «regimiento de Champagne,

«condenado á muerte...» Bailío.

Ana.

Cascaras!

(Virgen de

Soledad,

la

amparadme!) Marcial. Bailío.

(Estoy perdido!) (Viendo que Ana llora.)

Oh! que eres sentimental! Si por todos los perdidos

hubiese uno de

Vamos,

llorar!

sigue.

Ana.

(Si leo esto,

se pierde... cielos!... «Marcial,

«cincuenta años, cinco pies,

«dos pulgadas...) Pero, bah!

Bailío.

no sabes leer? Es tan mala

Ana. la letra?...

Por San Damián!

Bailío.

Pues Ana.

si

parece de imprenta!

(Oh! qué idea!) Voy

allá!

Su nombre Eduardo,

diez y ocho


35 anos...

Bien temprana edad!

Bailío.

y nueve pulgadas. una catedral!

Ana.

Seis pies

Bailío.

Pues

Ana.

Cara redonda, ojos grandes,

es

cabello rubio...

En verdad

Bailío.

que es un Adonis. Casaca

Ana. blanca; solapa y

demás

vivos azules.

(Me salvan

Marcial. las señas!) ¡ailio.

(Volviéndose hacia Marcial.)

Diablo! Será

ese prógimo?... Veamos...

Diez y ocho años,..' están

en horrible discordancia las señas.

Ana.

(a Marcial.)

Podéis marchar

antes que vuelvan los amos... (Aparte.)

Marcial.

(OdÜtaOS.)

Oh!

(Sale foro derecha.)

qilé afán!..

ESCENA XVI. Dichos, menos

Bailío.

Con que, dime,

MARCIAL.

linda niña,

ahora que solos y en paz

nos deja ese pasmarote,

no hay en tu pecho, no hay en tu corazón siquiera

un adarme de piedad? Ana.

Basta: os molestáis en vano,

porque nunca he dé aceptar

un amor, que

á vos

y á mí


.

36 nos pondría sin solaz ni tregua en el

más completo

ridículo...

BaILÍO.

(Tratando de agirla una mano.)

ANA.

(Entrando en

Bailío.

Qué

la

Ana.

.

Apartad.

alquería.)

Juan Crisóstorao

es esto? á mí!... á

Atanasio!... voto á tal!

Tendrá esa chica un amante!

Pues

si

llego á averiguar

más mínimo... un proceso... Yo haré que mi autoridad

lo

se respete... por Dios santo

que (Se

me

tengo de vengar.

retira por el fondo. la

derecha^ y coge

la

ESCENA ANA

,

este

momento

cuchara de

la

baja

Ah! ya

MARCIAL.

(Saliendo por entre los

partió!...

XVII.

padre mió! ái

boles.)

salvado. No... callad,

Ana. estáis perdido.

No importa;

Marcial.

es necesario ganar

No tengo ni un Ana mia, por lo cual,

tiempo...

conviene que

como el

punto vendas,

cubierto de tu madre..

Ah!

infeliz!...

Ana.

(Azorada.)

Marcial.

Y cuando la

al

sueldo,

sea sin tardar,

suma,

Sí!...

descuidad.

hayas realizado

la

dejarás

la

urraca por

meta, huyendo.)

MARCIAL.

Ana.

Me has

En


37 en

el

tronco del primer

sauce que á

la

entrada está

del pueblo.

Ana.

Sí,

pero huid...

escondeos... procurad

que no os vean... Hija mia,

Marcial. adiós.

Asa.

Antes de marchar

(Deteniéndole.)

dadme vuestra (Marcial pone su la

Marcial.

Ana.

izquierda

se

bendición,

mano

enjuga

(se arrodillo.)

derecha sobre el

la

cabeza de Ana, y con

llanto.)

Ana!... adiós... suerte fatal!... fondo.)

(Se aleja por

el

(oe

rodillas.)

Virgen santa, id en su ayuda,

no

le

abandonéis jamás!...

FIN DEL ACTO PRIMERO.


ACTO SEGUNDO. Sala pobre: al fondo una puerta y dos ventanas cerradas á cada lado: á la izquierda, en segundo término, una puerta que conduce á las habitaciones interiores. Sobre una mesa, un canastillo con cubiertos y la jaula de la urraca colgada; otra mesa, con tapete verde al lado opuesto, sillas, etc.

ESCENA

I.

ANA. Oh! qué ansiedad tan horrible! El tiempo corre veloz

y en cada raomento.se hace

más grave mi

situación.

Dos veces estuve ayer en busca de Isaac, y no hallarle en la posada,

pude

siendo estéril

mi

aflicción,

que acaso mi padre haya partido viendo que yo falté á la cita... Dios mió!...

sin recursos, su valor

no

le servirá

de nada.


!

39 Tal vez á estas horas... oh! es perdido si le

encuentran,

perdido sin remisión.

Y

todo por mí, por verme

en sus brazos!... este atroz

pensamiento

me

me

el corazón...

desgarra

Cuando

aniquila,

iba á ser tan dichosa

cuando premiado mi amor

me

brindaba una existencia

cual nadie la disfrutó!...

ver deshechas

como

humo

el

mis esperanzas... ser hoy el

juguete de

Quién más

la suerte...

infeliz

que

yo?...

ESCENA ANA é ISAAC Isaac.

por el fondo.

Signorina...

Ana.

Ah!

Isaac!

Yo sonno

Isaac

Ana.

II.

Os buscaba.

Isaac.

Servitor:

volete annellos, perfumes, joyas, esencias?...

4

Ana.

No, no; solo quiero...

También

Isaac.

mia

porto,

fancullina...

Ana.

Por hoy, no puedo compraros nada; al contrario...

Mi non

Isaac

que

so

fare per agradaros.


40 Ana.

Me

vais á hacer

un

Ved este CUbiertO.

E

Isaac.

Ana.

favor: (Enseñándoselo.)

bello.

Os gusta? Molto.

Isaac.

Ana.

Mejor;

compradle. Isaac.

(Examinándole.) (Plata di

Ana.

Cuánto

me

legC.)

ofrecéis?

Per voi

Isaac.

faro qualque sacrifizzio...

E

vero, Dio de Sionl

que abondo poco

in danaro,

tré poquino...

Vamos, no

Ana.

perdáis el tiempo.

Non

AAC.

pesa

dose francos... dies os doy.

Ana.

Y

Isaac.

Ana.

Vamos, subid

pierdo en ello.

algo..

Oh!

Isaac.

Ana.

Ved que

es plata antigua.

Certo;

Isaac.

eso le quita el valor,

que está molto desgastada... dies francos, ni

un sueldo doy

de más...

Su trabajo

Ana. el

Ya

Isaac. il

se pagó

mi credete,

trabaco...

non vale

piu.

necesito

más

Pero yo

Ana.

Isaac.

vale

doble.

Yo non

dinero...

posso, per

mi honor


.

.

41 il

guiuro.

.

Dadme

Ana.

catorce

francos.

Dio de Jacob!...

Isaac.

catorce!... troppo danaro.

Ana.

Recordad que cuando vos llegáis,

compro alguna

Isaac.

Per

considerasion

A^a.

Bien, tomadle; y quiera Dios que os valga el doble.

tal

cosa...

doy dose francos... y pierdo...

(Algo más

Isaac

me donará (Dándola

Eco

il

il

comprador.)

dinero.)

el

danaro...

si fato

con voi

altro negozzio

come questo,io lemosina vó demandare.

ANA.

(Contando

el

dinero.)

Uno, dOS...

está bien.

(Ah! brava compra!)

Isaac

Signorina, addiO...

(Al salir tropieza con Blae.)

Gervasio.

Oh!...

animal!

Isaac

Sonno

italiano

ESCENA ANA Blas.

y

III.

BLAS.

Siempre tiene alguna coz preparada ese zopenco

con igual contestación. Has comprado alguna cosa al israelita?

Ana.

No,


.

42 contrario le he vendido.

al

Blas.

Entonces tanto peor... de

fijo

te

habrá robado,

porque tiene una intención... Ana.

Necesitaba dinero y

llamé.

le

Voto á brios!

Blas.

Has obrado mal, Ana.

muy

mal.

Por qué?

Porque estando yo

Blas.

aquí no era necesario acudir á ese ladrón consentido.

No comprendo!

Ana. Blas.

Me

explicaré,

No

te has

señor...

portado conmigo

como manda Dios. Yo tengo algunos ahorrillos;

como...

gasto poco, y así voy.

reuniendo algunos francos

que me cambia

el

herrador

por luises ... y tengo tres relucientes

como

el sol,

y no pudiera emplearlos en otra cosa mejor

que en sacarte de un apuro Ana. Blas.

.

.

Agradezco tu expresión.

Qué

es agradecer?

crees

que no recibo favor en servirte?... voto

Te juro á que

si

al

diablo!

de quien soy,

fuera necesario

arrojarme de un balcón por agradarte,

Ana.

lo baria.

Sé que como tú no hay dos

en

el

pueblo, y yo también


.

43 pago tanta afección

te

con

la

mia.

No por

Blas.

cierto;

creo que entre tú y yo, es decir, entre el afecto

mutuo, que dice Bailío,

el

señor

hay mucha distancia...

fálteme la luz del sol si

no es verdad

lo

que digo.

.

una comezón á tu lado, y un mareo

Yo

siento

cuando escucho de tu voz el acento...

cuando no porque

si

y una angustia le

escucho... Adiós;

estoy

más aquí

desembucho (cobardon, nunca me atrevo

á decirla...)

Anita, yo... (con valor.) Anita,

(me da vergüenza.)

Anita, (toma simplón,)

(Se dá un cáchele.)

(no lo dices, toma otro. (ídem.)

Ana.

Lengua de trapO, me VOy.) (váse Blas, qué te ha dado! corramos á ver á

mi padre. Oh!

ESCENA ANA Miguel.

Te

y

hallo al fin,

IV.

MIGUEL. Ana querida,

y al verte vuelve

la

vida

alma y su dulce calma, porque triste y abatida

al

estaba en su ausencia

Ana. Miguel.

el

alma.

Permitid...

De

otra

manera

foro izquierda.)


.

44 mucho más recuerdo

franca y sincera

me

has hablado

antes de que yo partiera,

y aun antes de ser tu amado

O

acaso te causa enojos

mi acendrado y tierno amor? Ana.

Qué

dices?

Veo en tus

Miguel.

ojos,

por haber llorado rojos, huellas de oculto dolor.

Ana.

(Si supiera!)

No, á

mia;

es tan grande la alegría

que experimento, y tan fuerte, que ningún dolor la haria cesar sino

Miguel.

el

de perderte

De veras? Puedes dudar

Ana. de mí?

No, mas del destino;

Miguel.

porque dicha tan sin par

no

se logra sin dejar

parte de ella en

En

fin,

el

camino.

ceda mi temor

hoy ante

la

dulce idea

de ser dueño de tu amor,

para mí

el

más seductor

que existe en toda la aldea. Dime, Ana: ausente de aquí, ocupé tu pensamiento con mucha frecuencia?

Y

Ana.

qué era yo en y en Miguel.

la

el

di:

campamento

ciudad para

tí?

Una imagen amorosa á quien el alma gozosa culto ferviente rendía,


45 una idea que la

hacía

menos penosa.

vida

Por

me

con ardor llevaba

los azares

de

la

guerra;

en tu nombre perdonaba

enemigo que en tierra mi piedad solicitaba. Si vieras con qué alegría al

toda mi jornada he hecho ayer, pensando,

Ana mia,

que en breves horas veria lo

Ana.

que idolatra mi pecho!

(Y mi padre!...)

Yo anhelante

Miguel.

caminaba con ardor,

como quien espera amante lograr en un solo instante hogar, familia y amor.

Y

en cada sauce poblado,

y en cada escondida peña, veía yo alborozado

un recuerdo ya olvidado de mi juventud risueña. De pronto llegó á mi oido un rumor ya conocido, el saludo de una hermana, en

el

alegre tañido

que lanzaba una campana.

Un

paso

más avancé;

á la colina llegué y...

no

sé lo

que

sentí,

que una vez viéndome

allí

caí de hinojos y oré.

A mis

pies se descubría

que dejé un dia, como nn nido en un rosal...

el sitio


.

46 el

soldado á ver volvía

su pobre aldea natal...

con su campiña

florida,

y su bella torre erguida, que se elevaba altanera... Dios mió!... qné

era

feliz

al

ver mi aldea querida!

Y

en medio de

que agitaba

a!

la

emoción

corazón,

decia pensando en

tí:

se acordará ella de mí?...

será todo

Ana.

Y

ima

ilusión?...

ahora?

Miguel.

Satisfecho estoy:

con tu cariño á ser voy el

y

más dichoso al

no hallo en ANA.

mortal,

placer que siento hoy

mundo

el

otro igual.

(con impaciencia.) Miguel!...

Miguel.

Ana...!

(Mi tardanza

Ana. es criminal... y

con

partir...

no puedo avanza

el dia

su peligro...

la

esperanza

luchando está con

el

miedo.)

Miguel.

Qué

Ana.

No... (Si llegara á saber!...)

Miguel.

Tiembla tu mano.

tienes? estás turbada!...

.

No

Ana. Miguel.

Y

Ana.

(Finjamos.)

te

es nada.

encuentro desde ayer

abatida

j

trastornada!

Un pensamiento me acosa

con tenacidad

y disipa mi contento...

Será tu madre gustosa

en que se haga

el

casamiento?


47 Accederá de buen grado á

que

á

tí se*

de un soldado

la hija

una? Por qué no?

Miguel.

No

es tu padre

honrado...

fiel,

y no fui soldado yo? Mi madre... tal vez pondrá

mas

obstáculos...

nunca y de por

fijo

lo

cruel

fué; se aplacará,

pasará

que quiera Miguel.

Con que abandona

momento-

al

tu enojoso pensamiento

que vanamente

te aflige...

Mi padre aquí se dirige y con su cariño cuento.

ESCENA V. Dichos,

Gervasio.

El

madrugar tal

mano?

es

muy

sano;

principio profeso.

Sin embargo, te acostaste

muy

rendido

anoche.

Miguel.

Gervasio.

á

madrugáis con exceso.

yo Gervasio.

GERVASIO.

Tan temprano y mano oh!

Miguel.

y

Sí,

mas como mal he dormido, madrugo y estoy aquí. No tiene nada de extraño, que no.es perezoso amor.

Tu padre también antaño

muy madrugador. Y muy bien puede dejarse

era

la

cama antes de

la

aurora,


,

cuando

es fácil encontrarse

con otra madrugadora... Pícamelos!

Es preciso

Miguel.

que de

mi madre hablemos hoy

á

la

boda.

Estoy remiso,

Gervasio.

aunque decidido estoy. Tal proyecto no se hermana con

lo

que Juliana piensa,

y tiene un genio Juliana, que, sin hacerla una ofensa.. Miguel.

Cederá!

Eso de seguro.

Gervasio.

Ana. Gervasio.

No

quisiera que por mí...

Quieres callarte? Yo juro

que mi muger dará

el sí;

pero apuesto cualquier cosa,

porque

conozco yo,

la

que enfadándose mi esposa antes del

Miguel.

nos dá un no.

Opináis que fuera bueno

para calmar su desvío

que uno á Ana.

ageno,

la familia

pongo por caso,

el Bailío...

No, no...

Yo creo también,

Gervasio.

auque es persona formal, que

lejos

de

salir

bien

saldría el Bailío mal.

Porque siempre usa reservado

como

el

un

lenguaje

diablo

y Juliana, del mensage

no entendería un vocablo.

Y

se iba á

armar

tal

y tan diabólico lío

arana,


entre el Bailío y Juliana

y Juliana y el Bailío, que pudiera suceder, sin

que pretenda creerlo,

que no fuera tu mujer la

que hoy quiere y debe

Miguel.

Entonces, mejor quizá...

Gervasio.

Yo lo arreglaré de modo que mi mujer cederá

serlo.

con su carácter y todo. impaciencia, echa i correr de

(Ana que habrá estado con repente.)

Ana.

(No resisto más.)

Miguel.

(Queriendo detenerla.)

Gervasio.

Anita!...

Qué

Espera...

ha pasado?

la

ESCENA Dichos, Juliana

Juliana.

Dónde

deteniendo a

ibas de esa

Gervasio.

(a Ana.) (Mirando á

Qué la

Ana.

manera?

ya te has levantado?

(a Miguel.) Hola!

Juliana.

VI.

repente?

..

Cómo! Veo

mesa.)

que está por enmedío todo

y Ana.

te ibas ya de

bureo?

(No puedo de ningún modo salir!)

Me

Juliana.

gusta

la

calma!...

y luego dirán que Es que se os pasea por

el

yo... el

alma

cuerpo!

Gervasio.

(Terciando en

Juliana.

Vamos, qué haces

Ana.

(Luego saldré.)

Gervasio.

(a Miguel.)

la

disputa.)

No

Se acabó.

ahí parada?

es

prudente


)

50 ahora que está incomodada decirla así de repente...) (Hablan

Juliana,

Qué

(a Gervasio.)

los

dos aparto.)

hablas en secreto?

Gervasio.

Nada...

Que me ayude

le suplico,

para dejar encerrada la harina...

conque ven, chico.

(Le hace una seña de inteligencia, y -ambos salen despidiéndose Miguel de Ana .

ESCENA ANA Juliana.

Ana. Juliana.

y

VII.

JULIANA.

Qué hablaría con Miguel? No entendí. Algún desatino maquinando está con él, y aun creo que lo adivino. (El chico con la muchacha parece... pues no consiento.)

Ea, qué haces ahí? despacha y recoge eso al

Vamos, yo

te

momento.

ayudaré.

(Limpiando y guardando

Ayer, á

los cubiertos.)

de Juliana,

se

me

la

casa por la ventana.

figura

que eché

Oh! no

se

pueden quejar

que

al

convite asistieron,

los

que entre comer y perfectamente

bailar...

lo hicieron.

El hijo de Saturnino,

que hierra

á frió y á fuego,

debió herrar anoche á vino


51 según

salió

Iba lo

mismo que un bronce,

de aquí luego.

sudando de aquella qué

Pero...

una cuchara.

justo! falta

Válgame Ana.

cara...

es esto?... diez, once...

la

Magdalena!...

Contadlas.

Sin duda alguna

Juliana.

hay once... hasta una docena... nada, nada, falta una.

Ana.

(Buscándola.)

Juliana.

O

Ana.

Qué

Caida estará quizás.

no, que no es la primera...

(Llamando.)

Antonio, Gervasio, Blas...

lance!... desgracia fuera!...

ESCENA Dichas,

Gervasio.

Qué

GERVASIO

y dos criados.

Venid corriendo. Pero qué es eso?

Qué

Gervasio. Juliana.

BLAS,

gritos!

Juliana.

Blas.

y

VIII.

Que

se

pasa?

ha extraviado...

Gervasio.

El juicio?

Juliana.

No, por cierto; una cuchara.

Gervasio.

Adiós!... búscala, mujer.

Juliana.

Pues qué bago mas que buscarla?

Blas.

Se habrá caido sin duda al traerlas á esta sala...

(Empiezan á registrarla escena, y salen Blas y

Juliana.

Parece que nos persigue

hace tiempo

la

desgracia.

El dia de tu cumpleaños

un

tenedor... y de plata...

hoy

la

cuchara... dos pérdidas

los

mozos.)


52 en quince

días!... oh!...

Yaya,

Gervasio.

no

te apures.

1

Eso

Juliana.

sí,

nunca pierdes esa calma. Gervasio.

Juliaua, no te sofoques;

ya parecerá, Juliana. Juliana.

Como

el otro!

Aquí no

Ana. Juliana.

Ya

Y

Gervasio.

más Juliana.

está.

lo oyes...

no hay en casa

piezas que esta?

Es Verdad,

(incomodada.)

hay... el pozo...

me

estomagan

estos calmosos... Jesús!

Blas.

(Entrando.)

Ni viva ni muerta se halla,

y eso que hasta

he buscado

la

bajo las árboles... nada...

Testadura fué testigo de mi diligencia: entraba

zaguán, cuando

en

el

la

sombra de su

al

ver

afilada

nariz delante de mí,

levantóme sin tardanza, pero estaba tan encima,

que debajo de la barba le di con la coronilla.

—Señor Testadura. animal,

con

la

me

.

.

—Calla,

contestó

mano en

la

quijada;

yo podré ser Testadura,

mas Gervasio. Juliana.

Gervasio.

tú no eres testa blanda.

Cuando menos se Y era la que más

pesaba!...

cuarenta francos

lo

Rebaja veinte.

la

busque...

menos.


53 Juliana.

Rebaja...

Pues esto es ya

muy

chocante;

aquí hay alguno que trata

de robarnos, y nos roba...

Qué

decís?

Juliana.

Y

doy con

Blas.

El ladrón!

Ana.

Por Dios, Juliana.

Gervasio. si

Es

Juliana.

Blas.

el ladrón!...

la palabra.

Madrina, es bastante dura

cuando hay gentes en

la

casa

que tienen su alma en su almario Juliana.

en

Si

el

mió

las

guardara

yo, no se hubiera perdido.

Gervasio.

Repórtate; no se trata

de lanzar acusaciones contra gentes de confianza.

ANA.

Me di

Juliana.

parece que yo nunca

ningún motivo

Sí, sí;

todos sois

mas no parece

la

para...

muy

ESCENA Dichos, y Bailío.

Juliana.

buenos,

capa.

ei

IX.

BAILÍO.

Dios guarde á la gente honrada

En

ocasión oportuna

llegáis.

Qué sucede? Una

Bailío.

Juliana.

desgracia...

Cómo? No

Bailío.

Gervasio. Juliana.

Oh!

sí tal;

es

nada.

se ha extraviado

una cuchara.


54 Es

Gervasio.

muy

cierto,

pero advierto que...

Y

Juliana.

yo advierto

que llueve sobre mojado, pues no hace un mes todavía

que Bailío.

un

se perdió

tenedor...

y es muy chocante, señor. Chocante y grave á fé mia.

En

la

desaparición

de ese cubierto, preveo

un negro crimen y un reo, una cuerda, y un ladrón.

Yo descubriré con para

el lo

cual necesito

que venga aquí Juliana.

el escribano.

Sí.

Pero es una locura!

Gervasio. Bailío.

arcano

el

autor del delito,

El escribano es la clave

de todo negocio grave...

Conque Blas.

avisa á Testadura. (a

(Semejante atrocidad!)

Gervasio.

Digo que no es necesario-

Juliana.

Y

Bailío.

Se apela á mi autoridad, y,

yo digo

con un

lo contrario.

fin

muy

laudable

he de abrumar con mi á ese culpable, y

si le

tengo de ahorcar

al

fallo

hallo

culpable.

El código sin atrancos

dice claro y con razón,

Pena de muerte

al

ladrón

en pasando de diez francos: así, pues, avisa al punto al escribano.

Blas.

Obedezco.

Blas,


55

me

Ana.

(Dios mió! yo

Gervasio.

(Mal giro toma

DAILÍO.

(Dirigiéndose á

extremezco!)

el

asunto.)

Ana que habrá procurado ocultarse.)

A

Hola, buena pieza!

que aun cuando no tenga anteojos, no he de

leer por tus ojos

otro oficio.

Pues por qué?

Ana. Bailío.

Bien pronto advertí y no se

GERVASIO.

me ha

el

engaño

de escapar.

(Que habrá estado hablando con Juliana.)

Esto es para remediar

un daño, causar un daño!

ESCENA Dichos,

X.

TESTADURA , BLAS.

Testadora. Aquí estoy apercibido para cualquier diligencia,

y por si no hay avenencia y se adopta algún partido

extremo, con dos corchetes espera en la puerta Juan. Blas.

(Qué tentaciones me dan de arreglar esto á cachetes!) (El bailío se sienta á dura:

la

mesa poniendo

éste saca papel y tintero

á su derecha á Testa-

y figura escribir

zamiento.)

Bailío.

Sacad papel y tintero y empiece el juicio; escribid.

Gervasio.

Pero, señor, advertid

Juliana.

Déjale, ya

que eso es contra ley y fuero. que responde de dar con

Gervasio.

Si es

el vil

que antes

él

ladrón.

no dá con

el

encabe-


56 nosotros sabe Dios dónde.

Vale

pena un cubierto

la

para que con esa urgencia!... Si se

ha perdido, paciencia;

peor seria estar muerto. Bailío.

«En

la villa

de Marly

»hoy lunes por

la

(Leyendo.)

mañana,

»hizo presente Juliana

«compareciendo ante mí, «con voz ¡expedita y clara, »que ha diez dias, salvo error, »fué robado

»y hoy JULIANA.

un tenedor,

ha sido una cuchara.,

lo

(interrumpiendo.)

No, no; estáis equivocado

cuando

así trocáis los frenos...

digo que

le

me

no que

echo de menos,

le

hayan robado.

No quiero hacer una

injuria

á nadie.

Xestadüra.

Tenéis razón, señora, pero estas son

fórmulas que usa la curia. Bailío.

La no

alhaja, cosa es probada, la

habéis podido hallar;

luego se puede afirmar sin mentir que fué robada. Quién tiene la obligación

de limpiar

la plata?

Ana.

Juliana. BAILÍO.

(Dictando

«Y

al

escribano.)

sintiendo la Juliana

«una

fuerte prevención

«contra ella...»

Ana.

(Llorando.)

Gervasio.

Eso no es cierto, señor.

¡Virgen María!


,

57 Ana. Blas.

¡Sospechan de mí!... ¡qué horror! ¡No escribáis (Al sacar Ana la

Bailío.

tal villanía! pañuelo del bolsillo se

el

dio Isaac: el Bailío

la

eae el dinero que

lo recoge.)

Hola!... ¿Dinero?

Ana.

(¡Maldito azar!)

Ya

Bailío.

(Dándosele

es cosa segura... escribano.)

al

Guardad, señor fTestadura,

cuerpo del

ese...

Ana.

¡Es

mi oí... yo

le

delito.

he ganado

noblemente... ¡Desatino!

Bailío.

Ana.

Y sabed que á

Blas.

un

le

Tiene razón.

. .

no sé en qué

muy

pero es se le

Gervasio.

destino

muy

objeto

sagrado.

es decir

lo gastará;

suyo... poco há

he visto yo adquirir.

¿Qué dice?

A

Blas.

Isaac el judío

delante de mi vendió... Bailío.

Basta y sobra.

(Dictando.)

«Declaró

»el testigo Blas Berrío

»que á un mercader ambulante »vendió Blas. Juliana.

la

chica

el

cubierto.»

Señor mió, eso no es cierto.

Ya

lo oís.

Pero es bastante

Bailío.

que

rece así el papel.

lo

(Presentando

la

pluma á Blas.)

Firma. Blas.

Primero

me han Bailío.

la

mano

de cortar. Escribano,


:

58 firmad Gervasio.

punto por

al

él.

Pero es una iniquidad, señor Bailío, y dá

ira

que afirméis una mentira para saber

verdad.

la

Ella nunca, á lo que entiendo,

ha dado motivo... Juliana.

Gervasio.

No.

Yo no

la

acuso.

Juliana. Blas.

Ni yo.

Pues yo hago más,

No tengo ninguna

la

defiendo.

ciencia,

soy un zote, un ignorante,

pero leo en su semblante la

calma de

Y

el

la

conciencia.

que no obra como bueno,

por más que aparente calma, ni tiene tranquila el

Bailío.

alma

ni

su semblante sereno.

¿Y

ese incesante llorar?

¿Ese rostro tan contrito,

qué indican más que

el delito

que acaba de perpetrar? Blas.

Indican... el gran dolor

que siente al

la

desdichada

ver que naciendo honrada

atentáis contra su hoDor indican...

que está luchando

con una angustia creciente; indican que es inocente

y que estáis disparatando. En fin, si el señor Bailío

.

quiere apurar

yo mismo

le

el

asunto,

traeré al punto

ese mercader judío...

Juliana.

Creo que

el

pobre muchacho


59 tiene razón.

Blas.

(saliendo.)

Bailío.

Diría, á

Vuelvo pronto.

no ser un tonto,

que ese chico está borracho. Testadora. El delito está patente

aun hasta

la

saciedad,

y es una barbaridad decir que Ana es inocente.

Que

falta el cubierto, es cierto;

que

ella

dinero ha sacado,

también; luego está probado

que

le

adquirió del cubierto.

ESCENA Dichos,

XI.

MIGUEL.

que he sabido?

Miguel.

¿Es verdad

Ana.

Ah! Miguel, qué desventura!

Miguel.

A

dudar

se

lo

han atrevido

de una infeliz criatura

que jamás ha delinquido? Bailío.

Las apariencias...

Miguel.

Callad,

pues nunca

la

autoridad

debe dictar sus sentencias

juzgando por apariencias hasta saber la verdad.

Cómo han podido

creer

que con tan villana acción se

manchase

la

mujer

cuya virtud supo hacer palpitar Bailío.

Ser

muy

aunque Miguel.

mi corazón! culpable pudiera la amaseis.

No hay

tal


)

que

si

ella

honrada no fuera,

mi corazón que al

Ana.

me

punto

;

es leal

lo advirtiera.

Basta, Miguel; acusada

de una

falta

cometida

por otro, estoy condenada pero quedo consolada al ser

por

defendida.

Todos cargos injuriosos

me han los

dirigido inclementes;

unos indiferentes

y los otros maliciosos.

En un

papel escribieron

mi deshonra,

sí,

Miguel;

y hubo ojos que consintieron leer en ese papel lo

que nunca presumieron.

(Adelantándose coa firmeza.)

¡Nunca! Si aquí hay quien se atreva á creer en

que

lo

lleva

consignado ese villano

documento, haga puesta en

el

la

pecho

prueba

la

mano.

Juliana.

Es verdad.

Gervasio.

Hemos oido cómo aquí la han ultrajado y no la hemos defendido...

Juliana.

Imposible! Ella no ha sido la

que

el

cubierto ha robado.

(Haciendo pedazos

la

acusación .

Roto este infame papel se

termina

la querella;

tu esposa será, Miguel, ya que he podido cruel,

haber sospechado de Ana.

Oh! gracias!

ella.


61 Bravo, mujer!

Gervasio. Bailío.

La parte puede absolver, mas, sin que arguya malicia, tiene aun que resolver este asunto la justicia.

Juliana.

No, no.

ESCENA Dichos,

Ya

Blas.

Gervasio.

No

XII.

BLAS, ISAAC.

está aquí el judío.

es necesario.

Bailío.

Sí tal.

parece

el

criminal

ó pierde el pueblo

un

bailío.

Acercaos.

(La Madonna

Isaac.

me

valga!)

Pero

Miguel.

si

ya

es inútil...

Se verá.

Bailío.

(Que

Isaac.

(Temblado.)

Bailío.

¿Vuestro nombre?

Isaac.

sta

reunión no es bonna,

Isaac.

Bailío.

Corriente.

Habéis estado hoy aquí? Isaac.

Questa matina.

Ana.

(Ay de mí!)

Gervasio.

(observando

Isaac.

La signora mi chiamó

á

Ana.)

Se turba visiblemente!)

para venderme

un

cubierto.

Gervasio. )

Miguel.

>

Juliana.

)

Bailío.

Cielos!

¿Cuánto disteis?


62 Certo,

Isaac.

me

dose francos Bailío.

Lo

costó.

veis?

Ana!

Miguel.

Es cosa clara,

Bailío.

que para venderle entero, teniendo ya

el

compañero

os hurtó ayer la cuchara.

¿Y

que decia

es ella la

que con

mano en

la

(a Miguel.)

Vamos,

el

pecho?...

estáis satisfecho

de que esa mujer mentía?

Fué algún el

juicio inoportuno

que. hizo

mi autoridad?

Vedla.

Pero á

Blas.

la

verdad,

no hay más cubiertos que uno? Miguel.

Sí, sí,., (a isaac.)

Isaac.

¡Oh signor,

Blas.

Le

io le

(Este judío es

lleváis

con vos?

he vendutto.

más

bruto...

no tiene perdón de Dios.) Bailío.

No

Miguel.

Tenia alguna señal?

Isaac.

Non

estáis

convencido aún?

ricordo.

(Qué animal!)

Blas.

Hombre, algún adorno, Miguel.

Alguna

algún...

letra...

Ana.

(Ah, Señor, soy perdida. La inicial

de mi apellido es igual al

Miguel.

de Gervasio... qué horror!)

Madre, sacad

uno Juliana.

Ana.

al

momento

del armario. Sí. (Sale.)

(Quiere salvarme, ay de mí!

y apresura mi tormento!)


63 Bailío.

Haced que inmediatamente esos gendarmes que están esperando, entren con Juan:

(a Testadura.)

es necesaria esa gente.

Miguel.

Valor, Ana; yo no te hallo culpable.

En vano

Ana. Bailío.

resisto...

Tal dijo San Pedro á Cristo

antes que cantara

el gallo.

(Oh! sus esfuerzos son vanos,

que aunque inocente quizá, ese crimen

me

la

atada de pies y manos.)

ESCENA Dichos,

Juliana.

XIII.

JULIANA, JUAN,

Aquí está

GENDARMES.

y

el cubierto.

A

Miguel. (Ensenándole con ansiedad

al

ver?

judío.)

Es?...

Isaac.

Enteramente

igual.

Miguel. J

Juliana.

[

Gervasio.

)

Isaac Bailío.

La misma inicial. Queda ya más que sabor?

Miguel.

Ana! Desgraciada!

Gervasio.

Ana.

No.

(Suplicante.)

No Bailío.

Cielos!

sospechéis de ese modo.

Y qué

descargo ante todo

puedes dar? Ana.

Si hablase yo,

probara hasta

la

evidencia


64 que no soy culpable.

Y

Miguel.

Ana.

Pero

al

bien...

salvarme también

dictaría la sentencia

de un hombre, de un desgraciado, á quien debo el sacrificio

de mi honor. (Questo giudizzio

Isaac.

va á lasciarme mal librado!) Juliana.

Mas... no puedes declarar?...

Ana.

Imposible!

No

Bailío.

advertís

que todo cuanto

la oís

es farsa, para escapar

de

la justicia?

Ana.

Cruel suposición!

Basta ya;

Bailío.

calabozo

el

la

hará

confesar.

Ana.

(Corriendo bücia Miguel.)

Por Dios, Miguel! sálvame!

Aunque

Bailío.

yo mismo se

lo

lo intentara,

impidiera.

Blas.

Si el señor Bailío hiciera

Bailío.

un favor, se Qué dices?

le

Pues

Blas.

pagara.

la justicia

necesita quien responda

en una cuestión tan honda que arguye tanta malicia, yo no tengo inconveniente

en

ir

en su lugar preso,

hasta que arroje

el

proceso

una prueba concluyente.


65 Bailío.

Eso no tiene sentido

común. Gracias! ay de raí!

Ana.

eres el único aquí

que inocente Bailío.

(a

los

En

fin, es

con

me ha

creído.

gendarmes.)

fuerza cumplir

ya la prisión

la ley...

espera. (Los gendarmes se apoderan de Ana y de Isaac.)

¡Dio de Sion!

Isaac.

que

é falto io?

Testadura

Tenéis que

ir

á declarar.

Voto á

Blas.

cien!...

Gervasio.

Esperad, señor Bailío...

Juliana.

Yo perdono su extravío.. Yo la perdono también. Imposible! Aunque los dos

Bailío.

lo hicierais, eso (Hace seña

Ana.

a los

Pedid por

Blas.

(Llorando.)

Miguel.

Dónde

no explica...

gendarmes y

sale

con

ellos y

raí!

Pobre chica!

está el poder de Dios?

(Cae en brazas de Juliana y Ger^sio.)

FIN

DEL ACTO SEGUNDO.

Ana.)


ACTO TERCERO. —

Sala gótica. Puerta de hierro al foro, otra á la derecha con rejilla, y á ia izquierda primer término puerta con cerrojos, que es la prisión

de Ana.

ESCENA ANA Beltiun.

I.

BELTRAN.

y

Vamos, no hay que abandonarse de esa manera.

Ana.

Dios santo!

Cómo

queréis que soporte

quejarme

sin

que

los trabajos

me abruman? Es

Bkltran.

muy

cierto.

y aun yo, que llevo diez años de guardar gente aquí dentro, debiendo estar ya curado de sustos, siento por vos...

Ya

veis, á

perder mi cargo

me expongo salir

se

por consentiros

á esta sala... el diablo

ha mezclado en todo esto.


,

67 Ana.

No

quisiera ocasionaros

algún disgusto.

Caramba!

Beltran.

yo no sino

en

el

he dicho por tanto!

lo

que

me

duele veros

calabozo, y... vamos,

aunque traspaso

los límites

de mi obligación, y os trato con mucha benevolencia,

prometo que en este cuarto seguiréis...

(aunque no arriesgo

gran cosa, pues para lo

mismo

que

es

el

el

caso,

calabozo

respecto á cerrojos.)

Ana.

Cuánto os agradezco el favor!

Beltran.

No durará muchos años, porque

la

causa camina

á pasos agigantados,

y temo que

el

mejor

'dia...

pero os estoy asustando

ANA.

(Con curiosidad.)

Beltran.

Qué teméis? Nada: (qué

lástima!)

Decid, quién os ha tentado

un crimen De vuestros amos

para cometer tan feo?

burlar así la confianza!

Ana.

También vos creéis!... no extraño que me juzguéis de ese modo cuando otros

me han

condenado!

Las apariencias engañan; soy inocente.

Beltran.

(Canario!

que todos digan

lo

mismo,

y quieran ser unos santos!


!

68 La verdad

que ese rostro

es

no tiene nada de malo; pero hay semblantes... en

fin,

qué hacer?... si se ofrece algo avisadme y hasta luego-

No

se

puede ser humano

y carcelero; tan

fijo

como dos y dos son (Sale por

el

cuatro.

fondo.)

ESCENA

II.

ANA. Hay más desdichas, Señor? Hay más duelos que apurar? Tiene otra fase

el

dolor

que atesore más rigor para sufrirla y llorar?

Pero

insensata...

deliro,

pensando en mí echo en olvido

que mi padre... suerte ingrata! si

es

que

dolor no le mata,

el

me espera y está perdido. Y no poder yo acudir!... Luchar con tanto dolor y estérilmente sufrir, viendo la infamia venir para llevarse

mi honor!

Quién avisarle podria de mi

triste

situación

Santa Virgen! Madre mia!

iluminad mi razón, ó que acabe

No hay en

el

mi agonía.

mundo

quizás

quien se conduela de mí...


69

me

quien

favorezca...

Ah!

sí;

(Asaltada de uua idea.)

me

ayer

Es

el

defendió Blas.

único en

la

aldea

que no cree en mi

delito...

(Llamando.)

Beltran!... Verle necesito...

Dios

me ha enviado

esta idea.

ESCENA ANA Beltran.

Qué

y

se os ofrece?

Un

Ana. vais á

Desde luego, es decir,

no se opone

si

á la consigna que tengo. Creo que no.

Beltran.

Ana.

favor

hacerme.

Beltran.

Ana.

III.

BELTRAN.

En

-

Quisiera hablar

con Blas...

el

fin,

sepamos...

un momento

ahijado de

Gervasio... de vos espero

conseguirlo. El raso es grave.,

Beltran. y

aunque no abrigo recelo

de que con

él

maquinéis

algo malo... ni por pienso...

pero he recibido órdenes terminantes; sin expreso

Ana.

mandato del tribunal nadie puede entrar á veros. Dios mió! Por qué me tratan tan cruelmente?

Es

Beltran.

muy

cierto.

(Llaman.)

Pero han llamado, esperad.


70 (Se acerca &

la

puerta de

la

derecha.)

Quién? Miguel.

(Dentro.)

Abrid.

Esa

Ana.

voz!... cielos!

es Miguel...

Qué

Beltran. Miguel.

se os ofrece?

Entrar.

Hay impedimento

Beltrah.

que no sin

puede vencer

se

una orden. La tengo

Miguel.

del señor Bailío para

mi

toda

familia.

Bueno;

Beltran.

enseñádmela y entrad. (Viendo

la

orden que

le

habrá dado Miguel por

Está en regla, y yo me alegro de que la hagáis compañía.

ESCENA Dichos, ,

MIGUEL.

IV.

MIGUEL.

(Abrazándola.)

Ana! Ana. Beltran.

Miguel!...

Os advierto que

la

presa no debia

ocupar este aposento,

mas por mi condescendencia se lo permito,

mi cargo, así,

si

exponiendo

me

descubren;

pues, voy en acecho

á ponerme, no haga

el

diablo

que nos sorprendan; Miguel.

Entiendo.

la rejilla.)


71 (Dándole una moneda.)

Beltran.

Tomad, buen hombre, y dejadnos. Cinco francos!... tomo y dejo, (se retira.)

ESCENA ANA Ama.

y

V.

MIGUEL.

Oh! gracias, Miguel, que

así

has venido á consolar

mi la

dolor, y á mitigar

angustia que siento aquí.

(Poniendo

Tu

pues por

Miguel.

mano

la

sobre

pecho.)

el

ausencia era harto cruel, al

tí,

verme abandonada más desgraciada,

era

mucho más que ahora, Miguel. Y eso de mi fé, Ana mia, has podido figurarte?

Pudiera yo abandonarte

en situación tan impía?

Tan poco

vale

mi amor,

ó es tan grande mi egoísmo?

ANA.

(Con ademan sombrío.)

Hay entre ambos un abismo que

le llena el

deshonor.

Por nuestro propio interés apártate de una aleve: un hombre honrado no debe

hablar con quien no

Miguel.

de expresarse en

Ana.

Yo de tu casa he porque

Miguel,

lo es.

Ah! cese tu labio airado

me

f

al

sentido

salido

habéis acusado.

No, con tu silencio extraño tú la prueba confirmaste...

..


72 díme, Ana, por qué no hablaste

remediando tanto daño? Ana.

Yo hubiera hablado al Bailío salvando mi honor completo, pero mediaba un secreto... secreto que no era mió.

Yo hubiera la

justificado

sinrazón de mi suerte,

pero sentenciaba á muerte

entonces á un desgraciado.

Era preciso escoger entre su vida y

mi honor,

y yo no tuve valor para hacérsela perder.

Con mi

silencio

oportuno

que de un crimen daba hacía

un gran

indicio,

sacrificio

que no comprendió ninguno.

Además, yo

sola sé

que aunque de ese hombre en agravio

movido hubiera mi no

me

labio,

hubieran dado

fé!

Mas pudo creerse en mí acción tan ruin y villana? (uora.) Miguel.

No, yo

te lo juro, Ana...

ya no sospechan de

Mis padres en

tí.

tal instante

sorprendidos, te dejaron;

mas cuando en

ello

pensaron,

tornó su fé vacilante y... es necesario; pardiez!

que sin

se arregle esta cuestión

ninguna dilación,

pues ya habrá llegado

el juez,

y ejerciendo una influencia sobre

él

ese miserable


73 Bailío, fuera

muy

dable

que dictaran tu sentencia. El Bailío... ira de Dios!...

comprendo su infame trama: sé

me

que

aborrece y te

ama

y que nos pierde á los dos. Sé que él está persuadido de que tú eres inocente;

que abusa cobardemente de la red que te ha tendido...

Mi madre á su casa fué para hablarle... acaso ceda; imposible es que no pueda lograr tu perdón!

Ana.

No, á

fé!

Mi acusador principal irá á destruirla

prueba?

Ese hombre contra mí lleva

una idea criminal

mucho mayor que de que

que

me

el delito

acusa... no hay

más

sufrir.

Pero

Miguel.

si

estás

perdida!

Con su

Ana.

infinito

saber, puede Dios hacer

que aparezca mi inocencia. Miguel.

Si se

cumple

la sentencia,

de qué sirve ese poder?

Ana.

Blasfemas!

Miguel.

Solo recuerdo

en este instante, Ana mia, que vá á morir mi alegría,

que

No

te

adoro y que te pierdo. ofendo al Señor

si

expresándome ahora

así;


74 pero Él, que

me

(Conla mano en

el

puso aquí

pecho.)

tan gran tesoro de amor; Él, que contempla

mi

lloro

inmenso, voraz, ardiente, por qué tal crimen consiente

de su justicia en desdoro?

Ana.

Oh! gracias... de tu el

aflicción

desgarrador acento

mitiga

el

dolor violento

de mi pobre corazón.

Veo á lo menos en él que no me crees culpable; que no soy tan miserable ante tus ojos, Miguel.

Quién

sabe?... yo estoy tranquila,

Dios á veces nos tortura,

y es que probarnos procura cuando nuestra fé vacila.

La conciencia nos sentencia cuando

el

alma ha delinquido;

yo no siento su latido... tranquila está

Miguel.

Pero

si

mi conciencia.

te pierdo... ay, Dios!...

de qué sirve ese heroísmo?

ESCENA Dichos,

Bei.tr \n.

VI.

BELTRAN.

Ocultaos ahora mismo,

que se acercan... voto á bríos! Gente llega y no es prudente que siendo os vea...

el

señor Bailío


75 Adiós, Miguel mió!

Ana. BELTRAN.

(Empujándola hacia

la

prisión.)

Vamos, que viene esa

ESCENA

j ente...

VII.

MIGUEL, JULIANA, GERVASIO Juliana.

BELTRAN.

Y Ana? La he

Miguel.

visto.

Gervasio.

Infeliz!

Juliana.

Pero dónde está?

Miguel.

(Señalando a

Juliana.

Lo mismo que un criminal en un calabozo!

la

izquierda.)

Beltran.

Encerrada.

Vaya!...

como

lo

que

es.

Gervasio.

Miguel.

y

Pobrecilla! Visteis al Bailío?

Juliana.

Estaba

en

el tribunal.

Miguel.

Infame!

Juliana.

Pero vendrá sin tardanza.

Beltran.

(Yo no comprendo á esta gente!

Acusan á

la

muchacha,

y luego piden por ella,

y hablan mal del que en

la

causa

entiende...)

Es indispensable,

Miguel.

es necesario salvarla.

Gervasio.

El señor Bailío está inflexible.

No

Juliana.

se trata

de una persona cualquiera. Gervasio.

Cuando pienso que de casa salió

ayer entre gendarmes!...


76 Juliana,

Y

nosotros con tal calma

presenciándolo... Dios mió!

Parece mentira!... nada,

que ese hombre

es necesario

absuelva.

la

Gervasio.

Miguel.

Si no.

..

caramba!

Si no... vive Dios del cielo!

que he sido soldado

y...

Juliana.

Calla,..

pues no nos faltaba más!

Yo

le

hablaré!

(Buena danza

Beltran.

van á mover según

creo!...)

Juliana.

Él oirá mis palabras,

Gervasio.

Toda mi hacienda no basta

BüLTRAN.

(Desde

y

si

es preciso dinero,..

para redimir su vida.

Ya Gervasio,

la

puerta.)

está aquí el Bailío.

Calma,

(a Miguel.)

Miguel.

No, vete, será

Juliana.

mejor. Miguel.

Sí, si

y

le viese

me quedara

decidido

á perderla, ni su vana

autoridad de mis manos le salvaría...

Bailío.

(En

la

puerta del foro.)

Ah! insensata

temeridad... tú has dictado

SU Sentencia. (a Beltran.)

(Miguel

t!

salir le

mira con desprecio.

Cierra y marcha.


77

ESCENA

VIII.

GERVASIO, JULIANA Gervasio.

Señor

Juliana.

(a Gervasio.)

y

BAILÍO.

Bailío...

Silencio,

yo hablaré! Tente, Juliana.

Gervasio.

armar una

(Si la dejo vá á

con ese genio...) Bailío.

(Se trata

de sorprenderme... veamos.) Gervasio.

Señor Bailío,

la

causa

de estar en este aposento,

no debe seros extraña.

muy

tiene

bien que

que seguir

la justicia

la

marcha

de su acción.,, todo

lo sé...

mas siento dentro del alma una voz, de cuyo acento no puedo dudar, me habla en su favor, y me grita_ que es inocente, que Ana está libre del delito

que hoy su pura frente mancha..

En en la

fin,

la

perdono; haced

vos,

y

yo que soy

sí,

Gervasio.

parte

lo

mismo...

vos podéis salvarla,

la salvareis.

Quién duda?...

Juliana. Bailío.

la

cuestión, agraviada,

No puede

ser.

Aunque

liaya

necesidad de vender

mi pobre hacienda, mi granja,


'

78 el

molino de la hermita...

todo de lo

muy buena gana

cedo, con tal que libre

la vea.

Siento en el alma,

Bailío.

aun más de

que

lo

creéis,

tener parte en la desgracia

de esa Bailío

pero soy

infeliz;

en esta comarca,

y no ha de torcerse nunca entre mis

de

manos

Juliana. Bailío.

Juliana.

la

vara

la justicia.

Señor...

La prueba

es bastante clara.

No, no; su rostro no miente,

y en la

él está

retratada

inocencia.

No

Bailío.

siempre

es el rostro

el espejo del

alma.

Gervasio.

Pero aunque fuera culpable,

Bailío.

No, por cierto; ya es cuestión

la

perdonamos

y... basta.

mas ardua, mucho más ardua, hay que vengar

la

vindicta

pública... la ley lo manda..,

Juliana.

La

ley!...

Bailío.

Sí.

La

Juliana. lo

que

le

ley dirá

diere la gana,

pero Anita es inocente. Bailío.

No

Gervasio.

Señor

lo arroja así la

Bailío,

causa.

comprendo

vuestras razones.

Caramba!

Íuliana.

Entonces tienes tan mal corazón como

él.


.

79 Gervasio.

Juliana!

En

fin,

con vuestra influencia

podéis...

Yo no puedo nada.

Bailío.

Juliana.

Señor...

Vuestro ruego es

Bailío.

JULIANA.

me

(Ya

inútil...

empalagan!)

(Arrodillándose.)

Ah! ved que os

lo pide el llanto

que derramo á vuestra planta

Que

no, he dicho.

Bailío.

(con dureza.)

GERVASIO.

(Haciendo levantar a Juliana.)

Basta ya

de humillaciones, y basta de suplicar á quien tiene de pedernal

las entrañas.

No procedéis como honrado... Condenáis á esa muchacha, porque una pasión impura el

corazón os abrasa,

no por

el

supuesto crimen...

Hombres como vos infaman la

autoridad que en

la tierra

representan... y á sus plantas

no debe estar con Sois

un

la

honradez

humillada...

la cerviz

os pida

vil; el cielo

cuenta de acción tan bastarda. (Salen por

la

derecha mirando altivamente

ESCENA ei

BAILÍO,

Imbéciles!

me

luego

IX.

BELTBAN.

provocan

cuando de esa desgraciada tengo la vida en mi mano!... oh! sentirán

mi venganza.

al

Bailío.)


80 Pero,

Ana

será culpable

del crimen que se le achaca? muchas pruebas la condenan y ni una sola la salva.

Qué

importa? Por este medio

lograré que

muchacha

la

oiga mi ruego... es preciso...

y

si

me

esquiva, y huraña

como siempre

se presenta...

Dios tenga piedad de su alma. Beltran.

Beltran.

Señor.

Necesito

Bailío.

ver á

la presa;

haz que salga

y retírate enseguida. Beltran.

Obedezco... Aquí os aguardan, (a Ana.)

ESCENA ANA Bailío.

el

BAILÍO.

Ana...

A

Ana. Bailío.

y

X

A

qué venís aquí? y no perdamos

salvarte.

el

.

tiempo: necesitamos

hablar con franqueza.

Ana. Bailío.

Sí.

De

ceño

la suerte airado el

pruebas da para perderte.

Ana.

Tenéis razón;

la

más

fuerte

de todas es vuestro empeño Bailío.

En la

fin,

no quiero apurar

razón de tu delito,

porque no

la

necesito

contigo para luchar.

Préstame ahora tu atención


81 y oye bien lo que te digo, porque vengo como amigo

]

á concederte

el

perdón.

Sé que tú amas á Miguel,

no

lo niegues; él te

pero

adora,

pasión traidora

es! a

va á perderte á

con

él.

Inocente ó acusada, tu vida pende de mí;

según respondas aquí, serás ó no perdonada.

Yo

te

amo; pero tu muerte

impedir no podrá amor...

amo,

te

sí,

y tendré valor

de salvarte ó de perderte.

Me

dirás

que es ruin, impío,

cobarde mi proceder, pero yo quiero vencer de algún

Reunido

modo el

tu desvío.

tribunal

hoy mismo para juzgarte, no tardará en sentenciarte ala pena capital. Pero antes que

la sesión

celebre, yo solo puedo

inventando algún enredo, trastornar

la

dirección

del asunto, de

manera

que aparezca entre

la

gente

completamente inocente la

que antes criminal

era.

Así, ó muerta con Miguel,

Ana.

ó viva en mi compañía... La gloria con vos seria un suplicio harto cruel. Si para lograrla es fuerza


82 no

ser infame,

la quiero:

contenta con su amor muero,

nada hay que Si

conservo

lo

demás

los

Bailío.

lo

la

dicho tuerza.

inocencia

es lo de 'menos:

malos juicios ágenos

no turbarán mi conciencia. Te expresas de tal manera porque aun tienes esperanza, porque tu vista no alcanza el

porvenir que te espera.

Porque no has formado un juicio de

lo

una

que es

falta

ir

á espiar

en un lugar

infamado, en

el suplicio.

El pueblo, en tu rededor ajará

con su mirada

tu juventud recatada

y tu femenil pudor. El pueblo que manifiesta

su feroz inclinación

y á ver una ejecución va cual si fuera á una

Luego

el

Oh! callad!

Ana. Bailío.

fiesta.

verdugo...

Parece que tienes miedo?

Pues un pálido remedo es esto de la verdad.

Así decídete al punto,

que es

crítica la ocasión,

y elige

la

solución

que debe darse ANA. Bailío.

Ana.

al

asunto.

Dios santo!

(Es mia... vacila...) (Ese cuadro pavoroso viene á turbar mi reposo


83 y mi entusiasmo aniquila...) Bailío.

Elige.

Ana.

(con resolución.)

No, á

la

verdad..

no haré mayor mi amargura... Dios es Dios; yo soy su hechura;

cúmplase su voluntad. Bailío.

Conque desoyes

Ana.

No

Bailío.

Ana.

Cede, y yo te haré mi esposa. Y de mí, qué hará Miguel?

Bailío.

Le pierdes de esa manera.

Ana.

Bien.

Por

Bailío.

Ana.

Ya

lo

o el DAILÍO.

la

cruel?...

esperéis de

otra cosa.

postrera vez!

he dicho: venga

el

juez

verdugo cuando quiera.

(Asiéndola una

mano con

violencia.)

Pues arbitra de tu suerte lias sido,

basta de ruego,

y á nadie maldigas luego por tu sentencia de muerte. (La despide con

furor:

Ana cae de

rodillas

precipitadamente.)

ESCENA ANA Beltran.

y

XI.

BELTRAN.

Demonio! Qué cara

lleva

Algo

el

señor

le

ha sucedido de nuevo...

Bailío!...

y muchísimo de malo. Pero os sentís indispuesta? Ana.

No, amigo mío. Canario!

Beltran.

Qué Ana.

palidez!

Fué un vahido.

y

el Bailío

sale


84 Beltran.

No

tiene nada de extraño,

porque en situación tan

En

crítica...

yo vengo á avisaros

fin,

de que está ahí Blas. Dios clemente!

Ana.

Hacedle entrar.

A

Beltran.

eso vamos

:

pero es fuerza que seáis

muy

breve,

tenéis

algún encargo

si

que hacerle...

las

toman un sesgo muy y

la

cara del Bailío...

no vaya yo á ser Ana.

el blanoo...

Bien: descuidad: yo no quiero

mas en tanto

exponeros...

estamos perdiendo

Beltran.

cosas

raro,

Le llamaré,

ESCENA ANA

y

tiempo.

el

(sale.)

BLAS

XII.

por

derecha.

la

No descanso mi padre;

Ana.

hasta saber de

y Blas que me quiere tanto, hará ese favor por mí... Blas.

Ana... por vida del diablo... perdona... siento en el alma!...

En

(Llorando.)

Ana.

A\

!

Blas.

.

.

fin,

que

lloro ó estallo.

qué placer

me

causa

ese compasivo llanto...

ven aquí... más cerca... más, y

dame

á estrechar tu

mano:

tú eres un amigo noble.

Blas.

Dios mió, yo estoy soñando!

Anita en un calabozo!


.

85 La virtud aquí, entre cuatro sucias y

húmedas paredes, un palacio!

siendo digna de

Porque tú eres inocente

aunque digan el Bailío

y

que se llevó Ana.

Sí, Blas;

lo contrario

los papeles

me

el

escribano.

avergonzaría

en tu presencia

si

acaso

con tan horrible delito el

Blas.

alma hubiera manchado.

Es que... yo siempre

—Ana

es inocente,

lo

he dicho.

cuando

su semblante está tranquilo

y no

En

tiembla

la

la

mano.

.

qué hay en este asunto?

fin,

porque yo por más que hago

no acierto á hablar

al Bailío...

desde ayer

Un

le

le odio.

trancazo

voy ádar, de seguro

que

le

deslomo.

Es en vano

Ana.

todo cuanto por salvarme se intente, pues ya probado

dicen que está mi delito..

En

fin,

tiempo no perdamos.

Ayer me

hiciste

una

oferta

que yo no acepté.

No

Blas.

caigo...

Ana.

Me

brindaste tus ahorros.

Blas.

Sí,

y te los hubiera dado,

y ahora los vuelvo á ofrecer si

Ana.

la

Blas.

pueden servirte de

algo.

Acepto, pero no toda cantidad.

Pues bien ¿cuánto


,

;; ,

86 necesitas?

Ana.

Solamente...

me

quiero que

Y

des diez francos.

mi pobre Blas,

advierte,

que no puedo reintegrarlos Blas.

y que de fijo los pierdes. Tres luises tengo guardados

con

si

ellos

y mi sangre

pudiera... voto á mil diablos!

Ana.

No

te aflijas.

Vuelvo

Blas.

Ana.

al

punto.

No, quédate; es necesario

que añadas á ese favor otro.

Blas.

Di.

Fuerza es ser cauto,

Ana. pues

En

A

si

fin,

te

sorprende alguno...

oye con cuidado.

la salida del

pueblo

antes de los avellanos,

hay un sauce

muy

frondoso

ahora bien, sin más retardo

en

tronco dejarás

el

el dinero... ¡por

aléjate y

Dios santo!

no pretendas

ver...

Lo

Blas.

juro;

aunque es extraño

cuapto acabas de decirme,

no temas; has confiado en mí, y por ningún motivo te haré traición; ni pensarlo!... Ana.

Y

Dios recompensará

tan noble acción... yo no hallo palabras con que expresarte...

Blas.

Pobre Anita!... yo que tanto te... aprecio...


87 Ana.

me amas,

Di que lo sé.

Cómo!

Blas.

Hace ya un año

Ana.

que sorprendí tu secreto, y

si

no he recompensado

tu cariño, es...

Yo también

Blas. lo sé:

Miguel es un gnapo

muchacho, que

se ha batido,

y tiene tres cruces.

. .

vamos,

yo no sirvo para nada... (Sollozaudo.)

me ANA.

alegro que os améis... claro!

(Quitándose una cruz del cuello.)

Toma

esta cruz; llévala

en mi nombre.

La rechazo

Blas.

Ana.

si

quieres pagar con ella

el

dinero que te he dado.

No, no; guárdala en tu pecho; yo tus favores no pago sino con

mi estimación;

de mi madre es un regalo, y porque

mucho

te le doy...

la

estimo

prenda de hermano.

Blas.

Juro no apartarla nunca

Ana.

(Dándole una sortija.)

de mi corazón.

Blas.

Ana.

Te encargo

que entregues esta

sortija

á Miguel; dile que

le

amo

y moriré bendiciéndole. Dios mió!

.

Al señor Gervasio

y á Juliana, que yo nunca les ofendí, que confiando


en su perdón moriré tranquilamente... y pues tanto haces por mí, tú también

has de perdonarme. (Se arroja llorando á

Blas.

de Dios!...

Ah

los pies

BELTRAN

y

XIII.

GENDARMES

por

el foro.

Venid, os está esperando el

Tribunal.

el

tribunal de Pilatos!

Bus. Ana.

levanta.)

más remedio.

ESCENA

Beltran.

la

Bailío condenado!

le aplasto sin

Dichos,

de Blas; este

Rayo aquí no hay justicia.

Miserables!

(a Blas.)

No

olvides el sauce... adiós...

ruega por mí... vamos,

Vamos.

Beltran. (Ana

BELTRAN.

sale

con los gendarmes: Blas queda como petrificado.)

(Tocándole en

el

hombro.)

Queréis quedaros aquí?

Se os dará de valde Blas.

(saliendo.)

Muchas

el

cuarto.

gracias;

no pretendo

servir de carga al Estado... (Si perece...

voy á hacer

una de pópulo bárbaro...)

FIN DEL

ACTO TERCERO.


ACTO CUARTO.

Plaza de la aldea: al foro casa de Ayuntamiento; á la derecha cerca con puerta rústica que sirve de entrada al huerto de Gervasio; á la izquierda la torre y parte de la iglesia; al lado opuesto, un banco; calles laterales.

ESCENA

I.

RICARDO. Hé aquí

la plaza:

no hay nadie

(Mirando á uno y otro lado.)

á quien poder

por

la

preguntar

casa de Gervasio,

donde creo que estará huyendo de la justicia oculto el pobre Marcial.

Aun cuando su hija el sitio

verle no logre,

menos sabrá donde se esconde...

al

Suerte ha sido

el

escapar

de una sentencia de muerte,


90 siendo tan rígida y tan severa la disciplina...

Gracias á que el

ha paliado la

la

caso,

el

capitán

el

gravedad del

con

informar

al

capitán sobre

delito

conducta ejemplar

del acusado... Antes de

ver

al Bailío

muy

será

prudente

(Viendo

i

el

informarme...

Blas que sale por

la

puerta

del cercado

dinero.)

A

este podré preguntar.

ESCENA RICARDO Blas.

y

II.

BLAS.

Cinco y cinco diez... completa está aquí la cantidad...

Ricardo.

Buen hombre, decidme...

Qué

Blas. se le ofrece al militar?

Ricardo.

Podréis indicarme dónde vive

un tal Gervasio? Bah!

Blas.

como que

es padrino mió...

Vais alojado?

No

Ricardo.

tal,

quiero solamente hablare

de un asunto.

Pues mirad,

Blas.

esta cerca es de su casa,

mas

la

puerta principal

está al volver esa esquina; si

no queréis rodear

contando


91 entrad por aquí... es RICARDO.

Gracias... voy... (Se

(Qué

Blas.

huerto.

el

dirige á la puerta, pero se detiene.)

querrá

le

decir?)

(Prefiero ver antes

Ricardo.

al Bailío.)

Qué, no entráis?

Blas.

Ricardo.

Volveré luego; ahora tengo

que hablar

al Bailío.

Blas.

Ya...

entonces seguid derecho esa calle, y al final hallareis su casa, la última

de

la izquierda...

en

el

zaguán

una puerta verde

veréis

con llamador de metal en figura de culebra enroscada; más acá, junto aquel chopo inclinado veréis...

Ricardo.

Gracias; voy allá.

(Qué hablador tan sempiterno!) VVase por

Blas.

la

izquierda.)

(Debe ser un

oficial!)

ESCENA BLAS

mirando hacia

el

III.

fondo, por donde cruzan de

derecha á izquierda

aldeanos.

Pero á dónde vá esa gente?

Ah! ya comprendo... Dios mió!...

van á

oir al

Condenar

Yo no

á

buen

Bailío. (Con ironía.)

una inocente!

quiero, voto á tal!

presenciar ese debate,

los


92 por no hacer un disparate delante del tribunal.

Tan

me

ridiculas sandeces

harian perder

sin duda, y

la

calma

romperme

el

alma

con alguno de los jueces. Pobrecilla! siento acuri

toda una tracamundana...

vamos,

si

perece Ana,

no sé qué vá á ser de mí.

Por

ella,

afectos el

con mil extraños

alma lucha...

por ella he roto

la

hucha

que me compré hace

Una hucha que me

tres años.

costó

dos cuartos!... donde guardaba los

á

ahorros que destinaba

mi casamiento!... no,

sin ella buscar

no quiero

para esposa otra mujer... ella

no

conque

lo

puede ser

me

estaré soltero,

que no es ningún desatino.

Cumplamos su voluntad dejando esta cantidad

en

el

sauce del camino.

Vive Dios, que no comprendo

semejante comisión!...

mas no he de hacerla

traición

su secreto descubriendo.

Su razón tendrá sobrada para obrar de

En á

fin,

tal

manera...

sea lo que quiera,

mí no me importa nada.

(Vase por

la

derecha.)


93

ESCENA MARCIAL

por

la

Qué agitación!... qué

A

IV. derecha.

ansiedad!

riesgo de ser cogido,

de mi escondite he salido para saber la verdad. El fatídico

rumor

que corre de boca en boca,

mi curiosidad provoca y enflaquece mi valor. Extraño presentimiento llena

mi alma de amargura,

y no sé

lo

que

me augura

de terrible y de violento.

Acusan á una mujer de haber robado... y

la

dan

nombre de Ana... qué no, mi hija no puede ser. el

afán!

Su honradez no necesita que yo defenderla intente... pero

..

esta angustia creciente!.

y haber faltado á la cita!

Qué ha podidu motivar su detención?... yo no abierto... Si llego á ser

descubierío

sin

que antes logre aclarar

lo

que pasa... qué agoraa!...

obligado á presentarme

cuando debiera ocultarme de todos... pobre Ana mia!

Qué

situación!

Un momento

de arrebato, de locura,

qué de males

me

procura


94 y de desdichas sin cuento! Una sentencia de muerte: la

infamia y

no hay en

el

el

deshonor...

mundo

valor

que afronte tan cruda suerte! alguien se acerca... tratemos

de disimular, no sea

me

que sospechoso

crea

hombre, y nada logremos.

este

ESCENA MARCIAL Marcial

.

Podríais

y

V.

JUAN,

derecha.

encaminarme

á la casa de Gervasio?

Juan.

Cerca la

la tenéis,

mirad

puerta de su cercado.

Sois forastero?

Marcial.

Sí, á fé;

vengo

á

evacuar un encargo

desde París. Pues, amigo,

Juan.

habéis por cierto llegado

en una ocasión bien Marcial.

Qué

crítica.

decís?

Que de un amargo

Juan.

pesar son víctimas todos

en

la casa.

Marcial.

(Cielo santo!)

Hablad, qué pasa?...

No puedo

Juan,

detenerme; voy volando al

tribunal;

mi presencia

es necesaria...

Marcial.

Letrado


95 por ventura?

sois

Juan.

Marcial.

Alguacil.

Pero qué sucedo?... vamos.

.

liablad...

En resumen nada,

Joan.

porque es

mas

la

muy

vulgar

caso:

el

persona acusada,

reúne tantos y tantos méritos,

muy

por supuesto

que

el

anteriores al

atentado,

pueblo espera con ansia

la sentencia.

Voto

Marcial.

al diablo!

Pero qué crimen es ese? Juan.

(Debe estar algo tocado este individuo... los ojos los tiene fuera del casco...)

En

fin,

sabed que una chica,

criada de ese Gervasio, le

ha sustraído un cubierto

de plata, de no sé cuántos quilates...

Su nombre...

Marcial.

Pero

Juan.

qué tenéis? (Será maniático?) Juan.

El nombre de Ana

Marcial.

(Asiéndole uu brazo.)

Joan*.

Un

Marcial.

esa mujer...

Y

cubierto. (Qué

decís qus ha robado? demonio

de hombre l) Marcial.

Mentís!

Por San Pablo!

Juan.

Marcial.

Digo que es

falso

y que sois

un impostor, un villano... que esa mujer es honrada. Juan.

Pero hombre,

si

está probado


.

96 el

crimen.

Marcial.

El de acusarla

voy á castigar JUAN.

(Huyendo, izquierda.) Canario!

Cuando digo que MARCIAL.

está loco!

(conteniéndose.)

Qué voy

á hacer, insensato!

ESCENA marcial Ricardo.

Ricardo,

,

No he podido al Bailío,

VI. por

uquierd»

en casa

hallar

que ocupado

se encuentra en el tribunal.

Mabcial.

Mi

un falso Mas qué veo?

hija., imposible! es

testimonio...

Ricardo! Ricardo.

(Abrazándole.)

Marcial!

Marcial.

Ricardo, tú aquí! qué desgracia indica tu presencia?

No,

Ricardo. Marcial.

al contrario...

Vienes á notificarme la

sentencia?

Y

Ricardo.

ese encargo

hubiera admitido yo? tu amigo... digo, tu hermano?

Marcial.

Tienes razón; estoy loco... deliro,

Ricardo.

no

se lo

que hablo.

Marcial, recelar no debes al

verme aquí nada malo.

Estás absuelto... eres libre...

MARCIAL.

(Distraído.)

Ella!...

Ricardo.

no quiero pensarlo...

Pero qué es

eso?...

no

me

oyes?


97 Marcial.

Sí.,, decias...

Ricardo.

Que has

,,

librado

de un inminente peligro... Sí, sí, alienta, estás

en salvo.

El Consejo reunido te sentenció á ser

pasado

por las armas; esta nueva,

aun cuando ya

la

esperábamos,

llenó de consternación al

regimiento; los bravos

oficiales

en seguida

tu perdón solicitaron,

apoyando sus razones en tu conducta y bizarro proceder:

mismo

el

capitán

declaró en descargo

de tu causa, que

él

dio

margen

á tu imprudente arrebato

con sus maneras violentas... levantándote

Al

fin,

la

mano.

se acordó el perdón,

y yo, Marcial,

que ya en autos

estaba respecto al sitio

de tu retiro, volando partí de Paris, por ser el

primero que tan grato

anuncio

te diese...

abrázame,

Vive Cristo! y no con tanto abatimiento recibas la libertad.

Ay, Ricardo!

Marcial.

en qué situación encuentras á tu amigo.

Ricardo.

Sí la

que extraño

expresión de tu semblante

abatido y trastornado...


98 Qué Qué

sufrimiento te agovia? dolor tan sobrehumano

en tu rostro Marcial.

Juzga de

se retrata?

por

él

que acabo

lo

de saber; mi hija está presa;

de un crimen horrible, bajo, se la acusa... dicen que...

pero no es posible!

Vamos.

Ricardo.

Marcial.

Dicen que ha robado.

Ricardo.

Cielos!

es imposible!... es engaño...

O Marcial.

tu hija se ha vuelto loca.

Pues bien;

si

existe ó

no agravio,

es preciso averiguar.

Quiero verla...

Yo

Ricardo.

á tu lado

te seré útil.

En qué

Marcial.

sitio

se encontrará?

Algún paisano

Ricardo.

podrá decírnoslo. Marcial.

Sí,

yo no vivo, no descanso hasta enterarme de todo,

y si es cierto... si en un rapto de alucinación...

Qué

Ricardo.

dices?

deliras!...

Oh! vamos.

Marcial..

Vamos.

Ricardo. (Salen por

la

derecha.)


99í

ESCENA

VII.

BLAS. Cumplí ya mi cometido; estoy de vuelta y cansado.

Tanto, y tan bien he corrido

que vengo descoyuntado.

Aunque según dice el cura, hombre de ciencia probada, penas y la amargura cansan más que una jornada. las

Y

yo tengo

el

corazón

mismo que una avellana. En fin, de mi comisión

lo

no puede quejarse Ana. Dejé á junto

la

izquierda

el

barranco

prado de Miguel...

al

Pero, hombre, habiendo aquí un banco

debo aprovecharme de (se sienta.)

él.

El dinero consabido

iba en el tronco á dejar,

mas me sentí poseído de una idea singular. Dije: esta suma no gana gran cosa quedando así: alguno de parte de Ana vendrá á recojerla aquí. Este alguno debe ser

persona á quien ella quiera

amparar y socorrer... Esto

alcanza cualquiera.

lo

Conque

así la

voluntad

de Anita excedo por hoy,

y dejo

la

cantidad


100

me

de tres luises, y Para qué quiero

voy.

dinere

el

no estando en su compañía ?

De qué

sirve el candelero

se acaba la bujía.

si

Además que no me afán que causa

el

explico

el oro...

yo sin un franco soy rico, tengo esta cruz... un tesoro. (Saca

cruz que

la

Anita

la

le dio

Ana.)

puso aquí,

de su cariño expresión... Vale esta cruz para mí

que no Tale un millón.

lo

Por cierto que no he podido dar

la sortija á

(La busca en

Vamos, á que Lo

Miguel.

el bolsillo

la

dejando

la

cruz sobre

el

banco.)

he perdido?

sentiría por él.

No, está aquí...

me

alegro

mucho,

cumpliré mi encargo luego. (viendo i

la

urraca sobre el banco.)

Pero, maldito avechucho

que

me

sin tregua ni sosiego

sigue á cualquiera parte

cual (vá siu

si

se gozase

á sacudirla:

que Blas

haces

lo

la

en

ello...

urraca huye á

la torre

advierta.)

muy

bien en largarte...

iba á retorcerla el cuello.

ESCENA BLAS Juan.

y

JUAN

VIII izquierda.

Parece que no has querido asistir al juicio?

llevándose

la

cruz


101 No,

Blas.

para no perder

el

mió

ha sido mucho mejor. Juan.

Todo

pueblo presuroso

el

llenaba el ancho salón.

Blas.

Y

no

se habrá levantado

entre tantas una voz

pidiendo gracia!

Era

Juan.

Blas.

Pero en salvaba

inútil.

ello ¡vive Dios! el

pueblo su honra.

Es una infamia, un borrón para nosotros, dejar

que

se realice esa atroz

injusticia.

Amigo

Juan.

te expresas

Blas. Juan.

con

Blas, calor...

tal

Como que estamos

en Julio.

Ello es que sin remisión está perdida; no hay

medio

de salvarla... es un dolor!

Ana

se obstinó

que de

sin

la

en callar

acusación

rechazar quisiera un cargo,

y

el

en Blas.

tribunal sentenció

vista de tantas pruebas.

Pobrecilla! vamos, yo

no se Juan.

no Blas.

lo

que

me

sucede.

Pero, hombre, á qué esa emoción? es cosa del otro jueves...

Para

sin

duda, no;

porque estás acostumbrado

como hombre sin corazón, como alguacil, que es lo mismo, á vivir con el terror;

pero

el

hombre que no

tiene


ese cínico valor, el

que siente algo en

en asuntos como debe maldecir

el

Juan.

No me juzgues de

BLAS.

(Buscando

Juan.

Qué buscas?

nació.

modo.

ese

cruz)

la

Pero qué es

gran Dios!

esto?...

No

Blas. la

pecho,

dia

mundo

en que á este

Dónde

el

de hoy

el

está en el banco.

habré puesto?... oh!

ya comprendo... maldito se

el

pajarraco

la llevó...

Juan.

Qué

Blas.

Una cruz de oro! Una querida expresión

dices?

de Anita,

la

infame urraca

hace un momento que huyó

con

ella...

viven los

cielos!...

más de un millón

valia

para mí por ser objeto suyo.

Juan.

Já, já...

Sí señor...

Blas. celebra

la gracia...

es cosa

que merece... un torniscón... Bie y te arrimo un moquete; Habrá urraca más atroz? Juan.

Es amante de la

las joyas

urraca?

Pues como yo

Blas.

me

la

encuentre, voy á dar

al traste

con su

afición.

Juan.

Mira, mírala en

Blas.

Ah! infame, pues (Amenazando con

el

la torre...

allá

paño.)

voy,


103 y

te

has de acordar de mí

como una y una son (Se dirige a

la

dos.

Váse Juan por

iglesia.

ESCENA JULIANA, GERVASIO

y

la

IX.

MIGUEL.

Salen por

dirigen a su casa.

Gervasio.

Infeliz!

Ya no hay remedio!

Juliana.

Gervasio.

En

tan fatal situación

un milagro solamente puede salvarla... Señor,

Juliana.

pero por qué

la

muchacha

con silencio tan feroz se

Gervasio.

condena? por qué no habla?

Dice que no hará traición á

un

secreto que pudiera

dañar á un tercero. No,

Juliana.

nunca me consolaré de

tal desgracia.

Por Dios,

Miguel.

entremos; no tengo fuerzas,

no hay en mi pecho valor para afrontar esa inmensa desdicha.

Resignación!

Gervasio.

Miguel.

Para esto salvé

la

vida

en tantos combates!... oh! Por qué una bala enemiga

no

me

llevó

la existencia

Gervasio.

con honor

que aborrezco?

Calla, hijo mió;

izquierda.)

no son

la

izquierda y se


104 pensamientos de cristiano los tuyos... es lo

mejor

resignarse y acatar los decretos al

de quien dio

hombre bienes y males

en justa compensación. (Entran en

el

cercado.)

ESCENA JUAN,

X.

ANA,BELTRAN GENDARMES

Al llegar Ana al centro del teatro, entre

la

iglesia

y

y

PUEBLO izquierda. de

la casa

se detiene.

Ana.

Permitidme, Beltran, que

me

ya que por vez postrera

contemplo,

de

los caros objetos

los

despida

de mi vida,

de mi casa querida, y del sencillo templo

donde aprendí la calma bienhechora que hace menos cruel mi última hora. Aquí el altar con su modesta imagen á cuyo pié lloraba

cuando mi pobre corazón

Y

la

sufría

..

virgen mi pena consolaba,

y un rayo de alegría el amargo dolor dulcificaba. Cuántas veces al cielo dirigí

al

son de

la

campana

fervientes preces...

Ay de

mí! cuántas veces!...

Y hoy

viene aquí á llorarla pobre

los terribles rigores

sin

Ana

de su estrella,

que encuentre unos ojos

que viertan una lágrima por Adiós, virgen querida,

mi santa protectora,

ella!...

Gervasio.


105 recibe el sacrificio

de mi vida,

y ven en mi última hora á recoger

mi

llanto

entre los pliegues de tu puro manto. (Mirando hacia

Hela

allí

la

mi

casa de Gervasio.)

casita solitaria,

cercada por

los árboles del huerto...

Adiós, mansión de calma y de ventura; al

lanzarme de

tus moradores

han sembrado en mi pecho

la

amargura,

y con crudos dolores, con ignominia extrema

echan sobre mi frente un anatema. (A Beltran, deteniéndose.)

Vamos... gran Dios!... que siento

en medio de tan bárbara agonía agitarse en

mi mente un pensamiento.

Mi padre!... suerte impía! Ah! no quiero morir... Dios poderoso!

En

esta incertidambre aterradora

morir serñ un crimen espantoso...

Mi padre... dónde

está?...

y que

vida

al

perder

la

yo quiero verle.

lleve su bendición por despedida...

Dirá

al

saber la causa que

que yo sus canas, maldecirá á hija,

que en

la

vil,

me mata

he deshonrado,

ingrata

él

ha echado

con tan torpe delito

un borrón que Ah!...

Beltran.

Pobrecilla!

desgarra

Beltran.

hará siempre maldito.

Levantad.

Juan.

Ana.

le

(Cae abatida.)

Qué

el

pecho su pena...

es esto? sois vos?...

Seguidme.


106 Ana.

Iréis á

encerrarme?

Es fuerza.

Beltran.

Ana.

Es verdad... ya

me

olvidaba

de mi terrible sentencia.

Vamos, perdonad, buen hombre, si

os causo tanta molestia...

Parece un sueño, Dios mió!

me

Miguel!... Blas!... todos

dejan.

Dios tenga piedad de mí,

y abrevie esta horrible pena. (Salen derecha.)

ESCENA JUAN Juan.

A

y

BLAS

XI.

en

la

torre.

de alguacil honrado

que ninguno hasta la fecha ha enternecido mi alma

que Blas.

es

en verdad poco tierna.

Hola, padrino, Miguel

vengan

todos... sí, sí, vengan...

es inocente... yo tengo

muchas, muchísimas pruebas...

No me

oyen... ¡viven los cielos!

que he de apelar á otra lengua, y me van á oir los sordos. Juan.

campana precipitadamente.)

(Toca

la

Qué

es eso?

Quién cencerrea

con tanta furia? Se ha vuelto loco el sacristán por fuerza.


107

ESCENA Dichos, Juliana.

JULIANA, GERVASIO

A qué

y

MIGUEL

Yo no (Gritando.)

b

derecha.

sé.

Padrino...

Es Blas!

Miguel.

Qué

Juliana.

Blas.

por

tocan?

Gervasio.

Blas

XII.

Vayan

simpleza!

avisar al juez,

su inocencia

al Bailío...

está probada.

Qué

Miguel. Blas.

Ved

ei

dice?

cubierto, la prenda

de su acusación... mi cruz.... Juliana.

Desvaría su cabeza sin duda!...

Gervasio.

Baja.

allá voy.

Blas.

Miguel.

Hablaba de Ana...

De

Juan.

esta hecha,

va á parar en una jaula...

(Caramba! que

la

doncella

con su crimen va á ser causa de que todo

el

mundo

pierda

el juicio...)

ESCENA Dichos, BAILIO,

XIII.

ALGUNA GENTE DEL PUEBLO BLAS.

Qué nos

Bailío.

indica

ese toque?

Una ocurrencia

Juan.

de Blas

,'.'.

se subió á la torre

y después


108 Miguel.

Bailío.

(Yo no sé por qué sospecha

mi corazón algo bueno.) le juro por mi abuela

Pues

que puede costarle caro. Blas.

Señor

Bailío.

Joan. Bailío.

(Aquí es

Te has metido

pues yo te daré Blas.

Sí,

la

cuerda.

justo es que con

hoy una

se celebre

una

alegría...

que á

ella.)

á campanero?

campanas

fiesta,

una cosa

no acierta mi lengua, porque turbada calificar

está de placer

mi lengua.

Juan.

Nada, loco rematado!...

Bailío.

Has perdido

Blas.

Sabed que Ana es inocente,

Bailío.

A

la

chaveta?

este Cubierto lo prueba.

Es

Juliana.

el

mió!

Miguel. Blas.

(Saca un cubierto.)

ver?

Cielos!...

Se valió

la

Providencia

de mí, del imbécil Blas...

con que vayan á por bendita sea

Gervasio.

Qué

dice?

Hace

muy

ella...

la urraca!...

Que oigan y aprenda,

Blas.

me

poco

la

(ai Bailío.)

urraca

hurtó esta cruz... y yo

hacer gestos en

la

con esa cara tan

fea,

al

verla

torre

subí al punto poseído

de una intención no

muy

buena...

iba á retorcerla el cuello,

pero huyó antes que pudiera echarla

el

guante...

si

tiene


109 más

malicia que una vieja!...

Estaba ya despechado,

cuando junto

á la escalera

y en un hueco de la tapia formado por unas grietas, veo brillar una cosa.

me me

acerco... Santa Teresa

valga! Era el nido

donde

iba ocultando las piezas

producto de su rapiña, de su inclinación perversa. Allí estaba el tenedor,

cuchara, unas tigeras,

la

(a Gervasio.)

vuestro gorro de dormir,

un

calcetin, dos calcetas,

dos cajas de dulce, cuatro castañas... Bailío.

una dispensa...

Pero entonces

cubierto

el

que vendió á Isaac?...

Hay

Blas.

tal

tema!

Sería otro...!

Pero cuál?

Bailío.

Blas.

Yo qué

sé?

Que comparezca

Bailío.

aquí es necesario Ana;

vé Miguel.

al

punto y hazla que venga, (a

Yo también corro la alegría

me

á buscarla...

enagena!

Gracias, Dios mío!

(Sale con Juan.)

El asunto,

Bailío.

aunque digan

lo

que quieran,,

no está todavía claro. Blas. "ailío.

Pues que enciendan una vela. (Se escapa de entre mis si

Blas.

se

manos

prueba su inocencia.)

Cada vez que considero

Juan.)


110 que

libre

de tantas penas

en mi pecho

se vá á ver, siento

un no

sé qué, que rae llena

de alegría... pobre chica!... Gervasio.

Ya está aquí... -

Juliana.

Cosa como

Blas.

Yo

lloro y rio

ella!

de gusto:

pobrecita, ya se acerca.

ESCENA XIV. Dichos,

ANA, MIGUEL, JUAN

y

ALDEANOS, ALGUACI-

LES, GENDARMES. Miguel.

Ana! Hija mia!

Gervasio.

Ana.

(a Juliana.)

Juliana.

Vén aquí.

Señora... (Abrazándola.)

Me mata

Ana. Blas.

No

Ana.

Mi buen

ha.

muerto en

el

el

gozo!

calabozo

y se vá á morir ahora!... Blas...

Poquito á poco:

Bailío.

sin orden formal y expresa

no se puede de

la

presa

disponer.

(Se ha vuelto loco!)

Blas.

Miguel.

Su inocencia ya probada,

Bailío.

Sobre eso hay

Blas.

No, señor; no hay que hablar nada

Miguel.

Mi madre ha reconocido

quién se atreverá á dudar?

el

hablar.

cubierto.

Gervasio. Bailío.

mucho que

Sí,

Pero, y

el

por cierto.

otro cubierto?...


111 que

el

Ana.

Aun

Miguel.

No duda; es

judío ha vendido?

al

dudáis de mí, señor? voto á mi nombre!

que se ha empeñado ese hombre

en causar su deshonor.

Y yo me empeño

á

mi vez

en probarle...

Cómo!

Bailío.

acudiré

Miguel.

Aquí

no Gervasio.

tiene

que ver

el juez.

Desistid de la querella

porque es Miguel.

á mí?

al juez...

Si no,

inútil cansaros.

yo voy á citaros

por faltar á esta doncella.

Deshecha

la

acusación

y probada su inocencia, el insistir

evidencia

en vos segunda intención. Sabed que fui militar y

si insistís

en su mengua,

os arrancaré la lengua

con que sabéis calumniar. Bailío.

La

justicia...

en

el

Miguel.

Si

que es

el

hay malicia encargado

de administrarla, excusado es llamar á la justicia. Así, seguid la razón

procediendo de otro modo; pues

si

no, justicia y todo,

os traspaso el corazón.

Gervasio. Bailío.

Juliana.

Basta ya.

(Me ahoga

el coraje.)

Ahora es fuerza, Ana querida, ya que estoy arrepentida


112

me

perdones

el ultraje.

No me avergonceis,

Ana.

callad...

yo nunca os tuve rencor.

Fui víctima de un error, pero ya que

verdad

la

volvió por el honor mió...

no

se hable

más

del asunto.

Juan.

El Bailíoestá difunto, (a

Blas.

Pues que entierren

Blas.)

al Bailío. (a Juan.)

ESCENA XV. MARGIAL

Dichos,

y

RICARDO,

mi corazón!

Marcial.

Hija de

Ana.

Padre!... se pierde por mí!

Gervasio.

izquierda.

Hola!... Marcial por aquí?

pues llega en buena ocasión. Marcial.

Y

á tiempo, por Lucifer!

de salvar á una inocente,

probando que

pueblo miente

el

dudar de esta mujer.

al

Quién ha podido en su honor poner

la

lengua atrevido?

Quien acusarla ha podido? algún infame traidor?

Verdad que

es, señor Bailío,

ella

ha vendido un cubierlo;

pero tened por

que

se le di,

muy

cierto

que era mió.

Bailío.

Cómo explicáis la inicial común á entrambos á dos?

Marcial.

Yo

la

explico, vive Dios!

porque á

Gervasio.

la

la

mia es igual

de Gervasio. Sí.


113 Marcial.

Ana.

Siendo Grandville mi apellido.

Ah!

callad... estáis perdido...

perdido, triste de mí! Bailío.

(Sacando

orden.)

la

Grandville!... Daos á prisión

Ana.

Por eso no quise hablar

mi

ni de el

frente lavar

infamante borrón;

porque

salvarme os perdía...

al

aunque os

Bailío.

Sois desertor... y

Miguel.

Ah! tu secreto era ese?

pese...

Marcial.

Nada temas,

Bailío.

(a Ana.) El diablo vuelve á ponerte

hija mia.

entre mis manos.

(Qué horror!)

Ana. Bailío.

A un

Ricardo.

(Adelantándose con

infame desertor

se castiga con la muerte. la

orden de perdón.)

Al que por vicio abandona sus banderas, es de ley;

pero al buen soldado, el le

Ana.

dá indulto,

Rey

perdona.

Oh! gozo! (Destino impío!)

Bailío.

Blas.

le

(ai Baiiio.)

Vuestros esfuerzos son vanos;

se escapó de vuestras manos, dejareis de ser Bailío.

Todo

el

pueblo os vá á citar

ante la ley. Con qué gozo

de Anita en os

el

calabozo

voy á ver patear.

Sí,

con

quiero ver encerrado la

urraca á ese maldito

para decirle: Lorito,

daca la pata, salado. (s» aleja

el Bailío

por

el

fondo.)


114

ESCENA ULTIMA. Dichos, menos

Gervasio.

el

BAILÍO.

La

ley le hará castigar.

Yo

creo que ahora, Juliana,

consentirás en que

Ana

y Miguel...

No hay más que

Jbliana.

Debo una á la

hablar,

satisfacción

muchacha, y es justo... si Marcial con gusto

Digo,

aprueba...

Cómo! La unión

Marcial. Gervasio.

de los chicos.

Por mi parte

Marcial. si ellos

se aman...

Está bien;

Gervasio.

ahora yo debo también

mis satisfacciones darte.

Y

para que

asistas, es

al

casamiento

conveniente

dejar inmediatamente la

Marcial.

vida del regimiento.

Yo tengo una cantidad para redimir tu empeño. Imposible! no soy dueño de aceptarla.

Gervasio.

Miguel.

Sí,

en verdad.

Para casarme con lo

ella

pongo por condición:

ó dejais el batallón...

Marcial,

Bueno; cese

Blas.

Dime, Ana,

la querella. el

dinero aquel...


115 Ana.

Mi padre

ir

por

él

debia,

pero ya...

Pues,

Blas.

Ana mia,

entonces voy yo por

él.

Gastarle en la fiesta quiero,

porque en ocasión como esta debe haber aquí gran

y

baile

con

fiesta

el gaitero...

Gervasio.

No me opongo,

Juliana.

Quedar con honra debemos.

Ana.

Pero antes justo es que demos

voto á briós!...

rendidos, gracias á Dios.

A

ese Dios omnipotente

cuyo poder inmutable descubre siempre ensalzando

al

al

culpable,

inocente.

Siempre benigno y clemente el que con humildad

con

acata su voluntad sin insultar su poder.

Dios solo puede obtener el triunfo

de

la

verdad.

FIN.

Habiendo examinado este drama, no hallo inconveniente

en que su representación sea autorizada.'

do Enero de 1863.

rer del Río.

El Censor de

teatros,

—Madrid

1.°

Antonio Fer-



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