REVISTA ARKE2

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Puebla


[ SEGUNDA DE FORROS ]



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EDICIÓN DIGITAL Especial Puebla Foto: Detalle de jarrón de Talavera Autor: Juan Tonchez EDITOR GENERAL: Juan Reynol Bibiano Tonchez COMITÉ EDITORIAL: Juan José Guerrero García Lizeth Azucena Cervantes Reyes Gracia Sara Vargas Carbajal Martha Judith Hernández Velazco Pedro Guillermo Ramón Celis Ingrid Karina Jiménez Cosme Héctor Manuel Espinosa Vázquez Hilary Morgan Leathem Yael Dansac Cristina Desentis Torres DISEÑO EDITORIAL: Juan Reynol Bibiano Tonchez COLABORADORES: Nadia Ivette Sosa Martínez Adriana Hernández Hernández Francisco José Casado Pérez Ana Fabiola García Santana


ARK MAGAZINE 31

Año 8 No. E2 // Especial Puebla Ciudad de México // Verano 2020

ARK_MAGAZINE es una publicación independiente con sede en la Ciudad de México, encaminada a propiciar espacios de reflexión y análisis a través de artículos originales sobre el patrimonio cultural en México y el mundo, desde el punto de vista de la arqueología, la arquitectura, la restauración y demás disciplinas afines. Utilizamos los medios de comunicación para generar investigación y debates con conocimiento, libertad y responsabilidad, desde una postura crítica y sin censura. Editada y distribuida por el proyecto ARKEOPATÍAS a través de ARK_EDITORIAL. DERECHOS: ARKEOPATÍAS opera bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento – NoComercial – CompartirIgual 4.0 Internacional License, por lo que al publicar o consultar la revista acepta los términos de la misma. Los textos, fotografías y demás elementos publicados siguen siendo propiedad de sus autores originales, ARK_MAGAZINE es sólo un medio de difusión que no pretende hacerse de estos derechos, ni violentar los de terceros, por lo que cada autor es responsable del manejo ético de la información y material utilizado en sus contribuciones. LEGAL: Número de reserva de derechos al uso exclusivo del nombre: en trámite. Registro de licitud de título y contenido otorgados por la Comisión Calificadora de Publicaciones Ilustradas de la Secretaría de Gobernación: en trámite. ISSN: en trámite.

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EDI TOR IAL Por: Cristina Desentis Torres Oaxaca de Juárez, Oaxaca - 1985 / Arqueóloga por la Universidad de las Américas Puebla (2011) y Maestra en Humanidades, Línea Formación Docente por la

Con enorme agrado presentamos este número especial dedicado a Puebla y su patrimonio visto desde múltiples disciplinas, quehaceres y contextos de emergencia que lo han puesto en riesgo, ya sea por acción humana o de la naturaleza. En los textos los autores invitan a reflexionar sobre los usos sociales del patrimonio, las relaciones de poder que lo atraviesan, las narrativas que pueden construirse en torno a él, así como decisiones -afortunadas y desafortunadas- que permiten, por un lado, hacerlo visible y sensibilizar a la sociedad respecto a su conocimiento y cuidado, o por otro, ignorarlo y perderlo por falta de interés y voluntad política. Para situarnos en un panorama general, Juan Carlos Campos presenta una breve trayectoria histórica de Puebla y cómo a través del patrimonio se ha dado forma a una identidad poblana que se diversifica al aproximarse al territorio desde perspectivas culturales y económicas. Muestra que el imaginario de la Puebla de los Ángeles no es una construcción arbitraria ni inocente, pues en el trasfondo hubo un borramiento de grupos sociales y prácticas culturales de raigambre indígena que se legitimó en la época colonial, se reafirmó en la modernidad a través de divisiones ideológicas y resuena en la actualidad en la producción de una imagen global. Como una muestra de la diversidad étnica de Puebla, Erik Chiquito nos lleva a la mixteca poblana para conocer la actividad arqueológica que desde finales del siglo XIX se ha desarrollado en Ixcaquixtla donde, pese a las numerosas intervenciones y hallazgos extraordinarios, aún falta un trabajo metódico y sistemático de integración de todos estos datos que permita una puesta en valor del patrimonio arqueológico a través de un diálogo que incorpore los conocimientos científicos de los investigadores y las experiencias y saberes de los pobladores.

Universidad Autónoma de Zacatecas (2019). Ha participado en diversos proyectos, salvamentos y rescates arqueológicos en los estados de Oaxaca y Puebla. Laboró en la Coordinación de Apoyo Arqueológico de la Universidad de las Américas Puebla desde 2007 hasta su cierre en 2019. Líneas de interés: gestión del patrimonio cultural, la relación entre la producción

De vuelta a la antigua ciudad, Francisco Javier Cabral estudia un inmueble icónico del Centro Histórico, la Casa de Alfeñique, para acercarnos a una de sus singularidades: los ornamentos de argamasa. Desde un sentido clásico y descriptivo, el enfoque en estos elementos decorativos nos habla de los gremios, la especialización del trabajo en la época novohispana, además de permitir una lectura del patrimonio edificado como texto relacionado a su historicidad.

científica de la arqueología y la historia, la memoria social y la política. Contacto: cristina.desentis@gmail.com

Las huellas de la modernidad en México también son materia de patrimonialización, de ahí que de manera más reciente se hable de patrimonio industrial como lo señala Julio César Alfonso en su artículo sobre el legado ferroviario de Teziutilán, municipio de la Sierra Norte. Herencia del Porfiriato, el proyecto ferrocarrilero transformó la vida económica del país y dejó marcas territoriales que actualmente se están reconociendo como testigos de una memoria colectiva en riesgo de desaparecer. Lo que en siglo XX constituyó la promesa del progreso que

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llegó a su decadencia, actualmente se ha convertido para la ciudadanía y las instituciones en una oportunidad para revalorar el acervo industrial, principalmente desde el turismo, pero también como un marcador identitario. Marcela Sonia Espinosa y Cecilia Vázquez abordan la transformación de los discursos oficiales de identidad nacional y su relación con la remodelación del espacio y la construcción de nuevos paisajes en el Cerro Acueyametepec, escenario de la Batalla del 5 de Mayo de 1862. A partir de sus elementos museográficos, se estudia el paso de un proyecto constructivo de renombre arquitectónico y escultórico para la reflexión cívica e histórica a la transformación de la imagen urbana del cerro como parte de una agenda de despliegue de la arquitectura del poder y de los usos políticos del patrimonio. Además de los caprichos políticos, el patrimonio cultural también se ve amenazado por el acelerado crecimiento urbano que rebasa las acciones de salvaguarda o, simplemente, infringe la ley. Un desafortunado ejemplo es lo ocurrido en el Cerro de Amalucan en aras del desarrollo inmobiliario y turístico, lugar que como nos cuenta Marcela Sonia Espinosa, pese a tener una declaratoria de Área Natural Protegida, ha experimentado destrucción de su patrimonio arqueológico, severa deforestación y degradación ambiental, además de convertirse en un foco de inseguridad.

de septiembre de 2017, el templo católico de San Lucas sufrió daños que, al no ser atendidos inmediatamente, se han agravado con el paso del tiempo no sólo en la parte material, sino afectando también las dinámicas sociales y los lazos intangibles entre la comunidad y su patrimonio edificado, por lo que la autora urge al diseño e implementación de herramientas más eficientes de análisis técnicos de los daños en los inmuebles históricos con el fin de generar diagnósticos oportunos y prontas soluciones para su recuperación y conservación. Si bien la problemática de la salvaguarda del patrimonio cultural tiene múltiples aristas, hay ejemplos de que con trabajo interdisciplinario y mucha voluntad se pueden lograr resultados positivos cuando la academia estrecha vínculos con la sociedad y llega realmente a formar comunidad. La agrupación Re Genera Espacio, con el objetivo de recuperar espacios públicos, conservar el patrimonio y hacerlo accesible mediante la participación ciudadana, ha marcado una diferencia en el barrio de Analco, en el Centro Histórico de Puebla. Con la preocupación de incidir en zonas deterioradas, han trabajado en conjunto con los pobladores de los barrios antiguos de Puebla para atender afectaciones derivadas de los sismos de 2017, promover talleres para la difusión de los oficios artesanales y técnicas tradicionales que están en riesgo de desparecer e involucrar a la sociedad a estos proyectos a través de voluntariados. Con una visión amplia para atender varias de las problemáticas de Puebla -algunas compartidas por los autores de este número desde

María Teresa Salomón aborda las confluencias y

sus campos disciplinarios y profesionales- la asociación Etnograf

resignificaciones del paisaje y el patrimonio cultural del Cerro Zapotecas en Cholula, al poniente de la ciudad de Puebla, a través de un recuento de su desarrollo histórico-cultural desde el marco de la arqueología del paisaje, donde se estudia la relación entre el espacio físico, la acción social y la construcción y permanencia de imaginarios en la actualidad, algunos de los cuales guardan una gran densidad histórica. El cerro tiene además su mística, historias y leyendas cuya transmisión oral va conformando esa parte intangible del patrimonio bien aprovechada por los emprendimientos turísticos como relata Rocío del Carmen López.

Gestión y Cultura presenta algunas ideas para el diseño de una

Además de las acciones u omisiones humanas, el patrimonio cultural queda en riesgo por fenómenos naturales, como lo muestra María Guadalupe Vera para el caso de la comunidad de San Lucas Matlala, al sur de Puebla. Tras el sismo del 19

política cultural que contemple la diversidad sociocultural del estado y cómo esta relación entre sus habitantes se objetiva en el territorio. Finalmente, con un texto de carácter más personal, doy cuenta del lamentable cierre de una de las opciones para estudiar arqueología en México, en este caso en Cholula. A la de por sí difícil situación de la salvaguarda del patrimonio arqueológico en el país, se resta un espacio de formación profesional, se elimina la supervisión de obras que intervienen el subsuelo con posibilidad de afectar vestigios y se deja en la incertidumbre una colección de materiales formada a lo largo de medio siglo. Sirva este número para una reflexión del estado en que se encuentra la diversidad del patrimonio cultural en Puebla, los problemas a que nos enfrentamos, así como los alcances que puede tener un trabajo creativo y comprometido cuando se vinculan saberes y se forma comunidad.

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10 | ÍNDICE


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CONTENEDOR / SÚBELE A LA BOCINA Cristina Desentis Adriana Hernández

UNIDOS EN EL TIEMPO, EN LA [IN]JUSTICIA Y EN LA ¿ESPERANZA? APUNTES ANTROPOLÓGICOS PARA UNA VISIÓN DE PUEBLA Juan Carlos Campos Varela

LA ARQUEOLOGÍA EN LA REGIÓN DE IXCAQUIXTLA, PUEBLA Erik Chiquito Cortés

ORNAMENTOS DE ARGAMASA SOBRE LA FACHADA DE LA CASA DE ALFEÑIQUE Francisco Javier Cabral Vignola

PATRIMONIO INDUSTRIAL PARA TODOS: EL CASO DEL LEGADO FERROVIARIO DE TEZIUTLÁN, PUEBLA Julio César Alfonso Ruiz

LAS CÉDULAS Y OTROS EPÍGRAFES EN EL CERRO ACUEYAMETEPEC Marcela Sonia Espinosa Martínez Cecilia Vázquez Ahumada

AMALUCAN, UN CERRO EN DISCORDIA Marcela Sonia Espinosa Martínez

EL CERRO ZAPOTECAS: CONFLUENCIAS Y RESIGNIFICACIONES DE UN PAISAJE Y PATRIMONIO Ma. Teresa Salomón

LA LEYENDA DEL CERRO DE ZAPOTECAS EN SAN PEDRO CHOLULA, PUEBLA Rocío del Carmen López Lemus

90 98

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SAN LUCAS MATLALA, PATRIMONIO VULNERADO María Guadalupe Vera Ortiz

TALLER BARRIAL DE ARTES Y OFICIOS, CENTRO HISTÓRICO DE PUEBLA Adriana Hernández Sánchez Christian Enrique De La Torre Sánchez Luis Fernando López Navarro Karla Fernanda Díaz Ordoñez

NOTAS PARA UNA POLÍTICA CULTURAL INTEGRAL, TERRITORIAL, INTERCULTURAL Y DE GESTIÓN EN PUEBLA Etnograf: Gestión y Cultura A.C.

EL CIERRE DE UNA ESCUELA DE ARQUEOLOGIA EN PUEBLA Cristina Desentis Torres

BONUS TRACK ENTRE MONTAÑAS Adriana Hernández Hernández

GALERÍA / Cristina Desentis

ÍN DI CE


CON TENE DOR

Café Patrimonial Un lugar para convivir, charlar, debatir, disentir y ponernos al día, acompañados de los amigos y los colegas con una bebida caliente en la mesa.


SÚBE LEALA BOCI NA

Remedio infalible para combatir el mal de campo [ y la cuarentena ] ... ____ Exploremos juntos los sonidos de “los ángeles”... Por Cristina Desentis, Nadia Sosa y Adriana Hernández. Síguenos en Spotify: spotify:playlist:2xTvECAEQmiiPo812eagAX ____ Chollywood Puebla / Lng Sht Un Poblano en NY / Grupo Megakali Volcán / Timoneki Vendrá la muerte / Iván García y Los Yonkis Todos los días / Fat Mojo Miedo / Karina Galicia Espíritu Libre / TELEFLORA Chicano / Kraut Rompiendo Esquemas / Audry Funk, Dj Kaizen Desierto / Sex Sex Sex Nahual / Vachamata La Ofrenda / Los Patita de Perro Mountain Sound / Of Monsters and Men

Sprawl II (Mountains Beyond Mountains) / Arcade Fire Hang Me Out To Dry (With Robyn) / Metronomy, Robyn Muy Tranquilo / Gramatik Demon Host / Timber Timbre What Year Was Our House Built? / Cemeteries Songs and Views from the Magnetic Garden / Alvin Curran Gold / Monster Rally Descanso / Federico Estévez Marduk / DJ Perro 5/4 / DJ Perro Vámonos de Viaje / Bándalos Chinos Tú / maye Tranquilo y Tropical / Los Aguas Aguas


NOTA IMPORTANTE: Las opiniones vertidas en los artículos son responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el punto de vista del Proyecto ArKeopatías (o tal vez sí).


TEX TOS AR KEO PÁT ICO S


“UNIDOS” EN EL TIEMPO, EN EL ES-FUERZO, EN LA [IN]JUSTICIA Y EN LA ¿ESPERANZA? Juan Carlos Campos Varela El escudo oficial de la entidad poblana se enmarca bajo el lema de una filacteria que alude a su historia como vínculo social, la justicia como aspiración y la esperanza como guía del futuro. Sin embargo, la formación social, política, económica y cultural del Estado dista mucho de este anhelo y muchos de los pasos que han guiado su presente, la han alejado cada vez más de su esperanza en el porvenir. Más allá de los datos folclóricos y lugares comunes de la propaganda estatal –la Puebla de los Ángeles, la gran pirámide de Cholula, el arte barroco, los volcanes, la talavera- este breve ensayo busca poner el acento en las contradicciones y conflictos, pero a la vez en la riqueza del mosaico cultural que presenta la sociedad poblana (Fig. 1). Los problemas y coyunturas contemporáneas que se viven en Puebla son producto concreto de su trayectoria histórica, de su constitución política y social. Esta nace en la cimiente de los complejos señoríos prehispánicos establecidos en el actual territorio poblano, cuya identidad cultural se conservó parcialmente una vez consolidada la presencia ibérica en el territorio novohispano. En contraposición de la influencia indígena, los colonizadores europeos del que sería el territorio poblano, establecerán un programa de control geopolítico y de explotación económica desde la zona del valle poblano-tlaxcalteca, hacia las inaccesibles serranías ubicadas

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al norte y sur de la zona central del Estado y sus espacios interserranos, donde las poblaciones indígenas después de la guerra de Conquista, se refugiaron de forma casi permanente hasta la misma Independencia nacional. Las vicisitudes del México Independiente forjaron personalidades distantes entre sus elites: la personalidad indígena “serrana”, combativa, rebelde y liberal del interior del Estado, triunfadora del 5 de mayo-; y la criolla y mestiza “del valle”, tibia, conservadora e imperialista hasta el grado de poner alfombras de honor a la intervención norteamericana y francesa. El gobierno porfirista intentó reconciliar estas actitudes al finalizar el siglo XIX, a través de una estrategia de “orden y progreso”, donde se premió a los cacicazgos serranos y del valle: orden con licencias de respaldo político-militar para los primeros –un general serrano ocupó en ausencia del general Díaz la presidencia de la República: Juan N. Méndez - y de progreso económico para los últimos, a través de la promoción de la industria fabril y agrícola que se había deprimido desde el siglo XVIII y durante los dos primeros tercios del s. XIX debido a las políticas de apertura económica y los cuartelazos constantes. En continuidad con esta sintética visión de la historia poblana, los siglos XX y XXI, no han dejado de ser reflejo de ese pasado donde diversos grupos de influencia política y económica, han buscado mantenerse en el poder del espacio geográfico y social poblano, estratégico por sus recursos naturales, conexiones comerciales y fuerza industrial. PATRIMONIO BIOLÓGICO, ARQUEOLÓGICO E HISTÓRICO La unidad cultural y poblacional del Estado de Puebla ha sido variada a través del tiempo, producto de ocupaciones sucesivas y movimientos migratorios que involucraron a variados pueblos mesoamericanos de forma directa como es el caso de totonacas, huastecos, mixtecos, otomíes, popolocas, mazatecos, olmecaxicalancas y nahuas, y/o por influencia estilística y comercial en la cronología arqueológica de culturas como la olmeca, teotihuacana, tolteca, zapoteca y maya. Geográficamente Puebla extiende su territorio de norte a sur por la Sierra Madre Oriental, la Sierra Negra (Citlaltepec), la Mixteca Baja, la Sierra Nevada (Popocatépetl-Iztaccíhuatl) y la Sierra de Tlaxcala (Matlalcueye), que dan pie a los valles interserranos de los Llanos de San Juan - Altotonga, Puebla - Tlaxcala cruzado por el importantísimo eje del rio Zahuapan-Atoyac, además de los importantes valles de Atlixco y Tehuacán (Fig. 2)

Se tiene registro de 2 632 sitios arqueológicos para toda la entidad, lo que hace de Puebla el tercer Estado de la Federación con más cantidad de ellos. Estos se cuentan desde lugares paleontológicos, campamentos de cazadores-recolectores hasta grandes urbes con compleja planeación y estructuras arquitectónicas. De este universo se han constituido ocho como Zonas de Monumentos Arqueológicos ubicadas en diversas regiones del Estado, representadas por los yacimientos de Tepapayeca, Cantona, Cholula, Ndachjian–Tehuacán Viejo, Los Cerritos de San Cristóbal Tepatlaxco, Teteles del Santo Nombre, Tepexi El Viejo y Yohualichan, aunque han existido casos lamentables de destrucción y ocupación por asentamientos humanos irregulares a través de los años, como en el caso de Amalucan, La Manzanilla o Xiutetelco (Fig. 3). Puebla es uno de los estados que más se destaca en la Federación por la cantidad de bienes históricos y de arte sacro que contiene en sus monumentos que se cuentan en por lo menos 11 701, de los cuales al menos 3 034 se ubican en la capital del Estado, esto sin contar los innumerables bienes muebles que se contienen al interior de los mismos. El problema que más aqueja a estos monumentos son las acciones de saqueo, robo, así como los fenómenos naturales como los sismos, que además de representar acciones

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lesivas al patrimonio nacional, son un perjuicio irreparable para la identidad y creencias de los pobladores del Estado. Esta herencia cultural no sólo ha sido reconocida por las instituciones federales y locales, también la UNESCO ha declarado dos sitios como patrimonio cultural de la Humanidad: el Centro Histórico de Puebla (1987) y el compartido con el estado de Morelos, representado por los Monasterios tempranos del siglo XVI sobre las laderas del Popocatépetl (1994) correspondientes a los conventos franciscanos de Calpan, Huejotzingo y Tochimilco. Recientemente se agregó como patrimonio mixto (cultural y natural) al Valle de Tehuacán-Cuicatlán: hábitat originario de Mesoamérica (2018), reconocido por su larga y continua ocupación humana, además de ser uno de los sitios más tempranos donde se ha identificado la domesticación del maíz. LAS REGIONES CULTURALES VS LAS REGIONES ECONÓMICAS El Estado de Puebla se ha dividido oficialmente en siete regiones económicas cuya constitución ha obedecido a través del tiempo a intereses de grupos políticos, más que a una raíz cultural o de abatimiento de la pobreza y la desigualdad. Esta división fue impulsada desde 1973 a partir del proyecto socioeconómico establecido por la Secretaría de Finanzas del Estado y adoptada jurídicamente a partir de 1986, siendo considerada como base para el planteamiento de los planes estatales de desarrollo. Como

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una forma de “reafirmación” de la identidad poblana, en similitud con la celebración de la Guelaguetza del vecino Estado de Oaxaca, desde 1965 se ha convocado a la realización del Festival Huey Atlixcayotl, realizado el último domingo de septiembre en las laderas del Cerro de San Miguel en Atlixco, al interior del auditorio Netotiloaya (Plazuela de la Danza). Esta fiesta fue elevada en 1996 a Patrimonio Cultural del Estado de Puebla, cuya tradicionalidad es y debe ser objeto de un estudio crítico y antropológico más pormenorizado. En esta celebración se han reconocido nueve regiones culturales, sin embargo, un estudio realizado desde el Colegio de Antropología Social de la UAP, reconoce diez regiones culturales (Fig. 4). Puebla ha sido ocupada por diversos grupos humanos en función de los límites geográficos que delimitan las diversas serranías del Estado, donde se han asentado desde por lo menos 21 000 años a.n.e., por lo que las actuales regiones culturales no pueden ser consideradas como limites fijos a través del tiempo, sino espacios dinámicos, reflejo de un momento relativamente reciente de la ocupación geográfica de los grupos indígenas, donde las migraciones, las relaciones parentales y ocupaciones derivadas de diversos conflictos sociales, han sido las causales del nacimiento, renacimiento y ocaso de algunas de las más importantes ciudades mesoamericanas como Cantona o Cholula, solo por citar dos ejemplos. Al menos una veintena de grupos étnicos están relacionados con el desarrollo cultural del Estado, siendo irónico –


forma de experimento político y social novohispano ya probado durante la reconquista ibérica, donde a cada fundador se le ofreció el servicio personal de veinte indígenas, que se asentaron en la antigua frontera oriental del señorío cholultecas, que representaba el valle del Cuetlaxcoapan. Es interesante observar desde esta perspectiva el fallido intento de crear una población de agricultores españoles, donde la vida activa y productiva de la ciudad recaía en los indígenas, quienes además llegaron a constituir una república indígena dentro de una ciudad criolla. Al interior de esta población ya existían parajes y referencias naturales que habían sido nombrados por los indígenas cholultecas, huexotzincas, tlaxcaltecas y cuauhtinchantlacas por lo menos 300 años antes de la fundación de la ciudad.

o quizás el reflejo de la realidad caciquil del Estado- que la riqueza natural y cultural que se presume en planes y programas turísticos y económicos, haya pasado de filo en los municipios de presencia preponderantemente indígena (Fig. 5). Recientemente el Ejecutivo estatal ha hecho la propuesta al legislativo local, para generar veintidós regiones económicas bajo el supuesto de un mejor reparto del presupuesto estatal, así como aplicar planes y programas de desarrollo cuya focalización no se pierda en la extensión territorial de las actuales regiones. Aun con esta intención, el uso y aplicación de los recursos de la hacienda pública, deben superar los entretelones de los intereses caciquiles locales y no ser objeto para presionar política y económicamente a la población y los gobiernos municipales no afines al nuevo gobierno. LA HISTORIA DE LA CIUDAD DE PUEBLA: LEYENDA Y REALIDAD La ciudad de Los Ángeles, como se le nombró al ensayo de asentamiento humano -es decir, una puebla- promovida por la Segunda Audiencia de México y la Corona española, fue a la vez una utopía milenarista de los franciscanos evangelizadores y sitio que aseguró a la población blanca de la Ciudad de México el camino hacia el puerto de Veracruz, sin necesidad de tocar alguna de las cabeceras de los antiguos señoríos prehispánicos de Cholula, Tlaxcala, Huejotzingo, Tepeaca o Cuauhtinchan. Esta puebla fue fundada y refundada a un lado y otro del río Huitzilapan en un periodo que se sitúa entre 1531-1535, siendo una

En términos de la ideología occidental renacentista, el trazo reticular de la ciudad se basó en la proporción aurea y la teología cristiana plasmada en la Utopía de Tomás Moro (Martínez del Sobral 1988). La Puebla se convirtió una vez consolidada como urbe -a pesar de sus buenas intenciones cristianas y su trazo por los mismos ángeles-, en una ciudad virreinal que promovió una política deliberada de despojo agrario y control político de los indígenas que se extendió hacia los valles de Atlixco, Acatzingo-Tepeaca, Tecamachalco y Quecholac. Esta fue la cimiente del caciquismo regional que a lo largo de la historia del Estado ha mantenido en sus manos la explotación económica a través de un discurso de legitimación jurídica e ideológica, que ya era usado desde aquellas épocas por los cuerpos gubernamentales bajo el amparo del poder. Ejemplos de estos vínculos culturales –que no mestizaje- los podemos encontrar en la cerámica mayólica, genéricamente llamada “talavera poblana”, trabajo artístico hecho con las arcillas provenientes de los poblados indígenas que rodeaban la ciudad y con la mano de obra de artesanos especializados bajo las ordenanzas de los gremio de loceros. Otro caso es el de la Catedral de la Purísima Concepción de María, producto material y manual de los pueblos indígenas del Obispado de Puebla (cuyos límites se extendieron en algún momento a los actuales estados de Veracruz y Guerrero), a instancias de Don Juan de Palafox y Mendoza, que los convocó a realizar las aportaciones necesarias para concluir su construcción, siendo un arte arquitectónico, producto de la colectividad y no solo de las clases acomodadas de la ciudad. Por otra parte, es importante resaltar la estrecha relación con el vecino estado y ciudad de Tlaxcala con la que se comparte una historia regional desde la época Prehispánica, que se continuó a lo largo de la vida novohispana. Posiblemente Puebla como proyecto hispano, tampoco se hubiera podido consolidar sin un

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asentamiento prehispánico claramente aliado, que desde entonces reivindicó su estatus político que lo llevó hacia el siglo XIX a constituirse como un estado de la Federación mexicana, con el cual Puebla comparte más lazos de unión que diferencias, estas últimas auspiciadas en su mayoría por las elites de ambas entidades. LA PUEBLA CACIQUIL: CORPORATIVISMO Y REPRESIÓN INSTITUCIONAL Los años postreros del siglo XIX trajeron al país la Restauración de la República y la continuidad del proyecto liberal, cuyas frágiles bases después de la Guerra de Intervención Francesa, fueron gradualmente consolidadas a través de la vuelta al orden constitucional de 1857, que prácticamente no se había aplicado en una década. Sin embargo, los conflictos ideológicos entre el grupo de abogados y militares liberales, acerca del camino que debía seguir el país, cruzó por varios episodios de revueltas y concesiones políticas. Este fue el caso de Puebla, en que el Partido de La Montaña, encabezado por los “Tres Juanes de la Sierra” -Juan N. Méndez, Juan Francisco Lucas y Juan C. Bonilla- de corte radical y militar, se enfrentó en rivalidad abierta con el Partido de Los Llanos que se había posicionado más moderado al grado de integrar a viejos conservadores. La gobernabilidad del Estado en los últimos años del gobierno de Juárez, el cuatrienio de Lerdo de Tejada y el primer periodo de Díaz, se fraguó sobre la base de alianzas entre los caciques económicos, militares y políticos locales que protagonizaron el ascenso y consolidación de la producción industrial y comercial, basada en el mercado de las artesanías, los textiles y las manufacturas. El inicio del siglo XX, vio la consolidación del régimen porfirista en el Estado, además del surgimiento de una incipiente clase obrera con fuerte presencia en la capital del Estado, derivada del crecimiento fabril y el desarrollo de la infraestructura industrial manifiesta en las obras de electrificación emprendidas en la Sierra Norte con la construcción de la presa de Necaxa, el avance ferroviario y la construcción de caminos a lo largo y ancho de Puebla. Este aparente progreso vino de la mano del surgimiento del problema obrero, que ponía el dedo en la llaga en demandas como la jornada de trabajo, salarios justo y derecho a protección social y la organización sindical. Debido a ello el discurso del antirreleccionismo maderista causó cierto impacto en algunos “clubes” políticos radicales como el “Luz y Progreso” formados por los hermanos Serdán, nietos del trascendente gobernador liberal Miguel Cástulo Alatriste. El 18 de noviembre de 1910, dos

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días antes del llamado a las armas de Madero para derrocar el régimen porfirista que había reprimido a la oposición y fraudulentamente se había hecho de la presidencia de la Republica, la policía armada y política de Puebla atacó la casa de los Serdán, en cuya refriega murieron ellos y gran parte de sus seguidores. La revolución en Puebla vio operar importantes grupos de agraristas identificados con el zapatismo cuyas operaciones se extendían desde al sur al poniente del estado sobre todo en la zona de la Sierra Nevada y la Mixteca, esta oposición fue crudamente reprimida por el carrancismo. Sin embargo, la década de 1920-1930, también vio surgir la lucha sindicalista y por antagonismo la de grupos caciquiles que se habían formado por parte de patrones y líderes políticos que deseaban a toda costa la pacificación del Estado. Este fenómeno de grupos regionales que buscaban el control político y económico de las diversas regiones de Puebla, se consolidó en la década de 1930, con la llegada al gobierno del estado del grupo ligado a los hermanos teziutecos del clan Ávila Camacho –Maximino, Manuel y Rafael- que se ligaron de forma indisoluble con el cardenismo, logrando Manuel por vías muy controvertidas, suceder al mismo General Cárdenas. A su sombra, también encontró su ascenso, un nuevo grupo de civiles entre los que se contó al ortodoxo, reaccionario abogado y futuro presidente de la Republica, Gustavo Díaz Ordaz. El avilacamachismo en Puebla dejó ecos profundos en la gobernabilidad del Estado entre 1940-1970, en que la confluencia de los movimientos disidentes obreros y campesinos, encontraron un espacio de catalización en el Colegio del Estado, que fue declarado Universidad en 1937 y obtuvo su Autonomía en 1956. Esta institución contó con una gran influencia por parte de grupos progresistas y de izquierda que surgieron durante el cardenismo, que alentados por el triunfo de la Revolución cubana en 1959 y las ideas del materialismo dialectico al término de la Segunda Guerra Mundial, dieron como resultado la formación de grupos universitarios que se afiliaron al entonces proscrito Partido Comunista de México. Esto derivó en un conflicto político-ideológico entre las elites locales y los universitarios: los primeros bajo la frase “Cristianismo si, comunismo no”, desataron actos represivos de violencia desmedida que crisparon al Estado e hicieron que se sucedieran a lo largo de las décadas de 1960-1970, varios gobiernos que oscilaron entre militares y civiles que buscaron infructuosamente conciliar las posiciones encontradas en la sociedad poblana. Estos episodios de la movilización política universitaria poblana, son dignos de un análisis mucho más profundo en la medida que


afectaron y dieron pie a la constitución de muchos de los actuales grupos y conflictos políticos en el Estado, además de haber sido la simiente de algunos de los grupos de izquierda que se enfrentaron al gobierno federal durante la guerra de baja intensidad implementada por el régimen priista durante los años setenta y ochenta del siglo pasado, que condujeron a la Reforma Política nacional implementada en 1977 y el cambio democrático que lentamente ha vivido el Estado. PATRIMONIO, TURISMO Y SOCIEDAD Las zonas arqueológicas e históricas de Puebla se han convertido en lugares comunes del folclor y la falsa artesanía, adornados con leyendas que se venden al incauto, alimentando una falsa identidad e historia de la ciudad y el Estado. El discurso de la Puebla de los Ángeles como ciudad española, es claramente un rechazo a sus materiales constructores indígenas, quienes fueron los que verdaderamente le dieron el realce cultural que la llevaron a que la UNESCO en 1987, le brindara el título de Patrimonio Cultural de la Humanidad (Fig. 6). Una “Angelópolis” que se desgarra frente a los proyectos de gentrificación, “modernización y demanda” de la oferta turística internacional que se maravilla con una arquitectura colonial cada vez más onírica, caracterizada principalmente por el arte sacro, frente a las construcciones civiles novohispanas y decimonónicas, que en últimas fechas han tendido en su restauración y conservación al fachadísmo, sin entender que el valor real de los edificios también radica en sus espacios internos más allá de lo pintoresco. Una capital estatal que gradualmente se ha extendido horizontalmente en varios círculos urbanos con un grado diferencial de marginación u opulencia como ocurre con La Vista Country Club, Distrito Sonata o Lomas de Angelópolis, que amenazan con su conurbación a municipios y poblados con una identidad cultural milenaria, como ocurre en los casos de los municipios de San Andrés y San Pedro Cholula; circuitos de plazas comerciales, entretenimiento, vida nocturna y urbanización descontrolada que se dirigen hacia Totimehuacan, Chiautla, Valsequillo, Amozoc y Xochimehuacan, que son visibles al recorrer el fallido circuito de contención urbana que se planteó sería el Periférico Ecológico. En cuanto a las propuestas alternativas a la reutilización del patrimonio industrial que representa un hito en la historia del Estado -una vez que se crearon corredores y parques industriales que sustituyeron la infraestructura decimonónica y otros que

desaparecieron ante la endeble capacidad de responder ante la maquila y la economía de mercado-, especialistas en arquitectura, restauración, arqueología e historia, han elaborado los criterios de reuso que siguen siendo definidos por instancias gubernamentales ajenas a la conservación del patrimonio, con fines exclusivamente económicos, ajenos a la revitalización y apreciación de los monumentos. La construcción del Centro de Convenciones Puebla “William O. Jenkins” en el casco de las extintas fábricas textiles de La Guía, La Esperanza, La Mascota y La Pastora, fue en su momento la oportunidad de recuperar un espacio conflictivo del Centro Histórico de la Ciudad de Puebla, por el abandono que representaba, pero que también simbólicamente representó la conversión del proyecto nacional de sustitución de importaciones al de una apertura derivada del TLC, de sectores económicos sustantivos al capital privado extranjero, en detrimento de la incipiente industria nacional. Ahora es una plaza comercial, centro de entretenimiento y paseo turístico que refleja en sus instalaciones el discurso folklorista, típico y tradicional de una ciudad y un gobierno, en perpetua negación de su pasado. Al interior del estado, económicamente se hace énfasis en las actividades de servicios turísticos a través de circuitos que benefician a menos de una decena de municipios recientemente calificados de “pueblos mágicos”, donde familias y grupos económicos controlan la mayor parte de los servicios en detrimento de las organizaciones cooperativas comunitarias autónomas. En cuanto al patrimonio natural se ha hecho promoción de los paisajes pintorescos de sus sierras y bosques, que en tiempos recientes están siendo amenazados por el incremento de las concesiones mineras en la sierra Norte, Negra y Mixteca. Esto también representa una amenaza al derecho de los pobladores originarios a un ambiente limpio, agua de calidad y un entorno que les permita desarrollar y conservar su raíz identitaria. En cuanto a los valores inmateriales, las danzas, textiles tradicionales, artesanías y celebraciones cívico-religiosas de los habitantes de la entidad, gradualmente se ha buscado mercantilizarlas y verlas como un producto comercializable, ya sea como icono e imagen de una herencia cultural etiquetable y desnaturalizada de su origen. Ejemplo de ello es la presunción de una gastronomía que combina ingredientes de tradición prehispánica, asiática e hispánica, que contrasta con nulo apoyo a las actividades agropecuarias entre el pequeño campesinado poblano que las produce, y su situación social desigual frente a los habitantes de la capital del Estado. Otro caso es el de la cerámica

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mayólica, que consta de una denominación de origen que la protege como producto comercializable, pero que sólo se ha podido conservar como producto artesanal elaborado por restringidos talleres, frente a la situación poco halagadora de las lozas importadas que son distribuidas masivamente por su bajo costo. LA PUEBLA NEOLIBERAL, PRESENTE Y FUTURO

NOTAS 10 datos relevantes sobre Puebla y su capital. Basado en: INEGI (2019), Plan Estatal de Desarrollo (2018) y Lomelí Vanegas (2001) 1. El Estado Libre y Soberano de Puebla se constituye de 217 municipios, siendo la segunda entidad federativa con más municipios de la República.

Negocios y universidades se han convertido en una oportunidad caída del cielo para lograr una universidad pública desmovilizada y cooptada por la autoridad estatal en detrimento de las fundamentales labores de crítica y planteamiento de soluciones concretas a las problemáticas que enfrenta el Estado. La reciente

2. Puebla cuenta con 6 183 320 habitantes, de ellos 1 539 819 vive en su capital. Su población indígena representa la cuarta más numerosa del país y asciende a 601 680 personas (11.3 % de la población total del Estado).

apertura del Centro Expositor de Puebla y la recuperación del Centro Cívico de Los Fuertes, se ha dado bajo un concepto posmoderno de parque temático y paseo turístico en contraposición al de sitio de homenaje a la soberanía nacional. Paseos como Avenida Juárez, Angelópolis, Recta a Cholula y Camino Real a Cholula en la Zona Metropolitana de Puebla, se ha convertido en epicentro de noches divertidas para todos los que puedan pagarlas.

3. 59.4 % de la población del Estado vive en pobreza, además de ser la quinta entidad federativa con el grado más alto de marginación.

A pesar de las múltiples consignas mercadológicas y políticas con las que los últimos gobiernos del Estado han promovido económica y turísticamente a Puebla, hablando de un estado ideal donde el mero mole del crecimiento y el desarrollo es impulsado a través de acciones que transforman, la realidad al recorrer el territorio poblano es la de un irónico viaje al pasado: un entorno natural y cultural inigualable cuya historia social y territorial le han fijado, en contraste con niveles de vida, marginación, pobreza y discriminación que parecen haberse mantenido desde la época Virreinal en amplias grandes porciones del Estado. El futuro de Puebla parece ser incierto, pues el actual índice de la deuda pública, la inseguridad, junto a los vaivenes del poder político que en los últimos años se ha vinculado con el poder económico en el Estado, además de los “emisarios del pasado”, conservadores, anticomunistas y clericales, parecen erigirse como la oposición al cambio, no solo de régimen democrático, sino de transformación social y búsqueda de la justicia que exige la sociedad poblana. En conclusión, los ideales de unidad a través del tiempo, en muchos casos producidos por la fuerza de las armas y la violencia institucionalizada, han generado la casi extinción de la esperanza que todavía se afianza en las raíces culturales, la naturaleza privilegiada y el trabajo incansable de los poblanos.// JC

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4. Puebla es la octava entidad que más porcentaje aporta al PIB nacional y sus actividades económicas principales son la rama automotriz y de autopartes, servicios educativos y textil maquilero y de confección. En 1835 se estableció en la capital del Estado la primera fábrica textil del país: La Constancia Mexicana a instancias del empresario Esteban de Antuñano. 5. Puebla se constituyó como Estado Libre y Soberano el 23 de diciembre de 1823 y su capital se fundó, de acuerdo con la versión histórica más aceptada, el 16 de abril de 1531, bajo el título de la puebla de Los Ángeles (tiempo más adelante se le darían los títulos añadidos de Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Los Ángeles, aunque nunca alcanzó la denominación de Imperial). 6. El valle donde se fundó la ciudad de Puebla era conocido por los indígenas como Cuetlaxcoapan (lugar donde las víboras mudan de piel) y fue cedido a los españoles por la nobleza de Cholula. 7. El siglo XIX fue quizás el más oscuro en la historia de Puebla, pues además de los continuos “cuartelazos”, por lo menos diez episodios militares de distinta envergadura y motivaciones políticas se libraron en la ciudad de Puebla en los años de 1832, 1833, 1834, 1845, 1856 (año en que se sitio tres veces la ciudad),1862, 1863 y 1867. 8. Seis son las colonias extranjeras más importantes de Puebla: española, inglesa, sirio-libanesa, alemana, francesa e italiana.


9. El maíz, base de la alimentación de los mexicanos, se ha fechado como una planta domesticada por el ser humano en el Valle de Tehuacán desde hacía 7 000 años a.n.e., gracias a las investigaciones del arqueólogo Richard S. MacNeish. 10. A partir de la muerte del Gral. Ignacio Zaragoza en septiembre de 1862, se declaró a la capital del Estado por decreto presidencial del Lic. Benito Juárez, como Heroica Puebla de Zaragoza.

IMÁGENES Fig. 1. Escudo oficial del Estado Libre y Soberano de Puebla.

México, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes / Instituto Nacional de Antropología e Historia. LOMELÍ Vanegas, Leonardo. 2001. Breve historia de Puebla, México, FCE / COLMEX / Fideicomiso Historia de las Américas (Serie Breves Historias de los Estados de la República Mexicana) MARÍN, Fausto. 1989. Puebla de los Ángeles. Orígenes, gobierno y división racial, México, Departamento de Arquitectura y Urbanismo/ Instituto de Ciencias/UAP. MARTÍNEZ DEL SOBRAL y Campa, Margarita. 1988. Los conventos franciscanos poblanos y el número de oro, México, INAH/SEP/ Gobierno del Estado de Puebla.

Fig. 2. Sistema de topoformas en el Estado de Puebla. INEGI Fig. 3. Zonas arqueológicas del Estado de Puebla. Google Earth Fig. 4. Regiones culturales y económicas de Puebla. Fig. 5. Grupos étnicos del Estado. Fig. 6. Zona de Monumentos Históricos del Centro Histórico de

MARTÍNEZ, Hildeberto. 1994. Codiciaban la tierra. El despojo agrario en los señoríos de Tecamachalco y Quecholac (Puebla, 1520-1650), México, Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social.

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_____________ 1984 Tepeaca en el siglo XVI. Tenencia de la tierra y organización de un señorío, México, Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (Colecc. Ediciones de la Casa Chata, No. 21) SECRETARIA DE TURISMO DEL ESTADO DE PUEBLA.1999. Puebla, el estado ideal, México: Gobierno del Estado de Puebla. La Jornada de Oriente, http://www.lajornadadeoriente.com.mx/ 2005/07/22/puebla/cul1.html La Jornada, http://www.jornada.unam.mx/1999/09/12/cul-tula.html

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PARA CITAR: (CC) ARK_MAGAZINE opera bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento – NoComercial – Compartir Igual 4.0 Internacional License. Agradecemos citar este texto así: Campos Varela, Juan Carlos. “Unidos” en el tiempo, en el esfuerzo, en la [in]justicia y en la ¿esperanza?, en: ARK_Magazine / Textos sobre patrimonio. Año 8 Número 29, invierno 2020. ARK_Editorial. México. Páginas 16 - 27. https:// issuu.com/arkeopatias/docs/ark31 en línea (fecha de consulta). Palabras clave: arqueología, historia, política, patrimonio, identidad

SOBRE EL AUTOR:

Juan Carlos Campos Varela (Heroica Puebla de Zaragoza, México / 1984). Arqueólogo por la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Investigador en la Dirección de Salvamento Arqueológico del INAH. Su trabajo en el ámbito del rescate y la salvaguarda patrimonial se ha desarrollado en los estados de Hidalgo, Morelos, Puebla y la Ciudad de México, con interés particular en los contextos arqueológicos del Posclásico al México Independiente. Contacto: jccamposvarela@gmail.com

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LA ARQUEOLOGÍA EN LA REGIÓN DE IXCAQUIXTLA, PUEBLA

Erik Chiquito Cortés El presente artículo tiene como finalidad llevar a cabo un recorrido en torno a la actividad arqueológica en el municipio de Ixcaquixtla en el Estado de Puebla; el cual posee, dentro de su subsuelo mayoritariamente calcáreo, un abundante patrimonio que vislumbra un pasado prehispánico de gran envergadura. ASPECTOS GENERALES DE IXCAQUIXTLA Ixcaquixtla se encuentra ubicado al suroeste del Estado (fig.1). La población de filiación popoloca, se delimita por grupos de habla nahua hacia norte y mixtecos en el sur[1]. Dicha diversidad, puede determinarse en el nombre mismo del Municipio que ostenta tres propuestas distintas de traducción, todas basadas en el náhuatl. La primera considerada la oficial, plantea a la palabra ixcaqui como oye, ven acá, mientras que el tla al locativo, es decir, “Lugar adonde se llama alguien”[2]. Por su parte Cook de Leonard sugiere que el vocablo se compone de ixca como la acción de cocer loza, mientras que quixtla se traduce: sacar algo a fuera, lo que da como resultado “Lugar donde se cuece la loza y se saca”[3] Finalmente Franco, la detalla como “Llanura de caquixtle”[4], planta medicinal utilizada en el tratamiento de las erupciones en la piel.

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IXCAQUIXTLA Y SUS INVESTIGACIONES Posiblemente el antecedente más temprano nos remite al año 1877, por parte de Gumersindo Mendoza. Dentro del texto, el autor describe que demolidos algunos montículos (teteles[5]), localizó un entierro con objetos cerámicos y un collar, además de una escultura de diorita. Este monolito (fig. 2), asevera como muestra indiscutible del vínculo entre China y México previo al arribo de los europeos; considerando a la obra como la representación de un monje budista. Posteriormente, en el marco de la conmemoración del IV Centenario del descubrimiento de América, se realizó la “Exposición HistóricoAmericana” en Madrid, donde se expusieron elementos culturales relacionados con los grupos indígenas mexicanos[6]. En el inventario, se destaca una olla de fina elaboración que representaba a un personaje sedente con las manos sobre las rodillas y las piernas cruzadas, que Francisco del Paso vinculó al sitio de Ixcaquixtla. No fue sino hasta mediados del siglo XX, cuando se realizó el primer estudio arqueológico en el sitio, dirigido por Carmen Cook de Leonard. Dando como resultado un artículo y una tesis de maestría.


En el artículo, propone una secuencia temporal para San Juan que va del Preclásico a la época teotihuacana. Considera que, esta última es la de mayor desarrollo en la región, debido a la construcción de teteles, la práctica del juego de pelota y la creación de espacios mortuorios, en los que se colocaron ofrendas como vasijas del tipo anaranjado delgado, o yugos relacionados con la Costa del Golfo con marcadas peculiaridades locales (fig.3 ).[7] En su tesis, profundiza sobre la idea de Ixcaquixtla como el punto de origen del anaranjado delgado (fig.4); argumentando que la zona norte era el lugar donde se producía el tipo cerámico a cargo de grupos popolocas, quienes comerciaban directamente con

Teotihuacan. Tal propuesta, se justificó por la existencia de material relacionada con la gran urbe del Altiplano, en la que se destaca una máscara de estilo teotihuacano localizado en uno de los teletes.[8] En 1962 Landa halla en el municipio, una tumba que asocia con la tradición zapoteca, debido a su planta cruciforme; lamentablemente no se ha localizado algún registro de esta. Caso contrario con el material, que aunque sin contexto, existe registro fotográfico donde se evidencia cerámica anaranjado delgado y yugos locales (fig. 5). [9] El retiro del Tetel de la Campana[10], permitió la edificación de la Escuela Normal Profesor Jesús Merino Nieto en el año de 1978.

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Esto trajo consigo, el descubrimiento de una escultura de gran dimensión, la cual representa a un personaje antropomorfo con un gran faldellín atado con un cinto que culmina con dos cráneos de perfil, posiblemente de serpiente. La parte superior posee un collar decorado con círculos concéntricos y un elemento central sin identificar. Desgraciadamente, el personaje no cuenta con las extremidades, mientras que su rostro tiene un alto nivel de erosión que dificulta la identificación de algún rasgo distintivo (fig. 5).

conjunto funerario conformado por 3 cámaras con pintura mural, que suponen una forma cruciforme en planta. Según el dato arqueológico, el recinto fue construido en un sólo momento, pero su uso fue continuo hacia los años 300-900 d.C.[16]

Un par de años más tarde, el arqueólogo Herber Montaño Niño, lleva a cabo un salvamento dentro de la Escuela Normal por motivo de la construcción de aulas anexas. Entre los hallazgos destaca un piso estuco y una estructura con talud, vinculado a cerámica del tipo anaranjado delgado, más unas de puntas de proyectil, un

De los murales se destaca la cámara 1, espacio que proyecta 5 personajes sentados (distribuidos dos en el perfil norte y tres en el sur) que convergen hacia el este, espacio que exalta la imagen frontal de un ser que empuña en cada mano dos objetos ondulantes. En el acceso se distingue un felino antropomorfizado que mira al vestíbulo. La obra se encuentra pintada sobre un fondo rojo, delimitado por unas cenefas con volutas entrelazadas de color verde, amarillo y rojo. Pese a lo que pudiera reflejar la idea de una tumba, en dicha cámara no se documentaron restos óseos, en

hacha de piedra verde que el autor relaciona al periodo Clásico temprano.[11]

cambio se registró una loza de caliza que cubría gran parte de la superficie (fig.8).[17]

Al final de los años ochenta e inicio de la década de los noventa, comienza una nueva época en las investigaciones arqueológicas, ahora dirigido por Evelyn Rattray, quien buscó definir el origen del anaranjado delgado. Entre sus primeras propuestas, establece como máximo desarrollo el periodo Clásico (específicamente del 300-600 d.C.), vinculado al desarrollo con Teotihuacan, pero la influencia de la gran urbe altiplánica en la zona, es moderada en comparación con sitios como Matacapan o Kaminaljuyú.[12]

En este mismo año dentro del Proyecto Sur del Estado de Puebla área central Popoloca, a cargo de Noemí Castillo, se documentaron en la zona asentamientos de tradición teotihuacana, además de un basamento que se ubica en el poblado de San Juan.[18]

Producto de la investigación, se encuentra el trabajo recepcional de Alejandro Sarabia, quien realiza un estudio en torno a los patrones arquitectónicos presentes en la región durante la época Clásica. Entre sus resultados destaca que Ixcaquixtla (asentamiento clasificado con el número 74) puede considerarse dentro del “Complejo arquitectónico templo-patio”, caracterizado por una plaza rectangular abierta y hundida, delimitada por uno o dos basamentos; además de la presencia de estructuras para el juego de pelota.[13] Dentro de los resultados, Rattray, sugiere que los talleres pudieron localizarse en Tepexi, más que en Ixcaquixtla, debido a que las prospecciones y excavaciones realizadas indicaban una alta concentración del tipo cerámico, aunado a que la materia prima se recolectaba directamente de las barrancas del Río Carnero, una corriente fluvial cercana a Tepexi.[14] Lamentablemente tuvo que pasar poco más de una década para tener noticias sobre San Juan. Pues en el 2004, dentro del terreno de la familia Romero Domínguez[15], se localizó la tumba más importante hasta ahora registrada en el sitio (fig.7). Se trata de un

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La última noticia obtenida de Ixcaquixtla fue el rescate arqueológico ocurrido en septiembre del 2013, momento en el que se hallaron dos tumbas de planta circular, a un costado del mercado municipal. Desgraciadamente una de ellas fue alterada, ya que se retiraron tanto los restos óseos, como los materiales vinculados al entierro para después ser colocados en cajas envueltas de periódico dentro de la Presidencia; mientras que la otra únicamente se documentó una concentración de material cerámico, dispuestos como ofrenda (fig.9).[19]

Es importante que el vínculo entre la sociedad de Ixcaquixtla con su patrimonio arqueológico, considere las contribuciones establecidas por los especialistas, no sólo en los antecedentes mencionados en el documento, sino también a partir de nuevas indagaciones, donde predomine un estudio metódico, que no solo considere rescates o salvamentos, sino proyectos encaminado a resolver las incógnitas presentes de un asentamiento tan particular y relevante del mundo mesoamericano como es Ixcaquixtla.// JC

REFLEXIONES FINALES

NOTAS

Como es posible apreciar, Ixcaquixtla ostenta poco menos de 200 años de investigación arqueológica y hallazgos fortuitos que

[1] Tal y como plantea Klaus, es importante hacer notar, que si bien

evidencian una ocupación humana continua que nos remonta al Preclásico Tardío. Sin embargo, más allá del dato cronológico o cultural; el presente ejercicio de revisión histórica, generó cuestionamientos importantes sobre la puesta en valor del patrimonio arqueológico del Municipio. Con base en el texto, divisamos que el derribo de los teteles, junto al descubrimiento circunstancial de tumbas, son las constantes en el registro arqueológico de Ixcaquixtla, creando así un encuentro con una cantidad significativa de piezas sin un contexto definido, lo que permite a la sociedad formar interpretaciones sobre lo encontrado, no siempre a partir de un proceso metódico de investigación. No obstante, éste accionar no demerita el vínculo existente entre los grupos con su patrimonio, al contrario, lo puede llegar a fortalecer, ya que muchos pobladores forjan un lazo no sólo con los materiales, sino también con los restos mortuorios localizados en las tumbas, considerándolos sus antepasados remotos, que al estar en ocasiones debajo de su terreno, lo asumen como su pertenencia, pero no como propiedad, sino como su patrimonio colectivo; es decir, como los ancestros de todos. Por su parte, las autoridades locales buscan establecer la relación con dicho patrimonio a partir de un desarrollo turístico, el cual se dificulta al tratarse, mayoritariamente, de contextos funerarios poco factibles y accesibles para el público interesado. Asimismo, la noción que se tiene de las zonas arqueologías como puntos de visita y de derrama económica, se basa en la comparación, a veces ingenua, de otros sitios de gran renombre como son Teotihuacan, Chichén Itzá o el mismo Tenochtitlan; y que al elaborarse el proyecto, significan un mayor gasto, que ganancia para el Municipio.

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existente un vínculo cultural entre los popoloca de Puebla, los popolocas de Veracruz y los chochos de Oaxaca, existen marcadas diferencias lingüísticas entre ellos. Vid. Klaus, Jäcklein, Un pueblo popoloca, INI, CONACULTA, México, 1991, p. 25. [2] Martínez Márquez, Maurillo, Monografía de la Villa de San Juan Ixcaquixtla, Pue., Gob. del Estado de Puebla, Puebla, 1972, p. 17. Actualmente al ingresas al sitio oficial web del municipio, se observa que el topónimo está relacionado a esta interpretación. [3] Cook de Leonard, Carmen, El origen de la cerámica “anaranjada delgada”, Tesis de Maestría, ENAH, Méx., 1975, p. 98. [4] Franco, Felipe, Indonimia geográfica del Estado de Puebla, Mecanoescrito., Puebla, 1976, p. 163. [5] Según Mendoza el término tetel, de filiación náhuatl, puede traducirse como “montón de piedras”. Vid. Mendoza Márquez, José María, op. cit., p. 58. [6] Paso y Troncoso, Francisco del, Catálogo de los objetos que presenta La República de México en la Exposición HistóricoAmericana de Madrid, Impresiones de la Real Casa, Madrid, 1892, p. 5-7. [7] Cook de Leonard, Carmen, “Los popolocas de Puebla (Ensayo de una identificación etnodemográfica e histórico-arqueológico)”, Huastecos, Totonacos y sus vecinos. Revista Mexicana de Estudios Antropológicos, Sociedad Mexicana de Antropología, México, 1952-1953, pp. 434-437. [8] Cook de Leonard, Carmen, op cit., p. 32, 102-104.


[9] Landa Abrego, María Elena, Contribución al estudio de la formación cultural del Valle Poblano-Tlaxcalteca, SEP, INAH, México, 1962, 30.

Tumba con Pintura Mural de San Juan Ixcaquixtla, Puebla, 2da etapa de trabajos (junio-julio de 2005), Mecanoescrito del Archivo Técnico del Departamento de Salvamento Arqueológico, México, 2005, pp.42 y 45.

[10] En 1973 Klaus describe que esta práctica es frecuente en Ixcaquixtla, pues observó la demolición de un tetel con el fin de hacer un campo deportivo que, al ser nivelado, cubrió unos monolitos largos (posiblemente estelas). Vid. Tschohl, Peter, et al., Catálogo arqueológico y etnohistórico de Puebla-Tlaxcala, México, Tomo II, Freiburg, Colonia, 1977, p. 312.

[17] En las dos cámaras restantes sí se hallaron restos humanos. Dentro de la cámara 2 se halló un entierro primario adulto con una ofrenda de 56 vasijas. Mientras que en la cámara 3, un entierro secundario conformado de 4 individuos vinculados a una olla, un cajete y un sahumador miniatura. Vid. Cervantes Rosado, Juan y Laura Elena Chávez García, op. cit., p. 12.

[11] Durante su excavación reporta cerámica de tradición zapoteca en el sitio, correspondiente a Monte Albán I, por lo que asume una ocupación definida desde el Preclásico Tardío. Vid. Montaño Niño, Herber, Informe sobre el rescate arqueológico realizados en Ixcaquixtla, Pue. Del 15 al 30 de octubre, 1980, Mecanoescrito del Archivo Técnico del Departamento de Salvamento Arqueológico, México, 1981, pp. 5-12. [12] En sus planteamientos, sugiere una división social entre la población de Tepexi e Ixcaquixtla, pues la élite se asienta en el primer sitio, mientras que el común lo hará en el actual San Juan. Vid. Rattray, Evelyn, op cit., pp. 92-95.

[18] Castillo Tejero, Noemí, “La fortaleza popoloca de Tepexi el Viejo, al sur del estado de Puebla”, Arqueología. Segunda Época, No. 47, INAH, México, enero-abril. 2014, p.200. [19] Un total de 59 piezas integraban la tumba 1, entre los que se destaca cerámica y lítica (yugos) de producción local. Allende Carrera, Arnulfo, Proyecto de salvamento arqueológico. Tumbas prehispánicas de San Juan Ixcaquixtla, Puebla, Mecanoescrito del Archivo Técnico del Centro INAH-Puebla, Puebla, 2013, s/n.

IMÁGENES [13] Según el autor, el complejo arquitectónico “templo-patio” es un componente propio del área Tepexi-Ixcaquixtla, que además de ser monumental, posee un carácter público. Vid. Sarabia González, Alejandro, Sociedad y asentamiento: un caso del sur de Puebla, Tesis de Licenciatura, ENAH, México, 1995, pp. 292-294.

1. Mapa de ubicación de San Juan Ixcaquixtla. Tomado de: inafed.gob.mx/work/enciclopedia/EMM21puebla/municipios/ 21082a.html; consultado el 20/09/2016. 2. Escultura de Ixcaquixtla definida como “Ídolo azteca tipo chino”.

[14] Asimismo, indica que la producción alfarera se hacía en talleres dentro de los patios de las casas. Vid. Rattray, Evelyn, “The modern and ancient potters of southern Puebla”, Anales de Antropología, Vol. 39-1, UNAM-IIA, México, 2005, pp. 32-34. El comercio existente entre Teotihuacan y la región de Tepexi, tuvo su mayor apogeo durante las etapas Tlalmimilolpan-Xolalpan y Metepec (250-650 d.C.). Vid. Rattray, Evelyn, “Rutas de intercambio en el periodo Clásico en Mesoamérica, en Rutas de intercambio en Mesoamérica; III Coloquio Pedro Bosh Gimpera, UNAM-IIA, México, 1998, p. 92.

Mendoza, Gumersindo, p.40. 3. Yugos localizados por Carmen Cook durante sus exploraciones en San Juan; a) 1957; b)1952. 4. Figurilla y vasijas documentadas en la década de los 50. A partir de este hallazgo Cook de Leonard plantea el origen del anaranjado delgado en Ixcaquixtla. 5. Material documentado en la década de los sesentas. Landa Abrego, Contribución al estudio de la formación cultural, pp. 41-44.

[15] Cervantes Rosado, Juan, et al., “La tumba 1 de San Juan Ixcaquixtla”, Arqueología Mexicana, Núm. 75, Vol. XIII, Raíces, México, 2005, p. 64.

6. Escultura de basalto localizada en Escuela Normal José Merino

[16] Cervantes Rosado, Juan y Laura Elena Chávez García, Informe

7. Planta y murales de la tumba 1 de San Juan Ixcaquixtla.

técnico parcial del Proyecto de Salvamento Arqueológico en la

Recreación de autor, basado en Cervantes et al. 2005

Prieto

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8. Cámara 1, ubicación de pintura mural. Recreación de autor, basado en Cervantes et al. 2005.

KLAUS, Jäcklein, Un pueblo popoloca, Instituto Nacional Indigenista, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, México, 1991.

9. Recolección de material por parte de autoridades municipales de I x c a q u i x t l a e n e l a ñ o 2 0 1 3 . a ) To m a d o d e : h t t p : / / www.pueblanoticias.com.mx/noticia/hallan-piezas-prehispanicasen-el-centro-de-san-juan-ixcaquixtla-40907/ consultado el 20/09/2016. b) Allende Carrera, Arnulfo, Proyecto de salvamento arqueológico, s/n.

LANDA Abrego, María Elena, Contribución al estudio de la formación cultural del Valle Poblano-Tlaxcalteca, Secretaria de Educación Pública, Instituto Nacional de Antropología e Historia, México, 1962. MARTÍNEZ Márquez, Maurilio, Monografía de la Villa de San Juan Ixcaquixtla, Pue., Gobierno del Estado de Puebla, Puebla, 1972.

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ORNAMENTOS DE ARGAMASA SOBRE LA FACHADA DE LA CASA DE ALFEÑIQUE Francisco Javier Cabral Vignola Hoy en día para la mayoría de las personas, el centro histórico sigue siendo cotidiano, diverso, en constante movimiento y parte de nuestra rutina para realizar comercio o simplemente socializar. Sin embargo, lo que muchas personas al caminar sus calles tienden a pasar desapercibido son las magníficas fachadas conformadas por ladrillos, estuco, talavera, piedra y hierro forjado que expresan imaginarios de tiempos pasados. El olvido y la ignorancia han hecho que muchas casonas sean sólo ecos corroídos por el tiempo donde sus nuevos habitantes, sólo transitan sus vidas en el hoy.

mostrar como un primer acercamiento de estudio, un detalle que ha sido admirado, pero poco estudiado dentro de la arquitectura barroca poblana: los ornamentos de argamasa, específicamente sobre los muros externos del actual Museo Regional Casa de Alfeñique. ¿QUÉ ES UN ORNAMENTO?

entidades; esto a beneficio de la difusión, protección y adecuación de los espacios urbanos culturales de cada ciudad con riqueza patrimonial.

Ornamento proviene de adornare y de ordinare, teniendo como raíz etimológica la palabra ordo; adornar significa designar[1]. La ornamentación también ha formado parte del desarrollo humano en nuestra historia, por ejemplo, durante el renacimiento el arquitecto Alberti añadió en su propio trabajo este concepto dentro de la teoría de la propia belleza y para el siglo XIX, Alois Riegl incluyó por primera vez este concepto dentro de las artes industriales. Para Gombrich “ornato puede ser un modelo que está sobre o inserto a una base que puede ser desde un libro o hasta un edificio”[2]

Nuestro Centro histórico poblano no ha sido la excepción, en 1987 fue nombrado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO debido a que conserva magníficos ejemplos de arquitectura religiosa y civil con la esencia típica poblana de los materiales antes mencionados. Y es en este universo material cultural que intentaré

En este último caso, a veces algunos ornatos son posicionados repetitivamente. Es entonces, que sobre la fachada de la Casa de Alfeñique encontraremos ciertos roleos, volutas, hojas, flores y símbolos que la distinguen de otras y que expresan ciertos mitos o creencias de la sociedad del pasado.

Por otro lado, parece ser que cada día más, en el presente, diferentes intelectuales e inversionistas revalorizan el rescate y uso de los inmuebles, comenzando a existir estudios, así como proyectos donde se revitalizan los centros históricos de nuestras

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¿QUÉ ES LA ARGAMASA? La licenciada en restauración Gela Rodríguez Elizalde[3] explicó que en este caso específico poblano novohispano, es una mezcla de cal quemada y arena. La primera solía extraerse en forma de piedra de los depósitos naturales y luego se sometía a un proceso de calentamiento y liberación en donde se cocía dentro de un horno cónico toda la noche. En este proceso ciertas moléculas eran expulsadas y después, la piedra entraba en un estado de calor que al enfriarse quemaba al contacto. Posteriormente, se le agregaba agua para hidratarla, haciéndola vivir una reacción exotérmica muy fuerte donde recuperaba parte de las moléculas pérdidas debido al contacto del oxígeno del ambiente. Finalmente, se obtenían una especie de pasta maleable la cual se mezclaba con arena o con polvo de mar, baba de nopal y huevos que le daban fortaleza a la mezcla. En el caso de la utilización del nopal, especificó que éstos debían ser del tipo macho por su mayor contenido bioquímico adhesivo. Se ponían agua a hervir en un gran recipiente y sobre el hervor se colocaba una especie de malla y sobre éstas las hojas de las plantas. Después de tres días, la planta liberaba una baba que combinada con las claras de huevo, producían un líquido viscoso que funcionaba como excelente adhesivo. ¿QUIÉNES REALIZABAN LOS DISEÑOS DE ARGAMASA Y CÓMO SE COLOCABAN? Dentro del desarrollo de las artes y oficios en el periodo novohispano, los españoles trajeron su herencia medieval del gremio, un organismo social donde existían maestros, oficiales y aprendices para realizarlas las labores. En el caso del gremio de construcción, uno de los trabajadores que tenía la función de conocer las ordenanzas y usos de la cal fue el “cantero” quien también podía tallar y colocar la cantería o piedra en la construcción. En cuanto a los diseños de los ornatos, nuevamente la especialista Gela Rodríguez explicó que en los mismos planos arquitectónicos se tenía previa idea de ellos, así como su forma, al contarse con esto y el conocimiento del espacio que cubriría se enclava al muro una especie de masa de la mezcla que se empezaba a moldear y estructurar sobre tabiques o piezas que iban empotradas al muro en donde pasando por diversas etapas de secado y acabado final se tiraban los soportes que sostuvieron las masas desde el principio. También existe la teoría de que cuando es un mismo patrón o figura, pudiera haber existido una especie de molde de madera

donde estaba la figura tallada y posteriormente, lo rellenaban con la pasta de la mezcla principal y esperaban a que fraguara; que en esta época era un proceso de secado de por lo menos 24 horas, luego se retiraba el producto, terminándolo de lijar con herramientas finas que le daban la forma final. Sin embargo, las figuras no repetitivas bien podrían moldearse por manos expertas. Para el acabado final, se le ponía una especie de enlucido que contenía únicamente la cal, la baba de nopal y se aplicaba encima para darle una superficie más lisa; fungiendo como una especie de sellado que daba tersura al compuesto final, quitándole lo áspero y brindando la posibilidad de dejarla en blanco o ponerle una pintura de color encima para darle toques más artísticos y expresivos. Otros rasgos importantes que nos menciona la especialista fue el de las características de los muros y soportes en donde eran colocados estos ornatos, en la época virreinal; por ejemplo, los primeros eran paredes conformadas por adobe, barro cocido o piedras, ya que el ladrillo que hoy conocemos llegaría como elemento constructivo después de la revolución industrial. En cuanto a los soportes en donde se sostenían las piezas de argamasa antes de fraguar, eran en forma de salientes; podían también ser solo de adobe, piedra o cantera; materiales cotidianos de la época. Esta mezcla puede ser entendida como una técnica, elaborada por sujetos expertos o canteros que plasmaron los diseños que expresaban el imaginario religioso y cotidiano de su época para decorar la fachada de esta casona y forman parte del patrimonio arquitectónico del inmueble. Pasemos entonces a conocer un poco más de su historia. La casona desde el siglo XVII existía y fue redecorada en el XVIII. Según investigaciones de Córdova Durana, antes de 1790 encontramos a los primeros dueños quienes fueron el Capitán Juan Eligio Morales y Doña Antonia de Alatriste que heredarían su fortuna y el inmueble a su hijo el Maestro herrero Don Juan Ignacio Morales quién a su vez hizo matrimonio con María Ignacia Villegas Guadiana y que sumando sus logros, lograron tener una fortuna cerca de 70000 pesos oro[4]. Para 1793 el matrimonio había tenido ocho descendientes y fue al menor, José Antonio Morales quién obtendría el título de propiedad de la casa con un valor aproximado de 14000 pesos oro. Otro dato interesante es que este último personaje, sería el padre del reconocido pintor regional poblano de Atlixco Francisco Morales Van den Eyden hacia el siglo XIX. Después de varios intercambios de propietarios por intereses económicos la casa pasó a ser “La Beneficencia Pública del Estado” en 1896; y para el siglo XX, se transformaría en el museo actual[5].

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Ahora, adentrémonos a los ornatos de argamasa: éstos, pueden ser reconocidos como elementos decorativos sobrepuestos a los muros que fueron creados bajo técnica y que hacen parecer a la casa como aquel novohispano dulce llamado “Alfeñique” que puede definirse como una filigrana de encaje echa de azúcar[6], de ahí que popularmente se le comenzara a nombrar de esa manera desde hace varios años atrás.

acanto como significado de triunfo difícil o sobre la adversidad, nada fácil y de protección.[8]

Foto 4. Anagrama de JHS.

Símbolo del amor, se considera que tiene una relación con la sangre de Jesús, símbolo de discreción, silencio, inspiración, de poetas y artistas.[7]

Representa el nombre en latín Iesus Hominum Salvatoror (Jesún Salvador de los Hombres) y como símbolo principal; la cruz de su sacrificio para el perdón de los pecados de la humanidad.[9] También se encuentra acompañado en la base del anagrama por el corazón sagrado y los tres clavos de la pasión de cristo. En cuanto al corazón: posible representación del Sagrado Corazón de Jesús, se trata de hacer aparente el inmenso amor de Jesús hacia los hombres.[10]

Foto 3. La flor de Acanto.

Foto 5. Anagrama de María.

Esta flor utilizada en ornamentación desde la antigüedad y pasó a ser representativa de las artes, sus pinchos evocan una noción de dificultad o adversidad que supera; por ello se emplea esta hoja de

Significado María Virgen Reina del Cielo que sostiene una corona con dos estrellas y la cruz de cristo; representa la asunción y coronación de la madre de Cristo.[11]

Foto 2. La Rosa.

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Foto 6. Anagrama de Santa Ana.

Foto 8. Anagrama de San Joaquín.

Esposa de Joaquín y Madre terrestre de la Virgen María, Santa Ana aparece referida a la Virgen María tanto en los grandes ciclos marianos como en las escenas sueltas de los mismos.[12]

La iconografía de éste se suele limitar a los ciclos marianos, en cuyas primeras etapas estos motivos confieren amable novelería al conjunto; es el padre de la madre del cielo en la tierra.[13] NOTAS: [1] Hermann Bauer. Apud. Kraelsky Rebeca.“Gramática del Ornamento. Repertorios de los siglos XVIII y XIX”. Ed. 3ª digital, 2009. [2] Ernest Gombrich. Apud. Kraelsky. p.1. [3] Entrevista a Lic. Gela Rodríguez Elizalde Coordinadora del proyecto de restauración del inmueble y realizada por Francisco Javier Cabral Vignola. En Museo Casa de Alfeñique a 10 de Septiembre del 2010. Puebla, Puebla.

Foto 7. Anagrama de San José. Esposo de María, apenas mencionado en los evangelios, padre nutricio de Jesús. Cabe concebir la vida de José como una plenitud continua; en la más próxima comunicación entre María y Jesús, habría sido José un hombre perfectamente realizado, cumplidor de una misión trascendental y digna en grado sumo: cuidar y proteger al hijo de Dios.[14].// FC

[4] Arturo Córdova Durana. “Guía Arquitectura representativa de la ciudad de Puebla”. Ed. L’anxaneta. Puebla.2009. Pp.124-125. [5] Op.Cit.Córdova.pp.124-125. [6] José Luis Curiel Monteagudo, “Virreyes y virreinas golosos de la Nueva España”. Ed. Porrúa, México.2011. p.213 [7] Revilla Federico.”Diccionario de Iconografía y Simbología” Ed. Cátedra, Madrid.2007.pp.520-521. [8] íbidem. Revilla.p.15. [9] Hermandad de la Merced. Art. “Dulce Nombre de Jesús”.

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[10] Op.Cit. Revilla; p.156.

PARA CITAR:

[11] Blog de Salutarishostia. Art “La Asunción de la Virgen María”.

(CC) ARK_MAGAZINE opera bajo una licencia Creative Commons

[12] Op.Cit. Revilla.p.36.

Reconocimiento – NoComercial – Compartir Igual 4.0 Internacional License. Agradecemos citar este texto así:

[13] íbidem. Revilla.p.324.

Cabral Vignola, Francisco Javier. Ornamentos de Argamasa sobre la fachada de la Casa de Alfeñique. Primer acercamiento

[14] íbidem. Revilla.p.328.

Iconográfico, en: ARK_Magazine / Textos sobre patrimonio. Año 8

IMÁGENES

Número 31, verano 2020. ARK_Editorial. México. Páginas 36 - 43. https://issuu.com/arkeopatias/docs/ark31 en línea (fecha de consulta).

1. Casa Alfeñique. De Mexch - Trabajo propio, CC BY-SA 3.0,

Palabras clave: argamasa, arquitectura, ornamentos, Puebla

https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=25417340 SOBRE EL AUTOR: BIBLIOGRAFÍA Hermandad de la Merced. Dulce Nombre de Jesús. En Web: h t t p : / / w w w. h e r m a n d a d d e l a m e r c e d . o r g / f o r m a c i o n / El%20dulce%20nombre%20de%20Jesus.pdf Kraelsky, Rebeca. Gramática del Ornamento. Repertorios de los siglos XVIII y XIX. Ed.3ª digital, 2009. En Web: http:// www.mnsancarlos.com/OrnatoenYeso.pdf Rodríguez Elizalde, Gela del Museo Casa de Alfeñique En entrevista por Francisco Javier Cabral Vignola. 10/ 09/ 2010. En Puebla, Puebla. Blog de Salutarishostia. La Asunción de la Virgen María. En Web: http://salutarishostia.wordpress.com/2009/08/16/la-asuncion-de-la virgen-maria/ Córdova Durana Arturo. Guía Arquitectura representativa de la ciudad de Puebla. Ed. L’anxaneta. Puebla, 2009. Curiel Monteagudo José Luis. Virreyes y virreinas golosos de la Nueva España. Ed. Porrúa, México, 2011. Revilla Federico. Diccionario de Iconografía y Simbología. Ed. Cátedra, Madrid, 2007.

Francisco Javier Cabral Vignola (Heroica Puebla de Zaragoza, México / 1986). Historiador por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (2010) Guía General de Turistas Certificado por SECTUR (2019). Ha colaborado con la Dirección Nacional de Registro de Monumentos Históricos y Arqueológicos del INAH como redactor de contenido de información relativa a éste departamento para la difusión de los inmuebles vía digital. También tuvo oportunidad de laborar como guía general y mediador educativo dentro del Museo Memoria y Tolerancia así como dentro del Centro Cultural de España AECID en México. Su experiencia ha versado en la difusión cultural mexicana enfocada al turismo, transmitiendo temas fundamentales como el patrimonio arquitectónico, las tradiciones, las artes y la historia. Contacto:

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PATRIMONIO INDUSTRIAL PARA TODOS: EL CASO DEL LEGADO FERROVIARIO DE TEZIUTLÁN, PUEBLA Julio César Alfonso Ruíz RESUMEN A lo largo de las décadas el patrimonio cultural ha evolucionado, en conceptos, alcances y objetivos de investigación, incorporando a sus ejes de estudio nuevas expresiones que forman parte de la identidad de las diversas comunidades, estados y naciones. En esta episteme el siglo XX trae consigo luz y evolución no solo en definiciones, políticas culturales y públicas para la preservación de los bienes tangibles e intangibles los cuales dan testigo de la evolución de nuestra especie en los diversos lugares donde se ha asentado y adaptado para su subsistencia aprovechado los ecosistemas y sus propiedades. La expansión de los alcances conceptuales del patrimonio incorporó a un acervo que, sin ser de índole precolombino o de origen virreinal tiene un arraigo en las comunidades y sus habitantes, por modificar sus paisajes y por ende sus estilos de vida. Estos acervos son testigos fieles de los avances de la tecnología creada por nuestra especie generando tanto híbridos como nuevos focos culturales en diversos hitos importantes dentro de las historias de las comunidades. El presente artículo analiza el surgimiento de la preocupación por preservar el patrimonio industrial, así como organismos internacionales para su estudio y conservación de los cuales México

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es participe. Analizando la integración de la sociedad en su gestión, protección, dignificación y difusión para el caso específico del patrimonio industrial del ferrocarril interoceánico de Teziutlán, en el Estado de Puebla, describiendo su arquitectura, maquinaria, contexto socio político para su arribo y restauración para volverse un lugar vivo y de uso social. El patrimonio cultural de los diferentes estados nación, por condiciones propias es interpretado de diversas formas según las épocas y los conceptos creados mediante investigaciones provenientes de diversas disciplinas académicas siendo primordialmente los prescritos en la arqueología, antropología y arquitectura. A raíz de las epistemes creadas se han diseñado diversos planes para la difusión, disfrute y conservación de estos valiosos bienes que en conjunto conserva la memoria de nuestro paso por diversas latitudes en las creaciones tanto materiales como inmateriales. Los tópicos académicos de los últimos años han demostrado la necesidad de crear una serie de estrategias que permitan llegar a los diversos sectores de la sociedad y en una forma comprensible para todos los actores sociales convivientes con estos acervos. Es justamente en esta postura donde se encuentra un constante talón


de Aquiles para quienes crean los marcos legislativos cuya función es buscar la preservación de las diferentes muestras de evolución cultural legada por las diversas generaciones de nuestra especie.

sentimiento de propiedad, exaltación y al mismo de proyección y salvaguarda. Por tal motivo no es de extrañarnos que:

Para dar una idea de los cambios en la forma de entender las interpretaciones en torno al tema del patrimonio cultural, se debe de considerar el momento en el que surge la fusión del legado de generaciones pretéritas y lo creado por nuestra especie. Dicha licuación se remonta a la destrucción de numerosos legados durante los cruentos combates ocurridos en países europeos durante el siglo XX, en este contexto surgió la idea de proteger a los elementos que dan identidad a las regiones y la cual diferencia a las comunidades, por tal motivo la unión de estos dos conceptos empieza a aparecer en diversas investigaciones de carácter académico a partir de las reuniones convocadas por la Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia y la Cultura. En este sentido el patrimonio es entendido como un derecho perteneciente a la sociedad de las diversas naciones, siendo un testigo fiel de la interacción humana con el contexto natural y la transformación del mismo por una colectividad partiendo de la necesidad de las diferentes colectividades. En esta episteme el legado cultural es una muestra del avance de la especie humana a lo largo del tiempo y la fusión de pensamiento por contacto con otras geografías y sus habitantes moldeando así un sentimiento de pertenencia a determinada comarca o territorio. Por tal motivo: El concepto de patrimonio es polisémico y cambiante con el tiempo y que, etimológicamente, correspondería al conjunto de bienes legados por nuestros antepasados. Una herencia que se transmite siempre de un colectivo a otro relacionándolos a través del paso del tiempo, estableciendo vínculos entre individuos y generando un nexo entre transmisor y receptor. Su fuerza radica en poner en contacto distintas generaciones a través de bienes materiales o, desde una perspectiva más cultural, en enlazarlas usando cosas menos tangibles, abstractas o espirituales (Ballar, 1997:12) Esta vinculación entre los seres humanos ha sido uno de los pilares para buscar el cuidado de ciertos elementos culturales al paso de los años e incluso a la destrucción de algunos otros tantos por motivos de conquista o bien por el paso de los tiempos y la materia prima de los bienes. El atesoramiento de un objeto tradición o pensamiento, no es otra cosa más que la significación creada con el paso del tiempo por las colectividades creando un código de valores a lo largo de las generaciones llevando a la génesis de un

Para algunos, y no sin razón, el origen del Patrimonio Cultural tendría lugar con el Humanismo del Renacimiento, dado que es entonces cuando comienza a existir un interés por el pasado, pero también por la proyección de la especie hacia el futuro. Surgen así los primeros coleccionistas. También es la época de la formación de los Estados modernos. Sin embargo, en los siglos XVI y XVII todavía perduran conceptos religiosos, económicos y políticos que legitiman la triada Dios Rey-Estado. (García, 2008: 4) En esta directriz y tras la formación de organismos internacionales como la organización de las naciones unidas para la ciencia y la cultura (UNESCO), el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS), los cuales se suman al esfuerzo de los marcos legislativos existentes en el estado mexicano en la figura del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Al igual que la evolución de los tópicos académicos en materia de los bienes patrimoniales las instituciones internacionales se fueron adecuando a la preservación de la diversidad de los acervos culturales, siendo así como en el año de 1978 surge el Comité Internacional para la Conservación del Patrimonio Industrial (TICCIH). Este comité internacional es resultado de los logros de los diversos análisis académicos e investigaciones expuestas, durante tres congresos internacionales cuya finalidad es la preservación de los monumentos industriales testigos fieles de los desarrollos económicos y sociales de las comunidades. La presencia de esta comisión ha sido una parte importante, para el reconocimiento del patrimonio industrial y su aceptación por diversos organismos como la UNESCO que ha incluido a su lista de patrimonio mundial a estos acervos culturales. Cabe señalar que el TICCIH es: un organismo cuyo objetivo es promover la cooperación internacional en el campo de la preservación, conservación, localización, investigación, documentación, arqueología industrial y revalorización del patrimonio industrial, así como a fomentar el conocimiento y la educación en estas materias. TICCIH tiene representación en 42 países de los cinco continentes, y mantiene convenios de colaboración con diversos organismos internacionales como UNESCO, ICOMOS, la Sociedad para la Arqueología Industrial de Estados Unidos (SIA), el Consejo de

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Europa y TICCIH México.TICCIH tiene representación en 42 países de los cinco continentes, (TICCIH:1) La juventud de este organismo internacional no es sinónimo de asumir amplios alcances y logros en los cinco continentes, al apoyarse de diversos estudios realizados principalmente desde la corriente de la arqueología industrial inspirada en diversas escuelas, destacando primordialmente la inglesa, italiana, francesa y española dejando de lado hasta hace algunos años los aportes de la arqueología soviética pionera en los estudios multidisciplinares para el conocimiento del pasado de la especie humana incluyendo en sus estudios a los diversos bienes de la industria ubicada en territorio ruso. La arqueología industrial abre, por lo tanto, una puerta a una investigación mucho más fidedigna sobre la verdadera historia de las clases obreras y de sus relaciones con la burguesía, su relación con el territorio en el que vivían y con el espacio en el que trabajaban y se relacionaban socialmente. Respecto al estudio del Patrimonio Industrial, la arqueología dispone de las herramientas precisas para analizarlo, comprenderlo y ponerlo en relación con su contexto histórico, ya que un elemento de patrimonio industrial, sin su consiguiente estudio, pasa a ser un continente vacío de significado. (Vicenti, 2007:08) La participación de México dentro de la arqueología industrial oficialmente se da en el año 2006 donde el país se vuelve contratante de las diversas cartas culturales y principios promovida por este comité internacional con los representantes de ICOMOS para estudiar la presencia de una enorme cantidad de sitios de memoria obrera, desarrollo tecnológicos y económicos en las diversas localidades del territorio nacional. Si bien el acuerdo institucional no tiene más de una década y media, el patrimonio industrial ha tenido gran aceptación dentro de la arqueología, por ejemplo: Para el arqueólogo Litvak, los restos materiales industriales eran importantes siempre y cuando nunca se perdiera de vista que esos restos materiales respondían a una sociedad en proceso de adaptación a la industria; la labor de cualquier arqueólogo era comprender a la sociedad más que al resto encontrado en la excavación (Hernández:1). La adaptación social señalada por Litvak es algo estudiado por la ciencia arqueológica, la cual ha buscado entender cómo las diversas industrias han moldeado los desarrollos y éxitos de las

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sociedades humanas desde la edad de piedra y las diversas variaciones en cada contexto estudiado. Los restos materiales son la prueba más fiel de la distribución de los diversos bienes empleados en la vida cotidiana en miras de la subsistencia de nuestra especie generando economía y tecnología además de desarrollos culturales visible en una diversidad de creaciones artísticas y arquitectónicas en forma de teatros por mencionar algunos. Las diferentes expresiones en las cuales se manifiesta el patrimonio industrial y su impacto en la investigación para entender el desarrollo de las comunidades tanto social, cultural y económico son de suma importancia. En esta cognición: Litvak identificó tres labores primordiales para este tipo de patrimonio. La primera era crear un marco legal que protegiera los vestigios industriales de su constante perdida, marco legal que aún no existe. La segunda consistió en crear recursos humanos capacitados para estudiar y proteger este tipo de patrimonio. Y la tercera era comenzar un inventario nacional del patrimonio industrial mexicano con la finalidad de conocer y evaluar los restos materiales sobrevivientes, para así crear los lazos institucionales que permitieran proteger este tipo de patrimonio. Tarea que en este momento está discutiéndose fuertemente por los interesados en el tema (Hernández, s\f:1). Partiendo de esta directriz el ramal del ferrocarril Teziutlán- Oriental que viera la luz un lejano 5 de mayo del año 1900 como parte del proyecto de comunicación interoceánica del general Porfirio Díaz, quien en miras de generar núcleos económicos en las diversas regiones buscó la modernización del sistema ferroviario nacional. La ampliación de los caminos de hierro fue crucial para un crecimiento económico no vuelto a ver en el país de tal manera que “al concluir el porfiriato México paso de tener en 1877 un solo ferrocarril de 460 kilómetros, a toda una red ferrocarrilera de 19 000” (Cosio,2000:131). Esto permitió el surgimiento de nuevas ciudades y la distribución económica, para el caso de Teziutlán cuya actividad minera le dio una importancia a nivel nacional e internacional por el yacimiento de la Aurora el cual fue descubierto por Vicenzo Lombardi siete años antes. El arribo de los caminantes metálicos fue de gran impulso para el desarrollo de la extracción de metales en el norte de la comunidad apoyándose del tranvía existente en la ciudad el cual colaboraba con el movimiento de los minerales, los cuales antes del arribo de las locomotoras eran movidos mediante arrieros.


El desarrollo económico no fue el único impacto en la ciudad, si bien había una apreciación importante por la cultura y las artes principalmente las escénicas presentadas en el Teatro Victoria, el tren permitió la mayor movilidad de artistas a la ciudad. Esto condescendió en temporadas más largas y el aumento de cantidad de obras, el arribo de ideales y corrientes ideológicas, además permitió la llegada de instrumentos musicales que eran símbolo de estatus culturales considerando que: Después de la capital poblana, Teziutlán era la ciudad con mayor número de pianos, casi todos europeos, marcas como Rosenkranz, Steinway, Ronich y Bechtain engalanaban las casas teziutecas, donde periódicamente se organizaban tertulias. Pero igualmente en la entonces villa de Tétela de Ocampo o Tétela del oro, se podían encontrar pianos en las principales casas del pueblo, Tétela de Ocampo fue cuna de la soprano María Bonilla, Maestra de muchas generaciones de cantantes en México: Porfirio Díaz, le dotó una beca para estudiar en el conservatorio de Berlín (Rocafuerte, 2010:2). Aunado a los elementos culturales, llegaron a la ciudad estilos arquitectónicos algunos aun visibles, en construcciones consideradas monumentos históricos por el Instituto Nacional de Antropología e Historia dentro del catálogo de monumentos históricos. La ascendente arquitectónica estuvo influenciada por la nacionalidad y procedencia de los migrantes que arribaron a la comarca, trayendo consigo los estilos neoclásicos, art nouveau, rococó los cuales se fusionaron al barroco y estilo virreinal principalmente en edificios civiles y religiosos ubicados en los primeros cuadros de la ciudad. El extenso acervo patrimonial, dejado por el proyecto ferrocarrilero del General y presidente Porfirio Díaz heredó a la ciudad dos patrimonios de suma importancia en la identidad de la sociedad teziuteca: la estación, la sala de espera, el patio de maniobras, y el tanque de agua (protegidos por el INAH con la clave: 2117400010002). Integrando además de algunas de las máquinas locomotoras, coches de carga y pasajeros que dieron servicio durante los noventa y tres años de servicio del ramal TeziutlánOriental, los cuales quedaron guardados en la memoria e historia colectiva de quienes tuvieron la oportunidad de convivir con este caminante de hierro. La vida cotidiana alrededor del ferrocarril inclusive ha sido retratada por artistas como Ramón Cano Manilla en su obra titulada en Teziutlán Pue. compramos boletos para San Marcos y seguimos hasta la estación Rinconada ubicada actualmente en el Museo

Nacional de Arte, del INBA. Por lo anterior no es de extrañarse que al ramal del ferrocarril interoceánico en el diseño arquitectico de su estación, fuera acorde a los promovidos por el porfiriato guardando semejanza con la estación del ferrocarril central mexicana, en su trazo rectangular con un segundo piso en el área central donde se ubicaba la sala de espera. Las fuentes bibliográficas y fotográficas de la estación del ferrocarril interoceánico vía angosta de Teziutlán, nos dan clara evidencia de ciertas modificaciones estructurales durante diversas épocas que condujeron a su estado actual. Dicha remodelación fue promovida por el entonces presidente Miguel Alemán Valdez: “en su fachada presenta arcos adintelados y de medio punto en los pórticos los cuales se encuentran forrados en cantera rosa, así como un diseño rectangular de la nave” (Alfonso 2016:80). La maquinaria con la que el interoceánico de vía angosta inició operaciones fue con las locomotoras FCI 16, F.C.I 21 y las TCC propiedad de la Teziutlán Cooper Company. Cabe señalar que estas últimas eran de fabricación de las compañías estadounidenses America Locomotive, Shay Lima y Baldwin. Marcadas con los números 1-5 estas máquinas llegadas al país nuevas y con un peso de 45.000 kg fueron las encargadas de consolidar el proyecto ferroviario no solo en Teziutlán sino en la región serrano costeña de Puebla y Veracruz, Como suele ser común en la historia de la tecnología creada por la humanidad, las mejoras y modernización suele ser constante en busca de una mayor eficacia, no quedando exento de estos cambios el sector de los ferrocarriles, los cuales con el descubrimiento de nuevos combustibles tuvieron que tener un cambio. En la década de los años 60s Ferrocarriles Nacionales de México inicia un proceso de modernidad supliendo a las locomotoras de vapor y petróleo por maquinas movidas por combustible diésel es así como arriban al ramal diez locomotoras fabricadas por la empresa norteamericana General Motors marcadas con la numeración, 5410, 5412, (Ubicadas en la estación de Teziutlán) 802, 5427 (Ubicadas en el Museo Nacional de los Ferrocarriles en Puebla), 5400, 5401, 6600, 803, 8400,8900. Estas nuevas locomotoras eran del modelo GA-8 con un peso de 54, 431 kilogramos fabricadas en la misma década que fueron puestas en servicio, contando con una potencia de 800 caballos de fuerza, gracias a su motor de 8 cilindros y sus dos motores de tracción. Las máquinas diésel fueron las encargadas de recorrer los caminos del ramal, hasta su cierre en los primeros años de la

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década de los 90s sumado a las automotoras se encuentran los vehículos encargados de escribir anécdotas en las memorias de los miles de pasajeros que viajaron en ellos. Los coches destinados al transporte de pasajeros se dividen en dos tipos: uno llamado de primera clase, el cual fue fabricado en estados Unidos por la compañía The Pullman, en los años 30s, con un peso de 19, 700 kg, una morfología de madera, porta lámparas, además de contar con servicios de sanitarios ambos sexos para los 52 pasajeros que transportaba en cada una de sus rutas. Esta unidad inicialmente operó en ferrocarriles unidos del sureste para posteriormente integrarse al ramal Oriental-Teziutlán, actualmente este coche se encuentra en el Museo Nacional de los Ferrocarriles de la ciudad de Puebla. La experiencia obtenida por los ferrocarriles nacionales de México fue amplia y muestra de ello se

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puede encontrar en los talleres de Nonoalco, lugar donde se fabricaron varios vehículos como es el caso de los vagones de pasajeros segunda clase. Estas unidades fabricadas en distintos años para uso exclusivo del ramal señalado con un peso de 16, 300 kg, estaban construidos a base de madera, con servicio de sanitarios, asientos en madera y dos portas lámparas y portamaletas en la parte superior de los 46 asientos de la unidad. El equipo rodante del ramal Teziutlán-Oriental también contó con coches de carga, para cumplir con los objetivos del general Díaz del transporte de mercancías. Este ferrocarril tuvo diferentes unidades para esa finalidad, algunas aún continúan en servicio. En el patio de maniobras de la estación se encuentran el furgón marcado con el número 70020, la góndola N de M 12028, y uno de los vehículos de correo express de fabricación norteamericana


y otro ubicado en el museo de la ciudad de Puebla marcado con el numero N de M 7858 fabricado por la compañía The Pullman con cuerpo de madera y la virtud de funcionar tanto en vías anchas como angostas lo cual le permitió servir de apoyo a otros ramales como el de Perote-Xalapa. Estos antecedentes de la historia de la llegada del ferrocarril a la comarca teziuteca y el devenir de las máquinas encargadas de consolidar a este medio de transporte son parte primordial de su de importancia como bien de índole patrimonial de carácter industrial considerando que la carta cultural de Nizhny Tagil considera en sus artículos: I. El patrimonio industrial es la evidencia de actividades que han tenido, y aún tienen, profundas consecuencias históricas. Los

motivos para proteger el patrimonio industrial se basan en el valor universal de esta evidencia, más que en la singularidad de sitios peculiares. II. El patrimonio industrial tiene un valor social como parte del registro de vidas de hombres y mujeres corrientes, y como tal, proporciona un importante sentimiento de identidad. Posee un valor tecnológico y científico en la historia de la producción, la ingeniería, la construcción, y puede tener un valor estético considerable por la calidad de su arquitectura, diseño o planificación. (carta de Nizhny Tagil 2003:2). El sentimiento de identidad en torno al legado ferroviario teziuteco va desde ser un referente geográfico, anecdotario de leyendas, recreación de diversas generaciones en sus instalaciones y

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máquinas, fotografías, pinturas, lograron realizar una unión de los (as) ciudadanos (as) para su defensa en los años 90s cuando terminaron las operaciones del ramal. Gracias a esa acción de la ciudadanía la maquinaria se quedó en la ciudad, así como cajas fuertes y la estación no quedo como solo una histórica construcción tal y como ocurrió en otras áreas del trayecto del ferrocarril donde algunas de sus instalaciones han sido demolidas u olvidadas por el tiempo. PATRIMONIO INDUSTRIAL PARA TODOS

El movimiento de la ciudadanía logro el involucramiento de las instituciones gubernamentales encargadas de la preservación de los bienes patrimoniales como lo son el Instituto Nacional de Antropología e Historia y el Museo de Ferrocarriles Mexicanos. Los resultaros fueron mejor de lo esperado para cinco de las nueve maquinas existentes en Teziutlán, la restauración de los coches de pasajeros, correo express y la locomotora de vapor TCC, se hicieron acorde a los señalamientos del especialista en restauración del Museo Nacional de los Ferrocarriles incluyendo la paleta de colores a emplear.

La segunda década de los años 2000 fue crucial para el patrimonio industrial teziuteco, a raíz del proyecto gubernamental de la administración municipal 2014-2018 donde se buscó la forma de recuperar la funcionalidad de los espacios de la antigua estación del ferrocarril. Este proyecto no estuvo exento de la polémica por el movimiento de los vagones de pasajeros y el coche de correo express a un camellón de la calle principal, dicho suceso conllevó nuevamente a la unión ciudadana para proteger esa herencia de la cual son legítimos (as) herederos (as) conllevando a ciertas movilizaciones y postulados tanto por la parte gubernamental como la civil.

El uso social de este acervo industrial no se hizo esperar tras la inauguración de la restauración en el marco de la feria anual de la ciudad, el regocijo y deleite no tardaron en hacerse notar desde los primeros minutos tras la apertura, aprovechando el flujo de personas durante esas fechas del mes de agosto. La afluencia de visitantes no descendió según las cifras de registro cuya cifra ascendía a 2,000 personas por mes entre oriundos de la localidad, turistas nacionales e internacionales, lastimosamente las autoridades municipales decidieron cerrar nuevamente el acceso a estos bienes para el olvido de esta obra en la memoria de la gente, lo cual no ha pasado.

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La importancia de los bienes industriales dejados por el ferrocarril en territorio nacional conllevó a que, en el año de 2008, el comité internacional para el patrimonio industrial sección México creara el Acta de constitución de la sección de Ferrocarriles en la cual estipula como objetivo primordial. Elaborar una lista abierta del Patrimonio Ferroviario, en el mundo incluyendo estaciones, talleres, almacenes, puentes, túneles, vías, complejos residenciales, y bienes muebles con el fin de elaborar una lista restringida de este patrimonio para su registro, protección y difusión. (Acta de constitución de la sección de Ferrocarriles TICCIH, 2008:1) A MANERA DE CONCLUSIÓN Las acciones ciudadanas en el ejercicio de su derecho al patrimonio cultural en pro de la salvaguarda de los bienes, que sin necesidad de ser una herencia prehispánica por su aporte a la comunidad ha generado sentimientos de arraigo hacia su construcción y componentes como lo es el caso de las máquinas de estación del antiguo ferrocarril interoceánico, han sido destacables y dignas de reconocer. Los desarrollos urbanos actuales han puesto en tela de juicio la necesidad de que los diversos institutos encargados de la preservación de los bienes patrimoniales modifiquen sus marcos legales para adaptarse a las nuevas necesidades y a los nuevos patrimonios que requieren de

protección. Institutos como el INAH deben de iniciar una ampliación a sus objetivos y en la medida de lo posible crear una división encargada de velar el patrimonio industrial de las diversas comunidades del territorio nacional por ser una parte viva de la memoria colectiva de los individuos sus emociones e imaginarios. El acontecer de la actualidad nos da muestra de que el patrimonio cultural debe buscar la inclusión de toda la ciudadanía y coadyuvar en su protección por ser una prueba física de la remembranza de las localidades. El incluir a las comunidades originarias debe ser una de las prioridades en el rescate de los acervos industriales, al contener en las cédulas descripciones en lenguas maternas, considerando que los bienes patrimoniales son herencia de todos, y se debe velar por acciones constantes para su revitalización. El caso del patrimonio ferroviario y su recuperación con la participación social es una muestra del ejercer el derecho a la cultura y sitios patrimoniales, pero debe de velarse por la creación de comités coadyuvantes para monitorear de manera constante a estos bienes para no ser cerrados o restringidos de esta manera, su preservación, difusión y revaloración será constante y efectiva.// JA

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IMÁGENES

Documentación e Investigación Ferroviarias, Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos, México D.F. P, 65- 78

Fig. 1 Locomotoras de vapor F.C.I-TCC (Collage Alfonso 2019) Fig. 2 Locomotoras diésel que dieron servicio en el ramal Teziutlánoriental (Collage Alfonso, 2019) Fig. 3 Coche de primera clase (Fotografia Alfonso 2019)

García López Angélica (2008) “Patrimonio cultural: diferentes perspectivas” en Arqueoweb. revista sobre arqueología en internet Pp. 4

Fig. 4 Coche de segunda clase (Fotografia Alfonso 2019) Fig. 5 coches de carga y correo express (Collage Alfonso 2019) Fig. 6 Estado actual de la maquinaria, coches de pasajeros y correo restaurados (Fotografía Estudillo, 2018)

BIBLIOGRAFÍA

Hernández Ibar Iván (S/F) “Jaime Litvak King Y La Arqueología Industrial.” TICCIH-México recuperado el 24 de diciembre de 2019 disponible en http://www.ticcihmexico.org/jaime-litvak-king-y-laarqueologia-industrial/ ICOMOS (2006.) Carta de Monterrey sobre “conservación del patrimonio industrial”

Alfonso Ruiz Julio Cesar (2016) “El Patrimonio cultura: el caso de los bienes arqueológicos e históricos de la Sierra Nororiental del Estado de Puebla” Fac. de Antropología, U.V., Xalapa, Ver. México. Pp.80

Rocafuerte, Valera Francisco (2010) “Teziutlán a través de su música” en Música inédita de la época de la revolución mexicana. INBA México. Pp. 1-18

Ballart, Josep(1997) “El patrimonio histórico y arqueológico: valor y uso” Editorial Ariel, Barcelona. España Pp. 1-37

TICCIH (2003) Carta de Nizhny Tagil sobre el patrimonio industrial, Moscú Rusia. Pp. 1-3.

Departamento de curaduría de colecciones (2009) “Coches de Pasajeros” en Mirada Ferroviaria, Núm., 7, Centro de Documentación e Investigación Ferroviarias, Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos, México D.F. Pp. 77- 87.

_____________ (2008) Acta de constitución de la Seccion de Ferrocarriles de TICCIH. Pp. 1.2

Gómez, Pérez Jorge Ramón (2008) “Catálogo de equipo rodante del MNFM Locomotoras” en: Mirada Ferroviaria, Núm.6, Centro de

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Vicenti Partearroyo Ana (2007) “Perspectivas sobre la arqueología industrial” en arqueoweb. revista sobre arqueología en internet Pp 1-9. ____


PARA CITAR: (CC) ARK_MAGAZINE opera bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento – NoComercial – Compartir Igual 4.0 Internacional License. Agradecemos citar este texto así: Alfonso Ruíz, Julio César. Patrimonio industrial para todos: el caso del legado ferroviario de Teziutlán, Puebla, en: ARK_Magazine / Textos sobre patrimonio. Año 8 Número 31, verano 2020. ARK_Editorial. México. Páginas 44 - 53. https:// issuu.com/arkeopatias/docs/ark31 en línea (fecha de consulta). Palabras clave: Patrimonio, Bienes industriales, Ciudadanía, Salvaguarda, Uso social SOBRE EL AUTOR: Julio César Alfonso Ruíz. Universidad Veracruzana Contacto: ces_jui@hotmail.com

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LAS CÉDULAS Y OTROS EPÍGRAFES EN EL CERRO ACUEYAMETEPEC Marcela Sonia Espinosa Martínez Cecilia Vázquez Ahumada Hablar del General Ignacio Zaragoza Seguin, nos remonta de manera inmediata a la Batalla del 5 de Mayo de 1862, y por antonomasia a la ciudad de Puebla y la gesta emblemática en defensa de la Soberanía Nacional llevada a cabo en el Cerro Acueyametepec, donde se ubican los Fuertes de Loreto y Guadalupe. La Batalla del 5 de mayo de 1862 es un hecho histórico de lo más relevantes en el país, ha sido documentado por connotados especialistas en la materia. Sin embargo, todavía queda mucho por investigar en la historia militar, de los Generales, oficiales y soldados que participaron en la batalla; de sus motivaciones, orígenes e historia de sus poblados. A los más humildes, pero no por ello menos valientes combatientes, que desde la Sierra Norte de Puebla empuñaron armas de fuego y machetes para defender lo que comenzó a ser la patria mexicana, escribimos este texto intentando brindar un reconocimiento. Las que suscribimos este texto nos referimos a un elemento museográfico que en el año de 1962 fue colocado en las laderas del cerro de Acueyametepec, escenario de la Batalla del 5 de mayo y del que ahora solo quedan despojos. En el año 2001 el Gobierno de Rafael Moreno Valle puso en marcha un ambicioso proyecto para la transformación de la Zona Cívica Cinco de Mayo. Espacio urbano que en 1962, había sido

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transformado para albergar un área cívico-cultural en homenaje al primer centenario de la batalla librada entre los Generales Zaragoza y Lorencez. El proyecto del 150 aniversario (2012) transformó drásticamente el escenario bélico que se había conservado; modificó íntegramente, el cerro de Acueyametepec[1], los Fuertes de Loreto y Guadalupe y todo el contexto de lo que hasta ese momento fue una zona cívica. Para empezar, diremos que se llevó a cabo una severa deforestación del cerro, mismo, que como veremos más adelante, fue forestado de la década de los años veinte, hasta los setentas del siglo pasado. La parte más alta de cerro, que incluye la Casa Puebla[2], los Museos de Loreto (antes del 2012, de la No intervención), la Galería de Guadalupe (antes Fuerte de Guadalupe), la Fuente de la Victoria, el Mausoleo de Zaragoza, la escultura de una monumental bandera mexicana, la caja de agua, el Auditorio de La Reforma, el local que ocupaba el Museo Imagina, el Planetario, el Museo del Centro INAH Puebla, el antiguo parque Rafaela Padilla de Zaragoza, hoy Museo de las Fuerzas Armadas, el recinto Ferial, …todo ha quedado contenido tras una reja de tres metros de altura[3]. Ya en el año de 2007, la construcción de un centro expositor, sustituto del recinto ferial; el mejoramiento de vialidades, fueron


echados a andar como un “Plan integral de recuperación del Cerro”. Pero la más grande modificación, como lo dijimos arriba, se llevó a cabo del 2010 al 2012, con un proyecto cuyo objetivo fundamental fue detonar un polo de desarrollo turístico y comercial en el cerro. El diseño del Proyecto de imagen urbana con el fin de modernizar y “dignificar” la zona histórica incluyó la intervención de Los Fuertes[4], dejando como saldo la transformación radical de la estructura natural e histórica. Este proceso de transformación se dio, primero, con la introducción de maquinaria pesada y excavaciones que hicieron enormes movimientos de tierra de manera indiscriminada, esto destruyó el relieve del suelo. Otras de las modificaciones fue la construcción de una cubierta que desvirtuó la Capilla de Guadalupe[5], la edificación de la macro-construcción del Centro Expositor, la construcción de estacionamientos, cafeterías, módulos sanitarios, locales comerciales, un lago, se amplió el auditorio de La Reforma, se instaló un gran espejo de agua[6], se colocaron pérgolas con grandes estructuras metálicas, se construyeron andadores con materiales pétreos. Para dar paso a esas construcciones se realizó una atroz deforestación. Se antepuso de manera parcial una fachada al Centro INAH Puebla que desvirtúa el proyecto original, y es discordante con el resto del edificio[7]. En el 2014, se intervino el cerro y se construyó una ciclopista o ciclovía de asfalto. En el mismo año 2012, con el proyecto original del teleférico[8], se edifican cinco torres dentro de la Zona de Monumentos Históricos (ZMH), de las cuales dos de concreto denominadas de embarco / desembarco, tres de estructura metálica[9], las cuales fueron desmontadas hacia finales del año 2013 e inicios del 2014. Actualmente en el 2015, se construye nuevamente el Teleférico, con dos torres de estructura metálica, que transforman el paisaje histórico, cultural y natural no solo de la ZMH sino de la ciudad. En el área del cerro que todavía conservaba su relieve, se crea el denominado “Paseo del Teleférico” en el cual se instalan nuevamente pérgolas y andadores con estructuras metálicas, plazas con concreto, entre otros. Es evidente, el cerro muestra un crecimiento desordenado y desequilibrado en este sector de la ciudad, y dentro de la ZMH, que está siendo urbanizado y permeado con concreto de manera indiscriminada, ya que las nuevas edificaciones rompen con la escala, volumetría y con su pasado histórico. Como creemos haber demostrado la modificación paulatina del Cerro de Acueyametepec, ha mermado su valor histórico, didáctico, hídrico, y de reserva natural. Creemos que su

conservación era imprescindible para la sanidad pública, y para la identidad de los poblanos, del valle poblano tlaxcalteca y de los compatriotas que del otro lado de la frontera norte, celebran cada año el 5 de mayo como un referente de su ser mexicano[10]. Nuestros argumentos se apoyan en el valor que el diseño y construcción, en el Cerro Acueyametepec, del Centro Cívico 5 de mayo en 1962. Naturalmente los momentos históricos internacionales favorecieron la construcción de este espacio, ya que la Guerra Fría, hacía necesarios aliados de la soberanía, cosa que fue defendida por los héroes que pisaron y lucharon este pedazo de la ciudad de Puebla. El proyecto de entonces (1962), a cargo de la SHCP tenía algunas condicionantes como: la construcción de un circuito, es decir, una vialidad cuyo diseño circunscribiera, una escuela de artesanías[11], un auditorio y dos esculturas, además de plazas y áreas ajardinadas. Las edificaciones al interior del circuito se construyeron sin que fueran de gran altura integrándose al espacio natural e histórico, para evitar minimizar la arquitectura histórica; desde el circuito se observaba la ciudad y su entorno, ya que para esa época no existían construcciones contemporáneas en el cerro, además a lo lejos el paisaje se complementaba con los terrenos cultivables. Este Centro Cívico fue diseñado por importantes personalidades como ya lo dijimos, entre arquitectos, ingenieros, urbanistas y escultores, como el Arq. Abraham Zabludosky[12] y Guillermo Rossell, además del Ing. Jehová Guerrero Torres quien se hizo cargo de la estructura del Auditorio Reforma. Las obras de Ernesto Tamariz, con el monumento a La Victoria y Rodrigo Arenas Betancourt, con la escultura de Don Benito Juárez. Toda la zona fue protegida por la sociedad desde principios del siglo XX, cuando se comenzó a forestar la zona. Insignes poblanos luchan por mantener el espacio y por convertir la antigua capilla de Loreto en un museo, al que llamaron Museo de Historia Guerrera, el cual fue formado con objetos donados por el ayuntamiento de la ciudad y por los pobladores de la misma y del país, todos aportaron objetos referidos a las batallas que se habían librado en la ciudad de Puebla. Los poblanos, hermanos Paz y Puente, José V. Medel, Lic. Alfredo Madrid Carrillo, José Rivero Carvallo, Rubén Monjaras Ovando, Carlos Paz y Puente, Marcelino de la Parra y Quintana, Dr. Sergio B. Guzmán, Miguel Durante y Enrique Romero Freytal, se presentaron como el Comité Pro Bandera[13] y son los promotores y custodios de la zona y del Museo Histórico Militar, instalado en la antigua Capilla de Loreto y rememorar las glorias que habían peleado los poblanos. Sería un deber cívico agradecer a estos intelectuales locales el trabajo que se tomaron para brindarle a la ciudadanía un espacio de reflexión cívica e histórica[14].

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En el año de 1946, se solicita al presidente de México, Manuel Ávila Camacho, ratifique el decreto expropiatorio de los “Criaderos de Xalnene”, es decir, de 8960 m2[15], para complementar el paisaje histórico que le daba contexto a los Fuertes de Loreto y Guadalupe. Fueron varios los intentos por recuperar esta parte del cerro, pero se carecía de un proyecto integral que enalteciera los valores fundamentales del cerro, incluyendo la arquitectura religiosa-militar. Este espacio continuó siendo muy codiciado, porque representaba un bien inmobiliario para la privatización, ya que se ha considerado como un área libre de construcciones, como si se tratase de un predio baldío, una superficie territorial que muchos consideran “sin uso”. Pero ese concepto es erróneo, ya que este territorio ha sido durante más de un siglo el sitio didáctico para los estudiantes y para los turistas a nivel nacional e internacional, ha sido la referencia de un suceso trascendental en la historia de nuestro país, es un referente geográfico y urbano en la ciudad de Puebla. Es un sitio que aún deforestado, se resiste a perder su arbolado, es un importante captador de agua para la ciudad con tanques y bombas de agua de siglo XIX y principios del XX, contiene una gran religiosidad por haberse construido capillas que todavía están abiertas al culto público en donde se celebra la Semana Santa. Fue un importante o tal vez el único proveedor de material de cantera para la construcción de viviendas en la ciudad virreinal. Cuando comenzaron los trabajos de transformación del Centro Cívico 5 de mayo, el cerro de Acueyametepec aún mostraba trincheras, senderos, caminos y un relieve natural (geomorfología) sin alterar. Los fuertes con su pátina y la antigua capilla de Guadalupe con sus muros demolidos que habían quedado como muestra de la sangrienta batalla en defensa de nuestra soberanía. Ella apelaba al imaginario colectivo con sus formas, otorgando símbolos y valores significativos al territorio. Ahora estos se han ido desvaneciendo, ya hablamos de los edificios que se construyeron en el terreno cerril (Recinto Ferial, Planetario, Museo Imagina). Aún con ello este imaginario se resistía a desaparecer. Ahora vamos al análisis del elemento museográfico que se colocó en las laderas del Acueyametepec y su estado actual. Con base al recorrido de campo que se realizó de manera permanente durante el tiempo que permanecieron las obras de “imagen urbana” (2011-2012), se constataron daños a las cédulas, las cuales fueron diseñadas para la compresión del sitio histórico de la Batalla del 5 de mayo de 1862, además fueron redactadas para transmitir un sentimiento de identidad nacional.

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Lo primero que se hizo fue identificar y registrar todas las cédulas de granito instaladas desde 1962, las cuales fueron colocadas de manera estratégica en derredor del circuito, de tal manera que estaban visibles y se podía dar lectura desde el automóvil. Se tuvo la sospecha de que los trabajos de “dignificación” podrían cambiar las cédulas de sitio o simplemente desaparecerlas[16]. Muchas de las cédulas se encontraban entre tierra, escombros y maquinaria en el periodo en que se llevó a cabo la obra, perfilándose hacia su evidente retiro. Desafortunadamente hubo daños deliberados y desaparición de cédulas. Lo sabemos porque con el apoyo del programa Google Earth se pudieron recuperar imágenes contextuales y la ubicación precisa. Estas cédulas creadas a manera de placas formaban parte del diseño del Centro Cívico 5 de mayo. Existían dos tipos de placas, las que contenían el nombre de las plazas y las que tenían la leyenda del hecho histórico. Las primeras, tenían el nombre del sitio. Como la que aún permanece de la Plaza de las Américas, que fue reubicada de su lugar original, consistía en una placa de concreto apoyada sobre el piso, con un enmarcamiento en color blanco. Los nombres de los fuertes se resaltaban sobre elementos en los cuales se utilizaron materiales pétreos. El de Loreto es un sencillo diseño, se trata de una estela recubierta con lajas de piedra braza donde se clavó el nombre del Museo de la No Intervención. El Fuerte de Guadalupe tenía una cédula de forma horizontal en una plataforma, sobre esta, una base en la que asentó un cañón[17]; en la parte posterior un murete también de laja, diseño que se destacaba por los materiales pétreos y su masividad. Este significativo elemento marcaba el acceso a la empinada rampa que subía a la fortificación. Sabemos que muchas personas tomaban imágenes usando como escenario este pétreo rótulo, hoy retirado. Consideramos que fue muy probable que también la escuela de artesanías mostrara alguna placa que identificara el uso y nombre del inmueble y estuviese colocada en su acceso principal. El otro tipo de placas, son las cédulas que constituían una parte fundamental del circuito vehicular dentro de un ámbito natural privilegiado dentro de la ciudad. Su contenido y colocación tenían un objetivo claro, recobrar y mantener la memoria viva de la Batalla del 5 de mayo de 1862 y la lucha por la soberanía nacional. Su sentido didáctico permitía a la comunidad de todos los estratos y edades fortalecer la identidad nacional, el respeto al pasado y les hacía conocer el patrimonio histórico del que eran legítimos herederos. Este elemento fue muy importante dentro del imaginario


colectivo, para contribuir en la construcción del pasado y reforzar los valores cívicos de los mexicanos. Dando sustento a la identidad nacional, que actualmente es cuestionada por la nueva fisonomía que está adquiriendo el Estado mexicano, donde se proyectan nuevas maneras de ser ciudadano, unidas al individualismo extremo.

Hoy ya no existen éstos referentes, estos signos que generaban vínculos y conocimientos sobre la vida nacional. El conocimiento que estas cédulas contenía servía a estudiantes, turistas nacionales, internacionales y los locales que acudían con frecuencia a ver la ciudad desde lo alto del cerro de Acueyametepec. Se registraron 39 cédulas, es probable que hayan sido 40 placas que permanecieron presentes durante 51 años en el escenario de la Batalla del 5 de mayo de 1862. Fueron fabricadas en concreto, con una malla; estaban soportadas por ligeras estructuras metálicas que se encajaban sobre la superficie del terreno. Tenían una dimensión de 1.00 x 1.65 cm, con fondo blanco y letras de color negro, lo que facilitaba su lectura. En la esquina superior izquierda, se localizaba el Escudo Nacional de 0.30cm de diámetro, en el resto de la superficie de la placa se distribuyó el texto que describía los acontecimientos que resaltaban la importancia histórica. La disposición original denota que las cédulas no tenían un orden cronológico, pero servían como referentes historicos del sitio de la batalla y exhortaban a los que las leían a formar parte de la nación mexicana[18]. A continuación mostraremos todas las placas y sus textos, para que el lector aprecie el contenido de este discurso.

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En la tabla (página 21) se encuentran los textos de las cédulas numeradas y referidas al mapa. Como podemos apreciar es un lenguaje que exhorta al nacionalismo y rinde homenaje a los peleadores del 5 de mayo de 1862. Reconoce a los generales que comandaron las tropas y reivindica la soberanía nacional y la independencia de todo el continente americano[19]. Después de la transformación del Centro Cívico 5 de mayo, solamente quedan cinco cédulas, que son: 27, 28, 32, 33 y 35 No podemos dejar de mencionar, un elemento que curiosamente, con el proyecto de imagen urbana del cerro, quedo intacto como alegoría a la muerte. Este triste testigo se ubica en la ladera norte del Fuerte de Guadalupe, se trata de una pequeña cruz de metal, y esta dedicada a la memoria de una persona: El Sr. / Eduardo Rguez (Rodriguez) López / Falleció el 24/julio/1954 / Rdo (Recuerdo) de sus nietos. En este sitio se conmemora el fallecimiento del Sr. Rodríguez López, quien por alguna circunstancia, sucumbió en el cerro de Acuaeyamatepec. El Cerro de los Fuertes de Loreto y Guadalupe es un monumento mortuorio, símbolo de la soberanía, lugar donde permanecieron, despues de la Batalla del 5 de mayo de 1862, de acuerdo a las crónicas, los cuerpos innertes de los combatientes. Las crónicas no explican donde terminaros los mexicanos que defendieron a la patria. Nos preguntamos si acaso fueron llevados al panteón de Xanenetla –el cual fue desaparecido para construir un centro comercial con un amplio estacionamiento[20]- Lo más probable es que los soldados del ejército francés fallecido fueron sepultados en México. ¿Qué sería de los compatriotas de la Sierra Norte de Puebla? Es posible que varios hayan sido enterrados en el propio cerro en alguna fosa común o esparcidos en fosas individuales. Esto nos permite lanzar la hipótesis de que el cerro de Acueyametepec un cementerio sin tumbas. Territorio que se constituyó, por voluntad de los habitantes de la ciudad de Puebla, en un paisaje cultural e histórico de relevancia identitaria[21]. Para finalizar, este pequeñisimo homenaje para los que colaboraron con su vida y en la formación de la nación, quiere incorporar a los que planearon y trabajaron por un espacio cívico que, a pesar de todo, nos pertenece a todos.// JC / FC

NOTAS [1] Acueyamatepec significa cerro de magueyes y ranas. Muy seguramente este cerro fue un marcador territorial de los originales habitantes del Valle Poblano-Tlaxcalteca. A sus faldas se erigió en

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el año de 1531 la Ciudad de la Puebla de los Ángeles, en el valle de Cuetlaxcuapa -lugar donde las víboras cambian de piel- valle rodeado por los ríos Atoyac y Alseseca y que aparentemente baldío, fue parcelado para edificar la que en el siglo XVII se convirtió en la segunda ciudad de la Nueva España. [2] Residencia oficial del Poder Ejecutivo del Gobierno del Estado de Puebla, a partir del mandato del Lic. Alfredo Toxqui (1975-1981). La protestas ciudadanas obligaron al Estado Poblano a mantener las puertas de esta reja abiertas. Sin embargo, se reserva la posibilidad de cerrarlas a la libre circulación de los ciudadanos. [3] Los trabajos realizados en Los Fuertes se denominaron rescate. Ahora suponemos porque se encontraban en cierto grado de abandono, y por ello estaban con deterioros. Sin embargo, la transformación a que fue sometida la zona, nos muestra la franca intensión de trasformar la zona cívica, en un espacio comercial. Acorde a los procesos de patrimonialización que se han dado a nivel mundial, en la ciudad de Puebla, el gobierno estatal, ha cambiado la vocación pública de los espacios urbanos, en espacios privatizados y ha privilegiado al automóvil que al transporte colectivo, apostando por la desatención de lo público en beneficio de lo privado.

de Guadalupe, mismo que fue consagrado en 1816. Este año fue cuando por temor a los insurgentes, los poblanos adeptos a España, solicitan construir fortificaciones en torno a los dos templos que se ubican en el cerro, es decir, La Capilla de Loreto y la dedicada a la Virgen de Guadalupe. Para el primer templo se concluye, para el segundo resultó imposible. El General Ignacio Zaragoza mandó demoler las dos torres del templo de Guadalupe, previniéndose de la artillería francesa. Desde ese 1862, los paredones de Guadalupe permanecieron como testigos de la batalla del 5 de mayo. [6] Ahí donde el proyecto del Centro Cívico 5 de Mayo, diseño una plaza cívica, la cual fue escenario del izamiento de todas las banderas de América, en homenaje a la soberanía ganada por los liberales en el siglo XIX, ejemplo para todo el Continente Americano. Ahora ese espacio no es apto para la reunión de multitudes. [7] El edificio del actual Centro INAH Puebla, fue obra del Arq. Abraham Zabludovsky (1924-2003), y formó parte del proyecto de urbanización del Centro Cívico 5 de Mayo. En este edificio, el Antrop. Dávalos Hurtado (1909-1968) creó un Centro y Escuela de Artesanos, que desgraciadamente ni pudo ser financiada, prácticamente desde su fundación. [8] Proyecto estatal detenido por el INAH, gracias a la intervención

[4] La transformación radical que sufrió esta parte de la ciudad de Puebla, rebasó la Ley de Monumentos Históricos, el Decreto por el que se declara una Zona de Monumentos Históricos la ciudad de Puebla de Zaragoza (1977), y normas y convenciones internacionales elaboradas para la Salvaguarda del Patrimonio Histórico, Cultural y Natural.

de la ciudadanía que veía afectado en Centro Histórico de la ciudad con las enormes torres de este transporte. [9] La lucha ciudadana no logró un triunfo total, el Sr. Moreno Valle, interrumpió el proyecto original del teleférico, pero lo trasladó al corazón del Cerro de Los Fuertes.

[5] A finales de 1961, con la creación del Centro Cívico 5 de mayo,

[10] Desde los años 30 del siglo XX, el Gobierno mexicano

la Secretaria del Patrimonio Nacional, cabeza del proyecto, acordó mantener el estado ruinoso de lo que fuera la Capilla de Guadalupe, para mostrar al visitante el dramatismo de la intervención francesa, ya que fue justo en este edificio y por su costado oriente, por donde los franceses atacaron a las fuerzas mexicanas. Este edificio tiene su antecedente en una ermita. Hugo Leich (1967, p. 197) explica que se dedicó este templo al niño Cristobalito, pequeño mártir tlaxcalteca del siglo XVI. En el Obispado de Juan de Palafox (1640-1649) se sabe que los obreros de las canteras de este cerro se congregaban en esta ermita. Para el siglo VIII ya es un templo de tres naves y se dedica a la Nuestra Señora de Belén, en 1756 una tempestad la afectó considerablemente, sin embargo la reparan. Para el siglo XIX se hace una colecta para edificar un templo en la cúspide oriente del cerro de Acueyamatepec dedicado a la Virgen

fomentó, a través de los consulados en los estados Unidos, la celebración del 5 de mayo, como una fiesta de unión de los compatriotas que viven en condiciones complejas, como población migrante a los Estados Unidos de Norteamérica. [11] Es importante resaltar que la creación de la arquitectura de la década de los sesenta del siglo XX, está representada por impor tantes arquitectos como Abraham Zabludosky, Mario Pani, Enrique del Moral, José Villagrán García, Augusto H. Álvarez, Félix Candela, Luis Barragán, Pedro Ramírez Vázquez, entre otros. [12] http://www.letraslibres.com/revista/letrillas/abrahamzabludovsky-medio-siglo-de-arquitectura. El Arq. Abraham Zabludovsky, es considerado como uno de los arquitectos más

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destacados y pilar de la arquitectura contemporánea mexicana. Es autor de más de 200 obras y proyectos. Construyó una serie de centros culturales en ciudades del Bajío, Guanajuato, Celaya, Dolores Hidalgo, Aguascalientes, que tuvieron como precedente el Centro Cívico Centenario Cinco de Mayo (Puebla 1962), en colaboración con Guillermo Rosell. Tiene más de 200 obras y proyectos. Su arquitectura es de las más reconocidas y potentes del panorama arquitectónico mexicano del último tercio del siglo XX. Recibió numerosos reconocimientos como el Premio Nacional de Ciencias y Artes (1982), el Gran Premio Latinoamericano en la Bienal de Buenos Aires (1989), la Medalla de Oro en la Bienal de Arquitectura en México (1993), así como el –Vitruvio- al mérito por su trayectoria en la arquitectura latinoamericana y el aporte a la cultura de los pueblos, Buenos Aires. 1994. El diseño y construcción del inmueble que ocupa el Centro INAH Puebla, está considerado dentro de las primeras obras de esa época. Por las características de su arquitectura está considerada una importante aportación a la cultura nacional, dicho arquitecto es considerado precursor dentro de la corriente contemporánea y a este edificio en particular se le identifica como parte de sus obras representativas.

[19] El Mtro. Pierre Pecastain explica que el año de 1962 fue privilegiado en la relación México Francia, porque este último tenía intereses puestos en México para contrarrestar la hegemonía norteamericana. Mtro. Pierre Pecastain. Comunicación personal. [20] En el panteón francés que se localiza en la ciudad de Puebla se encuentra un monumento a los caídos en la Batalla del 5 de Mayo de 1862.Tenemos la seguridad que ahí permanecen los restos del Subteniente Raoul, militar de más alto rango que pereció en la batalla. Mtro. Pierre Pecastain, comunicación personal. [21] El pasante de arqueología, Arnulfo Allende, avalado por el Arqglo. Eduardo Merlo, llevó a cabo rápidas excavaciones en algunos sitios del cerro. No conocemos aún los resultados de ellas. Lo que si sabemos, es que en la colección del actual Museo de Loreto (sic), hay objetos que fueron encontrados en las laderas del cerro y que amablemente y con un sentido patriótico, fueron entregados al principio de la historia del museo, para formar parte de los objetos ilustrativos de la Batalla del 5 de mayo.

[13] Lograron que se instituyera el 24 de febrero como día de la

IMÁGENES

Bandera, gracias a sus gestiones con el Presidente Pascual Ortiz Rubio.

1. Rampa de acceso al Fuerte de Guadalupe antes de la

[14] Este Museo, inaugurado en el año de 1936, fue entregado a la

remodelación. Foto Google Earth. 2. Ubicación de la totalidad de las cédulas que fueron colocadas en

Secretaría de Educación Pública en 1939, por órdenes de Lázaro Cárdenas, junto con el Fuerte de Guadalupe en el año de 1939, siendo el INAH, el organismo responsable de estos inmuebles.

el Centro Cívico Cinco de Mayo, inventariadas antes de las obras de imagen urbana que se realizó en el Cerro de Acueyametepec. 3. Reproducimos las imágenes de las cédulas que se encontraron

[15] Los propietarios de estos terrenos tramitaron un amparo

y las que aparecieron en pasados registro de Google Earth. 4. En una de las áreas jardinadas del circuito 5 de mayo.

contra esta expropiación, misma que posteriormente fue ganada y negociada para beneficio del Centro Cívico 5 de mayo, que se inauguró en el año de 1962. [16] La Mtra. Sonia Espinosa Martínez llevó a cabo este trabajo minucioso de registrar y buscar entre los escombros las cédulas. Lo logó caminando la zona de los Fuertes cotidianamente durante todo el segundo semestre del 2011 y los primeros meses del 2012. [17] El Maestro Pierre Pecastain nos indicó que este tipo de cañón

5. Frente al Fuerte de Loreto. 6. Entre la obra, se encontraban las cédulas que se resistían ante la caída inminente de la maquinaria pesada que las acosaba día con día. En ella se lee: Mexicano: /El suelo que pisas esta /abonado con la sangre de los /héroes muertos hace un siglo /por defender la dignidad nacional. 7. Escudo Nacional ubicado en la parte superior izquierda de las cédulas, por la falta de mantenimiento y atención al sitio, algunas de ellas presentaban grafitis.

pertenecía a navíos. Comunicación personal.

____ PARA CITAR:

[18] “Mi papá nos traía a mi hermano y a mí. Con voz fuerte nos

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leía los textos. Era muy emocionante. Los recuerdo con claridad, pero ahora...” Mtra. Lucero Morales, comunicación personal.

Reconocimiento – NoComercial – Compartir Igual 4.0 Internacional License. Agradecemos citar este texto así:

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Espinosa Sonia y Vázquez, Cecilia. Las cédulas y otros epígrafes en el cerro Acueyametepec, en: ARK_Magazine / Textos sobre patrimonio. Año 8 Número 31, invierno 2020. ARK_Editorial. México. Páginas 54 - 63. https://issuu.com/arkeopatias/docs/ark31 en línea (fecha de consulta). Palabras clave: Patrimonio, cédulas, identidad, Acueyametepec, histórico SOBRE LAS AUTORAS:

Marcela Sonia Espinosa Martínez (Ciudad de México / 1954).

Ma. Cecilia Vázquez Ahumada. Licenciada en Antropología Social,

Maestra en Arquitectura, especialidad en Restauración de Monumentos, UNAM, Tesis: Arquitectura agropecuaria, el patrimonio cultural edificado en el municipio de Puebla hasta mediados del siglo XX. Estudio de caso, Rancho El Batan. Ha trabajado en el INAH en la Dirección de Estudio de Zonas y Registro Público de Monumentos Históricos, ExConvento de Culhuacán, y la Dirección de Monumentos Históricos, Exconvento de Churubusco y el Centro INAH Puebla. Publicaciones en colaboración: Decretos en el Diario Oficial de la Federación de las zonas de monumentos (varios); Catálogo de Monumentos Históricos del Estado de Nuevo León, Ciudad de México, Tlalpan, Atlixco, Tlaxcala, Puebla, entre otros. Presidenta del Comité Mexicano para la Conservación y Protección del Patrimonio Industrial A.C. (CMCPI). Miembro del Comité Editorial “Dualidad” Publicación del Centro INAH Puebla. Miembro del Colegio de Arquitectos del Valle de Puebla. Premio “Puebla, Patrimonio de la Humanidad, a la Defensa y Conservación del Patrimonio Edificado”, otorgado por el Colegio de Arquitectos de Puebla A.C. (CAPAC)

por la Escuela de Filosofía y Letras, Colegio de Antropología Social. Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Maestra en Ciencias, por el Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad Nacional Autónoma de México e Instituto de Ciencias y Humanidades de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Profesor Investigador de 1983 a 2017 del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Titular C. Ha publicado: La Batalla del 5 de mayo en el carnaval de Huejotzingo. Espacio de Identidad. Gobierno del Estado De Puebla, INAH. 2012. Si Dios me ha de recoger y vuelvo a nacer, carnavalero volveré a ser. Historias de vida de carnavaleros de la tercera edad, Huejotzingo Puebla. PACMYC, Gob. Del Edo de Puebla, 2017. Mujeres construyendo un mundo. Las recetas de cocina del Convento de santa Mónica en Puebla. BUAP / INAH 2017. Actualmente realiza trabajo de investigación sobre el paisaje cultural en la cuidad de Huejotzingo, Puebla, y lleva a cabo peritajes antropológicos a petición del poder Judicial de la Federación y de la Fiscalía del Estado de Puebla. Contacto: chuchamcatrik@hotmail.com

Contacto: soninah6@yahoo.com

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AMALUCAN, UN CERRO EN DISCORDIA

Marcela Sonia Espinosa Martínez Puebla cuenta con Áreas Naturales Protegidas (ANP) con la categoría de Reserva Ecológica Estatal, entre ellas el Parque Nacional Malintzi, Parque Nacional Izta-Popo, Cerro Zapotecas, Cerro Comalo, Parque Ecológico Lázaro Cárdenas conocido como “Flor del Bosque”, la Reservas Estatales de: “Sierra del Tentzo”, Cerro de Amalucan, Cerro Mendocinas, Cerro Tepeyac y Cerro Totolqueme, pulmones que fueron protegidos por Decreto del Ejecutivo publicado el 8 de abril de 1994 en el Periódico Oficial del Estado de Puebla, en el cual se emitió la Declaratoria de Reservas, Destinos y Usos de Predios y Áreas Territoriales del Programa Regional de Ordenamiento Territorial de la Zona Centro – Poniente del Estado de Puebla. Algunas de estas áreas han disminuido debido al crecimiento urbano y/o por la construcción de parques como “Flor del Bosque” o el Cerro de Loreto y Guadalupe este último en la Zona de Monumentos Históricos en la ciudad de Puebla. Actualmente las áreas protegidas y reservas ecológicas se han convertido en la opción como detonadores de zonas turísticas e inmobiliarias. En el cerro Amalucan el Gobierno del Estado informó que construirá un parque urbano con el argumento… de que las familias de las colonias populares cercanas disfruten de un parque de primer nivel… y la existencia de robo de tepetate, pero el

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problema va mucho más allá, debido a que dicho proyecto no resuelve la carencia de parques y jardines en las colonias, la falta de seguridad, el déficit de agua, y planeación para el crecimiento en esta parte de la ciudad. Amalucan está en riesgo de desaparecer por el proyecto de parque urbano el cual plantea que el parque sea el más grande de Puebla con una inversión de 300 millones de pesos del gobierno federal. Consiste en la sustitución de 400 árboles, enrejado del cerro, canchas deportivas, asadores, juegos infantiles, foro al aire libre, estacionamientos, pistas para bicicletas, lagos artificiales en la se pueda nadar, arena artificial, restaurantes así como un desarrollo habitacional. Con ese proyecto se transgrede la legislación vigente relacionada con diversas áreas en los tres niveles de gobierno relativos a: equilibrio ecológico, protección al ambiente, zonas arqueológicas y al patrimonio cultural y natural, así como los de derechos humanos. En entrevista Dirk Peterson (Cambio, 2017) quien fue propietario del cerro de Amalucan, donó 74 hectáreas al gobierno municipal y estatal a cambio de que fueran liberados permisos de construcción para un fraccionamiento que será denominado “Bosque Amalucan” cuyo proyecto esperó muchos años, hasta esta negociación que se da a partir en el 2015 y se finiquita a través de convenios en 2017.


En él se encuentran identificados aproximadamente veinte montículos, en la cima del cerro se encuentra un montículo principal con tres montículos de menor tamaño y una plaza a su alrededor, también se descubrió evidencia de más de 100 terrazas o plataformas con un uso habitacional (Evans et al, 2010). Asimismo ésta área se caracteriza por contar un sistema de canales de distribución de agua fechados entre los años 500 a 200 a. de C (Enciclopedia; 1986). Una hipótesis es que estos canales ayudaron en la agricultura, y permitieron el crecimiento de la población, ya que a pesar de que la zona de Puebla tiene una temporada de lluvias abundantes, el sistema de canales permitía continuar sembrando durante el resto del año en un área de 70 hectáreas (Evans, et al, 2010) (Ancheyta; s/a: 3).

Amalocan palabra náhuatl -lugar donde nace el agua- y nombre original, se ubica al este de la ciudad de Puebla, se encuentra a 2300 msnm. Tiene una superficie de 135.90 ha. Su trascendencia radica en los valores intrínsecos: natural, ambiental, arqueológico, histórico, arquitectónico, hidrológico, ecológico y antropológico; además de ser la última zona boscosa, y visible desde varios puntos y kilómetros de la ciudad. Es por ello, un referente dentro de la misma.

El acueducto está formado simplemente de un caño con encortinados de ladrillos de 30 centímetros de alto y otro tanto de fondo: la mayor parte del tramo, que es de legua y media, está casi a flor de tierra, salvo el de uno que otro lugar, en que por el desnivel del suelo, la profundidad alcanza hasta dos metros; pero el agua puede venir por si sola al Colegio, porque la Hacienda de Amalucan está a una altura aproximada de 169 metros. Hace algunos años que el Colegio no utiliza el agua del acueducto, ni tampoco éste, porque la reconstrucción del mismo exige un gasto considerable (Carreto; 2001) Se desconoce hasta cuando fue usado el acueducto. El colegio al que se hace referencia es el del Espíritu Santo que se ubica a dos calles del zócalo de la ciudad de Puebla. La primera obra hidráulica de importancia fue realizada por los jesuitas y consistió en un acueducto que llevaba el agua desde un manantial en su hacienda de Amalucan hasta los patios del Colegio Carolino mediante un sistema ejemplar de ingeniería. Operaba un sistema de caños, en algunos casos provistos con alcantarillas y arcos, conocidos como “Arco grande” y “Arco chico”, que servían para atravesar el agua en dos bocacalles y más tarde fueron sustituidos por alcantarillas (SOAPAP, 2005). (Patrón de Asentamiento: :6) (Ancheyta;s/a) Estos datos muestran que el agua fue un factor importante para ese asentamiento prehispánico, y actualmente para la ciudad de Puebla.

El que conocemos como cerro, albergó uno de los asentamientos con mayor antigüedad y corresponde al Horizonte Preclásico Superior. En la década de 1970, la Fundación Alemana y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) con el proyecto PueblaTlaxcala verificó la existencia de varios sitios arqueológicos de investigaciones anteriores, como: Huejotzingo, Cholula, Amalucan y Cuautinchan que se incluyeron en la base de datos del INAH, con la localización georeferenciada, descripción del sitio, cronología, tipo de material, y determinaron sus características culturales.

En octubre de 2011, el Oficio no. 401.A-311-(724.7).11-3615 el Centro INAH Puebla conforme a la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos reconoce al cerro de Amalucan como zona arqueológica y hace mención de un plano de delimitación de la misma con la finalidad de conservarla, protegerla y evitar que en ella se construyan elementos arquitectónicos y/o acciones que la dañen, sin embargo, hasta ahora el INAH ha hecho caso omiso ante el crecimiento urbano dentro del polígono que la misma institución determinó para su protección.

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Ya que cualquier edificación que se construya permeará el suelo y evitará la filtración de agua. Hay que recordar que las vertientes que bajan de la Malinche convertidas en escorrentías nutren los ríos superficiales y subterráneos, veneros así como manantiales de agua dulce, todos ellos conforman un importante sistema hídrico o hidrológico :… casi todos estos veneros aparecen en la zona Norte de la ciudad, detenida la corriente subterránea que los alimenta y la cual procede de las infiltraciones de la Malinche, por el dique basáltico de Amalucan, Loreto y Guadalupe […] (Palacios 1982:125 y 126) El Cerro de Amalucan también fue partícipe de la Batalla del 5 de mayo de 1862, cuando a las 5:00 horas las tropas francesas salieron de Amozoc hacia el área donde el general Zaragoza había determinado que sería el ataque, esto es, la entrada oriente de Puebla. A las 10:00 horas los franceses levantaron su campamento al pie del cerro de Amalucan, tomaron la hacienda de Los Álamos como nuevo centro de mando y operación (Flores, 2013: 29)

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En el ámbito de la antropología social existe una estrecha relación con la comunidad no solo de las colonias cercanas. Desde hace varios años la organización Salvando el Cerro de Amalucan REAFCA (Rescate Ecológico, Arqueológico, Familiar del Cerro de Amalucan) se ha dedicado a acciones de reforestación. Un personaje singular es Don Benito Cruz quien decidió sembrar un árbol por cada uno que veía morir en el cerro, acción que ha realizado desde hace diez años sembrando cedro y pinos, ocupándose de su cuidado y de la poda del pasto. Con estas acciones, se ha creado una cultura ecológica, la comunidad de diversas edades pasean, salen con sus mascotas, corren por las veredas, hacen ciclismo de “montaña”, rodean la estructura arqueológica y exploran en un “espacio abierto sin rejas”. Actualmente se han conformado otras organizaciones sociales para la defensa jurídica del cerro quienes se han amparado para la suspensión de dicho proyecto. El cerro tiene la huella de miles de personas constructoras de una red de veredas que representan la movilidad y el libre desplazamiento de la comunidad, se unen entre árboles, pasto y flores silvestres. Con la “quema” de pastos se hacen más evidentes las veredas, se ignora, si esta acción es intencional o de forma controlada, pero lo cierto es que se ha dañado la base de algunos árboles, se transforma el paisaje y se contamina el ambiente. Es común ver a personas y a padres con sus hijos que prefieren caminar por la vereda que va paralela a la avenida Xonacatepec para evitar transitar por banquetas de concreto. o quienes se internan en el bosque entre la frescura de los altos arboles y pinos. También cambia de color dependiendo de la estación del año, se torna verde en tiempo de lluvias, amarillo en sequía, en verano nos deja verlo rosado y amarilo por la flora silvestre, en otoño en tonos café, ocre y amarillo; en el transcurso del día se producen distintos efectos de luz y sombra que da la sensación de un lugar mágico o imaginario de donde han surgido leyendas. Por las mañanas, la neblina deja apenas entrever las cortezas de los arboles y en ocasiones esa bruma permanece en el transcurso del día. Otro factor es su microclima, en temporada de lluvias se desprende un exquisito olor a bosque y a tierra mojada. Por las noches, cuando se transita cerca del cerro se siente un viento fresco con un descenso de temperatura, es evidente que existen variaciones térmicas al interior y exterior del bosque y a lo largo del año. El cerro de Amalucan nos trasmite a través de un colorido lenguje visual un grato efecto de sensaciones, emociones y sentimientos. Según el diagnóstico e inventario (Domínguez; 2016) realizado bajo un muestreo con un número de árboles determinados, diámetro,

altura, área basal, volumen, entre otras características, en él se concluyó que existen especies como el eucalipto, cedro blanco, sabino o ahuehuete, cazahuate, y palo dulce, cuya altura mayor es de 36 m. Basicamente el deterioro del ANP ha sido por el crecimiento urbano que se tiene en su alrededor y de la falta de interés por parte de las instituciones correspondientes para elaborar un plan técnico de manejo a corto, mediado y largo plazo, asi como también por la falta de apoyo económico para su conservación y protección de manera sostenible, en comparación con otras ANP. Actualmente se están señalando algunos árboles que las autoridades mencionan se encuentran en mal estado, argumento que se esta utilizando para la tala. Es evidente que con la remoción de árboles y superficies de pasto, excavaciones para la construcción de infraestructura, nivelación de suelo, modificará la geomorfología y se destruirá el suelo arqueológico. En lo que se refiere a la fauna existen aves de diversas especies, insectos, invertebrados, pero es evidente que en este sentido se requiere de investigación.

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El cerro se destaca por su elevación que se aprecia desde varios sitios. La ciudad ha tenido una pérdida de paisajes naturales por el crecimiento urbano como el Cerro de La Paz, el de Loreto y Guadalupe y hoy se pretende acabar con el de Amalucan. El voraz crecimiento de la ciudad ha estrangulado al cerro ya que se encuentra rodeado de fraccionamientos y viviendas de interés social con equipamiento y servicios que no satisfacen la totalidad de las necesidades, carentes de parques y jardines, problemática que se percibe en muchas colonias de la ciudad como producto de la falta de planeación urbana y de las políticas de privatización. Varias son las colonias que están alrededor del Cerro de Amalucan, al oriente fraccionamientos que se han edificado en los últimos años; al sur se ubica la Unidad habitacional militar diseñada con espacios de estacionamiento, recreación y áreas verdes. Allí se observa una tajante diferencia con las colonias colindantes carentes de esos servicios (y otros). El jardín de niños federal al igual que el tanque de agua fueron edificados dentro del ANP. Cabe destacar los monumentos historicos como la hacienda de San Juan Bautista integrada por la casa, capilla, trojes, patios y jardines están limitadas por una barda perimetral de mampostería. Al

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exterior se localiza la calpanería, el jaguey y la era. Hacia el norponiente un pequeño puente y el resto de una mampostería, con la probable la existencia de otros elementos históricos. Ante este panorama, se esta generando un conflicto social, ya que con este proyecto las autoridades han puesto en disyuntiva a la población de quienes apoyan la propuesta de parque sin considerar las consecuencias y perjuicio del medio ambiente, y quienes lo desaprueban bajo la premisa de mantener el bosque y mejorarlo ya que el sitio tiene un alto potencial para su recuperación con acciones encaminadas a protección, conservación, restauración y manejo. Este proyecto de parque no debe someterse a anhelos políticos, ni a votación de vecinos que viven cerca del cerro, se debe reflexionar sobre los efectos negativos que conllevaría a la población en general. Se requiere que las autoridades abran un espacio de reflexión, diálogo y discusión para plantearles la problemática que generaría dicho proyecto a la comunidad poblana. Y de los beneficios que se tendrían con un proyecto de recuperación a través de la valoración de la situación actual del cerro, en el que se puedan crear


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respeto al pasado y al patrimonio; así como el aprecio a la diversidad cultural y natural de su entorno. Es preciso que las dependencias correspondientes SEMARNAT, INAH entre otras y el Gobierno del Estado y Municipal garanticen el respeto de la legislacion vigente sobre la proteccion del Patrimonio Cultural y Natural.// ME

NOTAS [1] Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Históricos y Artísticos y su Reglamento; Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente; Ley General de Vida Silvestre; Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable, Código Reglamentario para el Municipio de Puebla. Acuerdos y convenios internacionales: Convención para la protección de la Flora, de la Fauna y de las Bellezas Escénicas Naturales de los países de América, Protocolo de Kyoto, entre otros. [2] Dicho oficio fue suscrito por el Antrop. Víctor Hugo Valencia

programas de empleo permanente para el deshierbe, vigilancia y prevención de incendios; planes y proyectos de investigación científica relativos al estudio de la flora, la fauna silvestre y microclima; proyectos de investigación científica, educación ambiental, turismo recreativo de bajo impacto, protección de los monumentos arqueológicos e históricos. En el entorno: realizar el análisis y diagnóstico del entorno al cerro; proyectos para el mejoramiento de imagen urbana, así como de banquetas, calles, señalización, pasos peatonales (conocidos como pasos de cebra), alumbrado; mejoramiento y modernización de mercados y escuelas; mantenimiento de camellones y arbolados; ordenamiento de comercio ambulante. Para ello se requiere de un Proyecto Integral, interdisciplinario e interinstitucional. El cerro de Amalucan es un referente natural, cultural e identitario de la ciudad de Puebla, que está en riesgo por el cambio de uso de suelo forestal para que sea urbanizado para uso “recreativo” y habitacional, el cual tendrá un fuerte impacto ambiental. De llevarse a cabo dicho proyecto el daño será de carácter irreversible, no solo se destruiría el Área Natural Protegida, sino también el suelo arqueológico; se negará la posibilidad a la comunidad estudiantil y a la sociedad en general de fortalecer la identidad regional, el

Valera, delegado del Centro INAH Puebla, y hace mención del plano de delimitación de la zona arqueológica elaborado por Sergio Suárez Cruz, Silvia Martínez y Maria del Carmen Solanes, cuyo informe de delimitación y entorno de la zona arqueológica de Amalucan, consta de 21 páginas, 30 fotos originales, 18 fotocopias y 2 planos. http:// consejoarqueologia.inah.gob.mx/wp-content/ uploads/puebla.pdf [3] En el año de 1584 un grupo de Jesuitas decide construir en las faldas del cerro de Amalucan una hacienda, destinada a la creación de un emporio agrícola. En el año de 1726 es terminada la construcción de la hacienda. Tales fueron las ganancias de las cosechas, que a base de éstas se construyo el Colegio Jesuita, hoy edificio Carolino que pertenece a la BUAP. Tiempo después vino la independencia, Juárez, las Leyes de Reforma, la expulsión de los Jesuitas. Durante la Intervención Francesa fue ocupada por los batallones franceses días antes y después de la famosa batalla del cinco de mayo, siendo testigo de la historia vibrante de Puebla y México. Después de treinta diferentes dueños y varios años, en Enero de 1910 Friedrich Petersen adquiere la propiedad, la cual tenía fama de ser un lugar salado, pues le llamaban “Quita Calzones” ya que todos sus propietarios quebraban y la perdían o vendían para poder salir de sus deudas. Para el Dr. Friedrich esta situación no fue diferente, sino hasta que su hijo Hugo Petersen Colombres, tomó las riendas de la finca, y con nuevas técnicas sanó el negocio en la historia; que hasta después de los Jesuitas

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volvió a dar frutos. En el año de 1972 fueron invadidas las tierras y desde entonces la Hacienda de Amalucan empezó a decaer debido a todas las invasiones ocurridas al igual que todas las haciendas de la época. Actualmente se ha seguido la tarea de rescatar la hacienda, ya que con el paso de los años y temblores se han ido creando grietas peligrosas en sus muros de más de metro y medio de ancho. Ésta ha sido una labor titánica y muy costosa que hasta hoy en día se ha mantenido viva. http://www.amalucan.net/historia

Carreto, José María. Gaceta Historia de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, Tiempo Universitario, Rectificaciones Históricas, Año 4, núm. 9, 2001. Domínguez Hernández Francisco, José Antonio Acocal López, Joaquín Esteban Medina, Jesús Mao Estanislao Aguilar Luna, Verónica Torres. Diagnóstico del arbolado de la reserva ecológica “Cerro de Amalucan” ciudad de Puebla, México, Fores Revista Cubana de Ciencias Forestales , Año 2016, Volumen 4, numero 2. Valencia.

IMÁGENES 1. Cuando el cerro se satura de agua ésta brota en diferentes sitios formando arroyuelos (Foto JJGE 2013). 2. Mapa del Atlas del México Prehispánico. Periodo mesoamericano, Preclásico Medio (1200-400 A.C). Clasifica a Amalucan como un sitio arqueológico de importancia regional con infraestructura hidráulica. (Revista Arqueología Mexicana). 3. Plano del sistema de abasto hídrico de la ciudad de Puebla, siglos XVI-XVII. (Tomado del artículo El Microanálisis Ambiental De Una Ciudad Novohispana. Puebla de Los Ángeles, 1777-1835). 4. Cima del cerro y montículos. (Foto J.J.G.E.). 5. Don Benito. (Foto J.J.G.E.). 6. Reforestando el cerro. (Foto J.J.G.E.). 7. y 8. Actividades en el cerro de Amalucan 1 (Fotos J.J.G.E.). 9. Las “quemas” del cerro algunas son eliminar el pasto, pero otras son intencionales. (Foto J.J.G.E.) 10. Pinos sembrados por REAFCA (Foto J.J.G.E.) 11, 12 y 13. Flora silvestre (Fotos J.J.G.E.) 14. Vista desde el puente Xonacatepec. (Foto J.J.G.E.) 15. Desde la parta alta del cerro (Foto J.J.G.E.) 16. y 17. Crecimiento urbano en derredor al Cerro de Amalucan. La Hacienda de San Juan Bautista construida en el siglo XVII, Jardín de niños federal Kokonetl, tanque de agua (2009), Unidad habitacional Militar. Google Earth 2000 y Google Earth 2017. 18. Puente. (Foto J.J.G.E.) 19. Restos de mampostería (Foto J.J.G.E.) 20. 20 y 21. Casa principal con una singular escalinata. (Fotos tomadas de http://www.amalucan.net/)

Enciclopedia de México, Puebla, Secretaria de Educación Publica, 1986, T.11, p.6637 Estrategia para la conservación y uso sustentable de la biodiversidad del Estado de Puebla (ECUSBEP), Gobierno del Estado de Puebla, Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, CONABIO, 2013 Flores Solís, Victor Hugo, El Triunfo del 5 de mayo. Generales y decisiones., CONACULTA-INAH, 2013) Freeman, Allyse. Investigating Sociopolitical Complexity Through the Presentation of Food: an Analysis of Middle to Late Formative Ceramics from Amalucan, Puebla, Mexico, 2014. Theses and Disser tations. Paper 355. Galicia Hernández, Esther. Acercamiento histórico a las condiciones “originales” de funcionamiento del sistema hídrico subterráneo y su respuesta superficial en la microcuenca de la ciudad de Puebla, 2014. Lazcano Arce; Jesús Carlos y Sallum Marianne. Patrón de Asentamiento de los Grupos que Habitaron el Valle Puebla-Tlaxcala, México durante el Periódo Epiclasico (650-950AD). 2015 López Zamora, Rafael de Jesus. Gestión Del Agua Urbana E Industrialización En La Ciudad De Puebla. Centro de Estudios Económicos Sociales (CEDES), Facultad de Economía Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, México. Periódico Oficial del Estado de Puebla, 1994.

CONSULTA Ancheyta, Arturo, Ruíz Lara Karen Sofía, Domínguez Zubieta, Gabriela, Cerro de Amalucan, Tesis s/f https://es.scribd.com/ document/346330735/Cerro-de-Amalucan

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Revista Mexicana De Ciencias Geológicas 20.3 (2003): 235-44. Rescate preliminar. Informe de la delimitación y entorno de la zona arqueológica de Amalucan, Puebla; 21 págs., 30 fotos orig., 18 fotocopias, 2 planos. Sergio Suárez Cruz Silvia Martínez Ma. del


Carmen Solanes 20-53 p.5 http://consejoarqueologia.inah.gob.mx/ wp-content/uploads/puebla.pdf

SOBRE LA AUTORA:

Solanes Carraro María del Carmen, Vela Ramírez Enrique, Atlas del México Prehispánico, mapas de periodos, regiones y culturas. Revista Arqueología Mexicana, CONACULTA, SEP, INAH, 2000, p. 24, 25 SOAPAP (2005): “Soapap 1999-2005; modelo de servicio sustentable”. Memoria. Sistema Operador de los Servicios de Agua Potable y Alcantarillado del Municipio de Puebla, Gobierno del Estado de Puebla. Puebla. El microanálisis ambiental de una ciudad novohispana. Puebla de los ángeles, 1777-1835. Historia Mexicana, vol. LVII, núm. 3, enero- marzo, 2008, pp. 721-774. El Colegio de México, A.C. Distrito Federal, México. Diario digital http://ladobe.com.mx/2017/08/cerro-amalucan-una-reservaecologica-riesgo/ https://issuu.com/lajornadadeoriente/docs/5622puebla https://issuu.com/lajornadadeoriente/docs/5622-puebla http://www.diariocambio.com.mx/2017/zoon-politikon/item/15968dono-74-ha-del-cerro-de-amalucan-y-a-cambio-obtuvo-permisospara-un-fraccionamiento.

____ PARA CITAR:

Marcela Sonia Espinosa Martínez (Ciudad de México / 1954). Maestra en Arquitectura, especialidad en Restauración de Monumentos, UNAM, Tesis: Arquitectura agropecuaria, el patrimonio cultural edificado en el municipio de Puebla hasta mediados del siglo XX. Estudio de caso, Rancho El Batan. Ha trabajado en el INAH en la Dirección de Estudio de Zonas y Registro Público de Monumentos Históricos, ExConvento de Culhuacán, y la Dirección de Monumentos Históricos, Exconvento de Churubusco y el Centro INAH Puebla. Publicaciones en colaboración: Decretos en el Diario Oficial de la Federación de las zonas de monumentos (varios); Catálogo de Monumentos Históricos del Estado de Nuevo León, Ciudad de México, Tlalpan, Atlixco, Tlaxcala, Puebla, entre otros. Presidenta del Comité Mexicano para la Conservación y Protección del Patrimonio Industrial A.C. (CMCPI). Miembro del Comité Editorial “Dualidad” Publicación del Centro INAH Puebla. Miembro del Colegio de Arquitectos del Valle de Puebla. Premio “Puebla, Patrimonio de la Humanidad, a la Defensa y Conservación del Patrimonio Edificado”, otorgado por el Colegio de Arquitectos de Puebla A.C. (CAPAC)

(CC) ARK_MAGAZINE opera bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento – NoComercial – Compartir Igual 4.0 Internacional License. Agradecemos citar este texto así:

Contacto: soninah6@yahoo.com

Campos Varela, Juan Carlos. “Unidos” en el tiempo, en el esfuerzo, en la [in]justicia y en la ¿esperanza?, en: ARK_Magazine / Textos sobre patrimonio. Año 8 Número 29, invierno 2020. ARK_Editorial. México. Páginas 16 - 27. https://issuu.com/ arkeopatias/docs/ark31 en línea (fecha de consulta). Palabras clave: arqueología, historia, política, patrimonio, identidad

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EL CERRO ZAPOTECAS: CONFLUENCIAS Y RESIGNIFICACIONES DE UN PAISAJE Y PATRIMONIO Ma. Teresa Salomón Por algunos años he estudiado la ocupación prehispánica de una pequeña elevación cercana a la gran metrópoli de Cholula, el Cerro Zapotecas, sitio que carece de su declaratoria de zona arqueológica y por lo tanto que está expuesto a la destrucción cotidiana. Durante este proceso he confirmado la idea de que el ser humano construye su propio entorno para vivir, pero a la vez recrea en él su propio significado social y cultural. Esta pequeña montaña se ha vuelto, en los años recientes, en una zona de disputa por recursos y espacios, y se ha venido dando un forcejeo por establecer un acceso legítimo a este lugar. En este sentido, el presente trabajo hace una primera reflexión sobre cómo la protección del patrimonio arqueológico y del paisaje deben hacerse considerando a todos los actores que hoy en día tienen preocupaciones y significados relacionados con él.

Por su parte, los enfoques de la “arqueología del paisaje” también han llamado la atención a esta problemática, considerando que el paisaje igualmente denota significados que no pueden obviarse en la investigación arqueológica. A decir de Criado-Boado y González (1993; Gordillo 2014) el paisaje es un producto sociocultural creado de acuerdo con los términos espaciales, de acción social y de un carácter imaginario. En otras palabras, es un conjunto de relaciones entre lugares que tienen un significado existencial de un evento o de la historia de un grupo (Tilley y Cameron-Daum 2017:4), y por lo tanto hay un compromiso de la sociedad por recrear este carácter imaginario.

En años recientes la UNESCO (2014:13) ha enfatizado que el patrimonio debe de incluir no sólo los “monumentos, grupo de edificios o sitios” sino que cada vez es más evidente que debe ampliarse a los paisajes mismos. A decir de este organismo, los sitios arqueológicos y otros lugares declarados como patrimonio no pueden considerarse como objetos aislados de su ambiente social (UNESCO 2014:14). La consideración es importante debido a que reviste las relaciones sociales que se generan en torno a él.

El Cerro Zapotecas es una elevación de origen volcánica localizada en la zona central del municipio de San Pedro Cholula; se eleva unos 240m sobre el nivel del valle (INEGI 2002: 8 y 39), claramente visible en toda la región poblano tlaxcalteca; tiene una extensión de unas 600 hectáreas, y su muy evidente cercanía con Cholula (escasos 3 km) lo sitúa como parte intrínseca del paisaje de este gran centro religioso. Actualmente colinda con las localidades de San Cristóbal Tepontla, San Gregorio Zacapechpan, San Francisco Coapa, San Juan Tlautla, San Sebastián Tepalcatepec, San Diego

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EL CASO DEL CERRO ZAPOTECAS


Cuachayotla y San Agustín Calvario; algunas de ellas lo reclaman como parte de su localidad. Es un área que se ha usado tradicionalmente como zona de cultivo temporal, y todavía se conservan zonas de pino y encino. El nombre Cerro Zapotecas sigue siendo una incógnita. Algunas interpretaciones sugieren que proviene del náhuatl zapotl, zapote, aludiendo a que el cerro estaba dedicado a alguna deidad de la medicina porque este tipo de frutos tenía usos curativos en tiempos prehispánicos (Tlapa 2005: 40); igualmente se ha propuesto que

fuera un sitio ocupado por descendientes zapotecas de Oaxaca (Tlapa 2005: 40); no obstante, la evidencia arqueológica no sustenta ninguna de estas afirmaciones. Mi propuesta es que el nombre de tzapotecas (forma en que aparece reportado en el Códice Cholula de 1586 [González-Hermosillo y Reyes 2002) pudiera estar relacionado más bien con el término tzápatl, enano, término que puede hacer referencia a los antepasados (ver Gutiérrez 1992: 430). De esta forma, el nombre de Cerro Zapotecas podría hacer referencia al lugar de nuestros antepasados. La investigación arqueológica que hay sobre este asentamiento es

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muy poca. La primera mención que se hace de él, después del códice mencionado, fue la del explorador Adolph Bandelier (1976: 249-360) en su visita a la región de Cholula en 1881, quien reporta una ocupación antigua en la cima. Nadie regresó al sitio hasta 1971 cuando Joseph Mountjoy y David Peterson (1973) decidieron explorar el Cerro Zapotecas con un recorrido intensivo y algunas excavaciones controladas; su trabajo concluyó afirmando que se trataba de un asentamiento importante, con una ocupación intensiva en el Clásico tardío (600-1100 d.C.) (Mountjoy 1987). En 2005 llevé a cabo un nuevo recorrido de superficie con el fin de definir los límites espaciales y temporales de la ocupación que Mountjoy y Peterson definieron (Salomón 2008). Localicé con GPS las estructuras localizadas en 1971, y todos aquellos pequeños montículos que no se habían reportado, para generar un plano que diera una idea aproximada de la composición del sitio espacialmente (Figura 1). Con los materiales recolectados en el recorrido se pudieron definir más adecuadamente las posibles funciones del área estudiada (ver Salomón 2008). Además, por primera vez se hizo una seriación de los materiales cerámicos, apoyándome con los datos estratigráficos de las excavaciones de los 70’s, y se calibraron las fechas de radiocarbono que entonces se recuperaron; debe resaltarse la casi ausente cantidad de cerámica foránea, y su muy fuerte semejanza con los materiales contemporáneos de Cacaxtla, Cholula y Teotihuacan. Con todo esto se pudo identificar que el carácter de la ocupación efectivamente corresponde a la primera etapa de la transición del Clásico al Posclásico (Salomon 2010); es decir que su ocupación fue bastante corta, entre 600/650 d.C. y 800 d.C. Al contrario de lo que se opinaba en los años setenta, este estudio calculó una población de apenas 400-900 habitantes, o tal vez menos si se consideran algunos errores de registro en campo. De esta manera no es posible seguir pensando que el Cerro Zapotecas fue un sitio defensivo, donde la población del Clásico de Cholula se refugió ante una condición que ni siquiera se ha explicado con certeza (Salomón 2012). Al considerar al sitio mucho más pequeño nos obliga a repensar muchos procesos histórico-culturales de la transición al Clásico en el valle poblano tlaxcalteca, muchos que no se han entendido en su totalidad (ver por ejemplo la discusión al respecto que hacen López y Salomón 2014). También es importante replantearse la función de un sitio tan pequeño relacionado con el resurgimiento de Cholula y su transformación en una gran metrópoli religiosa. Cualquiera que haya sido la función del cerro durante el Epiclásico aparentemente no subsistió al desarrollo y el impacto de otros

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procesos más fuertes que se dieron al mismo tiempo, como es la consolidación de Cacaxtla-Xochitécatl. Es decir, la importancia regional de Cacaxtla fue sin duda la razón por la cual el Zapotecas se abandonó en su función simbólica, y finalmente quedó relegado a un uso netamente agrícola. Al contacto con los españoles el cerro era un área de cultivo cualquiera que no fue destacada por los cronistas, ni en la Relación Geográfica de Cholula (Rojas 1985) aun cuando ésta tenía como fin registrar todos los aspectos geográficos de la región. La única excepción es su mención en el Códice de Cholula en 1586 (González-Hermosillo y Reyes 2002, Lind 1994 y Simons 1962); en esta ocasión se registra como un elemento central del documento, que como Lind (1994) afirma, formaba parte de un paisaje ritual de la antigua de Cholula. Pero eventualmente, ese sello se perdió; en la memoria colectiva cholulteca el Cerro Zapotecas quedó olvidado, no mencionado más que como parte de dos mercedes, o donaciones reales, con las cuales se crearon las haciendas San Antonio Buenavista Cerezotla y San Bar tolomé Zapotecas (hoy cementerio de San Bar tolo Tepalcatepec), concedidas a principios del siglo XVII (Pacheco 2005), ambas asociadas a la tierra y a los arroyos que bajaban del cerro. Los arqueólogos solemos pensar que el sitio se abandonó porque dejamos de ver restos arqueológicos. Cier tamente, a par tir del 800 d.C. no hubo más construcciones, excepto por una pequeña cruz en la cima, de la cuál desconocemos su edificación (Figura 2). Es decir, aunque no hay material de construcción que documente una continuidad en el uso del cerro, este sin dudas no se ha abandonado. Este pequeño monumento, de piedra, cemento y acero, es ahora el principal punto religioso de las poblaciones aledañas que celebran el 3 de mayo, el día de la Santa Cruz; cada comunidad dispone de un día para hacer su ceremonia, y básicamente consiste en tener una procesión desde la comunidad, con cantos y rezos, se celebra una misa arriba, patrocinada por los distintos mayordomos. Al menos la gente de Tepontla, al finalizar invitan unas deliciosas enchiladas de mole a todos los asistentes. Esta festividad, sin lugar a duda, es un remanente prehispánico; de acuerdo con Johanna Broda (1997: 71) esta fecha sigue siendo clave en el ciclo agrícola porque se solicita a los tlaloques que las lluvias sean abundantes para la cosecha; resulta interesante porque parte de las poblaciones alrededor del Cerro Zapotecas ya no son exclusivamente agrícolas, algunos son músicos, fabrican pirotecnia y la mayoría son obreros. Considero que la celebración de la Santa Misa en la cima del cerro constituye la continuidad del uso


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simbólico de este espacio y su resignificación como centro de culto. A este sentido ritual relacionado con el Cerro Zapotecas se conocen otras manifestaciones sobrenaturales, entre ellas la figura del “cuidador del cerro”; a decir de la gente en ocasiones es la de un charro, obvio vestido de negro, o bien se trata de una efigie diabólica, más como una sombra negra que se mueve de noche, y que puede tomar distintas formas. Un campesino me advirtió de este personaje que “tenga cuidado porque todo lo ve”, y mucha gente lo busca porque creen que puede otorgar riquezas en forma de oro al pactar con él; la gente de Tepontla cree que aquel que pacta con él desaparece o se convierte en animal. La figura del cuidador del cerro también se relaciona con una cueva, llamada Cueva del Diablo. Es curioso que sea a través de esta apertura de la tierra que se puede obtener las famosas riquezas materiales ya que, nuevamente, en la cosmovisión indígena las cuevas son las puertas por las que la madre tierra regala los mantenimientos y el líquido vital (López Austin 1995); hasta ahora no he conocido a alguien que se atreva a ir por ahí. Algunas personas también me han compartido la idea de que existen algunos enanos que habitan el cerro, y que hacen travesuras a la gente; la recopilación de estas leyendas está en proceso actualmente. Más recientemente otros

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protagonistas han reclamado una apropiación simbólica del cerro, y estas demandas también tienen una relación importante con el paisaje. Mencionaré a los “runners” y “bikers” (términos con los que se autodenominan) que consideran a esta elevación muy particular, ideal para sus entrenamientos (Laura Patricia Pérez, comunicación personal, septiembre 2019). También hay zonas donde se da la extracción de suelos para fabricar ladrillos lo que ha generado la erosión del cerro. Además, el gobierno ha instalado dos antenas y cercado algunos de las veredas tradicionales que accedían a la cima. Finalmente, los desarrolladores de vivienda continuamente están amenazando construir sobre esta reserva a pesar de su declaratoria como área natural protegida (Declaratoria 2008). La presencia de estos grupos y su reclamo al derecho sobre el uso del Cerro Zapotecas han generado cierta disputa con la gente que tradicionalmente, y por siglos, ha tenido el derecho del uso agrícola de la tierra. REFLEXIONES FINALES Hemos hecho un rápido repaso de todos los intereses generados a partir del paisaje que representa el Cerro Zapotecas desde el siglo


VII de nuestra era (Figura 3). Creo que todas estas facciones tienen buenas razones para proclamar el derecho sobre el cerro, aunque algunas tengan derechos mucho más antiguos. En este sentido es importante buscar la manera de cambiar nuestras narrativas académicas hacia un enfoque incluyente en el que el paisaje arqueológico (que insisto, que debe protegerse) deje de ser sólo un testigo mudo como hasta ahora lo ha sido. Tal vez es momento de retomar la idea de Criado-Boado y González (1993) quienes sugieren que el patrimonio arqueológico debe reconocerse sí como un protagonista de la historia local, pero dando a la vez cabida a los otros actores. Es momento de crear una integración del espacio social del Cerro Zapotecas y sus actores e intereses involucrados. Todos juntos deberían trabajar para buscar una manera de coincidir en la forma de proteger a este espacio que en su nombre lleva la

González-Hermosillo, Francisco y Luis Reyes. 2002. El Códice de Cholula. La exaltación testimonial de un linaje indio. INAH, Gobierno del Estado de Puebla, CIESAS, Miguel Ángel Porrúa, México. Gordillo, Inés. 2014. La noción de paisaje en arqueología. Formas de estudio y aportes al patrimonio. Jangwa Pana 13: 195-208. Gutiérrez Estévez, Manuel. 1992. Mayas y mayeros: los antepasados como otros. En De palabra y obra en el Nuevo Mundo, vol. I, editado por Miguel León Portilla, pp. 417–442. Siglo XXI Editores, Madrid. INEGI. 2002. Anuario estadístico: Puebla. Tomo I. INEGI, México.

grandeza para Cholula: lugar de nuestros antepasados.// TS

IMÁGENES

Lind, Michael. 1994. The Obverse of the Codex of Cholula. En Caciques and their People. A Volume in Honour of Ronald Spores, editado por Joyce Marcus y Judith Zeitlin, pp. 87-100. The University of Michigan, Ann Arbor.

1. Organización de las estructuras identificadas en el Cerro Zapotecas según el recorrido de 2005 (Salomón 2008: figura 16). 2. Fotografía de la cruz en la cima del Cerro Zapotecas un 3 de mayo. 3. Vista del Cerro Zapotecas (fotografía de Víctor Salomón)

REFERENCIAS Bandelier, Adolph. 1976. Report of an Archaeological Tour in México in 1881. AMS Press, Nueva York. Broda, Johanna. 1997. El culto mexica de los cerros de la Cuenca de México: apuntes para la discusión sobre graniceros. En Graniceros y meteorología indígena de Mesoamérica, editado por Beatriz Albores y Johanna Broda, pp. 49-90. Colegio Mexiquense A.C., UNAM, México. Criado-Boado, Felipe y Matilde González. 1993. La socialización del patrimonio arqueológico desde la perspectiva de la arqueología del paisaje. En Actas del XXII Congreso Nacional de Arqueología, vol. I, pp. 261-266. Ediciones de Xunta de Galicia. Declaratoria de Área Natural Protegida. 2008. Declaratoria del Ejecutivo del Estado, por el que declara Área Natural Protegida, con el carácter de Jurisdicción Estatal, la zona denominada “Cerro Zapotecas”, ubicada en el Municipio de San Pedro Cholula, Puebla. Periódico Oficial de Estado de Puebla, 26 de noviembre de 2008.

López Austin, Alfredo. 1995. La religión, la magia y la cosmovisión. En Historia Antigua de México, vol.III, coordinado por Linda Manzanilla y Leonardo López Luján, pp. 419-458. INAH, UNAM, Porrúa, México. López, Aurelio y Teresa Salomón. 2014. El discurso político versus las esferas no elites: cambios en las dinámicas de interacción en el valle poblano-tlaxcalteca. Ponencia presentada en el Simposio Dinámicas de interacción en Puebla-Tlaxcala, en la 79th Annual Meeting of the Society for American Archaeology SAA 2013 en Austin, Texas. Abril. Mountjoy, Jospeh. 1987. The Collapse of the Classic at Cholula as Seen from Cerro Zapotecas. Notas Mesoamericanas 10: 119-151. Mountjoy, Joseph y David Peterson. 1973. Man and Land at Prehispanic Cholula. Nashville: Vanderbilt University Publications in Anthropology. Pacheco, María Cristina Torales. 2005. Tierras de indios, tierras de españoles: confirmación y composición de tierras y aguas en la jurisdicción de Cholula (siglos XVI - XVIII). Universidad Iberoamericana, México. Rojas, Gabriel de. 1985. Relación de Cholula. En Relaciones geográficas del Siglo XVI: Tlaxcala, Vol. II, editado por René Acuña, pp. 123.149. UNAM, México.

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Salomón, Teresa. 2008. Del Valle al Cerro: el sitio del Cerro Zapotecas durante el Epiclásico. Tesis inédita de Maestría, Universidad de las Américas Puebla, México.

SOBRE LA AUTORA:

_____________ 2010. Nuevos datos para entender la transición del clásico al posclásico en el Cerro Zapotecas. Arqueología Segunda Época 43: 99.114. _____________ 2012. ¿Conflictos étnicos o arqueológicos? Una reevaluación de la evidencia cerámica del Valle de Puebla-Tlaxcala durante del Epiclásico. Ollin 10:35-43. Simons, Bente Bittman. 1962. The Codex of Cholula: a Preliminary Study. Tesis inédita de maestría, Centro de Estudios Universitarios of Mexico City College, México. Tilley, Christopher y Kate Cameron-Daum. 2017. An Anthtropology of Landscape. University College Longon Press, London. Tlapa, Margarita. 2005. Conservación y restauración del Cerro Zapotecas. Elementos: ciencia y cultura 57(12): 39-45. UNESCO. 2014. Gestión del Patrimonio Cultural. Documento electrónico. https://cutt.ly/UjQzpxS. consultado en septiembre 2019.

Ma. Teresa Salomón Salazar (Puebla, México / 1971). Estudió Antropología con especialidad en Arqueología (1997) y una maestría en Estudios Antropológicos de México (2008), ambos títulos otorgados por la Universidad de las Américas Puebla. Sus intereses académicos han estado enfocados en la arqueología del Valle de Puebla-Tlaxcala, con especial énfasis en las tradiciones cerámicas y los materiales arqueológicos de esta área para entender procesos histórico- culturales. Tuvo a su cargo el proyecto “El Cerro Zapotecas y los cambios del Epiclásico” y también participó en el plan de manejo de la Declaratoria de Área Natural Protegida del Cerro Zapotecas. Contribuyó con los proyectos de “Proyecto Delta Vivo en la Chontalpa

Reconocimiento – NoComercial – Compartir Igual 4.0 Internacional License. Agradecemos citar este texto así:

Tabasqueña” (2014) y “Proyecto Integral de Prevención de Inundaciones y Uso Eficiente del Agua para el Estado de Oaxaca” (2016), ambos por parte del equipo de MAP Urban Strategies, Holanda. También tuvo participaciones en los proyectos de Xochicalco, Cacaxtla, Cerro de las Minas, y Residencia de las Monjas, Cholula, entre otros. Por 20 años fue profesor del Departamento de Antropología de la Universidad de las Américas, y Curador del Laboratorio de Arqueología de dicha institución. Fue asistente editorial de la revista American Antiquity Journal (2010-2014).

Salomón Salazar, Ma. Teresa. El Cerro Zapotecas: confluencias y

Contacto: teresalomon2008@hotmail.com

____ PARA CITAR: (CC) ARK_MAGAZINE opera bajo una licencia Creative Commons

resignificaciones de un paisaje y patrimonio,en: ARK_Magazine / Textos sobre patrimonio. Año 8 Número 31, verano 2020. ARK_Editorial. México. Páginas 78 - 85. https://issuu.com/ arkeopatias/docs/ark31 en línea (fecha de consulta). Palabras clave: Cerro Zapotecas, patrimonio, arqueología, ritualidad

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LA LEYENDA DEL CERRO DE ZAPOTECAS EN SAN PEDRO CHOLULA, PUEBLA Rocío del Carmen López Lemus “Cholula: la ciudad viva más antigua de América” Los mitos y leyendas son el claro ejemplo de la herencia cultural de una región, su preservación oral ha influido en la identidad del lugar, su misticismo y cargado imaginario vuelven a estas narrativas una joya histórica. Hace algún tiempo, realice un viaje a Cholula puebla, lugar al que ya tenía el gusto de conocer por parte de un viaje escolar de la experiencia educativa de Mesoamérica, experiencia que curse en el primer semestre de mi licenciatura en Antropología Histórica. En esta ocasión las circunstancias fueron diferentes; había llegado a aquel lugar en función de acompañante y copiloto de un buen amigo que reside en Cholula, Puebla, de nombre Paco. Me invitó a pasar unos días en aquel hermoso lugar y decidida a redescubrir la zona, fue que emprendí el viaje. Después de casi dos horas y media en carretera, desde Xalapa hasta allá, llegamos algo cansados por eso de la manejada. Nos dispusimos a descansar, con la promesa de al día siguiente aventurarnos a los alrededores del lugar, entre la broma de visitar las “365 iglesias” que alberga la zona. El día estaba despejado, dispuesto a acompañarnos, con su particular frio matutino, fue que salimos de casa a recorrer aquella

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zona que antes había sido gran territorio para los toltecas, luego de su expulsión de Tula en el año 1000 d.n.e.[1] Entre los típicos tamales canarios de la plaza de la concordia y las calles empedradas, dimos con un servicio turístico propio del lugar, decidimos abordarlo y emprender dicho recorrido; en este caso contaba con un guía de audio que narra todas las estaciones que propiamente va haciendo el autobús. Entre las tantas narraciones, una llamo en especial mi atención, ya que hablaba sobre las mayordomías, actos que aún se llevan a cabo en Cholula, pero cada vez con menor fervor. Contaba la leyenda de un hombre que entrego la vida de su mejor amigo, a cambio de dinero para poder costear la mayordomía anual, historia que adelante les contaré. LEYENDA DEL CERRO ZAPOTECAS [3] Cuenta la leyenda que un hombre andaba muy preocupado porque tenía que hacer una mayordomía en su pueblo y solo faltaba un mes, y no tenía dinero suficiente para llevar a cabo su compromiso, así que decidió solicitar un préstamo entre sus conocidos y compadres, pero como la temporada de siembra había sido mala, todos le negaron la ayuda, hasta su compadre le dijo que también


necesitaba dinero y que lo había pensado muy bien, en ir al cerro Zapotecas para salir de pobre. Triste y preocupado pensaba en los gastos que tenía que hacer para salir de sus apuros; comprar las flores, contratar a la banda de música, los cohetes, los toritos, la bebida y el mole. La única alternativa era ira a pedir dinero al cerro de zapotecas, llego la noche, agarro su chamara y salió sin dar explicaciones a su familia. Caminó por las calles y provocó el ladrido de los perros que se oían a lo lejos, el viento soplaba siendo más frio el sudor que brotaba de su cara, comenzó a veredear y a subir el cerro.

con eso voy a hacer una fiesta sencilla, lo importante es cumplir con el santo patrón”- aún no había de pensar en su solución, cuando oyó un grito que decía: -“¡Burros, vacas, becerros que vendan!”- milagrosamente le llegaba la solución a su problema.

Cuando estaba a punto de llegar a la cima pensó en regresar, pero meditó:- “Ya estoy más pa’ca que pa’ ya” - y justo cuando iba a

Salió corriendo y le chiflo a los de la camioneta, al momento oyó en la iglesia, que estaban dando doble, arregló la venta de sus animales, le pagaron buen precio y se encamino a la iglesia, para comenzar con los preparativos de la fiesta. Cuando vio un grupo de gente, que se remolinaba junto a una carreta y le dijeron: -“Ya vites, trajeron a tu compadre, lo encontraron muerto, arriba del cerro de zapotecas”- . Cuando se abrió el paso por la gente, pudo ver a su compadre amarrado de pies y manos sangrando. Pero lo más curioso, es que llevaba puesta la chamarra de nuestro amigo.

seguir caminando oyó una voz que le dijo: - “Me dijo tu compadre que me andas buscando , no es necesario que me lo expliques, ya sé cuál es tu problema y te voy a ayudar, solamente tienes que pensar de quién es el alma de tu familia que me vas a dar, te voy a dar unos segundos para que lo pienses , ahorita regreso para firmar el pacto con sangre”-.

Cuando el caporal le pregunto a nuestro amigo, de quien era el alma que le deseaba entregar, a cambio de recibir ayuda, quizá nuestro amigo sin querer queriendo, en ese momento pensó en su compadre y fue el alma que le entró a este caporal. Es una historia, que según cuentan los habitantes, sucedió en el cerro Zapotecas.// RL

La sombra oscura de lo que parecía ser un caporal con su gabán y su sombrero, desapareció por entre los árboles y ahí quedo nuestro amigo sólo, no con un problema, sino con dos. Y antes de que pudiera pensar en la respuesta, comenzó a escuchar unos quejidos, muy lastimosos, pensó –“¿Quién podría ser, alguna persona que necesita ayuda?”- al buscar entre los árboles, descubrió una enorme casa, más bien dicho una hacienda y se encamino a donde se escuchaban los quejidos, entro por el portón. Grande fue su sorpresa, al ver muchos hombres, colgados de las manos y amarrados de los pies, a los que se veía, los habían azotado cruelmente. Algunos de ellos ya no se movían, pero entre todos ellos, reconocido a su compadre y corrió hacia él. Y antes de que pudiera hablarle, su compadre le dijo con voz cansada y quejumbrosa: -“Compadrito, ¿Qué haces aquí?, ¡Lárgate! , ¡Vete, antes de que regrese aquel, ¡Sálvate!, ¡Sal de aquí y no voltees la cara!, ¡Anda , qué esperas, no lo pienses más! ¡Que a mí ya me llevo la...!– y sin pensarlo, salió corriendo de la imaginaria hacienda. Llego a su pueblo, se dio la una de la mañana y así fue como regreso a su casa y se metió a su cama, al amanecer, lo que había vivido la noche anterior, lo tenía absorto en sus cavilaciones y de vez en cuando se acordaba del problema de la mayordomía, hasta que la solución le vino de inmediato. -“Voy a vender dos vacas y

NOTAS [1] D.n.e: después de nuestra era. [2] Las cofradías y mayordomías servían para expresar un sentimiento religioso poniéndose al servicio de Dios y de la parroquia. Solían terminar en fiestas profanas con representaciones diversas en la iglesia y fuera de ella como comedias, danzas, toros, etc. Para relajamiento de la vida ordinaria de trabaja. [3] Se encuentra a una altitud de 2,300 metros sobre el nivel del mar, el cual cuenta con una superficie de 510 hectáreas aproximadamente, con caminos bien definidos. Se puede llegar a través de un servicio de transporte local cada 15 minutos, saliendo de Cholula. Colinda con siete localidades, las cuales son: San Cristóbal Tepontla, San Gregorio Zacapechpan, San Francisco Coapa, San Juan Tlautla, San Sebastián Tepalcatepec, San Diego Cuachayotla y San Agustín Calvario.

IMÁGENES 1. Vista aérea del Cerro Zapotecas. Fotografía: México DJI Puebla. ____

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PARA CITAR: (CC) ARK_MAGAZINE opera bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento – NoComercial – Compartir Igual 4.0 Internacional License. Agradecemos citar este texto así: López Lemus, Rocío del Carmen. La leyenda del Cerro Zapotecas en San Pedro Cholula, Puebla, en: ARK_Magazine / Textos sobre patrimonio. Año 8 Número 31, verano 2020. ARK_Editorial. México. Páginas 16 - 27. https://issuu.com/arkeopatias/docs/ark31 en línea (fecha de consulta). Palabras clave: leyendas, tradiciones, Cerro Zapotecas, tradición oral, mitos,

SOBRE LA AUTORA:

Rocío del Carmen López Lemus (Xalapa, Veracruz, México / 1998). Estudiante de la carrera de Antropología Histórica en la Universidad Veracruzana. Fotógrafa y participante en el panel sobre patrimonio biocultural, sustentabilidad y etno-ecología, en el marco del V Coloquio Multidisciplinario “Patrimonio, turismo y sustentabilidad ambiental”. Llevado a cabo en las instalaciones del CETis 134 Manuel Mier y Terán y en la Facultad de Antropología de la Universidad Veracruzana en Xalapa. Contacto: rllemus@hotmail.com

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SAN LUCAS MATLALA, PATRIMONIO VULNERADO María Guadalupe Vera Ortiz RESUMEN En la localidad San Lucas Matlala, Huaquechula, al sur de Puebla, se ubica el Templo católico de San Lucas Matlala, el cual perteneció a la Hacienda de Matlala y data del siglo XIX. El inmueble resultó dañado tras el sismo del 19 de septiembre de 2017, a más de un año de que no se atendió, la comunidad católica de la localidad manifestó la necesidad e interés de que sea dictaminado sobre las condiciones del templo tras ver su patrimonio vulnerado. El templo católico de San Lucas Matlala formó parte de la hacienda cañera del mismo nombre y ha sido actor en el pasado y en el presente de la comunidad homónima, es parte del patrimonio heredado que por su lejanía de la capital del estado, y ante una política poco clara de intervención por parte de las autoridades encargadas de la atención del patrimonio en caso de siniestros, permaneció cerrado alrededor de un año, y ahora el inmueble requiere acciones de intervención no sólo por los daños ocasionados por el sismo de magnitud 7.1, sino también por el paso del tiempo, al día de hoy los daños causados por el sismo como grietas, fracturas y desprendimiento de materiales y repellados, ya no son la única causa de su deterioro, pues el intemperismo de más

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de un año lo está dejando aún más vulnerable por lo que la comunidad está ávida de que su patrimonio sea atendido. El sismo trastocó no solo los bienes materiales sino aquellos intangibles que dejaron vulnerable a una comunidad. Por un lado, esta comunidad de apenas 396 habitantes quedó en el descobijo al no poder utilizar su templo que a la vez era el único lugar de congregación, unión y convivencia, ¿dónde puede una comunidad reunirse y sentirse protegida y confortada? También el acueducto de Matlala dejó sin agua a la comunidad tras el movimiento telúrico. La respuesta de instituciones relacionadas al patrimonio cultural se vio rebasada. No es el primer evento sísmico al que se enfrenta el país, y en una comunidad el primer paso para evaluar y atender su patrimonio parte de que haya un dictamen técnico. Para el caso del Templo de San Lucas Matlala se plantea un estudio que enmarque su importancia como patrimonio cultural, elabore su planimetría, se registre y analice los deterioros, materiales y sistemas constructivos de fábrica y de esta evaluación la comunidad cuente con un documento técnico que describa las patologías y las recomendaciones para intervenir el inmueble, buscando garantizar su permanencia y recuperar su uso.


Evaluar no es solo identificar los problemas de inestabilidad para hacer las recomendaciones necesarias que restablezcan la seguridad al inmueble, sino se trata de jerarquizar los problemas, así el dictamen o informe técnico proveerá a la comunidad, de información para la toma de decisiones, además de la valoración histórica, arquitectónica, estética, tecnológica y hasta arqueológica presentes en el Templo de San Lucas Matlala. Y además permite señalar aquellos puntos que contribuyen a la vulnerabilidad de la estabilidad del Templo por falta de mantenimiento, o asentamientos, el sistema constructivo inapropiado, malas intervenciones, calidad de materiales y etapas constructivas. El Templo presenta otros efectos en materiales y sistemas constructivos por agentes físicos que han incidido en la estructura debilitada previamente por el sismo y por no haber realizado ninguna acción de mantenimiento principalmente por desconocimiento y que dañan día a día e incrementan la inestabilidad estructural del Templo.

monumento [...] así como de la cultura y técnicas que le son relevantes”. Éste conocimiento profundo del monumento que menciona Terán es el principio inicial de toda intervención de lo que ahora llamamos patrimonio edificado, y esto lo confirma la Carta de Cracovia 2000, que en su apartado 3 menciona: “La conservación del patrimonio edificado...debería basarse en una gama de opciones técnicas apropiadas y organizadas en un proceso cognitivo que integre la recogida de información y el conocimiento profundo del edificio y/o del emplazamiento...llevada a cabo por una persona cualificada y bien formada en la conservación y restauración”.

Recordemos que el templo que fue producto de la configuración y funcionamiento de la Hacienda cañera de Matlala ahora está vulnerable ante agentes bioclimáticos que de no diagnosticarse llevarán a la degradación y pérdida del patrimonio religioso de la comunidad y a parte del patrimonio hacendario que dio origen a la comunidad actual.

La disciplina de la conservación como lo menciona la Carta de Cracovia 2000 en el párrafo anterior es una actividad que exige ser realizada por profesionales que intervengan los bienes patrimoniales con ética, lo que implica en primera instancia el conocimiento de estos bienes, es decir la comprensión de los mismos y que desde la década de los ochentas Chanfón (1983: 250) se refería al carácter profesional de la intervención como una obligación a utilizar la diagnosis profunda como medio de conocimiento del patrimonio para proteger su capacidad de delación.

La comunidad de Matlala actualmente no cuenta con el lugar propicio para la realización de actividades religiosas como misas, rosarios, bautizos, siendo de vital importancia para ellos la recuperación de su templo por las funciones antes mencionadas y por el cobijo y tranquilidad, pero también nos hace reflexionar en el patrimonio vulnerado y cómo garantizar su permanencia.

Al mismo respecto Azcárate (2003:18) en su estudio sobre patrimonio arquitectónico en el apartado: “Entender la restauración como un proceso de conocimiento”, refiere que: “éste conocimiento previo constituye un imperativo deontológico,” no dejando al profesional de la conservación el conocimiento del patrimonio edificado de manera subjetiva.

El patrimonio edificado y su conservación han sido abordados desde diferentes opiniones y teorías en una relación intrínseca para la solución a sus deterioros que le garanticen su permanencia, principio de la restauración, que definida por Terán (2004:103) es:

Un dictamen técnico en la disciplina de la conservación se ha utilizado como una herramienta de extracto de deterioros ante una problemática que requiere atención manejándose de manera muy breve como se ha mencionado, sin embargo requiere de una evaluación detallada de sus elementos que aporte un estudio completo de la problemática que presenta el inmueble y de lo cual no hay ningún parámetro o antecedente para la elaboración del mismo, de tal manera que al atender a la comunidad entregando el presente trabajo se pretende sirva de referente en dicho ámbito, pues el análisis de deterioros producto del sismo, antes y después del mismo, aportará una radiografía del estado del templo de su sistemas constructivos y materiales que no se encuentran detallados previamente en ningún documento.

“... la intervención profesional en los bienes del patrimonio cultural, que tiene como finalidad proteger su capacidad de delación, necesaria para el conocimiento de la cultura.” La Carta Internacional de Venecia en su artículo IX expresa que: “La restauración de un monumento [...] es una operación que debe guardar un carácter excepcional. Tiene como finalidad asegurar su conservación y revelar o restituir su valor y cualidades estéticas o históricas. Se fundamenta en el conocimiento profundo del

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Hoy en día el patrimonio edificado presenta daños más complejos, producto de múltiples factores como: el intemperismo, el vandalismo, los siniestros, la falta de identidad, etc., que lo vulneran de diferente forma volviéndose necesario como herramienta primaria el análisis profundo del mismo como hemos referido en apartados anteriores, de tal manera que se considera que la estructura que debe tener un Informe Técnico partiendo de las características y cualidades del patrimonio edificado estará conformado por cuatro etapas:

respecto a la conformación del suelo de desplante del objeto de estudio por su incidencia en el soporte estructural de la misma es conveniente realizar Estudio de Mecánica de Suelos, por su lugar de emplazamiento y contexto: Estudios Medio Ambientales como lectura de temperatura, sonido, luz y viento como agentes de incidencia, estudios de análisis y resistencia de los materiales que lo conforman por las técnicas y calidad de materiales empleados.

1a Etapa: Recolección de información. 2a Etapa: Estudios técnicos aplicados. 3a Etapa: Diagnóstico. 4a Etapa: Recomendaciones.

La tercera etapa del Informe Técnico será la parte medular del mismo donde el detallado análisis de las dos primeras etapas conduzca a la causa de los daños que presenta el objeto de estudio ya sea por degradación material o por cuestión estructural o incluso por los agentes medioambientales presentes, teniendo conclusiones del análisis conjunto tanto cualitativo como cuantitativo que determine puntualmente las acciones de intervención a realizar. La comprensión de la estructura del objeto de estudio en su totalidad antes y ahora conducirá al tratamiento de la causa de las alteraciones para detener y/o eliminar sus efectos.

Recolección de información: En esta primera etapa del Informe Técnico se recabará toda la información acerca del objeto de estudio, desde el levantamiento arquitectónico como base fundamental para su análisis espacial, constructivo, estructural y ambiental. A la par se recabará toda aquella información de su conformación histórica que de la proyección de sus etapas constructivas, sistemas constructivos e intervenciones anteriores. Estudios Técnicos aplicados: Como segunda etapa se realizarán aquellos Estudios Técnicos que aporten y complementen a la información inicial por ejemplo

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Diagnóstico:

Recomendaciones: Finalmente como última etapa y no menos importante que las anteriores se concluirá de manera profesional el análisis del objeto de estudio con la elaboración de las recomendaciones pertinentes que a manera particular y puntual den solución a los daños que presenta el mismo, pero además que den pauta a aquellas acciones que prolonguen su mejor estado de conservación.


La sistematización de las etapas del Informe Técnico coadyuvará a la comprensión de los factores causales de daño y degradación así como a determinar el tratamiento adecuado en función de las causales. Las recomendaciones pueden incluir aquellas que sean aplicadas como medidas de mantenimiento, así como aquellas que den seguimiento a los tratamientos aplicados para garantizar su correcto funcionamiento. El dictamen técnico en el ámbito de la conservación implica además la comprensión de su historicidad, composición arquitectónica, etapas constructivas e intervenciones, todo el proceso en este trabajo se pretende sirva de referencia en la metodología de análisis de cualquier otro inmueble pero además al darlo a conocer a la comunidad ésta lo reconocerá y valorará como patrimonio, además de que tendrá un expediente completo que le permita en adelante realizar cualquier trámite, mantenimiento, e incluso difusión del mismo, aunado a que se pretende genere conciencia en los profesionales de la conservación y amplíen su concepto del informe técnico realizado a los inmuebles, dándole mayor cobertura y aportando en cada caso, evitando que dichos inmuebles queden excluidos de acciones de intervención por falta de información técnica básica, como sucedió con este templo donde ha sido la comunidad la que mantiene el interés en el dictamen técnico por su relación de pertenencia con el patrimonio religioso de Matlala , los profesionales de la conservación no deben minimizar la importancia de un informe técnico ni limitar su estructura a un extracto de una problemática, deben aportar al inmueble, al usuario del mismo y a la práctica misma de la conservación.// MV

PARA CITAR: (CC) ARK_MAGAZINE opera bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento – NoComercial – Compartir Igual 4.0 Internacional License. Agradecemos citar este texto así: Vera Ortíz, María. San Lucas Matlala, patrimonio vulneraddo, en: ARK_Magazine / Textos sobre patrimonio. Año 8 Número 31, verano 2020. ARK_Editorial. México. Páginas 90 - 97. https:// issuu.com/arkeopatias/docs/ark31 en línea (fecha de consulta). Palabras clave: arqueología, historia, política, patrimonio, identidad

SOBRE LA AUTORA:

María Guadalupe Vera Ortiz (Puebla, México / 1974). Arquitecta FUENTES Azcárate, A, (2003). El Patrimonio Arquitectónico. Consejo Vasco de Cultura. España. Chanfón, O. C. (1983). Fundamentos Teóricos de la Restauración. Facultad de Arquitectura UNAM. México. Terán, B. J, A. (2004). Consideraciones que deben tenerse en cuenta para la restauración arquitectónica. México. Carta de Cracovia 2000. Principios para la Conservación y Restauración del Patrimonio Construido. Polonia ____

egresada de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Popular Autónoma de Puebla, 20 años de experiencia laboral en vivienda unifamiliar, multifamiliar, industrial y urbanización como: Museo Barroco Puebla, Faurecia Jit, Huejotzingo Puebla, Tecnológico de Monterrey campus Puebla, Puebla, diferentes fraccionamientos en Cholula, Puebla, Comité Estatal de obra Pública y Servicios Relacionados, Puebla, Palacio de Hierro, Puebla, Outsourcing de mantenimiento a sucursales BBVA Bancomer zona Puebla-TlaxcalaOaxaca. Actualmente cursando el tercer semestre de la Maestría en Arquitectura con Especialidad en Conservación del Patrimonio Edificado de la Benemérita Universidad Popular Autónoma de Puebla. Contacto: ver_ort@hotmail.com

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TALLER BARRIAL DE ARTES Y OFICIOS, CENTRO HISTÓRICO DE PUEBLA Adriana Hernández Sánchez Christian Enrique De La Torre Sánchez Luis Fernando López Navarro Karla Fernanda Díaz Ordoñez Desde 2013, el equipo de Re Genera Espacio viene realizando una serie de actividades en barrios antiguos de la ciudad Puebla donde se han planteado diversas estrategias para promover su patrimonio cultural. Son zonas periféricas del primer cuadro, contenedores de tradiciones, vida colectiva, arquitectura y espacios públicos, donde lo arquitectónico se encuentra deteriorado por falta de mantenimiento, ausencia de inversiones y conocimiento de saberes sobre cómo intervenir, lo que se refleja en actuaciones inadecuadas y falta de conocimiento que provoca la pérdida de elementos constructivos y ornamentales. Es por ello que Re Genera Espacio, en conjunto con la Facultad de Arquitectura de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, a través de la línea de investigación Espacio Público, Participación Ciudadana y Centro Histórico, propone la creación del Taller Barrial de Artes y Oficios donde se han propuesto una serie de estrategias para la difusión del uso de materiales antiguos en la arquitectura como la cal, el yeso y la argamasa, la recuperación de técnicas tradicionales de restauración y tallado en madera, todo enfocado para que jóvenes arquitectos, estudiantes, maestros en conservación y habitantes de los barrios conozcan los materiales y se familiaricen con ellos. Este taller se ha vinculado con el Programa de Voluntarios del Patrimonio Mundial de la UNESCO (World Heritage Volunteers) en

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2018 y 2019, realizando acciones en espacios colectivos deteriorados donde los jóvenes interesados son el factor clave para la conservación e intervención del patrimonio de los barrios a través de visitas a los talleres, la capacitación en algunas técnicas de los oficios y el trabajo manual aplicado en problemas reales.

LOS DETERIOROS DE LOS SISMOS, LA FALTA DE MANTENIMIENTO Y LA PÉRDIDA DE SABERES El proyecto Taller Barrial de Artes y Oficios en el Centro Histórico de Puebla surge por la necesidad de promover oficios tradicionales en zonas vulnerables del Centro Histórico de Puebla. Re Genera Espacio es una organización conformada por un equipo interdisciplinario basado en la arquitectura, la conservación del patrimonio, el espacio público, la participación ciudadana y como eje transversal la accesibilidad. Se forma en el año 2012 a partir de la línea de investigación Espacio Público, Participación Ciudadana y Centro Histórico de la Facultad de Arquitectura de BUAP, donde el objetivo que se persigue es incidir en zonas deterioradas del Centro Histórico de la ciudad de Puebla que se caracterizan por el deterioro físico de los inmuebles, la falta de atención al espacio público y la vulnerabilidad social.


México es un país con una fuerte actividad sísmica que ha sufrido severos daños en años recientes y el estado de Puebla ha sido de los más afectados. El último sismo de alta intensidad sucedió el 19 septiembre del 2017. A pocas horas del suceso, vecinos de los barrios empezaron a buscar a Re Genera Espacio para notificarnos que se habían presentado daños tanto en viviendas como en los templos del Refugio, Santa Anita y San Antonio, por lo que acudimos a realizar las primeras valoraciones. En el mes de septiembre de 2017 ocurrieron dos de los sismos más importantes en la historia de nuestro país. El primero, el 7 de septiembre (M8.2), fue uno de los sismos más grandes que se hayan registrado desde que se tiene instrumentación sísmica en

También hubo familias enteras que tuvieron que mudarse a otros puntos del Centro Histórico, dejando atrás sus viviendas y cuartos de vecindad que habían rentado por varios años, algunas con más de cuarenta años viviendo en el rumbo. A partir de las visitas de la brigada formada por Re Genera Espacio y la Facultad de Arquitectura de BUAP, concluimos que era importante establecer una serie de estrategias de difusión para que la población pudiera evaluar si había alguna afectación. Se repartieron volantes donde se difundían las principales causas y daños que se podrían presentar en los inmuebles, además de un breve directorio de instancias correspondientes en temas de protección civil, rescate y seguridad.

México. Se percibió́ en todo el centro y sur del país, provocando daños en al menos tres estados. El segundo, el 19 de septiembre (M7.1), fue el segundo más mortífero de nuestra historia, después del que tuviera lugar otro 19 de septiembre, pero de 1985 (M8.1). Sus daños se concentraron sobre todo en el centro del país. (Pérez-Campos & Espíndola Castro, 2018, pág. 49) En este lamentable escenario de emergencia, el censo levantado por la Secretaría de Cultura, con la participación de sus especialistas, registró más de 2 300 inmuebles históricos y de valor patrimonial y cultural con daños que van de severos a moderados y menores. (García Cepeda, 2018, pág. 12) Era importante realizar un muestreo de la zona, analizar los daños y, en el mejor de los casos, aportar a los habitantes un panorama de lo que había sucedió en cada uno de los barrios. Dentro de los deterioros detectados destacaban los que había en los remates de las fachadas, que presentaban grietas, fisuras y desprendimiento de materiales. Pudimos observar que por parte de las instancias oficiales hubo poca supervisión en las viviendas, ya que la gran mayoría de las acciones de diagnóstico se enfocaban en las casonas del primer cuadro de la ciudad y en la mayor parte de los templos del Centro Histórico. Por lo anterior, el equipo de trabajo fue sondeando y supervisando diversas áreas de los barrios, donde observamos las condiciones de cómo se vive en todo este sector y las afectaciones provocadas por el sismo. El deterioro de los inmuebles, y las condiciones de pobreza de algunos propietarios e inquilinos, determinaron tomar decisiones inmediatas por parte de los vecinos. Por ejemplo, hubo personas de la tercera edad que tuvieron que cambiarse de habitación, ya que la lluvia empezó a dañar las estructuras.

Otra de las conclusiones fue continuar promoviendo talleres para la difusión de oficios, ya que una de las problemáticas observadas fue que en los inmuebles antiguos se introducen técnicas y materiales incompatibles, desconociendo procedimientos tradicionales como el uso de la cal.

LOS ARTESANOS Y OFICIANTES, PROMOTORES DEL TALLER BARRIAL En los barrios hay artesanías y oficios que aún sobreviven, pero también otros que están desapareciendo por la falta de difusión y promoción de los mismos. Esta decadencia se debe a diferentes circunstancias, entre ellas el deterioro de los elementos básicos con los cuales desarrollan sus actividades primarias, como sucede con los hornos de alfareros y panaderos en el barrio de Analco, la inhabilitación de cuartos donde desarrollan sus actividades, poca certeza de permanencia en la propiedad donde laboran, rentas elevadas y la nula transmisión de saberes, ya que las nuevas generaciones no ven como una oportunidad económica continuar con el oficio familiar. En el caso de la albañilería, ya no se realiza ni enseña el apagado de la cal, ya que se prefiere utilizar cal hidratada para reducir tiempo y costo. Pero también hay experiencias valiosas, como lo realizado en el barrio del Refugio, por el señor Ángel Sedeño Arellano con el “Taller de tallado en madera”, que promueve entre los jóvenes el oficio. En una primera etapa, el taller se gestionó con Re Genera Espacio como parte del Taller Barrial de Artes y Oficios, posteriormente se incorporó temporalmente al programa “Barrio con Vocación” del Ayuntamiento de Puebla, y desde hace dos años funciona de manera independiente. (Ver imagen 01)

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En 2013, con la Facultad de Arquitectura de la BUAP se realizó un primer taller de técnicas tradicionales de albañilería con el apoyo del experto restaurador argentino Pablo Aníbal Romero Cardozo, donde se presentaron las posibilidades del uso del yeso y sus aplicaciones en la arquitectura tradicional.

Posteriormente en 2017, se promovió un segundo taller de Yesería y Argamasa, donde se restauraron los nichos del Vía Crucis del templo de San Antonio. La participación de los vecinos fue muy importante, se adquirieron conocimientos y al mismo tiempo se realizó una intervención de importancia en el barrio. A partir de esta actividad, en algunas ocasiones el Taller Barrial de Artes y Oficios se ha desarrollado con la colaboración de la empresa Oxical, difundiendo la importancia de la cal y los procedimientos tradicionales en la conservación de las construcciones antiguas. (Ver imagen 02)

PROGRAMA DE VOLUNTARIOS DEL PATRIMONIO MUNDIAL DE LA UNESCO Voluntarios del Patrimonio Mundial (World Heritage Volunteers, WHV) es una iniciativa promovida por el Programa de Educación en el Patrimonio Mundial de la UNESCO en colaboración con el Comité

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Coordinador del Servicio Voluntario Internacional (CCVIS, por sus siglas en inglés) que, desde 2008, moviliza e involucra a los jóvenes y las organizaciones juveniles en la preservación y promoción del Patrimonio Mundial. Bajo el lema de "Empoderando el compromiso con el patrimonio mundial" (Empowering the commitment to world heritage) tiene como objetivo aumentar la concienciación y reforzar la participación de los jóvenes, a nivel local y mundial, en la implementación de la Convención de 1972 sobre la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural.

En el primer caso, se trata de sumar esfuerzos al trabajo que realiza la Facultad de Arquitectura de la BUAP: Proponer un acercamiento comunitario a los barrios del Centro Histórico de Puebla. En una primera etapa, bajo las condiciones en que se encuentra el inmueble, se pretende vincular a los alumnos de la BUAP y promover cursos sobre levantamientos arquitectónicos en casa patrimoniales, técnicas y procedimientos de acabados con materiales tradicionales, además del planteamiento de un proyecto de rehabilitación y la gestión para su intervención. (FABUAP, 2018)

Los proyectos promovidos pretenden:

Desde febrero de 2018, en Casa Analco la FABUAP y Re Genera Espacio han promovido diferentes talleres. Algunos dirigidos a

• Sensibilizar a los voluntarios, las comunidades locales y las autoridades interesadas sobre la necesidad de proteger y promover el Patrimonio Mundial.

estudiantes de arquitectura, como realización de levantamientos arquitectónicos, obtención de niveles de piso, identificación de deterioros y uso de drones en levantamientos, impartidos por el Mtro. Arq. Juan Carlos Maldonado (FABUAP).

• Involucrar y empoderar a los jóvenes en la preservación del Patrimonio Mundial a través de proyectos, que aprendan habilidades en técnicas básicas de conservación y aumentar su capacidad como futuros tomadores de decisiones y ciudadanos activos globale; • Identificar las mejores prácticas y desarrollar herramientas educativas no formales para facilitar la participación de los interesados en la educación del Patrimonio Mundial e integrar la igualdad de género en todas las etapas de los proyectos y la diversidad geográfica entre los bienes del Patrimonio Mundial donde tienen lugar los campos de acción. (UNESCO, 2019) Por parte de México, en distintos años se han inscrito proyectos de zonas arqueológicas (Teotihuacán, Chichen Itzá, Xochicalco), de rutas culturales (antiguos conventos alrededor del Popocatépetl) y de zonas de monumentos (Morelia). Por primera vez en 2018, Puebla trajo el programa a su Centro Histórico con el Taller Barrial de Artes y Oficios, promovido por el grupo Re Genera Espacio. Cabe resaltar que el proyecto de Puebla fue inscrito por un grupo de voluntarios (Re Genera Espacio) en colaboración con universidades, empresas locales, artesanos, oficiantes y vecinos de los barrios. El taller se ha realizado en los veranos de 2018 y 2019, en dos espacios de importancia para el equipo: Casa Analco FABUAP y la vecindad del Pocito en el barrio del Refugio, espacios deteriorados donde las manos de los voluntarios tienen un impacto positivo.

También se han realizado talleres de técnicas artesanales en construcción, como el esgrafiado, por la artista plástica Kimberly Bárcenas, desarrollando una técnica que, por medio de la utilización de dos capas de aplanados de cal, diferenciados por el color natural y por el tiempo de secado, se pueden manipular a través de plantillas, retirando los excedentes del material hasta que aparezca el diseño planteado. (Ver imagen 03) Otras actividades que se empezaron a realizar, a partir de que el equipo de trabajo está en el barrio de Analco, son las visitas a los talleres tradicionales como la panadería “Centurión”, que nos abrió sus puertas para conocer la elaboración de hojaldras, pan para el Día de Muertos. Esta familia lleva más de cuatro generaciones realizándolas en la temporada para consumo local. A su vez, realizan las cemitas poblanas, una pieza de pan muy importante en la gastronomía poblana. (Ver imagen 04) En el verano de 2018, se realizó el primer taller como parte del Programa de Voluntarios del Patrimonio con la participación de 21 jóvenes locales y de otras partes del país, incluyendo dos extranjeros. Los talleres sobre el uso de la cal fueron impartidos por la empresa OXICAL en donde se capacitó a los voluntarios en distintas técnicas. Desde el apagado de cal, inyección de grietas, fisuras y realización de acabados finos, donde participaron jóvenes interesados en la conservación del patrimonio. Al iniciar el taller se proporcionó información teórica, fundamental para comprender desde la definición de la técnica, sus antecedentes, beneficios y diferentes aplicaciones.

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Las intervenciones en Casa Analco fueron sobre áreas deterioradas, principalmente en muros de patio, donde se pudo integrar material como piedras y pedacería de tabique. Con marmolina se realizaron algunos aplanados en el zaguán, que hasta el día de hoy habilitan el espacio para el desarrollo de actividades con el barrio. También se realizó una pintura al fresco con el logotipo del Taller UNESCO. En una segunda etapa, ya con los conocimientos adquiridos, se realizó una intervención en los módulos de sanitarios y lavaderos colectivos de la vecindad del Pocito en el barrio del Refugio, donde por medio de la participación de los vecinos y del grupo de voluntarios de taller UNESCO se retiraron aplanados dañados, se integraron nuevos a base de cal y como acabado final se aplicó pintura a la cal. El entusiasmo de los jóvenes voluntarios y de los niños del barrio fueron el motor de la iniciativa. Ahora estos sanitarios tienen un mejor aspecto y han sido cuidados por los vecinos. Para una posterior actividad, se tiene pendiente el cambio de las puertas de los sanitarios. (Ver imágenes 05 y 06)

TALLER DE CARPINTERÍA Se tuvo la oportunidad de que un maestro restaurador de madera, Agustín Cruz Muñoz, que realiza su labor por medio de técnicas tradicionales con materiales que cada vez es más difícil encontrar en el mercado (goma laca, cera para madera, cola, anilinas, alcohol industrial) realizará pruebas en elementos que están muy deteriorados en Casa Analco, como puertas y ventanas, donde los jóvenes practicaron durante dos días consecutivos. (Ver imagen 09) TALLER DE ALBAÑILERÍA La empresa Oxical estuvo a cargo del taller en el cual se reparó

TALLER BARRIAL DE ARTES Y OFICIOS, WHV UNESCO 2019

parte de la fachada de Casa Analco, dañada en marzo de 2019 por el impacto de un autobús en la esquina, por lo que se reintegraron algunos bloques de piedra y pedacería de ladrillo. En esta ocasión, se utilizó pasta de cal añejada, la cual se había preparado en el taller del año anterior. Se explicó la importancia del uso de la cal en el patrimonio, se apagó un bulto y ejecutaron diversas mezclas según el tipo de trabajo a realizar. Este taller duró tres días consecutivos y estuvo a cargo del maestro albañil Gregorio Valladares y la arquitecta Catalina Castilla. (Ver imagen 10)

VISITAS A TALLERES

TALLER DE ARQUEOLOGÍA URBANA

En 2019, tuvimos la oportunidad de trabajar nuevamente el Taller WHV UNESCO donde se plantearon nuevas iniciativas, entre ellas visitas a talleres en barrios, obras de intervención en patrimonio y conocer el trabajo de restauradores que día a día realizan acciones a favor de la conservación del patrimonio poblano. Esta vez, se contó con la participación de 30 voluntarios locales y nacionales.

Una de las recomendaciones que se hicieron al proyecto de investigación de Casa Analco, fue el acercamiento con otras disciplinas como la Arqueología, por lo que se invitó al arqueólogo Arnulfo Allende Carrera a identificar las piezas que se encontraron en la fuente del patio.

Dentro de las visitas que se realizaron a talleres de artesanos, se tuvo una experiencia con los alfareros del barrio de La Luz, donde la mano especializada del joven maestro Ricardo López Rosano permitió que los voluntarios realizaran diversos objetos en el torno como vasos, jarros y macetas. (Ver imagen 07) Se tuvo una visita al taller de “Talavera de la Luz”, donde nos mostraron el complejo proceso de elaboración de la cerámica.

En el taller se lavaron las piezas, se clasificaron según su material, se midieron y etiquetaron con una clave. Posteriormente, se procedió a su registro fotográfico y embalaje para su conservación, por lo que se colocaron individualmente en bolsas y se guardaron en cajas de cartón para su mejor resguardo. Esto con la finalidad de seleccionar las piezas más importantes y que estas puedan ser expuestas en un futuro. Ahora se cuenta con el primer Guion Museográfico de Casa Analco. (Ver imagen 11)

En la delegación del Instituto Nacional de Antropología e Historia, pudimos admirar las piezas almacenadas en la Ceramoteca, a cargo de los arqueólogos Elsa López Alemán y Erik Chiquito Cortés, quienes nos explicaron las diferencias que hay en los diferentes tipos de alfarería y cerámica de las regiones del estado de Puebla. (Ver imagen 08)

En otra jornada, se realizó una pequeña excavación en el patio, donde se encontraron diversos objetos como frascos de medicamentos, fragmentos de vidrio, frascos, pedazos de plástico, cerámica, pedazos de platos, tazas, coladeras, una escuadra escolar de plástico y el cráneo de un pequeño animal, que se supone podría ser un loro o una ardilla. (Ver imagen 12)

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RECORRIDO EN OBRA: REESTRUCTURACIÓN DEL TEMPLO DE SANTA MÓNICA En una de las jornadas, se tuvo la oportunidad de realizar un recorrido por el templo de Santa Mónica acompañados por el Dr. Arq. José Eduardo Carranza Luna, responsable de la reestructuración, los jóvenes voluntarios tuvieron la oportunidad de conocer como fue el proceso, desde el diagnóstico hasta el trabajo en obra. CONFERENCIA “PUEBLA DESDE EL AIRE” Uno de los objetivos de Casa Analco es la difusión del patrimonio de la BUAP. En esta ocasión, se realizó una conferencia con los doctores Juan Francisco Salamanca Montes y Luz del Carmen Jimárez Caro, quienes tienen una línea de investigación sobre patrimonio universitario, mostrando edificaciones que han sido consideradas como relevantes por sus características arquitectónicas y estado de conservación, que son propiedad de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Este trabajo forma parte de un amplio proyecto de clasificación del patrimonio llamado “Puebla desde el Aire”.

Nuestro equipo de trabajo está convencido que el patrimonio no solo es de interés de especialistas. El patrimonio no es hermético, se debe abrir a todos, ya que todos hacemos uso de él, aunque tenga un significado diferente para cada persona. // AH/CT/LL/KD

IMÁGENES 01. Taller de Tallado en Madera del Barrio del Refugio. (Fotografía: Re Genera Espacio) 02. Taller de Yesería y Argamasa, 2017. (Fotografía: Re Genera Espacio) 03. Taller de Esgrafiado. (Fotografía: Re Genera Espacio) 04. Taller de Panadería con la familia Centurión, Barrio de Analco. (Fotografía: Re Genera Espacio) 05. Taller de Uso de la Cal en el Patrimonio, Vecindad del Pocito. (Fotografía: Re Genera Espacio) 06. Taller de Uso de la Cal en el Patrimonio, Casa Analco. (Fotografía: Re Genera Espacio) 07. Visita a taller de Alfarería en el Barrio de La Luz. (Fotografía: Re Genera Espacio) 08. Visita a la Ceramoteca del INAH Puebla. (Fotografía: Re Genera Espacio) 09. Taller de Restauración en Madera, Casa Analco. (Fotografía: Re

CONCLUSIONES

Genera Espacio) 10. Taller de Uso de la Cal en el Patrimonio, Casa Analco.

El deterioro en el que se encuentra el patrimonio del Centro Histórico de Puebla es considerable. Una parte se ha perdido por daños causados por sismos, pero también por falta de inversión y la falta de conocimiento en los procesos de intervención, por lo que es indispensable plantear nuevas estrategias de conservación que no sean las habituales.

(Fotografía: Re Genera Espacio) 11. Clasificación de piezas en el Taller de Arqueología Urbana, Casa

No podemos esperar hasta que se realice un proyecto por parte de las autoridades, que llegue un arquitecto o un restaurador. El hecho es que la gente, habitante de cualquiera de estos barrios, interviene el patrimonio sin supervisión, por lo que es probable que, a causa de esta falta de información, se realicen malas prácticas.

FUENTES DE CONSULTA

El acercamiento de técnicas, como las realizadas en los barrios de San Antonio, El Refugio y Analco, muestran que hay interés en la salvaguarda de inmuebles, objetos y oficios. Lo que es intocable, puede ser tocable con buenas técnicas y una supervisión adecuada. La universidad y los grupos organizados independientes son indispensables para tener un acercamiento más estrecho con los sectores vulnerables en la conservación del patrimonio.

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Analco. (Fotografía: Re Genera Espacio) 12. Excavación en el patio de Casa Analco, parte del Taller de Arqueología Urbana. (Fotografía: Re Genera Espacio)

FABUAP. (2018). Protocolo de Investigación "Casa Analco, Proyecto de vinculación universitaria". Puebla. García Cepeda, M. C. (2018). Presentación. En D. Goldberg Mayo, Sismos y patrimonio cultural. Testimonios, enseñanzas y desafíos, 2017-2018 (págs. 11-14). Ciudad de México: Secretaría de Cultura. Hernández Sánchez, A. (2017). Reportes finales Veranos Científicos 2012-2017 (No publicado). Puebla: Línea de investigación Espacio Público, Participación Ciudadana y Centro Histórico de la Facultad de Arquitectura de la BUAP.


Hernández Sánchez, A., & De La Torre Sánchez, C. (2018). La vivienda colectiva de barrio “La vecindad” en un contexto de pobreza urbana y exclusión social. Como elemento potencial para la regeneración de sectores vulnerables y la conservación del patrimonio en Centros Históricos. Caso Barrio del Refugio Puebla. III Congreso Internacional de Vivienda Colectiva Sostenible (págs. 422-427). Guadalajara: Tecnológico de Monterrey Escuela de Arquitectura, Arte y Diseño. Hernández Sánchez, A., & De La Torre Sánchez, C. E. (2016). Barrio de San Antonio: del límite a la revalorización del patrimonio. En G. M. Milián Ávila, M. Flores Lucero, B. R. Téllez Morales, & Coordinadoras, Complejidad e ¿incertidumbre? Un nuevo aliento para la ciudad histórica (págs. 223-237). Puebla: Benemérita

cultural. Testimonios, enseñanzas y desafíos, 2017-2018 (págs. 49-61). Ciudad de México: Secretaría de Cultura. Re Genera Espacio y Facultad de Arquitectura BUAP. (2017). Reporte de daños por sismo del 19 de septiembre de 2017 en barrios del Centro Histórico de Puebla: San Antonio, El Refugio y Santa Anita. Puebla: Informe de trabajo. UNESCO. (2019). World Heritage Volunteers Initiative. Obtenido de https://whc.unesco.org/en/whvolunteers/

Universidad Autónoma de Puebla. Hernández Sánchez, A., De La Torre Sánchez, C. E., Aco Castañeda, B., & Rojas Salgado, C. J. (2017). «Bolsa del Diablo/ Bolsa de Color» proyecto de vinculación barrio-universidadgobierno, para la mejora del espacio público en la Zona de Monumentos de la Ciudad de Puebla, calle 24 Poniente. kult-ur Revista interdisciplinaria sobre la cultura de la ciudad, 4(8), 287-306. doi:http://dx.doi.org/ 10.6035/Kult-ur.2017.4.8 Hernández Sánchez, A., De La Torre Sánchez, C. E., Saldívar Porras, A. M., Santamaría Hernández, C. G., López Cruz, G., Aco Castañeda, B., . . . Del Rosal Vargas, G. (2014). Barrio Rojo San Antonio (Primera ed.). Puebla: Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Hernández, A., De La Torre, C., Morales, P., Aco, B., Bautista, M., & Rojas, C. (Diciembre de 2013). Estudio comparativo en procesos participativos para la regeneración de tres barrios del Centro Histórico de la ciudad de Puebla mediante la línea de investigación: Espacio público, participación ciudadana y Centro Histórico. San Antonio, El Refugio y Sant. on the w@terfront(28), 78-96. Recuperado el 3 de Junio de 2017, de http://raco.cat/index.php/ Waterfront/article/view/272772 Leicht, H. (1967). Las Calles de Puebla (Segunda ed.). Puebla: Comisión de Promoción Cultural del Gobierno del Estado de Puebla. México Gobierno de la República. (2017). El Patrimonio Cultural de México hoy está fracturado. México Gobierno de la República. Pérez-Campos, X., & Espíndola Castro, V. (2018). La realidad geológica, una amenaza al patrimonio cultural de México (los sismos de 2017). En D. Goldberg Mayo, Sismos y patrimonio

____ PARA CITAR: (CC) ARK_MAGAZINE opera bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento – NoComercial – Compartir Igual 4.0 Internacional License. Agradecemos citar este texto así: Hernández, Adriana; De La Torre, Christian; López, Luis y Díaz, Karla. Taller Barrial de Artes y Oficios, Centro Histórico de Puebla, en: ARK_Magazine / Textos sobre patrimonio. Año 8 Número 31, verano 2020. ARK_Editorial. México. Páginas 98 - 115. https://issuu.com/arkeopatias/docs/ark31 en línea (fecha de consulta). Palabras clave: patrimonio, barrios, talleres, oficios, saberes.

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SOBRE LAS AUTORAS:

Adriana Hernández Sánchez. (Puebla, México). Arquitecta,

Luis Fernando López Navarro. (Puebla, México). Arquitecto,

Maestra en Diseño Arquitectónico y Doctora en Espacio Público, Regeneración Urbana y Conservación del Patrimonio. Profesora Investigadora de la Facultad de Arquitectura BUAP. Coordinadora de Re Genera Espacio.

miembro del grupo Re Genera Espacio, colaborador en el proyecto de restauración y rehabilitación de Casa Analco FABUAP, Proyecto de la Facultad de Arquitectura BUAP. Contacto: navarrofernando244@gmail.com

Contacto: adna0909@hotmail.com

Christian Enrique De La Torre Sánchez. (Puebla, México).

Karla Fernanda Díaz Ordoñez. (Puebla, México). Arquitecta,

Arquitecto, Maestro en Conservación del Patrimonio Edificado y Candidato a Doctor en Procesos Territoriales por la FABUAP. Becario CONACYT.

miembro activo de Re Genera Espacio y parte del equipo en el proyecto de Casa Analco. Principal interés hacia patrimonio y restauración.

Contacto: christian.e.delatorre@gmail.com

Contacto: karla.diazor@gmail.com

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NOTAS PARA UNA POLÍTICA CULTURAL INTEGRAL, TERRITORIAL, INTERCULTURAL Y DE GESTIÓN EN PUEBLA Etnograf: Gestión y Cultura A.C. El objetivo de este texto es coadyuvar al diseño de una política cultural integral, territorial, intercultural y de gestión sustentada en un concepto antropológico de cultura con base en las características socioculturales del estado de Puebla. La cultura en su acepción antropológica va más allá de la producción artística de una sociedad. Todo discurso que identifica cultura con expresiones artísticas y estéticas, así como con educación, es una concepción de sentido común. Planteamientos que afirman que cultura son “todos aquellos productos magnificentes de la civilización”; que es el “aspecto exquisito y espiritual del hombre”; que es educación, refinamiento, información vasta, “acumulación de conocimientos y de valoraciones estéticas consagradas” o que la cultura es “ser culto”, es un pensamiento ramplón pero sobre todo, es una estrategia de poder excluyente que permite construir una ideología en torno a la existencia de culturas superiores e inferiores, de expresiones de “alta cultura” y “baja cultura” o como puede escucharse entre algunos artistas que distinguen entre “cultura” y “expresiones populares de cultura”. La cultura es un complejo interrelacionado de prácticas sociales, trama de ideas y sistema objetual que, actores sociales, agrupados en disímbolas comunidades o conglomerados estructuran un orden

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social conexo a disposiciones mentales y materiales en territorios y temporalidades específicas. Así, cultura es tanto un taller de poesía como una mayordomía; un concierto de ópera y un ritual de petición de lluvias. Asimismo, un libro y un mito; el partido de futbol y la obra de teatro; el espectáculo de lucha libre y el perfomance artístico; la interpretación de la orquesta sinfónica y el canto de la muñeca en el carnaval de La Libertad; una escultura expuesta en galería y la artesanía exhibida en el tianguis, etc. También cultura es el ensamblaje técnico de un auto y la preparación ritual de la tierra para sembrar maíz, prácticas sociales que implican la aplicación de determinados conocimientos: los de la ciencia de la ingeniería y los del campesino sobre la naturaleza. Todo ello es cultura porque las creaciones implícitas –un poema, un altar, una obra de teatro, un rito, un auto, una canción, un apodo, una olla de barro, una obra literaria, etc.- son productos de prácticas sociales sustentadas en trama de ideas - creencias, de actores sociales posicionados históricamente en territorios, ya sean artistas, campesinos, indígenas, jóvenes, obreros, mujeres, etc., expresan maneras de habitar, sentir y significar el mundo. Cultura es lo social y lo social es cultura. La concepción antropológica de cultura conduce a afirmar que en un país como México concurren muchas culturas. Coexisten


diversidades socioculturales porque sus productores son desemejantes. Se viven numerosas culturas porque existen profusos lenguajes, rituales, literaturas, procesos productivos, costumbres, valores, creencias, instituciones, cantos, etc. No hay cultura superior e inferior, no hay creaciones de “alta cultura” y de “baja cultura”, lo que existe son formas diversas de asumir el tiempo y el espacio que vivimos, eso es la cultura. Puebla es un territorio de diversidad cultural y de profunda desigualdad social. Históricamente han coexistido al menos dos tradiciones culturales, la mesoamericana que se expresa en numerosos pueblos y comunidades de campesinos e indígenas, y la occidental mestiza que se expresa nítidamente en los centros urbanos. Cabe señalar que ambas tradiciones culturales se mixturan, tanto en las áreas rurales como urbanas, no existen separadamente sino en constante interrelación desde épocas remotas hasta la actualidad. Por ejemplo, en los rituales agrarios los campesinos e indígenas del sur de Puebla esgrimen tanto deidades prehispánicas como católicas: Chinentle junto con Isidro Labrador o Isidro Labrador y Chinentle colaboran simbólicamente para atraer lluvia. Ante la escasez del preciado líquido es necesario realizar rituales mágico-religiosos de petición de lluvia, tanto en el templo católico como en el cerro. Ambos sitios son sagrados y remiten a tradiciones culturales diferentes, que en ciertos momentos se ensamblan y en otros entran en conflicto. Así también en la ciudad coexisten variadas tradiciones culturales, tanto globales como tradicionales. Por ejemplo, en la ciudad de Puebla podemos observar -un día domingo- en diferentes espacios y no tan distantes el uno del otro, un mercado donde se comercia todavía con trueque y un centro comercial que se comercia con tarjetas de crédito, es posible que se manifiesten estas prácticas porque la historia cultural de sus habitantes es la que determina los usos y apropiaciones de la ciudad. La ciudad no divorcia hace combinar y coexistir en un mismo tiempo espacios y prácticas sociales procedentes de diferentes pasados. Por lo tanto, Puebla como cualquier otro territorio nacional no es uniforme, es múltiple en su enjambre espacial y cultural. La historia, la memoria, los usos sociales del espacio se han encargado de hacerla compleja, se han formado lugares, territorios y zonas diferenciadas con lenguajes dispares. Puebla es el encuentro de varias historias globales y locales, modernas y tradicionales. Puebla no es un espacio cultural uniforme, su característica es la desemejanza. Puebla se ha formado a partir de migraciones constantes, legados, biografías, imágenes, rituales, lenguajes que la han estructurado a lo largo de su historia. Lo que

hoy es Puebla, es producto de la mezcla de significados y símbolos traídos de todos lados y épocas; podemos definir a Puebla como la organización de la heterogeneidad, donde los cambios son parte de su estructuralidad, con disputas y arreglos interculturales muy complejos que como dice Néstor García Canclini (1990) donde lo tradicional y lo moderno conviven en un espacio sin negarse el uno al otro, manifestando formas de asumir la modernidad. Hoy, Puebla se comprende como espacio de diversidad cultural. En este sentido, la política cultural debe tener como principio rector: el aseguramiento y reproducción de la diversidad cultural. Esto no es nuevo, pero se olvida, existen numerosas legislaciones, acuerdos nacionales e internacionales que lo subrayan. Por ejemplo, el documento “Nuestra diversidad creativa: Informe de la Comisión Mundial de Cultura y Desarrollo” (1996) de la UNESCO, en su apartado noveno dedicado a las políticas culturales dice que es necesario superar el enfoque estrecho centrado en las artes y que es necesario fomentar el pluralismo cultural. En la Declaración de México sobre Políticas Culturales de 1982 invoca a las políticas culturales: [...] a que protejan, estimulen y enriquezcan la identidad y la diversidad cultural de cada pueblo; además, que establezcan el más absoluto respeto y aprecio por las minorías culturales, y por las otras culturas del mundo. La humanidad se empobrece cuando se ignora o destruye la cultura de un grupo determinado (DMPC, 1982). La Política Cultural, cuyo eje rector es la diversidad cultural, supone también entender que las culturas se objetivan en territorios. Cada cultura y sus protagonistas están situados en regiones socioculturales naturales como montañas, valles, márgenes de ríos y lagunas; pero también entornos sociales como barrios, corredores industriales, unidades habitacionales, pueblos, ciudades, etc., la política cultural debe diseñarse a partir de las territorialidades. Se requiere de diversas políticas que atienda a los pueblos volcaneros, a las comunidades laguneras, a los pueblos indígenas de la Sierra Norte, al complejo montañoso del Tenzo, pueblos conurbados, barrios de la ciudad, etc. es decir, necesitamos políticas culturales que respondan a las diversas territorialidades de Puebla y con ello conceptualizar complejos sistemas culturales territorializados. Cultura y territorio son indisolubles. Aún más, hoy en día, las políticas culturales ya no pueden estar sustentadas sólo en el respeto de las “otras culturas”, concepción que refuerza su segregación. Deben estar diseñadas en el

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paradigma de la interculturalidad, en las relaciones, intercambios y préstamos que los diferentes grupos sociales establecen. La interculturalidad sustenta que ninguna cultura está por encima de otra. No hay culturas mejores que otras. La política cultural intercultural exige cimentar innumerables vínculos que aseguren la diversidad. Por lo que la política cultural no se basa únicamente en reconocer y respetar al “otro”, sino en comprender que la relación intercultural hace progresar a toda la sociedad. Con ello abandonamos prejuicios, racismo, desigualdades, etnocentrismo y estamos construyendo una sociedad nueva, para eso deben servir las políticas culturales.

Lo que le concierne al Estado es subvencionar programas, proyectos, propiciar la organización y par ticipación de agrupaciones de pobladores, normar jurídicamente e incluso incentivar el mecenazgo privado. El Estado sigue y debe ser un actor importante en la consecución de los objetivos de las políticas culturales. La política cultural deberá objetivarse en grandes proyectos socioculturales territoriales, donde quepa todo y todos, en el que la cultura y otras dimensiones de la realidad local y regional sirvan para el desarrollo social de los territorios y no dedicarse a inaugurar una nueva Casa de Cultura y llevar algunos conciertos, libros o talleres artísticos aisladamente.

Es de todos conocido que una política cultural es un proceso de producción, circulación y consumo de bienes simbólicos que

En suma, las políticas culturales para Puebla deben estar sustentadas en un concepto antropológico de cultura, tener como

condensa los rasgos histórico- antropológicos de los grupos sociales. La política cultural debe hacer emerger los componentes significativos de los territorios locales, regionales y nacionales que cohabitan en relación de interculturalidad en la era de la globalización.

principio directriz la salvaguardia y reproducción de la diversidad cultural con enfoque territorial, integral y de gestión que conduzcan a establecer vínculos interculturales para el desarrollo social.// EG

NOTAS Si una guía turística, un concierto, una artesanía de barro, un libro, un festival, una estación de radio, un documental, un museo, un taller de poesía, una exposición fotográfica, un ritual, una danza de carnaval, una milpa, un bosque, un río, un taller de producción de ladrillo, un tianguis, etc., son expresiones de la diversidad cultural, la política cultural debe preguntarse qué bienes simbólicos son los que hay que poner a circular, qué procesos socioculturales interesa financiar, qué bienes requieren de un programa específico, etc., tarea bastante compleja, con qué criterios proponemos un festival de Jazz o un encuentro de cuadrillas de carnaval. Aquí es cuando la noción de política cultural integral se implementa con el enfoque de sistemas culturales territoriales. Por ejemplo, en los pueblos volcaneros, una política cultural integral territorial debe contemplar todo, tanto talleres de literatura, como estaciones de radio; guías turísticas y museos de barrio; rescate de memoria colectiva junto con concier tos; revitalización de patrimonio material como inmaterial; creación de una publicación comunitaria hasta la consolidación de una industria cultural, etc. La política cultural debe ser sectorial y de gestión implementada por jóvenes, mujeres, campesinos, estudiantes, etc. Son los actores sociales de los territorios los que deben participar y decidir el destino de su cultura, no son elementales receptores de las acciones culturales sino gestores culturales, no “llevan los espectáculos” son agentes de cambio, facilitadores de programas socioculturales participativos de desarrollo social dentro de sus territorios.

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[1] Ernesto Licona Valencia, David Alejandro García Sotelo, Mariana Figueroa Castelán, Laura Urizar Pastor, Ivett Pérez Pérez, Sebastián Licona Gámez, Gabriela Ruíz Velázquez. Contacto: https:// etnografac.org/; etnografac@gmail.com

REFERENCIAS Declaración de México sobre las políticas culturales (1982). Conferencia mundial sobre las políticas culturales. Disponible en: https://culturalrights.net/descargas/drets_culturals400.pdf García Canclini, N. (1990). Culturas híbridas. Estrategias para entrar y salir de la modernidad. México: Grijalbo Pérez Cuéllar, J. (1996). Nuestra creatividad: informe de la Comisión Mundial de Cultura y Desarrollo. UNESCO. Código del documento: CLT.96/WS/6 REV ____ PARA CITAR: (CC) ARK_MAGAZINE opera bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento – NoComercial – Compartir Igual 4.0 Internacional License. Agradecemos citar este texto así:


García, David; Figueroa, Mariana; Urizar, Laura; Licona, Ernesto; Pérez, Martha; Ruíz, Gabriela y Licona, Sebastián. Notas para una política cultural integral, territorial, intercultural y de gestión en Puebla, en: ARK_Magazine / Textos sobre patrimonio. Año 8 Número 31, verano 2020. ARK_Editorial. México. Páginas 116 119. https://issuu.com/arkeopatias/docs/ark31 en línea (fecha de consulta). Palabras clave: interculturalidad, territorio, gestión, política cultural integral, sociocultural.

SOBRE LAS AUTORAS: David Alejandro García Sotelo, Mariana Figueroa Castelán, Laura Urizar Pastor, Ernesto Licona Valencia, Martha Ivett Pérez Pérez, Gabriela Ruíz Velázquez, Sebastián Licona Gámez. Etnograf. Gestión y Cultura: Asociación Civil sin fines de lucro conformada por antropólogas y antropólogos poblanos que buscan el desarrollo sociocultural regional mediante proyectos de gestión, investigación e impacto social por medio de la vinculación y participación con diversos sectores de la sociedad, así como instancias académicas, públicas y/o privadas en Puebla, México y América Latina. Contacto: etnografac@gmail.com

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EL CIERRE DE UNA ESCUELA DE ARQUEOLOGÍA EN PUEBLA Cristina Desentis Torres Los sismos del 2017 dejaron otra cicatriz en la vida y la memoria de México, con lamentables pérdidas humanas y una serie de estragos materiales, algunos de los cuales hasta la fecha siguen en espera de atención y reparación. El estado de Puebla fue uno de los que sufrió afectaciones considerables con el movimiento telúrico del 19 de septiembre, recordándonos a todos sus habitantes lo que muchos más, antes que nosotros, supieron: que aquí la tierra tiembla, explota y arde, para después volver a su pacífico sueño de picos nevados y rutinaria cotidianidad. Quién no recuerda los días siguientes a la sacudida: el temor a la réplica al apagar las luces y meterse en la cama; la desolación de la ciudad por la suspensión de actividades; el trajín de arquitectos e ingenieros para hacer los dictámenes de cada inmueble con el fin de devolvernos un poco de la seguridad que hasta el día anterior teníamos en nuestros hogares, lugares de trabajo y de esparcimiento; el arduo trabajo de miles de voluntarios en los centros de acopio para llevar ayuda a las comunidades más alejadas y afectadas. Para los más afortunados, bastó una semana de espera antes de volver a sus actividades y reinsertarse a la “normalidad” que poco a poco fue desdibujando la tragedia. Otros, en cambio, atestiguaron como se agudizaban antiguas grietas -reales y metafóricas- como presagio de una inminente desaparición.

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No voy a hablar de muerte y destrucción, ni de los muchos daños materiales que sufrieron diversos inmuebles poblanos. Trataré, en cambio, un asunto reciente, de esos que hasta pudieran pasar desapercibidos, pero que es lamentable para la comunidad dedicada al estudio y conservación del patrimonio cultural mexicano: el cierre de una escuela de arqueología. Corría el año de 1940 cuando se fundó en la capital del país el Mexico City College, institución privada en la que, entre otras cosas, se enseñaba antropología y se hacía investigación de campo. La que inició como una escuela para veteranos de guerra y para la comunidad norteamericana residente en México, fue creciendo en matrícula de tal suerte que uno de sus programas más atractivos fue el Bachelor of Arts; con ello vino el desarrollo de cursos más avanzados y las gestiones administrativas para fundar el Centro de Estudios Universitarios donde se ofrecían los programas de Maestría en Antropología y Arqueología, Filosofía y Literatura, entre otros (Fundación Universidad de las Américas Puebla, 2016, pp. 29-30). La universidad como tal había nacido. En 1947, se fundaba el Departamento de Antropología en el Mexico City College con los primeros graduados del programa. Ese año también empezaron las investigaciones en antropología, historia,


etnografía y arqueología en el Valle de México de la mano de sus primeros directores, investigadores distinguidos como Wigber to Jiménez Moreno, Pedro Bosch Gimpera y Robert Barlow; posteriormente, en la década de los cincuenta con Ignacio Bernal y John Paddock al frente del depar tamento, iniciaron las exploraciones arqueológicas en Oaxaca, lo que llevó a especializar aún más la formación de estudiantes tanto en las aulas como en el campo (Paddock, 1958-1959, pp. 92-93). Pese a los recursos limitados, la investigación arqueológica se fue consolidando y brilló sobre todo el Oaxaca, con apor tes impor tantes para la ciencia mexicana, muestra de la tenacidad, pero sobre todo de la voluntad de los miembros de la facultad. Años después, a finales de la década de los sesenta, la institución se trasladó a Cholula en el estado de Puebla, con la construcción de un nuevo campus en la ex Hacienda Santa Catarina Mártir, fundándose así la Universidad de las Américas con la Escuela de Artes y Antropología. Como bien le expresó el Dr. Ray Lindley en 1970 a la comunidad estudiantil: “les toca ocupar el nuevo y hermoso campus en Puebla. Situado en una de las mayores zonas arqueológicas del mundo, con vistas a la pirámide más grande conocida, y rodeado de picos volcánicos cubier tos de nieve” (University of the Americas, 1970, citado en Fundación Universidad de las Américas Puebla, 2016, p. 82). Desde entonces, Cholula ha sido hogar de una prestigiada escuela de antropología que no tardó en dirigir sus proyectos al estudio de la vida pasada y presente de la ciudad milenaria. A sólo un par de kilómetros al oriente de la zona arqueológica que ostenta la Gran Pirámide, el propio campus oculta en su subsuelo restos materiales de la vida prehispánica, algunos de ellos expuestos por los trabajos constructivos de la universidad a lo largo de los años, otros, en los casos más afortunados, registrados detalladamente gracias a la oportuna intervención del INAH, del cuerpo de arqueólogos y estudiantes en formación del departamento de antropología y, a inicios del siglo XXI, mediante la labor de la Coordinación de Apoyo Arqueológico. La ubicación geográfica de la universidad y el denso desarrollo histórico-cultural del territorio que la alberga parecerían, hasta para el más incauto, las condiciones ideales para realizar proyectos de investigación en ciencias sociales, con un amplio campo para desarrollar trabajo etnográfico en los alrededores y, para no ir más lejos, con la constante necesidad de realizar exploraciones arqueológicas en las tierras de Santa Catarina en función de las crecientes necesidades de infraestructura de la casa de estudios.De esta manera, durante casi cinco décadas se realizaron diversas

intervenciones de carácter arqueológico en el campus que con el paso de los años fueron sumando un cúmulo de datos y materiales que permitieron ampliar el conocimiento del pasado prehispánico de Cholula más allá de los vestigios de arquitectura monumental del centro ceremonial. Las excavaciones en el campus universitario y algunos puntos de Cholula constituyeron pequeñas ventanas a las prácticas cotidianas de la vida doméstica de la antigüedad, algunas veces con contextos privilegiados que sobrevivieron el arado de la tierra, los procesos de urbanización y los embates de la modernidad. Pese a que son escasos los remanentes de aquella ocupación original, aún pueden descubrirse elementos que fueron cavados en el tepetate como entierros, hornos o pozos tronco-cónicos para almacenaje que se remontan en el tiempo hasta el Formativo Medio (900 a. C.) (Plunket y Uruñuela, 2018, p. 23), pasando por las ocupaciones del Clásico, restos materiales del Posclásico y de la época colonial. Terminado el trabajo de campo, las labores continuaban por largo tiempo en el laboratorio del departamento de antropología y en la Coordinación de Apoyo Arqueológico, donde además del procesamiento y análisis de los materiales, nos las ingeniábamos para mantenerlos en las mejores condiciones posibles de resguardo. Como todo buen laboratorio de arqueología que se precie de serlo, siempre resultaba abrumadora la idea de reordenar o reorganizar lo que hubiera ahí dentro por tratarse de un lugar con una biografía más longeva que quienes ahí trabajamos y que atesoraba piezas y colecciones arqueológicas reunidas por aquellos pioneros que levantaron la universidad. El día del sismo nada se cayó. Las pesadas vasijas milenarias se mantuvieron en sus estantes a dos, tres o más metros de altura en una trémula danza que debió ser cardiaca para cualquier arqueólogo o restaurador; los huesos de Gumer -nuestro querido esqueleto de las clases de osteología- debieron haberse estremecido más que cualquiera de nosotros en examen; a fuerza de choque de placas tectónicas se sacudió el polvo de cajas añejas y crujieron los muros de antiguas haciendas y ranchos. Veníamos de bajada, pero el golpe final tardaría un poco más en asestarnos de lleno. Un día cualquiera del verano 2018 se nos informó el próximo cierre del laboratorio de arqueología; meses después la situación escaló al cese de las labores de la Coordinación de Apoyo Arqueológico para dedicarnos exclusivamente al embalaje de todos los materiales contenidos en ambos recintos para su entrega al Centro INAH.

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Aunque no dejaron de sorprendernos, las medidas iban en sintonía con las decisiones y acciones que se venían gestando tiempo atrás, desde el cierre del Museo de la Ciudad de Cholula Casa del Caballero Águila (que administró la universidad entre 2001 y 2014), hasta la suspensión de acceso a la Licenciatura en Arqueología.

PARA CITAR: (CC) ARK_MAGAZINE opera bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento – NoComercial – Compartir Igual 4.0 Internacional License. Agradecemos citar este texto así: Desentis, Cristina. El cierre de una escuela de arqueología en

Abril de 2019. Diez meses fueron suficientes para desmoronar años de dedicación y trabajo colectivo de ese departamento fundador en nombre de la rentabilidad. De un plumazo se terminaron carreras académicas y relaciones laborales de una tarea lenta y minuciosa, que quedó inconclusa por parecer anacrónica en este mundo de inmediatez. Bastaron unos vehículos de carga sigilosos para transportar a un destino ignoto los

Puebla, en: ARK_Magazine / Textos sobre patrimonio. Año 8 Número 31, verano 2020. ARK_Editorial. México. Páginas 120 123. https://issuu.com/arkeopatias/docs/ark31 en línea (fecha de consulta). Palabras clave: UDLAP, arqueología, formación, academia, estudiantes.

vestigios de medio siglo de investigaciones arqueológicas. Se cerró la oportunidad de formación de nuevos arqueólogos en un país como México, asentado en una ciudad milenaria como Cholula, en un campus donde se han documentado decenas de hallazgos prehispánicos. Sólo quedan unos cuantos, a medio camino de su formación profesional, sabiendo que serán los últimos, pero ¿cómo hablar de arqueología sin docentes con esa especialización, sin proyectos de investigación a los cuales integrarse, sin herramientas básicas, sin colecciones de referencia y sin espacios que permitan el aprendizaje de las habilidades técnicas y prácticas tan importantes en una profesión que se desarrolla significativamente en campo y en laboratorio? Para ellos, resuenan los versos que escribió Villoro (2017) ese septiembre tras el temblor: // CD

SOBRE LA AUTORA:

REFERENCIAS Cristina Desentis Torres. (Oaxaca de Juárez, Oaxaca / 1985). Fundación Universidad de las Américas, Puebla. (2016). Memorias 1940-2015 Universidad de las Américas Puebla. México: Fundación Universidad de las Américas, Puebla.

Plunket, P. y Uruñuela, G. (2018). Cholula. México: FCE, COLMEX, FHA.

Arqueóloga por la Universidad de las Américas Puebla (2011) y Maestra en Humanidades, Línea Formación Docente por la Universidad Autónoma de Zacatecas (2019). Ha participado en diversos proyectos, salvamentos y rescates arqueológicos en los estados de Oaxaca y Puebla. Laboró en la Coordinación de Apoyo Arqueológico de la Universidad de las Américas Puebla desde 2007 hasta su cierre en 2019. Actualmente cursa el Doctorado en Estudios Socioterritoriales en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, en la línea de investigación de Patrimonio Cultural y Turismo.

Villoro, J. (2017). El puño en alto.

Contacto: cristina.desentis@gmail.com

Paddock, J. (1958-1959). Anthropology at Mexico City College. B.B.A.A. Boletín Bibliográfico de Antropología Americana, vol. 21/22, No. 1, pp. 89-94.

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Eres, si acaso, un pordiosero de la historia. El que recoge desperdicios después de la tragedia. El que acomoda ladrillos, junta piedras, encuentra un peine, dos zapatos que no hacen juego, una cartera con fotografías. El que ordena partes sueltas, trozos de trozos, restos, sólo restos. Lo que cabe en las manos.

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BONUS TRACK



ENTRE MONTAÑAS

Adriana Hernández Hernández “¡Ah! Tómate el tiempo en desmenuzarme” (Cerati, 1990, 1m22s). Para L, por ser de las cosas más bonitas que (me) ha dado Puebla. Porque el conocimiento también es patrimonio (aunque sea intangible) y notar su existencia pueda ser el inicio de nuevas perspectivas. En nuestros días, el auge de la Sierra Norte de Puebla[1] ha aumentado deliberadamente. Es preferida por aquellos en busca de aventuras, buena gastronomía y productos fuera de lo común[2]. Las lenguas que se escuchan (náhuatl, totonaca, tepehua, tének, hñähñu, español) son muestra de la diversidad de poblaciones que la habitan, así como de aquellas actividades con representación material; de manera infortunada, muchas de ellas se encuentran “viciadas” por viejos preceptos, términos new age y la necesidad de una base histórica firme que ayude a comprender los movimientos humanos previos a la Colonia, momento donde surgen varios de los imaginarios actuales. La montaña de Puebla, “arqueológicamente hablando”, es un lugar desconocido debido a la falta de información e investigación; a

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través de distintos ecosistemas, condiciones climáticas y geográficas se observan restos materiales de lo que algún día fueron asentamientos humanos mesoamericanos. Su riqueza está en la diferencia “cultural” que los hace únicos, tanto en tiempo y espacio; quizá se encuentre fuera de los “cánones” conocidos para otras latitudes de la antigua Mesoamérica. Lombardo Toledano (1931) fue el primero en evidenciar este hecho, “abriendo brecha” para saber que existen puntos de convergencia entre las antiguas ciudades a partir de modelos culturales creados por sitios hegemónicos de otras latitudes[3], resultando en un complejo sistema sociopolítico. Cepeda Cárdenas (1976) confirma las interacciones y adaptaciones realizadas durante más de 500 años alrededor de cuerpos acuíferos subterráneos, oquedades en lo alto de “los cerros” y pequeños manantiales superficiales. Nombres como Yohualichan, Teziutlán, Xiutetelco, Tlatlauquitepec, Santiago Yancuiltlalpan, Cueva del Cerro Colorado o Tetelancingo aparecen en el mapa; muchos de ellos ahora son sinónimo de patrimonio cultural material gracias a la curiosidad surgida de sus estructuras arquitectónicas y escultura. Diez Barroso (2016) expone presencia de cazadores - recolectores en Chignahuapan, relaciones con sitios olmecas como San Lorenzo Tenochtitlan en el sur de Veracruz, las excelentes estrategias de las élites para mantener la explotación de yacimientos de obsidiana (Oyameles) durante más de quinientos


años, cuyo beneficio real era para éstas. Por su parte, Suárez Cruz (2018: comunicación personal) evidencia en Venustiano Carranza contextos funerarios con peculiares objetos: vasijas identificadas con los tipos cerámicos de la ciudad de El Tajín (cuya forma recuerda a la “palanganas” modernas), cuarzos y piedras verdes, vinculados a las deidades del firmamento nocturno, en el Formativo Tardío. Los habitantes actuales lo resignifican bajo una acción ritual, dedicándola a cuestiones de magia (quienes son externos al núcleo social lo consideran “brujería”), llamándole el costumbre o la costumbre; de esta manera, “curan” o sanan a las personas afligidas por algún mal infringido.

Mesoamericanos. Universidad Nacional Autónoma de México, México D.F., México. Lombardo Toledano, Vicente. Geografía de las Lenguas de la Sierra de Puebla [1931], en Obra Histórico-cronológica, t. II, vol.2, México, CEFPSVLT, 1995, p. 191.

____ Estos son algunos de los tantos ejemplos presentes en las elevaciones naturales poblanas; a consideración propia, todos de

PARA CITAR:

interés, tanto para propios como ajenos. Será cuestión de poco tiempo para que se sepa más de ellos y surjan nuevas posiciones ideológicas. // AH

(CC) ARK_MAGAZINE opera bajo una licencia Creative Commons

NOTAS

Hernández, Adriana. Entre montañas, en: ARK_Magazine / Textos

[1] Los pobladores locales y los foráneos le llaman coloquialmente “Sierra Nor te de Puebla”; desde la perspectiva divisoria sociocultural que maneja el gobierno poblano y dependiendo del lugar que se hable, es la región Sierra Norte y Sierra Nororiental. En este texto se maneja como la “montaña de Puebla”.

Reconocimiento – NoComercial – Compartir Igual 4.0 Internacional License. Agradecemos citar este texto así:

sobre patrimonio. Año 8 Número 31, verano 2020. ARK_Editorial. México. Páginas 120 - 129. https://issuu.com/arkeopatias/docs/ ark31 en línea (fecha de consulta). Palabras clave: Sierra Norte de Puebla, patrimonio, arqueología SOBRE LA AUTORA:

[2] Como el yolixpa y el chiltate. [3] El Tajín es el ejemplo principal. IMÁGENES 1. Una vista de la Sierra Norte de Puebla. REFERENCIAS Cepeda Cárdenas, Gerardo. (1976). Tlatlauquitepec. Tesis de Licenciatura en Arqueología. Escuela Nacional de Antropología e Historia, México D.F., México. Cerati, Gustavo Adrián. (1990). Entre caníbales [Canción]. En Canción Animal. CBS Discos. Diez Barroso Repizo, Alberto. (2016). Desarrollo regional en la Sierra Norte de Puebla durante la época prehispánica. Procesos históricos y complejidad social. Tesis de Maestría en Estudios

Adriana Hernández (Tuxpan de Rodríguez Cano, Veracruz / 1995). Estudiante de la licenciatura en Arqueología por la Universidad Veracruzana. Contacto: scream.bloody.core@hotmail.com

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GA LER ÍA



“ PIE ZAS PO BLA NA S” Cristina Desentis Torres ____













ARK MAGAZINE / Año 8 Especial 2 [Verano 2020] Edición Digital, se desarrolló enteramente con software libre o gratuito y se publicó el día 30 de junio del 2020 por el proyecto ARK Editorial. La distribución se realizó mediante correo electrónico, páginas web, redes sociales y archivos compartidos. Se autoriza su uso y distribución bajo los criterios de la Licencia Creative Commons Reconocimiento No Comercial Compartir Igual 4.0 Internacional.


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