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nubes
para un sombrero
7 nubes para un sombrero D.R. armando rivera © armando rivera © para la presente edición: Indeleble Editores, 2014 11 Avenida, 2-49 zona 15 Col. Tecún Umán. C.P. 01015. Ciudad de Guatemala. Teléfono: (502) 2369-6950 Correo electrónico: indeleble.editores@gmail.com Composición fotográfica de portada e interiores: Andrea Torselli Diseño de portada: at/ar
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nubes
para un sombrero armando rivera
la luz un trazo secreto en la pupila
“…te encontré por fin, vagando por la lunas del pasado...” Ismael Serrano “… no soy de nadie, dijiste, para estar conmigo, si es por amarte, todo lo olvido…” Alejandro Filio “...Now I’m falling even more in love with you Letting go of all I’ve held onto I’m standing here until you make me move...” Lifehouse
las nubes para un sombrero en el universo de la noche las luciérnagas forman mapas estelares para que la luz encuentre el amanecer
la luz -en los días que caen a nuestro costado- convoca estos breves textos. la belleza cobró su forma, en mi pupila, al descubrir la posibilidad infinita de los instantes que ella crea. entonces, el recurso fue la palabra necesaria para reinterpretarlos. de esa cuenta, las jornadas se hicieron fecha en el calendario y escribí pequeñas epístolas al hoy de cada mañana. así se armó la primera parte del libro. luego, en la consecución que trae el arte -en su forma auténtica-, encontré algunos de los miles de tonos que tiene la claridad y la sombra en nuestros sentidos; a veces olor, a veces recuerdo, pero siempre luminosidad y oscuridad para entender la dualidad en nuestro ser. este libro es, en síntesis, un homenaje a la fotografía. pero tiene la convicción certera del amor hacia mi hija lucía, quien encontró, también, en la literatura su recurso fundamental. mis otros dos hijos en el amor, rubén y camila, son seres llenos de sonido, quienes saben expresar su belleza con las melodías. todo eso es un recuento necesario, porque con estos textos cele-
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bro 50 años de vida. por eso enumerar a cada una de las personas que me ha enriquecido en la belleza del lenguaje, es -de hecho- un imposible. pero tengo la certeza de nombres claves como víctor hugo, quien interpreta la poesía desde los universos que construye. dejo, entonces, estas palabras introductorias -como un agradecimiento- para todas aquellas personas, quienes creen en la posibilidad de una vida mejor a través del arte. mi afán por cada instante de creación para todos y cada una, es un deseo único como las nubes de cada cielo después de 50 años. ar
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armando rivera (guatemala, 1964). estudió historia en la Universidad de San Carlos de Guatemala. es cofundador de LETRA NEGRA EDITORES. en 1995 obtuvo el premio “francisco de vitoria” de la oficina de derechos humanos del arzobispado de guatemala, con el cuento “los pasos de caín”. columnista de opinión en carretera news. coparticipó en la elaboración de la antología: las huellas de la pólvora (cuento de la guerra. 1954-1996); compiló la antología: guatemala. narradores siglo xx. además, tiene publicados los libros de microrrelatos: utopía tras el farallón, comerciales para mi muerte; el mundo feliz de las cigarras ciclistas. el libro de cuentos, 37° al sur. en poesía ha publicado piel para una eva desterrada, mi ángel prófugo, la costilla de eva y más allá del Este. en literatura infantil tiene el libro, xalur, la niña que pintaba estrellas.
los domingos me gusta deambular por la casa vacía. el silencio está lleno de recuerdos. allí están los trazos -en las paredes pintadas- con los colores de cera de la infancia. aquel viaje que mi niña hizo con tiza a lo largo del corredor. donde dos marineros descubrieron el sur, me dijo ella con ternura. también están los libros regados por los espacios del ayer con sus historias por contar. las risas y sus riñas cotidianas de una vida que se hace de instantes. está la música de un clarinero, ese que siempre se aposenta al final del día para amanecer en el tiempo, donde los recuerdos se visten de silencio este domingo.
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nubes para un sombrero / 15
hoy tenemos un lunes fugitivo, se escapa por el borde de este calendario y la vida se vuelve un segundo en la eternidad. por eso nos queda la duda sobre el futuro en este lunes. es un día más en el respaldo del tiempo, una marca que debemos depositar en la fe primera, el dogma para vivir. de cierto sabemos que las secretarias van con el rímel agotado, los santos se visten de angustia y una huelga inicia este lunes. también comprendemos que los pordioseros invocan el nombre del pecado por el hambre, alguien pierde la fe, una mujer llora por su amante y el sicario implora a la virgen del acero, antes que el cielo corte este lunes. hoy es un lunes sin traza ni marca. no hay gloria en este día, no hay boda real, no hay persecución de terroristas y el delirio de los santos marca una fecha sin más. a veces la semana termina en lunes, ese que nos sirve para escapar del resto del tiempo. por eso sé que hoy tenemos un lunes fugitivo. 24 de marzo
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fue martes cuando ella regresó de la boda. además, tenía la esperanza del viaje para concretar la luna de miel. pero los viejos designios de los días y la visión de drake la condenaron al drama de la pasión prohibida. así que se arrancó el impoluto vestido blanco, se desnudó. tiró el ticket de viaje y se echó a dormir para llegar al límite del delirio. al ser libre no pagó a nadie la deuda moral, solo se fue, él nunca llegó, pero ella se hizo perfecta y rompió el hechizo de los días. 25 de marzo
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nubes para un sombrero / 17
descubren un planeta habitable y fue un domingo de resurrección cuando aquellos exploradores llegaron al límite, con las fuerzas casi extintas, por fin vieron la luz. allí estaba el mundo prometido. uno, el comandante espacial, lloró de emoción y se encomendó a dios. la travesía llena de peligros -al fin- había sido un éxito. llegaron. al descender a la superficie, para mayor sorpresa, encontraron una tremenda civilización. la armonía de las edificaciones les recordó el poderío clásico del florecimiento humano. por lo que el capitán abrió los brazos al cielo, se hincó y oró con fuerza, la humanidad se salvaba. pasados los segundos vitales un tremendo rayo lo fulminó. otra deidad malhumorada lo aniquiló por la soberbia del hombre. todos enmudecieron. 26 de marzo
18 / armando rivera
los jueves tienen el pudor del maniquí y la taza de café vespertina, bebida que nos implanta la vida al filo de una duda. los jueves esconden a los párrocos de la curia, personajes que entran secretamente en el placer de la vida. hay jueves cercanos a la disposición de los náufragos, como aquel viernes que llegó a la isla guiado por el súbito instinto de supervivencia. fue un jueves cuando aquella colegial se encontró ante la niebla del pecado y el brillo de la despedida. de esa historia sé que la certeza se nutre de nostalgia. por eso los jueves tienen el pudor del maniquí y la ferocidad de los gorriones al alba para encontrarte. 3 de abril
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nubes para un sombrero / 19
en los viernes lejanos, ícaro resuelve un crucigrama y las margaritas del laberinto son el deseo que intentas cumplir. este viernes apenas sale el sol para que puedas volar sobre el vasto océano del arrojo. tus alas son el viento que te arrastra por una alucinación y al fin comprendes que él no dibuja tus dudas. ella no regresa y tú inventas un dédalo, allí resuelves un rompecabezas para este viernes sin resurrección. 4 de abril
20 / armando rivera
los sábados sirven para que las estatuas de los parques desaparezcan. así los héroes de la patria se fugan a lugares increíbles, viajan distancias ignotas, donde nadie los recuerda, por eso se vuelven mortales. así nosotros somos más livianos, nos convertimos en titanes anónimos que se ocultan en la gloria del día. otros sábados llueve a las tres de la tarde, de esa cuenta sé que algunos carpinteros juegan con las astillas del perdón y cruje la fe de la redención. este sábado amaneció la luz en el borde de tu cama y tú inventas un itinerario de improbables para llegar a lo posible, sorbes el café de la mañana al amparo del deseo, donde nadie te ve encontrar la perfección de este sábado. 5 de abril
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aquel
domingo
todos los ángeles perdieron sus
alas. no hubo viento y el mar se hizo un cometa azul en el horizonte. además de una isla zarparon los barcos hacia el infinito y en la fuente del parque se instaló un huracán. por eso las flores se convirtieron en la trinchera de esta primavera y su belleza le sirvió a los colibrís de guarnición ante el derrumbe del sol. aquel domingo te levantaste ingrávida, dejaste las plumas en la almohada, abriste el sonido de la luz y en tu vientre germinó la brisa para las olas con ese color para un día marino. aquel domingo te hiciste horizonte en las alas de un ángel. 6 de abril
22 / armando rivera
algunos lunes tienen la ternura de un buitre al acecho. su feroz plumaje te diseña la semana. de esa relación, los ejecutivos de traje negro discuten la paz del orbe. alguien oprime un botón y la primera bomba estalla, luego te sirven un café. también una cruel escolar resuelve -con civismo- el día y se canta a la patria. todo se encuentra sin tacha, todo comenzó un lunes, según la referencia universal. el calendario lo condenó -en la imposición del tiempo- al estreno de la semana. así una sombra se hace acantilado en el inicio de tu reloj. por eso sé que tú arrancas a mordidas la hoja de este calendario de este lunes en derribo. 7 de abril
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nubes para un sombrero / 23
los martes sirven para casarse afirman las ninfas o para realizar viajes sin destino y con fecha de caducidad exponen los corsarios. los martes son la posición perfecta en el calendario del olvido. los martes son el juego de soles en la idea de mercurio a la sombra de júpiter. los martes son al fin de cuentas un día más en la vida. 8 de abril
24 / armando rivera
los jueves tienen la cualidad de incitar a las aves migratorias al retorno o ver volar a las jacarandas en los tejados ajenos. los jueves pertenecen, al ritmo dentro de los calendarios, a las deidades sabias y a las niĂąas bailarinas. los jueves distantes amanecen siempre en el murmullo de esta ciudad nuestra que se viste de luz cuando tĂş lo deseas.
10 de abril
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nubes para un sombrero / 25
fue un viernes cuando encontré una botella a la deriva, en su interior nadaban dos ballenas azules, viajaban incólumes al sur, frágiles, perdidas en el vasto océano de su cautiverio. fue viernes cuando la luz se hizo viento y las mareas me empujaron a tus costas. no hubo deidad que lo impidiera, incluso no hubo redención en la cruz. pero era viernes y los beatos bailaron al ritmo de la tercera caída. fue viernes cuando te encontré en el destello desnudo de la margarita y fue ese viernes que me inventaste para nacer del olvido. 11 de abril
26 / armando rivera
el silencio de este
sábado
es el asedio a la espe-
ranza, trae los recuerdos por delante y la memoria se derrumbará. dicen que no hay dios, otros opinan que vendrá. pero el sábado es una causa por deletrear. sé que los políticos duermen, el rapaz espera el momento de gloria, los pecadores la resurrección y tú ves caer las horas entre tu almohada y la duda. yo te espero en el borde de la pasión y la mariposa de tu piel anida en el delirio de mi dedos. 12 de abril
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este
domingo,
después de las negociaciones res-
pectivas entre las deidades y la administración terrícola, se acordó que la luna tenga viento. primero para que cualquier bandera hondee con libertad y, además, para que los selenitas -nobles habitantes lunares- puedan suspirar al amparo fresco de la brisa, ya sea por sus amores perdidos o por la destrucción de la tierra. este domingo se pactó, delicadamente entre adversarios acérrimos, que no habrá guerra en ninguna parte del planeta, para que el soplo lunar pueda ser el próximo eclipse rojo. este domingo amaneció la calma universal a la orilla de mi cama. este domingo -con la impaciencia y el hálito lunar- yo suspiro por tu terrible ausencia. 13 de abril
28 / armando rivera
ese
martes, después que víctor encontró la última
pieza, frankenstein dispuso que no podía viajar a ninguna parte, menos casarse. ese día, al anochecer, marte -el dios de la guerra- declinó de tal imposición; expuso, ante la audiencia, que la tonalidad roja de su sombra era el símbolo de la vida, no de la muerte. ese martes -por primera vez- el hombre-monstruo vio al firmamento y encontró un planeta rojo orbitando sobre tu cama. esa noche, en particular, una divinidad escarlata y él te susurraron al oído que la luna carmesí tenía una pasión que florecía ante tu mirada. esa noche tus labios danzaron suavemente en la boca de frankenstein y tú le dijiste, me inventaste al amparo atrevido del amor. ese díahubo un silencio largo como la sombra roja de este amanecer. 15 de abril
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fue un
miércoles cuando se abrió la audiencia. el
convicto expuso, me llamo gregorio, soy vendedor de telas y lo dijo con tal certeza -frente al tribunal- que un silencio denso se impuso, ni el suave murmullo de una cucaracha se oyó. en la oscuridad un solo de luna -en sol mayor- le aullaba al amanecer. afuera llovía semillas de noche y la humanidad entera hizo silencio. al alba del tercer día era sábado. nadie comprendió por qué, pero todos lo aceptaron. en el susurro tenue de la nostalgia viajan los recuerdos perdidos, me dijo ella. no había dios. ellos dicen que está muerto y gregorio llora por su ausencia. total -entre sustancia, cucaracha y el ser- la vida es un ritmo pasional de mareas y remolinos. hoy apenas me alcanza este diástole para amar la eternidad de tus labios. 17 de abril
30 / armando rivera
fue un día de primavera y ese amanecer hubo un misterio de santidad en el tiempo, creo que era viernes. para ser precisos fue cuando encontré cien mariposas en un instante. venían de lejos, huían de la furia de un dios, quien había destruido -por la ego manía de la adoración - a otra deidad. hubo un silencio crepuscular. algunos convictos lloraron. otros, los creyentes crueles, lo fustigaron. yo liberé una mariposa por cada punto cardinal, nueve más por las estaciones; tres por la luz. a los restantes seres del viento los convoqué para encontrar formas de amar y hacer el amor. así cada mariposa era una eternidad por eso entre instante y eternidad besé el viento y tú aprendiste a volar en el infinito, donde las divinidades juegan a ser felices. 18 de abril
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nubes para un sombrero / 31
los fieles creyentes, este sábado, afirman que no hay dios. pero yo encontré una manada de unicornios en el jardín -trenzaban su canto alegre- con un centenar de colibríes. la vida era un destello de claridad y tenía el olor del génesis. al filo de la tarde las mariposas migratorias se llevaron el cielo con su santo y su paria. apenas quedó prometeo con su castigo y culpa. el dios no pudo volver. pero el fuego estaba echado al viento y me consumía la pasión de ti. mis huesos fueron la memoria del polvo aquella noche que te amé hasta el deliro de la luz. este sábado la gloria se viste al alba de nuestra desnudez. 19 de abril
32 / armando rivera
solo una día al año, domingo de resurrección, eva es feliz y se debe a que los dinosaurios del edén todavía duermen. además, dios aún no sueña con crear el universo y el hombre, predador condicionado, camina por nuestra galaxia en expansión. solo un día al año, eva corre entre la luz y el tiempo. ella capta -en un instante- la imagen a color de la eternidad. solo una vez al año, tus labios son un cometa que vuela libre por mis emociones y ese día inventamos la vida cuando nuestros cuerpos son la semilla del retorno. 20 de abril
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nubes para un sombrero / 33
los lunes pinocho sueña que dios es una marioneta a imagen y semejanza, por eso tú existes con la posibilidad de crear el universo. los lunes el café matutino sabe a redención. los lunes, luego de la pascua, los semáforos cambian su intensidad. todo se vuelve tornasolado y el títere empieza a encajar las piezas del tiempo, lo hace con las sonrisas de la niñez, con las plumas de un pegaso y con los restos huracanados del viento. nada es perfecto, pero existe. así entre el lunes y el próximo día hay una vida que compartir, por eso, pinocho te regala un fósforo -de su epidermis- para que incendiemos de pasión el lunes. 21 de abril
34 / armando rivera
aquel martes, luego del ritual, emprendimos la travesía. obvio no íbamos a ítaca y menos a buscar las respuestas con la efigie. las dudas cotidianas no lo permitían, por eso el minotauro lloraba desconsolado. pero era un viaje de exploración. ¿a dónde vamos? preguntaste. recuerda, argumenté, este martes está cerrado por derribo y las ballenas son la estación glacial de la humanidad, tal vez su derrota final. de esa cuenta, el primer homínido juega al azar, emprende su itinerario -con garrote en mano- y se enreda en un albur con dios. al final, intuimos que ellos pierden. las preguntas son las semillas del futuro. este martes, el mundo gira torpe hacia el punto más lejano, allí naceremos desnudos al filo de la luz. 22 de abril
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solo un
miércoles -desde la creación del tiempo-
las nubes duplican la sombra y las ranas cantan su utopía. solo ese día los tiranos se levantan ciegos, la política es un poema infantil y nada impide que las flores ataquen las ciudades. ese miércoles existe para que nuestros cuerpos sean el sonido de la luz y la memoria del polvo dibuje el paisaje en el viento. hoy existe la posibilidad de encontrar dos galaxias en el borde de nuestra cama y oír a los nuevos amantes viajar al centro del tiempo. 23 de abril
36 / armando rivera
este jueves las ballenas azules aprenden a volar sobre el ocĂŠano, ellas son nubes que descienden suavemente en el desierto mĂĄs extenso del planeta, lo besan, lo hacen germinar. este jueves el viento es oeste en tus costas y no hay remolinos que te aten al dĂa. los jueves un par de vagabundos empujan un eclipse y entre astros se abrazan para que nuestras manos se encuentren al filo de la ternura. 24 de abril
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nubes para un sombrero / 37
a veces la herrumbre del tiempo va tallando la vida. por eso sé que cada sombra nos deja un recuerdo por vivir. a veces los viernes nos encontramos frente al precipicio del futuro y el viento nos otorga las alas. al suspirar sé que hay ángeles rudos que tocan la tuba y demonios tiernos, amantes de la poesía. ellos nos invaden en el vuelo y así -en la nocturnidad del día- llegamos al ocaso de un sábado por vivir. 25 de abril
38 / armando rivera
seis pájaros arrastran la claridad de este
sábado.
las últimas hebras de nocturnidad se van destejiendo en la caricia de la luz. el alba envuelve a los cuerpos amantes. seis lunas se instalan en la mesa de noche y una constelación talla el techo de tu habitación. somos aves melancólicas que en su brillo se traza el mapa para que antiguos marinos encuentren el primer deseo. hoy tenemos seis sábados en este amanecer nuestro. 26 de abril
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aquel domingo, los seres de la noche -formalmente trajeados de oscuridad- apostaron con la deidad de la luz. perdieron. amaneció. por consiguiente hubo una asamblea de dioses, discutieron sobre el destino del alba. no se logró un consenso. así ese día un quásar invadió la habitación. su destello era el faro en el espacio intergaláctico de la habitación y tú poseías una constelación en los hombros, como guía para los navegantes de la luz. ese domingo un coro de aves se instaló en la mesa de noche; entre chorchas, ruiseñores, mirlos y demás pájaros de dulce canto invocaron el amanecer, incluso, dejaron participar al gallo. este domingo clareó en la arista suave de nuestros cuerpos. este domingo es el inicio de un calendario porque la luz nos amparó desnudos . 27 de abril
40 / armando rivera
hoy los colores juegan en tu mirada y tienes mil instantes para una eternidad. este lunes un niño -en el áfrica- sueña con ser astronauta, los tiranos recogen flores y tú modelas la luz con tus manos. nada está quieto, todo se expande en la presencia del siguiente segundo. entonces, los imposibles son la combinación armónica del ímpetu que tiene la claridad de este lunes por abrir. 28 de abril
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nubes para un sombrero / 41
a qué huele la luz en la distancia tiene el viento acaso memoria o el mar altos edificios como olas dime si los recuerdos de los ancianos dibujan el paisaje o la mirada de aquella niña hace germinar la flor pregunto, porque este instante se parece a la eternidad donde las paredes son el olvido y el polvo la despedida cuéntame de los imposibles que atrapas en ese segundo frágil y eterno deja que la luz tenga olor el viento memoria y el mar altos edificios como olas mira el futuro en ese recuerdo levanta la claridad y vuelve vestida de color acá todo será eterno desde tu mirada.
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nubes para un sombrero / 45
hay trenes que recorren el amanecer e inventan las ciudades al alba. otros -como las antiguas locomotoras- duermen en los hangares al resguardo de las historias de encuentros y despedidas. entonces sĂŠ que los ferrocarriles crean distancias en nuestras vidas para hurgar en los adioses o en los abrazos de la comuniĂłn. 28 de abril
46 / armando rivera
a veces el cielo es el sonido de un acorde en escala mayor y baja a nuestras emociones antes de la luz. es -tengo la certeza- un infinito para azular el tiempo que cae a nuestro costado. a veces es un viaje lejano al sur, un amanecer imposible en el polo norte o la alegría de estas letras en la distancia. sé que el firmamento es una nube que germina cuando el planeta viaja una órbita y cae hasta la primavera. a veces florece en el respiro nuestro, la luz es la castidad que nos arropa desnudos. también sé que en lo profundo de tus labios hay un cielo que tiene el mapa para el retorno de la nubes migratorias y hace llover en tu almohada. 1 de mayo
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nubes para un sombrero / 47
la luz es la estela de los barcos en el desierto o la senda de los peregrinos en el mar. la luz es una estrella solitaria en la galaxia de andrómeda o los besos furtivos de los amantes en la punta del alba. por extraño que parezca, la luz es un recuerdo cuando cae la noche y uno inventa la sombra de las nubes al amparo frágil de la soledad. algunos sabios le llaman claridad, otros hacen tratados sobre su curvatura y la lejanía que tiene en el universo, incluso la equiparan con dios. pero yo sé que la luz es tu pupila cuando capta la eternidad de este instante. 2 de mayo
48 / armando rivera
hoy amanece para siempre. la luz es un movimiento en la ramas del ĂĄrbol vecino y tus dedos en mi espalda son el azar de esta claridad. tengo el deseo de un ocĂŠano cuando uno ama con la fuerza de un huracĂĄn o la ternura de una gota a la deriva. leo la alegrĂa de un clarinero en la parte oriental de la ciudad. un destello se talla en la sombra y los besos son la brisa de este mar caribe que me ata y la arena es un asteroide en la brida de los caballitos marinos que despiertan al deseo para siempre. 3 de mayo
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nubes para un sombrero / 49
ayer la luz del amanecer fue de un tono malva y la ciudad se arrastraba en el cálido tema de las sombras que crecen al filo de la claridad. al fondo, el silencio se amantó del ritmo denso de las calles y sus habitantes presurosos por llegar al ocaso, quemaron las naves del día. así una polifonía de recuerdos te invade y crees que los aviones son pájaros lejanos que migran por el cielo. oyes, en la distancia, el ruego de la pordiosera, las noticias del diario son tribulaciones que acompañas con la taza de café. así se inventa ese tono malva del día y tú debes cerrar los ojos por la ausencia del olor con que nos amamos. 5 de mayo
50 / armando rivera
constelado es el sonido de las estrellas que amanecen en el acantilado de la cama. por eso las alas de un pegaso -en vuelo nocturno- caen en mi espalda. tengo un crepĂşsculo con los seres de luz, quienes me inventan en la ternura, esa que persigue nubes embotelladas de suspiros. 7 de mayo
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nubes para un sombrero / 51
el motivo de la sombra es la luz, por eso sĂŠ que el rayo es la sensaciĂłn de un labio en el beso, te ilumina. hoy hay nuevos amantes, quienes florecen cuando una tormenta encuentra el cauce de las caricias -en los relĂĄmpagos- que otorga el deseo. nadie puede contra el brillo incandescente que te arrebata la piel en la sombra de la luz. 8 de mayo
52 / armando rivera
a veces la luz deja un rastro en la memoria y amanece en el perfil del sur. allí dos cuerpos dibujan una estela en la nocturnidad que los cobija. al fulgor tenue de ese destello se construyen mil risas de niños crisálida, quienes atrapan en los sueños a los cometas peregrinos. así el primer navegante traza los signos en la rosa de los vientos, para que los cuerpos amantes tejan el sendero de la luz en los recuerdos. 9 de mayo
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nubes para un sombrero / 53
en la geografía de la luz dos sombras pueden crear una caricia o la distancia entre una caracola marina y cien pájaros fugitivos. son, lo sabemos, seres incorpóreos que trazan los mapas de las estaciones. tiñen, cuando quieren, el cielo de rojo siena para ver los ocasos en el oriente de la cama o, a veces, juegan a dibujar los astros que se guardan en los bolsillos de los amantes. de esa cuenta cada quien lleva la figura de la luz en sus dedos. por eso sé que la luna es la comunión de este anhelo para llegar hasta tu sombra. 10 de mayo
54 / armando rivera
aquella luz dio golpes suaves en la ventana, traía la semilla, un invierno y las ganas de germinar en tu orilla. luego se sentó en la cornisa y vio las eras pasar. por una esquina asomó el rocío nocturno y un navegante, quien empujaba los alisios para jugar con las nubes, regó los océanos con el tiempo. luego se durmió y al tercer día ella nació en la claridad que tiene la vida cuando brota de la pasión. 11 de mayo
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nubes para un sombrero / 55
hoy encontré un rocío de luciérnagas en tu almohada, eran las estrellas que dejaste en el cielo de estos labios, trazos de luz en los sueños de los navegantes más solitarios que invaden nuestras costas. 13 de mayo
56 / armando rivera
entre mi cuerpo y tu cintura, yo me invento viento del amanecer. entre un labio y tu boca, tĂş eres gota de tornado. entre dos instantes y una mirada, nuestros cuerpos desnudos al amparo tibio de las sĂĄbanas fugitivas de la luz. 16 de mayo
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nubes para un sombrero / 57
los corderos insumisos no balan la sombra. por eso las ovejas insurrectas del insomnio atacan a los seres nobles de la noche, sobre todo, cuando tĂş no estĂĄs. asĂ entre un millar de luciĂŠrnagas y un conjuro de hormigas se invade la orilla oscura del tiempo. por eso la claridad es un espectro por caer y los corderos una distancia entre tu almohada y el primer beso para construir nuestro amanecer. 17 de mayo
58 / armando rivera
la luz de abril se hizo en la sombra de un pétalo, ató el rocío al hilo ligero de un ser con luz y es vientre en el tiempo cuando la semilla regresa de la memoria. sé que germina en los labios de esta claridad impuesta cuando te beso. por eso rozarte la boca es suspirar la luz de abril en el viento. 18 de mayo
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nubes para un sombrero / 59
el fantasma de la luz llegó cerca de la primera estación. dicen los seres ilustrados que era mayo, pero yo sé que fue el tiempo justo para atar las flores a los molinos y el viento a la semilla. fue en ese instante perpetuo que las palabras se pintaron en una antigua fotografía. la colgamos en nuestras emociones. hoy la claridad se mezcla suave con el café de la mañana en el muro del tiempo. 19 de mayo
60 / armando rivera
la luz es la soledad en la gota antes del rocío. guarda su equilibrio en la orilla de un infinito próximo, donde el pétalo es el sonido antiguo del alba. allí un murmullo suave inventa estos cuerpos que vagan alegres a nuestro costado. por eso sé que tú eres antes del rocío la gota que apunta la armonía en la luz. 20 de mayo
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nubes para un sombrero / 61
ato la luz como tu cuerpo a la transparencia del día que germina. nos inventa. dejo como constancia un rebaño de nimbos, dos luciérnagas y el suave afán del viento que desciende al costado del silencio. vivo suspendido en la claridad. ato por atar lo bello -por fundamental- al amanecer de la sombra que dibuja tu cintura en mi anhelo. 21 de mayo
62 / armando rivera
el viento se hace nudo cuando “los amorosos� se trenzan en la neblina del horizonte. por eso la claridad es paisaje al este de la cama. la tarde se viste de viento y la luz se teje en un lazo de sombras cuando los cuerpos comprenden el delirio. 22 de mayo
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nubes para un sombrero / 63
amar hasta volverse raíz en la luz del día. ser una sombra tenue -de este calendario- que nos inventa en el océano de la pasión. habitar en una esquina para descubrir en cada destello el alba. oír el sonido de la claridad cuando los relámpagos son las raíces de nuestros cuerpos en comunión. 24 de mayo
64 / armando rivera
tu luz inventa el aliento de la aguja que empuja el reloj de esta maĂąana. por eso existe el universo cada vez que tu mirada atrapa la eternidad. descubres cinco mares en la esquina del tiempo y otros dos en los cuerpos que caen en la claridad. atas el eco de la noche a tu almohada y revelas la ruta de los seres que migran de la pasiĂłn al amor. 25 de mayo
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nubes para un sombrero / 65
esta luz se envuelve de enigmas, crea la noche, te inventa en el precipicio de un ala. es un viento que arrastra este vuelo al sur del infinito. al llegar te encuentro en el misterio de la nocturnidad, esa que nos envuelve. somos el dorso de un suspiro y el anverso de la luz que nos atrapa. 26 de mayo
66 / armando rivera
la luz de la tarde talló el horizonte con la certeza de un celaje. allí las nubes jugaban al paisaje y los seres voladores eran el ensayo de los besos. unas sombras inventaron el sonido, de esa cuenta tengo un acorde mayor con cadencia de suspiro. fue la secuencia de un dios a dos días de la creación, por eso sé que en tu piel se tatuó la primera galaxia y el infinito cobró sentido. 27 de mayo
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nubes para un sombrero / 67
hoy la luz se desplazó, amaneció en la orilla de tu cama. dos veces el viento la hizo volver y tres veces el fuego la devolvió. era un destello de cuerpos desnudos en el filo de la pasión. hoy intenté buscar parte de mí y encontré una colección de claridades en el umbral del día, cuando la luz emigró hasta tu límite. 28 de mayo
68 / armando rivera
la luz cayó al flanco izquierdo del mundo, se hizo cielo en tu mirada. una vez claridad, amarró las primeras nubes del día y las hizo un cometa en mis deseos. ella me inventó a la sombra suave de su piel, cuando las luciérnagas son la ruta del mapa nocturno que concibe el placer. 30 de mayo
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nubes para un sombrero / 69
de tus labios a mi boca, descubrimos la semilla de la luz. allĂ germinĂł la lluvia y aprendimos de la palabra amar, nos hicimos debutantes por la virtud de la vida, en la intensidad de las nubes que inventan el color de las sombras y son el filo de los deseos enamorados de nuestros cuerpos en la claridad. 31 de mayo
70 / armando rivera
tenía una red de mariposas para atrapar la claridad del atardecer y una malla de pescadores que atajaba las sombras del amanecer. con eso podía atar los bordes del infinito. tenía el fulgor del “polvo enamorado” para viajar por los vericuetos de los cuerpos, con eso lograba delinear la intensidad de las nubes al filo del placer. entre las sombras y la claridad fuimos la comunión de estas nubes en la vida. final
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nubes para un sombrero / 71
7 nubes para un sombrero se terminó de imprimir, en el mes de julio 2014, en los talleres de ARMAR EDITORES, 11 Avenida 2-49 zona 15, Colonia Tecún Umán, Ciudad de Guatemala.