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la ViEja mEdicina dEl futuro
AIRE Y AGUA: ELEMENTOS VITALES PARA LA SALUD
El agua y el oxígeno son los elementos vitales por excelencia. Podemos pasar días sin ingerir alimentos pero no podemos decir lo mismo del agua, ni mucho menos del oxígeno, del cual no podemos privarnos ni siquiera cinco minutos. Por esta razón hoy vamos a concientizar el valor de estos en nuestra vida cotidiana.
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Esperar sentir sed para tomar agua es como esperar que un motor se recaliente para echarle agua. Cuando sentimos sed, es porque ya la deshidratación ha generado estragos en el organismo.
En cuanto a la respiración, muchos de nosotros no lo hacemos apropiadamente. Algunas personas respiran por la boca y otras lo hacen a nivel del tórax, bloqueando el músculo diafragma y dejando de ventilar la base abdominal de los pulmones.
Aire: Respirar Profundamente
La respiración toráxica frecuentemente ocurre en la mayoría de las mujeres y personas que han sufrido de asma u otros problemas respiratorios desde jóvenes. También están los que fuman o respiran en ambientes contaminados, para quienes requieren bares de oxígeno en las grandes ciudades.
La manera natural y fisiológica de respirar es la abdominal. Sabiéndolo hacer, podemos realizar respiraciones profundas y ventilar toda la capacidad efectiva pulmonar.
Si no sabemos respirar, seamos conscientes de su importancia porque en algún momento de nuestra vida dejamos de respirar bien. Son los momentos de ansiedad, cuando experimentamos baja vitalidad y energía, cuando estamos estresados o agitados, que seguramente no nos estamos oxigenando bien.
Es necesario realizar respiraciones profundas tantas veces como sea necesario a lo largo del día. Realicemos al menos unas tres respiraciones profundas y conscientes cada hora, pues notaremos la diferencia.
Agua: Hidratar Oportunamente
La hidratación adecuada se minimiza ante el consumo frecuente de bebidas gaseosas con colorantes y químicos artificiales. Las gaseosas están diseñadas para calmar la sed pero no para hidratarnos, ya que de esa manera se garantiza que la sed aparezca nuevamente y se produzca el consumo continuo del producto.
El agua es un componente que no puede sustituirse en el cuerpo. Necesitamos consumir agua y es importante hacerlo de la manera oportuna. Si tomamos agua mientras comemos, los jugos gástricos se disuelven y la digestión se dificulta. El agua con la comida influye también en la salivación, llevándonos a tragar sin mascar, generando a su vez indigestión, putrefacción y estreñimiento.
Lo recomendable es tomar agua antes o después de las comidas, pero no durante la misma. La cantidad diaria recomendable es 8 vasos que se pueden combinar entre agua y jugos naturales sin azúcar. Cuando estamos en lugares calientes o tenemos una elevada actividad física, se requiere mayor cantidad para compensar la sudoración y deshidratación que ello produce.
Tomado de: Manual de la Salud. Alimentación Sana. Dr Efraín Hoffmann.