Constancia Sexalescente

Cuando comencé a escribir este artículo para la revista, inicié un proceso de introspección interesante que me llevó a recordar cómo ha sido mi relación con la constancia, esa importante cualidad para la vida. En mis años de niña y adolescente desarrollé una constancia autoexigente y perfeccionista que se profundizó en los 22 años que fui monja, lo cual hizo que mi relación con esta “virtud” no fuese tan amigable porque practicarla, lejos de empoderarme, me desempoderó.

En este momento, a mis 62 años -toda una sexalescente- y después de haber recorrido un camino de 22 años de desarrollo personal, quiero contarles sobre la práctica de una constancia compasiva, amorosa, realista y viva que he descubierto en esta etapa de la vida. La sexalescencia se le llama a esta segunda adolescencia en la que los adultos mayores seguimos sintiéndonos jóvenes, vitales, activos, productivos y dueños de nuestro destino.

La constancia sexalescente, es una constancia amorosa, compasiva, dinámica, no acabada y viva, que me permite cumplir mis metas y transitar hacia el éxito de una forma más realista y más parecida a mi esencia. Es mi nueva manera de aplicar, la definición de constancia, propuesta por la Real Academia Española (RAE) que dice así: “Firmeza y perseverancia de ánimo en las resoluciones y en los propósitos”.

Si observamos esta definición desde la mirada sexalescente, la palabra clave sería ánimo, que según la RAE es: “alma o espíritu en cuanto es principio de la actividad humana”, entonces la “constancia sexalescente”, parafraseando estos dos conceptos, sería: Firmeza y perseverancia del espíritu joven en las resoluciones y en los propósitos de cada día. Hago énfasis en la acción diaria porque un espíritu joven, realista, compasivo, amoroso, divertido, se propone una sola meta a la vez.

En la práctica ha sido fundamental aprender desde la conexión conmigo misma y con mi sentir genuino (mi alma o espíritu joven) a priorizar qué es lo más importante cada día. Independientemente de todas las áreas de mi vida en las cuales existen aspectos importantes o pendientes que resolver, mi apasionante tarea es elegir cuál es la que en el día de hoy corresponde priorizar y decidirme por esa “única meta diaria”.

Te invito a conectar contigo misma y a encontrar desde tu particularidad, el ánimo firme y perseverante, tu propia manera de ser constante, de forma que esta constancia sexalescente, sea tu amorosa aliada en la concreción de tus proyectos profesionales, personales y sobre todo de tu proyecto de vida.

U n a ñ o d e a c o m p a ñ a m i e n t o g r u p a l e n v i v o p a r a q u e d e s a r r o l l e s e l h á b i t o d e l l e v a r t u s c u e n t a s e n o r d e n , e n f o c a r t e e n t u s p r o p ó s i t o s f i n a n c i e r o s y l o g r a r l a s m e t a s d e d i n e r o q u e d e s e a s .