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¿Qué significa tener fortaleza emocional?

La fortaleza emocional es mucho más que parecer que nada nos afecta. Tampoco implica aguantar cualquier cosa o persona. Tiene que ver con la manera en que atendemos nuestras necesidades emocionales ante cada evento. También en cómo nos adaptamos a los cambios y nuestra disposición a desmontar nuestros patrones de pensamiento para detectar contradicciones y ambigüedades que nos impiden renovarnos y seguir adelante.

Ésta refleja una salud mental atendida. Se desarrolla, no es una habilidad que se manifiesta solo con existir. Es un signo de madurez, ya que quien se hace cargo de sus emociones es alguien que conoce la responsabilidad afectiva. No garantiza una respuesta asertiva ante las situaciones. Sin embargo, darles importancia a las emociones permite explorar cómo funciona nuestro pensar, sentir y actuar. Esto siempre lleva a procesos de transformación que nos permiten disfrutar más la vida.

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No obstante, en términos culturales la fortaleza se asocia más a aguantar lo que la vida trae. Seguramente conoces alguna persona que parece que le ocurren las peores cosas y muestra buen ánimo. Da la impresión de que puede con lo que sea y hasta parece una buena fuente de sabiduría que puedes consultar si estás en problemas.

Vive tus emociones con valentía. Edúcate, prepárate y atiende tu salud mental con un especialista. Deja de aguantar o bloquear lo que sientes. Date el permiso de hacerte más libre.

Ten cuidado, emocionalmente no estamos hechos para aguantar lo que sea. Y estas personas que parecen lograrlo, lo que reflejan es un mecanismo de defensa que bloquea sus emociones. Es decir, dejaron de validar el impacto emocional que le dejan las situaciones y no se permiten conectar con lo que sienten. Esto por pensar que si atienden sus emociones no podrán con el desafío que se les presenta.

Todavía hay quienes ni se plantean detenerse unos minutos al día y darle nombre a lo que sienten. La mayoría piensa que el origen de sus emociones está en lo que ocurre o lo que hacen los demás. Pensar así nos hace víctimas de la circunstancia. Débiles y vulnerables, dominadas por un agente externo que dirige nuestro estado de ánimo.

Esto no tiene que ser así. Todo lo que sientes es importante, aun cuando sea una reacción infantil ante un hecho cotidiano y ya tienes más de 40 años. Ninguna molestia debe ser despreciada, ni rechazada o invalidada. Lo que no nos permitimos expresar no desaparece, se profundiza.

¿De qué manera puedes desarrollar tu fortaleza emocional?

Principalmente a través del autoconocimiento. Este es el que te va a informar acerca de tus temas vulnerables, los detonantes, las heridas o traumas que llevas contigo. Todos los seres humanos llevamos una herida emocional. Incluso aquellos que consideran que su vida no ha sido tan difícil. Estas heridas no son el resultado exclusivo de situaciones extremas. Los fracasos, los obstáculos o las expectativas rotas pueden destruir todo un mundo emocional.

Reconocer tus altibajos anímicos no cura la herida. Sanar implica cambiar nuestra manera de pensar con respecto a lo que nos invalida y cuando logramos satisfacer las necesidades emocionales que dejan las situaciones difíciles. Hacerlo es importante para poder desarrollar la entereza emocional que nos ayude a trascender los desafíos.

Vive tus emociones con valentía. Edúcate, prepárate y atiende tu salud mental con un especialista. Deja de aguantar o bloquear lo que sientes. Date el permiso de hacerte más libre con cada experiencia. Construye la fortaleza emocional que te ayudará a evolucionar. Cualquier momento es bueno para empezar.

Hasta pronto

Lourdes Tagliaferro

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