Kerigma abril 2016

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Arquidiócesis de Ibagué - Abril 2016 17

“Si no quieres sufrir no ames, ¿pero si no amas, para qué quieres vivir?”. (san Agustín)

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El Señor ha estado

grande con nosotros

“Pablo dice algo bello: si tú, delante a Él, no eres fiel, Él permanecerá fiel porque no puede renegarse a sí mismo, la fidelidad en la misericordia es el ser de Dios. Y por esto Dios es totalmente y siempre confiable.”. PP. Francisco.

“Cómo no sentir, en medio de los tiempos procelosos que transcurren, que la Iglesia de Cristo vive”. (Padre, Mario García Isaza).

No se puede vivir la pascua, sin entrar en el misterio Pág.4

Lo antiguo conocido y lo nuevo por conocer Pág.6

El sacerdote, servidor de la misericordia Pág.11 Dos mártires a causa de la violencia en Colombia

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Abril 2016

Pascua y misericordia Mi cordial saludo en Cristo resucitado a todos los lectores de nuestro Periódico Kerigma y a todo su equipo de trabajo encabezado por el P. Jairo Yate quien amablemente me ha invitado a participar. ¿Qué tienen que ver la misericordia de Dios y el misterio de la Pascua? Tienen todo que ver! De hecho, la misericordia divina llega a su culmen en la Pascua de Jesucristo. El Hijo de Dios se encarna y se hace hombre y ofrece hasta la última gota de sangre por la salvación del mundo y luego resucita glorioso derrotando la muerte y mostrándonos una nueva vida más perfecta y plena. Estos hechos prodigiosos no sólo se limitan a una experiencia –ciertamente grandiosa– en la persona de Cristo, sino que por medio de la Iglesia y de la gracia que ella administra, nos hacemos partícipes de ese mismo camino que conduce a la eterna felicidad en el cielo. Cómo puede ser esto posible? Sólo por el amor infinito de Dios, que se “ingenió” el modo para que, por los méritos de Nuestro Señor crucificado y resucitado, nosotros también podamos tener una vida sobrenatural que nos permita alcanzar la santidad, para que así estemos en condiciones de entrar al cielo al terminar nuestra vida en la tierra. Efectivamente, la Misericordia de Dios para con nosotros es tan grande y tan concreta, que por medio de la Iglesia

Buenas noticias para la familia católica Calle 10 Nº 2-58 Tel: 2636918 - 2611680 www.arquidiocesisdeibague.org Consejo Directivo Mons. Flavio Calle Zapata Mons.Miguel Fernando González Mariño Mons.Gustavo Vásquez Montoya Director P. Jairo Yate Ramirez Diseño Editorial Andrea C. Hernández S. Impresión Editorial La Patria S.A.

que Él fundó, su Magisterio, su litúrgia, pero especialmente sus sacramentos, podamos recibir y vivir la vida que Él enseñó. Atención amigos: una cosa es que leyendo los Evangelios conozcamos lo que Cristo predicó y otra cosa muy distinta es que podamos hacer lo que Él hizo y enseñó. Una cosa es la teoría y otra la práctica, una cosa es la partitura y otra cosa es la música. Una cosa es saber que hay que perdonar 70 veces 7 o que hay que amar a los enemigos y otra cosa hacerlo. No basta nuestra buena voluntad para poder imitar a Jesús. La voluntad, la inteligencia, la creatividad, la constancia y todas las demás capacidades, utilizadas por amor a Dios son necesarias para poder imitar a nuestro Salvador, pero sin la gracia de Dios nada podemos hacer… nos quedarímos con las ganas, simplemente seríamos unos perfeccionistas, nada más. “Sin mí nada podrán hacer” nos lo dijo claramente el Señor y además nos prometió: “Yo estaré con ustedes hasta el final de los tiempos”. Jesús no sólo vino a la tierra para abrirnos las puertas del cielo al darnos su vida para salvarnos, sino que además nos acompaña, ayuda, alimenta, fortalece, perdona e ilumina, para que podamos llegar a tan ansiada meta! Jesús resucitado nos ayuda a llegar al cielo. Ahí está la Misericordia de Dios! Por el Bautismo el Epíritu Santo se instala en nuestra alma, llega a vivir en nosotros establemente, y nos capacita para obrar santamente, pues es el mismo Espíritu que anima a Jesucristo. Ser santos no es hacer milagros ni prodigios fuera de lo común, ni tener experiencias místicas extraordinarias, ni levitaciones ni hablar en lenguas extrañas. Ser santos, es decir, estar en condiciones para entrar al cielo, es “dejar obrar a Dios”, a ese Dios que habita en nuestra alma cuando está en gracia de Dios, como sabiamente lo explica Benedicto XVI. Por los demás sacramentos Dios nos sigue llegando a lo largo de la vida la gracia divina necesaria para que podamos ir santificandonos. La gran misericordia de Dios ante el misterio de la Pascua, consiste entonces en que Jesús no triunfa solo, sino que nos hace partícipes de su triunfo, permitiéndonos hacer realidad en nuestras vidas aquella gran exigencia: “Sean santos como yo soy santo”. Felices Pascuas de Resurrección. +Miguel Fernando Obispo Auxiliar de Ibagué

La confesión es el lugar privilegiado de la Misericordia de Dios

La misericordia, antes que una actitud o una virtud humana, es la elección que hace Dios a favor de cada ser humano destinada a su eterna salvación; elección sellada con la sangre del Hijo de Dios. Así lo ha indicado el papa Francisco en su discurso a los participantes del curso anual sobre el Fuero Interno, promovido por la Penitenciaría Apostólica. De este modo, aseguró que la divina misericordia puede alcanzar gratuitamente a todos aquellos que la invocan, porque “la posibilidad del perdón está realmente abierta a todos, es más, está abierta de par en par, como la más grande de las ‘puertas santas’, porque coincide con el corazón mismo del Padre, que ama y espera a todos sus hijos, de forma particular a los que se han equivocado más y están lejos”. Asimismo, el Pontífice precisó que la misericordia del Padre puede llegar a cada persona de muchas formas: a través de la apertura de una conciencia sincera; por medio de la lectura de la Palabra de Dios que convierte el corazón, mediante un encuentro con una hermana o hermano misericordiosos; en las experiencias de la vida que nos hablan de heridas, de pecado, de perdón y de misericordia. En esta línea, recordó que el sacramento de la reconciliación es “el lugar privilegiado para experimentar la misericordia de Dios y celebrar la fiesta del encuentro con el Padre”. El Papa indicó que la fiesta es parte del sacramento, del mismo modo que lo es la absolución. Asimismo, subrayó que cuando, como confesores “nos dirigimos al confesionario para recibir a los hermanos y hermanas, debemos siempre recordar que somos instrumentos de la misericordia de Dios para ellos” y por tanto hay que estar “atentos a no poner obstáculos a este don de salvación”. Por eso es necesario tener siempre “actitud de fe humilde y generosa, con un único deseo, que cada fiel pueda experimentar el amor del Padre”. Por otro lado, el papa Francisco reconoció que cada fiel arrepentido, después de la absolución del sacerdote,

tiene la certeza, por fe, que los pecados ya no existen, son cancelados por la divina misericordia. A propósito, reconoció que le gusta pensar que Dios tiene una debilidad: mala memoria. Los pecados ya no existen –precisó– porque el Señor los olvida. Por eso es importante que “el confesor sea también un ‘canal de alegría’ y que el fiel, después de haber recibido el perdón, no se sienta más oprimido por la culpa”. También señaló que “somos guardianes, nunca padrones, tanto de las ovejas como de la gracia”. El Papa exhortó a poner en el centro, y no solo en el Año Jubilar, el sacramento de la reconciliación, “verdadero espacio del Espíritu Santo en el cual, todos, confesores y penitentes, podamos experimentar el único amor definitivo y fiel, el de Dios por cada uno de sus hijos, un amor que no decepciona nunca”. Para concluir, Francisco dio un consejo a los presentes para las situaciones en las que no se puede dar la absolución. Les recomendó buscar siempre un camino, porque muchas veces se encuentra. Por eso recordó que además del lenguaje hablado existe “el lenguaje de los gestos”. Y les pidió que hablen como padres, recuerden al fiel que Dios les ama y les den la bendición. De tal modo que estas personas puedan salir de confesionario con la sensación de haber encontrado un padre y no de haber sido regañados. Fuente: Zenit. Ciudad del vaticano.


Una hermosa jornada arquidiocesana

Abril 2016

Autor: Padre, Mario García Isaza. Formador seminario mayor de Ibagué, Colombia.

Acabamos de vivir, quienes formamos la familia arquidiocesana de Ibagué una jornada espléndida, cargada de emociones, pletórica de contenido espiritual y eclesial, transida de sentimientos de alegría, llena de “eucaristía” en su sentido etimológico : acción de gracias. En la mañana del sábado 19 de marzo, fiesta de San José, en la iglesia Catedral totalmente colmada, con el Pastor de esta grey ferviente, monseñor Flavio Calle, vivimos un quíntuple acontecimiento; tal vez sería mejor decir que vivimos y sentimos el paso de Dios, que nos salía al encuentro con cinco significativas realidades : a más de celebrar, contagiándonos de la ferviente devoción de nuestro Arzobispo, al Esposo de María y Padre nutricio del Señor, participamos de la Eucaristía crismal, celebración sacerdotal por excelencia; renovamos los compromisos sacerdotales que un día, ya muy lejano en el tiempo para algunos de nosotros, no tanto para muchos, habíamos hecho con emoción el día de la ordenación sacerdotal ; experimentamos la alegría de participar en la ordenación presbiteral de dos nuevos sacerdotes, y recibimos con regocijo al nuevo obispo auxiliar de Ibagué, Monseñor Miguel Fernando González. No podían caberle más ingredientes a esta jornada. ¡Qué abrebocas más rico para los acontecimientos de fe

Autor: Padre, Jairo Yate Ramírez. 3 de abril 2016. “Les traigo la paz”, dicho esto, les mostró las manos y los pies. Juan 20,19-31. Todo cambia justamente cuando el resucitado se hace presente en medio de nosotros. Es como si el Maestro dijera: “los perdono, no teman, he vencido la muerte”.

que vamos a celebrar durante la semana santa! Cómo no sentir, en medio de los tiempos procelosos que transcurren, que la Iglesia de Cristo vive; que la fe sigue alentando en muchísimos corazones; que la rati-

ficación de la entrega de nuestros sacerdotes y su fidelidad sigue teniendo como sustento lo que el Señor les dice: vayan…como el Padre me envió yo los envío…no tengan miedo…yo estaré con ustedes… Cómo no experimentar gozo profundo al constatar que hay aún jóvenes que tienen la valentía de consagrarle a Dios, en el servicio de la Iglesia, su juventud, sus energías, su vida. Cómo no admirar el sentido católico y eclesial de una comunidad que recibe con alborozo filial y sincero a los pastores que, en nombre del mismo Cristo, el santo Padre le envía. Sobrada razón tuvo monseñor Miguel Fernando al encabezar sus palabras de agradecimiento, al final de la celebración, diciendo con voz emocionada: EL SEÑOR HA ESTADO GRANDE CON NOSOTROS, Y ESTAMOS ALEGRES.

10 de abril 2016. “Nadie se atrevió a preguntarle, quién era; pero sabían que era el Señor”. Juan 21,1-19. Es el discípulo amado quien reconoce a Jesús: solo el que tiene experiencia de amor, sabe leer las señales del salvador del mundo. 17 de abril 2016. “Mis ovejas obedecen cuando yo las llamo: yo las conozco, y ellas me siguen”. Juan 10, 27-30. Cristo es el buen pastor, a diferencia de muchos, que convencidos de pastorear a su pueblo, lo único que hacían era obrar como ladrones y salteadores. 24 de abril 2016. “Voy a estar poco tiempo con ustedes. Les doy un mandamiento nuevo: ámense los unos a los otros”. Juan 13, 31-33ª.34-35. Si la gloria de Jesús se hace presente en el amor oblativo, sus discípulos no pueden hacer sino lo mismo que el Maestro: Amarse.


Abril 2016

No se puede vivir la pascua, sin entrar en el misterio

Papa Francisco: «Entraron en el sepulcro y vieron a un joven sentado a la derecha, vestido de blanco» (Mc 16,5). Las mujeres fueron las primeras que vieron este gran signo: el sepulcro vacío; y fueron las primeras en entrar. «Entraron en el sepulcro». En esta noche de vigilia, nos viene bien detenernos en reflexionar sobre la experiencia de las discípulas de Jesús, que también nos interpela a nosotros. Efectivamente, para eso estamos aquí: para entrar, para entrar en el misterio que Dios ha realizado con su vigilia de amor. No se puede vivir la Pascua sin entrar en el misterio. No es un hecho intelectual, no es sólo conocer, leer... Es más, es mucho más. «Entrar en el misterio» significa capacidad de asombro, de contemplación; capacidad de escuchar el silencio y sentir el susurro de ese hilo de silencio sonoro en el que Dios nos habla (cf. 1 Re 19,12). Entrar en el misterio nos exige no tener miedo de la realidad: no cerrarse en sí mismos, no huir ante lo que no entendemos, no cerrar los ojos frente a los problemas, no negarlos, no eliminar los interrogantes... Entrar en el misterio significa ir más allá de las cómodas certezas, más allá de la pereza y la indiferencia que nos frenan, y ponerse en busca de la

verdad, la belleza y el amor, buscar un sentido no ya descontado, una respuesta no trivial a las cuestiones que ponen en crisis nuestra fe, nuestra fidelidad y nuestra razón.

Para entrar en el misterio se necesita humildad, la humildad de abajarse, de apearse del pedestal de nuestro yo, tan orgulloso, de nuestra presunción; la humildad para

redimensionar la propia estima, reconociendo lo que realmente somos: criaturas con virtudes y defectos, pecadores necesitados de perdón. Para entrar en el misterio hace falta este abajamiento, que es impotencia, vaciándonos de las propias idolatrías... adoración. Sin adorar no se puede entrar en el misterio. Todo esto nos enseñan las mujeres discípulas de Jesús. Velaron aquella noche, junto la Madre. Y ella, la Virgen Madre, las ayudó a no perder la fe y la esperanza. Así, no permanecieron prisioneras del miedo y del dolor, sino que salieron con las primeras luces del alba, llevando en las manos sus ungüentos y con el corazón ungido de amor. Salieron y encontraron la tumba abierta. Y entraron. Velaron, salieron y entraron en el misterio. Aprendamos de ellas a velar con Dios y con María, nuestra Madre, para entrar en el misterio que nos hace pasar de la muerte a la vida. Fuente: Zenit.

Catequesis y Misericordia Autor: Hermana Beatriz Elena Ramírez. Delegada arquidiocesana para la catequesis, Ibagué, Colombia.

En el Marco de este año Santo de la Misericordia, en que se nos invita a ser una iglesia misericordiosa; si la misericordia es la esencia de Dios revelada, por Jesús, por la Iglesia, que somos todo los bautizados, ha de seguir entonces las huellas del Señor, ha de ser clemente y misericordiosa, ha de ser la Iglesia de los que sufren, de los pobres, ha de ser una Iglesia que sale a hacia las periferias en busca de la oveja perdida. Muy apreciados catequistas hemos escuchado la voz de Dios a tra-

vés de nuestros Pastores, en nuestras formaciones, en su palabra y en todas las cosas donde sentimos admiración por la gran bondad y misericordia de Dios al llamarnos a vivir este servicio de la Catequesis. Nos recuerda el Santo Padre Francisco una y otras vez. “Tenemos que salir a hablarle a esta gente de la ciudad a quien vimos en los balcones. Tenemos que salir de nuestra cáscara y decirles que Jesús vive, y que Jesús vive para él, para ella, y decírselo con alegría... aunque uno a veces parezca un poco loco. El mensaje del Evangelio es locura, dice San Pablo. El tiempo de la vida no nos va a alcanzar para entregarnos y anunciar esto que Jesús está restaurando la vida. Tenemos que ir a sembrar esperanza, tenemos que salir a la calle. Tenemos que salir a buscar” “¿Y nosotros nos vamos a quedar en casa? ¿Nos vamos a quedar


Abril 2016

en la parroquia, encerrados? ¿Nos vamos a quedar en los comentarios injustificados de la vida parroquial, o del colegio, en las internas eclesiales? ¡Cuando toda esta gente nos está esperando! ¡La gente de nuestra ciudad! Una ciudad que tiene reservas religiosas, que tiene reservas culturales, una ciudad preciosa, hermosa, pero que está muy tentada por Satanás. No podemos quedarnos nosotros solos, no podemos quedarnos en la parroquia y en el colegio. ¡Catequista, a la calle! A catequizar, a buscar, a golpear puertas. A golpear corazones”

Papa Francisco El catequista tiene que ser, hombre y mujeres revestidos de la gracia de Cristo, de fe, personas que viven desde y con la palabra, como verdaderos discípulos seguidores del Señor; Catequistas que hacen experiencia de Dios, que ayuda a otros a hacer su propio camino en la fe, deben ser verdadero educadores en la fe, testigos más que maestros, Artesanos de la obra de Dios desde la Miseria propia y desde la miseria a quien catequizamos, hombres y mujeres de testimonio y enseñanza, es decir que enseñe a poner a Cristo en el centro de la propia vida. Por eso hay una necesidad urgente de la formación de los catequistas; por que la catequesis es una de las tareas más importantes y que merece mayor atención en nuestras comunidades parroquiales, ya que esta tarea de ser catequista nace de corazones generosos y arriesgados a entregar el pan de la palabra a quien tiene hambre de ella, este servicio llega a ser eficaz, cuando el catequista se dispone a través de la práctica, del testimonio, la oración la preparación adecuada de la catequesis, de la concientización de que son educadores en la fe, por lo tanto la formación debe ser un proceso permanente, y más que aprender conceptos o técnicas innovadoras de cómo dar la catequesis es ir a lo esencial vivir una experiencia profunda de Dios

y llevar a los catequizados a vivir en esta misma experiencia, de esta forma respondemos a las exigencias que nos presenta el mundo actual.

Los catequistas deben ser:

1. Adoradores que enseñen a adorar y a contemplar: “hoy más que nunca se hace necesario enseñar a adorar a nuestros catequizados, para que nuestra catequesis sea verdaderamente iniciación y no solo enseñanza” (2002) 2. Hombres y mujeres de palabra: El catequista ha de ser maestro y educador, “el catequista está llamado a ser pedagogo de la comunicación, quiere y busca que el mensaje se haga vida” (2005). 3. Testigos más que maestros: la catequesis es trasmisión de la fe y del mensaje “necesitamos de la experiencia fundante de una fe sencilla que se hace vida” (2008). 4. Artesanos del Cuidado: es un hacerse cargo de la realidad y de los demás “cuando alguien siente que se están haciendo cargo de su problema, descansa, confía, camina con más fuerza, madura, cuando alguien sienten que lo cuidan y que lo cuidan bien se siente persona y crece en libertad”. 5. Ciudadanos sin fronteras: la misión del catequista se comprende entre el arraigo y la misión, o sea al lugar concreto donde vivimos, Dios habita allí, por lo tanto es allí donde debemos buscarlos donde está la Iglesia (2011). En conclusión la catequesis entendida como camino, como apertura al misterio, como celebración, como memoria de alegrías y tristezas, como un hablar de Dios, como un insertarse en la realidad, como un abrir puertas y ventanas de tantos corazones desolados, como un jugárselo todo por el Señor de Señores, entendida así, tendremos verdaderamente hombres y mujeres de Cristo.

Mujer, gracias por ser como eres Hoy, nos dicen -y a lo mejor nos lo creemos- que es el DIA INTERNACIONAL DE LA MUJER TRABAJADORA... y no deja de resultar un poco absurdo que nos programen un “día especial” para reconocer y valorar el con tributo generoso..., dinámico..., creativo..., entusiasta..., de tantas y tantas mujeres en la tarea de construir una nueva sociedad... Pues hoy y siempre: EN HORABUENA para cuantas trabajáis... -todas lo hacéis-, desde los grandes escenarios de la vida pública hasta ese trabajo callado y poco reconocido en las tareas habituales del hogar, convencidas de que, sin cada una de vosotras nuestro mundo moriría de frío por la ausencia de ternura y la falta de calor humano... MUJER...: gracias por tu presencia que es vida y dinamismo...; gracias por tu calor humano... por tu cercana presencia...; gracias por SER COMO ERES!... Que la vida te sonría..., que los días transcurran deparándote gratas sorpresas...; que continúes siendo la que con tu

presencia, eres “sedante” cuando el mundo se desboca en la locura de la noche... Tu palabra es un eco del “Sermón de la Montaña” que interroga cuando la ambición opaca los caminos de la ética... Tu pasión es fuerza de Dios..., es aliento..., es vida que sublima las potencias de la humanidad... En ocasiones es fácil escuchar cómo se magnifica a las mujeres de antes, denostando a las mujeres de hoy. No deja de ser un grave error puesto que, a pesar de que han variado las circunstancias externas, y han ido cambiando las necesidades familiares, permanecen por supuesto la ternura..., la delicadeza..., la feminidad...; y todo ello unido a la dedicación, el amor y la entrega... Amig@, en nuestro diario vivir es fácil percibir todo el caudal de sentimientos que alberga el corazón femenino y a los que se refiere un escritor cuando dice: “ Tan sólo hay una cosa en este mundo que es más hermosa y mejor que la mujer: LA MADRE!!!... Autor:Xavier -Sacerdote español.


Marzo 2016

Autor: Padre, Juan Carlos Zuñiga, licenciado en filosofía y ciencias religiosas, universidad católica de oriente. Sacerdote, arquidiócesis de Ibagué. Colombia.

La Sagrada Escritura describe al hombre deteriorado por el pecado, como el hombre viejo, el hombre marcado por la antigua mancha del pecado, el hombre esclavizado por sus pasiones, apetitos desordenados, bajos instintos. Vivir en el pecado es vivir en oscuridad y en sombras de muerte, es vivir esclavizados de las obras de la carne tal como narra san Pablo en la carta a los Gálatas en el capítulo quinto cuando escribe: “Ahora bien, las obras de la carne son conocidas: fornicación, impureza, libertinaje, idolatría, hechicería, odios, discordias, celos, homicidios, iras, rencillas, divisiones, disensiones, envidias, borracheras, orgías y cosas semejantes, sobre la que os prevengo, como ya antes os previne, que quienes hacen tales cosas no heredarán el reino de Dios. (Gal 5,19-21). La vida de un esclavo es muy horrible y con los vicios que no convienen ni para el alma, ni para el cuerpo, ni para la economía familiar podríamos caer en la antigua servidumbre del pecado y en una esclavitud peor que la de los esclavos negros de la época de San Pedro Claver, el cual fue, un sacerdote Jesuita, que tomó por lema de su vida y escribió con sangre: “Pedro Claver esclavo de los esclavos negros por siempre”. ¿Como era la vida de un esclavo en la antigüedad concretamente a finales del Siglo XVI e inicios del Siglo XVII? lo describe el Padre Alonso de Sandoval cuando relata como eran traídos los negros esclavos desde el África, hasta Cartagena donde los echaban hacinados en barcos de 300 a 500 o hasta 600 esclavos, encadenados, maltratados, les daban escasa comida un poquito de millo crudo cada 24 horas y un pequeño jarro de agua de bebida, y recibían mucho palo, muchos azotes, muchas malas palabras, encerrados en el barco sin ver el sol y la luna y llegaban esqueléticos y hasta con miedo porque pensaban que los iban a fritar en aceite. Se les contemplaba enfermos, desnudos y sin abrigo ni amparo alguno. Salían a tierra los ponían en un gran patio o corral donde acudía mucha gente, unos llevados de curiosidad, otros de codicia y otros de compasión y misericordia como la que usaban con ellos los padres Jesuitas (Cf. Alonso de Sandoval, S.J “El mundo de la esclavitud negra en América”. Bogotá Pág. 107-108) “Sus amos eran para

Lo antiguo conocido y lo nuevo por conocer

ellos más fieras que hombres” (Op.cit p 194). Pero la Sagrada Escritura nos da un maravilloso mensaje y es que nuestro Dios es un Dios que libera, que nuestro Dios es un Dios que salva y sobre todo en los momentos de máximo peligro, basta ojear el libro del Éxodo en la Biblia para notar que Dios saca con todo su poder al pueblo de la antigua esclavitud de Egipto y lo conduce a una vida nueva en la libertad dela tierra prometida que mana leche y miel. Esto lo podemos notar en la vida de una santa de la iglesia traída a colación por el papa Benedicto XVI en su bella encíclica “En esperanza fuimos salvados” “ Spes Salvi” donde Su Santidad escribe: “El ejemplo de una santa de nuestro tiempo puede en cierta medida ayudarnos a entender lo que significa encontrar por primera vez y realmente a este Dios. Me refiero a la africana Josefina Bakhita, canonizada por el Papa Juan Pablo II. Nació aproximadamente en 1869 –ni ella misma sabía la fecha exacta– en Darfur, Sudán. Cuando tenía nueve años fue secuestrada por traficantes de esclavos, golpeada y vendida cinco veces en los mercados de Sudán. Terminó como esclava al servicio de la madre y la mujer de un general, donde cada día era azotada hasta sangrar; como consecuencia de ello le quedaron 144 cicatrices para el resto de su vida. Por fin, en 1882 fue comprada por un mercader italiano para el cónsul italiano Callisto Legnani que, ante el avance de los mahdistas, volvió a Italia. Aquí, después de los terribles « dueños » de los que había sido propiedad hasta aquel momento, Bakhita llegó a conocer un « dueño» totalmente diferente –que llamó « paron » en el dialecto veneciano que ahora había aprendido–, al Dios vivo, el Dios de Jesucristo. Hasta aquel momento sólo había conocido dueños que la despreciaban y maltrataban o, en el mejor de los casos, la consideraban una esclava útil. Ahora, por el contrario, oía decir que había un « Paron » por encima de todos los dueños, el Señor de todos los señores, y que este Señor es bueno, la bondad en persona.

Se enteró de que este Señor también la conocía, que la había creado también a ella; más aún, que la quería. También ella era amada, y precisamente por el « Paron » supremo, ante el cual todos los demás no son más que míseros siervos. Ella era conocida y amada, y era esperada. Incluso más: este Dueño había afrontado personalmente el destino de ser maltratado y ahora la esperaba « a la derecha de Dios Padre ». En este momento tuvo « esperanza »; no sólo la pequeña esperanza de encontrar dueños menos crueles, sino la gran esperanza: yo soy definitivamente amada, suceda lo que suceda; este gran Amor me espera. Por eso mi vida es hermosa. A través del conocimiento de esta esperanza ella fue « redimida », ya no se sentía esclava, sino hija libre de Dios. Entendió lo que Pablo quería decir cuando recordó a los Efesios que antes estaban en el mundo sin esperanza y sin Dios; sin esperanza porque estaban sin Dios. Así, cuando se quiso devolverla a Sudán, Bakhita se negó; no estaba dispuesta a que la separaran de nuevo de su « Paron». El 9 de enero de 1890 recibió el Bautismo, la Confirmación y la primera Comunión de manos del Pa-

triarca de Venecia. El 8 de diciembre de 1896 hizo los votos en Verona, en la Congregación de las hermanas Canosianas, y desde entonces –junto con sus labores en la sacristía y en la portería del claustro– intentó sobre todo, en varios viajes por Italia, exhortar a la misión: sentía el deber de extender la liberación que había recibido mediante el encuentro con el Dios de Jesucristo; que la debían recibir otros, el mayor número posible de personas. La esperanza que en ella había nacido y la había «redimido » no podía guardársela para sí sola; esta esperanza debía llegar a muchos, llegar a todos”.(Benedicto XVI Spes Salvi Numero 3).

Estamos en el tiempo litúrgico de la pascua en la cual se nos invita a pasar de lo antiguo conocido es decir a dejar atrás “al hombre viejo seducido por las concupiscencias” (Ef 4,22) por una vida de maldad, por las obras de la carne, esclavizado por el pecado, para pasar a lo nuevo por conocer es decir a “renovar el espíritu de nuestra mente, y a revestirnos del hombre nuevo, creado según Dios, en la justicia y santidad de la verdad” (Ef 4,23-24). Es precisamente eso la pascua pasar del pecado a la gracia de Dios, de las tinieblas a la luz, de la desesperación y angustia, a la esperanza y la paz, de la esclavitud a la libertad, de la muerte a la vida. pues: “Para ser libres nos libertó Cristo. Manteneos pues firmes y no os dejéis oprimir nuevamente bajo el yugo de la esclavitud” (Gal 5,1) En el cual se nos invita a dejando atrás las obras de la carne que producen muerte y esclavitud, dejarnos guiar por los frutos del Espíritu Santo que dan libertad y vida. Esos frutos son: “amor, alegría, paz, modestia, generosidad, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio de sí, castidad” (Gal 5, 23-24ª). Que bueno hacer realidad el mensaje de su santidad Francisco para la jornada de la paz 2015 “ya nunca más esclavos sino hermanos” y pasar entonces de lo antiguo conocido a lo nuevo por conocer.


Abril 2016

Las Virtudes Teologales Es una bondad PRIMERA PARTE de Dios, el Autor: Marina Enciso Velásquez. Administrador Público. Especialista en Control Interno – UNMG. Parroquia nuestra señora de Lourdes, en Ibagué, Colombia.

P

ara comprender “las virtudes teologales”, conozcamos el origen de sus términos. La palabra virtud proviene del término del latín para hombre: vir; el término compuesto virtus (virtud) significa poder, fortaleza, habilidad; cualidades que para los antiguos, debía poseer todo varón virtuoso. Las virtudes no son innatas, ni se aprenden de un día para otro, no se logran con los estudios ni se demuestran con títulos. Son cualidades firmes y estables en la persona que va perfeccionando su inteligencia y su voluntad. Al cultivar las virtudes mostramos nuestro deseo de alcanzar la plenitud humana, que a su vez, nos facilita comprender mejor la verdad y a realizar buenas acciones, no de manera esporádica, sino como una manera de ser, como parte de nuestra naturaleza a la hora de sentir, de pensar y de actuar. ¿Qué es lo contrario a las virtudes? los vicios, que son también hábitos adquiridos por la repetición de

actos contrarios al bien. Ahora bien, el término “teologal” es referente a la teología, que es el estudio que trata de Dios. Proviene de las palabras griegas theos (Dios) y logos (estudio). Si vamos a los números 1812, 1813 y 2086 de nuestro Catecismo - porque debemos tener en el hogar un Catecismo - veremos que trata sobre las virtudes teologales. En los dos primeros nos enseña que son virtudes que se originan directamente en Dios, como motivo y como objeto. Nos explican que sirven para disponernos en los aspectos de nuestra relación con Él. En el número 2086, nos muestra que las virtudes teologales son esenciales para el cumplimiento del primer mandamiento: “amarás a Dios sobre todas las cosas”. Posteriormente en los números 2656 a 2658, conocemos la relación de las virtudes teologales con la oración, ya que la fe nos lleva a la oración, la esperanza nos permite comprender el próximo retorno de nuestro Señor Jesucristo, mientras que la caridad derramada por el Espíritu Santo en nuestro corazón, nos conduce al diálogo con Dios. En los siguientes artículos estudiaremos cada una de las virtudes teologales: fe, esperanza y caridad.

buen pastor

Dijo el Papa Francisco en el Ángelus regina coeli. El evangelista Juan nos presenta, la imagen de Jesús el Buen Pastor. Contemplando este pasaje del Evangelio, podemos entender el tipo de relación que Jesús tenía con sus discípulos: una relación basada en la ternura, en el amor, en la comprensión mutua y en la promesa de un don incomparable: “yo he venido -dijo Jesús- para que las ovejas tengan Vida, y la tengan en abundancia” ( Juan 10,10). Esta relación es el modelo de las relaciones entre los cristianos y las relaciones humanas. Muchos también hoy, como en los tiempos de Jesús, se proponen como “pastores” de nuestras vidas; pero sólo el Resucitado es el verdadero Pastor, que nos da la vida en abundancia. Animo a todos a confiar en el Señor que nos guía. Pero no sólo nos guía, nos acompaña, camina con nosotros. Escuchemos con la mente y el corazón abiertos su Palabra, para alimentar nuestra fe, iluminar nuestra conciencia y seguir las enseñanzas del Evangelio. A imitación de Jesús, cada Pastor “a veces se pondrá al frente para indicar el camino y sostener la esperanza del pueblo, el pastor debe ir adelante a veces, otras veces irá simplemente en el medio de todos con su proximidad sencilla y piadosa, y en algunas circunstancias tendrá que caminar detrás del pueblo, para ayudar a aquellos que se han quedado atrás” (Exhortación ap. Evangelii Gaudium, 31). ¡Que todos los pastores sean así! Pero ustedes importunen a los pastores, para que les den la guía de la doctrina y de la gracia.


Abril 2016

¿COSTURAS? Por: Monseñor. Fabio Suescún Mutis – Obispo castrense.

La paz depende de todos, no de unos pocos

Autor: Jhon Alexánder Usme, estudiante, II de Teología, seminario mayor, Ibagué Colombia.

“Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios” (Mt.5, 9). Es tiempo de que se consolide la paz en esta tierra. Es hora de que se escuche el grito unánime de los hijos de Dios que piden la paz en todo lugar del universo. Es momento de que nos reconciliemos con Dios y con el prójimo, para que reine en nuestro corazón, en cada comunidad y en el mundo entero, el Evangelio de la salvación y de la paz (Ef.6, 15). La paz no es una firma, la paz se construye “sobre la verdad, la justicia, el amor y la libertad” (S. Juan XIII). No es un eslogan político de un gobierno que olvidó que existe Dios, que ignora los derechos humanos y que destruye los valores cristianos. La paz no se impone a la fuerza, todo depende de una verdadera voluntad de querer la paz y no se puede quedar solamente en unos diálogos interminables de los que se benefician los que tienen más poder y en los que se invierten cantidades de dinero; mientras los niños en la Guajira mueren por desnutrición y la población en aquel territorio y en otros no tienen viviendas dignas para vivir, ni agua potable. ¿Cómo puede estar en paz una sociedad donde se desperdician los alimentos en grandes cantidades que se arrojan en los basureros del mundo? ¿Cómo puede estar en paz una sociedad que promueve el aborto y la euta-

nasia, como si matar fuera un derecho? Es el relativismo moral en el que está cayendo la humanidad. ¿Cómo puede vivir en paz una sociedad donde mueren muchas personas inocentes en medio de una guerra sin razón de ser entre un estado y otro como sucede en oriente? ¿Cómo puede estar en paz una sociedad cuando asesinan brutalmente a las personas por su creencia religiosa? Y esto es un terrorismo que se está haciendo en nombre de Dios. La paz es una virtud que se debe cultivar. La virtud de la paz es la que nos da sosiego y tranquilidad. La paz es uno de los frutos del Espíritu Santo. La paz nos la da Dios; es Jesucristo el príncipe de la paz (Is.9, 5), es Él quien nos dice: “les dejo la paz. Les doy mi paz” (Jn.14, 27). Cada hijo de Dios debe ser un “hijo de paz” (Lc.10, 6). Una de las virtudes que más caracterizan a un cristiano, junto con el amor, es la paz. Toda persona de buena voluntad, y de manera especial los cristianos, estamos llamados a trabajar por la paz todos los días; y esto no es una ideología política. La paz depende de todos, no de unos pocos. “De hecho no se da paz en la sociedad humana si cada cual no tiene paz en sí mismo, es decir, si cada cual no establece en sí mismo el orden prescrito por Dios” (S. Juan XIII). Por eso la paz depende de ti. El mundo necesita de una paz que lleve a cada persona a ser “testigo de la verdad, de la justicia y del amor fraterno” (S. Juan XIII). Trabajemos todos unidos por la paz. ¡Paz para el mundo!

En mis años de estudio y en mi tiempo de educador se llamaban “costuras” a algunas asignaturas que no tenían, para profesores, alumnos y padres de familia, una importancia especial. Eran materias que tenían una mínima intensidad horaria, las entregaban a cualquier docente para llenar su tiempo laboral y se aprovechaban para desarrollar otro tipo de actividades que aparecían en la vida escolar. Enumeremos algunas: educación física, trabajo manual, urbanidad, educación cívica y a veces en ciertos planteles, la clase de religión. Estas asignaturas por lo general no se perdían y cuando la calificación de ellas era bajita se acusaba al alumno de completa pereza y desgano. Las “costuras” desfallecieron durante muchos años, hasta que se sacaron del pensum escolar por inútiles y poco competitivas, y se fortalecieron aquellas que capacitaban al estudiante al ingreso a profesiones de alta calidad académica. No falta quienes extrañan en el presente la ausencia de las “costuras”. Hay cierta tendencia a revaluar su importancia dentro del proceso de la formación integral de toda persona humana. Los profesionales de la salud recomiendan el ejercicio para una buena salud. La “educación física” de antes se dicta hoy en los gimnasios y en los campos deportivos. Las obras manuales se cumplen en los cursos de motricidad fina. La urbanidad hace sentir su vacío ante las fallas de comportamiento y buen trato social. Su ausencia ha dado lugar a la grosería, la ramplonería, el irrespeto y el mal trato. Los mayores añoran a Carreño y sus lecciones; y los jóvenes se sienten orgullosos cuando se llevan por delante a los demás o cuando se tratan con palabrotas que llevan mensajes ocultos de violencia y soberbia. No se puede esperar una participación ciudadana sin una buena formación en la vida social de democracia y de responsabilidad con la suerte del país. Mucha insistencia en los derechos ciudadanos, nulo compro-

miso con los deberes sociales. Se culpa a la politiquería y se le responde con indiferencia, malestar y ausencia en las urnas. Colombia pide ser conocida, para ser amada y cuidada por ciudadanos de bien. No se respeta la clase de religión, así aparezca en el pensum. La disculpa es fácil: como hay libertad constitucional de cultos, no hay lugar para la enseñanza religiosa. Además en una sociedad que se mueve dentro de los parámetros de la producción y el consumo, no queda tempo para Dios pues siempre hay cansancio o se le considera no importante o a veces inexistente. La consecuencia es que la vida personal y social están desarrollándose sin Dios y su ausencia cae en el sin sentido de la vida, en el vacío existencial o en la inmoralidad. A propósito, se me olvidaba otra costura: la ética; que enseña al hombre y a la mujer a ser personas de bien en todos las dimensiones de su ser. Los periódicos y noticieros dan cuenta a diario de los resultados de ignorar la moral, pero eso no convence. La moral de conveniencia tranquiliza las conciencias y los mismos medios que presentan la tragedia moral del país, cuando se trata de aprobar comportamientos no éticos, acuden a la expresión: “moralismos” y “cosas de religión”, para descalificar la oposición. Las “costuras” se han ido rompiendo sin que la sociedad se dé cuenta. Es hora de recomponer el tejido social.


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Autor: Padre, Mario García Isaza, formador seminario mayor de Ibagué, Colombia.

En el Correo de los lectores de La Patria, hoy 23 de febrero, aparece un comentario, suscrito por Euclides Manrique, con un título que pretende ser ingenioso ( “Adjetivos con H…) Ignoro quién sea el autor; y no me interesa saberlo. La parrafada es tan insulsa, tan pobre en el fondo y en la forma, que me he preguntado, antes de escribir esta glosa, si valía la pena hacerlo. Yo podría sugerirle a don Euclides, para que enriquezca su léxico y evite las repeticiones, otros adjetivos con h…, con los que él podría calificar a la iglesia católica que tánto parece despreciar. Hampesco, por ejemplo: o haragán, o hediento, o heterodoxo, o hipertrófico, u holgachón, o hueco… “En Manizales… - copio del escrito de Manrique – existen situaciones que al despejarlas pueden presentar variedad de reacciones de acuerdo al panorama mental de las distintas conciencias que transiten por los variados párrafos pronunciados o escritos” ¿Alguien me podría descifrar, por favor ? Yo me acordé de los discursos de Cantinflas. Pero bueno, dejo de lado los detalles de redacción sin lógica y de ofensas a la sintaxis, que no son pocos en la carta de don Euclides, y me refiero un poco al fondo de sus afirmaciones. Se despacha él contra “ los palacios, templos, iglesias y basílicas con derroche de lujos sostenidos con donaciones financiadoras de la salvación…” ¡Vaya, vaya ! Sí, señor Manrique : la Iglesia Católica, - que no son los obispos y los curas, sino todos los bautizados – ha construido a lo largo de los siglos, y sigue construyendo, hermosos templos para que sean los recintos en que se dé gloria a Dios, en que se reconozca y se adore su presencia, en que la comunidad se reúna para rendirle culto. Y esos templos, los más hermosos y los que constituyen auténticos tesoros del arte y expresiones admirables de la belleza, son y seguirán siendo prez y honra de la misma Iglesia y de la humanidad toda. Como lo son, y más que ellas, las otras expresiones artísticas eternizadas en lienzos, mármoles y piedras inmortales. Cuando un hombre con sentido estético y capacidad de admiración se extasía ante el Duomo, en Milán, o en el recinto sobrecogedor de Notre Dame de Pa-

Adjetivos con H. rís, o frente a la imponencia estremecedora de la catedral de Colonia, o, cómo no, en la nave majestuosa de la catedral de Manizales, siente que su espíritu se eleva por caminos que pueden llevarlo a la contemplación de Aquel que es la fuente de toda hermosura. Para pensar y sentir así, se requiere, por supuesto, altura espiritual y mental; no lo logra aquel en quien alientan prejuicios que obnubilan y proyectan sobre las cosas y los acontecimientos interpretaciones sesgadas y mezquinas. Sólo inteligencias y espíritus elevados pueden decir, como nuestro admirado R.M. Carrasquilla : “ La influencia de la Iglesia fue siempre, ¿ quién podrá negarlo ? benéfica y salvadora. Ella trocó a Roma de sentina de todos los vicios en semillero de todas las virtudes; suavizó el mando, hizo fácil la obediencia; ennobleció a la mujer elevándola a señora del hogar, abolió la esclavitud, detuvo a Atila a las puertas de Roma; conservó en los monasterios las ciencias y las letras; fundó las universidades, madres fecundas del saber; hizo de las hordas bárbaras teutónicas los pueblos cultos que hoy son honra del humano linaje. Presidió el glorioso renacimiento de las letras y de las artes; ayudó a Colón para descubrir el nuevo mundo; civilizó estas comarcas, trayéndonos las ciencias, levantando todos nuestros colegios, hospitales y asilos, fundando todas nuestras ciudades, abriendo los caminos…” El resto del libelo que estoy comentando, se reduce a afirmar, en farragosas y deshilvanadas líneas, que por despilfarrar, en edificaciones suntuosas, los caudales pedidos a los feligreses, la Iglesia no hace nada por los pobres y se empeña en mantenerlos “ dando gracias

a Dios por su pobreza…” . Se necesita adolecer de ignorancia o de malicia para insinuar siquiera semejante infundio. Quien lo hace, con seguridad no conoce nada en absoluto de la doctrina social de la Iglesia; con seguridad no ha leído los numerosísimos documentos del Magisterio, desde los Padres Apostólicos y los Pontífices de los primeros siglos hasta el Papa Francisco; con seguridad no se ha asomado a las normas con que la Iglesia Latinoamericana nos compromete en una opción preferencial por los necesitados; con seguridad padece crasa ignorancia de la historia. Porque no son sólo las enseñanzas y las normas. Son las obras, son los hechos los que acusan de falsedad y de mentira lo que Manrique afirma. Ninguna institución en el mundo, a lo largo de los siglos, ha tenido compromiso efectivo y real en favor de los pobres como la Iglesia. Y ningún organismo, - puede esto probarse con cifras y datos estadísticos – hace hoy por ellos lo que hace la Iglesia. Que, entre otras cosas, asume como propias, siguiendo las enseñanzas de su divino Fundador, tareas que deberían cumplir los estados. Desde las colectas de las primitivas comunidades cristianas, de las que hay constancia en los escritos del N. T. , hasta las grandes organizaciones de caridad como CHARITAS o COR UNUM , la Iglesia siempre ha vivido el ejercicio de la caridad como una de las exigencias de la vida cristiana. En los tiempos apostólicos, la institución de los diáconos tuvo como fin la mejor atención a los huérfanos, a las viudas, a los desvalidos. Tertuliano, en el siglo III, habla de la admiración que provocaba en los paganos la caridad de los creyentes en Cristo. Cuando el emperador Juliano el Apóstata emprendió la persecución contra los cristianos, declaró que lo único que admiraba de ellos era su actividad caritativa. En Roma funcionaban las siete demarcaciones


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diaconales que se ocupaban de la distribución de bienes a los pobres. Tal vez el primer hospital para cuidar a los pobres fue el que la Iglesia construyó en el puerto de Ostia en el año 397. San Basilio, siglo IV , organizó el complejo asistencial más conocido de la antigüedad en las afueras de Cesarea: allí hallaban refugio pobres, enfermos, niños abandonados, toda clase de indigentes. Órdenes y Comunidades religiosas han surgido en la Iglesia , y perviven en ella, con el propósito fundamental de servir a los cautivos o esclavos, a los pobres, a los huérfanos, a los ancianos sin amparo. Los sometidos a la esclavitud con toda su secuela de sufrimiento y de miseria, sólo en la Iglesia han tenido protectores, como Pedro Claver, Bartolomé de las Casas, Alonso Sandoval, Antonio Vieira. En la Edad Media, - época de la construcción de muchas de las hermosas catedrales – proliferaron los hospitales de la Iglesia, algunos destinados específicamente a los afectados por enfermedades incurables y contagiosas. Hoy, en los continentes africano y asiático, donde la lepra hiere a muchísimas personas, la Iglesia tiene cerca de 600 leprocomios. Los primeros orfanatos que existieron en el mundo, fueron obra de la Iglesia. En el mundo antiguo griego y romano, a los niños no deseados o enfermos se los dejaba morir, o hasta se los arrojaba al Tíber; en el año de 1240, bajo el pontificado y con el mecenazgo de Inocencio III, el hospital Santo Spírito in Saxi de Roma fue el primero que inventó los “tornos” para que en ellos fueran dejados anónimamente y recogidos esos pequeños. Invento que rápidamente se adoptó en conventos, monasterios, instituciones diocesanas. Y así podríamos seguir espigando en la historia, para ver cómo la Iglesia católica ha sido, a lo largo y a lo ancho del mundo, la abanderada del amor afectivo a los pobres. Héroes y gigantes de la caridad han sido, por citar sólo algunos, San Juan de Dios, el primero que actuó con categorías modernas en la atención a los enfermos, y puede por eso considerarse como el creador del hospital moderno; san Camilo de Lelis, iniciador de una obra que es precursora de la Cruz Roja Internacional; San Vicente de Paúl, cuya vida y obra portentosas y cuyas fundaciones perennes tuvieron y tienen como único móvil el ser-

vir a Jesucristo en la persona de los pobres, y que movilizó en su época un verdadero ejército para el socorro de todas las formas de miseria y sufrimiento. Don Euclides Manrique debería saber, - no lo sabe, por lo visto, y si es así no debería afirmar lo que afirma - , que instituciones que más o menos directamente dependen de la Iglesia católica, como CHARITAS

INTERNACIONAL, MANOS UNIDAS, AYUDA A LA IGLESIA QUE SUFRE, COR UNUM, y un no pequeño etcétera, movilizan y dispensan más ayuda a los pobres que organismos como la ONU, o el BID , o el FMI. Yo podría darle datos, muchos datos concretos; le podría informar, por ejemplo, que la AID TO THE CHURCH IN NED financia actualmente más de 500 proyectos de ayuda

a los pobres en 150 países; o que COR UNUM, que es el brazo de la caridad del Santo Padre, ha enviado en los últimos dos años más de mil millones de dólares para asistir a las víctimas de la crisis en Siria. Él debería saber que más del 80% de los orfanatos y ancianatos que existen, especialmente en Asia y África, y el 90% de los que hay en Colombia, han sido fundados y son sostenidos por la Iglesia, a través de fundaciones diocesanas o de Comunidades religiosas. Debería saber que, entre nosotros, la mayoría de las Arquidiócesis y Diócesis ofrecen hogares de paso en los que reciben asilo, alimentación y otros cuidados los que son víctimas de desplazamientos o viven en la calle. Debería saber que una buena parte de las diócesis colombianas tienen organizado el Banco de alimentos, que brinda ayuda a numerosas instituciones de caridad. Don Euclides nada sabe de todo esto… Y tal vez eso sucede porque la Iglesia no pregona al viento su acción caritativa; porque aplica la enseñanza de Jesús : “que tu mano izquierda no sepa lo que hace la derecha” ; porque el bien no hace ruido ni el ruido hace bien. Mario García Isaza c.c. 41079 –Ibagué

Bajo el signo de los antivalores

Autor: Edgar Leal Useche, seminarista 1 de teología, En el lenguaje sentó sus reales la vulgaridad, y halló cabida seminario mayor, Ibagué, Colombia. y tolerancia la procacidad. De otra parte, “el hombre en la

A los filósofos de la historia, a los sociólogos, en particular, corresponderá la tarea de desentrañar los móviles de esta profunda transformación. Algunos por su acusada notoriedad, han sido identificados. Ejemplo: la crisis de la fe, que al producirse, echó por tierra todo el andamiaje ético de la religión, y dejó expedito el camino a la sociedad permisiva y los diversos movimientos “liberacionistas” que siguen los caprichos humanos y no el pensamiento de Dios. En primer lugar, la familia, que de sólida base, hasta ayer, de la sociedad, pasó a volátil núcleo de toda suerte de apareamientos. Porque el matrimonio, de estable institución, se convirtió como sabemos, en simple alianza de quita y pon, con una nueva fórmula de relación, la de “estado libre”. Las relaciones “jerarquizadas” de autoridad entre padres e hijos también desaparecieron. Todos quedaron en igual nivel. Las formas sociales de comportamiento sufrieron, igualmente, drásticas modificaciones. Así la puntualidad, perdió toda vigencia, avasallada por el incumplimiento, al igual que las buenas maneras y la gentileza en el trato, por la irrupción de la aspereza, la grosería y las múltiples variantes de la agresividad. La sencillez fue, así mismo, reemplazada por la prepotencia; la vergüenza por el cinismo, y el recato por el impudor y la desfachatez. El esfuerzo personal y la constancia en el trabajo quedaron sin validez ante el creciente prestigio asignado a los golpes de audacia. Y, por considerársela como virtud de dudosa, fue relegada la honestidad al cuarto de San Alejo.

actualidad, no habla: muge”. Y, para no hablar, se anestesia con el ruido. A la sabiduría la desplazó el conocimiento a la inteligencia, la malicia. La medida- instrumento de cómputo sustituyó a la valoración, lo cual explica que hoy todo se mide y nada se valora, y que sea más importante tener que ser. Ya son pocos los que nos acercamos al sacramento de la penitencia, nos acercamos al sicoanalista, porque nadie volvió a tener pecados, sino traumas o complejos. En el plano de lo puramente externo hubo, también cambios notorios. La moda, por ejemplo, que se regía por la discreción, la armonía y lo compuesto pasó, luego a regirse por “lo chévere”, por lo llamativo o por lo excéntrico. Y a tal punto, que bien puede decirse que muy pocas son, realmente, las personas que hoy se visten. Porque buena parte de ellas anda semidesnuda, y el resto anda disfrazada. En primer lugar, el de la fe, al presente, desplazada, en cierta parte, por la ciencia y el racionalismo. Por eso el hombre de hoy ante esta problemática ha tenido la necesidad de creer en algo con que apuntalar su soledad, que refugiarse en el fetichismo y el regreso a las supersticiones. Ello explica el retorno de brujos y los chamanes. La mutación del amor y la compasión por la rabia y el odio, con la suprema ironía de haberle conferido a la violencia un positivo carácter instrumental para el logro de la paz y la armonía en nuestro país.


El sacerdote, servidor de la misericordia

«Enviados a

plica correr hacia el mundo sin rumbo y sin sentido. Muchas veces es más bien detener el paso, dejar de lado la ansiedad para mirar a los ojos y escuchar, o renunciar a las urgencias para acompañar al que se quedó al costado del camino» (MV. 46). «Esta salida misionera –hemos indicado los obispos españoles- no responde a ninguna estrategia ni a ningún sentimiento de superioridad. Se trata más bien de compartir el don de la fe que nos ilumina y sostiene nuestra vida dándonos alegría, paz y esperanza (CEE, Iglesia en misión al servicio de nuestro pueblo. Plan Pastoral de la Conferencia Episcopal Española (20162012); cf. MV. 3). El objeto de esta salida es facilitar el «encuentro» con la persona de Cristo, cimiento de la vida espiritual y

reconciliar»

Cristo mismo es la misericordia de Dios hecha carne. En él Dios se hace visible como Padre rico en misericordia. La novedad del mensaje de Jesús respecto del Antiguo Testamento es que él anuncia la misericordia divina de forma definitiva no solo a unos cuantos justos, sino a todos. En el reino de Dios hay sitio para todos, nadie es excluido. Jesús quiere corregir una falsa imagen de Dios que le ve ante todo como juez. Para ello realiza provocativamente gestos de misericordia como el comer con los pecadores públicos y tratar con las prostitutas. También sus parábolas sobre la misericordia de Dios revelan este mismo propósito. San Lucas, «el evangelista de la misericordia» ha escrito páginas ejemplares, elocuentes y pedagógicas. Tres parábolas nos acercan al misterio de la misericordia de Dios: la oveja perdida, la moneda perdida y el hijo pródigo. Jesús las pronuncia para defenderse de las acusaciones que le hacen los escribas y fariseos: “Solían acercarse a Jesús todos los publicanos y los pecadores a escucharlo. Y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: Este acoge a los pecadores y come con ellos” (Lc 15, 1-2). En estas tres parábolas, sobresale un lenguaje en movimiento: ir, buscar, encontrar, reunir… «¿Quién de vosotros que tiene cien ovejas y pierde una de ellas, no deja las otras noventa y nueve en el desierto y va tras la descarriada, hasta que la encuentra?» (Lc 15, 4). La lógica divina rompe los esquemas comerciales de nuestro tiempo: no se trata de asegurar las noventa y nueve sino de buscar la que se ha perdido. Hay que salir, dejar la seguridad y arriesgarse hasta encontrar. En la parábola del «Padre misericordioso» no es una oveja o una moneda lo que se pierde; el perdido tiene corazón: es un hijo. Voluntariamente se va del hogar, e irremediablemente se siente perdido y se resiente su dig-

nidad humana. Tras reflexionar inicia el camino de vuelta a la casa paterna. La narración subraya que el anciano Padre, movido por el amor entrañable a su hijo, salía cada tarde para atisbar su regreso. Cuando le ve a lo lejos, no le aguarda pasivamente sino que «se le conmovieron las entrañas» (Lc 15, 20). En las tres parábolas, el resultado de la búsqueda es positivo: se encuentra lo que se había perdido (la oveja, la moneda o el mismo hijo), provocando la alegría y la fiesta. El pastor dice a los amigos: «¡Alegraos conmigo!, he encontrado la oveja que se me había perdido» (Lc 15, 5-6) El dinamismo de los verbos ir, buscar, encontrar, reunir… indican características del ministerio sacerdotal especialmente necesarias en nuestro tiempo. No aguardamos simplemente la vuelta del pecador, de aquel que se alejó o no estuvo nunca al calor del amor del Padre de la misericordia. Somos enviados, debemos salir, buscar para facilitar y provocar el reencuentro. Es el dinamismo que pide el papa Francisco a la Iglesia: «La Iglesia en salida es una Iglesia con las puertas abiertas. Salir hacia los demás para llegar a las periferias humanas no im-

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de la evangelización. Advirtió el papa Benedicto XVI: “No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva”»(DCE 1). «Enviados a reconciliar», requiere ante todo favorecer que el hombre que busca o que simplemente anda perdido en la indiferencia, se encuentre vitalmente con el Dios que es el Padre de la misericordia. El sacerdote es un amigo del Señor llamado a continuar su misión: construir el Reino de Dios. Como el Maestro, el discípulo sabe que su misión se vuelca hacia los más necesitados, para brindarles «la primera misericordia de Dios» y hacia los pecadores, para invitarlos a que inicien el camino de vuelta a la casa del Padre. En la oración para el Jubileo de la misericordia rezamos: «Tú has querido que también tus ministros fueran revestidos de debilidad para que sientan sincera compasión por los que se encuentran en la ignorancia o en el error: haz que quien se acerque a uno de ellos se sienta esperado, amado y perdonado por Dios». +Manuel Sánchez Monge. En España.

Mes de abril 2016 2 de Abril. Formación animadores parroquiales de pastoral bíblica. 2 de Abril. Encuentro vicarial de esposos (Vicaría santa Gertrudis) 9 de Abril. Capacitación Sine, Vicaría santa Bárbara 9 de Abril. Escuela diocesana de lectores 10 de Abril. Semana vocacional 12 de Abril. Cumpleaños, Padre Raúl Bejarano 13 de Abril. Cumpleaños, Padre Jaime Franco 14 de Abril. Encuentro escuela católica 16 de Abril. Capacitación Sine, vicaría santa Gertrudis. 17 de Abril. Día del buen pastor. Jornada de oración 20 de Abril. Cumpleaños, Padre Isidoro García 20 de Abril. Reunión con docentes, ERE. Vicaría san Juan Bautista 21 de Abril. Jornada de formación del clero 23 de Abril. Capacitación Sine, vicaría de la inmaculada. 23 de Abril. Jornada de formación delegados de liturgia 26 de Abril. Cumpleaños, Padre Wilson Acosta 30 de Abril. Capacitación Sine, vicaría san Juan Bautista. 30 de Abril. Encuentro de infancia misionera con el pastor. 30 de Abril. Encuentro vicarial de esposos, vicaría de san Miguel.


RESPUESTAS HORIZONTALES DEL NÚMERO ANTERIOR:

OBRAS DE MISERICORDIA, RIO, A, RELATADORA, L, TSS, PERDONAR, CAE, TI, TIE, ELOISA, ABORDARA, GERIATRA, RISA, LIS, ROSA, EROS, T, A, SIETA, ROS, M, PE, ES, O, UVA, IRA, P, GAFAR, RAS, I, ATRIL, I, OCA, REINA, TARAS, ARRA, UBATE, DR, SA, MARZO, III, ATA, EACO, LIARA, OZONO, CENSAR, SEG, CR, SOS, CONSEJO, ASOLEA, EGA, ÑU, A, ARES, RATA. autor: William Martínez Lobo

Tiempo que oscila entre el primer Domingo de adviento y la última semana del ordinario Pl. persona sin un dedo

El año litúrgico ambién se le Lengua conoce como provenzal el ... Antílope

KERIGRAMA 2016 Abril

EL AÑO LITÚRGICO

Orate, insano

Domingo en el cual Mpio. de entra triunfal Jesús Cundina- a Jerusalén antes de marca la pasión Mantecoso

Es en inglés

Asistid

Cuerno

- AÑO LITÚRGICO-

El "año litúrgico" o "año cristiano", se llama según el rito católico romano al tiempo que oscila entre el primer domingo de Adviento y la última semana de tiempo ordinario durante el cual la Iglesia celebra todo el Misterio de Cristo, desde su nacimiento hasta su segunda venida. Se puede decir que el año litúrgico se compone de tiempos: tiempos fuertes y tiempo ordinario. Los tiempos fuertes son, Adviento, Navidad, Cuaresma y Pascua, en los cuales se celebra un misterio concreto de la historia de la salvación. El Tiempo Ordinario en el cual no se celebra ningún aspecto concreto, sino más bien el mismo Misterio de Cristo en su plenitud, especialmente en los domingos. El Tiempo Ordinario, a su vez, se divide en dos partes y en total dura 33 ó 34 semanas.

Organ. Cuarto mes del año inter/nal y en el cual circula esta edición del de Kerigma naciones

Capital de Austria

Plural de vocal

Inv. Museo manan de sin Antioquia vocales

El uno

Va para adelante Posesiones materiales

Es textual

Altar

Profundidad

El año litúrgico se compone de ellos fuertes y ordinario Pl. la definición del año litúrgico es según el rito ... romano

Demoran

Tiempo fuerte del año litúrgico que incluye la semana Santa

Alaben

Puesta del sol

Cptal de Arabia Saudí

El año litúrgico o cristiano va hasta la última ... del tiempo ordinario

Lo cubre la llanta

Nacida en Alemania

Subido a los altares

Quizá, deseo que suceda

N. fem. en canción

Madre de Constantino el grande Nombre del padre de la patria

Casó

Juez de Tiempo fuerte del Israel año litúrgico en el cual nace el Mesías Consonante

Natural de Nemea Hace ondas en el pelo

Cubrí con una tapa

Cirios, velones, imágenes, medallas, libros, afiches y novenas

Lo siguen las masas

Región bíblica en el centro de Siria

Juega en su casa

Relativo a las venas Orificio del recto

Prep. de ausencia Habla en público

Primera vocal

Incrédulos Pref. que aproxima Hay en cantidad

Respuesta rotunda

Inv. posee una mujer a la fuerza

Le pido a Dios

Calle 10 No.2-44 Ibagué Tel: 2611680 ext.119 Cel. 316 74 90 847

Hermano de Caín Bello sentimiento

Alaba, conciente

Signo de suma

Tiempo en el cual no se celebra ningún aspecto concreto

Grito de cuartel

Manojo de mies cortada

Sodio

Neón Las dos Sacramento clerical

Animales con alas

Dueño y señor

Asistir

Sin mi nada podéis hacer

El ... de ramos precede la semana Santa

Que manda mucho

Mico, simio

Antes de Cristo Acompaña a la reina

Regala otorga

Neodimio Piedra preciosa Unos en inglés

Domas, dominas

Tiempo fuerte del año cristiano posterior a la semana Santa

Inv. hongo comestible de debajo de la tierra

Amarre con soga Protege el dedo al coser Pavo en desorden Inv. nada bonito De esta manera

Amarro

Arte en inglés Tiempo fuerte del año cristiano que nos prepara para la semana Santa

Dativo de 1a. persona


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Padres:

¡La Juventud de nuestros hijos debe ser época de grandes ideales y no de angustia y estrés!! Autor: Adriana Magaly Cuevas Muñoz, psicóloga, asesora matrimonial, tribunal eclesiástico metropolitano de Ibagué, Colombia. Teléfono 2610495.

El Papa Francisco con la sabiduría que lo caracteriza le dijo a los Jóvenes: “… Y eso es lo que necesitamos de los jóvenes hoy: jóvenes con esperanza y jóvenes con fortaleza. No queremos jóvenes debiluchos, jóvenes que están “ahí no más”, ni sí ni no, no queremos jóvenes que se cansen rápido y que vivan cansados, con cara de aburridos. Queremos jóvenes fuertes, queremos jóvenes con esperanza y con fortaleza, ¿por qué? Porque conocen a Jesús, porque conocen a Dios, porque tienen un corazón libre”. Actualmente los Jóvenes son definidos como personas de corta edad, con ideologías absurdas e incoherentes, que creen tener el mundo a sus pies y ser los únicos poseedores de la razón, que todo el tiempo se sienten incomprendidos y por tanto adoptan un comportamiento rebelde e injustificado, se refugian en sus amigos, el sexo, el alcohol y las drogas; situación que hace que los adultos responsables se vuelvan locos y no sepan que hacer. Las personas que los estamos educando debemos entender que esta etapa no es solo un proceso biológico, sino psicológico, social y cultural, es la etapa puente entre la pubertad y la edad adulta, y aunque están sexualmente desarrollados, pasan por una crisis de identidad y no cuentan con la experiencia y la madurez emocional necesaria para enfrentar los problemas (que de paso aclaro

ellos creen que son insolucionables); por tanto debemos esforzarnos para comunicarnos con ellos, conocerlos y de esta forma identificar cuales son sus dificultades y ayudarlos a que no caigan en actitudes depresivas y destructivas que los lleven a tomar decisiones equivocadas, entender cuales son los intereses que tienen para poder guiarlos y motivarlos, enseñarles a tener ideales basados en principios y valores, para que sobre ellos puedan construir su proyecto de vida y a que trabajen honestamente para lograr sus metas.

Y para eso, para que sean jóvenes felices, con principios inamovibles que rijan su comportamiento, necesitan que sus adultos sean conscientes de la responsabilidad en su formación, reflexivos, razonables, con autonomía moral, y no “ogros” que los repriman y critiquen despiadamente, recuerden que la palabra de Dios nos dice: “Y vosotros, padres, no

provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.” Efesios 6:4

Me comunico en clave de misericordia en mi comunidad PRIMERA PARTE Autor: Jimena Alejandra Pinzón Rodríguez. Técnica en Diseño Gráfico. Estudiante X Semestre de Comunicación Social – Periodismo, Universidad del Tolima. Parroquia Nuestra Señora del Carmen, Ibagué.

Se hace preciso, tener en cuenta que este tiempo que estamos viviendo del jubileo de la Misericordia es la época para poder apreciar de qué manera nos estamos comunicando con los demás, cuáles son las actitudes que tenemos de encuentro o desencuentro que nos permiten poder descubrirnos cercanos con el hermano, ¿le estamos sirviendo?, ¿estamos siendo signos del amor de Dios en la vida de los demás? o por el contrario, ¿somos una “piedra” de tropiezo para el otro?. Cada uno de nosotros deberíamos hacernos estas preguntas si queremos ser coherentes con la misericordia que Dios nos tiene y que demuestra a la humanidad estando siempre presente, cercano, compasivo, porque es la misericordia también responsabilidad de cada uno de nosotros. Por esto la invitación es que cada uno sea capaz de comunicarse en clave de misericordia, dejando de lado la envidia, egoísmo, rivalidades y otras series de situaciones que se dan en la vida de comunidad, para que empecemos a servir a esa persona que tenemos al lado, con la cual podemos hacer presente la misericordia de Dios dándole una palabra de aliento, escuchándola, prestándole atención a sus necesidades, aconsejándola, valorando con sinceridad a nuestro hermano que es “ese Cristo” vivo y presente en nuestra vida, teniendo claro que el servicio nos permite crecer y acercarnos al reino de Dios. Así como decía la Beata Madre Teresa de Calcuta: “El que no vive para servir, no sirve para vivir”. Más aún cuando allí también se refleja que en la simplicidad del servicio se encuentra el amor, don y regalo perfecto de Dios, que nos llena y nos permite perdonar, apreciar la vida, construir con el otro y saber que el amor se hace misericordia. Así: “como ama el Padre, así aman los hijos. Como Él es misericordioso, así estamos nosotros llamados a ser misericordiosos los unos con los otros” Numeral 9, Misericordiae Vultus.


Abril 2016

Quiero ayudar y servir a las comunidades Eso es lo que yo pretendo

Entrevista a Monseñor José Miguel González Mariño, Obispo auxiliar de Ibagué. Autor: Harold Bonilla M. Periodista Caracol radio, Ibagué. Parroquia san Juan Bautista. Pregunta: ¿Qué expectativas tiene usted tras la designación como Obispo Auxiliar de Ibagué? Monseñor: Es un gran honor y un gran trabajo que se me encarga. Para mí fue una gran sorpresa pero lo que veo realmente es que la Iglesia está necesitando de servidores que transmitamos la palabra de Dios que la transmitamos con claridad, que estemos al servicio como el Papa Francisco tanto nos ha enseñado, cercanos a la gente, queriendo ayudar y servir a las comunidades y eso es lo que yo pretendo.

Pregunta: ¿Qué información tiene de Ibagué? Monseñor: Tengo poca información de Ibagué. He hablado con Monseñor Flavio, tengo ese placer, ese gusto de tener como Arzobispo a un hombre tan ilustre y tan grandes calidades humanas y espirituales. Con él si he conversado de la vida del Obispado. De la Arquidiócesis sé que tiene 100 sacerdotes y 80 parroquias. Ya tendré tiempo de conocerlas. Sé que hay una labor evangelizadora bastante adelantada y que hay un buen espíritu y los amigos tolimenses que conozco tienen ese espíritu cristiano bien arraigado y eso me da mucho gusto y digamos que es una ventaja saber que uno llega a un sitio donde se ha hecho una buena evangelización. Pregunta: ¿Un hecho particular en su vida es que usted es arquitecto de profesión? Monseñor: Sí. Terminé el colegio a los 16 años. Ingresé a la universidad con ese gusto por la arquitectura. Hice mi carrera y empecé a trabajar. Pensé que esa iba a ser mi vida pero comencé a profundizar en mi vida espiritual y en ese contexto fue que encontré la vocación sacerdotal. Uno sigue siendo arquitecto para toda la vida porque lo aprendido queda aprendido. El deseo queda siempre ahí dentro de la persona. Después ingresé al seminario y recibí la formación sacerdotal y efectivamente tengo la profesión y la formación sacer-

dotal dentro de esa madurez, aunque fueron tres años de ejercicio profesional, llegué con más madurez y así lo aproveché más. Dios sabe cómo hace su llamado a cada uno. Pregunta: ¿Todavía hace diseños? Monseñor: En la Diócesis de Santa Marta tenía un trabajo que era revisar trabajos en las parroquias, siempre hay construcciones, proyectos. Sobre todo los proyectos que tiene que ver con las Iglesias porque los arquitectos no saben de liturgia y los que saben de liturgia no saben mucho de arquitectura. Ahí estamos uniendo los dos conocimientos para que esos espacios litúrgicos, esos espacios religiosos, tengan las cualidades arquitectónicas y cumplan las normas litúrgicas. Es un trabajo bien bonito. Ponerme a diseñar realmente no me da tiempo, eso requiere tiempo, instrumentos y el espacio. Siempre hay consultas, opiniones que dar, en ese modo sí se ejerce la arquitectura también. Pregunta: ¿Estar en Ibagué le permitirá estar más cerca de la “tierrita” boyacense?

Monseñor: Pues sí, mire que ya con 16 años en Santa Marta ya me estaba costeñizando (risas). Vuelvo al interior. En la costa le dicen “cachacos” a todos los del interior sin saber si son boyacenses, tolimenses o antioqueños. A todos les dicen “cachacos”. Pues vivir en el interior es región distinta. Me acerca a mi tierra natal y eso es bonito. Eso son cosas de Dios que me permite volver a esta región del país. Pregunta: ¿Es usted de formación diocesana o pertenece a alguna comunidad en particular? Monseñor: Yo soy diocesano. Soy del clero de Santa Marta. Me ordenó monseñor Hugo Puccini y toda mi formación está dentro de la espiritualidad diocesana. Durante 7 años tuve el encargo de ser rector del seminario de la diócesis de Santa Marta donde se inculca profundamente esa espiritualidad que el sacerdote diocesano es el que pertenece al clero de la diócesis y está bajo el gobierno del señor del Obispo. Esa unidad profunda de espiritualidad y obediencia es lo que yo he aprendido y he enseñado. Pregunta: Mensaje para los Ibaguereños en esta Semana Santa? Monseñor: Una invitación a la reflexión. El mundo de hoy es muy ruidoso, acelerado. La semana santa se ha convertido en una semana de vacaciones. Un buen católico deben ser personas que tengan una capacidad de reflexión. Que sepan hacer un momento de silencio y encontrarse con Dios. Meditar la palabra y meditar sobre su vida.

El nombre de Dios es misericordia Es el título con el cual Andrea Tornielli, vaticanista, periodista del diario la Stampa, logra un buen compendio de entrevistas al Papa Francisco, girando en torno al tema de la misericordia. Se destacan temas como: tiempo de misericordia. El regalo de la confesión. Pastores, no doctores de la ley. Pecadores sí, corruptos no. Misericordia y compasión. Dice el Papa: “Tengo por costumbre no fiarme nunca de la primera reacción que tengo frente a una idea que se me ocurre o a una propuesta que me hacen. “Por lo general, la primera reacción es equivocada”. El libro ha sido editado por editorial planeta. Vale la pena leerlo.


Miguel Ángel Castro Sarmiento. Seminarista III de Filosofía, seminario mayor de Ibagué, Colombia.

E

n el fenecer de una década como fue la de los 40 en Colombia donde comenzaban a resurgir los actos más atroces de violencia y los acontecimientos que marcaron la vida de muchos colombianos que aun hoy recuerdan con gran nostalgia tan fatídicos hechos y desatados los acontecimientos del 9 de Abril de 1948 en que un caudillo liberal con miras a la presidencia, era asesinado en Bogotá por Juan Roa Sierra, dieron la vida dos grandes sacerdotes como fueron Pedro María Ramírez Ramos y Simón de Zorrosa, resultado de las turbas revolucionarias del llamado “Bogotazo” que se extendieron por todo el país cobrando vidas de inocentes debido a la diferencia de partidos políticos. Así pues el padre Pedro María Ramírez Ramos oriundo de la Plata Huila donde nació el 23 de Octubre de 1899, en el hogar de Ramón Ramírez Flores e Isabel Ramos de Ramírez, hizo sus estudios en los seminarios mayores de Neiva e Ibagué; en ellos recibió las ordenes menores y mayores siendo ordenado sacerdote en la catedral de Ibagué el 21 de junio de 1931 por Monseñor Pedro María Rodríguez, junto con los padres Alfonso María Gómez Pineda y Francisco Antonio Gómez Ramírez, ejerciendo su ministerio como párroco de Cunday, Fresno y Armero donde

Dos mártires a

causa de la violencia en Colombia

fue asesinado cruelmente por sus habitantes cuando en la tarde del 10 de Abril fueron a buscarlo a la casa cural para asesinarlo en la plaza pública de Armero, sus últimas palabras escritas a Excmo. Sr. Rodríguez Andrade fueron en agradecimiento por haberle ordenado sacerdote y además decía “ Deseo

morir por Cristo y su fe”. Su cuerpo fue sepultado en la Plata Huila luego de que Monseñor German Guzmán fuera hasta Armero en compañía de sus familiares a buscarlo, hoy es considerado el mártir de Armero y se adelanta su proceso de beatificación. No obstante los hechos del 9 de abril cobraron también la vida

Marzo 2016

del Padre Simón de Zorrosa, proveniente de España, miembro de la comunidad de los padres pasionistas quien habría llegado a tierras tolimenses en 1934 a causa también de las consecuencias de la guerra civil que acababa de azotar los países de Europa. El padre Zorrosa hizo estudios en Roma y España ,ejerció como director espiritual de un convento en Bogotá, párroco de Puri Cundinamarca, Vicario Cooperador de Mons. Luis Felipe Jáuregui en la Catedral de Ibagué y por ultimo párroco de Alvarado donde desplego toda su misión y siendo párroco de allí se hizo mártir, cuando en la noche del 11 de Abril de 1948 frente a su sobrino y los acompañantes es sorprendido por los revolucionarios y asesinado en el momento de forma cruel en la población de Melgar. Sus restos mortales reposan en la cripta de la Parroquia de Ntra. Sra. del Perpetuo Socorro de Belén en Ibagué. En consecuencia estos dos grandes sacerdotes que para muchos desconocidos y guardados en la memoria de la historia dieron la vida por su fe siendo víctimas de actos sin fundamento alguno, todo por cobrar la sangre de un caudillo. Hoy también muchos Cristianos derraman la sangre convirtiéndose en mártires por Cristo y por su fe, a ellos Dios conceda la corona merecida y a nosotros nos fortalezca para seguir reafirmando nuestra fe y saber que por Cristo debemos dar toda nuestra vida.

Conferencia de Billy Gates Monseñor. Froilán Casas Ortiz. Obispo de Neiva, Colombia.

Conferencia de Billy Gates. - Permítame, amigo lector, comentarle algunos apartes de la conferencia dictada por Billy Gates a muchachos de grado undécimo en uno de los colegios de Estados Unidos de América. Habló cinco minutos. Esperaban que hablara más de una hora -como suele hablarse en Colombia en donde todos quieren hablar-. ¡Qué prurito de protagonismo! Fue aplaudido por más de diez minutos sin parar. Dio las gracias y se fue enseguida al helicóptero. “La vida no es fácil, acostúmbrate a ello”. Es verdad. Aquí todo lo queremos fácil. Que el profesor no nos exija, que los padres sean permisivos, porque priman los derechos de los hijos sobre los padres; porque debo desarrollar

mi personalidad. Aquí tenemos promoción automática. Los profesores no tienen la razón; siempre los alumnos llevan las de ganar. Ahora, todo son derechos; los deberes son de la época oscurantista. “El mundo no está preocupado por tu autoestima. El mundo espera que hagas algo útil por él, antes de sentirte bien contigo mismo”. ¡Qué verdad! Nos falta salir de nuestro narcisismo y sobreestima. “No ganarás tres millones de pesos al mes nada más al salir de la escuela (instituto, universidad, etc.,). No serás el vicepresidente de una empresa con auto y teléfono a tu disposición, antes de conseguir tu propio auto y teléfono”. Estamos deformando a la juventud con la ley del menor esfuerzo, una vida sin lucha y buscando la suerte en las loterías y cuantos juegos se encuentran. Una sociedad de vagos y de plañideras de la situación, sin hacer nada por cambiarla. Estamos formando una

manada de parásitos y resentidos sociales. Continúa nuestro conferencista: “Si crees que tu profesor es duro, espera a tener un jefe. Él tendrá piedad por ti”. Sí, con el facilismo que reina en nuestro país; ganar lo máximo con el mínimo de exigencias. Además, “papá gobierno nos da todo”. Continúa nuestro expositor: “Vender papel usado o trabajar los festivos, no es ser lo último en la escala social. Tus abuelos tenían una palabra diferente para eso, lo llamaban OPORTUNIDAD”. Sigamos. “Si fracasas, no es culpa de tus padres. Por tanto, no te lamentes de tus errores; aprende de ellos”. ¡Ah! Si estamos en el mundo de las excusas, en nada queremos comprometernos y menos reconocer que hemos fallado. Lean esta maravilla: “Antes de nacer tú, tus padres no eran tan críticos como ahora. Ellos se volvieron así por pagar tus cuentas, lavar tu ropa y oírte decir que “son ridículos”. Por tanto, antes

de salvar el planeta para la próxima generación, queriendo remediar los errores de la generación de tus padres, intenta limpiar tu propia habitación”. ¡Qué píldora! La gente vive barriendo tirando la basura a la calle, no cuida los parques. ¡Qué contaminación visual! Y ahora en esta época preelectoral, se encuentran vallas y publicidad por todas partes. Y qué decir de la contaminación auditiva. Todos quieren mostrarle al vecino y a los transeúntes los equipos de última generación que se han comprado. ¡Ah! El que no ha visto a Dios, al verlo se asusta. “La vida no está dividida en semestres. Las vacaciones te las ganarás con tu trabajo y eficiencia”. “La TV y los juegos electrónicos no son la vida real. En la vida real, las personas tienen que dejar el bar, la discoteca o el descanso e ir a trabajar”. ¡Qué buenas lecciones! Y hay más.


Deseo ganar indulgencia en este año de la misericordia

¿Qué debo hacer?

Autor: Cristian Camilo Cárdenas Aguirre. Estudiante de teología, seminario mayor, Ibagué. Colombia.

Hablar de indulgencias en la posmodernidad, puede sonar discordante o ser considerado un tema superado, del que se hablaba en la época antigua y medieval. En muchos contextos no religiosos, las indulgencias tienen carácter despectivo; pero quien piense así, es porque no ha encontrado su bello e importante significado que tiene para nuestra salvación. Se han quedado en historias contadas por otros y no en una exhaustiva investigación acerca del tema. Para el cristiano, las indulgencias han de ser el marco de fe que permite al alma encontrarse más limpia para el encuentro con el Esposo: Dios. Es la indulgencia, la que nos arranca la pena temporal que el pecado ha producido en nosotros. Esta remisión, solo es posible cuando nos hemos confesado y cumplido algunas condiciones que se piden. En el confesionario, Dios a través del sacerdote, perdona nuestros pecados, pero el pecado por su naturaleza, deja dos consecuencias: nos priva de la comunión con Dios, que nos lleva a la pena eterna, y lo segundo, es que todo pecado nos hace tener un apego desordenado a las criaturas; por ende, esa pena temporal debe ser purificada, y se da por concesión de las indulgencias (Cf. C.E.C. 1471 -1472). Existen dos tipos de indulgencias: parcial, que se logra con un acto de piedad, caridad o de penitencia, como el rosario, el rezo del santo Viacrucis, una visita al Santísimo Sacramento, una peregrinación, una privación voluntaria, entre otras. Y la plenaria, que solo la concede el Santo Padre (o también a quien él otorgue a otros esa potestad) en días determinados o tiempos especiales de gracia, como por ejemplo, este año, que celebramos el Jubileo extraordinario de la Misericordia. La indulgencia

plenaria solo se puede obtener una vez al día, excepto cuando haya un peligro de muerte. En cambio, la indulgencia parcial, se puede lucrar varias veces al día. Ninguna persona puede pedir a Dios una indulgencia por otra persona viva en la tierra, solo puede ser concedida para sí mismo o por un difunto a modo de sufragio. Pero, para que la indulgencia tenga su plena eficacia, el indulgente, debe estar bautizado, no excomulgado, haberse confesado o próximo a confesarse, además debe haber recibido la comunión eucarística, hacer una obra de caridad y orar por las intenciones del papa Francisco ¿y qué debe orar por él?, sencillamente, un padrenuestro y un avemaría, o también otras oraciones, según su devoción y piedad por el santo padre. La persona debe visitar un lugar designado por la autoridad eclesiástica para ganar la indulgencia. Con la indulgencia plenaria, se libera toda pena temporal que haya producido el pecado, es decir, borra toda huella de pecado, dejando el alma totalmente dispuesta para el encuentro con Dios, con tal que se cumplan las condiciones citadas anteriormente. En este año jubilar, la indulgencia plenaria se obtiene en lugares según lo determine cada obispo en su Diócesis. En la Arquidiócesis de Ibagué, por disposición de nuestro Arzobispo, hay como lugares de peregrinación para el lucro de la indulgencia plenaria los siguientes templos: Parroquia

Catedral Inmaculada Concepción, Parroquia Nuestra Señora del Carmen de Ibagué, Parroquia San Roque de Ibagué, Santuario del Divino Niño Jesús de Ibagué, Santuario de Nuestro Padre Jesús del Valle de San Juan, Parroquia Santa Gertrudis de Rovira, Parroquia San Miguel Arcángel de Cajamarca y Parroquia Santa Bárbara de Venadillo. Una persona en peligro de muerte, puede obtener la indulgencia plenaria por el sacerdote confesor que la Sede Apostólica faculta por la circunstancia; si dicha persona fallece, ha logrado llevar su alma purificada a Dios. Sin embargo, si no hay la posibilidad de tener un sacerdote en peligro de muerte, la persona debe pedir a Dios perdón de sus pecados, y debe tener la disposición de querer ganar la indulgencia plenaria, con tal que en su vida hubiese rezado habitualmente por las intenciones del santo padre, se haya confesado, y recibido la comunión eucarística. No dejemos perder este tesoro que la Iglesia como “administradora de la redención” permite que nos presentemos ante Dios “como hostia viva, santa, agradable a Dios” (Cf. Rm. 12, 1), y prediquemos a los demás hermanos en la fe, la riqueza que tiene el sacramento de la confesión y de las indulgencias tanto parcial como plenaria.

Notas de referencia: C.I.C. 992 – 997 / C.E.C 1471 – 1473 / Const. Apost. Indulgentiarium Doctrina. Pablo VI / Cómo ganar el jubileo de la Misericordia. Encontrado en: http://www.arquidiocesisdeibague. org/actividad-pastoral/tribunal-interdiocesano/2104-como-ganar-el-jubileo-de-la-misericordia.html

HUGO VELASQUEZ SOTO LUIS ENRIQUE MORALES CHAVARRO ISMAEL ROMERO GUSTAVO ALBERTO LONDOÑO RIVEROS HONORIO VARGAS PRADA AURA ROSA ARISTIZABAL DE MUÑOZ VILMA ROCIO RIAÑO RODRIGUEZ EVIDALIA MORALES JORGE ANIBAL LOPEZ GARCIA JESUS ANTONIO PARRA RIVERA MARIA LUZ ORJUELA DE CUERVO PEDRO JOSE RODRIGUEZ GONZALEZ CARLOS AUGUSTO GARAY DONCEL MARINA NOY TRUJILLO TEOFILA SAENZ BRIÑEZ CLARA EMILIA CALDERON DE MEDELLIN DANIELA VARON MORALES PABLO ARTURO PARRA RAMIREZ JESUS MARIA ROJAS ALVARO SAAVEDRA GONZALEZ GILDARDO RODRIGUEZ SANCHEZ CARMEN ALICIA ROJAS DE ZAFRA LUIS FELIPE CASTAÑO HERNANDO BETANCOURT LONDOÑO LUCIA GUZMAN DE AVILA NORBERTO RONDON MERCEDES LADINO LUGO ALIRIO SANDOVAL GUISA LUIS ALBERTO BONILLA SANCHEZ MARIA ADELAYDA ÑUNGO MANCILLA SOFIA MORENO DE MOGOLLON ALVARO VARON MARULANDA FRANCISCO SOLANO AGUDELO HENAO ADAN GUZMAN CESPEDES LUCRECIA RAMIREZ VIUDA DE HERNANDEZ NOE MANRIQUE ORTIZ ALCIBIADES VARGAS BERMUDEZ JUDITH GUARNIZO GALINDO MARIA DEL CARMEN REYES DE PEÑA MARIA ELVIA AGUILAR DE TRIANA ANGELICA CARMEN MUNAR VIUDA DE CASTRO ANIBAL URUEÑA ZARATE MARIA ODILIA ARCIA PALOMINO GILDARDO CHAGUALA MARIA HERMINDA BOCANEGRA DE AVENDAÑO OLIVA RODRIGUEZ DE LEYTON LEONOR GUARIN DE RODRIGUEZ ANA POLONIA RODRIGUEZ RAMIREZ JULIO HERNAN ROJAS ELI REYES GUZMAN ADALVER ORTEGON ARIAS JOSE ANTONIO CASTILLO BUITRAGO EFIGENIA TRONCOSO DE GUERRA GLORIA YAZMIN VARON TOVAR MARIA NELCY VALENCIA DE CUELLAR MIGUEL ANTONIO AVILA DIAZ ARAMINTA CACERES MARINA VILLARREAL DE VIÑA CARLOS ARTURO CASTAÑO FANDIÑO LUIS ALFONSO DELGADO RIOJA JOSE OMAR ESCOBAR LOPEZ HERIBERTO ARIAS FABIO ROBAYO TORRES IGNACIO LOZANO LOZANO CRISTIAN CAMILO TORO MARTINEZ CARLOS JULIO CONDE RODRIGUEZ PEDRO JOSE CORTES ALARCON JUVENCIO CARLOS ACOSTA AVENDAÑO JOSE JAVIER RODRIGUEZ OSPINA MARCO TULIO LEON OSCAR BORJA TEODORO PEREZ GERMAN DIAZ LEOVIGILDO ROMERO BUITRAGO JESUS ANTONIO ORTIZ AYALA MARIA CRISTINA SALAZAR SANTOS GILBERTO MANRIQUE GUILLERMO HUERFIA VANEGAS ANGEL OVIEDO ROBERTO SALGADO RINCON GUSTAVO SANCHEZ REYES MOISES FORERO HERRERA JORGE EMILIO GUTIERREZ SANCHEZ JUDITH HERNANDEZ DE QUIÑONES GUILLERMO CALDERON UPEGUI HAYDEE SANCHEZ RAMIREZ JUAN OTTO PINZON PRIETO DIDIMA REY DE CABEZAS EMPERATRIZ GRANADOS DE MOLANO MARIA CECILIA JARAMILLO GONZALEZ MARIA CELIA PRADO DELGADO CIRO VILLARRAGA MORENO JESUS FRANCISCO RAMIREZ ROA VICTOR JULIO MORA ARANDA NESTOR RAUL ORTIZ LEAL ANA RITA PEREZ RODRIGUEZ ANA CLOVIS VELASQUEZ DE ROA ANA ALEIDA OCAMPO CORTES JUVENAL LONDOÑO LONDOÑO MATILDE MUÑOZ DE HERMIDA CLAUDIA MIREYA CHACON PERDOMO IRMA GONZALEZ AURA VIANA RUBIO SILVIA CAÑON SIERRA JOSE DE LOS SANTOS SALDAÑA RAFAEL RICARDO MERCHAN CUBIDES ISABEL MONTILLA LOMBANA EDUCARDO URUEÑA REYES CRISTHIAN GIOVANNY PRADA VILLA JORGE ARMANDO MARTINEZ VELANDIA NEICY FANNY MOSQUERA VALENCIA ALCIBIADES GARZON PARGA DELIO DE JESUS RIOS ALVAREZ DOLLY TORO NOSSA HERNANDO VASQUEZ HERRERA


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