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Corporación Evangelio - Departamento de Comunicaciones - Marzo 2015 - Año 15 - Número 180 - ISSN 0124-7700
San José
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EDITORIAL año son de abstinencia, no dejemos esta disciplina de la Iglesia en la enunciación del mandamiento ni en el papel. Da la impresión que las nuevas generaciones han ido perdiendo conciencia de esta práctica, que como penitencia bien hecha sirve para crecer en la virtud de la templanza. El ayuno obliga a mayores de 18 años y menores de 60; la abstinencia a todos los mayores de 14 años.
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a preparación que se inicia con el miércoles de ceniza, y que se vive a lo largo del tiempo litúrgico de cuaresma, tiene como propósito una buena celebración de la pascua. Mencionemos algunos elementos que están a disposición de todos para que los aprovechemos de la mejor manera posible, en este tiempo de gracia:
Buenas noticias para la familia católica Calle 10 Nº 2-58 Tel: 2636918 - 2611680 www.arquidiocesisdeibague.org kerygmaperiodico@gmail.com Consejo Directivo Mons. Flavio Calle Zapata Mons. Orlando Roa Barbosa Mons.Gustavo Vásquez Montoya Director P. Jairo Yate Ramirez Diseño Editorial Andrea C. Hernández S. Impresión Casa Editorial El Tiempo
1. Confesarse, al menos, una vez en el año, ojalá en cuaresma, para comulgar en pascua de resurrección. Esto es un llamado de la Iglesia para que con actitud humilde y sincera busquemos la reconciliación con Dios y con nuestros hermanos a través del sacramento de la confesión.
3. Intensificar la Oración personal y comunitaria, en todas las expresiones: oración de acción de gracias, para pedir perdón, para reparar, para interceder, para a alabar, y bendecir al Señor, para presentar nuestras suplicas a Dios padre misericordioso, oración que tenga como base la Sagrada Escritura, una buena Lectio Divina, si se puede todos los días, la visita al Santísimo bien hecha, el rezo del Santo Rosario diario, el ejercicio del santo viacrucis, etc.
2. Ayunar miércoles de ceniza y viernes santo. Todos los viernes del
4. Las obras de caridad, tienen también puesto especial en nuestras
Papa Francisco: Sonreír, un cristiano siempre es alegre. Dar las gracias, aunque no debas hacerlo. Recordarle a los demás cuánto los amas. Saludar con alegría a esas personas que ves a diario. Escuchar la historia del otro, sin prejuicios, con amor. Detenerse para ayudar, estar atento a quien te necesita. Levantarle los ánimos a alguien. Celebrar las cualidades o éxitos de otro. Seleccionar lo que no usar y regalarlo a quien lo necesita. Ayudar cuando se necesite para que otro descanse. Corregir con amor, ni callar por miedo. Tener buenos detalles con los que están cerca de ti. Limpiar lo que uso en casa. Ayudar a los demás a superar obstáculos. Llamar por teléfono a tus padres. UN BUEN AYUNO °°° Ayuna de palabras hirientes y transmite palabras bondadosas. Ayuna de descontentos y llénate de gratitud. Ayuna de enojos y llénate de mansedumbre y de paciencia. Ayuna de pesimismo y llénate de esperanza y optimismo. Ayuna de preocupaciones y llénate de confianza en Dios. Ayuna de quejarte y llénate de las cosas sencillas de la vida. Ayuna de presiones y llénate de oración. Ayuna de tristezas y amargura y llénate de alegría el corazón. Ayuna de egoísmo y llénate de compasión por los demás. Ayuna de la falta de perdón y llénate de actitudes de reconciliación. Ayuna de palabras y llénate de silencio y de escuchar a los demás.
prácticas cuaresmales. La llamada es a ayudar, en cuanto sea posible, a los más pobres y necesitados. La Iglesia en Colombia promueve en estos días la “Campaña de Comunicación Cristiana de Bienes”, A través de la cual se colectan fondos para apoyar a damnificados en cualquier parte del país. En verdad se ha hecho mucho bien a nuestros hermanos Colombianos a través de esta campaña. He visto últimamente que en Ibagué, grupos de personas de parroquias o movimientos Apostólicos, que se ponen de acuerdo para salir a repartir aguapanela caliente con pan, u otra clase de alimentos, a los habitantes de la calle. En una ocasión vi jóvenes del grupo juvenil de una parroquia arreglando el cambuche donde viven dos adultos mayores abandonados hasta de su misma familia; los seminaristas cada viernes de cuaresma se abstienen de consumir algún alimento y en la tarde van a llevar un mercado recolectado por ellos mismos, a familias muy pobres de cualquier barrio de la ciudad. Éstas y muchas otras obras de caridad, según la creatividad de cada uno, sirven para responder a la invitación de incrementar en la cuaresma la práctica de las obras de caridad; para favorecer a nuestros hermanos más necesitados. Los invito de corazón a disponer y preparar de la mejor manera posible, el espíritu para que el día de pascua todos hayamos dado el paso de la muerte a la vida, de la oscuridad del pecado a la gracia; de una vida espiritual tibia e inerte a una vida más fervorosa y llena de piedad, que también estemos plenamente convencidos de que nuestra morada definitiva y principal no está en esta tierra sino en el Paraíso del cielo en la presencia de Jesús resucitado; que tengamos la certeza de que si Cristo ha resucitado, también nosotros resucitaremos. Ahora estamos todos invitados a una Vida Nueva, dejando la levadura vieja del pecado, y empezando un modo distinto de obrar y pensar. La celebración de la pascua nos infunde una gran confianza: Cristo está vivo y es invencible. Felices pascuas de resurrección para todos. +Mons. Orlando Roa B. Obispo Auxiliar de Ibagué
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Semana santa
¿Cultura o tradición? Autor: Cristian Camilo Cárdenas Aguirre. Seminarista, Arquidiócesis de Ibagué, Colombia.
Para esta época, es común escuchar las nostalgias de las personas mayores, haciendo reminiscencia de cómo se vivía la semana santa en años anteriores; algunos comentan que ni siquiera la escoba se movía, no se ponía música, los alimentos de estos días se preparaban con anticipación, no se trabajaba y toda actividad quedaba en suspenso hasta el domingo de Resurrección. Pero, con tristeza, estas cosas han ido perdiendo su valor y significado. ¿Será ignorancia religiosa? ¿Falta de conocimiento por lo que sucede en esta semana? O simplemente, ¿indiferentismo? La semana santa, más que dejar de un lado toda actividad, es lograr el encuentro con el Señor, acompañarlo en su pasión, muerte y resurrección. Es una semana importante para el cristiano; semana que ha sido santificada por los acontecimientos salvíficos de Cristo; por lo tanto, sería ofender al mismo Dios convirtiendo estos días santos, en vacaciones o haciendo ocio. Las primeras comunidades cristianas, celebraban la semana santa. Cuenta Vincent Ryan en su libro Cuaresma – Semana Santa, que cerca del año 400 había un estilo de liturgia de semana santa; de igual modo, los primeros cristianos tenían por devoción ir a Jerusalén donde Jesús sufrió su pasión, muerte y Resurrección (p.69ss). Y mucho antes del Cristianismo, se tenía la pascua judía; en el primer Testamento, Yahvé ordena al pueblo de Israel a celebrar la pascua (Cfr. Éxodo 12, 1-28). En el nuevo Testamento, Jesús celebra la pascua con sus discípulos (Cfr. San Mateo 26,18); luego Jesús, se convierte en el cordero inmolado sin tacha ni mancilla quien nos ha rescatado a precio de su sangre (Cfr. 1 Pedro 1,19). Él es la Pascua. Esta semana se halla cargada de diversos ritos y celebraciones (litúrgicas y de piedad popular); inicia con la procesión del domingo de ramos, en la que prosigue la Misa de la pasión del Señor. Después vienen tres días, en los que quizás surge la pregunta ¿Qué hacer los días lunes, martes y miércoles santos? Son días propicios para la oración, reflexión, penitencia, obras de caridad, abstinencia y la participación en la Eucaristía, ya
que la Iglesia considera estos días como privilegiados. La celebración central del jueves santo está en la Misa de la Cena del Señor; Eucaristía, que tiene un inicio, pero no tiene un final. El viernes santo (único día en el año que no se celebra la Eucaristía) su centro es la celebración de la pasión y muerte del Señor, cerca de las tres de la tarde. Esta celebración es muy sobria, pero se encuentra cargada de signos que ayudan a vivenciar el gran significado del ¿por qué Cristo muere por nosotros? Ya el sábado santo es considerado como un día de silencio y soledad (Cfr. Antigua homilía sobre el santo y grandioso sábado); toda la creación espera que Cristo despierte victorioso de la tumba, y que satanás haya sido aniquilado a precio de sangre Divina. El centro de este día, es la vigilia Pascual, que se convierte en la razón de ser de todo cristiano; de lo contrario, se quedaría en un cristianismo de tumba, lleno de hedores. En esta noche santa, descubrimos que Cristo Vive, Reina y que con su muerte nos ha rescatado de la muerte eterna. Él abre de nuevo las puertas del Paraíso, que Adán había cerrado (San Gregorio Nacianzo. Disertación 39). Ya la cumbre de estos días, es el Domingo de Resurrección, día que vivimos la victoria de Cristo sobre la muerte, A partir de este día, caminamos domingo a domingo “hasta llegar al domingo sin ocaso” (Cfr. Prefacio dominical X. Misal Romano). De ahí la razón, que el cristianismo celebre tan magnamente estos días, y nadie, que sea cristiano, se puede excluir de este acto de amor divino. Es así que la semana santa, más que ser Tradición, por tener su origen en la cristiandad primitiva; más que ser algo cultural, por celebrarse según la idiosincrasia de cada pueblo; más que llevar imágenes en procesiones, más que caminar largos kilómetros, más que cambiar de actividades; es lograr descubrir que hay una Persona que se llama JESÚS, quien dio la vida por mí y me salvó de la esclavitud del pecado. Y si se descubre este significado, se puede decir que la pascua fue el resultado del paso de Dios por la vida del hombre, quien la transforma y le da nuevo significado, dejando sepultada la condición de pecado el viernes santo, y naciendo a una nueva vida en la Vigilia pascual. Quien logra esto, con certeza podrá afirmar: ¡He vivido este año, la semana santa! Año 2015.
El verdadero rostro de Dios renovador y liberador en contraste con la ley y los profetas que llega a su plenitud nos propone encontrarnos cara a cara con Dios. A Jesús hay que aceptarlo como Dios para poderlo comprender como Él realmente es, un Dios; no es lo que la humanidad ha pretendido encontrar en Él. La divinidad del Maestro se manifiesta en un rostro de Dios, es una cara amable, tierna, amorosa, plena de luz, cambia el horizonte de cualquier vida desviada por la tentación y el materialismo presente. 1 Marzo 2015. Marcos 9, 2-10. A Dios le gusta las cosas limpias, no es amigo de los supermercados religiosos, El mismo es el nuevo templo, Él se presenta como aquel que lo puede todo, a quien podemos acudir en todo momento. Él es el Dios de la vida, de la Gracia, de la esperanza, de la muerte, de la eternidad. Los ambientes físicos son importantes para la vida cristiana pero no definen en su totalidad la fe y la Gracia divina. 8 Marzo 2015. Juan 2, 13-25. Jesús acompaña la fe tan débil de nosotros. Deja llevar las afirmaciones más impresionantes sobre el amor de Dios hacia el mundo. Lo primero que se le ocurre es dar una señal, algo que sea visto: “Moisés levantó la serpiente en el desierto…” así tiene que ser levantado el Hijo de Dios, para que todo
el que crea tenga vida eterna… Jesús también evoca un episodio; el pueblo murmuró contra Dios y contra Moisés, entonces Dios suscitó serpientes venenosas… con esa señal, el pueblo se arrepiente de su pecado y pide a Moisés que interceda ante Dios. (Números 21, 4-9) El que mire a Jesús en la Cruz y crea, no morirá, sino que tendrá vida eterna. 15 Marzo 2015. Juan 3, 14-21. Jesús no quiere atraer las multitudes porque hace milagros. Él no se deja seducir por la gloria fácil que puede obtener de los hombres. Él quiere que nosotros volvamos los ojos hacia la Cruz, porque allí está su máximo título de gloria (Juan 12, 20-33). Jesús es un Dios crucificado, su método no es llamar la atención. Su misión es provocar que todos aquellos que creen en Él tengan una pista para su propia salvación: “Yo cuando sea levantado de la tierra atraeré a todos hacia mí”. 22 Marzo 2015. Fueron muchos los que siguieron a Cristo en este momento de triunfo, pero fueron pocos los que lo acompañaron en su pasión y muerte. Mientras esto sucedía, los sacerdotes judíos buscaban pretextos para meterlo en la cárcel, pues les dio miedo al ver cómo la gente lo amaba cada vez más y como lo habían aclamado al entrar a Jerusalén. 29 de marzo 2015. Marcos 15, 1-39. P. Jairo Yate Ramírez.
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¿ÉRASE UNA VEZ EL AYUNO…? Autor: Padre, Raúl Ortiz Toro. Licenciado en teología patrística e historia de la teología, Maestría en Bioética. Seminario Mayor san José en Popayán (Colombia).
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a llegado el Miércoles de Ceniza 2015 y, con él, el inicio del tiempo litúrgico de Cuaresma. La Iglesia, inspirada en el Evangelio (Mateo 6, 1-18) siempre ha recomendado para este tiempo un trípode para la ejercitación de las virtudes: Limosna, Oración y Ayuno. Quiero detenerme sobre todo en este último; creo que el tema de la Limosna, como medio para el compartir solidario con el prójimo se canaliza muy bien a través de la Campaña de Comunicación Cristiana de Bienes, y las obras de caridad que hacemos en diversos ámbitos, sobre todo en el de la Pastoral Social. La Oración, lugar de encuentro con Dios, tiene muchos medios para expresarse, sobre todo a través de la Liturgia, la Palabra de Dios, la meditación personal. Pero llega el Ayuno y allí sí hay problema. Hice hace poco un sondeo de sensatez entre los feligreses de la parroquia donde soy párroco y entre mis cohermanos sacerdotes y llegué a la triste realidad de que el Ayuno pareciera cosa del pasado. Entre la gente, sobre todo la que no está evangelizada, hay una idea vaga y equivocada de que ayunar es simplemente “aguantar hambre” como un sacrificio “que a Dios le agrada”; dejando a un lado el alimento agradable del miércoles, pero guardándolo para el jueves en la mañana. Algunos han puesto el acento del ayuno ya no tanto en la privación del alimento sino en la privación de ciertos gustos inspirándose sobre todo en el profeta Isaías 58, 6-7: “¿No saben cuál es el ayuno que me agrada? Romper las cadenas injustas, desatar las amarras del yugo, dejar libres a los oprimidos y romper toda clase de yugo. Compartirás tu pan con el hambriento, los pobres sin techo entrarán a tu
casa, vestirás al que veas desnudo y no volverás la espalda a tu hermano”. Por este motivo el Código de Derecho Canónico (1253) permite que se sustituya el ayuno por obras de caridad y prácticas de piedad ya que el Profeta lo refiere de este modo. La esencia del ayuno es el ofrecimiento de una privación voluntaria de un gusto particular a modo de sacrificio. Eso sí, con nuestro ayuno y nuestros sacrificios Dios no se beneficia; a propósito dice el Salmo 50: “Los sacrificios no te satisfacen… mi sacrificio es un espíritu quebrantado; un corazón quebrantado y humillado Tú, Señor, no lo desprecias”. No le estamos haciendo un favor al Señor si ayunamos o nos abstenemos: los grandes beneficiados somos nosotros mismos. Detrás del ayuno y los sacrificios voluntarios hay una hermosa pedagogía que a veces pasamos por alto: La voluntad que nos mueve a privarnos de un gusto se
La esencia del ayuno es el ofrecimiento de una privación voluntaria de un gusto particular a modo de sacrificio. ejercita para que cuando debamos enfrentar privaciones involuntarias sepamos también ofrecerlas y evitar la rebeldía contra Dios. La persona que hoy, voluntariamente, se priva de un alimento gustoso o de otro acto placentero, mañana, en un momento de enfermedad o de penuria no renegará si debe privarse de lo mismo. Esto se llama en el mundo de la teología espiritual: ascesis, es decir, ejercitación. El ayuno voluntario sirve también para ponernos, al menos en una ocasión, en la situación de los que pasan hambre o incomodidades. Vivimos en una época de bienestar enfermizo que juzga las pequeñas privaciones como desgracias. La caridad no
es solo dar “una fría limosna” sino “darse” a través de la solidaridad que implica tener la experiencia de la precariedad para saber cuál es la verdadera necesidad del prójimo. Precisamente, el prójimo necesitado se beneficia del ayuno: de nada serviría privarnos para acumular o para disfrutar después; al contrario, el verdadero ayuno se convierte en desprendimiento y Caridad.
Y tú, ¿Hace cuánto tiempo
no ayunas de verdad?
Las tentaciones en la vida pastoral, se deben afrontar con el evangelio
Papa Francisco. Evangelii Gaudium 76-109.
1. ¡NO NOS DEJEMOS ROBAR EL ENTUSIASMO MISIONERO! El Papa Francisco invita a todos los agentes pastorales a afrontar tres males que se han venido incrustando en la vida de la Iglesia, los cuales se alimentan entre sí. Ellos son: a) La acentuación del individualismo que se expresa en una preocupación exacerbada por espacios personales de autonomía y distensión, en la que las tareas son vividas como apéndices de la vida y aparte de la propia identidad (E.G.78). b) La crisis de identidad marcada – dice el Papa- por desconfianza hacia el mensaje de la Iglesia y por un cierto desencanto que lleva a relativizar u ocultar en el servidor eclesial su identidad cristiana y sus convicciones (E.G.79). c) La caída de fervor consecuencia del relativismo práctico que el Papa considera más peligroso que el doctrinal porque toca las opciones más profundas y sinceras que determinan una forma de vida. Ello lleva a: • Actuar como si Dios no existiera, • Decidir como si los pobres no existieran • Soñar como si los demás no existieran • Trabajar como si quienes no recibieran el anuncio no existieran (E.G. 80). Lo grave de estos tres males es que están presentes en muchos servidores eclesiales “aunque recen” (E.G.78). Por ello es urgente dar un SI al desafío de una espiritualidad misionera, precisamente, para que “¡No nos dejemos robar el entusiasmo misionero!”
2. ¡NO NOS DEJEMOS ROBAR LA ALEGRÍA EVANGELIZADORA! La segunda tentación que tienen los servidores eclesiales delante de sí como un riesgo y un peligro es la acedia pastoral que el Papa califica como
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ta tentación a la que están expuestos los discípulos de Jesús. Se trata de la mundanidad espiritual que el Papa define como la muy peligrosa tendencia a “buscar – en lugar de la gloria del Señor, la gloria humana y el bienestar personal.” Aquello que según el PapaJesús les reprochaba a los fariseos, quienes buscaban gloria los unos de los otros (Cf. Jn 5,44). O dicho en términos de Pablo: “Es un modo sutil de buscar “sus propios intereses y no los de Cristo Jesús” (Flp 2,21). Es tan grave, subraya el Papa quecitando a H. De Lubac- si invadiera la Iglesia, “sería infinitamente más desastrosa que cualquiera otra mundanidad simplemente moral.” (E.G.93). En otro aparte él cataloga la mundanidad espiritual como “corrupción con apariencia de bien” (E.G.97).
6. ¡NO NOS DEJEMOS ROBAR EL IDEAL DEL AMOR FRATERNO!
egoísta y paralizante porque lleva al “no compromiso” (E.G.81). Y ello no por exceso de actividades sino por actividades mal vividas, sin motivaciones adecuadas y sin espiritualidad que impregne la acción (E.G.82). Varias son las causas – dice el Papa- : • Proyectos irrealizables • La no aceptación de procesos • Perdida de contacto con el pueblo • El inmediatismo ansioso que lleva a no saber esperar (E.G.82).
3. ¡NO NOS DEJEMOS ROBAR LA ESPERANZA! El Papa Francisco advierte sobre una tercera tentación que han de afrontar los servidores eclesiales: el pesimismo estéril. Este se contrarresta con una mirada distinta a los males del mundo y de la Iglesia: Ellos son desafíos para crecer, tal como nos enseñó a mirarlos el Papa Juan XXIII en la apertura del Concilio Vaticano II, el 11 de octubre de 1962, fustigando a los profetas de calamidades (E.G.84). El Papa considera que el pesimismo estéril ahoga el fervor y la audacia generando en los evangelizadores la conciencia de derrota que los convierte en pesimistas quejosos y desencantados,
con cara de vinagre. Este mal espíritu de la derrota- como lo califica el Papaes hermano de la tentación de separar antes de tiempo el trigo de la cizaña y es producto de una desconfianza ansiosa y egocéntrica (E.G.85).
4. ¡NO NOS DEJEMOS ROBAR LA COMUNIDAD! La cuarta tentación que tienen delante de sí como riesgo y amenaza los servidores eclesiales -según el Papaes el aislamiento como traducción de un inmanentismo que excluye a Dios o de un consumismo espiritual enfermizo (E.G.89). Para contrarrestar esta tentación el Papa plantea un desafío y un anhelo: descubrir y transmitir la mística de vivir juntos y recuerda que “Salir de sí mismo para unirse a otros hace bien”, en tanto que, “encerrarse en sí mismo es probar el amargo veneno de la inmanencia y que la humanidad saldrá perdiendo con cada opción egoísta que hagamos” (E.G. 87).
La sexta tentación es para el Papa consecuencia también de la mundanidad espiritual. Se trata de la guerra entre nosotros los cristianos por envidias y celos y también por la búsqueda de poder, prestigio, placer o seguridad económica (E.G.98). Para afrontar esta tentación el Papa les pide todos los cristianos “un testimonio de comunión fraterna, atractivo y resplandeciente” y añade diciendo: “Que todos puedan admirar cómo os cuidáis unos a otros, cómo os dais aliento mutuamente y cómo os acompañáis” y cita el texto precioso del mandamiento del amor fraterno: ‘En esto reconocerán que sois mis discípulos, en el amor que os tengáis unos a otros’ (Jn 13,35).” (E.G. 99)
7. ¡NO NOS DEJEMOS ROBAR LA FUERZA MISIONERA! El Papa nos invita finalmente a disponernos a enfrentar muchos otros desafíos eclesiales, algunos que él mismo señala y otros que hemos de afrontar en nuestras propias realidades eclesiales, descubriendo en ellos los signos de los tiempos, para lo cual el Papa recomienda siempre “escuchar a los jóvenes y a los ancianos.”
5. ¡NO NOS DEJEMOS ROBAR EL EVANGELIO!
8. NO NOS DEJEMOS ROBAR LOS POBRES. Ellos son los tesoros de la Iglesia.
Con mucha propiedad y profundidad el Papa Francisco aborda la quin-
Francisco Javier Múnera Correa, IMC. Obispo. San Vicente del Caguán. Colombia.
Curso nacional de pedagogía Bíblica
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en el Taller de Iniciación Bíblica de la Fundación Verbo Divino, el cual desde hace ya muchos años se viene trabajando en la Arquidiócesis. Ahora aun más, creemos que la Palabra de Dios, tiene que ser trabajada como un proyecto de formación permanente, no solamente relegada a cursos esporádicos y si dentro de proyectos más amplios de animación pastoral, con escuelas y talleres, estudios y profundizaciones. Renovamos nuestro compromiso de colaborar en la animación Bíblica de las comunidades cristianas con espíritu eclesial, para hacer que la PALABRA llegue a las personas y comunidades a través del Texto Sagrado, articulando en su abordaje FE – VIDA. Hoy desde el corazón de la Arquidiócesis manifestamos nuestro más sincero sentido de gratitud y afecto por el equipo Verbo Divino, a los sacerdotes y laicos que por desde hace 10 años viene realizando este Taller ininterrumpidamente.
N
uestro corresponsal: Padre, Isidoro García Isaza. Delegado episcopal para la pastoral bíblica, Arquidiócesis de Ibagué. Colombia. Del 25 al 31 de enero del año en curso, miembros del equipo de Animación Bíblica de la Arquidiócesis de Ibagué, nos encontramos en el XIX Curso Nacional de Pedagogía Bíblica impartido por la Fundación Verbo Divino en la casa de Retiros de la misma, en la Ciudad de Medellín; Nos insertamos en el proyecto de animación Bíblica de los Misioneros del Verbo Divino en Colombia, cuya finalidad es prestar un servicio a las comunidades cristianas en general y a la católica en particular en el estudio, vivencia, difusión y promoción de la PALABRA DE DIOS. Para muchos de los que asistimos fue una primera experiencia ecuménica puesto que no solo participamos católicos sino también hermanos de otras denominaciones.
texto Bíblico. Consideramos la PALABRA DE DIOS como la luz que ilumina nuestra vida y nos compromete a una transformación personal, familiar, comunitaria y ciudadana; por tal razón la experiencia fue mucho más que una simple lectura y absorción de elementos y pedagogías, sino una realidad que va más allá de la transmisión de conocimientos.
Consideramos la PALABRA DE DIOS como la luz que ilumina nuestra vida. Se trato de una lectura hecha desde la persona en situación. Fuimos testigos de que el Espíritu está vivo en los lectores y esta realidad, le da vida al
Maravillosamente esta experiencia personal se enriqueció cuando aceptamos la invitación a realizar una la lectura bíblica en la comunidad, en donde en grupos conformados por laicos, sacerdotes y fieles de diferentes denominaciones confrontamos la vida de las personas con la interpelación del texto de la Biblia. La riqueza de la Biblia leída desde la vida, nos llevó no sólo a escucharla y leerla sino también a sentirla, dibujarla, actuarla y celebrarla en el contexto cotidiano en que vivimos, en los diferentes talleres propuestos y trabajados consignados
Con el fin de socializar este curso la delegación de Animación Bíblica y la Fundación Verbo Divino en cabeza del Padre Carlos Betancourt realizara los siguientes encuentros vicariales, invitamos a los miembros de todas las comunidades parroquiales a participar de estos encuentros: Cajamarca y Anaime: 14 de Febrero de 2015 Vicaria de Santa Gertrudis: 7 de Marzo de 2015 Vicaria San Miguel e Inmaculado Corazón de María: 8 de Marzo de 2015 Vicaria de San Juan Bautista y Espíritu Santo: 14 de Marzo de 2015 Vicaria Inmaculada Concepción y San José Obrero: 18 de Abril de 2015 Vicaria Santa Barbara de Venadillo: 9 de Mayo de 2015 El primer sábado de cada mes en la Parroquia San Juan Bautista de Ibagué (Jordán II Etapa), teléfono: 2742102 el equipo de Animación Bíblica de la Pastoral, realiza el Curso para animadores Bíblicos de la Pastoral en el horario de 9:00 am a 12m; Invitamos a todos lo que quieran a participar de este espacio de formación. Luis Heber Pinto Rivera - Laico Miembro del Equipo de Animación Bíblica de la Pastoral Arquidiócesis de Ibagué
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SAN JOSÉ hombre sencillo
nio, de realizarse como hombre, de poseer un hogar, de contar con una esposa, de pensar en un hijo; pero el ritmo de la vida le cambió todos sus planes, en ese trance, José descubre que allí hay algo más grande que su propia felicidad humana, que su propia realización varonil, allí nace una luz de la esperanza, una estrella que guía el camino de la humanidad, se convertiría en padre putativo de alguien que había sido anunciado 700 años antes: Jesús, el Mesías, Salvador del mundo.
“El Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, descendiente de David, no tengas miedo de llevarte a María, tu esposa, a tu casa; si bien está esperando por obra del Espíritu Santo, tú eres el que pondrás el nombre al hijo que dará a luz. Y lo llamarás Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.” Muchos esposos en el mundo, celebran con gozo su vida matrimonial, para ellos nuestra bendición especial, nuestras oraciones para que continúen perseverando en esas buenas relaciones que siempre deben configurar a las familias: El amor, el diálogo, la comprensión, el perdón, la tolerancia, el consejo, el respeto, la armonía del hogar. Los principios que sostienen realmente un hogar cristiano nunca deben dejar de existir: La unidad y la complementariedad. En el misterio de estos dos valores, está el éxito y el futuro de la vida familiar. La Sagrada Escritura no nos muestra grandes episodios de la vida de san José, lo que se dice de su vida, es algo muy puntual, como quien dice, hizo lo que debía hacer, en el momento indicado, y eso basta para poder imaginarse qué persona era. El Evangelio de Mateo nos ubica a José en su ascendencia:
“Y Jacob, engendró a José, el esposo de María, de la que nació Jesús llamado el Cristo” (1,16). Expone la capacidad de atención de José a la Palabra de Dios a través del Ángel: “El Ángel del Señor, se le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas tomar contigo a María, tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo” (1,20). Aprendemos de san José su capacidad de obediencia al llamado de Dios, de por sí, una persona humilde, está facultada para escuchar y obedecer, esa virtud la puso en práctica José: “El Ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: levántate toma contigo al niño y a su madre y huye a Egipto” (2,19). Estos rasgos de la personalidad de José, nos estimulan a nosotros los creyentes para descifrar en él, el espíritu del Adviento, una persona que supo escuchar con mucha atención la voz de Dios, un hombre se dejó guiar por el Espíritu del Señor, alguien que no entró en conflicto con lo que estaba sucediendo, porque poseía esa capacidad de ser una persona calmada, sensata, reflexiva, austera. Un hombre que descubrió a Dios en el caminar de su vida, las ilusiones y las esperanzas estaban en él, como en cualquier persona que está en actitud de contraer matrimo-
Muy completo este personaje, en su ser y en su actuar, de él escribe un autor: “San José es el padre legal de Jesús. Pero en este tiempo para los judíos, la paternidad legal era tan importante como la paternidad carnal. Aquella confería los mismos derechos hereditarios. Así en el caso de Jesús, san José le transmite los derechos hereditarios del linaje de David… San José llama la atención por el cumplimiento fiel y generoso de su misión. Hombre probado en su fe ante hechos que para él resultaban muy extraños, el estado en que se encuentra su esposa y las penalidades del destierro a Egipto. Pero siempre supo responder a las diversas labores que Dios le había encomendado. El Papa santo, Juan Pablo II describe maravillosamente la obra de san José: “José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer, porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”. En estas palabras se halla el núcleo central de la verdad bíblica sobre san José. Admirables debieron de ser las virtudes escondidas del padre de Jesús, la humildad y la obediencia, testificada en las palabras del evangelio: “José hizo lo que el ángel le había mandado y tomó consigo a su mujer” (ib 24). La tomó con todo el misterio de su maternidad; la tomó junto con el hijo, que llegaría al mundo por obra del Espíritu Santo. Admirable disponibilidad, y entrega absoluta al designio divino, que pide el servicio de su paternidad, para que, como en el principio de la humanidad, exista, ante la humanidad nueva, también una pareja, que constituya el vértice desde el cual se difunda la santidad a toda la tierra.” (Redemptoris Custos 24).
Nuevo juez eclesiástico El periódico Kerygma destaca, felicita y desea éxitos en su labor canónica y pastoral al reverendo padre, José Norbey Betancourt Cardozo, quien por decreto 04 emanado de la Cancillería diocesana que a su vez recita: “Que corresponde al Obispo moderador nombrar los ministros del Tribunal Eclesiástico, según las normas del Derecho y de la Instrucción Dignitas Connubii 34. Que dicha competencia está consignada en el artículo 7 de los estatutos que rigen el tribunal. Después de haber sido examinado y hallado competente, se le nombra como juez eclesiástico del tribunal interdiocesano en Ibagué. Firma. Flavio Calle Zapata, Arzobispo. Monseñor Hernán Gallo Gallo, Canciller”. El Padre Norbey es natural del Líbano (Tolima), fue ordenado sacerdote en la catedral del Líbano (Tol) el 16 de julio de 1976. Realizó sus estudios de teología en los seminarios de Ibagué y Bogotá. Cuenta con los siguientes estudios universitarios: Derecho Canónico, Universidad Javeriana en Bogotá. Derecho civil en la Universidad la Gran Colombia en Bogotá. Diplomado en derecho sucesiones en la Universidad libre en Bogotá. Diplomado en Pedagogía y didáctica en la universidad católica de Bogotá. Maestría en derecho canónico en la universidad javeriana en Bogotá. Doctorado en derecho canónico, universidad javeriana en Bogotá. Ha prestado los siguientes servicios pastorales en la Arquidiócesis de Ibagué: Vicario cooperador, Parroquia Perpetuo Socorro en Fresno Tol. Párroco, parroquia Santa Elena en Santa Elena de Chilí (Tol). Párroco, Parroquia San Isidro Labrador, en Tablazo (Tolima) párroco, fundador parroquia san Isidro Labrador en Convenio (Tolima). Capellán Colegio Tolimense en Ibagué. Párroco, Parroquia san Vicente de Paúl (Ibagué). Párroco, fundador, Parroquia de la Santa Cruz en (Ibagué). Capellán catedrático en la Universidad cooperativa de Colombia (8 años en Ibagué). Adscrito Parroquia María Auxiliadora en Ibagué. Juez en el Tribunal Eclesiástico Interdiocesano (Ibagué) en el año 2015. “Salvar las almas es la esencia del derecho canónico”.
Monseñor. Froilán Casas Ortiz, Obispo de Neiva, Huilla, Colombia.
EL “WIFI”
El “WIFI” no es otra cosa en sano castellano que una tecnología de comunicación inalámbrica o, también llamada “wireless lan”, red inalámbrica. Hoy todo el mundo vive conectado, sí, pero con el exterior. No hay cosa más aburridora que encontrase con los amigos, con la familia y cada uno vive su mundo. Está conectado sí, pero con el exterior. El otro que está al frente le importa un pepino. ¡Qué grosería! Definitivamente la cultura se mama. En la casa no se ha aprendido otra cosa. Qué cosa más molesta que a las horas de las comidas, no se pueda conversar en la mesa, hay que “chatear” con los de afuera. Ahora parecemos robots, cada uno anda en lo suyo, sin importarle el otro. ¡Qué cultura tan deshumanizante! Por eso hay tantos suicidios y tanta gente esquizofrénica o con alguna patología mental. Es vivir solo en medio de una multitud de personas y de ruido ensordecedor. A eso ahora le llamamos estar “in”. Pues yo lo llamo estar “out”, sí, fuera de la realidad familiar y de disfrutar de la hermosura de la amistad. Una familia se va a vacacionar a una finca. Allí hay un estupendo ambiente para saborear la alegría del hogar y de la amistad. Tenemos un excelente clima, piscina, juegos de mesa, posibilidad de salir a practicar algún deporte, oportunidad para leer algún libro al lado de la piscina, al arrullo de la caída del agua, con el hermoso sonido del canto de las aves y de la pequeña fauna que aún queda en el bosque. ¡He! Me volví romántico, vamos adelante. Sabe ¿por qué? ¡Qué fortuna! Allí no hay WIFI. Por fin pueden hablar padres e hijos. Por fin podrán comunicarse los sentimientos; por fin van a descubrir la riqueza del otro, aún inexplorado en su interior. Sólo el diálogo permite que el hombre crezca y se desarrolle afectivamente y por ende, socialmente. Me viene a la memoria la Oda a la Vida Retirada del agradable místico español, del siglo de oro de la literatura hispánica, fray Luís de León: “¡Qué descansada vida la del que huye del mundanal ruido, y sigue la escondida senda, por donde
han ido los pocos sabios que en el mundo han sido!”. Si esto lo decía un escritor del siglo XVI, ¿qué podemos decir en el ruidoso siglo de las TICS (tecnologías de la información y de la comunicación)? Por favor, no piense amigo lector que soy enemigo de esta belleza de instrumentos que nos hacen ver que el planeta es una “aldea global”, en lenguaje del escritor neoyorquino Alvin Toffler en su obra famosa, “La Tercera ola”. No cabe duda que tales tecnologías acercan al mundo del conocimiento y creo, como le escuché a un excelente conferencista de los Sistemas de Calidad, que quien tiene el conocimiento, tiene el poder. Estoy convencido de ello.
En esto admiro a los niños y jóvenes de hoy, su enorme capacidad y disposición para manejar todos estos aparatos que nos permiten comunicarnos en fracción de segundos y de minutos. En ese aspecto, ¡bienvenida la tecnología! Comenzando que este artículo no me exige llevarlo a la sede de la CEC, sino que lo envío vía “internet”. ¡Qué maravilla! Hoy si no nos ponemos al día en este tipo de tecnologías resultaremos unos nuevos analfabetas de la información. Pero la comunicación tecnológica nunca podrá reemplazar la hermosura de la comunicación personal. Esta sí que nos hace ser verdaderamente humanos. + Froilán Casas Ortiz. Obispo de Neiva
Marzo 2015
Bendito el que viene en nombre del Señor Iniciamos la Semana Santa. Acompañamos al Hijo de Dios en la ciudad santa de Jerusalén. Disponemos nuestro espíritu y corazón para vivir el acontecimiento cumbre de nuestra fe católica-cristiana. La Pasión, la muerte, la resurrección, de Aquel que tuvo la osadía de conquistar el mundo con la gloria de su propio sufrimiento. Narra la historia bíblica que Jesús dispuso todo para este gran acontecimiento salvífico, subió a Jerusalén para cumplir con la misión que el mismo Padre le había encomendado; al llegar se encuentra con la gran sorpresa: “Es aclamado como Mesías, como el salvador del mundo”, los niños hebreos, los pobres, los sencillos, los humildes, batiendo ramos de olivo, le abren calle de honor, al gran rey que viene montado en un pollino. Misión impredecible para la mente de otros estratos sociales judíos, para el mismo gobierno, para el sanedrín, para el senado, para la clase social privilegiada. El que quita el pecado del mundo pone en marcha el Reino de su Padre, es un mundo nuevo que se abre al horizonte jerosolimitano, es el Reino de la paz, de la justicia, del amor, el Reino de aquellos que han aprendido en su experiencia de fe, a hacer la voluntad de Dios. No es fácil entrar a romper con las estructuras sociales, con la mentalidad milenaria de un pueblo, con la concepción teísta de hombres y mujeres que no logran asimilar entre el Dios de ellos y el Dios encarnado según la persona de Cristo Jesús. Nos interesa centrar nuestra atención en el Mesías. Pues así fue reconocido por sus mismos apóstoles, por muchos que creyeron en El, por tantos que aprovecharon su predicación, por nosotros mismos que vivimos cada año, esta semana de Gracia que nos regala Dios. Jesús es el Mesías, y eso lo define todo. Pedro apóstol, atinó perfectamente a definirlo como el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo (Marcos 8,2729). Hombres y mujeres se han encargado de llevar dicha noticia a lo largo de la historia, de patentarla con sus propias vidas: santos, santas, mártires, vírgenes, beatos, etc. Hoy el mundo sigue viviendo en el presente la realidad de Jesús, vivo, presente en la Eucaristía; vivo, presente en su Palabra; vivo, presente en su Iglesia; vivo, manifestado a través de sus sacerdotes; vivo, en medio de su gente, el pueblo de Dios. Así pues, que no debemos sentir ningún temor en lanzarnos a vivir esta gran experiencia de la fe, a permitir que todas las ceremonias y actos litúrgicos nos hagan sentir la presencia del Mesías en nuestras vidas, que podamos terminar este peregrinar saliendo de la mano con el resucitado, el salvador del mundo. Abrámosle el corazón a quien viene en nombre del Señor.
Toda familia necesita al padre “Los hijos necesitan un padre que les espera”. Audiencia Santo Padre Francisco. Queridos hermanos y hermanas, Hoy quisiera desarrollar la segunda parte de la reflexión sobre la figura del padre en la familia. La semana pasada hablé del peligro de los padres “ausentes”, hoy quiero mirar más bien al aspecto positivo. También san José tuvo la tentación de dejar a María, cuando descubrió que estaba embarazada; pero intervino el ángel del Señor que le reveló el diseño de Dios y su misión de padre putativo; y José, hombre justo, “tomó consigo a su esposa” y se convirtió en el padre de la familia de Nazaret. Toda familia necesita al padre. Hoy nos detenemos sobre el valor de este rol, y quisiera iniciar por algunas expresiones que se encuentran en el Libro de los Proverbios, palabras que un padre dirige al propio hijo y dice así: “Hijo mío, si tu corazón es sabio, también se alegrará mi corazón: mis entrañas se regocijarán, cuando tus labios hablen con rectitud”. No se podría expresar mejor el orgullo y la conmoción de un padre que reconoce haber transmitido al hijo lo que cuenta de verdad en la vida, o sea, un corazón sabio. Este padre no dice: “Estoy orgulloso de ti porque eres igual a mí, porque repites las co-
sas que digo y que hago”. No, no dice eso. Le dice algo más importante, que podríamos interpretar así: “Estaré feliz cada vez que te vea actuar son sabiduría, y estaré conmovido cada vez que te escuche hablar con rectitud. Esto es lo que he querido dejarte, para que se convirtiera en una cosa tuya: la costumbre de escuchar y actuar, de hablar y juzgar con sabiduría y rectitud. Y para que tu pudieras ser así, te he enseñado cosas que no sabías, he corregido errores que no veías. Te he hecho sentir un afecto profundo y a la vez discreto, que quizá no has reconocido plenamente cuanto eras joven e incierto. Te ha dado un testimonio de rigor y de firmeza que quizá no entendías, cuando hubieras querido solamente complicidad y protección. Yo mismo he tenido que, en primer lugar, ponerme a prueba de la sabiduría del corazón, y vigilar en los excesos del sentimiento y del resentimiento, para llevar el peso
de las inevitables comprensiones y encontrar las palabras justas para hacerme entender. Ahora, continúa el padre, cuando veo que tú tratas de ser así con tus hijos, y con todos, me conmuevo. Soy feliz de ser tu padre”. Y así, es lo que dice un padre sabio, un padre maduro. Un padre sabe bien cuánto cuesta transmitir esta herencia: cuánta cercanía, cuánta dulzura y cuánta firmeza. Pero, ¡qué consolación y que recompensa se recibe, cuando los hijos rinden honor a esta herencia! Es una alegría que rescata cualquier fatiga, que supera cualquier incomprensión y sana cualquier herida. La primera necesidad, por tanto, es precisamente esta: que el padre esté presente en la familia. Que esté cerca de la mujer, para compartir todo, alegría y dolores, fatigas y esperanzas. Y que esté cerca de los hijos en su crecimiento: cuando juegan y cuando se comprometen, cuando están preocupados y cuando están angustiados, cuando se expresan y cuando están callados, cuando osan y cuando tienen miedo, cuando dan un paso erróneo y cuando encuentran de nuevo el camino. Padre presente, siempre. Pero decir presente no es lo mismo que decir controlador. Porque los padres demasiados controladores anulan a los hijos, no les dejan crecer.
Marzo 2015
El Evangelio nos habla del ejemplo del Padre que está en los cielos --el único, dice Jesús, que pude ser llamado verdaderamente “Padre bueno”. Todos conocen esa extraordinaria parábola llamada del “hijo pródigo” o mejor “padre misericordioso” que se encuentra en el Evangelio de Lucas, en el capítulo quince. ¡Cuánta dignidad y cuánta ternura en la espera de ese padre que está en la puerta de casa esperando que el hijo vuelva! Los padres deben ser pacientes. Muchas veces no hay otra cosa que hacer que esperar. Rezar y esperar con paciencia, dulzura, generosidad y misericordia. Un buen padre sabe esperar y sabe perdonar, desde lo profundo del corazón. Cierto, sabe también corregir con firmeza: no es un padre débil, sumiso, sentimental. El padre que sabe corregir sin degradarse es el mismo que sabe proteger sin descanso. Una vez escuché en una reunión de un matrimonio decir a un padre, ‘yo algunas veces debo pegar un poco a los hijos, pero nunca en la cara, para no degradarlo’ ¡Qué bonito! Tiene sentido de la dignidad. Debe castigar, lo hace justo y va adelante. Si por tanto hay alguno que puede explicar hasta el fondo la oración de “Padre nuestro”, enseñada por Jesús, estos son precisamente quienes viven en primera persona la paternidad. Sin la gracia que viene del Padre que está en los cielos, los padres pierden valentía y abandonan el campo. Pero los hijos necesitan encontrar un padre que les espera cuando vuelven de sus fracasos. Harán de todo para no admitirlo, para no mostrarlo, pero lo necesitan: y el no encontrarlo abre en ellos heridas difíciles de sanar. La Iglesia, nuestra madre, está comprometida con apoyar con todas sus fuerzas la presencia buena y generosa de los padres en las familias, porque ellos son para las nuevas generaciones cuidadores y mediadores insustituibles de la fe en la bondad, en la fe y en la justicia y en la protección de Dios, como san José. Texto traducido y transcrito por ZENIT.
Marzo 2015
Una parroquia en misión
H
e visitado la parroquia Santa Teresita del Niño Jesús, ubicada en el barrio protecho, comuna 8, que pertenece a la Vicaría san Juan Bautista en la ciudad de Ibagué, teléfono: 314 267 5392. Su sacerdote párroco y pastor, es el padre, José Gilberto Galeano Rodríguez. Un hermano que ha tomado muy en serio la misión, como principio pastoral en la obra de la evangelización. Precisamente en tres fechas especiales del año, se conserva una misión en los diez sectores que comprenden la parroquia, las fechas son: la semana santa, la fiesta patronal y la preparación para el nacimiento del Salvador del mundo. Me llamó mucho la atención verlo muy animado con la atención espiritual a la comunidad, la construcción del templo y la casa cural. Es un sacerdote amable, diligente, servicial, caritativo. Entre sus estudios cuenta con una licenciatura y especialización en pedagogía y educación, diplomado en derechos humanos, en riesgos y delitos de la niñez. La comunidad parroquial recuerda con mucho afecto y agradecimiento a los sacerdotes que a lo largo del tiempo han ido sembrando la semilla de la Palabra como el Padre, Libardo Jaramillo (q.e.p.d); Padre, Antonio María Muñoz (q.e.p.d); Padre, José María Russy Forero. Monseñor, Gustavo Vásquez Montoya; Padre, John Jaime Feria. La pastoral parroquial cuenta con los siguientes movimientos apostólicos: Legión de María, atención al adulto mayor, catequistas, 2 comunidades sine, movimiento juvenil, infancia misionera, pastoral de la infancia y salud, pastoral social y el equipo Coppas, mo-
naguillos. 10 barrios corresponde bajo el amparo de Santa Teresita: Vasconia reservado y Vasconia, Barlobento, Brisas de Vasconia, protecho 1 y 2, san Gelato, castilla alta y baja. Sus gentes son de una riqueza cultural venidas del norte y el sur del Tolima, departamento del Valle, huilenses, y costa atlántica colombiana. En su mayoría profesan la religión católica. La construcción del templo como punto central para la congregación de la comunidad, se ha ido dando gracias a las ayudas que se han recibido del extranjero, la tem-
plotón, la colaboración de Monseñor Flavio Calle Zapata, las actividades sociales del vecindario. Se presta el servicio espiritual y evangelizador en el templo, con las Eucaristías de lunes a viernes a las 6. 30 pm. El día domingo se celebran 4 misas, a las 8 am, 11 am, 5 pm y 6 pm. Se celebra el primer viernes de mes, el santo rosario en el primer sábado de mes. La fiesta patronal es el 1 de Octubre. Santa Teresita, del Niño Jesús nació en la ciudad francesa de Alençon, el 2 de enero de
1873, sus padres ejemplares eran Luis Martin y Acelia María Guerin, ambos venerables. Murió en 1897, y en 1925 el Papa Pío XI la canonizó, y la proclamaría después patrona universal de las misiones. La llamó «la estrella de mi pontificado», y definió como «un huracán de gloria» el movimiento universal de afecto y devoción que acompañó a esta joven carmelita. Proclamada “Doctora de la Iglesia” por el Papa Juan Pablo II el 19 de Octubre de 1997 (Día de las misiones)«Siempre he deseado, afirmó en su autobiografía Teresa de Lisieux, ser una santa. La santidad de Santa Teresita no se basa en fenómenos extraordinarios. Se basa en “hacer de manera extraordinaria las cosas más ordinarias y corrientes”.
Marzo 2015
Monjas trinitarias
de clausura
2 de marzo Oramos por el eterno descanso de Monseñor Luis Felipe Jáuregui (1975) 2 de marzo Oramos por el eterno descanso de Padre Jacobo Sthall (1966) 3 de marzo de 2015. Cumpleaños Padre Juan David Cardona 4 de marzo de 2015. Cumpleaños Padre, Juan Carlos García 6 de marzo de 2015. Cumpleaños Padre, José Ferley Gómez 7 de marzo de 2015. Encuentro animación bíblica en Rovira (Tol) 7 de marzo Oramos por el eterno descanso Padre, César Isaza Isaza (2014) 7 de marzo Oramos por el eterno descanso Monseñor, Buenaventura Jáuregui (1983) 7 de marzo de 2015. Cumpleaños Padre, Luis María Salcedo. 7 de marzo de 2015. Capacitación Sine, Vicaría san José Obrero. Encuentro de sacristanes. Encuentro nacional devotos de san José. 8 de marzo de 2015. Encuentro animación bíblica Vicaría san Miguel e Inmaculado Corazón de María
El periódico Kerygma visitó las instalaciones de las religiosas Trinitarias, recientemente llegadas a nuestra Arquidiócesis. Están ubicadas en la calle 30 N. 2-120, barrio el Claret, teléfono 2642536. Como fruto de la visita me quedó la impresión de una bendición de Dios para nuestra Diócesis, contar con esas ejemplares mujeres consagradas, al servicio de la oración, la contemplación, el silencio. Ante la velocidad de este mundo moderno, la misma presión de los medios de comunicación, y el afán de tantas personas que viven tan ocupadas, es bueno sentir la presencia del buen ambiente de Dios, ante el Santísimo Sacramento, la adoración permanente, la comunicación con la Santísima Virgen María. Profundicé un poco más en el diálogo con esta orden eclesial y las hermanas me respondieron: somos una comunidad de Monjas Trinitarias de Clausura, pertenecemos a la orden
8 de marzo de 2015. Cumpleaños Padre, Félix María García 9 de marzo Oramos por el eterno descanso de Monseñor Rubén Isaza Restrepo (1987) 9 de marzo de 2015. Cumpleaños Padre, César Martínez 10 de marzo de 2015. Cumpleaños Padre, Giovanni Moreno 10 de marzo de 2015. Cumpleaños Padre, José María Russy 12 de marzo de 2015. Cumpleaños Padre, Nelson Troyano
de la Santísima Trinidad, nuestra misión es pedir por la salvación de las almas, orar muy especialmente por la santificación de los sacerdotes. La Iglesia necesita monasterios de monjas de clausura, pues nuestra vida está empeñada en una obra del Señor y ciertamente que es de un gran servicio a la Iglesia. También me enteré que las hermanas dedican una parte de su tiempo para el tejido y la confección de ornamentos litúrgicos. Dios siga bendiciendo tantas obras buenas en su Iglesia.
13 de marzo de 2015. Encuentro matrimonial. Encuentro animadores pastoral rural en Venadilo (Tol). 14 de marzo de 2015. Capacitación Sine, Vicaría Inmaculado Corazón. Escuela litúrgica de lectores. Encuentro aspirantes al Seminario. 14 de marzo de 2015. Encuentro animación bíblica, Vicaría san Juan Bautista y Espíritu Santo 16 de marzo de 2015. Aniversario ordenación episcopal, monseñor, Flavio Calle Zapata. 20 de marzo de 2015. Encuentro personeros de colegios. 20 de marzo Oramos por el eterno descanso Padre, Javier Arango Jiménez (1999) 20 de marzo Oramos por el eterno descanso de Padre Carlos Arturo Reyes (2001) 21 de marzo de 2015. Cumpleaños Padre, Carlos Alberto Muñoz 21 de marzo de 2015. Capacitación Sine, Vicaría san Miguel. Encuentro semillero vocacional. Taller litúrgico para fotógrafos. Acies legión de María. 23 de marzo de 2015. Cumpleaños Padre, Helí Ramírez 23 de marzo de 2015. Retiro espiritual agentes de pastoral bíblica. 26 de marzo de 2015. Retiro espiritual para los sacerdotes. Misa crismal. 28 de marzo de 2015. Encuentro delegados parroquiales de Liturgia. Encuentro parejas situación irregular. 28 de marzo Oramos por el eterno descanso Padre, Guillermo Márquez. (2012) 30 de marzo de 2015. Cumpleaños Padre, Augusto Eblín Osorio. 31 de marzo Oramos por el eterno descanso Padre, Darío Góngora. (1971)
RESPUESTAS HORIZONTALES DEL NÚMERO ANTERIOR: COSTUMBRES DE AÑO NUEVO, AR VARADO, SPA, OSLO, SA, MALETAS, PAPAS, O, ACUESTA, DO, I, ELE, C, I, S, ASA, CENA, SALA, PO, A, MAR, INPEC, AMAGA, R, RN, ÑERO, CIRO, OTI, E, T, MAP, VELAS, ENERO, I, LOT, CAROL, ETOLE, NAO, V, JR, IN, MO, OIR, D, CAMARA, FIESTA, DALI, OCELADO, I, AM, HUEVO, S, NA, AS, GREGORIO, RS, A, NO, LEER, LAME, ORA.
autor: William Martínez Lobo
Es la Producindumentoras taria y de leche la gama que usan los sacerdotes en las misas
Vestimenta típica de Época los sacerdotes puede de la ser negra o blanca, Asistiré historia ya en desuso
Nota musical
Doctor de la ley mahometana
Azufre
Ex líder chino Mar en inglés
Posesivo Río de italia
Divisible por dos Tipo de Color usado en tiempo de Adviento, organización de cuaresma y en Novillo los funerales menor
Dativo de pronombre Poet. la muerte
Dativo de pron. 1 pers.
Viviré, existiré
Parcero, compañero
Inv. Provinvia de Chile
Calle 10 No.2-44 Ibagué Tel: 2611680 ext.119 Cel. 316 74 90 847
Grito de cuartel Caja para los votos
Toma el mando Asonancia, versa Inv. 3.1416
Art. fem. o nota musical
Reza Acción de rallar
500 en romano
Deje valluno
Litio
Prenda negra que cubre el pecho, se usa para sostener el cuello
Levantas
Hortaliza
Culebrón
Cordón blanco que sujeta el alba por la cintura
Cirios, velones, imágenes, medallas, libros, afiches y novenas
Inv. Paño ... de forma rectangular que se coloca en la espalda y se coge la Custodia
Años vividos
Periodo Que es perteneciente o relativo a la indefiliturgia nido
Negación gringa
El Hijo de Dios, Salvador
Ave con rostro de mujer
La vestimenta ... se usa en tiempos de pascua y en las fiestas de Jesús y María
Rata sin aes
Arriesgan
Frena,
Tropiezan
Segunda consonante
Pedís a Dios
También detiene llamado La del fajín, carbonero es parecido a una bufanda
Gorro de tela en De mi forma de casquillo propiedad que utilizan los fem. obispos
Vaso en desorden
Federico García ... escritor
Manos de pintura
Salida del sol De esta forma
Empresa de Teléfono de Bogotá Color que se usa en los ornamentos durante el tiempo ordinario
Yela Castro
Pariente cercano
Cama metálica Primera vocal
Freno arriero
Orate fem.
Papel del actor
Anillo, arete
Túnica blanca que cubre el cuerpo desde el cuello a los tobillos
Abrev. nacional
Taitas, papás
Diez más uno Casi es austria Asa
Asociac. Tira locutores blanca Carbono colomusualbianos mente de plástico que se pone en el cuello
no Poner en Pasar la Fem. paga lengua impuestos remojo
Animal alado Inv. progenitora Aquello Color que se usa el Viernes santo, en Pentecostés y en las fiestas de A nivel mártires
Cese de actividades
Uno en romano
1.500 en romano
Sobresale al tiburón Asociación Arquitectos de Colombia
Se salvó de Sodoma Artúculo indefinido
Especie de poncho que se usa sobre Embarel alba caciones y la de remo estola Plantígrado
Banda larga de tela del color correspondiente al oficio que se celebra
Marzo 2015 Por
Pbro. Diego Fabián Pulido Arciniegas. Maestría en Teología Moral y Magister en Bioética. Arquidiócesis de Ibagué
N
ingún hombre puede pensar, sentir, querer, o incluso soñar, sin que todo eso sea determinado, condicionado, limitado, dirigido por un fin situado delante suyo. Por otra parte está claro que el problema del "sentido" y del fin de la vida es una cuestión primordial para el hombre, que, aunque muchas veces no se exprese concretamente la cuestión, en cada ser humano madura por la experiencia y la reflexión. El tema del sentido está presente en las múltiples actividades en que nos ocupamos. Realmente el hombre le tiene "miedo al sin sentido" y "horror al vacío", de hecho, muchas veces el hombre para llenar su vida y su tiempo, usa los medios más variados: la búsqueda de riqueza, el trabajo, el placer, la ciencia, la política, y hasta el mismo amor; sin que con eso responda realmente a la cuestión del "sentido". Nada en un ser humano es más difícil de soportar que el sentimiento vaciedad de la propia existencia, de la vanidad de las esperanzas. No son pocos los que ante los fracasos de la vida, la vida se les hunde en un abismo en donde han sido arrojados por la falta de sentido. "La felicidad no está en el tener sino en el darse a los demás” La cuestión del sentido y del fin de la vida son caras de la felicidad. La bienaventuranza es como el fin último, que determina todos los otros fines, es el fin más querido, es el fin de fines. La felicidad es la meta suprema que se busca a través de todo lo que se hace, incluso sin saberlo, a veces equivocándolo o escondiéndolo, como lo hace el avaro, para el que todo se convierte en un asunto de dinero. La meta es como la columna vertebral de la felicidad, que supera en la integralidad de la vida, el ideal de "vida buena y placentera". La felicidad NO consiste en proyectar la vida de modo idealizado como una serie de contenidos concretos a donde se dirigirán las acciones, sino en la presencia permanente y estable de una vida plena. Desde el principio, en la tradición cristiana las bienaventuranzas se han interpretado como un principio moral básico que ilumina el punto de la felicidad humana.
Las bienaventuranzas responden al deseo natural de felicidad; ello tiene como raíz el hecho de ser de las promesas de Dios. Si bien en el Antiguo Testamento la felicidad está relacionada con bendiciones materiales: tener hijos, ganado, tierra fértil; "las bienaventuranzas" (Mt 5, 3-12) en el N u e v o Te s t a m e n t o s o s t i e n e n e l seguimiento del camino de la Nueva Alianza por encima de las ventajas materiales inmediatas.
une a la pobreza, entendiendo como pobre no el que menos tiene, sino el que más necesita, y en este caso el que más necesita de DIOS; con ello se nos indica que la esencia de la felicidad no está en el tener. Si una persona fundamenta su aspiración de felicidad en sus posesiones, sin duda alguna nunca alcanzará la felicidad. En primer lugar porque esta felicidad siempre es relativa, siempre se puede desear tener más e incluso desear que no se pierda lo ya
Las Bienaventuranzas en cuanto camino, indican negativamente dónde no se encuentra la felicidad y de esta manera nos indica las disposiciones fundamentales del cristiano como discípulo de Cristo. En el mensaje de la felicidad propio del cristianismo es muy preciso y en el anuncio del Evangelio se deben evitar las referencias genéricas a un estado de felicidad que muchas veces son contraproducentes. Por medio de las bienaventuranzas, el hijo de Dios puede formarse globalmente un ideal de "vida plena" que permite recibir como un don la plenitud de la felicidad que es la comunión con Dios y los hermanos.
adquirido. Existe por eso una especial inquietud por las riquezas (Mt 13,22) que hace estéril la vida cristiana. En s e g u n d o término, porque el mismo hecho de la posesión, el tener, nunca llega a lo íntimo del hombre, permanece en una referencia superficial. Volcar la intimidad del corazón en las riquezas exteriores es una auténtica esclavitud. De hecho Cristo se hizo pobre (2 Cor 8,9), no solo para liberarnos de la esclavitud de las riquezas, sino para enriquecernos con los dones celestiales y eternos que él nos trajo.
Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. La felicidad definitiva aparece en el marco del Reino de Dios, con el que empiezan y acaban las promesas unidas a las bienaventuranzas. En esta primera bienaventuranza la felicidad del hombre se
El hombre avaro es un hombre que tiene como dios "el tener", siendo esta una realidad, tan humana y de tanta actualidad en una sociedad de consumo. De la pobreza se desprende entonces la libertad de poder servir en el que está el verdadero reinar, y la alegría de dirigir el ánimo a lo que permanece y llena el corazón, el verdadero tesoro, y dirigirla así al don único de Dios Padre a quien hemos de imitar en su generosidad.
Marzo 2015
El testimonio del sacerdote y la nueva evangelización
(Primera parte)
Autor: Padre, Jesús Alejandro Castaño Bermúdez. Licenciado en filosofía y educación religiosa (Universidad católica de oriente). Licenciado en teología dogmática, (Universidad Santa Cruz, Roma, Italia) Sacerdote Arquidiócesis de Ibagué. Colombia. La nueva evangelización se plantea como el instrumento gracias al cual es posible enfrentar los desafíos de un mundo en acelerada transformación, y como el camino para vivir el don de ser congregados por el Espíritu Santo para realizar la experiencia de Dios, dando testimonio y proclamando a todos la Buena Noticia de Jesucristo. El tema del testimonio está claramente definido como la manera que tiene la Iglesia de anunciar el Evangelio, especialmente frente a las situaciones nuevas que nacen de los cambios socio-culturales que experimenta la sociedad. Esta tarea corresponde a todos los cristianos, pero se convierte en un imperativo para el sacerdote, quien, como «alter Christus» (otro Cristo), debe presentarse como testigo creíble de Jesucristo para el hombre de hoy. En continuidad con el Concilio Vaticano II y el Magisterio precedente, y en el espíritu de la nueva evangelización, el Papa Francisco recientemente ha invitado a todos los cristianos a asumir «una nueva etapa misionera» que permita llevar la luz del Evangelio a los nuevos escenarios que presenta el contexto cultural actual. Considerando este nuevo llamado del Papa, a continuación se presenta una propuesta que permite concretar los rasgos fundamentales que deben estar presentes en el sacerdote, testigo de Jesucristo, frente a la tarea de la nueva evangelización. El punto de apoyo son las actitudes que debe tener la “Iglesia en salida” que plantea Francisco en el número veinticuatro de la Exhortación apostólica Evangelii gaudium: «la Iglesia en salida es la comunidad de discípulos misioneros que primerean, que se involucran, que acompañan, que fructifican y festejan».
En esta entrega analizaremos las tres primeras características: primerear, involucrarse y acompañar.
Primerear Con este neologismo el Papa describe una de las actitudes que están a la raíz de toda acción misionera de la Iglesia: tomar la iniciativa para “salir al encuentro” del hombre. En efecto, «La comunidad evangelizadora experimenta que el Señor tomó la iniciativa, la ha primereado en el amor (Cfr. 1Jn 4,10); y, por eso, ella sabe adelantarse, tomar la iniciativa sin miedo, salir al encuentro, buscar los lejanos y llegar a los cruces de caminos para invitar a los excluidos». Primerear, en este contexto, pone de manifiesto la índole misionera del sacerdocio, parte constitutiva de su existencia, en virtud de la cual está llamado a dar testimonio de los misterios que celebra con el ejemplo de su vida y con su palabra. Por eso debe acoger, no solo a quienes lo buscan, a los que están cerca, sino ir sobre todo a los que están alejados de la fe y de la Iglesia, y a los indiferentes -quienes con su actitud se auto-excluyen de la comunidad eclesial-. En un contexto de descristianización, de indiferencia religiosa y de rechazo generalizado a la trascendencia, el sacerdote está llamado a salir al encuentro del hombre para dar razón de su fe, pues como ministro de Jesucristo, su principal deber es anunciar la Buena Nueva a todos los hombres (Cfr. Mc 16, 15). Esto implica necesariamente que el sacerdote, siendo consciente de su participación en la consagración y misión de Cristo, lo imite, saliendo al encuentro de sus hermanos para anunciarles la verdad del Evangelio, que es la única que hace libre al hombre. De esta manera, el presbítero, testigo de la verdad revelada, debe estar en capacidad de mostrar las razones de su fe cristiana a través de la palabra y la argumentación, de lo contrario su testimonio quedaría reducido y perdería eficacia. No es suficiente solo el buen ejemplo, es necesario el anuncio ex-
plícito y claro de Jesús, pues «no hay verdadera evangelización si el nombre, la enseñanza, la vida, las promesas, el Reino, el misterio de Jesús de Nazareth, Hijo de Dios, no son proclamados». Desde esta perspectiva, primerear significa salir al encuentro del hombre de hoy con el fin de darle razones de las propia esperanza (Cfr. 1Pe 3,15), a partir de un testimonio de fe vivido y proclamado.
Involucrarse Esta segunda característica se identifica con la caridad pastoral del ministerio sacerdotal, manifestación de la caridad de Cristo Buen Pastor, quien “se involucra” con sus ovejas hasta el punto de “dar la vida” por ellas (Jn 10,14), y de la que el presbítero sabrá expresar actitudes y conductas hasta la donación total de sí mismo al rebaño que le ha sido confiado. El testimonio del presbítero será creíble en la medida en que manifieste las mismas actitudes de Cristo Buen Pastor. En este sentido, su ministerio participa de la solidaridad y cercanía de Cristo al hombre en las situaciones concretas de su vida. El amor preferencial por el que sufre es parte del actuar apostólico del sacerdote; por eso debe estar especialmente cerca de los que sufren, las personas que pasan dificultades, los marginados y los pobres, a quienes debe llevar el amor y la misericordia del Buen Pastor; es en estas situaciones donde el presbítero «asume la vida humana, tocando la carne sufriente de Cristo en el pueblo». Involucrarse significa también asumir una actitud de servicio. Efectivamente, el sacerdote, por ser ministro, es servidor. Está invitado a «ponerse de rodillas ante los demás para lavarlos», a ejemplo de Cristo que lavó los pies a sus discípulos. A través del servicio encuentra la felicidad y evita caer preso de una visión reducida de su sacerdocio, por la cual éste sería solo una función. El presbítero deber ser consciente que no es un “funcionario”, y que el ejercicio de su sacerdocio minis-
terial es ante todo un servicio. El sacerdote es testigo de Cristo por ser, a partir de Él, por Él y con Él, servidor de los hombres.
Acompañar A ejemplo de Jesús que se hizo el compañero de camino de los discípulos de Emaús (Cfr. Lc 24,13-35), el presbítero da testimonio de la cercanía de Cristo acompañando a la humanidad en todas sus luchas y tristezas, en las dudas, las ambivalencias, las paradojas y las complicaciones que encuentra en el camino. No le son ajenas las circunstancias del caminar de sus hermanos, pues está junto a ellos apoyando sus proyectos y esperanzas. Esto implica que su labor evangelizadora sea cercana y personalizada, por lo que requiere dedicación, paciencia y respeto por el otro. El anuncio del Evangelio a los no creyentes y a los cristianos alejados requiere que el sacerdote esté capacitado para el acompañamiento. Por eso es importante que tenga una experiencia de fe sólida y una adecuada preparación intelectual que le permita mantener la claridad y firmeza de las convicciones fundamentales con la comprensión del otro y el respeto a sus situaciones y sus procesos. Oración, amor y lucidez son siempre los requisitos del evangelizador. Acompañar significa también guiar, orientar, conducir. Por eso el sacerdote se hace disponible a guiar a cada persona o comunidad eclesial a través de un proceso de perfección en la fe, la esperanza y la caridad. En este sentido, la dirección espiritual es un aspecto importante de su ministerio, pues además de ser un medio para alcanzar la propia santificación, también es una oportunidad para ayudar a discernir la acción del Espíritu Santo en la vida de cada persona. De esta manera el presbítero da testimonio de docilidad al Espíritu y de humildad, pues al dejarse conducir incita a otros a seguir su ejemplo.
Guíate por el caminito de la Cuaresma
Marzo 2015
La vida dura un ratico Padre, Elcías Trujillo Nuñez, Diócesis de Garzón, Huila, Colombia. Leí en una página de revista esto y lo quiero compartir con Usted: “Un hombre anciano, dueño de muchas tierras, sabe que va a morir muy pronto. Cita en un amanecer a un grupo de jóvenes. Les dice que apenas despunte el sol deben caminar hacia el horizonte, cada uno en una dirección determinada, avanzar hasta donde les plazca y regresar antes que el sol se oculte. Toda la tierra que cada uno marque será suya, siempre y cuando regrese exactamente antes que el sol decline. Parten todos con igual brío. Uno de ellos avanza presuroso en la mañana. Atraviesa valles y sube colinas y vadea ríos y bordea vegas y sabe que toda esa tierra será suya. El hombre se adentra en el horizonte cada vez más y el sol pasa el cenit y empieza a caer y el hombre es cada más rico porque cuanto más avanza el día él más camina y en cada minuto es dueño de más y más tierra. No puede parar porque siente el deseo irresistible de ser el propietario de todo valle que esté más allá de aquella colina. Reclama para sí hasta donde le alcanza la vista en la llanura. Cuando se siente muy poderoso, todo un latifundista, todo un señor de la tierra, ya cae la tarde y acomete el regreso y corre acezante por entre sus ríos y valles y colinas. Pero no le alcanza el corazón para el retorno y muere después del sol, ya cerrado el crepúsculo. Lo sepultan en el siguiente amanecer, en un lote de tres metros de largo por uno de ancho. Ante su tumba, el anciano latifundista afirma: “Ésta es la verdadera tierra que todo hombre necesita”. Es una historia contada por el conde León Tolstoi, tal vez el más grande escritor de la historia, capaz de escribir inmensas novelas de inmensa intensidad humana. Aunque parezca un disparate, nos acordamos de esta hermosa parábola al escuchar por la radio la canción “La vida es un ratico”, de Juanes. Bajo esta inquietud de lo que verdaderamente necesita un ser humano, dentro del fragor de la vida contemporánea, cada vez el tiempo es más corto para dimensionar y darle un sentido a la vida. Por ejemplo, aunque técnicamente no es cierto, el año fue más corto que todos los anteriores de nuestras vidas. Parece que enero fue ayer y ya mañana es diciembre. Pasará otro año y otro más y ya son diez y la película se acaba. Cada mañana, en este año fugaz, caminamos desaforados hacia el horizonte tratando de marcar tierra para acrecentar nuestra hacienda. Está claro que es la ambición humana la que genera la prosperidad de una nación. Pero es tal el ritmo que se nos impone en códigos de éxito, que los que no caminen así quedarán rezagados y excluidos de todos los frutos costosos pero gozosos que proporciona la modernidad. En este tiempo tan corto, donde cada vez los años son más breves, ni siquiera nos alcanzan las horas para pensar que Juanes tiene toda la razón: que la “vida es un ratico”. Aprovechémosla bien
Una familia de tradición sacerdotal Miguel Ángel Castro Sarmiento (Seminarista, II de Filosofía) Arquidiócesis de Ibagué. Colombia. En pocas ocasiones se acostumbra hablar de aquellos sacerdotes que han marcado la historia de una Diócesis.
Q
uizá porque han quedado en el olvido o porque no tuvimos el gusto de conocerlos pero lo que sí es cierto es que muchos de ellos dejaron muchas huellas en el desarrollo
pastoral de una comunidad parroquial o Diocesana. En esta ocasión quisiera hacer un homenaje a dos monseñores que con esfuerzo y amor a Jesús Buen Pastor lograron realizar muchas obras en nuestra querida Ibagué. A quienes hago referencia es a la familia Jáuregui, un poco desconocida para muchos pero muy cercana para otros más. Así el Excelentísimo Monseñor Buenaventura Jáuregui Prieto. Nació en el 29 de noviembre de 1898, en el municipio de Cogua, Cundinamarca, sus padres fueron Buenaventura y Mercedes. Cursó los estudios primarios en Bogotá. Ingreso al Seminario de Ibagué y fue ordenado sacerdote por monseñor Ismael Perdomo Borrero el 29 de junio de 1923. Fue Vicario cooperador de Honda, párroco en Dolores y Herveo, secretario de monseñor Pedro María Rodríguez, párroco de la Catedral, del Fresno, de Manzanares, Provisor y tesorero y luego Vicario general de Ibagué. En 1948 fue nombrado protonotario apostólico. El 5 de diciembre de 1951, fue nombrado obispo titular de Aretusa y Auxiliar de Medellín. Recibió la consagración episcopal el 2 de febrero de 1952 en Bogotá de manos del Nuncio Antonio Samoré. El 8 de diciembre de 1957, monseñor Jáuregui Prieto fue designado como obispo de Zipaquirá, tomó posesión el 2 de marzo de 1958.Mons. Jáuregui asistió al Concilio Vaticano II (1962 - 1965), y una vez finalizado, procuro que tanto el clero como los fieles laicos conocieran y aplicaran los documentos emanados del Concilio. A los 75 años de edad presentó renuncia, la cual le fue aceptada por la Santa Sede el 8 de julio de 1974. Como obispo retirado vivió en Bogotá, en donde murió el 7 de marzo de 1983 y fue enterrado en Zipaquirá. A monseñor Buenaventura se le debe la construcción del edificio actual del seminario mayor de Ibagué que junto con Monseñor Rodríguez levantaron un claustro que ha sido testigo de muchos alumnos que han pasado por aquellos pasillos. Ilustrísimo Monseñor Luis Felipe Jáuregui Prieto: Nació en Facatativá Cundinamarca el 9 de Noviembre de 1900, ingreso al Seminario de Ibagué donde curso el seminario menor
y mayor. Fue ordenado sacerdote por Monseñor Pedro María Rodríguez Andrade en 6 de junio de 1925, compañero de ordenación: Pbro. Efraín Velázquez. Fue párroco de Villahermosa, Marulanda caldas, Herveo, Coyaima, la catedral de Ibagué, vicario general, secretario episcopal, rector del Seminario de Ibagué, padre sinodal, Monseñor encargado de la Diócesis de Ibagué en sede vacante. Nombrado camarero personal de su santidad (hoy capellán de su santidad). Un hombre de alma entregada a su servicio, hombre humilde y austero, muy querido allegado a la ciudadanía. Ayudó enormemente en la construcción de la Catedral cuando al frente de la obra junto con Monseñor Rodríguez Andrade levantaron el bello templo que hoy podemos apreciar. Asistió a algunas sesiones del Concilio Vaticano II siendo Vicario General. Sirvió a la diócesis de Ibagué hasta el 2 de marzo de 1975 cuando fue llamado por el padre celestial a la patria del cielo. Sus restos mortales reposan en el mausoleo sacerdotal del cementerio san Bonifacio de Ibagué. Fruto de estas dos grandes vocaciones y de sus ejemplares vidas nació también la de su sobrino el Excelentísimo monseñor José Agustín Valbuena Jáuregui, hoy obispo emérito de Valledupar- cesar.
Dios reciba en su santa morada a estos dos hombres que por amor al reino de los cielos dieron sus vidas por la evangelización y el arduo trabajo pastoral.