Kerigma mayo 2016

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“La pareja que ama y genera vida es la verdadera “escultura viviente”.

Arquidiócesis de Ibagué - Mayo 2016 7

La alegría

Papa Francisco

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Exhortación apostólica Post Sinodal - Papa Francisco.

del amor que se vive en la familia

Lucas 6,36 María Madre de Misericordia Pág.8 y Reina de la Paz “De ninguna manera la Iglesia debe renunciar a proponer el ideal pleno del matrimonio, el proyecto de Dios en toda su grandeza”. (Amoris Laetittia 307). Papa Francisco

La salida del Fiscal

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AMORIS LAETITTIA

Una exhortación apostólica post sinodal con una fuerte dosis de misericordia, amor y vida en familia La exhortación post-sinodal sobre la familia escrita por el papa Francisco y presentada en el Vaticano, el 19 de marzo de 2016, aborda en el capítulo octavo el tema de las familias heridas, de los que conviven antes del matrimonio y personas en dificultad, a las cuales invitó a no sentirse excluidas de la Iglesia, mientras que a los obispos y sacerdotes y fieles invitó a proponerles un camino de acercamiento a la plenitud de la ley. El capítulo octavo es muy delicado y constituye una invitación a la misericordia y al discernimiento pastoral frente a situaciones que no responden plenamente a aquello que el Señor propone. La exhortación reafirma con fuerza que “el matrimonio cristiano, reflejo de la unión entre Cristo y su Iglesia, se realiza plenamente en la unión entre un varón y una mujer, que se donan recíprocamente en un amor exclusivo y en libre fidelidad, se pertenecen hasta la muerte y se abren a la comunicación de la vida, consagrados por el sacramento que les confiere la gracia para constituir-

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se en iglesia doméstica y en fermento de vida nueva para la sociedad”. Pero no olvida los casos de fragilidad y de alejamiento del ideal cristiano, por ello pide “acompañar, discernir e integrar”, en la “lógica de la misericordia pastoral”. “Hay que evitar los juicios –señala el Papa– que no toman en cuenta la complejidad de las diversas situaciones, y es necesario estar atentos al modo en que las personas viven y sufren a causa de su condición”. Porque “se trata de ayudar e integrar a cada uno “a encontrar su propia manera de participar en la comunidad eclesial, para que se sienta objeto de una misericordia inmerecida, incondicional y gratuita”. También invita a hacer de la dificultad una oportunidad, señalando que cuando “la unión alcanza una estabilidad notable mediante un vínculo público, está connotada de afecto profundo, de responsabilidad por la prole, de capacidad de superar las pruebas, puede ser vista como una ocasión de acompañamiento en la evolución hacia el sacramento del matrimonio”. El documento señala el hecho de que muchas parejas conviven o eligen el matrimonio civil, no necesariamente por prejuicios, sino también por situaciones contingentes, como la falta de trabajo. El Papa pide transformar estas situaciones en “camino hacia la plenitud del matrimo-

nio y de la familia a la luz del Evangelio”, y así llevar gradualmente a las personas a practicar plenamente las exigencias objetivas de la ley, siguiendo la lógica de reintegrar. El documento explica: “Los divorciados en nueva unión, por ejemplo, pueden encontrarse en situaciones muy diferentes, que no han de ser catalogadas o encerradas en afirmaciones demasiado rígidas sin dejar lugar a un adecuado discernimiento personal y pastoral” (AL 298). Y propone un itinerario de acompañamiento y de discernimiento que orienta a estos fieles a la toma de conciencia de su situación ante Dios. “La conversación con el sacerdote, en el fuero interno, contribuye a la formación de un juicio correcto sobre aquello que obstaculiza la posibilidad de una participación más plena en la vida de la Iglesia y sobre los pasos que pueden favorecerla y hacerla crecer”. Un discernimiento que “no podrá jamás prescindir de las exigencias de verdad y de caridad del Evangelio propuesto por la Iglesia”. El documento añade que “los bautizados que se han divorciado y se han vuelto a casar civilmente deben ser más integrados en la comunidad cristiana” claramente evitando “cualquier ocasión de escándalo”, pero sin que se sientan excomulgados y abriendo la posibilidad a algunos servicios eclesiales. Una integración necesaria también para “la educación cristiana de sus hijos”. El Papa reconoce que no existe “recetas sencillas” y sabiendo de “la innumerable diversidad de situaciones concretas” no se puede pretender del Sínodo o de esta exhortación “una nueva normativa general de tipo canónica, aplicable a todos los casos”. Porque además “el grado de responsabilidad no es igual en todos los casos”, las consecuencias o efec-

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tos de una norma no necesariamente deben ser siempre las mismas” (AL 300). “Es mezquino detenerse sólo a considerar si el obrar de una persona responde o no a una ley o norma general, porque eso no basta para discernir y asegurar una plena fidelidad a Dios en la existencia concreta de un ser humano” indica, y “lo que forma parte de un discernimiento práctico ante una situación particular no puede ser elevado a la categoría de una norma” (AL 304). El Papa desarrolla así de modo profundo las exigencias y características del camino de acompañamiento y discernimiento en diálogo profundo entre fieles y pastores. En la última sección del capítulo: “la lógica de la misericordia pastoral”, Papa Francisco, para evitar equívocos, reafirma con fuerza: “de ninguna manera la Iglesia debe renunciar a proponer el ideal pleno del matrimonio, el proyecto de Dios en toda su grandeza”. Y añade que “la tibieza, cualquier forma de relativismo, o un excesivo respeto a la hora de proponerlo, serían una falta de fidelidad al Evangelio y también una falta de amor de la Iglesia hacia los mismos jóvenes”. Y subraya que “hoy, más importante que una pastoral de los fracasos es el esfuerzo pastoral para consolidar los matrimonios y así prevenir las rupturas” (AL 307). “Invito a los fieles que están viviendo situaciones complejas, a que se acerquen con confianza a conversar con sus pastores o con laicos que viven entregados al Señor” escribe el Papa en este capítulo. “No siempre encontrarán en ellos una confirmación de sus propias ideas o deseos, pero seguramente recibirán una luz que les permita comprender mejor lo que les sucede y podrán descubrir un camino de maduración personal”. Y a los pastores les invita “a escuchar con afecto y serenidad, con el deseo sincero de entrar en el corazón del drama de las personas y de comprender su punto de vista, para ayudarles a vivir mejor y a reconocer su propio lugar en la Iglesia” (AL 312). Y sobre la “lógica de la misericordia pastoral” Papa Francisco afirma con fuerza: “A veces nos cuesta mucho dar lugar en la pastoral al amor incondicional de Dios” porque “ponemos tantas condiciones a la misericordia que la vaciamos de sentido concreto y de significación real, y esa es la peor manera de licuar el Evangelio” (AL 311). Fuente: Zenit. Sergio Mora.


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Una gota de santidad, vale más

que un océano de genio

Autor: Padre Jonathan Villamizar Andrade. Sacerdote, arquidiócesis de Ibagué, Colombia. Jesús vino al mundo a enseñarnos el arte de vivir; por eso, en toda nuestra vida estamos llamados como cristianos a vivir en Santidad. ¿Deseas que tus hijos transformen o mejoren sus vidas? ¿Que la relación con tu conyugue sea armoniosa? ¿Que el trato interpersonal en el trabajo o estudio mejoren? ¿Quieres de corazón que aquellos que te rodean posean el aroma de Cristo en sus vidas? Te tengo la solución: Se santo(a) como vuestro Padre del Cielo es Santo. Los que te rodean, tienen derecho a que tú, creciendo en santidad, te conviertas para ellos en un canal puro de gracias del Cielo. Tu crecimiento en santidad, se convertirá en el don más precioso que puedes ofrecer a tus seres más queridos (Tadeusz, meditaciones sobre la fe). Hoy te propongo un primer paso a la Santidad: niégate a ti mismo. Preguntarás ¿cómo? Una sonrisa en la dificultad, un acto de caridad cuando el gusto no lo aprueba, un momento de oración en el que no acompaña el sentimiento, escoger lo más pequeño y peor para sí mismo y dejar lo mejor para los demás, obedecer cuando no se desea, el silencio ante la afrenta, el aceptar una corrección con humildad y decir gracias, ofrecer tu salud delicada o el trabajo agotador… Todas estas cosas y muchas más, son medios que Dios pone a tu disposición, y que tú mismo decides aceptar o rechazar. Por ello, es en tu corazón donde se decide el destino de tus seres queridos, de ti mismo, de la Iglesia, de la humanidad. Si las aceptas y ofreces, te haces partícipe de la paternidad y maternidad de la Iglesia; es decir,

contribuyes a hacer nacer almas para Cristo. Si aún no me crees, medita estas palabras que nuestro Señor le dijo a nuestra Secretaria de la Misericordia: “Hija Mía, quiero enseñarte a salvar las almas con el sacrificio y la oración. Con la oración y el sacrificio, salvarás más almas que un misionero sólo a través de predicas y sermones. Quiero ver en ti una ofrenda de amor vivo, ya que sólo entonces tiene el poder frente a Mí…Tienes que ser destruida en este rinconcito secreto donde el ojo humano no llega nunca y entonces serás para Mí una ofrenda agradable, un holocausto, lleno de dulzura y perfume y tu fuerza será potente cuando intercedas por alguien. Por eso tu sacrificio debe ser: escondido, silencioso, impregnado de amor, saturado de oración. Exijo de ti hija Mía, que tu sacrificio sea puro y lleno de humildad para que pueda complacerme en él. Ahora te instruiré en qué consistirá este holocausto en la vida cotidiana. Aceptarás con amor todos los sufrimientos; no te aflijas si muchas veces tu corazón siente repugnancia y aversión por este sacrificio. Todo su poder está encerrado en la voluntad, por lo tanto los sentimientos contrarios no sólo no disminuyen este sacrificio a mis ojos, sino que lo hacen más grande (DSF 1767)

dables a Él.

Estos actos de virtud, pequeños y escondidos son los medios pobres que piden la intervención del poder de Dios. Por ello son agra-

Toda virtud influye poderosamente sobre los demás; tu fidelidad es fuerza para los que amas. De ahí que si deseas que alguien querido por ti mejore mucho más, quizás debas preguntarte si das todavía poco de ti mismo, Si Dios espera de ti mucho más; si a través de esa necesidad del otro, te llama a dárselo todo, a buscar con afán tu santidad de vida…ante todo ( Tadeusz).

Autor: Padre, Jairo Yate Ramírez. 1 de mayo 2016. «El que me ama guardará mis palabras; y mi Padre lo amará, y vendremos a él y habitaremos en él. El que no me ama no guarda mis palabras”. Juan 14, 23-29. El Maestro esculpe muy bien al alma humana. Jesús plantea toda la formalidad de su Reino basado en la práctica del amor. Es una realidad que debe darse necesariamente en aras del cumplimiento de las promesas, en aras de la organización social, en aras del cambio de mentalidad cultural, en aras de la salvación y de la vida eterna. 8 de mayo 2016. “Se hará en todo el mundo un llamado al arrepentimiento para obtener el perdón de los pecados. Comenzando desde Jerusalén, debéis dar testimonio de estas cosas.” Lucas 24, 46-53. “Quien no hace nada por cambiar este mundo no cree en otro mejor”. Así son las reglas de juego del misterio de la Ascensión, no es el cumplimiento de un itinerario de Dios Padre para con su Hijo, sino que es el programa de vida para un mundo mejor. Ama en lugar de odiar, perdona en lugar de condenar, ayuda en lugar de criticar, trabaja en lugar de destruir, valora en lugar de escandalizar. 15 de mayo 2016. “En seguida sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo. A quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados, y a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.» Juan 20, 19-23. El Espíritu es ese estado vital, cualificado y educado del ser humano. Es la nobleza de su ser. En él se encuentra depositada toda la Gracia de Dios, el fruto del esfuerzo, la fuerza de la Palabra divina, la perseverancia, el clima de la oración, el sacrificio por lo bueno, lo grande y lo positivo. 22 de mayo 2016. “Cuando venga el Espíritu de la verdad, os encaminará hacia la verdad plena. Porque no hablará por cuenta propia, sino que hablará de lo que oiga, y os dará a conocer lo que está por venir”. Juan 16, 12-15. Dios vive en comunidad, Dios es amor, Dios es Espíritu, Dios es vida y Gracia; Dios no vive solo, Dios no tomó decisiones él solo; debería ser el mismo Dios para todos, el mundo debería vivir, como vive Dios. El amor, la paz y la mansedumbre son propios de una familia cristiana según el modelo de la Santísima Trinidad. 29 de mayo 2016. “Él, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición sobre ellos, los partió y se los dio a los discípulos para que se los sirvieran a la gente”. Lucas 9, 11b-17. He aquí nuestra Eucaristía cristiana: en ella están contenidos, verdadera, real y sustancialmente el cuerpo y la Sangre del Salvador (Catecismo I. C. 1374). La Iglesia vive de la Eucaristía, la misma Eucaristía le da su razón de ser: somos Eucaristía, milagro de la gente que ama, milagro de la gente que perdona, milagro de la gente que cambia.


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Autor: Padre, Jorge Enrique Bustamante Mora. Licenciado en teología bíblica, universidad gregoriana de Roma (Italia), sacerdote arquidiócesis de Ibagué, Colombia.

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na respuesta se da ante una intervención, cuestionamiento, o llamado de alguien. En nuestro caso, entendemos responder “sí” al llamado de Dios, a su amor, a su voluntad. Y aunque hay muchos “sí” en el texto Bíblico, en general tomamos como ejemplo el SÍ maravilloso y rotundo de María Santísima (Lc 1, 26-38); El Sí de María es el Sí al plan de Dios sobre Ella; es, también, el modelo del Sí que nosotros cristianos católicos debemos pronunciar a Dios. Es tradicional que muchos entiendan el llamado y la respuesta como algo propio y exclusivo de la vida vocacional (sacerdotes, religiosos, religiosas, monjes…etc), escuchar que alguien respondió “Sí” nos lleva a pensar en la vida consagrada. Sin negar toda esta carga propia del ambiente vocacional, hay que precisar que la llamada de Dios y la respuesta afirmativa “Sí” se enmarcan en una dimensión mucho más amplia, la vida entera. La llamada de Dios y la respuesta que se espera es dirigida a toda persona, y la llamada por su origen divino tiene una fuerza atrayente, que poderosamente toca el corazón e invita a responder Sí. En este sentido tendremos que entender como “vida consagrada” no un grupo particular, sino toda persona que ha sido alcanzada, tocada o interpelada por el llamado de Dios; y que podemos decir es una “vida consagrada” porque su respuesta compromete totalmente y toda la vida de quien dice “sí” a realizar el plan de Dios. La salvación se ha realizado sobre la sencillez y la fuerza atrayente de la llamada de Dios. Dios llamó a Abraham, a Moisés, a los profetas, a los apóstoles… todos, hombres y mujeres, que han formado parte de esta fascinante aventura han sido llamados y han dicho “Sí”. Usted querido lector y yo hemos sido llamados. El llamado de Dios es un acto muy personal, y por tanto exige una respuesta personal que involucra la vida entera de quien es llamado. Llamados a decir sí, ser Iglesia, Pueblo de Dios. El llamado divino reclama una respuesta; nuestra respuesta, nues-

“Todos estamos llamados a decir SI” Todos estamos llamados a decir sí a la vocación bautismal, a la voluntad de Dios de salvarnos y querer nuestra felicidad, a responder sí a la evangelización viviendo coherente mente nuestra vocación específica y colocando al servicio de los demás dones y carismas. Y finalmente todos lla-

“aquello que me salva y me hace feliz” y mados a descubrir

decir valientemente sí. Todos llamados a decir Sí, una y otra vez al amor desbordante de Dios.

tro “Sí” da origen a la vivencia de nuestra vocación, la cual se vive y se experimenta como parte fundamental de nuestra identidad personal, el padre es padre, la madre es madre, el sacerdote es sacerdote… etc. La respuesta afirmativa no crea un ejército uniforme de quienes han dicho sí, sino que cada uno descubriendo su llamado, su vocación y dando su “sí” a Dios construye desde su respuesta una historia u acontecimiento salvador irrepetible. La respuesta a Dios configura lo que el Cardenal Carlo María Martini denomina “el itinerario cristiano de salvación”, y se trata de un itinerario porque se inicia con la llamada primera y fundamental al Bautismo, y se va desarrollando a través de llamadas y “sí” sucesivos hasta alcanzar la madurez cristiana. Todo hombre es llamado a vivir y ser en Cristo. El Bautismo nos “consagra para Dios, para Cristo”, formamos el pueblo de los llamados, aquí descubrimos una llamada general o universal a realizar la historia de la Salvación, la santidad, “todos llamados a decir SI”. Llamados como Abraham para formar el Pueblo de

Dios, su Iglesia, y ser portadores de su bendición (Gn 12, 1-4).

Llamados a decir sí a la voluntad de Dios La voluntad de Dios se revela totalmente en Jesucristo, Dios quiere que todos los hombres se salven por la redención que les ofrece en Jesucristo, su Hijo amado, “Porque tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo Unigénito, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna” (Jn 3,15). El creyente por la voluntad misericordiosa de Dios es capaz de penetrar el misterio de esta llamada a la salvación, a vivir la voluntad de Dios; está en capacidad de discernir lo que es bueno, agradable y perfecto (Rm 12,2). La voluntad de Dios es que seamos arrancados del mundo del mal y seamos sus hijos adoptivos (Ef 1,5) que seamos santificados. En la vivencia de la llamada fundamental, del bautismo, se van descubriendo nuevas llamadas, especialmente a realizar de manera personal y concreta la voluntad de Dios, a descubrir lo que los términos hebreos de “voluntad de Dios” signi-

fican: “aquello que gusta”, “aquello en lo que uno se complace”, “aquello que manifiesta misericordia”, en una expresión a vivir aquello en lo que me complazco y encuentro la salvación que Dios quiere para mí. La salvación y la felicidad que Dios quiere para el hombre son una nueva intervención de Dios, y “todos estamos llamados a decir Sí”.

Llamados a responder sí en la vivencia de los carismas Las llamadas y los Sí del “itinerario cristiano de salvación” se desarrollan y crecen normalmente en un clima o espacio en el cual la Palabra de Dios puede expresarse y encuentra eco o respuesta, o si se quiere con la imagen bíblica: “la semilla cayó en tierra buena y dio fruto” (Mt 13, 8), o la actitud de María que supo acoger y dar respuesta a la Palabra de Dios. Quien ha dicho Sí a Dios, mira a su alrededor y descubre un mundo muy distinto, y a veces lejano de la voluntad de Dios, de vivir la felicidad y la salvación. Aquí surge en el itinerario de crecimiento cristiano una nueva intervención de Dios a la cual estamos llamados a responder sí, se


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trata del amor que quema por dentro para dar a conocer a Dios y su mensaje salvador, lo que algunos llaman el testimonio, o la evangelización; la cual se realiza colocando al servicio de la comunidad la vivencia de los diversos carismas que nos ha dado Dios. Nadie debe esconder los carismas o enterrarlos, al contrario todos estamos llamados a decir sí en la vivencia concreta y real del servicio, de los carismas.

Todos llamados a decir sí en las vocaciones especificas Las vocaciones específicas se enmarcan en el crecimiento de la llamada fundamental, todos llamados a decir sí a la vocación bautismal y a descubrir nuestro itinerario de salvación, el camino que me complace y salva. Todos debemos descubrir que Dios nos llama a formar parte de una familia, hay que decir sí, amando los nuestros, perdonando y sosteniendo desde el primer momento hasta el momento de la partida natural a la casa del Padre; Algunos descubrirán que Dios los llama a vivir la belleza y la alegría del amor matrimonial, y aunque aparezcan las dificultades hay que decir siempre Sí, pues éste es camino de salvación. Otros descubrirán la belleza y alegría de seguir al Señor en la respuesta vocacional de una “consagración especial”; y aún habrá otros que descubrirán que la voluntad de Dios es vivir como hombres y mujeres solteros realizando su “itinerario de salvación”. Unos y otros, cada uno en su vocación específica, todos llamados a decir sí al llamado de Dios y a buscar la salvación formando parte de este Pueblo de Dios.

Conclusión…. Cada llamado, cada vocación encontrará ejemplos magníficos en la Sagrada Escritura. Es necesaria una frecuente relación con la Palabra de Dios para propiciar el crecimiento y desarrollo de la vocación Bautismal, que gracias al amor y la fe de nuestros padres hemos recibido desde temprana edad, pero que es necesario acoger y profundizar dando nuevos sí hasta alcanzar la madurez cristiana colocándonos en servicio evangelizador sin importar, o mejor importando mucho la vocación específica de cada uno.

Sean misericordiosos, Mensaje del papa Francisco, al ordenar 11 nuevos sacerdotes, en el marco de la jornada mundial de la oración por las vocaciones. “Hermanos queridísimos estos hijos y hermanos e hijos nuestros han sido llamados al orden del presbiterado. Como bien saben, aunque, en verdad, todo el pueblo santo de Dios es sacerdocio real en Cristo, sin embargo, nuestro sumo Sacerdote, Jesucristo, eligió algunos discípulos que en la Iglesia desempeñaran, en nombre suyo, el oficio sacerdotal para el bien de los hombres. No obstante, el Señor Jesús quiso elegir entre sus discípulos a algunos en particular, para que, ejerciendo públicamente en la Iglesia en su nombre el oficio sacerdotal en favor de todos los hombres, continuaran su misión personal de maestro, sacerdote y pastor. Después de una profunda reflexión, ahora estos hermanos van a ser ordenados para el sacerdocio en el Orden de los presbíteros, a fin de hacer las veces de Cristo, Maestro, Sacerdote y Pastor, por quien la Iglesia, su Cuerpo, se edifica y crece como Pueblo de Dios y templo del

Espíritu Santo. Al configurarlos con Cristo, sumo y eterno Sacerdote, y unirlos al sacerdocio de los Obispos, la Ordenación los convertirá en verdaderos sacerdotes del Nuevo Testamento para anunciar el Evangelio, apacentar al Pueblo de Dios y celebrar el culto divino, principalmente en el sacrificio del Señor. A ustedes, queridos hijos y hermanos, que van a ser ordenados presbíteros, les incumbe, en la parte que les corresponde, la función de enseñar en nombre de Cristo, el Maestro. Transmitan a todos la Palabra de Dios, la misma que ustedes mismos han recibido con alegría. Hagan memoria de su propia historia, del aquel don de la Palabra que el Señor les ha dado a través de sus mamás, de sus abuelas – y como dice Pablo - de sus catequistas, y de toda la Iglesia. Y al leer y meditar asiduamente la Ley del Señor, procuren creer lo que han leído, enseñar lo que crean y practicar lo que enseñan. Que la enseñanza de ustedes sea alimento para el Pueblo de Dios; que su vida sea un estímulo para los discípulos de Cristo, a fin de que, con su palabra y su ejemplo – van juntos: palabra y ejemplo - se

vaya edificando la casa de Dios, que es la Iglesia. Les corresponde también la función de santificar en nombre de Cristo. Por medio de su ministerio alcanzará su plenitud el sacrificio espiritual de los fieles, que por sus manos, junto con ellos, será ofrecido sobre el altar, unido al sacrificio de Cristo, en celebración incruenta. Reconozcan lo que hacen e imiten lo que conmemoran, de tal manera que, al celebrar el misterio de la muerte y resurrección del Señor, se esfuercen por hacer morir en ustedes el mal y procuren caminar con Él en una vida nueva. Llevar la muerte de Cristo en ustedes mismos y caminar con Cristo en una vida nueva: sin cruz, nunca podrán encontrar al verdadero Jesús. Y una cruz sin Cristo no tiene sentido. Introducirán a los hombres en el Pueblo de Dios por el Bautismo. Perdonarán los pecados en nombre de Cristo y de la Iglesia por el sacramento de la Penitencia. Y por favor, en nombre de Jesucristo, el Señor, y de la Iglesia, les pido que sean misericordiosos, muy misericordiosos”.


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personas diversas según la atracción del momento (Cf. A.L. 162).

Algunas pinceladas sobre este documento En nuestras próximas ediciones seguiremos conociendo Cada capítulo en particular.

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Pbro. Jairo Yate Ramírez Director

a alegría del amor. Es una exhortación apostólica, fruto de dos sínodos de los obispos. Este documento está compuesto por nueve capítulos, de los cuales deja claro que “los cristianos no podemos renunciar a proponer el matrimonio con el fin de no contradecir la sensibilidad actual, para estar a la moda, o por sentimientos de inferioridad frente al descalabro moral y humano. Estaríamos privando al mundo de los valores que podemos y debemos aportar. Es verdad que no tiene sentido quedarnos en una denuncia retórica de los males actuales, como si con eso pudiéramos cambiar algo. Tampoco sirve pretender imponer normas por la fuerza de la autoridad” (A.L. 35). Es por eso que dicho documento, aunque reconoce lo complejo que es la vida matrimonial, reconoce la importancia que la Iglesia esté presente y acompañando a las parejas a orientar su matrimonio desde Cristo. El mismo papa Francisco, invita a que esta exhortación se lea sin prisa, y que se ponga en práctica. Además, ofrece dos propuestas en las que in-

“La alegría del amor que se vive en la familias, es también júbilo de la Iglesia”

vita a las familias cristianas a estimular y valorar los dones del matrimonio y la familia y en segundo lugar a alentar a todos para que sean signos de misericordia y cercanía allí donde la vida familiar no se realiza perfectamente o no se desarrolla con paz y gozo (Cf. A.L. 5). En el primer capítulo el papa afirma que la familia está llamada a compartir la oración cotidiana, la lectura de la Palabra de Dios y la comunión eucarística para hacer crecer el amor y convertirse cada vez más en templo donde habita el Espíritu. En el capítulo segundo advierte del peligro del individualismo que desvirtúa los vínculos familiares y convierte a las familias en islas y pide a la Iglesia que se ofrezcan espacios de acompañamiento y asesoramiento sobre cuestiones relacionadas con el crecimiento del amor, la superación de los conflictos o la educación de los hijos. En el capítulo tercero sentencia que el sacramento del matrimonio no es una convención social, un rito vacío o el mero signo externo de un compromiso. El sacramento es un don para la santificación y la salvación de los esposos. (Cf. A.L. 72), pide a “Los pastores, que, por amor a la verdad, están obligados a discer-

nir bien las situaciones” (Familiaris consortio, 84). Y agrega que el grado de responsabilidad no es igual en todos los casos, y puede haber factores que limitan la capacidad de decisión. Por lo tanto, al mismo tiempo que la doctrina se expresa con claridad, hay que evitar los juicios que no toman en cuenta la complejidad de las diversas situaciones, y hay que estar atentos al modo en que las personas viven y sufren a causa de su condición” (Cf. A.L. 79). El capítulo cuarto, deja claro que la paciencia en el matrimonio no es dejar que los maltraten continuamente, o tolerar agresiones físicas, o permitir que los traten como objetos. El problema radica es cuando exigimos que las relaciones sean celestiales o que las personas sean perfectas. (Cf. A.L. 92), y que casarse por amor es optar por el matrimonio de esta manera, expresa la decisión real y efectiva de convertir dos caminos en un único camino, pase lo que pase y a pesar de cualquier desafío (Cf. A.L. 132) y denuncia que el celibato, no llevado como don, corre el peligro de ser una cómoda soledad, que da libertad para moverse con autonomía, para cambiar de lugares, de tareas y de opciones, para disponer del propio dinero, para frecuentar

El capítulo quinto, da un consejo esperanzador a los padres, respecto a la madre dice “a cada mujer embarazada quiero pedirle con afecto: Cuida tu alegría, que nada te quite el gozo interior de la maternidad. Ese niño merece tu alegría. No permitas que los miedos, las preocupaciones, los comentarios ajenos o los problemas apaguen esa felicidad de ser instrumento de Dios para traer una nueva vida al mundo” (A.L. 171) y con respecto al padre, es a quien Dios pone con las características valiosas de su masculinidad, y pide que él sea cercano a la esposa, para compartir todo, alegrías y dolores, cansancios y esperanzas. Y que sea cercano a los hijos en su crecimiento. (Cf. A.L. 177). En cuanto al capítulo sexto, se dirige en el numeral 203 pidiendo a los seminaristas que accedan a una formación interdisciplinaria más amplia sobre noviazgo y matrimonio, y no sólo en cuanto a la doctrina. Además, la formación no siempre les permite desplegar su mundo psicoafectivo. Y también a la necesidad de la formación de agentes laicos de pastoral familiar con ayuda de psicopedagogos, médicos de familia, médicos comunitarios, asistentes sociales, abogados de minoridad y familia, con apertura a recibir los aportes de la psicología, la sociología, la sexología, e incluso el counseling. (A.L. 204). Además ofrece algunas perspectivas pastorales como iluminar las crisis, las an-


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¿Matrimonio igualitario? gustias, las dificultades, 231; sanar viejas heridas, 239; hay que acompañar después de rupturas y divorcios, 241; hay que hacer posible los procedimientos para los casos de nulidad, 244; hacer una debida atención a los matrimonios mixtos, 247. Los matrimonios con disparidad de culto, son lugar privilegiado, 248. En el capítulo séptimo, dice que la educación de los hijos, debe estar marcada por un camino de transmisión de la Fe. (Cf. A.L, 287). La familia se convierte en sujeto de la acción pastoral mediante el anuncio explícito del Evangelio y el legado de múltiples formas de testimonio, entre las cuales: la solidaridad con los pobres, la apertura a la diversidad de las personas, la custodia de la creación, la solidaridad moral y material hacia las otras familias (A.L. 290). El capítulo octavo, asevera que nadie puede ser condenado para siempre, porque esa no es la lógica del Evangelio. “No me refiero sólo a los divorciados en nueva unión sino a todos, en cualquier situación en que se encuentren” (A.L. 297) y que los bautizados que se han divorciado y se han vuelto a casar civilmente deben ser más integrados en la comunidad cristiana en las diversas formas posibles, evitando cualquier ocasión de escándalo (A.L. 299) y exhorta a los a que no pueden sentirse satisfechos sólo aplicando leyes morales a quienes viven en situaciones «irregulares», como si fueran rocas que se lanzan sobre la vida de las personas (A.L. 305). En el capítulo noveno, el papa Francisco, concluye diciendo que toda la vida de la familia es un «pastoreo» misericordioso. Cada uno, con cuidado, pinta y escribe en la vida del otro: «Vosotros sois nuestra carta, escrita en nuestros corazones [...] no con tinta, sino con el Espíritu de Dios vivo» (2 Co 3,2-3) (A.L.322).

Padre. Raúl Ortiz Toro. Licenciado en teología patrística e historia de la teología. Maestría en Bioética, Roma, Italia. Docente, Seminario Mayor, Arquidiócesis de Popayán, Colombia. Una avalancha de reacciones no se hizo esperar. Las a favor y las en contra; las mesuradas y las exacerbadas. Un tema tan álgido da para todo y es porque no se puede ser indiferente cuando se trata de una realidad que nos toca el nervio: la familia. ¿Quién no tiene una? ¿Quién no tiene una visión de lo que es o debería ser? Quizá alguno piense que para el caso colombiano se trata del peor escenario para recibir la Exhortación Apostólica Post Sinodal del Papa Francisco sobre este tema: “Amoris Laetitia”. Pero yo pienso lo contrario: no que sea el mejor escenario posible – porque no lo es – sino que resulta siendo el ámbito más paradigmático para evidenciar el reto de cómo hacer que la Familia no pierda su esencia constitutiva. Es decir: ¿Quieren una evidencia de cómo la familia se ha resquebrajado hasta el punto de considerarse familia y matrimonio lo que no lo es? Es verdad que la culpa no es toda nuestra, de la Iglesia, pero sí tenemos parte en esta debacle. Seamos sensatos: ¿Qué tanto tiempo ocupa nuestra pastoral familiar? ¿No hemos ido cediendo al querer del mundo actual que solo ve el matrimonio como un acto social y no como sacramento? (¡Desde que paguen el estipendio! dirá alguno) ¿Cuánto tiempo se emplea y quién dicta los cursillos prematrimoniales? ¿Quién llena el expediente prematrimonial en la parroquia? ¿Qué tipo de diálogo se lleva a cabo con la pareja que se va a casar? ¿Vamos más allá de entregar simplemente la lista de requisitos? ¿Atendemos más las formalidades documentales que el acompañamiento

pastoral para que el consentimiento de los contrayentes sea pleno, libre, consciente? Y los matrimonios de laicos comprometidos: ¿Hasta dónde se han esforzado por hacer de su experiencia de esposos una manera concreta de evangelizar? Y si en lo antecedente hay cuestionamientos, ni se diga lo consecuente: ¿Existe en nuestras parroquias un grupo consolidado de asesoría matrimonial al menos durante el primer año de unión conyugal? ¿Hay al menos un mínimo seguimiento a las parejas de recién casados? ¿Qué crisis han sufrido, qué alegrías han experimentado: nacimientos, muerte, fracasos económicos, infidelidades, etc? ¿Nos contentamos con el mínimo esfuerzo de celebrar una esporádica eucaristía por las familias o, por el contrario, vamos a buscar a las familias, salimos a encontrarlas, a proponerles un estilo de vida cristiano? ¿La pastoral familiar en la parroquia va más allá de unos talleres anuales en el templo durante la Semana de la Familia? ¡Para algo han de servir las direcciones del domicilio después del

matrimonio que quedan consignadas en el expediente prematrimonial! ¡Para algo más que para poder enviar una notificación en el caso de iniciar un proceso de nulidad matrimonial! Rasguémonos todas las vestiduras posibles porque la Corte Constitucional Colombiana avaló el matrimonio entre personas del mismo sexo, pero también hagamos de este acontecimiento una oportunidad: hay que hacer más, mucho más, por salvaguardar la familia, por favorecer la responsabilidad de los padres en la educación de los hijos, por formar personas maduras para asumir el reto del amor. Expongamos la doctrina siempre actual de la Iglesia que expone claramente que solo en la complementariedad del hombre y la mujer subyace la posibilidad de constituir un entorno adecuado para el crecimiento de las personas en el plan de Dios. Hagamos algo más y hagámoslo ya. No puede haber un contexto más “tristemente oportuno” que el actual.

rotoro30@gmail.com


Mayo 2016

María Madre de Misericordia y Reina

de la Paz

Autor: Padre Juan Carlos Zúñiga. Especialista en Catequesis y Educación Religiosa Escolar Universidad Javeriana. Sacerdote arquidi ócesis de Ibagué, Colombia. a Santísima Virgen María es madre de Dios, madre de misericordia y reina de la paz. De hecho en la oración de la Salve se dice: “Dios te salve reina y madre, madre de misericordia”. Nuestra Señora es la primera en ejercer la misericordia y brindar su amor a todos sus hijos. Ella constantemente está guiando por el sendero de la salvación y previniendo contra la perdición, ama con amor de preferencia a los justos y con amor de misericordia a los que van por senderos del mal y rumbo a la

L

condena eterna. En los mensajes de sus apariciones, invita a rezar, a la conversión, a hacer penitencia. En 1917 en su aparición en Fátima Portugal, dio la enseñanza que se canta los primeros sábados en los rosarios de aurora cuando se recorren las calles para sacralizar el tiempo y el espacio y sentir la protección de la madre misericordiosa “Haced penitencia, Haced oración, por los pecadores implorad el perdón.” Además recomendó “rezar el rosario todos los días para poner fin a la guerra y dar la paz”. Asimismo en aquellas mismas apariciones enseñó esta oración: “Oh Jesús, per-

dónanos nuestras culpas líbranos del fuego del infierno y lleva al cielo a todas las almas especialmente a las más necesitadas de tu misericordia”. En Febrero de 1858 la Virgen María se reveló a una niña de Lourdes Francia llamada Bernardette dejando esta enseñanza: Es primordial orar el santo rosario, hacer penitencia y ser humildes; es importante la misericordia para con los pecadores y el cuidado amoroso a los enfermos. Urge la conversión y la confianza en Dios. (cf. Aci prensa). En Betania Venezuela la Virgen se aparece en Marzo de 1976 como “Reconciliadora de los pueblos”. El Obispo Pio Bello Ricardo ha declarado autentica la aparición escribiendo: “Los que vienen a las apariciones reciben un fuerte empujón en su fe y en su espiritualidad. Mejora su vida cristiana. Personas que no rezaban nunca, rezan ahora regularmente el rosario. Personas que no iban a la iglesia lo hacen ahora regularmente, se confiesan y comulgan. Han tenido lugar notables conversiones. Todos reconocen haber experimentado un cambio interior. Las apariciones les han acercado a Dios y les han proporcionado una primavera de vida cristiana [...] sea por la oración, sea por el agua de la cascada, y no solamente gracias espirituales, sino también curaciones físicas extraordinarias. ” (Laurentin apariciones actuales de la Virgen María). En medjujorje Yugoslavia la Virgen, en Junio de 1981 “resalta la

urgencia del mensaje evangélico pidiendo: retorno a Dios por la conversión, la fe, la oración, el ayuno. Así, el mundo dividido obtendrá la paz y la reconciliación” (op.cit) En conclusión la Virgen María urge a lo mismo que recomienda su Hijo Jesucristo con otras palabras si Jesús dice: “Oren para que no caigan en tentación”, la Virgen enseña recen todos los días el rosario. Si Jesús afirma “convertíos y creed en el evangelio” La Virgen dice abandonen sus pecados y “hagan lo que Él les diga” (Jn2, 5). La Virgen suplica no ofender más a Dios que ya está muy ofendido, orienta a ser puros, a abandonar la codicia, a revestirse de generosidad y de caridad, a no dejarse llevar del orgullo y a ser humildes son palabras que también ratifica Jesús en el evangelio “Los orgullosos serán humillados, los humildes enaltecidos” (Cf. Lc 18,14). Prácticamente lo que enseña María es: “si quieren la paz no pequen más”, ella pide la obediencia a Cristo y a la Iglesia, cumplir con los deberes y promesas hechas a Dios, tener arrepentimiento sincero, perseverar en el bien, propósito de enmienda para obtener la misericordia de Dios, misericordia que se debe practicar con el prójimo como ella la practica con todos, librando con su intercesión la humanidad de tantos males y peligros materiales y espirituales. Por eso ella es la Madre de Misericordia y Reina de la paz.


Mayo 2016

Autor: Marina Enciso Velásquez. Administrador Público. Especialista en Control Interno – UNMG.

La Virtud Teologal de la Fe. El Papa Francisco termina su homilía del 14 de enero de este año 2016 diciendo: “Pidamos al Señor que nuestra oración tenga siempre aquella raíz de fe, que nazca de la fe en Él. La gracia de la fe: es un don la fe. No se aprende en los libros. Es un don que te da el Señor, pero pídelo: ‘¡Dame la fe!’. ‘¡Creo, Señor!’ dijo aquel hombre que pedía a Jesús que curara a su hijo: ‘Te pido Señor, aumenta mi poca fe’. La oración con la fe… y es curado. Pidamos al Señor la gracia de rezar con fe, de tener la seguridad de que cada cosa que le pedimos a Él nos será dada, con esa seguridad que nos da la fe. Y esta es nuestra victoria: ¡nuestra fe!”. Entonces, la fe no es un conocimiento teórico, indefinido, de doctrinas aprendidas. Es un don que nos llega de Dios, para entenderle y reconocerle en todo lo que nos sucede.

Las Virtudes Teologales

LA FE

Cuando decimos que “creemos” en alguien, significa que le tenemos “fe”, porque sabemos que podemos confiar en esa persona, probablemente porque nos ha dado muestras de su lealtad. Es un ejemplo simple para explicar un hecho infinitamente superior como es nuestra fe en Dios. El Catecismo nos dice que la fe teologal es «más cierta que todo conocimiento humano porque se funda en la Palabra misma de Dios, que no puede mentir» (157). Creemos en Dios y le creemos con una certeza que solamente Él merece. La primera característica de la fe es que es una gracia, un «don de Dios, una virtud sobrenatural infundida por Él» (cfr. Mt 16, 17). Es un regalo que Dios nos da como manifestación de su amor. El Papa Francisco nos exhorta

a pedirle a Dios, porque Él no le niega nunca este regalo a quien lo busca sinceramente y lo pide con humildad. La segunda característica de la fe se desprende del respeto de Dios por la libertad del hombre. La fe es un acto humano, que depende de la libertad y la inteligencia del hombre que deposita su confianza en Dios y se apega a las verdades por Él reveladas. Por otro lado, la fe conlleva un compromiso cristiano. Cuando tenemos algo valioso deseamos compartirlo con nuestros seres queridos. No tiene sentido poseer la llama de Cristo para esconderla como si nuestra fe fuera un hecho privado, es necesario darla a conocer, dar a conocer a Jesús para que otros puedan recibirle y disfrutar de su amor y del don de la fe.

“Misericordiosos como el Padre” El lema del Año de la Misericordia, “Misericordiosos como el Padre”, expresa el gran compromiso que como cristianos debemos asumir para transformar la realidad de un mundo marcado por la indiferencia, y el desamor. Es la meta para hacer presente el amor del Padre en medio del mundo. La provincia Eclesiástica de Ibagué, junto con las diócesis hermanas de Girardot, Dorada-Guaduas y el apoyo del Departamento de Doctrina y Biblia de la Conferencia Episcopal de Colombia, han querido responder a este llamado de la Iglesia y han programado el II CONGRESO BIBLICO INTERDIOCESANO durante los días 3 al 5 de Junio en Ibagué - Tolima. Será una vivencia fraterna de Amor a Jesús presente en su Palabra, en la que mediante un recorrido por el Antiguo y el Nuevo Testamento, descubriremos las pistas necesarias para ser “Misericordiosos como el Padre” y contribuir a la consecución de caminos que nos conduzcan a la reconciliación y a la paz en nuestro país. Las reflexiones serán orientadas por Monseñor JOSE ROBERTO OSPINA LEONGOMEZ, Obispo de Buga; El Pbro. CIRO PASTOR BLANCO, Profesor de Sagrada Escritura en el Seminario de Girardot y el Pbro. JORGE ENRIQUE BUSTAMANTE, Director del Departamento de Doctrina y Biblia de la Conferencia Episcopal de Colombia. Personas doctas en el estudio de las Sagradas Escrituras. Dicho Congreso será replicado en el mes de Agosto 19 al 21 en Florencia, para facilitar la participación de las diócesis del sur de la Provincia Eclesiástica (Garzón, Florencia, San Vicente del Caguán, Puerto Leguízamo) Invitamos a participar de este gran acontecimiento interdiocesano, inscribiéndose en el despacho de su parroquia. Mayores informes a los teléfonos: Fijo 8-5156119; celular 3133950170 y al correo electrónico isidorogar@yahoo.com


Mayo 2016

Autor: Padre, Mario García Isaza, cm. Formador en el seminario mayor de Ibagué, Colombia. Teléfono 2632 696.

Hoy es lunes de Pascua. Y hoy -¡felizmente! – llega a término la gestión que el doctor Eduardo Montealegre ejerció -¡tristemente! – por espacio de cuatro años. El periódico el Tiempo de Colombia, en su editorial de este día, hace un análisis descarnado de la cadena de despropósitos en que incurrió Montealegre; y afirma que la fiscalía queda en deuda con los colombianos, y que el balance de lo hecho por el funcionario deja un claro saldo en rojo... Creo que es muy poco decir. Una institución cuya tarea, de acuerdo con la Constitución que nos rige, debería ceñirse al empeño de velar por que se haga cumplida justicia en todo proceso y porque los que ejercen cargos públicos lo hagan ajustados a la ley, se convirtió, durante el período que - ¡felizmente! – termina, en un circo de actuaciones teatrales que no solamente dejan densos mantos de duda en materia de ética administrativa, sino que tienen muchísimo que ver en el lamentable desprestigio y la bajísima credibilidad que, desgraciadamente, tiene hoy la rama judicial en la opinión de los colombianos. Pero no son estos los aspectos de que quiero ocuparme en este comentario; serán otros mejor impuestos en esa clase de asuntos, y será la historia, quienes sancionen con veredicto autorizado la malhadada gestión y el profundo daño que le ha hecho a Colombia. Hay un punto que el editorialista de El Tiempo no señala entre los pecados del fiscal; tal vez porque el periódico no lo ve como tal… Y ese pecado es el que inspira esta reflexión. Ayer, en una larga entrevista publicada por el diario capitalino, Montealegre anuncia, como quien pretende poner colofón a una obra, que antes de dejar el cargo presentará hoy al Congreso su proyecto de ley “para la despenalización del aborto; es decir, que la mujer en Colombia tenga la libertad de abortar antes de los s e i s

La salida del

fiscal general

meses de embarazo…” ¿Sin ningún tipo de condiciones o limitaciones?, pregunta el entrevistador. Y la respuesta: “Así es. No quedaría sujeto (sic) a las tres causales que exige la Corte constitucional, sino a una decisión libre dentro del marco de la autonomía de la mujer” Y luego, ante el nuevo interrogante del periodista: ¿y la vida del bebé por nacer? , el increíble exabrupto: “…Por eso imponemos un límite temporal de seis meses

¿Quién se cree el señor Montealegre? ¿De dónde piensa que le viene la autoridad para “imponer un límite temporal” al pretendido derecho de la mujer de matar a su hijo?

para la interrupción del embarazo” Cualquiera que lea con atención esas respuestas, y tenga una pizca de sentido humano, de conocimiento de la ley natural y divina, de capacidad de análisis, no podrá evitar la extrañeza, por decir lo menos. Yo me estoy preguntando: ante la criminal desfachatez de esa pretensión del – ¡gracias a Dios! – saliente fiscal, no habrá un pronunciamiento oficial, firme y sin ambages, de la Jerarquía

de la Iglesia? Ante una propuesta tan aberrante y que pisotea con bota homicida el “no matarás”, y sabiendo que en otros organismos oficiales, léase congreso, cortes, ministerio de salud…- probablemente tenga eco la inmoral iniciativa, ¿no se alzará, paladina y profética, la voz de nuestros Pastores? Yo, humildemente, me atrevo a esperar, y a pedir, que sí. ¿Quién se cree el señor Montealegre? ¿De dónde piensa que le viene la autoridad para “imponer un límite temporal” al pretendido derecho de la mujer de matar a su hijo? ¿ En virtud de qué diablos el niño engendrado apenas cumple seis meses adquiere, como por ensalmo, el derecho a que se le respete la vida, si antes de esa edad no lo tenía ? ¿Es que una autoridad humana, - Fiscalía, o Congreso, o Corte – puede decirle a un ser humano desde qué momento lo reconoce como tal y le ofrece la protección de sus derechos fundamentales? No seguiremos viendo, - felizmente – la almidonada y siniestra figura del doctor Montealegre. Pero serán largos los años necesarios para reparar, si es que son reparables, los profundos daños que le ha inferido a Colombia. Quiera Dios que quien lo substituya en el cargo pueda iniciar esa difícil tarea. A todos mis amigos, los mejores deseos pascuales.


Mayo 2016

Autor: Monseñor, Froilán Casas Ortiz. Obispo de Neiva, Colombia.

No entiendo cómo con alguna frecuencia escucho a los padres de familia sobre el incorrecto comportamiento de sus hijos. Pregunto ¿acaso no son hijos suyos? Usted cosecha lo que siembra. ¿Qué sembró usted en su hijo desde el momento mismo de la concepción? ¡Ah! Ahora, pague las consecuencias. Uno no es hijo del vecino. El ejemplo entra por casa, ¿qué formó en sus hijos? La mejor escuela de formación es el ejemplo. Si usted ha sido tramposo en los negocios, en su trabajo, ¿qué vieron sus hijos? Si usted maltrató a su cónyuge, ¿qué será de sus hijos? Si usted evadía los impuestos haciendo trampas o buscando privilegios y excepciones, ¿Qué pedirán sus hijos mañana? Si usted conduce embriagado, parquea en sitios prohibidos, no respeta las señales de tránsito, ¿qué harán sus hijos mañana? Si usted es tan desordenado en su pequeña o grande economía, en donde le debe a cada santo una vela, en donde gana diez y gasta quince, ¿qué harán sus hijos mañana? No les enseñe a sus hijos qué pueden comprar con el dinero, enséñeles qué no pueden comprar con el dinero. Si usted es alcahueta de sus hijos, cubriéndolos para que el

La familia marca la conducta humana médico les dé la incapacidad para justificar la no asistencia escolar, cuando en realidad se fueron a un paseo que usted organizó en pleno período académico, ¿sus hijos dirán la verdad mañana? A usted mismo lo engañarán. La sabiduría popular nos ofrece sendos mensajes al respecto: de tal palo, tal astilla; hijo de tigre, sale pintado; de tales padres, tales hijos. En el Altiplano Cundiboyacense se utiliza un refrán muy significativo, aplicado especialmente a las mujeres: las ovejas por la lana y las hijas por la mama. Permítanme contarles esta historia familiar del Gran Gandhi: un día Gandhi le pidió a su hijo que llevara el auto al taller de mecánica automotriz, pues tenía una pequeña avería. Habiéndolo llevado hacia las nueve de la mañana, esperó que su hijo se lo trajera antes de la cinco de la tarde, -era un taller conocido por

su responsabilidad, cumplimiento y honestidad-. El famoso abogado indio esperaba el automóvil a la hora acordada, esperó hasta la seis de la tarde. Ante la tardanza, telefoneó al taller para enterarse de lo ocurrido. Del taller le respondieron que el vehículo había sido entregado a las once y media de la mañana. El Señor Gandhi decidió irse a su hogar, como era su costumbre después del trabajo del día. Se puso muy preocupado por el temor que le hubiese sucedido algo grave a su hijo. Cuando el hijo regre-

só a casa hacia las siete de la noche, le preguntó el padre qué había pasado. El hijo le respondió que le habían entregado el auto reparado a las seis de la tarde y por eso no le había podido cumplir el compromiso adquirido. El padre abrazó a su hijo y comenzó a llorar diciéndole: -¡Hijo mío dime cuándo te enseñé mentir, si eso ha ocurrido te pido perdón!-. El hijo comprendió perfectamente el mensaje, se arrodilló y le pidió perdón a su padre. Ante el ejemplo no hay argumentos o palabras que valgan.

Mes de mayo 2016 3 de mayo Cumpleaños, monseñor, Alejandro Giraldo 4 de mayo Cumpleaños, monseñor, Gustavo Vásquez 5 de mayo Peregrinación sacerdotal a la parroquia nuestra señora de la salud en Ibagué 7 de mayo Capacitación Sine, vicaría del Espíritu Santo 7 de mayo Inicia curso animadores de biblia 7 de mayo Reunión parejas de pastoral familiar parroquial 8 de mayo Jornada mundial de las comunicaciones sociales 14 de mayo Capacitación Sine, vicaría san José Obrero 15 de mayo Fiesta de pentecostés 16 de mayo Cumpleaños, padre, Luis Jonathan Villamizar 17 de Mayo Cumpleaños, padre, Luis Fernando Barrios 19 de mayo Reunión de las vicarías foráneas 21 de mayo Capacitación Sine, vicaría san Isidro Labrador 22 de mayo Cumpleaños, padre, Jorge Enrique Bustamante 23 de mayo Cumpleaños, padre, Jairo Yate Ramírez 24 de mayo Cumpleaños, padre, Augusto Gómez 24 de mayo Cumpleaños, padre, Luis Fernando Medina 25 de mayo Cumpleaños, padre, Omar Contreras 25 de mayo Reunión docente ERE vicaría del Espíritu Santo 26 de mayo Cumpleaños, padre, Nelson Trujillo 28 de mayo Cumpleaños, padre, Juan Pablo Vargas 28 de mayo Formación delegados parroquiales de liturgia28 de mayo Encuentro vicarial de esposos, vicaría inmaculado corazón 31 de mayo Cumpleaños, padre, Carlos Andrés Pinzón



Mayo 2016

“Feliz Pascua”

La Falta de respeto a los Padres ¿De quien es la culpa?

Autor: Adriana Magaly Cuevas Muñoz, psicóloga, asesora matrimonial, tribunal eclesiástico metropolitano de Ibagué, Colombia. Teléfono 2610495.

Padre, Carlos Andrés Pinzón Castillo, delegado episcopal para la pastoral de la niñez. Arquidiócesis de Ibagué, Colombia.

Ha sido el gran saludo de los cristianos en estos días, pues estamos celebrando con alegría el gran misterio de la fe, Cristo resucitado de entre los muertos, Él, que volviendo de la oscuridad se hace cercano para brindarnos su luz y darnos vida en abundancia. Hemos vivido esta semana acompañando a Jesús en el cumplimiento de su misión salvadora, una salvación que nos hace católicos renovados y llamados como María, Pedro, las demás mujeres y apóstoles a salir a anunciar a todos que no debemos buscar entre los muertos al que vive. Escuchamos en las parroquias a nuestros sacerdotes la invitación a vivir como verdaderos resucitados, convencidos de que con Cristo vivo el pecado, la adversidad, la tentación, no son más fuertes que nosotros. La Pascua es la celebración de la vida y de la victoria sobre toda tristeza y desesperanza.

Este tiempo de gracia que se prolongará hasta la fiesta del Espíritu Santo es una ocasión propicia para que los jóvenes, caracterizados por su permanente alegría y amor por la vida, no solo comprendan y sientan la presencia de Jesús resucitado, sino que además se arriesguen a ser callejeros de la fe, misioneros de la cotidianidad, que como san Pablo anuncien a tiempo y a destiempo a Aquel que es el vencedor de la muerte. En el evangelio leemos que muchos no podrían creer si nadie les predica, pues bien, hoy más que nunca se hace necesario el ejercicio del apostolado. Queridos jóvenes: como el mismo Jesús, salgamos a encontrarnos con los nuevos discípulos de Emaús que van por las calles de nuestra ciudad, que están en los colegios, universidades, familias viviendo sin luz, sin esperanza, sin darle un lugar a Cristo en sus almas; como el Maestro hagámonos los encontradizos, vivamos la alegría del encuentro y contagiemos a aquellos que esperan el mensa-

je de salvación. Recordemos que así también estamos cumpliendo una de las obras de misericordia que nos pide la Iglesia: “enseñar a los que no saben”, venzamos la incredulidad, la falta de fe de muchos muchachos que dejándose llevar por el pensamiento ateo no se quieren comprometer con una vida diferente, una vida nueva, seamos misioneros de Cristo Vivo hasta que puedan decir como Tomás cuando reconoció al Señor: “Señor mío y Dios mío”.

El único mandamiento de Dios que viene con promesa es el cuarto que dice: “Honrarás a tu Padre y a tu Madre”, y continúa diciendo… “y tendrás vida y vida en abundancia” (Ex 20, 12); significa que debemos obedecer a los padres, asistirles en sus necesidades y prohíbe ofenderlos de palabra, de obra o de cualquier otro modo. Los jóvenes de hoy olvidan la importancia del respeto a sus padres y con ellos a todos los adultos, son irreverentes, irrespetuosos y hasta odiosos, pero eso no es culpa de ellos, es culpa de quienes los educamos porque se nos olvidó que nuestro papel no es el de ser sus amigos, eso de ser sus “parceros” es para los jóvenes que tienen su misma edad ya que ellos si pueden alcahuetear y apoyar todas sus irresponsabilidades sin ningún remilgo, pero nosotros lo que hacemos al tomar ese rol es convertirnos en esa persona que todo lo permite y hasta lo celebra, con esto solo fomentamos que nos traten como a sus iguales y no es así, somos los que debemos imponer normas y establecer limites, somos los que cuando no cumplen deben imponer castigos que les enseñe que toda decisión tiene una consecuencia, de tal forma que aprendan a madurar y ha no tomar decisiones impulsivas solo pensando en ellos y en su gratificación, para que forma aprendan a vivir asumiendo su responsabilidad. ¿Entonces cuáles deben ser nuestras actitudes como padres con nuestros hijos?: No debemos desautorizarnos entre los padres, dialogar con ellos, estar pendiente de su salud, de los cambios de comportamiento, de su rendimiento académico y todo lo que tenga que ver con su vida, sin sobreproteger ya que esto los vuelve dependientes e inseguros, enseñarles a reconocer sus errores y a repararlos, a ser ordenados, puntuales, aseados, no debemos permitir chantajes y groserías de ningún tipo, debemos aprender a ser firmes cuando digamos no es no sin cambiar de opinión, y sobre todo recordar que el ejemplo es la mejor de todas las educaciones y que el respeto es algo que se gana y no algo que se exige.


Mayo 2016

“Cuando hablamos de EVANGELIZAR, necesariamente hemos de admitir que EVANGELIZAMOS POR NUESTRA CONDICIÓN DE DISCÍPULOS y en nombre de la Iglesia que es quien NOS ENVÍA, conscientes de que es preciso establecer una relación de fe vital e íntima con Jesús identificándonos con Él y con Su causa. Esta realidad nace del reconocimiento de Su sabiduría, autoridad y liderazgo. Como algo novedoso, según la costumbre de la época en la que los discípulos de los filósofos o del talmud rabínico buscan a un maestro para aprender unas enseñanzas, con el fin de llegar a ser a su vez maestros o rabinos, “Los discípulos pronto descubren algo del todo original en la relación con Jesús: no fueron ellos los que escogieron a su maestro; fue Cristo quien los eligió”. Y aquí está una característica fundamental del discípulo de Jesús: hay una LLAMADA a su seguimiento. En ocasiones Jesús se dirige de manera explícita a las personas con el imperativo “Ven y sígueme” (Mc 1,17; Mt 4,19; Mc 2,14). Otras veces, como es el caso de Lc. 5, 1-11, no hay un llamado formal, sino la conclusión: “y dejándolo todo le siguieron”. De todos modos la iniciativa siempre es de Jesús. Hay un encuentro determinante entre Jesús y los que a partir de entonces serán sus discípulos: “SÍGUEME” es la palabra creadora que hace de un hombre un discípulo, irrumpiendo en el corazón desde la libertad de quien responde. La llamada o vocación es la primera experiencia del discípulo, en la que llega a percibir el amor y la mirada de predilección de Dios, manifestado gratuitamen-

Evangelizamos por nuestra condición de discípulos

te en esa llamada con la que Jesús expresa la primacía de su iniciativa: “No me habéis elegido vosotros, he sido yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y déis fruto abundante” (1Jn. 4,19). No podemos pasar desapercibida la situación personal de quienes son llamados, (pescadores, cobrador de impuestos, el publicano), incluso la circunstancia (“debajo de la higuera” Jn. 1,48), lo que indica que el discipulado se vive en una situación de vida concreta porque es Jesús mismo quien va a buscar al hombre allí donde va construyendo su historia en medio de los avatares de su existencia y en situaciones personales que, sin duda algu-

na dejaban a muchos boquiabiertos porque no llegaban a entender que Jesús transgrediera normas eligiendo personas “poco recomendables”. Ahí podríamos situarnos personalmente para valorar, en su justo precio la misericordia y bondad de Dios al poner Sus ojos sobre nosotros encomendándonos una misión concreta: SER SUS DISCÍPULOS para ser, a través del testimonio de nuestra vida, “Iconos” perfectos de Su bondad y misericordia en medio de los hombres y mujeres de nuestro tiempo.”


Marzo 2016 Mayo 2016

¿De qué nos

quejamos?

Monseñor. Froilán Casas Ortiz

- Muchos colombianos parecen plañideras, lloran por todo y no dan solución a nada. Vamos a cumplir doscientos años de vida republicana y el progreso ha sido exiguo en muchos aspectos. Tenemos uno de los países más ricos del mundo: variedad de recursos naturales, rica biodiversidad, dos océanos, excelente orografía, grandes recursos hídricos, riqueza mineral, hidrocarburos explotados sin suficiente racionalidad; en cultura, tenemos muchas fortalezas. Sin embargo, seguimos en la pobreza. El problema es un buen número de colombianos. Acabamos de dar el grito de independencia y ya nos dividimos: federalistas y centralistas; la “patria boba” es una muestra de nuestra incapacidad para ser libres. Cuando los buitres ven que los leones pelean por la presa cazada, llegan a disfrutar del banquete. Por las peleas internas, perdimos el istmo de Panamá y, por la misma razón, perdimos una buena parte de la Amazonía. Somos tan cerrados de mente y tan llenos de terquedad, que no aprendemos de los

errores. ¡Qué pueblo tan indómito!

¿Estamos llamados a vivir así? Pues, no. El cambio es cuestión de voluntad. Si queremos cambiar, cambiamos. Excúsenme decirles, el problema es que no se nos da la gana cambiar. Con frecuencia el orgullo, obnubila la inteligencia. Mire usted otras realidades del planeta, vayámonos para Finlandia: el himno nacional dice ... “somos un país pobre, no tiene oro. El recurso que tenemos es nuestro pueblo”. ¿No será que en Colombia la ecuación es el revés? Veamos las siguientes cifras: es un país que busca responder a dos grandes retos: educación y corrupción. La presidente finlandesa Tarja Halonen dice: “Fuerte inversión en educación y transparencia en el gobierno”. Pregunto: en Colombia, ¿los educadores están dando la talla a una nueva Colombia? ¿La trasparencia es la carta de presentación de los gobiernos? Del dicho al hecho hay mucho trecho. Un pueblo educado sabrá elegir a dirigentes honestos y competentes. Éstos elegirán a los mejores asesores. Un pueblo inteligente no permite co-

Iglesia colombiana solidaria con el dolor de los hermanos ecuatorianos

Los obispos de Colombia lamentan los trágicos efectos del terremoto que sacudió este sábado la zona norte costera de Ecuador y manifestaron al pueblo ecuatoriano toda su solidaridad. Además, en atención al llamado que hiciera el Papa Francisco de orar y apoyar a las víctimas de este desastre natural, los obispos extendienden una invitación especial a todos colombianos para que se unan al clamor de los ecuatorianos. Por ello, el Secretariado Nacional de Pastoral Social (SNPS)/ Caritas Colombiana habilitó la cuenta corriente del Banco de Bogotá, N° 081373342, a nombre del Secretariado Nacional de

Pastoral Social, para canalizar la solidaridad de los colombianos que deseen prestar su ayuda a esta emergencia. El dinero recaudado será enviado al organismo de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, con quienes se ha mantenido constante comunicación para conocer de primera mano el plan de atención a la población. Hasta el día de hoy, los órganos de socorro han registrado que el sismo en el hermano país de Ecuador ha dejado más de 400 víctimas mortales, miles de heridos y millonarias pérdidas materiales. (Comunicado de la conferencia episcopal de Colombia).

rruptos ni incompetentes. Un pueblo ignorante desperdicia sus recursos y se empobrece. Un pueblo ignorante vive de ilusiones y no toma la decisión de construir la historia. A veces pareciera que una parte de la clase dirigente quiere mantener la pobreza, para tener los votos cautivos en las elecciones. Un pueblo educado sabe muy bien diferenciar un discurso serio de una retórica barata. Un pueblo educado prospera también en condiciones adversas. Nosotros vivimos exportando compasión; así nunca seremos gestores de nuestro propio desarrollo. Finlandia es un pueblo que no hace ruido y es eficiente. Aquí vivimos cacareando grandezas, viendo en la estrechez de nuestra mente

miope y atrofiada. Vivimos la cultura del pan y circo. Los éxitos en algunos deportes en lugar de generarnos autoestima, los tomamos como consuelo a nuestras miserias. Somos un pueblo anárquico, la cultura ciudadana está por los pies. Un ejemplo, ¿se respetan las cebras? Qué dice usted de la contaminación visual, auditiva, etc. ¡Ah! Somos un país libre. Sí, pero mi libertad va hasta donde empieza el derecho del otro. La historia del: “¿usted no saben quién soy yo?”, es una muestra de nuestro arribismo y nuestra falta del sentido de las proporciones. La pésima educación campea en instituciones educativas y gubernamentales. Definitivamente el subdesarrollo es mental. + Froilán Casas Ortiz, Obispo de Neiva. Conferencia episcopal de Colombia.


Cuasi parroquia del santo Cura de Ars Grandioso bazar Domigno

5 de junio 2016

“La Iglesia, consciente de que la caridad es el don de Dios por excelencia en Cristo Jesús, anuncia el Evangelio no sólo con la palabra de la predicación, sino también con la comunión fraternal y con las obras buenas de todos sus discípulos; ya que éstas son motivo de que los hombres rindan gloria a Dios” (Cf. Mt 5,16). El padre Luis Fernando Medina Forero, párroco de esta comunidad ubicada en el Totumo (Ibagué), convoca a todos los fieles a participar y colaborar con la obra de la construcción del templo parroquial. En medio de una población bendecida por san Juan María Vianney, el padre Fernando ha sembrado el entusiasmo por la palabra de Dios, la evangelización y preparación de los niños y niñas a los sacramentos, la convocación de la comunidad a vivir como hermanos y trabajar unidos. El bazar se realizará el día 5 de junio del año 2016 en las instalaciones del templo. Quienes deseen sentirse partícipes de esta gran obra pueden hacer sus donaciones a la cuenta de ahorros en Bancolombia N. 06875340903. Dios bendiga su generosidad. Pueden comunicarse al teléfono 314 472 2522.


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