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¡Abajo el Extractivismo!
from Revista N° 166
by ASIVA
e impacto urbano es mucho más difícil de controlar. La misma Unión Europea a través de su “política agrícola común”, define como un principio rector la conservación de sus paisajes gracias al desarrollo agrícola.
Un segundo elemento, es la necesidad de valorar la inmensa cantidad de procesos tecnológicos y de desarrollo de innovación que están asociados a la producción agrícola. Desde la tecnificación del riego, que posibilita avanzar hacia un mejor uso del agua, hasta el envío logístico, implica una cadena de trabajo que necesita de la mejor ciencia. Un ejemplo de esto es el gran auge de exportación de servicios de agrotecnología, en donde pymes regionales están a la vanguardia de los servicios que entregan en mercados como Perú, Colombia, México, entre otros.
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Ha sido usual escuchar a representantes y candidatos decir que debemos dejar atrás la economía extractivista para avanzar hacia la industrialización. Esta aseveración -que no tiene nada de novedosadenota un claro desconocimiento de los avances de la complejidad de la matriz exportadora de Chile, la que ha avanzado firme gracias al esfuerzo de todas nuestras pymes, las que se alimentan por un trabajo resiliente y reservado, más que con grandes discursos altisonantes.
En general, los principales dardos se dirigen a la industria agroalimentaria, apuntándola como un espacio carente de innovación y tecnología. Lo primero que hay que decir respecto a esto, es recalcar lo afortunado de tener valles donde pueden desarrollarse fruta fresca, frutos secos y deshidratados o vino, mediante procesos sostenibles y que cuidan nuestros paisajes. ¿Qué les sucede a los países con una geografía inhóspita? Su desarrollo se ve volcado primero hacia la instalación de grandes estructuras industriales, cuyas emisiones
Tercero, la diversificación de la matriz exportadora chilena y regional nunca ha tenido un momento más avanzado que el de hoy. Como ejemplo, en nuestra región se han desarrollado nuevos espacios de internacionalización, entre las que tenemos como emblema temas tan variados como saponinas de quillay que aportan a la producción de vacunas, servicios Fintech que atienden grandes bancos estadounidenses, videojuegos porteños que venden hacia China, monitoreo de seguridad de mineras peruanas operando desde oficinas viñamarinas, laboratorios químicos quilpueínos poniendo sus químicos naturales en todo el mundo, sellos discográficos, viñedos orgánicos, editoriales, snacks saludables, insumos de limpieza, moda textil, entre muchos, muchos más.
Es necesario profundizar en la apertura internacional que tanto ha aportado a nuestra región y que ha generado un salto cualitativo en la complejidad de lo que hoy exportamos. Sin duda que tenemos mucho que mejorar, pero antes es positivo conocer y valorar a las tantas pymes que han sido capaces de poner la bandera patria más allá de nuestras fronteras.